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Sociologías del Siglo XX: Revisión del marxismo y Teorías Críticas de la Sociedad

Profesor: Robinson Torres Salinas


Fecha: 10 de julio de 2020
Nombre: Emilio Benjamín Cisternas Cuevas

Resumen del texto: Teoría tradicional y teoría crítica (1937)


Al abrir su ensayo, Horkheimer (2003) parte declarando que:
En la investigación corriente, teoría equivale a un conjunto de proposiciones acerca de un
campo de objetos, y esas proposiciones están de tal modo relacionadas unas con otras,
que de algunas de ellas pueden deducirse las restantes. […]. Su validez real consiste en
que las proposiciones deducidas concuerden con eventos concretos. […]. Teoría es la
acumulación del saber en forma tal que este se vuelva utilizable para caracterizar los
hechos de la manera más acabada posible. (p. 223)
Entonces, basados en la caracterización anterior, se comprende que la estructuración
tradicional de la teoría científica se caracteriza por ser: 1. Axiomática en sus principios o
supuestos básicos, 2. Hipotético-deductiva en su metodología y 3. Respaldada por verificación
empírica. Sobre esto, añade el autor que el propósito último de este tipo de teoría es la formación
de un sistema universal de la ciencia el cual anule las distinciones entre disciplinas científicas
(Horkheimer, 2003).
Por último, es relevante considerar el tipo de relación que, desde la teoría tradicional, es
establecida entre el pensar y el hacer. Horkheimer (2003) expresa sobre este tema que:
El mundo perceptible en su conjunto, […] tal como es interpretado dentro de la
concepción tradicional […], representa para su sujeto una suma de facticidades: el mundo
existe y debe ser aceptado. El pensamiento ordenador de cada individuo pertenece al
conjunto de relaciones […], que tienden a adaptarse de una manera que responda lo
mejor posible a las necesidades. (p. 233)
De este modo, al ser los humanos entidades incapaces de afectar la realidad en que están
insertos, el vínculo que une lo pensado (la teoría) con lo acontecido (la acción) es uno de
fundamental impotencia y receptividad. Así, es también comprensible la percepción, común
entre los científicos tradicionales, de que es el saber científico uno completamente objetivo y, por
ello, inmune a cualquier tipo de influencia externa (por ejemplo, las sociohistóricas).
No obstante, esta forma concreta de organizar el conocimiento y actividad científica
resulta problemática en muchos aspectos. Por ejemplo, señala Horkheimer (2003) que esta
concepción del saber científico omite cuestiones como: 1. La historicidad de la sensibilidad (o
percepción) humana, 2. Los procesos de adecuación prácticos (no lógicos) que experimenta el
conocimiento científico en su articulación, entre otros.
En general, los alegatos contra la teoría tradicional remiten a lo siguiente:
La idea tradicional de teoría es abstraída del cultivo de la ciencia tal como se cumple
dentro de la división del trabajo en una etapa dada. Corresponde a la actividad del
científico tal como se lleva a cabo en la sociedad junto con todas las otras actividades,
[…]. Son aspectos particulares [las teorías científicas] del modo como la sociedad se
enfrenta con la naturaleza y se mantiene en su forma dada. Son momentos del proceso
social de producción, aun cuando ellas mismas sean poco o nada productivas en el
verdadero sentido. (Horkheimer, 2003, p. 231)
Es esta constatación, primero de los defectos e incongruencias de la teoría tradicional y
luego de la necesidad de una forma de teoría capaz de hacer frente a estas problemáticas, que
llega el autor a elaborar su propuesta: la teoría crítica.
Horkheimer (2003) enuncia, en relación a su enfoque, que este reposa sobre una actitud
para la cual los supuestos del sistema no son evidentes por si mismos (“naturales”), de modo
que: 1. Pueden y deben ser examinados en favor de garantizar y/o promover su racionalidad y 2.
Son susceptibles de modificación producto de la influencia humana. Es por ello que, a grandes
rasgos, teoría crítica es ante todo un enfoque para el cual: “El carácter escindido, propio del todo
