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Año: 2018

Curso: DERECHO CIVIL IV (DERECHO REALES YGARANTIAS)


Profesora: Lucila
Tema: La Posesión
Ciclo: Sexto
Turno: Noche
Aula: 205
Sección: A
Alumnos: Jonathan Jefri Ruiz Garcia
Alata Alonso Miguel

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Índice

1. Introducción………………………………………………………………………3
2. Concepto de la Posesión……………………………………………………….4
3. Las Clases de Posesión en el Perú…………………………………………..5
4. Posesión Inmediata y Mediata………………………………………………...5
5. Posesión de Buena fe…………………………………………………………...5
6. Posesión de Mala fe…………………………………………………………….5
7. La Posesión Precaria……………………………………………………………6
8. Generalidades sobre la posesión……………………………………………..7
9. Posesión…………………………………………………………………………..7
10. Elementos de la posesión……………………………………………………...8
11. Funciones que cumple la posesión………………………………………….9
12. Qué derechos se ejercen por medio de la posesión…………………….10
13. Porqué se protege a la posesión……………………………………………10
14. Importancia de la presunción de la posesión…………………………….10
15. Presunciones de la posesión………………………………………………..11
16. Sujetos de la posesión………………………………………………………..12
17. Cosas que pueden ser objeto de la posesión…………………………….12
18. Bienes del Estado……………………………………………………………………...13
19. Cosas determinadas…………………………………………………………………..13
20. Cosas futuras…………………………………………………………………..14
21. Exclusividad de la posesión………………………………………………...14
22. La posesión no puede reconocerse a dos personas distintas………..15
23. Coposesión……………………………………………………………………..15
24. Posesión a título universal…………………………………………………..16
25. La posesión a título particular………………………………………………17
26. Conclusión……………………………………………………………………...18
27. Bibliografía…………………………………………………………………...…19

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Introducción

La posesión es un hecho jurídico que produce consecuencia jurídica y consiste


en que una persona tenga en su poder una cosa corporal como señor y dueño. 1
En las comunidades primitivas, posesión y propiedad se confundían, hasta que
el Derecho romano comenzó a regular la propiedad de forma separada marcando
sus diferencias. Según esta doctrina, la posesión era un estado protegible.
Es una situación de hecho, mas no de Derecho como la propiedad, derecho real
por excelencia y consecuencia de la posesión a través de la prescripción.
La posesión requiere o necesita dos elementos para configurarse y ellos son
el corpus, que es la cosa en si y el animus rem sibi habendi que es la intención de
tener la cosa como propia, de comportarse respecto a ella como lo haría su dueño.
Es decir, la posesión requiere la intención y la conducta de un propietario. Así se
distingue de la mera tenencia, en la cual el tenedor reconoce en otra persona la
propiedad de la cosa en su poder.
La posesión se presume siempre de buena fe. Como establece el artículo 2363 del
Código Civil argentino, el poseedor «posee porque posee

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La Posesion

La Posesión en el Derecho Romano. Etimológicamente, el término posesión deriva


de la locución latina possessio, que a su vez proviene de possidere, palabra
compuesta de sedere y el prefijo pos y que equivale a poder sentarse o fijarse. La
propiedad entraña un poder jurídico sobre las cosas ‘la posesión es un puro
hecho. Consiste en comportarse, con relación a una cosa, como si se fuese titular
del derecho. Existe y produce sus efectos sin que se tenga que averiguar si el
poseedor tiene o no el derecho de obrar como lo hace’.

A la hora de dar un concepto definiremos la posesión siguiendo a PEÑA Y


BERNALDO DE QUIRÓS como el «derecho real que consiste en una potestad de
inmediata tenencia o goce conferida por el derecho con carácter provisionalmente
prevalente, con independencia de que exista o no derecho real firme que justifique
la atribución definitiva de esa potestad». JORDANO BAREA destaca el aspecto
externo de la «apariencia o visibilidad exterior de un derecho real, con
independencia de si se tiene o no».

¿Qué es la posesión en el derecho Civil?

En el artículo 762 del código civil, se define a la posesión como “la tenencia de
una cosa determinada de señor o dueño, sea que el dueño o el que se da por tal,
tenga la cosa misma, o por otra persona que la tenga en lugar y nombre de el.

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Las Clases de Posesión en el Perú:

Posesión Inmediata y Mediata:

Según el artículo 905 del Código Procesal Civil “es poseedor inmediato es el
poseedor temporal en virtud un título”, corresponde la posesión mediata a quien
confirió el título.

