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Carta

de Atenas. Conservación de Monumentos de Arte e Historia. ( Conferencia Internacional de atenas, Grecia).



1931 La Conferencia internacional de expertos en la protección y conservación de monumentos de arte y de historia, celebrado en
Atenas en octubre de 1931, y sus actas publicadas en 1932 bajo el @tulo “La conservación de los monumentos de arte y de
historia”, representan hoy un documento fundamental para el conocimiento de los diferentes aspectos del problema de la
conservación y la restauración en Europa en el período de entreguerras, 1918-1939, así como para entender con claridad
algunos conceptos, todavía hoy vigentes, puestos en circulación a parHr de ese momento.
Se recomendó mantener la tendencia general a abandonar las resHtuciones integrales y a evitar sus riesgos mediante la
insHtución de obras de mantenimiento regular y permanente, aptos para asegurar la conservación de los edificios. En los


casos en los que la restauración aparezca indispensable después de degradaciones o destrucciones, recomienda respetar la
obra histórica y ar@sHca del pasado, sin menospreciar el esHlo de ninguna época.
Se recomendó mantener, cuando sea posible, la ocupación de los monumentos que les aseguren la conHnuidad vital, siempre
y cuando el desHno moderno sea tal que respete el carácter histórico y ar@sHco.

Carta de venecia. Congreso Internacional de Arquitectos y Técnicos en Monumentos Históricos-CIAM, Venecia.


1964 Dando una primera forma a estos principios fundamentales, la Carta de Atenas de 1931 ha contribuido al desarrollo de un
vasto movimiento internacional, que se ha traducido principalmente en los documentos nacionales, en la acHvidad del ICOM
y de la UNESCO y en la creación, por esta úlHma, de un centro internacional de estudios para la conservación de los bienes
culturales.
Concluye que las valiosas aportaciones de todas las épocas en la edificación de un monumento deben ser respetadas, puesto
que la unidad de esHlo no es un fin a conseguir en una obra de restauración
También, que los elementos desHnados a reemplazar las partes inexistentes deben integrarse armoniosamente en el
conjunto, disHnguiéndose claramente de las originales, a fin de que la restauración no falsifique el documento ar@sHco o
histórico.

Carta de Ámsterdam. Congreso de Amsterdam.

1975 Pasaron casi 45 años desde que el CIAM elaboró un documento sobre la teoría y metodología de planificación que tomó el
nombre de la “Carta de Atenas”. Muchos nuevos fenómenos han emergido durante ese lapso que requerían una revisión de
la Carta que complemente con un documento de enfoque y amplitud mundial.
Se considero igualmente, que la calidad de vida y la integración con el medio ambiente natural debe ser un objeto básico en
la concepción de los espacios habitables.
La vivienda popular no seria considerada como un objeto de consumo subsidiario sino como un poderoso instrumento de
desarrollo social.
Carta de Machupicchu. Congreso Internacional de Arquitectos y Técnicos en Monumentos Históricos-CIAM, Cusco,
1977 Perú.

Pasaron casi 45 años desde que el CIAM elaboró un documento sobre la teoría y metodología de planificación que tomó el
nombre de la “Carta de Atenas”. Muchos nuevos fenómenos han emergido durante ese lapso que requerían una revisión de
la Carta que complemente con un documento de enfoque y amplitud mundial.
Se considero igualmente, que la calidad de vida y la integración con el medio ambiente natural debe ser un objeto básico en
la concepción de los espacios habitables.
La vivienda popular no seria considerada como un objeto de consumo subsidiario sino como un poderoso instrumento de
desarrollo social.

Carta de Florencia . Jardines Históricos, ICOMOS.


1982
Reunido en Florencia el 21 de Mayo de 1981, el Comité Internacional de Jardines Históricos ICOMOS-IFLA ha decidido
elaborar una carta relaHva a la salvaguardia de los jardines históricos que llevará el nombre de esta ciudad.
Esta Carta ha sido redactada por el Comité y adoptada el 15 de Diciembre de 1982 por el ICOMOS con vistas a completar la
Carta de Venecia en esta materia específica.
Se esHpulo que la elección de las especies de árboles, arbustos, plantas y flores que deben replantarse periódicamente ha de
hacerse teniendo en cuenta los usos establecidos y aceptados en cada zona botánica y hor@cola, con el objeHvo de idenHficar
las especies originales y preservarlas.
Tambien, los elementos de arquitectura, escultura y decoración, fijos o móviles, que son parte integrante del jardín histórico
no deben ser reHrados o desplazados más que en la medida que lo exija su conservación o restauración. La susHtución o
restauración de elementos en peligro ha de hacerse según los principios de la Carta de Venecia, y debe indicarse la fecha de
toda susHtución.

