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Administrativo I - DOCUMENTO COMPLETO
Administrativo I - DOCUMENTO COMPLETO
1. La Administración en la Constitución
Rasgos de este nuevo Estado liberal: el orden político y jurídico se deriva de una
Constitución como norma suprema del ordenamiento jurídico, norma que va a legitimar
al resto de normas y donde van a ser posibles distintos desarrollos normativos; con una
sola Constitución van a ser posibles distintas opciones políticas. En la Constitución,
además, van a estar definidos los distintos poderes (legislativo, ejecutivo y judicial), los
derechos y libertades de los ciudadanos y aquellas otras instituciones que, por su
importancia, van a marcar también esa estructura política.
En este nuevo Estado liberal va a tener un papel muy importante la soberanía nacional, el
pueblo va a ser el titular de esa soberanía: se va a entender que los distintos ciudadanos
participan en la creación de las leyes, pero también, van a elegir sus gobiernos,
legitimándolos. El pueblo legitima el poder legislativo y también al ejecutivo más tarde. El
principio de separación de poderes formulado antes de la Revolución por Montesquieu,
pilar de nuestro sistema, no es matemático y tiene imperfecciones. El poder legislativo
será el encargado de elaborar las leyes, el depositario de esa soberanía nacional y va a
residir en los Parlamentos, en las Asambleas Legislativas. En segundo lugar, el poder
ejecutivo se va a encargar de hacer realidad, de ejecutar el contenido de esas leyes y sería
el encargado de materializar esa voluntad de los ciudadanos que en un primer momento
se plasma en leyes, pero que requiere de un segundo momento en el que las leyes han de
ejecutarse.
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encargarse de proporcionar su sustento.
A finales del siglo XIX, se da el salto de ese Estado liberal a un verdadero Estado de
Derecho, donde habrá una clara supremacía de la Ley y donde el poder legislativo va a
tener un plus respecto al resto de poderes: se materializa la voluntad popular de la
soberanía nacional. Por ende, la Administración se debe someter al principio de legalidad,
en este momento, la Administración está plenamente sometida a los Tribunales (en un
primer momento se le controla por otros medios desde el poder ejecutivo, no desde el
poder judicial, no desde los Tribunales ordinarios). Se integra en el poder judicial y se
controla la actuación de la Administración.
España es un estado social y democrático de derecho (Art. 1 CE) lo que implica que
además de los derechos fundamentales, va a haber reconocido derecho de carácter
social: algunos serán verdaderos derechos y otros meros principios rectores de la política
económica y social. No es la misma protección para derechos fundamentales (educación),
que para la prestación sanitaria (es un principio rector, pero no un derecho fundamental).
Otros principios rectores: vivienda, derecho al medioambiente… No tienen la misma
salvaguarda.
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En Europa actualmente surgen nuevos retos: flujos migratorios…
Nuestra Administración se caracteriza porque cambia, puesto que debe adaptarse a las
nuevas condiciones sociales-económicas-jurídicas-sociales. El Derecho Administrativo
cambia con ello.
La CE dice muchas cosas sobre la Administración, pero debemos de quedarnos con las
más importantes: el art. 1 ya mencionado y el art. 2 CE que supone una ruptura con la
organización territorial previa. Nuestra CE va a implicar una descentralización, pasando
de un Estado centralista a un modelo territorial descentralizado con la creación de nuevas
Administraciones Públicas que van a ser las CCAA. Nuestra CE contempla 3
administraciones territoriales claramente diferenciadas: el Estado, las CCAA (que dan
lugar a Derecho Administrativo propio) y los entes locales (municipios, provincias…).
Hay otro artículo en relación con nuestra Constitución, el art. 105 CE, que establece una
reserva de ley señalando que tendrá que haber audiencia de los ciudadanos, o al menos
de las entidades que les representen, a la hora de que la Administración elabore
disposiciones generales (reglamentos). En este artículo, también se recoge el acceso de
los ciudadanos a la información, a archivos y registros administrativos, si bien es cierto
que hay ámbitos que se deben proteger (seguridad nacional), no es un valor absoluto, se
encuentra regulado en Ley 19/2013 de Transparencia y de Buen Gobierno. El tercer
apartado de este artículo 105 CE recoge “cuando proceda” la audiencia de los interesados
en los procedimientos administrativos.
Sin duda, en el artículo 103 CE (el + importante en este tema) nos dice que las
Administraciones públicas sirven con objetividad a los intereses generales, sometidas a la
Ley y al Derecho (a todo el ordenamiento jurídico, incluido los principios generales). Se
trata de la formulación del principio de legalidad- y la Administración actuará de acuerdo
según una serie de principios: eficacia, jerarquía, descentralización, desconcentración y
coordinación. La Administración no está para defender intereses propios o particulares,
no puede favorecer a un ciudadano frente a otro, tiene que actuar con objetividad, pero
¿qué es el interés general? Es el interés que beneficia a la ciudadanía en su conjunto. Si
bien es cierto que va a haber momentos en los que las administraciones públicas tengan
que elegir beneficiar a uno u a otro, pero siempre deberán de estar motivadas por el
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correspondiente interés mayor. Las administraciones públicas funcionan con personas y
el art. 103.3 CE habla de los funcionarios públicos, estableciendo que tenemos derecho al
acceso a la función pública conforme al principio de mérito y capacidad: estarán los
mejores en cada uno de los niveles.
Esto cambia en la Edad Media, cuando se fragmenta el poder y pasamos a uno mucho
más localizado, donde los reyes normalmente van a ejercer ese ejercicio de poder al tema
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de sus posesiones o derechos reales: el Rey va a mandar en las tierras que posee, por eso
se habla de derechos reales y regalías. Su poder económico es lo que le da el poder
público.
Hasta finales del siglo XV, principios del XVI no podemos hablar de Estado más próximo a
la realidad que tenemos hoy en día, de hecho, ese Estado moderno aparece en países
como UK, Francia o España y de ahí llegamos al momento importante para el Derecho
Administrativo, la Revolución Francesa: el poder público identificado con tres funciones
(legislativa, ejecutiva y judicial) y donde el nacimiento del Derecho administrativo se
vincula a esa función ejecutiva.
A partir de mediados del siglo XIX empieza a haber distintos intentos para configurar y
definir qué es el Derecho Administrativo. Se trata de una tarea que, a día de hoy, aún no
está resuelta, es complicado y, en cada momento, lo que sea la Administración y cómo
ésta se configura va a marcar los límites del Derecho Administrativo.
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que el Derecho Administrativo es el que se vincula a la actividad del servicio público
(finales siglo XIX-mediados XX). Su mayor autor es León Duguit. En estos momentos se ha
producido ya un incremento de la actividad de la Administración, estamos en pleno
desarrollo del ferrocarril, empieza de forma incipiente el alumbrado público en las
ciudades, aparece en Francia alguna forma de organización de la sanidad pública y
educación-> se produce una ruptura con lo anterior, con la Iglesia. Estos autores definen
que todas las normas que regulan los servicios públicos y sus actuaciones comprenden el
ámbito del Derecho Administrativo. También es cierto que pronto se dan cuenta de que
el Derecho Administrativo es más que el servicio público, esto es solo una parte del
mismo, hay otras actividades “de policía” destinadas al mantenimiento del orden público
que también forman parte del mismo. Lo que son los servicios públicos cambian
continuamente y como crítica a esta teoría surge la Teoría de la prerrogativa.
La Teoría de la Prerrogativa trata de salvar las carencias de la teoría del servicio público y
nos va a decir que el Derecho Administrativo es el derecho que regula aquella actividad
en la que el poder ejecutivo actúa dotado de prerrogativas: hay una parte de actividad de
ese poder ejecutivo donde la administración aparece ostentando ese poder público y
privilegios que la dotan de un estatus diferenciado en relación con los ciudadanos
(imposición de multas). Según esta teoría, luego, habría otra parte de actividad donde el
poder ejecutivo no estaría dotado de estas prerrogativas (alquiler de local para sus
funciones) y en esos casos se aplicaría también a la Administración, el derecho privado.
Aquí se pone el foco en otra parte, con el objetivo de ir englobando un mayor número de
actividades. El fracaso de esta teoría se debe a que realmente el hecho de que esté
presente una Administración pública, sea cual sea el ámbito de actuación, esta siempre
va a estar obligada o impregnada por la satisfacción del interés general por lo que el
Derecho Administrativo se extiende en ocasiones más allá de esas situaciones o
actuaciones dotadas de prerrogativas.
Las teorías funcionalistas fracasaron y los autores a finales del siglo XX fueron elaborando
otro tipo de teorías que se denominan de carácter “subjetivo” o subjetivistas. Estas
teorías, a diferencia de las interiores, no van a hacer hincapié en definir esa actividad del
poder ejecutivo, sino que van a poner el foco en quién ejerce ese poder ejecutivo. Vamos
a hablar de qué realidades y sujetos son aquellos a los que se les aplica el Derecho
Administrativo.