El poseedor mediato es aquel quien transmitió el derecho en favor del poseedor


inmediato. Poseedor mediato es el titular del derecho, por ejemplo, el propietario,
es aquel que cede la posesión quien confirió el titulo

El poseedor inmediato es el poseedor temporal, posee en nombre de otro de quien


le cedió la posesión en virtud de un título y de buena fe, por ejemplo el inquilino
que posee para el propietario.

Posesión de Buena fe:

Prevista por el artículo 906º del Código Civil, “La posesión ilegítima es de buena fé
cuando el poseedor cree en su legitimidad, por ignorancia o error de hecho o de
derecho sobre el vicio que invalida su título”.

La buena fe es la convicción que tiene el poseedor de que su título es legítimo y


eficiente, esa creencia deriva de la ignorancia o error de hecho o derecho sobre el
vicio que invalida su título.

Posesión de Mala fe:

Nuestro Código Civil expresamente no define la posesión de mala fe, la posesión


de mala fe es aquella que se ejercita cuando el poseedor tiene conocimiento que
no tiene título o el que tiene padece de nulidad. La mala fe es una posesión
ilegitima y viciosa sin título o con título inválido, la mala fe empieza cuando termina
la creencia de la legitimidad de la posesión al descubrirse el error o vicio que
invalida el título.

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La Posesión Precaria:

La posesión precaria está legislada en el artículo 911º de nuestro Código Civil; el


cual prescribe que: “La posesión precaria es la se ejerce sin título alguno o el que
se tenía ha fenecido”.

Como podemos apreciar es una posesión ilegítima, porque falta título posesorio,
ya sea porque no existió antes, o porque el título legítimo que dio nacimiento a la
posesión terminó, quedando el poseedor sin título alguno que ampare su
posesión.

La posesión precaria por falta de título, es una posesión ilegítima ya que se carece
absolutamente de título, por ejemplo tenemos las invasiones para fundar Pueblos
Jóvenes y los Asentamientos Humanos Marginales.

Cuando el poseedor pierde la eficacia, ya que se extinguió los efectos del título, se
trata de una persona que entro en posesión como poseedor ilegítimo y se
transforma en poseedor ilegítimo al haberse vencido el plazo o haberse cumplido
la condición resolutoria, como podemos ver en este caso no existe buena fe ya
que el poseedor es consiente del fenecimiento del título que tenía y por lo tanto es
poseedor de mala fe desde el momento que se extinguió su título, pues tiene
conocimiento que este ha expirado y que está poseyendo indebidamente un
determinado bien. Como por ejemplo el arrendatario, anticresista, usufructuario o
comodatario quienes a pesar de haberse terminado el plazo aun continúan en la
posesión

No se debe confundir la posesión ilegítima con la posesión precaria; ya que en la


posesión ilegítima existe un título pero adolece de un defecto de forma o fondo, sin
embargo en la posesión precaria se da por falta absoluta del título.

La posesión puede ser legítima o ilegítima, dependiendo de su conformidad o no


con el derecho, siendo la posesión de buena fé y la posesión de mala fé una su
clasificación de la posesión ilegítima, la ilegitimidad de la posesión no sólo está
dada por la existencia de un título viciado, es decir que adolece de alguna causal
de nulidad o anulabilidad, sino que además esta se da cuando ésta se basa en un
título el que el transfiriente carece de legitimidad para ello, es decir cuando el
defecto es de fondo.

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Generalidades sobre la posesión.-

La posesión es una de las instituciones más importantes de los Derechos Reales,


porque depende de ella en muchos casos la adquisición o pérdida de derechos,
especialmente de propiedad que es vital en esta materia y que las personas
individuales o colectivas luchan en el transcurso de sus vidas.

Posesión, en su primer entendimiento significa acto de poseer o tener una cosa


corporal con ánimo de conservarla para sí o para otro; por tal razón, poseer es
tener una cosa en su poder, para usarla, gozarla y aprovecharla.

El legítimo propietario de un Derecho Real hace respetar inicialmente su derecho


por intermedio de la posesión, que es el elemento esencial de esta institución del
Derecho Civil, y en caso de perderla tiene derecho a su restitución con el objeto de
hacer respetar su derecho e interrumpir la posesión de la contraparte.

