CON ESTA EDICIÓN

Suplemento Actualidad

AÑO lxxvii N° 97 DIRECTOR: JORGE HORACIO ALTERINI Tomo La Ley 2013-c

BUENOS AIRES, argentina - martes 28 de mayo de 2013 ISSN 0024-1636

_Columna de OPINIÓN
Modelos jurídicos para el crowdfunding
Sobre la ley 26.854. nuevas formas de financiación colectiva
Janus (1)
de proyectos

Por Raúl Gustavo Ferreyra

Teresa Rodríguez de Las Heras Ballell (*)

SUMARIO: I. Consideraciones iniciales.- II. El crowdfunding en su contexto.- III. Concepto, características y modalidades de crowdfunding.-
IV. Estructura, funcionamiento y sujetos participantes en el crowdfunding.- V. Modelos jurídicos para el crowdfunding.

P
ensé que un proyecto de ley podía
tener un recorrido semejante a un
río: con cursos lentos o rápidos, si-
nuosos, rectos. A veces profundo, a veces
ancho y a veces lagunoso, espacioso. No
El crowdfunding, frecuentemen- un perfil propio e innovador que lo distingue
de una simple emulación electrónica de la
los mercados financieros y las instituciones
bancarias ha acelerado una tendencia hacia
sucedió, con el proyecto de ley “tendiente te traducido como “financiación en financiación en masa. Las diversas modali- la desintermediación financiera que ha dado
a la regulación de las medidas cautelares masa o colectiva”, describe un amplio dades de crowdfunding representan, en rea- forma a algunos de los esquemas de finan-
dictadas en procesos en los que el Estado lidad, una oportunidad para canalizar cam- ciación alternativa de base “colectiva” o “co-
Nacional o sus entes descentralizados y variado fenómeno consistente en pañas de financiación colectiva, con un alto munitaria”.
sean parte”, enviado por el Poder Ejecuti- la creación de un entorno electrónico grado de participación y con interesantes
vo Nacional y sancionado por el Congreso posibilidades de colaboración que aportan La necesidad, por tanto, de abrir nuevas
federal, con modificaciones impercep- para la agrupación de un colectivo, la valor al simple proceso de aportación de re- vías de financiación y el deseo de reducir
tibles a la intención originaria. Porque, aportación de ideas, recursos y fondos cursos. la dependencia de la intermediación finan-
deliberadamente o sin deliberación, se ha ciera configuran el contexto socioeconómi-
soslayado la condición del juego democrá- y la interacción en red dirigida Analizado el contexto y los factores eco- co que explica el desarrollo y crecimiento
tico: serenidad, reciprocidad, profundidad a apoyar conjuntamente proyectos, nómicos, sociales y tecnológicos que expli- exponencial de fórmulas alternativas de
y receptividad del debate, en el ágora. can el estado actual del crowdfunding (infra financiación. (2) El denominado crowdfun-
esfuerzos e iniciativas de individuos, II), indagaremos en sus principales modali- ding representa una de estas potentes co-
El proyecto sobre medidas cautelares organizaciones o empresas. dades (infra III) para poder desbrozar a con- rrientes de financiación alternativa. (3) En
tiene dos cabezas, al igual que la represen- tinuación su estructura y funcionamiento su emergencia, sin embargo, no sólo han
tación del dios de la mitología romana, y (infra IV) y comenzar así a plantear modelos sido determinantes los factores coyuntu-
pretendería navegar con ambas. Es im- jurídicos para el crowdfunding (infra V). rales de la situación económica mundial. El
posible la navegación hacia direcciones I. Consideraciones iniciales crowdfunding, en realidad, en su configura-
opuestas, en el mismo tiempo y espacio II. El crowdfunding en su contexto ción actual, es el resultado de la convergen-
¡Y con el mismo movimiento! El crowdfunding no es un fenómeno nue- cia de varios factores. Junto al económico,
vo pero la coyuntura económica, el impulso Las economías contemporáneas basan han confluido en la concepción y el desa-
Una de las cabezas, claramente, se tecnológico y su significación social le han esencialmente su crecimiento y, de hecho, rrollo de las modalidades de crowdfunding
orienta a la consolidación de la presun- conferido un perfil propio y han determina- la viabilidad de su propio funcionamiento un factor social y un factor tecnológico. En
ción de constitucionalidad de la pro- do su definitiva consolidación en la sociedad en la disponibilidad y el acceso al crédito en efecto, el crowdfunding, en sus diversas mo-
ducción estatal, en primer lugar: leyes contemporánea. En efecto, en el crowdfun- condiciones razonables. Dada esta intensa dalidades, es una manifestación más de los
y reglamentos. Por esta vía se pretende ding confluyen factores económicos, socia- dependencia estructural, la paralización del movimientos sociales de implicación comu-
terminar con el Derecho cautelar, au- les y tecnológicos que reflejan los profundos crédito y un dramático recorte de las fuen- nitaria y acción colectiva. La creación de
tosatisfactivo, exclusiva producción cambios experimentados por las economías tes de financiación se perciben como efectos comunidades sociales y el aprovechamien-
judicial, control de los poderes políticos modernas para tratar de responder a los demoledores de la reciente situación de cri- to de las ventajas del hacer colectivo se han
constituidos del Estado de Derecho, por- retos de un mercado de la financiación que sis económica y, a la vez, como detonantes venido reflejando en numerosas iniciativas
que por su propia naturaleza provisional atraviesa una grave y profunda crisis y una de un agravamiento de sus consecuencias. para la co-creación artística y cultura, la
sus fundamentos son precarios en rela- sociedad que cuestiona los pilares sobre los Junto con este estrechamiento de los cana- distribución, el uso y la explotación colec-
ción con el Derecho de fondo alegado en que se venía sosteniendo el sistema de pro- les privados de acceso al crédito, la caída tivas. Pero, en realidad, ha sido la palanca
la demanda. Además, el Derecho caute- ducción, creación y distribución tradiciona- en paralelo de la inversión pública ha hecho tecnológica la que ha hecho posible la ma-
lar configura una serie anomalía, pues, les. Sobre este contexto social y económico, especialmente vulnerables en términos de terialización de estas propuestas, en todos
provoca la casi automática “judiciali- el factor tecnológico ha actuado como un po- financiación, entre otros, los proyectos cul- sus ámbitos, y explica, por ende, su recien-
zación de la política”. Dicho abreviada- tente facilitador de nuevas formas de inte- turales y artísticos, los proyectos de inves- te proliferación. Las posibilidades de inte-
mente: ¡perder en el Congreso (también racción, intermediación y actuación colecti- tigación científica (1) y, en general, aquellas racción, comunicación y actuación conjun-
va que han hecho posible el despegue defini- iniciativas empresariales de pequeña y me- ta que ofrece la Red han creado un entorno
tivo del crowdfunding. diana dimensión. idóneo para el desarrollo de estas iniciati-
(1) Contribución presentada al Congreso Nacional vas. Las estructuras de red social y plata-
sobre Democratización de la Justicia: “La sociedad El crowdfunding describe un amplio y va- Este retraimiento masivo de los principa- formas P2P (peer to peer, o persona a perso-
le habla a la justicia”, Universidad Nacional de La riado conjunto de esquemas de financiación les actores del mercado de la financiación na) acogen con comodidad la creación y el
Matanza, 14/5/2013. colectiva de proyectos de muy diversa na- ha sido el primer factor coyuntural deter- funcionamiento de comunidades virtuales
turaleza. Su desarrollo a través de redes minante de la emergencia de modelos de con y para muy diversos fines.
sociales y plataformas P2P ha añadido ade- financiación alternativa. En este contexto,
continúa en la página 5 más otras funciones que consiguen definir además, el cuestionamiento del papel de continúa en la página 2

COLUMNA DE OPINIÓN: Sobre la ley 26.854. Janus NOTA A FALLO. Sana crítica. Lógica, experiencia y sentido común
CORREO
ARGENTINO Por Raúl Gustavo Ferreyra.......................................................................................................... 1 José Ignacio Ondarcuhu........................................................................................................................... 6
CENTRAL B

DOCTRINA. Modelos jurídicos para el crowdfunding. Nuevas formas de financiación JURISPRUDENCIA

colectiva de proyectos Daños y perjuicios. Menor que fue aprehendido en un supermercado. Acción contra
FRANQUEO A PAGAR
CUENTA N° 10269F1

