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trar aire en la cavidad pleural. Sin embargo, los res- guido "la vía mediastínica", para llegar al espacio
tantes casos son más difíciles de explicar, y de ma- pleural.
nera especial los n. espontáneos que se presentan MACKLIN, en su última publicación de 1943, intro-
en sujetos sanos, siendo éste un problema discutido duce esta vía como común denominador en la pato-
en el que caben diversas posibilidades. génesis del n. espontáneo. Este autor divide los al-
En 1888, GALLIARD es el primero que atribuye véolos en dos tipos: A) Aquellos cuya base descan-
ciertos tipos de n. a rotura de vesículas subpleura- sa sobre otros alveólos y que se comunican con
Jes. Posteriormente esta idea se generalizó ya que éstos por medio de los poros de Kohn; y B) Los que
tales vesículas pudieron ser puestas de manifiesto descansan sobre alguna estructura adyacente (bron-
en autopsias, radiografías y exámenes pleuroscópi- quio, bronquiolo, vaso, tejido conectivo y pleura) no
cos (GOVAERTS, CASTEX, MAZZEI, PARDAL, etc.). Los alveolar. Son estos últimos los capaces de producir
hallazgos anatomopatológicos demostraron que és- neumotórax espontáneo o enfisema mediastínico, ya
tas unas veces asientan en un trozo de pulmón sano que los primeros por la comunicación existente en-
pero otras, según los estudios de FISCIIER-WASELs: tre ellos es difícil se rompan. La rotura de los al-
se localizan en un tejido cicatricial de etiología tu- véolos B puede verificarse: 1. Por sobredistensión
berculosa en la inmensa mayoría de los casos. Esta de los mismos, sin la expansión correspondiente de
teoría de la vesícula subpleural ha sido esgrimida la luz de los vasos pulmonares, estableciéndose así
durante muchos años como explicación única para una diferencia de presión (espacio hueco), entre el
aquellos n. espontáneos que aparecían en sujetos sin alvéolo y el espacio perivascular (obstrucción par-
enfermedad previa del aparato respiratorio, de tal cial de un bronquio, insuflación por anestesia, r es-
forma, que cuando ni siquiera había pasado la pri- piración artificial forzada) . 2. En semejante estado
mcinfección tuberculosa (casos de BERNOU) se ha- se colocan cuando se reduce el calibre de los vasos
blaba de debilidad congénita pleural capaz de faci- pulmonares (embolia pulmonar); y 3. Por aumento
litar la formación de la citada vesícula; muchas ve- de la presión intraalveolar; este factor es el princi-
ces era objetivable, pero en cambio, otras no. que- pal e interviene bien sólo, bien en combinación, con
dando oscuros estos casos en cuanto al mecanismo cualquiera de los dos citados (esfuerzos violentos,
de producción. Por ello son muy interesantes los tos, asma).
relativamente recientes estudios, fundamentalmente Revisados someramente los puntos de vista prin-
de MACI<LIN, que nos abren un nuevo camino en la cipales dados para explicar el n. espontánec,, saca-
patogenia del n. espontáneo. mos en consecuencia que éste puede producirse:
La nueva tesis parte de observaciones antiguas, 1. Por el "viejo" mecanismo de la vesícula subpleu-
como las de BERCKLEY y COFFEN, quienes vieron ral, que se rompe. 2. Por el más reciente de Macklin.
