Está en la página 1de 66

AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN

1186/2012.
QUEJOSO: **********

PONENTE: MINISTRA OLGA SÁNCHEZ CORDERO DE


GARCÍA VILLEGAS.
SECRETARIA: CONSTANZA TORT SAN ROMÁN

México, Distrito Federal. Acuerdo de la Primera Sala de la


Suprema Corte de Justicia de la Nación, correspondiente al día
quince de agosto de dos mil doce.

V I S T O S, y;
R E S U L T A N D O:

PRIMERO. Por escrito presentado el nueve de diciembre de


dos mil once, en el Tribunal Unitario del Noveno Circuito, con
residencia en San Luis Potosí, San Luis Potosí, **********, por su
propio derecho, demandó el amparo y protección de la Justicia
Federal, señalando como autoridades responsables ordenadoras
al Magistrado del Tribunal Unitario del Noveno Circuito y al Juez
Tercero de Distrito en el Estado, ambos de la ciudad en cita; como
ejecutora al Director del Centro de Reinserción Social en el mismo
Estado (antes Centro Estatal de Reclusión Número Uno “La Pila”),
y como actos reclamados (de las ordenadoras) la sentencia
dictada el veinticuatro de enero de dos mil once, en el toca penal
571/2010-A, mediante la cual confirmó el fallo condenatorio del
ocho de noviembre de dos mil diez, dictado por el Secretario en
funciones de Juez del Juzgado Tercero de Distrito en el Estado de
San Luis Potosí, pronunciado en el proceso penal 10/2010, y en
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1186/2012.

virtud de dicho fallo, la privación y retención de la libertad (por


parte de las ejecutoras).

SEGUNDO. En la demanda de amparo el quejoso señaló


como preceptos violados los artículos 14, 16 y 19 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, y en sus
conceptos de violación alegó la inconstitucionalidad de los
artículos 11, 83, fracción III y 83 Quater, fracción II de la Ley
Federal de Armas de Fuego y Explosivos, con base en los
siguientes argumentos:

 Los numerales son ambiguos en tanto que, en tratándose del


delito de Portación de Armas de Uso Exclusivo del Ejército,
Armada y Fuerza Aérea, dichos numerales no especifican a
qué tipo de arma se refieren, y establecen la misma sanción
a diversos casos sin observar la peligrosidad que cada arma
representa, lo que resulta en el dictado de una sentencia
análoga, cosa que está prohibida por la Constitución Federal.

 Los numerales no describen con precisión la conducta que


se considera delictiva ni la pena que le corresponde, lo que
no es otra cosa que el tipo penal, cuya función es la
individualización de las acciones humanas penalmente
sancionables.

 Las fracciones I y II, del artículo 83 de la Ley Federal de


Armas de Fuego y Explosivos, señalan una penalidad
atenuada con respecto a la marcada como III del mismo
numeral, en la que se establece una sanción más severa, sin

2
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1186/2012.

especificar las razones, de modo que no se establece en qué


grado se aumenta el peligro del bien jurídico protegido en
este precepto, consistente en la seguridad de las personas.

 Los artículos engloban una serie de distintas armas y calibres


a los que se les impone análogamente una misma sanción, al
establecer la pena para el resto de las armas comprendidas
en el artículo 11 de la Ley Federal de Armas de Fuego y
Explosivos, y exceptúa a las de los incisos a), b) e i), del
mismo precepto; esto es, en una parte distingue y en otra
aplica una misma sanción a diferente tipo de armas, pero sin
establecer razón suficiente para ello, lo que contraviene el
principio de exacta aplicación de la ley.

TERCERO. En auto de dos de enero de dos mil doce, el


Magistrado Presidente del Primer Tribunal Colegiado del Noveno
Circuito, al que correspondió conocer del asunto, admitió la
demanda de garantías y la registró con el número D.P. 2/2012, y
en sesión de quince de marzo de dos mil doce, dictó sentencia en
la que negó la protección de la Justicia Federal, con base en las
consideraciones que a continuación se sintetizan.

 El artículo 11, de la Ley Federal de Armas de Fuego y


Explosivos, no adolece de ambigüedad, pues en él se
detallan las armas y municiones que se encuentran
consideradas como de uso exclusivo de las fuerzas armadas
del país.

3
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1186/2012.

 El artículo 83, estatuye el tipo punible de portación de arma


de uso exclusivo del Ejército, Armada y Fuerza Aérea
Nacionales, condicionando a su actualización que el activo
del delito no cuente con el permiso correspondiente, y
estipula las sanciones a imponer para tal figura delictiva
haciendo remisión al artículo 11 del mismo ordenamiento,
dispositivo que describe diversos instrumentos bélicos,
destacando los incisos c) y f) que contemplan las armas
consistentes en (c) Fusiles, mosquetones, carabinas y
tercerolas en calibre .223, 7 mm., 7.62 mm., y carabinas
calibre .30 en todos sus modelos; y (f). Municiones para las
armas anteriores y cartuchos con artificios especiales como
trazadores, incendiarios, perforantes, fumígenos, expansivos
de gases y los cargados con postas superiores al 00 (.84
cms. de diámetro) para escopeta.

En ese contexto, la norma no resulta ambigua, habida cuenta


que fija de manera concreta en qué consiste el delito que
tipifica, contempla los elementos que lo integran, especifica
las penas aplicables para cada especie de arma,
remitiéndose a la descripción existente en el citado numeral
11 de la misma ley, lo que denota que fija de manera clara y
concreta las conductas sancionables.

 El artículo 83 Quater, fracción II, que tipifica el delito de


posesión de cartuchos, resulta claro en cuanto establece que
la conducta sancionada consiste en la posesión de
cartuchos, y fija la penalidad aplicable haciendo remisión
para ello al artículo 11 del mismo ordenamiento, y si bien no

4
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1186/2012.

indica que cantidad de cartuchos objeto de la posesión


actualiza el ilícito, es inconcuso que se refiere a cualquier
cantidad.

CUARTO. Inconforme con la resolución el quejoso interpuso


recurso de revisión mediante escrito presentado el treinta de
marzo de dos mil doce, en la Oficina de Correspondencia Común
de los Tribunales Colegiados del Noveno Circuito, y por acuerdo
de diez de abril de dos mil doce, el Presidente del Primer Tribunal
Colegiado de dicho Circuito, tuvo por presentado dicho medio de
impugnación, y ordenó la remisión del asunto a la Suprema Corte
de Justicia de la Nación, para su substanciación.

QUINTO. Por auto de treinta de abril de dos mil doce, el


Presidente de este Alto Tribunal, admitió el recurso de revisión y lo
registró con el número 1186/2012, y en la misma actuación ordenó
turnar el expediente a esta Primera Sala, cuyo Presidente, en
acuerdo del siete de mayo de dos mil, ordenó el avocamiento en la
Sala del asunto y su turno a la Ministra Olga Sánchez Cordero de
García Villegas, para que procediera a la elaboración del proyecto
de sentencia correspondiente.

C O N S I D E R A N D O:

PRIMERO. Esta Primera Sala de la Suprema Corte de


Justicia de la Nación, es competente para conocer del presente
recurso de revisión, en términos de lo dispuesto en los artículos
107, fracción IX de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, reformado mediante decreto de diez de junio de mil

5
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1186/2012.

novecientos noventa y nueve; 83, fracción V, 84, fracción II de la


Ley de Amparo; y 21, fracción XI de la Ley Orgánica del Poder
Judicial de la Federación, de conformidad con lo dispuesto por el
Punto Cuarto del Acuerdo General 5/2001, de veintinueve de junio
de dos mil uno, emitido por el Tribunal Pleno de la Suprema Corte
de Justicia de la Nación, toda vez que, el recurso fue interpuesto
en contra de una sentencia pronunciada en un juicio de amparo
directo en materia penal, en la que se planteó la
inconstitucionalidad de los artículos 83, fracción III y 83 Quater,
fracción II, en relación con el diverso 11, de la Ley Federal de
Armas de Fuego y Explosivos, tema que, por su especialidad
corresponde a esta Primera Sala.

SEGUNDO. El recurso de revisión fue interpuesto en tiempo


y forma, de conformidad con lo dispuesto por el artículo 86 de la
Ley de Amparo.

Lo anterior pues la sentencia recurrida se le notificó al


quejoso, mediante lista del treinta de marzo de dos mil doce,
según se desprende de la razón actuarial que consta al reverso de
la foja 237 del cuaderno de amparo, habiendo surtido sus efectos
dicha notificación, el dos de abril siguiente, de conformidad con la
fracción II del artículo 34 de la Ley de Amparo. Así, el plazo de
diez días, que señala el artículo 86 de la misma ley, transcurrió del
tres al diecinueve de abril de dos mil doce, debiendo descontarse,
conforme el artículo 23, primer párrafo, de la misma ley, los días
siete, ocho, catorce y quince de abril, por ser sábados y domingos,
así como los días cuatro, cinco y seis de abril, de conformidad con

6
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1186/2012.

lo dispuesto en la sesión privada del Pleno de este Alto Tribunal,


de veintiséis de marzo de dos mil doce.

Ahora bien, el recurso de revisión fue presentado antes de


que empezara a contar el plazo (treinta de marzo de dos mil doce),
según se desprende del sello que consta a foja dos del toca
correspondiente, lo que debe considerarse como presentación
oportuna, atendiendo al criterio, aplicable por identidad de razón,
contenido en la tesis 1ª./J. 79/2005, de la Novena Época,
sustentada por esta Primera Sala, consultable en el Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XXII, julio de dos mil
cinco, página 264, de rubro y texto siguientes:

“RECLAMACIÓN. ES OPORTUNA SU INTERPOSICIÓN


AUN ANTES DE QUE COMIENCE A CORRER EL PLAZO
PARA ELLO. La interpretación analógica y sistemática
de los artículos 24, fracción III y 25 de la Ley de
Amparo, en relación con el 21 del propio ordenamiento,
permite establecer que las reglas para la presentación
de la demanda de amparo que prevé el precepto último
citado, son aplicables para el recurso de reclamación,
por lo que tratándose de éste, el recurrente puede
interponer dicho recurso al momento en que se le
notifique el acuerdo recurrido, es decir el mismo día, o
bien al siguiente en que surta efectos la notificación de
aquél, sin que por ello deba considerarse presentado
extemporáneamente, máxime si no existe disposición
legal que prohíba expresamente presentarlo antes de
que, comience a correr el plazo otorgado para dicho
trámite, ni que señale que por ello sea extemporánea o
inoportuna su interposición.”

TERCERO. En su escrito de revisión el recurrente expresó


los agravios que a continuación se resumen.

7
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1186/2012.

1. El Tribunal Colegiado de Circuito, no observó los principios


de congruencia y exhaustividad a los que toda resolución debe
atender, toda vez que ante el planteamiento de
inconstitucionalidad de los artículos 83, fracción III, 83 Quater,
fracción II y 11 de la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos,
respondió con argumentos carentes de toda lógica y fundamento,
emitiendo simples opiniones dogmáticas que nada tienen que ver
con los argumentos hechos valer, relativos a que los numerales
combatidos son ambiguos porque permiten la aplicación al delito
de Portación de Armas de Uso Exclusivo del Ejército, Armada y
Fuerza Aérea, sin especificar a qué tipo de arma se refieren.

2. El Tribunal Colegiado de Circuito, no tomó en


consideración el argumento en el que se adujo que los numerales
impugnados infringen los principios de taxatividad y prohibición
analógica, los que, a su vez, derivan del principio de legalidad
contemplado en el numeral 14 Constitucional, al permitir la
aplicación de una misma sanción a quien porte diferentes armas
sin observar su peligrosidad, esto es, que dichas normas no
consideran que la portación de un artefacto bélico es un delito de
peligro y que a menor riesgo del bien jurídico protegido menor
debería ser la penalidad.

A manera de ejemplo refiere que en dichos artículos no se


deberían considerar iguales a todas las armas en tanto que las
que tienen accesorios constituyen mayor peligro para la seguridad
de las personas, respecto de las que no los tengan.

8
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1186/2012.

3. La sanción prevista en los numerales impugnados en su


constitucionalidad rebasa las reglas de la lógica, toda vez que el
ilícito de portación de arma de fuego, al ser un delito de peligro
contiene una pena mayor que uno de resultado, como lo son el
delito de lesiones, la tentativa de homicidio y, en algunos casos, el
homicidio (en riña, exceso en legítima defensa, por culpa). De ahí
que sea inconstitucional la condena prevista en dichos artículos.

CUARTO. Establecido lo anterior, resulta indispensable


señalar las hipótesis legales de procedencia del recurso de
revisión en contra de un fallo dictado en un juicio de amparo
directo, y para tal fin, es necesario tener en cuenta lo previsto por
la fracción IX del artículo 107 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, que establece lo siguiente:

“Artículo 107. Todas las controversias de que habla el


Artículo 103 se sujetarán a los procedimientos y
formas del orden jurídico que determine la ley, de
acuerdo a las bases siguientes:
(…)
IX. En materia de amparo directo procede el recurso
de revisión en contra de las sentencias que resuelvan
sobre la constitucionalidad de normas generales,
establezcan la interpretación directa de un precepto
de esta Constitución u omitan decidir sobre tales
cuestiones cuando hubieren sido planteadas, siempre
que fijen un criterio de importancia y trascendencia,
según lo disponga la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, en cumplimiento de los acuerdos generales
del Pleno. La materia del recurso se limitará a la
decisión de las cuestiones propiamente
constitucionales, sin poder comprender otras”.