Teresa Rodríguez de Las Heras Ballell........................................................................................ 1 la empresa de seguridad privada. Rechazo. (CNCiv)...........................................................5
2 | martes 28 de mayo de 2013
Modelos
jurídicos para el
crowdfunding.
Nuevas formas
de financiación
colectiva de
proyectos
viene de tapa
Esta infraestructura tecnológica hace via-
ble el acceso a un amplio colectivo de usua-
rios en unas condiciones de interacción di-
recta y multilateral, bajo coste y alcance te-
rritorial y subjetivo absolutamente descono-
cidas e inalcanzables mediante las fórmulas
tradicionales de financiación por captación
del ahorro público. Por tanto, la tecnología ha
disparado el efecto multiplicador y de eficien-
cia del principio económico subyacente en la
financiación en masa: la distribución del ries-
go. En efecto, ante la reticencia de las institu-
ciones financieras a concentrar sus inversio-
nes en proyectos concretos y asumir así sus
riesgos, la financiación en masa se basa en
distribuir el riesgo entre un elevado número
de aportantes que contribuyen con recursos
en cuantía relativamente reducida, lo que les
permite controlar y limitar el riesgo de pérdi-
da, pero, a la vez, asegurar que la suma de to-
das las aportaciones alcanza (y muy frecuen-
temente supera) la cantidad suficiente para
apoyar la iniciativa financiada. Con la misma
función económica que vertebra los merca-
dos financieros, las plataformas de crowdfun-
ding actúan como mecanismos directos de
asignación eficiente del (micro-) ahorro a la
inversión tendentes, sin embargo, a la redis-
tribución de los recursos y bajo un principio
de cooperación. (4)
El componente tecnológico además no sólo
ha actuado de facilitador de funciones ya
conocidas y desarrolladas en el entorno na-
tural, sino que ha incorporado otras nuevas
funciones de un potente valor añadido. En
efecto, la tecnología en red no sólo ha trasla-
dado al entorno electrónico la función prin-
cipal de financiación que haría del crowdfun-
ding esencialmente un modelo de “financia-
ción en masa” apoyado en las estructuras de
interacción e intermediación electrónicas.
El crowdfunding crea valor, porque consigue
superar la simple emulación funcional de los
modelos de financiación existentes y ofrecer
otras funciones y herramientas estratégicas.
Mediante un adecuado diseño tecnológico, el
crowdfunding no es sólo un modelo para el ac-
ceso a la financiación en masa, sino que apro-
vecha la creación de un entorno “comunita-
rio” de interacción para reforzar el ciclo de la
innovación, la fidelización y la toma de deci-
siones. Así, el crowdfunding adquiere un perfil
propio que lo hace despegarse de una mera
réplica electrónica de los canales tradiciona-
les de financiación que lo abocarían a la des-
{ NOTAS }
Especial para La Ley. Derechos reservados (Ley 11.723)
(*) Profesora Titular de Derecho Mercantil Universi-
dad Carlos III de Madrid.
(1) “Ayúdeme a investigar”, El País, 23 de febrero de
2013; “How to Fund Commercialization of University
Research? Crowdfunding, of Course!”, Forbes, 11 de fe-
brero de 2013.
(2) BEST, Jason; SHERWOOD, Neiss; JONES, Davis,
“How Crowdfund Investing Helps Solve Three Pressing
Socioeconomic Challenges”, Crowdfund Capital Advi-
sors, pp. 3-5.
(3) De acuerdo con los datos del Crowdfunding
Industry Report. Market Trends, Composition and
Crowdfunding platforms, Massolutions, Mayo 2012,
aparición tan pronto como éstos volvieran a
reactivarse y la confianza en el sistema insti-
tucional del mercado de la financiación retor-
nara a las economías mundiales. Los diversos
modelos de crowdfunding facilitan la identi-
ficación de nuevas ideas, la puesta a prueba
de proyectos piloto, la investigación de mer-
cados para el lanzamiento de nuevos produc-
tos, la retroalimentación de los procesos de
innovación y mejora a partir de opiniones y
recomendaciones de clientes, esquemas de
fidelización, gestión de clientela, personaliza-
ción de productos y campañas de publicidad,
y, desde luego, captación de fondos. En defi-
nitiva, el crowdfunding consigue promover la
emergencia de un entorno de toma de deci-
siones colectiva (5) sobre la infraestructura
técnica y operativa de las redes sociales y los
sistemas P2P.
El estudio de este complejo, variado e infor-
me fenómeno que se conoce con la expresión
de crowdfunding implica, en primer lugar, re-
conocer los factores que han determinado su
nacimiento y que explican hoy su fuerte cre-
cimiento. En este contexto social, económi-
co, institucional y tecnológico se encuentra
también la explicación de sus características
principales y de la evolución de sus diferentes
modalidades. Entendido esto, interesa, en se-
gundo lugar, analizar la estructura y la opera-
tiva de los diversos modelos de crowdfunding
para determinar el marco jurídico aplicable.
Valorando así la adecuación de la normas
existentes para atender las particularidades
de este fenómeno y, en su caso, proponiendo
reformas en la regulación o la adopción de re-
glas específicas.
III. Concepto, características y modalidades de
crowdfunding
Como en tantos otros fenómenos nuevos, el
crowdfunding se enfrenta primero al proble-
ma de la definición del concepto y la precisión
terminológica. El término crowdfunding se ha
generalizado en muchos idiomas para agluti-
nar fenómenos muy diversos que comparten
esencialmente tres características. Primero,
la base comunitaria y en masa que permite
agrupar esfuerzos, recursos e ideas. Segun-
do, el objetivo principal, pero no único de
obtener financiación para un proyecto bajo
esquemas jurídicos y económicos muy distin-
tos. Tercero, el empleo de tecnología que per-
mite la interacción e intermediación electró-
nicas para canalizar las funciones atribuidas
a cada modalidad de crowdfunding. Por tanto,
el término crowdfunding, frecuentemente tra-
ducido como “financiación en masa o colec-
tiva”, describe un amplio y variado fenóme-
no consistente en la creación de un entorno
(electrónico) para la agrupación de un colec-
tivo, la aportación de ideas, recursos y fondos
y la interacción en red dirigida a apoyar con-
juntamente proyectos, esfuerzos e iniciativas
de individuos, organizaciones o empresas.
A partir de esta descripción propuesta, se
puede comprobar que el uso de otros térmi-
nos que en ocasiones se ofrecen como sinó-
nimos del crowdfunding, describen en reali-
dad una o varias modalidades del mismo. Así,
el equity crowdfunding, el crowd financing, el
micromecenazgo, el P2P Social Lending, los
www.crowdsourcing.org, en abril de 2012 había 452
plataformas de crowdfunding activas y las estimacio-
nes de crecimiento para final de año alcanzaban las
536 plataformas en diciembre de 2012. El mayor nú-
mero de plataformas se concentra en Estados Unidos
(119) seguido de Europa, en particular, en Reino Unido
(44), Francia (28), Holanda (29), Alemania (20) y Es-
paña (18). El número de campañas financiadas que ya
supera a nivel mundial 1 millón, sin embargo, es supe-
rior en Europa con 654.000 frente a las 532.000 en Es-
tados Unidos. Sólo en el año 2011, se captaron median-
te crowdfunding 1500 millones de dólares y todos los
datos apuntan hacia un crecimiento continuo en todas
las variables.
microcréditos o la microfinanciación colec-
tiva identifican generalmente sólo algunos ti-
pos de crowdfunding. Por ello, a los efectos de
este trabajo, emplearemos en todo momento
el término crowdfunding como el más general
y omnicomprensivo del fenómeno que estu-
diamos, para referirnos, en particular, a cada
modalidad, con otras expresiones más espe-
cíficas.
Superada la cuestión terminológica, es
preciso ahora hacer un esfuerzo de catego-
rización de las diversas modalidades que se
observan en el contexto social y económico.
El crowdfunding se presenta con perfiles muy
distintos que no siempre permiten un trata-
miento conjunto desde la perspectiva de su
formulación jurídica, su función económica,
el modelo empresarial o la motivación social
subyacente. En el estadio actual de evolu-
ción (6), ya han tomado forma cuatro tipos de
crowdfunding, que analizamos a continuación
(7): donation-based, reward-based, equity-based
y lending o debt-based.
a). Donation-based crowdfunding. Este mo-
delo de crowdfunding está dirigido a facilitar
la recaudación de fondos para proyectos so-
ciales. Se basa, por tanto, en aportaciones de
usuarios en forma de donaciones para apo-
yar sin ánimo de lucro proyectos específicos
de ayuda social liderados por organizaciones
(generalmente, ONG), asociaciones o indivi-
duos. El carácter específico de los proyectos
y la posibilidad de que a través de la platafor-
ma de crowdfunding los donantes reciban in-
formación detallada y puntual sobre el esta-
do de desarrollo del proyecto, la capacidad de
interacción entre los usuarios, con los promo-
tores e incluso con los beneficiarios del pro-
yecto, y las oportunidades de seguimiento en
tiempo real que ofrecería el empleo de ade-
cuadas soluciones tecnológicas incorporadas
en la plataforma refuerzan el compromiso de
los donantes, incentivan las donaciones reite-
radas y de mayor valor y consolidan una base
idónea para construir relaciones de confian-
za estables en el tiempo.
b). Reward-based crowdfunding. En esta
modalidad de crowdfunding, los usuarios
contribuyen a la financiación de un proyecto
específico con aportaciones económicas (de
cuantía variable pero mayoritariamente re-
ducida) a cambio de lo que genéricamente se
denomina una “recompensa”. Para que nos
encontremos en esta modalidad de reward-
based pura la recompensa no debe financiera.
No obstante, es frecuente que determinadas
plataformas ofrezcan una combinación de
modalidades de financiación y, por tanto, de-
pendiendo de la cuantía de la financiación se
trate como reward-based en los tramos bajos
y pase a operar como equity-based o incluso
como debt-based en los tramos medios o altos.
Dentro de esta categoría, nos encontramos
a su vez con al menos dos modalidades de
reward-based crowdfunding según la relación
entre la cuantía de la aportación y el valor
relativo de la recompensa. En el primer mo-
delo, el aportante ve compensada su contri-
bución al proyecto, generalmente de cuantía
reducida, con una recompensa de valor más
bien simbólico y que no suele, sin embargo,
(4) FELBER, Christian, “La economía del bien co-
mún”, Barcelona: Ediciones Deusto, 2012.
(5) DE BUYSERE, Kristof; GAJDA, Oliver; KLE-
VERLAAN, Ronald, MAROM, Dan, “A Framework For
European Crowdfunding”, 2012, www.crowdfundingfra-
mework.eu, p. 9.
(6) Entre las plataformas de crowdfunding más co-
nocidas se encuentran: Kickstarter, CrowdCube, Sym-
bid, MyMicroInvest, WiSeed, Innovestment, Seedrs,
BanktotheFuture, CrowdMission, Partizipa, Lanzanos,
Goteo, Verkami, TheCrowdAngel, Suma, Indiegogo,
RocketHub, entre otras muchas.
(7) COLLINS, Liam; PIERRAKIS, Yannis, “The Ven-
ture Crowd. Crowdfunding Equity. Investment into Busi-
corresponderse en términos de precio con la
cantidad aportada. No obstante, el incentivo
para la aportación y la motivación del apor-
tante se encuentra en que la percepción del
valor de la recompensa, en forma de bien, ser-
vicio o derecho, es muy superior a la cuantía
aportada. Para la financiación de conciertos,
obras de teatro o producciones cinematográ-
ficas, por ejemplo, se pueden ofrecer entra-
das VIP, encuentros con los artistas, copias
firmadas, autógrafos o invitaciones para los
pre-estrenos. (8)
En el segundo modelo, la aportación al pro-
yecto se corresponde con el precio del pro-
ducto o servicio que el aportante abona por
anticipado. En estos casos, la relación entre
el aportante y el promotor del proyecto se
instrumenta como un contrato de compra-
venta, de obra o de prestación de servicios en
el que el aportante anticipa el pago del pre-
cio convenido para que el promotor disponga
de los fondos que precisa para desarrollar la
actividad. En el plazo acordado, el promotor
entrega al aportante como contraprestación
el bien, la obra o el servicio financiado en las
condiciones pactadas. Es frecuente que se
recurra como elemento de atracción a una
rebaja del precio si se paga como aportación
anticipadamente, empleando así uno de los
efectos propios de las llamadas “compras
grupales o colaborativas”. (9)
La distinción entre el primer modelo y el
segundo no es siempre clara, pues además de
la relación entre la aportación realizada y el
precio de la recompensa o contraprestación,
hay que tomar en consideración la propia
percepción que el aportante tiene del valor
real o simbólico de la recompensa recibida y
el carácter obligatorio o de mera liberalidad
con que se concibe la prestación por el pro-
motor del proyecto de la contraprestación
prevista. Frente al valor simbólico de un en-
cuentro con los artistas tras la obra o la exac-
ta correspondencia entre la aportación y el
precio final del videojuego cuyo desarrollo ha
sido financiado por crowdfunding, proyectos
de investigación médica que han visto recor-
tar dramáticamente los fondos públicos ofre-
cen, por ejemplo, la realización de un test ge-
nético a cambio de la aportación realizada.
c). Lending o debt-based crowdfunding. Esta
modalidad de financiación en masa se cons-
truye sobre operaciones de préstamo entre
el colectivo de usuarios (prestamistas) y los
promotores del proyecto que buscan finan-
ciación. Esta categoría de crowdfunding pre-
senta diferentes formatos según la función
desempeñada por el intermediario (gestor de
la plataforma de crowdfunding) y las condi-
ciones económicas de los préstamos.
De un lado, el lending crowdfunding puede
articularse de modo que el gestor de la plata-
forma actúe como un auténtico intermediario
que recauda las aportaciones de los presta-
mistas —captando fondos reembolsables del
público— y garantizando así la devolución de
los préstamos en determinadas condiciones.
Al instrumentar la financiación de esta for-
ma, surgen importantes consecuencias regu-
latorias al emularse funciones propias de ins-
tituciones financieras sujetas a una estricta
ness”, Julio 2012, www.nesta.org.uk; DE BUYSERE, Kris-
tof, GAJDA, Oliver, KLEVERLAAN, Ronald, MAROM,
Dan, “A Framework For European Crowdfunding”, op.
cit., pp. 9-11.
(8) KAPPEL, Tim, “Ex ante Crowdfunding and
the Recording Industry: A Modelo Fort he U.S.?”, 29
Loy.L.A.Ent.L.Rev., 2008-2009, pp. 375-385.
(9) Esta fórmula de pre-venta ha conseguido colocar
ya tres proyectos financiados a través de la plataforma
de crowdfunding Kickstarter entre los primeros que han
logrado superar la barrera del millón de dólares: la ree-
dición en papel del cómic “The Order of the Stick”; un
soporte para el Iphone (Elevation Dock); y el videojuego
“Double Fine Adventure”.

