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Análisis comparativo de la

conducta de niños autistas,


deficientes y normales en una
situación de interacción
Encarnación Sarriá *
Universidad Nacional de Educación a Distancia

Angel Riviére
Universidad Autónoma de Madrid

INTRODUCCION pesar de estas oscilaciones, podemos de-


cir que nunca fue un aspecto privilegiado
Hace ya 42 años, cuando Kanner pre- en la investigación sobre autismo.
sentó la descripción de u niños cuyos
rasgos críticos parecían constituir un úni- Sin ser, por tanto, muy abundante la
co síndrome, llamado más tarde «autismo literatura sobre el tema, su heterogenei-
infantil precoz» (Kanner, 1943), destacó: dad de objetivos, procedimientos e hipó-
«... lo sobresaliente, lo patognómico, la tesis explicativas es más que suficiente
alteración fundamental, es la incapacidad para dificultar de forma considerable cual-
para relacionarse normalmente con las quier intento de sistematización de la
personas y situaciones». información que proporcionan, con la
esperanza de poder clarificar los trastor-
Desde entonces, los trastornos en el nos diferenciales de la conducta social de
comportamiento social de los niños autis- los niños autistas.
tas se han constituido en rasgo criterial
para el diagnóstico diferencial de este Muchas de las investigaciones que po-
síndrome, y éste aparece como tal virtual- demos encontrar al hacer una revisión
mente en todas las descripciones sobre sobre el tema resultan ser fundamental-
autismo encontradas en la literatura mente trabajos sobre la «responsabilidad
(Creak, 1 964; Clancy y Rendle-Short, social» de los niños autistas, en la medida
1969; Reichler y Schopler, 1971; Rimland, en que estudian ciertos parámetros de
1971; Ornitz, 1973; Ritvo, 19 76; Ritvo y respuesta ante ciertos estímulos sensoria-
Freeman, 1977). De hecho, en las escalas les, que están relacionados de alguna
de diagnóstico más recientes sigue con- forma con la sociabilidad y las situaciones
servando su valor como rasgo criterial (v. de interacción (v. gr., Hutt y Ounsted,
gr., DSM III, 1980; la CARS de Schopler 1966, 1970; Hermelin y O'Connor, 1963,
el al., 1980; la ABC de Krug el al., 1980; 1970; O'Connor y Hermelin, 1967; Van
la «escala para el diagnóstico de autismo» DerCar el al., 1979; Uchida, 1981).
de Riviére et al., 1984). Ahora bien, incluso los estudios reali-
A medida que se avanzó en el estudio zados en contextos menos artificiales y
del autismo y sus alteraciones asociadas, más cercanos a las situaciones reales de
y se refinaron criterios y medios diagnós- interacción social en las que el sujeto se
ticos, la importancia atribuida a los tras- desempeña normalmente (v. gr., Black el
tornos en las relaciones sociales fue va- al., 1975; Richer, 1976; Rogers y Fine,
riando de un momento a otro y de un 1977; Grant, 1979; Strain el al., 1976,
marco teórico frente a otro. Y aun así, a 1979; Cantwell el al., 1979; Mc Hale,

* Dirección de los autores: Facultad de Psicología. UNED. Ciudad Universitaria. 28023 Madrid. 77
1983), no resuelven mucho mejore! pro- ESTUDIO EMPIRICO
blema. No cabe duda de que cada inves-
tigación aporta algo más en la clarifica-
ción del mismo, pero son tantas las dife-
1. Objetivos
rencias existentes entre los estudios en
cuanto a características de la muestra, los
controles experimentales utilizados, las Los objetivos fundamentales plantea-
categorías de observación, el contexto de dos en esta investigación son:
investigación..., que en conjunto no per- El estudio comparativo de la conducta
miten grandes avances en la descripción de niños autistas en una situación de
y explicación de los trastornos específicos interacción social, a través de un análisis
de este grupo patológico, siendo éste un exhaustivo, que recoja distintos tipos de
requisito fundamental para la efectividad conducta teóricamente relevantes (con-
de la intervención terapéutica. ductas proxémicas, de orientación, de
Con esta inquietud se diseñó una inves- atención, expresivas, estrategias comuni-
tigación que reuniría ciertos controles cativas, de evitación y/o escape, agresi-
metodológicos que consideramos relevan- vas...), que en conjunto posean un valor
tes (por ejemplo, igualación en ciertas descriptivo y puedan constituirse en po-
variables de los grupos a comparar), que tenciales variables de estudio para futuras
estudiaría el comportamiento de los suje- investigaciones.
tos en situación de interacción (se escogió Comprobar si este análisis exhaustivo
la interacción diádica con un adulto por de variables conductuales, definidas por
las posibilidades de control que ofrece), y su topografía, permite diferenciar a los
que sería ambiciosa en cuanto al número sujetos autistas de otros deficientes y
y tipo de conductas analizadas. normales cuando todos ellos están iguala-
Se buscó un punto de equilibrio en dos en edad mental.
cuanto a la posibilidad de controlar una
variable que consideramos fundamental, Comparar el nivel de conductas de
como es el nivel de estimulación interper- «evitación y/o escape» de los sujetos au-
sonal que reciben los sujetos, y observar tistas respecto al de los deficientes y
la actuación del sujeto en una situación normales, a través de su comportamiento
con cierta semejanza a la realidad. Para en una situación que proporcione ciertas
ello se estableció un «guión» previo que garantías de que no estamos interpretan-
determinaría la actuación del adulto con do equivocadamente (al imponer dicho
todos y cada uno de los niños, pero que rótulo) una serie de movimientos o con-
permitiese mantener (en la medida de lo ductas que podrían estar respondiendo a
posible) cierta naturalidad. otro fenómeno muy distinto del de la
huida o evitación de la persona y de la
Por otro lado, conscientes de la influen- interacción con ella.
cia que tiene el grado de restricción
impuesto al sujeto sobre su conducta Y analizar, a través de los datos de
manifiesta, se realizó dicho «guión» de dicha muestra igualada, el efecto de la
forma que existiesen una diversidad de variable edad mental en la conducta dife-
situaciones graduadas en cuanto a la acti- rencial de los sujetos en situación de
vidad o intrusividad del adulto sobre el interacción social, como una primera
niño. aproximación a un interesante y promete-
dor tema de investigación.
Se intentó, además, preservar el signi-
ficado original de las palabras «evitación A partir de dichas consideraciones se
y escape», en el sentido que hacen refe- diseñó una investigación con una preocu-
rencia a una función o efecto de la con- pación importante (entre otras muchas,
ducta, y no a un carácter intrínseco a ella que no lo fueron menos): que la situación
misma por su. peculiar topografía. De esta de interacción, a partir de la cual se
forma, un grupo de conductas que tradi- estudiaría comparativamente la conducta
cionalmente se categorizan de evitación o social de los niños consiguiese un punto
escape, sólo serían registradas como tales de equilibrio entre el control de la canti-
en determinados momentos de la situa- dad, cualidad, orden y duración de la
ción de interacción en los cuales la con- estimulación interpersonal que reciben
ducta del adulto era la causa más proba- los sujetos, y la naturalidad o su semejan-
78 ble de la conducta del niño. za con una posible situación real.
1.1. Hipótesis sas escalas diagnósticas como un elemen-
to caracterizador del autismo (v. gr.,
-Teniendo en cuenta los resultados y las Freeman et al., 1979, 1980; Kruf, Arick y
conclusiones obtenidos en estudios empí- Almond, 1980); por tanto (6) suponemos
ricos sobre la conducta social de los niños que los sujetos autistas presentarán un
autistas y la reflexión crítica sobre los nivel de autoagresiones mayor que los
mismos, tratamos de elaborar unas hipó- sujetos deficientes no autistas y/o que los
tesis de trabajo, que como punto de sujetos normales.
partida recogiesen los criterios más gene-
ralizados sobre el tema y también ciertos Por otra parte, los trabajos de Richer y
aspectos controvertidos o polémicos so- colaboradores (Richer, 1976; Richer y
bre los cuales este estudio podría incidir Richards, 1975; Richer y Coss, 1976)
con su evidencia empírica. forman un grupo de investigaciones am-
biciosas (en cuanto al número de conduc-
Por lo que indican las investigaciones tas observadas) y centradas prioritaria-
y reflejan los criterios utilizados en las mente en la conducta social de los niños
escalas diagnósticas, parece estar muy autistas. Su principal conclusión: «los ni-
extendida la afirmación de que los niños ños autistas están predominantemente
autistas interactúan poco; más exactamen- motivados a evitar los encuentros socia-
te que, comparados con los niños norma- les» (Richer y Richards, 1975, pág. 98), se
les y los- deficientes no autistas, inician reitera en cada uno de sus escritos y,
menos interacciones y responden de for- además, coincide con una idea bastante
ma anómala a las que les plantean los extendida en la imagen popular sobre el
otros (Clancy y Rendle-Short, 1969; Scho- niño autista. Ahora bien, aunque existen
pler, 1980; Richer, 1976; Strain et al., puntos en común, son bastantes los aspec-
1976; Uchida, 1981). tos que diferencian los estudios de estos
Recogiendo esta idea (1), predeciremos autores con el trabajo que ahora nos
que los niños autistas presentarán un ocupa. Por esa misma razón sería intere-
nivel significativamente menor que los sante estudiar si en estas nuevas condicio-
sujetos deficientes y/o que los normales nes se cumplen las hipótesis de estos
en cuanto a conductas de aproximación e autores. Supondremos, entonces, que (7)
interactivas, consideradas globalmente los sujetos autistas presentarán un nivel
(2). Igualmente, presentarán un nivel sig- significativamente mayor en las conduc-
nificativamente menor al considerar di- tas de evitación v/o escape, consideradas
chas conductas aisladamente, con una globalmente (8). También presentarán un
excepción: lo referido a la variable nivel significativamente ma yor que los
proximidad, ya que son bastantes los deficientes no autistas y/o que los norma-
estudios que relativizan la supuesta ano- les al considerar dichas conductas aislada-
malía de la conducta de los sujetos autis- mente; con una excepción: la frecuencia
tas relacionada con la distancia interper- de comunicación verbal con contenido de
sonal (v. gr., O'Connor y Hermelin, 1963; evitación, pues consideramos que el défi-
Hutt y Ounsted, 1970; Van DerCar et al., cit de lenguaje, ampliamente reconocido
1979); por tanto (3), supondremos que el como característico del niño autista (vid.
grupo de sujetos autistas no se diferencia- Riviére y Belinchón, 1981), será más de-
rá de los otros grupos en dicha variable terminante en la conducta lingüística del
(proximidad). sujeto, que su supuesta motivación al
escape. Por tanto (9), los sujetos autistas
Respecto a las conductas agresivas, son presentarán una frecuencia de comunica-
también varios los estudios que indican ción verbal con expresiones de rechazo
que los niños autistas no se caracterizan y/o deseo de escape de la situación, infe-
por su mayor o más frecuente conducta rior a la de los sujetos deficientes no
agresiva (v. gr. Hutt y Vaizey, 1966, y autistas y/o normales.
Richer, 1976). Por tanto (a), los sujetos
autistas presentarán un nivel de conduc-
tas agresivas, consideradas globalmente, 2. Método
similar al de los otros grupos (5). Tam-
poco habrá diferencias entre los grupos al 2.1. Sujetos
considerar aisladamente las conductas
agresivas con el exterior. Sin embargo, la La muestra estaba compuesta por 30
autoagresión está recogida por numero- niños de los cuales io fueron diagnostica- 79
dos de autismo infantil precoz, lo defi- de los sujetos fue realizada en todos los
cientes mentales no autistas y ¡o niños casos por la misma persona.
normales. Los sujetos fueron igualados En cada grupo diagnóstico se incluyó
uno a uno, a partir de los datos del grupo el mismo número de niños que de niñas,
de autistas, en sexo y edad mental (eva- ya que investigaciones recientes sobre
luada mediante la escala Brunet-Lézine, diferencias sexuales en autismo (v. gr.,
forma nueva). Los sujetos autistas y los Lord y cols., 1982) permiten abrigar la
deficientes no autistas fueron igualados sospecha de su posible influencia en los
también en edad cronológica, quedando, resultados. Algunas de las características
por tanto, igualados en cociente de de- de la muestra se encuentran más detalla-
sarrollo. La evaluación para la igualación das en la Tabla I.

