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LEY N°19.

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NUEVA LEY DE MATRIMONIO CIVIL.

         Capítulo I

     Disposiciones generales

Artículo 1º.- La familia es el núcleo fundamental de la sociedad. El


matrimonio es la base principal de la familia.
La presente ley regula los requisitos para contraer matrimonio, la forma de
su celebración, la separación de los cónyuges, la declaración de nulidad
matrimonial, la disolución del vínculo y los medios para remediar o paliar
las rupturas entre los cónyuges y sus efectos.
Los efectos del matrimonio y las relaciones entre los cónyuges y entre
éstos y sus hijos, se regirán por las disposiciones respectivas del Código
Civil.

Artículo 2º.- La facultad de contraer matrimonio es un derecho esencial


inherente a la persona humana, si se tiene edad para ello. Las
disposiciones de esta ley establecen los requisitos para asegurar el libre y
pleno consentimiento de los contrayentes.
El juez tomará, a petición de cualquier persona, todas las providencias que
le parezcan convenientes para posibilitar el ejercicio legítimo de este
derecho cuando, por acto de un particular o de una autoridad, sea negado
o restringido arbitrariamente.

Artículo 3º.- Las materias de familia reguladas por esta ley deberán ser
resueltas cuidando proteger siempre el interés superior de los hijos y del
cónyuge más débil.
Conociendo de estas materias, el juez procurará preservar y recomponer la
vida en común en la unión matrimonial válidamente contraída, cuando ésta
se vea amenazada, dificultada o quebrantada.
Asimismo, el juez resolverá las cuestiones atinentes a la nulidad, la
separación o el divorcio, conciliándolas con los derechos y deberes
provenientes de las relaciones de filiación y con la subsistencia de una vida
familiar compatible con la ruptura o la vida separada de los cónyuges.

        
Capítulo II

     De la celebración del matrimonio

                  Párrafo 1º

   De los requisitos de validez del matrimonio.

Artículo 4º.- La celebración del matrimonio exige que ambos contrayentes


sean legalmente capaces, que hayan consentido libre y espontáneamente
en contraerlo y que se hayan cumplido las formalidades que establece la
ley.

Artículo 5º.- No podrán contraer matrimonio:


1º Los que se hallaren ligados por vínculo matrimonial no disuelto;
2° Los que se hallaren ligados por un acuerdo de unión civil vigente, a
menos que el matrimonio lo celebre con su conviviente civil;
3º Los menores de dieciséis años;
4º Los que se hallaren privados del uso de razón; y los que por un trastorno
o anomalía psíquica, fehacientemente diagnosticada, sean incapaces de
modo absoluto para formar la comunidad de vida que implica el
matrimonio;
5º Los que carecieren de suficiente juicio o discernimiento para
comprender y comprometerse con los derechos y deberes esenciales del
matrimonio, y
6º Los que no pudieren expresar claramente su voluntad por cualquier
medio, ya sea en forma oral, escrita o por medio de lenguaje de señas.

Artículo 6º.- No podrán contraer matrimonio entre sí los ascendientes y


descendientes por consanguinidad o por afinidad, ni los colaterales por
consanguinidad en el segundo grado.
Los impedimentos para contraerlo derivados de la adopción se establecen
por las leyes especiales que la regulan.

Artículo 7º.- El cónyuge sobreviviente no podrá contraer matrimonio con el


imputado contra quien se hubiere formalizado investigación por el
homicidio de su marido o mujer, o con quien hubiere sido condenado como
autor, cómplice o encubridor de ese delito.

Artículo 8º.- Falta el consentimiento libre y espontáneo en los siguientes


casos:
1º Si ha habido error acerca de la identidad de la persona del otro
contrayente;
2° Si ha habido error acerca de alguna de sus cualidades personales que,
atendida la naturaleza o los fines del matrimonio, ha de ser estimada como
determinante para otorgar el consentimiento, y
3º Si ha habido fuerza, en los términos de los artículos 1456 y 1457 del
Código Civil, ocasionada por una persona o por una circunstancia externa,
que hubiere sido determinante para contraer el vínculo.

           Párrafo 2º

    De las diligencias para la celebración del Matrimonio

Artículo 9º.- Los que quisieren contraer matrimonio lo comunicarán por


escrito, oralmente o por medio de lenguaje de señas, ante cualquier Oficial
del Registro Civil, indicando sus nombres y apellidos; el lugar y la fecha de
su nacimiento; su estado de solteros, viudos o divorciados y, en estos dos
últimos casos, el nombre del cónyuge fallecido o de aquél con quien
contrajo matrimonio anterior, y el lugar y la fecha de la muerte o sentencia
de divorcio, respectivamente; su profesión u oficio; los nombres y apellidos
de los padres, si fueren conocidos; los de las personas cuyo
consentimiento fuere necesario, y el hecho de no tener incapacidad o
prohibición legal para contraer matrimonio.
Si la manifestación no fuere escrita, el Oficial del Registro Civil levantará
acta completa de ella, la que será firmada por él y por los interesados, si
supieren y pudieren hacerlo, y autorizada por dos testigos.

Artículo 10.- Al momento de comunicar los interesados su intención de


celebrar el matrimonio, el Oficial del Registro Civil deberá proporcionarles
información suficiente acerca de las finalidades del matrimonio, de los
derechos y deberes recíprocos que produce y de los distintos regímenes
patrimoniales del mismo.
Asimismo, deberá prevenirlos respecto de la necesidad de que el
consentimiento sea libre y espontáneo.
Deberá, además, comunicarles la existencia de cursos de preparación para
el matrimonio, si no acreditaren que los han realizado. Los futuros
contrayentes podrán eximirse de estos cursos de común acuerdo,
declarando que conocen suficientemente los deberes y derechos del
estado matrimonial. Este inciso no se aplicará en los casos de matrimonios
en artículo de muerte.
La infracción a los deberes indicados no acarreará la nulidad del
matrimonio ni del régimen patrimonial, sin perjuicio de la sanción que
corresponda al funcionario en conformidad a la ley.

Artículo 11.- Los cursos de preparación para el matrimonio, a que se


refiere el artículo anterior, tendrán como objetivo promover la libertad y
seriedad del consentimiento matrimonial que se debe brindar,
particularmente en su relación con los derechos y deberes que importa el
vínculo, con el fin de contribuir a que las personas que deseen formar una
familia conozcan las responsabilidades que asumirán de la forma más
conveniente para acometer con éxito las exigencias de la vida en común.
Estos cursos podrán ser dictados por el Servicio de Registro Civil e
Identificación, por entidades religiosas con personalidad jurídica de
derecho público, por instituciones de educación públicas o privadas con
reconocimiento del Estado, o por personas jurídicas sin fines de lucro
cuyos estatutos comprendan la realización de actividades de promoción y
apoyo familiar.
El contenido de los cursos que no dictare el Servicio de Registro Civil e
Identificación será determinado libremente por cada institución, con tal que
se ajusten a los principios y normas de la Constitución y de la ley. Para
facilitar el reconocimiento de estos cursos, tales instituciones los
inscribirán, previamente, en un Registro especial que llevará el Servicio de
Registro Civil.

Artículo 12.- Se acompañará a la manifestación una constancia fehaciente


del consentimiento para el matrimonio, dado por quien corresponda, si
fuere necesario según la ley y no se prestare oralmente ante el oficial del
Registro Civil.

Artículo 13.- Las personas pertenecientes a una etnia indígena, según el


artículo 2º de la ley Nº19.253, podrán solicitar que la manifestación, la
información para el matrimonio y la celebración de éste se efectúen en su
lengua materna.
En este caso, así como en el que uno o ambos contrayentes no conocieren
el idioma castellano, o fueren sordomudos que no pudieren expresarse por
escrito, la manifestación, información y celebración del matrimonio se
harán por medio de una persona habilitada para interpretar la lengua de el
o los contrayentes o que conozca el lenguaje de señas.
En el acta se dejará constancia del nombre, apellido y domicilio del
intérprete, o de quien conozca el lenguaje de señas.
Artículo 14.- En el momento de presentarse o hacerse la manifestación,
los interesados rendirán información de dos testigos por lo menos, sobre el
hecho de no tener impedimentos ni prohibiciones para contraer matrimonio.