supervisión. Por el contrario, esta modalidad
de préstamo colectivo puede estructurarse
como una simple plataforma para la interac-
ción directa entre prestamistas y prestata-
rios en la que la función del intermediario (10)
(match-maker) (11) es simplemente proporcio-
nar a los usuarios el acceso y el uso de este
entorno electrónico para el intercambio de
información, la identificación de intereses co-
munes, la agregación y centralización de re-
laciones (12) y la negociación y conclusión de
las transacciones. Esta diversa operativa ale-
ja la actuación de las plataformas de los tra-
dicionales mercados regulados y, por tanto,
minimiza las consideraciones regulatorias y
de supervisión.
De otro lado, bajo el lending crowdfunding
pueden desarrollarse diversos modelos de
negocios en función de las condiciones eco-
nómicas de los préstamos y las motivaciones
principales de los participantes. Las opera-
ciones de préstamo pueden celebrarse en
condiciones similares a las del mercado, fijan-
do un tipo de interés en función del análisis
de riesgo y viabilidad del proyecto, de modo
que la ventaja principal consiste en la desin-
termediación bancaria. O bien pueden incli-
narse hacia modelos de social lending en los
que la micro-financiación no implica el pago
de interés alguno y donde la motivación de los
prestamistas es apoyar proyectos en países
en desarrollo o para colectivos especialmente
vulnerables. En este punto, se engarzan con
el emergente sector de las microfinanzas (13)
que además de los grupos solidarios, fondos
rotatorios o banco comunales, se canalizan
a través de plataformas de P2P Lending (14) y
Social Lending.
d). Equity-based crowdfunding o crowdinves-
ting. El modelo del crowdinvesting consiste
en la financiación en masa de proyectos me-
diante la participación en el capital de la so-
ciedad promotora. Así, la contribución reci-
bida se trata como aportación de capital y el
aportante se convierte en socio o accionista
de la sociedad promotora del proyecto, con
el derecho a participar, en las condiciones
legales y estatutarias, en los beneficios de la
compañía o a recibir, de otro modo, parte de
las ganancias del proyecto. (15) Configurado
de este modo, el crowdfunding se convierte en
una auténtica alternativa para la financiación
{ NOTAS }
(10) Sobre las funciones de los intermediarios BAI-
LEY, Joseph P. & BAKOS, Yannis, “An Exploratory Stu-
dy of the Emerging Role of Electronic Intermediaries”,
Int.J.Electronic Commerce, vol. 1, nº 3, Spring 1997, pp.
7-20.
(11) La auténtica potencialidad de las nuevas tecnolo-
gías no radica en la mayor disponibilidad de la informa-
ción, ni siquiera en la mayor rapidez de su acceso, sino
en la posibilidad de garantizar la atención de los agentes
relevantes en las transacciones económicas. Ya adver-
tía el premio Nobel Herbert Simon que “la riqueza de in-
formación crea la pobreza de atención”. Y, sin duda, la
atención se ha convertido hoy en un bien escaso, en una
“commodity”, “en torno a la cual ha de girar cualquier
estrategia comercial en el ciberespacio” - ONTIVEROS,
Emilio, “La economía en la red: nueva economía, nuevas
finanzas”, Madrid: Taurus, 2001, pp. 48 y 49. La función
de los intermediarios incide directamente sobre esta va-
riable atenuando su efecto obstaculizador.
(12) Este efecto es conocido en la teoría de la interme-
diación como “efecto Baligh-Richartz”. Si en un merca-
do hay m compradores y n vendedores, son necesarias
m x n relaciones. La posición central del intermediario
reduce las relaciones necesarias a m + n. En mercados
con numerosos compradores y vendedores - comprué-
bese como pierde sentido la intermediación si m y/o n
son igual a 1 y como no supone ventaja alguna cuando m
y n son iguales a 2 - m + n es sustancialmente menor que
m x n, lo que supone una considerable reducción de los
costes de transacción.
(13) En la Cumbre del Milenio, celebrada en el año
2000, se fijó la erradicación de la pobreza extrema
como el primero de los Objetivos del Milenio que debía
alcanzarse en 2015 a nivel internacional —http://www.
undp.org/content/undp/es/home/mdgoverview/—. El
empresarial de gran fuerza transformadora.
(16) A la vez, las consideraciones jurídicas que
despierta su instrumentación son numerosas
y precisan, en ocasiones, una reforma legisla-
tiva. Nos detendremos más adelante breve-
mente en estas cuestiones.
IV. Estructura, funcionamiento y sujetos parti-
cipantes en el crowdfunding
Todas las modalidades de crowdfunding
responden a una estructura relacional básica
común que implica la participación mínima
de tres sujetos: el promotor del proyecto, los
aportantes al proyecto y el gestor de la plata-
forma. En cada tipo de crowdfunding, la natu-
raleza jurídica de la relación responderá a la
finalidad, las motivaciones y el carácter de la
transacción. Así mismo, la posición del ges-
tor de la plataforma puede adoptar diversos
perfiles en función de su grado de implica-
ción en las relaciones entre los promotores y
los aportantes y las funciones asumidas.
En primer lugar, el promotor del proyecto
es la persona física o jurídica que solicita fi-
nanciación para poner en marcha su iniciati-
va cultural, artística, científica o empresarial.
Para ello emplea la plataforma de crowdfun-
ding como escenario de presentación de su
proyecto para atraer el interés de posibles
aportantes con una adecuada identificación
de los riesgos y del potencial de su iniciativa.
En segundo lugar, los aportantes son los
usuarios interesados en apoyar el proyec-
to del promotor con ideas, fondos o recur-
sos de diverso tipo. La base sociológica del
crowdfunding se inclina hacia la participación
preferente de personas físicas como aportan-
tes, si bien nada impide en la estructura y la
operativa de la plataforma ni en el concep-
to mismo de la financiación en masa que los
aportantes pudiera ser personas jurídicas.
La filosofía de “la fuerza de lo pequeño” y el
potencial de “la multitud” alejaría, en prin-
cipio, estas estructuras de la intervención de
grandes compañías que, de hecho, desde una
perspectiva práctica, dispondrían de otras
vías propias más adecuadas para participar
e invertir en proyectos, pero técnicamente
no hay obstáculos estructurales ni operati-
vos insalvables. Desde el punto de vista de la
relación subyacente, según la modalidad de
microcrédito representaría una de las herramientas
principales para la lucha contra la pobreza —Decla-
ración del Parlamento Europeo sobre el microcrédito,
presentada de conformidad con el artículo 116 del Re-
glamento, con fecha 14.1.2008 (PE399.767, 0002/2008,
DC\699727ES.doc)—. De ahí que la Comisión Europea
haya centrado sus esfuerzos en identificar las necesi-
dades de impulso y refuerzo del mercado de la microfi-
nanciación y haya elaborado un conjunto de propuestas
para su regulación —Comunicación de la Comisión al
Consejo, al Parlamento Europeo, al Comité Económico
y Social Europeo y al Comité de las Regiones, “Iniciati-
va europea para el desarrollo del microcrédito en apo-
yo del crecimiento y del empleo”, Bruselas, 13.11.2007,
COM (2007) 708 final—. El microcrédito, sin embargo,
carece de una definición única y determinante. Las
diversas descripciones se asocian fundamentalmen-
te con tres criterios: la cuantía (reducida, en general,
no superior a 25.000 euros); la finalidad del crédito (el
fomento de la competitividad y del espíritu emprende-
dor, así como la inclusión social); y, los destinatarios, al
dirigirse a colectivos especialmente vulnerables como,
según los países, mujeres y minorías entre los especia-
les beneficiarios. La determinación del concepto de
microcrédito ha sido un tema recurrente en reunio-
nes y congresos especializados -I Encuentro Nacional
de Microfinanzas- Microfinanzas en España: “¿De qué
estamos hablando?”, Madrid, 15-17 de septiembre de
2010 —ICADE; “Conclusiones del Primer Encuentro
Nacional de Microfinanzas y reflexiones sobre los prin-
cipales elementos de discusión”, Colección Cuadernos
Monográficos, Nº 15, Julio 2011, Foro de Microfinanzas,
Coord. Jaim DURÁN NAVARRO, pp. 52 y 53— y en el
que hoy se sigue trabajando en el seno del Grupo de
trabajo de Legislación Microfinanciera Española, inte-
crowdfunding, los aportantes serán donantes,
prestamistas, compradores o destinatarios
del servicio (previamente contratado y abo-
nado) o auténticos socios, partícipes o accio-
nistas de la sociedad promotora del proyecto.
En tercer lugar, la figura del gestor de la
plataforma de crowdfunding es la más com-
pleja y multifacética. El gestor de la platafor-
ma puede adoptar perfiles muy diversos que
en sus extremos responden a dos posiciones
bien alejadas.
De un lado, el gestor de la plataforma pue-
de actuar simplemente como un prestador de
servicios cuya función principal es crear un
entorno cerrado de interacción electrónica
y proporcionar a los usuarios registrados el
acceso a los servicios y las aplicaciones bá-
sicas que precisan los promotores para pu-
blicar sus proyectos, lanzar la campaña de
financiación, y hacer un seguimiento del es-
tado de la misma, y que facilitan a los apor-
tantes realizar sus contribuciones, interac-
tuar con los promotores y, en su caso, utilizar
cualquier otra funcionalidad prevista (emi-
sión de opiniones, participación, toma de de-
cisiones, seguimiento, etc.). En estos casos,
se entablan dos tipos de relaciones entre las
partes. (17) En primer lugar, la relación entre
el gestor de la plataforma y los usuarios de la
plataforma (promotores y aportantes). Este
contrato —contrato de acceso/membership
agreements—, que puede ser diferente para
promotores y aportantes, regula las condi-
ciones para el acceso, la pertenencia y el uso
por parte de los usuarios de la plataforma de
crowdfunding. La prestación de estos servi-
cios puede ser gratuita o retribuida —me-
diante una cuota fija o un porcentaje sobre
las transacciones realizadas en la platafor-
ma—, pero requiere la previa identificación
del usuario mediante el registro. En virtud de
este contrato, el gestor asume determinadas
funciones que aseguran la operativa de la pla-
taforma: controlar el acceso, prestar servi-
cios añadidos (calificación crediticia, gestión
de pagos), si está previsto, emitir las reglas
reguladoras de la plataforma (políticas, re-
glas, principios), supervisar su cumplimiento
y, en su caso, aplicar la política de infraccio-
nes y sanciones. En definitiva, el gestor actúa
como un intermediario electrónico genera-
dor de un entorno de confianza y fiabilidad.
grado por más de 120 instituciones representantes del
sector financiero y en colaboración con la Red Europea
de Microfinanzas. JANSSON, T. y WENNER, M., “Fi-
nancial regulation and its significance for microfinance
in Latin America and the Caribbean”, Washington, DC:
Inter-American Development Bank Microenterprise
Unit. Working Paper, 1997.GUTIÉRREZ NIETO, B.,
“Antecedentes del microcrédito. Lecciones del pasado
para las experiencias actuales”, Revista CIRIEC, Espa-
ña, Nº 51, abril 2005, pp. 25-50; GUTIÉRREZ NIETO,
B., “Hacia una clasificación de los productos financie-
ros sociales en España. Consolidación del microcrédito
y primeros pasos de la creación de un banco ético”, Bo-
letín de Estudios Económicos, LXI (182), 2004, pp. 323-
342; ROCK, R.; OTERO, M., “From margin to main-
stream: the regulation and supervision of microfinance
institutions”, Acción Monograph Series Nº11, 1996; RO-
DRÍGUEZ MARTÍNEZ, M. D., “El microcrédito. Una
mirada hacia el concepto y su desarrollo en Colombia”,
Universidad Nacional de Colombia, Facultad de Cien-
cias Económicas, Bogotá, Junio 2010.
(14) VERSTEIN, Andrew, “The Misregulation of Per-
son-to-Person Lending”, 45 U.C.D.L.Rev., 2011-2012, pp.
445-530.
(15) Esta alternativa permitiría distinguir a su vez
entre dos modalidades de equity-based o investment
crowdfunding: the securities model y the collective in-
vestment scheme (CIS) model. En el primero, el apor-
tante recibe a cambio de su contribución la participación
que le corresponda en el capital y los derechos como so-
cio. En el segundo modelo, la aportación del inversor en
el proyecto le da derecho a participar en las ganancias
pero no se convierte en socio. UKIE Crowd Funding Re-
port: A Proposal to Facilitate Crowd Funding in the UK,
February 2012, p. 2.
martes 28 de mayo de 2013 | 3
(18) Su responsabilidad vendrá determinada
por el programa prestacional pactado en el
contrato de acceso, esencialmente como
prestador de servicios. En segundo lugar,
dentro del entorno ya creado, se entablan las
relaciones directamente entre los usuarios
de acuerdo con la finalidad de cada platafor-
ma. Así, se celebran contratos de donación,
de préstamo, de compraventa con pago anti-
cipado o de participación societaria. En estos
contratos horizontales entre los usuarios de
la plataforma, el gestor no interviene de for-
ma directa ni intermedia en su celebración o
ejecución.
De otro lado, sin embargo, el gestor de la
plataforma puede adoptar una posición más
activa, al encargarse de la captación de los
fondos, gestionar las aportaciones o tramitar
los préstamos garantizado su devolución. En
estos casos, los gestores parecen emular las
funciones de los intermediarios financieros,
lo que hace que se activen todas las alarmas
regulatorias y de supervisión. Se abre enton-
ces el profundo debate sobre la regulación
del crowdfunding. De un lado, se argumenta,
someter a los gestores a las mismas normas
estrictas de los intermediarios financieros
de los mercados regulados ahogaría el cre-
cimiento del sector y le arrebataría el senti-
do mismo de la desintermediación que se en-
cuentra en el origen del fenómeno y entre las
principales motivaciones de sus partidarios.
De otro lado, sin embargo, se advierte que
permitir el desarrollo de funciones reguladas
sin someterse a la supervisión propia de estos
sectores debilita la protección de los consu-
midores, genera una situación de competen-
cia desleal con respecto a los intermediarios
regulados, activa el riesgo sistémico y puede
afectar a los intereses generales. Por ello, las
propuestas de regulación se dirigen funda-
mentalmente al diseño de un modelo inter-
medio que valore las posibilidades de alige-
rar la carga regulatoria para estos interme-
diarios, incluir exclusiones en la normativa
aplicable para el crowdfunding o eximir a los
gestores de las plataformas del cumplimien-
to de determinadas obligaciones en ciertas
condiciones. (19)
continúa en la página 4
(16) Se habla, de un lado, de una verdadera revolución
en el corporate finance, con múltiples beneficios cola-
terales - PRIVÉ, Tanya, “Top 10 Benefits of Crowdfun-
ding”, Forbes, December 10, 2012; mientras que, de otro,
también se alzan voces que plantean dudas sobre su po-
tencial, considerando que, en realidad, la complejidad de
la inversión no permite estandarizar el proceso de finan-
ciación, que el cumplimiento de la normas reguladoras
resulta muy costoso y que parte de una extrapolación
errónea de otros modelos de negocio de éxito que arran-
can de fundamentos distintos - ISENBERG, Daniel, “The
Road to Crowdfunding Hell”, Harvard Business Review,
April 23, 2012.
(17) Un detallado análisis de los contratos que apunta-
lan esta estructura triangular para la creación, la orga-
nización y el funcionamiento de entornos cerrados de ne-