En primer lugar, se defendieron las teorías orgánicas que entendían que el poder
ejecutivo se realiza a partir de órganos insertados en el poder del Estado que responden a
una determinada organización y que van a desarrollar las competencias atribuidas al
poder ejecutivo. El Derecho Administrativo se aplicaría solamente a esos órganos que, en
un momento dado, componen las administraciones públicas. Problema: con los órganos
pasa lo mismo que con las actividades: cambian.
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derecho propio de unos determinados sujetos que denominamos Administración Pública,
esta no es una función material, no es un tipo de actividad y, ni siquiera puede ser
considerada como un conjunto orgánico (dice esta teoría): la Administración Pública es
una persona jurídica y el Derecho Administrativo es la rama del Derecho que se encarga
de regular la actividad de esos sujetos que denominamos administraciones públicas. Se
habla de concepto estatutario porque se va a considerar al Derecho Administrativo como
la rama del Derecho Público que constituye el estatuto propio de esos sujetos dotados de
personalidad jurídica. Las administraciones como personas jurídicas van a ser titulares de
relaciones y la regulación de esas relaciones, tanto con los ciudadanos, como entre ellas
mismas, serán objeto del Derecho Administrativo. Este concepto ha pasado a la
legislación actual y tenemos varios ejemplos en las leyes que siguen este concepto:
El Estado es un único sujeto (no es un conjunto de ministros…), las 17 CCAA tienen cada
una de ellas una personalidad jurídica, cada una es un único sujeto y con los municipios
pasa exactamente lo mismo (por esto se cayó la teoría orgánica). Siguiendo con esta Ley,
esta nos dirá en su art. 89 que los organismos públicos tienen personalidad jurídica
diferenciada, por lo tanto, de las administraciones territoriales se van a ir creando otro
tipo de entes especializados normalmente en un ámbito de competencia que también
van a tener personalidad jurídica propia (ejemplo: una reclamación de asistencia sanitaria
no va al Gobierno del Principado, sino al SESPA, también apicaremos aquí el Derecho
Administrativo). También puede haber otro tipo de entidades, corporativas, que van a
tener una parte de funcionamiento público y otra parte de funcionamiento privado
(ejemplo: colegios profesionales).
Fuera de la Ley 40/2015 existen otra serie de ejemplos en los que se personaliza la
personalidad única, como la Ley de Jurisdicción que regula los Tribunales de lo
Contencioso-Administrativo, Tribunales que, integrados en el poder judicial, enjuician la
actividad de las administraciones públicas: Ley 29/1998 de 13 de julio, reguladora de la
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Jurisdicción Contencioso-administrativa. En el art. 1 de esta Ley se establece que los
Tribunales de lo Contencioso-Administrativo van a enjuiciar los actos sometidos al
Derecho Administrativo de la administración del Estado, CCAA, autoridades que integran
la administración local y entidades del derecho público vinculadas al Estado, CCAA y
entidades locales (insertar artículo).
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3. La subordinación de la Administración a la Ley y al Derecho: el principio de
legalidad.
Se vio que esto no permitía el desarrollo de un Estado de derecho donde los ciudadanos
tuviesen capacidad de reacción frente a cualquier actuación de la Administración Púbica,
por lo que se le da vuelta y se da un acto de vinculación positiva a la Ley. Esto surge con
autores vinculados a las doctrinas positivistas (Kelsen…) y estas teorías nos van a decir
que el poder ejecutivo no va a poder desarrollar nada fuera del ámbito que le permite la
legislación vigente, pasando al otro extremo. En estos momentos, las constituciones
actuales, aún vinculándose a esta concepción positivista, dejan algunos espacios de
actuación, pero espacios de actuación, ya no libres, sino controlados. ¿En qué términos?
El art. 9.1 CE dice que, tanto ciudadanos, como poderes públicos, están sometidos, tanto
a la CE, como al resto del ordenamiento jurídico.
En este caso vemos que la Constitución nos pone a ambos en términos de igualdad. El
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art. 103 CE nos habla de la Administración con sometimiento pleno a la Ley y al Derecho y
esta frase es clave, puesto que no dice solo la Ley en sentido formal, sino que establece
que no es necesario que exista una norma con rango de Ley para que la Administración
esté sometida a esta, la Administración también va a estar sometida a sus propios
reglamentos, principios generales del Derecho… Es necesario que algo esté regulado en
Ley Formal u Orgánica cuando exista una reserva material de Ley. Dicho esto, la
Administración tiene que tener capacidad de iniciativa, porque haya un vacío legal no
tiene por qué haber falta de actividad administrativa, sino que, en estos casos, la
Administración verá en qué términos puede actuar. Finalmente, no olvidemos que el
poder ejecutivo es el que concreta las distintas opciones políticas con gran margen de
actuación, porque así lo ha querido nuestro ordenamiento jurídico. La CE ha buscado el
equilibrio y los consensos.
Volviendo a la Ley 40/2015, en su art. 3.3. nos dice que todas las administraciones
públicas tienen que actuar para alcanzar los fines y objetivos que marcan las leyes y el
ordenamiento jurídico. La Administración va a actuar de distintas maneras y va a tener
distintas potestades. Las potestades son aquellos poderes que el ordenamiento jurídico
atribuye a la Administración y que van a ser diferentes en cada caso concreto y en
relación una determinada administración. Las potestades van a estar de forma precisa
delimitadas por el ordenamiento jurídico, una administración no elige qué potestades
tiene; tendrá margen de actuación, pero no libertad para elegir sus potestades.
Normalmente, las potestades se van a atribuir por Ley formal y entre esas potestades
estarían: potestad reglamentaria, expropiatorias, sancionadora… Las potestades además
deben de estar recogidas de forma expresa, aunque luego puede haber poderes de
carácter explícitos que se deriven de las mismas y siempre tendrán una regulación
específica, no hay cheques en blanco, deben concretarse de manera que se sepa por la
Administración cuáles son los supuestos de hecho que dan lugar al ejercicio de esa
potestad.
¿Cabe actuación fuera del marco jurídico? Hay supuestos excepcionales donde la
Administración podría actuar, pero realmente no son espacios al margen del
ordenamiento jurídico: hablamos de situaciones de emergencia nacional donde la
Administración tenga que actuar con poderes que no le son habituales, pero se trata de
una situación excepcional art. 116 CE (alarma, sitio y excepción), y además hay una LO
que lo regula.
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Distinguimos entre: (1) potestades regales, aquellas que el ordenamiento jurídico
determina de manera completa con todas sus condiciones, de forma que la potestad se
ejercerá de acuerdo con el supuesto y consecuencias que recoge la norma (ejemplo:
cobro de un tributo). Sin embargo, la Administración ejerce (2) potestades discrecionales,
donde sí tiene margen: convocatoria de ayudas, definición de plan general de ordenación
urbana, lo que tienen cubierto los ciudadanos por la sanidad pública… Dentro de ese
ordenamiento jurídico vamos a tener distintas opciones. Las potestades discrecionales en
este momento se controlan por los Tribunales, se controlan los llamados elementos
reglados. Los elementos reglados son: (a) si existe una verdadera potestad, (b) en qué
medida puede esta ejercerse, (c) qué márgenes tengo, (d) a quién se atribuye y (e) cuál es
su fin.
El ordenamiento jurídico configura las potestades para que las administraciones cumplan
con unos determinados fines, por lo que una administración no puede utilizar una
potestad para fines distintos de los que regula el ordenamiento jurídico, porque si no
responde a estos fines, el ordenamiento jurídico nos habla de la desviación de poder: que
se manipule el ejercicio de una potestad para cumplir fines distintos de los que
contempla el ordenamiento jurídico. Ejemplo: multas de tráfico para recaudar dinero
sería desviación de poder.
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[1. Potestad discrecional vs arbitrariedad/ 2. Potestad discrecional vs conceptos jurídicos
indeterminados]
Las potestades discrecionales se tienen que distinguir de otras dos realidades: las
tenemos que distinguir, primeramente, de la arbitrariedad. La potestad discrecional se
ajusta al ordenamiento jurídico, la arbitrariedad no (arbitrario= al margen de
ordenamiento jurídico). La discrecionalidad permite soluciones diferentes, pero siempre
dentro del marco de nuestro ordenamiento jurídico. Por el contrario, el art. 9.3 CE
prohíbe la arbitrariedad de los poderes públicos.
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LECCION 2ª.- SISTEMA DE FUENTES.
