Está en la página 1de 10

PROGRAMA No.

0753

FILIPENSES

Capítulo 1:2 - 5

En este día, amigo oyente, regresamos a la epístola a los Filipenses. Y usted recordará
que este es el primer lugar que Pablo visitó cuando él pasó de Asia a Europa, y creemos que
Pablo no tenía ninguna idea de que, cuando comenzó en su segundo viaje misionero, él
pensaría que iba a terminar en Europa. Él había planeado definitivamente, como nos dice
Lucas, ir a la provincia de Asia, donde se encontraba la ciudad de Efeso, una ciudad
principal en esa zona, y en aquella época era el corazón mismo del imperio romano. Toda
la cultura griega se encontraba en ese lugar. El clima era delicioso, y todo estaba listo en
lo que se refiere a esa zona para la predicación del evangelio. Y allí fue donde años más
tarde, Pablo realizó su obra misionera de mayor envergadura. En realidad,
aparentemente fueron millones los que confiaron en el Señor Jesucristo, en esa zona en
particular. Pero, en esta ocasión, el Espíritu de Dios no le permitió a Pablo visitar esa
zona. No le permitió a él que siguiera hacia el norte, hacia Bitinia, sino que hizo que se
dirigiera hacia Troas, donde él tuvo esa visión que provocó ese viaje a Europa.

Y todos nosotros, creo yo, podemos darle gracias a Dios por eso. Pablo llegó a Filipos
pues, y allí se formó una Iglesia a causa del esfuerzo misionero de ese Apóstol. Esta Iglesia
fue una de las más apreciadas por el apóstol Pablo más que cualquier otra Iglesia. Los
creyentes allí le amaban, y creemos que lo amaban de una manera tal como ninguna otra

TTB 4719 Página 1 de Programa No. 0753


Iglesia lo había hecho. Creemos que así fue por lo que dice esta epístola. Cuando estos
creyentes se enteraron que él estaba en una prisión romana (porque ellos no habían estado
en contacto con él por unos dos años cuando fue arrestado Pablo en Jerusalén), ellos se
sintieron muy apesadumbrados por esto. De modo que, enviaron a su pastor Epafrodito
con una ofrenda para Pablo, y también él llevaba palabras de aliento y simpatía para él.
El apóstol Pablo entonces, está respondiendo a todo esto en esta carta a los Filipenses.

Él no escribió esta epístola para corregir una doctrina o conducta. Él simplemente la


escribió como una carta de agradecimiento, y él trata aquí el tema que estamos seguros
hace que todos nosotros nos regocijemos, ya que trata del tema del vivir cristiano – la
experiencia cristiana. En estos breves capítulos que forman la epístola a los Filipenses, él
trata en primer lugar, en el capítulo uno: "la filosofía del vivir cristiano". En el capítulo
2, tenemos: "las normas para el vivir cristiano". Luego, en el capítulo 3, tenemos: "el
premio o galardón para el vivir cristiano". Y finalmente, en el capítulo 4, tenemos: "el
poder para el vivir cristiano". Todos estos son muy importantes y cada uno será enfocado
en particular, en un versículo en cada capítulo, y podremos apreciar esto cuando llegue el
tiempo apropiado.

Pero ahora, al comenzar a leer esta epístola, nos damos cuenta que Pablo tiene
sentimientos muy tiernos para con estos creyentes en Filipos. En los primeros dos
versículos tenemos la introducción. Luego, al avanzar en la lectura de ese capítulo
primero, notamos el sentir tierno de parte del Apóstol Pablo para con estos creyentes y la
relación que él tiene con esa Iglesia, algo glorioso, una relación maravillosa. Como ya
hemos dicho, los primeros dos versículos son, en realidad, una introducción y queremos
ver lo que ellos dicen. Ya hemos apreciado lo que nos decía el versículo 1, por lo tanto
vamos a leer el versículo 2:

TTB 4719 Página 2 de Programa No. 0753


2
Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. (Fil. 1:2)

