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Base Juridica para La Clasificacion PDF
Base Juridica para La Clasificacion PDF
Introducción _________________________________________________________ 1
Concepto y definición del arancel de aduanas ________________________________ 2
Manejo del arancel de aduanas ___________________________________________ 2
Definición de la clasificación arancelaria ___________________________________ 3
Naturaleza y marco juridíco de la clasificacion arancelaria de mercancias __________ 3
Ente competente para la expedicion de las clasificaciones arancelarias ____________ 4
Recursos de ley contra los actos que expiden una clasificacion arancelaria _________ 8
Recursos contra actos de la administracion aduanera previstos en convenio de kyoto 10
Fallo del Consejo de Estado de Colombia sobre una clasificacion arancelaria _______ 12
Vigencia, efectos y aplicación de las clasificaciones arancelarias ________________ 15
Importacion con clasificación arancelaria __________________________________ 16
Importación sin clasificacion arancelaria___________________________________ 16
Responsabilidad de quien declara la subpartida arancelaria ____________________ 17
Efectos hacia el pasado de la clasificacion arancelaria ________________________ 17
La clasificación arancelaria en Comunidad Andina de Naciones (CAN) ____________ 19
Recomendaciones internacionales sobre la expedición de clasificaciones arancelarias de
mercancías__________________________________________________________ 21
Conclusiones ________________________________________________________ 21
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La naturaleza jurídica aduanera de la clasificación de mercancías
Introducción
Para la mayoría de nuestros países con unas claras excepciones, el manejo del arancel de
aduanas tiene serías implicaciones en los ingresos del Estado, por cuanto los impuestos que se
generan por concepto de las importaciones son muy representativos desde el punto de vista fiscal,
dado que cuando se define un gravamen para una determinada mercancía (5%-10%-15%), este
tiene un efecto determinante respecto de la subpartida arancelaria donde se clasifique la misma,
por cuanto en un momento determinado la subpartida anterior o posterior dentro de una misma
partida de un capítulo y aún en capítulos diferentes, ello puede generar una reducción o un
incremento de los ingresos para el Estado, por cuanto al existir unas diferencias variables en el
gravamen, valga el ejemplo que la partida 87.03.00 tenga un 5% ad-valórem, la 87.02.00, tenga
el 10% ad-valórem y la 87.04.00 tenga 15% ad-valórem y la mercancía aparentemente pueda
clarificarse en cualquiera de estas tres subpartidas, ello puede inducir al usuario aduanero de
buena ó mala fe a ubicar su mercancía por una subpartida que pague menos tributos, lo cual
afecta el ingreso para el Estado e induce a que se evadan tributos aduaneros a través de una
práctica distorsionada y equivocada de la clasificación arancelaria de una mercancía.
Lo anterior sin tener en cuenta los efectos colaterales que pueda tener la clasificación arancelaria
de una mercancía, como sería el que goce de unos determinados incentivos, por ejemplo, si se
trata de un bien de capital, o que tenga restricciones legales como la importación controlada de
ciertas materias primas que puedan utilizarse con otros fines diferentes etc.
Es por esta razón intentamos aproximarnos al tema, para efectos de generar las inquietudes que
el mismo trae, y se pueda tener un criterio uniforme nacional e internacionalmente en cuanto a la
clasificación arancelaria de las mercancías, que como consecuencia de tan importante foro
iberoamericano puedan generarse.
Es un instrumento de política aduanera por medio del cual se establece un gravamen a las
mercancías objeto del comercio internacional, clasificadas en forma ordenada, científica y
sistemática dentro de un sistema de nomenclatura.
El Arancel de Aduanas en cada país debe ser expedido por el órgano competente para que tenga
sus efectos legales sobre los usuarios aduaneros, por lo cual puede ser a través de una ley, un
decreto, una resolución etc., que esté representa por el poder legislativo o el ejecutivo.
Como función de las administraciones o direcciones de aduanas tenemos que les corresponde
básicamente el manejo de las importaciones y exportaciones, que comprende todos los trámites
de carácter administrativo y el recaudo de los tributos o impuestos aduaneros. Sin embargo, una
función determinante en el proceso de importación o exportación, tanto para la administración de
aduanas como para los usuarios importadores o exportadores, es la determinación de la partida y
la subpartida arancelaria en la cual se clasifique la mercancía, por los efectos que ello conlleva,
tales como el gravamen y los impuestos complementarios que se originen por clasificarse la
mercancía en una determinada subpartida arancelaria, así como las restricciones a que se
encuentre sometida la importación o los beneficios de que goce a través de un acuerdo comercial
etc.
