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UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO

FACULTAD DE INGENIERÍA GEOLÓGICA Y METALÚRGICA


ESCUELA PROFESIONAL DE INGENIERIA GEOLÓGICA

“la ética personal y la ética publica”

(Plan de trabajo de investigación)

Autor:

William mendoza beltran

Curso: Ética y Deontología

Docente: Modesto Ortiz Centeno

Puno-Perú

2020
1. Datos administrativos:
1.1. Título del trabajo
“crisis de valores en la corrupcion”
1.2. Responsable
William mendoza beltran
1.3. Curso
Ética y Deontología
1.4. Duración de la investigación
03 meses
2. Datos académicos:
2.1. Determinación del tema específico
¿Cómo influye la crisis de valores en la corrupción?
2.2. Objetivos
Objetivo general:
Identificar cuales son esos valores que influyen en la corrupcion,
Objetivos específicos:
1) Analizar esos valores que influyen en la corrupción.
2) Depurar algunos valores para luego actuar en contra de la corrupcion.
2.3. Justificación
Este trabajo de investigación tiene por motivación personal relacionado al acto
de corrupción, como actuamos ante la corrupción estando en crisis de valores
2.4. Marco teórico
Igualdad.
Este principio busca garantizar el trato igualitario de las personas en su
relacionamiento con la Administración Pública, sin distinción de raza, color,
credo político o religioso, etnia, género, clase social, y otros; prohíbe toda
modalidad de parcialidad y de discriminación, salvo la relacionada con acciones
afirmativas dirigidas a proteger a sectores o grupos
vulnerables16; este principio debe ser observado no solo al momento de aprobar
la norma y las políticas públicas correspondientes, sino también
al momento de la aplicación de las mismas.

Idoneidad
Hace referencia a las condiciones de capacidad y moralidad que deben adornar a
todos los servidores públicos, como condición que permite conocimientos
laborales plenos y el ofrecimiento de un servicio pulcro a la ciudadanía; para
garantizar esto la selección del personal debe hacerse con base en valores que
representen el ideal de la gestión estatal, que serán los que garanticen no solo su
ingreso a los cargos públicos, sino también su permanencia y ascenso. En este
orden, se deben establecer sistemas de gestión fundamentados en el mérito,
evaluación, formación y capacitación, promoción, régimen de derechos y deberes
(ética y disciplina), combinando así componentes jurídicos y técnicos que
resultan vitales para la configuración de una estrategia ética en la Administración
Pública.

Buen Gobierno
Hace referencia a su vez a un conjunto de principios y valores que identifican la
Administración Pública moderna desde la perspectiva de la ética, haciendo
énfasis en la atención pronta, respetuosa y digna que debe recibir el ciudadano de
parte de las entidades estatales; el principio de buen gobierno, conocido también
como de buena administración, comporta principios y criterios generales de
gestión como eficiencia, eficacia, economía, oportunidad, agilidad, accesibilidad,
calidad, racionalidad, innovación, trato justo, debido proceso, etc., los que deben
identificarse en la gestión de los servicios públicos y los trámites administrativos.

Transparencia
Este principio obliga a los órganos públicos y a sus funcionarios a actuar con
apego a los procedimientos establecidos y al criterio de máxima publicidad, y
permite a los ciudadanos escrutar permanentemente a los órganos estatales;
encuentra su soporte en el acceso a la información pública o derecho a saber que
tienen las personas, en la participación ciudadana, en el uso de las tecnologías de
lainformación, en la rendición de cuentas, en la evaluación institucional y en los
sistemas de control de la actividad administrativa17. La transparencia es uno de
los principios más importantes para la gobernabilidad democrática, pues en
esencia los documentos gubernamentales son públicos; además, no solo
contribuye a la eficiencia del Estado, también a la lucha contra la corrupción
administrativa y la consagración del gobierno abierto. “Desde el nacimiento
mismo de los regímenes democráticos, la transparencia y la rendición de cuentas
se han concebido como base de aquellos” (Emmerich, 2011: 107).
Responsabilidad. Cuando los entes y los funcionarios públicos en sus actuaciones
contravienen parámetros éticos y jurídicos de la Administración deben responder
por los daños que puedan causar con dichas actuaciones, es decir comprometen
su responsabilidad18 ante la violación de derechos de los ciudadanos o del propio
Estado, por lo que debe existir un sistema de consecuencias aplicable en todos los
casos. El principio hace conexión con la teoría del gobierno responsable19, la
que exige a los órganos estatales y sus funcionarios no sólo rendir cuentas, sino
también responder ante la sociedad por sus actos y resarcir según el tipo de
afectación a derechos o intereses legítimos protegidos que hayan producido con
sus actuaciones.
Resulta importante entender que “…el principal reto que afronta la ética no es ya
el reconocimiento formal de la existencia de valores y principios éticos en la vida
pública… el principal reto de la ética pública hoy es la aplicación social efectiva
de esos valores, principios y normas éticas…” [ CITATION MAR17 \l 10250 ]