Ya hemos destacado esto cuando estudiamos otras epístolas, y nuevamente se nos presenta
ante nosotros. Esta es la forma que tiene el Apóstol Pablo para dirigirse a todas las Iglesias. Él
tomó dos palabras muy comunes en aquel día: "gracia" que en griego se dice, "koras". Y, era
una forma de salutación que se utilizaba en el mundo romano de esa época. Estamos seguros
que en cualquier lugar en que usted se pudiera encontrar en Asia Menor, al andar por la calle,
usted podría escuchar a personas en ese tiempo que se saludaban una a otra diciendo: "koras".
Y quería decir: "gracia". Quizá en el día de hoy podríamos utilizar "koras" pero su significado
sería "buenos días", o "que pase buenos días", o "que pase un buen día". Y eso es lo que Dios
está diciendo a usted, amigo oyente: “que tenga una buena eternidad." Y Él dice: "Yo he
preparado las cosas para que así sucedan."

Hay muchas personas que nos dicen: "tenga buenos días." Pero ellos no contribuyen en
nada para ello, aparte de simplemente decir esa frase. Es bueno escuchar eso. Pero Dios ha
hecho arreglos por medio de los cuales usted y yo, amigo oyente, podemos tener una buena
eternidad y es por medio de la Gracia de Dios.

A esto siempre le sigue la Palabra "paz". Nunca se encuentra al frente. Nunca está guiando
esa marcha. Es una palabra religiosa. "Koras" proviene del mundo griego, pero "paz" nos llega
del mundo religioso. Es una forma de saludar hebrea, la palabra hebrea es "Shalom".
Jerusalén es la ciudad de la paz. "Jeru" – "Shalom", o ciudad de paz. Nunca ha sido eso. Ha
sido una ciudad de guerra. Y en la actualidad es como un aguijón en la carne de este mundo.
Los hombres no saben qué hacer con ella. Pero cuando llegue a gobernar el Príncipe de Paz,
entonces, habrá paz en el mundo. Hoy tenemos una paz que nos llega a través de la gracia de
Dios, y Pablo lo menciona en su epístola a los Romanos, donde dice: Justificados pues por la fe

TTB 4719 Página 3 de Programa No. 0753


tenemos paz para con Dios.

Esta es una paz que un pecador puede tener con un Dios santo porque Cristo murió por
nosotros. Él pagó el castigo y, ahora, Dios en Gracia puede salvarle. Esto no se puede lograr
por medio de algo que usted le pueda llevar a Dios porque, hablando francamente, usted no tiene
nada que llevarle a Él. Yo nunca le he llevado nada a Dios a no ser que haya sido mi pecado.
Él ha pagado la culpa de ese pecado, y, ahora, Él puede recibirme como pecador, y también
puede recibirle a usted, amigo oyente. Y, entonces, usted podrá disfrutar y saber que en este
mundo de problemas, de tensiones, en este mundo de pruebas, y en este mundo que está lleno de
tantas cosas malas, usted puede conocer la paz de Dios en su corazón. Esa es la paz que Dios da
a aquellos que confían en el Señor Jesucristo como su Salvador personal. Estas dos palabras
pues, son muy importantes, como nos damos cuenta.

Bien, la gracia y la paz provienen de Dios, nuestro Padre, del Señor Jesucristo, y queremos
hacerle una pregunta al teólogo: ¿No es Pablo trinitario? ¿No cree él en la trinidad? ¿Por qué
no dice que es también del Espíritu Santo? Bueno, porque el Espíritu Santo ya estaba en Filipos
morando en los creyentes. Por tanto, vemos que Pablo es muy exacto en lo que dice. Ahora, al
leer en el versículo 3, notamos que entramos a una sección maravillosa donde Pablo revela su
sentir tierno por los creyentes de Filipos. Esta sección comprende los versículos 3 al 11.
Notemos lo que dice el versículo 3:

3
Doy gracias a mi Dios siempre que me acuerdo de vosotros, (Fil. 1:3)

Es hermoso poder tener una Iglesia así y sentir de la forma en que siente el Apóstol acerca de
los creyentes. Cada vez que una persona menciona a Filipo, Pablo le da gracias a Dios por los
creyentes de ese lugar. Esto es realmente maravilloso. Leamos otra vez el versículo 3:

TTB 4719 Página 4 de Programa No. 0753


3
Doy gracias a mi Dios siempre que me acuerdo de vosotros, (Fil. 1:3)

Esto es algo muy difícil de definir. De vez en cuando recibimos alguna carta de una
organización que quiere que hagamos algo por ellos. Ellos escriben pidiendo algo y es algo
perfectamente normal. Pero muchos de ellos comienzan su carta diciendo: "Doy gracias a mi
Dios siempre que me acuerdo de vosotros". Bueno, no estamos seguros que ellos sientan
realmente eso acerca de nosotros, porque de una forma ellos están preparándose para pedirnos
algo. Pero es hermoso ser esa clase de persona, – ¡ah, el estar en una Iglesia donde uno pueda
decir que cada vez que piensa de esa Iglesia, uno le da gracias a Dios por ella! Creemos que
esto es algo realmente maravilloso.

Si Pablo no hubiera dicho nada más acerca de esa relación con esta Iglesia, esto hubiera sido
suficiente para revelarnos lo maravilloso que ellos eran. Pablo no andaba diciendo eso acerca
de otras iglesias, porque uno lo puede comprobar muy fácilmente. Él nunca le dijo eso a los
Gálatas, por ejemplo. Tampoco se lo dijo a los de Corinto. Pero él aún no ha finalizado de
hablar. Él dice en el versículo 4:

4
siempre en todas mis oraciones rogando con gozo por todos vosotros, (Fil. 1:4)

Esto no es algo que él hace alguna vez que otra, sino que lo hace siempre, y dice que en todas
sus oraciones lo hace.

Él dice: Por todos vosotros. Y con eso nos habla de una manera muy clara que él se está
dirigiendo a todos los santos que están en esa Iglesia. No sólo al grupo de la señora Síntique o
al de la señora Evodia, o de esta otra pequeña camarilla, sino que él está escribiendo a toda la
Iglesia en ese lugar. Al cuerpo entero de toda la Iglesia local, él dice: Por todos vosotros. Él

TTB 4719 Página 5 de Programa No. 0753


usa la misma expresión allá en el versículo 7: todos vosotros. Y luego lo usa en el versículo 8 y
es algo que él utiliza frecuentemente. Veamos una vez más, este versículo 4:

4
siempre en todas mis oraciones rogando con gozo por todos vosotros, (Fil. 1:4)

Fue Bencolt quien dijo que el total de esta epístola es: "Yo me regocijo, ¿os regocijáis
vosotros?” Creemos que en realidad eso podría ponerse en un cuadro. Eso sería una buena
oportunidad para tener una protesta y la protesta podría ser que a cada Iglesia Pablo diría: Yo me
regocijo; regocijaos vosotros. Esto es algo para los creyentes. Él está diciéndoles a ellos:
"regocíjense." Ahora, cuando usted descubre dónde se encuentra Pablo, usted se dará cuenta de
lo importante que esto es. Él nos va a decir ahora, una y otra vez: "Yo me regocijo". ¿Sabe
usted, amigo oyente, donde se encuentra Pablo? Bueno, está en una prisión romana. Las
prisiones romanas no eran algo muy agradable que digamos; eran lugares muy lóbregos y
terribles.

Los romanos no aceptaban esa idea que es prevaleciente en el presente de tratar de disciplinar
a los prisioneros. Lo que ellos hacían era castigarlos, lo cual es correcto. Ese siempre ha sido
el caso hasta cuando se presentó esta idea nueva de la actualidad y que está completamente
equivocada, donde se trata simplemente de enseñar disciplina a los prisioneros, lo cual ha
producido peores criminales. En el día de hoy, amigo oyente, estamos llegando a ser un
continente de criminales. ¿Por qué? Porque estamos tratando de hacer que los criminales que
están dentro de la prisión sean tan buenos y dulces como aquellos que están fuera, y de paso,
debemos decir que estamos logrando eso. Pero esto ha provocado que haya más criminales
afuera que los que están dentro de la prisión en el presente.