Asimismo, cabe mencionar que el Tribunal Pleno de la


Suprema Corte de Justicia de la Nación, emitió el Acuerdo 5/1999,

9
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1186/2012.

publicado en el Diario Oficial de la Federación el veintidós de junio


de mil novecientos noventa y nueve, cuyo punto Primero establece
que para la procedencia del recurso de revisión en amparo directo
se requiere que se reúnan los siguientes supuestos:

 Que en la sentencia recurrida se haya hecho


pronunciamiento sobre la constitucionalidad de una ley,
tratado internacional o reglamento; se establezca la
interpretación directa de un precepto constitucional, o que
habiéndose planteado alguna de esas cuestiones en la
demanda, en la sentencia de amparo se haya omitido su
estudio.

 Que el problema de constitucionalidad entrañe la fijación de


un criterio jurídico de importancia y trascendencia, a juicio de
la Sala respectiva, y que por regla general se entenderá que
no se surten los requisitos de importancia y trascendencia
cuando exista jurisprudencia sobre el problema de
constitucionalidad hecho valer en la demanda de garantías y
cuando no se hayan expresado agravios, o cuando éstos
resulten ineficaces, inoperantes, inatendibles o insuficientes y
no haya que suplir la deficiencia de la queja, o en casos
análogos.

En relación con el segundo de los requisitos mencionados, el


propio punto Primero del acuerdo señala que, por regla general, se
entenderá que no se surten los requisitos de importancia y
trascendencia cuando exista jurisprudencia sobre el problema de
constitucionalidad hecho valer en la demanda de garantías, así

10
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1186/2012.

como cuando no se hayan expresado agravios o cuando éstos


resulten ineficaces, inoperantes, inatendibles o insuficientes, y no
haya que suplir la deficiencia de la queja, o en casos análogos.

En el presente asunto se surten los requisitos de procedencia


del recurso de revisión, dado que en la demanda de amparo
directo, el quejoso planteó la inconstitucionalidad de los artículos
83, fracción III, 83 Quater, fracción II, y 11, todos de la Ley Federal
de Armas de Fuego y Explosivos; respecto de lo que se pronunció
el Primer Tribunal Colegiado del Noveno Circuito, en la sentencia
que ahora se combate.

QUINTO. Para una mejor comprensión del presente asunto,


se estima conveniente exponer los antecedentes que lo informan,
mismos que consisten en lo siguiente:

1. Por oficio 644/2010, presentado el diecinueve de febrero de


dos mil diez, en la Oficina de Correspondencia Común de los
Juzgados de Distrito, en el Estado de San Luis Potosí, el
Agente del Ministerio Público de la Federación, Mesa
Tercera, ejerció acción penal en contra de ********** y
**********, por los delitos de portación de arma de fuego y
posesión de cartuchos, ambos del uso exclusivo del Ejército,
Armada y Fuerza Aérea Nacionales (el primero, además, por
el diverso ilícito de portación de arma de fuego sin licencia).

2. Por cuestión de turno correspondió conocer del asunto al


Juez Tercero de Distrito en el Estado de San Luis Potosí, San
Luis Potosí, autoridad que radicó la causa bajo el número

11
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1186/2012.

10/2010; decretó la detención de los indiciados, recabó su


declaración preparatoria, y el veinticinco de febrero de dos mil
diez, dictó auto de formal prisión en su contra, por los delitos
por los que fueron consignados.

3. Seguido el procedimiento en todas sus etapas, el ocho de


noviembre de dos mil diez, el mencionado Juez Federal, dictó
sentencia en la que declaró penalmente responsable a
**********, en la comisión del delito de portación de arma de
fuego de uso exclusivo del Ejército, Armada y Fuerza Aérea,
previsto por el artículo 11, inciso c) y sancionado por el
diverso 83, fracción III; ambos de la Ley Federal de Armas de
Fuego y Explosivos, así como por posesión de cartuchos para
uso exclusivo del Ejército, Armada y Fuerza Aérea, contenido
en el artículo 11, inciso f), y cuya penalidad está establecida
por el numeral 83, Quater, fracción II, de la mencionada ley.

4. En desacuerdo con dicha resolución los sentenciados


interpusieron recurso de apelación, el que fue turnado al
Tribunal Unitario del Noveno Circuito, donde quedó registrado
con el número de toca 571/2010-A, y el veinticuatro de enero
de dos mil once, dicho órgano resolvió en el sentido de
confirmar la sentencia recurrida.

5. Inconforme, por escrito de nueve de diciembre de dos mil


once, presentado ante el Tribunal Unitario del Noveno
Circuito, con residencia en San Luis Potosí, San Luis Potosí,
**********, promovió juicio de amparo, cuya resolución se
combate en el presente recurso de revisión.

12
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1186/2012.

SEXTO. La sentencia combatida habrá de confirmarse en


atención a las consideraciones que a continuación se exponen.

Resulta fundado el argumento en el que el recurrente aduce


que el Tribunal Colegiado no observó los principios de
congruencia y exhaustividad a los que toda resolución debe
atender, y que ante los planteamientos en los que se adujo la
ambigüedad de los numerales combatidos porque permiten la
aplicación al delito de Portación de Armas de Uso Exclusivo del
Ejército, Armada y Fuerza Aérea, sin especificar a qué tipo de
arma se refieren, respondió con simples afirmaciones dogmáticas
carentes de lógica y fundamento.

El Tribunal Colegiado, analizó los planteamientos de


inconstitucionalidad, y después de transcribir el texto de los
numerales reclamados se refirió, por separado, a cada uno de
ellos.

Con respecto al artículo 83, determinó el Tribunal que dicho


numeral estatuye el tipo punible de portación de arma de uso
exclusivo del Ejército, Armada, Fuerza Aérea Nacionales,
haciendo remisión al artículo 11 del mismo ordenamiento, que es
el numeral que señala cuáles son las armas y municiones que se
encuentran consideradas como de uso exclusivo de las fuerzas
armadas, estipulando las sanciones que le corresponden a tal
conducta.

Sentado lo anterior resolvió que:

13
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1186/2012.

“En ese contexto, no tiene razón el quejoso al


alegar que el dispositivo legal en estudio resulte
ambiguo, habida cuenta que fija de manera
concreta en que consiste el delito que tipifica, y en
los términos que contiene contempla los elementos
que lo integran, aunado a que especifica las penas
aplicables, para cada especie de arma, remitiéndose
a la descripción existente en el citado numeral 11
de la misma Ley, lo que denota que se fija de
manera clara y concreta las conductas
sancionables.”

Como fundamento de su resolución el Tribunal Federal, citó


la tesis de la Segunda Sala de esta Suprema Corte, de rubro
siguiente:

“ARMAS DE FUEGO. EL ARTÍCULO 83, FRACCIÓN II,


DE LA LEY FEDERAL RELATIVA, NO CONTRAVIENE LA
GARANTÍA DE EXACTA APLICACIÓN DE LA LEY
PENAL CONTENIDA EN EL ARTÍCULO 14 DE LA
CONSTITUCIÓN FEDERAL.”

Posteriormente se refirió el Tribunal Colegiado al artículo 83


Quater, fracción II, que tipifica el delito de posesión de cartuchos
para las armas reservadas, hecho lo cual expuso lo siguiente:

“En esta disposición legal al igual que en los


diversos numerales que se han examinado el tipo
punible, resulta claro, en cuanto se establece que
se trata de la posesión de cartuchos, además de
que fija la penalidad aplicable, haciendo remisión
para ello al artículo 11 del mismo ordenamiento, por
lo que no es verdad que adolezca de ambigüedad; y
si bien no indica que cantidad de cartuchos objeto
de la posesión actualiza el ilícito, es inconcuso que
se refiere a cualquier cantidad…”

14
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1186/2012.

Sentado lo anterior citó, para robustecer su postura, la tesis


de rubro:

“CARTUCHOS PARA ARMAS DE USO EXCLUSIVO DEL


EJÉRCITO, ARMADA Y FUERZA AÉREA. SU POSESIÓN
ES PUNIBLE EN TÉRMINOS DE LA LEY FEDERAL DE
ARMAS DE FUEGO Y EXPLOSIVOS”.

Lo anterior evidencia que, efectivamente, el Tribunal


Colegiado realizó un examen muy genérico de los planteamientos
de inconstitucionalidad; sin embargo, no obstante tal situación, su
sentencia habrá de confirmarse en atención a las consideraciones
que a continuación se expresan.

El quejoso aduce en sus conceptos de violación que los


numerales que combate son ambiguos en tanto que no describen
con precisión la conducta que se considera delictiva ni la pena que
le corresponde; no especifican a qué tipo de arma se refieren, y
establecen la misma sanción a diversos casos sin observar la
peligrosidad que cada una representa. Además, las fracciones I y
II, del artículo 83 de la Ley Federal de Armas de Fuego y
Explosivos, señalan, sin expresar el motivo, una penalidad
atenuada con respecto a la marcada como III del mismo numeral.

Para estar en condiciones de abordar tales planteamientos,


procede referirse, en primer término, al artículo 14 de la
Constitución General de la República, que prevé lo que a
continuación se transcribe.

15
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1186/2012.

“ARTÍCULO. 14. A ninguna ley se dará efecto


retroactivo en perjuicio de persona alguna.
Nadie podrá ser privado de la libertad o de sus
propiedades, posesiones o derechos, sino mediante
juicio seguido ante los tribunales previamente
establecidos, en el que se cumplan las formalidades
esenciales del procedimiento y conforme a las Leyes
expedidas con anterioridad al hecho.
En los juicios del orden criminal queda prohibido
imponer, por simple analogía, y aún por mayoría de
razón, pena alguna que no esté decretada por una ley
exactamente aplicable al delito de que se trata.
En los juicios del orden civil, la sentencia definitiva
deberá ser conforme a la letra o a la interpretación
jurídica de la ley, y a falta de ésta se fundará en los
principios generales del derecho.”

Se advierte de lo anterior que, por mandato constitucional, en


los juicios del orden criminal queda prohibido imponer, por simple
analogía y por mayoría de razón, pena alguna que no esté
decretada por una ley exactamente aplicable al delito de que se
trata.

Entonces, la legalidad de la pena supone, necesariamente, la


existencia del delito, y tanto el delito como la pena deben estar
establecidos en una ley expedida con anterioridad por el órgano
legislativo competente. Además, la imposición de una pena
supone un proceso previo seguido ante juez competente, en el
que se hayan respetado todas las garantías que permitan al
inculpado una oportuna y adecuada defensa.

En este orden de ideas, la finalidad del contenido y alcance


de la garantía de exacta aplicación de la ley penal, tiene como
finalidad proporcionar seguridad jurídica a los gobernados a efecto
de evitar arbitrariedades por parte de las autoridades

16
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1186/2012.

jurisdiccionales. Así, la garantía de legalidad en el ámbito penal,


por cuanto hace a la integración de la norma punitiva, se da
cuando ésta se compone de la descripción de una conducta
reputada como ilícita, que configura la infracción, así como de la
sanción que ha de aplicarse a quien realiza la conducta tipificada.

Entonces, corresponde a la autoridad legislativa consignar en


las leyes penales que expida, de manera clara y precisa, los
elementos típicos de las conductas punibles, así como las
sanciones correspondientes.

Ahora bien, los artículos combatidos dicen lo que a


continuación se transcribe.

“ARTÍCULO 11. Las armas, municiones y material para


el uso exclusivo del Ejército, Armada y Fuerza Aérea,
son las siguientes:
a) Revólveres calibre .357" Magnum y los superiores a .
38" Especial.
b) Pistolas calibre 9 mm. Parabellum, Luger y similares,
las .38" Super y Comando, y las de calibres superiores.
c) Fusiles, mosquetones, carabinas y tercerolas en
calibre .223", 7 mm., 7.62 mm. y carabinas calibre .30"
en todos sus modelos.
d) Pistolas, carabinas y fusiles con sistema de ráfaga,
sub-ametralladoras, metralletas y ametralladoras en
todos sus calibres.
e) Escopetas con cañón de longitud inferior a 635 mm.
(25"), las de calibre superior al 12 (.729" ó 18.5 mm) y
las lanzagases, con excepción de las de uso industrial.
f) Municiones para las armas anteriores y cartuchos
con artificios especiales como trazadores, incendiarios,
perforantes, fumígenos, expansivos, de gases y los
cargados con postas superiores al "00" (.84 cms. de
diámetro) para escopeta.
g) Cañones, piezas de artillería, morteros y carros de
combate con sus aditamentos, accesorios, proyectiles
y municiones.