Carta de toledo o de washington. Adoptada en la Asamblea General del ICOMOS en Washington D.C.
1987
Complementaria de la “Carta Internacional para la Conservación y Restauración de los Monumentos y los SiHos
Históricos” (Venecia, 1964), este nuevo texto define los principios, objeHvos, métodos e instrumentos de actuación
apropiados para conservar la calidad de las poblaciones y áreas urbanas históricas y favorecer la armonía entre la vida
individual y colecHva en las mismas, perpetuando el conjunto de los bienes que, por modestos que sean, consHtuyen la
memoria de la humanidad.
Se determino que los valores a conservar son el carácter histórico de la población o del área urbana y todos aquellos
elementos materiales y espirituales que determinan su imagen, especialmente:
la forma urbana definida por la trama y el parcelario;
la relación entre los diversos espacios urbanos, edificios, espacios verdes y libres;
la forma y el aspecto de los edificios (interior y exterior), definidos a través de su estructura, volumen, esHlo, escala,
materiales, color y decoración.
Carta Internacional para la gesBón del Patrimonio Arqueológico.(ICOMOS, Lausana, Suiza)
1990
Dando una primera forma a estos principios fundamentales, la Carta de Atenas de 1931 ha contribuido al desarrollo de un
vasto movimiento internacional, que se ha traducido principalmente en los documentos nacionales, en la acHvidad del ICOM
y de la UNESCO y en la creación, por esta úlHma, de un centro internacional de estudios para la conservación de los bienes
culturales.
Concluye que las valiosas aportaciones de todas las épocas en la edificación de un monumento deben ser respetadas, puesto
que la unidad de esHlo no es un fin a conseguir en una obra de restauración
También, que los elementos desHnados a reemplazar las partes inexistentes deben integrarse armoniosamente en el
conjunto, disHnguiéndose claramente de las originales, a fin de que la restauración no falsifique el documento ar@sHco o
histórico.

Carta de Nara. (ICOMOS, Nara, Japón)


1994
El Documento Nara sobre AutenHcidad está concebido dentro del espíritu de la Carta de Venecia de 1964, en él se basa y lo
amplía como respuesta al alcance, cada vez mayor, de las inquietudes e intereses sobre el patrimonio cultural en el mundo
contemporáneo. En un mundo que está cada vez más sujeto a las fuerzas de la globalización y homogeneización, y donde la
búsqueda de la idenHdad cultural algunas veces se lleva a cabo a través del nacionalismo agresivo y la supresión de las
culturas de minorías, la contribución más importante al contemplar la autenHcidad en relación con la conservación, es la de
aclarar e iluminar la memoria colecHva de la humanidad.
También deseamos reconocer el valor del marco de referencia para la discusión, proporcionado por el deseo del Comité del
Patrimonio Mundial, para aplicar la prueba de autenHcidad de manera que se conceda absoluto respeto a los valores sociales
y culturales de todas las sociedades y se permita examinar el valor universal prominente de las propiedades culturales
propuestas para la inscripción en Lista del Patrimonio Mundial.

Carta internacional sobre la proteccion y la gesBon del patrimonio cultural subacuaBco, (ICOMOS, Soka)
1996 Esta Carta Hene por objeto esHmular la protección y gesHón del patrimonio cultural subacuáHco en aguas interiores y
cercanas a la costa, en mares poco profundos y en océanos profundos.
El patrimonio cultural subacuáHco contribuye a la formación de la idenHdad y puede servir para afirmar el senHdo de
pertenencia de los miembros de una sociedad. Si se administra con sensibilidad, el patrimonio cultural subacuáHco puede
jugar un papel posiHvo en la promoción de la recreación y el turismo.
Se estableció que los elementos del patrimonio cultural subacuáHco removidos durante la intervención y una copia de toda la
documentación perHnente deberán ser depositados en una insHtución que permita libre acceso al público y conservación
permanente de lo archivado.
Tambien, los objetos del patrimonio cultural subacuáHco no deben ser intercambiados como ar@culos de valor comercial.
Carta de Burra para SiBos de Significación Cultural.( ICOMOS, Australia)
1999 Teniendo en consideración la Carta Internacional para la Conservación y Restauración de Monumentos y SiHos (Venecia
1964), y las Resoluciones de la 5a Asamblea General del Consejo Internacional de Monumentos y SiHos (Moscú 1978), la
Carta de Burra fue adoptada el 19 de agosto de 1979 por el ICOMOS Australia (Comité Nacional Australiano del ICOMOS) en
Burra, Australia del Sur. Fue actualizada el 23 de febrero de 1981, el 23 de abril de 1988 y el 26 de noviembre de 1999.
La Carta de Burra provee una guía para la conservación y gesHón de los siHos de significación cultural (siHos del patrimonio
cultural) y se basa en el conocimiento y experiencia de los miembros del ICOMOS Australia.
La conservación es parte integrante de la gesHón de los siHos de significación cultural y una conHnua responsabilidad.

