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Oferta Ambiental (Ecosistema)

Los arhuacos, ika o ijka, son un pueblo indígena ancestral que habita la vertiente meridional de la
Sierra Nevada de Santa Marta, Colombia, de filiación lingüística chibcha y una población
aproximada de 40 000 miembros. Viven en los valles altos de los ríos Piedras, San Sebastián de
Rábago, Chichicua, Ariguaní y Guatapurí, en un área reconocida por el estado como resguardo
indígena de propiedad colectiva. Su principal asentamiento y capital es Nabusímake (Llamado San
Sebastián de Rábago anteriormente por los españoles).

La característica central de la ecorregión de la Sierra Nevada de Santa Marta, es ser una cadena de
cumbres, con montes y nevados, en una montaña aislada, separada de la cadena de los Andes que
recorre Colombia. Alcanza una altitud de 5.684 metros a sólo 46 kilómetros de la Costa Caribe. La
Sierra Nevada es la cumbre costera más alta del Mundo y abarca un área de unos 12.600
kilómetros cuadrados (el 60% del área total de la ecorregión). Gracias a su variabilidad altitudinal,
como a su localización, ubicada a 11 grados de latitud norte, la Sierra Nevada contiene un mosaico
de biomas de trascendencia global (posee casi todas las zonas climáticas que pueden darse en
América Tropical). En la región habitan cuatro resguardos indígenas, y cuatro pueblos indígenas,
entre ellos el pueblo arhuaco.

El territorio tradicional del pueblo arhuaco llegaba mucho más abajo que los límites actuales del
resguardo y del poblamiento arhuaco, hasta la llamada línea negra imaginaria, que encierra varios
de los sitios sagrados a los cuales siguen acudiendo los indígenas a hacer sus ofrendas o
pagamentos. De esa forma, Los indígenas arhuacos han perdido las tierras bajas, por la
colonización y la expansión de las haciendas, lo que ha ocasionado a su vez la deforestación de la
región.

Los arhuacos actualmente están distribuidos en 5 zonas con 22 parcialidades. Zona Central:
Nabusímake, la capital de los arhuacos; Yechikin y Busin. Zona Occidental: Serankua,
Windiwameina, Singunei. Zona Sur: Zigta, Yeurwa, Gumuke, Yeiwin, Seiarukwingumu,
Buyuaguenka, y Simonorwa. Zona Suroriental: Wirwa, Yugaka, Karwa. Zona Oriental: Sogrome,
Donachwi, Timaka, Aruamake, Seinimin e Izrwa.

Aunque el poblamiento cotidiano es disperso, en los poblados se efectúan reuniones y


ceremonias. El principal de ellos, Nabusímake, tiene un significado especial para los arhuacos; está
compuesto por unas cincuenta casas cuadradas y los templos circulares o Kankuruas de los
hombres y de las mujeres.
viaje para visitar a los arhuaco comienza en Valledupar, la capital del departamento colombiano
de Cesar. Horas antes de llegar a la cordillera entre la ciudad y la costa caribeña, el clima es seco y
caliente. En la primera parada en Pueblo Bello, los indígenas vestidos en túnicas y sombreros
blancos comienzan a aparecer.

Es un viaje arduo para llegar a la capital de los arhuacos, Nabusímake, que significa «la tierra
donde nace el sol». Se trata de un viaje de dos horas a través de las montañas —vías resbalosas y
llenas de huecos pero con acción de primera para la Toyota Land Cruiser— que conduce a la
entrada del pueblo a una altitud de 2000 metros (6561 pies). A su llegada, las puertas del
asentamiento son controladas por unos cuantos guardias indígenas que vigilan a los visitantes. El
acceso a personas de fuera es muy restringido.

Las familias de Nabusímake habitan en casas de barro esparcidas sobre un área cubierta de colinas
verdes y rodeadas de montañas. Pequeñas parcelas de tierra agrícola con flores como cayena,
hortensia y dalia junto a pequeños arroyos y el río San Sebastián hacen que Nabusímake parezca
una tierra de fantasía. Es un lugar de suma importancia para los pueblos indígenas.
Hay cuatro poblaciones indígenas que habitan la Sierra Nevada: el kogui, el kankuamo, el wiwa y el
arhuaco. Con más de 22 000 miembros, los arhuacos son el grupo más numeroso, pero su
existencia ha estado bajo constante amenaza. Los territorios de los arhuacos han sido afectados
por el conflicto interno colombiano y han sido utilizados como ruta del narcotráfico. Los grupos
ilegales armados plantaron cultivos ilícitos en zonas deforestadas.

Aunque los pueblos indígenas consumen la hoja de coca según las costumbres ancestrales,
decidieron oponerse a las grandes plantaciones que proporcionaban coca para fabricar cocaína.
Los Koguis y los arhuacos iniciaron una campaña conjunta, verificada por la Oficina de las Naciones
Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), para erradicar manualmente los cultivos ilícitos, para
los cuales se deforestaron grandes extensiones de tierras.

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