En forma resumida, poseer es tener una cosa mueble o inmueble en poder, para
usarla, gozarla, aprovecharla como mejor parezca a una persona; empero, debe
quedar claro que la posesión no requiere una permanente aprehensión física de la
cosa, porque al mismo tiempo se puede poseer varias cosas, como por ejemplo
diversas casas o muebles de hogar, aunque, uno esté ausente y posiblemente a
varios kilómetros, como así se puede estar en posesión de una cosa cuando se es
representado por alguien en la misma, sucede aquello cuando se alquila o presta
la cosa a una tercera persona.

La posesión de una cosa hace presumir la posesión de las cosas accesorias a


ella, por la simple razón, que lo accesorio sigue a lo principal; por lo tanto, una
persona que posee un bien inmueble (casa) también se presume que todos los
muebles son poseídos por la misma.

Posesión.-

Posesión es tener una cosa corporal (bienes muebles o inmuebles) con ánimo de
conservarla para sí o para otro; por tender algún derecho real sobre el mismo que
debe ser respetado por todos.

Recordemos que la propiedad es el poder jurídico que el hombre adquiere sobre


las cosas de conformidad con la voluntad general que es la Ley. La posesión, por
el contrario, es el poder jurídico que el hombre establece sobre la cosa de
conformidad a su voluntad individual. Cuando ambos poderes se concentran en la
misma persona, el hecho es conforme al derecho; por eso la posesión es el poder
de hecho ejercido sobre una cosa mediante actos que denotan la atención de
tener sobre ella el derecho de propiedad u otro derecho real.

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Cuando una persona posee una cosa reconociendo el derecho de propiedad u
otro derecho real en otra persona, se llama tenencia; por lo tanto, éste último
posee legítimamente en nombre de otro.

Al respecto nuestra Legislación dispone: "I. La posesión es el poder de hecho


ejercido sobre una cosa mediante actos que denotan la atención de tener sobre
ella el derecho de propiedad u otro derecho real. II. Una persona posee por sí
misma o por medio de otra que tiene la detentación de la cosa".

Sobre la posesión la Legislación de España señala que: "Posesión natural es la


tenencia de un cosa o el disfrute de un derecho por una persona. Posesión civil es
esa misma tenencia o disfrute unidos a la intención de haber la cosa o derecho
como suyos". En nuestra Legislación no interesa la distinción entre posesión
natural y posesión civil, porque no determina ninguna consecuencia jurídica, ya
que la protección de la acción interdicta (retener o recobrar) es a favor todo
poseedor quiera que sea civil o naturalmente, conforme al Art. 607 del Código de
Procedimiento Civil (1976).

Igualmente, la Legislación del Perú ordena que "la posesión es el ejercicio de


hecho de uno o más poderes inherentes a la propiedad".

Por su parte la Legislación de Chile indica; "la posesión es la tenencia de una cosa
determinada con ánimo de señor o dueño, sea que el dueño o el que se da por tal
tenga la cosa por sí mismo, o por otra persona que la tenga en lugar y nombre de
él. El poseedor es reputado dueño, mientras otra persona no justifique serlo".
Definición tanto de la posesión como de la tenencia de las cosas.

La posesión es un verdadero derecho y no simplemente un hecho. Es un derecho


real porque reúne todos los caracteres de tal: relación directa con la cosa, acción
erga omnes y falta de sujeto pasivo determinado.

Elementos de la posesión.-

Siguiendo la escuela clásica del Derecho, no queda dudas que la posesión tiene
los siguientes elementos que dan vida a esta institución del Derecho Civil:

- El corpus. Es el elemento material de la posesión; es decir, tener la cosa, o es el


poder de hecho que se ejerce sobre una cosa determinada y concreta.

- El animus. Es la intención de actuar como dueño de la cosa o tener algún otro


derecho real.

"Para hablar de posesión, es menester la existencia de dos elementos cons-


titutivos, uno objetivo, el otro subjetivo: 1) El corpus possessionis, es decir el poder
de hecho del sujeto sobre la cosa, el elemento material de la posesión, y 2) El
ánimus possidendi (elemento espiritual) o intención de actuar por su propia cuenta

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o de alegar para sí un derecho real sobre la cosa. Ambos elementos deben
coexistir al mismo tiempo, cuando alguien tiene el mero poder de hecho pero no
está acompañado del ánimus o sea de la intención de ejercitar una actividad
correspondiente al ejercicio de un derecho real, se perfila un fenómeno diverso de
la posesión que se llama detentación".