Carta del Patrimonio Vernáculo Construido.( ICOMOS, México)


1999
El Patrimonio Tradicional o Vernáculo construido es la expresión fundamental de la idenHdad de una comunidad, de sus
relaciones con el territorio y al mismo Hempo, la expresión de la diversidad cultural del mundo.
El Patrimonio Vernáculo construido consHtuye el modo natural y tradicional en que las comunidades han producido su propio
hábitat. Forma parte de un proceso conHnuo, que incluye cambios necesarios y una conHnua adaptación como respuesta a
los requerimientos sociales y ambientales. La conHnuidad de esa tradición se ve amenazada en todo el mundo por las fuerzas
de la homogeneización cultural y arquitectónica. Cómo esas fuerzas pueden ser controladas es el problema fundamental que
debe ser resuelto por las disHntas comunidades, así como por los gobiernos, planificadores y por grupos mulHdisciplinarios
de especialistas.
Debido a esa homogeneización de la cultura y a la globalización socio-económica, las estructuras vernáculas son, en todo el
mundo, extremadamente vulnerables y se enfrentan a serios problemas de obsolescencia, equilibrio interno e integración.
Es necesario, por tanto, como ampliación a la Carta de Venecia, establecer principios para el cuidado y protección de nuestro
Patrimonio Vernáculo.

Carta Internacional sobre Turismo Cultural. La gesBón del Turismo en los siBos con Significación Cultural (ICOMOS,
1999 México).
En estos Hempos de creciente globalización, la protección, conservación, interpretación y presentación de la diversidad
cultural y del patrimonio cultural de cualquier siHo o región es un importante desako para cualquier pueblo en cualquier
lugar. Sin embargo, lo normal es que cada comunidad en concreto o grupo implicado en la conservación se responsabilice de
la gesHón de este patrimonio, teniendo en cuenta las normas internacionalmente reconocidas y aplicadas de forma
adecuada.
Un objeHvo fundamental de la gesHón del patrimonio consiste en comunicar su significado y la necesidad de su conservación
tanto a la comunidad anfitriona como a los visitantes. El acceso ksico, intelectual y/o emoHvo, sensato y bien gesHonado a
los bienes del Patrimonio, así como el acceso al desarrollo cultural, consHtuyen al mismo Hempo un derecho y un privilegio.
Esto conlleva la responsabilidad de respetar los valores del Patrimonio Natural o Cultural, así como los intereses y
patrimonios de la actual comunidad anfitriona, de los pueblos indígenas conservadores de su patrimonio o de los poseedores
de propiedades históricas, así como la obligación de respetar los paisajes y las culturas a parHr de las cuales se ha
desarrollado el Patrimonio.
Carta de ICOMOS sobre los Principios que deben regir la Conservación de las Estructuras Históricas en Madera
1999 (ICOMOS, México)