17
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1186/2012.

h) Proyectiles-cohete, torpedos, granadas, bombas,


minas, cargas de profundidad, lanzallamas y similares,
así como los aparatos, artificios y máquinas para su
lanzamiento.
i) Bayonetas, sables y lanzas.
j) Navíos, submarinos, embarcaciones e hidroaviones
para la guerra naval y su armamento.
k) Aeronaves de guerra y su armamento.
l) Artificios de guerra, gases y substancias químicas de
aplicación exclusivamente militar, y los ingenios
diversos para su uso por las fuerzas armadas.
En general, todas las armas, municiones y materiales
destinados exclusivamente para la guerra.
Las de este destino, mediante la justificación de la
necesidad, podrán autorizarse por la Secretaría de la
Defensa Nacional, individualmente o como corporación,
a quienes desempeñen empleos o cargos de la
Federación, del Distrito Federal, de los Estados o de los
Municipios.”

“ARTÍCULO 83. Al que sin el permiso correspondiente


porte un arma de uso exclusivo del Ejército, Armada o
Fuerza Aérea, se le sancionará:
I. Con prisión de tres meses a un año y de uno a diez
días multa, cuando se trate de las armas comprendidas
en el inciso i) del artículo 11 de esta Ley;
II. Con prisión de tres a diez años y de cincuenta a
doscientos días multa, cuando se trate de armas
comprendidas en los incisos a) y b) del artículo 11 de
esta Ley, y
III. Con prisión de cuatro a quince años y de cien a
quinientos días multa, cuando se trate de cualquiera de
las otras armas comprendidas en el artículo 11 de esta
Ley.
En caso de que se porten dos o más armas, la pena
correspondiente se aumentará hasta en dos terceras
partes.
Cuando tres o más personas, integrantes de un grupo,
porten armas de las comprendidas en la fracción III del
presente artículo, la pena correspondiente a cada una
de ellas se aumentará al doble.”

“ARTÍCULO 83 Quat (sic). Al que posea cartuchos en


cantidades mayores a las permitidas, se le sancionará:
I. Con prisión de uno a cuatro años y de diez a
cincuenta días multa, si son para las armas que están

18
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1186/2012.

comprendidas en los artículos 9, 10 y 11, incisos a) y b),


de esta Ley, y
II. Con prisión de dos a seis años y de veinticinco a cien
días multa, si son para las armas que están
comprendidas en los restantes incisos del artículo 11
de esta Ley.”

El artículo 83 antes transcrito, establece las sanciones que


se deberán imponer a quien, sin el permiso correspondiente porte
un arma de las del uso exclusivo del Ejército, Armada o Fuerza
Aérea.

Por su parte, el diverso numeral 83 Quater, describe el tipo


penal de posesión de cartuchos en cantidades mayores a las
permitidas.

La doctrina clasifica los delitos en orden al tipo, a partir de los


tipos básicos o fundamentales, en los cuales, los elementos que
los integran sirven de base para que de ellos se desprendan otras
figuras típicas. Tal es el caso de los artículos 83 y 83 Quater, de la
Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos, que prevén la
portación de armas de fuego de uso exclusivo del Ejército, Armada
y Fuerza Aérea, así como la posesión de cartuchos en cantidades
mayores a las permitidas, y cuyas sanciones se regulan en los
propios preceptos.

Los tipos penales en estudio se integran por los elementos


objetivos, normativos y subjetivos, que a efecto de resolver el
presente amparo directo en revisión, se analizarán a continuación,
precisándose que los delitos previstos en los artículos 83 y 83
Quater, de la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos, en su

19
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1186/2012.

descripción no prevén elementos subjetivos específicos, como las


especiales cualidades internas, intelectuales o intangibles, que
exige el tipo penal al sujeto activo o pasivo del delito.

En ese orden de ideas, conforme a lo previsto en los propios


tipos penales, se analizarán los elementos objetivos, consistentes
en la conducta, sujetos, objeto material del delito y bien jurídico
tutelado, así como los elementos normativos relativos.

I. Elementos Objetivos del tipo.

Los elementos objetivos consisten en las exigencias de


índole material o externo previstas por el tipo penal, por lo que
tratándose de los delitos previstos y sancionados por los artículos
83 y 83 Quater de la Ley Federal de Armas de Fuego y
Explosivos, se advierten la conducta, los sujetos, el objeto material
y el bien jurídico protegido, los cuales se analizan a continuación.

Conducta. Consistente en portar un arma de uso exclusivo


del Ejército, Armada o Fuerza Aérea —para el caso del primero de
los artículos mencionados—, o poseer cartuchos en cantidades
mayores a las permitidas —para el caso del segundo de ellos—.

Al efecto, en los términos que prevé el artículo 83, de la Ley


Federal de Armas de Fuego y Explosivos, debe entenderse por
“porte”, el hecho de traer consigo alguna de las armas que se
encuentran reservadas para el Ejército, Armada o Fuerza Aérea, y
por lo que hace al numeral 83 Quater, del mismo ordenamiento
legal, debe entenderse por “posea”, la simple tenencia de los
cartuchos en cantidades mayores a las permitidas.

20
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1186/2012.

Sujetos. Tanto activo como pasivo:

Activo: Tendrá tal carácter el individuo, que

 Artículo 83: porte un arma de uso exclusivo del Ejército,


Armada y Fuerza Aérea

 Artículo 83 Quater: posea los cartuchos en cantidades


mayores a las permitidas.

Pasivo: En el caso de ambos preceptos legales, tienen tal


carácter el Estado, así como la sociedad en general, pues se
atenta contra la seguridad pública al momento de que, el activo del
delito trae consigo las armas de fuego de uso exclusivo de las
fuerzas armadas, o bien, posee los cartuchos señalados, por las
características especiales del material bélico.

Objeto material. Consistente en el bien jurídico sobre el que


recae la conducta descrita en el tipo penal, siendo en el caso, la
acción de portación de armas de fuego de uso exclusivo del
Ejército, Armada y Fuerza Aérea, así como la posesión de
cartuchos en cantidades mayores a las permitidas.

Cabe señalar que, las armas a que hace referencia el artículo


83, y específicamente su fracción III, de la legislación en comento,
se encuentran previstas en su diverso artículo 11, refiriéndose a
las armas comprendidas en los incisos c), d), e), f), g), h), j), k) y l).

Asimismo, los cartuchos especificados en la fracción II, del


artículo 83 Quater, de la Ley Federal de Armas de Fuego y

21
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1186/2012.

Explosivos, se refieren a aquellos que son para las armas


comprendidas en los incisos c), d), e), f), g), h), i), j), k) y l).

De tal modo, es inconcuso que las diversas fracciones, tanto


del artículo 83, como del 83 Quater, del cuerpo normativo en
estudio, remiten a su diverso artículo 11, el cual establece las
armas, municiones y material para el uso exclusivo del Ejército,
Armada y Fuerza Aérea.

Bien jurídico, es decir, la entidad tutelada por el tipo penal.

Como se señaló anteriormente, los tipos penales descritos en


los artículos 83 y 83 Quater, de la Ley Federal de Armas de Fuego
y Explosivos, protegen la seguridad pública al establecer la
portación y posesión de ciertas armas y cartuchos, que por sus
características especiales, así como por su grado de peligrosidad,
están destinadas de manera exclusiva a las Fuerzas Armadas.

Así, los delitos previstos y sancionados por los artículos


mencionados se clasifican como tipos de daño o lesión, en virtud
de que al actualizarse las conductas típicas se afecta de modo
directo el bien jurídico tutelado consistente en la seguridad pública
aun cuando el daño o la lesión provocada no exija un efecto
tangible, por lo que es un tipo de resultado formal.

Efectivamente, el delito de portación de armas de fuego de


uso exclusivo del Ejército, Armada o Fuerza Aérea, así como el de
posesión de cartuchos en cantidades mayores a las permitidas,
son ilícitos carentes de resultado material, ya que las conductas
que los integran implican una lesión en la seguridad pública, pues
el sujeto activo trae consigo, o posee armamento que por sus

22
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1186/2012.

características se ha reservado a las fuerzas armadas, lo que


genera una inseguridad por las particularidades de dichos objetos.

II. Elementos normativos del tipo.

Finalmente, los elementos normativos son aquellos que


requieren valoración por parte del intérprete o del juez que ha de
aplicar la ley, advirtiéndose que en el caso del artículo 83, fracción
III, de la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos, el elemento
normativo, consistente en que la portación del arma
correspondiente sea de aquellas comprendidas en los incisos c),
d), e), f), g), h), j), k) y l), del diverso numeral 11 del mismo cuerpo
normativo.

Por su parte, en cuanto a la fracción II, del artículo 83 Quater,


de la citada ley, el elemento normativo consiste en que los
cartuchos que se posean, sean en cantidades mayores a las
permitidas, así como que sean para las armas comprendidas en
los incisos c), d), e), f), g), h), i), j), k) y l), del artículo 11, de la Ley
Federal de Armas de Fuego y Explosivos.

Dichos requisitos, implican elementos normativos de


valoración jurídica, para los cuales habrá que acudir a la ley, a
efecto de que de forma casuística en cada evento fáctico sea
analizado.

La expresión “arma de uso exclusivo del Ejército, Armada


o Fuerza Aérea” se identifica con la calidad específica del
artefacto objeto del ilícito, en cuanto a que el sujeto activo debe

23
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1186/2012.

estar incorporado a dichas instituciones, además de tener el


permiso correspondiente.

Lo anterior, conlleva a que el sujeto que porte las armas a


que hace referencia el artículo 11, de la Ley Federal de Armas de
Fuego y Explosivos, cuente con la calidad personal para su
portación.

III. Elemento subjetivo genérico.

El artículo 60, del Código Penal Federal, en su segundo


párrafo establece el principio numerus clausus, a través del cual
se especifican los delitos que son de naturaleza culposa, de
manera que, en virtud de ese señalamiento expreso de la ley, el
juzgador no puede sancionar como culposa alguna conducta fuera
de las previstas en los artículos: 150, 167, fracción VI, 169, 199
Bis, 289, parte segunda, 290, 291, 292, 293, 302, 307, 323, 397,
399, 414, párrafos primero y tercero en su hipótesis de resultado,
415, fracciones I y II y último párrafo en su hipótesis de resultado,
416, 420, fracciones I, II, III y V, y 420 Bis, fracciones I, II y IV, del
mismo ordenamiento.

El texto del citado artículo 60, del Código Penal Federal, es


del tenor literal siguiente:

“ARTÍCULO 60.- En los casos de delitos culposos


se impondrá hasta la cuarta parte de las penas y
medidas de seguridad asignadas por la ley al tipo
básico del delito doloso, con excepción de aquéllos
para los que la ley señale una pena específica.
Además, se impondrá, en su caso, suspensión
hasta de diez años, o privación definitiva de
derechos para ejercer profesión, oficio,
autorización, licencia o permiso.
24
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1186/2012.

Las sanciones por delitos culposos sólo se


impondrán en relación con los delitos previstos en
los siguientes artículos: 150, 167, fracción VI, 169,
199 Bis, 289, parte segunda, 290, 291, 292, 293, 302,
307, 323, 397, 399, 414, primer párrafo y tercero en
su hipótesis de resultado, 415, fracciones I y II y
último párrafo en su hipótesis de resultado, 416,
420, fracciones I, II, III y V, y 420 Bis, fracciones I, II
y IV de este Código.
Cuando a consecuencia de actos u omisiones
culposos, calificados como graves, que sean
imputables al personal que preste sus servicios en
una empresa ferroviaria, aeronáutica, naviera o de
cualesquiera otros transportes de servicio público
federal o local, se caucen (sic) homicidios de dos o
más personas, la pena será de cinco a veinte años
de prisión, destitución del empleo, cargo o
comisión e inhabilitación para obtener otros de la
misma naturaleza. Igual pena se impondrá cuando
se trate de transporte de servicio escolar.
La calificación de la gravedad de la culpa queda al
prudente arbitrio del juez, quien deberá tomar en
consideración las circunstancias generales
señaladas en el artículo 52, y las especiales
siguientes
I.- La mayor o menor facilidad de prever y evitar el
daño que resultó;
II.- El deber del cuidado del inculpado que le es
exigible por las circunstancias y condiciones
personales que el oficio o actividad que desempeñe
le impongan;
III.- Si el inculpado ha delinquido anteriormente en
circunstancias semejantes;
IV.- Si tuvo tiempo para obrar con la reflexión y
cuidado necesarios, y
V.- El estado del equipo, vías y demás condiciones
de funcionamiento mecánico, tratándose de
infracciones cometidas en los servicios de
empresas transportadoras, y en general, por
conductores de vehículos.”
Por su parte, el artículo 9°, del Código Penal Federal,
distingue el dolo de la culpa, de la siguiente manera:

25
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1186/2012.

“ARTÍCULO 9°.- Obra dolosamente el que,


conociendo los elementos del tipo penal, o
previendo como posible el resultado típico, quiere o
acepta la realización del hecho descrito por la ley, y
Obra culposamente el que produce el resultado
típico, que no previó siendo previsible o previó
confiando en que no se produciría, en virtud de la
violación a un deber de cuidado, que debía y podía
observar según las circunstancias y condiciones
personales.”

Conforme a lo anterior, se actualizará la forma dolosa del


delito cuando el activo, conociendo los elementos del tipo penal o
previendo la posibilidad del resultado, quiere o acepta la
realización del hecho descrito en la norma penal.