Artículo 15.- Inmediatamente después de rendida la información y dentro


de los noventa días siguientes, deberá procederse a la celebración del
matrimonio. Transcurrido dicho plazo sin que el matrimonio se haya
efectuado, habrá que repetir las formalidades prescritas en los artículos
precedentes.

Artículo 16.- No podrán ser testigos en las diligencias previas ni en la


celebración del matrimonio:
1º Los menores de 18 años;
2º Los que se hallaren en interdicción por causa de demencia;
3º Los que se hallaren actualmente privados de razón;
4º Los que hubieren sido condenados por delito que merezca pena aflictiva
y los que por sentencia ejecutoriada estuvieren inhabilitados para ser
testigos, y
5º Los que no entendieren el idioma castellano o aquellos que estuvieren
incapacitados para darse a entender claramente.

        Párrafo 3º

   De la celebración del matrimonio

Artículo 17.- El matrimonio se celebrará ante el oficial del Registro Civil


que intervino en la realización de las diligencias de manifestación e
información.
La celebración tendrá lugar ante dos testigos, parientes o extraños, y podrá
efectuarse en el local de su oficina o en el lugar que señalaren los futuros
contrayentes, siempre que se hallare ubicado dentro de su territorio
jurisdiccional.
El matrimonio en artículo de muerte podrá celebrarse ante el Oficial del
Registro Civil, sin los trámites previos de la manifestación e información.

Artículo 18.- En el día de la celebración y delante de los contrayentes y


testigos, el Oficial del Registro Civil dará lectura a la información
mencionada en el artículo 14 y reiterará la prevención indicada en el
artículo 10, inciso segundo.
A continuación, leerá los artículos 131, 133 y 134 del Código Civil.
Preguntará a los contrayentes si consienten en recibirse el uno al otro
como marido o mujer y, con la respuesta afirmativa, los declarará casados
en nombre de la ley.

Artículo 19.- El Oficial del Registro Civil levantará acta de todo lo obrado,
la que será firmada por él, por los testigos y por los cónyuges, si supieren y
pudieren hacerlo. Luego, procederá a hacer la inscripción en los libros del
Registro Civil en la forma prescrita en el reglamento.
Si se trata de matrimonio en artículo de muerte, se especificará en el acta
el cónyuge afectado y el peligro que le amenazaba.

       Párrafo 4º

De los matrimonios celebrados ante entidades religiosas de D°


público.

Artículo 20.- Los matrimonios celebrados ante entidades religiosas que


gocen de personalidad jurídica de derecho público producirán los mismos
efectos que el matrimonio civil, siempre que cumplan con los requisitos
contemplados en la ley, en especial lo prescrito en este Capítulo, desde su
inscripción ante un Oficial del Registro Civil.
El acta que otorgue la entidad religiosa en que se acredite la celebración
del matrimonio y el cumplimiento de las exigencias que la ley establece
para su validez, como el nombre y la edad de los contrayentes y los
testigos, y la fecha de su celebración, deberá ser presentada por aquellos
ante cualquier Oficial del Registro Civil, dentro de ocho días, para su
inscripción. Si no se inscribiere en el plazo fijado, tal matrimonio no
producirá efecto civil alguno.
El Oficial del Registro Civil verificará el cumplimiento de los requisitos
legales y dará a conocer a los requirentes de la inscripción los derechos y
deberes que corresponden a los cónyuges de acuerdo a esta ley. Los
comparecientes deberán ratificar el consentimiento prestado ante el
ministro de culto de su confesión. De todo lo anterior quedará constancia
en la inscripción respectiva, que también será suscrita por ambos
contrayentes.
Sólo podrá denegarse la inscripción si resulta evidente que el matrimonio
no cumple con alguno de los requisitos exigidos por la ley. De la negativa
se podrá reclamar ante la respectiva Corte de Apelaciones.
Los efectos del matrimonio así inscrito se regirán, en todo, por lo prescrito
en esta ley y en los demás cuerpos legales que se refieren a la materia.

Capítulo III
    De la separación de los cónyuges.

        Párrafo 1º

    De la separación de hecho.

Artículo 21.- Si los cónyuges se separaren de hecho, podrán, de común


acuerdo, regular sus relaciones mutuas, especialmente los alimentos que
se deban y las materias vinculadas al régimen de bienes del matrimonio.
En todo caso, si hubiere hijos, dicho acuerdo deberá regular también, a lo
menos, el régimen aplicable a los alimentos, al cuidado personal y a la
relación directa y regular que mantendrá con los hijos aquel de los padres
que no los tuviere bajo su cuidado. En este mismo acuerdo, los padres
podrán convenir un régimen de cuidado personal compartido.
Los acuerdos antes mencionados deberán respetar los derechos
conferidos por las leyes que tengan el carácter de irrenunciables.

Artículo 22.- El acuerdo que conste por escrito en alguno de los siguientes
instrumentos otorgará fecha cierta al cese de la convivencia:
a) escritura pública, o acta extendida y protocolizada ante notario público;
b) acta extendida ante un Oficial del Registro Civil, o
c) transacción aprobada judicialmente.
No obstante lo dispuesto en el inciso anterior, si el cumplimiento del
acuerdo requiriese una inscripción, subinscripción o anotación en un
registro público, se tendrá por fecha del cese de la convivencia aquélla en
que se cumpla tal formalidad.
La declaración de nulidad de una o más de las cláusulas de un acuerdo
que conste por medio de alguno de los instrumentos señalados en el inciso
primero, no afectará el mérito de aquél para otorgar una fecha cierta al
cese de la convivencia.

Artículo 23.- A falta de acuerdo, cualquiera de los cónyuges podrá solicitar


que el procedimiento judicial que se sustancie para reglar las relaciones
mutuas, como los alimentos que se deban, los bienes familiares o las
materias vinculadas al régimen de bienes del matrimonio; o las relaciones
con los hijos, como los alimentos, el cuidado personal o la relación directa y
regular que mantendrá con ellos el padre o madre que no los tuviere bajo
su cuidado, se extienda a otras materias concernientes a sus relaciones
mutuas o a sus relaciones con los hijos.
Artículo 24.- Las materias de conocimiento conjunto a que se refiere el
artículo precedente se ajustarán al mismo procedimiento establecido para
el juicio en el cual se susciten.
En la resolución que reciba la causa a prueba, el juez fijará separadamente
los puntos que se refieran a cada una de las materias sometidas a su
conocimiento.
La sentencia deberá pronunciarse sobre todas las cuestiones debatidas en
el proceso.

Artículo 25.- El cese de la convivencia tendrá también fecha cierta a partir


de la notificación de la demanda, en el caso del artículo 23.
Asimismo, habrá fecha cierta, si no mediare acuerdo ni demanda entre los
cónyuges, cuando, habiendo uno de ellos expresado su voluntad de poner
fin a la convivencia a través de cualquiera de los instrumentos señalados
en las letras a) y b) del artículo 22 o dejado constancia de dicha intención
ante el juzgado correspondiente, se notifique al otro cónyuge. En tales
casos, se tratará de una gestión voluntaria y se podrá comparecer
personalmente. La notificación se practicará según las reglas generales.

        Párrafo 2º

   De la separación judicial

        1. De las causales

Artículo 26.- La separación judicial podrá ser demandada por uno de los
cónyuges si mediare falta imputable al otro, siempre que constituya una
violación grave de los deberes y obligaciones que les impone el
matrimonio, o de los deberes y obligaciones para con los hijos, que torne
intolerable la vida en común.
No podrá invocarse el adulterio cuando exista previa separación de hecho
consentida por ambos cónyuges.
En los casos a que se refiere este artículo, la acción para pedir la
separación corresponde únicamente al cónyuge que no haya dado lugar a
la causal.

Artículo 27.- Sin perjuicio de lo anterior, cualquiera de los cónyuges podrá


solicitar al tribunal que declare la separación, cuando hubiere cesado la
convivencia.
Si la solicitud fuere conjunta, los cónyuges deberán acompañar un acuerdo
que regule en forma completa y suficiente sus relaciones mutuas y con
respecto a sus hijos. El acuerdo será completo si regula todas y cada una
de las materias indicadas en el artículo 21. Se entenderá que es suficiente
si resguarda el interés superior de los hijos, procura aminorar el
menoscabo económico que pudo causar la ruptura y establece relaciones
equitativas, hacia el futuro, entre los cónyuges cuya separación se solicita.

