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La Habana, 2008
A la memoria de:
Osniel Marínez Pelikián
Lutgarda C.. González Géigel
Pedro Blanco Blanco
Armelio Frometa Fals
Dra. Georgina Espinosa, tutora de esta tesis y madraza del autor, quien ha representado en primera instancia un
ejemplo genuino de la dignidad de un científico, albergando un profundo pensamiento y un compromiso exclusivo
con los resultados de la investigación y de la repercusión de éstos en la sociedad, donde en definitivas cuentas, se
han de tomar las decisiones derivadas. Cualquier calificativo positivo como profesora y ser humano sería incompleto
para referirme a tan distinguido, y cada vez más raro ejemplar dentro de la sociedad del hombre nuevo, por eso, he
de concluir sencillamente con una frase: gracias por existir y formar hombres de bien, aunque excepcionalmente y por
fortuna, algunos no hayamos perdido la capacidad de recalcitrar.
Dr. F. Alberto Grobois, también tutor de esta tesis y padrazo del autor, con quien he lidiado en contiendas
académicas por la búsqueda, única y exclusivamente, de la mayor aproximación a la verdad científica más allá de
cualquier posición de fuerza. A través de su guardarraya he podido abrirme paso en la comunidad científica
internacional y como si fuera poco, encontrar abrigo en su guarida y con su querida y heterogénea familia. También
le doy mis gracias por apoyar en la formación de mis estudiantes y ayudar a mi familia en la medida de sus
posibilidades.
Dr. Erik García, oponente en el acto de predefensa de esta tesis, por contribuir de forma significativa a mi
formación como obrero de la ciencia desde tempranos momentos, cuando parecería un loquillo investigando raros
lagartijos endémicos de nuestro archipiélago. Sus aportaciones han sido esenciales para mejorar la calidad de mis
investigaciones, y ahora, del documento defendido. Muchas gracias por mantenerse como formador a pesar de las
circunstancias.
Dr. Vicente Berovides, también oponente en el acto de predefensa de esta tesis, por su excelente crítica para mejorar
la calidad del documento defendido y por sus extenuantes preguntas, que aún me llevan a la reflexión.
Dra. Clara González, oponente a petición en el acto de predefensa de esta tesis, en primera instancia por aún ser
formadora de generaciones de biólogos. Las correcciones derivadas de la exhaustiva revisión del documento
realizadas por su persona, han sido responsables de la notoria mejoría con que ahora se vuelve a presentar. También
quiero agradecer por la conformación de un examen de especialidad, conjuntamente con los profesores Dr. Erik
García y MC. Rina Pedrol, que me preparó sólidamente para la discusión de la tesis.
Dra. Aymée Robainas, por contribuir en calidad de oponente y revisora de varias de las tesis de mis estudiantes,
cuyas correcciones están reflejadas explícitamente en esta tesis. Además de admirarla como profesional, también
fenotípicamente, he de reconocer sus valores excepcionales entre los que resalto la amistad, cualidad compartida con
los distinguidos miembros de su familia cercana.
Dra. Ana M. Suárez, sin su ayuda no hubiera llegado y más que pasar la meta, hacerlo con alegría a pesar de las
circunstancias. Creo que su ejemplo en todos los campos me ha servido de pie de amigo, sobre todo para balancear la
otra cara de la enfermedad.
Dra. María Eugenia Alonso, en primera instancia por encausar mis mejores energías para hacer frente a la
enfermedad y luego, por torearme en ausencia de mi madraza para llegar a pesar de la arbitrariedad, que siempre
disocia.
MC. Rina Pedrol, por su excelencia como pedagoga, ejercida con particular elegancia.
Dra. María Elena Ibarra, por contribuir a abrir un espacio dentro del ámbito universitario para la investigación de
las tortugas marinas. Estaría insatisfecho si no expresará también mi gratitud por la ayuda recibida en el plano
familiar y por los logros de conjunto en tiempos pasados.
Especialmente, a mis estudiantes cuyas tesis han tenido que ver directamente con el desarrollo de las investigaciones
biológicas y de conservación de las tortugas marinas: MC. Idania Lee, MC. Emir Pérez, MC. Roberto C. Frías,
MC. Maribel González, Lic. Javier Rodríguez, Lic. Frander B. Riverón, Lic. Mayumi Vega, Lic. Talia Pérez, Lic.
Juan Solano, Lic. Yuzneydy Pereira, y Diseñadores Néstor Navarro y Marwin Sánchez. Sin el aporte de ellos, esta
contribución sería no sólo incompleta, sino pobre.
En particular, he de destacar la ayuda en la búsqueda de información y contribución científica del MC. Emir Pérez,
por demás, hermano en los avatares de la vida a pesar de tener una formación ideológica diferente, quizás más
encausada.
Dra. Nancy N. FitzSimmons y Dr. James W. Wiley, por la revisión de parte de la información científica generada
para esta tesis, facilitación de bibliografía y consejos impartidos para llegar.
Dr. Rogelio Díaz, de quien siempre recibí buenos consejos sensus latior a pesar de discrepar en un principio sobre la
permisividad del uso consuntivo de Eretmochelys imbricata. Creo que fue muy paciente conmigo. Parte de las
muestras aportadas para este trabajo fueron colectadas por su persona, y generosamente ha permitido el uso de sus
datos originales que le sirvieron para obtener el grado científico de Doctor, con una sola condicionante: el
alumbramiento de información confiable para la actualización del plan de manejo de E. imbricata en Cuba. A su
persona le debo gestos humanos para contrarrestar la enfermedad, que me permitieron continuar con mi actividad
científica. Nunca lo podré olvidar.
Lic. Madelín Ramos, cuyas manos formaron parte del procesamiento de varias de las muestras de esta tesis y
también ayudaron en la colecta, en condiciones difíciles, junto a otros amigos como Barbarita, Elier y Daniel.
Bibliotecaria Yuriem Lezcano del CIM-UH, por su enriquecedora revisión de las referencias bibliográficas. También
por su apoyo en momentos difíciles.
Bibliotecaria Clara Ramírez de la UNAM, por su ayuda profesional para optimizar la búsqueda de bibliografía,
sobre todo de los clásicos.
MC. Sylvia Leal, por su apoyo en la corrección de los artículos a publicar. También por su cariño.
Lic. Gonzalo Nodarse, Téc. Biología Marina Erick Escobar, MC. Julia Azanza y personal de apoyo a la
investigación, cuyos nombres a veces son sustituidos por los jefes de proyectos, por la facilitación de buena parte de
las muestras procesadas en esta tesis.
A los pescadores de la Empresa Pesquera Industrial de Camagüey: Miguel Camps, Juan Pajares, Amado Blanco,
Jorge L. Fals, Idilberto Fals, Osvaldo Fals, el niño y sus esposas, en particular Norma, Clarita, Blanquita y
Mayda, y a su dirección: en particular al Ing. Ángel Freyre (Director), Ernesto Aguilar (Subdirector de Operaciones
Pesqueras), Juan Miguel (Subdirector económico) y a los entonces Jefes de Flota (Armelio Frometa) y transporte
(Jorge Beber), al igual que a los pescadores de la unidad pesquera de Cocodrilo, pertenecientes a la Empresa
Pesquera de la Isla de la juventud: Alexis Meneses, Fulgencio, Abel, Gerardo y Eltón, y a Mirta, la directora de
entonces, por facilitar la infraestructura para la toma de muestras y por la información aportada en relación a la
pesquería, aspectos biológicos y comercialización de las tortugas marinas.
A mis colegas Dra. Graciela Olmedo y Dra. Olimpia Carrillo, cuya excelencia en su investigación arrojó luz sobre los
conceptos de “tradición” y “valor nutricional”, aplicados como uno de los basamentos para mantener el uso
consuntivo legal de las tortugas marinas en Cuba.
A las profesoras del Instituto Superior de Diseño, Dis. Michel Miyarez y MC. Lucila Fernández, por la
profesionalidad con la que asumieron la emprendedora y exhaustiva Campaña de Bien Público para la Conservación
de las tortugas marinas en Cuba.
Lic. Sergio Álvarez por su ayuda para que fluyera la presentación de la tesis durante el acto de predefensa y por su
amistad.
A mi enigmática MC. Olivia Millán, por nuestras pláticas exigentes sobre temáticas de genética y por compartir
momentos especiales a la sombra de un té de café, en compañía de la querida MC. María de los Ángeles, MC. Nadia
y Lic. Ricardo, a los cuales también debo mi subsistencia en tierras aztecas.
MC. Raquel Briseño por aunar a la mayoría del gremio de tortugas marinas y encausarnos por el camino más recto,
por su sensatez y acertados juicios que con su glamour nos ha mejorado a todos.
Hada Marydele Donnelly, MC. Fernando Bretos y Dr. David Gugenheim por el apoyo material y espiritual en pos
de la capacitación y desarrollo de proyectos de jóvenes científicos cubanos.
MC. Leandro Bombino, por tratar de llevar a vías de hecho un macroproyecto para la conservación de las tortugas
marinas en los archipiélagos cercanos al Camagüey y por su ayuda extraordinaria para encausar algunos de nuestros
trabajos de investigación, en la cual también ha estado involucrado el aliviar el peso de la enfermedad.
Susana, Celia y Fausto, a quienes debo la impresión y fotocopia de la documentación requerida para la predefensa.
Ahora de nuevo a Susana y nuevos colaboradores Olguita, Jorge y Berta.
Carpintero Marcial Blanco, otro padrazo de la Ciénaga de Zapata con quien hice el amadrinador de tortugas
marinas, instrumento de gran utilidad para el manejo de estos animales que ha sido objeto de atención para otros
investigadores.
Mayda Pelikián, madre de un gran amigo, devenido en un pescador responsable, y madraza del autor, por su enorme
capacidad de recuperación que inspira a cualquier semilla. Por ayudarme a frenar el avance de la enfermedad.
Tía-Mayra y Fela, otras madrazas pinareñas, sin las cuales no hubiera podido avanzar contra la enfermedad.
A mis compañeros de trabajo más cercanos del CIM-UH, que prefiero no nombrar en mi paranoia, por el
intercambio académico, por compartir gratos momentos y por ayudarme contra la enfermedad.
MC. Patricia González y MC. Silvia Díaz, hermana y madre en difíciles circunstancias.
Dra. Concepción Campa, sin su ayuda hoy no estaría aquí, tampoco los miembros más queridos de mi familia.
A mis hermanos de aquí no mencionados con anterioridad: René, Jorge Luis, Liuba, Rosita, Maite, Alejandro,
Maickel y Oscar, y a los desperdigados: Susana, Ernesto, Pedro Pablo, Adyari, Erwin, Omar, Daniel, Daylin,
Gabriel, Margarita, Armando, Idabel e Hidalgo. Sin ellos tampoco estaríamos aquí.
A mis amigos foráneos Olga, Jimena, Benjamín, Julien, Constanza, Cecilia, Martín, Rosalba, Germán, Carlos,
Mary, Ingmar, Marfer, Antonio y Ruco, colaboradores en disímiles circunstancias.
A los médicos Fleites, Jorge Luis, Areces, Rubio, Juanca, Tania, Barroso y Luis, a las farmacéuticas María
Antonieta y Arays, y a las enfermeras Adalgiza, Giselle, Aidita, Lucy y Martica, sin la contribución de ellos
tampoco estaríamos aquí.
A los que ya no están y dedico esta contribución científica, que no voy a nombrar porque quiero que sigan en paz,
por ellos también estoy aquí.
A mi hermana, madre, padre y tío por perseverar ante lo extremo, que se contrapone a la existencia. En la balanza
de cargas nefastas, ha sido el peso de ustedes el que me ha evitado perder el equilibrio y sacar ese extra en mi cuarto
e indeseado tema, que sin lugar a dudas me hizo mejor persona y me fortaleció mi capacidad de denuncia, ya grande.
Si algunos nombres han escapado de mis agradecimientos, sobre todo aquellos que de una forma u otra han estado
relacionados con mi proyecto de investigación, las personas a las que distinguen no han de sentirse excluidos. En mis
circunstancias no he podido dejar de asumir el reto de nombrar y asumo la responsabilidad de cualquier descuido.
Por último y no por considerarlo menos importante, a la naturaleza cubana de quien se ha servido íntegramente este
trabajo y quien me flechó desde muy temprano y para siempre.
Índice
Nomenclatura, abreviaturas, y algunas conceptualizaciones empleadas……………...………..…….i
SÍNTESIS..........................................................................................................................................ii
I. INTRODUCCIÓN..........................................................................................................................01
Hipótesis de trabajo.........................................................................................................................05
Novedad científica...........................................................................................................................05
Importancia teórica..........................................................................................................................06
Importancia práctica........................................................................................................................06
IV. RESULTADOS
IV.1 Análisis de secuencias
IV.1.1 Chelonia mydas……............................................................................................................42
IV.1.2 Caretta caretta……..............................................................................................................45
IV.2 Estructura poblacional
IV.2.1 Chelonia mydas……............................................................................................................48
IV.2.2 Caretta caretta……..............................................................................................................50
IV.3 Diversidad genética
IV.3.1 Chelonia mydas……............................................................................................................56
IV.3.2 Caretta caretta……..............................................................................................................58
IV.4 Relaciones filogenéticas y filogeográficas
IV.4.1 Chelonia mydas……............................................................................................................61
IV.4.2 Caretta caretta……..............................................................................................................64
V. DISCUSIÓN
V.1 Análisis de secuencias.........................................................................................................69
V.2 Estructura poblacional.........................................................................................................72
V.3 Diversidad genética.............................................................................................................79
V.4 Relaciones filogenéticas y filogeográficas.......................................................................90
V.5 Implicaciones para la conservación..................................................................................94
VI. CONCLUSIONES...................................................................................................................97
VII. RECOMENDACIONES.........................................................................................................99
AUTOBIBLIOGRAFÍA
Publicaciones que forman parte de la tesis
Otras publicaciones relacionadas con el tema
Secuencias inscritas en el Genbank
Trabajos presentados en eventos científicos relacionados con el tema de tesis
NOMENCLATURA, ABREVIATURAS, Y ALGUNAS CONCEPTUALIZACIONES ________________________________________ i
SÍNTESIS
El manejo efectivo para la conservación de las tortugas marinas depende del
entendimiento de las interconexiones demográficas entre las poblaciones. En este trabajo
se determinaron la estructura poblacional, la diversidad genética y las relaciones
filogenéticas y filogeográficas entre las principales colonias de anidación cubanas de
Chelonia mydas y Caretta caretta, y se compararon en un contexto regional, a partir de la
secuenciación de la primera mitad de la región no codificadora del DNA mitocóndrico, con
vistas a un manejo sostenible. En las colonias de anidación cubanas de ambas especies
estuvieron presentes los haplotipos más distribuidos y representados de los linajes de
cada especie informados para la región. No obstante, las colonias de C. mydas también se
destacaron por la presencia de haplotipos endémicos. Estas constituyeron poblaciones
panmictas y estuvieron estructuradas significativamente con las restantes poblaciones de
anidación de la región, como consecuencia de un porcentaje de variación mayor dentro
que entre las colonias de anidación. Por consiguiente, las colonias de anidación cubanas
constituyen poblaciones que han intercambiado migrantes limitadamente con las restantes
del Mediterráneo americano. El grado de diferenciación genética (F- Φ ST) estuvo
positivamente correlacionado con la distancia geográfica entre las colonias de anidación
de la región, cumpliéndose el modelo pasarela congruente con los patrones de corrientes
marinas imperantes en la región. Existieron fallos a la conducta de reproducción en el
lugar de origen dentro de cada especie, que condujeron a dispersiones de los haplotipos
más distribuidos y representados entre los que se encontraron los ancestros de cada
linaje. Estos fallos pudieron ser provocados por las fluctuaciones climáticas durante el
Pleistoceno, que conllevaron a sucesivas recolonizaciones de hábitat en función de las
características óptimas para la anidación. Consecuentemente, las huellas de las
expansiones demográficas han quedado difusas, a pesar de la estructura genética
significativa y presencia de endemismo en la mayoría de las poblaciones de anidación. A
partir del análisis filogeográfico de clados anidados se corroboró un flujo genético
restringido por aislamiento por distancia, con fragmentación pasada y colonizaciones a
grandes distancias o una de estas dos últimas variantes. Finalmente, las poblaciones de
anidación cubanas, a pesar de compartir un pasado histórico común con las restantes
poblaciones de anidación de la región, constituyeron unidades genéticas singulares
consideradas Mus, que deben ser manejadas cuidadosamente para evitar pérdida de la
variabilidad genética del genofondo de cada especie de tortuga marina.
