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REVISTA
CIENCIA JURÍDICA Y POLÍTICA
UNIVERSIDAD POLITÉCNICA DE NICARAGUA
https://portalderevistas.upoli.edu.ni/index.php/revista-cjyp
ISSN 2410- 2768

Mejor Revista Indexada


Nicaragua 2017

Las opiniones expresadas por los autores no necesariamente reflejan la postura del editor de
la publicación. Queda estrictamente prohibida la reproducción total o parcial de los
contenidos e imágenes de la publicación sin previa autorización de la Universidad Politécnica
de Nicaragua (UPOLI).

Revista Ciencias Jurídicas y Políticas se encuentra bajo una licencia Creative Commons
Atribución- No Comercial Internacional 4.0

Volumen 4. No 7. Enero – Junio 2018. ISSN 2410- 2768. Managua, Nicaragua

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UNIVERSIDAD POLITÉCNICA DE NICARAGUA

Norberto Herrera Zúñiga


Rector

Ricardo Pérez
Vicerrector General

Astrid Bracamonte Hernández


Decana Escuela de Ciencias Jurídicas y Políticas

Oscar Castillo Guido


Decano Emérito de la Escuela de Ciencias Jurídicas y Políticas

Mario Isaías Tórrez


Director del Instituto Centroamericano de Estudios Jurídicos y Políticos

Rodolfo Sandino Argüello


Presidente de la Academia Nicaragüense de Ciencias Jurídicas y Políticas (†)

Carlos Tünnermann Bernheim


Presidente de la Academia Nicaragüense de Ciencias Jurídicas y Políticas

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REVISTA
CIENCIA JURÍDICA Y POLÍTICA
CONSEJO CIENTÍFICO EDITORIAL

Sergio Ramírez Mercado


(Academia Nicaragüense de las Ciencias Jurídicas y Políticas)

Carlos Tünnerman Bernheim


(Academia Nicaragüense de las Ciencias Jurídicas y Políticas)

Francesc Pérez Amorós


(Universidad Autónoma de Barcelona-España)

Ángel Guillermo Ruiz Moreno


(Universidad de Guadalajara-México)

Gonzalo Salerno
(Universidad Nacional de Catamarca-Argentina)

Ana Margarita Vijil


(Universidad Politécnica de Nicaragua)

Ada Esperanza Silva


(Academia Nicaragüense de las Ciencias Jurídicas y Políticas)

Cairo Manuel López


(Universidad Politécnica de Nicaragua)

Hugo Roberto Mansueti (†)


(Universidad de Buenos Aires-Argentina)

Martha Elisa Monsalve Cuellar


(Universidad de la Gran Colombia-Colombia)

Augusto Valenzuela
(Universidad del Istmo-Guatemala)

Gabriel Álvarez
(Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua-León)

Donald Alemán Mena


(Universidad Politécnica de Nicaragua)

Miguel Polaino Orts


(Universidad de Sevilla, España)

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EQUIPO EDITORIAL

DIRECTOR

Oscar Castillo Guido


Universidad Politécnica de Nicaragua

EDITOR

Roberto Guerrero Vega


Universidad Politécnica de Nicaragua

COMITÉ DE REDACCIÓN

Escuela de Ciencias Jurídicas y Políticas-ICEJP


Astrid Bracamonte Hernández
Mario Isaías Tórrez
Óscar Castillo Guido
Roberto Guerrero
José Alejandro Castillo Chavarría
Cristian Rivas Castillo

TRADUCCIONES

Centro de Idiomas
Universidad Politécnica de Nicaragua

DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN

Gabriela Baltodano García

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Presentación

Ricardo Pérez
Vicerrector Universidad Politécnica de Nicaragua (UPOLI)
Contacto: vrgeneral@upoli.edu.ni

Me complace enormemente y me llena de orgullo, como Vicerrector de la UPOLI,


presentar la Revista Ciencia Jurídica y Política, en su edición número 7, que, bajo la
responsabilidad de la Escuela de Ciencias Jurídicas y Políticas, se publica semestralmente,
como un aporte permanente al estudio y desarrollo del Derecho y las Ciencias Políticas.

La publicación de los 7 números de la Revista CJP destaca el interés del equipo editorial,
de mantener viva su contribución a los saberes jurídicos-políticos, divulgando artículos
científicos de pertinencia, actualidad y de avanzada, en los nuevos contextos en el que país y
el mundo experimentan cambios.

El abordaje de los artículos que nos presentan los académicos Miguel, Polaino-Orts
(España), Cristian Rivas-Castillo y Lisbeth Velázquez Cruz (Nicaragua), Lenin Ramírez
Matus y Arturo Enrique Jasso Rodríguez (México), Jessica Alexandra Flores País
(Nicaragua) y el académico Oscar Castillo Guido con la presentación del editorial;
representan el enjundioso labor que significa escribir artículos completos, didácticos y
escritos con buen estilo científico, que despiertan el interés de la lectura, de un público
exigente, a como lo es, la comunidad jurídica nacional e internacional.

Sea pues, esta edición número 7, un aporte particular para estudiantes, juristas, académicos
y politólogos que, en su diario vivir personal y profesional, dedican en sus espacios
respectivos, la tarea de actualizarse, innovarse y la de reaprender en sus conocimientos.

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Contenido

Editorial:
Los retos de la enseñanza de la criminología en Nicaragua ............................................. 8
The challenges of teaching criminology in Nicaragua
Óscar, Castillo Guido, Decano de la ECPJ-UPOLI

Artículos:
Persona y Persona Jurídica ............................................................................................... 13
Person and legal person.
Miguel, Polaino-Orts, Universidad de Sevilla

Rankings Universitarios: Calidad de las instituciones de educación superior


nicaragüenses ...................................................................................................................... 34
University Rankings: Quality of Nicaraguan higher education institutions
Cristian Rivas-Castillo, Lisbeth Velásquez Cruz

El arbitraje internacional de inversión en materia energética del ius imperii al ius


gestionis ................................................................................................................................ 49
International energy investment arbitration del ius imperii al ius gestionis
Lenin Ramirez Matus, Arturo Enrique Jasso Rodriguez

Tutela penal nicaragüense de la Propiedad Industrial con énfasis en el delito de fraude


sobre patente, modelo de utilidad o diseño industrial ..................................................... 65
Nicaraguan Criminal protection of the Industrial property, with emphasis on the crime of
patent fraud, utility model or industrial design
Jessica Alexandra Flores Páiz, Universidad Politécnica de Nicaragua

Directrices de la revista ciencia jurídica y política (CJP) ............................................... 88


Guidelines of the journal legal science and politics (CJP)
Equipo Editorial

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Editorial

Los retos de la enseñanza de la criminología en Nicaragua


The challenges of teaching criminology in Nicaragua

Óscar Castillo Guido


Decano Emérito de la ECPJ-UPOLI1
derecho@upoli.edu.ni

La historia nicaragüense, está marcada por años de guerras, dictaduras, revoluciones y


convulsiones sociales, esto no ha permitido ni aun en tiempos de paz consolidar un sistema
de seguridad jurídica en materia de prevención del delito, ni ha permitido trazar una ruta en
búsqueda de su modernización. En la actualidad aún persiste, un sistema sin posibilidad de
formular ni evaluar políticas públicas encaminadas a la prevención del delito, el estudio del
delincuente, la delincuensilidad, sus causas y el tratamiento de la víctima2.

Por otra parte, la crítica sobre este tema es entendida como un ataque al modelo de
seguridad del país. Las cárceles siguen siendo espacios cerrados a la investigación
criminológica y los datos oficiales son difíciles, cuando no imposibles, de conseguir. El
avance hacia el cambio en estos años de democracia ha sido lento y no exento de dificultades
en esta materia. Dentro del propio sistema, se ignora la figura del criminólogo como
profesional, de igual forma no existe preocupación sobre la formación de este profesionista
por parte de las facultades de derecho y de las ciencias sociales.

En cuanto a la práctica las actividades que debería realizar un profesional de la


criminología en el quehacer diario son distribuidas a otros profesionales que poseen
funciones u oficios parecidos, o a veces por el personal administrativo y en otras ocasiones
por peritos forenses o criminalísticos cuyo objeto de estudio tiende a confundirse con la
criminología.

Un ejemplo claro de esta ausencia se puede observar en los centros de atención a la


violencia de género, juzgados especializados, centros penitenciarios u otras instancias de
públicas. Para este caso, por tanto, el deber ser, es propiciar un tratamiento “integral” a las
víctimas de violencia de género, por ello debe existir un equipo profesional compuesto por
personas del campo de la psicología, el trabajo social, la educación y por supuesto con

1 Miembro Fundador y Vocal de la Red Iberoamericana de la Criminología, Criminalística y Ciencias Forenses.


2 Documento: “Proyecto de Diseño Curricular de la Licenciatura en Criminología de la UPOLI”., pág. 10

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personas profesionales formadas con un enfoque criminológico, que tengan como función
principal asumir el tratamiento victimológico adecuado.

Por otra parte, también es importante señalar que una agravante de la ausencia del perfil
profesional del criminólogo se manifiesta cuando en la empresa privada carece de estrategias
y políticas en sus organizaciones, en materia de seguridad empresarial, prevención del delito
y asesoría permanentes de expertos en la configuración de sistemas seguros de control,
prevención y seguimiento. A pesar de que existen empresas de seguridad, estás no son más
que entidades de prestación de servicios de vigilancia y monitoreo y no de prevención, todo
esto por carecer de personal calificado en la materia.

Incorporar en la oferta académica de las Universidades, la Licenciatura en Criminología


es un reto irrenunciable, para ello, es conviene analizar ¿Qué colectivos podrían realizar su
formación en la criminológica? Por un lado, aquel colectivo del alumnado cuya formación
básica será la criminología. Y por el otro, aquel colectivo del alumnado que tienen una
formación básica en otra licenciatura, como la del Derecho, que debe ser complementarla
con los estudios de criminología, para poder ejercer esa profesión básica en ámbitos
relacionados con la criminalidad.

En este contexto, las actividades relacionadas con el mundo de la criminalidad deberán


ser trabajadas, en principio por los licenciados en criminología. Semejante a lo que ocurre
con el resto de las profesiones, por ello se deberán de regular al criminólogo, teniendo en
cuenta que se debe establecer aquellos actos propios y exclusivos de esta profesión. Partiendo
de esto estamos ante una excelente oportunidad para profesionalizar de una vez por todas
aquellas actividades como las políticas públicas en materia de prevención, control y
seguimiento de la criminalidad y del delincuente. Todas estas deben de ser desarrolladas por
personas con formación especializada en la materia.

Así mismo, se debe exigir formación criminológica cuando el ejercicio de otra profesión
como la del abogado, se desarrolle sobre cuestiones relacionadas con la criminalidad. En
estos casos, la persona que realiza el trabajo como tal, deberá además tener amplia formación
en criminología, o por lo menos deberá tenerse en cuenta dicha preparación en los
conocimientos propios de la criminología. Incluso se podría ir ideando una doble titulación,
en criminología y el de derecho, tal a como sucede en Europa.3

Bajo este panorama, no es difícil concluir, en una primera aproximación, que deberá
requerirse formación criminológica, en aquellos ámbitos que tengan que ver con el núcleo
del fenómeno criminal: sus sujetos, delincuente – víctima; el delito, como hecho social; y el

3
https://www.google.com/search?q=dobles+titulaciones+en+europa&oq=dobles+titulaciones+en+europa&aqs=chrome..6
9i57.5791j0j8&sourceid=chrome&ie=UTF-8

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sistema penal, como el complejo instrumento para hacerle frente, y en el que deben incluirse
todos aquellos mecanismos de gestión y resolución de conflictos, alternativos a la punición,
como la mediación. En este ámbito deben determinarse los espacios en los que debe exigirse
la formación criminológica. Así como los espacios en los que se debe requerir la colaboración
o por lo menos un informe preceptivo de un criminólogo.

Dentro de este núcleo, una segunda zona de reflexión la constituye todo el ámbito de la
prevención, zona que se constituye desde el ámbito de la seguridad pública y privada. Cabe
pensar que, por ejemplo, las personas encargadas de la seguridad pública tanto en los
gobiernos centrales, los gobiernos locales y regionales, así como de las empresas u otras
instituciones privadas, deben contar con esa formación.

No debemos descuidar, por último, el campo de la investigación, que constituye uno de


los aspectos básicos del papel del criminólogo. Tanto desde la perspectiva de la investigación
del hecho criminal (criminalística), como y fundamentalmente desde la perspectiva de la
investigación básica (teorías criminológicas), así como de la investigación aplicada (las cifras
de la criminalidad, el funcionamiento del sistema y de la realidad social que lo envuelve).
Investigación que debe abarcar, siempre y en todo caso, la evaluación de las políticas y
prácticas criminológicas.4

Finalmente, a estos retos que se perfilan desde el punto de vista profesional, debemos
añadir los retos desde el punto de vista formativo. A pesar de la evolución democrática en
Centroamérica, la Universidad, paradójicamente, aparece, en determinados aspectos, como
un foco de resistencia a esos avances. Esto comporta que las titulaciones no siempre se
desarrollen y planifiquen según las necesidades y requerimientos de las titulaciones, sino en
consideración a factores como distribución de poderes entre los departamentos, las plantillas,
la carga docente, etc.

En este sentido, consideramos que no es suficiente que los planes de estudios no se


vinculen con las áreas de conocimiento, sino que se hace necesario que finalmente se
reconozca e incorpore la criminología dentro del listado de áreas de conocimiento. Lo que
no parece deseable y constituye un claro obstáculo para la adecuada programación y
desarrollo de la licenciatura es tener que moverse entre un complejo mundo novedoso de
formación, con intereses diversos y en ocasiones contrapuestos, quedando las decisiones
pedagógicas y formativas condicionadas a las dinámicas de formaciones tradicionales y los
intereses de cada entidad facultativa. En este sentido y de forma muy sintética, debemos
tomar conciencia y trabajar en acciones como:

4Baratta, Alessandro (1986). Criminología crítica y crítica del derecho penal: introducción a la sociología jurídico-penal.
Siglo XXI.

10
Generar condiciones: Reconocer de una vez por toda la criminología como área de
conocimiento, permitiendo de esa forma que profesores con diversa formación básica
(derecho, psicología, sociología, educación, trabajo social, etc.), puedan concurrir en una
facultad, precisamente porque se dedican a la docencia e investigación en criminología. Lo
que permite integrar verdaderos equipos multidisciplinares de trabajo. Evitando con esto, que
la formación en criminología se convierta en una parcela del poder y se vea finalmente
determinada por intereses internos, ajenos a la propia formación.

