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Un objetivo o finalidad es una meta o fin último hacia el cual se dirigen las acciones o
las operaciones de algún proyecto específico. Todo lo que hacemos tiene un fin, un
sentido final adonde queremos llegar, que es la sumatoria de los pasos dados para
alcanzarlo. Eso es un objetivo, y de nuestra capacidad para alcanzarlo o no,
dependerá generalmente nuestra medida del éxito o del fracaso.
Objetivo y subjetivo
Otra utilización del término objetivo es la que tiene que ver con la objetividad, una
palabra que deriva del nombre de los lentes de microscopios, largavistas y otros
aparatos que permiten ver con claridad lo normalmente invisible. En este sentido, lo
objetivo tiene que ver con lo que no está nublado por consideraciones externas, o
sea, por motivos que no tienen que ver con lo observado.
Por ejemplo, si una persona le pregunta a otra su opinión objetiva respecto a cómo
le queda una prenda de vestir, le está pidiendo una opinión descarnada, real, que
haga a un lado la cautela o el miedo a herirla con su opinión y simplemente diga lo
que piensa.
Lo contrario, en ese sentido, es lo subjetivo: aquello que depende del punto de vista
de cada quien, de sus emociones y opiniones personales. Un juicio objetivo no se
deja llevar por emociones o sentimientos; un juicio subjetivo, en cambio, se
compone de ellos.
Tipos de objetivo
En las organizaciones. Los objetivos son los valores y las finalidades que
se piensan realizar en un futuro cercano. En la ciencia del marketing, los
objetivos se refieren a la innovación en productos para así poder incentivar
las ventas, acrecentar la productividad y demás. También laboralmente
podemos hablar de los objetivos cuando nos referimos a aquellas metas que
un profesional quiere lograr como tal, como puede ser llegar a un puesto alto
en el trabajo o poder hacer un doctorado o un voluntariado, cualquier hecho
que sume a su currículum vitae.
En el aprendizaje. Son etapas que se van cumpliendo de a poco y prueban
que los conocimientos han sido adquiridos. Los profesores suelen realizar
evaluaciones periódicas para poder probar si todos sus alumnos se
encuentran a la misma altura en el aprendizaje, si todos ya han cumplido con
el objetivo de ese mes, por ejemplo.
También hablamos de objetivos cuando nos referimos a la práctica de tiro en
donde se dispara hacia ellos y se tiene como fin sumar experiencia. Este
objetivo se fija a cierta distancia y respetando ésta, los tiradores practican.
Por ejemplo, la consigna puede ser disparar a un objetivo a una distancia de
unos 25 o 30 metros.
En el ámbito militar. Un objetivo es un lugar o cosa que se va a ocupar
teniendo un plan determinado para poder llegar a ello. En este caso un
objetivo puede ser derribar un avión, ocupar una zona o rescatar a alguien.
En el ámbito de la óptica. Se habla de objetivo refiriéndose a un lente, que
funciona como un instrumento que se va a ubicar en la zona que apunta hacia
un objeto.
Objetivo general. Suele haber uno solo, pues engloba la totalidad de una
investigación o un proyecto, y es la meta primordial a alcanzar, esa hacia la
que contribuyen todos los esfuerzos de una organización o todos los capítulos
de una tesis de grado, por ejemplo.
Objetivos específicos. Suele haber varios, pues cada segmento de una
organización o cada capítulo de una investigación poseen su propia meta a
alcanzar, la cual se halla subeditada o contenida en el objetivo general.
Así, la sumatoria de todos los objetivos específicos tendría que dar con el objetivo
general como resultado, ya que estos últimos comprenden los peldaños que se
deben dar primero (y a menudo de forma sucesiva u organizada) para llegar a la
cima de la escalera.
Pero es engloba muchos pequeños pasos a seguir, muchas metas a corto plazo que
alcanzar y que serán los objetivos específicos: escribir el primer capítulo, escribir el
segundo, y así sucesivamente; luego corregir el primero, corregir el segundo y así
hasta el final. Y luego buscar un editor. Todos ellos pueden considerarse objetivos
específicos.
Otro ejemplo simple es dejar de fumar como objetivo general. Pero eso pasa por
fumar un cigarrillo menos cada semana, luego comprar medio paquete, luego no
comprar sino los pocos que se fumen al día y así hasta dejar de fumar por completo.
Todos estos pasos previos serían objetivos específicos.
3. Función de los objetivos generales y específicos
Por ejemplo: las investigaciones universitarias, los proyectos tecnológicos, los planes
empresariales y las estrategias militares tienen siempre un objetivo trazado de
antemano. Así, su efectividad dependerá del método que resulte más
conveniente (es decir: más rápido, seguro, lucrativo… dependiendo del área
específica).
Los objetivos generales se definen fácilmente: son aquellos globales, que abarcan
la totalidad de un proyecto o un cometido. Puede haber más de uno, desde luego,
en los casos en que haya grandes aspiraciones generales.
Pero usualmente se elige uno solo, que será el norte hacia el cual perfilarán todos
los esfuerzos por separado. El objetivo general suele ser la misión de las empresas
o de los proyectos, y suele ser a largo plazo.
Para formular objetivos pueden seguirse diversos algoritmos, pero uno muy simple
vendría a ser el siguiente:
Establecer un estado ideal de las cosas. Esto quiere decir: soñar. Pensar
en positivo. Nuestro objetivo general, el primero que debemos hallar, es esa
meta futura y posible que deseamos, ese sitio en el que deseamos
encontrarnos y estamos dispuestos a esforzarnos por ello.
Concretar el objetivo general. Se debe “traducir” el sueño, la visión ideal,
en objetivos concretos, alcanzables, medibles, e insertarlos en una secuencia
de tiempo verosímil. Por ejemplo: de nada sirve plantearse adelgazar de un
día para otro, pues es irreal; pero si me lo propongo a lo largo de seis meses,
tendré tiempo para ir cumpliendo mis objetivos específicos.
Identificar los obstáculos. Una vez que sepa hacia dónde quiero ir y
cuánto tiempo tardaré en llegar, es hora de ver qué cosas encontraré en el
camino y de qué modo puedo prepararme para ello. Mis objetivos específicos
serán, así, la superación de cada uno de dichos obstáculos, o cada uno de los
pasos dados en el recorrido que me propongo realizar.
Identificar los recursos y habilidades. En cuanto sepa cuáles serán mis
obstáculos, podré saber cuáles son mis virtudes, ventajas y flaquezas, y podré
planificar mis objetivos específicos en base a ello, para que estén lo más
adaptados a la realidad posible.