Otra cuestión que nos afecta con especial incidencia: España como estado miembro de
la UE va a incorporar como derecho interno, normas comunitarias de la UE, de manera
que estas normas de la Unión nos afectan y hay ámbitos del Derecho administrativo
donde Europa nos marca la regulación (derecho medioambiental, legislación sobre
contratos administrativos…). Hay ámbitos de aplicación directa de las normas
comunitarias: reglamento de protección de datos europeo…
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las entidades más pequeñas a través de un sistema que se denomina de concejo
abierto: establece que la Asamblea vecinal se regirá por los usos y costumbres del
lugar. Otro ejemplo sería cuando se regulan los bienes de las entidades locales,
contemplando una categoría de bienes denominados comunales que son para el
disfrute de todos los vecinos (pastos comunales…), regulados por la costumbre local.
Finalmente, otro ámbito de la costumbre podrían ser las comunidades de regantes,
especialmente en el Levante español; la regulación de aguas les permite el
aprovechamiento de esas aguas conforme a la costumbre.
Una realidad que nos afecta más a nosotros es el llamado precedente administrativo,
no es que tenga valor de costumbre, pero obliga a las administraciones públicas a que,
si se separan de los criterios de actuación previa, lo tienen que motivar y así lo exige la
Ley de Procedimiento Administrativo 39/2015 en su art. 35- actos en los que la
Administración se separe del criterio seguido en actuaciones idénticas anteriores. Esto
es por el principio de igualdad: no parece muy adecuado que la Administración, con la
misma normativa, un caso lo resuelva de una forma y dentro de unos años si se le
presenta otra vez, lo resuelva de otra distinta. Podría hacerlo, resolverlo de forma
diferente, pero deberá motivar qué razones de interés general le llevan a tomar esa
decisión (tb referencia al art. 103 CE). Sistemas que se basan en el precedente:
Common Law, UK, USA…
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El valor de los principios: reiteramos el art. 103 CE “La Administración actúa vinculada
a la Ley y al Derecho”, al referirnos al Derecho estamos diciendo que, no solo nos
importan las normas, sino también los principios vertebradores del sistema que
tenemos: el principio de legalidad, la prohibición de arbitrariedad de los poderes
públicos, el principio de buena fe, el principio de responsabilidad de los poderes
públicos… Estos principios no pierden su valor, aunque cambien las normas. Estos
principios los encontramos en dos ámbitos: (1) la jurisprudencia o labor de los
Tribunales y (2) la doctrina jurídica o estudio del Derecho, aunque con menor
importancia, que puede llevar a que el legislador cambie alguna norma o a que se
incorporen nuevas ideas a la Ley.
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Hay una novedad en este ámbito, (que introduce la Ley de Gobierno 40), que se
contempla para evitar sobresaltos a los profesionales: cuando una norma imponga
nuevas obligaciones a las personas físicas o jurídicas en relación con su actividad física
o profesional, su entrada en vigor se producirá, bien el 2 de enero si es su fecha
siguiente o 1 de julio si esta fuere la fecha siguiente.
En relación con el tiempo, otro asunto que nos interesa y es muy controversial a nivel
doctrinal, es el de la retroactividad de las normas: respecto a los reglamentos está
claro, se recoge en el art. 39.3 de la Ley 39/2015 de manera que se aplican a los
reglamentos lo mismo que se dice para los actos administrativos; los actos no pueden
tener carácter retroactivo, salvo que sustituyan a anteriores que se hayan anulado o
produzcan efectos favorables para los ciudadanos y a la vez no perjudiquen intereses
de terceros; para reglamentos lo mismo- con carácter general no pueden ser
retroactivas, solamente cuando favorezcan a los ciudadanos y no afecten a intereses
de terceros, en principio tendría vetada la retroactividad salvo en caso in bonus (para
mejora, beneficio de los ciudadanos).
Respecto a las leyes, debemos entender lo contrario a los reglamentos, las Leyes sí que
pueden ser retroactivas, porque de lo contrario, impedirían al legislador modificar
situaciones anteriores. El límite de la retroactividad de las leyes lo marca el art. 25 CE-
“nadie puede ser condenado o sancionado por acciones u omisiones que en el
momento de producirse con constituyan delito, falta o infracción administrativa, según
la legislación vigente en aquel momento”. Ligar aquí artículo 9.3 CE.
Las normas administrativas pierden su vigencia, bien por que transcurra el plazo, si es
que tienen un plazo de vigencia, o bien porque se deroguen. A veces, en lugar de un
plazo, se establecen unas circunstancias. Por otro lado, hay otras normas, como la Ley
de Presupuestos, que tienen vigencia de 1 año, aunque llevan una cláusula automática
de prórroga. La derogación de las normas, en principio, debería ser expresa, pero
también puede ser tácita: (1) será expresa cuando la Ley o el reglamento tengan o
incluyan en su contenido una cláusula derogatoria que diga “quedan derogadas…”, a
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modo de listado, (2) la derogación tácita, más frecuente, es aquella que señala “desde
la entrada en vigor de esta norma, quedan derogadas todas las anteriores de igual o
inferior rango que regulen esta materia” y, si no pusiese nada, esto se debería
sobreentender, puesto que Ley posterior deroga la anterior. Primeramente, se
obligaba a que se hiciera un listado, pero se dejaban algunas fuera, pues había temas
complicados con excesiva regulación. ¿Si no está incluida en el listado, no estaría
derogada? Estaría derogada igual, por el principio general de norma posterior deroga
la anterior. Por otro lado, la Ley de Gobierno anterior había quitado el listado, pero
con la modificación de 2015, se volvió a recuperar (el listado)- deberá incluirse en la
memoria del análisis normativo las disposiciones que se ven modificadas por esa
norma.
La Ley es el mandato normativo del pueblo al poder legislativo, son expresión de ese
mandato legislativo de la voluntad popular; en el caso de las estatales, mandato de
todos los ciudadanos españoles con derecho a voto, y en el autonómico, del
electorado autonómico. En el ámbito estatal, ese poder reside en las Cortes Generales
(Congreso y Senado) y, en el ámbito autonómico, en las Asambleas Legislativas (en
Asturias- la Junta General del Principado de Asturias, una única asamblea).
Desde un punto de vista formal, también podemos hablar de reserva de Ley, aunque el
término adecuado sería la llamado congelación de rango: (mi explicación: en el
momento en que una Ley entra en vigor, el Reglamento no va a poder contradecir a
ésta, produciéndose una congelación de rango automática- debería de publicarse una
nueva Ley en todo caso) puede haber una reserva de ley formal que traiga consigo una
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congelación de rango, que se produce desde el momento en que una Ley entra a
regular una materia, porque en función del principio de jerarquía normativa (art. 9.3
CE), en el momento en que entra en vigor la Ley, el Reglamento ya no va a poder
contradecir lo que esta diga- se produciría una congelación de rango automática, para
cambiar la Ley que ha entrado en vigor debería de publicarse otra Ley distinta.
También, importante, diferencia entre (c) ley ordinaria y orgánica. Las leyes orgánicas
están recogidas en el art. 81 CE y son aquellas relativas a: desarrollo de derechos
fundamentales y libertades públicas, aprobación de estatutos de autonomía y sistema
o régimen electoral general. Además, hay una remisión general a todas aquellas que se
contemplen en la Constitución (Corona, defensor del pueblo, Consejo de Estado,
Consejo General del Poder Judicial, Tribunal de Cuentas, TC, Iniciativa popular, formas
de hacer un referéndum, alteraciones de los límites provinciales…).
Formalmente, estar en presencia de una ley orgánica se caracteriza por exigir una
mayoría cualificada que exige que estas leyes se aprueben por mayoría absoluta (mitad
+ 1), por lo tanto, cuando una materia exige que se regule por Ley Orgánica, cambiarla
exigiría un mayor acuerdo, esto es así porque el constituyente ha optado por la Ley
Orgánica para ciertas materias por razones técnicas de complejidad, importancia de la
misma o meras razones políticas; esto es debido a que, en el momento de aprobar la
CE, se quiso que aquellas materias más importantes requirieran de un mayor acuerdo
político para su cambio.
La Ley Orgánica no está por encima de la Ley Ordinaria desde un punto de vista de
jerarquía normativa, sino que se relacionan entre sí por el principio de competencia-
una Ley Ordinaria no puede regular aquello que el constituyente dice que debe
regularse por Ley Orgánica y viceversa- además, si el legislador en una Ley Orgánica se
pasa y comete excesos legislativos en materias que no son orgánicas implicaría que,
aunque las normas de estas materias no orgánicas estén dentro de una ley orgánica,
tendrían condición de ley ordinaria y por tanto, otra ley ordinaria podría modificar su
contenido. Debe de haber, con norma general, una disposición general que nos diga
qué artículos tienen carácter orgánico y qué artículos no tienen carácter orgánico.
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En los últimos años se ha querido, por cuestiones políticas y territoriales, decir que los
estatutos de autonomías, como leyes orgánicas, están por encimas de las leyes
ordinarias- debate doctrinal.