   2. Del ejercicio de la acción

Artículo 28.- La acción de separación es irrenunciable.

Artículo 29.- La separación podrá solicitarse también en el procedimiento a


que dé lugar alguna de las acciones a que se refiere el artículo 23, o una
denuncia por violencia intrafamiliar producida entre los cónyuges o entre
alguno de éstos y los hijos.

Artículo 30.- Tratándose de cónyuges casados bajo el régimen de


sociedad conyugal, cualquiera de ellos podrá solicitar al tribunal la
adopción de las medidas provisorias que estime conducentes para la
protección del patrimonio familiar y el bienestar de cada uno de los
miembros que la integran.
Lo dispuesto en el presente artículo se aplicará sin perjuicio del derecho
que asiste a las partes de solicitar alimentos o la declaración de bienes
familiares, conforme a las reglas generales.

Artículo 31.- Al declarar la separación, el juez deberá resolver todas y


cada una de las materias que se señalan en el artículo 21, a menos que ya
se encontraren reguladas o no procediere la regulación judicial de alguna
de ellas, lo que indicará expresamente. Tendrá en especial consideración
los criterios de suficiencia señalados en el artículo 27.
El juez utilizará los mismos criterios al evaluar el acuerdo presentado o
alcanzado por los cónyuges, procediendo en la sentencia a subsanar sus
deficiencias o modificarlo si fuere incompleto o insuficiente.
En la sentencia el juez, además, liquidará el régimen matrimonial que
hubiere existido entre los cónyuges, si así se le hubiere solicitado y se
hubiere rendido la prueba necesaria para tal efecto.

        3. De los efectos

Artículo 32.- La separación judicial produce sus efectos desde la fecha en


que queda ejecutoriada la sentencia que la decreta.
Sin perjuicio de ello, la sentencia ejecutoriada en que se declare la
separación judicial deberá subinscribirse al margen de la respectiva
inscripción matrimonial. Efectuada la subinscripción, la sentencia será
oponible a terceros y los cónyuges adquirirán la calidad de separados, que
no los habilita para volver a contraer matrimonio.

Artículo 33.- La separación judicial deja subsistentes todos los derechos y


obligaciones personales que existen entre los cónyuges, con excepción de
aquellos cuyo ejercicio sea incompatible con la vida separada de ambos,
tales como los deberes de cohabitación y de fidelidad, que se suspenden.

Artículo 34.- Por la separación judicial termina la sociedad conyugal o el


régimen de participación en los gananciales que hubiere existido entre los
cónyuges, sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 147 del Código Civil.

Artículo 35.- El derecho de los cónyuges a sucederse entre sí no se altera


por la separación judicial. Se exceptúa el caso de aquél que hubiere dado
lugar a la separación por su culpa, en relación con el cual el juez efectuará
en la sentencia la declaración correspondiente, de la que se dejará
constancia en la subinscripción.
Tratándose del derecho de alimentos, regirán las reglas especiales
contempladas en el Párrafo V, del Título VI del Libro I del Código Civil.

Artículo 36.- No se alterará la filiación ya determinada ni los deberes y


responsabilidades de los padres separados en relación con sus hijos. El
juez adoptará todas las medidas que contribuyan a reducir los efectos
negativos que pudiera representar para los hijos la separación de sus
padres.

Artículo 37.- El hijo concebido una vez declarada la separación judicial de


los cónyuges no goza de la presunción de paternidad establecida en el
artículo 184 del Código Civil. Con todo, el nacido podrá ser inscrito como
hijo de los cónyuges, si concurre el consentimiento de ambos.

 
  4. De la reanudación de la vida en común

Artículo 38.- La reanudación de la vida en común de los cónyuges, con


ánimo de permanencia, pone fin al procedimiento destinado a declarar la
separación judicial o a la ya decretada, y, en este último caso, restablece el
estado civil de casados.

Artículo 39.- Decretada la separación judicial en virtud del artículo 26, la


reanudación de la vida en común sólo será oponible a terceros cuando se
revoque judicialmente dicha sentencia, a petición de ambos cónyuges, y se
practique la subinscripción correspondiente en el Registro Civil.
Decretada judicialmente la separación en virtud del artículo 27, para que la
reanudación de la vida en común sea oponible a terceros, bastará que
ambos cónyuges dejen constancia de ella en acta extendida ante el Oficial
del Registro Civil, subinscrita al margen de la inscripción matrimonial. El
Oficial del Registro Civil comunicará estas circunstancias al tribunal
competente, quien ordenará agregar el documento respectivo a los
antecedentes del juicio de separación.

Artículo 40.- La reanudación de la vida en común, luego de la separación


judicial, no revive la sociedad conyugal ni la participación en los
gananciales, pero los cónyuges podrán pactar este último régimen en
conformidad con el artículo 1723 del Código Civil.

Artículo 41.- La reanudación de la vida en común no impide que los


cónyuges puedan volver a solicitar la separación, si ésta se funda en
hechos posteriores a la reconciliación de los cónyuges.

          Capítulo IV

     De la terminación del matrimonio

              Párrafo 1º

       Disposiciones generales

Artículo 42.- El matrimonio termina:


1º Por la muerte de uno de los cónyuges;
2º Por la muerte presunta, cumplidos que sean los plazos señalados en el
artículo siguiente;
3º Por sentencia firme de nulidad;
4º Por sentencia firme de divorcio, y
5° Por sentencia firme que acoge la solicitud de rectificación de sexo y
nombre por razón de identidad de género.

Párrafo 2º

De la terminación del matrimonio por muerte presunta

Artículo 43.- El matrimonio termina por la muerte presunta de uno de los


cónyuges, cuando hayan transcurrido diez años desde la fecha de las
últimas noticias, fijada en la sentencia que declara la presunción de muerte.
El matrimonio también se termina si, cumplidos cinco años desde la fecha
de las últimas noticias, se probare que han transcurrido setenta años desde
el nacimiento del desaparecido. El mismo plazo de cinco años desde la
fecha de las últimas noticias se aplicará cuando la presunción de muerte se
haya declarado en virtud del número 7 del artículo 81 del Código Civil.
En el caso de los números 8 y 9 del artículo 81 del Código Civil, el
matrimonio se termina transcurrido un año desde el día presuntivo de la
muerte.
El posterior matrimonio que haya contraído el cónyuge del desaparecido
con un tercero, conservará su validez aun cuando llegare a probarse que el
desaparecido murió realmente después de la fecha en que dicho
matrimonio se contrajo.

Capítulo V

     De la nulidad del matrimonio

              Párrafo 1º

     l. De las causales

Artículo 44.- El matrimonio sólo podrá ser declarado nulo por alguna de las
siguientes causales, que deben haber existido al tiempo de su celebración:
a) Cuando uno de los contrayentes tuviere alguna de las incapacidades
señaladas en el artículo 5º, 6º ó 7º de esta ley, y
b) Cuando el consentimiento no hubiere sido libre y espontáneo en los
términos expresados en el artículo 8º.

Artículo 45.- Es nulo el matrimonio que no se celebre ante el número de


testigos hábiles determinados en el artículo 17.
       
Párrafo 2º

De la titularidad y del ejercicio de la acción de nulidad

Artículo 46.- La titularidad de la acción de nulidad del matrimonio


corresponde a cualesquiera de los presuntos cónyuges, salvo las
siguientes excepciones:
a) La nulidad fundada en el número 3 del artículo 5º podrá ser demandada
por cualquiera de los cónyuges o por alguno de sus ascendientes, pero
alcanzados los dieciséis años por parte de ambos contrayentes, la acción
se radicará únicamente en el o los que contrajeron sin tener esa edad;
b) La acción de nulidad fundada en alguno de los vicios previstos en el
artículo 8º corresponde exclusivamente al cónyuge que ha sufrido el error o
la fuerza;
c) En los casos de matrimonio celebrado en artículo de muerte, la acción
también corresponde a los demás herederos del cónyuge difunto;
d) La acción de nulidad fundada en la existencia de un vínculo matrimonial
no disuelto corresponde, también, al cónyuge anterior o a sus herederos, y
e) La declaración de nulidad fundada en alguna de las causales
contempladas en los artículos 6º y 7º podrá ser solicitada, además, por
cualquier persona, en el interés de la moral o de la ley.
El cónyuge menor de edad y el interdicto por disipación son hábiles para
ejercer por sí mismos la acción de nulidad, sin perjuicio de su derecho a
actuar por intermedio de representantes.