coincidencia en un mismo enfermo de n. espontá- El cuadro clínico del n. espontáneo puede variar
neo, enfisema intersticial pulmonar y enfisema me- mucho, existiendo formas de gran atipia en las cua-
diastínico, en una epidemia gripal en el año 1918, y les es muy difícil hacer el diagnóstico, si nos ate ne-
otras más r ecientes, como la de HAMMAN (1939), mos sólo a los síntomas subjetivos y no hacemos
que presenta su observación de un asmático con una exploración detenida. La sintomatología tí-
neumotórax espontáneo y enfisema subcutáneo. Ello pica y, por lo tanto, más frecuente, se caracteriza
hizo pensar a este autor que se llega al n. espontá- por dolor en un hemitórax, disnea y tos seca, pu-
neo mediante un enfisema intersticial del pulmón y diéndose añadir cianosis, vómitos y disfagia, sínto-
un enfisema mediastínico previos, siendo la rotura mas estos últimos que nos indican gran desviación
de la pleura mediastínica la causante de la entrada del mediastino, y por ello con gran probabilidad
de aire en la cavidad pleural; igual punto de vista la existencia de un n. a tensión. A la exploración del
es sustentado por PASTORINO. enfermo encontraremos siempre: inmovilidad respi-
ratoria del hemitórax afecto, hipersonoridad a la
Es realmente MACKLIN el primero que objetiva percusión, abolición del murmullo y signo de la mo-
experimentalmente este hasta entonces supuesto ca- neda positivo. También puede observarse desviación
mino seguido por el aire, valiéndose para ello de la del mediastino (latido de punta) hacia el lado con-
inyección de gas a presión en un bronquio termi- trario del pulmón afecto. La comprobación diagnós-
nal y estudiando luego su curso histológicamente. tica la tendremos mediante el examen a rayos X
Siguiendo este proceder, pudo demostrar una rotura (ausencia de parénquima, con muñón pulmonar que
de las paredes del alvéolo sobredistendidas, por lo a veces llega a esconderse detrás del mediastino) y
que se establece un franca comunicación entre éste punción pleural con medida de tensiones que serán
Y las vainas perivasculares adyacentes, que envuel- de O (n. abierto) o positivas.
ven los más finos vasos pulmonares; el aire intral- Las formas atípicas más importantes que es pre-
veolar escapa por la solución de continuidad esta- ciso tengamos cuenta son:
blecida y disecando estas vainas, llega al hilio del
pulmón y, por lo tanto, al mediastino. Una vez aquí , 1. Formas sincopales.- A este tipo pertenecen
puede seguir una de estas tres vías: o bien rompe la los casos descritos por LARRUGA y PARFUS, de su-
pleura mediastínica y da lugar a un n. espontáneo, jetos con accesos convulsivos y pérdida de conoci-
o bien se dirige al cuello, produciendo un enfisema miento, a los que se les objetivó como único pro-
subcutáneo, o por último se encamina al espacio ceso un n. espontáneo. Sin embargo, tenemos la
retroperitoneal. La clínica nos comprueba estos tra- sospecha de q¡¡e en muchos de los casos descritos
bajos experimentales puesto que si examinamos de- en la literatura no se hizo una exploración a fondo
talladamente a un enfermo con un n. espontáneo buscando causas de convulsiones (epilepsia, teta-
podremos percibir en muchas ocasiones la existen- nia, eclampsia, etc.), que debían de existir, siendo
cia de aire entr e la pleura y el pericardio, a lo largo entonces el neumotórax un síntoma más del síndro-
del borde izquierdo del corazón, que ponemos de me convulsivo. Claro es que el estasis de entrada
manifiesto, radioscópicament e, o por auscultación, puede por anoxia explicarnos el cuadro sincopal.
ya que puede apreciarse un ruido semejante al run- 2. Formas anginosas.- Unas veces no son tales.
runeo gatuno, isocrono con los latidos cardíacos; y sólo neumotórax del hemitórax izquierdo, que por
en todos estos casos es evidente que al aire ha se- su comienzo agudo y doloroso nos puede inducir al
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falso diagnóstico de angor, pero otras se trata de Por ello, para no prejuzgar creemos mejor llamar a
auténticas a nginas de pecho explicables por la pues- este tipo de neumotór ax sofocante o a tensión. Esta
ta en marcha de reflejos viscerosensitivos, que con- complicación se presenta en el 10 por 100 de todos
ducen a disminución del flujo coronario. los neumotórax y generalmente desde el principio
pero también puede ocurrir que se instaure en cual:
3. Formas braquiálgicas.- En ellas hay dolor en quier momento, incluso al mes HamウオセrIL@ y así un
el brazo, pero siempre el dolor concomitante en el
hemitórax nos permite y facilita el diagnóstico. neumotórax simple que llevaba un curso benigno se
ve repentinamente agravado. Pensaremos nos halla-
4. Formas que simulan síndromes abdominales mos ante este cuadro, cuando a los síntomas ya
agudos.-Desde BEARDSLEY (1911 ), son muchos los descritos del n. espontáneo se le añadan: disnea ere.