Los Decretos Legislativos van a ser normas con rango de ley, pero que surgen de una
delegación previa, bien hecha por Ley ordinaria o de bases, en función de lo que se
quiera aprobar (arts. 82-85 CE). El control de los mismos es interesante para el
Derecho Administrativo, porque en el art. 82.6 CE se dice que va a haber control por
parte de los Tribunales, lo cual quiere decir que, los preceptos de los Decretos
Legislativos, si se exceden de la Ley de delegación, van a perder el rango normativo de
Ley y van a poder ser controlados por los Tribunales Ordinarios. La Ley 29/98 de 13 de
julio creo que dice que los tribunales controlan los Decretos Legislativos cuando
excedan de los limites de la delegación.
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La Ley, como norma suprema del ordenamiento jurídico, va a poder llevara a cabo, en
determinados supuestos, deslegalizaciones. En materias donde no haya reserva de ley
constitucional, la Ley puede eliminar la congelación de rango y permitir que algo que
está regulado por Ley pueda pasar a ser regulado por un reglamento.
Para ello, la deslegalización tiene que estar contemplado en una Ley y hay límites,
como el hecho de que no puede tener carácter general (no puede haber
deslegalización para un bloque de materias, sino que ha de ser muy concreta). El
ámbito donde más se produce este fenómeno es en el ámbito de la organización,
donde por supuesto la Ley puede entrar a regular, pero no es imprescindible que se
regule por esta. Ejemplo: La Ley del Régimen Jurídico 40/2015 en relación con los
organismos públicos, señala que estos se crean por Ley, sin embargo, a continuación,
la propia Ley nos va a decir que cabe la fusión y supresión de estos entes por medio de
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norma reglamentaria; esto ocurre porque de forma expresa la Ley 40/2015 nos lo está
señalando, se produce una deslegalización de la materia. La propia Ley es quien lleva a
cabo la deslegalización.
Además de leyes, existen otras normas de carácter escrito que pueden ser dictadas por
la Administración y que se caracterizan por estar subordinadas a la Ley y por regular
aquellas materias donde, o bien la Ley les llama a complementarla, o no hay reserva de
Ley, o bien hay una autorización expresa por parte del legislador para producirse una
deslegalización.
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abordar aquellos aspectos más cambiantes de las distintas realidades donde está
llamado a intervenir el legislador, de manera que no sea necesario, cada vez que estos
aspectos técnicos cambian, tener que modificar la ley (modificar la ley es más
complejo, entran en juego las mayorías… es más fácil modificar un reglamento).-> esto
sería la justificación material.
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(2) Otra diferencia viene dada por el destinatario: los reglamentos tienen carácter
general, sin embargo, el acto administrativo va a tener carácter concreto para un
supuesto determinado, el destinatario de un acto va a ser un sujeto específico o un
grupo de ciudadanos; en el caso de los reglamentos, sus destinatarios van a ser todos
los ciudadanos, aunque hay matizaciones. Algunas de las excepciones: hay algún acto
administrativo de carácter más general, por ejemplo, cuando se convoca una oposición
y sale en el BOE, allí no hay un destinatario concreto, sino ciudadanos que cumplan los
requisitos para poder presentarse a esa oposición. También hay algún reglamento de
carácter interno que puede tener una aplicación más limitada: reglamentos de
dirección general de un ministerio concreto…
(3) La última diferencia, importante: se dice que el acto administrativo se agota por su
propio cumplimiento y el reglamento se consolida y permite diversos cumplimientos;
el acto va a ser una concreción.
Hay una primera diferencia que va a tener como criterio los efectos del reglamento.
Así hablamos de reglamentos normativos o jurídicos y de reglamentos administrativos
o de organización.
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Administrativos o de organización: en estos casos, puede darse la conocida
como “llamada de la ley”, ese requerimiento/petición del legislador, pero en
otros casos, el reglamento entrará a regular por sí mismo; al principio, se
consideró que estos reglamentos que no formaban parte del ordenamiento
jurídico, sin embargo, pasado el tiempo, se consideró que esto no era acertado,
porque realmente la potestad normativa encuentra la misma legitimización o
justificación en un caso que en otro, por lo que sí tienen carácter jurídico,
aunque sus efectos a terceros son mucho más limitados (pues estos
reglamentos administrativos afectan al funcionamiento interno de la
Administración Pública).
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reglamento fuese en contra de la Ley, el reglamento perderá su vigencia y este
contenido que no se ajuste será derogado automáticamente: entraría en juego
dos principios, el de rango normativo y el de temporalidad. [entran a regular lo
que les deje la Ley, la última parte “en España…” es la importante en mi
opinión].
También dictan reglamentos otros órganos estatales como el TC, CGPJ, las
administraciones independientes (Banco de España, Comisión Nacional del Mercado
de Valores…) que regulan sectores en los que el poder ejecutivo central como tal debe
estar limitado.
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4. Requisitos y límites de validez de las disposiciones generales. El principio de
inderogabilidad singular.
La Administración tiene potestad normativa y eso les permite dictar reglamentos, pero
esta es una potestad discrecional que, por lo tanto, va a verse sometida a una serie de
límites y requisitos que vamos a diferenciar en límites formales y materiales (art.97 CE
y.
El primer límite formal viene dado por la competencia: no todos los órganos
administrativos pueden aprobar reglamentos: si bien es cierto que todos los órganos
de la Administración van a poder llevar a cabo actos administrativos, al ser esta la
forma de actuación normal, los reglamentos solo podrán ser dictados por aquellos
órganos que la Ley o Constitución conceda esa potestad. De esta manera, el art. 97 CE
atribuye la potestad reglamentaria al Gobierno, también, al reconocer su autonomía,
se entiende que al Gobierno de las CCAA y a las entidades locales, además de a las
universidades. En relación con el art. 97 CE, se ha planteado una cierta discusión: para
algunos autores esa potestad reglamentaria solo correspondería al Gobierno
constituido como Consejo de Ministros, pero no correspondería a los distintos
ministros.
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más y circunscribe esa potestad reglamentaria de los ministros de una manera más
clara.
Esta misma idea se aplicó a las CCAA, en lo que se refiere a sus órganos de gobierno y
respectivos consejeros, ambos con una capacidad limitada de dictar reglamentos. Este
art. 129 estaba redactado para que fuese aplicado también a las CCAA, pero se
impugno ante el TC y por medio de la sentencia 55/2018 se estableció que había
invasión competencial, por lo que no se les aplicó.
El segundo requisito formal viene dado por el principio de jerarquía normativa, ya que
las disposiciones administrativas deben respetar el orden de jerarquía que fijen las
leyes (disposiciones general o administrativa=reglamento). Esto afecta a las leyes y al
orden que marca el Gobierno.
En primer lugar, hay que decir que la decisión de elaborar un reglamento ha de ser una
decisión objetiva e imparcial y que cada reglamento tiene que tener una justificación
que exija su aprobación- en los últimos tiempos se han desarrollado una serie de
principios denominados de buena regulación que tratan de evitar que haya una mala
técnica normativa y que se puedan aprobar normas innecesarias, normas
contradictorias y normas que no respondan a los principios de transparencia y
eficiencia; lo que se nos está diciendo es que la potestad normativa tiene que
responder siempre al interés general.
Además, las normas deben tener también en cuenta la incidencia que van a tener en el
gasto público y, por tanto, los gobiernos, cuando aprueban un reglamento, tienen que
saber qué impacto económico va a tener este, por ello es necesario que siempre haya
una Memoria Económica, donde se cuantifique qué gasto público o incluso privado va
a tener esa norma en un determinado sector.
Por otro lado, el art. 133 va a exigir que haya una conducta previa a los ciudadanos
cada vez que se quiera elaborar una norma, se refiere a que ese proyecto se haga
público y, mediante un trámite concreto, podamos dar nuestra opinión. Esto no
sucede en todas las materias (en aquellas de carácter más organizativo con poco
impacto económico, que no impongan obligaciones relevantes a los destinatarios
podrían no contar con esta consulta previa).
28
Técnica (con este proyecto se llevaría luego al Consejo de ministros y ya sería éste
quien lo aprobaría, entrando en vigor con su publicación en el BOE).
Los reglamentos deben respetar los principios generales del derecho: [algunos]
o El principio de retroactividad.
29
¿Cuáles son las vías de defensa cuando nos encontramos ante un reglamento que no
ha respetado alguno de estos límites, procedimiento…?
4) Queda la vía más importante: son los llamados recursos directos y recursos
indirectos contra el reglamento.
30
es muy breve, de dos meses y, transcurrido este plazo, ya no cabría impugnar de esta
manera directa dicho reglamento.
Esto, que en principio era así, con la Ley de Jurisdicción de 1998 cambia un poco,
porque ahora esta Ley en su art. 27 va a señalar que, cuando a un Tribunal se le
plantee un recurso indirecto (contra un acto administrativo que esté empleando un
reglamento ilegal,) este es competente también para declarar la nulidad del
reglamento, deberá entrar a valorarlo y, en su caso, declarar la validez o nulidad del
mismo. En caso de que el recurso indirecto se plantee a un Tribunal no competente,
este deberá plantear la llamada Cuestión de Legalidad a aquel Tribunal que sea
31
competente para que lo declare nulo, de acuerdo con el art. 27 de la Ley de
Jurisdicción.