Artículo 47.- La acción de nulidad del matrimonio sólo podrá intentarse


mientras vivan ambos cónyuges, salvo los casos mencionados en las letras
c) y d) del artículo precedente.

Artículo 48.- La acción de nulidad de matrimonio no prescribe por tiempo,


salvo las siguientes excepciones:
a) Tratándose de la nulidad fundada en la causal establecida en el número
3 del artículo 5º, la acción prescribirá en un año, contado desde la fecha en
que el cónyuge inhábil para contraer matrimonio hubiere adquirido la
mayoría de edad;
b) En los casos previstos en el artículo 8º, la acción de nulidad prescribe en
el término de tres años, contados desde que hubiere desaparecido el
hecho que origina el vicio de error o fuerza;
c) Cuando se tratare de un matrimonio celebrado en artículo de muerte, la
acción de nulidad prescribirá en un año, contado desde la fecha del
fallecimiento del cónyuge enfermo;
d) Cuando la causal invocada sea la existencia de un vínculo matrimonial
no disuelto, la acción podrá intentarse dentro del año siguiente al
fallecimiento de uno de los cónyuges, y
e) Cuando la acción de nulidad se fundare en la falta de testigos hábiles,
prescribirá en un año, contado desde la celebración del matrimonio.

Artículo 49.- Cuando, deducida la acción de nulidad fundada en la


existencia de un matrimonio anterior, se adujere también la nulidad de este
matrimonio, se resolverá en primer lugar la validez o nulidad del matrimonio
precedente.
          Párrafo 3º

        De los efectos

Artículo 50.- La nulidad produce sus efectos desde la fecha en que queda
ejecutoriada la sentencia que la declara, retrotrayéndose las partes al
estado en que se encontraban al momento de contraer el vínculo
matrimonial, sin perjuicio de lo dispuesto en el presente artículo y en los
dos artículos siguientes.
La sentencia ejecutoriada en que se declare la nulidad de matrimonio,
deberá subinscribirse al margen de la respectiva inscripción matrimonial y
no será oponible a terceros sino desde que esta subinscripción se
verifique.

Artículo 51.- El matrimonio nulo que ha sido celebrado o ratificado ante el


oficial del Registro Civil produce los mismos efectos civiles que el válido
respecto del cónyuge que, de buena fe y con justa causa de error, lo
contrajo, pero dejará de producir efectos civiles desde que falte la buena fe
por parte de ambos cónyuges.
Si sólo uno de los cónyuges contrajo matrimonio de buena fe, éste podrá
optar entre reclamar la disolución y liquidación del régimen de bienes que
hubieren tenido hasta ese momento, o someterse a las reglas generales de
la comunidad.
Las donaciones o promesas que por causa de matrimonio se hayan hecho
por el otro cónyuge al que casó de buena fe, subsistirán no obstante la
declaración de la nulidad del matrimonio.
Con todo, la nulidad no afectará la filiación ya determinada de los hijos,
aunque no haya habido buena fe ni justa causa de error por parte de
ninguno de los cónyuges.

Artículo 52.- Se presume que los cónyuges han contraído matrimonio de


buena fe y con justa causa de error, salvo que en el juicio de nulidad se
probare lo contrario y así se declare en la sentencia.

  Capítulo VI

       Del divorcio

Artículo 53.- El divorcio pone término al matrimonio, pero no afectará en


modo alguno la filiación ya determinada ni los derechos y obligaciones que
emanan de ella.
        Párrafo 1º

      De las causales

Artículo 54.- El divorcio podrá ser demandado por uno de los cónyuges,
por falta imputable al otro, siempre que constituya una violación grave de
los deberes y obligaciones que les impone el matrimonio, o de los deberes
y obligaciones para con los hijos, que torne intolerable la vida en común.
Se incurre en dicha causal, entre otros casos, cuando ocurre cualquiera de
los siguientes hechos:
1º.- Atentado contra la vida o malos tratamientos graves contra la
integridad física o psíquica del cónyuge o de alguno de los hijos;
2º.- Trasgresión grave y reiterada de los deberes de convivencia, socorro y
fidelidad propios del matrimonio. El abandono continuo o reiterado del
hogar común, es una forma de trasgresión grave de los deberes del
matrimonio;
3º.- Condena ejecutoriada por la comisión de alguno de los crímenes o
simples delitos contra el orden de las familias y contra la moralidad pública,
o contra las personas, previstos en el Libro II, Títulos VII y VIII, del Código
Penal, que involucre una grave ruptura de la armonía conyugal;
4º.- Conducta homosexual;
5º.- Alcoholismo o drogadicción que constituya un impedimento grave para
la convivencia armoniosa entre los cónyuges o entre éstos y los hijos, y
6º.- Tentativa para prostituir al otro cónyuge o a los hijos.

Artículo 55.- Sin perjuicio de lo anterior, el divorcio será decretado por el


juez si ambos cónyuges lo solicitan de común acuerdo y acreditan que ha
cesado su convivencia durante un lapso mayor de un año.
En este caso, los cónyuges deberán acompañar un acuerdo que,
ajustándose a la ley, regule en forma completa y suficiente sus relaciones
mutuas y con respecto a sus hijos. El acuerdo será completo si regula
todas y cada una de las materias indicadas en el artículo 21. Se entenderá
que es suficiente si resguarda el interés superior de los hijos, procura
aminorar el menoscabo económico que pudo causar la ruptura y establece
relaciones equitativas, hacia el futuro, entre los cónyuges cuyo divorcio se
solicita.
Habrá lugar también al divorcio cuando se verifique un cese efectivo de la
convivencia conyugal durante el transcurso de, a lo menos, tres años, salvo
que, a solicitud de la parte demandada, el juez verifique que el
demandante, durante el cese de la convivencia, no ha dado cumplimiento,
reiterado, a su obligación de alimentos respecto del cónyuge demandado y
de los hijos comunes, pudiendo hacerlo.
En todo caso, se entenderá que el cese de la convivencia no se ha
producido con anterioridad a las fechas a que se refieren los artículos 22 y
25, según corresponda.
La reanudación de la vida en común de los cónyuges, con ánimo de
permanencia, interrumpe el cómputo de los plazos a que se refiere este
artículo.

      

  Párrafo 2º

   De la titularidad y el ejercicio de la acción

Artículo 56.- La acción de divorcio pertenece exclusivamente a los


cónyuges.
Cualquiera de ellos podrá demandarlo, salvo cuando se invoque la causal
contemplada en el artículo 54, en cuyo caso la acción corresponde sólo al
cónyuge que no hubiere dado lugar a aquélla.

Artículo 57.- La acción de divorcio es irrenunciable y no se extingue por el


mero transcurso del tiempo.

Artículo 58.- El cónyuge menor de edad y el interdicto por disipación son


hábiles para ejercer por sí mismos la acción de divorcio, sin perjuicio de su
derecho a actuar por intermedio de representantes.

Párrafo 3º

      De los efectos

Artículo 59.- El divorcio producirá efectos entre los cónyuges desde que
quede ejecutoriada la sentencia que lo declare.
Sin perjuicio de ello, la sentencia ejecutoriada en que se declare el divorcio
deberá subinscribirse al margen de la respectiva inscripción matrimonial.
Efectuada la subinscripción, la sentencia será oponible a terceros y los
cónyuges adquirirán el estado civil de divorciados, con lo que podrán volver
a contraer matrimonio.
Artículo 60.- El divorcio pone fin a las obligaciones y derechos de carácter
patrimonial cuya titularidad y ejercicio se funda en la existencia del
matrimonio, como los derechos sucesorios recíprocos y el derecho de
alimentos, sin perjuicio de lo dispuesto en el Párrafo 1 del Capítulo
siguiente.

       

Capítulo VII

De las reglas comunes a ciertos casos de separación, nulidad y


divorcio.

        Párrafo 1º

    De la compensación económica

Artículo 61.- Si, como consecuencia de haberse dedicado al cuidado de


los hijos o a las labores propias del hogar común, uno de los cónyuges no
pudo desarrollar una actividad remunerada o lucrativa durante el
matrimonio, o lo hizo en menor medida de lo que podía y quería, tendrá
derecho a que, cuando se produzca el divorcio o se declare la nulidad del
matrimonio, se le compense el menoscabo económico sufrido por esta
causa.