Profesionalizar el sistema. Con todas las reservas y los cuidados que requiere el tema del
control profesionalizado, conviene abandonar la idea de que el sistema penal y los espacios
que lo rodean, pueden ser ocupados por voluntarios o por aquel personal excedente según
cada lugar y momento.

Reforma de planes de estudios. Tan necesarios como oportunos de cara a contar con
profesionales más dedicados a los problemas sociales, particularmente a los de la
criminalidad, los derechos humanos y la justicia penal efectiva.

Oferta de postgrado en criminología. Que permitan desde la licenciatura en


criminología, la formación postgraduada a estos u otras profesiones afines como la abogacía,
la psicología, la medicina, que les permita actualizarse o formarse en el campo y que
agreguen valor a su ejerció profesional contribuyendo con ello a una justicia penal efectiva.

Convenios. Se requiere suscribir al menos, protocolos de entendimiento entre el sistema


de educación superior centroamericano (CSUCA; FUPAC; AUPRICA), a fin de homologar
los planes de estudios que permitan incorporar al formación de la criminología en los
distintos niveles de formación. De igual manera insertarlos en el Modelo de Armonización
de los Sistemas de Educación Superior de los Países Centroamericanos, recogiendo con ello,
un modelo de ingreso y titulación de dicha carrera, que ya operan con éxito en Guatemala,
El Salvador y Costa Rica.5

Para nuestra Escuela de Ciencias Jurídicas y Políticas de la UPOLI, el reto queda asumido.

5http://www.csuca.org/docsscsuca/libros/ANALISISCOMPARATIVOYPROPOSITIVOPARALAARMONIZACION.pdf

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Artículos

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Persona y Persona Jurídica
Person and legal person

Miguel, Polaino-Orts1
Universidad de Sevilla

RESUMEN

El presente artículo es producto de una revisión bibliográfica, cuyo objetivo consistió en analizar los
conceptos de persona y personas jurídicas. Se aplicó el método de análisis, con un enfoque cualitativo, diseño
no experimental, bajo un nivel documental-bibliográfico transversal. Tras la revisión documental se encontró
que: Persona no es igual al individuo, debido a que la persona es como el Derecho, es un producto de la cultura
y no de la naturaleza, además, la persona es un concepto normativo. Se concluye que el concepto de persona es
el punto de partida de todo el sistema jurídico-penal, así como, que persona es sinónimo de libertad y que la
conceptualización de esta se debe de dar desde lo social y normativo.

Palabras clave: Derecho, Individuo, Norma, Libertad, Persona, Persona Jurídica.

ABSTRAC

This article is the product of a bibliographic review, the main objective was to analyze the concepts of
person and legal person. We used the analysis method, with a qualitative approach, non-experimental design,
at cross-sectional documentary-bibliographic level. After the documentary review we found that: Person is not
equal to the individual, because the person is like law, is a product of culture and not of nature, in addition, the
person is a normative concept. We conclude that the concept of person is the starting point of the entire legal-
penal system, as well as that person is synonymous of freedom and the conceptualization must be given from
the social and normative.

Keywords: Law, Individual, Standard, Freedom, Person, Legal Person

1ProfesorTitular de la Universidad de Sevilla, España. Departamento de Derecho Penal y Ciencias Criminales de la Facultad
de Derecho. Docente Honorario de la Escuela de Ciencias Jurídicas y Políticas de la UPOLI. Miembro Correspondiente
de la Academia Nicaragüense de las Ciencias Jurídicas y Políticas. Jurista, Autor e Investigador. (mpolaino@us.es)
Polaino-Orts, M

1. Introducción

La persona constituye, para gran parte de las construcciones filosóficas y jurídicas de la


modernidad, un punto esencial de partida. Una de esas doctrinas, de corte sociológico, es el
funcionalismo, que ha influido de manera particularmente incisiva en el ámbito del Derecho,
como antes había influido en otros ámbitos científicos, como la filología o la lingüística. De
hecho, el funcionalismo penal ha convertido el concepto de persona en una de las columnas
vertebrales sobre la cual construye su propio sistema. Junto a los conceptos de Sociedad y de
norma constituye, en efecto, la tríada de elementos fundamentales que definen el contenido
imprescindible del Derecho penal.

Desde esta óptica, la noción de persona constituye el fundamento sobre el que se asienta
todo el sistema jurídico y social, incluido el sistema de responsabilidad jurídico-penal.
Instituciones como el bien jurídico, la imputación (con todos sus principios: riesgo permitido,
confianza, imputación a la víctima, prohibición de regreso), el concepto de acción o la noción
de culpabilidad únicamente pueden definirse sobre la base del concepto jurídico-penal de
persona. Lo mismo sucede con el concepto de libertad y, para ser más exactos, de
autodeterminación (Polaino-Orts,2012). La persona es sinónimo de libertad en la medida en
que únicamente en ese caldo de cultivo de libertad se posibilita el desarrollo de las
dimensiones de la personalidad. Pero, al mismo tiempo, persona es libertad en tanto que
requiere, para ser persona, de una capacidad de autodeterminación personal que funda a su
vez las bases de la convivencia social (Polaino-Orts, 2013). Por ello, para esclarecer la noción
jurídico-penal de libertad (en el sentido de autodeterminación), es preciso partir del concepto
jurídico de persona. Para Gúnter Kakobs (2008) la persona no es un ente aislado -un
“individuo -, sino un concepto social y, además también, un concepto normativo. Ello quiere
decir que la persona no puede definirse al margen de la Sociedad (la Sociedad es
comunicación interpersonal) como tampoco puede definirse al margen de la norma
(“Sociedades acuerdo normativo”). Veamos más detenidamente estos postulados.

2. Fundamento Teórico

Persona e individuo

Por un lado, decimos que la persona no es igual al individuo (Pérez del Valle, 2004), sino
que debe distinguirse de él. La filosofía idealista hegeliana ha incidido en esa idea: el
concepto de persona no es identificable con el concepto de ser humano, sino que se mueven
en planos distintos. Esa distinción de planos también se evidencia en el más relevante
producto normativo de la Revolución francesa: la Déclaration des droits de l’homme et du
citoyen (1789), cuya intitulación ya alude por separado al “hombre” y al “ciudadano” y, en

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Persona y Persona Jurídica

general, en la construcción filosófica de los más destacados contractualistas, como HOBBES,


ROUSSEAU o FICHTE. Para ellos, y sin entrar (no es necesario aquí) en agobiadores
pormenores, Polaino-Orts (2009) refiere que la personalidad del sujeto se concibe como el
producto de un tránsito, a saber: el tránsito del mundo de la naturaleza al mundo de la
socialidad. El hombre nace, pues, con una igualdad natural, pero esa igualdad no es garantía
de una pacífica convivencia social. ¿Cómo se alcanza tal cosa? Concibiendo al ser humano
no como sujeto (natural) sino como persona (social). Oigamos, a modo de ejemplo, a
HOBBES: a su juicio, todos los hombres son iguales por naturaleza (Thomas Hobbes, 1651).
La naturaleza hace a todos los seres humanos iguales en sus facultades, de manera que nadie
“puede reclamar para sí cualquier beneficio que otro individuo no pueda reclamar con igual
derecho”. Pero la igualdad natural no puede ser fundamento de ninguna socialidad. Según lo
describe HOBBES de manera gráfica y coherente, la igualdad genera desconfianza y la
desconfianza genera guerra. De la “igualdad de dificultades surge una igualdad en la
esperanza de conseguir nuestros fines”. Y ahí surge la competencia entre los seres humanos,
que -en el fondo- viene a generar confrontación: “si dos hombres desean una misma cosa que
no puede ser disfrutada por ambos, se convierten en enemigos; y, para lograr su fin, que es,
principalmente, su propia conservación y, algunas veces, sólo su deleite, se empeñan en
destruirse y someterse mutuamente”, origen de su archiconocida concepción de la guerra de
todos contra todos, conformando de tal modo una sugerente concepción psicológica o
etológica (naturalista) de la Guerra, como la calificara brillantemente el filósofo Gustavo
BUENO, esto es: una violencia fundada en el instinto zoológico o natural del ser humano a la
agresión. La creación del Estado, de la Civitas, supone la superación de esa violencia natural
y la conformación de la persona social mediante el sometimiento a “ese gran Leviatán, o
mejor, para hablar con mayor reverencia, ese dios mortal a quien debemos, bajo el Dios
inmortal, nuestra paz y seguridad”.

La persona es, como el Derecho, un producto de la cultura y no de la naturaleza, una


superación del violento instinto natural mediante la disciplina de la sociedad. Así, como
afirma JAKOBS (2004), “la persona no es algo dado por la naturaleza, sino una construcción
social”. El sociólogo alemán HORSTER expresa esa misma idea interpretando a LUHMANN:
“el ser humano nace, la persona se socializa”. La persona es, en consecuencia, el ser humano
mediado por lo social, el sujeto socializado. Y, en definitiva, un individuo (ser humano en
estado natural) no forma parte de la Sociedad y si forma parte, es en tanto persona, y no en
tanto individuo. PIÑA ROCHEFORT (2015), estudioso de uno de los aspectos más relevantes
del concepto de persona: el concepto de rol sintetiza esa visión concluyendo categóricamente
que “el individuo jamás forma parte de la sociedad si no es como persona”, y para ser persona
ha de ser destinatario de normas, titular de derechos y obligaciones, sujeto de Derecho. Ello
nos lleva al segundo postulado mencionado: a la persona como concepto jurídico.
Persona como concepto normativo y social

15
Polaino-Orts, M

Además de una construcción social, la persona es, en efecto, un concepto normativo. Ello
quiere decir que no puede definirse el concepto de persona al margen del concepto de norma,
sino que éste es presupuesto y elemento fundamental de aquél. La norma, como hemos visto,
es el compendio de expectativas sociales, un elemento aglutinador de los derechos de los
ciudadanos. Pero también es un mecanismo dinamizador de las conductas de los ciudadanos:
aquél que quiere cumplir sus derechos y sus obligaciones adecua su comportamiento a la
norma (se comporta como un sujeto respetuoso con la norma: esto es, actúa como un
ciudadano y ejerce, con su comportamiento, civilidad, civismo) y aquél que infringe la norma
(defraudando la expectativa que la Sociedad depositó en él como ciudadano) no sólo se
comporta como un sujeto socialmente incívico (esto es: como lo contrario que un ciudadano)
sino que, además, impide que la norma pueda amparar a los demás en su efecto protector.

Que la persona sea un concepto normativo significa que los seres humanos se encuentran
en el mundo social en función de portadores de un rol (Gúnther, 2001) y en función de su rol
a cada sujeto le corresponden una serie de derechos y de deberes. Derechos y deberes
conforman el aspecto material del rol, su contenido que le da cuerpo. La orientación en
función de ese rol define al sujeto como persona, pues -por un lado- satisface la expectativa
social que se ha depositado en ese sujeto como titular de su rol y -por otro- significa que
cumple sus derechos y, sobre todo, sus deberes, posibilitando de ese modo que el
cumplimiento y el disfrute de los derechos por parte de los demás. En tal sentido, las personas
quedan integradas en el sistema social, dentro del cual desempeñan una función que
coadyuva al mantenimiento en la estructura social. La integración de la persona en el mundo
social se posibilita en tanto que el sujeto cumple sus derechos y sus deberes (esto es: en tanto
adecua su comportamiento a la norma, y -por tanto- cumple su rol y satisface sus expectativas
sociales. En definitiva, persona (en el sentido de persona en Derecho: “Rechtsperson”) es el
sujeto destinatario de derechos y deberes que -por regla general- cumple la norma,
posibilitando de ese modo que los demás ciudadanos se vean, a su vez, protegidos en sus
derechos por la tutela normativa.

Este concepto social-normativo de persona ha encontrado eco en pensadores clásicos y


modernos y en la legislación europea clásica: así, según Althusius citado en (Piña Rochefort,
s.f) la persona es el ser humano en cuanto titular de derechos, mientras que el Derecho común
prusiano alemán de 1794 afirmaba que “al ser humano se le denomina persona en tanto que
disfruta de ciertos derechos en la Sociedad civil”. También filósofo idealista alemán Hegel
(1821) acogió este concepto normativo de persona al afirmar en sus Fundamentos de
Filosofía del Derecho (de 1820) que “el mandato jurídico básico es: … sé persona y respeta
a los demás como personas”, máxima que sintetiza el sinalagma de mutuo respeto de la
personalidad, basado en el recíproco reconocimiento del otro como yo, como sujeto digno de
respeto personal-social.

16
Persona y Persona Jurídica

El tránsito del ser humano (individuo) a persona (social) representa el tránsito del estado
de naturaleza al mundo social, y tiene lugar cuando el sujeto es visto como “el destino de
expectativas normativas”, esto es, cuando participa de la estructura social, es titular de
derechos y deberes, “dispone de la competencia de enjuiciar de modo vinculante la estructura
de lo social, precisamente, el Derecho”, y adecua en lo general su comportamiento a la norma,
respetándose a sí mismo como persona y respetando a su vez a los demás como personas en
Derecho. La persona es, pues, el ser humano mediado por lo normativo, por lo social: el
sujeto que protege y posibilita la norma y -por ello- se protege a sí mismo y protege y
posibilita la personalidad de los demás.

Que el sujeto sea destinatario de normas y se le defina como portador de un rol y como
persona (persona en Derecho) es, en definitiva, punto de partida para la definición y la
protección de los derechos de los ciudadanos y el primero de ellos: la libertad. Las normas
se dirigen a personas, las acciones y omisiones son cometidas por personas, los derechos y
deberes son poseídos por personas, etc. Normas, acciones, omisiones, derechos, deberes…
son conceptos jurídicos que exigen un sujeto con personalidad jurídica. Desde esta
perspectiva, las nociones de individuo y de persona no son propiamente sinónimos, sino
conceptos que se refieren a planos diferentes: individuo sería equivalente a ser humano, esto
es: un sujeto que se halla en el mundo natural, mientras que la persona, en tanto titular de
derechos y de obligaciones, viviría necesariamente en el mundo social, donde se desarrollan
las relaciones jurídicas entre personas en Derecho. Las personas son, pues, “un centro de
imputación de las relaciones jurídicas” (De Cossío, 1991).

Características del concepto funcional de persona

Persona significa persona en Derecho (Rechtsperson), en tanto se define en función del


contenido de su personalidad: esto es, según el conjunto de derechos y deberes jurídicos que
caracterizan dicha personalidad y que fijan la posición del sujeto en el mundo social. Ello
significa tres cosas esenciales:

- De un lado, el concepto de persona es netamente jurídico, normativo, y no una


categoría natural, perjudica u ontológica.