casos descritos en los que el dolor agudo abdominal, ciente, cianosis, vómitos, disfagia, estasis de aflujo
con incluso defensa muscular, hacen difícil el diag- e insuficiencia circulatoria; síntomas todos depen-
nóstico diferencial con un abdomen agudo. FrsHER- dientes de la desviación mediastínica. La compro-
W ASELS describe uno que llegó a ser operado con el bación la tendremos con el manómetro a l ver cómo
diagnóstico de perforación gástrica, no hallándose van aumentando los presiones, que cada vez son más
nada en a bdomen, y sólo después la exploración de- nositivas, o cómo si extraemos aire y con ello la re-
tenida del enfermo se demostró la existencia de un ducimos, esto dura poco tiempo, ya que rápidam<'n-
neumotórax. JACKELIN nos habla de otro caso que te se instaura otra vez la presión primitiva.
también fué intervenido, pero éste con el diagnósti- 2.- Muchos sujetos tienen un n. espontáneo y ya
co previo de apendicitis. Todo ello justifica el que no vuelven a tener más en toda su vida, mientras
BERNARD incluyera el n. espontáneo, junto con la que en otros, por el contrario, el neumotórax se re-
pleuritis diafragmática, y la neumonía de base en lo pite, pudiendo tener 15 ó 20 y aún más, viéndose
que él llama ''drama epigástrico de las pleuro-neu- esta recurrencia en un 20 a un 45 por 100 de todos
mopatías agudas". los casos. TRUDEAU ha publicado uno que tuvo 12
5. Se puede distinguir en último lugar, como neumotórax espontáneos d<'l lado izqui<'rdo y 16
una forma atípica de n. espontá neo, aquellos casos del derecho.
como el descrito por SCHREIBER, de セ ョヲ ・イュッウ@ que 3.- Puede ocurrir que no S<' cierre la abertura
consultan al médico quejándose de síntomas dispép- que dejó entrar el aire al espacio pleural dl·bido a
ticos (sensación de plenitud epigástrica, náuseas, adherencias, y por ello persista el n<'umotórax . lle-
eructos ... ), y en los cuales se objetiva un neumotó- gando a la cronicidad. PERRY señala un caso dr nm-
rax que, al curar, hace desaparecer sus síntomas ab- te años de duración.
dominales. 4. Hemoneumotórax. Se produce cuando ha
Vemos, pues, cuán proteiforme puede ser la anam- habido rotura vascular y derrame sanguíneo conco-
nesis del n. espontáneo, cosa que no es obstáculo mitante, sumándose a los síntomas rl<'l n. !m; de la
para su diagnóstico, pues a este polimorfismo clí- anemia aguda posthemorrágica.
nico le corresponde siempre una exploración cons-
tante y fácil de recoger. Esta última afirmación pa- Tratamiento del neumotórax espontáneo.
rece supel'flua, pero sin embargo no es así, ya que
hay procesos, como la atelectasia, de la que luego En el n. simple poco hemos de hacer, sólo man-
nos vamos a ocupar, en la que los datos explorato- dar reposo al enfermo, calmarle el dolor con anal-
rios pueden ser varios y contrapuestos de unos casos gésicos e incluso opiáceos y darle analépticos si los
a otros. Todo ello nos lleva a insistirles que no ol- necesita. Lo que no olvidaremos nunca es tener
viden nunca de hacer ante cualquier enfermo, por una actitud vigilante, temiendo se inst aure en cual·
muy agudo y gr ave que sea, una explor ación com- quier momento un n. a tensión. De otra forma de-
pleta, aunque inteligente y rápida, pues esto les lle- bemos de actuar si este n. simple se presenta en un
vará poco tiempo y ahorrar á muchos errores diag- asmático, en cuyo caso no debemos de esperar a
nósticos. que se resuelva solo, sino que sacaremos el aire
La evolución del n. simple, es decir, sin complica- (200 a 500 c. c.), pues de otra forma el asmático
ciones, es benigna espontá neamente; a los quince o caerá en status, del que no le sacar emos mientras
veinte días desaparecen los signos físicos, y a los no hagamos desaparecer su neumotórax.
