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A c t u a l i d a d

José Luis Díaz


Abogado y periodista

Una mente maravillosa


Es una tarde calurosa de Julio en el aeropuerto los ojos del anciano, pero parece activar brutalmen-
Narita, cercano a Tokyo. Hay un pequeño tumulto te su memoria...
cerca de uno de los mostradores de Philippine
Airlines. Alcanzamos a atisbar a algunos policías Estamos en 1956 y lo que vemos ahora es un flash
acompañando a un hombre esposado con aspecto de similar iluminando el rostro de un adolescente de 13
vagabundo y aire un tanto demente. Camina con años llamado Robert J. Fischer. Es un poco más que
dificultad y su barba está muy descuidada, al igual un niño muy delgado, con vaquero, de mirada triste
que sus ropas. Tiene 61 años, pero parece realmente y un tanto perdida. Pero es un niño que acaba de
un anciano. Se diría que es un simple mendigo, como proclamarse campeón junior de ajedrez de los
otros muchos que vagan por las calles de Tokyo. Estados Unidos jugando de tal manera que no sólo
ha ganado a sus rivales, sino que los ha humillado.
Sin embargo, el grupo parece atraer la atención de Es el más joven ganador en la historia de este impor-
mucha gente. Hay cámaras de televisión y fotógra- tante campeonato. Tan sólo unos meses más tarde,
fos. Uno de estos últimos se planta bruscamente los periódicos comienzan a hablar de él, especial-
delante del mendigo y le fotografía sin piedad, una y mente cuando vence de manera espectacular a todo
otra vez. El flash, apenas a unos centímetros, hiere un campeón absoluto de Norteamérica, Donald
Byrne, en una partida que ha sido considerada por
muchos como la mejor de todos los tiempos. A esto
le sigue una meteórica carrera como ajedrecista.
Gran Maestro con sólo 15 años y mejor jugador de
Norteamérica durante 8 años seguidos. Muy pronto
todos ven que es un verdadero candidato al título de
campeón mundial: un potencial conquistador de un
coto cerrado, de un club exclusivo que pertenecía por
entonces, de manera estricta, al ajedrez soviético.

Fischer logró el título de Gran


Maestro con sólo 15 años

A los rusos no les hacía ninguna gracia la aparición


de este nuevo prodigio del ajedrez (el deporte nacio-
nal de la Unión Soviética por entonces). Y mucho
menos que la eclosión del genio tuviese lugar en el
seno del denostado regimen capitalista y pérfido de
los Estados Unidos.

El gobierno de Kruschev tomó todas las medidas


necesarias para evitar que el candidato yankee pro-

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gresase. Era un verdadero asunto de Estado para el


Kremlin...

Con una estrategia cuidadosamente pensada, la


diplomacia soviética se aseguró de que los grandes
maestros rusos se apoyasen mutuamente y de forma
totalmente antideportiva en cada torneo en el que
participaba Bobby, a fin de reducir al máximo sus
posibilidades.

Pese a ello, el portentoso talento de Fischer parecía


superarlo todo. Pero mientras ganaba torneo tras
torneo, acumulando montañas de dólares, su perso-
nalidad cambiaba. El niño de los vaqueros se había
convertido en un joven un tanto excéntrico y capri-
choso, amante en exceso de los trajes exclusivos cor-
tados a medida en las sastrerías de la Quinta
Avenida, y de toda clase de signos de lujo y éxito.
Bobby Fischer a los catorce años
Además, exigía cada vez mucho más dinero por
jugar. Y no dudaba en imponer extrañas demandas y La maquinaria soviética movía todos los hilos para
condiciones, un poco al estilo de las más extravagan- dificultar la carrera ajedrecística del campeón norte-
tes estrellas de rock. americano. Influencias sobre la Federación
Internacional de Ajedrez, chantajes a los organizado-
Las entrevistas con los medios de comunicación se res de torneos, rumores y falsas noticias en los
sucedían. Todo el mundo quería saber más sobre el medios...quizá algo más también. Alguien habló de
genio norteamericano del ajedrez: la gran esperanza espías y vigilancia meticulosa sobre el joven prodigio
blanca que tal vez podría humillar la hegemonía y su vida privada.
soviética en el juego-ciencia, y hundir para siempre
así el buque insignia de la armada propagandística Lo cierto es que la presión era tan terrible que Bobby
rusa. empezó a sentir angustia. Y esa angustia degeneró
realmente en paranoia, de tal manera que en el deci-
sivo campeonato de Curaçao se sintió mal, realmen-
La maquinaria soviética movió te mal. Y perdió la gran oportunidad de competir
todos los hilos para dificultar por el campeonato del mundo. Cuando al final del
la carrera ajedrecística del torneo, los periodistas acudieron a su habitación
campeón norteamericano para entrevistarle, escucharon sus gritos dentro
intentando hablar por teléfono "¡ya están aquí, me
han encontrado, me han encontrado!"