Con mucho criterio señala el profesor Borda que "las ideas de corpus y ánimus no
han hecho sino complicar innecesariamente el concepto de la posesión; se trata
simplemente de proteger ciertas situaciones de disfrute, ciertas conductas del
hombre respecto de las cosas. El presupuesto fáctico de la posesión no es por
consiguiente la aprehensión de la cosa ni la posibilidad de aprehenderla, sino un
cierto señorío de hecho sobre ella. La ley determinará qué debe entenderse por tal
señorío o, para decirlo con mayor precisión, en qué casos la conducta de una
persona respecto de una cosa merece la protección posesoria".

Funciones que cumple la posesión.-

Sin la posesión no sería posible el ejercicio pleno de las facultades que otorgan los
derechos reales a sus titulares.

La posesión protege precisamente al que tiene la posesión legítima de la cosa o la


tenencia de la cosa, sin importar quién es el propietario, siendo ésta un de las
funciones que cumple la misma, para mantener la paz social.

El profesor Valdez enseña que "en el conflicto entre quien alega la propiedad de
una cosa y quien se mantiene en la posesión de ella, que se podrá dirimir ante el
órgano judicial, la posesión tiene el efecto de, en primer lugar, determinar quién
deberá asumir el rol de actor y quién el de demandado y, en segundo lugar,
incidiendo fundamentalmente sobre la distribución de la carga de la prueba, será
decisiva para determinar, en caso de insuficiencia de ella, la victoria del poseedor
sobre el pretendido propietario".

Además el Art. 1453 protege al legítimo poseedor cuando dispone: "I. El


propietario que ha perdido la posesión de una cosa puede reivindicar de quien la
posee o la detenta. (...)

En materia de inmuebles, la posesión unida al tiempo, da lugar a la adquisición por


prescripción (usucapión), variando el plazo según que existan los requisitos de
buena fe y justo título.

En materia de muebles (no robadas o perdidas), unidas a la buena fe crea la


presunción de propiedad; por lo tanto, son muchas las funciones que cumple la
posesión.

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Qué derechos se ejercen por medio de la posesión.-

De acuerdo a nuestra legislación y varios estudiosos del Derecho, mediante la


posesión se pueden ejercer los siguientes derechos reales:

- Derecho de propiedad de bienes muebles e inmuebles.

- Derecho de usufructo.

- Derecho de uso.

- Derecho de habitación.

- En el contrato de la anticresis.

- Los acreedores prendarios.

- En las servidumbres activas.

Porqué se protege a la posesión.-

La posesión es protegida en forma independiente al Derecho de Propiedad,


porque básicamente nadie puede hacerse justicia por sus propias manos, ya que
en muchos casos cuando se pierde la posesión, las personas quieren restituirla
por la fuerza, situación que no es aconsejable por la paz social que debe reinar en
nuestro Estado Plurinacional.

Distintos estudiosos del derecho señalan varias razones del porqué debe


protegerse a la posesión, entre ella tenemos:

- Es necesario que el poseedor (propietario y tenedor) tenga una acción rápida y


suficiente contra un agresor de su derecho.

- Hay una razón elemental de orden jurídico: nadie puede hacer justicia por su
mano propia; por lo tanto, si alguien pretende tener derechos sobre un bien que
otro tiene en su poder, debe acudir a un proceso judicial para su restitución.

- La defensa posesoria se funda también en la protección de las cosas en sí


mismas, porque las mismas sirven para la satisfacción de necesidades humanas,
por lo que hay un interés social en la conservación y protección de las cosas.

Importancia de la presunción de la posesión.-

En el Derecho y especialmente en los Reales que es objeto de la presente obra,


es importante tomar en cuenta las presunciones en materia de la posesión y la
tenencia de las cosas, porque la continuidad, el tiempo y el momento de la po-

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sesión son importantes para adquirir o perder derechos reales; razón por la cual,
es importante en muchos casos determinar desde cuándo se ejerce la posesión,
cómo ha comenzado la misma, cómo ha transcurrido, si ha cambiado el título de la
posesión por el de tenencia o viceversa, etc., que a continuación analizaremos.

Las presunciones son medios de prueba que disponen las partes en el procesó
judicial y que debe ser valorada por el juzgador al momento de fallar y decidir
sobre los hechos controvertidos.

Presunciones de la posesión,-

La norma en estudio regula varias presunciones con relación a la posesión con el


fin de establecer la continuidad de la misma y otros aspectos que son importantes
a la hora de adquirir o perder derechos reales por efectos de la posesión.

La primera se refiere a que se presume la posesión de quien ejerce actualmente el


poder sobre la cosa, siempre que no se pruebe que comenzó a ejercerlo como
simple detentador; por consiguiente, si la persona ha ingresado a tener la cosa
como simple detentador (por ejemplo como inquilino) no puede considerarse o
presumirse que el mismo es poseedor sino simplemente detentador de la cosa y
mientras no demuestre que ha cambiado su título no se rompe esta presunción.