veintiocho la curación es completa. Sin embargo, En lo que se refiere a nuestra conducta terapéu-
esta marcha plácida puede enturbia r se por la a pa- tica en las complicaciones, nos interesan f undamen-
r ición de alguna de las siguientes complicaciones: talmente dos: El n. a t ensión y el hemoneumotórax,
1.- N. valvular o sofocante. Es ésta una complica- pues así como en éstas la intervención rápida y .efi-
ción tan temible y al mismo tiempo funesta, si no caz del médico puede ser definitiva para el pac1en·
se hace una terapéutica rápida y eficaz, que su sola te, la recurrencia y cronicidad de un neumotórax no
existencia justifica la inclusión de esta lección en un crean conflicto vital, y por ello su terapéutica la
Cursillo de Medicina de Urgencia. Como su nombre describiremos someramente. ya que no debemos de
indica, se trata de un neumotórax en el que se ins- olvidar es éste un Cursillo de Medicina de Urgencia.
taura un mecanismo valvular, que permite la entra- En el n. a tensión, lo más impor tante es s uprimir
da de aire con la inspiración en la cavidad pleural, la hipertensión pleural que acarrea la desviación del
pero no su salida en el acto espiratorio; esto hace mediastino y la gravedad del cuadro, por lo cual
que la presión intratorácica vaya avmentando cada en caso de máxima urgencia nos contentaremos,
vez más y por lo tanto se acentúe la desviación del como medida salvadora del momento, con realizar
mediastino, que llega a ser tan intensa, que pone una punción pleural con trocar o aguja gruesa, Y
en gran peligro la vida del enfermo. aun una pleurotomía mínima (ARESKY) con instru-
Muchas veces no es preciso la existencia del me- mento cor tan te; después intentaremos instalar el
canismo valvular, pudiéndose llegar a semejantes mecanismo de Béclere o de Cardis. El primero de
resultados, cuando el neumotórax se ha producido ellos consiste en unir al trocar un tubo de goma Y
según la vía descrita por MACKLIN, ya que ésta es a éste uno de vidrio, que se sumer ge en un reci-
permeable en el sentido alvéolo-tejido inter sticial- piente con agua (sólo unos milímetros), esto hace
hilio-pleura mediastínica, pero no en el r etrógrado. que en la inspiración salga aire burbujeando a tra-
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NEUMOTORAX ESPONTANEO Y ATELECTtASIA PULMONAR
vés de ella, pero no entre en la espiración, ya que bomba; en el primer caso tenemos el colapso, y en
lo ,que ocurre es que sube. el 。セオN@ el segundo, la atelectasia, donde no cabe duda el
por el tubo, impi-
diendole la entrada. El d1spos1bvo de Cardis es un vacío ha de ser más completo; pero además las dife-
trocar especiaL. con una válvula en solapa, que per- rencias son anatómicas, y así en la atelectasia en-
mite pase el a1re de la pleura al exterior y no en contramos el parénquima pulmonar muy retraído, a
sentido inverso; este dispositivo podemos no tener- la vez que hiperemia y trasudación intraalveolar (lí-
lo a mano, pero entonces nos es factible fabricar quido seroso) siendo esto la causa de que algunas
a]go semejante con un sin:ple dedo de un guante se organicen posteriormente, llegando a ser tan
de goma, que se debe de hgar por su extremo li- difíciles de diferenciar de un fibrotórax. Estos he-
bre a la cabeza del trocar, para después cortar el chos anatómicos no se observan en el simple colap-
otro ・クエイセッL@ アオ・、。セッ@ so pulmonar, cualquiera que sea su naturaleza: por
así un mecanismo que per-
mite la ウセィ、。N@ derrame pleural, neumotórax, etc ...