- De otro, la noción de persona (persona en Derecho) es una magnitud


graduable: existirán conceptos más amplios y otros más angostos de persona en
función del contenido de derechos y de obligaciones que de que disponga el sujeto en
cada momento concreto (Gúnther, 2011).

- Finalmente, el concepto de persona también se puede delimitar ex negativo: si


la persona gana en personalidad en tanto disponga de derechos y deberes, la ausencia
de derechos y deberes menguará proporcionalmente el concepto de persona, hasta el
17
Polaino-Orts, M

punto de su reducción al máximo jurídico permisible. (No otra, es, por cierto, la idea
de la caput y de la capitis deminutio del Derecho romano). En este punto me quiero
detener un poco más a continuación.

Graduaciones minorativas del concepto de persona

Dos son, esencialmente, los estadios de la graduación a la baja de la personalidad jurídica:


la de personalización y la despersonalización. En puridad, únicamente la primera de ellas
constituye una forma de minoración de la personalidad, mientras que la segunda integra, más
bien, una forma de supresión de la personalidad. La pena -toda pena- supone, en realidad, un
aminoramiento de la personalidad del sujeto, en la medida en que acorta o cercena un derecho
perteneciente a la personalidad del autor. Así, la pena de multa limita su derecho de propiedad
como la pena de prisión coarta su derecho a la libertad. Tales derechos resultan, en tales casos
y en la medida en que legalmente se establezca, hetero administrados por el Estado,
precisamente porque el autor del delito, al incurrir en éste, demostró incapacidad para
gestionar tales derechos de un modo respetuoso para con la personalidad de los demás dentro
del Estado de Derecho.

Por su parte, la despersonalización no es sino la sublimación de la minoración de la


personalidad. El sujeto que, por la gravedad de su delito, se hace acreedor a ella, malogra de
tal modo su personalidad que queda privado de ella, eliminándoseles sus derechos. Este
modelo de supresión de la personalidad se correspondía como el máximo grado de la capitis
deminutio romana, que suponía la extinción de la personalidad civil por pérdida de los
derechos derivados de la caput, especialmente, por pérdida del status libertatis, que en la
práctica representaba también la pérdida de la ciudadanía y de la familia, después de que, en
sus orígenes, tuviera un cometido más simbólico, pues expresaba la exclusión de una persona
de las listas de los ciudadanos, de los censos y sus efectos se equiparaban a la muerte natural
(Gutiérrez Alviz, 1948).

Más modernamente este modelo fue, por ejemplo, defendido en la historia de la Filosofía
por Johann Gottlieb FICHTE en su obra Grundlage des Naturrechts nach Prinzipien der
Wissenschaftslehre (“Fundamentos del Derecho natural según principios de la teoría de la
Ciencia”), aparecida en el año 1796, en la que aborda la problemática de la lesión del contrato
o pacto social que habilita a la persona para vivir en Sociedad. A juicio de FICHTE (1960),
“quien lesiona el contrato ciudadano en un punto donde en el contrato se contaba con su
prudencia, sea voluntariamente o por imprevisión, pierde estrictamente de ese modo todos
sus derechos como ciudadano y como ser humano, y queda completamente privado de
derechos”. La postura de FICHTE ahonda en la línea rousseauniana. El pacto social presenta
una virtud absolutamente constitutiva. El ciudadano adquiere todo su estatus personal por
obra y gracia del contrato social. Únicamente ese pacto social tiene la virtualidad de proteger
la personalidad en Derecho. El pacto genera, pues, libertad y seguridad, y la existencia de ese
18
Persona y Persona Jurídica

contrato social es el único fundamento firme sobre el que se puede construir una relación
jurídica entre las personas. En este contexto, considera FICHTE que “todos los derechos de
que dispone el ciudadano los tiene únicamente bajo la condición de que los derechos de los
restantes ciudadanos son protegidos ante él (scil. el pacto social)”. Si esto no fuera así, es
decir, si un sujeto pusiera en riesgo a los demás ciudadanos, “ya sea por su voluntad
manifiestamente antijurídica, ya por su imprudencia, entonces el contrato queda aniquilado”,
y -como consecuencia de ello- decae el Derecho, esto es, “ya no tiene lugar más la relación
jurídica fundada por el contrato social entre él y el resto de los ciudadanos”.

De manera correlativa a la importancia trascendental, constitutiva, del pacto social (sin


pacto no hay personas, ni relación jurídica, ni vida, ni libertad, ni seguridad), su transgresión
no puede por menos que considerarse como el más grave atentado contra la socialidad y la
más grave traición a la vida comunitaria. En tanto tal, la infracción del pacto tiene como
consecuencia que el infractor se excluye plenamente de él, por poner en peligro o lesionar la
base misma de la convivencia social. En este sentido, sostiene FICHTE que “todo delito
excluye (scil. a quien lo realice) del Estado”, de manera que “se convierte en un pájaro libre,
esto es, su seguridad queda tan poco garantizada como la de un pájaro, ex lex, hors de la loi”.
La exclusión del sujeto que infringe el pacto social ha de (poder) ser ejecutada, según señala
FICHTE, mediante el poder estatal.

Frente a la contundente tesis de FICHTE (la pena de toda infracción del pacto es la muerte
civil: la privación íntegra de todos los derechos) y a sus argumentos en pro del contrato social,
añade el autor una antítesis, que viene a establecer una vía de escape, una excepción que -
como apunta Gracia Martin ( 2005) - es introducida por FICHTE para atemperar el rigor de la
exclusión por infringir el pacto social: esa excepción viene constituida por el “contrato de
expiación”, “purgamiento” o “penitencia” (Abbüßungsvertrag), que -como decimos- supone
un correctivo a la exclusión social y a la muerte civil que la exclusión del pacto significa
(Gúnter, 2006).

En efecto, en medio de su discurso de claridad y de rigor contundentes, pareciera que


FICHTE toma conciencia de la excesiva rigurosidad de la exclusión social por infracción del
pacto, de manera que prevé la posibilidad de que el Estado concediera a los infractores una
segunda oportunidad, substituyendo las penas de exclusión absoluta por otras en las cuales
se pudiera mantener de alguna forma la personalidad de los infractores y su condición de
miembros del Estado. En el fondo, según señala FICHTE, el mismo Estado tiene un interés
primordial en la conservación de sus miembros, y éstos tienen a su vez un interés en salvar
su personalidad y en no ser privados íntegramente de sus derechos.

Conforme a ese contrato de expiación, purgamiento o penitencia se pretendía encontrar


un substitutivo menos drástico a la pena de muerte civil que corresponde al infractor. “Este
contrato -dice FICHTE- es útil para todos (para la totalidad del Estado), incluso para el
19
Polaino-Orts, M

individuo”. El contenido del contrato es, según FICHTE, el siguiente: “todos les prometen a
todos que ellos, hasta donde ello sea compatible con la seguridad, no quieren ser excluidos
por el Estado debido a sus delitos, sino que les sea permitido purgar esa pena de otra manera”.
Por lo demás el contrato de expiación se condiciona al hecho de que otra forma de cumplir
la pena sea más favorable para el mantenimiento de la seguridad del Estado para los
ciudadanos.

Al margen de los problemas jurídicos que plantea la articulación de tan atípico contrato
(ante todo, la paradoja: ¿cómo puede formalizarse un contrato jurídico, con efectos sociales,
con quien ha sido excluido totalmente del contrato social, esto es, con quien carece totalmente
de derechos y no es reconocido como sujeto idóneo de entablar relación jurídica alguna?
(Gúnter, 2006) ; pero también: ¿no se atiende en absoluto a la gravedad de la infracción?), en
este trabajo nos interesa la excepción a la posibilidad de redención de la pena de exclusión
social. A juicio de FICHTE, hay un infractor que queda excluido del contrato de expiación: el
asesino.

En efecto, la despersonalización del reo de asesinato intencional y premeditado es


absoluta, de manera que dicha infracción no es expiable en ningún caso. La razón de esta
excepción a la posibilidad de purgar la pena por la infracción del pacto con otra pena que la
muerte civil consiste en lo siguiente: “quien ha matado, de él es de temer que pueda volver a
matar de nuevo. Pero el Estado no tiene el derecho de obligar a nadie a poner su vida en
peligro. Por ello, no puede obligar a nadie a hacerse cargo del control sobre un asesino, el
cual para poder enmendarse ha de disponer de una concreta libertad; ni asimismo obligar a
los demás a soportar a un asesino para procurarse una mejora”. En ese caso, pues, no cabe
más solución que decretar la muerte civil, esto es, la pérdida absoluta de derechos, la cual
constituye -según anota FICHTE- “más grande declaración que ordenar hacer un Estado frente
a un espíritu razonable”. En dicha declaración, el poder del Estado frente al asesino es
absoluto e ilimitado: del asesinato como declaración de enemistad resulta inexorablemente
“el tratamiento completamente arbitrario del condenado”, esto es, “al condenado se le
declara ser una cosa, una pieza de ganado”.

En la actualidad no existen modelos teóricos ni normativos que defiendan la


despersonalización del sujeto. Podría pensarse, como últimos reductos a este respecto, en los
estados donde se reconoce aún la pena de muerte, llamada históricamente pena capital por el
mismo motivo que la capitis deminutio aminoraba, en el Derecho romano, la personalidad
del sujeto: la libertad y la ciudadanía, en su máximo grado; la ciudadanía sin perder la
libertad, en el grado medio; o conservando la ciudadanía y la libertad, pero estando sometido
a la adopción o la abrogación operándose el cambio de familia.

Inexistiendo en la actualidad, en nuestro entorno cultural y científico, un modelo de


despersonalización, hemos de limitarnos, pues, a la justificación de la despersonalización,
20
Persona y Persona Jurídica

esto es: a hallar el motivo jurídico -la ratio- que determine dicha minoración personal. A este
respecto, y a la vista de la base empírica que nos ofrece la descripción típica de los tipos
penales, JAKOBS, más de tres décadas atrás, de Derecho penal del ciudadano y de Derecho
penal del enemigo, como dos polos opuestos en los que el primero se refiere al delincuente
que infringe la norma y recibe una pena (aminorándose de tal modo una porción de su
personalidad) y el segundo al empleo de un plus de aseguramiento normativo y hetero
administrativo que es necesario aplicar al delincuente para el que no basta el tratamiento
coactivo usual sino uno de mayor intensidad. Este último estatus se corresponde, en términos
jurídico-penales, con el concepto de enemigo, que se halla en la base del concepto de Derecho
penal del enemigo y que supone la mayor pérdida de personalidad por parte del sujeto que,
con su comportamiento personal, da muestras de incapacidad de gestión, haciéndose acreedor
a una más intensa hetero administración personal por parte del Derecho.

En definitiva, las nociones de persona y de enemigo son, desde este punto de vista, polos
opuestos: una es la contrapartida del otro, uno es el contrapunto del otro, de suerte que sus
contenidos materiales se exigen tanto como se repelen: persona (en Derecho) es quien,
ejerciendo cotidianamente civilidad, facilita el respeto de la personalidad ajena; enemigo es
quien, desprestigiando la norma mediante el ejercicio del desdoro normativo, impide que los
demás sean personas en Derecho y ejerzan pacíficamente sus derechos.
Persona y rol social

Los seres humanos se encuentran en el mundo social, como ya hemos dicho, en función
de portadores de un rol (Gúnter, 1994). Sobre la base de ese rol, a cada sujeto le corresponde
administrar un determinado segmento de la realidad. Así, por ejemplo, hay sujetos a los que,
en función de su posición en el mundo social, les corresponde desempeñar el rol de taxista,
de magistrado, de panadero, de bombero, de padre de familia, de conductor de autobuses
municipales o de obrero de la construcción. No en balde, según Ramos Chaparro (1995) el
origen etimológico del concepto de persona lo identificaba precisamente con la “máscara”,
de donde ha surgido un “influjo taumatúrgico” que ese sentido etimológico “ha ejercido sobre
los juristas” (Hernández Gil, 1966). Eso significa que el rol es algo así -digámoslo trivial,
pero gráficamente- como la etiqueta colocado en la solapa de cada sujeto, que le identifica
socialmente y le indica su posición en el mundo social. Éste, el mundo social, es un ente
colectivo gestionado por un grupo limitado, pero numeroso de personas. Pero cada sujeto
individual no gestiona el mundo social in toto, en su integridad, sino una parcela muy limitada
de la realidad: así, el taxista no responde de que se dicten sentencias injustas, ni el panadero
es responsable de que los autobuses municipales funcionen irregularmente y lleguen tarde a
sus destinos.
El punto de partida en el mundo social es, pues, el reconocimiento del rol de cada uno: de
la posición que cada sujeto ocupa en la realidad. Esto es: saber qué función desempeña cada
persona en la vida, o -para decirlo gráficamente- determinar qué etiqueta tiene colocada en
la solapa. Y, sobre la base de ese reconocimiento, ya podremos saber a quién hemos de
21
Polaino-Orts, M

responsabilizar del hecho de que se dicten sentencias injustas o de la eventualidad de que los
autobuses municipales funcionen irregularmente. No de lo primero no responsabilizaremos
al taxista, sino precisamente al magistrado a quien correspondía administrar ese rol social
conforme a las expectativas sociales (esto es, conforme a lo que se esperaba de él como
magistrado) y de segundo no haremos responsable al panadero sino al funcionario municipal
(delegado del alcalde, gerente de urbanismo o de transportes) que tenga a su cargo la gestión
de esa parcela de la realidad. En resumen: el rol social que cada uno desempeña nos da la
medida de su responsabilidad en la gestión de cada parcela social.

Contenido del rol: haz de derechos y deberes

Pero cabe preguntarse: ¿Qué se espera (socialmente) del magistrado como magistrado?
¿O qué aguardamos del rol de gerente de transportes o urbanismo en tanto gestor de la línea
municipal de autobuses? Pues aguardamos que hagan bien su trabajo. Y ¿qué es hacer bien
su trabajo? Muy sencillo: cumplir con las expectativas sociales, o sea, cumplir con lo que
socialmente se espera de él: que dicten sentencias justas, que nos den judicialmente la razón
cuando la tenemos, que los autobuses (colectivos) sean limpios, seguros, puntuales, etc….