INTRODUCCIÓN__________________________________________________________________________________________ 1
I. INTRODUCCIÓN
Las tortugas marinas: caguama, Caretta caretta (Linnaeus, 1758); carey, Eretmochelys
imbricata (Linnaeus, 1766); golfina, L. olivacea (Eschscholtz, 1829); lora, Lepidochelys
kempii (Garman, 1880); tinglado, Dermochelys coriacea (Vandelli, 1761); tortuga plana,
Natator depressus (Garman, 1880); y tortuga verde, Chelonia mydas (Linnaeus, 1758);
cuyas formas actuales datan de varios millones de años, presentaban poblaciones
numerosas antes que el hombre desarrollara las flotas de navegación y perfeccionara las
artes de pesca. Paradójicamente, con el devenir de la civilización, diezman los tamaños
poblacionales y algunas colonias de anidación fueron extirpadas de sus regiones nativas
(Meylan, 1999a; Meylan & Donnelly, 1999; Seminoff, 2002; Heppell et al., 2003;
Witherington & Frazer, 2003). Es hasta hace poco, cuando la escasez o el colapso de los
recursos naturales que el hombre venía aprovechando repercuten negativamente en la
supervivencia de las sociedades, que el pensamiento humano toma conciencia colectiva
sobre el uso sostenible de los recursos renovables (Caughley & Gunn, 1996). Los efectos
negativos e irreversibles de la explotación desmesurada de la generalidad de estos
recursos, ha implicado fragmentación de las poblaciones y deterioro de los hábitat. Razón
por la cual, gran parte de los especialistas en tortugas marinas dudan de la sostenibilidad
de un uso extractivo de estas especies (Campbell, 2003; Heppell et al., 2003)
considerando: la magnitud de la reducción poblacional en correspondencia con la historia
natural, las limitaciones y lagunas en el conocimiento disponible, las dificultades prácticas
de implementar un manejo que abarque la distribución total de cada una de las
poblaciones, la maduración sexual tardía y los diversos hábitat que utilizan en su complejo
ciclo de vida. Es por esto que todas las tortugas marinas se encuentran inscritas como
especies amenazadas de extinción (Baillie & Groombridge, 1996) y se prohíbe el comercio
internacional de las mismas, manifiesto en la inclusión de éstas en el apéndice I de la
Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora
Silvestres (CITES) a partir de la década de los setenta del pasado siglo (Meylan &
Donnelly, 1999).
Debido a que las tortugas marinas son fieles a la conducta de reproducción en el lugar de
origen (Carr, 1967 & 1975; Pritchard, 1976; Limpus et al., 1992), verificada por la
diferenciación genética significativa que existente entre las colonias de anidación (Meylan
INTRODUCCIÓN__________________________________________________________________________________________ 2
et al., 1990; Bowen et al., 1992, 1993, 1994, 1995; Broderick et al., 1994; Norman et al.,
1994; Encalada et al., 1996 y 1998; Bass et al., 1996), la marcación de los individuos en
las áreas de anidación, alimentación y desarrollo, ya sea a través de marbetes (Limpus et
al., 1992; Meylan, 1999b; Balazs, 2000;) y marcadores moleculares (FitzSimmons et al.,
1995; Bowen et al., 2004), ha constituido una forma viable para estimar los tamaños
poblacionales, comportamiento migratorio y demás patrones demográficos por regiones de
anidación.
problemática del declive de las tortugas marinas por diversos factores, se propone
determinar comparativamente las relaciones genéticas entre las principales colonias
de anidación de C. mydas y C. caretta del suroeste de Cuba en el contexto del
Mediterráneo americano, empleando secuencias de la RNC mtDNA, con vista a un
manejo sostenible.
El objetivo general se desglosa en los siguientes objetivos específicos con sus respectivas
tareas:
1. Determinar la estructura poblacional de colonias de anidación cubanas de C. mydas
y C. caretta en un contexto regional.
• Colecta y procesamiento biológico – molecular de muestras de tejido en áreas de
anidación para obtener secuencias de la RNC del mtDNA.
• Comparación de las secuencias con los haplotipos informados por la literatura y
bases de datos para identificar la identidad de los individuos procesados.
• Comparación estadística a los niveles colonia (incluyendo aquellas con las cuales
las cubanas han intercambiado genes), área y región de anidación (mediante
métodos de agrupamiento jerárquico), para determinar el nivel población.
2. Caracterizar la diversidad genética de colonias de anidación de C. mydas y C.
caretta en el archipiélago cubano.
• Exploración la diversidad genética con índices preestablecidos, que incluyen desde
la propia heterogeneidad hasta el tamaño efectivo de ovíferas a los niveles colonia
y población de anidación.
• Comparación de la diversidad genética de las entidades cubanas respecto a las de
la región del Mediterráneo americano con las cuales han intercambiado genes.
3. Dilucidar las relaciones filogenéticas y filogeográficas entre haplotipos de C. mydas
y C. caretta, y entidades poblacionales determinadas en un contexto regional.
• Construcción del camino evolutivo más probable de los genes y de éstos dentro de
las poblaciones de anidación del Mediterráneo americano, mediante relaciones de
ancestría a través de métodos de distancia y cladísticos.
4. Comparar la estructura poblacional, diversidad genética, y relaciones filogenéticas y
filogeográficas determinadas entre C. mydas y C. caretta en un contexto regional.
INTRODUCCIÓN__________________________________________________________________________________________ 5
Hipótesis de trabajo.
Hipótesis nula:
• Si la generalidad de las colonias de anidación del Mediterráneo americano de C.
caretta y C. mydas, especies filopátridas y fieles al sitio de anidación, están
integradas fundamentalmente por haplotipos comunes de los linajes de la cuenca
atlántica como consecuencia de fallos a la filopatría entonces, considerando la
geografía del archipiélago de los Canarreos así como los fallos a la fidelidad por el
sitio de anidación, las colonias cubanas no mostrarán estructura genética
significativa con poblaciones de anidación vecinas de la región y exhibirán un
modelo evolutivo semejante a nivel interespecífico.
Hipótesis alternativa:
• Si la generalidad de las colonias de anidación del Mediterráneo americano de C.
caretta y C. mydas, especies filopátridas y fieles al sitio de anidación, están
estructuradas genéticamente en el espacio de forma significativa aunque están
integradas fundamentalmente por haplotipos comunes de los linajes de la cuenca
atlántica entonces, a pesar de la geografía del archipiélago cubano así como de los
fallos a la filopatría y fidelidad por el sitio de anidación, las colonias cubanas
mostrarán estructuración genética significativa con las poblaciones de
anidación de la región y exhibirán un modelo evolutivo particular en al menos
una especie según su corología.
Novedad científica:
• Por primera vez se describen clinas geográficas en áreas de anidación
continentales de C. mydas y C. caretta.
• Por primera vez se determinó espacialmente la estructura poblacional de las
principales colonias de anidación de C. mydas y C. caretta del suroeste de Cuba y
en el contexto del Mediterráneo americano.
INTRODUCCIÓN__________________________________________________________________________________________ 6
Los resultados presentados en esta tesis han formado parte de tres artículos científicos
publicados en revistas arbitradas (Revista Cubana de Química (2004), Revista de
Investigaciones Marinas (2008a y b)), uno en reemisión (Conservation Genetics (2008)), y
tres secuencias inscritas en 1) GenBank (http://ncbi.nlm.nih.gov) y 2) The Archie Carr
Center for Sea Turtle Research (ACCSTR) (http://www.accstr.com,
accstr@zoology.ufl.edu), y han formado parte del trabajo “Estudio y Conservación de las
INTRODUCCIÓN__________________________________________________________________________________________ 7
Tortugas Marinas en Cuba. Siete Años de trabajo”, premiado como el Mejor Resultado en
la protección del Medio Ambiente de La Universidad de La Habana en el 2005. También
han sido presentadas 43 ponencias en varios eventos científicos nacionales e
internacionales.
-Molecular Evolution Meeting, Sorrento, Italia (2002).
- Opciones ambientales para la Industria Pesquera, La Habana, Cuba (2003).
-Taller internacional para la conservación de las tortugas marinas en Guanahacabibes,
Pinar del Río, Cuba: Primera edición (2003) y Segunda edición (2005).
-GEO Juvenil, La Habana, Cuba (2005).
- Evento Nacional de la Náutica Recreativa, La Habana, Cuba (2006).
- MARCuba, La Habana, Cuba (2006, 2003).
-Annual Symposium on Sea Turtle Biology and Conservation: 28th Loreto, Mexico
(2008); 26th Crete, Greece (2006); 25th Savanna, Georgia, USA (2005); 24th San
José, Costa Rica (2004).
-VIII Congreso Latinoamericano de Herpetología, Varadero, Cuba (2008).
general (Seminoff, op.cit.). A pesar de que existen pocas publicaciones científicas sobre la
anidación de C. mydas en el archipiélago de Cuba, el occidente de éste es reconocido a
nivel nacional como un importante sitio de anidación para la especie, destacándose áreas
del archipiélago de Los Canarreos como Cayo Largo del Sur, donde han sido informados
más de 2000 nidos por temporada de anidación (Nodarse, com. pers.); Cayo Real de la
Cayería de San Felipe, donde han sido informados 43 nidos durante quince días en el
último mes de la temporada de anidación de 1998 (Ruiz et al., 2003) y la playa “El Guanal”
del sur de la Isla de la Juventud, donde han sido marcadas 98 ovíferas en el intervalo de
1989 hasta 1996 (Nodarse et al., 2000a), así como la península de Guanahacabibes,
donde han ido informados 638 anidaciones y marcadas 172 ovíferas durante el 2002
(Azanza et al., 2003).
Como C. mydas es filopátrida y fiel al sitio de anidación (Carr & Ogren, 1960; Carr, 1967,
1975; Carr et al., 1978; Carr et al., 1982; Dodd, 1988), las colonias de anidación de la
cuenca atlántica constituyen una metapoblación (Encalada et al., 1996). Por consiguiente,
los estudios poblacionales conducidos en cada área de anidación han sido representativos
para los análisis de las tendencias poblacionales de la especie. Por otra parte, algunas de
las poblaciones de anidación más importantes del Atlántico en tiempos pasados ya no lo
son, e.g. la colonia de anidación de Islas Caimán (Gran Bretaña), considerada en el
pasado entre las más grandes del mundo (Lewis, 1940; Parsons, 1962). En la actualidad,
ésta ha sido prácticamente extirpada como consecuencia de la depredación humana y la
pérdida de hábitat (Lewis, op.cit.; Parsons, op.cit.), desconociéndose el origen de la
repoblación. En esta isla se ha comprobado a través de la presencia de los haplotipos más
distribuidos y representados de los linajes de la cuenca atlántica, que la repoblación fue
consecuencia de fallos a la conducta de reproducción en el lugar de origen (Lahanas et al.,
1994). Los fallos de la especie a la conducta de reproducción en el lugar de origen han
facilitado la fundación de nuevas colonias (Carr, 1967). Estos fallos, que han traído
consigo la anidación en otras playas frecuentadas por la especie o la colonización de
nuevas, también han sido documentados por Bowen et al. (1992), Encalada et al. (1996) y
Bass et al. (1998). Otras tres poblaciones de anidación han experimentado una reducción
del tamaño poblacional en el siglo pasado: Bioko (Thomas et al., 1999) e Isla de Aves
(Sole, 1994). Para otras colonias de anidación de C. mydas como las cubanas, han sido
REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA_________________________________________________________________________________ 10
Los fallos a la filopatría en C. mydas, han estado influenciados de alguna forma por la
complejidad del ciclo biológico, que incluye amplias migraciones entre las áreas de
desarrollo y de anidación siguiendo rutas que abarcan de cientos a miles de kilómetros
(Meylan, 1982). Ambas clases sexuales migran (Carr, 1986; Mortimer & Portier, 1989), con
un intervalo de remigración de 2.86 años de acuerdo con Hirth (1980), Dodd (1988) y Van
Buskirk & Crowder (1994). Una vez que las hembras llegan a las áreas de anidación,
anidan de dos a siete veces, poniendo cerca de 100 huevos con un intervalo de
reanidación intra-estacional de doce días (Hirth, op.cit.; Dodd, op.cit.; Van Buskirk &
Crowder, op.cit.). Tanto las ovíferas como los machos reproductores regresan a las áreas
de alimentación distantes en un período de tiempo impreciso (Hirth, 1997). Después de un
período de incubación de ocho semanas los neonatos emergen, abandonan las playas de
anidación y comienzan una fase oceánica (Carr, 1987). Los juveniles de C. mydas reclutan
los hábitat neríticos, que son ricos en pastos marinos, cuando alcanzan los 30 a 40 cm de
largo curvo del carapacho o más (Bjorndal & Bolton, 1988; Keinath & Musick, 1991;
Limpus et al., 1994a). A menudo estos hábitat son clasificados como de desarrollo. En
éstos, los juveniles forrajean y crecen hasta alcanzar la madurez sexual (Musick & Limpus,
1997). Los estimados publicados de la primera edad de madurez sexual se encuentran en
el intervalo de 27 a 33 años en el Atlántico (Frazer & Ladner, 1986), 30 o más años en
Australia (Limpus & Walter, 1980) y de 9 a 58 años en Hawai (USA) (Balazs, 1982). Una
vez que alcanzan la madurez comienzan a migrar entre las áreas de forrajeo y las áreas
de anidación para el apareamiento. Estas migraciones comprenden intervalos de años
múltiples e irregulares (Hirth, 1997). Durante los períodos de no apareamiento, los adultos
residen en las áreas neríticas de alimentación que en ocasiones coinciden con hábitats de
desarrollo de juveniles (Limpus et al., 1994b). Finalmente, el balance entre la fidelidad por
el sitio de anidación y la dispersión a largas distancias son la clave fundamental para
REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA_________________________________________________________________________________ 11
Yucatán (México), Sergipe y norte de Bahía (Brasil), sur de Bahía a Río de Janeiro
(Brasil). Agregados de anidación pequeños, pero significativos, también han sido
informados para Bahamas, Cuba y el occidente de África (Dodd, 1988).
C. caretta, al igual que el resto de las tortugas marinas, manifiesta filopatría (Bowen &
Avise, 1995) y la mayoría de las ovíferas son fieles al sitio de anidación (Bjorndal et al.,
1983; Dodd, 1988), por lo que los estudios de las colonias de anidación son básicos para
analizar las tendencias poblacionales de la especie. En la actualidad, algunas de las
colonias de anidación específicas de la subpoblación norteña de la península de la Florida
han sido catalogadas como colonias en declive, particularmente los pertenecientes a los
estados de Georgia y Carolina del Sur (Frazer, 1986; Hopkins-Murphy & Murphy, 1988;
National Research Council, 1990; NMFS & FWS, 1995; Turtle Expert Working Group,
2000). Hopkins-Murphy et al. (2001) informaron un 5% de declive por año entre 1980 –
1997 para la población de Carolina del Sur, y un 2.6% por año entre 1964 y 1995 para la
colonia de anidación de Little Cumberland Island (Georgia) (Frazer, 1983; Turtle Expert
Working Group, 1998).
Los fallos filopátridos en C. caretta han estado influenciados de algún modo por la
complejidad del ciclo biológico, que incluye migraciones de más de 2600 km entre las
áreas de forrajeo y las de anidación. C. caretta es una especie transoceánica, i.e., en el
Atlántico los neonatos del sureste de USA, una vez emergidos, entran en la corriente de la
Florida y posteriormente a la corriente del Golfo siendo transportados hasta el Atlántico
oriental (Bolten et al., 1998). Luego de pasar por las islas oceánicas de Azores y Madeira,
REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA_________________________________________________________________________________ 13
y Canarias, son llevados por la Corriente Ecuatorial del Norte de regreso al Atlántico
occidental, completando el "giro Atlántico Norte". En el Pacífico, las poblaciones
anidadoras del Japón migran hacia las regiones de alimentación del Pacífico Oriental
siguiendo la Corriente Kuroshio, y posteriormente la corriente Pacífico del Norte (Musick &
Limpus, 1997), retornando a sus playas de origen por la Corriente Ecuatorial del Norte.