,del a1re, .p ero no la entrada, puesto
que la asp1racwn adapta las dos paredes, no hacien- De manera general diremos que la atelectasia pue-
do permeable el dedo. Puede ocurrir que, a pesar de ser segmentaría, lobular o total, según que el
de utilizar estos dos dispositivos, la capacidad de afectado sea un segmento broncopulmonar, un lóbu-
drenaje sea inferior a la de la entrada de aire des- lo o todo un pulmón.
de la fístula pleuro-pulmonar, y en este caso nos Es inter esante seguir la evolución histórica de la·
veremos obligados a r ecurrir a un procedimiento de patogénesis de la atelectasia, ya que aquí ocurre un
aspiración, bien sea con aspirador eléctrico o me- hecho frecuente en Medicina, y es cómo en el trans-
jor con una tromba de agua. curso de los años se avanza poco y por derroteros
Según dijimos, la otra complicación importante,equivocados, de tal manera, que pasado un siglo se
desde el punto de vista del tratamiento de urgencia ha de volver a los conceptos primitivos que son los
es el hemoneumotórax. Cuando lo sospechemos, 、・セ@ reales y auténticos. Así vemos cómo REYNAUD
debemos de efectuar inmediatamente una pun- (1835), HA SSE (1846 ) y GAIRDNER (1850) r econocen
ción pleural, que nos pondrá de manifiesto la exis- la importancia de la obstrucción bronquial en la
tencia o no del mismo. Si se comprueba, hemos de pato?enia de la atelectasia. Viene después un lapso
proceder a una evacuación inmediata, para evi- d.e t1empo en el cual esto parece olvidarse, y par-
tar la formación de coágulos y rigideces pulmonares tiendo de las observaciones de WILLIAM PASTEUR
a posteri?ri, sin olvidar la inyección de penicilina (1908) de la coincidencia de atelectasias con poli-
en la cav1dad pleural, que impida las infecciones en neuritis diftéricas, surge la t eoría par'alítica de los
un terreno tan propicio. Efectuado todo ésto vi- músculos respiratorios como causa fundamental del
gilaremos al enfermo, al que exploraremos con' fre- proceso atelectático. Posteriormente, RosE ERAD-
cuencia, a fin de percibir por percusión si vuelve a FORO (1918) y BRISCOE (1919 ) se adhieren a este
aumentar el nivel líquido, ya que si sucede así he- punto de vista, ampliando esta explicación, para las
mos de realizar una toracoscopia e intentar caute- atelectasias que aparecen después de las contusiones
rizar el vas.o sangrante. En caso de no poder loca- torácicas e intervenciones quirúrgicas abdominales.
lizarle y seguir la hemorragia, debemos de ir a una Es preciso llegar a 1928 para que CORYLLOS y BIRN-
toracotomía y la ligadura directa. BAUM resuciten la importancia del factor obstructi-
Las otras dos complicaciones del neumotórax, la vo, y así estos autores logran la atelectasia de un
recurrencia y cronicidad, no nos plantean proble- pulmón en seis horas, mediante un manguito in-
mas de urgencia, no obstante lo cual hemos de decir flado. de aire que obstruye un bronquio principal.