Ahora, en el versículo 4 aparece la palabra "gozo". Nunca hemos sentido la necesidad de

TTB 4719 Página 6 de Programa No. 0753


decir que esta es la "epístola de gozo" porque esta palabra aparece 19 veces en este libro. Si uno
va a buscar una palabra que se mencione más que ninguna otra, entonces deberíamos usar el
nombre del Señor Jesucristo. Su nombre aparece más de 40 veces en esta epístola, y Él es el
centro mismo de esta carta. Él es quien es la fuente misma de gozo y, por tanto, el énfasis
debería ponerse sobre Él y no sobre el gozo. En la actualidad, nosotros estamos tratando de
producir gozo en la Iglesia por medios externos.

Uno prepara un programa y le dice a la gente que venga; que ellos van a gozarse de ese
programa. Preparamos un banquete, una comida, un desayuno. A la gente siempre le gusta
asistir a los banquetes, así es que decimos que vamos a gozarnos. Pero, en realidad, amigo
oyente, no es gozo porque gozo no depende de circunstancias foráneas. Depende de la
condición interna de la persona. Depende de lo que se conoce hoy como la actitud propia.
¿Cuál es su actitud amigo oyente, hacia la vida? Si usted se está quejando y lamentándose de lo
que le toca hacer en su vida, entonces, usted no va a tener gozo en su vida. Quizá disfrute de ir
a un banquete en la iglesia, y se divierta un poco, pero usted no va a tener gozo. Pero cuando
usted y yo amigo oyente, ocupamos el lugar donde vemos que estamos en el centro de la
voluntad de Dios, sin preocuparnos dónde pueda ser, sabemos que estamos en la voluntad de
Dios, y conocemos muy bien que habrá gozo en nuestras vidas.

Así es que Pablo puede decir aquí: siempre en todas mis oraciones rogando con gozo por
todos vosotros. Pablo estaba diciendo que en tiempo de oración uno no debe decir: "Ah, ahora
tengo que pasar por esta obligación y tener que orar por estas personas y por estas otras”. Pablo
dice: "En realidad, es un placer para mí el poder orar por ustedes los creyentes de Filipos; y aquí,
en la prisión, me ha llegado gozo a mi corazón". Él no sólo va a hacer una solicitud por ellos,
sino que está muy agradecido por ciertas cosas. Y luego, en el versículo 5 dice:

TTB 4719 Página 7 de Programa No. 0753


5
por vuestra comunión en el evangelio, desde el primer día hasta ahora; (Fil. 1:5)

Por vuestra comunión en el evangelio. Hemos llegado a una parte muy importante en esta
epístola. Ya hemos hablado de ello con anterioridad, pero no nos hemos explayado en esto.
¿Qué quiere decir esta palabra 'comunión'? ¿Cuál es su verdadero significado? No creemos
que esta sea una palabra que aun en la Iglesia misma sea utilizada correctamente. Y por cierto
que el mundo ha adoptado esta palabra y la utiliza continuamente en la actualidad. La gente del
mundo habla mucho acerca de tener comunión en el presente.

Hay muchas veces que los predicadores son invitados a hablar en reuniones de hombres de
negocios. Por lo general, el que está encargado del programa de ese día le invita para que él
presente una charla donde hable directamente de lo que la Biblia dice. Y, por lo general, los
predicadores aprovechan esa oportunidad para presentar el evangelio de una manera muy directa.
El propósito, por supuesto, es el de presentar la Palabra de Dios aun cuando estos lugares no son
los más apropiados para esta clase de mensajes. En una de estas reuniones se había colocado un
cartel que decía: "Comida, entretenimiento, comunión". Y en ese lugar, opinamos que la gente
no tendría que haberse jactado de ninguna de esas cosas. La comida era algo que se puede
describir como pollo embalsamado con guisantes tan grandes como duraznos. Y de los chistes,
ni hablar. Todos muy desabridos, como los que decimos nosotros a veces aquí en este
programa. Ahora, la comunión era la de dar palmaditas en la espalda de alguno y decirle:
"Hola, ¿que tal? ¿Cómo andan los negocios?" Pero, amigo oyente, eso no es comunión.