Artículo 62.- Para determinar la existencia del menoscabo económico y la


cuantía de la compensación, se considerará, especialmente, la duración
del matrimonio y de la vida en común de los cónyuges; la situación
patrimonial de ambos; la buena o mala fe; la edad y el estado de salud del
cónyuge beneficiario; su situación en materia de beneficios previsionales y
de salud; su cualificación profesional y posibilidades de acceso al mercado
laboral, y la colaboración que hubiere prestado a las actividades lucrativas
del otro cónyuge.
Si se decretare el divorcio en virtud del artículo 54, el juez podrá denegar la
compensación económica que habría correspondido al cónyuge que dio
lugar a la causal, o disminuir prudencialmente su monto.

Artículo 63.- La compensación económica y su monto y forma de pago, en


su caso, serán convenidos por los cónyuges, si fueren mayores de edad,
mediante acuerdo que constará en escritura pública o acta de avenimiento,
las cuales se someterán a la aprobación del tribunal.

Artículo 64.- A falta de acuerdo, corresponderá al juez determinar la


procedencia de la compensación económica y fijar su monto.
Si no se solicitare en la demanda, el informará a los cónyuges la existencia
de este derecho durante la audiencia preparatoria.
Pedida en la demanda, en escrito complementario de la demanda o en la
reconvención, el juez se pronunciará sobre la procedencia de la
compensación económica y su monto, en el evento de dar lugar a ella, en
la sentencia de divorcio o nulidad.
Artículo 65.- En la sentencia, además, el juez determinará la forma de
pago de la compensación, para lo cual podrá establecer las siguientes
modalidades:
1.- Entrega de una suma de dinero, acciones u otros bienes. Tratándose de
dinero, podrá ser enterado en una o varias cuotas reajustables, respecto de
las cuales el juez fijará seguridades para su pago.
2.- Constitución de derechos de usufructo, uso o habitación, respecto de
bienes que sean de propiedad del cónyuge deudor. La constitución de
estos derechos no perjudicará a los acreedores que el cónyuge propietario
hubiere tenido a la fecha de su constitución, ni aprovechará a los
acreedores que el cónyuge beneficiario tuviere en cualquier tiempo.

Artículo 66.- Si el deudor no tuviere bienes suficientes para solucionar el


monto de la compensación mediante las modalidades a que se refiere el
artículo anterior, el juez podrá dividirlo en cuantas cuotas fuere necesario.
Para ello, tomará en consideración la capacidad económica del cónyuge
deudor y expresará el valor de cada cuota en alguna unidad reajustable.
La cuota respectiva se considerará alimentos para el efecto de su
cumplimiento, a menos que se hubieren ofrecido otras garantías para su
efectivo y oportuno pago, lo que se declarará en la sentencia.

Párrafo 2º

     De la conciliación
Artículo 67.- Solicitada la separación, sea que la demanda se presente
directamente o de conformidad al artículo 29, o el divorcio, el juez, durante
audiencia preparatoria, deberá instar a las partes a una conciliación,
examinando las condiciones que contribuirían a superar el conflicto de la
convivencia conyugal y verificar la disposición de las partes para hacer
posible la conservación del vínculo matrimonial.
El llamado a conciliación tendrá por objetivo, además, cuando proceda,
acordar las medidas que regularán lo concerniente a los alimentos entre los
cónyuges y para los hijos, su cuidado personal, la relación directa y regular
que mantendrá con ellos el padre o la madre que no los tenga bajo su
cuidado, y el ejercicio de la patria potestad.

Artículo 68.- Si el divorcio fuere de común acuerdo por ambos cónyuges,


las partes podrán asistir a la audiencia a que se refiere el artículo anterior
personalmente o representadas por sus apoderados.

Artículo 69.- En la audiencia preparatoria, el juez instará a las partes a


conciliación y les propondrá personalmente bases de arreglo, procurando
ajustar las expectativas de cada una de las partes.

Artículo 70.- Si las partes no alcanzaren acuerdo, el juez deberá


pronunciarse sobre las medidas que se adoptarán en forma provisional,
respecto de las materias indicadas en el inciso segundo del artículo 67,
mientras dura el juicio.

            Párrafo 3º

      De la mediación

Artículos 71 al 79.- SUPRIMIDOS


   
Capítulo VIII

De la ley aplicable y del reconocimiento de las sentencias extranjeras.

Artículo 80.- Los requisitos de forma y fondo del matrimonio serán los que
establezca la ley del lugar de su celebración. Así, el matrimonio celebrado
en país extranjero, en conformidad con las leyes del mismo país, producirá
en Chile los mismos efectos que si se hubiere celebrado en territorio
chileno, siempre que se trate de la unión entre un hombre y una mujer.
Sin embargo, podrá ser declarado nulo de conformidad a la ley chilena, el
matrimonio celebrado en país extranjero que se haya contraído en
contravención a lo dispuesto en los artículos 5º, 6º y 7º de esta ley.
Tampoco valdrá en Chile el matrimonio que se haya contraído en el
extranjero sin el consentimiento libre y espontáneo de los contrayentes.

Artículo 81.- Los efectos de los matrimonios celebrados en Chile se


regirán por la ley chilena, aunque los contrayentes sean extranjeros y no
residan en Chile.

Artículo 82.- El cónyuge domiciliado en Chile podrá exigir alimentos del


otro cónyuge ante los tribunales chilenos y de conformidad con la ley
chilena.
Del mismo modo, el cónyuge residente en el extranjero podrá reclamar
alimentos del cónyuge domiciliado en Chile.

Artículo 83.- El divorcio estará sujeto a la ley aplicable a la relación


matrimonial al momento de interponerse la acción.
Las sentencias de divorcio y nulidad de matrimonio dictadas por tribunales
extranjeros serán reconocidas en Chile conforme a las reglas generales
que establece el Código de Procedimiento Civil.
En ningún caso tendrá valor en Chile el divorcio que no haya sido
declarado por resolución judicial o que de otra manera se oponga al orden
público chileno.
Tampoco se reconocerá valor a las sentencias obtenidas en fraude a la ley.
Se entenderá que se ha actuado en fraude a la ley cuando el divorcio ha
sido declarado bajo una jurisdicción distinta a la chilena, a pesar de que los
cónyuges hubieren tenido domicilio en Chile durante cualquiera de los tres
años anteriores a la sentencia que se pretende ejecutar, si ambos
cónyuges aceptan que su convivencia ha cesado a lo menos ese lapso, o
durante cualquiera de los cinco años anteriores a la sentencia, si discrepan
acerca del plazo de cese de la convivencia. El acuerdo o la discrepancia
entre los cónyuges podrá constar en la propia sentencia o ser alegado
durante la tramitación del exequátur.

Artículo 84.- La ley que rija el divorcio y la nulidad del matrimonio se


aplicará también a sus efectos.

                  Capítulo IX

De los juicios de separación, nulidad de matrimonio y divorcio


                Párrafo 1º

      Disposiciones generales

Artículo 85.- La tramitación de la separación judicial, de la nulidad de


matrimonio y del divorcio se regirá por lo dispuesto en este Capítulo y en
las demás leyes que resulten aplicables, del modo que parezca más
conforme con la paz y la concordia entre los miembros de la familia
afectada.
Cuando existieren menores de edad comprometidos, el juez deberá
considerar especialmente el interés superior del niño, y oirá a aquél que
esté en condiciones de formarse un juicio propio, teniéndose debidamente
en cuenta sus opiniones, en función de su edad y madurez, al resolver
todos los asuntos relacionados con su persona o sus bienes.
El juez, en cualquier momento, podrá adoptar de oficio las medidas que
crea convenientes para el cumplimiento de lo anterior, así como para
solucionar de la mejor manera posible las rupturas o conflictos
matrimoniales.

Artículo 86.- El proceso será reservado, a menos que el juez,


fundadamente y a petición expresa de los cónyuges, resuelva lo contrario.

              Párrafo 2

     Competencia y procedimiento

Artículo 87.- Será competente para conocer de las acciones de


separación, nulidad o divorcio, el juzgado con competencia en materias de
familia, del domicilio del demandado.

Artículo 88.- Los juicios de separación, nulidad o divorcio se tramitarán


conforme al procedimiento que señale, para tal efecto, la ley sobre
juzgados de familia.
Sin perjuicio de lo anterior, se aplicarán las reglas especiales que siguen.

