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En la raíz
Nuestro Fruto
Volveran trayendo sus ofrendas
Ante el trono celestial
Volveran con gozo y alabanza
A quien por siempre reinara
Llenos de agradecimiento
Hoy venimos a rendirte adoracion
Nuestro fruto ofrecemos
Y con gozo lo entregamos hoy
Nuestra ofrenda agradable
La rendimos en adoracion
El Dios de la vida
Vida en abundancia
Los lirios del campo y las aves del cielo,
no se preocupan por que están en mis manos.
Tené confianza en mí, acá estoy junto a vos.
Amá lo que sos y tus circunstancias,
estoy con vos, con tu cruz en mi espalda.
Todo terminará bien
yo hago nuevas todas las cosas.
No hice al hombre para que esté solo, caminen juntos como hermanos.
Sopórtense mutuamente, ámense unos a otros. La felicidad de la vida eterna empieza conmigo en la tierra, sentite vivo:
¡la fiesta del reino comienza acá!
No hay paredes
Quiero llevarte a todo lugar conmigo quiero que entre la gente seas conocido. Yo de vos no me avergüenzo, sos mi Dios. Quiero llevar tu voz por todo
camino, y de tu amor hablar con desconocidos. Al lugar donde trabajo, a la escuela y donde viajo, te quiero llevar…
Fuera del templo y la religión, por todo pueblo y toda región. Entre las gentes que vagan hoy, sin rumbo fijo, sin dirección. Entre las plazas de mi
ciudad, en donde hay tanta necesidad. Por todas partes te llevaré pues no hay paredes que te puedan esconder.
Quiero que en todas partes estés conmigo, en mis conversaciones con mis amigos. Quiero que vos seas el centro de atención. Quiero que seas el punto
de referencia, y caminar consciente de tu presencia, al hacer un comentario, en mis pláticas a diario vos tenés que estar…
María de Nazareth
Dulce muchacha humilde de Palestina, a vos para ser Madre Dios te eligió, y cuando desde el Cielo te mandó un ángel para pedir tu consentimiento
vos le dijiste: "su esclava soy".
Fue tu materna espera luz de esperanza, hasta que el gurisito nació en Belén, y vinieron los pobres y peregrinos para adorarlo y El sonreía,
Dios con nosotros, el Emmanuel.