Pero mientras Bobby movía las piezas sobre el table- Fischer decidió abandonar el ajedrez y con sólo 25
ro, una gigantesca partida política se estaba jugando años se retiró a California. Fue entonces cuando
también en la escena internacional. comenzaron ciertos síntomas inequívocos de demen-
cia. Bobby comenzó a sentirse perseguido, rodeado
Los rusos comenzaron a acusar a Fischer de ser una de espías, víctima de una conspiración judía...
"prima donna" caprichosa, y de alterar el buen
ambiente de juego, afectando así a los jugadores Tal vez huyendo de sí mismo, en 1971 Bobby decidió
soviéticos. En aras del buen nombre del ajedrez y de volver a jugar. Y su retorno fue asombroso. Ganó 20
la "paz" entre los ajedrecistas del mundo, el excén- partidas consecutivas, sin una sóla derrota a los
trico y caprichoso Fischer debía ser "vetado" de los mejores ajedrecistas del mundo. Todos rusos, por
principales torneos. supuesto.

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En 1972 conquistó el derecho a enfrentarse en un Y Fischer no les defraudó. En apenas un mes destro-
match al campeón mundial, Boris Spassky, con el zó al soviético. Todo un cataclismo para el mundo
cetro planetario en juego. El encuentro tendría lugar del "socialismo real".
en Reykjavik, Islandia.
Había nacido un héroe. En Nueva York fue recibido
El acontecimiento tuvo un alcance mediático y polí- como los grandes héroes de la Guerra Mundial. Sólo
tico inusitado. El hasta entonces oscuro deporte aje- faltaron los confetti y las majorettes. El alcalde de la
drecístico se convirtió en tema de portada de los ciudad, John Lindsay le ofreció las llaves de la ciu-
periódicos más importantes del mundo, y de los noti- dad...Era el genuino ídolo norteamericano. El mejor
cieros de las grandes televisiones. en su clase. El más fabuloso ajedrecista de todos los
tiempos. Una mente prodigiosa...tal vez uno de los
más claros ejemplos de superioridad intelectual de
El match con Spassky de 1972 los que se guarda registro.
en Reykjavik se convirtió en
una síntesis de la Guerra Fría Pero la enfermedad mental del campeón progresaba
imparable. Unos meses después, cuando los perio-
distas aún se peleaban con sus abogados y represen-
Para los soviéticos ya estaban sonando todas las alar- tantes para conseguir entrevistas y reportajes, Bobby
mas. Confiaban en Boris Spassky, su campeón, pero decide dejar el ajedrez y retirarse a Pasadena, ingre-
de un genio como Fischer se podía esperar cualquier sando en una especie de secta religiosa: La Iglesia
cosa. Así que movilizaron para el campeonato no Mundial de Dios y cayendo en toda clase de extra-
sólo al mejor equipo de expertos asesores ajedrecísti- vagancias propias de un verdadero paranoico, con-
cos jamás reunido, sino también, y en absoluto secre- vencido de que en cada esquina le acechaban los
to, lo creamos o no, a un amplio equipo de parapsi- agentes soviéticos para acabar con él, o envenenarle,
cólogos y mediums destinados a ejercer sus poderes o hacerle enloquecer...
contra Fischer, si preciso fuere (algo que pareció con-
firmarse unos años después con ocasión del match Sólo volvemos a ver a Bobby en la escena internacio-
entre Korchnoi y Karpov...) nal veinte años más tarde, en 1992 cuando decide
aceptar un match de revancha contra su antiguo rival
El match comenzó y se convirtió realmente en una Spassky...Pero una vez más, esta vez por diferentes
síntesis de la Guerra Fría. Las jugadas en el tablero razones, salta el escándalo. Porque tal match se va a
se acompasaban con movimientos diplomáticos de jugar en Yugoslavia, por entonces un país prohibido
todo tipo, con intervención de personalidades como para los Estados Unidos. Y a Bobby Fischer, ciuda-
Henry Kissinguer, el Secretario de Estado del dano USA, el gobierno norteamericano le prohibe
Presidente Nixon, o Andrei Gromiko, por entonces taxativamente jugar. Pero Fischer desafía al gobier-
Ministro de Exteriores soviético. no. Y juega. Entre otras razones por amor. Porque
por aquellos tiempos está perdidamente enamorado
Mientras tanto, algo terrible estaba ocurriendo tam-
bién en la mente de Fischer. Súbitamente decidió no
jugar el campeonato. Sus excusas fueron de todo
tipo, desde la exigencia de una bolsa de premios 10
veces mayor que la acordada hasta el enfado por el
hecho de no poder ver en la televisión de Islandia su
programa favorito: el Show de Jack Lalanne...