Artículo 89.- Las acciones que tengan por objetivo regular el régimen de
alimentos, el cuidado personal de los hijos o la relación directa y regular
que mantendrá con ellos aquél de los padres que no los tenga bajo su
cuidado, cuando no se hubieren deducido previamente de acuerdo a las
reglas generales, como asimismo todas las cuestiones relacionadas con el
régimen de bienes del matrimonio, que no hubieren sido resueltas en forma
previa a la presentación de la demanda de separación, nulidad o divorcio,
deberán deducirse en forma conjunta con ésta o por vía reconvencional, en
su caso, y resolverse tan pronto queden en estado, de acuerdo al
procedimiento aplicable.
La misma regla se aplicará en caso de que se pretenda modificar el
régimen de alimentos, el cuidado personal de los hijos o la relación directa
y regular que mantendrán con el padre o la madre que no los tenga bajo su
cuidado, que hubieren sido determinados previamente. El cumplimiento del
régimen fijado previamente sobre dichas materias se tramitará conforme a
las reglas generales.

Artículo 90.- En el llamado a conciliación a que se refiere el artículo 67, se


incluirán las materias señaladas en el inciso segundo de dicha disposición,
aun cuando no se hubieren solicitado en conformidad a lo dispuesto en el
artículo precedente, y se resolverán tan pronto queden en estado, de
acuerdo al procedimiento aplicable.

Artículo 91.- Cuando se haya interpuesto solicitud de divorcio, en cualquier


momento en que el juez advierta antecedentes que revelen que el
matrimonio podría estar afectado en su origen por un defecto de validez, se
los hará saber a los cónyuges, sin emitir opinión. Si en la audiencia, o
dentro de los treinta días siguientes, alguno de los cónyuges solicita la
declaración de nulidad, el procedimiento comprenderá ambas acciones y el
juez, en la sentencia definitiva, se pronunciará primero sobre la de nulidad.

Artículo 92.- DEROGADO

ARTICULOS TRANSITORIOS

Artículo 1º.- Mientras no se encuentren instalados los juzgados de familia,


no se aplicará lo dispuesto en los artículos 87 y 88 de esta ley, regulándose
la competencia y el procedimiento para el conocimiento de las acciones de
separación judicial, nulidad de matrimonio y divorcio, de acuerdo a las
siguientes disposiciones:
Primera.- Será competente para conocer de las acciones de separación
judicial, nulidad o divorcio, el juez de letras que ejerza jurisdicción en
materia civil en el domicilio del demandado. El mismo tribunal será
competente para conocer las materias a que se refiere el artículo 89 de
esta ley, en cuanto fueren deducidas conjuntamente con la demanda o con
la reconvención, en su caso.
Segunda.- Cuando los cónyuges solicitaren conjuntamente que se declare
su separación judicial, de conformidad al artículo 27, el procedimiento se
sustanciará en conformidad a las reglas del Título I del Libro IV del Código
de Procedimiento Civil, y el juez resolverá con conocimiento de causa.
Tercera.- Salvo el caso señalado en la disposición anterior, los procesos
de separación judicial, nulidad de matrimonio y divorcio se sustanciarán
conforme a las reglas del juicio ordinario, con las siguientes modificaciones:
1. En caso de que se sometieren también al conocimiento del tribunal
materias señaladas en el artículo 89 de esta ley, se tramitarán en forma
incidental, en cuaderno separado, y serán resueltas en la sentencia
definitiva.
 2. Si no se alcanzare conciliación en la audiencia a que se refiere el
artículo 68 y no se ordenare efectuar un proceso de mediación conforme al
artículo 71, la contestación de la demanda y la reconvención, en su caso,
se deberán deducir oralmente, al término de la misma audiencia.
En los casos a que aluden el inciso tercero del artículo 76, la contestación
de la demanda y la reconvención, en su caso, deberán presentarse por
escrito dentro de los diez días siguientes a la fecha en que se efectúe la
notificación, por cédula, de la resolución que aprueba el acta de mediación
en la cual no se obtuvo acuerdo sobre la nulidad, la separación o el
divorcio, o que tiene por acompañada al proceso el acta de término de la
mediación fracasada, respectivamente.
3. Las excepciones dilatorias deberán deducirse en la contestación de la
demanda y se tramitarán junto a las demás excepciones en forma conjunta
a la cuestión principal.
4. De la reconvención, en su caso, se dará traslado por cinco días a la
parte demandante.
5. No procederán los trámites de réplica y dúplica, ni las disposiciones
contenidas en el Título II, del Libro II, del Código de Procedimiento Civil.
6. Será aplicable lo dispuesto en los artículos 686 y 687 del Código de
Procedimiento Civil.
7. La prueba confesional no será suficiente para acreditar la fecha de cese
de la convivencia entre los cónyuges.
8. La nómina vigente de peritos para el territorio jurisdiccional respectivo
será complementada con la mención de los demás interesados en actuar
como peritos en los asuntos a que se refiere la Ley de Matrimonio Civil,
para lo cual, dentro de los sesenta días siguientes a la publicación de esta
ley, cada Corte de Apelaciones abrirá un plazo de treinta días a fin de que
tales personas presenten sus antecedentes. Las listas complementarias
definitivas de peritos serán formadas por la Corte Suprema, sobre la base
de las propuestas de las Cortes de Apelaciones, a más tardar treinta días
antes de la fecha a que alude el artículo final de esta ley.
Los honorarios de los peritos serán fijados prudencialmente por el juez, una
vez evacuado el informe pericial, con sujeción al arancel máximo que fijará
el Ministerio de Justicia.
9. La prueba se apreciará en conformidad a las reglas de la sana crítica.
10. La apelación de la sentencia definitiva se concederá en ambos efectos,
no se esperará la comparecencia de las partes y tendrá preferencia para la
vista de la causa. Las demás resoluciones sólo serán apelables en el
efecto devolutivo.

Artículo 2º.- Los matrimonios celebrados con anterioridad a la entrada en


vigencia de esta ley se regirán por ella en lo relativo a la separación
judicial, la nulidad y el divorcio.
Sin perjuicio de lo anterior, las formalidades y requisitos externos del
matrimonio y las causales de nulidad que su omisión originan, se regirán
por la ley vigente al tiempo de contraerlo; pero los cónyuges no podrán
hacer valer la causal de nulidad por incompetencia del oficial del Registro
Civil, prevista en el artículo 31 de la Ley de Matrimonio Civil del 10 de
enero de 1884.
Además, no regirán las limitaciones señaladas en los artículos 22 y 25 de
la Ley de Matrimonio Civil para comprobar la fecha de cese de la
convivencia entre los cónyuges; sin embargo, el juez podrá estimar que no
se ha acreditado si los medios de prueba aportados al proceso no le
permiten formarse plena convicción sobre ese hecho.
Dee conformidad al inciso primero, habiéndose previamente cumplido el
procedimiento sobre ejecución de las resoluciones pronunciadas por
tribunales extranjeros, regulados por los artículos 242 y siguientes del
Código de Procedimiento Civil, las sentencias relativas a divorcios
pronunciados por tribunales extranjeros tendrán fuerza en Chile, sin
perjuicio de haber sido dictadas con anterioridad a la fecha de entrada en
vigencia de esta ley.

Artículo 3º.- Los juicios de nulidad de matrimonio ya iniciados al momento


de entrar en vigencia la presente ley continuarán sustanciándose conforme
al procedimiento vigente al momento de deducirse la demanda respectiva,
salvo que las partes soliciten al juez continuar su tramitación de acuerdo a
las normas que prevé esta ley.
En dicho caso, se aplicará a la nulidad del matrimonio la legislación vigente
al momento de contraerse el vínculo.

Artículo 4º.- Los juicios por divorcio perpetuo o temporal ya iniciados con
anterioridad a la vigencia de la presente ley continuarán tramitándose como
juicios de separación judicial bajo el procedimiento regulado al momento de
deducir la demanda respectiva.
Con todo, las partes podrán solicitar al juez que prosiga el juicio
comenzado, o que se aplique lo dispuesto en la disposición segunda del
artículo 1º transitorio.
La resolución judicial, en su caso, indicará el estado desde el cual continúa
la sustanciación del procedimiento y, ejecutoriada la sentencia definitiva,
regirá lo dispuesto en el artículo 6º transitorio.