TABLA 1
Características de la muestra
Edad cronológica Edad mental Cociente de desarrollo

Intervalo Intervalo
(meses) X Sx (meses) X Sx Intervalo X Sx

Aut. 36-166 70 29,9 14-54 28 11,9 18,2- 7,3 33,4 15,4


Def 29-166 70 31,5 11-54 28 12,1 19 - 70 33,6 15,1
Nor. 15- 54 28 11 ,8 14-54 28 11,7 88,6-105 98,1 4,8

Para la selección de los sujetos del El grupo de sujetos deficientes no


grupo de autistas se realizó un primer autistas se constituyó con niños que asis-
diagnóstico clínico basado en los criterios tían a centros de educación especial, exclu-
de Rutter (1978): yendo la posibilidad de incluir aquellos
a) Conductas de aislamiento o falta que presentasen alteraciones metabóllicas
de desarrollo de las relaciones interperso- (v. gr., fenilcetonuria) ya que algunos de
nales. estos trastornos se asocian con rasgos de
conducta autista (Coleman, 1976). Pero
b) Alteraciones del desarrollo del len- aún con esta condición, se intentó formar
guaje (retraso, deterioro o falta de adqui- una muestra de amplio espectro en cuan-
sición del lenguaje) tanto a nivel expresi- to a etiología de la deficiencia. Quedó
vo como receptivo. Presencia en los ni- finalmente compuesta por sujetos diag-
ños hablantes de rasgos específicos como nosticados previamente de: síndrome de
la ecolalia, la inversión pronominal, litera- Down (20 por oo), síndrome de Come-
lidad. ha de Lange o por oo), retraso madu-
rativo global o por ¡00) y encefalopatía
c) Fenómenos ritualistas (insistencia
de origen no determinado (6o por wo).
en la invarianza del ambiente, manifesta-
da en las pautas estereotipadas del juego, Todos los sujetos, deficientes y autis-
obsesiones y preocupaciones anormales, tas, habían recibido tratamiento psicope-
resistencia al cambio) y/o estereotipias dagógico, al menos durante seis meses.
motoras. Ninguno de ellos asiste al centro en
régimen de internado. La mayoría toman
d) Aparición de síntomas en los trein- o han tomado medicación específica.
ta primeros meses de vida del niño.
Los diez centros de educación especial
Para su inclusión definitiva en la mues- y guarderías, a los que asistían respecti-
tra experimental se les evaluó (tanto a los vamente los sujetos de la muestra, están
sujetos autistas como a los deficientes no situados en la provincia de Madrid.
autistas) mediante la escala de diagnóstico
diferencial ABC (Autism Behavior Chek-
list) de Krug, Arick y Almond (1980), 2.2. Registro de elementos conductuales
que permitió una confirmación del diag-
nóstico por comparación con la puntua- El sistema de observación utilizado en
ción obtenida por cada sujeto con los este estudio coincide en algunos aspectos
datos de la muestra de estandarización de con los manejados por otros investigado-
80 dicha escala. res, que han proporcionado categorías de
observación aplicables a nuestro trabajo. Se contabiliza el número de veces que
Pero ninguno de ellos, por sí mismo,: se presenta dicha conducta.
cubre por completo nuestras necesidades.
Por ello, se ha construido un listado para
la observación que se apoya y fundamen- Desplazamientos hacia
ta en el trabajo de otros autores, y en Avanza en dirección al adulto por lo
nuestra propia experiencia, pero que in- menos un cuadrado (o,6 m. x o,6 m.).
cluye categorías nuevas y reformulaciones
de otras más tradicionales. Se contabiliza de forma acumulada el
número de cuadrados recorridos en los
Se han definido 34 categorías, que desplazamientos hacia el adulto.
serían agrupables en tres grandes bloques:
conductas de aproximación e interactivas,
conductas de evitación y/o escape y con- Se vuelve hacia
ductas agresivas. Quede claro, de cual-
quier forma, que somos conscientes de la Gira todo el cuerpo o sólo el tronco en
relativa artificialidad de dichos agrupa- dirección al adulto.
mientos, pero esto nos posibilita un ma-
Se contabiliza el número de veces que
nejo de la información de utilidad en el
se presenta dicha conducta.
tema que nos ocupa, y facilita la compa-
ración de los resultados con los de otras
investigaciones. Vuelve la cabeza hacia
Relación de categorías de observación, Gira la cabeza, pero no el tronco en
con especificación de la definición opera- dirección al adulto.
tiva y el criterio de medida.
Se contabiliza- el número de veces que
se presenta dicha conducta.
CONDUCTAS DE APROXIMACIÓN
E INTERACTIVAS Mira al
Mira al adulto, a cualquier parte de su
Proximidad cuerpo, excepto a su cara.
El sujeto se encuentra a un metro o Se contabiliza el número de veces que
menos de distancia del adulto, pero no se presenta dicha conducta.
hay abrazo ni contacto físico.
Se registra el número de intervalos de Mira a la cara (global)
diez segundos en los que aparece dicha
situación. Cuando existe además contacto Mira a la cara del adulto.
físico o abrazo, se registra en sus catego- Se contabiliza el número de veces que
rías específicas y sólo en ellas. se presenta dicha conducta.

Contacto físico prolongado Mira a la cara (sólo)


Cualquier parte del cuerpo del sujeto Mira a la cara del adulto y no realiza
se encuentra en contacto con cualquier simultáneamente ninguna conducta expre-
parte del cuerpo del adulto al menos siva (sonrisa, llanto, abrazo) ni comunica-
durante diez segundos consecutivos. tiva (señala, tira de, comunicación verbal,
vocalizaciones, muestra/da y reproduce).
Se registra el número de intervalos
(diez segundos), en los cuales esta situa- Se contabiliza el número de veces que
ción se prolonga durante todo el intervalo. se presenta dicha conducta.