gociación y contratación se ofrece en RODRÍGUEZ DE
LAS HERAS BALLELL, Teresa, “El régimen jurídico de
los Mercados Electrónicos Cerrados (e-Marketplaces)”,
Madrid: Marcial Pons, 2006 y resulta plenamente apli-
cable a las plataformas de crowdfunding adaptando, en lo
necesario, las condiciones contractuales a las particula-
ridades de cada modalidad.
(18) Que denominamos en nuestra propuesta so-
bre los “estratos de la intermediación”, intermedia-
rios de credibilidad. RODRÍGUEZ DE LAS HERAS
BALLELL, Teresa, “Intermediación en la Red y respon-
sabilidad civil. Sobre la aplicación de las reglas genera-
les de la responsabilidad a las actividades de interme-
diación en la Red”, Revista Española de Seguros, núm.
142, 2010, pp. 217-259; también publicado en VV.AA., I
Congreso sobre las Nuevas Tecnologías y sus reper-
cusiones en el seguro: Internet, Biotecnología y Nano-
tecnología, Madrid: Fundación Mapfre, 2011, pp. 13-50;
RODRÍGUEZ DE LAS HERAS BALLELL, Teresa, “La
4 | martes 28 de mayo de 2013
viene de la página 3
V. Modelos jurídicos para el crowdfunding
El crecimiento arrollador de las platafor-
mas de crowdfunding y las cifras abruma-
doras sobre su capacidad de captación de
fondos colocan este interesante fenómeno
ante importantes retos: prevenir el fraude,
mitigar los riesgos, generar confianza, eva-
luar los proyectos, minimizar los conflictos
de intereses, resolver los problemas de iden-
tificación, proteger los derechos de los apor-
tantes, gestionar las relaciones que nacen
tras la aportación. Ante todos estos desafíos
se están diseñando respuestas tecnológicas,
empresariales, operativas y organizativas
sobre las que se superpone además el deli-
cado debate sobre su regulación. La decisión
sobre su regulación ha de asumir, primero,
la variedad de modelos de crowdfunding y
la diversidad de estructuras transacciona-
les (donaciones, préstamos, compraventas,
aportación de capital) para detectar las
áreas de regulación críticas (protección de
consumidores, crédito al consumo, cuestio-
nes fiscales sobre mecenazgo, derechos de
los socios). Pero además, debe meditarse
con especial atención si pueden trasladarse
miméticamente las categorías de inversor,
intermediario, consumidor, prestamista o
socio y accionista, sobre las que se apoyan
las diversas disciplinas en su configuración
actual, a las posiciones ocupadas por las
partes en los modelos de crowdfunding o se
debe, por el contrario, replantear estos es-
quemas y por ende las normas aplicables.
En efecto, en los esquemas de crowdfun-
ding que responden a las variantes de dona-
tion, reward o debt el modelo contractual que
permite articular el entorno de financiación
es fácil o al menos relativamente sencillo de
identificar: contratos de donación, de com-
praventa o de licencia con pago anticipado y
de préstamo, esencialmente. Sin embargo,
la definición del marco normativo aplicable
plantea cuestiones cuya solución ya no re-
sulta tan evidente. Primero, la posibilidad de
que las partes acuerden en el contrato, que
adopta con naturalidad la forma de contrato
de adhesión con condiciones generales (es-
tándar para la plataforma de crowdfunding
o personalizado para cada promotor), la ley
aplicable (y la jurisdicción competente o sis-
tema alternativo de resolución de conflictos).
Segundo, la naturaleza civil o mercantil del
contrato en aquellos sistemas jurídicos en los
que tal calificación determina la aplicación de
normas diferentes. Tercero, el sentido mismo
de la aplicación en estos supuestos de las nor-
mas de consumo y, en general, de protección
de la parte débil (cliente bancario, prestata-
rio para fines distintos de los empresariales,
consumidor, adherente, comprador en ven-
tas a distancia). Finalmente, y en atención a
{ NOTAS }
responsabilidad de los prestadores de servicios de in-
termediación y los estratos de la intermediación en
la Red”, Revista Derecho y Tecnología, núm. 11, 2010,
pp. 69-96.
(19) Esta es la línea marcada por la reciente
regulación estadounidense —Título III de la JOBS
Act— y las propuestas de reforma y regulación en el
contexto europeo, DE BUYSERE, Kristof; GAJDA,
Oliver; KLEVERLAAN, Ronald; MAROM, Dan, “A
Framework For European Crowdfunding”, op. cit., pp.
28-32.
(20) BRADFORD, C. Steven, “Crowdfunding and the
Federal Securities Laws”, 2012 Colum.Bus.L.Rev., 2012,
pp. 1-150.
(21) El Título III de la JOBS Act se denomina “Ca-
pital Raising Online While Deterring Fraud and Une-
thical Non-Disclosure Act of 2012” o sencillamente
“CROWDFUNDING Act”.
(22) H.R. 3606, de 5 de abril de 2012.
las consideraciones previas, la facultad de las
partes (promotor y aportante) para regular
libremente las condiciones del contrato.
Con todo, dentro de las modalidades de
crowdfunding, es el modelo de inversión par-
ticipativa (equity crowdfunding o crowdin-
vesting) el que despierta un mayor número
de consideraciones jurídicas y plantea, por
ello, los retos más acuciantes. De un lado, en
la medida en que invade la esfera altamente
supervisada y de estricta regulación de las
operaciones de captación del ahorro públi-
co en los mercados financieros (20), abre el
debate sobre la viabilidad y la conveniencia
de sujetar la actividad de las plataformas de
crowdfunding al marco regulador y de super-
visión financiera y, en su caso, con qué al-
cance. De otro, plantea igualmente cuestio-
nes operativas sobre cómo estructurar una
financiación en masa y, por ello, tendencial-
mente dispersa, cambiante y atomizada, y, en
ocasiones, captada para un único proyecto,
a través de las herramientas del Derecho de
sociedades (ejercicio de derechos, entrada y
salida de socios, toma de decisiones, transmi-
sión de participaciones).
En relación con el primero de los proble-
mas, el sorprendente crecimiento en núme-
ro de plataformas y cuantía de la financia-
ción pronto hizo urgente plantear la regu-
lación del crowdfunding entre dos fronteras:
de un lado, no ahogar el fenómeno con reglas
que supusieran cargas innecesarias y entor-
pecedoras, y, de otro, asegurar la protección
de los derechos de los participantes y los in-
tereses en juego y conjurar, en particular, el
riesgo sistémico en el mercado de la finan-
ciación.
La primera regulación legislativa del
crowdfunding es la contenida en el Título
III (21) de la Jumpstart Our Business Startups
Act (22), conocida como JOBS Act, adoptada
el pasado mes de abril de 2012 en los Esta-
dos Unidos. (23) El objetivo de la norma es
esencialmente aligerar la carga regulatoria
de las plataformas de crowdfunding (deno-
minadas funding portals) (24) sin descuidar
la protección de los intereses generales y
de los derechos de los inversores, asegu-
rando, por tanto, el registro de los gestores
de la plataforma como intermediarios y el
cumplimiento de determinadas condiciones
(obligaciones de información, prohibicio-
nes, límites en la cuantía del ofrecimiento
al público y de la aportación, protección de
datos). Sin embargo, la articulación efecti-
va de esta regulación depende del desarro-
llo regulatorio que la SEC (Securities Ex-
change Commission) lleve a cabo en el plazo
legalmente establecido (31 de diciembre de
2012). Los recientes cambios instituciona-
les y la propia complejidad de la regulación
esperada apuntan hacia un retraso inevita-
ble en la adopción de estas normas que ya
(23) Sobre la historia prelegislativa y antecedentes de
la norma, BEST, Jason; SHERWOOD, Neiss; JONES, Da-
vis, How Crowdfund Investing Helps..., op. cit., pp. 6-8.
(24) Mediante la incorporación de una excepción
nueva en la Section 4 de la Securities Act of 1933 para las
operaciones de crowdfunding.
(25) DE BUYSERE, Kristof; GAJDA, Oliver; KLE-
VERLAAN, Ronald; MAROM, Dan, A “Framework For
European Crowdfunding”, op. cit., pp. 28-32.
(26) Directiva 2010/73/UE del Parlamento Europeo y
del Consejo, de 24 de noviembre de 2010, por la que se
modifican la Directiva 2003/71/CE sobre el folleto que
debe publicarse en caso de oferta pública o admisión a
cotización de valores y la Directiva 2004/109/CE sobre
la armonización de los requisitos de transparencia rela-
tivos a la información sobre los emisores cuyos valores
se admiten a negociación en un mercado regulado Texto
pertinente a efectos del EEE [Diario Oficial n° L 327 de
11.12.2010].
tendría lugar en el último trimestre del año
2013. Mientras tanto, no obstante, el vibran-
te mercado del crowdfunding no se ha dete-
nido a la espera de la aprobación de la nor-
mativa reguladora. De un lado, consideran-
do el ámbito de aplicación del Título III de la
JOBS Act, las modalidades de reward-based
crowdfunding pueden seguir operando, aun-
que su capacidad recaudatoria es menor,
para captar fondos para la financiación de
proyectos. De otro lado, las auténticas pla-
taformas de equity-based crowdfunding han
ideado fórmulas estructurales y operativas
para satisfacer las directrices de la nueva
regulación, aun sin contar con el detalle
reglamentario de la SEC. En primer lugar,
han recurrido a la celebración de acuerdos
de cooperación con entidades de servicios
de inversión acreditadas que permiten que
la plataforma actúa como un simple inter-
mediario y la prestación de servicios de in-
versión para el ofrecimiento al público de
instrumentos financieros sea asumido por
el intermediario financiero asociado. En se-
gundo lugar, se somete a ciertas condicio-
nes el registro a la plataforma tanto desde
la posición de los aportantes, que han de ser
inversores profesionales, como desde la po-
sición de los promotores del proyecto, a los
que se exige la presentación de una serie de
documentos que respalden su iniciativa y
permitan a los potenciales inversores eva-
luar los riesgos. En todo caso, estas decisio-
nes estratégicas son coyunturales y habrá
que esperar a las normas que dicte la SEC
en cumplimiento del llamamiento legal.
En el contexto europeo, las propuestas de
regulación se centran en similares materias
y se dirigen básicamente a aligerar la car-
ga regulatoria sin mermar la protección de
los participantes. (25) En este sentido, por
tanto, se sugiere la previsión armonizada de
un régimen simplificado sobre el folleto in-
formativo en las ofertas públicas de valores
bajo el umbral cuantitativo (5 millones de
Euros) (26), el replanteamiento de la prohi-
bición de ofrecer participaciones al público
por parte de determinados tipos sociales, la
posibilidad de eximir o atenuar la carga obli-
gacional a los intermediarios (gestores de
las plataformas) cuando capten fondos re-
embolsables del público con respecto al ré-
gimen de acceso al mercado de las entidades
de crédito y su supervisión prudencial, la ar-
monización de normas sobre organizaciones
de inversión colectiva en valores mobiliarios
o la aclaración de si la plataforma puede ser
calificada como Sistema Multilateral de Ne-
gociación de acuerdo con la Directiva sobre
Mercados de Instrumentos Financieros (Mi-
FID). (27)
En relación con la segunda de las cuestio-
nes, la relativa a la organización de la parti-
cipación y el ejercicio de los derechos de los
aportantes en el contexto de la disciplina so-
(27) Directiva 2004/39/CE del Parlamento Europeo
y del Consejo, de 21 de abril de 2004, relativa a los mer-
cados de instrumentos financieros, por la que se modi-
fican las Directivas 85/611/CEE y 93/6/CEE del Conse-
jo y la Directiva 2000/12/CE del Parlamento Europeo
y del Consejo y se deroga la Directiva 93/22/CEE del
Consejo [Diario Oficial L 145 de 30.4.2004] Que define
en su artículo 4.15 Sistema de negociación multilateral
(SMN) como “sistema multilateral, operado por una
empresa de inversión o por un gestor del mercado, que
permite reunir —dentro del sistema y según normas no
discrecionales— los diversos intereses de compra y de
venta sobre instrumentos financieros de múltiples ter-
ceros para dar lugar a contratos, de conformidad con
lo dispuesto en el título II”. Previamente, en el orde-
namiento estadounidense, el 2 de diciembre de 1998 la
SEC había adoptado normas específicas para la regula-
ción de los ATS (Alternative Trading Systems): Secu-
rities Exchange Act Release Nº. 40760 (Dec. 8, 1998),
cietaria, hay que considerar dos opciones. De
un lado, se puede pensar en la conveniencia
de reformar algunos de los elementos pro-
pios del Derecho de sociedades para facilitar
la financiación por proyecto y el ejercicio de
derechos por un accionariado disperso, ato-
mizado y cambiante. De otro lado, se puede
recurrir a fórmulas organizativas capaces de
atenuar los efectos de ingobernabilidad que
plantea la dispersión en la participación sin
modificar necesariamente las reglas del mar-
co normativo aplicable. En este sentido, se
observan propuestas interesantes en el mer-
cado para canalizar la financiación en masa a
través de fórmulas y vehículos organizativos
como las cuentas en participación (28) o la
creación de comunidades de bienes (29) inter-
medias para agrupar el disperso y numeroso
colectivo de aportantes/financiadores.
Se requiere, por tanto, ahora un ágil y rá-
pido esfuerzo para perfilar los modelos ju-
rídicos que permitan la consolidación del
crowdfunding sin mermar su potencial y sin
descuidar la protección de los derechos e in-
tereses implicados en esta atractiva e impa-
rable corriente hacia nuevas oportunidades
de financiación.
La tecnología una vez más no sólo ha sido
un potente facilitador de funciones, activi-
dades y estructuras conocidas, sino que ha
mostrado una gran fuerza transformadora
para impulsar fenómenos existentes hacia
escenarios desconocidos que aportan valor,
representan retos nuevos y obligan a recon-
siderar nuestros principios, nuestras reglas
y nuestra concepción del modelo de convi-
vencia social. El crowdfunding nace como
una respuesta a un contexto coyuntural de
difícil y reducido acceso a la financiación,
pero se ha convertido en una estimulante
pregunta sobre cómo podemos y cómo que-
remos (re-)pensar nuestro sistema econó-
mico, haciendo posible fórmulas colectivas,
participativas y colaborativas que animan
a soñar con otra forma de entender nuestra
sociedad. l
Cita on line: AR/DOC/1292/2013
MAS INFORMACION
Marzorati, Osvaldo, “Derecho de los negocios
internacionales o Derecho Internacional de los ne-
gocios”. LA LEY 15/10/2005, 1 - LA LEY 2005-E,
1418.
Tavarone, Marcelo R., “Contratos financieros:
problemas planteados bajo derecho argentino”. LA
LEY 2001-A, 1004 - Derecho Comercial Doctrinas
Esenciales Tomo III, 1019.
63 Fed.Reg. 70844 (Dec. 22, 1998). El sistema regulador
descrito supone el ofrecimiento a los ATS de una doble
alternativa de registro: como broker-dealer, debiendo
cumplir entonces las normas adicionales de la Regula-
tion ATS; y como exchange —Island, el 28 de junio de
1999; NexTrade, el 24 de marzo de 2000—. Adicional-
mente, el sistema se completa con un conjunto de ex-
cepciones en virtud de las cuales, bien por exceso (el
ATS está registrado como exchange), bien por defecto
(limitado volumen de negociación), el ATS no ha de
cumplir con la Regulation ATS. Special Study: Electro-
nic Communication Networks and After-Hours Tra-
ding, SEC, Division of Market Regulation, June 2000.
(28) Modelo empleado por la plataforma española
partiZipa.com.
(29) Modelo de sindicación de la participación a tra-
vés de comunidades de bienes que propone la platafor-
ma española TheCrowdAngel.com.