Hay que establecer necesariamente el marco legal dentro del cual debe enmarcarse la clasificación
arancelaria, para efectos de que dicho acto administrativo que produce efectos legales para la
administración como para el administrado, tenga un debido proceso en cuanto a su expedición,
recursos, efectos legales, etc., razón por la cual intentamos presentar un esquema sobre dicho
procedimiento normativo, que puede ser uniforme para los diferentes países que utilizamos como
nomenclatura el sistema armonizado y con el fin de obtener que dichas clasificaciones a más de
ser uniformes, tengan un carácter vinculante para los países con quienes se tengan acuerdos o
convenios internacionales y regionales etc..
a la que se esperaba, por lo cual dicho acto debe gozar del debido proceso, es decir, que contra él
se puedan interponer los recursos que la normativa aduanera haya previsto.
La clasificación arancelaria se debe expedir a través de un acto oficial que puede ser un decreto,
una resolución etc., en el cual se den las explicaciones técnicas y se describa claramente el
producto para su correcta identificación y concluya cual es la subpartida arancelaria por la que se
clasifica.
Modelo ejemplo de los formatos que en Colombia se utilizan para efectuar la solicitud de
clasificación arancelaria ante la dirección de aduanas–división de arancel:
DIAN
DIRECCIÓN DE IMPÚESTOS SOLICITUD DE CLASIFICACIÓN
Y ADUANAS NACIONALES ARANCELARIA A PETICIÓN DE PARTICULAR
REPUBLICA DE COLOMBIA
Señor
DIEGO GÓMEZ CASTAÑO
JEFE DIVISIÓN DE ARANCEL DIAN
NOMBRE O RAZÓN SOCIAL DEL SOLICTANTE: NIT Ó C.C
SIGN PRODUCTS
– SINGPRO LTDA. 800.235.466-1
DIRECCIÓN TELEFONOS CIUDAD
CARRERA 31 No 71A-06 5495282 BOGOTÁ D.C.
NOMBRE TÉCNICO
MÁQUINA GRAPHTEC CE–2800
NOMBRE COMERCIAL
PLOTTER DE CORTE
DESCRIPCIÓN Y CARACTERÍSTICAS:
COMPOSICIÓN:
USOS O APLICACIONES:
CORTE PARA HACER ROTULACIÓN SOBRE VINILOS AUTOADHESIVOS PLÁSTICOS
PRINCIPLAMENTE.
INFORMACIÓN ADICIONAL: SOLICITANTE:
Una vez que se solicita la clasificación arancelaria se expide a través de una resolución, como se
puede apreciar en el ejemplo que a continuación se transcribe.
CONSIDERANDO
Que el Gobierno nacional, mediante el artículo 236 de Decreto 2685 de 1999, facultó a la
Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales para expedir Clasificaciones Arancelarias a Solicitud
de Particulares.
Que con los Artículos 154 y siguientes de la Resolución 4240 de 2000, modificado por la
Resolución 7002 del 2001 la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales reglamentó la
presentación de trámite de las citadas clasificaciones.
Que mediante Resoluciones Nos. 5182 y 5123 de 2000 se reguló el servicio especial para las
clasificaciones arancelarias a petición de particulares y se fijó el precio de las mismas.
Que la empresa Sign Products – Signpro Ltda, Nit. No 800.235.466-1, mediante formato radicado
con el No 7961 de febrero 2 del 2005, presentó solicitud para la clasificación arancelaria del
producto denominado técnicamente MAQUINA CORTADORA GRAPHTEC y comercialmente
“PLOTTER DE CORTE”.
Que el solicitante canceló la suma de ciento noventa y un mil pesos m/cte ($191.000), con un
comprobante de pago de enero 31 del 2005 del Banco de Bogotá.
RESUELVE
Artículo 2°. Notificar al (a) señor (a) Guillermo Ordoñes A. Identificado (a) con Cédula de
ciudadanía 19.468.474, en la Carrera 31 No 71A-06 Bogotá – Cundinamarca, de conformidad con
los artículos 563 y siguientes del Decreto 2685 de 1999, modificado por el Decreto 1232 de 2001,
informándole que contra la presente Resolución no procede recurso alguno en la vía gubernativa.
(Lo destacado no es del texto).
Artículo 3°. Una vez en firme la presente providencia, por medio del Grupo de Notificaciones de la
División de Documentación de la Subsecretaría de Recursos Físicos, remítase copia o fotocopia a
las Administraciones de Impuestos y Aduanas o de Aduanas de país, a la División de Relatoría de
la Oficina Jurídica y a la División de Arancel de la Subdirección Técnica Aduanera, para lo de sus
competencias.
Recursos de ley contra los actos que expiden una clasificación arancelaria
Como decíamos, la clasificación arancelaria constituye un típico acto administrativo por cuanto se
está interpretando el Arancel de Aduanas, el cual se ha constituido a través de la una ley, decreto,
resolución etc., y al interpretarse el mismo a través de una clasificación arancelaria se están
produciendo directamente unos efectos sobre el pago de los tributos aduaneros (gravamen–IVA
etc.), los cuales afectan directamente a la mercancía, razón por la cual a quien le clasifiquen por
cualquier razón en una subpartida diferente a la que efectivamente le corresponde, tiene el
derecho a interponer los recursos que contra dicha clasificación se puedan ejercer, con el fin de
que se llegue a una correcta clasificación de su producto.