La segunda presunción se refiere a que si el poseedor actual prueba haber po-


seído antiguamente, se presume haber poseído en el tiempo intermedio, excepto
si se justifica otra cosa por un medio probatorio contundente; es decir, si alguien
prueba por un medio idóneo haber poseído anteriormente y posee actualmente, se
presume la posesión en el tiempo intermedio.

Sobre este punto el profesor Tafur señala que "establecida su causa o punto de
partida, será necesario demostrar la relación material con el bien en los intervalos
posteriores y el extremo final con la prueba directa de su existencia en cuanto
posesión y tiempo, o su defecto, mediante las presunciones legales de la
naturaleza de la posesión (a nombre propio) de la relación material subsiguiente y
de la continuidad de la misma entre la posesión anterior y la actual sin que haya
prueba en contrario".

Sobre las presunciones de la posesión nuestra Legislación (1976) dispone "I. Se


presume la posesión de quien ejerce actualmente el poder sobre la cosa, siempre
que no se pruebe que comenzó a ejercerlo como simple detentador. II. El po-
seedor actual que prueba haber poseído antiguamente, se presume haber poseído
en el tiempo intermedio, excepto si se justifica otra cosa. III. La posesión actual no
hace presumir la posesión; pero si hay título que fundamenta la posesión, se
presume que se ha poseído en forma continua desde la fecha del título, salva la
prueba contraria".

Sobre esta presunción la Legislación de España sentencia que "Se presume que
la posesión se sigue disfrutando en el mismo concepto en que se adquirió,
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mientras no se pruebe lo contrario". Presunción coincidente con la prevista en
nuestra Legislación.

La última presunción se refiere a que la posesión actual no hace presumir la


posesión; pero si hay título que fundamenta la posesión, se presume que se ha
poseído en forma continua desde la fecha del título, salva la prueba contraria, es
decir, en este caso el título que acredite la posesión inicial es fundamental, porque
quién demuestra con título que inicialmente ha comenzado a poseer se presume
que siempre ha estado en posesión y que la misma es continua.

Sobre esta presunción la Legislación del Perú decreta que "si el poseedor actual
prueba haber poseído anteriormente, se presume que poseyó en el tiempo
intermedio, salvo prueba en contrario"[21].

Sobre la precisión de la posesión la Corte Suprema tiene la siguiente jurispru-


dencia: Quien está en poder de la cosa o terreno tiene a su favor la "presunción de
no precariedad" prevista en el parágrafo. I del Art. 88 del Código Civil máxime si
no se ha demostrado que el poseedor haya ingresado a título de precarista
(inquilino, tolerado o simple tenenciero). (Auto Supremo N° 3, de 3 de enero de
2001. Sala Civil II. Ministro Relator Dr. Guillermo Arancibia López).

Sujetos de la posesión.-

En primer lugar por excelencia son sujetos de la posesión las personas indivi-
duales o físicas, sin descartar a las colectivas.

Nuestra Legislación guarda silencio sobre los sujetos de la posesión; sin embargo,
por un principio general, son incapaces de adquirir la posesión por sí mismos, los
que no tienen un uso completo de su razón, como los interdictos declarados
judicialmente y los menores de edad, pero no queda ninguna duda que pueden
adquirir y conservar la posesión por intermedio de sus tutores o progenitores
respectivamente.

Algunos autores no argumentan ningún impedimento para que las personas


incapaces, por razón de salud mental o edad, ejerzan la posesión sobre determi-
nados bienes y en forma plena.

Las personas jurídicas o colectivas sólo pueden adquirir y tener la posesión por
intermedio de sus representantes legales; por lo tanto, no existe ningún impe-
dimento para que las mismas adquieran derechos posesorios y reales.

Cosas que pueden ser objeto de la posesión.-

Inicialmente podemos señalar son ser objeto de la posesión las cosas materiales o
inmateriales que pueden ser objeto de derechos y susceptibles de tener un valor

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económico, como así que esté en el comercio; por lo tanto, los bienes públicos del
Estado Plurinacional de Bolivia, no son susceptibles de posesión.

Bienes del Estado.

Recordemos que el Art. 191 de la nueva Constitución Política del Estado los
bienes del Estado, de los municipios, de las universidades y otras entidades pú-
blicas, se determinan y regulan por la Constitución y las leyes especiales que les
conciernen.