_Columna de OPINIÓN
Sobre la ley 26.854. Janus
viene de tapa
en la legislación ejecutiva) y cuestionar
en Tribunales! Para lograr la afirmación
pretendida (legislar) sería suficiente: un
enunciado normativo, sentido jurídico y
conocimiento del Derecho público de la Ar-
gentina. La legislación proyectada avanza,
sensatamente, con esa finalidad. Y brinda
como “final de partida”: para el judicial, lo
que pertenece a su zona de reserva y para
el Congreso y el Ejecutivo, lo propio reser-
vado e igualmente constitucional.
Lamentablemente, desde el mismo mo-
mento en que se tomó conocimiento de este
cambio legislativo, se advirtió que el pro-
yecto también avanzaba sobre la “totalidad
jurisprudencia
Daños y perjuicios
Menor que fue aprehendido en un super-
mercado. Acción contra la empresa de se-
guridad privada. Rechazo.
Véase en página 6, Nota a Fallo
Hechos: Los padres de un menor, por sí
y en su representación, promovieron ac-
ción de daños contra una empresa de se-
guridad, en virtud de los presuntos golpes
que aquél habría recibido por parte de un
vigilador cuando asistió a un supermerca-
do. La sentencia la admitió. La Cámara la
revocó.
1.- La acción de daños promovida por los
padres de un menor contra una empresa
que tiene a su cargo la seguridad de un
supermercado debe rechazarse, pues, si
bien aquél fue aprehendido en el local,
ello sucedió como consecuencia de la
agresiva e injustificada actitud puesta de
manifiesto cuando se le impidió el acceso,
máxime cuando hubo intervención policial
y la custodia privada prestó una mera
colaboración.
2.- La acción de daños promovida por los
padres de un menor contra una empresa
de seguridad privada debe admitirse, pues
se acreditó que un vigilador dependiente
de ésta forcejeó con aquél para impedir
su ingreso a un supermercado que cus-
todiaba, produciéndole lesiones, sin que
se comprobara algún hecho anterior que
justificara tal conducta. (Del voto de la
Dra. Pérez Pardo).
117.069 — CNCiv., sala L, 2013/02/06. – S., C. F.
c. P.C.P Prevención y Control de Pérdidas S.A. s/
daños y perjuicios.
Cita on line: AR/JUR/3067/2013
CoNTEXTO DEL FALLO
Citas legales: leyes nacionales 17.418 (Adla,
XXVII-B, 1677); 21.839 (t.o. 1980) (Adla, XL-C,
3601); 24.432 (Adla, LV-A, 291).
de las áreas de las medidas cautelares” en
el imaginario jurídico y no solamente sobre
las que impulsan suspender la vigencia de
una ley, casi o totalmente y en abstracto. Se
formuló la crítica; se puso de manifiesto que
el proyecto lastimará al derecho de libertad,
en su protección cautelar. Y que la proyec-
tada legislación, además, aunque genere un
marco o red para “determinados derechos o
situaciones jurídicas”, no es suficiente por su
congénita debilidad. Dije, asimismo, que en
este fragmento el proyecto anunciado debe
ser pensado de nuevo. Integramente y con
integridad política y jurídica, en este último
caso significaría relevante y ostensible nove-
dad la consulta científica a las facultades de
Derecho.
En suma: el proyecto (hoy ley) sobre me-
didas cautelares probablemente termine
con el Derecho cautelar, pronunciado, mu-
chas veces sin conocimiento de causa y por
personas no elegidas en comicios populares;
el fin pareciera loable. Porque en muchas
2ª Instancia. — Buenos Aires, 6 de febrero
de 2013.
La Dra. Pérez Pardo dijo:
I.- Contra la sentencia única dictada a fs.
331/336, recurren los actores por los agra-
vios que exponen a fs. 370/377 -contestados a
fs.398/401-, la demandada P.C.P. Prevención
y Control de Pérdidas S.A. por los suyos de
fs. 380/387 y INC S.A. y su citada en garantía
AGF Allianz Argentina Compañía de Segu-
ros Generales S.A. por los de fs. 389/394. A fs.
406 intervino el Sr. Fiscal de Cámara.
II.- En la instancia de grado se hizo lugar a la
demanda por medio de la cual los actores por
sí y en representación de su hijo -entonces me-
nor de edad-, por el hecho que habría ocurrido
el día 6 de agosto de 2004, aproximadamente a
las 10.00 hs en circunstancias en que el menor
se dirigió al hipermercado Carrefour de la lo-
calidad de Villa Tesei, Partido de Hurlingham,
Provincia de Buenos Aires, encontrándose a
la espera de un remís en dicho estacionamien-
to, habría sido tomado por los brazos por el Sr.
Zamorano y trasladado a una oficina dentro de
las instalaciones del hipermercado donde lo ha-
brían golpeado junto a otras personas.
Los actores se quejan por el rechazo de
la incapacidad física, por los montos fijados
por gastos de farmacia, viáticos y movilidad,
daño moral y por los intereses reconocidos.
La demandada P.C.P. Prevención y Control
de Pérdidas S.A. cuestionó que se tuviera por
cierta la existencia de golpes o agresiones al
actor y que aquellos fueran reconocidos por
dependientes de la demandada, la acredi-
tación de una “detención civil” del menor o
su traslado a contralor por parte de las de-
mandadas, aseverando sólo la existencia de
un cabezazo que el actor propinó al vigilador
Zamorano, se queja por la valoración de las
constancias de la causa penal y de la decla-
ración testimonial, por la procedencia del ru-
bro gastos de farmacia, viáticos y movilidad,
daño moral y por la imposición de costas.
La demandada INC S.A. y la citada en ga-
rantía AGF Allianz Argentina se quejan por
considerarse acreditado el hecho de la ma-
nera en que fue narrado por la actora; reco-
nocen que el menor fue “agarrado” para de-
tenerlo y entregarlo a las autoridades, pero
desconocen que se hubiera provocado daño
oportunidades se ha vislumbrado con clari-
dad que el Derecho material era sustituido
por un Derecho formal, precario, provisorio,
generado con arreglo a las medidas cautela-
res, en escándalo del enunciado objetivado
en el preámbulo de la Constitución federal
de la República Argentina: “afianzar la jus-
ticia”. Sin embargo, este propósito deja de
ser virtuoso y podrá convertirse en un ver-
dadero calvario, si el ciudadano postula la
protección de la libertad (cautelarmente), al
fin y al cabo el bien más importante después
de la vida que todo lo “soporta” y todo lo
fundamenta.
Propongo un constitucionalismo de ciuda-
danos y ciudadanas, que incluya a los servi-
dores públicos, en único modelo. El proyec-
to (hoy ley) merece ser discutido y abierto
a la sociedad plural, en la faz cuestionada y
aprobado en la otra. La sensatez, a mi juicio,
podría residir en fragmentar el proyecto
(una nueva ley); reglar, específicamente, las
medidas cautelares cuando sólo persiguen
alguno y cuestionan que se dejara de lado la
franquicia y el límite de cobertura, hacién-
dose extensiva la condena a la aseguradora;
también se quejan por la procedencia y cuan-
tificación del daño moral, la imposición de
costas y los intereses fijados.
III.- En primer lugar trataré las quejas re-
feridas a la responsabilidad en el caso, acla-
rando que los jueces no están obligados a
analizar todas y cada una de las argumenta-
ciones de las partes, ni tampoco cada medida
de prueba; sino solamente aquellas que sean
conducentes y posean relevancia para deci-
dir el caso, según la forma en que ha quedado
trabada la relación procesal (CSJN, Fallos:
144:611; 258:304, 262:222, 265:301, 272:225,
274:113, 276:132, 280:3201, 303:2088, 304:819,
305:537, 307:1121, entre otros).
Ahora bien, no comparto los argumentos
brindados por la demandada y la citada en
garantía.
Es que la ocurrencia del conflicto no fue
negada por las demandadas y del testimonio
del Sr. Zamorano -dependiente de la deman-
dada que intervino en el incidente- surge con
claridad la existencia de un forcejeo entre el
declarante y el menor de edad. En este senti-
do, declaró en la causa n° 236.686 “Zamorano,
Hugo Fabián s/lesiones leves” que tramitó por
ante la UFI n° 4 del Departamento Judicial de
Morón, Provincia de Buenos Aires, que encon-
trándose “en la playa de estacionamiento ...
donde se hallaba el sector de la remisería del
lugar ... cuando observó ingresar a un masculi-
no (menor de edad) ... procede a que no ingre-
sara ... pero dicho menor empezó a insultarlo,
y comenzando un forcejeo de ambos, y en un
momento dado recibe un golpe de cabeza en
el rostro en la parte del labio superior de par-
te del menor y luego en ese momento se hace
presente personal policial...”.
Además si bien en el acta de procedimien-
to labrado por los Sargentos Lares y Rodas
a fs. 2 de las fotocopias certificadas del exp.
n° 21.265 que tramitó por ante el Tribunal de
Menores n° 3, de la misma jurisdicción, se
dejó constancia que el menor refirió dolor en
el cuello “no observando marcas visibles”, allí
también el Sr. Zamorano declaró y recono-
ció la existencia de un “forcejeo” previo (ver
fs. 2). A lo cual debo sumar los comunicados
de fs. 1, 13 y 14, donde se dejó constancia tan-
to de la lesión en el labio superior del Sr. Za-
martes 28 de mayo de 2013 | 5
la declaración de suspensión del acto jurí-
dico estatal, la ley o el reglamento. Porque
una ley inferior no puede ni debe colocar en
entredicho a la norma cumbre del sistema,
so pena de quebrar el escalonamiento jerár-
quico y la racionalidad en la configuración
de las estructuras argumentales en el De-
recho.
Gustav Radbruch, eximio jurista, plan-
teó tres elementos: utilidad (o finalidad),
certeza e igualdad para intentar definir la
idea del Derecho. El proyecto es útil para
proteger al Estado y su producción; pero no
establecerá la certeza, porque, precisamen-
te, atacará el sector más lábil del sistema de
la Constitución federal: sus derechos funda-
mentales y entre ellos el más genuinamente
distinguido: el de la libertad de sus ciudada-
nos. l
Cita on line: AR/DOC/1834/2013
morano como a la referencia del menor a las
marcas en el cuello; la constancia médica del
“Hospital San Bernardino”, de la Municipali-
dad de Hurlingham, glosada a fs. 3 de las foto-
copias certificadas de la causa n° 211.265, en
la expediente n° 236.686, donde se dejó cons-
tancia que el 6 de agosto de 2004, el menor
presentó “lesión eritematosa” visible y de ori-
gen reciente; y, por último, el dictamen mé-
dico de donde surge que por el hecho sufrió
traumatismo de cráneo sin pérdida de cono-
cimiento, traumatismo cervical con signos
de tumefacción local y hematomas múltiples
(ver fs. 281).
Las constancias mencionadas son suficien-
tes para tener por acreditada la existencia de
forcejeos y las lesiones tanto en el menor como
en el Sr. Zamorano. Además, también surge
de la prueba de autos que la víctima fue tras-
ladada hacia el interior del local, a una oficina
denominada “contralor” (ver testimonios de fs.
148/150) donde permaneció hasta que arriba-
ron sus padres y se trasladaron a la comisaría.
Desde ya nadie puede negar el derecho que
tienen los establecimientos comerciales, espe-
cialmente los supermercados, de emplear los
medios de seguridad necesarios para evitar el
hurto de mercaderías, a través de mecanismos
idóneos, con la condición de que no se traduz-
can en una deshonra u ofensa al cliente (conf.
CNCiv, Sala I, del 12/5/2005 in re “Montoya
c. Supermercados Coto Sicsa). Sin embargo,
como ya dijo el anterior sentenciante, ninguna
prueba aportaron los demandados del presun-
to hurto previo que imputan al menor.
Ningún hecho previo acreditaron como
para explicar la conducta desarrollada por el
personal de seguridad de la empresa deman-
dada, ni justificar el impedimento de acceso
de la víctima a las instalaciones y su posterior
forcejeo con el menor de sólo 14 años, ampa-
rado por la Convención sobre los derechos
del niño -de jerarquía constitucional-. Por ello
sólo queda proponer el rechazo de las críticas
de los demandados y de la citada en garan-
tía respecto a la responsabilidad en el caso y
confirmar lo decidido en el fallo recurrido.
IV.- Seguidamente corresponderá tratar
las quejas vertidas sobre los diferentes ru-
bros indemnizatorios reconocidos.
continúa en la página 6
6 | martes 28 de mayo de 2013
viene de la página 5
a.- Los actores se quejan por el rechazo de
la incapacidad física. Sostienen que las lesio-
nes sufridas por el actor se encuentran acre-
ditadas y que corresponde considerar dentro
de esta partida tanto las secuelas permanen-
tes como las transitorias.
Sin embargo, la incapacidad sobreviniente
se configura cuando se verifica una disminu-
ción en las aptitudes tanto físicas como psí-
quicas de la víctima que repercute en la vícti-
ma tanto en lo orgánico como en lo funcional,
menoscabando la posibilidad de desarrollo
pleno de su vida en todos los aspectos de la
misma, y observándose en el conjunto de ac-
tividades de las que se ve privada de ejercer
con debida amplitud y libertad que para que
sea indemnizado dentro de esta partida e in-
dependientemente del moral. Debe configu-
rarse como consecuencia del siniestro objeto
de autos, por causas que no sean preexisten-
tes al mismo y en forma permanente. Se da en
una persona que presente luego de producido
el hecho, secuelas de carácter permanente
que se originan en el hecho y no sólo secuelas
transitorias que serían encuadrable tan sólo
en el concepto de daño moral.
En este sentido, el perito designado en au-
tos a fs. 281/282 señaló que la víctima no pa-
dece secuela alguna como consecuencia de
este hecho.
Por ello no acreditándose la existencia de
lesiones en relación causal con el incidente
ventilado en autos, que sean coherente con
éste y se configure en forma permanente, co-
rresponde confirmar la sentencia en cuanto a
este rechazo.
nota a fallo
Sana crítica. Lógica, experiencia
y sentido común
SUMARIO: I. Introducción.- II. La sana crítica.- III. Carga de la prueba.- IV. Conclusiones.
José Ignacio Ondarcuhu
I. Introducción
En el interesante fallo dictado por la Cáma-
ra Nacional de Apelaciones en lo Civil, sala
“L”, alcanzado con voto en disidencia, se ha
decidido, ante la distinta versión de los hechos
expuestos por las partes, dar más crédito a la
de la parte demandada.
De este modo, cabe destacar que los hechos
transcurren dentro del predio de un hiper-
mercado. Así las cosas y mientras los actores
sostuvieron que su hijo se encontraba concre-
tamente en el sector de espera de remise den-
tro del estacionamiento del hipermercado,
cuando fue tomado de los brazos por perso-
nal de seguridad dependiente de la empresa,
trasladado a una oficina de las instalaciones
y golpeado; los demandados, en cambio, sos-
{ NOTAS }
Especial para La Ley. Derechos reservados (Ley 11.723)
(1) COUTURE, Eduardo J., “Fundamentos del Derecho
Procesal Civil”, cuarta edición, Ed. Bdef, Buenos Aires,
2005, p. 221/222. Además de la norma general (arts. 386
Código Procesal Civil y Comercial de la Nación y art. 384
b.- En la instancia de grado se hizo lugar al
daño moral por la cantidad de pesos ocho mil
($8.000).
Mientras que los accionantes cuestionan
por baja la suma fijada, las demandadas y
la citada en garantía se quejan tanto por su
cuantificación, como por su procedencia.
En este sentido entiendo al daño moral
como el menoscabo o lesión a intereses no pa-
trimoniales provocados por el evento dañoso.
Comprende los padecimientos y angustias
que lesionan las afecciones legítimas de la
víctima. Es un daño no patrimonial, es decir,
todo perjuicio que no puede comprenderse
como daño patrimonial por tener por objeto
un interés puramente no patrimonial.
En la especie, aún cuando el actor no pa-
dece incapacidad alguna como consecuencia
del accidente, no puede dejar de admitirse
que como consecuencia del siniestro sufrió
lesiones transitorias, que sin duda debieron
ocasionar perturbaciones de índole emocio-
nal o espiritual que deben ser resarcidas. Por
ello, la argumentación esgrimida por las de-
mandadas y la citada en garantía respecto a
la procedencia de esta partida ha quedado to-
talmente desvirtuada.
En cuanto a las quejas referidas a su cuan-
tificación, la determinación del monto indem-
nizatorio se encuentra librada al prudente
arbitrio judicial, con amplias facultades para
computar las particularidades de cada caso.
En virtud de las consideraciones preceden-
tes y teniendo en cuenta las circunstancias
personales de la víctima (ver testimonio de
fs. 10 y 10 vta./ 11 del beneficio de litigar sin
gastos, exp. n° 11.256/2005), y que al momen-
to del hecho tenía sólo catorce años, en uso
tuvieron que el menor era conocido por per-
sonal de seguridad porque frecuentaba el lu-
gar, en general mendigando dinero entre los
clientes del patio de comida junto con otros
menores y que en ese contexto se produjo un
incidente con la vigilancia del lugar y se llamó
a la policía que intervino.
El punto es, como a su turno, los Sres. Jue-
ces, al emitir su voto, dieron distinta entidad
y grado de verosimilitud a la versión de los
actores o de los demandados, apreciando la
prueba de manera diversa y llegando así a
conclusiones contrapuestas.
II. La sana crítica
Aunque no ha sido mencionado explícita-
mente en el pronunciamiento, considero que
del Código Procesal Civil y Comercial de la Provincia de
Buenos Aires), los ordenamientos procesales también ha-
cen referencia a las reglas de la “sana crítica” a la hora
de regular sobre la fuerza probatoria e idoneidad de la
prueba pericial y testimonial (arts. 456 y 477 del Código
de las facultades que confiere el art. 165 del
Cód. Procesal, por resultar justa la suma fija-
da propondré su elevación a pesos quince mil
($15.000).
c.- Los actores cuestionan por baja la can-
tidad de pesos trescientos ($300) reconocida
por gastos de farmacia, viáticos y movilidad y
P.C.P. Prevención y Control de Pérdidas S.A.
cuestiona la procedencia de esta partida.
En relación a estos gastos, entiendo que
no es necesaria su acreditación a través de
recibos o facturas, siendo únicamente nece-
sario que éstos guarden relación con las le-
siones acreditadas por la víctima, quedando
su monto resarcitorio librado al prudente
arbitrio judicial. Asimismo debemos recor-
dar que incluso cuando la asistencia fuera
brindada en hospitales públicos, resulta muy
frecuente que los pacientes deban hacerse
cargo de ciertas prestaciones no amparadas
por aquéllos. Por ello las quejas referidas a
la procedencia de esta partida deberán ser
rechazadas.
En cuanto a los agravios de la parte actora,
teniendo en cuenta las constancias médicas
mencionadas precedentemente, así como la
levedad y transitoriedad de las lesiones pa-
decidas, en uso de las facultades conferidas
por el art. 165 Cód. Procesal, entiendo que la
suma fijada resulta algo reducida por lo que
propongo su elevación a pesos ($500).
V.- En la instancia de grado se reconocie-
ron intereses desde el hecho a la tasa pasiva
promedio que publica mensualmente el Ban-
co Central de la República Argentina hasta la
sentencia recurrida y desde allí a la tasa acti-
va conforme el plenario “Samudio de Martí-
nez” de esta Cámara.
ha resultado decisivo a la hora de decidir so-
bre la veracidad de los hechos expuestos por
la demandada, la sana crítica. En este senti-
do, sabido es que el sistema procesal de apre-
ciación de la prueba que establece nuestro
ordenamiento procesal es el de la sana crítica
(cfr. art. 386 del Código Procesal Civil y Co-
mercial de la Nación; ídem art. 384 del Códi-
go Procesal Civil y Comercial de la Provincia
de Buenos Aires). Siendo ello así, resulta con-
veniente recordar los conceptos expresados
por Couture, quien describe a las reglas de la
sana crítica diciendo que “son, ante todo, las
reglas del correcto entendimiento humano.
En ellas interfieren las reglas de la lógica, con
las reglas de la experiencia del juez. Unas y
otras contribuyen de igual manera a que el
magistrado pueda analizar la prueba (ya sea
de testigos, de peritos, de inspección ocular,
de confesión en los casos que no es lisa y lla-
na) con arreglo a la sana razón y a un conoci-
miento experimental de las cosas. El juez, que
debe decidir con arreglo a la sana crítica, no
Procesal Civil y Comercial de la Nación; arts. 456 y 474
del Código Procesal Civil y Comercial de la Provincia de
Buenos Aires).
(2) SCBA, 15/10/68, LA LEY, 134-1107, 17/9/74, Re-
pertorio La Ley, 1976-1108, sum. 76; SCBA, 9-11-82,
Mientras que los actores solicitan la apli-
cación de la tasa activa desde el hecho; AGF
Allianz Argentina se quejan por haberse “di-
ferido la fijación de la tasa de interés hasta
tanto el Superior decida el porcentaje aplica-
ble para este tipo de pronunciamientos”.
En este sentido, pareciendo confundir la ci-
tada en garantía la sentencia que está cues-
tionando y en virtud de su falta de coinci-
dencia con lo resuelto en el fallo apelado, sus
agravios sobre el punto serán declarados de-
siertos (art. 266 del Cód. Procesal).
En relación a los de los actores, si bien
también parece confundir la solución del fa-
llo por cuanto hizo alusión a un interés del
8% anual que no se corresponde con la so-
lución adoptada, lo cierto es que sus quejan
son claras al cuestionar la forma de liqui-
darlos desde el hecho hasta la sentencia de
grado anterior, solicitando la aplicación de
la tasa activa.
En este sentido, atento lo establecido en
el fallo plenario de ésta Cámara Nacional de
Apelaciones en lo Civil en los autos “Samudio
de Martínez, Ladislaa c. Transportes Dos-
cientos Setenta S.A. s/daños y perjuicios”,
del 20 de abril de 2009, en el cual se ha deja-
do sin efecto la doctrina que había sido fija-
da en los fallos plenarios “Vázquez, Claudia
Angélica c/ Bilbao, Walter y otros s/daños y
perjuicios” y “Alaniz, Ramona Evelia y otro c.
Transportes 123 SACI interno 200 s/daños y
perjuicios”, propondré hacer lugar a las que-
jas de los accionantes, correspondiendo que
las sumas reconocidas devenguen intereses
desde el hecho dañoso, hasta el efectivo pago,
según la tasa activa cartera general (présta-
mos) nominal anual vencida a treinta días,
del Banco de la Nación Argentina, especial-
es libre de razonar a voluntad, discrecional-
mente, arbitrariamente. La sana crítica es la
unión de la lógica y de la experiencia, sin ex-
cesivas abstracciones de orden intelectual,
pero también sin olvidar esos preceptos que
los filósofos llaman de higiene mental, ten-
dientes a asegurar el más certero y eficaz ra-
zonamiento (1).
También se ha dicho que las reglas de la
sana crítica son simples preceptos de lógica
y sentido común, inherentes al razonamiento
de toda persona normal, que operan en el cri-
terio personal de los jueces; o que la sana crí-
tica es la lógica basada en el derecho y auxi-
liada por la experiencia y la observación, que
conduce al juez a discernir lo que es verdade-
ro de lo que es falso (2).
Así es que, según estos antecedentes, se
puede observar que en función de la lógica,
la experiencia y el sentido común se ha dicho
en la sentencia que (sic) “en realidad nadie
pide remises personalmente a la puerta de
los supermercados, salvo cuando sale con
mercadería; o que cualquiera (aun con hu-
mildes condiciones económicas) tiene hoy
un teléfono celular y los remises se piden
por teléfono”. Con toda verdad comparto
esta afirmación del magistrado opinante,
desde que si uno acude a la sana crítica, es
de observar que nadie se tomaría el trabajo
de pedir un remise en la puerta de un super-
mercado “porque sí”, más aún cuando no se
“Morón, Emilio c. C. Gioachini, Emilio”; KIELMANO-
VICH, Jorge L., “Teoría de la prueba y medios pro-
batorios”, cuarta edición, Rubinzal-Culzoni, Buenos
Aires, p. 176.