En la actualidad en Colombia existe lo que se llama la vía gubernativa, que consiste en que todos
los problemas que puedan generarse en la importación o exportación de mercancías se conocen y
deciden dentro de la misma administración de aduanas, es decir, a un solo nivel por diferentes
dependencias, llámense recursos de reposición, apelación, reconsideración, etc., y cuando estos
se deciden desfavorables para el importador, se puede recurrir a la vía contenciosa administrativa,
es decir, ante los Tribunales Administrativos y el Consejo de Estado, que son los entes judiciales
que conocen y revisan los actos de la administración y constituye la última instancia, procesos que
a más de ser costosos para el usuario, son demasiado largos en el tiempo, entiéndase tres a
cuatro años.
Esta situación afectó gravemente al país en cuanto a su desarrollo respecto del estudio de la
clasificación arancelaria de las mercancías en aduanas, al punto que por decirlo así, se volvió
intrascendente la clasificación de una mercancía y el problema arancelario se limitó a estudiar las
mercancías más sobre sus marcas, seriales, colores y otras características ajenas desde el punto
de vista del manejo de arancel de aduanas, lo que finalmente generó unos altos índices de
corrupción en la administración aduanera, pero que a partir de julio del 2000, nuevamente se
establecieron las clasificaciones arancelarias a solicitud de parte y se subsanaron tales anomalías
aduaneras.
Sin embargo, ocurre que estos tribunales y el Consejo de Estado en Colombia no tiene una sala
especializada para los problemas aduaneros que son de carácter técnico, lo cual genera unos
fallos tanto en primera como en segunda instancia, que no se ajustan al concepto netamente
aduanero, lo cual redunda en perjuicio del usuario, lo que destaca la razón por la cual debe
crearse un tribunal administrativo aduanero, junta general de aduanas, etc., que sea
especializado en el tema y que cubra las diferentes áreas que lo comprenden.
Desde este punto de vista, dentro de un claro proceso administrativo aduanero, el recurso de
apelación o reconsideración no debe interponerse ante otra instancia de la administración de
aduanas, sino ante un ente independiente, el cual podría denominarse como un tribunal
administrativo aduanero o junta de aduanas o algo similar, el cual pudiera estar integrado por
miembros que pertenezcan a diferentes gremios no solo de particulares, sino del Estado,
organismo que conocería los problemas de clasificación arancelaria, de valoración de mercancías,
y los diferentes problemas que en primera instancia se generen en las diferentes administraciones
de aduanas en todo el territorio nacional.
Este tribunal mantendría una total autonomía e independencia técnico–aduanera, el cual debe
proferir sus fallos en una sola instancia y en un término breve, lo que permitirá que tanto la
administración aduanera, como a los usuarios aduaneros puedan no solo de manera escrita, sino
verbal a través de una audiencia pública, exponer las razones que les asiste sobre el problema
arancelario que se discute.
Así mismo, una vez finalizado el proceso, deben publicarse sus decisiones y dejar en consideración
que las mismas constituyen ley para las partes, es decir, para la dirección o administración de
aduanas y los usuarios.
Es elemental que lógicamente este recurso que se ejerza ante el superior de la administración de
aduanas se ejerza e interponga dentro de unos términos prudenciales que previamente le fije la
ley, término dentro del cual, si ellos no se ejercen, dicho acto debe quedar en firme, publicarse y
producir los efectos de ley, como también puede ocurrir que el usuario aduanero acepte y esté
conforme con la clasificación arancelaria expedida.
El convenio de Kyoto prevé de manera clara y sencilla que contra los actos de la administración
puedan interponerse los recursos de ley con el fin de garantizar el debido proceso. De igual
manera, da claridad a la situación que se presenta en Colombia por cuanto de primera mano
acepta que contra las actuaciones de las administraciones aduaneras deben necesariamente
existir recursos, por lo cual, en el país, es necesario que se modifique la legislación aduanera y se
acepte que en la vía gubernativa deben caber los recursos pertinentes contra la clasificación
arancelaria.
Consecuente con lo anterior y en vía informativa, debe transcribirse el texto pertinente del
convenio de Kyoto sobre los recursos contra los actos de la administración. Dice el convenio lo
siguiente:
“CAPITULO 10
RECURSO
“10.1 Norma
“10.2 Norma
“Toda persona que se encuentra directamente afectada por una resolución u omisión de la
aduana, dispondrá del derecho de interponer un recurso.
“10.3 Norma
“La persona directamente afectada por una resolución u omisión de la aduana será informada
sobre las razones que motivaron la mencionada resolución u omisión, dentro de un plazo
determinado en la legislación nacional, y luego de haber efectuado la solicitud ante la aduana. La
persona luego decidirá si desea interponer el recurso o no.
“10.4 Norma
“La legislación nacional preverá el derecho de interponer un primer recurso ante la Aduana.
