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(7) Alejandro Miranda, "La eutanasia ante la ética y el derecho", en A.

Miranda &
S. Contreras (eds.), Problemas de derecho natural, Santiago, Thomson Reuters, 2015.
(a) ¿Por qué el autor afirma que es inconsistente sostener, al mismo tiempo, el valor
intrínseco de la persona y un valor meramente instrumental de su vida? ¿Qué consecuencia
conlleva la afirmación simultánea de ambas tesis y cómo es refutada por el autor?
En un principio, se sostiene, como argumento en contra de la licitación de la
eutanasia, que la vida humana está dotada de valor intrínseco. Con esto el autor se refiere a
que la vida del hombre solo por ser hombre es valiosa, ya que posee dignidad. Esto último
es resaltado cuando se menciona: “un ser tiene dignidad cuando posee la condición de fin
en sí mismo que es lo mismo que decir que está dotado de valor intrínseco”.
A partir de lo anterior, se infiere que la dignidad, entendida como la capacidad
propia de ser un fin en sí mismo, es lo que hace que una vida tenga un valor intrínseco. Por
lo que, el autor, con la cita: “cuando se trata como carente de valor intrínseco a un ser que
posee ese valor, se lo degrada”, explica que cuando se le otorga un valor instrumental a la
vida entonces se está atentando contra el valor intrínseco de la misma, ya que se está
considerando al hombre no como un fin en sí mismo, sino que solo como un instrumento o
un medio, el cual puede ser utilizado, lo que carecería de dignidad.
Esto último debido a que el ser que posee racionalidad posee la capacidad de
autodeterminarse en el libre albedrio, lo que transforma a este en una capacidad inherente al
ser humano debido a su estrecha relación con la racionalidad. El hecho de negarle el libre
albedrio a un individuo implica negarle una de las potencias que lo hace digno de ser
humano.
Cuando se decide atribuirle a la vida un valor instrumental, siendo que esta tiene un
valor intrínseco, entonces, según el autor, se cae en lo que es la tesis dualista, la que
supondría una distinción mental y material del humano, negando así su unidad. Esta
distinción permitiría, según los dualistas, tratar la vida humana desde un ámbito meramente
instrumental, mientras que la parte mental que brinda las características de persona humana
se mantendría intacta, ya que el afectar a una de las partes seria irrelevante para la otra.
El autor refuta la tesis dualista haciendo mención precisamente a la distinción entre
la realidad de la persona y la vida humana. Lo que se plantea para enfrentar a esta tesis es
que no existe tal distinción de realidades, ya que la vida está presente como parte
fundamental en el vivir de la persona humana, es algo inherente a ella por lo que no se
pueden separar.
Además, con el fin de refutar la tesis dualista, el autor menciona: “que males como
el dolor y la pérdida del control pueden eliminar el valor de la vida y privarla de su
dignidad”, pero esto, según la teoría dualista afecta al segmento material y no mental, por
lo que el humano no podría ser privado de su dignidad por este tipo de problemas, ya que el
cuerpo material y la dignidad de la persona no se relacionan. Para dejar más en claro, el
caer en la idea de que afectar al organismo vivo repercute en la consideración de un
individuo como persona digna o no se opone a la misma idea que intenta defender que es el
dualismo.
En conclusión, la persona que tiene dignidad se le considera un fin en sí mismo y
por lo tanto se le considera una persona que tiene un valor intrínseco. Cada vez que se le
trata como un instrumento se le quita su valor como fin último y por tanto ya no se le está
dando el trato que su dignidad merece, lo que hace inconsistente la aceptación de ambas
tesis.
(8) Alejandro Miranda, "La injusticia del aborto procurado", Cuadernos de extensión
jurídica, vol. 27, 2015, pp. 29-48.
(b) ¿Qué tipos de capacidad para el conocimiento conceptual distingue el autor? ¿Qué tipo
se encuentra presente en el no nacido y por qué el autor prefiere considerar que ésta —la
que exhibe el no nacido—es la que cuenta para ser considerado persona?
El autor parte desde la premisa de que “la condición de persona deriva de la
racionalidad, esto es, la capacidad para el conocimiento conceptual”. De esta capacidad
de conocimiento conceptual se distinguen dos diferentes tipos, la primera se refiere a la
capacidad inmediatamente ejercible y a la segunda a la básica o radical. Respecto a la
primera el autor da a entender que es la capacidad de una persona para realizar un acto
voluntario de manera consciente e inmediata. Mientras que, referente a la segunda, se hace
la distinción en que esta es la facultad para poder desarrollar la capacidad inmediatamente
ejercible. Por lo que, se deduce que ambas forman un continúo siendo necesario primero el
correcto desarrollo de la capacidad básica o radical para alcanzar la capacidad
inmediatamente ejercible.
En el texto se menciona que “Si es la segunda (capacidad básica o radical) se abre
la posibilidad de que el no nacido sea persona”. Esta cita hace sentido cuando se hace
mención que los primordios genéticos de un humano normal, que empiezan su desarrollo
postfecundación, son la base anatomo-orgánica para establecer algún grado de acto
intelectual por parte del no nacido. Se considera entonces persona al no nacido por poseer
una forma de capacidad de conocimiento que, si bien no es la que encontramos en todos los
individuos que no tenemos dudas que son personas (capacidad del conocimiento
inmediatamente ejercible), si es una capacidad del conocimiento que le permite al embrión
ejercer operaciones específicamente humanas en cuanto a lo que su estadio le permite,
como lo son las funciones metabólicas.
Por tanto, no se debería de tratar de manera diferente a un individuo que posee una u
otra de estas capacidades de conocimiento conceptual, pero si se puede plantear una
diferencia entre los que no poseen capacidades de conocimiento conceptual y los que la
poseen, y esta diferencia radica en ser considerado o no persona.
Además, cabe resaltar que es mejor utilizar la segunda capacidad de conocimiento
conceptual para considerar a los individuos personas, porque, en primer lugar, como ya se
mencionó, la primera forma de conocimiento conceptual es la evolución de la segunda, por
lo que se incluye dentro de su explicación. De esta forma, si se considera persona a aquellos
que tiene capacidad de conocimiento inmediatamente ejercible se le debe considerar
persona también a los que poseen solamente capacidad de conocimiento radical o básica.
En segundo lugar, esta capacidad de conocimiento considera personas a aquellos
individuos que son incapaces de ejercer acciones voluntarias de manera inmediata, tales
como los individuos en estado vegetal, no nacidos o con malformaciones cerebrales que les
impiden un correcto pensamiento. Estos casos merecen ser considerados como personas
respetándose así su dignidad correspondiente, tal y como el autor plantea “El potencial
activo que tiene el o ella incluye las mismas capacidades que son distintivas de las
personas”.
En conclusión, la racionalidad, vista desde la capacidad de conocimiento
conceptual, es intrínseca a la persona. La segunda de estas capacidades abarca no solo al no
nacido, sino otros casos, ya que consideran a la persona en su capacidad potencial
intelectual y racional.
Control de lectura ética
Matías Cisterna Cortes
Medicina tercer año
Sección B

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