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ELOY ALFARO
La Revolución liberal de Ecuador fue un proceso de transformación política
y económica dentro de la República del Ecuador que estalló el 5 de junio de
1895 en la ciudad de Guayaquil con el desconocimiento del gobierno
nacional por parte de las autoridades locales, provocando un
enfrentamiento bélico entre los liberales —en su mayoría provenientes del
litoral— y los conservadores —cuyo bastión se ubicaba en las ciudades de
la serranía—, iniciando así la guerra civil ecuatoriana, tras la cual
posteriormente fueron derrocados los gobiernos sucesores al garcianismo,
y se impusieron los gobiernos liberales.
Alfaro ocupó la presidencia ecuatoriana desde el 17 de enero de 1897
hasta el 31 de agosto de 1901, período conocido como «el primer
alfarismo», en la cual se priorizó la construcción del Ferrocarril Andino que
debía servir de enlace entre las ciudades de Guayaquil y Quito, el
progresivo aislamiento de la Iglesia católica con respecto al poder.
Realizó muchas obras sociales, educativas y económicas. Estableció el
laicismo. Abolió la pena de muerte. Libertad de enseñanza religiosa de
conciencia. Brindó la superación de la mujer. Realizó la vía férrea.
Estableció el Registro Civil. Eloy Alfaro ejerció la jefatura suprema hasta el
17 de enero de 1897. En este año y medio, la revolución cabalgó sobre un
potro de tormentos nacidos del espíritu conciliador y de la prudencia
reformista de Alfaro, de las exigencias de cambios drásticos pedidos por la
impaciencia de los radicales, de la subversión de los conservadores, de la
violencia del clero y de la represión y ambiciones de los propios alfaristas.
El golpe militar de Eloy Alfaro contra el presidente Lizardo García influyó
para que los dos primeros años de la segunda presidencia del Viejo
Luchador fueran perturbados por la oposición de los liberales placistas y de
los conservadores. Lo más notable de este segundo período fue la
consolidación del laicismo, la llegada del ferrocarril a Quito y la unión
nacional en torno al conflicto bélico con el Perú. El 9 de diciembre de 1906,
el general conservador Antonio Vega Muñoz levantó a Cuenca contra
Alfaro. Vega esperaba refuerzos conservadores de otras provincias de la
Sierra. Fue derrotado por el general liberal Ulpiano Páez en Ayancay, entre
Azuay y Cañar. Vega murió de un balazo cuando entraba a pie en Cuenca
como prisionero de las tropas alfaristas. Los gobiernistas dieron la versión
de que Vega se había suicidado; pero lo más probable es que fue
asesinado.