De lo anterior se desprende una idea básica: el rol identifica a cada sujeto en el mundo
social, sí, pero también sirve para que los demás ciudadanos sepan a qué atenerse. Eso
significa que el rol social no es algo que sólo sirve para el titular del mismo, sino que sirve
también para los demás. Porque sabiendo el rol que desempeña, por ejemplo, el magistrado,
puedo saber cuándo he de reclamarle el incumplimiento de su rol (si, por ejemplo, me
perjudica injustamente en una resolución judicial) o cuando se le ha de retribuir
correctamente el correcto ejercicio de su función judicial (por ejemplo, aumentando mi
confianza en la Administración de Justicia, cuando resuelve en mi favor, asistiéndome el
derecho sobre una cosa).
Conforme a este esquema básico de interrelación social, el rol que en sí no es más que una
máscara (aspecto formal: esa “etiqueta en la solapa” de que hablábamos antes), se rellena de
una lista, de un haz de derechos y de deberes, esto es, se rellena de un contenido (aspecto
material), de manera que el rol (la etiqueta, lo formal) sin el contenido es un papel mojado,
no es nada, es un nullum social. Veamos algunos ejemplos donde podremos observar que, en
efecto, a cada rol social se le atribuye una serie de derechos y de obligaciones:
El ciudadano que desempeñe el rol de taxista dispondrá, por ejemplo, del derecho
municipal a cobrar el correspondiente precio por transportar a un viajero de un sitio X a un
sitio Y, y –a su vez- tendrá la obligación de pagar las tasas municipales correspondientes al
ejercicio de tal labor, etc. Al que ostente el rol de bombero, por ejemplo, se le vinculará la
obligación de proceder de la manera más expedita en caso de incendio para procurar extinguir
los mismos, rescatar a las personas que se hallen en los inmuebles, etc., y –al propio tiempo-
dispondrán del derecho a ver reconocida su labor con la gratificación dineraria y honorífica
que prevea la autoridad competente. Al rol de padre se le atribuyen, por su parte, una serie
22
Persona y Persona Jurídica

de derechos (el derecho de conceder su propio apellido a su vástago, derecho a disfrutar de


su paternidad en las horas pertinentes, derecho a ser titular de la patria potestad, etc.), pero
también se vinculan al rol paterno-filial una serie de obligaciones: ante todo, el deber de
alimentar al menor de edad y de procurar su cuidado adecuado e integral (alimento,
vestimenta, etc.), el deber de protección, etc.

En resumen: Todo rol se compone de manera imprescindible de un aspecto formal (una


“etiqueta en la solapa”) y de un aspecto material: el haz de derechos y deberes
convencionalmente (socialmente) asociados a ese rol. Y esa dual estructura (formal-material)
sienta las bases para la comunicación social, para la interrelación de los seres humanos en el
mundo social.
El rol como delimitador de esferas de competencia

El rol -esa “etiqueta en la solapa”- identifica, por tanto, a cada sujeto en la Sociedad, pero
además da la medida para la propia responsabilidad. ¿Por qué es ello así? Pues porque cada
rol fija o determina un ámbito o esfera de competencia personal, un ámbito en el que cada
sujeto es gestor: se trata de ese segmento de la realidad que cada uno ha de gestionar, de
acuerdo a su rol. Si lo hace correctamente, entonces afianza las expectativas sociales; pero
si administra incorrectamente ese sector de la Sociedad, entonces ésta se lo demanda, para
decirlo parafraseando la conocida fórmula sacramental: “Si lo hicieres, que Dios te lo premie;
y si no, que Dios te lo demande”. Con el rol social sucede igual: Su se cumple el rol, la
Sociedad te premia con la confianza de los demás; si lo incumples, la Sociedad te lo demanda
imputándote una responsabilidad por la gestión incorrecta del segmento social asociado al
rol en cuestión.

¿Qué significa todo eso? Pues significa que el rol (aspecto formal) más su contenido de
derechos y deberes (aspecto material) definen en la Sociedad determinadas esferas de
competencias personal, esto es, ámbitos cuya gestión se concede a quienes ostenten un
determinado rol (y, por tanto, a personas a quienes obligan determinados deberes y asisten
determinados derechos). Por ejemplo: podríamos decir, de manera genérica, que el Estado
de garante de la vida de sus ciudadanos, y -por ello- ha de velar por su seguridad, ha de
procurar carreteras fiables, semáforos que funcionen correctamente, etc. Pero si un bebé
muere por inanición ¿a quién se responsabiliza de esa muerte? ¿al Estado? No, o no
necesariamente. ¿Por qué? Pues porque el Estado delega el deber de protección de ese menor
a una esfera de competencia ajena, concretamente: a aquellos sujetos en quienes recaiga el
rol de padre (o de madre). El rol de progenitor, el rol de padre o de madre, delimita -por tanto-
una esfera de competencia personal: un ámbito que queda definido por la relación
paternofilial, de manera que en aquel en quien recaiga el rol ha de cumplir sus obligaciones
(y puede gozar sus derechos) para evitar que su gestión -la gestión de la que él es competente-
desemboque en un curso lesivo. Si gestiona el ámbito de la realidad correctamente, o sea, si
ejerce con acierto el rol de padre, entonces la Sociedad se lo premia (es un “buen padre de
23
Polaino-Orts, M

familia”). Pero si lo hace incorrectamente, la sociedad -el Estado- se lo demanda. Y se lo


demanda porque ese sujeto, el titular del rol de padre, gestionó defectuosamente su ámbito
de competencia, de manera que si no alimenta al bebé y éste muere por inanición, la muerte
se ha producido dentro del ámbito de organización (esfera de competencia) del padre y por
ello se le ha de reprochar esa administración defectuosa e incorrecta que defrauda (quiebra)
las expectativas sociales que de él se esperaban.

Dentro de la esfera de competencia personal de cada sujeto impera, esencialmente, un


criterio de libertad, lo que significa lo siguiente: cada sujeto es libre de adecuar su conducta
a las expectativas vinculadas a su rol o no; esto es: cada sujeto es libre de cumplir con su rol
o no. Pero, en tanto ser social, ha de saber que, si administra adecuadamente su rol, la
Sociedad se lo premia; pero si lo gestiona defectuosamente, la Sociedad se lo demanda en la
medida de su defraudación.

En resumen: el rol define la posición que cada sujeto cumple en el mundo social, y además
pinta, delimita, da la medida de su propia esfera de competencia. En función de los deberes
y derechos que definan un rol, el titular de este será responsable o no de una gestión adecuada
al rol o infractora de él, porque en esa esfera el titular del rol viene a obligado a hacer algo
(incumbencia), esto es, ostenta la competencia para gestionar un determinado ámbito de
organización

Clases de roles (comunes y especiales) y concurrencia de roles

Hasta ahora hemos dicho que a cada sujeto corresponde una función en la Sociedad, y que
esa posición viene determinada por su rol, por el rol que desempeña cada sujeto en el mundo.
De este planteamiento se podría extraer una consecuencia errónea, a saber: que a cada sujeto
le corresponde un solo rol. Nada más lejos de la realidad. Lo cierto es que, por lo general, las
personas desempeñan en el mundo dos o más roles simultáneamente, o -al menos- que cada
sujeto tiene dos o tres máscaras que pueden usar indistintamente, dos o tres etiquetas que
pueden ponerse sobre la solapa una junto a la otra. Por ejemplo, nada impide que el
magistrado sea al mismo tiempo magistrado y padre de familia, o que en un sujeto concurran
el rol de taxista y el de presidente de su comunidad de vecinos, o que otro sujeto sea al tiempo
dueño del colectivo, conductor del mismo y tributado a la Hacienda pública.

Esa dualidad o multiplicidad de roles, esa eventual concurrencia de roles en un mismo


sujeto se explica por la existencia de dos clases de roles distintas: los roles comunes y los
roles especiales. A ellos nos referimos brevemente.

- El rol común es aquel que afecta a todo sujeto en la Sociedad: así, puede
citarse el rol de pagar a hacienda, o el rol de socorrer a quien se halla desamparado y
en situación de peligro, pudiendo hacerlo sin riesgo propio ni de tercero. Se trata de
24
Persona y Persona Jurídica

un rol de solidaridad mínima, que afecta a todo ciudadano que se encuentre en el


mundo social, sin distinciones de ningún tipo.
- Por el contrario, los roles especiales son los que obligan únicamente a aquellos
sujetos que se encuentren en una posición especial, concreta, determinada, que les
distingue y le individualiza frente al resto de ciudadanos: por ejemplo, el rol de
funcionario público, el rol de padre, etc. Por ello, no son deberes de solidaridad
mínima, sino deberes de garante, porque generan una incumbencia singular,
específica, a la que únicamente se puede llegar mediante la titularidad del rol especial.

El rol común asiste a todo el mundo. El rol específico a determinadas personas. Pero a
aquellas personas a quienes incumbe un rol específico, no por ello dejan de tener su rol
común. Otra cosa es cómo se sancione la infracción del rol por parte de ese sujeto. En
ocasiones, a efectos de la “demanda social”, esto es, de la retribución o castigo por infracción
del rol, el rol especial prima sobre el general porque normalmente aquél ya incluye o
presupone a éste: por ejemplo, el padre de familia que no alimenta al hijo menor que fallece
a resultas de su inanición, no responde por un delito de omisión del deber de socorro (a pesar
de que el hijo se hallaba desamparado y en situación de peligro), sino responde por un delito
que engloba a esa infracción de solidaridad mínima: el homicidio del niño, es decir: responde
(por omisión del deber de garante) como si hubiera causado la muerte del niño activamente,
tirándolo por el balcón o clavándole un puñal en el pecho.

Funciones del ejercicio de un rol


Quien ejerce su rol adecua su comportamiento a la norma. El ciudadano que tributa
fielmente a la Hacienda pública o el padre que alimenta a su hijo están cumpliendo con sus
respectivos roles, a saber: el rol de ciudadano correcto con el fisco y con el rol de padre. Esto
es, están realizando exactamente aquello que socialmente se esperaba de ellos. Precisamente
por eso, el cumplimiento del rol desempeña las mismas funciones que se atribuyen al
concepto de norma jurídica: de un lado, el afianzamiento de las expectativas sociales y, de
otro, el fomento de la capacidad de orientación normativa. Veámoslo con algún ejemplo.

Cuando un ciudadano cumple con todas sus obligaciones fiscales, paga religiosamente sus
impuestos a la Hacienda Pública, mantiene toda su documentación en regla, etc. está
indicando que su comportamiento no difiere en nada del que se espera de él. Su actitud, pues,
no difiere en nada de la expectativa asociada al rol de ciudadano, de “persona en Derecho”
(Rechtsperson). El ciudadano que cumple su rol y respeta la norma se está respetando a sí
mismo como ser social, y al tiempo muestra su fidelidad y respeto a los demás como personas
en Derecho. El rol, que es algo normativo y no arbitrario, es la más oficial representación de
las expectativas sociales. En el rol se condensan y se hace efectiva la institucionalización de
las expectativas sociales establecidas en la norma, conforme a un parámetro de división social
en función de los diversos ámbitos de competencia. El sujeto que, adecuando su
comportamiento a su rol, cumple la norma está comunicando el mensaje de que, en lo que a
25
Polaino-Orts, M

él respecta, pueden los demás ciudadanos y la Sociedad en su conjunto confiar plenamente.


Por ello, no solamente afianza la expectativa que de él se tenía como persona en Derecho
(indicando con su comportamiento que la expectativa permanece vigente) sino que, por
añadidura, fomenta que los demás ciudadanos lo tomen en serio como interlocutor social, de
manera que con él se puede seguir contando en la Sociedad y puede seguir siendo un referente
en cuanto al cumplimiento de la norma: con otras palabras, el sujeto que cumple su rol
respetando la norma fomenta con su propia fidelidad al Derecho la capacidad de los
ciudadanos para orientar su conducta a la norma, esto es, para tomar a la norma como guía
o referente del propio comportamiento personal.

Pero además el rol tiene un efecto directo sobre el propio titular: la creación de un ámbito
de libertad donde el titular puede sentirse seguro, porque le inmuniza y le blinda frente a la
imputación de lesiones de ámbitos de organización ajenos. Por ello, el ejercicio del rol es una
garantía para quien lo ejerce, porque se está situando de parte de la norma, afianzando con
ello las expectativas sociales y fungiendo como referente para la orientación normativa. Así,
el magistrado ha de adecuar su comportamiento al rol de magistrado, que se integra de una
serie de derechos y de obligaciones que definen su posición en el mundo social: en esencia,
debe aplicar la norma a un caso de la realidad y resolver ese supuesto con criterios de justicia.
Si cumple con su rol, dictando una sentencia justa, no sólo afianza la expectativa que se tenía
depositada en él como actor de la justicia, sino que posibilita que los demás ciudadanos y la
Sociedad en su conjunto le sigan estimando como ser fiel a la norma y en quien se puede
seguir confiando para la Administración de Justicia. Y el cumplimiento del rol por parte del
magistrado (dictar una sentencia justa) le proporciona un espacio de libertad personal en el
que se ve libre frente a una eventual imputación ajena al mismo (por ejemplo, por
prevaricación). El ejercicio del rol, pues, le blinda al titular frente a cualquier intento de
desaprobar su gestión como titular de ese rol.

Esa idea es acorde con que el rol delimita un determinado ámbito de competencia. Esto
es: en función de los derechos y deberes de cada uno, se crea en cada ciudadano un ámbito
en el que puede ejercer libremente sus derechos sin sufrir agresión injusta por parte de nadie,
pero, también, se crea un ámbito en el que ha de gestionar también sus obligaciones de
manera correcta, esto es, adecuada a un rol, si quiere seguir gozando del calificativo de
persona en Derecho

Persona Jurídica como persona en Derecho

De lo dicho hasta ahora queda una cosa clara. La personalidad jurídica -la personalidad
en Derecho- no depende de los condicionantes físicos externos, ni de los internos o
psicológico, del sujeto, de si es hombre o mujer, alto o bajo, feo o guapo. Tampoco de si es
una persona física o una persona jurídica. Lo relevante es, por tanto, que sea destinatario de

26
Persona y Persona Jurídica

normas jurídicas, titular de derechos y de obligaciones, y sea -por tanto- capaz de albergar
responsabilidad (también penal) por la infracción de los deberes inherentes a su rol.

Estas frases, quizá apresuradamente concluyentes, no pueden soslayar, sin embargo, la


existencia de un amplio debate que en torno a la controvertida naturaleza de las personas
jurídicas se ha desarrollado en la Teoría General del Derecho desde el siglo XIX hasta el
presente (Holder, 1905). Aun a riesgo de incurrir en un excesivo superficialísimo, pero
obligados por los límites espaciales de este trabajo, Bacigalupo (1999) establece que pueden
esbozarse las principales teorías (y sus postulados) sobre la naturaleza de las personas
jurídicas de la manera siguiente.