Co-orientación visual
Contacto físico activo
Mira el mismo objeto o el mismo
Toca al adulto con la/s mano/s o con punto que en ese momento está mirando
cualquier otra parte su cuerpo. el adulto. 81
Se contabiliza el número de intervalos Se contabiliza el número de veces que
de diez segundos en los que se presenta se presenta dicha conducta.
dicha conducta.
Esta categoría se utilizó sólo en tres
Muestra/da:
minutos concretos de la situación de in-
teracción (minutos ocho, nueve y diez),
Lleva un objeto hasta el adulto y se lo
cuyas características facilitan la fiabilidad
de la medida. muestra, lo deja muy cerca de él o se lo
entrega poniéndoselo en la/s mano/s o en
la/s pierna/s.
Sonrisa Se contabiliza el número de veces que
se da cualquiera de esas conductas des-
Sonríe y, al menos en algún momento critas.
de la sonrisa, mira a la cara del adulto.
Se contabiliza el número de veces que Vocalizaciones:
presenta dicha conducta.
Emite vocalizaciones y mira a la cara
del adulto al menos en algún momento
Abrazo de la secuencia de emisión.
Rodea el cuello o el tronco del adulto Se contabiliza el número de secuencias
con uno o ambos brazos, sin lastimarle. de emisión dirigidas al adulto, tomando
como criterio la mirada a la cara del adulto.
Se contabiliza el número de veces que
presenta dicha conducta.
Coge:
Tira de:
Coge el objeto que le ofrece o le
Tira del adulto para conseguir que entrega el adulto.
haga algo que él desea o bien para mos- Se registra la ausencia o presencia de
trarle algo o a alguien. esta conducta por parte del sujeto, en el
Se contabiliza el número de veces que tercer minuto de la situación de interac-
se presenta dicha conducta. ción (único ofrecimiento realizado por el
adulto a todos los sujetos).

Reproduce:
Acude llamada:
Reproduce, dirigiéndose al adulto, par-
te de una acción determinada. Atiende a la demanda del adulto y la
Se contabiliza el número de veces que ejecuta, iniciándola a los diez segundos
inmediatos a su emisión o antes.
se presenta dicha conducta.
Se contabiliza la ausencia o presencia
de esta conducta en dos ocasiones concre-
Comunicación verbal: tas de la situación de interacción (en el
último minuto de la sesión).
Emite frases completas o palabras sig-
nificativas, cuyo contenido no es de evi-
tación y/o rechazo. CONDUCTAS DE EVITACIÓN
Y/0 ESCAPE
Se contabiliza el número de emisiones
significativas, cualquiera que sea su lon-
gitud. Se aleja:
Ante los intentos de interacción del
Señala: adulto el sujeto se desplaza en una direc-
ción concreta, alejándose del adulto, y
Extiende y orienta en una dirección avanza en esa dirección al menos un
82 específica el/los brazos o el dedo índice. cuadrado (0,6 x o,6 metros).
Se contabiliza de forma acumulada el - lágrimas y/o emite sonidos y/o emite
número de cuadrados recorridos en cada vorn I i7aciones de volumen elevado y desa-
uno de estos desplazamientos, que se gradables.
produjesen durante los tiempos denomi- Se contabiliza el número de intervalos
nados activos de la situación de interac- de diez segundos en los que aparece dicha
ción.
conducta.

Se vuelve de:
Aparta al adulto
Ante los intentos de interacción del
adulto, el sujeto gira el cuerpo o sólo el Ante los intentos de interacción del
tronco, presentando la espalda o el perfil adulto, el sujeto aparta con su/s mano/s,
al adulto. su/s brazo/s, su/s pie/s... (cualquier parte
Se contabiliza el número de veces que del cuerpo utilizada activamente), al adul-
se presenta dicha conducta, durante los to o a una parte del cuerpo de éste (por
momentos considerados «activos» de la ejemplo, la mano que le acaricia o inter-
situación de interacción. viene en sus materiales).
Se contabiliza el número de veces que
Vuelve la cabeza de: aparece dicha conducta en los momentos
considerados «activos».
Ante los intentos de interacción del
adulto, el sujeto gira solamente la cabeza,
o la baja, retirando su cara de la posición Cierra los ojos
de frente a la del adulto.
Se contabiliza el número de veces que Ante los intentos de interacción del
tiene lugar dicha conducta, durante los adulto, el niño cierra fuertemente los ojos
momentos denominados «activos». o parpadea de forma exagerada.
Se contabiliza el número de veces que
presenta dicha conducta durante los mo-
Cara a la pared: mentos denominados «activos».
El sujeto se encuentra a un metro o
menos de la pared y cara a ella, al menos
durante cinco segundos consecutivos, y Se tapa los ojos _ylo los oídos
no hay evidencia de que esté explorando
algo. Ante los intentos de interacción del
Se contabiliza el número de intervalos adulto, el sujeto se tapa un/los ojois y/o
de diez segundos en los que tiene lugar un/los oído/s con una o ambas manos o
dicha conducta. con uno o ambos brazos.
Se contabiliza el número de veces que
se presenta dicha conducta durante los
Cabeza baja momentos considerados «activos» de la
situación de interacción.
El sujeto mantiene la cabeza baja, lle-
vando la barbilla hacia el pecho (puede
presentar inclinación hacia uno de los
lados), al menos durante cinco segundos Se protege
consecutivos. No ha v evidencia alguna de
que el niño esté explorando algo. Ante los intentos de interacción del
adulto, el sujeto se protege cubriéndose
Se contabiliza el número de intervalos la cabeza o el cuerpo o con uno o ambos
de diez segundos en los que se presente brazos, o encogiéndose de forma repen-
dicha conducta. tina.
Se contabiliza el número de veces que
Llantos ylo gritos presenta dicha conducta durante los mo-
mentos denominados «activos» de la si-
El sujeto llora o lloriquea, con o sin tuación de interacción. 83
Comunicación verbal (E) experiencia en el trato y educación de
niños autistas deficientes y también nor-
Emite frases completas o palabras sig- males en edad preescolar). Los sujetos
nificativas, cuyo contenido es de evitación conocían al adulto de la sesión de evalua-
y/o rechazo. ción de edad mental y sólo de eso; de esta
Se contabiliza el número de emisiones forma podríamos considerarlo como una
persona «casi» extraña.
significativas, cualquiera que sea su lon-
gitud. Además del adulto y el niño, se encon-
traba en la sala el operador de la cámara.
Tanto el aparato como la persona que lo
CONDUCTAS AGRESIVAS manejaba eran visibles para el niño. Aun-
que esto podría causar algunos efectos no
deseables, se consideró prioritario obte-
Agresiones al entorno (destructivas) ner la precisión de imagen necesaria para
poder conseguir la información deseada.
El sujeto arroja con fuerza, golpea, De cualquier forma, el operador se encon-
pisotea, da patadas, muerde... los jugue- traba situado en un rincón (en diagonal
tes, los muebles, la puerta u otros elemen- con la posición «prefijada» del adulto) y
tos no vivos del entorno. con un espacio de movimientos delimi-
Se contabiliza el número de veces que tado.
se presenta cualquiera de las conductas El adulto tenía prefijada una posición
recogidas en esta categoría. a la que se dirigía en determinados mo-
mentos de la sesión de interacción. El
punto elegido en cada sala estaba siempre
Agresiones al adulto en un rincón, de tal forma que dejaba un
cuadrado (0,6 x o,6 metros) de distancia a
El sujeto golpea, araña, da patadas, cada una de las paredes.
muerde, empuja bruscamente... al adulto.
El sujeto era llevado a una sala del
Se contabiliza el número de veces que centro, al que acude regularmente, por
presenta cualquiera de las conductas reco- una persona de la plantilla del mismo
gidas en esta categoría. (director o educador) y, por tanto, cono-
cida para el niño. Esta persona presenta-
ba al niño, la mujer con la que iba a jugar
Autoagresiones y el operador de la cámara; ambos trata-
ban al niño de manera informal, durante
El sujeto se muerde, se araña, se tira de breves minutos, con el fin de suavizar la
los pelos, o se golpea con o contra objetos. impresión; después, la mujer y el niño,
Se contabiliza el número de veces que avanzaban juntos hasta la posición «pre-
se presenta alguna de las conductas reco- fijada» del adulto, y de esta forma la
gidas en esta categoría. sesión siempre se iniciaba en posición de
proximidad entre ellos.
En dicha sesión, el adulto actuaba se-
2.3. Procedimiento gún un «guión social» predeterminado,
con el fin de asegurar la posibilidad de
control de la cantidad, cualidad, orden y
2.3.1. Recogida de información:
duración de la estimulación interpersonal
sesión de interacción social que reciben los sujetos. Este guión se
diseñó con gran preocupación por salvar
Todos los sujetos fueron grabados me- la naturalidad de la situación (dentro de
diante vídeo en una sesión de 20 minutos, unos límites) y por ello la actuación del
siendo estas filmaciones el material de sujeto tiene carácter de intrusión progre-
observación para el estudio de las varia- siva. La información de los distintos mo-
bles dependientes. mentos de la sesión y, por tanto, de
Esta sesión consistía en una situación cambios en su comportamiento, se le
de interacción diádica con un adulto (el proporcionaba al adulto por un sonido
mismo para todos los sujetos, mujer, de peculiar emitido por un magnetófono
84 23 años, licenciada en Psicología y con presente en la sala.
Con el fin de garantizar la constancia f.° sonido: (minuto 4) (sin materiales) (?1,
de su comportamiento de unos sujetos a
otros, el adulto realizó un entrenamiento Vuelve a su posición inicial (previamente
previo con niños no pertenecientes a la determinada) y sentándose en el suelo,
muestra experimental, pero de caracterís- mantiene allí una actitud pasiva.
ticas similares. Las sesiones de entrena-
miento se grabaron en vídeo, permitien- 6.° sonido: (minuto 8) (con materiales)
do el automoldeado de la conducta hasta
conseguir su ajuste a los criterios estable- Se levanta, coge la bolsa de materiales
cidos. situada detrás de ella y se acerca al sujeto.
Este esquema de actuación (guión social) Llama su atención mirándole y dice: «Mi-
fue el siguiente: ra cuántos juguetes.» Se sienta y manipula
los juguetes, sin tratar de llamar la atención
Se parte de una situación de proximi- del niño sobre ellos. El tipo de activida-
dad. des que realiza son: modelar plastilina,
construcciones con cubos (torre y tren),
dibujar...
t.', sonido: (minuto o)
No hay materiales lúdicos en la sala. 7. 0 sonido: (minuto II) (con materiales)
El adulto saluda al sujeto diciendo: Comienza una especie de juego entregan-
«Hola, yo me llamo..., vamos a estar un
do todos los materiales al sujeto, colocán-
rato juntos.» Continúa mirando la cara del doselos por encima, cogiéndole algunos,
niño en actitud pasiva. cambiándolos de posición. Utiliza verba-
lizaciones expresivas y positivas que
acompañan la acción.
2.° sonido: (minuto 1) (sin materiales)
Baja la vista y se mira las manos, 8. 0 sonido: (minuto 3) (con materiales)
levantándola a los io segundos (atento a las
señales de intervalo que propociona el Retira los materiales de forma no brus-
cronómetro), después de otros io segun- ca y comienza a realizar juegos corporales
dos vuelve a bajarla, y en otros io segun- con el niño: cosquillas, darle vueltas por
dos volverá a levantar la vista buscando el aire...
la cara del sujeto, y así sucesivamente.