Artículo 5º.- La prosecución de los juicios a que se refieren los artículos 3º


y 4º precedentes no impedirá que, una vez terminados por sentencia
ejecutoriada, puedan ejercerse las acciones previstas en esta ley, sin
perjuicio de la excepción de cosa juzgada que, en este caso, pudiere
corresponder.

Artículo 6º.- Las personas que con anterioridad a la vigencia de la


presente ley se hayan divorciado, temporal o perpetuamente, por sentencia
ejecutoriada, tendrán el estado civil de separados, y se regirán por lo
dispuesto en ella para los separados judicialmente respecto del ejercicio de
derechos y demás efectos anexos que tengan lugar después de su entrada
en vigencia.

Artículo 7º.- Las incapacidades referidas a los imputados que se


establecen en los artículos 7 y 78 de la Ley de Matrimonio Civil se
entenderán hechas a los procesados en las causas criminales seguidas por
hechos acaecidos con anterioridad a la entrada en vigencia de la reforma
procesal penal en la región respectiva.

Artículo 8º.- Dentro de los seis meses siguientes a la fecha de publicación


de esta ley se expedirán, por intermedio del Ministerio de Justicia, las
normas reglamentarias que sean necesarias para la ejecución cabal de
este cuerpo legal, especialmente las que regulen los Registros a que se
refieren los artículos 11, inciso final, y 77 de la Ley de Matrimonio Civil.

Santiago, 7 de mayo de 2004.


DECRETO N°673

Reglamento de la Ley N°19.947 de Matrimonio Civil.

Titulo I

Del Matrimonio

Parrafo 1°

Disposiciones generales

Artículo 1º.- El matrimonio se podrá contraer ante cualquier Oficial Civil,


de conformidad con las normas contenidas en la ley Nº19.947 sobre
matrimonio civil y en este reglamento.
Asimismo, se podrá contraer matrimonio ante el ministro de culto
autorizado por cualquiera de las entidades religiosas que gocen de
personalidad jurídica de derecho público, de conformidad a la ley Nº19.947
y a lo dispuesto en los Párrafos 5º y 6º de este Título.

Párrafo 2º
De las diligencias previas a la celebración del matrimonio.

Artículo 2º.- Los que quisieren contraer matrimonio, lo comunicarán por


escrito, oralmente o por medio del lenguaje de señas ante cualquier Oficial
del Registro Civil.

Artículo 3º.- Si la manifestación fuere escrita, deberá contener las


siguientes menciones:
1. Nombres y apellidos de los interesados;
2. Lugar y fecha de sus nacimientos;
3. El estado civil de solteros, viudos o divorciados;
4. Profesión u oficio de los interesados;
5. Nombres y apellidos de los padres, si fueren conocidos;
6. Nombres y apellidos de las personas cuyo consentimiento fuere
necesario;
7. El hecho de no tener incapacidad o prohibición legal para contraer
matrimonio;
8. El lugar, local o establecimiento en que se celebrará el matrimonio;
9. Firma de ambos manifestantes, y
10. La fecha en que es emitida.
El contrayente cuyo estado civil sea de viudo o divorciado deberá indicar,
además, el nombre del cónyuge fallecido o de aquel con quien contrajo
matrimonio anterior, y el lugar y la fecha de la muerte o sentencia de
divorcio, respectivamente.

Artículo 4º.- Si la manifestación no fuere escrita, el Oficial Civil levantará


un acta con las menciones a que se refiere el artículo anterior, indicando,
además, la fecha en que se extiende, la que será firmada por él y por los
interesados, si supieren y pudieren hacerlo, y autorizada por dos testigos.

Artículo 5º.- En la manifestación, el Oficial Civil deberá informar y prevenir


a los futuros contrayentes en los términos previstos en los incisos primero y
segundo del artículo 10 de la ley 19.947.
Además, deberá comunicarles la existencia de cursos de preparación para
el matrimonio, si no acreditaren que los han realizado.
Los futuros contrayentes podrán acreditar que han realizado previamente el
curso de preparación para el matrimonio, a través de un certificado original
emanado de las entidades a que se refiere el artículo 11 de la ley
Nº19.947.
Con todo, los futuros contrayentes de común acuerdo podrán eximirse de
los referidos cursos si al momento de la manifestación del matrimonio,
declaran ante el Oficial Civil, que conocen suficientemente los deberes y
derechos del estado matrimonial.

Artículo 6º.- El deber de comunicar la existencia de cursos de preparación


para el matrimonio no se aplicará en los casos de matrimonios en artículo
de muerte.

Artículo 7º.- En el momento de presentarse o hacerse la manifestación, los


interesados rendirán también información de dos testigos a lo menos,
sobre el hecho de no tener impedimentos ni prohibiciones para contraer
matrimonio.

Artículo 8º.- Los testigos que hayan de rendir esa información, prestarán
sus declaraciones uno después del otro y separadamente ante el Oficial
Civil quien preguntará a cada testigo si los que quisieren contraer
matrimonio tienen o no algún impedimento o prohibición para ello, a cuyo
efecto dará lectura a los artículos 5º al 7º inclusive de la ley Nº19.947.

Artículo 9º.- Se acompañará a la manifestación una constancia fehaciente


del consentimiento para el matrimonio, dado por quien corresponda, si
fuere necesario según la ley y no se prestare oralmente ante el Oficial del
Registro Civil.
Artículo 10°.- Si la persona que deba prestar su consentimiento reside
fuera de la circunscripción, bastará como testimonio fehaciente de éste, el
acta de comparecencia extendida ante el Oficial Civil de su residencia.
El acta consignará el nombre del Oficial Civil, nombre y apellidos del
compareciente, su domicilio, parentesco o cargo que lo habilite para
consentir, nombres y apellidos de la persona a quien se otorga y de los de
aquella con quien ésta va a contraer matrimonio.
El acta será autorizada por el Oficial Civil y firmada por el compareciente; si
este último no supiere o no pudiere hacerlo se dejará testimonio de esta
circunstancia, expresando el motivo por el cual no firma; y procederá a
estampar la impresión digital del pulgar de su mano derecha o en su
defecto de cualquier otro dedo.
El consentimiento a que se refieren los incisos anteriores, caducará a los
seis meses de haberse otorgado, a menos que el compareciente fijare otro
plazo.
Del testimonio del consentimiento se dejará constancia en la respectiva
inscripción de matrimonio.

Artículo 11°.- En caso que la persona o personas cuyo consentimiento


fuere necesario para el matrimonio lo prestare verbalmente ante el Oficial
Civil, se dejará constancia del hecho, firmada por la persona que
comparezca, o se expresará la circunstancia por la cual no firma si no
supiere o no pudiere hacerlo.

Artículo 12°.- El Oficial Civil no permitirá el matrimonio sin el asenso o


licencia de la o las personas cuyo consentimiento sea necesario, según las
reglas señaladas en los artículos 105 al 116 del Código Civil.

Artículo 13°.- El Oficial del Registro Civil correspondiente no permitirá el


matrimonio del que trata de volver a casarse, sin que se le presente
certificado auténtico del nombramiento de curador especial para los efectos
de los artículos 124 y 125 del Código Civil, o sin que preceda información
sumaria de que no tiene hijos de precedente matrimonio, que estén bajo su
patria potestad o bajo su tutela o curaduría.

Artículo 14°.- El Oficial Civil no permitirá el matrimonio de la mujer, sin que


por parte de ésta se justifique no estar comprendida en el impedimento del
artículo 128 del Código Civil.

Artículo 15°.- Inmediatamente después de rendida la información a que se


refiere el artículo 14 de la ley Nº19.947 y dentro de los noventa días
siguientes, deberá procederse a la celebración del matrimonio.
Transcurrido dicho plazo sin que el matrimonio se haya efectuado, habrá
que repetir las formalidades para su celebración.

Párrafo 3º

De la celebración del matrimonio ante el Oficial Civil.

Artículo 16°.- El matrimonio se celebrará ante el Oficial Civil que intervino


en la realización de las diligencias de manifestación e información, dentro
del plazo contemplado en el artículo anterior.
La celebración tendrá lugar ante dos testigos, parientes o extraños, y podrá
efectuarse en el local de su oficina o en el lugar que señalaren los futuros
contrayentes, siempre que se encontrare ubicado dentro de su territorio
jurisdiccional.
El matrimonio en artículo de muerte podrá celebrarse ante el Oficial Civil,
sin los trámites previos de la manifestación e información.