[En el recurso directo se dice que el recurso es judicial ante los Tribunales.
El recurso indirecto ya no se dice que es ante los Tribunales, esto es porque este
recurso puede ser ante los Tribunales o ante la propia Administración por medio de lo
que llamaremos un recurso administrativo; esto es así porque no vamos directamente
contra un reglamento, sino contra un acto administrativo.]
En este caso, puede pasar que el primer tribunal declare que el acto es nulo amparado
en la ilegalidad del reglamento, y que el segundo tribunal considere que este no es
nulo. Cabe lo posibilidad de darse un caso con dos sentencias contradictorias.
Por último, decir que un reglamento que viole derechos fundamentales puede
articularse a través del procedimiento especial preferente y sumario que contempla la
Ley de Jurisdicción en los arts. 114 y ss. Por esa vía podría incluso llegar al Tribunal
Constitucional. Y el TC puede entrar a conocer de normas reglamentarias, aunque no
es necesario (porque su control lo tienen los tribunales ordinarios), pero pueden llegar
a conocer de ellas en dos supuestos: (1) reglamentos autonómicos que resulten
inconstitucionales y que se impugnen por parte del Estado, aunque en estos casos el
TC no va a hacer control de legalidad, sino control de constitucionalidad, que es lo que
le corresponde y (2) cuando haya conflictos de competencias (entre una comunidad
autónoma y Estado…).
32
LECCION 3ª.- ORGANIZACIÓN ADMINISTRATIVA. (TODO ESTE TEMA
TRES SE PUEDE ESTUDIAR ENTERAMENTE POR LEYES)
Ya hemos señalado varias veces que las administraciones públicas son organizaciones que
se insertan en el poder ejecutivo, el cual ya sabemos que puede ser estatal, autonómico,
local… Las normas que regulan la organización de las administraciones públicas también
hemos dichos que son verdaderas normas jurídicas; si bien es cierto que, al principio, esto
se puso en duda, ahora estamos seguros de que son normas integrantes de nuestro
ordenamiento jurídico, no una categoría diferente.
La organización entra dentro de las potestades que tienen las administraciones públicas:
de hecho, se habla de potestad de auto-organización, la cual consiste en las facultades
que tienen aquellas administraciones a las que se les reconoce autonomía para decidir su
propia estructura. De hecho, el Estado puede decidir su propia estructura siempre que no
contradiga la CE, también pueden hacerlo las CCAA, otras administraciones como las
universidades… (límites: ley, CE…). Se trata del ejercicio de una potestad discrecional: la
estructura en cada momento la decidirá la administración en cuestión, siempre
respetando la legislación vigente y la Constitución.
Como es una potestad administrativa, esta debe buscar satisfacer o cumplir el interés
general, porque así lo dice el art. 103 CE. Los principios de la potestad organizatoria son
(art. 103 CE):
33
Eficacia
Jerarquía
Descentralización: permite a las distintas administraciones crear otros
organismos o entes públicos para ejercer otras competencias; les permitirá crear
otros organismos públicos, normalmente para el desarrollo de competencias muy
específicas.
Desconcentración: permite trasladar competencias de los órganos superiores a
los inferiores- ya no creamos nuevos entes, sino que dentro de la propia
organización movemos competencias.
Coordinación: dentro de las estructuras administrativas no debe de haber
duplicidades y digamos que cada uno debe ejercer sus competencias teniendo en
cuenta las de otros órganos o administraciones.
La Ley 40/2015 va a establecer otros principios como (1) el principio de buena fe, (2) el
principio de confianza legítima, que afecta tanto a los ciudadanos como a las relaciones
entre las administraciones, (3) el principios de lealtad constitucional, que no contempla
nuestra CE, pero es habitual en las Constituciones de otros estado descentralizados, (4) el
principio de economía y de su eficiencia financiera, (5) el principio de adecuación de los
medios disponibles a los fines que se tienen que cumplir, (6) la asignación de los
recursos públicos, (7) los principios de colaboración y (8) los principios de cooperación
que están desarrollado en la Ley (arts. 140-144 de esta ley 40/2015-insertar
(conferencias…)).
34
[Hay más arts.].
35
36
Es importante también hablar del principio de personalidad jurídica única que implica,
en relación con las administraciones, que estas son personas jurídicas- arts. 3.4 Ley
40/2015.
Cada administración actúa con personalidad jurídica única- da igual que actúe un ministro
u otro, es una personalidad única. Cada Comunidad Autónoma tiene personalidad jurídica
y también es una y única. También, cada municipio y cada provincia es una persona
jurídica. Además, tenemos los organismos públicos que cuelgan de cada administración
territorial y que también tienen personalidad jurídica, así que fíjense ustedes de cuantas
personas jurídicas estamos hablando y qué amplia y extensa es toda esta realidad que
llamamos administraciones públicas.
Los entes van a tener personalidad jurídica; podemos hablar de entes, organismos,
instituciones y corporaciones: todos ellos cuentan con personalidad jurídica. Y luego,
dentro de cada uno de ellos, dentro de cada administración, ente u organismo público,
vamos a encontrar los diferentes órganos.
Los órganos carecen de personalidad jurídica. Cuando recurramos a los Tribunales, nunca
vamos a ir contra el órgano en sí, sino que vamos a ir contra la persona jurídica, contra el
ente o administración. No demandamos a un Ministerio, sino a la Administración General
del Estado. No demandamos a una Consejería, sino a una Administración Autonómica.
Entonces, podríamos definir a los órganos como unidades administrativas a las que se le
van a atribuir funciones y competencias que tienen efectos jurídicos frente a terceros,
que pueden llevar a cabo actuaciones que afectan principalmente a los ciudadanos y
también a otras administraciones públicas.
También en esta categoría se incluyen aquellas funciones que tengan carácter preceptivo,
obligatorio. Cada administración puede decidir cuál es su estructura y cuáles son sus
órganos. Además, puede decidir cómo se configuran cada uno de estos: decide la
estructura, cuántos órganos hay en cada momento, las unidades que forman parte de
esos órganos…
Las clases de órganos son muy amplias, las clasificaciones de más trascendencia jurídica
son, atendiendo a la estructura: unipersonales (los integra una única persona, ejemplo,
un ministro), colegiados (se integran, al menos, por tres personas, tienen una
37
composición plural).
Atendiendo a las funciones, los órganos pueden ser: activos (adoptan resoluciones),
consultivos (informan determinadas resoluciones, ejemplo, consejo de estado), de
control (que se encargan de fiscalizar, sobre todo desde el punto de vista económico,
ejemplo. el interventor).
Por las competencias territoriales que tengan: órganos centrales (tienen competencias
en todo el territorio) y órganos periféricos (tienen solamente competencia en una parte
del territorio).
Finalmente, podemos distinguir, porque así lo hace la Ley 40/2015, entre: órganos
superiores y órganos directivos, en función de la jerarquía que tengan.
La Ley 40/2015 señala que la creación de cualquier órgano administrativo exige cumplir
una serie de requisitos. Para crear un órgano se tienen que cumplir tres requisitos: (1)
determinar en la norma de creación cómo este órgano se integra en la administración y
cuál es su dependencia jerárquica, (2) se tienen que delimitar cuáles son sus
competencias y sus funciones y (3) tiene que dotarse al órgano de medios económicos,
requieren de dotación presupuestaria, si no hay esto, no se pueden crear. Ojo: no se
pueden crear órganos que supongan la duplicación de otros ya existentes Si queremos
crear un órgano nuevo es porque han surgido nuevos temas de so que ha de ocuparse la
administración…
A veces, algunos órganos tienen un carácter especial y deben cumplir una serie de
requisitos especiales, como el de profesionalidad: caso de oposiciones, que deberán
tener una configuración técnica adecuada para poder resolver y evaluar a los candidatos
a esa oposición.
Ahora, hablaremos de los órganos colegiados que tienen una regulación específica (arts.
15-18 de la Ley 40/2015 (clave-chapar) y para la Administración General del Estado de los
arts. 19-22 -estos últimos no hay que memorizarlos, los primeros sí).
Los órganos colegiados tienen sus propias normas de funcionamiento y, en todo caso,
deberán respetar el contenido de los preceptos básicos. La normativa de órganos
colegiados no se va a aplicar a los órganos de gobierno de las distintas administraciones
(disposición adicional vigesimoprimera de la ley 40). En los órganos colegiados pueden
participar miembros de una única administración o de distintas administraciones,
también pueden participar entidades ajenas a la Administración como los sindicatos, las
asociaciones representativas de empresarios, asolaciones representativas de intereses
sociales… En algunos casos tienen carácter interno, en otros tendrán carácter externo.