La teoría de la ficción legal o de la persona ficta, que propiamente hunde sus raíces en la
Edad Media y que fue reelaborada en el siglo XIX por SAVIGNY (1840), considera que la
persona jurídica no es sino una mera suma de individuos, de suerte que no existe una
personalidad jurídico-real propia de la persona jurídica (sólo la persona individual la tiene),
siendo la de aquella una voluntad puramente ficticia.

Por su parte, IHERING y WINDSCHEID sostuvieron la teoría de la ficción doctrinal, para la


cual sólo el hombre -el ser humano de carne y hueso- es persona en Derecho. La persona
jurídica no posee, desde este punto de vista, substantividad alguna, ni real ni fingida. Y ello,
aunque pueda reconocerse la existencia de un patrimonio colectivo, que únicamente tiene el
sentido de goce o disfrute, mas no de pertenencia de derecho, que sólo puede ser
individualmente atribuido.

Frente a ellas se erigen las llamadas teorías realistas, para las que las personas colectivas
son sujetos de derechos, al reunir los requisitos y condiciones para actuar con relevancia en
el Derecho, y ello no por una creación artificial de la ley sino por virtud de su propia
naturaleza y constitución. Dentro de este grupo de doctrinas se reconocen varias
subformulaciones: unitarias, orgánicas o formalistas. La tesis del “principio de unidad”,
propugnada por ZITELMANN, resalta la característica de la unidad en la pluralidad personal.
La “tesis orgánica”, sostenida por GIERKE (1868), postula que la persona jurídica es una
persona real colectiva, mientras que la “tesis formalista”, sustentada por FERRARA, entiende
que el Derecho configura formalmente un fenómeno empírico bajo la configuración de
persona jurídica. En definitiva, aunque con una argumentación diferente estas teorías arriban
a un mismo destino: el reconocimiento de que la existencia real de la persona jurídica, que el
Ordenamiento se limita a reconocer; la realidad previa de la persona jurídica es una realidad
social; la constatación de esa realidad es el dato que fundamenta su reconocimiento jurídico;
la realidad social y jurídica de la persona jurídica es independiente de la de cada uno de sus
miembros integrantes (Antón Oneca, 1949).

27
Polaino-Orts, M

La determinación de la naturaleza de la persona jurídica es la base sobre la que se ha


asentado secularmente la discusión en torno al reconocimiento de su responsabilidad penal.
La mayoría de la doctrina se opuso (consagrando el axioma societas delinquere non potest),
desde inicios del siglo XIX, a ese reconocimiento esgrimiendo la triple incapacidad, ya
manida: incapacidad de acción, incapacidad de culpabilidad, incapacidad de pena. Es
paradigmática, a este respecto, la postura de coincidiendo con el postulado de VON
FEUERBACH (1989), para quien “sujeto de un crimen sólo puede ser: I) Un individuo; II) Un
individuo que sea súbdito, y III) Un súbdito obligado por la ley penal del estado”, añadiendo
que “únicamente el individuo puede ser sujeto de un crimen, no pudiendo serlo jamás una
persona moral (societas, universitas o collegium). Cualquiera sea la Sociedad, sólo los
individuos son los criminales, aun cuando todos los miembros hayan querido que se ejecute
el crimen, puesto que una sociedad sólo se crea debido a un determinado objetivo como
persona moral y existe sólo en función de éste, los miembros individuales no actúan como
sociedad cuando lo hacen con el fin de la sociedad, sino con una finalidad diferente”.
Minoritaria fue la postura contraria, que encontró en VON LISZT a su más firme defensor: su
conocido argumento, según el cual quien puede concluir contratos válidamente (y una
persona jurídica puede hacerlo) puede contraer también contratos fraudulentos o usurarios
que sean constitutivos de delito (Von Liszt & Schmidt, 1932).

La acuciante proliferación de la criminalidad de empresa (para seguir la terminología


propia de la doctrina alemana: “Unternehmenskriminalität”) evidenció, hace unas décadas,
la necesidad de reintroducir el debate en la doctrina contemporánea y, especialmente, el
planteamiento de si las viejas y rígidas estructuras de la teoría del delito, cuyos postulados
hunden sus raíces en el siglo XIX, pueden adaptarse a las nuevas realidades o si, por el
contrario, se requiere de una nueva teoría del delito, creada ex novo, de nuevo cuño, sin los
lastres ontologicistas y naturalísimos con que fueron configuradas desde hace dos siglos.

Modernamente se admite la capacidad penal de las personas jurídicas o morales en el tanto


en Derecho penal portugués (Días, 1995) como también en el Ordenamiento jurídico francés,
desde la aprobación del nuevo Código penal de 1992 (en vigor desde 1 de marzo de 1994).
Ya en el nuevo milenio, desde 2010 lo reconoce la legislación española y, por ejemplo, desde
2014, la mexicana. “En el Derecho penal alemán moderno se esgrimen, en fin, razones de
utilidad social y de política-criminal” (Heine, 1995), que postulan que un Derecho penal al
quite de los tiempos no pueden concebir que determinada criminalidad de empresa quede en
la impunidad por la rigidez de los principios inspiradores del sistema de imputación y de
sanción, cuyos criterios rectores habían -de esta manera- de ser flexibilizados, conforme a un
progresivo criterio de normativización, en el seno de un sistema funcionalista.

A este respecto, la construcción más audaz se debe a GÓMEZ-JARA (2005), expuesta en


diversos trabajos, ya desde su tesis doctoral, y que se halla encaminada a la perfilar un modelo
constructivista de autorresponsabilidad empresarial, que encuentra su fundamento en el
28
Persona y Persona Jurídica

concepto de “ciudadanía empresarial” (Corporate Citizenship) entendida como un ciudadano


corporativo fiel al Derecho, y se compone de diversos elementos que articulan dicho modelo
de atribución de responsabilidad: la competencia empresarial, la imputabilidad empresarial,
la culpabilidad empresarial, la concreción de una pena empresarial acorde a un delito
empresarial, a una responsabilidad por el hecho empresarial, a un injusto y a una culpabilidad
empresariales, a un dolo empresarial, a una intervención delictiva empresarial… Este modelo
constructivista de autorresponsabilidad empresarial resulta, en fin, más acorde a los
postulados del Derecho penal moderno, en el que la persona jurídica, es exactamente igual
que la persona física, un ciudadano (una persona) cuya fidelidad a la norma determinará la
satisfacción de las expectativas sociales en él depositados y cuya infracción normativa será
el parámetro de su responsabilidad penal. Un paralelismo más que evidente existe entre la
persona jurídica como centro de imputación y la figura del delito de organización o, para
emplear una expresión grata a los criminólogos, a la criminalidad organizada. Con ello quiero
concluir el desarrollo de mi exposición.

Criminalidad organizada como persona jurídica

Desde el punto de vista dogmático reciben la denominación de delitos de organización


aquellas figuras consistentes en la agrupación de varias personas (generalmente: dos o más,
o tres o más, según los ordenamientos) con el fin de cometer un delito ulterior. Se les llama
delitos de organización porque el injusto consiste, precisamente, en la conformación de una
organización idóneamente delictiva, esto es: de una empresa idónea para cometer delitos y
cuya finalidad es la comisión de futuros injustos. A estas figuras se les denomina también
delitos de estatus, pues en ellos se sanciona a unos sujetos por el hecho de pertenecer a la
organización, o sea: por tener el estatus de ser miembros de la mencionada organización.
Dejando de lado antecedentes más remotos (como la figura del pandillaje o el fenómeno
del bandolerismo, tan típicamente español), los delitos de organización en la legislación
española se han dividido tradicionalmente en asociaciones ilícitas y en bandas armadas o
terroristas, la LO 5/2010, de 22 de junio (BOE: 23 de junio), en vigor desde 24 de diciembre
de 2010, ha operado una profunda modificación de los delitos de organización. Al margen
de la reunión y la manifestación ilícita (que no constituyen propiamente tipos de
organización, sino más bien supuestos de extralimitación o abuso en el ejercicio del derecho
constitucional de reunión), podríamos decir, en una resumida visión de conjunto, que
coexisten en esta sede, al menos, cuatro modelos de delitos de organización: asociación ilícita
(art. 515), organización criminal (art. 570 bis), grupo criminal (art. 570 ter) y organización o
grupo terrorista (art. 571).

Si se observa con detenimiento la estructura del delito de organización se apreciará que se


compone de dos elementos: de un lado, el elemento asociativo (el concierto de varias
personas al tiempo: “asociarse con otros”) y, de otro, el elemento subjetivo (“con fines
delictivos”). Ni uno ni otro agotan ni explican cabalmente el contenido de injusto de los
29
Polaino-Orts, M

delitos de organización. Es más, ambos elementos son per se neutrales, esto es: en sí carecen
de un sentido delictivo. El asociarse con otros es, por lo general, ejercicio de un derecho
fundamental (el de asociación) reconocido por la Constitución. Si se pregunta por qué razón
asociarse con otros para ser miembro de un partido político, de un club de fútbol o de un
centro cultural es ejercicio legítimo del derecho fundamental de asociación y, sin embargo,
asociarse con otros para conformar una organización delictiva no sólo no es ejercicio de un
derecho fundamental sino que además constituye un delito, la respuesta intuitiva sería: “claro,
porque en los primeros casos apoyar a un partido político, alentar a un club de fútbol o
fomentar la lectura son buenos fines, pero pretender cometer delitos son fines rechazables en
la Sociedad”. Sin embargo, esta explicación es incorrecta. Porque ese segundo elemento -la
finalidad- es un pensamiento y los pensamientos no delinquen (cogitationis poenam nemo
patitur). Entonces, si el delito de organización consiste en la suma de dos elementos neutrales
(la organización, que es un derecho fundamental, y una finalidad, que es un pensamiento)
¿cómo explicar que constituya un delito? Pues muy sencillo: porque ese acto deviene
delictivo no tanto por el propósito delictivo con que se reúnen los sujetos, cuanto, por la
conformación de una empresa criminal, esto es, de un grupo socialmente desestabilizador
que ya genera, de facto, una conmoción de las bases del Estado. Ahí, en la lesión actual de la
seguridad cognitiva-normativa, esto es, en el peligro ya concretado en lesión que hic et nunc
la organización representa, es donde se halla el contenido de injusto del delito de
organización.

Desde ese punto de vista, la organización penal constituye un sistema asocial y constituido
de injusto, como lo llama LAMPE (1995), un sistema penalmente antijurídico que es
disfuncional respecto de la estructura social, y cuyo injusto no cabe explicar de manera
derivada en relación con el injusto de los delitos-fin (delitos que la organización criminal
pretende cometer o aun cometa) sino que tiene una autonomía y una substantividad propia
(Silva Sánchez, 2004). Los aportes de cada miembro no han de verse como algo naturalísimo,
sino como algo (dis)funcional, esto es, como algo constitutivo. Desde ese punto de vista, cada
miembro es la organización criminal y es visto más como foco de peligro que como
ciudadano que ejerce sus derechos y cumple sus obligaciones.

Pues bien, la estructura del delito de organización presenta un paralelismo estructural con
la empresa delincuente, con la persona jurídica socialmente desestabilizadora. También aquí
se sanciona, como allí, una personalidad diferente a la suma de los miembros (personas
físicas) que la integran.

3. Método

Diseño
El enfoque investigativo de la presente investigación es cualitativo, de acuerdo con
Hernández, Batista y Fernández (2014) “Utiliza la recolección y análisis de los datos para
30
Persona y Persona Jurídica

afinar las preguntas de investigación o revelar nuevas interrogantes en el proceso de


interpretación” (p.7).
Alcanzando un diseño no experimental “Que se realiza sin la manipulación deliberada de
variables y en los que sólo se observan los fenómenos en su ambiente natural para después
analizarlos” (Hernández, Batista y Fernández, 2014, p. 149).
El alcance establecido es el exploratorio “emplean cuando el objetivo consiste en
examinar un tema poco estudiado o novedoso” (Hernández, Batista y Fernández, 2014, p.
91).

Instrumentos
Para la construcción del marco teórico-conceptual del tema Persona y Personas Jurídicas,
se consultaron un total de veinticinco referencias bibliográficas utilizándose como
instrumento las ideas, argumentos y proyectos que fueron interpretados desde una
perspectiva analítica y crítica.

Procedimiento
Con relación a la comprensión del problema de la investigación se recopilan fuentes
secundarias de documentos académicos. En el marco de referencia se definen los conceptos
básicos relativos a las personas y personas jurídicas. Una vez recopilada y analizada la
información se construye el documento objeto de este trabajo. Por último, se realizan las
recomendaciones y conclusiones conforme a los objetivos trazados (Lechuga, 2018, p. 196).

4. Conclusiones

a) El concepto de persona es el punto de partida de todo el sistema jurídico-penal,


incluido el sistema de responsabilidad jurídico-penal (I).
b) Persona es sinónimo de libertad, en un doble sentido: sólo la persona libre es capaz
de desarrollarse en Sociedad y únicamente el sujeto que dispone de libertad
(autodeterminación) puede ser persona y entablar comunicación interpersonal (I).
c) Persona es un concepto social y normativo. Es social porque la Sociedad no se integra
de individuos (seres aislados) sino de personas (seres sociales). Es más: el aspecto
social es constitutivo en la noción de persona, en tanto que ésta surge precisamente
del tránsito del mundo de la naturaleza al mundo cívico-social (II).
d) Y es normativo porque la persona es el sujeto destinatario de normas, titular de
derechos y de deberes, y se le denomina persona en tanto no se extralimite en el
cumplimiento de sus derechos y en la medida en que cumpla sus obligaciones (III).
e) La personalidad es una magnitud graduable (IV) que permite diversos estadios de
graduaciones minorativas: la de personalización y la despersonalización. Ésta última
supone la pérdida efectiva de toda personalidad. La de personalización, propia de toda
pena, supone la limitación fragmentaria, temporal y parcial de algún derecho de la
personalidad del sujeto durante el tiempo que dura la condena. Dentro de esta figura
31
Polaino-Orts, M

se ha debatido últimamente a propósito del concepto de Derecho penal del enemigo


(V).
f) El concepto de persona es antitético del de enemigo. Éste impide con su
comportamiento altamente delictivo y desestabilizador que los demás sujetos se vean
amparados por la norma. La persona, en cambio, disfruta de la civilidad que le ofrecen
los demás y permite bidireccionalmente que las demás personas disfruten a su vez
pacíficamente de sus derechos (V).
g) El rol social es un identificador personal que vincula al sujeto con la Sociedad por
intermedio de la función que desempeña en el seno del grupo (VI).
h) El rol presenta una estructura compleja donde se distingue un aspecto formal o
externo y un aspecto material o substantivo. Éste último, el contenido material del
rol, está conformado por un conjunto de derechos y de obligaciones (VII).
i) El rol cumple una triple función: de un lado, fija o delimita esferas de competencia
personal, esto es: aquellos ámbitos de la Sociedad donde el sujeto es responsable
(VIII); de otro, da la medida de la propia responsabilidad, o sea: funge como criterio
de mensuración del quantum de la responsabilidad personal (VI y VIII) y asimismo
funge como límite de la propia responsabilidad (VIII y X).
j) Es la práctica existe concurrencia de roles (comunes y especiales), y sobre la primacía
de cada uno en cada momento se determinará la responsabilidad de cada uno por su
infracción (IX).
k) La persona física y la persona jurídica son, desde el punto de vista normativos,
idénticas: centros de imputación, destinatario de normas jurídicas, titulares de
derecho y de deberes, y sujetos pasibles de responsabilidad penal (XI).
l) La responsabilidad penal de la empresa presenta una semejanza estructural con la
responsabilidad atribuida al delito de organización dentro de las figuras de la
criminalidad organizada (XII).