Así, obra dolosa o intencionalmente, quien conociendo las


circunstancias del hecho típico, quiera o acepte el resultado
prohibido por la ley. De ahí que sea claro, que el dolo importa un
saber (conocimiento) y un querer (volición) que apuntan los
elementos o circunstancias que requiere la correspondiente figura
del delito.

De tal forma, el agente actúa dolosamente cuando sabe o


conoce lo que realmente ejecuta y quiere su consumación.

Apoya a lo anterior, la tesis aislada, 1a. CVI/2005, de esta


Primera Sala, consultable en el Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XXIII, marzo de
dos mil seis, página 206, de rubro y texto siguientes:

26
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1186/2012.

“DOLO DIRECTO. SUS ELEMENTOS. El dolo directo


se presenta cuando la intención del sujeto activo es
perseguir directamente el resultado típico y abarca
todas las consecuencias que, aunque no las
busque, el sujeto prevé que se producirán con
seguridad. El dolo directo se compone de dos
elementos: el intelectual y el volitivo. El primero
parte de que el conocimiento es el presupuesto de
la voluntad, toda vez que no puede quererse lo que
no se conoce, por lo que para establecer que el
sujeto activo quería o aceptaba la realización de un
hecho previsto como delito, es necesaria la
constancia de la existencia de un conocimiento
previo; esto es, el sujeto activo debe saber qué es
lo que hace y conocer los elementos que
caracterizan su acción como típica, de manera que
ese conocimiento gira en torno a los elementos
objetivos y normativos del tipo, no así respecto de
los subjetivos. Por otro lado, el elemento volitivo
supone que la existencia del dolo requiere no sólo
el conocimiento de los elementos objetivos y
normativos del tipo, sino también querer realizarlos.
Es por ello que la dirección del sujeto activo hacia
la consecución de un resultado típico, sirve para
determinar la existencia del dolo. Así pues, se
integran en el dolo directo el conocimiento de la
situación y la voluntad de realizarla.”
Contradicción de tesis 68/2005-PS. Entre las sustentadas por el Primer
Tribunal Colegiado del Quinto Circuito y el Primer Tribunal Colegiado
del Octavo Circuito. 3 de agosto de 2005. Cinco votos. Ponente: José
Ramón Cossío Díaz. Secretario: Miguel Enrique Sánchez Frías.

Es oportuno precisar, que la clasificación más frecuente del


dolo es la que distingue entre dolo directo, dolo indirecto o mediato
y dolo eventual.

En el dolo genérico o directo la voluntad del sujeto se dirige


precisamente a aquello que constituye el delito.

27
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1186/2012.

Se distinguen así, el dolo genérico o directo, de aquel


denominado específico, haciendo recaer esta división en la
estructura de los tipos legales; y específico será el producto de los
casos en que la ley exige al sujeto, una situación anímica
particular respecto del fin, distinguiéndose de esta manera de la
mayoría de los preceptos en donde nada se expresa en concreto
sobre el ánimo activo y, naturalmente, la imputación en su perfil
doloso, que se compagina con la conciencia y la voluntad en sí,
del hecho previsto típicamente.

En los casos de dolo específico se requiere, por sobre la


valoración común de la intencionalidad del acto, considerar los
hechos en términos de una situación anímica circunscripta, de
acuerdo a la descripción legal del precepto.

Conforme a lo anterior, al no encontrarse expresamente


señalados los artículos 83 y 83 Quater, de la Ley Federal de
Armas de Fuego y Explosivos, dentro de los delitos que pueden
ser de tipo culposo, es dable sostener que el delito de que se trata
únicamente permite su comisión de forma dolosa, de ahí que si
estamos en presencia de un delito cuyo resultado no es de tipo
material, sino que es de lesión con resultado formal, el dolo se
ubica en la conciencia y voluntad del sujeto activo de que a partir
de portar un arma que es de uso exclusivo de las fuerzas
armadas, o bien, poseer cartuchos en cantidades mayores a las
permitidas.

28
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1186/2012.

Así, el precepto en comento implica un delito doloso, pues es


patente el conocimiento y voluntad del activo en la realización de
los elementos del hecho típico.

Conocimiento en cuanto a que carece de derecho para portar


o poseer los armamentos o cartuchos previstos en los numerales
en análisis, dañando el bien jurídico protegido, orientado a la
realización de la descripción típica.

De manera más precisa, en los delitos previstos y


sancionados en los artículo 83, fracción III y 83 Quater, fracción II,
de la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos, se trata de
dolo genérico o directo, toda vez que la ley no exige al sujeto
activo, una calidad subjetiva específica relativa a una intención
calificada o una situación anímica particular, respecto del fin con el
que se actualiza el ilícito.

Conforme con lo antes expuesto, basta que se acrediten los


elementos descritos para que se configuren los delitos de
portación de arma de fuego de uso exclusivo del Ejército, Armada
o Fuerza Aérea, así como posesión de cartuchos en cantidades
mayores a las permitidas, sancionados por los artículos 83,
fracción III y 83 Quater, fracción II, de la Ley Federal de Armas de
Fuego y Explosivos; esto es, se actualiza con la portación de un
arma de uso exclusivo de las mencionadas instituciones, así como
poseyendo cartuchos en cantidades mayores a las permitidas,
haciendo la remisión correspondiente al diverso artículo 11, del
mismo ordenamiento legal, dependiendo del artefacto de que se
trate, conociendo los elementos del tipo penal y queriendo la
realización de los hechos descritos en dichos preceptos.

29
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1186/2012.

Ahora bien, de manera preliminar al estudio del agravio, debe


hacerse mención que, efectivamente, el delito de portación de
arma de fuego de uso exclusivo del ejército, armada y fuerza
aérea, —previsto en el artículo 83, de la Ley Federal de Armas de
Fuego y Explosivos—, así como el diverso de posesión de
cartuchos —establecido en el diverso numeral 83 Quater, del
mismo ordenamiento legal—, son de peligro y no de resultado; es
decir, la sola portación o posesión de los instrumentos bélicos
previstos en los artículos correspondientes, reservados a los
institutos armados del país, afecta la seguridad pública, que
precisamente, consiste en el bien jurídico tutelado por dichos
preceptos legales.

Del primero de los artículos mencionados, se advierte que al


que sin el permiso correspondiente porte un arma de uso exclusivo
del Ejército, Armada o Fuerza Aérea, se le sancionará de la
siguiente manera:

 Con prisión de tres meses a un año y de uno a diez


días multa, cuando se trate de las armas comprendidas
en el inciso i) del artículo 11, de la Ley Federal de
Armas de Fuego y Explosivos;

 Con prisión de tres a diez años y de cincuenta a


doscientos días multa, cuando se trate de armas
comprendidas en los incisos a) y b) del artículo 11, de la
misma ley, y

30
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1186/2012.

 Con prisión de cuatro a quince años y de cien a


quinientos días multa, cuando se trate de cualquiera de
las otras armas comprendidas en el artículo 11, del
mismo ordenamiento legal.

 En caso de que se porten dos o más armas, la pena


correspondiente se aumentará hasta en dos terceras
partes.

 Cuando tres o más personas, integrantes de un grupo,


porten armas de las comprendidas en la fracción III, del
presente artículo, la pena correspondiente a cada una
de ellas se aumentará al doble.

De ahí que, dependiendo del tipo de arma en particular de


que se trate, dicho numeral remite a una clasificación establecida,
en el artículo 11, de la Ley Federal de Armas de Fuego y
Explosivos, el cual determina los artefactos bélicos de uso
exclusivo del Ejército, con lo que se cumple con lo dispuesto por el
principio de taxatividad en materia penal, pues el legislador federal
estableció en dicho numeral un listado claro y preciso de las
armas, municiones y materiales de uso exclusivo del Ejército,
Armada y Fuerza Aérea Mexicanos, así como la pena establecida,
dependiendo del tipo de arma que se porte, tal y como se advierte
de dicho numeral transcrito con anterioridad.

Así pues, del artículo 11, de la Ley Federal de Armas de


Fuego y Explosivos, se advierte que para regular lo relativo a las
armas de uso exclusivo del Ejército, Armada y Fuerza Aérea

31
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1186/2012.

Nacionales, que ahí se enlistan, se atiende a la necesidad


justificada de prohibir a los particulares la portación de dichos
instrumentos, en atención a su potencialidad lesiva de los mismos,
puesto que, por su propia naturaleza, deben estar únicamente a
disposición de las fuerzas armadas, esto, con el fin de combatir
hechos que en la exposición de motivos relativos se señalan
como: de sangre, pistolerismo y proteger a la colectividad de la
inseguridad y de los abusos de quienes usan armas con el ilícito
propósito de atentar contra la vida o el patrimonio de las personas.
Por tanto, la potencialidad lesiva de un arma de fuego es un factor
primordial a fin de no hacer distinción en cuanto a la posible
disminución o aumento de la sanción, dependiendo del tipo de
artefacto de que se trate, pues la penalidad impuesta a quien se
ubique en las hipótesis contempladas en los artículos tildados de
inconstitucionales se deriva de la necesidad estatal de
salvaguardar la paz y tranquilidad de los habitantes de nuestro
país.

Lo anterior se pone de manifiesto de lo expuesto en la


exposición de motivos que dio origen a la creación de la Ley
Federal de Armas de Fuego y Explosivos, en la cual, respecto a lo
que aquí interesa se expuso lo siguiente:

“Proceso legislativo:
EXPOSICION DE MOTIVOS
CÁMARA DE ORIGEN: SENADORES
EXPOSICIÓN DE MOTIVOS
MÉXICO, D.F. A 28 DE OCTUBRE DE 1971
INICIATIVA DEL EJECUTIVO

32
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1186/2012.

...En tal virtud, con fundamento en el artículo 135 de


la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, se reformó su Artículo 10 con la
finalidad de combatir el pistolerismo; sujetar la
posesión y portación de armas en el país a las
limitaciones exigidas por la paz y la tranquilidad de
sus habitantes, y para expedir una ley de carácter
federal que, acorde a las circunstancias imperantes
en el territorio mexicano, determinará los casos,
condiciones y lugares para que se pudieran otorgar
licencias de portación de armas y de actividades
relacionadas. --- Por muchos años se sintió la
necesidad de una adecuada Ley Federal que
armonizara la norma constitucional y el imperativo
del Estado en controlar más efectiva y
unitariamente todo lo relacionado con las armas, de
acuerdo con la evolución y desarrollo político,
económico y social del pueblo mexicano.--- Es
misión de los Poderes de la Unión, garantizar el
orden interior y el desarrollo pacífico y armónico de
las actividades de los habitantes de los Estados
Unidos Mexicanos, y al expedirse una
reglamentación de todas las actividades
relacionadas con las armas, se coadyuva al logro
de ese propósito.--- La iniciativa que someto a la
consideración de ese H. Congreso de la Unión,
cumple con el requisito constitucional de señalar
las armas prohibidas, y por lo que toca a las
reservadas para uso exclusivo del Ejército, Armada
y Fuerza Aérea, en razón de la tecnología moderna
que imposibilita enumerarlas exhaustivamente, se
prefirió señalar a las que pueden poseer y portar los
particulares, quedando por exclusión todas las
demás reservadas para las Fuerzas Armadas.--- Las
condiciones y requisitos para autorizar la portación
de armas, son objeto de una minuciosa regulación,
con la finalidad de garantizar la tranquilidad del
país, a efecto de evitar, en lo posible, los hechos de
sangre y prevenir el pistolerismo, el mal uso de las
armas y asegurar el respeto a la vida y derechos de
los demás. Se ha buscado proteger a la colectividad
del temor a la inseguridad y a los abusos de
quienes ponen en peligro a la sociedad, y más

33
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1186/2012.

todavía, de quienes en uso de armas con el ilícito


propósito de atentar contra la vida o el patrimonio
de las personas, causando en ocasiones verdadero
pánico colectivo.---

Congruente con el precepto constitucional, la


posesión y portación de armas se otorga con
excepción de las reservadas para uso exclusivo del
Ejército, Armada y Fuerza Aérea y de las prohibidas
por la Ley.--- El proyecto recoge la conveniencia de
reglamentar en forma especial y bajo ciertas
condiciones, la autorización para la portación de
armas por parte de quienes se dediquen a las
actividades deportivas de cacería y tiro al blanco.---
Para la operabilidad funcional del registro de armas,
los particulares que las adquieran o posean deben
manifestarlas, obligación que incluye a los
funcionarios, empleados públicos y miembros de
los cuerpos de policía federales, estatales y
municipales.--- La formación de colecciones o
museos de armas, requieren de los permisos
correspondientes, así como la venta de armas que
los integran.--- Se clasifican las licencias de
portación de armas, en dos clases: particulares y
oficiales; bajo el concepto de que las particulares
podrán ser obtenidas por todo individuo que
radique en los Estados Unidos Mexicanos, con la
sola condición de acreditar su modo honesto de
vivir y la necesidad de su utilización.--- Como las
autoridades encargadas de la aplicación de la Ley
realizan actividades para que los particulares
obtengan su licencia de portación, se establece que
causa derechos la expedición de las mismas; pero
por la desigualdad económica del sector de
ejidatarios y comuneros, como acto de justicia
social se les exime del pago de los mismos.--- Las
causas para cancelar o suspender las licencias, se
regulan tomando en cuenta las transgresiones a los
límites normales de una convivencia armónica, o a
la realización de actos de ostensible infracción de
las disposiciones legales.--- Es evidente que los
regímenes revolucionarios con apoyo en nuestro
Código Político de 1917 han logrado el innegable