social en su configuración actual, cobra la forma de contradicción consciente en los sujetos de
comportamiento crítico” (Horkheimer, 2003, p. 240).
Como consecuencia de lo anterior, la teoría crítica diverge también en sus propósitos de
la teoría tradicional, cosa que se resalta en dos puntos concretos: 1. La intencionalidad de la
teoría crítica no es, de ningún modo, establecida a partir de reflexiones de razón pura. De hecho,
la intencionalidad no puede sino ser hallada y ello a través del hacer histórico y los aprendizajes
que de este se extraen y 2. Producto de sus circunstancias, la intencionalidad expresa de la teoría
crítica no es otra que la de contribuir a la emancipación humana (del sistema, de la
irracionalidad).
Ahora bien, es importante tener en consideración que, aunque distintas, las teorías crítica
y tradicional no manifiestan su oposición tanto en sus tópicos como en sus desarrollos. Para
ejemplificar esto, tomaremos los casos de las diferencias: 1. De utilidad, 2. De fundamentación
de la validez y 3. De las relaciones sujeto-objeto.
En el primer caso, se resalta el hecho de que ambos tipos de teoría poseen algún valor,
aunque de distinta naturaleza. La teoría tradicional manifiesta su utilidad en sentido pragmático,
por cuanto se aboca toda ella a la resolución de las problemáticas presentes dentro de la realidad
en que se origina, mientras que, por su parte, “La teoría esbozada por el pensar crítico no obra al
servicio de una realidad ya existente: solo expresa su secreto” (Horkheimer, 2003, p. 248). De
hecho, es en virtud de estas diferencias de utilidad que, como señala Horkheimer (2003), para el
pensar tradicional ha parecido siempre el saber crítico una cuestión subjetiva, especulativa,
parcial, inútil.
En el segundo caso, nótese que tanto la teoría crítica como la tradicional se preocupan de
fundamentar el por qué sus contribuciones están, en efecto, relacionadas con la realidad. No
obstante, las divergencias en relación a este punto son claras. En la teoría tradicional, la validez
se respalda mediante la comprobación de que los axiomas, en efecto, se corresponden con
sucesos reales. En cambio, la teoría crítica “es en su totalidad un único juicio de existencia
desarrollado” (Horkheimer, 2003, p. 257), es decir, una generalización inductiva extraída desde
la experiencia histórica.
Por último, en el tercer caso, se indica que ambos enfoques establecen algún tipo de
relación fundamental entre la realidad objetiva y los sujetos. Como señala Horkheimer (2003), en
la teoría tradicional se establece una separación estricta entre sujetos y objetos según la cual los
primeros no influyen nunca sobre los segundos, mientras que, en la teoría crítica, se comprende
que entre unos y otros existe una influencia cuyo sentido es bidireccional.
Finalmente, la obra cierra su discurso con dos puntos interesantes: 1. El dinamismo de la
teoría crítica no anula su continuidad y/o coherencia: por ser históricos, los contenidos de la
teoría crítica no se suceden en una secuencia perfectamente lógica, en cambio, lo que permanece
constante es el hecho de que estos son siempre articulados en torno a la meta de la emancipación
(la cual, una vez conseguida, dará fin a la empresa de la teoría crítica) y 2. La teoría crítica es,
por su relación con el pensamiento, una forma de rescatar el sentido de lo humano: Ello porque,
como enuncia Horkheimer (2003) hacia el final de su ensayo:
Una ciencia […] que se satisface con la separación del pensar y el actuar, ya ha
renunciado a la humanidad. Determinar lo que ella misma [la teoría crítica] puede rendir,
para qué puede servir, […], he ahí la característica principal de la actividad del pensar.
(pp. 270-271)
Comentario crítico en torno a algún aspecto del texto: El concepto de racionalidad
Como señala Tejedor Campomanes (2017):
la Teoría crítica se niega a justificar la realidad socio-histórica presente por considerarla
-al menos, parcialmente- irracional, es decir, injusta y opresora. Y, por ello mismo, se
propone hacerla más racional y humana. La cuestión es, justamente, la siguiente: ¿de qué
tipo de racionalidad se trata? (pp. 463-463)