mente si entiendo que no se configura en au-
tos, la circunstancia aludida en el punto 4 del
plenario.
VI.- La citada en garantía AGF Allianz Ar-
gentina cuestiona que se dejara de lado la
franquicia y el límite de cobertura, haciéndo-
se extensiva la condena a la aseguradora.
En el fallo recurrido se hizo extensiva la
condena a la citada AGF Allianz Argentina
Cía. de Seguros S.A. “al haber reconocido su
calidad de aseguradora del rodado involucra-
do” y “en los términos de la póliza contratada
y de acuerdo a lo dispuesto por el art. 118 de la
ley n° 17.418”.
Sin perjuicio del error en que incurriera el
anterior sentenciante al mencionar la exis-
tencia de “un rodado” en el caso, lo cierto es
que haciéndose extensiva la condena en los
términos de la póliza contratada y conforme
lo dispuesto por el art. 118 de la ley se seguros,
no causando ello perjuicio a la aseguradora,
nada cabe modificar al respecto.
Consecuentemente, no habiendo agravio
por parte de los actores, sólo queda confir-
mar lo decidido al respecto en la instancia de
grado.
VII.- P.C.P. Prevención y Control de Pérdi-
das S.A., INC S.A. y AGF Allianz Argentina
Compañía de Seguros Generales S.A. cues-
tionan la imposición de costas.
El Código Procesal ha adoptado en su art.
68 la teoría del hecho objetivo de la derrota. La
imposición de las mismas no debe representar
una disminución patrimonial para la parte en
cuyo favor tiene lugar, naciendo de esto el de-
ber del juez de condenar al derrotado. Enten-
ha verificado que haya comprado ninguna
mercadería en el lugar y normalmente, en
los tiempos actuales, cualquiera que vaya a
requerir el servicio de remise lo solicita tele-
fónicamente.
En tal lineamiento, sumo a la cuestión el
hecho de que si el juez utiliza la sana críti-
ca entendida como las “máximas de expe-
riencia”, ello concierne a los conceptos y co-
nocimientos generales del magistrado que
posee por el solo hecho de ser un integrante
de la comunidad en el seno del cual surgió el
conflicto que debe resolver (por ejemplo y
para otros supuestos, que la humedad en la
calzada disminuye la capacidad de frenado
de los vehículos, o que a mayor tiempo de in-
ternación de un enfermo corresponderá una
mayor erogación por ese rubro). Tan simple
como decir, también, que son los saberes co-
munes, compartidos por el grupo, respecto
de aspectos corrientes de la vida y de la for-
ma en que se desarrollan normalmente los
acontecimientos (3). Explicado de esta for-
ma, resulta lógico y hasta razonable que el
magistrado no le diera mayor verosimilitud
a la versión de los hechos expuestos por los
demandantes.
III. Carga de la prueba
Se ha conceptualizado a la “carga jurídica”
como la conveniencia para el sujeto de obrar
de determinada manera a fin de no exponer-
se a las consecuencias desfavorables que
{ NOTAS }
(3) CAMPS, Carlos Enrique, “Código Procesal Civil
y Comercial de la Provincia de Buenos Aires”, Lexis-
Nexis, Buenos Aires, 2004, t. II, p. 51.
(4) ARAZI, Roland, “La prueba en el proceso civil -
Teoría y Práctica”, 2ª edición, La Rocca, Buenos Aires,
1998, pp. 87 y 92.
(5) ARAZI, ob. cit, p. 94.
(6) KIELMANOVICH, Jorge L., “Teoría de la
Prueba y Medios Probatorios”, tercera edición,
der lo contrario implicaría una injustificada
reducción del monto indemnizatorio corres-
pondiente al damnificado, lesionando de este
modo el principio de reparación integral.
Por ello, aún cuando la sentencia prospere
solo por una parte de lo reclamado, habién-
dose confirmado la atribución de responsa-
bilidad de las demandadas, los agravios por
la imposición de las costas no han de admi-
tirse, atento el principio general que rige en
la materia, fundado en el hecho objetivo de la
derrota.
VIII.- Consecuentemente, si mi voto fue-
ra compartido propongo al acuerdo modi-
ficar parcialmente la sentencia elevando la
indemnización por daño moral a pesos quin-
ce mil ($15.000); y a pesos quinientos ($500)
los gastos médicos; así como fijando los inte-
reses desde el hecho dañoso (6 de agosto de
2.004), hasta el efectivo pago, según la tasa
activa cartera general (préstamos) nominal
anual vencida a treinta días, del Banco de la
Nación Argentina y confirmarla en todo lo
demás que fue materia de agravio. Costas de
alzada por su orden atento al resultado de las
apelaciones (art. 71 del Código Procesal).
El Dr. Liberman dijo:
Según el escrito inicial, el 6 de agosto de
2004 S., de 14 años, fue al hipermercado Ca-
rrefour de Villa Tesei para buscar un remís
en una agencia que está en el estacionamien-
to. Se le dijo que esperara, porque no había
vehículos en ese momento. En esas circuns-
tancias, a la espera del traslado, fue tomado
de los brazos por personal de custodia de la
empresa demandada. Y fue prácticamente
arrastrado dentro de las instalaciones del de-
mandado Carrefour, donde lo introdujeron
podría ocasionarle su omisión; asociándose
la carga de la prueba con la de la alegación,
siendo la primera consecuencia de la segun-
da, ya que no puede producirse prueba sobre
hechos que no hayan sido articulados en los
escritos respectivos; ello en razón del sistema
predominantemente dispositivo que rige en
el proceso (4). En tal lineamiento, el distingui-
do procesalista Roland Arazi hubo señalado
que la carga de la prueba tiene dos aspectos,
a saber: a) subjetivo y concreto, que aconse-
ja determinada conducta de las partes en un
proceso determinado, si no quiere correr el
riesgo de una sentencia desfavorable, y b) ob-
jetivo y abstracto, que le impone al juez el de-
ber de fallar de determinada manera ante la
ausencia de prueba (5). Puestas las cosas de
tal modo, resulta interesante destacar que el
Código Procesal vernáculo, pese a la discu-
sión sobre si el mismo encierra una contra-
dicción entre la primera y segunda parte del
art. 377 del C.P.C.C.N, lo cierto es que sienta,
en esta última parte, el principio general y de-
termina que cada una de las partes se halla
gravada con la carga de probar las mencio-
nes de hechos contenidas en las normas con
cuya aplicación aspira a beneficiarse, sin que
interese el carácter constitutivo, impeditivo
o extintivo de tales hechos (6); es decir, no in-
teresa aquí el rol procesal de los sujetos ni el
tipo de hechos que se trate, sino determinar
cuáles son las bases fácticas para que opere la
norma que cada litigante esgrime en su favor
y así generar la carga de probarlas en quien
podrá beneficiarse con su operatividad (7). En
Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 2004, p. 125.
(7) CAMPS, ob. cit., p. 37. La redacción del art. 377
del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación es
prácticamente idéntica a la del art. 375 del Código Pro-
cesal Civil y Comercial de la Provincia de Buenos Aires
y este último criterio ha sido seguido por la SCBA en Ac.
57.636, sent. 27/12/1996, “Lipovetzky, Bernardo c. Gon-
zález, Alberto y otro s/cobro de australes”; Ac. 59.365,
24/3/1998, “Badano, Luis María c. Stadelman, Raimun-
en una oficina. Sigue el relato con precisiones
sobre lo ocurrido con posterioridad, y que S.
dijo a los padres que había sido golpeado por
personal de custodia.
La aseguradora de Carrefour niega este re-
lato, dice que se han tergiversado los hechos
y que la realidad es diversa. Explica que S. es
conocido por el personal de seguridad porque
frecuenta el lugar, dedicándose en general a
mendigar dinero entre los clientes del patio
de comidas, junto con otros menores. Por los
antecedentes que refiere, ese 6 de agosto se
lo invitó a retirarse y entonces empezó a in-
sultar al agente de vigilancia. Se acercó otro,
un señor Zamorano, y S. le dio un golpe en el
labio con su cabeza. Fue entonces que se lla-
mó a la policía, que intervino.
P.C.P., al contestar el traslado y dar una
versión similar a la anterior, menciona que
el padre de S. le pidió empleo como vigilador
en diciembre de 2002 y, a pesar de haber sido
aceptado, nunca se presentó a trabajar, por
lo que se lo dio de baja. Una curiosidad docu-
mentada.
A fs. 137 obra copia de acta policial que da
cuenta del relato que efectuara Zamorano
a los policías intervinientes, y de que S. no
supo justificar su presencia en el lugar, pero
insistía con que estaba lesionado en el cue-
llo, aunque la policía no vio marcas. Enton-
ces se trasladaron a la seccional para hacer
el acta.
A fs. 149 un empleado de P.C.P. declaró que,
después de que el actor pegara el cabezazo a
Zamorano, “los adicionales” (supongo refiere
a policías de servicio adicional) lo llevaron a
contralor. De allí S. salió con los adicionales
a la comisaría con la madre y el coordinador
este cuadro, se ha dicho, también, que la ley
argentina mira al aspecto subjetivo —señala-
do más arriba— de la carga, destinado a dar
una regla sobre la carga probatoria (8).
En tal entendimiento, cabal importancia
ha tenido en la decisión adoptada en la sen-
tencia el hecho de que los actores no trajeran
alguna declaración testimonial para demos-
trar que el menor había ido a pedir un remise
al lugar —máxime cuando eran conocidos de
la familia, como se dijo—, o de un tercero que
hubiera visto todo lo que ocurrió, o que en de-
finitiva no demostraran que el personal de
seguridad y policial —este último fue omitido
al demandar, pero mencionado por la madre
del menor en la denuncia penal— tuviera un
actuar injustificado, discriminatorio o en ge-
neral ilícito al aprehender al menor; no cum-
pliendo así con la carga de probar las mencio-
nes de hechos contenidas en las normas con
cuya aplicación han aspirado a beneficiarse.
En este contexto, el incumplimiento de la
parte con la carga de la prueba ha sido vital a
la hora de sellar la suerte en el litigio en el que
se le ha dictado una sentencia en contrario.
Por lo demás, importa señalar que no se
encuentra disociada la “sana crítica” de la
“carga de la prueba”, desde que justamente
una de las reglas de la sana crítica indica la
aplicación de la teoría de la carga de la prue-
ba, que en este contexto ha sido aplicado al
caso (9).
do s/exclusión de socio”; Ac. 76.217, 25/10/2000, “Coria,
Juan Francisco v. Sanguinetti, Raúl Eduardo s/daños y
perjuicios”; Ac. 75.539, 30/5/2001, “Giordano, Carlos y
otros c. Fundación Ateneo de la Juventud y otros s/da-
ños y perjuicios”. Vale aclarar, además, que al consig-
nar el texto del artículo la palabra “norma” no se trata
de aquella que invoca la parte sino la que en definitiva
aplique el juez, por aplicación del principio “iura novit
curia”.
martes 28 de mayo de 2013 | 7
Zamorano (respuesta a 5ª. y 6ª. repreguntas
de la actora). Zamorano confirmó la versión
de los demandados y ese otro empleado.
Es la propia madre quien mencionó que su
hijo fue llevado por un personal de custodia
de PCP y un policía adicional (denuncia a fs.
1 de la causa penal, formulada tres días des-
pués). Como se ve, la versión del escrito de
postulación quita a la policía de cualquier ac-
tuación hasta que el menor, supuestamente
llevado por sus padres, fue infructuosamente
a la comisaría a hacer una denuncia.
Hay una muy detallada y prolija denuncia
de la madre en la Fiscalía fechada tres días
después. Con notorias incongruencias con
respecto a la relación fáctica que la actora
debía acreditar en este pleito. Estas groseras
inconsistencias perjudican a quien tiene un
deber de explicitación (veraz) y, además, de-
bía probar las circunstancias que probasen la
ilicitud de la conducta de los dependientes de
P.C.P., y de allí a Carrefour.
Lo de la supuesta “incomunicación” -según
la propia madre- se lo dijo un policía. No fue
personal de Carrefour o Zamorano, otra in-
consistencia, una tergiversación para endil-
gar responsabilidad a las demandadas.
A fs. 173 hay constancia del hospital sobre
atención a Zamorano por traumatismo y he-
rida cortante en labio inferior.
Hubiera sido fácilmente comprobable la
aserción de que el entonces menor S. ha-
bía ido a pedir un remís. Bastaba con algu-
na declaración testimonial de la remisería,
continúa en la página 8
IV. Conclusiones
En la compleja tarea de impartir justicia
los jueces muchas veces se encuentran con la
difícil tarea de arribar a una reconstrucción
histórica de los hechos, de lo que en verdad
ha sucedido. Y esto se muestra palmario ante
versiones de los hechos, afirmadas por las
partes, totalmente contrapuestas. De ahí que
la prueba tienda a formar la convicción del
juez, a llevar a su espíritu la certidumbre de
la verdad del hecho invocado. Para que esto
sea así, resulta de vital importancia, en la
apreciación de la prueba, la sana crítica, tra-
ducida como la lógica, experiencia o el más
sentido común, que es encontrar, también, el
sentido normal en que ocurren las cosas de la
vida común y corriente. También lo ha sido,
en el caso, el incumplimiento de cierta carga
probatoria que se le ha impuesto a los acto-
res y que ha sellado la suerte adversa para los
mismos en el pleito.
Por último quisiera decir y no sin antes
señalar que considero acertada la solución
dada al caso, que la sana crítica es ante todo
un método y que no es la certeza absoluta lo
que ha de buscar el juzgador al ponderar la
prueba, sino la certeza moral de característi-
cas harto distintas de aquélla (10). l
Cita on line: AR/DOC/1911/2013
(8) ARAZI, ob. cit., p. 112.
(9) FALCÓN, Enrique M., “Código Procesal Civil y
Comercial de la Nación”, Abeledo-Perrot, Buenos Aires,
2011, t. IV, p. 988.
(10) FASSI, Santiago C., “Código Procesal Civil y Co-
mercial de la Nación”, Astrea, Buenos Aires, 1978, t. II,
p. 192.
8 | martes 28 de mayo de 2013 Síganos en /thomsonreuterslaley @TRLaLey