34
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1186/2012.

progreso del país en todos los aspectos de la vida


nacional, dentro de los que destacan por su
incremento extraordinario, las actividades
industriales y comerciales.--- Consecuente con
dicho progreso, corresponde al Estado velar por
que el desenvolvimiento de actividades industriales
y comerciales produzca para los habitantes de la
Nación el mayor aporte de bienes y servicios y no
perjudique o restrinja su libre desarrollo, ni su
seguridad, ni la del Estado, por lo que deben
actualizarse las normas que lo regulan a medida
que lo exija el desarrollo obtenido.--- En la iniciativa
se señalan los diversos tipos de permisos para
dedicarse a las actividades y operaciones
relacionadas con armas y explosivos; las normas
para su importación y exportación, transporte y
almacenamiento, y se establece el régimen de su
control y vigilancia.--- Se tipifica como delito
específico, con severa penalidad, la introducción
clandestina de armas, municiones y explosivos.---
Al sancionarse con energía no tan sólo a los
introductores ilícitos de las armas y materiales
conexos, sino también a los funcionarios y
empleados que defraudan la confianza depositada
en ellos por el Estado, se estima que se aporta un
elemento punitivo más, que hará posible cumplir las
finalidades de la ley y garantizar con la restricción y
sanción de dicho ilícito, la seguridad de los
habitantes del país; como sanción ejemplar, se
establece el decomiso y la destrucción de las armas
y de más materiales a que se refiere la Ley.--- El
Ejecutivo Federal estima que esta Iniciativa que se
pone a consideración del Honorable Poder
Legislativo de la Unión, viene a satisfacer una
necesidad social en materia de seguridad de las
personas y de sus bienes y es una adecuada
respuesta al clamor público en materia de
seguridad; se hace eco del sentir nacional y en la
medida de lo posible, coadyuvará a garantizar el
orden, la paz y, la seguridad de las personas y de la
colectividad...”

35
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1186/2012.

De la exposición de motivos antes señalada, se advierte el


ánimo del legislador de garantizar la tranquilidad de los habitantes
del país, evitando el mal uso de las armas, para proteger a la
colectividad del temor a la inseguridad y a los abusos de quienes
ponen en peligro a la sociedad. Así, se atendió a la peligrosidad de
distintas armas, para regular si son susceptibles de pertenecer a
particulares o son de uso exclusivo de las Fuerzas Armadas del
país, así como la pena con que se debe castigar a quienes porten
aquellas de uso exclusivo del Ejército, Armada y Fuerza Aérea.

De tal modo, los artículos tildados de inconstitucionales por el


quejoso, prevén que está prohibida la posesión de las armas
reservadas para uso exclusivo del Ejército, Armada y Fuerza
Aérea, así como la de los cartuchos compatibles con ellas, es
decir, se tipifica el delito como una consecuencia necesaria a la
veda de la tenencia de estos artefactos en sí mismos y, contrario a
lo aducido por el recurrente, el numeral 83, de la Ley Federal de
Armas de Fuego y Explosivos, al remitir a la clasificación de éstas,
establecida en el diverso numeral 11 de esa ley, sí hace una
diferenciación en las penas dependiendo del tipo de arma o armas
materia del delito, por el grado de peligrosidad que radica en
portarlas.

Correctamente lo refirió el Tribunal Colegiado de Circuito,


que emitió la sentencia que ahora se revisa, por lo que hace al
artículo 11, de la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos, y
esta Primera Sala, considera que tal numeral no adolece de
ambigüedad, pues éste solamente establece las armas y
municiones que se consideran de uso exclusivo de las Fuerzas
Armadas del país.

36
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1186/2012.

Así, al constituir únicamente un listado de los artefactos cuyo


uso se considera exclusivo de las instituciones mencionadas,
contrario a lo que aduce el recurrente, dicho numeral no permite la
aplicación de una sanción igual por la portación de armas distintas
y con diversos accesorios, puesto que ni siquiera establece alguna
penalidad; por tanto, no viola el artículo 14, de la Constitución
General de la República.

Además, se precisa que el artículo 11, de la Ley Federal de


Armas de Fuego y Explosivos, a manera de tipo en blanco, no
resulta ilegal, ya que es una ley en sentido formal y material que
incluso se trata de la misma legislación especial en materia de
armas de fuego y explosivos, donde se contienen los tipos que se
analizan en la presente resolución, por lo que, esta Primera Sala
considera que no se vulnera el principio de taxatividad en materia
penal.

Por otro lado, en cuanto a los diversos artículos 83, fracción


III y 83 Quater, fracción II, del ordenamiento legal que nos ocupa,
se advierte que no violan la garantía de exacta aplicación de la ley
penal, toda vez que precisan las hipótesis normativas que se
consideran delitos y señalan con precisión las consecuencias
jurídicas de esas conductas ilícitas sancionadas; esto es,
contienen la tipificación previa de la conducta o hecho que se
reputa como ilícito, y el señalamiento de las sanciones también
están consignadas con anterioridad a las conductas
incriminatorias; luego, dichos preceptos otorgan certidumbre en su
aplicación y evitan, en consecuencia, arbitrariedad en la actuación
de la autoridad aplicadora de dichos preceptos.

37
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1186/2012.

En efecto, del texto de los preceptos en comento, se advierte


que los hechos punibles descritos en los tipos penales contemplan
la realización de conductas activas, consistentes en la portación
de armas de fuego de uso exclusivo del Ejército, Armada o Fuerza
Aérea, la cual precisa de ser acompañada, simultáneamente, de
una circunstancia adicional: la falta o carencia del permiso
correspondiente, o bien, de la posesión de cartuchos para las
armas de uso exclusivo de las Fuerzas Armadas.

De acuerdo a lo anterior, los preceptos en cuestión prevén el


tipo del delito de portación de armas de fuego reservadas al
Ejército, Armada o Fuerza Aérea, así como posesión de cartuchos
para dichos armamentos.

En relación con las sanciones a la conducta tipificada como


delito, la fracción III, del artículo 83 cuestionado establece: “Con
prisión de cuatro a quince años y de cien a quinientos días
multa, cuando se trate de cualquiera de las otras armas
comprendidas en el artículo 11 de esta Ley”. Del mismo modo,
la fracción II, del diverso numeral 83 Quater, señala: “Con prisión
de dos a seis años y de veinticinco a cien días multa, si son
para las armas que están comprendidas en los restantes
incisos del artículo 11 de esta Ley”. Estas disposiciones, en
forma expresa prevén las sanciones que han de aplicarse a las
personas que cometan los ilícitos de que se trata, en esos casos
específicos.

38
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1186/2012.

Lo anterior pone de manifiesto que, el Legislador Federal, sí


especificó de manera precisa y sin lugar a dudas las
consecuencias jurídicas del delito de portación de armas
reservadas al Ejército, Armada y Fuerza Aérea, sin el permiso
correspondiente, así como del relativo a la posesión de cartuchos
para dichas armas, en virtud de que en forma categórica
estableció las penas de prisión y pecuniarias antes mencionadas,
con lo cual otorga certeza jurídica a quien se le aplique tales
consecuencias jurídicas.

Las anteriores consideraciones conllevan a concluir que los


numerales 83, fracción III y 83 Quater, fracción II, de la Ley
Federal de Armas de Fuego y Explosivos no contravienen las
garantías de exacta aplicación de la ley penal y de legalidad
consagradas en el artículo 14, de la Constitución Federal, pues, de
acuerdo a todo lo razonado, describen el tipo penal y señalan en
forma expresa las consecuencias jurídicas de esos ilícitos,
consistentes en las penas de prisión y pecuniarias señaladas en
los propios preceptos y no dejan lugar a la arbitrariedad en la
actuación de la autoridad aplicadora.

Similares consideraciones adujo la Segunda Sala de este


Alto Tribunal, al resolver el Amparo Directo en Revisión
1762/2002, fallado el veintiuno de febrero de dos mil tres, del que
derivó la tesis aislada que a continuación se transcribe:

“Novena Época
Instancia: Segunda Sala
Tesis Aislada
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
XVII, Abril de 2003,

39
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1186/2012.

Materia(s): Constitucional
Tesis: 2a. LVI/2003
Página: 203

ARMAS DE FUEGO. EL ARTÍCULO 83, FRACCIÓN II,


DE LA LEY FEDERAL RELATIVA, NO
CONTRAVIENE LA GARANTÍA DE EXACTA
APLICACIÓN DE LA LEY PENAL CONTENIDA EN EL
ARTÍCULO 14 DE LA CONSTITUCIÓN FEDERAL. El
Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
al interpretar el párrafo tercero del artículo 14 de la
Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, estableció que la garantía de exacta
aplicación de la ley en materia penal, no se
circunscribe a los meros actos de aplicación, sino
que abarca también a la propia ley que se aplica, la
cual debe estar redactada de tal forma, que los
términos empleados para especificar los elementos
respectivos sean claros, precisos y exactos. En
congruencia con tal criterio, el artículo 83, fracción
II, de la Ley Federal de Armas de Fuego y
Explosivos, no contraviene la garantía
constitucional de referencia, en virtud de que con
nitidez prevé la hipótesis normativa considerada
delito, es decir, el tipo penal consistente en la
portación de un arma de fuego de uso exclusivo del
Ejército, Armada o Fuerza Aérea, la cual debe ser
acompañada simultáneamente de una circunstancia
adicional: falta o carencia del permiso
correspondiente, y expresamente señala que las
penas aplicables a dicha conducta serán de cinco a
diez años de prisión y cincuenta a doscientos días
multa, cuando se trate de las armas comprendidas
en los incisos a) y b) del artículo 11 de la ley citada.
En esta tesitura, se pone de relieve que el precepto
en comento expresamente describe el tipo penal y
categóricamente instituye las penas de prisión y
pecuniarias con las cuales debe ser castigado,
evitando así confusiones en la aplicación del propio
precepto o demérito en la defensa del indiciado o
procesado.”
Amparo directo en revisión 1762/2002. 21 de febrero de 2003. Cinco votos.
Ponente: Sergio Salvador Aguirre Anguiano. Secretario: Alberto Miguel Ruiz
Matías.

40
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1186/2012.

De tal manera, fue correcta la aseveración del Primer


Tribunal Colegiado del Noveno Circuito, al manifestar que,
contrario a lo que aduce el quejoso, el artículo 83, de la Ley
Federal de Armas de Fuego y Explosivos, no resulta ambiguo,
pues fija de manera correcta en qué consiste el delito que tipifica y
contempla los elementos que lo integran, aunado a que especifica
las penas aplicables para cada especie de arma, remitiéndose a la
descripción existente en el diverso numeral 11 de la misma Ley, lo
que denota que se fijan, clara y concretamente, las conductas
sancionables.

Del mismo modo, acertadamente el Tribunal Colegiado de


Circuito, en la sentencia recurrida señaló que por lo que hace al
artículo 83 Quater, de la legislación penal en comento, resulta
claro en cuanto al tipo de posesión de cartuchos que contempla, y
fija la penalidad aplicable haciendo remisión al artículo 11, de la
Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos, por lo que no
adolece de ambigüedad; incluso, argumenta, se encuentra
implícito que la severidad de la sanción está vinculada a la
potencialidad lesiva de los cartuchos; y si bien, como lo indicó el
órgano Colegiado de Circuito, no se establece qué cantidad de
cartuchos objeto de la posesión actualiza el ilícito, es indiscutible
que se refiere a cualquier cantidad. Para lo cual citó la
Jurisprudencia 1a./J. 1/2003, emitida por esta Primera Sala,
publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,
Novena Época, tomo XVII, febrero de 2003, página 96, de rubro y
texto siguientes:

41
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1186/2012.