algo acerca de su terapéutica. Hoy en día se tiende Conf1rma esto JACOBAEUS (1930) , describiendo ate-
más a ser intervencionistas en estos procesos cosa lectasias en sujetos a los diez minutos de la inyec-
lógica, por otra parte, la que a los malos resuitados ción de lipiodol en el árbol bronquial. Es, sin em-
que se tenían por los procederes no quirúrgicos, he- bargo, CHEVALIER JACKSON quien da el espaldarazo
セッ@ de unir el perfecto dominio de la cirugía to-
definitivo a la obstrucción bronquial; según est e au-
rac1ca que poseemos en la actualidad. Así en tiem- tor, lo primitivo. sería la obstrucción y después, y
pos anteriores se intentaba cerrar las fístulas pleu-
como consecuencia de ella, el paso del aire intrapul-
ropulmonares, que no lo hacían espontáneamente, monar a la sangre a nivel de los alvéolos, derivando
mediante la inyección en el espacio pleural de sus- de ésto la retracción parenquimatosa (atelectasia)
tancias que produjeran por irritación pleuritis de la porción de pulmón afectada. La demostración
adhesivas. Siguiendo esta idea fueron muchas las objetiva de su teoría la tiene al hacer desaparecer
empleadas, entre las que citaremos: atelectasias coincidentes con cuerpo extraño intra-
. Suero glucosado al 50 por 100, una solución de bronquial al verificar la extracción de éste. También
mtrato de plata (SPENGLER), polvos de talco ioda- es esencial el factor obstructivo en los casos de ate-
dos (BETHIME), pastas bismutadas (CovA ), plasma lectasia y difteria, ya que con el broncoscopio se
coagulable (XALABARDER), oleotórax (BERNOU) y la pone de manifiesto la existencia de membranas y
cauterización endoscópica (ARNAUD). En los tiempos aglutinados de moco que obstruyen por completo la
actuales, según ya dijimos, se practica una toraco- luz bronquial y al hacerlos desaparecer vuelve el pul-
tomía, y según proceda se hacen una de estas tres món a recobrar su posición y características norma-
cosas: a) Cierre de la fístula. b ) Resección de la les. Desde estos trabajos fundamentales hasta la ac-
Porción enfisematosa; y e) Lobectomía e incluso tualidad, dos son las aportaciones más importantes
neumectomía. sobre la patogenia de la atelectasia pulmonar: la de
ATELECTASIA PULMONAR. VISWANATHAN (1949), la de XALABARDER (1949) ya
que prescindimos deliberadamente de la de H'ILD·
Debemos de empezar dejando bien claro la dife- ING (1944) , cuya tesis parece poco probable y per-
ferencia existente entre atelectasia y colapso pul- fectamente rebatida por el primero de los autores
monar. Si nosotros consideramos el pulmón como citados. セオ・、。@ claro, según lo que ya hemos dicho.
セョ。@ pelota elástica llena de aire, es evidente que el mecamsmo cuando hay una obstrucción bronquial
este puede desaparecer, o bien porque comprimamos ヲイセョ」。@ (cuerpo extraño, adenoma, compresión Px-
las paredes o bien porque lo aspiremos con una trmseca... ), pero no ocurre así en los casos de a tl'·
REVISTA CLINICA ESPAÑOLA 15 junio l9i:O
dicación sintomática, y por lo tanto, administración Una vez hayamos hecho el diagnóstico causal,
de antibióticos (si existen fenómenos inflamato- obraremos en consecuencia.
rios), analépticos y analgésicos, pero en este caso Es interesante tener en cuenta en las intervencio-
evitaremos escoger los preparados que tengan opio nes una serie de medidas profilácticas con las cuales
0 sus derivados, por su efecto paralizante sobr e las se evitan muchas alelectasias postoperatorias. Estas
secreciones bronquiales. En aquellos enfermos en son: eliminación de dientes infectados, asepsia fa-
los que sospechemos la existencia de una atelecta- ríngea, evitar una excesiva narcosis, movilización
sia activa administraremos preparados de atropina precoz e inhalación de la mezcla de Henderson, an-
y belladona, con los que, según TAPIA, parecen obte- tes indicada, inmediatamente de terminada la ope-
nerse muy buenos resultados. ración.
NOVEDADES TERAPEUTICAS
Tratamiento del herpes zóster con bloqueo articular, efecto que se logra tan rápidamente como
del simpático.-Ya en 1943, STREET empleó el blo- con DOCA y ácido ascórbico, si bien es algo menos
queo simpático en tres casos de herpes zóster. FE- duradero.
RRIS y MARTIN ('"Ann. Int. Med.", 32, 257, 1950 )
son muy partidarios del método y comunican su ex- Ineficacia de ACTH en la poliomielitis.-En
periencia ('n 22 casos. Los herpes de la cara y del la clínica de la poliomielitis existen datos para pen-
cuello se tratan con el bloqueo estrellado, mediante sar que la respuesta del organismo es más impor-
la inyección de 8 c. c. de una solución de novocaína tante aún que la virulencia del germen. CORIELL,
al 1 por 100. Las zonas del tronco son tratadas por SrEGEL, CooK, MURPHY y STOKES ("Journ. Am. Med.