Los bienes de propiedad pública del Estado no son susceptibles de apropiación


privada y corresponde al Estado su distribución y administración; por lo tanto, no
son susceptibles de posesión y en su caso debe refutarse la misma como ilegí-
tima. Estos bienes son inalienables, inembargables e imprescriptibles. Estas son
las características que los diferencian de los demás bienes como el de los bienes
de dominio privado del Estado y bienes de las personas individuales o colectivas.

Por ejemplo, son bienes de propiedad del Estado, los ríos, sus cauces, los lagos y
toda agua que tenga la aptitud de satisfacer usos de interés colectivo, las riberas
internas de los ríos, entendiéndose por tales por tales la extensión de tierra que
las aguas desocupan durante las crecidas, los lagos navegables y sus lechos, las
islas que se forman en toda clase de río o en los lagos, cuando ellas no perte-
nezcan a personas particulares, las calles, plazas, caminos, canales, puentes, los
documentos oficiales de los Poderes del Estado; las ruinas y yacimientos arqueo-
lógicos[22] y paleontológicos de interés científico y otros bienes que expresamente
señalen las leyes especiales.

Nuestra Constitución dispone que "son de dominio originario del Estado, además
de los bienes a los que la Ley les da esa calidad, el suelo y el subsuelo con todas
sus riquezas naturales, las aguas lacustres, fluviales y medicinales, así como los
elementos y fuerzas físicas susceptibles de aprovechamiento (...). Los bienes del
patrimonio de la Nación constituyen propiedad pública, inviolable (...). Los
yacimientos de hidrocarburos, cualquiera que sea el estado en que se encuentren
o la forma en que se presenten, son de dominio directo, inalienable e
imprescriptible del estado. Ninguna concesión o contrato podrá conferir la pro-
piedad de los yacimientos de hidrocarburos (...)".[23]

Cosas determinadas.

El profesor Romero expone que "la posesión exige actos concretos con relación a
las cosas; por lo tanto, no puede ejercerse sobre cosas indeterminadas"[24].

Solo puede ejercerse la posesión de cosas determinadas o fácilmente


determinables, que estén plenamente individualizadas; por lo que no se puede
poseer la parte incierta de una cosa.

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Varios estudiosos del derecho[25] señalan que el objeto de la posesión es siempre
la cosa. Los bienes que no son cosas pueden ser objeto de la posesión.

En conclusión, se requiere que la cosa sea perfectamente individualizada y sepa-


rada para que la posesión sea legalmente adquirida; por ejemplo, cuando se trata
de un animal que se encuentra en un rebaño.

Cosas futuras.

No es posible poseer legalmente cosas futuras; por lo tanto, mientras la cosa


futura no se separe (cría de una vaca, por ejemplo) no se la puede poseer legal-
mente, pero existen derechos exceptaticios.

Exclusividad de la posesión.-

El profesor Borda con mucha solvencia precisa que "dos posesiones iguales y de
la misma naturaleza no pueden concurrir sobre la misma cosa. Lo que quiere
significar es que no se concibe que dos personas puedan ejercer la posesión de
una cosa simultáneamente, pretendiendo al mismo tiempo, que es exclusiva. De
donde surgen estas consecuencias. 1) que si una posesión anterior continúa, la
nueva no puede nacer; 2) que si una nueva posesión comienza, la anterior nece-
sariamente debe haber cesado"[26].

La exclusividad de la posesión representa una nota característica de la misma,


conforme con su naturaleza, que guarda paralelismo con la propiedad de las
cosas; es decir, como al mismo tiempo no puede haber dos propietarios de una
cosa, tampoco pueden estar poseyendo en tal situación.

Cuando dos personas aleguen la existencia de una posesión de la misma natu-


raleza y sobre la misma cosa, por motivos diferentes y además con título o causa
distinta, el juzgador no podría legalmente declarar la coexistencia de ambas po-
sesiones, sin violar el principio de exclusividad de la posesión.

Es necesario tomar en cuenta que no es posible que dos personas distintas al


mismo tiempo estén poseyendo un mismo bien, pero no existe ningún óbice legal
a la existencia de la coposesión; es decir que dos personas ejerzan simultánea-
mente sobre la misma cosa, empero, reconociendo el derecho de todos[27].

Sobre este punto la Legislación del Paraguay no deja dudas sobre la exclusividad
de la posesión y reconoce la coposesión cuando indica: "Si dos o más personas
poseyesen en común una cosa indivisa, podrá cada uno ejercer sobre ella actos
posesorios, con tal que no excluya los de los otros coposeedores"[28].