Ambas clases sexuales migran, por lo menos distancias pequeñas, desde las áreas de
alimentación a las áreas de apareamiento. Posteriormente, los machos regresan a las
áreas de alimentación y las hembras a las de anidación (Miller, 1985; Limpus & Miller,
1993) con un intervalo de remigración de 2.59 años según Hirth (1980), Dodd (1988) y Van
Buskirk & Crowder (1994). C. caretta reanida en un intervalo de distancia de 290 km
aproximadamente, sugiriendo que la especie es capaz de transitar grandes distancias a
pesar de ser pocos los individuos que realizan los movimientos (Bjorndal et al., 1983).
fuertemente influenciadas por los efectos de la deriva genética y los cuellos de botella
poblacionales (Karl et al., 1992), por lo que el mtDNA puede actuar como un excelente
identificador de los patrones de colonización, incluyendo los eventos fundadores y por
ende, de los caminos evolutivos de los linajes (Harrison, 1988). Razones por lo cual el
mtDNA ha sido considerado como una unidad genealógica no recombinante con múltiples
alelos o haplotipos (Avise, 2004)
Estudios comparativos tempranos sobre la evolución del mtDNA en primates han sugerido
una tasa de divergencia de secuencias de 5 a 10 veces superior a la encontrada en
scnDNA (Brown et al., 1979 y 1982). Sin embargo, esta característica contrasta con la baja
variabilidad deducida a partir de su herencia materna y la falta de recombinación, a lo que
se suma que es una molécula especialmente compacta con pocas secuencias intergenes
como los intrones, y exceptuando la RNC, presenta pocas inserciones o duplicaciones
(Brown et al., op.cit.). No obstante, se ha demostrado que durante una fase inicial rápida
de divergencia, el mtDNA acumula sustituciones nucleotídicas a una tasa de 0.5-1.0% por
linaje por millón de años, la cual es considerablemente más rápida que el promedio para
scnDNA (Wilson et al., 1985; Moritz et al., 1987). Una deficiencia de los mecanismos de
reparación ha sido sugerida como base para explicar la mayor tasa de sustituciones
nucleotídicas en el mtDNA respecto al nDNA en vertebrados (Brown, 1983; Cann et al.;
1987; Moritz et al., 1987). Estas razones justifican que exista una considerable variabilidad
entre los diferentes taxa respecto a la tasa de evolución relativa y absoluta del mtDNA
(Britten, 1986; Moritz et al., 1987a), por lo que un reloj molecular universal sobre la base
del mtDNA no puede ser asumido (Harrison, 1988).
compleja por la existencia de otros niveles como las unidades evolutivas de significación
(ESUs, Ryder (1986)) o segmentos poblacionales distintos (DPS) (Allendorf & Luikart,
2007), a menudo reconocidos con estatus taxonómico de subespecie.
La RNC de C. mydas tiene una longitud de ca. 981 pb aproximadamente, flanqueada por
los genes de tRNA treonina (Thr) y prolina (Pro) (Kumazawa & Nishida, 1999) (Fig. 1).
Contiene una región hipervariable de aproximadamente 640 pb, tres secuencias
conservadas: CSB-1, CSB.2 y CSB-3 de 23, 15 y 17 pb respectivamente, así como un
grupo de repeticiones del dinucleótido TA, que abarca alrededor de 50 pb.
Fig. 1. Secuencia nucleotídica de la RNC del mtDNA en C. mydas, flanqueada por genes de tRNA, con de
78 SPs según compilación de resultados de: Allard et al. (1994); Lahanas et al. (1994, 1998); Norman et al.
(1994); Encalada et al. (1996); Dutton et al. (1996); Bjorndal & Bolten (1988). La numeración de los sitios
polimórficos se realiza tomando como referencia la base primera base (1) de la RNC del mtDNA según Kumazawa & Nishida (1999).
Secuencias repetidas (TA).
.. SP
± indel (analizado como un SP).
REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA_________________________________________________________________________________ 18
Considerando la tasa de cambio evolutivo para la RNC del mtDNA de C. mydas (0.012 –
0.024 sustituciones por locus por millón de años) según Avise et al. (1992), Bowen et al.
(1993) y Encalada et al. (1996), se han analizado los tiempos de divergencia de
secuencias de C. caretta (Encalada et al., 1998).
Fig. 2. Secuencia nucleotídica de la RNC del mtDNA de C. caretta, flanqueada por genes de
tRNA, con un total de 56 SPs según compilación de los resultados de Bolten et al. (1998),
Encalada et al. (1998), Laurent et al. (1998), Dutton et al. (1996), Bowen et al. (1995). La numeración
de los sitios polimórficos se realiza tomando como referencia la base primera base (1) de la RNC del mtDNA según
Laurent et al. (1998). Secuencias repetidas (TA).
.. SP
± indel (analizado como un SP).
REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA_________________________________________________________________________________ 19
Lahanas et al. (1994) haciendo uso de la secuenciación de la RNC del mtDNA examinaron
la evolución molecular y la genética poblacional de C. mydas en el “Gran Caribe”.
Reconocieron seis haplotipos definidos a partir de 12 SPs. Las colonias de Isla de Aves
(Venezuela) y Surinam presentaron un haplotipo común. Las cuatro poblaciones
estudiadas se subdividieron en los grupos Occidental y Oriental (Costa Rica/ Florida e Isla
de Aves/ Surinam respectivamente), puesto que se obtuvieron diferencias significativas
entre las frecuencias haplotípicas de todos los pares de colonias, excepto para las
comparaciones entre estos dos grupos de colonias citadas anteriormente. La
diferenciación entre las poblaciones del este y el oeste fue por lo menos seis veces mayor
que dentro de cada región. Además, las dos regiones estuvieron caracterizadas por tasas
de migración (0.1-0.2 migrantes/ generación) menores que las requeridas para
contrarrestar los efectos de la deriva genética (Barton & Slatkin, 1986; Slatkin & Barton
1989).
REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA_________________________________________________________________________________ 20
Encalada et al. (1996) emplearon la secuencia de la RNC del mtDNA para dilucidar la
estructura genética y la filogeografía en colonias de anidación de C. mydas del océano
Atlántico y el mar Mediterráneo. Encontraron veinte polimorfismos en 19 SPs, que
definieron 18 haplotipos. Las frecuencias haplotípicas de las colonias de México y la
Florida, Surinam e Isla de Aves, Isla Ascensión y Guinea Bissau no mostraron diferencias
significativas, lo cual fue interpretado como resultado de un intercambio de genes continuo
entre estos pares de colonias o consecuencia de un aislamiento reciente. Sin embargo,
entre estos pares los autores encuentran sendas diferencias significativas, lo cual les
permite reconocerlos como poblaciones de anidación con independencia demográfica.
Por otra parte, Encalada et al. (op.cit.) plantearon que la baja diversidad genética entre las
colonias de anidación localizadas en la unidad noreste de la Florida hasta Carolina del
Norte proporciona una resolución inadecuada para detectar divisiones poblacionales,
siendo probable la existencia de una división demográfica dentro de esta región.
Finalmente Encalada et al. (op.cit.) plantearon que la estructura poblacional encontrada en
su estudio concordó con el patrón predominante revelado por los estudios de marcación-
recaptura (Bowen et al., 1993). Encalada et al. (1998) puntualizaron que la transferencia
de algunas ovíferas entre playas de anidación se refleja quizás en los altos estimados de
razones de migración entre colonias de anidación. Mientras la conducta de reproducción
en el lugar de origen predomine, estas relocalizaciones raras podrían indicar una habilidad
para colonizar nuevos hábitat en una gran escala de tiempo evolutivo y una condición de
desequilibrio resultado de un reciente evento de colonización, o unas de éstas variantes
(Encalada et al., op.cit.).
Israel en la unidad cuenca del sureste, como consecuencia de los pequeños tamaños
muestrales de cada una y de estar ubicadas geográficamente en la misma cuenca.
Empleando la probabilidad de Fisher por pares de colonias de anidación y el Φ ST, los
autores encontraron que las colonias de anidación de las costas del Atlántico occidental y
del mar Mediterráneo estaban significativamente estructuradas, excepto las colonias de
anidación del sur de la península de la Florida y Grecia, donde el Φ ST fue no significativo.
Según los autores, estos resultados se ratificaron con la significación de un AMOVA
jerarquizado entre las regiones de anidación americana (Georgia/ Carolina y sur de la
Florida) y del mar Mediterráneo (Grecia, Chipre, Turquía y cuenca del sureste).
El 41% de la variación genética total ocurrió entre grupos ( Φ CT =0.41; p<0.001), lo cual
indicó la existencia de dos agregados diferentes de C. caretta. En las costas del mar
Mediterráneo existieron dos agrupaciones ( Φ ST =0.33; p<0.001), una integrada por la
generalidad de las colonias de anidación y la otra por Turquía (Laurent et al., 1998).
Dentro de la cuenca del Mediterráneo, el 33% de la variación total fue encontrado entre las
áreas de anidación, lo cual indicó una estructuración poblacional significativa. Los autores
plantearon que la falta de divergencia genética entre las áreas de anidación de Chipre,
Grecia y cuenca del sureste necesariamente no tiene que implicar panmixia debido a que
diferencias potenciales pudieron permanecer indetectables, como consecuencia de las
limitaciones del tamaño muestral o la pérdida de resolución del marcador. Además,
Laurent et al. (op.cit.) informaron que las diferencias significativas en los tamaños de
ovíferas de diferentes áreas de anidación de Chipre, Grecia y Libia según Laurent et al.
(1995) y Broderick & Godley (1996), soportan fuertemente la estructuración poblacional.
Laurent et al. (1998) destacaron que dentro de las áreas de anidación es posible que
ocurra diferenciación poblacional entre sitios de anidación adyacentes, teniendo en cuenta
los resultados obtenidos en Turquía por Schroth et al. (1996), mediante la aplicación de
análisis sobre la base de marcadores nucleares y mitocondriales.
Francisco & Bowen (2001) realizaron un análisis de genética poblacional con las colonias
de anidación de la península de la Florida sobre la base del estudio de secuencias de la
RNC del mtDNA (5’- 380 pb) para evaluar la estructura de las colonias/ áreas de anidación
de la península y cayos adyacentes, i.e. Dry Tortugas. Ellos diseñaron los análisis
estadísticos teniendo en cuenta la existencia de barreras biogeográficas latitudinales tanto
en la costa oeste como en la este de la península de la Florida según Avise (1992) y
Briggs (1974), y entre el oeste y este del sur de la propia península según Muss et al.
(2001). En el caso particular de la población de anidación noreste de la Florida hasta
Carolina del Norte, Francisco & Bowen (2001) incluyeron a las colonias de anidación de
Volusia County (muestra sumada) sobre la base de su ubicación al norte del límite
biogeográfico de cabo Cañaveral según Briggs (1974) y Avise (1992). Francisco & Bowen
(2001) discutieron la incertidumbre en la determinación de la posición de Volusia, al norte
o al sur de la península, debido a que cuando se compara Volusia con Amelia Island no se
obtuvo significación de la Prueba X2 al igual que con Melbourne Beach. Por lo que los
autores plantearon que como consecuencia de que Volusia presenta haplotipos con
frecuencias intermedias es posible que no pertenezca a ninguna de las dos unidades de
manejo. Francisco & Bowen (op.cit.) incrementaron los tamaños muestrales de algunas
colonias de anidación peninsulares analizadas previamente por Encalada et al. (1998), i.e.
Melbourne Beach y Sarasota County, esgrimiendo que el tamaño muestral del estudio
anterior fue un factor que pudo limitar el poder estadístico para detectar divisiones
poblacionales entre las áreas de anidación. Al estudio se sumó la colonia de anidación
peninsular de Cabo San Blas (Francisco & Bowen, 2001). Finalmente ratificaron las
REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA_________________________________________________________________________________ 24
unidades demográficas propuestas por Encalada et al. (1998), agregando otra integrada
por las colonias de anidación de Dry Tortugas.
En la especie C. caretta, los valores de diversidad genética del mtDNA para las colonias
de anidación del Atlántico, son comparables, aunque ligeramente más bajos que aquellos
informados para C. mydas y Eretmochelys imbricata (Bass et al., 1996; Encalada et al.,
1998). Particularmente en la península de la Florida, la diversidad nucleotídica dentro de
REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA_________________________________________________________________________________ 26
poblaciones ha sido alta (Francisco & Bowen, 2001), como consecuencia de tener
representados dos linajes filogenéticamente diferentes (Encalada et al., 1998). Sin
embargo, el intervalo de la diversidad haplotípica en las poblaciones de anidación de la
península de la Florida ha sido muy variable: desde 0 hasta 0.714 (Francisco & Bowen,
2001).
Bowen et al. (1992), utilizando técnicas de RFLP para dilucidar la filogeografía global de
Chelonia, encontraron separación filogenética entre las dos mayores cuencas oceánicas:
El océano Atlántico y el mar Mediterráneo, y los océanos Índico y Pacífico. Todos los
individuos en estos dos grupos fueron separados por cinco o más cambios por sitios de
restricción. Los autores plantearon que ese patrón genético es consistente con los límites
climáticos y geográficos que comúnmente definen la distribución de C. mydas, y que las
poblaciones de estas dos regiones probablemente estuvieron separadas por las
condiciones de bajas temperaturas que aún persisten alrededor de los extremos sur
continentales de África y especialmente de América, considerando que no existen
actualmente barreras físicas para el movimiento dentro de las cuencas oceánicas Atlántico
– Mediterráneo o Indo-Pacífico. Para esta especie no es suficiente la influencia de la
corriente de Agujas proveniente del Ecuador (Tomczack, 2000) por el sureste de África
REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA_________________________________________________________________________________ 27
Basados en el reloj molecular de RFLP provisional (Avise et al., 1992; Bowen et al., 1993)
y utilizando la información sobre el incremento en la divergencia de la RNC del mtDNA
encontrado en su estudio, Encalada et al. (1996) calcularon una tasa de evolución de
0.012-0.024 sustituciones por locus por millón de años para la misma. Sobre la base de
esta información propusieron un tiempo de divergencia estimado para los linajes de C.
mydas de la cuenca atlántica en ca. 0.3-0.7 millones de años, y la divergencia con
respecto al grupo externo del Pacífico en aproximadamente 1.8-3.7 millones de años.
Además señalaron que sus resultados y los obtenidos por Bowen et al. (1992) indicaron
que las colonias de anidación de C. mydas del Atlántico y las del Pacífico se aislaron
probablemente durante el Pleistoceno temprano (ca. 2.0 MA atrás). Encalada et al. (1996)
propusieron que la genealogía obtenida en su estudio permitió discernir entre dos posibles
modelos para la distribución de los linajes del mtDNA en la cuenca atlántica. Uno explicó
la distribución disyunta de organismos en términos de hábitat antiguamente continuo y
separado por cambios geológicos o climáticos (escenario vicariante) y el otro enfatizó la
habilidad de los organismos para dispersarse más allá de los límites tradicionales de su
distribución histórica (escenario dispersionista).
REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA_________________________________________________________________________________ 28
En estos períodos un precursor del haplotipo CC-A6 del linaje de la cuenca atlántica, pudo
colonizar la cuenca índica, y un precursor de los haplotipos CC-A4 y 5 del linaje indo-
pacífico pudo colonizar la cuenca atlántica sobre la base de que el primer linaje está
ampliamente distribuido en el Atlántico y representado escasamente en el Indo-Pacífico
por un solo haplotipo, y de que el segundo está ampliamente distribuido en el Indo-
Pacífico y en el Atlántico con un haplotipo común y otro raro (Bowen et al., op.cit.). La baja
diversidad de los linajes en las cuencas oceánicas invadidas indica que las colonizaciones
ocurrieron probablemente en los últimos 20 000 años.