9. 0 sonido: (minuto ry) (con materiales)


sonido: (minuto 2) (sin materiales)
Se aleja con suavidad del sujeto y se
Llama la atención del sujeto diciendo coloca en su posición inicial diciendo: «Yo
su nombre (y si éste se encuentra lejos se me voy a mi sitio...», y permanece allí en
levanta y se acerca amablemente a él), le actitud pasiva hasta escuchar el siguiente
ofrece un caramelo, tendiendo la mano sonido.
hacia él y manteniéndola a una distancia
aproximada de zo cm. del pecho del
sujeto, un máximo de lo segundos; fina- lo. sonido: (minuto 19) (con materiales)
lizados éstos, si aún el sujeto no lo ha
cogido, lo deja cerca de él. Acto seguido, Llama al sujeto por su nombre dicien-
acaricia al sujeto en los brazos, la cabeza do: «... ven aquí», y apoyando la consigna
y la cara hasta escuchar el siguiente soni- con gestos. Acto seguido, pide la colabora-
do. Acompaña esto de verbalizaciones ción del sujeto para guardar los juguetes
positivas. en la bolsa, apoyando gestualmente tam-
bién esta consigna.

4. 0 sonido: (minuto 3) (sin materiales)


1. sonido: (minuto zo) (sin materiales)
Deja de acariciar al niño y permanece en
ese punto en actitud pasiva hasta el siguien- Finaliza la grabación del vídeo y el
te sonido. adulto se despide del niño. 85
41) Convendría aclarar que lo que denomi-
namos actitud pasiva consiste en que el
adulto permanece atento a la cara y mo-
negra, en cuadros (o,6 x o,6 metros), faci-
litando así, en el análisis posterior de las
películas, la codificación de variables so-
vimientos del sujeto, respondiendo de bre desplazamientos motores y distancia
forma discreta a sus intentos de interac- interpersonal.
ción, pero no inicia o provoca interaccio-
nes, ni se empeña en prolongarlas. El Aunque no fue posible la utilización de
adulto responde con interés a las llamadas una sala única para los 30 sujetos (como
de atención o demandas que le haga el hubiera sido deseable) se procuró que
sujeto, siempre que no supongan un cam- ninguno de los grupos diagnósticos rea-
bio sustancial en las condiciones que lizase sistemáticamente la sesión de inte-
racción en el mismo tipo de sala (grande,
acabamos de describir.
mediana o pequeña). De esta forma po-
Como se puede observar en la descrip- demos considerar que las diferencias en
ción de la sesión, se plantean situaciones cuanto al tamaño de la sala afectan de
con material lúdico disponible para el uso forma similar a los tres grupos, por lo
del niño y otras sin él. Su objetivo es cual no creemos que este factor pueda
obtener una información más completa, haber influido de forma significativa en
ya que en determinados niveles de desarro- nuestros resultados.
llo los materiales suponen un gran apoyo
Respecto a los materiales lúdicos que
(como intermediarios) en las situaciones
habrían de ser utilizados en la sesión de
de interacción social.
interacción, se eligió una gama con dis-
Con ese mismo objetivo se introducen tintos niveles de manipulación y comple-
momentos pasivos, en los cuales podre- jidad, dado el amplio intervalo de edad
mos estudiar la conducta más espontánea, mental de la muestra (de 14 meses a
y otros en los cuales es el adulto quien cuatro arios y medio):
controla y proporciona las claves de la o cubos de construcción de colo-
situación.
res en plástico.
Juego de 8 cubos apilables en dis-
2.3.2. Aparatos, lugar y materiales minución de tamaño.
Para la grabación de las sesiones de Dos folios de papel en blanco y
interacción se utilizó un vídeo de media pinturas de cera.
pulgada Betamax F-i marca Sony. En Plastilina blanca.
concreto, magnetoscopio SL, F i Ey
cámara HVC 4000 P (Trinicon). La cáma- Un muñeco de goma pequeño.
ra llevaba adosado a uno de sus lados, y Un gato de peluche, tamaño media-
en proximidad al micrófono multidirec- no.
cional un cronómetro digital Casio Cart-
Time ST 24 F, que emitía cada io segun- Una muñeca de trapo, también ta-
dos un sonido brevísimo, grabándose en maño mediano.
la banda sonora de la película. Magnetó-
fono, marca Sanyo, modelo iooi A, que
contenía una cinta grabada con una se- 2.3.2. Codificación de la información
cuencia determinada de sonidos que in-
formaban al adulto de la duración (prin- La transformación de la información
cipio y final) de los diferentes momentos potencial de las filmaciones en datos nu-
de la situación de interacción. Condicio- méricos se realizó mediante el visionado
nes lumínicas propias del medio vídeo, de las películas y el registro de las cate-
5.300 0 Kelvin, dós antorchas de i.000 gorías de observación ya descritas, de
vatios. acuerdo a sus criterios de medida específi-
cos.
Las grabaciones se realizaron en salas
de los centros a los que asisten regular- Dos personas, de forma independiente,
mente los sujetos experimentales. Sus di- fueron responsables de esta tarea, en to-
mensiones oscilaban entre 2,5 x 3 metros das y cada una de las grabaciones. Se
y 3,5 X4,5 metros. Previamente a la filma- realizó un período de entrenamiento, con
ción, la sala se vaciaba, de muebles. El películas de sujetos ajenos a la muestra
86 suelo se dividía, mediante cinta adhesiva experimental, durante el cual se discutie-
ron y unificaron criterios atendiendo a las 4.0 sonido: (minuto 3)
definiciones operativas de las categorías. minuto, pasivo.
Finalizado éste no había intercambio de 0
5 . sonido: (minuto 4)
información sobre la codificación.
4 minutos, pasivo.
El orden de presentación de las pelícu- 6. 0 sonido: (minuto 8)
las fue aleatorio. Aunque el conocimiento zo segundos, activo.
previo de la pertenencia de los sujetos a minutos y 40 segundos, pasivo.
uno u otro grupo diagnóstico era inevi-
table para uno de los observadores, el 0
7 . sonido: (minuto i i)
otro no recibió ninguna información so- minutos, activo.
bre el tema. 8.. sonido: (minuto i 3)
Al estar las grabaciones divididas, en 2 minutos, activo.
su tiempo total, en intervalos de io se- 0
9. sonido: (minuto 15)
gundos, la estrategia utilizada fue el aná- 4 minutos, pasivo.
lisis de cada intervalo, reponiéndolo cada
vez que fuera necesario, con el fin de o. sonido: (minuto 19)
seleccionar el foco de atención en cada 1 minuto, activo.
repaso; y de esta forma la codificación de
los datos se realizó de forma controlada,
sin riesgo de solapar información. 3. Resultados y discusión

Los observadores manejaban dos tipos Un primer dato a destacar es que,


de registro, alternando su uso según fue- aplicado el coeficiente de Spearman a los
se considerado «activo» o «pasivo» el dos grupos de datos obtenidos por los
momento de la grabación. Dicho con observadores, los coeficientes de fiabili-
otras palabras, según se había juzgado «a dad presentan una media de 0,984, sien-
priori», en qué momentos la conducta del do su recorrido de 75 a s.
adulto era la causa más probable de la
conducta del niño (momento «activo») o Otro aspecto está relacionado con uno
no (momento «pasivo»). de nuestros principales empeños: el inten-
to de control de la variable estimulación
La hoja de registro utilizada para los interpersonal que reciben los sujetos y su
momentos «activos» incluía las 3 4 catego- conciliación con la naturalidad de la situa-
rías de observación ya comentadas. La ción. La forma de control elegida es que
utilizada para los momentos «pasivos» el adulto se comporte sistemáticamente
sólo z7; no se consideraban siete catego- igual con cada uno de los sujetos. Para
rías con carácter de evitación activa y/o comprobarlo, dos jueces estimaron la ade-
escape (se aleja, se vuelve de, vuelve la cuación de la conducta del adulto a los
cabeza de, aparta al adulto, cierra los criterios que habían sido descritos «a
ojos, se tapa los ojos/oídos, se protege). priori», valorándola en una escala de cero
a diez. Visionaron las grabaciones de 1 5
Los datos de las dos hojas de registro, sujetos (5o por too), cinco de cada grupo
por sujeto, se sumaron de tal forma que diagnóstico, elegidas aleatoriamente. Tras
los datos tratados estadísticamente son una prueba con un sujeto ajeno a la
una puntuación única para cada categoría muestra, con discusión y comentario de
de observación, para cada sujeto. los criterios, comenzaron su tarea de
forma independiente. Las puntuaciones
La distribución de la sesión de veinte oscilan entre 8,5 y to, siendo la media
minutos en «activos» o «pasivos» respon-
total 9,3, lo que permite afirmar el ajuste
de al siguiente esquema:
de la actuación del adulto a los criterios
sonido: (minuto o) establecidos, más aún siendo 0,995 el
zo segundos, activo. coeficiente de fiabilidad conjunta de los
40 segundos, pasivo. jueces.