“10.5 Norma
“Cuando sea rechazado un recurso ante la aduana, el demandante tendrá derecho a presentar un
nuevo recurso ante una autoridad independiente de la administración aduanera.
“10.6 Norma
“En la instancia final, el demandante tendrá el derecho de recurrir ante una autoridad judicial.
“10.7 Norma
“Un recurso será presentado por escrito y determinará las causas por las cuales se realiza.
“10.8 Norma
“Se determinará un plazo para la presentación de un recurso contra una resolución de la Aduana y
el mismo será suficiente como para permitir al demandante estudiar la resolución impugnada y
para preparar un recurso.
“10.9 Norma
“Cuando se interponga un recurso ante la aduana, no será necesario de oficio presentar los
elementos de prueba junto con el escrito del recurso, pero si fuera necesario, se otorgará un
tiempo razonable para la presentación de la prueba mencionada.
“10.10 Norma
“La aduana decidirá sobre un recurso y notificará su resolución al demandante por escrito tan
pronto como sea posible.
“10.11 Norma
“Cuando un recurso ante la aduana sea rechazado, la aduana establecerá las razones que
sustente el rechazo mencionado y notificará al demandante con respecto a su derecho de
introducir un nuevo recurso ante una autoridad administrativa o independiente y con referencia a
los plazos para la presentación del recurso mencionado.
“10.12 Norma
Valga la pena traer a colación un reciente fallo del Consejo de Estado de Colombia que se
pronunció sobre la clasificación del producto “Ensure Light”, en el cual se discutió que para el
importador el producto era un medicamento y para la dirección de aduanas era una preparación
alimenticia, quien lo definió a través de la expedición de una resolución por la subpartida
arancelaria 2106.90.93.00. Clasificación frente a la cual al no estar conforme con ella el
importador, este la demandó ante el Consejo de Estado en Acción de Nulidad y Restablecimiento
del Derecho, fallo que se produjo en septiembre 3 del 2004, a favor del demandante, es decir, se
consideró que el producto no es una preparación alimenticia como lo sostenía la aduana, sino un
medicamento de la partida 30.04.
“La demanda fue notificada a la Unidad Administrativa Especial Dirección de Impuestos y Aduanas
Nacionales, quien para defender la legalidad del acto acusado manifestó que para adoptar la
decisión en él contenida se aplicaron las reglas 1 y 6 de la nomenclatura común-andina 2002, la
primera de las cuales determina que los títulos de las secciones, de los capítulos o de los
subcapítulos sólo tienen un valor indicativo, ya que la clasificación está determinada legalmente
por los textos de las partidas y de las notas de sección o de capítulo, y la segunda establece que
la clasificación de mercancías en las subpartidas de una misma partida está determinada
legalmente por los textos de estas subpartidas y de las notas de subpartidas.
“Aplicando lo anterior se tiene que el producto “Ensure Light”, está compuesto por proteínas,
grasas, carbohidratos, enriquecido con vitaminas y minerales, constituyendo una preparación
nutricional completa y balanceada que se utiliza como suplemento alimenticio entre o con las
comidas, suministrado por vía oral, de tal forma que al constituir un soporte de carácter
alimenticio es deber remitirse al capítulo 21, en donde se contemplan las preparaciones
alimenticias diversas.
“Las exclusiones del Capítulo en nada afectan al producto “Ensure Light”, como quiera que no
corresponden a ninguna de ellas, de tal forma que, en principio, es susceptible de clasificarse
como preparación alimenticia del Capítulo 21.
“Entonces, aplicando la regla interpretativa uno debe mirarse, para efecto de la clasificación
arancelaria, los textos de las partidas y de las notas de sección o capítulo, sin perder de vista que
los títulos de las secciones, de los capítulos o subcapítulos sólo tienen un valor indicativo.
“Es por ello que en la partida 21.06 se encuentran las preparaciones alimenticias no expresadas ni
comprendidas en otra parte, concretamente en la subpartida 21.06.90.93.00 para aquellas
preparaciones alimenticias que contienen vitaminas y minerales. Lo anterior, en concordancia con
la regla 6, que determina la clasificación de las mercancías por los textos de las subpartidas.
“Al estar descrito el producto es discusión en el capítulo 21 sobre preparaciones alimenticias con
un contenido de vitaminas y minerales no hay necesidad de acudir al capítulo de medicamentos
que comprende otro tipo de productos que no sean preparaciones alimenticias y que tengan
propiedades terapéuticas y medicinales.
“Debe tenerse en cuenta que el hecho de que por su composición tenga efectos terapéuticos
necesariamente que se un medicamento, pues su contenido proteico, de carbohidratos, vitaminas
y minerales suplen o reemplazan en un momento dado un régimen alimenticio corriente, por lo
que su uso es como preparación alimenticia que mantiene, conserva e incluso recupera el estado
de salud, sin que ello indique necesariamente que es un medicamento, pues existen otros
alimentos, por ejemplo, el pescado, que sin perder su naturaleza de producto alimenticio
contribuyen con el mantenimiento de recuperación de los estados de salud.....”.