“CARTUCHOS PARA ARMAS DE USO EXCLUSIVO


DEL EJÉRCITO, ARMADA Y FUERZA AÉREA. SU
POSESIÓN ES PUNIBLE EN TÉRMINOS DE LA LEY
FEDERAL DE ARMAS DE FUEGO Y EXPLOSIVOS.
De la interpretación sistemática de los artículos 9o.,
10, 10 Bis, 11, 50, 77, fracciones I y IV, y 83 Quat de
la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos, se
desprende que el legislador excluyó a los
particulares la posibilidad de poseer o portar armas
reservadas para el uso exclusivo del Ejército,
Armada y Fuerza Aérea, así como los cartuchos
correspondientes para aquéllas, por lo que la
posesión de éstos sí puede ser objeto de las penas
que prevé el último numeral citado. Esto es así,
porque si bien en la ley no se señaló cantidad
alguna para la posesión de los cartuchos
correspondientes a las armas de uso exclusivo, ello
fue, precisamente, porque las diversas conductas
de posesión o portación de este tipo de armas se
consideran constitutivas de delito cuando se llevan
a cabo por quien no pertenece a los institutos
armados, por lo que si no existe autorización a este
respecto, tampoco puede haberla para poseer los
cartuchos correspondientes. No es óbice a lo
anterior, el que la fracción I del referido numeral 83
Quat se refiera a la expresión "cantidades mayores
a las permitidas", pues ello no debe entenderse en
forma gramatical, sino de manera sistemática, esto
es, si se parte de la premisa de que el legislador
expresamente prohíbe la posesión o portación de
armas reservadas para el uso exclusivo de las
instituciones castrenses a los particulares, es
evidente que la posesión de los cartuchos, que
resultan accesorios a dichas armas, también está
prohibida y, por ende, la tenencia de cualquier
cantidad de ellos resulta punible, además de que tal
expresión se refiere a cartuchos pertenecientes a
armas permitidas a los particulares en términos del
artículo 50 de la ley referida. Estimar lo contrario
llevaría a la conclusión errónea de que existe
autorización para contar con cartuchos para armas
que están expresamente prohibidas para los
particulares.”

42
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1186/2012.

En virtud de lo anterior, deviene infundado el agravio


formulado por el recurrente, en lo referente a que los artículos 83,
fracción III, 83 Quater, fracción II y 11, de la Ley Federal de Armas
de Fuego y Explosivos, violan los principios de legalidad,
taxatividad y exacta aplicación de la ley, contemplados en el
artículo 14 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos.

Ahora bien, del escrito mediante el cual se interpone el


presente recurso de revisión, se advierte que el quejoso aduce
que la pena prevista en los artículos señalados con anterioridad,
rebasa las reglas de la lógica, toda vez que siendo el delito de
portación de arma de fuego un delito de peligro, contiene una
sanción mayor que un delito de resultado, como es el de lesiones,
tentativa de homicidio, y en algunos casos el homicidio (en riña,
exceso en legítima defensa, por culpa); de ahí que la sanción
prevista para las hipótesis que alega, deviene inconstitucional —
argumento resumido en el inciso c), del considerando séptimo de
la presente resolución—.

En ese contexto, si bien dicho argumento aducido por el


recurrente es una cuestión novedosa, que no fue invocado en sus
conceptos de violación, ni fue materia de análisis en la sentencia
recurrida emitida por el Tribunal Colegiado de Circuito, lo cierto es
que como el caso a estudio es de naturaleza penal, en términos
del artículo 76 Bis, fracción II, de la Ley de Amparo, procede la
suplencia de la queja aun ante la ausencia de conceptos de

43
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1186/2012.

violación o agravios del reo, cuestión por la que, siendo novedoso,


se procede a su estudio.

Lo anterior tiene apoyo en la tesis aislada sustentada por el


Pleno de este Alto Tribunal, cuyo texto y datos de localización son:

“Novena Época
Instancia: Pleno
Tesis Aislada
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
XII, Octubre de 2000,
Materia(s): Constitucional, Penal
Tesis: P. CLXVI/2000
Página: 45

SUPLENCIA DE LA DEFICIENCIA DE LA QUEJA EN


MATERIA PENAL. OPERA EN LOS RECURSOS DE
REVISIÓN COMPETENCIA DE LA SUPREMA CORTE
DE JUSTICIA DE LA NACIÓN, AUN CUANDO LOS
AGRAVIOS QUE LOS SUSTENTAN, REFERIDOS A
LA CONSTITUCIONALIDAD DE UNA LEY, SEAN
NOVEDOSOS RESPECTO DE LOS CONCEPTOS DE
VIOLACIÓN AUSENTES EN LA DEMANDA
ORIGINAL. Si se toma en consideración que en la
materia penal la suplencia de la deficiencia de la
queja debe aplicarse como una verdadera
integración de planteamientos ausentes, y que esta
Suprema Corte de Justicia de la Nación, en la tesis
P. LXXXV/95, publicada en el Semanario Judicial de
la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo II,
octubre de 1995, página 162, de rubro: ‘SUPLENCIA
DE LA QUEJA EN MATERIA PENAL. OPERA
RESPECTO DE LOS CONCEPTOS DE VIOLACIÓN
REFERIDOS A LA CONSTITUCIONALIDAD DE LA
LEY.’, estableció que cuando se trate de la
suplencia prevista en el artículo 76 bis, fracción II,
de la Ley de Amparo, relativo al juicio de garantías
en materia penal, no existe distinción alguna con
relación a si debe aplicarse a cuestiones de mera
legalidad o de inconstitucionalidad de leyes, así
como que tampoco hay impedimento para suplir los
conceptos de violación referidos a la

44
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1186/2012.

constitucionalidad de una ley, siempre y cuando


figure como acto reclamado y se haya emplazado a
las autoridades que la expidieron, puede concluirse
que también resulta procedente dicha suplencia,
cuando se trate de recursos de revisión
competencia de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación en los que se introducen, vía agravios,
planteamientos novedosos en cuanto a que no
formaron parte de los conceptos de violación
sostenidos en la demanda de garantías natural, que
versen sobre inconstitucionalidad de leyes. Ello es
así, en primer lugar, porque ni la Constitución
Federal ni la Ley de Amparo contienen disposición
expresa que lo prohíba y, en segundo, la referida
suplencia se hace extensiva hacia los agravios que
se formulen en los recursos previstos en las leyes
respectivas. Además, si la citada figura constituye
una obligación para los Jueces de amparo, entre los
que se encuentra la Suprema Corte, y el recurso de
revisión, cuyo conocimiento le compete, tiene su
razón de ser en que en alguna de las hipótesis del
asunto, sujeto a estudio, subsista el problema de
constitucionalidad, no puede aceptarse que dicha
institución opere privativamente para los negocios
de mera legalidad, pues ello generaría el riesgo de
hacer nugatorio su efectivo alcance.”
Amparo en revisión 2003/97. 11 de noviembre de 1999. Unanimidad de
nueve votos. Ausentes: José Vicente Aguinaco Alemán y José de Jesús
Gudiño Pelayo. Ponente: Juventino V. Castro y Castro. Secretario: Roberto
Javier Ortega Pineda.

Ahora bien, de una interpretación del argumento en estudio,


se advierte que el recurrente, en esencia, plantea que el delito de
“portación de arma de fuego” carece de proporcionalidad, sin que
haga señalamiento en relación a qué fracción del artículo 83, de la
Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos se refiere; sin
embargo, atendiendo a las reglas del amparo, debe considerarse
la que le fue aplicada y a la que se refiere tanto en sus conceptos
de violación como en su agravio, esto es, a la fracción III, de dicho

45
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1186/2012.

precepto, —que contempla de cuatro a quince años de prisión—,


frente a delitos de resultado material, como lo es el de lesiones, y
el homicidio en grado de tentativa, por riña, culposo o exceso en
legítima defensa.

Al respecto, si bien es cierto que el artículo 22, primer


párrafo, parte in fine, señala que toda pena debe ser proporcional
al delito que sancione y al bien jurídico tutelado, el planteamiento
que de manera escueta expone el recurrente y que en suplencia
de la queja se estudia, deviene infundado, pues con
independencia de que éste no corresponda a tema alguno de la
sentencia recurrida, ni implique combate a dicho fallo, lo cierto es
que no guarda una relación, como parámetro de proporcionalidad,
el confrontar o cuestionar la sanción que resulta aplicable al
actualizar el tipo previsto en la fracción III, del artículo 83, de la
Ley General de Armas de Fuego y Explosivos, que es de peligro, y
se encuentra incrementado, frente a las fracciones I y II, de dicho
precepto, en atención al carácter lesivo de las armas señaladas en
el diverso artículo 11, del mismo ordenamiento legal, frente a la
sanción que corresponde a formas de delitos de resultado
material, que califican o atañen al tipo básico del ilícito al que se
refiere. Esto es, el delito de homicidio —cuyo bien jurídico tutelado
es la vida—, así como el de lesiones —que protege la integridad
física—, de modo alguno pueden ser un parámetro comparativo
para efecto de la proporcionalidad en la comisión de delitos que
protegen bienes jurídicos diferentes, de resultado distinto, y
calificados o atenuados, frente al que aduce el recurrente —que
tutela la seguridad pública—.

46
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1186/2012.

Al respecto, cabe citar el criterio emitido por la Segunda Sala


de este Alto Tribunal número 2a. XLIV/2001, consultable en el
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XIII, mayo
de dos mil uno, página 459, que esta Primera Sala comparte, la
cual es del rubro y texto siguiente:

“PORTACIÓN DE ARMAS DE FUEGO DE USO


EXCLUSIVO DEL EJÉRCITO, ARMADA Y FUERZA
AÉREA. EL BIEN JURÍDICO TUTELADO POR ESE
ILÍCITO TIPIFICADO EN EL ARTÍCULO 83 DE LA
LEY FEDERAL DE ARMAS DE FUEGO Y
EXPLOSIVOS, ES LA SEGURIDAD PÚBLICA Y NO
EL DERECHO PREFERENTE DE SU USO POR LAS
FUERZAS ARMADAS. Si se toma en consideración
que el bien jurídico protegido constituye la base
sobre la cual se construye la hipótesis delictiva, por
lo que no puede existir algún tipo penal sin la
pretensión de salvaguardar un determinado bien
jurídico, entendiéndose por éste todo interés vital
del individuo o de la colectividad protegido por la
ley penal, resulta inconcuso que en el delito
previsto por el artículo 83 de la Ley Federal de
Armas de Fuego y Explosivos, el bien jurídicamente
tutelado no es el derecho de exclusividad de esas
armas, sino la seguridad pública. Ello es así, porque
del proceso legislativo que le dio origen, se advierte
que se trata de una conducta tipificada que
encuadra dentro de los llamados delitos de peligro,
inspirados en medidas de política criminal para
sancionar acciones que acusan temibilidad; por
tanto, si con la comisión de ese ilícito se pone en
riesgo la seguridad pública, ésta constituye el bien
jurídico tutelado en esa hipótesis delictiva; que
además, justifica el trato diferencial que se
establece para regular y sancionar la portación de
armas de diversos calibres. Por otro lado, la
circunstancia de que el ilícito en cuestión esté
contemplado en la citada ley especial y no en el
capítulo relativo a los delitos que atentan en contra
de la seguridad pública, contenido en el Código

47
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1186/2012.

Penal Federal, no significa que éste no sea el bien


tutelado por tal ilícito, sino que ante la necesidad de
adecuar una ley federal que armonizara la garantía
consagrada en el artículo 10 de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos y el
imperativo del Estado de controlar de manera
efectiva y unitariamente todo lo relacionado con las
armas de fuego, se determinó expedir dicha ley,
pues al reglamentar todas las actividades
relacionadas con éstas se coadyuvaría al logro de
la seguridad pública, estableciendo las condiciones
y los requisitos para autorizar la portación de
armas, con la finalidad de garantizar la tranquilidad
en el país, a efecto de evitar, en lo posible, los
hechos de sangre y el pistolerismo, el mal uso de
las armas y asegurar el respeto a la vida y a los
derechos de los demás, así como proteger a la
colectividad de la inseguridad y de los abusos de
quienes ponen en peligro a la sociedad; debiendo
añadir que la ley penal no está constituida
exclusivamente por el código de la materia, sino
también por el derecho penal especial, bajo cuya
denominación se comprenden todas las conductas
típicas existentes en leyes administrativas federales
que contemplan, en un apartado de su contenido, el
capítulo represivo en el que señalan conductas
delictuosas, sancionables generalmente con penas
de prisión y multa.”
Amparo en revisión 1129/2000. 30 de marzo de 2001. Cinco votos por
lo que respecta a los resolutivos primero y tercero y por mayoría de
cuatro votos en cuanto al resolutivo segundo. Disidente: José Vicente
Aguinaco Alemán. Ponente: Mariano Azuela Güitrón. Secretario:
Moisés Muñoz Padilla.

Ahora bien, el legislador penal está sujeto al marco de los


derechos humanos reconocidos en la Constitución y los tratados
internacionales suscritos y ratificados por el Estado Mexicano, por
lo que, al formular la cuantía de las penas debe atender a diversos
principios constitucionales, dentro de los cuales se encuentra el de

48
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1186/2012.

proporcionalidad, previsto en el artículo 22, de la Constitución


Política de los Estados Unidos Mexicanos, el cual dispone:

“ARTÍCULO 22. Quedan prohibidas las penas de


muerte, de mutilación, de infamia, la marca, los
azotes, los palos, el tormento de cualquier especie,
la multa excesiva, la confiscación de bienes y
cualesquiera otras penas inusitadas y
trascendentales. Toda pena deberá ser proporcional
al delito que sancione y al bien jurídico afectado.
(…)”.

Como puede advertirse del dispositivo constitucional antes


transcrito, en su parte in fine consagra el principio de
proporcionalidad de las penas cuya aplicación cobra especial
interés en la materia criminal, pero que ha sido aplicado
extensivamente a otros campos del orden jurídico que por su
naturaleza, conllevan también el ejercicio del ius puniendi.