Ética desde lo público


Observar, mantener y defender la ética pública, más que una necesidad de la
vida y época actuales, es una obligación del Estado y por consiguiente una
exigencia perentoria del comportamiento ético con el necesario e imprescindible
propósito de combatir el delito de la corrupción, y por el derecho de la sociedad a
recibir los beneficios y resultados del correcto empleo y seguimiento de los
valores, principios y normas de la moral y de la ética.
La incultura y la apatía por vivir bien, por mantener las virtudes y por el bien
común, desde tiempo atrás, exhiben una especie de cuadratura del círculo.
Los cambios radicales, mediáticos e inmediatos, si se realizan, revelarían sus
resultados positivos e indispensables, en el largo plazo. Es decir, para las futuras
generaciones.
Dentro del contexto anterior no es difícil observar, oír o pregonar, que la
corrupción formó un abismo insondable, en el cual cayeron la sociedad y las
comunidades públicas y privadas, que no ven, ni esperan, la luz al final del
terrible foso en
el cual se hundieron. Ni el sector público, ni el sector privado, ni ninguno de los
miembros de la sociedad civil, podrán calificarse de estar libres de la posibilidad
cometer ese delito; de estar exentos de adentrarse en ese oscuro abismo que es la
corrupción, bien sea por acción o por omisión, y de ser ello cierto, implicaría un
profundo problema ético para la humanidad.
Políticas públicas sobre la ética pública
El Estado, como las personas naturales y jurídicas, tiene la obligación de actuar
y comportarse éticamente. Dicho comportamiento debe observarse en el sistema
económico que tenga operatividad y aceptación en la nación y, lógicamente, en
las políticas públicas y macroeconómicas que se implementen y se oficialicen,
enfocadas hacia la marcha, correcta e indicada, para la promoción del desarrollo
del país y la honestidad y transparencia de la comunidad.
Una de las manifestaciones más recurrentes en contra de la ética son las acciones
consideradas como corruptas. En la actualidad se percibe una sensación de
corrupción generalizada, permitida por la sociedad y por el mismo Estado, que se
refleja en la importante cantidad de denuncias y procesos contra funcionarios
públicos, empresas privadas y empleados de estas, independientemente de que se
trate de regiones urbanas y rurales, las cuales deberían judicializarse, castigarse y
sancionarse, con procedimientos establecidos y ordenados por la Constitución y
las leyes, toda vez que la ética desaparece o no existe, cuando no se aplican
sanciones.[ CITATION ZAR18 \l 10250 ]
Tipología de los actos humanos: vicios, virtudes y justo medio
Una vez conocidas las formas de comportamiento, la ética las clasifica. Por un
lado, en aquellos actos que son positivos o convenientes al ser humano en tanto
que no perjudican ni a uno mismo ni a otro, por el contrario, benefician a los
semejantes; son ejemplos: la justicia, la libertad, el honor o la prudencia, a los
que se denomina virtudes. Por otro lado se encuentran aquellos que son negativos
o inconvenientes porque perjudican tanto al que los realiza como al que los
recibe, denominándose vicios. Entre ellos se encuentran la injusticia, el
despotismo, la traición o la imprudencia.