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33
Rankings Universitarios: Calidad de las instituciones de educación superior
nicaragüenses
University Rankings: Quality of Nicaraguan higher education institutions

Cristian Rivas-Castillo1
Universidad Autónoma de Nuevo León
Lisbeth Velásquez Cruz2
Universidad Autónoma de Nicaragua

RESUMEN

El presente artículo es producto de una revisión bibliográfica, cuyo objetivo consistió en Mostrar la calidad de las
universidades nicaragüenses según su posicionamiento en los principales rankings universitarios que se encargan de
evaluar la calidad de las universidades, para conocer la realidad de las Instituciones de educación superior de
Nicaragua. Se aplico el método de análisis, con un enfoque cualitativo, diseño no experimental, bajo un nivel
documental-bibliográfico transversal. Tras la revisión documental se observó que: según las clasificaciones emitidas
por el World Universities Rankings (QS), Webometrics y Scimago Institutions Rankings (SIR), no todas las
instituciones de educación superior nicaragüenses son evaluadas por estos sistemas de medición, así como, que las
instituciones evaluadas se posicionan en los últimos puestos. En el presente capitulo se abordará de manera general.
Se concluye que existe una debilidad en la calidad de las instituciones de educación superior nicaragüenses, debido
a su posicionamiento en los rankings que evalúan la calidad de estas, también, se concluye que la investigación es un
factor determinante en la evaluación de la calidad del sistema educativo nicaragüense.
Palabras clave Calidad Universitaria, Docencia, Evaluación, Extensión, Instituciones de educación superior,
Investigación, Rankings.

ABSTRACT

This article is the product of a bibliographic review, and the main objective was to show the quality of Nicaraguan
universities according to their positioning in the main university rankings that are responsible for evaluating the
quality of the universities, in order to know about the reality of Nicaragua's higher education institutions. We used
the analysis method, with a qualitative approach, non-experimental design, at cross-sectional documentary-
bibliographic level. After the documentary review, we noted that according to the rankings given by the World
Universities Rankings (QS) Wobometrics and Scomago Institutions Rankings (SIR), not all Nicaraguan higher
educations are evaluated by these measurement systems, as well as, the institutions evaluated are positioned in the
latter positions. This chapter will be addressed in general way. It conclude that there is a weakness in the quality of
Nicaraguan higher education institutions, due to its positioning in the rankings that evaluate the quality of these, we
concluded that research is a determining factor in the evaluation of quality of Nicaraguan education system.
Key words: University Quality, Teaching, Evaluation, Extension, Higher Education Institutions, Research,
Rankings

1Licenciado en Derecho por la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, Maestrante en Relaciones Internacionales
por la Universidad Autónoma de Nuevo León, México, Docente Investigador. Correo (Castillocris25@yahoo.com), registro
ORCID: HTTPS://ORCID.ORG/0000-0001-6827-1462
2Licenciada en Derecho por la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, Magister en Derecho Procesal Civil por la

Facultad de Humanidades y Ciencias Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, Candidata a Doctora
En Métodos Alternos de Solución de Conflicto por la Universidad Autónoma de Nuevo león, México. Correo (
lilly1212@hotmail.com), registro ORCID: HTTPS://ORCID.ORG/0000-0003-2488-2653
Rivas-Castillo, C & Velásquez Cruz, L

1. Introducción

En los últimos años, el sistema de educación superior de Nicaragua ha desarrollado


estrategias de evaluación y seguimiento a la calidad de sus Universidades, prestando principal
énfasis a las funciones académicas y la actividad investigadora, esto con la finalidad del
mejoramiento institucional, esta evaluación la cual se realiza por medio de mecanismos de
medición denominados rankings de universidades. Es así, que los rankings tienen su origen
en el surgimiento del Academic Ranking of World Universities (ARWU), el cual fue
producido por el centro de las universidades de clase mundial (Center for World-Class
Universities, CWU) de la Escuela superior de educación de la universidad Jiao Tong, de
Shanghái, China en el 2003.

Es a partir de ese año que este tipo de clasificaciones se han multiplicado y sobre todo han
alcanzado un impacto relevante en los foros internacionales y nacionales acerca de la
evaluación de las universidades. Actualmente existen 18 rankings de evaluaciones
universitarias a nivel mundial, y un número mayor de clasificaciones tanto nacionales como
regionales.

En la presente Artículo se analizaron los rankings de mayor relevancia en la región


latinoamericana, como lo son el World Universities Rankings (QS), Webometrics, Scimago
Institutions Rankings (SIR), estos rankings utilizan indicadores y metodologías diversas, las
cuales tienen niveles diferenciados de credibilidad e impacto (Ordorika, 2015).

El éxito que ha generado esta dinámica internacional no puede entenderse fuera de un


contexto mundial como el actual en el cual se valora de manera preponderante las formas de
clasificación y evaluación muy marcadas por la mercadotecnia, los rankings se presentan de
manera más o menos explícita, como mediciones objetivas de calidad de todas las
universidades del mundo.

Por tanto, en el presente trabajo se realizará una revisión documental y se abordara la


importancia de la calidad en las instituciones de educación superior nicaragüense según su
posicionamiento en los rankings universitarios, los cuales evalúan los indicadores de calidad
de las universidades como lo son: docencia, extensión e investigación. Partiendo de esta
premisa es necesario formular la siguiente interrogante: ¿cuál es la calidad de las instituciones
de educación superior nicaragüenses, según su posicionamiento en los rankings QS,
WEBOMETRICS Y SIR?

2. Fundamento Teórico

Educación en Nicaragua

35
Rankings Universitarios: Calidad de las instituciones

De acuerdo con Tunnermann Bernheim (2008) en Nicaragua la educación se suele dividir


en tres sistemas básicos: En primer lugar la Educación General básica, la cual incluye el
bachillerato y la educación norma (para formar maestros de Primaria), regidos bajo la
autoridad del Ministerio de Educación (MINED), el segundo sistema es la Educación
profesional la cual se rige por el Tecnológico Nacional (INATEC), el tercer sistema es el de
la Educación Superior, cuya instancia de coordinación es el Consejo Nacional de
Universidades (CNU).

Este artículo, se centrará en las Universidades reguladas por el CNU. Este Consejo se
encuentra conformado por diez Instituciones de Educación Superior (IES), siendo así que el
CNU ha acreditado a 59 instituciones en todo el país (incluyendo las que conforman el
Consejo). Entre las IES autorizadas se encuentran: como miembros del CNU hay 4
Instituciones Públicas, 5 Universidades privadas y un Centro de Educación Técnico Superior.
Mientras que los 49 restantes son instituciones privadas acreditadas por el CNU.

Calidad universitaria

Debido al aumento de instituciones de educación superior en Nicaragua, es que se ha


hecho indispensable la necesidad de evaluar la calidad de la educación universitaria, para
Zegarra Rojas (2014) este concepto de evaluación, en los países latinoamericanos es
relativamente nuevo y nace debido a la progresiva incorporación en políticas educacionales,
para reformar la educación superior.

Por otro lado, Tunnermann (2008) indica que el concepto de calidad es como el concepto
de belleza, todos sabemos o percibimos lo que es, pero encontramos difícil definirla, en este
mismo sentido Bautista Arríen (1995) señala que la calidad de la educación superior es una
especie de utopía, estas aproximaciones conceptuales de la calidad revelan la dificultad de
poder tener un solo concepto o una sola visión de este tema.

Esta diversidad de conceptos también se encuentra basados en distintos aspectos, siendo


estos el de calidad como excelencia, en cual se busca que las universidades posean
estudiantes sobresalientes, académicos destacados y aseguramiento de primer nivel, sin
embargo, esta conceptualización de la calidad está diseñada para ser aplicada en una
educación de elite, algo que está muy alejada de la realidad de los países latinoamericanos
(Águila Cabrera, 2005).

En otro sentido, señala Águila Cabrera (2005) es la calidad como respuesta a los
requerimientos del medio, la cual se basa en una definición de prima pertinencia, pero trae el
peligro de que la calidad se tome solamente sobre la base de lo que se requiere, haciendo que
las instituciones abandonen su misión universitaria.

36
Rivas-Castillo, C & Velásquez Cruz, L

También, la Organización de las Naciones Unidas Para la Educación, la Ciencia y la


Cultura (UNESCO) señala que la calidad es un concepto multidimensional, que abarca todas
las funciones y actividades principales de las universidades; calidad de enseñanza, de
formación e investigación, lo cual significa, la calidad de su personal docente, administrativo,
estudiantil y de infraestructura.

Por lo tanto, los sistemas universitarios están conformados por tres procesos básicos:
docencia, investigación y extensión, la evaluación de la calidad de estos sistemas es mucho
más compleja que la de otros niveles del sistema educativo, debido a que la educación en las
universidades es multifuncional.

En este sentido, la medición de la calidad conlleva a que las universidades se sometan a


un proceso, donde se evalué la calidad de su docencia, investigación, servicios,
internacionalización y organización, esto con el objetivo de ser reconocidas tanto a niveles
internos como externos.

Al mismo tiempo, Reyes (2016) expresa que la noción de calidad universitaria se ha


instalado en el mundo por medio de diferentes sistemas de evaluación y medición que la
operacionalizan a través de criterios e indicadores respecto de ciertos aspectos de la
universidad, dentro de estos sistemas de evaluación se encuentran los rankings universitarios,
los cuales son desarrollados por entidades no estatales

Rankings universitarios

Los rankings universitarios tienen como objetivo establecer un orden jerárquico de las
instituciones de educación superior, basados en parámetros e indicadores que midan la
calidad de la educación universitaria (Albornoz & Osorio, 2017) en este sentido Perez-
Esparrells & Gómez-Sancho (2010) establece que los rankings tratan de establecer
comparaciones entre universidades según criterios de calidad.

Estos mecanismos de medición surgen precisamente por el interés de evaluar la calidad


de la formación y la investigación que se desarrollan en las universidades (Tomas Folch,
Mónica Feixas, Bernabéu-Tamayo, José Ruiz, 2015), además, sirven como instrumentos para
los Estados de analizar sus políticas educativas.

El éxito de estos mecanismos de medición se debe a que la sociedad globalizada del


conocimiento, demanda mayor calidad por parte de las instituciones de educación superior,
es por esta razón que los rankings se basan en indicadores de opinión e indicadores
bibliométricos/ciber métricos (Kruger y Molas, 2010).

Los rankings universitarios tradicionalmente se ordenan por países, regiones, globales y


37
Rankings Universitarios: Calidad de las instituciones

especializados (Barsky, 2014), las clasificaciones por países son aquellas que se centran en
el desempeño de las universidades en su contexto nacional, los rankings globales, que suelen
conocerse como mundiales o internacionales, realizan una cobertura más amplia debido a
que estudian comparativamente a universidades de todo el mundo (Aguillo, 2012).

Principales rankings de universidades

A continuación, se expondrán las principales características de los rankings universitarios


internacionales donde se evalúan a las universidades nicaragüenses, se analizarán los criterios
de medición y el posicionamiento de las instituciones.

WORLD UNIVERSITY RANKINGS (QS)

El QS es un ranking realizado por la firma Quacquarelli Symonds publicado anualmente


por la revista Times Higher Education magazín (THE), considerado uno de los más
prestigiosos y reconocidos a nivel mundial, el cual tiene como objetivo principal el proveer
a la comunidad universitaria un mecanismo de evaluación comparativa de sistemas de
educación superior. En la tabla 1, se muestran los criterios que utiliza el ranking QS para
emitir sus calificaciones.

Tabla 1: Criterios de evaluación QS

Criterios Conceptos
Reputación Académica Evalúa las percepciones de académicos
de todo el mundo con respecto a la calidad
de la enseñanza y la investigación en las
mejores universidades.
Reputación del Empleador Pide a los empresarios que identifiquen
las instituciones de las cuales obtienen los
graduados más competentes, innovadores
y eficaces.
Proporción de profesores por alumno Un mayor número de docentes por
alumnos es un indicador indirecto del
compromiso de las instituciones con la
enseñanza de alta calidad.
Personal con doctorado Evalúa la calidad de la capacitación del
personal académico, detectando la
proporción de ellos que han alcanzado el
nivel más alto de educación en su área de
especialización.

38
Rivas-Castillo, C & Velásquez Cruz, L

Red de investigación internacional Utiliza los datos proporcionados por


Scopus, evalúa el grado de apertura
internacional en términos de colaboración
de investigación para cada institución
evaluada.
Citas por papel Mide el número promedio de citas
obtenidas por publicación y es una
estimación del impacto y la calidad del
trabajo científico realizado por las
universidades, solo se evalúan las
instituciones que producen más de 150
artículos en los últimos cinco años.
Trabajos por facultad Determina el numero promedio de
publicaciones científicas (artículos)
producidas por facultad y evalúa la
productividad de la investigación de las
instituciones, se utilizan documentos
indexados de cinco años completos.
Impacto web Evalúa la efectividad con que las
instituciones están haciendo uso de las
nuevas tecnologías.

Fuente: elaboración propia (2019).

La reputación académica es la ponderación más alta que tiene este ranking, a la cual se le
asigna un valor equivalente al 40% del total, este indicador recopila las opiniones de los
expertos de más de 80,000 personas en el espacio de educación superior sobre la calidad de
la enseñanza y la investigación en las universidades del mundo. La reputación del empleador
representa el 10% de la puntación total, este se basa en una encuesta que se realiza a
empleadores a nivel mundial, el cual tiene como propósito identificar a las universidades que
producen los mejores graduados para el mercado laboral.