38
los órganos colegiales tienen que estar formados por 3 personas.
El secretario, que velará por la legalidad del órgano, puede ser un miembro del órgano o
alguien que no forme parte de este y que esté al servicio de la administración que crea
dicho órgano. Entonces, diremos que el secretario tiene voz, pero no voto, no podrá
decidir. Además, el secretario velará por que se sigan las normas del órgano, en cuanto a
quórum, que se vota de forma adecuada, que se respetan los acuerdos que se adoptan…
Los órganos colegiados en la nueva regulación se dice que se pueden reunir tanto de
forma presencial como a distancia, por medio de aparatos tecnológicos. Se pueden hacer
reuniones a través de Skype, vía telefónica... O cualquier otro medio que nos permita
tener constancia de la identidad de los participantes y del lugar donde van a estar
ubicados estos miembros del órgano colegiado. Sobre todo, tiene que estar claro la
identidad.
CLAVE: es muy importante que no se puede incluir durante la reunión, para ser objeto de
deliberación o de toma de acuerdo, ningún asunto que no vaya en el orden del día, salvo
que estén presentes todos los miembros del órgano y que, además, se declare la urgencia
del asunto mediante el voto favorable de la mayoría. Si no, será nulidad de pleno
derecho.
Los acuerdos, como norma general, se toman por la mayoría simple de votos (más votos
a favor que en contra), aunque se puede exigir mayoría absoluta para determinados
concretos de mayor relevancia. Aquellos acuerdos de un órgano colegiado en los que
determinados miembros hayan votado en contra o se hayan abstenido, si luego
resultasen ilegales (los acuerdos), esos miembros que han votado en contra o se han
abstenido quedarán exentos de responsabilidad.
También, en el acta de cada sesión, se tiene que especificar los acuerdos que se adoptan,
39
los asistentes, cuál es el orden del día, las circunstancias del lugar y tiempo… El acta se
aprueba, bien en la misma sesión (caso en el que el secretario deberá darle lectura) o, lo
más habitual, en la sesión siguiente. Normalmente el punto primero de cualquier orden
del día de cualquier órgano colegiado tiene por objeto la aprobación del acta de la sesión
anterior o anteriores.
40
[Hay más].
41
42
43
[Hay muchos más].
o La avocación: aquí lo que habrá es un órgano superior que va a poder avocar para
sí el conocimiento de uno o varios asuntos, cuya resolución corresponda
ordinariamente a un órgano administrativo inferior. Esto no se puede hacer
porque sí, se tiene que justificar por circunstancias de índole técnica, económica,
social, jurídica… Por eso, la avocación la ley exige que se motive. Además, exige
que se les notifique a los interesados en el procedimiento, pues estos tienen que
saber en todo momento quién va a resolver. También la Ley dice que no cabe
recurso frente a la avocación, aunque si, finalmente, se recurriese al acto
administrativo, sí que se podría alegar la ilegalidad de la administración. Aquí
entran en juego principios como el de igualdad y el de jerarquía normativa.
44
eficacia. Tampoco hay traslado de la titularidad de la competencia aquí, además
aquí se restringe aún más el ámbito de actuación: se dice que cualquier acto
jurídico relativo a esa encomienda lo tiene siempre que adoptar el órgano
encomendante. A las encomiendas también se les tiene que dar publicidad, dar a
conocer a los ciudadanos (ya sea por materialización en convenio o mediante
acuerdo) la publicación en el BOE es obligada. Un ejemplo de encomienda: suelen
ser de carácter técnico, demasiado número de peticiones para una subvención…
Estas competencias van a ser de diferentes tipos: en razón de la materia (la CE en el art
148 y 149 CE establece competencias materiales, en razón de la materia), también puede
ser por razón del territorio (el Estado intervendrá en todo el Estado, una CCAA en su
territorio…) y por razón de jerarquía (dentro de la propia Administración, cada órgano
tiene atribuidas unas competencias que deberá ejercer obligatoriamente, pero no podrá
meterse en las competencias de otro).
Para este apartado nos hacen falta dos leyes: Ley 50/97 (Ley del Gobierno) y la Ley
40/2015- con la que estábamos trabajando hasta ahora. Por otro lado, el Título 4º de la
CE nos habla de la Administración y del Gobierno, por lo tanto, se entiende que han de
ser órganos diferentes: al frente de la Administración General del Estado se encuentra el
Gobierno y ambos van a ser poder ejecutivo.
45
La Administración del Estado va a tener en todo el territorio nacional aquellas funciones
y competencias que se consideran más relevantes y va a actuar dirigida por el Gobierno
de la nación, el Gobierno de España.
El Gobierno está compuesto por el Presidente, los vicepresidentes (en caso de que
existan) y, en su cado, dice el art. 98 (CE), también se compone de los Ministros. Los
miembros de Gobierno se van a reunir en Consejo de Ministros y también en las llamadas
Comisiones Delegadas del Gobierno.
Presidente: sus funciones incluyen dirigir la acción del Gobierno y coordinar al resto de
miembros del mismo. Además, tiene funciones constitucionales propias, por ejemplo, la
representación del gobierno (tanto a nivel nacional como internacional), es quien decide
cuándo hay elecciones (porque es quien propone al Rey la disolución de las Cámaras), es
quien decide si se somete una cuestión de confianza (todo esto está en la CE), también le
corresponde decidir sobre la convocatoria de referéndum… Los actos del presidente van
a tomar SIEMPRE la forma de Real Decreto de Presidente, meros actos decisivos que
siempre tienen que ser objeto de publicación (no confundir con real decreto como
reglamento). Al Presidente de Gobierno lo nombra, por Real Decreto, el Rey, a propuesta
de la Presidencia del Congreso.
Vicepresidente(s): a estos les van a corresponder las funciones que les encomiende el
presidente. El primero de ellos sustituirá al Presidente en caso de vacante, ausencia o
enfermedad. Es habitual que los vicepresidentes sean también ministros y el
nombramiento se haría por el Rey, también por Real Decreto a propuesta del Presidente.
El Consejo de Ministro está formado por los vicepresidentes en caso de que los haya
(ahora hay 4) y los ministros, presididos por el Presidente del Gobierno. Con carácter
excepcional, se pueden convocar a los Secretarios de Estado cuando se vayan a tratar
asuntos del ámbito de su competencia. También, excepcionalmente, el Rey en algunos
casos puede presidir las sesiones del Consejo de Ministros.
46
Las deliberaciones son secretas y actúa, como Secretario del Consejo, el Ministro de la
Presidencia. Los reglamentos y las resoluciones van a adoptar la forma de Real Decreto y
el resto de actos del Consejo de Ministros toman forma de acuerdo. [Secretario CM=
Ministro de la Presidencia // Resoluciones CM- Real Decreto// Otros actos del CM-
acuerdos].
Además del Consejo de Ministros, es frecuente que existan las Comisiones Delegadas del
Gobierno: órganos que agrupan a varios Ministerios (están presentes varios ministros) y
que cuentan con un ámbito más reducido que el Consejo de Ministros. Estas se crean
para tratar asuntos de carácter trasversal que afecten a varios Ministerios. En este
momento contamos con 5 Comisiones. Estas Comisiones se crean por Real Decreto de
Consejo de Ministros a propuesta del Presidente de Gobierno. Las decisiones de las
Comisiones Delegadas del Gobierno adoptan la forma jurídica de orden ministerial.
A partir de ahora, la Ley 40/2015 contendrá en los arts. 54-80 lo que debemos estudiar de
este subapartado.
La estructura de la AGE (Administración General del Estado) consta de tres ámbitos: (1) la
Organización Central, compuesta por ministerios y sus servicios comunes, (2) la
Organización Territorial, a través de la cual el Estado va a desplegar sus competencias en
todo el territorio y (3) la Administración General del Estado en el Exterior, que será
aquella parte de la administración del Gobierno de España que actúa fuera de las
fronteras de nuestro territorio (embajadas, por ejemplo).
o Órganos superiores:
Ministros: art. 61 de la Ley; los designa el Rey a propuesta del Presidente de Gobierno. El
47
número de ministerios lo decide el Presidente y esa es la razón por la que, cada vez que
se forma Gobierno, este número puede cambiar y no sabemos cuántos ministros va a
haber. Sus funciones son encargarse de un ámbito material dentro de las funciones
propias del Gobierno; en este ámbito material les corresponden muchísimas funciones
enumeradas en este artículo, hay que saberse algunas y no todas.
Por otro lado, reitero, en el ámbito de su competencia, van a celebrar los contratos que
sean necesarios para el desarrollo de sus fines, convenios… Y, muy importante, les
corresponde la gestión del presupuesto de su ámbito.