el bloqueo de los ganglios correspondientes, inclu- Ass.", 142, 1279, 1950) se han planteado la cuestión
yendo uno o dos por encima y por debajo de la zona de si la infección poliomielítica precipitará una reac-
afecta. Las lesiones del miembro inferior se tratan ción de alarma y piensa que el tratamiento con hor-
bloqueando los ganglios lumbares primero a cuarto. mona adrenocorticotropa (ACTH) pudiera ser de
Veinte de los enfermos tratados eran casos recien- utilidad en estos casos. En 35 enfermos de polio-
tes, observados en los tres días siguientes al brote mielitis, observados en los primeros días de la en-
de las vesículas: en J 5 de ellos se obtuvo la cesación fermedad, emplearon ACTH, en dosis diaria de 40
del dolor con la primera inyección anestésica; los a 120 mgr., administrada en cuatro inyecciones
otros cinco casos quedaron sin dolor con el segundo diarias. Un número igual de enfermos fué tratado
bloqueo, practicado dos días después. En todos los con un placebo. Los enfermos de poliomielitis mues-
casos, las lesiones se desecaron rápidamente, de tal tran variaciones en sus eosinófilos que sugieren la
modo, que a los dos a cuatro días solamente queda- puesta en marcha de una reacción de alarma y el
ban costras secas. Dos enfermos fueron tratados so- tratamiento con ACTH produce en ellos un mayor
lamente a las cuatro semanas del zona, por padecer descenso de eosinófilos y una transitoria elevación
neuralgias post-herpéticas; en un caso se obtuvo de los 17 -cetosteroides urinarios. En cuanto a los
una mejoría transitoria con el primer bloqueo y de- resultados del tratamiento fueron completamente
finitiva con el segundo, realizado a los cuatro días. nulos; no se observó variación en relación con los
En el segundo caso no se produjo mejoría con dos testigos, en lo que respecta a la fiebre, parálisis y
bloqueos y, por el contrario, cesó el dolor por la in- secuelas
yección intravenosa de 4 gr. de cloruro de tetra-
etilamonio.
Empleo de hematíes laYados para e\itar cier-
DOCA :r
azul de metile no en las artritis reu- tos accidentes de la transfusión.-DAMESHEK y
matoides.-·- La eficacia de la asociación de DOCA NEBER ("Blood", 5, 129, 1950) han descrito un nue-
y ácido ascórbico en el tratamiento de la artritis vo tipo de reacción a la transfusión, que no se debe
reumatoide ha hecho especular sobr e el posible me- a la presencia de pirógenos ni a la producción de
canismo de acción de dichas sustancias. HALLBERG hemolisis. La reacción consiste en una opresión pre-
("Lancet", 1, 351, 1950) piensa que, por reacción en- cordial, sensación de frío, fiebre y luego sudora-
tre ellas, se formaría otro tercer cuerpo, que sería el ción. En sus casos existía perfecta tolerancia en-
realmente activo. Es posible que el efecto del ácido tre las sangres "in vitro". La misma reacción pue-
ascórbico sea simplemente de oxidación de la molé- de en tales enfermos provocarse por la inyección
cula de la DOCA, y en tal caso, podría substituírse intravenosa de 20 a 30 c. c. de plasma, obtenido de
por otro oxidante. En 8 enfermos (6 con artritis reu- sangre fresca, lo cual demuestra que en ciertos plas-
matoide, uno con espondilartritis y uno con probable mas existe algún elemento capaz de originar en al-
gota úrica), ha empleado la asociación de DOCA y gunas personas reacciones febriles, independiente-
azul de metileno. A los pacientes se les inyecta in- mente de la presencia de pirógenos. DAMESHEK y
tramuscularmente 5 mgr. de DOCA e inmediatamen- NEBER han obtenido en tales casos buenos resulta-
te después se practica una inyección intravenosa dos por la transfusión de hematíes lavados hasta
de 8 c. c. de una solución al 5 por 100 de azul de tres veces con solución salina estéril, centrifugando
metileno. En todos los casos se observó el mismo después de cada lavado y diluyendo posteriormente
efecto de disminuir el dolor y aumentar la movilidad los glóbulos hasta un volumen igual a las dos ter-