También, se encuentra el indicador proporción Facultad/ Estudiante, tiene como objetivo


medir la estructura organizacional de la institución, esta evaluación se realiza utilizando un
radio en el cual se tiene en cuenta el número de profesores que hay por cada estudiante que
se encuentra matriculado en la institución, este apartado tiene un valor del 20% y demuestra
cual institución está mejor equipada para proveer una mejor supervisión y asesoría a sus
pupilos.

Por otro lado, se evalúa la investigación siendo que esta es una de la misión más
importante que tienen las universidades, es por tal razón que el ranking mide la calidad de la
39
Rankings Universitarios: Calidad de las instituciones

investigación institucional utilizando su métrica de citas por facultad, las cuales se calculan
tomando en cuenta el número de citas recibida por todos los documentos producidos por una
institución en un periodo de cinco años por el número de miembros de la facultad de esa
institución, los documentos se extraen de la base de datos Scopus, es decir, los documentos
estudiados solo podrán ser aquellos que las universidades o sus investigadores publiquen en
esta prestigiosa plataforma, este indicador tiene una ponderación del 20%.

La proporción de docentes internacionales y proporción de estudiantes internacionales


tienen en valor cada una del 5%, este indicador mide directamente la función de
internacionalización de las universidades, se toman en cuenta estudiantes que estén
matriculados en la institución, así como aquellos que se encuentran realizando intercambio
académico o bien estancias de investigación.

Para este estudio se analizó el ranking correspondiente a la región latinoamericana del año
2019, donde se evaluaron un total de 391 instituciones de educación superior, ocupando el
primer lugar de la región la Pontificia Universidad Católica de Chile (UC), en el caso de
Nicaragua, solo fueron evaluadas tres universidades siendo estas, la Universidad
Centroamericana (UCA), Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN-Managua)
y la Universidad Nacional de Ingeniera (UNI).

En este sentido, se observó que en los últimos 3 años solo estas instituciones
nicaragüenses antes mencionadas han sido tomadas en cuenta para ser evaluadas, siendo que
son las únicas que cumplen con los indicadores que establece el QS para poder ser
clasificadas, aunque sus puntuaciones las sitúan en los últimos puestos del ranking
correspondiente a la región latinoamericana.

Es así, como la universidad centroamericana en la clasificación correspondiente al año


2019 experimento un descenso en relación con los puestos que ocupo en el año 2018 y 2017,
en el último ranking emitió se sitúa en la posición 301, y en las dos clasificaciones anteriores
se mantuvo en el puesto 251, siendo así la segunda mejor institución del país.

En este mismo sentido, la universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, UNAN-


Managua, es la que mejor se ha ubicado en las últimas clasificaciones emitidas, en las
ediciones correspondientes a los años 2017 y 2018 se situó en el puesto 201, sin embargo, en
el informe del año 2019 aparece posicionada en el lugar 251.

Por último, la universidad Nacional de Ingeniería, es la tercer Institución Nicaragüense


que aparece en la clasificación emitida por QS, ocupando los últimos puestos de la evaluación
en el ranking correspondiente al año 2019 se posiciona en el sitio 351 de 391 universidades
evaluadas.

40
Rivas-Castillo, C & Velásquez Cruz, L

Webometrics

El Ranking Web de Centros de Investigación del Mundo, es elaborado por el Laboratorio


de Cibermetria perteneciente al Instituto de Bienes y Políticas Públicas (IPP), el cual realiza
un análisis cuantitativo de internet y los contenidos de la red de las instituciones académicas
que se encuentran relacionadas con el proceso de generación y comunicación académica del
conocimiento científico. En la tabla 2, se muestran los criterios establecidos por el
Webometrics:

Tabla 2: Webometrics

INDICADORES CONCEPTO
Tamaño (S) Número de páginas obtenidas a partir
de 4 motores de búsqueda: Google,
Yahoo!. Live search y exalead.
Visibilidad (v) Número total de enlaces externos
recibidos.
Scholar (Sc) Google académico provee el número
de artículos y citaciones de cada dominio
académico.
Fuente: elaboración propia (2019).

El objetivo principal de esta institución es el de convencer a todos los miembros de las


comunidades académicas y políticas de la importancia de la publicación web, esto como una
forma de que las instituciones midan su actividad científica, para la elaboración del ranking
se utilizan indicadores bibliométricos y ciencimetricos.

Estos indicadores permiten medir la actividad y visibilidad de las universidades, esta


evaluación se realiza por medio del análisis del volumen de la información que las
instituciones publican y el número de enlaces que otras webs tienen hacia las que son
analizadas.

Es decir, el ranking WEBOMETRICS permite conocer la calidad en docencia que poseen


las universidades, así como, el que hacer de las mismas en relación a la investigación, siendo
esta uno de los indicadores claves en la realización de la clasificación, ya que se analizan la
cantidad de artículos que las universidades están publicando.

En su última actualización, la plataforma analizo un total de 3695 universidades


latinoamericanas, siendo la Universidad de Sao Paulo USP la mejor evaluada a nivel regional,
por Nicaragua 42 universidades fueron estudiadas, sin embargo, en el presente artículo se
mencionarán las tres mejores universidades del país según el ranking WEBOMETRICS.
41
Rankings Universitarios: Calidad de las instituciones

En este sentido, la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, UNAN-Managua, es


la institución número 1 a nivel del país y el lugar 400 en el continente, seguida de la
Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, UNAN-León y la Universidad
Centroamericana (UCA).

Scimago Institutions Rankings (SIR)

El Scimago Institutions Rankings es una clasificación de las instituciones de educación


superior que se basa principalmente en la producción científica de los últimos cinco años
(SCIMAGO, 2017), es uno de los instrumentos más importantes en Latinoamérica debido a
que ha servido de instrumento para facilitar el análisis en la toma de decisiones para el
fortalecimiento y desarrollo de la investigación en las Universidades de la región.

Para la evaluación de las universidades, el SIR cuenta con múltiples indicadores


bibliométrica que han sido discutidos por la comunidad científica, lo cual permite determinar
el desempeño, calidad y pertinencia de la producción investigativa, los criterios de evaluación
del SIR se detallan en la Tabla 3.

Tabla 3: Criterios SIR

FACTOR INDICADOR CONCEPTO


Investigación Excelencia con liderazgo (EwL) Indica la cantidad de
documentos en excelencia en los
que las instituciones es el
principal contribuyente.
Impacto normalizado (NI) Se calcula sobre la producción
de liderazgo de la institución,
muestra la relación entre el
impacto científico promedio de
una institución y el promedio
mundial establecido.
Salida (0) Total, de documentos
publicados en revistas
académicas indexadas en Scopus.
Grupo de talento científico (STP) Total, de autores diferentes de
una institución en el resultado
total de publicación de esa
institución durante un periodo de
tiempo determinado.

42
Rivas-Castillo, C & Velásquez Cruz, L

Liderazgo científico (L) Indica la cantidad de


producción de una institución
como contribuyente principal, es
decir, la cantidad de documentos
en los que el autor
correspondiente pertenece a la
institución.
Colaboración Internacional (IC) Producción de la institución
producida en colaboración con
instituciones extranjeras.
Publicaciones de alta calidad (Q1) Cantidad de publicaciones que
una institución pública en las
revistas académicas más
influyentes del mundo.
Excelencia (Exc) Indica la cantidad de
producción científica de una
institución que se incluye en el
10% superior de los trabajos más
citados en sus respectivos
campos.
Innovación Conocimiento Innovador (IK) Resultado de una publicación
científica de una institución
citada en las patentes.
Impacto Tecnológico (TI) Porcentaje de la producción de
publicaciones científicas citada
en las patentes.
Patentes (PT) Número de solicitudes de
patentes.
Impacto Social Tamaño de la Web (WS) Número de páginas asociadas
a la URL de la institución según
Google.
Numero de redes de retroceso Numero de redes (subredes)
(BN) de las que provienen los enlaces
entrantes al sitio web de la
institución.
Fuente: elaboración propia (2019).

En la clasificación correspondiente al año 2019 esta plataforma analizo un total de


cuatrocientas instituciones de Latinoamérica, lo cual significó un aumento de cuarenta y
cinco universidades en relación al año 2018, donde se evaluaron trescientos cincuenta y cinco

43
Rankings Universitarios: Calidad de las instituciones

centros de investigación, siendo la Universidad de Sao Paulo (Brasil) el centro mejor


evaluado en las dos últimas ediciones.

Se realizó un análisis de las clasificaciones emitidas desde el año 2009 hasta la actualidad,
con la finalidad de conocer la realidad de las instituciones de educación superior de
Nicaragua, con lo cual se logró apreciar la ausencia de estas instituciones en el SIR, esto
debido a que este instrumento de medición de la calidad universitaria en su aspecto de la
investigación toma como parámetro las publicaciones que las Instituciones de educación
superior realizan en la plataforma Scopus en un periodo de cinco años.

Scopus es una base de datos bibliográfica, en la cual se colocan documentos de las áreas
de ciencia, tecnología, medicina, ciencias sociales, artes y humanidades, es decir, es la
plataforma de mayor prestigio y calidad dentro de la comunidad científica, para conocer la
actividad de investigación de las universidades nicaragüenses se hizo una búsqueda
exhaustiva de los documentos publicados por estos centros de enseñanza, en lo cual se puede
constatar la poca actividad en investigación de las instituciones de educación superior del
país centroamericano.

Esto no significa que en Nicaragua no se realiza investigación de calidad, sino, que esta
actividad está siendo realizada por Universidades y centros de investigación extranjeros,
como se puede observar en la imagen 1:

Imagen 1: Publicaciones Scopus realizadas en Nicaragua.

Fuente: Scopus (2019).

En este sentido, se buscaron documentos almacenados en la base de datos Scopus por


filiación institucional, es decir, documentos publicados por docentes o investigadores de las
instituciones de educación superior nicaragüenses, en total se encontraron 15 instituciones
que realizan investigaciones relacionadas con Nicaragua o investigación en el país, estas
44
Rivas-Castillo, C & Velásquez Cruz, L

instituciones son de procedencia extranjera, también, se observó la ausencia de universidades


nicaragüenses dentro de la plataforma.

Siendo así, la universidad de california, Berkeley la universidad que más aporta


documentos en temas relacionados con Nicaragua o investigaciones realizadas dentro del
territorio nicaragüenses con un total de setenta y siete documentos en un periodo de cinco
años, seguido de la Universidad de Costa Rica, la cual suma en el mismo periodo de tiempo
cincuenta y dos documentos, y la Universidad Nacional Autónoma de México realizo
cincuenta investigaciones que fueron publicados en la plataforma Scopus.

3.- MÉTODO

Diseño

El enfoque investigativo de la presente investigación es cualitativo, de acuerdo con


Hernández, Batista y Fernández (2014) “Utiliza la recolección y análisis de los datos para
afinar las preguntas de investigación o revelar nuevas interrogantes en el proceso de
interpretación” (p.7).
Se utilizó la técnica de análisis de contenido, siendo esta “una técnica de investigación
para la descripción objetiva, sistemática y cuantitativa del contenido manifiesta de la
comunicación” Berelson citado en (Rodríguez-Burgos & Rivas Castillo, 2018).
Alcanzando un diseño no experimental “Que se realiza sin la manipulación deliberada de
variables y en los que sólo se observan los fenómenos en su ambiente natural para después
analizarlos” (Hernández, Batista y Fernández, 2014, p. 149).
El alcance establecido es el exploratorio “emplean cuando el objetivo consiste en
examinar un tema poco estudiado o novedoso” (Hernández, Batista y Fernández, 2014, p.
91).

Instrumentos
Para la construcción del marco teórico-conceptual de la temática “Rankings universitarios:
Calidad y posicionamiento de las instituciones de educación superior nicaragüenses”, se
consultaron un total de diecinueve referencias bibliográficas utilizándose como instrumento
las ideas, argumentos y proyectos que fueron interpretados desde una perspectiva analítica y
crítica.

Procedimiento
Con relación a la comprensión del problema de la investigación se recopilan fuentes
secundarias de documentos académicos. En el marco de referencia se definen los conceptos
básicos relativos a la calidad universitaria y rankings de universidades. Una vez recopilada y
analizada la información se construye el documento objeto de este trabajo. Por último, se

45
Rankings Universitarios: Calidad de las instituciones

realizan las recomendaciones y conclusiones conforme a los objetivos trazados (Bascón et


al, 2016, p. 39).

3. Conclusiones

La calidad universitaria, se debe de analizar desde una perspectiva holística tomando en


cuenta los tres sistemas fundamentales que toda institución de educación superior debe de
poseer, esto sistemas son la docencia, investigación y extensión, la ausencia de uno de estos
tres aspectos presupone, la falta de calidad de las universidades.

Para conocer el grado de calidad que posee cada institución de educación superior, se ha
recurrido en los últimos años a los rankings universitarios, los cuales se encargan de evaluar
el desempeño de las IES y emitir clasificaciones que le permiten a la sociedad, a los Estados
y a las propias Universidades conocer la realidad del desempeño de sus funciones
académicas, estos rankings dan oportunidad a proponer mejoras a los sistemas de educación
superior de los países.

En este artículo se analizaron tres rankings universitarios, cada uno evalúa un sistema
específico de la calidad universitaria, el QS mide la función docencia, Webometrics la
función extensión y el SIR la función investigación. En este sentido, en el Rankings QS, se
encontraron tres universidades de Nicaragua las cuales se sitúan en las últimas posiciones de
las instituciones de educación superior de Latinoamérica que fueron evaluadas, en el
Rankings Webometrics se posicionan un total de cuarenta y dos universidades nicaragüense
teniendo una puntación baja respecto a sus homologas de la región, y en el Rankings SIR, el
cual evalúa la función investigación que realizan las universidades, se pudo observar la
ausencia de los centros de enseñanza de Nicaragua.

Por último, la ausencia en el principal ranking a nivel latinoamericano que evalúa la


función de investigación significa una debilidad en la calidad universitaria nicaragüense,
debido a que no se está realizando producción científica, esto no quiere decir que existe una
falta de investigación, sino, que estas investigaciones realizadas no están culminando el
proceso de divulgación, lo cual sería la publicación de sus trabajos en las principales bases
datos como Scopus.