Es en torno a este punto, ¿cuál es la alternativa racional a la irracionalidad?, que se ha
articulado una observación crítica al texto trabajado. Ello porque, aunque es bien sabido que cada
uno de los miembros originales de la Escuela de Frankfurt (Horkheimer, Adorno y otros)
interpretó y aplicó a su modo los planteamientos originales de la teoría crítica (Wiggershaus,
2009), un examen atento revela en todos ellos una deficiencia común: La alternativa tanto a la
razón instrumental (positivista y burguesa) como a la razón objetiva (metafísica) no es nunca
claramente definida. De hecho, como bien señala Van den Berg (1980), esta ambivalencia
fundamental que ha llegado a constituir una característica distintiva de la teoría crítica acabó por
convertirse en un dilema irresoluble para los teóricos de la Escuela y, en último término, en una
de las razones que llevaron al eventual fracaso de esta propuesta.
Es esta falta de concreción respecto a uno de los conceptos centrales de la teoría crítica
una fuente de diversas y graves dificultades. Por ejemplo, enfatizando lo conceptual, el hecho de
que la racionalidad alternativa se defina más bien por su oposición con las racionalidades
instrumental-objetivas genera problemas para su delimitación, por cuanto el espectro posible es
demasiado amplio y, las fronteras, generalmente difusas. Por ende, es difícil reconocer cuando
un conocimiento responde o no a esta forma de racionalidad (Por ejemplo, ¿Son o no
“racionalmente sustanciales” los saberes indígenas?). Tratar de solventar esta dificultad en base a
las intencionalidades (tácitas o no) de cada racionalidad tampoco es una opción por cuanto una
meta como es “la emancipación humana” es, por definición, vaga. También, ahora
metodológicamente, es un inconveniente esta falta de precisión conceptual por cuanto dificulta la
conversión de los conceptos en variables susceptibles de medición, al menos cuantitativa. En
consecuencia, los alcances de la teoría se ven constreñidos como resultado de su propia
imprecisión conceptual.
Aplicación preliminar del texto a alguna problemática: La cuestión epistemológica
La teoría crítica, más allá de las numerosas problemáticas en torno a su práctica y/o
aplicabilidad, no deja de ser un valioso instrumento para la solución de problemáticas. Para dar
cuenta de ello, se enfatizará de todas estas cuestiones la contribución de este enfoque a la
superación de las epistemologías de inspiración positivista o sus derivados/actualizaciones.
Como señala Harding (1996), la ciencia moderna se caracteriza por poseer una serie de
supuestos rígidos (los llamados “dogmas del empirismo”) los cuales contradicen la aspiración del
saber científico de coherencia y racionalidad, al tiempo que también lo obstaculiza de
rearticularse de forma tal que dicha situación se revierta.
Así, en relación a circunstancias como las anteriormente descritas, llega teoría crítica
llega a expresar plenamente su valor. Ello porque, como indica Agger (1991), esta formulación
teórica obliga a los investigadores a realizar un examen en torno a los presupuestos básicos sobre
los que descansa su trabajo, así como las implicaciones que en estos se albergan,
independientemente de su naturaleza (científica o extracientífica). De ese modo, se hace evidente
que la teoría crítica representa una importante contribución a la ciencia y su desarrollo, por
cuanto contribuye a la erradicación de las arbitrariedades científicas y, con ello, a la auténtica
racionalización de este saber.

Referencias bibliográficas
Agger, B. (1991). Critical Theory, Poststructuralism, Postmodernism: Their Sociological
Relevance. Annual Review of Sociology, 17, 105-131.
Harding, S. (1996). Ciencia y feminismo. Ediciones Morata.
Horkheimer, M. (2003). Teoría Crítica. Amorrortu editores.
Tejedor Campomanes, C. (2017). Historia de la filosofía en su marco cultural. Ediciones SM.
Van den Berg, A. (1980). Critical Theory: Is There Still Hope? American Journal of Sociology,
86(3), 449-478
Wiggershaus, R. (2009). La escuela de Fráncfort. Fondo de Cultura Económica.

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