Pero la Casa Blanca movió sus hilos para convencer


a Bobby de jugar. Se rumorea que los mejores médi-
cos y psicólogos de la John Hopkins University via-
jaron a Reykiavik para unirse al equipo de Fischer.

Veinte años separan estos encuentros frente a Spassky.


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de una jugadora húngara de ajedrez, Zita Rajcsany. Sin embargo, la aparición fue efímera. Sólo dos días
Y él, ya un cincuentón, desea ofrecerle a Zita todo el y nunca más volvió a aparecer en el club on line
dinero y prestigio posible. Y lo consigue, ganando de aquel extraño y portentoso "Bobby Fischer", que
nuevo a Spassky por un margen aún mayor que en parecía conectarse desde un cibercafé de Tokyo.
Reykjavik. Pero esto es a costa de convertirse en un
proscrito para el gobierno norteamericano. Hasta que dos años más tarde, en esa tarde nefasta y
calurosa del mes de Julio, dos policías del aeropuer-
Fischer nunca volvió a los Estados Unidos. En los to de Narita capturaron por fin al legendario Bobby
años siguientes se supo muy poco de él. Y nada rela- Fischer, convertido en una simple sombra de sí
cionado con el ajedrez. Se convirtió en un ermitaño mismo, y totalmente destrozado por la locura. Esta
al que unos localizaban en Buenos Aires, otros en vez, de verdad, le han encontrado.
Filipinas...Aparecieron libros sobre él. E incluso se
rodó una película de gran éxito cuyo título era Y mientras los medios de comunicación del mundo
"Buscando a Bobby Fischer..." evocaban al supercampeón de ajedrez que Fischer
fue, el mendigo de Narita esperaba en un oscuro
Tan sólo un día, en el año 2002, algo hizo pensar que calabozo de Tokio la extradición a los Estados
Bobby Fischer había vuelto a jugar. En un club de Unidos, para hacer frente a los cargos por haber coo-
ajedrez "on line", por Internet, alguien reportó algo perado con un gobierno enemigo de Norteamérica.
muy extraño. Entre los participantes que jugaban
cierto día, apareció una persona que parecía jugar Así de triste ha sido el ocaso de un genio. Una per-
desde Japón, y que utilizaba el nombre de Bobby sonalidad que hasta este triste final había sido en
Fischer. Esto no era nada excepcional, pues muchos muchos aspectos paralela a la de Nash, el matemáti-
son los que utilizan este "alias", con alguna varian- co prodigioso afectado de esquizofrenia, que sin
te, en los clubs de ajedrez "on line" . Pero "este" embargo supo sobrellevar su dolencia y conseguir
Bobby Fischer era algo realmente especial. Su forma incluso el premio Nobel.
de jugar era absurda pero asombrosamente efectiva
(el rey salía a la tercera fila en las cuatro primeras Hoy sabemos realmente, que esquizofrenia y geniali-
jugadas para retornar ensequida a la primera...). Lo dad creativa están más vinculadas de lo que parece.
cierto es que el tal "Fischer" realizaba aperturas o Según Shelley Carson, de la Universidad de Harvard,
defensas disparatadas, casi cómicas, pero acababa ahí está la razón por la que la especie humana no ha
destrozando a sus rivales como por arte de magia. erradicado por selección natural los genes de la
Un jugador muy experto, parece que casi de nivel MI esquizofrenia. De hecho, las tasas de natalidad son
FIDE, que había perdido 6 partidas seguidas "a un muy bajas en los esquizofrénicos, y sin embargo, la
minuto" con el misterioso "Fischer", informó a la tasa del 1% de incidencia de esta enfermedad en la
organización del club que en su opinión, detrás de población occidental se mantiene a lo largo de los
ese alias, se encontraba el auténtico Bobby Fischer. siglos. La razón según las profesora Carson y otros
Sólo un genio podría jugar así. estudios del Doctor Folley de la Universidad
Vanderbilt, no puede ser otra que esa: nuestra espe-
cie necesita de algún modo a estas personalidades
esquizotípicas, porque sin duda, en algunos aspectos,
ellos ven cosas que nadie más puede ver.

Fischer nos enseñó que eso era posible. Nos hizo ver
cosas que nadie más nos había hecho ver.

Pero ahora ha recibido jaque mate. Es el triste jaque


mate de un genio. De una mente a la que muchos han
calificado como uno de los cerebros más poderosos
jamás aparecidos sobre el Planeta Tierra. El triste
ocaso de una mente maravillosa ¶

Las dos últimas intervenciones ajedrecísticas de Fischer


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