2. 0 sonido: (minuto t)
minuto, pasivo. 3.1. Resultados y discusión: Parte I
3.er sonido: (minuto 2) Tras las comprobaciones previas para
minuto, activo. la elección del estadístico adecuado, se 87
aplicó Anova paramétrico para las varia- TABLA IV
bles que presentaron las características
adecuadas para este tipo de análisis y no Aplicación de Anova no paramétrico
paramétrico en las restantes, pasando pos- (Kruskal-Wallis) de un criterio de
teriormente al uso de la prueba de Schef- clasificación por rangos para tres grupos
fé o la U de Mann-Whitney, en su caso,
para la comprobación de la significación Variable Estad. H. N.S.
entre cada par de grupos.
Contacto físico pasivo 2,2664 .3220
En la preparación (suma) de los datos Contacto físico activo 6,668o .0356 *
para el análisis de los tres grandes bloques Mira al 3,2091 .2010
de conducta, se excluyó la variable «Mira Sonrisa 2,0659 .3559
a la cara (sólo)» por no utilizar dos veces Abrazo 0,2513 .8819
los datos sobre contacto visual, permane- Tira de 0,9823 .6119
ciendo la variable «mira a la cara (global)». Reproduce 1,3109 .5192
Comunicación verbal 1,3109 .5192
Los resultados se especifican en las Señala 2,4252 .2974
tablas II, III, IV y V. Muestra/Da 4,6794 .0966
Vocalizaciones 0,3754 .8289
Coge 1,2083 .5465
TABLA II Acude llamada 0,9942 .6083
Cara a la pared 0,9638 .6176
Cabeza baja 2,2190 .3296
Aplicación de Anova paramétrico de un criterio Llantos/gritos 0,6531 .7214
de clasificación para tres grupos: autistas, Cierra los ojos 4,1129 .1279
deficientes _y normales. Se tapa ojos/oídos 5,1148 .0775
Se protege 4,7046 .095 I
Variable Estad. F N.S. Comunicación verbal (E) . 1,0286 .5979
Agresiones al entorno 5,1148 .0775
Proximidad 0,6084 .55 15 Agresiones al adulto 4,9200 .0854
Desplazamientos hacia . 1,7692 .1894 Autoagresiones
Se vuelve hacia 0,1105 .8958 Conductas de aproximación 5,5339 .0628
Vuelve la cabeza hacia . 3,1995 .0566 e interactivas (global)
Mira a la cara (sólo) ... 3,7603 .0363 * Conductas de evitación y/o 7,6067 .0223 *
Mira a la cara (global) .. 2,4096 .1089 escape (global)
Coordinación visual 3,3775 .0491 * Conductas agresivas 2,0243 .3634
Se aleja 2,6772 .0872 (global)
Se vuelve de 0,7325 .4900 4,5 11 3 .1048
Vuelve la cabeza de 0,0429 .9581
Aparta al adulto 0,6821 .5141 * p. (1).o5.

* Como podemos observar, al analizar


los datos de las variables aisladamente:
Los sujetos autistas presentan una fre-
TABLA III
cuencia de miradas a la cara del adulto
(no asociadas a otra conducta expresiva o
Aplicación dé la prueba de Scbeffé para el
comunicativa) y de coorientación visual
análisis de la significación de cada par de grupos.
con el mismo, significativamente menor
que los sujetos normales. El nivel de los
Variable Aut-Nor. Aut-Def. Def-Nor.
sujetos autistas en ambas variables es
Mira a la cara también inferior al de los sujetos deficien-
(sólo) 2,7410 * 1 ,4437 1,2970 tes no autistas, pero no lo suficiente para
Coorientación que la diferencia resulte estadísticamente
visual 2,5984* 1,2528 1,3456 significativa [por tanto, la hipótesis (2) se
cumple, aunque sólo sea parcialmente].
Para las variables señaladas con * podemos afirmar que
existen diferencias significativas entre esos dos grupos Los sujetos deficientes no autistas pre-
de sujetos.
* Estadístico 2,59. sentan una frecuencia de contactos físicos
activos significativamente mayor que el
grupo de normales.
No aparecen diferencias estadísticamen-
88 te significativas entre los grupos en las 31
TABLA V

Aplicación de la prueba U de Mann-Whitney para la comprobación de la significación entre cada


par de <grupos.

Aut Nor. Aut-Def. Def-Nor.

Estadístico Estadístico Estadístico


Variable empírico N.S. empírico N.S. empírico N.S.

Contacto físico activo 23 .0204 48 .4546 8i .0085 *


Conductas de aproximación e inte-
racción 22 .0171 i6 .0051 * 55 - 3 5 27
* p. (a) ,02.

variables restantes (por tanto, se cumplen fenómeno, observado especialmente en el