Virtudes
Para Aristóteles, “la virtud de un hombre es un bien digno de honra porque,
gracias a ella, viene el hombre a ser honesto o bueno” (Aristóteles, Gran ética,
36). Es la virtud la potencia específica que el hombre tiene de afirmar su propia
excelencia, es decir, su humanidad. Para el filósofo francés André Compte-
Sponville, la virtud: Es una forma de ser pero adquirida y duradera: es lo que
nosotros somos porque hemos llegado a serlo. Es nuestra forma de ser y de actuar
humanamente, es decir, nuestra capacidad de actuar bien. No hay nada tan bello y
tan legítimo como que el hombre actúe correctamente (Compte-Sponville,
2005,14).
La virtud es una fuerza que actúa o que puede actuar. Así, la virtud de un hombre
es querer y actuar humanamente. Virtud, en el sentido general, es potencia y en el
sentido particular, humana potencia o potencia de humanidad.
La virtud es una disposición adquirida para hacer el bien y éste sólo existe en las
acciones buenas y en las buenas intenciones designadas por la tradición con el
nombre de excelencias. Y la excelencia propia del hombre es la vida racional, de
manera que los actos de los individuos virtuosos se hayan regidos por la recta
razón.
En definitiva, las virtudes, para serlo, han de estar encarnadas en la medida de lo
posible, vividas en acto.
Una identificación de las principales virtudes señaladas por Aristóteles en su obra
sobre ética son las siguientes: amabilidad, cordialidad, amistad, autoridad,
capacidad, compromiso, fortaleza, generosidad, honor, humildad, jovialidad o
buen humor, justicia, lealtad, libertad, magnanimidad, magnificencia,
moderación, paciencia, prudencia, respeto, sabiduría, sinceridad, sobriedad,
templanza, valor, veracidad o franqueza (Ética Nicomaquea, Libros II, III, IV y
V).
En suma, para Aristóteles, “La mejor forma de vida, sea para el individuo, sea
para los Estados, es decir, particular o colectivamente, es la vida unida a la virtud”
(Ética Nicomaquea, 1324a).

Vicios
Lo contrario a la virtud es el vicio, la disposición a hacer el mal. Respecto a los
dos tipos de actitudes (vicios y virtudes), ya desde la Grecia Clásica se señaló
que las virtudes son mejores aunque son más difíciles de alcanzar, por eso la
mayoría de las personas se inclina por los vicios. Aristóteles escribió que “Por
naturaleza somos más inclinados a la intemperancia y deshonestidad que no a la
modestia” (Aristó- teles, Gran Ética, 56).
La ética muestra que cuando un individuo actúa bajo la influencia de algún vicio
se encuentra en estado “pasivo”. Permanecer en este estado implica conducirse sin
entendimiento ni razón, movido por el influjo de la pasión. El concepto “pasión”,
que es lo contrario a la acción, aplicado al ser humano significa: “Un estado
inactivo del sujeto” (rae, 2012). Esta situación de inactividad, de pasividad, la
desarrolla
Platón en la Alegoría de la Caverna mostrando, por un lado, a aquellos que viven
en la oscuridad, en la caverna sumergidos en la ignorancia, en la ceguera, y por
otro, a aquellos que salen de la caverna y logran ver la luz. En este mismo
sentido, Aristóteles habla de los que viven “dormidos” y los que están
“despiertos.”
Una segunda definición que la Real Academia Española ofrece del tésmino
pasión es la de: “perturbación desordenada de ánimo” (rae, 2012). Cuando no hay
razón hay pasión, entendida como un estado que mueve al hombre sin
deliberación.
Una pasión arrastra, desquicia, esclaviza. Las pasiones mueven al ser humano sin
tomar en cuenta su voluntad. Todo lo que no se hace de manera libre y deliberada
se hace con pasión.
Algunos de los vicios más comunes en la conducta del ser humano son: la
ambición, la ira, la adulación, la indiferencia, la cobardía, la envidia, la
malevolencia, la vulgaridad o mal gusto, el desenfreno, la insensibilidad, la
mentira, la jactancia, la desvergüenza, la pereza, el robo o la injusticia.
Justo medio
Es de señalar que los vicios tienen dos polos o extremos en tanto que las virtudes
constituyen el equilibrio moderado entre dichos extremos, también conocido
como justo medio.
La virtud es una disposición a actuar de manera deliberada, consistente en una
mediedad relativa a nosotros, determinada por la razón y del modo en que la
determinaría el hombre prudente. Es una mediedad entre dos vicios, uno por
exceso
y otro por defecto (Aristóteles, Ética Nicomaquea, Libro II, 1107a). Para una
mayor comprensión de lo que es el Justo medio a continuación se exponen
algunos ejemplos:
a) Respecto al uso que el ser humano hace del dinero, en un extremo se encuentra
el avaro, quien anhela acumular y acumular; y en el otro se halla el pródigo, que
derrocha sus recursos. El equilibrio entre ambos, el “justo medio”, es en este caso
aquel que hace uso del dinero con quien debe, cuanto debe, como debe y dónde
debe, y a ese individuo antaño se le llamó liberal.
b) En relación al carácter, aquel a quien todo molesta y se encuentra
constantemente de mal humor es el irascible; su opuesto es aquel que nunca se
molesta y se le denomina anirascible; el justo medio entre ambos es el apacible.
c) En el campo de los placeres, en un extremo está el desenfrenado o
intemperante; su opuesto es el insensible o frío, es decir, el que no siente placer
alguno; el justo medio se encuentra en el sobrio, moderado o templado. [CITATION
CON13 \l 10250 ]