En realidad, la palabra griega que describe comunión es "koinonia". Y quiere decir


compartir las cosas de Cristo. Ese es su significado. Hay tres elementos que tienen que entrar
aquí: la comunicación espiritual es uno de ellos. En segundo lugar, tiene que haber una
cooperación idónea. Y, en tercer lugar, tiene que haber una comunión dulce. Estas son las tres

TTB 4719 Página 8 de Programa No. 0753


cosas, los tres elementos que entran en esto de la comunión. Primero, comunicación espiritual.
Esto es, el compartir las cosas de Cristo. Segundo, cooperación idónea; es decir, el trabajar
juntos por Cristo. Es por eso que cuando el Apóstol Pablo utilizaba la palabra comunión, él
podía haber estado hablando acerca de la lectura bíblica o un estudio bíblico. Él podía haber
estado hablando acerca de la oración. Podía haber estado hablando acerca de la celebración de
la Cena del Señor. O, en realidad, podía haber estado hablando acerca de recoger una ofrenda.
A todo esto Pablo llama "koinonia" o comunión – compartiendo las cosas de Cristo. Primero
tiene que haber una comunicación espiritual. Nosotros podemos estar compartiendo las grandes
verdades que conciernen al Señor Jesucristo como esperamos estar haciéndolo ahora mismo.
Luego esa cooperación idónea; y podemos trabajar juntos. Y el resultado, entonces, llegaría a
ser esa comunión dulce. Usted y yo podemos ser compañeros. Y eso es lo que queremos que
usted sea en esta transmisión. ¡Que nosotros podamos tener "koinonia", comunión! ¡Que
podamos tener comunión en la palabra de Dios y en el esparcimiento de la Palabra de Dios! No
creemos que haya nada que pueda igualarse a esto.

Ahora, esta palabra aparecerá ante nosotros nuevamente más adelante. Pablo nos está
diciendo aquí que esta Iglesia de Filipos está teniendo comunión con él. Él había comunicado a
ellos el evangelio, la Palabra de Dios. Ellos habían tenido una cooperación idónea porque ellos
lo compartían con Pablo. Ellos habían cooperado con él, como él nos dirá en el capítulo 4 de
esta epístola. Una y otra vez ellos le ayudaron en cuanto a sus necesidades físicas. Y, luego,
cuando podían estar juntos tenían una dulce comunión. Y amigo oyente, ¡Cuán maravilloso es
todo esto! Ahora, en el versículo 5, hemos leído:

5
por vuestra comunión en el evangelio, desde el primer día hasta ahora; (Fil. 1:5)

Usted recuerda que Pablo fue a esa ciudad y él tuvo esa maravillosa comunión con ellos.

TTB 4719 Página 9 de Programa No. 0753


Luego, en el versículo 6, él dice:

6
estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la
perfeccionará hasta el día de Jesucristo; (Fil. 1:6)

Este es un versículo verdaderamente maravilloso, amigo oyente. Es tan importante que


deseamos dedicarle algo de tiempo para analizarlo. No tenemos hoy ese tiempo, así es que
vamos a esperar hasta poder considerarlo, Dios mediante, en nuestro próximo programa cuando
comenzaremos a partir del versículo 6, en este capítulo 1, de la epístola a los Filipenses. Al
despedirnos, dejamos con usted las palabras del Apóstol Pablo: Y esto pido en oración, que
vuestro amor abunde aun más y más en ciencia y en todo conocimiento. ¡Hasta nuestro
próximo programa, amigo oyente, que Dios le bendiga en manera especial!

TTB 4719 Página 10 de Programa No. 0753

También podría gustarte