las hipótesis 3 y 5 y no se cumplen las 6, grupo de normales, indirectamente con-
8 Y 9). firmado por los resultados y que hemos
denominado «inhibición sumisa».
Al agrupar las variables en tres grandes
bloques: De esta forma, el análisis de la conduc-
ta social de los sujetos de este estudio
No aparecen diferencias estadísticamen-
refleja las diferencias entre los grupos en
te significativas entre los grupos respecto
cuanto a su comportamiento en una situa-
a las conductas de evitación y/o escape
ción de interacción con un adulto «casi»
(por tanto, no se cumple la hipótesis 7).
extraño. Pero muy probablemente no re-
Tampoco aparecen diferencias estadís- fleja toda la distancia y diferencia real que
ticamente significativas entre los grupos puede haber en la conducta social de los
respecto a las conductas agresivas (por sujetos autistas respecto a los normales y
tanto, se cumple la hipótesis 4). los deficientes no autistas.
Sin embargo, en cuanto a las conductas Por otro lado, todos y cada uno de los
de aproximación e interactivas, los suje- sujetos del grupo de deficientes V del
tos autistas presentan un nivel significati- grupo de autistas llevaban al menos seis
vamente inferior que los sujetos normales meses de tratamiento psicopedagógico.
y que los deficientes no autistas (por Aunque esto no plantea problemas para
tanto, se cumple la hipótesis 1). la comparación entre grupos (pues ambos
Antes de comentar en profundidad la se encuentran en la misma condición) ni
significación teórica de los resultados ob- tampoco en la comparación con otras
tenidos, creemos indispensable hacer re- investigaciones; sí matiza las conclusiones
ferencia a algunas limitaciones que posee de nuestro estudio. Si bien es cierto que
este estudio y que necesariamente nos no abunda la aplicación de programas
obligan a aumentar nuestra cautela en la específicamente orientados a la mejora de
interpretación de los datos. Las señalare- la interacción social, también es cierto
mos esquemáticamente. que los sujetos suelen mejorar en este
terreno al recibir atención terapéutica
Todos los sujetos conocían (de la eva- general. Una de las múltiples razones
luación psicométrica) al adulto con el que de este efecto positivo indirecto es el
iban a interactuar. Asimismo, la situación entrenamiento en habilidades basicas
de interacción era nueva para todos los (v. gr., contacto ocular) que constituyen
sujetos. Ahora bien, parece sensato abri- prerrequisitos para aprendizajes específi-
gar la sospecha (creada fundamentalmen- cos, pero que están también inevitable-
te por una impresión cualitativa al reali- mente implicados en la interacción social.
zar las grabaciones) de que esta novedad
afecta diferencialmente más a los sujetos Si esto es así, lo que aparece reflejado
normales, y en especial a los mayores, por en los datos podría ser bien las conductas
su capacidad de comprensión de lo inu- más caracterizadoras y específicas del com-
sual (respecto a las actividades cotidianas portamiento de los sujetos autistas en una
del centro) de esta situación de interac- situación de interacción o bien (y esto
ción. Esto sería una causa posible de un puede ser importante tenerlo en cuenta) 89
las facetas de la conducta social de los que si los tiene cerrados. Pero en los tres
sujetos autistas más resistentes a la inter- experimentos que exponen, se manifiesta
vención terapéutica. una cierta anomalía en la conducta visual
De cualquier forma, creemos que las de estos niños: o bien miraban cada
precauciones que se han tomado respecto fotografía menos tiempo que los sujetos
al control experimental del trabajo y el de los grupos control o pasaban más
alto número y amplitud de variables de- tiempo mirando el fondo de la caja negra
utilizada.
pendientes estudiadas, nos permiten
extraer algunas conclusiones válidas para En definitiva, dejando a un lado las
el estudio de este tema: divergencias de hipótesis explicativas,
I. Si recordamos los resultados, son existe un acuerdo en la mayoría de los
autores (y este estudio viene a sumarse)
dos las variables dependientes en las que
sobre la existencia de una anomalía en la
aparecen diferencias significativas y las
conducta visual de los niños autistas.
dos hacen referencia a conducta visual:
mira a la cara (sólo) y coorientación visual. Este punto confirma el interés de incluir
la fijación visual como uno de los objeti-
De alguna forma, los resultados de este vos de observación, siendo ya una de las
estudio son comunes a los de las investi- variables más utilizadas en los estudios
gaciones de Hutt y Ounsted (19 70). Estos sobre la responsividad social de los niños
autores consideran que la conducta social autistas.
de los niños autistas no se diferencia
Vista la importancia de la mirada a la
morfológicamente de la de otros niños,
cara y la coorientación visual como índi-
salvo por la ausencia de fijación visual. ces discriminativos entre los grupos de
No podemos considerar, sin embargo,
sujetos utilizados en este estudio, enten-
que nuestro estudio venga a corroborar
demos que sería necesario continuar en la
(aunque tampoco a contravenir) la hipó-
profundización del tema fundamental-
tesis de la aversión visual, ni del «o yera- mente en dos líneas, entre otras muchas
rousal» como su causa, propuesta por posibles:
Hutt y Ounsted (1970), ya que la anoma-
lía visual manifestada por los niños autis- i. Análisis exhaustivo y reflexivo de
tas de esta investigación no se reduce al investigaciones anteriores que estudien el
contacto ocular, sino que afecta también papel que desempeña la atención visual
a la coorientación visual (categoría origi- en el desarrollo social y comunicativo de
nal de este estudio), esto es, a la atención la persona (v. gr. Bruner, 1977).
compartida con el otro. z. Aplicación y creación de sistemas
Por otro lado, también existen coinci- de observación y valoración de dichas
dencias con los trabajos de otros autores, conductas que vayan más allá del análisis
cuyo marco teórico explicativo es distin- de frecuencia y duración. Sistemas que
to. Nos estamos refiriendo a autores que permitan entrar en una valoración funcio-
podríamos considerar representantes (en- nal del grupo de conductas implicadas en
tre otros) de las teorías cognitivo-organi- lo que denominamos «atención» visual, y
cistas. Así, por ejemplo, Hermahn y que, al mismo tiempo, proporcionen in-
O'Connor (1970-1983) consideran que la formación de cómo se asocian este tipo
alteración fundamental del autismo con- de conductas con otras, en el funciona-
siste en un déficit central que afecta a la miento real del sujeto.
codificación e integración intermodal, lo En esta línea, en nuestro trabajo se ha
que deteriora severamente toda conducta estudiado separadamente la frecuencia
compleja, incluida la interacción social global de miradas a la cara y la de
(O'Connor y Hermelin, 1983). aquellas miradas a la cara que no apare-
En su artículo de 1967, O'Connor y cen asociadas a conductas comunicativas
Hermelin publican los resultados de una o expresivas, cuya finalidad se interpreta
serie de experimentos con medida de la de mantenimiento del contacto y fijación
fijación visual de sujetos autistas, deficien- de la atención en el otro, como referencia
tes y normales. Los datos indican que los que es en una situación de interacción.
niños autistas, al igual que los otros, pre- Además, incluye la observación de la
fieren la imagen de una cara, un estímulo atención visual compartida, por medio de
nuevo frente al habitual.... y que miran la categoría de coorientación visual. Re-
90 por igual una cara con los ojos abiertos sulta muy sugerente que sean precisamen-
te estas dos las categorías en las que se y los deficientes no autistas están iguala-
manifiestan diferencias significativas en- dos uno a uno en sexo, edad cronológica
tre los grupos. Pero esto no supone más y edad mental y, por tanto, en cociente
que una ligera aproximación y un alicien- de desarrollo, están, asimismo, igualados
te para lo que podría ser un estudio con los sujetos normales en sexo y edad
específico y amplio en la línea que acaba- mental.
mos de señalar. 3. Richer registra como conductas de
II. En segundo lugar, querríamos co- escape, considerando como tales ciertos
mentar uno de los aspectos, a nuestro movimientos de cabeza y cuerpo, aleja-
juicio, más interesantes de los resultados mientos, ciertas muecas faciales.., a través
de esta investigación: las variables de del análisis del comportamiento del suje-
conducta en que aparecen diferencias sig- to en situaciones en las cuales no existen
nificativas entre los grupos son siempre garantías constantes de que esos movi-
de aproximación e interactivas. mientos sean tal evitación o escape.
Al analizar las conductas en tres gran- En el trabajo que nos ocupa, sólo se
des bloques, el nivel inferior de los autis- registran tales conductas en los momen-
tas en las de «aproximación e interactivas» tos de la sesión de interacción en los
se manifiesta no sólo respecto a los niños cuales la intervención del adulto en la
normales, sino también respecto a los conducta del niño era patente y, por
deficientes no autistas, aumentando, por tanto, la causa más probable de su con-
tanto, las posibilidades de atribuir esta ducta.
inferioridad de nivel al autismo infantil Aun así, se podría argüir que la ausen-
precoz. cia, en nuestros resultados, de diferencias
significativas en cuanto a conductas de
Sin embargo, no aparecen diferencias
evitación puede ser atribuible al efecto de
entre los grupos en cuanto a conductas
de evitación y/o escape, ni global ni la intervención terapéutica en los sujetos
(en la medida en que pueda haber incidi-
aisladamente consideradas.
do en la extinción o disminución de
Estos datos entran en discrepancia con dichas conductas). Ahora bien, como va
los resultados de las investigaciones de habíamos comentado, no parece que nues-
Richer (1976) y fundamentalmente con tro trabajo muestre, en este aspecto, gran-
algunas de sus conclusiones: «los niños des diferencias con otras investigaciones,
autistas actúan para reducir la probabili- ya que en ninguna de ellas se señala que
dad de encuentros sociales» y «se alejan se hayan utilizado como sujetos experi-
más de las personas». mentales niños que no hubiesen recibido
o estuviesen recibiendo tratamiento psi-
Varias razones pueden dar cuenta de copedagógico, y, de hecho, creemos, por
esta discrepancia: múltiples razones, que es poco probable
1. Dejando a un lado la no equivalen- que haya ocurrido así. Por tanto, nuestros
cia real de las categorías de observación, resultados son perfectamente comparables
la situación de observación sí es claramen- con los de otras investigaciones y suficien-
te diferente. La investigación de Richer temente sólidos como para obtener con-
(1976) se desarrolla en el patio de recreo clusiones: entonces, diremos que nuestros
y las interacciones tenían lugar fundamen- datos no confirman la idea de que uno de
talmente entre pares (autistas y deficien- los aspectos más característicos de la con-
tes no autistas). Nuestro estudio, sin em- ducta social de los niños autistas sea la
bargo, observa la interacción del niño evitación activa de interacción o encuen-
con un adulto no familiar. tros sociales, sino más bien se acercan a
un planteamiento explicativo (de la con-
z. Este autor sólo utilizó como crite- ducta social anómala de dichos niños)
rios de igualación entre el grupo de con base en una incompetencia interactiva.
autistas y el de deficientes la edad crono-
111. Es evidente que los trabajos de
lógica y el sexo. Eligió luego sujetos
normales de edades cronológicas inferio- Hutt y Ounsted y los de Richer y colabo-
res coherentemente con la idea de que el radores resultan altamente sugerentes pa-
desarrollo mental de los otros dos grupos ra cualquier estudioso del tema, en cuan-
era inferior al de su edad cronológica. to que sitúan sus observaciones en un
plano que intenta dar una «explicación
En nuestro trabajo, los sujetos autistas funcional» de los fenómenos estudiados. 91
Nuestra opinión, sin embargo, es que función del nivel de edad mental de los
una «explicación funcional» requiere un sujetos.
método global 'de observación y análisis Para ello, se ihtrodujo en el estudio
de las conductas sociales más elaborado y otra variable independiente (edad mental)
cualitativamente distinto que el utilizado
que se operativizó en dos niveles: i)
tanto por estos autores como en nuestro sujetos con edad mental inferior a veinti-
trabajo.
cuatro meses, y a) sujetos con edad men-
En este sentido, entendemos que una tal superior o igual a veinticuatro meses.
definición de las conductas, no sólo por De esta forma surgieron seis grupos de
sus características topográficas, sino por N.S. iguales (cinco sujetos en cada condi-
su valor funcional en el momento en que se ción).
produce, podría aportar información de Dado que las variables dependientes
gran interés para la comprensión de la utilizadas no presentaban características
conducta social en general y la de los paramétricas, no fue posible obtener un
niños autistas en particular. Así, por ejem- índice de interacción de las variables in-
plo, la conducta de «señalar» («extiende y dependientes (grupo diagnóstico y edad
orienta en una dirección específica el/los mental).
brazos/s o el dedo índice») puede servir
funcionalmente tanto para compartir la Los resultados, en sus valores numéri-
atención del adulto por medio de un cos, y el procedimiento estadístico utili-
objeto, como para pedirlo. Por tanto, una zado se encuentran detallados en las ta-
mera descripción en términos topográfi- blas VI, VII, VIII, IX, X y XI.
cos parece insuficiente para explicar el
valor real de esta conducta en una situa- Como podemos observar, estos datos
ción interactiva específica. numéricos y la consulta a las tablas de
puntuaciones medias de los grupos (que
no se especifican en este artículo) indican,
dicho muy esquemáticamente, lo si-
3.2. Resultados y discusión: parte II guiente:
Un análisis minucioso e individualiza- i. En cuanto a la comparación de los
do de los resultados obtenidos nos llevó tres grupos diagnósticos:
a plantearnos con detenimiento el posible i.i. Al comparar los cinco sujetos
efecto de la variable edad mental sobre la autistas de edad mental inferior a 24
conducta social diferencial de los sujetos meses, con los deficientes y normales que
en la situación de interacción. El estudio les corresponden por igualación de suje-
del efecto de esta variable se nos aparece tos, vemos que:
como una interesante línea de investiga- Los sujetos autistas presentan un
ción sobre el tema, que puede tener nivel de contacto físico pasivo man-
implicaciones comprensivas, diagnósticas tenido inferior al de los sujetos
y metodológicas útiles. normales y al de los sujetos defi-
Por ello, se pensó en la posibilidad de cientes no autistas.
hacer un nuevo análisis de los datos, en También presentan un nivel signi-
la medida que fuese viable, a fin de que ficativamente menor que los nor-
sirviera de tanteo o pilotaje previo a una males en miradas a la cara del
investigación en profundidad y para satis- adulto (tanto en la puntuación glo-
facer provisionalmente nuestra curiosidad bal como cuando sólo se evalúan
científica. las no asociadas a otras conductas
comunicativas o expresivas).
En concreto, los datos y la bibliografía Además, los sujetos autistas presen-
utilizada daban pie a intentar comprobar tan una frecuencia de contactos
estadísticamente si distintos niveles de físicos activos y de sonrisa, signifi-
edad mental implicarían mayor o menor cativamente menor que los sujetos
número de variables dependientes en las deficientes no autistas.
que los grupos diagnósticos presentan
diferencias significativas, y si, por otro 1.2. Sin embargo, al comparar los
lado, dentro de cada grupo diagnóstico se cinco sujetos autistas con edad mental
encuentran diferencias significativas en superior o igual a 24 meses y los sujetos
92 ciertas pautas de interacción social en normales y deficientes igualados, no apa-