En relación con los funcionarios también tienen competencias importantes, por ejemplo,
se encargan de la modificación de las llamadas relaciones de puestos de trabajo y, cuando
se produce una infracción muy grave por parte de funcionarios, a los ministros les va a
corresponder la separación del servicio que es la sanción más grave que puede tener un
funcionario (dejaría de serlo). Para ser ministro no se requiere ninguna cualificación
provisional, se dice que son órganos de confianza.
o Órganos directivos:
NIVEL 1:
En este mismo nivel están (o pueden estar) los Secretarios Generales; su existencia es
potestativa, vienen a ser como mini Secretarios de Estado. Se encargan de un ámbito
material, reducido, dentro del ministerio y de rango de subsecretario. Aquí la Ley no exige
48
que sea un funcionario del grupo A1, pero sí que tienen que recaer los nombramientos en
personas con una cualificación y experiencia contrastable en puestos de responsabilidad
pública o privada.
NIVEL 2:
Secretarios Generales Técnicos: tienen que existir siempre, hay uno en cada Ministerio y
van a ser los que dirijan los servicios comunes de este: se encargan de los proyectos
normativos, de la existencia jurídica y del ámbito de publicaciones- todo lo relativo a
funciones propias de la administración. Tienen rango de Director General y aquí es
imprescindible que sean grupo A1 (funcionarios al máximo nivel). Normalmente son
personas vinculadas al mundo jurídico.
Los Directores Generales; van a ser los encargados de una o varias áreas con funciones
homogéneas dentro del Ministerio; vamos repartiendo las materias desde arriba. Estos
Directores Generales pueden depender de un Secretario de Estado, de un Secretario
General o directamente de un ministro. Su nombramiento debe recaer en funcionarios
también del grupo A1, pero con una salvaguarda, se permite nombrar Directores
Generales que no sean del grupo A1, siempre que se motive suficientemente.
NIVEL 3:
En el último nivel están (art. 67) los Subdirectores Generales; se encargan de una parte
de la actuación de la Dirección General, son un puesto muy técnico; tienen que ser
funcionarios del grupo A1 sin excepciones.
Todos los que hemos visto se nombran por libre designación y todos ellos tienen la
condición de alto cargo y están sometidos a la Ley 3/2015 (a excepción de los
Subdirectores Generales). Al cambiar un Gobierno, cambian todos por completo, salvo
algún Subdirector General.
--
49
una concreta comunidad autónoma. En Ceuta y Melilla también existen.
Las Delegaciones del Gobierno van a estar por un lado orgánicamente vinculadas al
Ministerio de la Presidencia y, funcionalmente, van a depender del Ministerio que le sea
competente por razón de la materia ya que estos van a trabajar en cualquier ámbito.
Competencias del art. 63: (1) dirección y coordinación de todos los órganos del Estado y
todas las administraciones del Estado en la comunidad autónoma, (2) informan a los
ciudadanos de la actuación del Gobierno, (3) colaboran con otras administraciones
públicas y, en relación con la administración autonómica, debe de haber una
coordinación importante, ya que desarrollan políticas públicas y, muy importante, (4) la
protección de derechos y libertades públicas por parte de los ciudadanos. Para proteger
estos derechos y libertades públicas se les otorga, IMPORTANTE, la jefatura de fuerzas y
cuerpos de seguridad del Estado (para huelgas, confinaciones en caso de COVID19…).
Otra función importante es que (5) representa al Gobierno de España en el territorio de la
comunidad autónoma.
50
En ese sentido, en la Administración del Estado existen multitud de órganos que son
dictaminadores y corresponden naturalmente a la estructura interna de esas
dependencias, pero también hay unos órganos de relevancia externa; existe la figura
desde el año 62 la figura de Secretarias Generales Técnicas que tiene un gran respaldo
técnico e intelectual (informan de todos los reglamentos que se van a aprobar…). De
cualquier modo, se trata de un órgano de apoyo interno.
El Consejo de Estado es un órgano ya muy antiguo (orígenes de Carlos V), y tal como lo
conocemos es una evolución del Consejo de Estado Francés (tal y como lo crea Napoleón
es un órgano asesor pero que también, al principio, informaba al gobierno de los
particulares y termina por ser algo así como un Tribunal Contencioso-Administrativo). En
España era un órgano dictaminador y órgano de justicia. Nuestro Consejo de estado
actual solo tiene funciones consultivas; emite un dictamen que, salvo disposición expresa
en contrario, será facultativo y NO vinculante. Hay dos supuestos en los que obligará a la
Administración- situación anómala: dictamen del consejo de las CCAA será vinculante
para la declaración de actos nulos de pleno derecho y con la recalificación de las zonas
verdes.
Los dictámenes en principio (LO y ley 39/2015) se entienden que son facultativos y no
vinculantes. LO 3/80 del 22 de abril de consejo de Estado se dice en el art. 2 …
(INSERTAR)- mero facultativo, sus informes serán solo facultativos salvo cuando la Ley
disponga lo contrario. Esto mismo lo dice la Ley 39/2015 en su art. 80.1. Naturalmente si
estamos interesados en un procedimiento donde tiene que informar el Consejo de
Estado, nos vamos a enterar de este dictamen, pero en un asunto que no nos interesa, si
queremos saber si el Gobierno ha hecho caso o no al dictamen del Consejo también nos
es fácil: estas leyes anteriores dicen que si leemos “oído”, es un eufemismo y no lo ha
tenido en cuenta.- habrá una fórmula de acuerdo si sí se ha tenido en cuenta -> si el
Gobierno ha tenido en cuenta el dictamen del Consejo de Estado (“oído” es que no).
51
Pueden ser consejeros permanentes. (son elegidos por el Gobierno por Real Decreto, hay
ciertas dependencias), quien haya sido ministro, letrados mayores, profesores
honorarios… Estos consejeros permanentes son solo confortan la comisión permanente,
sino que también se completa, aunque ya no a tiempo completo, a diferencia de estos
permanentes, por los natos y directivos. Algunos de estos, natos: por ejemplo, será el
presidente de la RAE… A parte de que también se entiende que son consejeros natos…
Los directivos serán aquellos que hayan sido magistrado TC, rectores, embajadores,
ministros, diputados…
¿En qué asuntos interviene el pleno? El consejo de Estado de pleno debe ser consultado
debe ser consultado en una serie de asuntos de matiz político: reforma CE, proyectos de
Decretos Legislativos, problemas jurídicos de interpretación de contratos, revisión de
oficio de actos administrativos, transacciones judiciales… En cuestión de nulidad e
interpretación de contactos, proyectos de reglamentos… art. 22 de la Ley.
52
Pero el Consejo de Estado en la actualidad hace sus funciones de asesoramiento sobre el
Gobierno de la nación y sobre alguna comunidad autónoma que no ha querido tener
consejo consultivo propio o que lo ha suprimido por cuestiones de ahorro.
Es importante contar algo respecto a Asturias: se planteaba hasta el año 92 si (1) aquellos
estatutos de autonomía como el nuestro que no preveía las creaciones de órganos
consultivos propios no impedían que por Ley ordinaria de la CCAA se pudiesen crear y (2)
si cuando una CCAA manejaba Derecho Estatal debía pedir el dictamen al Consejo de
Estado o al Consejo Consultivo. El Tribunal Constitucional resuelve ambas cuestiones y
dice que una CCAA, aunque no tenga previsión en su estatuto de contar con un Consejo
Consultivo, puede hacerlo por medio de Ley Ordinaria, sin modificar el estatuto (no hace
falta); cuando una CCAA aplica derecho estatal, si la norma prevé dictamen, será del
Consejo Consultivo y no del Consejo de Estado.
53
El Consejo Consultivo dictamina a la administración autonómica y municipal, aunque
pueden (únicamente a título facultativo), pedir un dictamen al Consejo de Estado. Pese a
eso, nuestra CCAA en la reforma de nuestro estatuto introdujo 2 artículos bajo la rúbrica
de los órganos auxiliares del Principado de Asturias. Los vocales serán 5 en Asturias el
órgano consultivo mirar art: el gobierno toma 3 y el parlamento nombra 2 con mayoría
de 3/5; entre ellos, los 5, eligen presidente. Aparecen junto a estos los órganos
fiscalizadores.
9. Órganos fiscalizadores.
También hay controles externos, como el Tribunal de Cuentas. Hay órganos gubernativos
que realizan funciones de control, las consejerías de comunidades sobre el gobierno de
estas CCAA… El art. 61 de la ley de régimen local prevé que, por una actuación lesiva al
interés publico, el Gobierno de la nación puede quitar un ayuntamiento.