La inclusión literal del postulado de proporcionalidad en el


mencionado dispositivo constitucional, al ser un verdadero
imperativo para toda sociedad democrática, se dio mediante la
reforma integral al sistema penal mexicano, que fue publicada en
el Diario Oficial de la Federación, el dieciocho de junio de dos mil
ocho.

De dicho proceso de reforma constitucional, se logra extraer


que en la respectiva exposición de motivos formulada por la
Cámara de Origen, la cual fue la de Diputados, de veintinueve de
septiembre de dos mil seis, se señaló lo siguiente:

49
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1186/2012.

“…
Lo que se pretende con la reforma del sistema de
justicia es dar soluciones de calidad a los
gobernados.

Principios de "lesividad" y "mínima intervención"

Para garantizar un sistema penal democrático es


preciso no sólo construir sus alcances sino,
también, definir los límites de intervención que un
Estado social y democrático debe ofrecer a sus
gobernados. En este sentido, coincidimos con la
propuesta de la Red que, en materia sustantiva
penal, agrega en un párrafo tercero a los principios
fundamentales del ius puniendo, como el de
"proporcionalidad" y "lesividad".

El principio de proporcionalidad supone que el
legislador deberá tomar en cuenta la magnitud del
bien jurídico afectado por una conducta delictiva al
momento de determinar qué sanción se le debe
aplicar; para ello se deberá atender, entre otros
elementos, al resto del sistema de sanciones, de
modo que a una conducta que dañe un bien jurídico
de menor importancia no se le aplique una sanción
que supera a la que se le aplica a una conducta que
sanciona un bien jurídico de mayor importancia. La
proporcionalidad exige también que el legislador
elija la sanción más benigna posible de entre todas

50
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1186/2012.

aquellas que tengan la misma eficacia para el


objetivo que se propone alcanzar, de tal modo que
el sacrificio que se realice del derecho de libertad
del que disfrutan todos los habitantes del país sea
el mínimo indispensable.
El principio de lesividad consiste en que el
legislador debe sancionar penalmente sólo aquellas
conductas que en verdad dañen bienes jurídicos
relevantes, ya sean de titularidad individual o
colectiva. Con ello se subraya el carácter del
derecho penal como última ratio, como recurso
extremo del Estado para sancionar a personas que
realicen conductas antijurídicas.”

Conforme a lo anterior, el ánimo del Constituyente


permanente al reformar el artículo 22, de la Constitución General
de la Republica, incluyendo el principio de proporcionalidad, fue
que el legislador, al momento de establecer las sanciones penales
respectivas tome en consideración la magnitud del bien jurídico
afectado por una conducta delictiva para lo que ha de atender al
resto del sistema de sanciones, a efecto de que no sea discorde
con la importancia de los bienes jurídicos tutelados,
sancionándose la vulneración de un bien de menor importancia
con una pena mayor de la que correspondería por atentar contra
un bien jurídico protegido de mayor entidad, o viceversa.

Además, exige también que el legislador elija la sanción más


benigna posible de entre el conjunto de las eficaces, para lograr el
fin que persigue tipificar tal conducta, de forma que encuentre una

51
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1186/2012.

justificación el limitar la libertad de las personas, siendo ésta la


medida última o extrema.

De acuerdo con el artículo 22, de la Constitución General de


la República —como lo señaló anteriormente esta Primera Sala de
la Suprema Corte de Justicia de la Nación, al resolver el juicio de
amparo directo en revisión 181/2001— “toda pena deberá ser
proporcional al delito que sancione y al bien jurídico afectado”.
Este derecho fundamental recoge lo que en la doctrina penal se
denomina la concepción estricta del principio de proporcionalidad
en materia penal. El contenido de este derecho consiste en la
exigencia de una adecuación entre la gravedad de la pena y la
gravedad del delito.

Asimismo, cabe señalar que esta Suprema Corte se ha


encargado de analizar, en otras ocasiones, la constitucionalidad
de penas establecidas por el legislador, a la luz del principio de
proporcionalidad contemplado en el artículo 22 constitucional. En
este sentido, se ha sostenido que “la gravedad de la pena debe
ser proporcional a la del hecho antijurídico y del grado de
afectación al bien jurídico protegido; de manera que las
penas más graves deben dirigirse a los tipos penales que
protegen los bienes jurídicos más importantes.”

En este sentido, el derecho fundamental a una pena


proporcional constituye un mandato dirigido tanto al legislador
como al juzgador. El primero cumple con ese mandato al
establecer en la ley penal la clase y la cuantía de la sanción
atendiendo a la gravedad de la conducta tipificada como delito.

52
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1186/2012.

Así, la proporcionalidad en abstracto de la pena se determina


atendiendo a varios factores: la importancia del bien jurídico
protegido, la gravedad del ataque a ese bien, el ámbito de
responsabilidad subjetiva, etc.

Por su parte, el juez penal es el encargado de determinar la


proporcionalidad en concreto de la pena. El legislador debe
proporcionar un marco penal abstracto que permita al juzgador
individualizar la pena, teniendo en cuenta las circunstancias
concretas de cada caso, tales como: la lesión o puesta en peligro
del bien, la intervención del agente para causar la lesión o crear el
riesgo, así como otros factores sociales o individuales que sirvan
para establecer la menor exigibilidad de la conducta.

Las anteriores consideraciones, fueron sostenidas por esta


Primera Sala, al resolver el Amparo Directo en Revisión
3032/2011, el nueve de mayo de dos mil doce.

También es necesario señalar, que el Tribunal Pleno de esta


Suprema Corte de Justicia de la Nación, ya se pronunció sobre el
significado del concepto de “proporcionalidad” y precisó cuáles
son los componentes que lo integran, al resolver la acción de
inconstitucionalidad 146/2007, en sesión de veintiocho de agosto
de dos mil ocho, en la que sostuvo que este principio puede
analizarse desde dos perspectivas: en abstracto o en concreto.

En ese sentido este Alto Tribunal consideró lo siguiente:

“1. En su vertiente abstracta, dicho análisis corresponde a un


nivel meramente legislativo, esto es, verificar si la punibilidad

53
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1186/2012.

—entendida como el parámetro de sanciones a imponer—,


contemplada en la norma resulta razonable en atención a la
conducta sancionada y el bien jurídico tutelado.

2. En tanto que la verificación del principio de proporcionalidad


en sentido concreto corresponde al análisis de la actividad
jurisdiccional y ejecutiva, esto es, al momento de determinar
la pena en cada caso concreto —punición— y al ejecutar la
pena en sí misma; ya que en estos casos el criterio para su
análisis será el grado de culpabilidad atribuido al
sentenciado y la necesidad de su total compurgación,
respectivamente”.

Además, en la ejecutoria mencionada el Pleno de este Alto


Tribunal acotó que si bien es cierto que la proporcionalidad de las
penas, en relación con las conductas cometidas y al grado de
participación de los autores del delito, son temas que tienen que
ver directamente con el establecimiento de políticas criminales y,
en su caso, de prevención general, especial y rehabilitación social,
cuya atención corresponde, en principio, al Poder Legislativo,
también lo es que éste se encuentra obligado, en todos los casos,
a justificar, de manera expresa, las razones por las cuales se
establecen determinadas penas para ciertas conductas que se
estiman delictuosas, atendiendo a la proporcionalidad que debe
guardarse entre delito y pena, así como a los postulados
constitucionales que prohíben las penas crueles, inhumanas,
infamantes o trascendentes.

Las consideraciones del Tribunal Pleno dieron origen a la


jurisprudencia del rubro y texto siguientes:

“Novena Época
Instancia: Pleno
Jurisprudencia
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
XXVIII, Septiembre de 2008,
Materia(s): Constitucional, Penal
Tesis: P./J. 102/2008

54
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1186/2012.

Página: 599

LEYES PENALES. AL EXAMINAR SU


CONSTITUCIONALIDAD DEBEN ANALIZARSE LOS
PRINCIPIOS DE PROPORCIONALIDAD Y
RAZONABILIDAD JURÍDICA. El legislador en
materia penal tiene amplia libertad para diseñar el
rumbo de la política criminal, es decir, para elegir
los bienes jurídicamente tutelados, las conductas
típicas antijurídicas y las sanciones penales, de
acuerdo con las necesidades sociales del momento
histórico respectivo; sin embargo, al configurar las
leyes relativas debe respetar el contenido de
diversos principios constitucionales, entre ellos los
de proporcionalidad y razonabilidad jurídica, a fin
de que la aplicación de las penas no sea infamante,
cruel, excesiva, inusitada, trascendental o contraria
a la dignidad del ser humano, conforme a los
artículos 14, 16, 18, 19, 20, 21 y 22 de la
Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos. Por esa razón, el Juez constitucional, al
examinar la constitucionalidad de las leyes penales,
debe analizar que exista proporción y razonabilidad
suficientes entre la cuantía de la pena y la gravedad
del delito cometido, para lo cual debe considerar el
daño al bien jurídico protegido, la posibilidad para
individualizarla entre un mínimo y un máximo, el
grado de reprochabilidad atribuible al sujeto activo,
la idoneidad del tipo y de la cuantía de la pena para
alcanzar la prevención del delito, así como la
viabilidad de lograr, mediante su aplicación, la
resocialización del sentenciado.”

Por su parte, esta Primera Sala ha emitido diversos criterios


al respecto, tal como se refleja en las dos jurisprudencias y tesis
aislada que a continuación se transcriben:

“Novena Época
Instancia: Primera Sala
Jurisprudencia
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
XXXIII, Enero de 2011,
Materia(s): Constitucional, Penal

55
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1186/2012.

Tesis: 1a./J. 114/2010


Página: 340

PENAS Y SISTEMA PARA SU APLICACIÓN.


CORRESPONDE AL PODER LEGISLATIVO
JUSTIFICAR EN TODOS LOS CASOS Y EN FORMA
EXPRESA, LAS RAZONES DE SU
ESTABLECIMIENTO EN LA LEY. El legislador al
crear las penas y el sistema para la imposición de
las mismas, no cuenta con libertad absoluta para su
establecimiento en la ley, sino que debe atender a
diversos principios como lo es el de la
proporcionalidad entre delito y pena, ya que de ello
dependerá si su aplicación es no humanitaria,
infamante, cruel o excesiva, o por el contrario, es
acorde a los postulados constitucionales. La
proporción entre delito y pena, en el caso del Poder
Legislativo, es el de hacer depender la gravedad de
la pena en forma abstracta, lo cual se encuentra
relacionado con la naturaleza del delito cometido, el
bien jurídico protegido y el daño que se causa al
mismo. Esto permite advertir la importancia que
tiene el que el Poder Legislativo justifique, en todos
los casos y en forma expresa, en el proceso de
creación de la ley, cuáles son las razones del
establecimiento de las penas y el sistema de
aplicación de las mismas, para cuando una persona
despliega una conducta considerada como delito.
Lo anterior, permitirá que en un problema de
constitucionalidad de leyes, se atienda a las
razones expuestas por los órganos encargados de
crear la ley y no a las posibles ideas que haya
tenido o a las posibles finalidades u objetivos que
se haya propuesto alcanzar. Así, lo relatado
adquiere relevancia si se toma en consideración
que al corresponderle al legislador señalar
expresamente las razones de mérito, el órgano de
control constitucional contará con otro elemento
valioso cuyo análisis le permitirá llevar a cabo la
declaratoria de constitucionalidad o
inconstitucionalidad del precepto o preceptos
impugnados.”

56
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1186/2012.

“Décima Época
Instancia: Primera Sala
Jurisprudencia
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Libro V, Febrero de 2012, Tomo 1
Materia(s): Constitucional
Tesis: 1a./J. 3/2012 (9a.)
Página: 503

PENAS. PRINCIPIO DE PROPORCIONALIDAD


CONTENIDO EN EL ARTÍCULO 22 DE LA
CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS
UNIDOS MEXICANOS. De la interpretación del
citado precepto constitucional se advierte que la
gravedad de la pena debe ser proporcional a la del
hecho antijurídico y del grado de afectación al bien
jurídico protegido; de manera que las penas más
graves deben dirigirse a los tipos penales que
protegen los bienes jurídicos más importantes. Así,
el legislador debe atender a tal principio de
proporcionalidad al establecer en la ley tanto las
penas como el sistema para su imposición, y si bien
es cierto que decide el contenido de las normas
penales y de sus consecuencias jurídicas conforme
al principio de autonomía legislativa, también lo es
que cuando ejerce dicha facultad no puede actuar a
su libre arbitrio, sino que debe observar los
postulados contenidos en la Constitución General
de la República; de ahí que su actuación esté sujeta
al escrutinio del órgano de control constitucional -la
legislación penal no está constitucionalmente
exenta-, pues la decisión que se emita al respecto
habrá de depender del respeto irrestricto al
indicado principio constitucional.”

“Décima Época
Instancia: Primera Sala
Tesis Aislada
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Libro II, Noviembre de 2011, Tomo 1
Materia(s): Constitucional
Tesis: 1a. CCIX/2011 (9a.)
Página: 203

PENAS. LA INTENSIDAD DEL TEST DE


PROPORCIONALIDAD PARA EXAMINAR SU

57
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1186/2012.