Sobre este punto la Legislación de España tiene la siguiente solución. "La


posesión, como hecho, no puede reconocerse en dos personalidades distintas,
fuera de los casos de indivisión. Si surgiere contienda sobre el hecho de la po-

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sesión, será preferido el poseedor actual; si resultaren dos poseedores, el más
antiguo; si las fechas de la posesión fueren las mismas, el que presente título; y, si
todas están condiciones fuesen iguales, se constituirá en depósito o guarda ju-
dicial la cosa, mientras se decida sobre su posesión o propiedad por los trámites
correspondientes"[29].

La posesión no puede reconocerse a dos personas distintas.-

Concordante con el anterior punto (exclusividad de la posesión) en Derechos


Reales y en la posesión se tiene igualmente el principio de que la posesión no
puede reconocer al mismo tiempo a dos personas distintas.

En Derechos Reales pesa el principio de que dos posesiones iguales y de la


misma naturaleza, no pueden concurrir sobre la misma cosa; por lo tanto, debe
existir exclusividad de la posesión; por consiguiente, no se concibe que dos per-
sonas puedan ejercer la posesión de una cosa simultáneamente, pretendiendo al
mismo tiempo, que es exclusiva, para esto veamos los siguientes principios:

- Si una posesión anterior continúa, la nueva no puede existir.

- Si una nueva posesión comienza, la anterior necesariamente debe haber


terminado.

- La posesión no puede ser ostentada simultáneamente por dos personas.

Sobre este punto la Legislación de España tiene la siguiente solución. "La


posesión, como hecho, no puede reconocerse en dos personalidades distintas,
fuera de los casos de indivisión. Si surgiere contienda sobre el hecho de la po-
sesión, será preferido el poseedor actual; si resultaren dos poseedores, el más
antiguo; si las fechas de la posesión fueren las mismas, el que presente título; y, si
todas están condiciones fuesen iguales, se constituirá en depósito o guarda ju-
dicial la cosa, mientras se decida sobre su posesión o propiedad por los trámites
correspondientes"[30].

Coposesión.-

Como indicamos en el punto anterior no puede existir que varias personas estén
poseyendo al mismo tiempo un misma cosa; pero es posible la coposesión de
cosas indivisas o divisibles.

El contenido del derecho real del condominio o copropiedad, tiene su reflejo


directo en la coposesión, en la que los sujetos se reconocen recíprocamente estar
poseyendo una cosa que les pertenece a todos.

El profesor Musto señala que "sin embargo, el tema no está exento de dificultades,
porque quien tenga asignada una parte idealmente determinada sobre una cosa,

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no puede poseerla en abstracto. Su relación deberá recaer entonces sobre la
totalidad de la cosa, con las limitaciones en cuanto a su uso o disfrute que son
consecuencia de la propia situación de coposesión"[31].

Posesión a título universal.-

Previamente recordemos que conforme al Art. 102 del Código Civil (1976), la
herencia se difiere por la ley o por voluntad del de cujus manifestada en
testamento. En el primer caso el sucesor es legal; en el segundo, testamentario.

Entre los herederos legales unos son forzosos, llamados a la sucesión por el solo
ministerio de la ley; los otros son simplemente legales, que tienen derecho a la
sucesión a falta de herederos forzosos y testamentarios.

Recordemos que la muerte abre la sucesión; por consiguiente, a partir de ese


momento el sucesor a título universal (una parte o alícuota parte de la sucesión)
continúa la posesión de su causante desde que se abre la sucesión, a menos que
renuncie a la herencia en forma expresa o tácita.

"Nuestro ordenamiento jurídico muestra claramente, dos clases de sucesores


mortis causa: los herederos y los legatarios. Llámese heredero al que sucede a
título universal, y legatario al que sucede a título particular. El heredero es un
sucesor universal al que se le difiere la totalidad del patrimonio o una parte pro-
porcional de ella (alícuota parte). El heredero es llamado a recibir la sucesión
continuando la persona del causante, por lo que tiene vocación al todo, por con-
siguiente, puede responder por las obligaciones del causante".[32]

La norma en estudio contempla el fenómeno de la transmisión mortis causa de la


posesión. El heredero sucede en la posición jurídica del causante; por lo tanto, en
la misma posesión que éste ostentaba. Hay una verdadera y propia sucesión que
actúa de manera forzosa, en cuanto que al procedente poseedor (causante) le
sustituye otra persona que ocupa su lugar (heredero), produciéndose los efectos
de la trasmisión desde la aceptación que se retrotrae al momento de la muerte; es
decir, que se la adquiere por ministerio de la ley y que tiene lugar en el momento
de la muerte del de cujus sin necesidad de la aprehensión material de la cosa.