“...consideraciones de la sala
"...Examinando el anterior acervo probatorio la sala considera que si bien, en principio, el “Ensure
Light” puede considerarse como una preparación alimenticia de carácter nutricional, las
propiedades tanto terapéuticas como profilácticas que posee, de acuerdo con los conceptos
técnicos que obran en el expediente, hacen que el mismo deba ser considerado efectivamente
como un medicamento y, por lo tanto, clasificado en la partida arancelaria 30.04, que, como ya se
vio, se refiere a los “medicamentos constituidos por productos mezclados o sin mezclar,
preparados por usos terapéuticos o profilácticos, dosificados (incluidos los administrados por vía
transdérmica) o acondicionados a la venta al por menor”.
“Concluye esta corporación que la Resolución 4136 de 8 de mayo del 2004 debe ser anulada, pues
la DIAN no motivó adecuadamente su decisión, ya que no tuvo en cuenta los documentos técnicos
que le aportó la actora, ni los que le fueron dirigidos directamente por la Asociación Colombiana
de Nutrición Clínica y la Academia Nacional de Medicina de Colombia, en los cuales expresamente
se dejó dicho que el “Ensure Light” es un medicamento, sin que con lo aquí decidido se
desconozca en manera alguna la competencia de la DIAN en materia de clasificación arancelaria,
sólo que para dicha clasificación deben valorarse adecuadamente los diferentes medios
probatorios que se aporten a la solicitud, así como los que de oficio decida practicar la
administración.
“Falla:
“Primero –DECLÁRASE la nulidad de la Resolución 4136 de 8 de mayo del 2002, por medio de la
cual la división de arancel de la Subdirección Técnica de la Dirección de Impuestos y Aduanas
Nacionales (Dian) clasificó el producto denominado “Ensure Light” (Vía enteral) en la subpartida
21.06.90.93.00 del Arancel de Aduanas.
Como consecuencia del fallo antes comentado y a manera de conclusión del mismo, es interesante
hacer un análisis en el sentido de conocer cuáles son los efectos jurídicos aduaneros hacia el
pasado y el futuro con relación a la clasificación arancelaria de dicha mercancía y entender que
dicho fallo, en su contexto independientemente de la mercancía que se trate, le es aplicable a
cualquier caso que llegue para decisión en última instancia de los altos tribunales.
En primer lugar, es necesario tener en cuenta que el alto tribunal lo que hace en su decisión es o
bien confirmar la clasificación expedida por el ente competente de la Dirección o Administración
de Aduanas o revocar la clasificación y en su defecto ordenar que se expida una nueva
clasificación arancelaria por la subpartida que se alegó por la parte demandante o sea, a quien se
le concedió la razón.
Por lo cual, si se confirmó la clasificación arancelaria, esta tiene en principio efectos hacía el
futuro, es decir, sobre las mercancías que se pretendan importar bajo dicha subpartida
arancelaria.
Ahora bien, si la decisión fue desfavorable para la aduana, es decir, a favor del importador, los
efectos de esta decisión tienen dos connotaciones:
1. Tiene sus efectos hacia el futuro, es decir, que la nueva clasificación arancelaria que se expida
influye para las mercancías que bajo dicha subpartida arancelaria se pretenda importar.
2. Puede producir efectos hacía el pasado a favor del importador–demandante, por cuanto en el
interregno que se presentó desde el momento en que se expidió la clasificación y hasta que el
recurso fue fallado por el superior, ha transcurrido un tiempo que puede ser relativamente largo,
uno o dos años, tiempo dentro del cual el importador o usuario aduanero ha podido efectuar
importaciones del mismo producto por la subpartida que inicialmente se le fijó, es decir, diferente
a la que considera que es la correcta y haber efectuado un pago en exceso por concepto de
tributos aduaneros en todas estas importaciones.
Desde este punto de vista, es procedente como legítima la reclamación de sus derechos del
importador, el cual puede solicitar a la administración aduanera la devolución de los tributos que
pagó de más, inducidos a error en cuanto a la clasificación arancelaria de dicha mercancía, por la
propia aduana, lo cual se ajusta al debido proceso aduanero y al principio de justicia y equidad.
Un aspecto de fundamental importancia que se debe tener en cuenta es el relativo a cuáles son
los efectos que surgen como consecuencia de la expedición de una clasificación arancelaria hacía
el pasado y hacía el futuro, por cuanto ello puede generar efectos económicos graves, tanto para
el usuario aduanero, como para la administración de aduanas.
Es necesario tener en cuenta que quien solicita clasificación arancelaria lo hace con un interés
hacía el futuro, por cuanto lo que busca conocer es la subpartida arancelaria por la cual se
clasifica el producto que pretende importar, pero consecuencialmente desea conocer también los
efectos que tiene la clasificación de su producto en cuanto al gravamen que debe pagar y los
demás impuestos que la afecten y los requisitos como, vistos buenos, restricciones, beneficios,
tratamientos preferenciales cuando se trate de un producto negociado dentro de un acuerdo
económico de integración etc.