La colonización del Mediterráneo debió ser aún más reciente (Bowen et al., 1994),
después de concluir la última glaciación, debido a que el desarrollo embrionario sólo es
posible a temperaturas mayores o igual que 25oC según Buckley et al. (1982). Sin
embargo, la especie pudo establecerse durante los períodos glaciales en el sur de la
Florida, no así en las actuales locaciones de Georgia y Carolina del Norte, donde el
establecimiento definitivo debió ser concomitante con la colonización del mar
Mediterráneo. Esto se corrobora con la baja diversidad genética de las colonias
establecidas en estas latitudes como consecuencia de sucesivos cuellos de botellas
(Bowen et al., 1993).
Con la técnica de secuenciación aplicada al marcador RNC del mtDNA (380 pb) Encalada
et al. (1998) reconocieron dos linajes en la cuenca atlántica. Ambos linajes se separaron
por una d(A)=0.05, la cual permitió estimar un tiempo de divergencia promedio de 3.2 MA
(similar al determinado por Bowen et al. (1994), teniendo en cuenta que la divergencia
entre secuencias de la RNC es seis veces mayor que el análisis de RFLP sobre mtDNA
(Encalada et al., 1998). El primer linaje está representado estrictamente en la cuenca
atlántica, mientras que el otro lo está en las cuencas mediterráneas americana y del Viejo
mundo. Inusualmente, haplotipos de linajes independientes anidan en la misma playa.
Dada la estructuración significativa entre las colonias del sur y del nordeste de la
península de la Florida hasta el estado de Carolina del Norte, fue encontrada una
discontinuidad filogeográfica la cual ha sido reportada para otras especies (Avise, 1992;
Karl & Avise, 1992; Lamb & Avise, 1992). Durante las glaciaciones del Pleistoceno los
linajes pudieron sobrevivir en latitudes ecuatoriales, con climas más estables (Encalada et
REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA_________________________________________________________________________________ 31
Por otra parte, Encalada et al. (op.cit.) plantearon que una trasplantación del precursor del
haplotipo B hacia el Atlántico occidental también pudo ocurrir a partir de un ancestro indo-
pacífico, vía corredor del sur de África, como sugiere Bowen et al. (1994). Las colonias del
norte de la península de la Florida y de los estados actuales de Georgia y Carolina del
Norte no debieron establecerse hasta que concluyó la última glaciación, al igual que la
trasplantación del haplotipo B hacia la cuenca mediterránea del Viejo mundo. La amplia
distribución de este haplotipo evidencia que la especie ocasionalmente ha sido propensa a
realizar largas migraciones y colonizaciones en períodos evolutivos relativamente cortos.
MATERIALES Y MÉTODOS__________________________________________________________________________________ 32
I II N
1(8) CpL
I BI
TI
1(9)
CR
2(1) 1(8)
12(1)
2(50)
El producto de la PCR fue purificado usando columnas Quick spin G50 (Boehringer
Mannheim) y fue secuenciado cíclicamente (Sanger et al., 1977) usando el kit Thermo
Sequenase (Amersham) con ddNTPs marcados con P33. El producto de secuenciación de
cada muestra fue corrido en una electroforesis vertical en gel de poliacrilamida al 6%. Los
geles fueron expuestos a placas fotosensibles. En el caso de C. caretta la secuenciación
fue automática (compañía Macrogen), debido a que en el momento del procesamiento de
estas muestras se dispuso de un procedimiento más eficiente en términos económicos.
Estas secuencias fueron rectificadas visualmente con los cromatogramas mediante el
programa BioEdit Sequence Alignment Editor (Hall, 1999). Cada muestra fue secuenciada
en ambas direcciones para solucionar ambigüedades de posiciones nucleotídicas.
(ver Fig. 4), así como la ubicación geográfica de Cuba, próxima a las colonias de
anidación de la península de la Florida y cayos adyacentes, que a su vez estuvieron
integradas por haplotipos de ambos linajes.
La numeración de los SPs fue realizada tomando como referencia la primera base de la
RNC del mtDNA (C. mydas según Kumazawa & Nishida (1999) (ver Fig. 1); C. caretta
según Laurent et al. (1998) (ver Fig. 2)). En el caso en que existió un indel de más de una
base, el SP se identificó con el número correspondiente al primer nucleótido, manteniendo
en el próximo SP una correspondencia entre la numeración del nucleótido de la secuencia
original y el SP en cuestión. A los efectos del procesamiento estadístico, cada indel
(independiente de su tamaño) se recodificó como si fuera una sola transversión. La
posición de los haplotipos de las colonias de anidación del suroeste cubano fue dilucidada
mediante la construcción de un árbol con las menores mediciones entre los haplotipos del
linaje (Rohlf, 1973).
Para determinar la estructuración genética entre las colonias de anidación del suroeste
cubano y las estudiadas previamente en el Atlántico el análisis fue limitado a aquellas
colonias que al menos compartieron un haplotipo con las del suroeste cubano; i.e., C.
mydas (ver Fig. 3): Tortuguero, Costa Rica; Quintana Roo (X’Cacel e Isla Cozumel),
México; Florida, USA; según Allard et al. (1994), Encalada et al. (1996) y Lahanas et al.
(1998); C. caretta (ver Fig. 4): USA: Melbourne Beach, Hutchinson Island, Port Everglades,
norte y sur de Jetty, Key Island, Sarasota County, Cape San Blas, St. Joseph's, Tyndall
Beach, Eglin Air Force Base, Georgia, Dry Tortugas, y México: Quintana Roo; según
Encalada et al. (1998), Francisco et al. (1999) y Francisco & Bowen (2001). El grado de
diferenciación genética (FST convencional para C. mydas, debido a que prácticamente
existe un solo tipo de cambio (transición) como consecuencia de estar representada por
dos linajes naturalmente emparentados; Φ ST para C. caretta, utilizando el método de
Tamura (Tamura, 1992), debido a la existencia de diversos tipos de cambios como
consecuencia de estar representada por dos linajes naturalmente no emparentados) fue
estimado según Slatkin (1991) y los intervalos de confianza fueron obtenidos a través de
1000 permutaciones aleatorias, utilizando el programa Arlequin ver. 3.11 (Excoffier et al.,
2005). Asumiendo un modelo de isla, el F- Φ ST fue utilizado para estimar el número
MATERIALES Y MÉTODOS__________________________________________________________________________________ 37
La estructura genética de las colonias de anidación del suroeste cubano fue analizada
jerárquicamente para comprobar si las colonias de anidación cubanas de cada especie
constituyeron una población panmicta dentro de la macro estructura genética de la región,
aplicando un análisis de la varianza molecular (AMOVA) (Excoffier et al., 1992) con 1000
permutaciones aleatorias, mediante el programa Arlequin ver. 3.11. Tres escenarios
hipotéticos fueron considerados para C. mydas: las colonias de anidación del suroeste
cubano junto con las otras colonias de anidación del Mediterráneo americano son
localidades geográficas dentro de una población panmicta (Mediterráneo americano) (I);
las colonias de anidación del suroeste cubano son localidades dentro de una población
panmicta cubana y conjuntamente con las restantes poblaciones del Mediterráneo
americano forman una metapoblación (II), y las colonias de anidación del suroeste cubano
y la de la península de la Florida son localidades dentro de una población panmicta y
conjuntamente con las restantes poblaciones del Mediterráneo americano forman una
metapoblación (III). Para C. caretta, también fue probado el escenario hipotético de la
existencia de una población panmicta entre las colonias de anidación del Mediterráneo
americano (I), que comparten al menos un haplotipo con las cubanas, y fue comprobado si
MATERIALES Y MÉTODOS__________________________________________________________________________________ 38
las colonias de anidación del suroeste de Cuba constituyen una población panmicta dentro
de la macro estructura genética reconocida para la región (escenario hipotético II),
considerando: 1) las poblaciones panmictas (unidades demográficas independientes)
propuestas por Encalada et al. (1998), Francisco & Bowen (2001) y Bowen (2004), i.e.
noroeste de la Florida (Cape San Blas, St. Joseph's, Tyndall Beach, Eglin Air Force Base),
sur de la Florida (Melbourne Beach, Hutchinson Island, Port Everglades, norte y sur de
Jetty, Key Island y Sarasota County), noreste de la Florida hasta Carolina del Norte
(Georgia en representación de las restantes del norte de la Florida y Carolina del Norte y
del Sur), Dry Tortugas y México, y 2) los resultados de la diferenciación por pares de
colonias de anidación. Adicionalmente, fue aplicado otro AMOVA jerarquizado (escenario
hipotético III), semejante al segundo, pero segregando las colonias de anidación del
suroeste y sureste de la Florida. La muestra dentro del área de anidación noreste de la
Florida hasta Carolina del Norte fue simplificada a la colonia de anidación de Georgia
(selección al azar), considerando que una agrupación de muestras integradas por el
mismo haplotipo puede provocar una significación del Φ SC (error de tipo I).
Para analizar la demografía histórica de las poblaciones fue calculada la distribución del
número observado de diferencias entre pares de haplotipos mediante el modelo de
expansión súbita (Rogers & Harpending, 1992). Su significación fue examinada usando la
desviación estándar de la suma de cuadrados entre las desigualdades observadas y
esperadas (Ssd) a través del programa Arlequin ver. 3.11. Mediante este modelo fueron
obtenidos el tamaño efectivo de la colonia de anidación antes de la expansión (N ( θˆ 0)) y el
intervalo temporal en años donde ocurrió la expansión (t). En esta última variable fueron
MATERIALES Y MÉTODOS__________________________________________________________________________________ 40
referidos los valores considerando el intervalo de confianza (IC) para alpha igual a 0.05 (Li,
1977). En el caso de que Theta tomó valor cero al inicio de la expansión, el tamaño
efectivo al inicio de la expansión fue calculado con el valor medio del IC del estadístico con
igual alpha. En el análisis de expansión demográfica también fue tenido en cuenta la
significación de la Prueba de Fu.
Las relaciones filogenéticas entre los haplotipos informados para las poblaciones de
anidación de los linajes de la cuenca atlántica (Encalada et al., 1996) fueron inferidas
utilizando los métodos de distancia UPGMA (Sneath & Sokal, 1973) y NJ (Saitou & Nei,
1987), a través del programa MEGA ver. 3.0 (Kumar et al., 1993). Fueron reconstruidos
dos filogramas enraizados de haplotipos (por conveniencia para la representación gráfica,
sólo fue mostrado el resultado del UPGMA) con los haplotipos correspondientes a las
poblaciones de anidación que comparten al menos un haplotipo con las cubanas),
empleando como grupo externo al haplotipo CMU40436 y B de linajes del Pacífico de C.
mydas (Dutton et al., 1996) y C. caretta (Hatase et al., 2002) respectivamente. El soporte
estadístico para los nodos fue estimado mediante un "bootstrapping" no paramétrico
(Felsenstein, 1985) utilizando 1000 pseudo-réplicas. Los tiempos de divergencia entre los
haplotipos fueron calculados a partir del intervalo superior de tiempo propuesto para la
constitución del istmo de Panamá (Lundelius, 1987). También fue calculada la divergencia
de secuencias mediante las distancias dentro y entre las poblaciones de anidación (Nei,
1987: fórmulas 10.19 y 10.20 respectivamente) y el número neto de sustituciones
nucleotídicas entre dos poblaciones (Nei & Li, 1979). Éste último fue utilizado para estimar
los tiempos de divergencia entre las poblaciones de anidación (Nei, 1987: fórmula 10.22).
Encalada et al. (1996) y Lahanas et al. (1998) para C. mydas, y de Encalada et al. (1998),
Laurent et al. (1998), Francisco et al. (1999) y Francisco & Bowen (2001) para C. caretta.
Por lo tanto, en este análisis fueron incluidas las poblaciones de anidación de Lara
(Chipre) para C. mydas y C. caretta, además de Grecia, Turquía y Brasil para esta última,
porque sus haplotipos pertenecieron al mismo linaje y en algunos casos coincidieron con
la representación de las colonias de anidación cubanas. Primeramente, el número máximo
de conexiones entre pares de secuencias fue calculado bajo un criterio de “parsimonia”, a
partir del número de mutaciones en relación con la probabilidad de parsimonia (Templeton
et al., 1992), así como el haplotipo de mayor peso como grupo externo (Castelloe &
Templeton, 1994). Este proceso resultó en un dendrograma no enraizado, con nueve
pasos correspondientes al 95% del límite de conexiones, a través del programa TCS ver.
1.21 (Clement et al., 2000). Seguidamente, dos series de clados anidados jerárquicamente
fueron definidos según las reglas de anidación propuestas por Templeton et al. (1992) y
Templeton & Sing (1993), los cuales fueron analizados estadísticamente en términos de
relaciones entre la genealogía de los haplotipos y la distancia geográfica de conexión más
probables entre las colonias, con el programa GEODIS ver 2.5 (Posada et al., 2000). Los
clados con valores significativos de distancias de clados fueron interpretados mediante el
empleo de la clave de inferencia para el NCPA (Templeton, 2004), versión 11 noviembre
2005.
El valor de probabilidad (p) para cada estadístico fue obtenido cuando el valor aleatorio de
las permutaciones fue menor o igual al observado, excepto en los estadísticos F- Φ CT y F-
Φ SC donde el valor de p fue obtenido cuando la proporción fue mayor e igual porque se
asume para el primer caso, que las poblaciones son reales y las agrupaciones regionales
son artificiales y para el segundo caso, que las regiones son reales y las poblaciones
dentro de cada región son artificiales. La significación de los estadísticos fue considerada
cuando los valores de p fueron menores que 0.05.
RESULTADOS____________________________________________________________________________________________ 42
IV. RESULTADOS.
IV.1 Análisis de secuencias.
IV.1.1 Chelonia mydas.
Los haplotipos encontrados 41 21
x
x
24 272 25 42 55 5 7
113 294
mediterráneos americano – 36 428*
437*
x
470*
470* 11 133 35
448 173
x
171 171
Viejo Mundo (Fig. 5; ver Fig. 37 36* 8
365
133
365
6 20
366* 46 133 39
3). Se informan tres nuevos 40 385* 410 410
173 488
384 367
44 233 43
haplotipos endémicos para 45 9
410 384
49
50 32 204*
367
las colonias de anidación 410 38
278*
374*
33
373
113
CM-A48, 56 y 57, acorde con 431
27 93 28
284
14
la nomenclatura propuesta 96 149 365
13 272 16
por el Archie Carr Center for 371
250 250 250 17 250
Sea Turtle Research e 166* 4
93 57 34
18 56 15
inscritos en el GenBank con 96 149 149
365
184*
x
48 470* 1 93 3 438* 30
los números de accesión: 172* 294 294 39*
2 26 93 52 233 373 31
AJ543730, AJ543732 y 357*
113
53 47
29 51
AJ543735. Otros dos
haplotipos (CM-A27 y 28; Fig. 5. Dendrograma no enraizado de máxima parsimonia basado en
las diferencias nucleotídicas por pares de haplotipos de linajes de C.
inscritos en el GenBank, mydas en la cuenca atlántica. El análisis se basó en haplotipos de la
RNC del mtDNA (ca. 493 pb).
2001), encontrados en la Círculo, indica al iésimo haplotipo; a rayas, haplotipos de origen desconocido; # fuera del
círculo representa una mutación (transición), con un cuadrado una transversión, con una
colonia de anidación de la x un indel, y con un asterisco (*) un cambio diagnóstico.
Linajes de la cuenca atlántica (Encalada et al., 1996): I- Caribe oriental – Atlántico Sur; II-
península de Caribe occidental – Mar Mediterráeo.
Haplotipos: CM-A1, 2, 4, 8 – 18 (Encalada et al., 1996); CM-A3 (Allard et al., 1994); CM-
A22 (Bass y Witzell, 2000); CM-A23 – 34 (Bjorndal & Bolten, inscritos en el GenBank
Guanahacabibes, también 2001); CM-A35 – 46 y 50 – 53 (Formia, inscritos en el Archie Carr Center); CM-A48, 56 y
57 (Espinosa et al., inscritos en el GenBank 2003); CM-A49 (Bagley, 2003); CM-A54
podrían ser endémicos si sus (Meylan, inscritos en el Archie Carr Center); CM-A55 (Naro-Maciel et al., 2007).