Con mucho criterio señala el profesor Zeballos "para que la posesión de los bienes
hereditarios se entienda transmitida a los herederos sin interrupción y desde la
muerte del causante, se precisa que llegue a aceptar la herencia, lo que no puede
producirse mientras no se releve de un acto jurídico testamentario o, en su
defecto, legal, que confiera la cualidad de heredero".[33]

Al respecto nuestra Legislación indica: "I. El sucesor a título universal continúa la


posesión de su causante desde que se abre la sucesión, a menos que renuncie a
la herencia. II. El sucesor a título particular puede agregar a su propia posesión la
de su causante o causantes.

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Sobre este punto la Legislación de España señala que "la posesión de los bienes
hereditarios se entiende transmitida al heredero sin interrupción y desde el
momento de la muerte del causante, en el caso de que llegue a adirse la herencia.
El que válidamente repudia. El que válidamente repudia una herencia se entiende
que no la ha poseído en ningún momento".[34]

Igualmente, sobre este punto la Legislación de Chile dispone: "sea que se sucede
a título universal o singular, la posesión del sucesor, principia en él; a menos que
quiera añadir la de su antecesor a la suya; pero en tal caso se la apropia con sus
calidades y vicios. Podrá agregarse en los mismos términos a la posesión propia
la de una serie no interrumpida de antecedentes"[35].

La posesión a título particular.-

El legatario sucede un bien determinado o específico, por consiguiente, es un


sucesor singular que no va a continuar la persona del causante, ni va a confundir
su patrimonio con el de aquél, porque simplemente va a recibir un objeto
determinado y cuya responsabilidad habrá de extenderse únicamente al valor de
la cosa legada.

La nota distintiva de heredero y legatario, analizada a la luz de la más nutrida


doctrina[36], inspirada en el criterio objetivo de la herencia, no importa la voluntad
del testador manifestada en las palabras con que hace el llamamiento a su
herencia, sino que surge del propio contenido de la disposición testamentaria,
según atribuya a los sucesores el patrimonio en su totalidad o parte proporcional
(herencia), o en alguno de sus elementos individualizados o grupo de ellos con-
cretamente determinado (legado).

Situación similar ocurre con el sucesor a título particular (con la universal) o


conocido técnica y jurídicamente como legatario; por lo tanto, el sucesor a título
particular puede agregar a su propia posesión la de su causante o causantes
desde el momento de la muerte del causante y por supuesto si éste ha aceptado
la sucesión a título particular en su favor.

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Conclusiones

Consideraciones generales. La posesión no es propiedad. Por ejemplo el ladrón


de la cosa robada es poseedor, mas no es propietario. Se trata de un poseedor
de mala fe, quien realiza un acto sabiendo que es delictuoso, debido a que sabe
que no es propietario. Sin embargo existen poseedores de buena
fe (Convencimiento, en quien realiza un acto o hecho jurídico, de que éste es
verdadero, lícito y justo). Por ejemplo adquiere una cosa de persona que creía que
era propietario, pero en realidad no lo era.

La Posesión es el poder de hecho (poder físico) que tiene una persona sobre una
cosa realizando actos materiales que revelan la intensión de comportarse como
verdadero dueño o titular de cualquier derecho real.

La posesión es la tenencia por alguna persona de una cosa bajo su poder, con
intención de someterla al ejercicio de un derecho de propiedad, ya actúe por sí o
por otro.

No es un poder de derecho porque o nace de una situación jurídica.

Rojina Villegas dice que la posesión es “una relación o estado de hecho que
confiere a una persona el poder exclusivo de retener una cosa para ejecutar actos
materiales de aprovechamiento animo domini o como consecuencia de un derecho
real o personal”.

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Bibliografía

Datos provenientes de:

1)http://blog.pucp.edu.pe/blog/seminariotallerdpc/2010/10/14/las-clases-de-
posesion-en-el-peru/

2) https://temasdederecho.wordpress.com/2012/04/04/la-posesion-en-el-derecho-
romano/

3) http://derecho911.blogspot.pe/2013/07/la-posesion.html

4) https://es.wikipedia.org/wiki/Posesi%C3%B3n

5) https://jorgemachicado.blogspot.pe/2015/02/pos.html

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