viene de la página 7
máxime si, como dijo la madre a fs. 1 de la
causa penal, eran conocidos de ella y su fa-
milia. Pero nada hubo. Creo que en realidad
nadie pide remises personalmente a la puer-
ta de los supermercados, salvo cuando sale
con mercadería. De otro modo, no atienden.
Cualquiera (aún con humildes condiciones
económicas) tiene hoy un teléfono celular y
los remises se piden por teléfono. No se va
a la remisería de la puerta de un supermer-
cado.
Tampoco fue traído el tal M. S., que ha-
bría sido testigo de los hechos (ver fs. 2 vta.
causa penal). En mi opinión, termina de
echar por tierra la pretensión resarcitoria
el notorio desinterés de los S. en allegar los
dichos de un supuesto tercero que habría
visto todo lo que ocurrió. La versión del de-
mandante es negada por el demandado; y
la de éste se ve robustecida por declaracio-
nes siquiera de dependientes, declaracio-
nes congruentes con otras constancias del
expediente y las propias aserciones de la
madre del menor. Debo entonces dar más
crédito a la parte demandada en el senti-
do de que la aprehensión del menor sucedió
como consecuencia de la agresiva e injusti-
ficada actitud puesta de manifiesto cuando
se le pidió que se fuera del lugar y se negó.
Aprehensión que no fue obra de P.C.P. sino
de la policía, aunque por hipótesis hubiese
tenido la colaboración de algún custodio.
En fin, el procedimiento fue policial y los
supuestos excesos habrían ocurrido cuan-
do ya actuaba la policía.
Entonces, nada tiene de importante si se
observó inicialmente alguna tumefacción que
tres días después no vio el médico forense.
Me parece que era el demandante quien
tenía que probar la injusticia del supuesto
daño –siquiera moral- porque la incoheren-
cia de su versión (incluyendo el llamativo ol-
vido de la policía) y la prueba traída por los
demandados, lo ponía ante la carga de de-
mostrar que la actuación policial y de la cus-
todia había sido sorpresiva e injustificada.
Supuestamente él sólo estaba esperando un
remís.
Cuando menos, la versión del primer escri-
to debió ser la de la madre en la Fiscalía. Y
probar esos hechos.
Pongo de resalto que –estando a la deman-
da- el fundamento de la pretensión no es una
supuesta infracción a los derechos del consu-
midor, de alguien que simplemente es usua-
rio o comprador o potencialmente consumi-
dor de cosas o servicios del lugar. No se esgri-
me el hipotéticamente censurado derecho de
acceso de la supuesta víctima a las instalacio-
nes. El basamento está en la injusta agresión
de que habría sido objeto por el personal de
custodia.
Esto es importante porque el fallo recu-
rrido y el primer voto de mi querida colega
traen a colación la Convención de los dere-
chos del niño. Creo que esa convención, como
reza el preámbulo, tiene como finalidad brin-
darles protección y asistencia para que pue-
dan asumir plenamente sus responsabilida-
des dentro de la comunidad. Esa convención
está para otra cosa.
No advierto que haya sido vulnerada la es-
pecial protección que los niños (los menores
de 18 años) merecen, en los hechos que die-
ran motivo a este reclamo. No ha habido dis-
criminación por ser menor.
Me parece que el grupo familiar no ha que-
rido o podido atender muchas de las circuns-
tancias que hacen al desarrollo del menor y
menciona la Convención.
Voto en consecuencia por revocar la sen-
tencia y rechazar la demanda, con costas de
ambas instancias a cargo de la parte actora.
Por razones análogas a las expuestas por el
Dr Liberman, el Dr. Galmarini vota en el mis-
mo sentido.
Y Vistos: lo deliberado y conclusiones es-
tablecidas en el Acuerdo precedentemente
transcripto el tribunal decide: revocar la sen-
tencia y rechazar la demanda, con costas de
ambas instancias a cargo de la parte actora.
Fíjanse los emolumentos de la Dra. R. en la
suma de tres mil ochocientos cincuenta pesos
($3850); los del Dr. E. R. en la de dos mil qui-
nientos sesenta pesos ($2560) y los del Dr. P.
en la de mil trescientos ochenta pesos ($1.380),
de conformidad con el art. 14 de la ley 21.839.
Atento lo normado por el art. 279 del Código
Procesal, teniendo en consideración el monto
reclamado al accionar, labor profesional de-
sarrollada, etapas procesales cumplidas, re-
sultado obtenido y lo preceptuado por los arts.
6, 7, 9, 19, 38 y ccs. de la ley 21.839, modificada
por ley 24.432, art. 13 de la norma legal citada
y decreto 1467/11, por su actuación en primera
instancia regúlanse los honorarios de la Dra.
R. en la suma de once mil pesos ($11.000); los
de la dirección letrada y derechos procurato-
rios de la codemandada INC S.A. y citada en
garantía, en la de siete mil trescientos veinte
pesos ($7320); los del Dr. P. en la de cinco mil
quinientos pesos ($5500); los del perito médico
R. en la de dos mil ochocientos pesos ($2800) y
los de la mediadora H. en la de mil seiscientos
pesos ($1600).
Regístrese, notifíquese y al Sr. Fiscal de
Cámara en su despacho y oportunamente
devuélvase. — Marcela Pérez Pardo. — Víctor
Fernando Liberman. — José Luis Galmarini.