Por lo tanto, la clasificación arancelaria, en principio, debe producir sus efectos hacía el futuro por
cuanto ella es aplicable a las mercancías que se pretendan importar, por lo cual es necesario tener
en cuenta que cuando se expide la clasificación arancelaria a través del acto administrativo
respectivo proferido por la administración o dirección de aduanas de cada país, este acto debe
contener no solo la clasificación del producto, sino también los recursos que contra ella caben y
además, el momento en que debe comenzar a regir, el cual puede ser a partir de su publicación,
bien en un diario oficial, una gaceta, un periódico o un edicto, etc.
Lo anterior debe ser consecuente, en el sentido de que al ser un acto proferido por la
administración de aduanas, mediante el cual se está interpretando el arancel de aduanas, este
debe ser conocido por todo el mundo por cuanto a él pueden también acogerse todos los
importadores, de allí su publicación para que sea de público conocimiento y consecuencialmente
no solo el interesado, sino también quienes no estén de acuerdo con ella puedan ejercer en
término los recursos de ley que contra dicha clasificación arancelaria caben, si se interponen los
recursos contra la clasificación arancelaria, es necesario esperar la decisión que en las diferentes
instancias se produzcan.
Si contra dicho acto mediante el cual se clasifica un producto no se interponen en tiempo los
recursos de ley, queda debidamente ejecutoriado y a partir de dicho momento tiene fuerza de ley
y comienza su vigencia hacía el futuro. En este evento, solamente la administración aduanera
puede revisar este acto administrativo.
Los efectos y aplicaciones que hacía el futuro tiene la clasificación arancelaria son de una gran
importancia, por cuanto lo que se busca es que se unifiquen en el país los criterios de clasificación
y se hable una nomenclatura arancelaria uniforme. Por lo cual, para el vista o el inspector
aduanero le es de obligatoria aplicación la subpartida dada en la clasificación arancelaria e
invocada por el importador al momento de la nacionalización, es decir, que el inspector no la
pueda objetar al momento del reconocimiento que haga de la mercancía, siempre y cuando
lógicamente exista una total identidad entre la mercancía clasificada y la que se esta importando y
reconociendo.
Se concluye en consecuencia, que quien importe una mercancía amparada con una clasificación
arancelaria, no va a tener ningún contratiempo al momento de la nacionalización y podrá obtener
su levante.
Sin embargo, es conveniente analizar la situación que se presenta cuando se importa una
mercancía sin que exista clasificación arancelaria para la misma.
En este evento, ocurre que el importador o exportador al momento del arribó de la mercancía y su
nacionalización, o al momento del despacho, es necesario declarar la subpartida por la cual se
clasifica la mercancía para efectos de tasar y liquidar los tributos que se causan, situación frente a
la cual el importador o exportador queda sometido a la discrecionalidad del vista o el inspector de
aduanas respecto de la subpartida arancelaria declarada, por lo cual puede ocurrir que acepte la
declaración hecha y se procede al levante, pero si la objeta, necesariamente deben existir los
mecanismos que permitan obtener el levante de la mercancía a la mayor brevedad posible, previa
la constitución de una garantía a favor de la administración aduanera y continuar con el proceso
administrativo aduanero por la controversia que se generó sobre la clasificación de la mercancía.
Esta controversia debe tener un procedimiento similar al proceso que se realiza cuando se objeta
la clasificación arancelaria de una mercancía, en el sentido de que puede el importador bien por
si, o a través de su agente aduanal o un abogado, oponerse a la clasificación que le fijó en vista
de aduana o inspector, e interponer el recurso pertinente en una primera instancia ante la
administración de aduanas donde se generó la controversia.
Si la decisión en esta primera instancia es desfavorable pueden los usuarios aduaneros recurrir
ante la administración o dirección de aduanas en un recurso de segunda instancia, quien lo fallaría
y si finalmente le es desfavorable al importador, debe existir la instancia del superior, puede ser
un tribunal administrativo aduanero o una junta de aduanas, a quien con plena autoridad puede
resolver finalmente y como última instancia la controversia, la cual es definitiva tanto para la
administración aduanera como para el importador o usuario aduanero, sea para cualquiera de los
dos, favorable o desfavorable.
Pero si la subpartida arancelaria declarada fue sugerida por el agente aduanero, la responsabilidad
debe ser de él y por lo tanto, es que asumirá todas las consecuencias que se desprenden como
cubrir el ajuste de los tributos aduaneros y las sanciones que por esta actuación pueda imponerle
la administración o dirección de aduanas.
Otra situación interesante para analizar es la relativa a los efectos retroactivos que pueda tener
una clarificación arancelaria con relación a importaciones que se hayan efectuado con anterioridad
a su expedición para el mismo producto, por una subpartida arancelaria diferente a la fijada
oficialmente.