Los cinco haplotipos endémicos encontrados en las colonias de anidación del suroeste
cubano están interconectados en una red donde existen uno o dos cambios por pares de
haplotipos vecinos (ver Fig. 5), con respecto a los dos haplotipos más ampliamente
distribuidos y mejor representados (CM-A1 y 3; i. e., centros de diversificación) en el linaje
y en las colonias de anidación del Mediterráneo americano. El número de cambios que
existe entre los haplotipos del linaje con respecto a los haplotipos CM-A1 y 3,
considerando el camino más parsimonioso, es independiente del centro de diversificación
(X2(4)=5.67, p=0.24). Cuando fueron discriminados los cambios con respecto a la posición
(interna o externa) de los haplotipos, tampoco se encuentra dependencia en el número de
cambios entre los haplotipos internos y los centros de diversificación (X2(4)=0). Sin
embargo, se encuentra dependencia entre el número de cambios entre los haplotipos
externos y los centros de diversificación (X2(4)=9.52, p=0.03), siendo más frecuente un
cambio con respecto a CM-A3 y dos con respecto a CM-A1. Por consiguiente, se designa
a CM-A1 como haplotipo ancestral del linaje II. Un tercer centro de diversificación se
encuentra alrededor del haplotipo CM-A13 del Mediterráneo del Viejo Mundo.
Frecuencia relativa de mutaciones (%)
30
20
15
10
0
50 100 150 200 250 300 350 400 450 500 50 100 150 200 250 300 350 400 450 500 50 100 150 200 250 300 350 400 450 500
I-50 I-150I-200I-250I-300 I-400I-450I-500 I-150I-200
I-50I-100 I-150
I-150
0 I-400 I-500
I-450 I-50I-100I-150I-200I-250I-300 I-400I-450I-500
Longitud de secuencias (pb)
Longitud as par
secue es de mtDNA
la (p L secuen
itud d itud itud
d eldmtDNA
b) ngitud
secues pars del mtDNA (p
Fig. 6. Distribución de mutaciones en linajes de la cuenca atlántica de C. mydas. El análisis se basó en haplotipos
de la RNC del mtDNA (ca. 493 pb).
Transición, líneas inclinadas a la izquierda, por debajo de una línea negra continua y gruesa; Transversión, líneas inclinadas a la derecha; indel, a
cuadros; cambios diagnósticos de haplotipo y de haplotipo dentro de linaje en gris y gris y negro respectivamente; cambios diagnósticos entre
linajes en líneas negras oscuras.
Del total de sustituciones (31), aproximadamente el 94% son transiciones repartidas con
mayor frecuencia entre los 350 y 400 pb (Fig. 6b), excepto entre los 300 y 350 pb,
existiendo similar balance entre purinas y pirimidinas, así como entre los sentidos de las
sustituciones en relación al camino más parsimonioso respecto al ancestro CM-A1: T→C
RESULTADOS____________________________________________________________________________________________ 44
(6) y C→T (8); A→G (7) y G→A (8). Las restantes sustituciones corresponden a una
transversión en el SP 365, que también constituye una transición para otras relaciones
como ocurre en el haplotipo CM-A4, y a un indel de seis pb (CAATGG) en el SP 470. A su
vez, el 31% aproximado de estas sustituciones representan cambios diagnósticos para los
haplotipos (ver Fig. 5). La inserción antes mencionadas lo es de CM-A48, mientras que las
transiciones (8) en los SPs 39, 166, 172, 184, 357, 374, 438 y 459 lo son de CM-A31, 34,
2, 15, 29, 22, 30 y 54 respectivamente. De éstas, las sustituciones entre purinas y
pirimidinas están en proporción 5:3. El sentido de las sustituciones diagnósticas en
relación al camino más parsimonioso con respecto al haplotipo ancestral es diferente entre
las transiciones de pirimidinas: T→C (3) y C→T (0); A→G (3) y G→A (2).
149
172
184
250
272
284
365
367
371
410
431
433
470
493
93
96
linajes de la cuenca
CM-A1 C A G G A T T C T C G G T A G - A
atlántica. En la muestra del
CM-A2 C A G G G T T C T C G G T A G - A
suroeste cubano sólo CM-A3 T A G G A T T C T C G G T A G - A
CM-A4 T A G G A T T C T T G G T A G - A
persisten 4 SPs (93, 149,
CM-A5 C G A G A T C C G C A G C G A - G
250 y el indel). CM-A15 T A G G A C T C T C G G T A G - A
CM-A16 C A G A A T C T T C G G T A G - A
CM-A17 C A G A A T C C T C G A T A G - A
Para el otro linaje, que no CM-A18 C G G G A T T C T C G G T A G - A
también estuvo representado por transiciones repartidas, con mayor frecuencia, entre los
150 y 500 pb (Fig. 6a), excepto entre los 300 y 350 pb. Las transversiones y los indeles
se encontraron sólo entre 350 y 500 pb.
150*
23 1 272 11 354 4 199* 24
246*
205*
CC-A1, 2, 8, 10, 12 y 14. El CC-A12, informado 27
320* 326
41 47 25
para las áreas de forrajeo de Azores y Madeira
según Bolten et al. (1998), resulta ser endémico Linaje II 31
473* 44 30
18
de la Cayería San Felipe. 472*
50 320*
29
471* 268* 172*
428* 26
28 393*
46 272*
423* 207 20
435*
Los haplotipos encontrados en las colonias de 40
43 229
142*
365* 2 369* 19
anidación del suroeste cubano están 48
16
470
271*
161 161
206
x
interconectados, dentro de cada linaje, en una 49
470
206 468 x 473* 8
9 10 298 188
431 422 5
red donde existen generalmente uno o dos 468 206
161
173* 3 13
298 6 7
42 12
cambios por pares de haplotipos vecinos (ver 468 431
298
x 188
422
36
Fig. 7), con respecto a los dos haplotipos más 32 45
p<0.001). Cuando un análisis similar al anterior se realiza discriminando los cambios con
respecto a la posición (interna o externa) de los haplotipos, no se encuentra dependencia
para el número de cambios entre los haplotipos internos y los centros de diversificación
(X2(2)=0). Sin embargo, se encuentra dependencia para el número de cambios existentes
entre los haplotipos externos y los centros de diversificación (X2(3)=19.33, p<0.001), siendo
más frecuente un cambio con respecto a CC-A1 y dos con respecto a CC-A11. Por
consiguiente, designamos a CC-A11 como haplotipo ancestral del linaje I. En el linaje
mediterráneos americano – Viejo Mundo sólo existe un centro de diversificación alrededor
del haplotipo ancestral CC-A2, lo cual simplificó su designación como haplotipo ancestral
del linaje.
Del total de
Frecuencia relativa de mutaciones (%)
30
sustitucion 25
a) Linaje I b) Linaje II c) Linajes I y II
es del
20
linaje
15
Atlántico –
10
península
5
de la
0
Florida 100 150 200 250 300 350 400
I-150I-200-250I-300I-350I-400
100 150 200 250 300 350 400 450 500 100 150 200 250 300 350 400 450 500
I-150I-200I-250-300I-350I-400I-450I-500 I-150I-200I-250I-300I-350-400I-450I-500
Longitud de secuencias (pb)
(14), ecue s de
Fig. 8. Distribución
ngitud s par NC del m L ecuen
gitud d s parc
de mutaciones en linajes de la cuenca atlántica de C. caretta. El
l de
es deNC DNA ( L ecues pars deNC tDNA
gitud de ) (
aproximada análisis se basó en haplotipos de la RNC del mtDNA (ca. 380 pb).
Transición, representadas en líneas inclinadas a la izquierda, por debajo de una línea negra continua y gruesa;
Transversión, líneas inclinadas a la derecha; indel, a cuadros; cambios diagnósticos de haplotipo y de haplotipo
mente el dentro de linaje en gris y gris y negro respectivamente; cambios diagnósticos entre linajes en líneas negras
oscuras o retículos en blanco y negro.
88% son
transiciones, repartidas con mayor frecuencia entre los 150 y 350 pb (Fig. 8a), con igual
balance entre purinas y pirimidinas, pero no entre los sentidos de las sustituciones en
relación al camino más parsimonioso respecto al ancestro CC-A11: T→C (4) y C→T (2);
A→G (4) y G→A (2). Las restantes sustituciones corresponden a dos transversiones en
los SPs 150 y 205. A su vez, el 64% aproximado de estas sustituciones representan
cambios diagnósticos para los haplotipos (ver Fig. 7). Las transversiones antes
mencionadas lo son de CC-A23 y 47, mientras que las transiciones (7) en los SPs 189,
199, 229, 246, 280, 294 y 320 lo son de CC-A21, 24, 37, 27, 17, 22 y 41 respectivamente.
De éstas, las sustituciones entre purinas y pirimidinas están en proporción 3:4. El sentido
RESULTADOS____________________________________________________________________________________________ 47
Tabla 2. Polimorfismo en la mitad 5’ de la región de control del mtDNA (ca. 380 pb) de C. caretta,
determinado en colonias de anidación del Mediterráneo americano. La numeración de los sitios polimórficos se
realiza tomando como referencia la base 1 de la región de control del mtDNA (Laurent et al., 1998). ±, indel de GCAAGT, con una
transición interna en el SP 358.
Haplotipos: CC-A1 – 10 (Encalada et al., 1998); CC-A11 – 14 (Bolten et al., 1998); CC-A20 (Bowen, inscrito en el Archie Carr
Center).
Sitios polimórficos
Haplotipo
104
161
162
188
210
230
244
246
259
294
312
314
315
317
327
355
358
363
32
35
37
51
53
63
78
96
CC-A1 T G T T T A G A A C G G C C G C A - A A T A C - A
CC-A2 C A C C - G G A G T A G T T A T G G A G C G T + A A
CC-A3 C A C C - G G A G T A A T T A T G G A G C G T + A A
CC-A5 C A C C - G G A G T A G T T A T G G A G C G T + A -
CC-A7 C A C C - G G A G T A G T T A T G G G G C G T + A A
CC-A8 C A C C - G G A G C A G T T A T G G A G C G T + A A
CC-A9 C A C T - G G G G T A G T T A T G G A G C G T + A A
CC-A10 C A C C - G G A G T A G T T A T G G A G C G T + G A
CCA11 T G T T T A G A A C A G C C G C A - A A T A C - A
CCA12 C A C C - A G A G T A G T T A T G G A G C G T + G A
CC-A13 C A C C - G A A G T A G T T A T G G A G C G T + A A
CC-A14 T G T T T A A A A C A G C C A C A - A A T A C - A
CC-A20 T A C C - G G A G T A G T T A T G G A G C G T + A A
0,6
El grado de diferenciación genética
(FST) por pares de colonias de 0,5
Índice de diferenciación poblacional ( F ST )
el locus diagnóstico 470 Tabla 4. Resultados del análisis jerárquico de varianza molecular
bajo tres niveles hipotéticos de estructura geográfica en colonias
(FST=0.18, p=0.001) del haplotipo de anidación de C. mydas del Mediterráneo americano. El análisis
se basó en haplotipos de la RNC del mtDNA (ca. 490 pb).
endémico CM-A48 de las Áreas de anidación/ colonias de anidación: QRMEX- Quintana Roo (México);
sureste de la Florida (USA)/ HIFL- Hutchinson Island; SWCUB- suroeste de Cuba/
colonias de anidación del GU- Guanahacabibes, SF- San Felipe; TORCR- Tortuguero (Costa Rica). Los
datos de HIFL corresponden a Allard et al. (1994), QRMEX a Encalada et al. (1996)
suroeste cubano. y TORCR a Allard et al. (1994) y Lahanas et al. (1998). p, probabilidad.
anidación del suroeste cubano II. Estructura hipotética: colonias de anidación del SWCUB constituyen una
unidad demográfica respecto a HIFL, QRMEX y TORCR
(estructura hipotética II), se Entre regiones 0.06 20.20 0.20 0.30
Entre poblaciones/ regiones 0.02 5.93 0.07 0.22
obtiene el mismo nivel de Dentro de poblaciones 0.22 73.87 0.26 <0.001
significación y semejante III. Estructura hipotética: colonias de anidación del SWCUB y HIFL
constituyen una unidad demográfica respecto a QRMEX y TORCR
porcentaje de variación dentro Entre regiones 0.05 16.74 0.17 0.20
Entre poblaciones/ regiones 0.03 11.02 0.13 0.04
de las colonias (ver Tabla 4),
Dentro de poblaciones 0.22 72.24 0.28 <0.001
pero sin la contribución del locus
371 (FST=0.07, p=0.06). En esta hipótesis el FSC y el FCT no son significativos. Sin
embargo, cuando las colonias de anidación del suroeste cubano se agrupan con la colonia
de anidación de la península de la Florida (estructura hipotética III) el FSC es significativo,
como consecuencia de la contribución significativa del SP no diagnóstico 93 (FSC=0.02,
p<0.001). Consecuentemente con este resultado, la estructura hipotética II es aceptada.
misma población de anidación del Mediterráneo americano, excepto entre Eglin Air Force
Base versus Cape San Blas pertenecientes al noroeste de la Florida según la prueba X2.
Tabla 6.
Tabla 6. Comparación por pares de colonias de anidación de C. caretta en Mediterráneo americano, a partir de
haplotipos de la RNC del mtDNA (ca. 380 pb). Las localidades están organizadas latitudinalmente en los titulos de la tabla. Arriba de la
diagonal: comparación de las frecuencias haplotípicas empleando la Prueba X2 corregido por el procedimiento de Bonferroni, a través del método
Monte Carlo (1000 simulaciones). El primer número se corresponde con el valor del estadígrafo, entre paréntesis los grados de libertad, seguido
de la probabilidad (/ valor). Debajo de la diagonal: número absoluto de migrantes intercambiados en la parte superior, prueba de diferenciación por
pares de colonias de anidación (ФST) basada en permutaciones no paramétricas, seguida de la probabilidad (/ valor). Los datos incongruentes
entre ambas pruebas estadísticas por pares de colonias de anidación se representan en negrita, y en itálica, aquellos cuya probabilidad fue
significativa. Colonias de anidación: QRMEX- Quintana Roo (México); SWCUB- suroeste de Cuba; USA: CSB- Cape San Blas, DT- Dry Tortugas,
EA- Eglin Air Force Base, GE- Georgia, HI- Hutchinson Island, KI- Key Island, MB- Melbourne Beach, NJt- norte de Jetty, PE- Port Everglades,
SC- Sarasota County, SJ- St Joseph's, SJt- sur de Jetty, y TB- Tyndall Beach. La generalidad de los datos de las colonias de anidación
corresponden a Encalada et al. (1998) – Francisco y Bowen (2001), excepto en NJT y SJT (Francisco et al., 1999).