AUMENTO ESTÁ DETERMINADA POR EL AMPLIO


MARGEN DE APRECIACIÓN DEL LEGISLADOR EN
MATERIA DE POLÍTICA CRIMINAL. El principio de
proporcionalidad en sentido amplio no es una
herramienta para analizar las normas penales a la
luz de los criterios ético-políticos de una
determinada ideología o filosofía penal. Como
instrumento de control de constitucionalidad, el
principio de proporcionalidad está orientado
exclusivamente a fundamentar la validez o invalidez
de una intervención en derechos fundamentales
atendiendo a los límites impuestos al legislador
democrático por la propia Constitución. Esta
Suprema Corte ha sostenido en varios precedentes
que en materia penal el legislador democrático tiene
un amplio margen de apreciación para diseñar el
rumbo de la política criminal. Esto significa que
goza de un considerable margen de acción para
elegir los bienes jurídicos tutelados, las conductas
típicas, antijurídicas y las sanciones penales, de
acuerdo con las necesidades sociales de cada
momento y lugar. Por tanto, la intensidad del test de
proporcionalidad para examinar una medida
legislativa consistente en el aumento de una pena
prevista para un determinado delito, debe
corresponderse con la amplitud del poder
normativo que la Constitución confiere al
legislador, de conformidad con la citada
interpretación de esta Suprema Corte.”

Amparo directo en revisión 181/2011. 6 de abril de 2011. Cinco votos.


Ponente: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea. Secretario: Arturo Bárcena Zubieta.

Ahora bien, para hacer un análisis de proporcionalidad debe


tratarse del mismo bien jurídico tutelado y que sean delitos del
mismo resultado. De ahí que si el delito de portación de arma de
fuego de uso exclusivo del Ejército, Armada y Fuerza Aérea, tutela
la seguridad de las personas y es de resultado de peligro, no es
posible realizar un análisis frente a delitos cuyo bien jurídico
tutelado es la vida y la integridad física, y que son de resultado

58
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1186/2012.

material, como el de lesiones, tentativa de homicidio y en algunos


caso el homicidio (en riña, exceso en legítima defensa, por culpa).

Lo anterior es así en virtud de que los delitos mencionados


en el párrafo precedente, no pueden servir de parámetro para
analizar la proporcionalidad de la pena prevista para el delito que
nos ocupa, pues la dificultad de hacer este tipo de comparaciones
radica en que muchos casos los valores o los intereses recogidos
en los bienes protegidos son inconmensurables. Dicho carácter se
explica, entre otras razones, por la distinta naturaleza de aquéllos.

Esto es, la lesión o puesta en peligro de un bien jurídico


puede ser de diferente intensidad dependiendo de cada tipo penal,
que implica reconocer que una afectación menor a un bien jurídico
muy importante, puede ser menos grave que una afectación muy
intensa a un bien jurídico de menor importancia.

Las consideraciones anteriores muestran que la cláusula de


proporcionalidad de las sanciones penales, que contempla en el
artículo 22 de la Constitución Federal, reconocida expresamente
en el texto de dicha norma constitucional, a partir de su reforma,
para insertar, como principio, el que toda pena deberá ser
proporcional al delito que sancione y al bien jurídico afectado, no
puede significar simplemente que sea inconstitucional una pena
cuando ésta es mayor a la de otro delito que protege un bien
jurídico del mismo valor o de mayor importancia.

Tan es así, que la escala de penas determinada en las


normas punitivas establece una jerarquía de castigos no sólo en

59
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1186/2012.

función de la importancia del bien jurídico protegido y de la


afectación a éste, sino también atendiendo a cuestiones de política
criminal.

Por ello, la proporcionalidad de una pena puede analizarse


con apoyo en diversas conductas previstas por el propio legislador
para otras conductas de gravedad similar sin que esto implique
una simple comparación mecánica, porque además de la similitud
en la importancia de los bienes lesionados y la intensidad de la
afectación, deben considerarse aspectos relacionados con la
política criminal instrumentada por el legislador. Dicho de otra
manera, para determinar la gravedad de un delito también hay que
atender a razones de oportunidad, que están condicionadas por la
política criminal del legislador.

Robustece lo anterior, la tesis aislada 1a. CCXXXV/2011


(9a.), sustentada por esta Primera Sala, publicada en el
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima Época,
Libro II, de noviembre de dos mil once, Tomo I, página 204 de
rubro y texto siguientes:

“PENAS. PARA ENJUICIAR SU


PROPORCIONALIDAD CONFORME AL ARTÍCULO
22 CONSTITUCIONAL PUEDE ATENDERSE A
RAZONES DE OPORTUNIDAD CONDICIONADAS
POR LA POLÍTICA CRIMINAL INSTRUMENTADA
POR EL LEGISLADOR. El principio de
proporcionalidad contemplado expresamente en el
artículo 22 constitucional no sólo impone al juez el
deber de individualizar la pena teniendo en cuenta
las circunstancias concretas de cada caso, también
constituye un mandato dirigido al legislador que
implica la obligación de verificar que existe una

60
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1186/2012.

adecuación entre la gravedad del delito y la de la


pena. Para hacer este análisis hay que partir de que
la relación entre delito y pena es de carácter
convencional. En esta línea, la cláusula de
proporcionalidad de las sanciones penales no
puede significar simplemente que sea
inconstitucional una pena cuando ésta es mayor a
la de un delito que protege un bien jurídico del
mismo valor o incluso de mayor importancia. Por
otro lado, la exigencia de proporcionalidad no
implica que el sistema de penas previsto en los
códigos penales atienda exclusivamente a la
importancia del bien jurídico protegido, la
intensidad del ataque a ese bien o al grado de
responsabilidad subjetiva del agente. La gravedad
de la conducta incriminada y la sanción también
están determinadas por la incidencia del delito o la
afectación a la sociedad que éste genera, siempre y
cuando haya elementos para pensar que el
legislador ha tomado en cuenta esta situación al
establecer la pena. Esto significa que para enjuiciar
la proporcionalidad de una pena a la luz del artículo
22 constitucional puede ser necesario atender a
razones de oportunidad condicionadas por la
política criminal del legislador.”
Amparo directo en revisión 181/2011. 6 de abril de 2011. Cinco votos. (El Ministro
José Ramón Cossío Díaz formuló voto concurrente respecto de algunas
consideraciones). Ponente: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea. Secretario: Arturo
Bárcena Zubieta.

De este modo, si el principio de proporcionalidad impone la


necesidad de comparar la pena enjuiciada con otras asignadas a
conductas diversas, como sugiere el recurrente en el punto de
agravio relativo, debe acudirse a su selección comparativa o
tertium comparationis, como medio oportuno para contrastar la
pena prevista con otras de igual naturaleza ilícita en una escala
ascendente atendiendo a la gravedad de su pena, como se ilustra
enseguida.

61
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1186/2012.

DELITO DE PENA CONDUCTA


PORTACIÓN DE
ARMA DE FUEGO DE
USO EXCLUSIVO
DEL EJÉRCITO
ARMADA Y FUERZA
AÉREA (ARTÍCULO
83, FRACCIONES I, II
Y III, DE LA LEY
FEDERAL DE
ARMAS DE FUEGO Y
EXPLOSIVOS)

Fracción I Cuando se trate de las armas De tres meses a Portar bayonetas, sables y lanzas.
comprendidas en el inciso i), un año de prisión
del artículo 11, de la Ley y multa de uno a
Federal de Armas de Fuego y diez días.
Explosivos.
Fracción II Cuando se trate de las armas De tres a diez Portar revólveres calibre .357”
comprendidas en los incisos años de prisión y Magnum y los superiores a .38”
a) y b), del artículo 11, de la multa de Especial, o bien pistolas calibre
Ley Federal de Armas de cincuenta a 9mm. Parabellum, Luger y
Fuego y Explosivos. doscientos días. similares, las .38” Super y
Comando, y las de calibres
superiores.
Fracción III Cuando se trate de De cuatro a Portar el resto de las armas
cualquiera de las otras armas quince años de previstas en el artículo 11, de la
comprendidas en el artículo prisión y multa de Ley Federal de Armas de Fuego y
11, de la Ley Federal de cien a quinientos Explosivos.
Armas de Fuego y días.
Explosivos.

DELITO DE PENA CONDUCTA


POSESIÓN DE
CARTUCHOS EN
CANTIDADES
MAYORES A LAS
PERMITIDAS
(ARTÍCULO 83
QUATER,
FRACCIONES I Y II,
DE LA LEY FEDERAL
DE ARMAS DE
FUEGO Y
EXPLOSIVOS)
Fracción I Cuando se trate de aquellos De uno a cuatro Posesión de cartuchos en

62
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1186/2012.

que sean para las armas años de prisión y cantidades mayores a las
comprendidas en los artículos multa de diez a permitidas para:
9, 10 y 11, incisos a) y b) de cincuenta días.  Armas de las que pueden
la Ley Federal de Armas de portarse o poseerse en
Fuego y Explosivos. términos y con las
limitaciones establecidas
en la Ley Federal de
Armas de Fuego y
Explosivos.
 Armas que podrán
autorizarse a los
deportistas de tiro o
cacería, para poseer en su
domicilio y portar con
licencia.
 Revólveres calibre .357”
Magnum y los superiores a
.38” Especial, o bien
pistolas calibre 9mm.
Parabellum, Luger y
similares, las .38” Super y
Comando, y las de calibres
superiores.

Fracción II Cuando se trate de aquellos De dos a seis Posesión de cartuchos en


que sean para las armas años de prisión y cantidades mayores a las
comprendidas en los multa de permitidas, si son para las armas
restantes incisos del artículo veinticinco a cien comprendidas en los incisos c), d),
11, de la Ley Federal de días. e), f), g), h), i), j), k) y l), del artículo
Armas de Fuego y 11, de la Ley Federal de Armas de
Explosivos. Fuego y Explosivos.

Del cuadro antes expuesto, se advierte que la penalidad de


los delitos de portación de armas de fuego de uso exclusivo del
Ejército, Armada y Fuerza Aérea y posesión de cartuchos en
cantidades mayores a las permitidas, van aumentando
dependiendo de la peligrosidad del material de que se trate. Es por
ello que el legislador otorgó una penalidad mayor, atendiendo a la
naturaleza del arma de que se trate, lo que se ve reflejado en la
vulnerabilidad del bien jurídico tutelado, y, por tanto, se justifica
poner mayores penalidades.

En virtud de lo anterior, deviene infundado el agravio del


recurrente, en lo que a la proporcionalidad de la sanción prevista
en la fracción III, del artículo 83, de la Ley Federal de Armas de

63
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1186/2012.

Fuego y Explosivos, frente a las contempladas para los delitos de


lesiones, tentativa de homicidio, y en algunos casos el homicidio
(en riña, exceso en legítima defensa, por culpa), pues ese ejercicio
de comparación sólo cabe en delitos de naturaleza similar, de
donde se advierte que el mencionado precepto legal no
contraviene el artículo 22, párrafo primero, parte in fine, de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

Similares consideraciones sostuvo esta Primera Sala, al


resolver el Amparo Directo en Revisión 977/2012, en sesión de
ocho de agosto de dos mil doce.

Derivado de lo anteriormente expuesto y en atención a que


los agravios planteados en la presente instancia resultaron
infundados, es que en la materia de la revisión competencia de
esta Primera Sala, se debe confirmar la sentencia recurrida y
negar el amparo solicitado.

Por lo expuesto y fundado se resuelve:

PRIMERO. En la materia de la revisión, se confirma la


sentencia recurrida.

SEGUNDO. La Justicia de la Unión no ampara ni protege a


**********, en contra de los actos y autoridades precisados en el
resultando primero de esta ejecutoria.

64
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1186/2012.

Notifíquese; con testimonio de esta resolución, vuelvan los


autos al Tribunal de su origen y, en su oportunidad, archívese el
toca como asunto concluido.

Así, lo resolvió la Primera Sala de la Suprema Corte de


Justicia de la Nación, por unanimidad de cinco votos de los
señores Ministros: Jorge Mario Pardo Rebolledo, José Ramón
Cossío Díaz, Guillermo I. Ortiz Mayagoitia, Olga Sánchez Cordero
de García Villegas (Ponente) y Presidente Arturo Zaldívar Lelo de
Larrea. Los señores Ministros José Ramón Cossío Díaz y Arturo
Zaldívar Lelo de Larrea se reservan el derecho de formular voto
concurrente.

Firman el Presidente de la Sala y la Ministra Ponente con el


Secretario de Acuerdos, que autoriza y da fe.

PRESIDENTE DE LA PRIMERA SALA

MINISTRO ARTURO ZALDÍVAR LELO DE LARREA

MINISTRA PONENTE

OLGA SÁNCHEZ CORDERO DE GARCÍA VILLEGAS

65
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1186/2012.

SECRETARIO DE ACUERDOS DE LA PRIMERA SALA

LIC. HERIBERTO PÉREZ REYES

En términos de lo previsto en los artículos 3°, fracción II, 13, 14 y 18 de la Ley Federal de
Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental, en esta versión pública se
suprime la información considerada legalmente como reservada o confidencial que encuadra
en esos supuestos normativos.

66

También podría gustarte