Artículo 17°.- En el día de la celebración y delante de los contrayentes y


testigos, el Oficial Civil dará lectura a la información rendida sobre el hecho
de que los contrayentes no tienen impedimentos ni prohibiciones para
contraer matrimonio y reiterará la prevención respecto de la necesidad de
que el consentimiento sea libre y espontáneo.
A continuación, leerá los artículos 131, 133 y 134 del Código Civil.
Preguntará a los contrayentes si consienten en recibirse el uno al otro
como marido o mujer y con la respuesta afirmativa, los declarará casados
en nombre de la ley.

Artículo 18°.- El Oficial Civil no procederá a la inscripción del matrimonio


sin haber manifestado privadamente a los contrayentes que pueden
reconocer a los hijos comunes nacidos antes del matrimonio, para los
efectos de lo dispuesto en el artículo 38 de la ley Nº4.808, sobre Registro
Civil.

Artículo 19°.- El Oficial Civil levantará acta de todo lo obrado, la que será
firmada por él, por los testigos y por los cónyuges, si supieren y pudieren
hacerlo. En su caso, se dejará constancia del nombre, apellido y domicilio
del intérprete, o de quien conozca el lenguaje de señas, o del peligro que
amenazaba al cónyuge en el caso de matrimonios en artículo de muerte,
conforme lo dispuesto en los artículos 13, inciso final, y 19 de la ley
N°19.947.

Párrafo 4º

De la inscripción del matrimonio celebrado ante el Oficial Civil.

Artículo 20°.- Inmediatamente después de celebrado el matrimonio, el


Oficial Civil procederá a hacer la inscripción en los libros del Registro Civil
de la circunscripción en que se efectuó dicho acto.

Artículo 21°.- La inscripción del matrimonio, sin perjuicio de las


indicaciones comunes a toda inscripción, deberá contener las menciones
señaladas en el artículo 39 de la ley Nº4.808.
Si alguno de los contrayentes no supiere o no pudiere firmar, se dejará
testimonio de esta circunstancia, expresando el motivo por el cual no
firman; y procederá a estampar la impresión digital del pulgar de su mano
derecha o en su defecto de cualquier otro dedo.

Artículo 22°.- Tratándose de matrimonios celebrados en artículo de


muerte, el Oficial Civil anotará en la respectiva inscripción, las
circunstancias en que se ha efectuado el matrimonio, individualizando al
cónyuge afectado, el peligro que lo amenazaba, y especialmente la de
haberse celebrado en artículo de muerte.

Párrafo 5º

Del matrimonio celebrado ante entidades religiosas con personalidad


jurídica de derecho público.

Artículo 23°.- Las entidades religiosas autorizadas para celebrar


matrimonios en conformidad con lo dispuesto en el artículo 20 de la ley
Nº19.947, son aquellas que gozan de personalidad jurídica de derecho
público de acuerdo a la ley N°19.638.

Artículo 24°.- El Servicio de Registro Civil e Identificación contará en su


base de datos con una nómina de las entidades religiosas con
personalidad jurídica de derecho público a que se refiere el artículo
precedente.
Esta nómina se formará y mantendrá actualizada mediante la información
que periódicamente entregará el Ministerio de Justicia al Servicio de
Registro Civil e Identificación.

Artículo 25°.- Podrán celebrar matrimonios en conformidad al artículo 20


de la ley Nº19.947, los ministros de culto, pertenecientes a una entidad
religiosa que goce con personalidad jurídica de derecho público, que
acrediten el cumplimiento de los siguientes requisitos:
a) Saber leer y escribir;
b) Contar con la autorización para celebrar matrimonio, extendida por una
entidad religiosa que goce con personalidad jurídica de derecho público
que hubiere cumplido con todos los requisitos exigidos por la ley para que
le fuere reconocida tal calidad jurídica.

Párrafo 6º

De la ratificación e inscripción en el Registro Civil del matrimonio


celebrado ante entidades religiosas.

Artículo 26°.- Para la inscripción del matrimonio celebrado ante entidades


religiosas, los contrayentes deberán presentar ante cualquier Oficial Civil,
dentro de ocho días contados desde la fecha de celebración del mismo, el
acta que otorgue la entidad religiosa de acuerdo con el artículo 20 de la ley
N°19.947. Si el matrimonio no se inscribiere en el plazo fijado, no producirá
efecto civil alguno.
Artículo 27°.- El acta que acredite la celebración del matrimonio religioso
deberá cumplir con lo dispuesto en el artículo 40 bis de la ley Nº4.808.

Artículo 28°.- Antes de proceder a la inscripción del matrimonio religioso,


el Oficial Civil verificará el cumplimiento de los requisitos legales y dará a
conocer a los requirentes de la inscripción los derechos y deberes que
corresponden a los cónyuges de acuerdo a la ley.
Asimismo, deberá dar cumplimiento a lo dispuesto en el artículo 18 de este
reglamento, manifestando privadamente a los contrayentes que pueden
reconocer los hijos comunes nacidos antes del matrimonio, y celebrar los
pactos de separación total de bienes o participación en los gananciales.
A continuación, preguntará a los contrayentes si ratifican el consentimiento
prestado ante el ministro de culto de su confesión.

Artículo 29°.- Si resulta evidente que el matrimonio no cumple con alguno


de los requisitos exigidos por la ley, el Oficial Civil denegará la inscripción.
De la negativa, se podrá reclamar ante la respectiva Corte de Apelaciones.

Artículo 30°.- La inscripción del matrimonio celebrado ante una entidad


religiosa, sin perjuicio de las indicaciones comunes a toda inscripción,
deberá contener las menciones señaladas en el artículo 40 ter de la ley
Nº4.808.
Párrafo 7º

De los cursos de preparación para el matrimonio y su registro

Artículo 31°.- Los cursos de preparación para el matrimonio podrán ser


impartidos por el Servicio de Registro Civil e Identificación, por entidades
religiosas con personalidad jurídica de derecho público, por instituciones de
educación públicas o privadas con reconocimiento del Estado o por
personas jurídicas sin fines de lucro cuyos estatutos comprendan la
realización de actividades de promoción y apoyo familiar.

Artículo 32°.- El contenido de los cursos que no dictare el Servicio de


Registro Civil e Identificación será determinado libremente por las
instituciones a que se refiere el artículo anterior, con tal que se ajusten a
los principios y normas de la Constitución y de la ley.
Los cursos para la preparación del matrimonio tendrán una duración no
inferior a cinco horas de duración, debiendo otorgarse al interesado un
certificado que acredite su realización.
Artículo 33°.- Los cursos de preparación para el matrimonio que no dictare
el Servicio de Registro Civil e Identificación se inscribirán previamente en
un registro especial que llevará el Servicio, debiendo expresarse, a lo
menos, la individualización de la entidad, institución o persona jurídica que
lo imparta, el contenido general del curso y la individualización del
requirente.

DISPOSICIONES TRANSITORIAS.

Artículo 1º.- El presente reglamento comenzará a regir conjuntamente con


la ley Nº19.947, sin perjuicio de aquellas medidas que el Ministerio de
Justicia y el Servicio de Registro Civil e Identificación deban adoptar
previamente para la adecuada ejecución de dicha ley y del presente
reglamento.

Artículo 2º.- El Ministerio de Justicia pondrá a disposición del Servicio de


Registro Civil e Identificación la nómina de las entidades religiosas que
gozan de personalidad jurídica de derecho público, en conformidad a lo
previsto en los artículos 23 y 24 de este reglamento.

Artículo 3º.- A fin de facilitar la acreditación de los requisitos previstos en


el artículo 20 de la ley N°19.947, las entidades religiosas autorizadas en
conformidad a lo previsto en el artículo 25 de este reglamento, podrán
poner a disposición del Servicio de Registro Civil una nómina de los
ministros de culto habilitados para la celebración de matrimonios.

Artículo 4º.- Las entidades, instituciones o personas jurídicas a que se


refiere el artículo 31 de este reglamento, podrán hacer llegar al Servicio de
Registro Civil e Identificación los antecedentes de los cursos de
preparación para el matrimonio que deseen registrar en conformidad a lo
dispuesto en el artículo 33.

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