El Tribunal de Cuentas está formado por 12 consejeros elegidos por las cámaras, mayoría
de 3/5, 6 por le congreso, y 6 por el senado durante 9 años y el presidente es nombrado
por los miembros por un periodo de 3 años. Junto al pleno que constituyen el presidente
y los demás consejeros de tribunal existe una delegación de la fiscalía del estado y una
secretaría general. Consta de dos secciones: (1) de fiscalización que observa, examina y
en su caso dictamina la pertinencia o no de la actuación realizada como medida de
control y, en definitiva, quien puede aprobar o recriminar determinada conducta… pero
de la fiscalización de las cuentas pueden tener que buscarse responsabilidad contable,
enjuiciada por la segunda sección, (2) sección de enjuiciamiento del tribunal de cuentas,
54
analiza la responsabilidad por alcance de los sectores públicos. La responsabilidad
contable es compatible con la penal. El control del tribunal de cuentas es exhaustivo y
abarca las cuentas publicas, la ejecución del gasto y todas las entidades del sector.
En las CCAA, prácticamente en todas se ha creado con este nombre u otro, sindicaturas
de cuentas que no excluía el control posterior de tribunal de cuentas, el central, a
diferencia de lo que pasaba con los órganos consultivos y el consejo de estado. En
Asturias el estatuto de autonomía incluye…. (art. 35 y ley posterior que la desarrolla) Los
síndicos serán 3… La sindicatura de cuentas asturiana es muy modesta: 3 síndicos del
parlamento por mayoría de 3/5 del gobierno asturiano y un sindico mayor o presidente
elegido por estos 3.
Todo lo que concierne a los inicios del proceso autonómico es materia fosilizada. En el
estatuto de autonomía se previa que tenia competencia para materia de industria,
urbanismo… Porque así lo dice el art. 148 CE, pero resulta que, para llevar a cabo todas
estas competencias, se dicta la Ley de proceso autonómico. Una sentencia constitucional
le quito contenido porque decía que no puede haber mas leyes orgánicas que las que
prevé la CE a dicha figura. La Ley tampoco puede ser armonizada ya que solo cabe cuando
el Estado no tiene otras vías de armonización.
A partir de ahí se fueron creando las CCAA que constituyeron una organización mimética
con el estado- en todas las CCAA, aunque tiene potestad organizatoria propia, la
estructura de las administraciones autonómicas es muy similar en todas, lo único que
varia es la figura de los viceconsejeros; en algunas comunidades se asimila a los
subsecretarios, en otras comunidades, es un órgano potestativo.
55
consejerías; igual que ocurre en el estado (art. 10 ce, art. 50 Ley de Gobierno) es el
Presidente de Gobierno quien crea, modifica y suprime la modificación de las consejerías.
Las 10 consejerías son: presidencia, consejería de hacienda, industria, salud, derecho
social…
56
En cambio, sí hay dispersos otros controles extraordinarios que sí son controles y son
más intensos: (1) el art. 161.2 CE le da una herramienta poderosa al gobierno, el
Presidente puede invocar este artículo e impugnar con efectos suspensivos una
disposición o acto de una CCAA provocando automáticamente su suspensión (dispone de
5 meses…)- el art. 149 CE dice que durante esa suspensión se aplicaría el derecho
supletorio del Estado. (2) en el art. 150 CE hay tres números insertar y estudiar- concepto
de ley marco/ ley de armonización (las Cortes Generales las dictan para homogeneizar
políticas distintas de diferentes CCAA que pueden suponer problemas de la imagen
cohesionada del Estado- aún no se ha dictado ninguna) y que la autonomía no es algo
cerrado en nuestro ordenamiento jurídico. GRABACIÓN.
57
11. El control sobre las Comunidades Autónomas.
12. Las entidades que integran la Administración Local: previsiones
constitucionales.
El art. 84 de la ley 40/2015 establece varias categorías de esta administración. Las más
importantes. (1) organismos públicos, dentro de esta (1a) organismos autónomos, (1b)
entidades públicas empresariales o EPES, (2) administraciones independientes,
autoridades administrativas independientes, dentro estarían (2a) los consorcios, (2b)
las personificaciones jurídico-privadas y dentro de estas (2b1) sociedades mercantiles
o empresas públicas, (2b2) fundaciones de sector público. Finalmente, (3)
universidades, que no están vinculada al Estada (solo 2 lo están- UIMP y UNED), sino
que están vinculadas a las CCAA.
(1) Los organismos públicos: son creados para realizar actividades administrativas
de distinto carácter (subvenciones, producción de bienes…) y por sus
características, estos sectores o ámbito de actividad justifican una organización
gestión separada de la Central. Se crean por Ley (IMPORTANTÍSIMO) y se
suprimen por reglamento, gracias a la deslegalización (la materia está
deslegalizada). Tienen personalidad jurídica propia diferenciada de la entidad
territorial que la crea; patrimonio y tesorería propia, autonomía de gestión…
pueden ostentar potestades propias salvo la expropiatoria y se van a ver
sometidas al Derecho Administrativo. Esto significa que su actuación va a ser
susceptible de recurso administrativo y el control de su actividad se llevará a
cabo por medio de lo Tribunales de lo Contencioso-Administrativo.
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están vinculadas a la Administración General del Estado y tienen funciones de
control o supervisión sobre asuntos de relevancia política-económica. Muchas
vienen impuestas por el Derecho de la UE: Banco de España (regula el sector
bancario), la Comisión Nacional del Mercado de Valores, la Comisión Nacional
de Mercados y de Competencia (regula distintos sectores- servicio energético,
telecomunicaciones, sector ferroviario, postal…). Se regulan por su Ley de
creación y, supletoriamente, por la Ley 40/2015. Se les denomina
independientes porque, a pesar de que sus presidentes son de designación
política, sus mandatos se separan de los de la legislatura y normalmente se
busca que haya un acuerdo sobre quiénes son los consejeros en esas entidades.
Hablamos, entonces, de administraciones independientes, aunque esto es
bastante relativo.
Estas funciones de carácter publico, en su ámbito de interés, las van a ejercer con
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carácter monopolístico, solamente a ellos se les van a atribuir dichas funciones-
cuando ejercen estas funciones públicas, su control pasa a corresponder a los
Tribunales contencioso-administrativo. Sin embargo, cuando atienden o llevan cabo
actividad en relación con sus propios intereses, se someterán al Derecho privado
[IMPORTANTE: distinción que, en las Corporaciones Públicas, si estas ejercen funciones
públicas regirá el Derecho Administrativo, pero si fuesen actividades por sus propios
intereses regirá el Derecho privado].
En relación con los colegios profesionales y con las corporaciones de Derecho Público
en general, ha habido un importante debate sobre la obligatoriedad de incorporación a
los colegios profesionales- en primer lugar, esto se impugnó ante el TC porque se
consideró que dicha obligatoriedad era contraria al Derecho de libre asociación del art.
22 CE en su vertiente negativa. El TC ha salvado la obligatoriedad de incorporación en
distintas sentencias, aunque matizando que no siempre va a ser obligatorio, va a haber
ejercicios vinculados a titulaciones que no exijan esa colegiación.
La primera sentencia fue la de 11 de mayo de 1889. Sin embargo, ha habido otro
ataque a esa colegiación obligatoria desde los postulados de la UE: podría ir en contra
del libre establecimiento y, de alguna forma, al principio de libertad de prestación de
servicio. Por ello, la Ley en el año 2009 se modifica ligeramente, aunque se mantiene la
obligatoriedad.
La situación ha ido mejorando con el paso de los años, ya no hay tantas exigencias. No
te pueden negar la incorporación (cuando cumplas los requisitos). Dos ámbitos de
estos colegios: organización de la profesión y protección de los usuarios y clientes de
los profesionales que se integran en el colegio (cuestiones deontológicas…); sanciona a
los colegiados que no cumplen con las normas deontológicas. Estos colegios se
organizan normalmente territorialmente, pero además pueden tener una organización
superior, los llamados Consejos Generales que agrupan los colegios de una
determinada profesión y aprueban las normas que afectan a todo el ámbito nacional.
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entendió que había un interés general menor que el de las profesiones. Referencia a
Ley 4/2014 de 1 de abril donde se establece una solución intermedia, todas las
personas que se dedican a estas actividades se incorporan a su cámara territorial, pero
sin obligación de pago de cuota cameral. Otras realidades serán las cofradías de
pescadores y las federaciones deportivas.
1. Marco constitucional y legal del empleo público: las bases del régimen estatutario
de los funcionarios.
2. Las diferentes categorías de personal: régimen administrativo y laboral.
Clasificación de los funcionarios públicos.
3. Ingreso y promoción en la función pública: la carrera profesional.
4. Contenido estático de la relación de servicio: derechos y deberes de los
funcionarios. Régimen de incompatibilidades.
5. Dinámica de la relación de servicios: situaciones administrativas, régimen
disciplinario y extinción.
1. Concepto.
2. Elementos y clases de actos administrativos.
3. Efectos inmediatos del acto. Su aplicación. Validez y eficacia. Aplazamiento y
retroactividad.
4. Silencio administrativo.
5. La ejecución forzosa de los actos administrativos. Tipología y límites.
6. Invalidez de los actos administrativos. Revisión y revocación de actos
administrativos. Rectificación de errores.
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