17.34 (7)/ 19.72(5)/ 12.53(6)/ 12.94(5)/ 34.38(9)/ 18.45(5)/ 27.13(6)/ 12.07(5)/ 24.86(7)/ 14.73(5)/ 23.61(5)/ 18.76(6)/ 37.33(6)/ 58.77(5)/
QRMEX 0.002 0 0.01 0.01 0 0 0 0.01 0 0.005 0 0.001 0 <0.001
2.76 15.30(6)/ 8.97(6)/ 8.42(5)/ 27.24(8)/ 19.35(5)/ 32.20(7)/ 10.44(6)/ 27.13(7)/ 10.86(5)/ 24.15(5)/ 23.38(7)/ 41.74(6)/ 63.84(5)/
SWCUB 0.15/ 0.01 0.006 0.21 0.20 0 0 0 0.07 0 0.11 0 0 0 0
21.93 4.39 11.62(4)/ 10.71(3)/ 38.59(7)/ 26.42(3)/ 43.15(5)/ 12.67(4)/ 41.76(6)/ 14.7(3)/ 33.98(3)/ 33.98(5)/ 57.1(4)/ 82.05(3)/
DT 0.02/ 0.05 0.10/ 0.007 0.07 0.04 0 0 0 0.02 0 0.02 0 0 0 0
1.22 Inf. 2.21 1.18(2)/ 7.51(6)/ 4.87(3)/ 8.82(5)/ 2.19(3)/ 7.91(5)/ 1.67(2)/ 5.97(2)/ 6.38(4)/ 15.22(3)/ 29.11(2)/
PE 0.29/ 0.02 -0.04/ 0.51 0.18/ 0.04 1.00 0.39 0.15 0.10 0.78 0.13 0.78 0.04 0.15 0 0
0.55 11.51 0.75 Inf 1.57(5)/ 2.04(2)/ 3.31(4)/ 0.80(2)/ 3.51(4)/ 1.25(1)/ 3.04(1)/ 4.49(3)/ 10.29(2)/ 20.66(1)/
HI 0.48/ 0.001 0.04/ 0.20 0.40/ 0.007 -0.07/ 0.63 0.73 0.51 0.63 1 0.50 1 0.14 0.22 0.003 0.001
0.58 2.00 0.58 4.80 Inf 491(6)/ 8.21(48)/ 6.79(6)/ 7.61(6)/ 0.67(5)/ 3.02(5)/ 10.32(6)/ 10.12(5)/ 22.46(5)/
MB 0.47/ 0 0.20/ 0 0.46/ 0 0.09/ 0.13 -0.03/ 0.45 0.62 0.31 0.46 0.25 1.00 0.70 0.16 0.03 0
0.29 1.39 0.32 3.15 Inf Inf 1.28(4)/ 5.04(3)/ 5.24(5)/ 0.82(2)/ 1.33(2)/ 4.94(4)/ 6.22(3)/ 12.68(2)/
SJT 0.63/ 0 0.26/ 0.004 0.61/0 0.14/ 0.07 -0.01/0.31 -0.04/ 0.59 1.0 0.14 0.44 0.75 0.80 0.40 0.05 0.001
0.39 1.27 0.39 2.40 21.09 Inf Inf 6.63(4)/ 7.24(6)/ 1.27(4)/ 1.45(4)/ 7.39(5)/ 7.77(5)/ 14.28(4)/
NJT 0.56/ 0 0.28/ 0 0.56/ 0 0.17/ 0.05 0.02/ 0.23 -0.01/ 0.53 -0.05/ 1.00 0.12 0.22 0.81 0.87 0.26 0.08 0
1.22 Inf. 1.72 Inf Inf 5.93 3.85 2.86 5.12(4)/ 1.39(2)/ 6.13(2)/ 5.30(3)/ 16.01(3)/ 30.00(2)/
KI 0.29/ 0.009 -0.01/ 0.33 0.23/ 0.01 -0.09/ 0.89 -0.07/ 0.69 0.08/ 0.10 0.11/ 0.09 0.15/ 0.05 0.25 0.75 0.02 0.15 0 0
0.60 2.62 0.61 9.28 Inf Inf Inf Inf 12.62 1.91(4)/ 3.76(4)/ 1.12(4)/ 9.20(4)/ 22.36(4)/
SC 0.45/ 0 0.16/ 0.007 0.45/ 0 0.05/ 0.22 -0.05/ 0.62 -0.02/ 0.64 -0.03/ 0.53 -0.006/ 0.31 0.04/ 0.22 0.87 0.50 0.95 0.02 0
0.28 2.55 0.38 21.80 Inf Inf Inf Inf 70.13 Inf 1.30(1)/ 3.00(3)/ 6.37(2)/ 13.44(1)/
CSB 0.64/ 0.005 0.38/ 0.08 0.57/ 0.002 0.02/ 0.33 -0.11/ 1.0 -0.09/ 1.00 -0.11/1.00 -0.08/ 0.81 0.007/ 0.36 -0.09/ 0.93 0.33 0.55 0.04 0.007
0.11 0.58 3.27 0.86 2.22 8.29 Inf Inf 0.48 0.09 17.55 3.54(3)/ 1.97(2)/ 4.20(1)/
SJ 0.16/ 0 0.46/ 0 0.77/ 0 0.37/ 0.03 0.18/ 0.15 0.06/ 0.13 -0.10/ 0.69 -0.07/ 0.43 0.33/ 0.02 0.08/ 0.09 0.03/ 0.33 0.49 0.68 0.10
0.29 2.54 0.39 22.29 Inf Inf Inf Inf 78.03 Inf Inf 16.53 5.04(3)/ 15.51(3)/
TB 0.63/ 0.002 0.17/ 0.09 0.56/ 0.001 0.02/ 0.23 -0.11/ 0.41 -0.09/ 0.72 -0.10/ 0.70 -0.07/ 0.44 0.006/ 0.30 -0.10/1.00 -0.16/ 1.00 0.03/ 0.18 0.14 0.007
0.07 0.35 0.12 0.40 0.77 2.28 3.10 3.86 0.50 1.73 1.62 Inf 1.63 2.39(2)/
EA 0.87/ 0 0.58/ <0.001 0.82/ 0 0.56/ 0.001 0.39/ 0.01 0.18/ 0.009 0.14/ 0.09 0.11/ 0.05 0.50/ 0 0.22/0.006 0.24/ 0.10 -0.04/ 0.57 0.23/ 0.06 0.41
0.02 0.18 0.06 0.14 0.23 0.95 0.74 1.23 0.19 0.68 0.36 2.59 0.37 22.14
GE 0.95/ 0 0.73/ 0 0.89/ <0.001 0.79/ 0 0.68/ 0 0.34/ 0 0.40/ 0.002 0.29/ 0.001 0.72/ 0 0.42/ 0 0.58/ 0.007 0.16/ 0.12 0.58/ 0.004 0.02/ 0.16
1,0
costa oeste costa este
1,0
0,8 .04
0,8 -0
-3
8E
0.5
0,6 y=
0,6
0,4
7
0.0
x-
Índice de diferenciación poblacional (ФSTFst)
Fst
0,4
.7 1
y=0
0,2
0,2
0,0
0,0
-0,2
-0,4 -0,2
-100 0 100 200 300 400 500 600 700 800 900 1000 0 200 400 600 800 1000 1200 1400 1600
dgeog Distancia geográfica en km dgeog
1,2 1,0
08
0.
1,0 +
x
.8
0,8 19
y=
0,8
.04
x +0 0,6
0,6 .92
24
y=
Fst
0,4
Fst
0,4
0,2
0,2
0,0
0,0
-0,2
-0,4 -0,2
-0,005 0,000 0,005 0,010 0,015 0,020 0,025 0,030 0,035 0,040 0,045 -0,01 0,00 0,01 0,02 0,03 0,04 0,05 0,06
Distancia neta
dneta promedio basada en el número de sustituciones nucleotídicas
dneta (dA)
0,045 0,06
0,040
Distancia neta promedio (dA)
0,05
0,035
.01
0,04 x -0
0,030 -4
9E
0.2
y=
0,025
0,03
dneta
dneta
0,020
0,02
0,015
04
0,010 - 0.0 0,01
-4x
6E
y= 0.2
0,005
0,00
0,000
-0,005 -0,01
-100 0 100 200 300 400 500 600 700 800 900 1000 -200 0 200 400 600 800 1000 1200 1400 1600 1800
Fig. 10. Regresión lineal entre la diferenciación genética ( Φ ST estimado a partir de haplotipos de la RNC del mtDNA,
ca. 380 pb) versus las distancias geográfica y neta promedio basada en el número de sustituciones nucleotídicas, y
entre ambas distancia, por pares de colonias de anidación de C. caretta localizadas en la península de la Florida.
Líneas: continua, curva de regresión lineal; discontinua, límite de confianza.
RESULTADOS____________________________________________________________________________________________ 54
Mediterráneo americano
1,2 0,06
1,0
0,05
0,6
.14
E -3x + 0 0,03
y=0.14
dneta
Índice de diferenciación poblacional (ФST)Fst
0,4
4
+ 0.00
7E-5x
0,02 y=0.6
0,2
0,01
0,0
-0,2 0,00
-0,4 -0,01
0 300 600 900 1200 1500 1800 2100 2400 2700 0 300 600 900 1200 1500 1800 2100 2400 2700
dgeog Distancia geográfica en km dgeog
1,4 1,2
6
0.0
+
1,2 0.0
8
USA 6x
+ 1,0 1.9
.4 6x y=
2
19
y=
1,0
0,8
0,8
0,6
0,6
Fst
Fst
0,4
0,4
0,2
0,2
0,0 0,0
-0,2 -0,2
-0,4
-0,01 0,00 0,01 0,02 0,03 0,04 0,05 0,06 -0,4
-0,01 0,00 0,01 0,02 0,03 0,04 0,05 0,06
dneta 95% confianza
Distancia neta promedio basada en el número de sustituciones nucleotídicas (dA) dneta
Fig. 11. Regresión lineal entre la diferenciación genética ( Φ ST estimado a partir de haplotipos de la RNC del mtDNA,
ca. 380 pb) versus las distancias geográfica y neta promedio basada en el número de sustituciones nucleotídicas por
pares de colonias de anidación de C. caretta localizadas en el Mediterráneo americano. Líneas: continua, curva de regresión
lineal; discontinua, límite de confianza.
dentro del linaje Tabla 7. Resultados del análisis jerárquico de varianza molecular bajo
tres niveles hipotéticos de estructura geográfica en colonias de
mediterráneos americano – anidación de C. caretta del Mediterráneo americano. El análisis se basó
en haplotipos de la RNC del mtDNA (ca. 380 pb). Áreas/ colonias de
Viejo Mundo de los anidación: QRMEX- Quintana Roo (México); SWCUB- suroeste de Cuba/ CL- Cayo Largo
del Sur, GU- Guanahacabibes, IJ- Isla de la Juventud, y SF- San Felipe; USA: DT- Dry
haplotipos CC-A20, 12 y 8 Tortugas; NEFL-NC- noreste de la Florida - Carolina del Norte/ GE- Georgia; NWFL-
noroeste de la Forida/ CSB- Cape San Blas, EA- Eglin Air Force Base, SJ- St Joseph's y
respectivamente. A su vez, TB- Tyndall Beach; SEFL- sureste de la Florida/ HI- Hutchinson Island, MB- Melbourne
Beach, PE- Port Everglades, NJt- norte de Jetty, y SJt- sur de Jetty; SWFL- suroeste de
la Florida/ KI- Key Island y SC- Sarasota County. Los datos de QRMEX se correspoden
los dos primeros haplotipos a Encalada et al. (1998), y los demás de USA a estos autores y a Francisco & Bowen
(2001), y Francisco et al. (1999). p, probabilidad.
son endémicos de las
Fuente de variación Partición observada Φ estadísticos p
Varianza % total
colonias de anidación I. Estructura hipotética: colonias de anidación del SWCUB (CL, GU, IJ y SF) y las
de la región (CSB, DT, EA, GE, HI, KI, MB, NJt, PE, QRMEX, SC, SJ, SJt y TB)
Melbourne Beach ( USA) y constituyen una población panmicta
Entre poblaciones 1.95 37.14 0.37 <0.001
San Felipe (suroeste Dentro de las poblaciones 3.31 62.86
II. Estructura hipotética: colonias de anidación del SWCUB constituyen una
cubano). unidad demográfica respecto a SFL (HI, MB, PE, NJt, SJt, KI y SC), NEFL-NC
(GE), NWFL (CSB, EA, SJ, y TB), DT y QRMEX
Entre regiones 2.38 39.38 0.39 <0.001
Entre poblaciones/ regiones 0.18 3.01 0.05 0.001
Al agruparse las muestras Dentro de poblaciones 3.46 57.61 0.42 <0.001
III. Estructura hipotética: colonias de anidación del SWCUB constituyen una
de las colonias de anidación unidad demográfica respecto a SEFL (HI, MB, PE, NJt y SJt), SWFL (KI y SC),
NEFL-NC (GE), NWFL (CSB, EA, SJ, y TB), DT y QRMEX
del suroeste cubano en una Entre regiones 2.02 36.91 0.37 0.002
Entre poblaciones/ regiones 0.18 3.22 0.05 0.54
población respecto a las Dentro de poblaciones 3.28 59.87 0.40 <0.001
Los tamaños efectivos de las poblaciones de anidación estimados según theta, ya sea por
el número de sitios segregativos o por la diversidad nucleotídica (π), son del mismo orden
de magnitud (ver Tabla 8). La población de anidación de Tortuguero es la excepción, i.e.,
el tamaño efectivo considerando theta a partir del número de sitios segregativos es
aproximadamente el cuádruplo. El tamaño efectivo estimado según theta a partir de la
actual de hembras es dos mil veces mayor que el tamaño efectivo ( θˆ π). Sólo en la
observada en la colonia
70 70
de anidación de
50 50
Guanahacabibes y la 30 30
población de anidación
Frecuencia modelada
convergencia. Cuando la 90 Quintana Roo1 95% confianza
contribución del 70
haplotipo CM-A5 se 50
modelo de expansión 10
Número de diferencias
no significación de la Fig. 12. Distribución desigual del número de diferencias observado entre
pares de haplotipos de poblaciones de anidación de C. mydas del
prueba de distribución Mediterráneo americano. El análisis se basó en haplotipos de la RNC del
mtDNA (ca. 490 pb). La N de las poblaciones con superíndices 1, 2 y 3 son según
desigual de frecuencias. Encalada et al. (1996), Allard et al. (1994) y Lahanas et al. (1998) respectivamente. La
distribución desigual representada en la población de anidación mexicana, excluye al
Sin embargo, la prueba haplotipo CM-A5.
Los tamaños efectivos de las poblaciones de anidación estimados según theta, son
mayores considerando la diversidad nucleotídica que el número de sitios segregativos en
la generalidad de los casos (ver Tabla 9), excepto en las poblaciones del noreste de la
RESULTADOS____________________________________________________________________________________________ 60
actual de hembras del noreste ca. el cuádruplo del tamaño efectivo ( θˆ π).
90
Dry Tortugas2 90
Florida noroeste1,2
70 70
50 50
30 30
Frecuencia relativa (%)
10 10
0 1 2 3 20 0 1 2 3 4 20 21
90
Cuba suroeste
Frecuencia modelada
95% confianza
70
50
30
10
0 1 2 3 4 5 6 18 19 20
Número de diferencias
Fig. 13. Distribución desigual del número de diferencias observado entre pares de haplotipos de poblaciones de
anidación de C. caretta del Mediterráneo americano. El análisis se basó en haplotipos de la RNC del mtDNA (ca. 380
pb). Los datos de las unidades demográficas con superíndices 1 y 2 son según Encalada et al. (1998) y Francisco y Bowen (2001) respectivamente.
integrada por el 4 3 3 27 28 56 57 1 48 1 2 3 3 15 1 18 16 17 5
2, 3 1 1
haplotipo CM-A5, Tortuguero Cuba suroeste Florida Quintana Roo
Fig. 14. Diagrama sobre las relaciones filogenéticas entre haplotipos y poblaciones
perteneciente al de anidación de C. mydas del Mediterráneo americano, estimadas con métodos de
linaje Atlántico reconstrucción sobre la base de matrices de distancia de secuencias de la RNC del
mtDNA (ca. 490 pb). Reconstrucción sobre la base del número neto de sustituciones nucleotídicas
Sur (Encalada et entre dos poblaciones (Nei & Li, 1979) y p estimada mediante el método Tamura (Tamura, 1992). Sólo se
indica aquel porcentaje de bootstrap mayor que 50 %. Los trazos continuos definen la divergencia entre
los haplotipos y los discontinuos entre las poblaciones. Los trazos oscuros representan haplotipos no
al., 1996), y la compartidos entre poblaciones de anidación y los grises, haplotipos compartidos por varias poblaciones
de anidación. La N de las poblaciones con superíndices 1, 2 y 3 son según Encalada et al. (1996), Allard
otra que incluye a et al. (1994) y Lahanas et al. (1998) respectivamente. dA/2, valor medio de aglomeración; T, tiempo de
divergencia.
todos los Haplotipos: CM-A1 – 4 (Allard et al., 1994); CM-A5 (Lahanas et al., 1994); CM-A15 – 18 (Encalada et al.,
1996); CM-A27 y 28 (Bjorndal y Bolten, inscritos en el GenBank 2001); CM-A48, 56 y 57 (Espinosa et al.,
haplotipos del inscritos en el GenBank 2003).