Con esto, el importador queda expuesto a que por el transcurso del tiempo se revisen y ajusten
sus actuaciones o le quede en firme, sin existir una seguridad jurídica inmediata respecto de la
clasificación arancelaria declarada y sus efectos sobre los tributos que se causen, por lo cual, sí
puede, la administración de aduanas con base en una clasificación arancelaria que expida,
proceder a revisar las actuaciones aduaneras anteriores y con ello generar al importador y al
agente aduanal efectos económicos graves, por cuanto serían ajustes sobre los tributos y
sanciones para una mercancía que se vendió y consumió.
Desde este punto de vista, es necesario tener en cuenta cuáles son los términos entendidos en el
tiempo, que la administración aduanera se reserva como facultad la de revisar hacía el pasado ó
el presente las actuaciones administrativas aduaneras, es decir, la que determine si una
declaración de importación o de exportación queda en firme de inmediato si no hubo controversia
alguna sobre su clasificación arancelaria, origen o valor, etc., en el momento mismo en que ella
concluya o se reserva el derecho de revisarla durante un período determinado.
Normalmente en las administraciones de aduanas no existe un parámetro que permita definir, por
decirlo así, que es perfecto el mecanismo aduanero que se tiene, en el sentido de que al momento
en que llega la mercancía y se surte el proceso de nacionalización se tienen todos los elementos
de juicio para calificar que, sobre esa importación, se cumplieron de manera correcta todos los
presupuestos aduaneros que se requiere para calificar una importación, lo anterior no es posible y
por lo tanto se recurre a la facultad del revisar a posteriorí todas las declaraciones de importación
o exportación en cuanto al valor declarado, la subpartida arancelaria señalada, su origen, su
liquidación, etc., dentro de un determinado tiempo que puede ser seis meses, uno a tres años.
En esa misma línea, las administraciones de aduanas, por no tener una eficiencia administrativa
completa, se reservan un determinado período para revisar las actuaciones efectuadas con motivo
de la importación o exportación de mercancías hacía el pasado.
Este lapso de tiempo quiere decir que no queda en firme una declaración de importación o
exportación y no hay una seguridad jurídica, sino hasta que transcurra este plazo y se cumpla el
mismo. Pero si dentro de esta etapa se efectúa una investigación o revisión en particular sobre la
clasificación de la mercancía importada o exportada, quiere decir que se suspenden los términos
sobre la firmeza de la declaración de importación o exportación y consecuencialmente se
mantiene la inseguridad jurídica sobre las actuaciones de la administración de aduanas y por lo
tanto, hasta que no se concluya dicha investigación no hay certeza alguna sobre la clasificación
arancelaria de dicha mercancía.
Por lo tanto, al tener la facultad de revisar la administración las actuaciones hacía el pasado
ocurre que así mismo puede ejercer esa facultad de revisión con base en una clasificación
arancelaria que expida de oficio o a solicitud de parte y hacerla efectiva sobre las mismas
mercancías que se importaron por una subpartida arancelaria diferente a la que se clasificó, y se
hace un ajuste sobre los tributos aduaneros tales como el gravamen, el IVA, etc., que se dejaron
de pagar e impone las sanciones del caso, lo cual conlleva a una permanente inseguridad jurídica
como ocurre en el caso en Colombia, dado que el término para efectuar esta revisión es de tres
años, trascurrido este plazo, se produce la firmeza de la declaración de importación o exportación
y ya no le es factible a la administración aduanera ejercer ninguna acción contra el importador o
su agente aduanal, así se encuentre una flagrante violación a la normativa aduanera.
Son innumerables los efectos y, en particular, puede existir la intención de evadir el pago de los
impuestos con el fin de defraudar a la administración, lo se conoce como contrabando técnico.
Así mismo, por efectos de la valoración de las mercancías se pueden generar controversias al
momento de declarar el valor de las mismas por debajo del real, ello puede conllevar a la evasión
de impuestos.
Estos escenarios se pueden evitar, desde el punto de vista técnico aduanero, si las diferentes
administraciones de aduanas hicieran efectiva la condición de que para las mercancías de
importación se exige la respectiva clasificación arancelaria oficial, a solicitud de parte o de oficio,
previa a la importación de la mercancía.
“ART. 16. Serán objeto de emisión de criterio vinculante de clasificación, todos aquello casos en
los que se observe discrepancias de criterio para un mismo producto en al menos dos países
miembros y que refleje algún interés comercial actual o potencial en dos (2) o más países
miembros.
“ART. 17. Los criterios vinculantes de clasificación serán complementarios a los criterios de
clasificación de la OMA, para lo cual se procederá a la elaboración de un repertorio de criterios
vinculantes de clasificación destinados a determinar la clasificación de los productos que así lo
requieran. Estos criterios deberán ponerse en conocimiento de los países miembros.
“ART. 18. Las solicitudes de emisión de criterios vinculantes de clasificación que formulen los
países miembros a través de sus respectivos órganos de enlace, como consecuencia de lo
establecido en el artículo 16, deberán contener los datos siguientes:
• Características.