TABLA VI TABLA VIII

Aplicación de Anova no paramétrico Aplicación de Anona no paramétrico de un


(Kruskal-Wallis) de un criterio de clasificación criterio de clasificación por rangos para tres
por rangos para tres grupos, para la grupos, para la comparación de autistas,
comparación de sujetos autistas, deficientes y deficientes y normales de edad mental superior
normales de edad mental inferior a veinticuatro o igual a 24 meses.
meses
Estadístico Nivel de
Estadístico Nivel de Variable empírico signif.
Variable empírico signif.
Proximidad 2.2199 .3296
Contacto físico pasivo o.1974 9060
Proximidad 0.15636 .9248
Contacto físico pasivo 8.76853 .0125 * Contacto físico activo 5.1978 .0744
Contacto físico activo 7.23290 .02.65 * Desplazamientos hacia 2.8356 -2422
Desplazamientos hacia 0.79204 .673o Se vuelve hacia 0.7439 .6894
Se vuelve hacia 0.79635 .6715 Vuelve la cabeza hacia 1.8311 .4003
Vuelve cabeza hacia 3.45230 .178o Mira al 2.0021 .3675
Mira al 2.01659 .3648 Mira cara (sólo) 1.1399 .3655
Mira cara (sólo) 7.73996 .0209* Mira cara (global) i.0085 .6039
Mira cara (global) 7.21999 .027 / * Coorientación visual 0.4230 .8094
Coorientación visual 6.26326 .0436 * Sonrisa 0.5409 .7630
Sonrisa 1
.46833 .4799 Abrazo 2.2992 .3168
Abrazo 1 54060 .4629 Tira de 2-0335 .3618
Tira de 4.28571 .1173 Reproduce 2.8253 .2435
Reproduce 0.42818 .8073 Comunicación verbal . 1.4888 .4750
Comunicación oral 2.06649 .3559 Señala 3.9725 .1372
Señala 1 16715 .5579 Muestra/Da 1.5753 .4549
Muestra/da 0.31727 .8533 Vocalizaciones 1.0769 .5836
Vocalizaciones 0.63636 .7275 Coge 1.9645 .3745
Coge 0.15269 .9265 Acude llamada 5.5351 .0628
Se aleja .4609
Acude llamada 2.52984 .2823 1.5492
Se aleja 0.46578 .7922 Se vuelve de 1.0953 .5783
Se vuelve de 0.40531 .8166 Vuelve la cabeza de 0.0408 .9798
Vuelve cabeza de 2.04098 .3604 Cara a la pared 2.0000 .3679
Cara pared z 16406 -3389 Cabeza baja 2.0335 .3618
Cabeza baja 3.74653 .1536 Llantos/gritos 1.7187 .4234
Llantos/gritos 4.48420 .1•062 Aparta al adulto 2.0000 .3679
.zo96 Cierra los ojos .1876
Aparta al adulto 2.47174 3.3471
Cierra ojos 2.03354 .3618 Se tapa ojos/oídos 2.2992 .3168
Se tapa ojos/oídos 4.86486 .0878 Se protege 1.4221 .4911
Se protege 0.04082 .9798 Comunic. verbal (E) . 2.0000 .3679
Comunicación oral (E). 4.28571 .1173 Agresiones al entorno. 2.6466 .2662
Agresiones al entorno. 2.03354 .3618 Agresiones al adulto 2.0000 .3679
Agresiones al adulto . 2.00000 .3679 Autoagresiones 1.1399 .5655
Autoagresiones 2.96114 .2275 los niveles de significación no permiten rechazar la
hipótesis nula de que no existen diferencias entre los
grupos, para ninguna variable (p. ().os).

TABLA VII

Prueba de rangos de U de Mann-Whitney para la comprobación de la significación entre cada par


de grupos (Autistas-Normales; Autistas-Deficientes; Deficientes-Normales; todo ellos con edad
mental inferior a veinticuatro meses)
Aut-Nor. Aut. Def. Def.-Nor.

Estadístico Estadístico Estadístico


Variable empírico N.S. empírico N.S. empírico N.S.

Contacto fis. pas. . o .0034 * 1 .0087 * 9 .2642


Contacto fis. act. • 4 .0375 2 .0139 * 21 .0379
Mira cara (global) . 6 .1015 o .0P43* 16 .2003
Mira cara (sólo) . o .0045 * 4 .1253 7 .0379

• p (ct)o,oz. 93
TABLA IX

Aplicación de la prueba de rangos U de Mann-Whitney para la comparación entre dos


grupos: los dos grupos: los dos niveles de edad mental dentro de cada grupo diagnóstico.

Autistas Deficientes Normales

Estadístico Estadístico Estadístico


Variable empírico N.S. empírico N.S. empírico N.S.
Proximidad 8 .1729 II -3770 16 .2010
Contacto fis. pas. 25 .0035 * 13 .4583 13 .2010
Contacto fis. act. 20 .0569 9 .2648 2 .0178 *
Desplazamientos hacia 12 .5000 3 .o226* II .3756
Se vuelve hacia 12 .5000 5 .0712 15 .2636
Vuelve la cabeza hacia 8 .1973 lo .3371 12 .4582
Mira al 17 .1729 16 .2317 12 .4581
Mira cara (sólo) 21 .0379 * 17 .1736 13 .4170
Mira cara (global) 20 .o586 15 .3008 15 .3002
Coorientación visual 21 .0361* 12 .5000 16 .2296
Sonrisa 17 .1448 II .4115 8 -1546
Abrazo 15 .2603 7 .1188 7 .o68o
Tira de 15 .1587 12 .4531 12 .5000
Reproduce 20 .0468 * 21 .0330* 15 .2512
Comunicación verbal 15 .2603 17 .1580 12 .5000
Señala lo .1587 14 .3729 12 .4531
Muestra/Da 12 -4572 16 .1943 10 .3327
Vocalizaciones 15 .2564 12 .5000 15 .1587
Coge 18 .0774 12 .5000 13 .4549
Acude llamada lo .3367 12 -4572 7 .o68o
Se aleja u1 .3767 15 .2887 10 .2991
Se vuelve de 7 .1187 13 -4155 7 .1375
Vuelve la cabeza de 12 .5000 II .3493 15 .1587
Cara a la pared 7 .o68o 12 «4408 12 .5000
Cabeza baja 2 .0091 * 15 .2193 8 .1448
Llantos/gritos 8 .1995 14 .3752 17 .1448
Aparta al adulto 10 .3028 12 .5000 10 .1587
Cierra los ojos 16 .2042 14 .3190 12 .5000
Se tapa ojos/oídos 15 .2193 7 .1188 12 .5000
Se protege 15 .2193 20 .0468 * 17 .1439
Comunicación verbal (E) 7 .068o 15 .1587 12 .5000
Agresiones al entorno 12 •4408 14 .3190 12 .5000
Agresiones al adulto 10 .1587 15 .1587 12 .5000
Autoagresiones 13 .4165 17 .1736 21 .0370*