2.5. Antecedentes
En el numeral 15 “La posteridad y el epicureísmo” de su libro Epicuro (2002),
Carlos García Gual extendió el legado de la ética de Epicuro más allá de la
época griega.
Michel Onfray en su artículo “Epicuro, un remedio para la crisis” publicado en
el diario El País del 26 de abril de 2014 propuso como remedio para la
fiebre
decadentista contemporánea a la ética de Epicuro. Este planteamiento está más
ajustado al sentido de nuestro trabajo.
Jorge Riechmann en “Hacia un ecologismo epicúreo” (2014) acomete un
proyecto similar al nuestro, aunque él se concentró en la ecología. Evelyn
Patricia Martínez en su artículo “La actualidad del pensamiento Epicúreo: El
ecologismo” aparecido en el Diario digital Contrapunto de El Salvador, el
viernes 13 febrero de 2015, hizo eco del planteamiento de Riechmann.
En “Ensayo sobre el valor instrumental del conocimiento científico: Epicuro y la
bioética contemporánea” (2016), Ángel Valdez-Martínez exploró la existencia
de cierta vigencia de Epicuro en nuestra época, pero el autor se refiere al campo
de la bioética.
2.6. Respuesta a la pregunta de investigación
Ante una crisis de valores se debe fortalecer los valores que influyen en la
corrupción, para que para que haya un desarrollo en las administraciones
publicas
2.7. Metodología
Por la naturaleza del tema, los datos manejados no serán cuantificables, por lo
que el método será cualitativo. Los datos serán obtenidos por investigación
documental, análisis y observación directa. Por lo tanto, se aplicarán solo
procedimientos de interpretación, análisis y síntesis. En suma, será
fundamentalmente hermenéutica y, en especial, genealógica (Foucault). Se
analizarán varios aspectos claves de la ética de Epicuro: Ethos y physis; Ética
del deseo; Culpa y corporeidad; Resistencia in situ; Moral de la amistad; Política
y justicia; Culpa y temporalidad. La investigación será teórica y por ende
básicamente documental. Los datos se obtienen a partir de revisión de
documentos tales como artículos, libros en PDF. Se organizarán los datos de
manera coherente utilizando el esquema y el árbol de carpetas. Se aplicará el
análisis cualitativo, teórico y estructural. En la interpretación de textos:
paráfrasis mecánica y constructiva, comentar.
2.8. Composición y estructura (esquema tentativo)
Portada
Dedicatoria o agradecimiento
Índice general
Prólogo
Introducción

Cuerpo del trabajo:

Capítulo 1: La relación entre ética y física

1.1. El arte de vivir


1.2. Consideraciones físicas
1.3. Problema del deseo y ética del placer
1.4. Corporeidad y ética del placer

Capítulo 2: El problema de una ética in situ o histórica y social

2.1. Importancia de la alteridad.


2.2. Ética de la felicidad.
2.3. Problema de una intersubjetividad ampliada
2.3.1. Dimensión de la política
2.3.2. Dimensión de la justicia

Capítulo 3: Actualidad de la ética de Epicuro

3.1. Posición frente a una dialéctica temporal.


3.2. Ética del presente.
3.3. Énfasis retroactivo.
3.4.1. Crítica del presente
3.4.2. Resistencia
3.4.3. Resistencia epicúrea anticapitalista.

Conclusiones
Bibliografía

2.9. Bibliografía
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BARATARIA, 24.

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