• Forma de presentación.
• Catálogos, fichas técnicas y documentación pertinente, en idioma español, fotografías en
varios ángulos, dibujos y esquemas.
• Análisis cualitativo de cuantitativo de contenidos.
• Muestras en los casos necesarios.
• Uso, funcionamiento o aplicación de la mercancía.
• Subpartida Nandina propuesta, incluyendo aquellas subpatidas que se consideren de posible
aplicación.
• Normativa que justifique la clasificación propuesta.
• Características más relevantes de la mercancía para ser clasificada en la subpartida
propuesta.
• Otros motivos que sustenten la clasificación propuesta.
“La secretaría técnica presentará a la consideración del grupo de expertos, las solicitudes que
cumplan los requisitos anteriores con no menos de cuarenta y cinco días antes de la celebración
de la reunión pertinente.
“ART. 19. Toda solicitud para la emisión por parte de la secretaría general de un criterio
vinculante de clasificación, será sometida previamente a la consideración de los miembros del
grupo de expertos en Nandina, quienes en forma presencial o virtual expresarán su opinión en un
plazo no mayor de treinta días siguientes a la recepción de la misma.
“Si la opinión de los miembros alcanzara consenso, la secretaría general adoptará mediante
resolución el criterio recomendado dentro de los quince días siguientes de recibida la última
opinión o de vencido el plazo indicado de treinta días, salvo que dicha recomendación fuera
contraria al ordenamiento jurídico andino.
“ART. 20. Las resoluciones de la secretaría general mediante las cuales se adopten criterios
vinculantes de clasificación, entrarán en vigencia en la fecha de su publicación en la Gaceta Oficial
del Acuerdo de Cartagena, salvo que las resoluciones indiquen una fecha distinta y serán de
aplicación obligatoria para los países miembros.
También conviene tener en cuenta que las clasificaciones arancelarias constituyen una expresa
recomendación del convenio de Kyoto, así como también por parte de la OMA, en el sentido de
que se busque a través de ellas un lenguaje común de nomenclatura universal orientado
precisamente a facilitar el comercio internacional.
Así mismo, a través de la CAN se están realizando esfuerzos para que en los países miembros, las
clasificaciones arancelarias que se expidan por cada uno de ellos tengan una fuerza vinculante, lo
cual se ha previsto que comience a regir a partir del 2006. Finalmente, no debe olvidarse que toda
negociación bilateral, regional o multinacional, tiene como base la nomenclatura arancelaria.
Conclusiones
La importación y trascendencia que tiene una correcta e incorrecta clasificación de una mercancía
es muy grande, no solo por los efectos económicos tiene para el importador o exportador, sino
también para su seguridad jurídica, por cuanto si de antemano se conoce oficialmente cuál es la
subpartida arancelaria por la que debe importarse una mercancía, se pueden calcular los costos y
beneficios y se evitan todas las controversias técnico-aduaneras que a diario se presentan como
consecuencia de una equivocada clasificación arancelaria, y sus efectos podrían concluir en un
ajuste sobre los tributos aduaneros, sanciones y multas, etc.
Puede afirmarse en consecuencia y sin ningún temor, que la clasificación arancelaria debería ser
obligatoria dentro del proceso de importación o exportación de mercancías, no en un sentido
estricto en cuanto a que para todas las mercancías de importación debe obtenerse clasificación
arancelaria, por cuanto en el arancel de aduanas existen partidas y subpartidas en las cuales de
manera clara y sencilla se puede clasificar un producto sin lugar a errores o confusiones.
Lo que se pretende es que para aquellas mercancías que tengan un perfil complejo, dada su
composición y no sea fácil su clasificación arancelaria y consecuencialmente puedan así mismo
tener efectos económicos para la administración y el administrado, es decir, aquellas mercancías
que por su clasificación, por ejemplo, en una misma partida arancelaria, puedan tener aranceles
variables (5% ó 10%), regímenes diferentes (que se puedan o no importar), con ello se evitarían
estas interminables controversias aduaneras.
Una solución simple como la de instaurar un arancel plano para un número determinado de
mercancías, con lo cual la clasificación arancelaria perdería su trascendencia e importancia, sin
embargo, no es viable aún, dado que los países no han llegado a nivel tal que el arancel de
aduanas no tenga tanta repercusión en los efectos fiscales.
Así mismo, debe procurarse también dentro de la integración aduanera, no solo una uniformidad
en el lenguaje arancelario a través del sistema armonizado, sino de la clasificación de los
productos que son objeto de intercambio en el comercio internacional, las cuales sean
determinadas a través de la expedición de clasificaciones arancelarias, que tengan vigencia y una
fuerza vinculante, independientemente de los efectos económicos (gravamen e IVA, etc.) que
ellos puedan tener, lo cual puede realizarse a través de un intercambio de información aduanera
entre las diferentes administraciones aduaneras, lo que redundará en beneficio de los usuarios y
de la integración latinoamericana y mundial en los procesos de importación y exportación de
mercancías.