Este documento Hene por finalidad definir los principios y métodos de actuación fundamentales y universalmente aplicables
para la protección y conservación de las estructuras históricas en madera, de tal forma que se respete su significado cultura.
En este contexto se enHende que las estructuras históricas en madera hacen referencia a todo Hpo de construcción o edificio
hecho en madera, total o parcialmente, que tenga un significado cultural o que forme parte de un siHo histórico.
El objeHvo prioritario de la preservación y de la conservación es mantener la autenHcidad histórica y la integridad del
patrimonio cultural. Por lo tanto, toda intervención deberá estar basada en estudios y evaluaciones adecuados. Los
problemas deberán ser resueltos en función de las condiciones y necesidades perHnentes, respetando los valores estéHcos e
históricos, así como la integridad ksica de la estructura o del siHo de carácter histórico.
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Carta Circular sobre la Necesidad y Urgencia del Inventario y Catalogación de los Bienes Culturales de la Iglesia
1999 (Comisión ponBfica para los bienes Culturales de la iglesia, Ciudad del VaBcano)
La Comisión PonHficia para los bienes culturales de la Iglesia, después de haber tratado de las bibliotecas y de los archivos,
con el presente documento dirige su atención al inventario-catalogación de los bienes culturales pertenecientes a enHdades
e insHtuciones eclesiásHcas, con el fin de tutelar y valorar el ingente patrimonio histórico-ar@sHco de la Iglesia. Este
patrimonio está consHtuido por las obras de arquitectura, pintura, escultura, además de los paramentos, adornos,
ornamentos litúrgicos, instrumentos musicales, etc. Puede ser considerado como el rostro histórico y creaHvo de la
comunidad crisHana. El culto, la catequesis, la caridad, la cultura han modelado el ambiente en el que la comunidad de los
creyentes aprende y vive su fe. La traducción de la fe en imágenes enriquece la relación con la creación y con la realidad
sobrenatural, remontándose a las narraciones bíblicas y representando las diversas expresiones de la devoción popular

Carta de Cracovia 2000. Principios para la Conservación y Restauración del Patrimonio Construido (Conferencia
2000 Internacional sobre conservación, Cracovia)

Así como la Carta de Venecia surge como revisión de la Carta de Atenas, la Carta de Cracovia del 2000 supone una
actualización de este úlHmo documento en razón de los cuarenta años transcurridos. Esta nueva Carta surge impulsada por el
proceso de unificación Europea y la entrada del nuevo milenio, a fin de actualizar la Carta de Venecia y adecuarla al nuevo
marco cultural. En su texto se incorporan nuevos elementos como es la mulHdisciplinaridad de la conservación y
restauración, la necesidad de incluir en la misma nuevas tecnologías y estudios cien@ficos a la hora de realizar cualquier
proyecto de restauración y también aporta un glosario de términos en los que se definen conceptos como monumento,
idenHdad, restauración, a la luz de los nuevos métodos e invesHgaciones.
Entre las novedades introducidas se valora la diversidad de culturas y patrimonios para su idenHficación y cuidado, los
conceptos de autenHcidad e idenHdad, la nueva idea dinámica de memoria que rescata del olvido y plantea el proyecto
unitario de conservación, restauración y mantenimiento. La responsabilidad conjunta de administradores, sociedad y
restauradores, el paisaje y territorio como integrantes de la ciudad histórica; la necesaria compaHbilidad de los nuevos usos y
evitar el “fachadismo” como prohibir las mímesis esHlísHcas y las reconstrucciones. El rigor arqueológico, el respeto hacia lo
hoy no comprensible, la salvaguardia de todos los añadidos históricos y el uso de la arquitectura y el arte contemporáneo
para los añadidos.
El documento introduce también, por primera vez, definiciones terminológicas y hace hincapié en la necesidad de la
“educación” para recuperar la memoria.
Carta Circular sobre la Función Pastoral de los Museos EclesiásBcos (Comisión ponBfica para los bienes Culturales de
2001 la iglesia, Ciudad del VaBcano)

La Comisión PonHficia para los Bienes Culturales de la Iglesia, después de haber tratado sobre las bibliotecas y los archivos, y
de haber insisHdo en la necesidad y la urgencia del inventario y de la catalogación del patrimonio histórico-ar@sHco (mueble
e inmueble. Con este nuevo documento, la Comisión PonHficia para los Bienes Culturales de la Iglesia intenta ofrecer una
contribución más para reforzar la acción de la Iglesia a través de los bienes culturales, con el fin de favorecer un nuevo
humanismo de cara a la nueva evangelización. La Comisión PonHficia, de suyo, Hene como encargo principal trabajar para
que todo el pueblo de Dios, y sobre todo los agentes (laicos y eclesiásHcos), valoren en el ámbito pastoral el ingente
patrimonio histórico-ar@sHco de la Iglesia.
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Carta de ICOMOS sobre los Principios para el Análisis, Conservación y Restauración de las Estructuras del Patrimonio
Arquitectónico (ICOMOS, Zimbabwe)
2003 Las estructuras del patrimonio arquitectónico, tanto por su naturaleza como por su historia (en lo que se refiere al material y
a su ensamblaje), están someHdas a una serie de dificultades de diagnósHco y restauración, que limitan la aplicación de las
disposiciones normaHvas y las pautas vigentes en el ámbito de la construcción. Ello hace tan deseable como necesario
formular unas recomendaciones que garanHcen la aplicación de unos métodos racionales de análisis y restauración,
adecuados a cada contexto cultural.
El valor y la autenHcidad del patrimonio arquitectónico no pueden fundamentarse en criterios predeterminados porque el
respeto que merecen todas las culturas requiere que el patrimonio material de cada una de ellas sea considerado dentro del
contexto cultural al que pertenece. Cuando se trate de realizar un cambio de uso o funcionalidad, han de tenerse en cuenta,
de manera rigurosa, todas las exigencias de la conservación y las condiciones de seguridad.