edictos
El Juzgado Nacional en lo Civil N° 75 cita y em-
plaza por el plazo de treinta días a herederos y
acreedores de JUAN ANTONIO VASINO y ELI-
SA LARAYO a presentarse en autos a fin de ha-
cer valer sus derechos. Publíquese por tres días.
Buenos Aires, 13 de mayo de 2013
Ignacio M. Rebaudi Basavilbaso, sec.
LA LEY: I. 28/05/13 V. 30/05/13
El Juzgado Nacional de Primera Instancia en
lo Civil N° 57, sito en Av. de los Inmigrantes
1950, 4° piso de esta Ciudad, Secretaría
Unica a cargo de la Dra. Mercedes M. S. Villa-
rroel, cita y emplaza por el término de treinta
días a herederos y acreedores de MONICA
OFELIA FOSSATI. Publíquese por tres días.
Buenos Aires, 6 de mayo de 2013
Mercedes M. S. Villarroel, sec.
LA LEY: I. 28/05/13 V. 30/05/13
El Juzgado Nacional de 1ª Instancia en lo Civil
N° 16, cita y emplaza por treinta días a here-
deros y acreedores de RICARDO ESPARTA-
CO TORTORA a fin que comparezcan a hacer
valer sus derechos. Publíquese por tres días.
Buenos Aires, 7 de mayo de 2013
Adrián E. Marturet, sec.
LA LEY: I. 28/05/13 V. 30/05/13
El Juzgado Nacional de Primera Instancia en
lo Civil N° 55, Secretaría única, cita y emplaza
por treinta días a herederos y acreedores de
NUCHIN BODNAR. Publíquese por tres días.
Buenos Aires, 13 de mayo de 2013
Olga María Schelotto, sec.
LA LEY: I. 28/05/13 V. 30/05/13
21191/2013. LIZAMON JOSE PABLO s/ SU-
CESION AB-INTESTATO. El Juzgado Nacional
de Primera Instancia en lo Civil N° 11, Secretaría
Unica, cita y emplaza por treinta (30) días a here-
deros y acreedores de JOSE PABLO LIZAMON.
Publíquese por tres días en el diario La Ley.
Buenos Aires, 8 de abril de 2013
Javier A. Santiso, sec.
LA LEY: I. 28/05/13 V. 30/05/13
Juzgado Nacional en lo Civil N° 34, Secreta-
ría única cita y emplaza por treinta días a he-
rederos y acreedores de DOMINGO SALADI-
NO, a los efectos de hacer valer sus derechos.
Publíquese por tres días en el diario La Ley.
Buenos Aires, 30 de abril de 2013
Juan Gabriel Chirichella, sec. int.
LA LEY: I. 28/05/13 V. 30/05/13
24657/2013. MOLINARI MARCELO AN-
TONIO s/ SUCESION AB-INTESTATO. Juz-
gado Nacional en lo Civil N° 31 cita y emplaza
por treinta días a herederos y acreedores de
MARCELO ANTONIO MOLINARI. Publí-
quese por tres días en “LA LEY”.
Buenos Aires, 24 de abril de 2013
María Cristina García, sec.
LA LEY: I. 28/05/13 V. 30/05/13
El Juzgado Nacional de Primera Instancia
en lo Civil N° 54, cita y emplaza a herederos
y acreedores de ADELINA ANGELA GUI-
LLOTTI por el término de treinta días. Publí-
quese por tres días en La Ley.
Buenos Aires, 2 de mayo de 2013
Ma. de las Mercedes Domínguez, sec. int.
LA LEY: I. 27/05/13 V. 29/05/13
25216/2013. SOLIMANO JUAN CARLOS
s/ SUCESION AB-INTESTATO. El Juzgado
Nacional en lo Civil N° 71 cita y emplaza por el
plazo de treinta días a herederos y acreedores
de JUAN CARLOS SOLIMANO a presentar-
se en autos a fin de hacer valer sus derechos.
Publíquese por tres días.
Buenos Aires, 29 de abril de 2013
Inés M. Leyba Pardo Argerich, sec. int.
LA LEY: I. 27/05/13 V. 29/05/13
El Juzgado Nacional de Primera Instancia en
lo Civil Nro. 40, a cargo del Dr. Horacio Ale-
jandro Liberti, Secretaría única a mi cargo,
cita y emplaza a herederos y acreedores de
SONIA BERTHA WAISMAN, a los efectos
de que hagan valer sus derechos dentro del
plazo de treinta días. El presente deberá pu-
blicarse por tres días en el diario La Ley.
Buenos Aires, 15 de mayo de 2013
Silvia C. Vega Collante, sec.
LA LEY: I. 27/05/13 V. 29/05/13
1526/2013. PONZIO MIGUEL Y PONZIO
DOMINGO CARMELO Y OTRO s/ SUCE-
SION AB-INTESTATO. El Juzgado Nacional
en lo Civil N° 71, cita y emplaza por el plazo
de treinta días a herederos y acreedores de
MIGUEL PONZIO, DOMINGO CARMELO
PONZIO y JOSE PONZIO a presentarse en
autos a fin de hacer valer sus derechos. Pu-
blíquese por tres días.
Buenos Aires, 22 de abril de 2013
Inés M. Leyba Pardo Argerich, sec. int.
LA LEY: I. 27/05/13 V. 29/05/13
El Juzgado Nacional de Primera Instancia
en lo Civil N° 91, a cargo del Dr. Carlos Hugo
Goggi, Secretaría única a mi cargo, cita y em-
plaza, por el plazo de treinta días a herederos
y acreedores de MARIA JULIA AYBAR, DNI
491.309, a los efectos de que comparezcan
a hacer valer sus derechos. Publíquese por
tres días.
Buenos Aires, 9 de mayo de 2013
María Eugenia Nelli, sec.
LA LEY: I. 27/05/13 V. 29/05/13
26356/2013. VITA NELLY OLIMPIA s/ SU-
CESION AB-INTESTATO (int. 9). Juzgado
Nacional en lo Civil N° 31 cita y emplaza por
treinta días a herederos y acreedores de NE-
LLY OLIMPIA VITA. Publíquese por tres días
en “LA LEY”.
Buenos Aires, 30 de abril de 2013
María Cristina García, sec.
LA LEY: I. 27/05/13 V. 29/05/13
42027/2009. AGUIAR TORRES, AL-
FONSO s/ SUCESION AB-INTESTATO. El
Juzgado Nacional de Primera Instancia en
lo Civil N° 54, cita y emplaza a herederos y
acreedores de ALFONSO AGUIAR TORRES
por el término de treinta días. Publíquese por
tres días en La Ley.
Buenos Aires, 2 de mayo de 2013
Ma. de las Mercedes Domínguez, sec. int.
LA LEY: I. 27/05/13 V. 29/05/13
30082/2013. AMPUDIA LUCIA s/ SUCE-
SION AB-INTESTATO. Juzgado Nacional de
Primera Instancia en lo Civil N° 51, Secretaría
Unica, sito en Uruguay 714, piso 2°, Capital
Federal, cita y emplaza por treinta días a he-
rederos y acreedores de LUCIA AMPUDIA, a
efectos de estar a derecho. El presente edicto
deberá publicarse por tres días en La Ley.
Buenos Aires, 14 de mayo de 2013
María Lucrecia Serrat, sec.
LA LEY: I. 27/05/13 V. 29/05/13
El Juzgado Nacional de Primera Instancia en
lo Civil y Comercial Federal N° 3, a cargo del
Dr. Roberto R. Torti, Secretaría N° 6, a car-
go de la Dra. Viviana J. Malagamba, sito en
Libertad 731, piso 4to., de esta ciudad, hace
saber que PALUMBO JOSEPH ANTHONY,
D.N.I. N° 94.892.865, de nacionalidad es-
tadounidense ha solicitado la declaración de
la “Ciudadanía Argentina”. Cualquier perso-
na que conozca algún impedimento para la
concesión de dicho beneficio podrá hacerlo
saber a través del Ministerio Público, dentro
del plazo de quince días. Publíquese por dos
días.
Buenos Aires, 8 de mayo de 2013
Viviana J. Malagamba, sec. fed.
LA LEY: I. 28/05/13 V. 28/05/13
72184/2012. PEREZ NOGUEIRA BENITO
s/ SUCESION AB-INTESTATO. El Juzgado
Nacional de Primera Instancia en lo Civil N° 2,
Secretaría única, en Talcahuano 490 5°, cita
y emplaza por el término de treinta días a he-
rederos y acreedores de BENITO PEREZ NO-
GUEIRA. Publíquese por tres días en La Ley.
Buenos Aires, 7 de mayo de 2013
Sergio Darío Betchakdjian, sec.
LA LEY: I. 24/05/13 V. 28/05/13
Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo
Civil N° 40, Secretaría Unica, cita y emplaza por
30 días a herederos y acreedores de “CARLINI,
ITALO UBALDO”, a los efectos de hacer valer
sus derechos. Publíquese por tres días.
Buenos Aires, 8 de mayo de 2013
Silvia C. Vega Collante, sec.
LA LEY: I. 24/05/13 V. 28/05/13
El Juzgado Nacional de Primera Instancia en
lo Civil N° 55, a cargo del Doctor Herman Ber-
nardo Lieber, Secretaría Unica a mi cargo, cita
y emplaza por 30 días a herederos y acreedores
de JOSE OSCAR DEL VECCHIO y CARLOTA
EMILCE FLORENTIN MAIDANA y. El presente
deberá publicarse por tres días en La Ley.
Buenos Aires, 17 de abril de 2013
Olga María Schelotto, sec.
LA LEY: I. 24/05/13 V. 28/05/13
BUFFA TERESA s/ SUCESION AB-INTES-
TATO. El Juzgado Nacional de Primera Ins-
tancia en lo Civil N° 11, Secretaría única, cita
y emplaza por treinta (30) días a herederos y
acreedores de TERESA BUFFA. Publíquese
por tres días en el diario La Ley.
Buenos Aires, 17 de diciembre de
2012
Javier A. Santiso, sec.
LA LEY: I. 24/05/13 V. 28/05/13
Juzgado Nacional de 1era. Instancia Civil N°
39, Secretaría Unica cita y emplaza por 30
días a herederos y acreedores de NELIDA
ZUNILDA RAMAYO a los fines de que hagan
valer sus derechos. Publíquese por tres días.
Buenos Aires, 22 de abril de 2013
María Victoria Pereira, sec.
LA LEY: I. 24/05/13 V. 28/05/13
El Juzgado Nacional de 1ª Instancia en lo Civil
N° 55, Secretaría Unica de Capital Federal,
cita y emplaza por treinta días a herederos y
acreedores de OSVALDO ATILIO STRITT-
MATTER, a efectos de hacer valer sus dere-
chos. El presente deberá publicarse por tres
días en el diario La Ley.
Buenos Aires, 26 de abril de 2013
Olga María Schelotto, sec.
LA LEY: I. 24/05/13 V. 28/05/13
15921/2013. HAHN RALF WALTER s/ SUCE-
SION AB-INTESTATO. El Juzgado Nacional de
Primera Instancia en lo Civil N° 35, cita y emplaza
a herederos y acreedores de RALF WALTER
HAHN para que dentro del plazo de 30 días com-
parezcan en autos a hacer valer sus derechos.
Publíquense edictos por tres días en La Ley.
Buenos Aires, 7 de mayo de 2013
Gustavo G. Pérez Novelli, sec.
LA LEY: I. 23/05/13 V. 27/05/13
El Juzgado Nacional de 1ª Instancia en lo Civil
N° 98, Secretaría Unica con sede en Av. de
los Inmigrantes 1950, 6to. piso, de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires, cita y emplaza
por treinta días a herederos y acreedores de
JUAN CARLOS AVALOS. El presente deberá
publicarse por tres días en el diario La Ley.
Buenos Aires, 6 de mayo de 2013
José Luis González, sec.
LA LEY: I. 23/05/13 V. 27/05/13
El Juzgado Nacional de Primera Instancia en
lo Civil N° 75, Secretaría única cita y emplaza a
herederos y acreedores de FERNANDO SELIN
GUTIERREZ para que en el plazo de treinta días
comparezcan a hacer valer sus derechos en la
causa “GUTIERREZ, FERNANDO SELIN s/
SUCESION AB-INTESTATO” en trámite ante
el Tribunal citado, con asiento en Av. de los In-
migrantes 1950 Planta baja de Capital Federal.
Publíquese por tres días en el diario La Ley.
Buenos Aires, 30 de abril de 2013
Ignacio M. Rebaudi Basavilbaso, sec.
LA LEY: I. 23/05/13 V. 27/05/13
El Juzgado Nacional de 1ª Instancia en lo Civil
N° 16, cita y emplaza por treinta días a he-
rederos y acreedores de ENRIQUEZ PEREZ
MARIO a fin que comparezcan a hacer valer
sus derechos. Publíquese por tres días.
Buenos Aires, 13 de mayo de 2013
Adrián E. Marturet, sec.
LA LEY: I. 23/05/13 V. 27/05/13
El Juzgado Nacional de Primera Instancia en
lo Civil N° 96, Secretaría Unica, cita y empla-
za por 30 días a herederos y acreedores de
Don VAZQUEZ, ANIBAL OSCAR. Publíque-
se por 3 días en el diario LA LEY.
Ciudad Autónoma de Buenos Aires,
24 de abril de 2013
María Constanza Caeiro, sec.
LA LEY: I. 23/05/13 V. 27/05/13
El Juzgado Nacional de Primera Instancia
en lo Civil N° 79, Secretaría Unica de la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, cita y
emplaza por treinta días a eventuales he-
rederos y acreedores de HORTENSIA DEL
ROSARIO CABAÑA, a fin que comparezcan
a estar a derecho. Publíquese por tres días
en La Ley.
Buenos Aires, 9 de mayo de 2013
Paula E. Fernández, sec.
LA LEY: I. 23/05/13 V. 27/05/13
El Juzgado Nacional en lo Civil N° 99, In-
migrantes 1950 6°, CABA, cita y emplaza a
herederos de GRAZIELA MARIA HAMBER-
GER, por el término de 15 días para que se
presenten a tomar intervención en el juicio:
“PASSERO, ARTEMIO ESTERIO Y OTRA
c/ NANI Y NOUVARD, ALICIA Y OTROS s/
PRESCRIPCION ADQUISITIVA”. El presen-
te fue ordenado en los autos: “PASSERO,
ARTEMIO ESTERIO Y OTRA c/ NANI Y
NOUVARD, ALICIA Y OTROS s/ PRES-
CRIPCION ADQUISITIVA”. Para ser publica-
do por dos días en el diario La Ley.
Buenos Aires, 6 de mayo de 2013
Guillermina Echagüe Cullen, sec.
LA LEY: I. 27/05/13 V. 27/05/13
El Juzgado de Primera Instancia en lo Civil y
Comercial Nro. 7 de Morón, cita y emplaza a
SALOMON PATRICIO JOSUE RODRIGUEZ,
para que dentro del plazo de diez días com-
parezca en autos a contestar demanda en los
término del auto de fs. 105/106, bajo aperci-
bimiento de nombrársele Defensor Oficial de
Pobres y Ausentes para que la represente en
el proceso. El presente deberá publicarse por
dos días en el “Boletín Judicial” y en el diario
“La Ley” de Ciudad Autónoma de Buenos
Aires (atento a la data del último registro de
domicilio del requerido —ver fs. 144— art.
146 CPCC).
Morón, 10 de abril de 2013.
Roberto Veiss, sec.
LA LEY: I. 27/05/13 V. 27/05/13
El Juzgado Nacional de Primera Instancia en
lo Civil N° 59, Secretaría Unica, cita y empla-
za a herederos y acreedores de RODRIGUEZ,
OVIDIO por el término de 30 días, a fin de
hacer valer sus derechos. El presente edicto
deberá publicarse por 3 días en el diario La
Ley.
Buenos Aires,7 de mayo de 2013
Cynthia R. Holzmann, sec.
LA LEY: I. 23/05/13 V. 27/05/13

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