hipótesis nula de no
14
x
asociación geográfica es 48
1 se infiere un flujo
Haplotipos Clados de 1 – paso
restringido con aislamiento b) Clado Dc Dn Clado Dc Dn
L L
por distancia, a partir de la 1I 560.61 533.55
E
2 0 490.97
E
significación de las 18 0 453.57
E P
48 0 460.07
distancias que resultan: I–E 560.61
L
72.22
P P
larga para el segundo X2=23.26, p<0.001 1-1 I 543.41 1,818.83
2 – 3 – 4 (No)
haplotipo más
ampliamente distribuido y 3I 1,146.16 1,136.56
E
4 0 772.22
E
representado dentro del 15 0 951.57
I–E 1,146.16 274.67
clado y en el clado X2=12.47, p=0.15 1-2 I 1,138.88
P
2,096.72
P
Ho Aceptada
anidado, pequeña para el
haplotipo CM-A48 dentro 56 y 57 dentro de la misma población 1-3 I 0 1,650.71
del clado, y larga en
27 y 28 dentro de la misma población 1-4 I 0 1,650.71
cuanto a la distancia
P P
13I 0 4,306.12
media entre las posiciones 14
E
0 2,870.75
E
16 0 9,569.17
internas menos las E L
17 0 9,985.22
P
externas dentro del clado I–E 0 -3,796.46
L L
X2=12.00, p=0.008 1-5 I 6,379.44 8,816.07
anidado. En el clado 1 – 5 2 – 3 – 5 – 6 – 7 – 8 (Sí) X2=143.23, p<0.001
2 – 3 – 5 – 15 (No)
también se infiere un flujo
Fig. 15. Análisis filogeográfico de clados anidados del linaje de C. mydas
genético restringido representado en poblaciones de anidación de los mediterráneos
comprometido en el americano y del Viejo Mundo, sobre la base de haplotipos de la RNC del
mtDNA (ca. 490 pb).
espacio con alguna a) Árbol de haplotipos con diseño de clados anidados.
b) Resultados del NCPA.
dispersión, que abarcó Cuadrado, identifica al haplotipo ancestral; círculo, identifica al iésimo haplotipo; –
representa una mutación, con un cuadrado una transversión y con un asterisco (*), una
largas distancias sobre adición (CAATGG); figuras geométricas con líneas finas indican la relación entre haplotipos
mediada por una mutación; con líneas gruesas indican 1 paso entre los clados, equivalente
al total del cladograma. El tamaño de las figuras geométricas es proporcional a la
áreas intermedias no representatividad del haplotipo. Dc y Dn, distancias promedio dentro del clado y en el clado
anidado respectivamente; I y E, posición interna o externa del clado; I – E, distancia
ocupadas por la especie, o promedio entre los clados interior menos exterior dentro de un clado anidado; superíndices
P y L, junto con datos sombreados, indican que la distancia es significativamente pequeña o
en el tiempo con un flujo larga. En el lugar de cada Ho rechazada se refieren números correspondientes al empleo de
la clave de inferencia biológica según Templeton (2004). Haplotipos: CM-A1 – 4 (Allard et
al., 1994); CM-A13 – 18 (Encalada et al., 1996); CM-A27 y 28 (Bjorndal & Bolten, inscritos
en el GenBank 2001); CM-A48, 56 y 57 (Espinosa et al., inscritos en el GenBank 2003).
RESULTADOS____________________________________________________________________________________________ 64
Entre las poblaciones de anidación se reconocen cinco agrupaciones, de las cuales los
grupos distintivos de poblaciones de anidación de la península de la Florida y el
Mediterráneo americano divergen dos veces más reciente que cuando ocurrió la
diversificación de los haplotipos dentro de cada linaje (ver Fig. 16). Las agrupaciones de
poblaciones de anidación sureñas y norteñas dentro del grupo de la península de la
Florida divergen en el mismo orden en que los haplotipos divergieron dentro de cada
linaje. Las demás poblaciones de anidación divergen antes de la diversificación de los
haplotipos dentro de cada linaje. Las poblaciones de anidación norteñas y sureñas de la
península de la Florida están separadas por una dA=0.74%, a partir de la cual fue
estimado un tiempo de divergencia en el orden de los 440 000 A. Dentro de cada
agrupación latitudinal, las poblaciones de anidación están separadas por una dA=0.52%
mucho mayor entre las poblaciones de anidación norteñas respecto a la dA=0.02%
RESULTADOS____________________________________________________________________________________________ 65
0.06
100,000
0.12
78%
200,000
0.18
0.24 300,000
0.30
400,000
0.36
500,000
0.42
1.12 1,300,000
1.12 1,300,000
0.42
500,000
0.36
400,000
0.30
0.24 300,000
0.18
200,000
0.12
100,000
0.06
2 3 8 10 9 2 10 9 2 8 12 10 2 3 5 7 10 11 13 20 2 3 7 2 2 3 7
Fig. 16. Diagrama sobre las relaciones filogenéticas entre haplotipos y unidades demográficas de C. caretta del
Mediterráneo americano, estimadas con métodos de reconstrucción sobre la base de matrices de distancia de
secuencias de la RNC del mtDNA (ca. 380 pb). Reconstrucción sobre la base del número neto de sustituciones nucleotídicas entre
dos poblaciones (Nei & Li, 1979) y p estimada mediante el método Tamura (Tamura, 1992). Sólo se indica aquel porcentaje de bootstrap mayor
que el 50 %. Los trazos continuos definen la divergencia entre los haplotipos y los discontinuos entre las poblaciones. Los trazos oscuros
representan haplotipos no compartidos entre poblaciones de anidación y los grises, haplotipos compartidos por varias poblaciones de anidación.
La N de las unidades demográficas con superíndices 1, 2 y 3 son según Encalada et al. (1998), Francisco et al. (1999) y Francisco & Bowen
(2001) respectivamente. dA/2, valor medio de aglomeración; T, tiempo de divergencia.
Haplotipos: CC-A1 – 10, Encalada et al. (1998); CC-A11 – 14, Bolten et al. (1998); CC-A20, según Bowen (inscrito en el Archie Carr Center).
RESULTADOS____________________________________________________________________________________________ 66
a)
9 12 2-1
1-1 1-3
1-2
3 1-5 2-2
5 6 7 8 10 4 11
13 20 14
x x
1-4
16
2 1
E E
9 1-2 506.40 4,375.78
10 I 2,764.42 2,640.45
E
12 0 1,524.73
I–E 2,764.42 1,115.73
E P P
X2=5.45, p=0.58 1-3 2,560.18 4,735.53
L L
Ho aceptada I–E 3,742.99 1,166.92
E L L
X2=40.34, p=0.25 2-1 5,795.40 5,218.58
1 I
893.69 892.37 1 – 2 – 3 – 4 (No)
11I 0 607.26
P P
X2=7.76, p=0.82 1-4I 891.51 1,234.04
Ho aceptada
P L
4I 0 4,629.69
E P L
14 666.54 5,343.98
P S
I–E -666.54 -714.29
E L L
X2=19.00, p<0.001 1-5 4,968.46 5,125.71
1 – 19 (No) I – E -4,076.95P -3,891.67P
E P P
X2=191.27, p<0.001 2-2 1,543.12 3,203.00
2
1 – 2 – 11 (Sí) – 12 (No) X =304.40, p<0.001
1 – 2 – 11 (Sí) – 12 (Sí)
Fig. 17. Análisis filogeográfico de clados anidados de los linajes de C. caretta representado en poblaciones de
anidación de los mediterráneos americano y del Viejo Mundo, sobre la base de haplotipos de la RNC del mtDNA
(ca. 380 pb).
a) Árbol de haplotipos con diseño de clados anidados.
b) Resultados del NCPA.
Para interpretar la simbología y nomenclatura ver Figura 14. Haplotipos: ver Figura 15.
RESULTADOS____________________________________________________________________________________________ 68
V. DISCUSIÓN.
V.1 Análisis de secuencias.
El alto porcentaje de transiciones que se encuentra en las secuencias de la primera mitad
de la RNC del mtDNA, ha sido informado para C. mydas (Lahanas et al., 1994; Encalada
et al., 1996), C. caretta (Encalada et al., 1998; Laurent et al., 1998), E. imbricata (Frías et
al., 2006; Bowen et al., 2007) y otras especies marinas (Brown et al., 1993; Wenink et al.,
1994) y particularmente, para la RNC del mtDNA en póngidos (Brown et al., 1982), el
hombre (Tamura & Nei, 1993) y en roedores (Brown et al., 1986). Una proporción similar
también ha sido informada para el DNA nuclear (Anagnostopoulos et al., 1999; Graur & Li,
2000; Nachman & Crowell, 2000) y para pseudogenes en varias especies (Graur & Li,
op.cit.; Nachman & Crowell, op.cit.). Existen dos vías principales por las cuales ocurren las
mutaciones puntuales (Topal & Fresco, 1976). En la primera, las transiciones devienen de
asociaciones erróneas de purina – pirimidina, y pueden ocurrir en cualquier cadena. En la
segunda, las transversiones devienen de asociaciones erróneas purina – purina, y sólo
pueden ocurrir si la purina reside en la cadena molde. Por consiguiente, si la transversión
tiene baja probabilidad de ocurrencia, entonces, cuando aparece, debe ser diagnóstica
como ocurre en el haplotipo CM-A36 y entre linajes de C. mydas, en los haplotipos CC-
A18, 23, 40 y 47 de C. caretta, y EI-ABI1 y EI-EATL1 de E. imbricata (Bowen et al., 2007).
C. mydas presenta una distribución similar de mutaciones en los dos linajes de la cuenca
atlántica a diferencia de C. caretta, en la que predominan los cambios diagnósticos de
forma general (de haplotipos, haplotipos dentro de linajes y entre linajes (ver Figs. 6 y 8).
Los linajes de la cuenca atlántica de C. caretta no están relacionados naturalmente, es
decir, no comparten un ancestro común como sucede en C. mydas. Por consiguiente,
entre estos linajes pueden ocurrir homoplasias y fijarse un mayor número de mutaciones,
apareciendo transversiones e indels diagnósticos de linajes en la medida en que
aumenten las distancias evolutivas entre éstos como sucede en roedores (Brown et al.,
1986). Este argumento ha sido la única razón sólida para explicar el por qué hay mayores
cambios, incluso transversiones etc. en C. caretta respecto a C. mydas. Realmente estos
DISCUSIÓN______________________________________________________________________________________________ 72
Entre la generalidad de las colonias de anidación analizadas del Atlántico Sur también se
ha encontrado estructura genética significativa para ambas especies, con la excepción en
C. mydas de los pares de colonias de anidación de las islas Guinea Bissau – Ascensión,
Ascensión – Bioko y Príncipe – Sao Tomé. En el primer caso, la posible causa se cree que
fue por un aislamiento reciente (Encalada et al., 1996); en el segundo, la colonización
reciente de la Isla de Bioko (Formia et al., 2002a); y en el tercero, el resultado de los fallos
a la conducta de reproducción en el lugar de origen (Formia et al., op.cit.). Similar
estructuración genética poblacional ha tenido lugar dentro de la cuenca indopacífica
(Norman et al., 1994; Moritz et al., 2002), donde sólo las colonias de anidación de C.
mydas del Cabo Noroeste del continente australiano y las de las islas Lacepede, cercanas
a éste, no están estructuradas significativamente, probablemente como consecuencia de
DISCUSIÓN______________________________________________________________________________________________ 77
hayan tenido cierto éxito en la colonización de tierras templadas de las altas latitudes
americanas durante los períodos interglaciales, debido al desafío además de largas
distancias, de temperaturas menos cálidas al sur de África. El efecto fundador de este
nuevo linaje sería más apreciable en las áreas no ocupadas por C. caretta (altas latitudes),
que en donde hubieran existido colonias de anidación previamente establecidas
correspondiente al linaje vicariante. Una vez asentado el nuevo linaje tanto al oeste como
al este de la península de la Florida, comenzó una introgresión entre las colonias de
anidación donde ambos linajes se encuentran en frecuencia mayoritaria, dando lugar al
surgimiento de una clina geográfica latitudinal. Estos eventos han ocurrido paralelamente
en ambas costas, lo cual ha provocado falta de estructura genética significativa entre
algunas de las colonias de anidación del noroeste y noreste de la Florida, y entre todas las
colonias del suroeste y sureste. Razón por la cual, la prueba de Mantel no da significativa
cuando se aplica a todas las colonias de USA sin distinción de costa. No obstante,
Encalada et al. (1998) plantean que la relocalización de ovíferas a grandes distancias
puede explicar el alto estimado de migración entre las poblaciones de sitios opuestos de la
península. Sin embargo, los eventos de relocalización mejor documentados han ocurrido
entre playas de anidación adyacentes involucrando unas pocas decenas de kilómetros,
mientras que las que ocurren a largas distancias son menos frecuentes (Richardson,
1982). En estudios de marcación se evidencian movimientos ocasionales de ovíferas entre
playas de anidación (Bjorndal et al., 1983; Dodd, 1988), acentuándose las conductas
filopatría y fidelidad por el sitio de anidación de la especie en tiempo ecológico. La similitud
de la distribución de haplotipos entre playas de anidación ampliamente separadas, quizás
sea un remanente de un proceso histórico de colonización que un indicio de un una
migración paulatina.
anidación durante las glaciaciones. Incluso en las colonias de anidación del suroeste
cubano de C. caretta, especie con bajo endemismo en las colonias de anidación y menor
fidelidad por el sitio de anidación, se presenta un haplotipo endémico (CC-A12). El hecho
de que en C. caretta se haya probado una conducta migratoria transoceánica (Bowen et
al., 1995; Bolten et al., 1998) y exista una menor distribución de colonias de anidación en
la cuenca atlántica respecto a C. mydas y E. imbricata, y que estas colonias están
próximas a los circuitos principales de corrientes marinas, podría ser una consecuencia de
que esta especie hace su ciclo de vida a merced de las corrientes marinas. Quizás sea
esta conducta errante la razón por la que falle más a la conducta de reproducción en el
lugar de origen y exista una amplia distribución de haplotipos en contraposición con el
endemismo.
Tomé constituye probablemente una población fuente (Formia et al., 2002a), no sólo
porque presenta una alta diversidad haplotípica sino porque también es la más alejada de
las poblaciones del continente e islas adyacentes. Otras islas oceánicas, pero de la
cuenca pacífica como los atolones de la Micronesia (Norman et al., 1994; Moritz et al.,
2002) también exhiben un alto endemismo haplotípico y moderada representatividad de
individuos endémicos en C. mydas. En las islas Ogasawara (Japón) y Fragata Francesa
(Hawai), y en el Atolón de Mopelia (Polinesia Francesa), todos los haplotipos de C. mydas
son endémicos (Norman et al., 1994). El endemismo de estas islas está probablemente
relacionado además de con la condición de emergencia durante períodos interglaciales,
con un aislamiento geográfico respecto a las masas terrestres continentales, y a otras islas
con colonias de anidación establecidas. Otro argumento que ratifica esta explicación es
que los haplotipos identificados en las poblaciones de anidación de estas áreas
pertenecen a linajes raros poco diversificados y distribuidos (linajes remanentes).
Adicionalmente, estos haplotipos se diferencian por tres cambios como mínimo respecto al
posible ancestro del linaje más diversificado y distribuido de la cuenca indopacífica (datos
provenientes del análisis de los resultados de Norman et al. (op.cit.) y Moritz et al. (2002)).
En las colonia de anidación de C. caretta del archipiélago de Japón también existe un alto
endemismo haplotípico (Hatase et al., 2002), pero en este caso el endemismo se
corresponde con que estas áreas de anidación son las únicas dentro del circuito migratorio
de la especie. En E. imbricata, la generalidad de las poblaciones de anidación localizadas
en la islas del Mediterráneo americano también tienen alto endemismo haplotípico (Reece
et al., 2005).
en la isla de Poilao, más que con sus recientes orígenes; i.e. volcánico para Bioko (Aka et
al., 2001). Otros factores relacionados con la ausencia de haplotipos endémicos son la
proximidad de estas islas al continente y la vulnerabilidad de las poblaciones de C. mydas
presentes en ellas al impacto de la depredación humana (Formia et al., 2002a). De hecho,
los haplotipos representados en estas islas son de los más distribuidos en el linaje del
Atlántico Sur. El bajo porcentaje de endemismo haplotípico en islas alcanza su mayor
expresión en las islas continentales de la cuenca indopacífica ecuatorial. Éstas estuvieron
conectadas recientemente a tierras continentales de Asia o de Australia, durante la
glaciación del Pleistoceno (Brown & Lomolino, 1998).
