0 calificaciones0% encontró este documento útil (0 votos)
60 vistas1 página
El documento describe el proyecto de vida de Jesús, que consiste en servir a los demás y promover el bien común a través de la justicia, la equidad y la solidaridad. Jesús representa la verdad, el camino y la vida para los creyentes. Aunque mataron a Jesús, su amor y espíritu continúan multiplicándose a través de sus seguidores que siguen su ejemplo de entrega y defensa de la fe.
El documento describe el proyecto de vida de Jesús, que consiste en servir a los demás y promover el bien común a través de la justicia, la equidad y la solidaridad. Jesús representa la verdad, el camino y la vida para los creyentes. Aunque mataron a Jesús, su amor y espíritu continúan multiplicándose a través de sus seguidores que siguen su ejemplo de entrega y defensa de la fe.
El documento describe el proyecto de vida de Jesús, que consiste en servir a los demás y promover el bien común a través de la justicia, la equidad y la solidaridad. Jesús representa la verdad, el camino y la vida para los creyentes. Aunque mataron a Jesús, su amor y espíritu continúan multiplicándose a través de sus seguidores que siguen su ejemplo de entrega y defensa de la fe.
El proyecto de Jesús. En el proyecto de Jesús el poder es para el servicio a los
demás. Merece conquistarlo quien mejor promueva el bien común, erradique la corrupción y construya comunidad equitativa y solidaria sobre la base de la justicia en una civilización de la vida y el amor.
Jesús, al vivir de otra manera, según el proyecto Padre, se constituye para
nosotros en: VERDAD: La única realización autentica del hombre. CAMINO: El único camino de identificación según el cual podemos realizarnos como auténticamente hombres. VIDA: Nuestra vida será auténticamente humana, en la medida en que reproduzca la vida de Jesús y su manera de relacionarse con Dios, con las personas, con las realidades del mundo. Dios Padre nos ofrece a este Hombre, a Jesús, para que también nosotros lleguemos a ser hombres en plenitud. A eso estamos llamados. Creer es aceptar ese proyecto de Dios, haciéndolo propio. Creer es aceptar esa Verdad de “hombre”, ese Camino de “humanización” esa VIDA de Jesús, el Cristo.
El proyecto de Jesús no fracasó. Mataron a Jesús, pero resucitó con su amor
inconfundible y está multiplicado en maravillosos corazones de seguidores que también entregan la vida por dar testimonio y defender la fe en el Amor. Mataron a Jesús, pero no pudieron matar su Espíritu, ni a Dios, que es amor. Como el grano de trigo, su amor germina en espléndidas y fecundas espigas de miles de amores. Si hay verdugos del amor, también hay Franciscos de Asís y Teresas de Calcuta anónimos y escondidos en hogares e instituciones donde derraman amor incontenible.