En la tabla aparecen señaladas con un asterisco las var ables para las cuales es posible rechazar la hipótesis nula de que
no existen diferencias significativas entre los grupos, considerando un p. (a)L.si.ot.

recen diferencias estadísticamente signifi- mental superior, en las variables de


cativas en ninguna de las 34 variables contacto físico pasivo mantenido,
analizadas. miradas a la cara del adulto (sólo),,
2. En cuanto a la comparación de los sonrisa y comunicación verbal.
dos niveles de edad mental dentro de Y, sin embargo, los de edad mental
cada grupo diagnóstico: inferior presentan Tuiiirvel signifi-
2.1. Al comparar los cinco sujetos cativamente más elevado que los de
autistas de edad mental inferior a 24 edad mental superior en llantos y
meses y los cinco autistas de edad mental gritos.
superior o igual a 24 meses, vemos que: 2.2. Los sujetos deficientes de edad
- Los sujetos autistas de edad mental mental inferior a 24 meses presentan:
inferior presentan un nivel signifi- - Un nivel significativamente menor
94 cativamente menor que los de edad que los deficientes con edad mental
superior a 24 meses, en comunica- considerable se vuelve menos resistente al
ción verbal (tenga o no su conteni- cambio y pierden indiferencia hacia las
do carácter de evitación). personas. Lorna Wing (1971) señala que
Sin embargo, el nivel de desplaza- las señales de desapego e indiferencia son,
mientos hacia el adulto es más ele- especialmente, claras en los menores de
vado que en los sujetos con edad cinco años.
mental superior o igual a 24 meses.
Por otro lado, la relación de los distin-
2.3. En lo que se refiere a los sujetos
normales: tos niveles intelectuales y las alteraciones
cognitivas en el autismo ha sido amplia-
El nivel de coorientación visual
mente estudiado (vid. revisión Prior,
presentado por los normales de
1984), y actualmente es reconocido como
edad mental inferior, resulta signi-
un factor clave en la discusión sobre la
ficativamente menor que el de los
clarificación y comprensión del autismo,
sujetos normales de edad superior
la comparación y reflexión de investiga-
o igual a 24 meses.
ciones y la búsqueda de criterios para el
Sin embargo, la frecuencia de con:
diagnóstico diferencial.
tacto físico activo de los sujetos
con edad mental inferior a 24 me- Este trabajo, por su parte, resalta la
ses es significativamente mayor que necesidad de investigación de las varia-
la de los sujetos de edad mental bles edad de desarrollo y cociente de
superior. desarrollo y su relación con la conducta
De estas nuevas comparaciones resulta social de los niños autistas.
especialmente llamativo que: Sería necesario, además, cuestionarse
a) Al reducir la muestra a los cinco hasta qué punto es correcto mantener
sujetos autistas de edad mental inferior a criterios diagnósticos para el «síndrome
24 meses y sus igualados deficientes y de autismo infantil precoz» que partan de
normales, aumenta el número de variables índices de conducta claramente observa-
en las que los sujetos autistas presentan bles en niños con edades mentales inferio-
un nivel significativamente menor que res a 24 meses, pero bastante menos
los otros grupos, y se distancian más de intensos en niños de nivel superior. Aun-
las puntuaciones del grupo de deficientes. que, como ya señaló Rutter (1978), el 75
por ioo de los sujetos autistas pueden
b) Sin embargo, al comparar los cin- definirse intelectualmente como «deficien-
co sujetos autistas de edad mental supe- te mental», parece arriesgado contar úni-
rior o igual a 24 meses no aparecen camente con sistemas diagnósticos que
diferencias significativas estadísticamente sólo parecen «altamente fiables» para ni-
entre los grupos en ninguna variable. veles de desarrollo bajos.
c) Al realizar comparaciones entre
los sujetos de edad mental inferior a 24
meses y sujetos de edad mental superior CONCLUSIONES
o igual a 24 meses dentro de cada grupo
diagnóstico, son los autistas los que pre- La realización del presente estudio com-
sentan mayor número de diferencias sig- parativo de la conducta social de niños
nificativas en las variables conductuales autistas deficientes y normales, en situa-
mediadas en la situación de interacción. ción de interacción, lejos de desalentar,
Y estas diferencias indican un menor nos ratifica en nuestro planteamiento ini-
nivel y frecuencia de conductas de aproxi- cial, en principio, en dos aspectos concre-
mación o interactivas cuando los sujetos tos:
tienen una edad mental inferior a 24 meses.
Por una parte, la utilización de un
Globalmente, estos resultados presen- grupo de niños normales y el diseño de
tan cierta coherencia con estudios de sistemas de observación y análisis aplica-
seguimiento de niños autistas, que han bles a este tipo de . sujetos nos ha permi-
demostrado que pueden ocurrir cambios tido descubrir hasta qué punto resultaría
al aumentar la edad (De Myer, et al., interesante la investigación rigurosa so-
1973; Rutter Kanner, et al., 1972; Rutter, bre aspectos concretos que parecen fun-
1970). Estos estudios indican que, aunque damentales, tanto para la comprension
algunos niños no hacen ningún progreso del desarrollo social del niño, como para
y unos pocos se deterioran, un porcentaje la formacion de un «modelo» de desarro- 95
lbo social normal, que sirva de base para puede dar la observación minuciosa de la
el estudio de grupos infantiles patológicos. interacción social y limitada para dilu-
cidar los trastornos y características que
Por otro lado, la comparación de suje-
diferencian la conducta social de los suje-
tos autistas y deficientes no autistas sirve, tos autistas de la de otros grupos, normal
en nuestra opinión, para resaltar el interés o patológicos. Una observación completa
del estudio de las pautas de interacción de lo que parece ser la información rele-
social en la investigación psicológica de vante en el estudio de la interacción
grupos de niños con alteraciones severas infantil no parece depender sólo de la
del desarrollo. complejidad y amplitud del estudio según
Desde otro punto de vista, este estudio el número de categorías de observación,
sirve de base para indicar algunos cami- y su capacidad representativa de habilida-
nos posibles de investigación futura. Se des realmente implicadas en la interacción
plantea la necesidad de un estudio minu- social. Consideramos que el progreso en
cioso por rangos de edad que proporcio- el estudio de este tema vendría dado, a
nará una información más exacta de las partir de ahora, por estudios complemen-
diferencias y peculiaridades de la conduc- tarios que tengan en cuenta estos aspec-
ta social de los sujetos autistas, frente a tos, pero que pasen a un nivel de análisis
los normales y deficientes igualados, y de la conducta diferente. El análisis por
que tendría serias implicaciones para el funcionalidad de la conducta, o por la
diagnóstico. vinculación real de conductas entre sí en
la actuación del sujeto (el estudio de
Ya, por último, expresar que la meto- secuencias completas de conducta), o por
dología de investigación utilizada en este la adecuación de la conducta del sujeto a
trabajo (y la mayoría de las que aparecen la de su compañero de interacción (me-
en la literatura revisada) se nos manifies- diante el estudio de secuencias interacti-
ta, a pesar de sus aportaciones y mejoras, vas...), pueden constituir métodos que
como insuficiente y limitada. Insuficiente convendría explorar y poner en funciona-
para recoger toda la información que miento en trabajos posteriores.

R esumen
El presente artículo expone una investigación ayo objetivo es estudiar comparativamente la conducta de los niños
autistas, deficientes no autistas y normales, en una situación de interacción diádica con un adulto. La muestra estaba
compuesta por 30 niños, so en cada grupo. Los niños de los distintos grupos diagnósticos estaban igualados uno a uno en
edad mental y sexo. Los deficientes y los autistas fueron igualados además en edad cronológica. Cada sujeto fue grabado
mediante vídeo en una sesión de interacción social. La conducta de los sujetos se codificó atendiendo a 34 categorías de
observación que recogían distintos tipos de conducta (conductas proxémicas, de atención, expresivas, instrumentales,
estrategias de comunicación, conductas de huida, agresivas...). Se discuten los resultados y sus implicaciones, sugiriendo
nuevas líneas de investigación.

Summar'
The aim of ibis research is the comparative study of autistic, mental!) , retarded non-autistic and normal children, in
a diadic situation interartion with an adult. The sample includes 30 children, cbildren, matrhed in Mental Age and
sex in earb group. Retarded and autistic rhildren were paired as well 4, chronological age. Earb subject was vides recorded
during a sodal interaction session. Behavior of subject: was codee! in 34 observing categories stating different Opes of
behavior — proxemir, attention, expresive, instrumental, escape agressive behaviors, communication strategies... Results
and implications are discussed and new unes of research suggested.

R. ésumé
Dans cet talkie on expose une rerberche dont le but est l'étude compara« de la conduite des enlatas autistiques, des
enfants defirieras et des enfants normaux dans une situation d'interaction diadique avec un admite. L'échantillon était
constituí par 30 enfants, lo par groupe. Les enlatas de ces trole groupes ítaient appareillés en áge mentale et :ext. Les
defirieras et les autistiques Juren! aussi appareille:r en lige réel. Chaque erijan' a cié enregistré ate vis/do ate mur, ¡une
séance d'interartion socia/e. La conduite des enfants fut codifiée par rapport á 34 catégories d'observation rositenant des
différents npes de comportements (proxéntiques, d'attention, expresives...). Les résultats et leurs santiguares sont
96 discutís, avec des suggérences de nouvelles lignes de rerberche.
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