Chelonia mydas muestra alta fidelidad por el sitio de anidación (Carr, 1967 & 1975;
Pritchard, 1976; Meylan et al., 1990; Limpus et al., 1992) al igual que C. caretta, aunque
esta última falla en el orden de los cinco kilómetros (Bjorndal et al., 1983; Limpus, 1985).
Sin embargo, cuando se analizan genéticamente las colonias de anidación de C. mydas y
C. caretta del suroeste cubano, no se encuentra estructura genética significativa, a pesar
de estar distantes en el orden de los cientos de kilómetros. Similarmente Chassin-Noria et
al. (2004) no encuentran estructura genética significativa para colonias de anidación de C.
mydas separadas en el orden de los 45 km en playas continentales de Michoacán.
Bjorndal et al. (2005) tampoco encuentran significación dentro de poblaciones de tortugas
en secciones de la playa de Tortuguero donde ocurre la anidación, separadas en el orden
de los 29 km. En C. caretta no se encuentra estructura genética significativa entre colonias
de anidación pertenecientes a una misma población de anidación distribuidas en un
DISCUSIÓN______________________________________________________________________________________________ 86
intervalo de 150 – 700 km (ver Encalada et al. (1998), Francisco & Bowen (2001) y Hatase
et al. (2002)). Chassin-Noria et al. (2004) considerando los resultados de Encalada et al.
(1996) y FitzSimons et al. (1997) concluyen que la conducta de reproducción en el lugar
de origen en C. mydas opera sólo a grandes escalas geográficas. En contraste, con el
empleo de minisatélites multilocus se encontraron bajos niveles de dispersión de las
ovíferas de C. mydas respecto a los sitios de anidación en Tortuguero (Peare & Parker,
1996), respaldados por una correlación negativa significativa entre la similitud genética por
pares de ovíferas y la distancia entre sus nidos, ya sea dentro de una o entre dos
temporadas. No obstante, Peare & Parker (op.cit.) encuentran altos niveles de dispersión
de ovíferas respecto a los sitios de anidación en Melbourne Beach, Florida. Mediante un
programa de marcación física realizado en esta localidad se demostró fidelidad por el sitio
de anidación dentro y entre épocas reproductoras (Johnson, 1994), por lo que Peare &
Parker (1996) concluyen que los altos niveles de dispersión de las ovíferas en Melbourne
(Florida) han sido consecuencias del aumento de la perturbación antrópica en relación al
continuo desarrollo del lugar.
Por consiguiente, para estudiar la fidelidad por el sitio de anidación de las ovíferas de
tortuga marina, a partir de un marcador molecular, se deben buscar loci hipervariables,
como los microsatélites, que permitan identificar a cada individuo mediante su genotipaje;
por lo que el marcador podría carecer de valor en estudios genéticos a nivel poblacional.
Igualmente sucedería en el caso de probar la filopatría de una especie de tortuga marina
en la colonia de anidación en un tiempo ecológico y no histórico, donde se impone la
limitante temporal en el esfuerzo de la medición, pues la media y la moda de remigración
son para C. mydas de 2.86±0.23 (Van Buskirk & Crowder, 1994) y 5 (Limpus et al., 1994c)
DISCUSIÓN______________________________________________________________________________________________ 88
años respectivamente y para C. caretta de 2.59±0.15 años (Dodd, 1988). Todo lo cual
determina la necesidad de grandes esfuerzos para probar la conducta de filopatría.
del linaje de C. mydas del Atlántico Sur (Formia et al., 2002a). Sin embargo, en las
poblaciones de anidación analizadas en ambas especies sólo se cumple para unas pocas
y durante el Pleistoceno, mucho antes de la última glaciación, excepto en las poblaciones
de C. caretta en Dry Tortugas y el noroeste de la Florida donde al parecer ocurrió
después. Consecuentemente, la actual distribución y representatividad de algunas
poblaciones de anidación de C. mydas y C. caretta podrían ser más antiguas que las
informadas por Encalada et al. (1996, 1998) respectivamente. La no correspondencia
entre la prueba de Fu y el modelo de expansión súbita en todos los casos, no proporciona
una dirección acertada sobre como estudiar la demografía histórica de las poblaciones de
anidación en estas especies. La distribución del número observado de diferencias entre
pares de haplotipos mediante el modelo de expansión súbita (Rogers & Harpending, 1992)
es menos potente que la prueba de Fu (Ramos-Onsins & Rozas, 2002), a pesar de que
ésta tiene un comportamiento mejor en muestras grandes (Fu, 1997). No obstante,
¿podrían las poblaciones de C. mydas y C. caretta del Atlántico Norte ajustarse al modelo
de expansión súbita? Si el marcador molecular es selectivamente neutral debe esperarse
que poblaciones en equilibrio no estén bajo selección o que las fuerzas evolutivas estén
compensadas. Es por esto que, si existiera migración no tendría efectos significativos
sobre la distribución de las frecuencias génicas, i.e. una población fuente cuasicerrada. La
historia natural de las tortugas marinas, apoyada por los resultados filogenéticos y
filogeográficos, se basa en un efecto de colonizaciones y recolonizaciones.
Consecuentemente la(s) huella(s) de las fluctuaciones demográficas puede(n) ser
borradas como ha ocurrido en algunas poblaciones de la especie humana (Excoffier &
Schneider, 1999). Los resultados relacionados con el F- Φ ST indican que la diferenciación
entre las poblaciones de anidación de C. mydas y C. caretta se debe a la distribución
(redistribución) de los genes dentro de la población, más que a los cambios de éstos
(mutación). Por consiguiente, la migración ha sido la principal fuerza evolutiva que trazó
los genes en las poblaciones de anidación de estas especies. Esta fuerza evolutiva se
demuestra por fallos históricos en el retorno hacia los sitios natales de reproducción.
Durante el intervalo de remigración una hembra de tortuga marina puede viajar miles de
kilómetros (Luschi et al., 2003). Si esta hembra falla al retornar a su sitio de anidación,
podría contribuir genéticamente a alguna de las colonias de anidación cercanas dentro de
DISCUSIÓN______________________________________________________________________________________________ 90
su ruta de migración. Sin embargo, las colonias de anidación tienen algún grado de
endemismo, sobre todo en C. mydas, y en las colonias de anidación localizadas en las
islas, y sus procesos evolutivos se han ajustado al modelo de flujo genético pasarela
(aislamiento por distancia dentro de grupos según Reece et al., 2005). Estas evidencias
demuestran que los fallos a la filopatría están sesgados con la distancia. Si la ovífera no
encuentra condiciones mínimas para anidar en el área donde nació entonces buscará otra
área de anidación cercana. Estos fallos pueden ser considerados una consecuencia de la
supervivencia más que fallos inherentes a la conducta de reproducción en el lugar de
origen de la especie. De hecho, Encalada et al. (1996) dudaron de la capacidad de
supervivencia de C. mydas y C. caretta en áreas de anidación en altas latitudes durante
los períodos de glaciación, donde no anida E. imbricata ni en la actualidad (Mortimer &
Donnelly, 2007). No obstante, los fallos a la filopatría ocurren e.g., las variaciones clinales
no sólo de C. caretta en la península de la Florida, sino la del haplotipo CM-A5 de C.
mydas, cuya frecuencia aumenta con la disminución en la latitud y por consiguiente, con la
disminución de la distancia geográfica entre las poblaciones de anidación considerando la
población fuente de Surinam (ver Lahanas et al. (1994) y Encalada et al. (1996)). Teniendo
en cuenta todo lo anteriormente dicho, no debe de esperarse que el modelo de expansión
súbita se ajuste para las poblaciones de anidación de C. mydas y C. caretta bajo los
escenarios demográficos siguientes: I) un fuerte evento fundador de los haplotipos más
distribuidos y mejor representados en cada uno de los linajes; II) redistribución de
individuos como consecuencia de cambios drásticos que ocurrieron durante el
Pleistoceno; III) una ruptura de las colonias como consecuencia de la colonización
europea y IV) una combinación de todos los escenarios anteriores.
La elección del haplotipo CM-A1 como ancestro del linaje de C. mydas de los
mediterráneos americano – viejo mundo y costa atlántica de la península de la Florida,
contrasta con el hecho de que el haplotipo CM-A3 es el más distribuido y representado en
las poblaciones de anidación del Mediterráneo americano. El número de cambios
significativamente alto entre los haplotipos externos y CM-A1, al igual que la posición
intermedia del mismo considerando los otros dos centros de diversificación, han influido en
la identificación de este haplotipo como ancestro del linaje. En el linaje análogo de C.
caretta, la identificación del haplotipo ancestral fue sencilla porque existe un solo centro de
diversificación. Sin embargo, en el otro linaje el análisis es más complejo porque existen
tres centros de diversificación y sólo el haplotipo CC-A1 está ampliamente distribuido y
representado. Considerando que este linaje tiene una amplia distribución en las altas
latitudes, disminuyendo su representatividad hacia las zonas subtropicales, que ha sido un
colonizador reciente, y que su diversificación muestra claramente dos sub-linajes (Bowen
& Kart, 2007) a partir de los cuales ocurrió la derivación de los haplotipos concomitantes
en el tiempo; el haplotipo ancestral dentro de éste debe ser aquel que tenga una posición
intermedia e interna, i.e. el haplotipo CC-A11.
Resulta interesante que en la cuenca del mar Mediterráneo sólo se encuentren haplotipos
de los linajes del Mediterráneo americano para ambas tortugas marinas, lo cual concuerda
con el sistema de corrientes marinas (corrientes de la Florida, el Golfo y las de Azores y
Portugal, además de las corrientes de Canarias y contracorriente Subtropical), que
conecta ambos mediterráneos después de la constitución del istmo de Panamá. En C.
mydas son endémicos, mientras que en C. caretta se comparten en su mayoría con el
Mediterráneo americano. No es de extrañar la representación del mismo linaje en C.
mydas porque en el Mediterráneo americano es evidente la presencia histórica del linaje
homónimo, con recientes colonizaciones del linaje Atlántico Sur cuyo aporte es
DISCUSIÓN______________________________________________________________________________________________ 93
– península de la Florida debió ser concomitante con la colonización de la cuenca del mar
Mediterráneo (Bowen et al., 1993; Encalada et al., 1998). Esto se corrobora con la baja
diversidad genética de las colonias establecidas en estas latitudes como consecuencia de
sucesivos cuellos de botellas (Bowen et al., op.cit.; Encalada et al., op.cit.). Considerando
la hipótesis filogeográfica de Encalada et al. (1998), surge la interrogante de por qué, si el
linaje Atlántico – península de la Florida sólo se presenta con radiación exitosa en las
colonias de latitudes más altas y estaba establecido previamente en la cuenca atlántica,
no fue el colonizador de la cuenca del mar Mediterráneo. Sólo queda pensar en que una
vez concluida la Glaciación de Würm, cuando el mar comenzó a reestablecer los niveles
actuales, hubo un gran influjo hacia el mar Mediterráneo que arrastró numerosos
migrantes correspondientes a las colonias de anidación posicionadas en mejores
condiciones en el Mediterráneo americano y por consiguiente, con mayores tamaños
poblacionales. Estos debieron pertenecer probablemente al haplotipo más distribuido y
representado, también ancestro del linaje mediterráneos americano – Viejo Mundo. Esta
explicación concuerda con la presencia actual del haplotipo CC-A1 en las pesquerías del
mar Mediterráneo, luego de aumentar los tamaños censales en las colonias de anidación
norteñas del Mediterráneo americano. En C. mydas debió ocurrir de forma similar, pero
como es una especie más tropical debió experimentar una baja tasa de supervivencia, que
por deriva fijó aleatoriamente algún haplotipo representado en los migrantes.
Las colonias de anidación que conforman a estas poblaciones, al igual que otras
poblaciones de tamaño discreto, han funcionado como reservorios genéticos durante
eventos que han provocado la extirpación de grandes poblaciones de anidación como
sugiere Lahanas et al. (1994) para C. mydas. Consecuentemente, deben recibir igual
atención en los programas de conservación de estas especies, aunque los tamaños
censales de ovíferas de las poblaciones de anidación cubanas no clasifiquen entre los
más representativos de las áreas de anidación de la cuenca atlántica según Dodd (1988) y
Seminoff (2002).
Algunos de los haplotipos endémicos de la población del suroeste cubano eran de origen
desconocido (C. mydas: CM-A48 según Bagley (2003); CM-A27 y 28 según Bjorndal &
Bolten (inscritos en el GenBank 2001); C. caretta: CC-A12 (Bolten et al., 1998). Los
haplotipos de C. mydas fueron encontrados en áreas de desarrollo del este central de la
Florida por Bagley (2003), y el de C. caretta en similares áreas pero de Madeira por Bolten
et al. (1998). Los haplotipos CM-A27 y 28 también se encontraron en áreas de forrajeo en
Carolina del Norte (Bass, 1999). Conociéndose la población de anidación a la que
pertenecen estos haplotipos se podrá calcular de forma más realista la contribución de las
poblaciones de anidación a los hábitat marinos de agregación de estas especies, algunos
de éstos usados consultivamente (Campbell, 2003). Consecuentemente, este resultado
también contribuye además de al conocimiento del nicho, al de la ruta migratoria de
cualquier individuo identificado con un haplotipo endémico cubano durante su ciclo de vida
en el Mediterráneo americano. Todo esto provee una oportunidad para la colaboración
científica nacional e internacional y para el manejo sostenible de estas especies y sus
hábitat.
Finalmente, los resultados de este trabajo también aportan información útil para el diseño
de áreas marinas protegidas (MPAs) en Cuba encaminadas a la conservación de estas
tortugas marinas en declive (Seminoff, 2002), integrando los hábitat que usa en función del
nicho y considerando el potencial evolutivo de sus demos dentro del genofondo de la
metapoblación regional. Estos criterios también son relevantes para el diseño de MPAs
(Bowen & Roman, 2005), aunque la generalidad de éstas son planeadas siguiendo sólo
DISCUSIÓN______________________________________________________________________________________________ 96
VI. CONCLUSIONES.
1. Las colonias de anidación de C. caretta y C. mydas del suroeste de Cuba
constituyen una población panmicta, como consecuencia de un amplio flujo
absoluto de migrantes (fallos a la conducta de reproducción en el lugar de origen en
tiempo histórico y ecológico) dentro de áreas geográficas con historia y patrones
físicos comunes, por consiguiente el archipiélago de los Canarreos y la península
de Guanahacabibes deben de tenerse en cuenta como una unidad territorial para el
diseño de áreas protegidas marinas en función de la conservación de las tortugas
marinas.
2. Las poblaciones de anidación de C. caretta y C. mydas del suroeste de Cuba
muestran estructura genética significativa respecto a las poblaciones de anidación
del Mediterráneo americano, como consecuencia de un flujo de migrantes
restringido entre colonias de anidación vecinas (fallos históricos a la conducta de
reproducción en el lugar de origen, que llegan a describir clinas) en
correspondencia con el modelo evolutivo pasarela, por lo que constituyen
identidades poblacionales con independencia en el tiempo ecológico, que deben ser
manejadas particularmente para evitar pérdida de la variabilidad genética dentro de
cada especie.
3. Las poblaciones de anidación de C. caretta y C. mydas del suroeste de Cuba tienen
un endemismo relativamente alto, mayor en C. mydas, porque a pesar de que las
especies fallan a la conducta de reproducción en el lugar de origen, los fallos suelen
ser más frecuentes en áreas costeras continuas (continentales), afectadas por
patrones oceanográficos comunes, que entre áreas discontinuas (islas), que no
formaron partes de otros territorios durante los períodos interglaciales del
Pleistoceno.
4. La población de anidación del suroeste de Cuba de C. caretta presenta alta
diversidad genética en comparación con las demás poblaciones de la cuenca
atlántica, mientras que la de C. mydas sólo tiene alta diversidad haplotípica, como
consecuencia de dispersiones de los haplotipos más distribuidos y representados
de los linajes, que constituyeron fallos históricos a la conducta de reproducción en
el lugar de origen que han “borrado” las huellas de expansiones demográficas. La
baja diversidad nucleotídica en la población de anidación de C. mydas es
CONCLUSIONES__________________________________________________________________________________________ 98
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