Carta de ICOMOS sobre los Principios para la Preservación, Conservación y Restauración de Pinturas Murales
2003 (ICOMOS, Zimbabwe)
Las pinturas murales, desde las correspondientes al arte rupestre hasta los murales actuales, han sido expresión de la
creación humana a lo largo de la historia, desde sus más remotos orígenes. Su deterioro, así como su destrucción, ya sea ésta
accidental o intencionada, representa una pérdida que afecta a una parte significaHva del patrimonio cultural del mundo.
La riqueza de las pinturas murales se fundamenta en la variedad de expresiones culturales y logros estéHcos, así como en la
diversidad de los materiales y técnicas uHlizadas desde la anHgüedad hasta nuestros días. Los ar@culos siguientes se refieren
a pinturas realizadas sobre soportes inorgánicos, tales como yeso, ladrillo, arcilla y piedra y no a pinturas ejecutadas sobre
soportes orgánicos como madera, papel o tela. Las pinturas murales son una parte integrante de los monumentos y lugares
de valor patrimonial y deben ser preservadas in situ. Muchos de los problemas que afectan a las pinturas murales están
relacionados con las deleznables condiciones que presentan los edificios o las estructuras, su uso improcedente, la falta de
mantenimiento y las frecuentes alteraciones y reparaciones. También la prácHca reiterada de restauraciones, exponer las
pinturas al descubierto de forma innecesaria, y el uso de métodos y materiales inadecuados, pueden producir un daño
irreparable.
2005 Carta de de Ename (ICOMOS, Ename )
Al igual que la Carta de Venecia (1964) estableció el principio de que la protección de los vesHgios materiales de un lugar con
valor histórico patrimonial es esencial para su conservación, hoy día es igualmente reconocido que la Interpretación es
también parte esencial del proceso de conservación y fundamental para obtener resultados posiHvos en la conservación.
El objeHvo de esta Carta es definir los objeHvos y principios básicos para la interpretación de siHos en cuanto a su relación
con la autenHcidad, la integridad intelectual, la responsabilidad social y el respeto hacia el significado y el contexto cultural.
La Carta acepta que la interpretación puede ser contenciosa y que los puntos de vista conflicHvos deben ser reconocidos.
Asimismo, esta Carta trata de impulsar una amplia apreciación por parte del público de los lugares pertenecientes al
patrimonio cultural como centros y fuentes para el aprendizaje y la reflexión, así como recursos de carácter local vitales para
el desarrollo sostenible de una comunidad y el diálogo intercultural e intergeneracional.
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Carta Cultural Iberoamericana (XXI Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y Gobierno. Montevideo, Uruguay)
2006
El objeHvo de la Carta Cultural Iberoamericana es favorecer el desarrollo de la diversidad interior de los países que la
suscriben e idear nuevas fórmulas de coordinación en la expresión internacional de Iberoamérica en materia de cultura,
especialmente en asuntos como los derechos de autor, el patrimonio o las industrias culturales.
El documento fue impulsado en sus inicios por la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la
Cultura ) OEI), aprobado en la X Conferencia Iberoamericana de Ministros de Cultura en 2007 y adoptado por la Cumbre
Iberoamericana de Chile en 2007.
La Carta Cultural consHtuye una herramienta de apoyo a la Convención sobre Diversidad Cultural, aprobada por la
Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), lo que convierte a la comunidad
Iberoamericana de Naciones como la primera región cultural supranacional que apuesta por unificar y comparHr ideas y
valores en el espacio cultural de la región.
Los principios de actuación se recogen en el documento como marco normaHvo de actuación y resaltan la garan@a de los
Derechos Culturales, la parHcipación ciudadana, la cooperación, el desarrollo, la sostenibilidad, la cohesión, la inclusión social
y la transversalidad de las acciones.

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