46
Rivas-Castillo, C & Velásquez Cruz, L

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48
El arbitraje internacional de inversión en materia energética del ius imperii al ius
gestionis
International energy investment arbitration del ius imperii al ius gestionis

Lenin Ramirez Matus1


Arturo Enrique Jasso Rodriguez2

RESUMEN

El presente trabajo es un estudio de carácter cualitativo con diseño no experimental, que tiene como objetivo
analizar el arbitraje de inversión en materia energética a nivel internacional con especial referencia a México y
otros países latinoamericanos, a partir de la revisión de la literatura se encontró que la reforma energética de
2013 a la constitución y las leyes federales, estableció expresamente mecanismos alternos de solución de
controversias como instrumentos para resolver el incumplimiento de contratos en el ámbito de hidrocarburos,
de ahí que el arbitraje sea una herramienta donde las partes puedan acudir cuando el estado actúe como un
particular en las relaciones que haya contraído con un inversionista, de manera que, al ser este una figura
innovadora en el campo energético internacional hace que los países latinoamericanos y los inversionistas la
consideren como una nueva solución alterna preferente al sistema de justicia tradicional por vía administrativa.
Palabras clave: arbitraje internacional, contratos, estado, hidrocarburos, inversionista

ABSTRACT

This paper is a qualitative study with a non-experimental design, and the main objective is analyze
international energy investment arbitration with special reference to Mexico and other Latin American
countries, based on the literature review we founded that the 2013 energy reform to the constitution and federal
laws, established alternative mechanisms to solve conflicts as instruments for resolving the breach of contract
in the hydrocarbons field, hence arbitration could be a tool where parties involved can go when the state acts as
an individual in the relationships that it has contracted with an investor, it is consider as a new preferential
alternative solution to the traditional justice system by administrative route.
.
Keywords: International arbitration, contracts, state, hydrocarbons, investor

1
Estudiante de la maestría en métodos de solución de conflictos y derechos humanos, Universidad Juárez Autónoma de
Tabasco, leninmatus@hotmail.com
2
Profesor Investigador y Estudiante del doctorado en métodos de solución de conflictos y derechos humanos, Universidad
Juárez Autónoma de Tabasco, artjasso753 @gmail.com
Ramirez-Matus, L & Jasso Rodriguez, A

1. Introducción

El presente estudio tiene como objetivo analizar uno de los mecanismos alternos de
solución de controversias más importantes en el mundo como es el arbitraje, el cual ha
existido desde tiempos antiguos para dirimir controversias de distintos tipos. En ese sentido,
desde la antigüedad el arbitraje ya era utilizado, tal como Zappala (2010) menciona era el
único procedimiento judicial de arreglo, que se reflejaba desde las culturas antiguas hasta el
medioevo, incluso hasta la revolución francesa. Posteriormente, Fernández, Sánchez y
Ortega señalan (2011) que el arbitraje internacional parte de la práctica anglo-norteamericana
que se desarrolló, después de la independencia de Estados Unidos de Norteamérica con el
tratado Jay, y ulteriormente tras la guerra de secesión en el célebre arbitraje de Alabama de
1872.

En ese sentido, interesa analizar el mecanismo especial del arbitraje internacional


conocido como el arbitraje inversionista internacional, que empezó a utilizarse ampliamente
a partir de la firma de tratados como los Bilaterales de Inversión (Bits) en 1958, y cuando el
Banco Mundial inició la Convención ICID en 1965, En ese sentido, la doctrina especializada
menciona: “El arbitraje de inversión es por ahora elegido como el mecanismo de solución
de controversias en miles de tratados y contratos de inversión y conlleva a cientos de casos
por años, en la práctica entre Estados y Empresas Extranjeras. (Böckstiegel, 2018, p. 420.)

En ese orden de ideas, en el caso de México, a partir de la reforma energética de 2013, se


ha considerado al arbitraje internacional de inversión como un nuevo mecanismo de solución
de controversias que resuelve conflictos entre inversionistas extranjeros y órganos del estado
mexicano, estos últimos como la Comisión Federal de Electricidad y Petróleos Mexicanos.
De igual manera, este tipo de soluciones alternas es utilizado por otros países
latinoamericanos con los inversores, de ahí que se considere al arbitraje inversionista
energético internacional como una instancia más efectiva que las acciones judiciales previstas
en la normatividad nacional de cada país, dada las características especiales que entrañan este
tipo de conflictos.

Por ende, el presente documento pretende demostrar como México y los países
latinoamericanos han llevado a cabo el ejercicio de esta solución alterna en el ámbito
internacional energético, y de qué manera el ius imperii ha sido desplazado paulatinamente
por el ius gestionis tanto en la legislación interna de cada país como en la práctica de los
inversionistas en materia energética y el Estado a nivel internacional, en razón de la
efectividad que el arbitraje les asegura a los contratistas extranjeros.

50
El arbitraje internacional de inversión en materia…

2. La doctrina francesa del ius imperii y el ius gestioniis

El tema de la inversión energética internacional y la resolución de sus conflictos a través


del arbitraje, parte de la doctrina administrativa francesa conocida como el ius imperii y el
ius gestionis de ahí que sea necesaria analizar brevemente la teoría que establece cuando el
estado actúa como un ente público y cuando como ente privado.

Como García (2008) indica la distinción de lo que conoce como los actos de imperio y los
actos de gestión, parten de la costumbre jurídico-romana en el derecho administrativo. En
ese sentido, para los romanos los actos del ius imperii quedaban bajo la regulación del
derecho administrativo, mientras que los actos de gestión, quedaban bajo el régimen de
derecho privado.

Seguidamente, como señala el autor de referencia, la anterior distinción que delimitaba


los alcances del derecho administrativo fue cuestionada a finales del siglo XIX, debido a que,
los actos que realizaban los órganos del estado también caían en actos de naturaleza tertium
genus, que son aquellos de carácter autoritario enmarcados en el derecho administrativo sin
ser actos de gestión pública.

Por otra parte, Espugles (2018) menciona que la creciente participación de los particulares
en las actividades comerciales internacionales originó un aumento de relaciones con los
estados, y consecuentemente, la multiplicación de actores no estatales en el ámbito
internacional que actúan con aquellos, de manera que, también incrementó el número de
controversias entre los mismos. Por ende, el autor de referencia menciona:

El Estado tiene un papel peculiar puesto que juega como Estado soberano y sujeto
internacional, a la vez que como actor crecientemente activo en el comercio internacional.
En este último caso, el Estado se equipará con el resto de sujetos participantes, en
condiciones de igualdad (espugles, 2018, p.205).

De los anteriores razonamientos doctrinales, se puede deducir que el estado deja de ser un
ente público, un órgano cuyos actos de autoridad dejan de tener efectos debido a que empieza
a ser sujeto a reglamentaciones de carácter privado, en el presente caso, sus relaciones
comerciales originan que se someta bajo la normatividad comercial, de forma que, cuando
llevan a cabo negociaciones con inversionistas extranjeros es lógico que sus actos o los
puntos de acuerdo que se establezcan se fundamenten en la misma norma comercial que
prevé los supuestos que se presenten en las contrataciones de esta naturaleza.

De ahí que el estado, o las personas públicas de jerarquía diversa adscritas a él, suscriban
contratos arbitrales dando lugar a la delimitación de estas contrataciones, las cuales no se
elabora en función de un servicio público sino en el caso de la naturaleza de la actividad
51
Ramirez-Matus, L & Jasso Rodriguez, A

contemplada, los modos de gestión de los servicios públicos, el objetivo que se persigue, y
el régimen jurídico al que están apegados los actos comerciales (Merino, 2009).

En ese sentido, Merino (2009) menciona:


La actividad pública sometida a las formas del Derecho privado reclama la
posibilidad de acudir al arbitraje y someterse a las obligaciones asumidas. Nada parece
contradecir el hecho de que el Estado, desprovisto de prerrogativas de poder público,
utilice el arbitraje como medio normal de solución de conflictos jurídicos en el ámbito
internacional. La renuncia a la inmunidad que representa el arbitraje puede aceptarse sin
trabas en las relaciones jurídico.

En efecto, el estado al dejar de lado su poder de autoridad en las relaciones de derecho


privado -que en un momento dado puede contraer con un inversionista-, hace posible que los
conflictos sean sometidos al arbitraje, el cual es una solución alterna que resuelve de una
forma más efectiva las controversias entre las partes. Por ende, los órganos públicos al
contraer obligaciones con los inversionistas en el ámbito internacional, se ven sujetos a una
serie de cláusulas de entre las cuales se encuentra estipulada este mecanismo, cuyo panel
arbitral -que generalmente está compuesto de tres funcionarios- resolverá de conformidad
con los tratados internacionales, los principios que rigen este procedimiento, además,
establecerá el lugar en donde se llevara a cabo el proceso y valorará si sus desacuerdos son
susceptibles de resolverse a través de este medio.

No obstante, para ver cómo se desarrolla esta solución alterna en el ámbito internacional,
es interesante analizar lo que ha mencionado la doctrina especializada respecto al arbitraje
de carácter inversionista y su especialidad en el campo energético, cuyo auge ha sido
sumamente contundente dentro de la solución de disputas entre los extranjeros y los países.

3. La reforma Energética y el Arbitraje internacional inversionista

Dentro de la práctica del derecho internacional, se ha venido analizando un mecanismo de


solución de controversias especializado que se conoce como el arbitraje inversionista, el cual
tiene su punto de partida a partir del Convenio de Washington de 1965, documento que se
creó debido a un evento celebrado por varios miembros del banco mundial.

Desde esta afirmación, como señala Esis:


Este convenio, de enorme trascendencia, estableció como método de solución de
conflictos entre estados e inversionistas los mecanismos de arbitraje y conciliación. La
celebración de este tratado fue la respuesta acertada de los directivos del banco mundial,
ante la necesidad de impulsar la circulación transfronteriza de capitales (p.55).

52
El arbitraje internacional de inversión en materia…

En ese tenor, como menciona la autora de referencia, la Convención de Washington


reconoció el ius standi al inversionista para dirimir su controversia directamente con el estado
receptor, ya sea a través del arbitraje de inversión o la conciliación que en él se establecen,
no obstante, sin la necesidad de solicitar la intervención de los tribunales internacionales o
bien, hacer valer su protección diplomática. el inversor logra una protección autónoma ya
que no depende de la voluntad soberana del estado de su nacionalidad para recibir dicha
protección y para establecer el quantum del daño sufrido. (rodríguez, 2005, 2018)

Seguidamente, el convenio de Washigton, creo una institución especializada denominada


Centro Internacional de Arreglo de Diferencias relativas a Inversiones (CIADI) la cual se
formó con la creación del convenio referido, ya que como Fernández (2016) señala es el más
utilizado en el ámbito de las inversiones internacionales debido a sus características
especiales, en especial referencia a los caracteres de autonomía e independencia respecto de
los tribunales nacionales.

Sin embargo, dentro del ámbito del arbitraje inversionista, se encuentran otros tribunales
arbitrales que se apegan a las reglas de la CNUDMI y de igual manera, se encargan de
resolver diferencias entre los inversionistas y el estado como la Corte de Arbitraje de la
Cámara de Comercio Internacional de París, la Corte de Arbitraje Internacional de Londres,
el Instituto de Arbitraje de la Cámara de Comercio de Estocolmo y la Corte
Permanente de Arbitraje de la Haya. Asimismo, se han creado diversos tratados
internacionales como el Tratado Libre de América del Norte y tratados bilaterales de
Inversión (Bits por sus siglas en inglés) que regulan estos procedimientos, empero, en el caso
de México, se han firmado Acuerdos para la promoción y protección recíproca de las
inversiones y los tratados que contienen capítulos de Inversión.

En ese sentido, tal como Fernández señala:


El arbitraje internacional se ha erigido en la solución preferida de los inversores
cuando tienen que buscar una solución a su diferencia con el estado receptor de su
inversión. Para un inversor es de gran atractivo contar con un mecanismo de solución de
controversias que logra decisiones finales mediante un procedimiento rápido, flexible y
donde las partes tienen un considerable control sobre el mismo. A ello debe añadirse
además que la iniciación de un procedimiento arbitral se facilita enormemente para un
inversor debido a las especiales características de la prestación del consentimiento por
parte del estado receptor de la inversión (p.49.).

En ese orden de ideas, la competencia del tribunal del arbitral ante el cual se sometará el
conflicto dependerá de la manifestación de voluntad por parte del estado receptor, o bien, de
lo que estipule su legislación interna o en Acuerdo de Inversión (AIILS de los más de 3000
existentes) que vincula a un estado con el estado del que es nacional el inversionista,
consecuentemente, este aceptara el acuerdo de inversión que se suscribió. En esa tesitura, los
53
Ramirez-Matus, L & Jasso Rodriguez, A

Acuerdos de Inversión son acuerdos bilaterales donde las partes recíprocamente asumen una
serie de protección y promoción de las inversiones realizada por los inversionistas de la parte
contratante, “asimismo, se incluyen principios de protección que incluye el tratamiento justo
y equitativo, la plena protección y seguridad, el principio de no discriminación, la cláusula
de la nación más favorecida, la protección del inversor frente a la expropiación” (Fernández,
2016, p. 50)

De igual manera, dentro del ámbito energético se han resuelto disputas entre los
inversionistas y los países, ya que en un momento dado, estos pueden presentar un conflicto
que necesita resolverse a través de un arbitraje internacional, de ahí que esta sea una nueva
rama del derecho internacional público que se denomina Derecho Internacional de la
Inversión Energética (International Energy Investment Law), del cual se han creado diversos
tratados Internacionales en esta materia, como el tratado de la Carta de Energía, el cual refleja
un enfoque regulatorio en las relaciones de Inversión.

En ese sentido, los conflictos energéticos revisten características especiales para


someterse al arbitraje, ya que como Talavera y Ferreiros (2015) señalan, la inversión
petrolera consta de características especiales y problemáticas contractuales que necesitan de
la solución particular ajena a la práctica general comercial, de manera que, los arbitrajes
originados a partir de controversias en inversiones petroleras han formado un género en sí
mismo, con soluciones ad hoc, que se vinculan a la rama comercial.

Por ende, los conflictos que se originen en el ámbito energético, pueden someterse al
arbitraje internacional, en razón de que sus resoluciones no forman parte de las facultades
exclusivas del poder judicial, ya que como Marmolejo (2018) señala el estado no actúa en su
carácter de autoridad (ius imperii) sino como un particular en una relación contractual de
hidrocarburos (ius gestionis), además, la naturaleza del acto reclamado es de carácter
mercantil que tiene como objetivo la exploración y extracción del petróleo ó hidrocarburos,
práctica que se considera muy riesgosa y que genera perplejidad para el inversionista
extranjero, dado que las sumas que se invierten son sumamente multimillonarias sin recibir
nada a cambio, asimismo, se pueden aparecer perdidas de riesgos y económicos y financieros
en tales actividades, además se utiliza alta tecnología de frágil ingeniería, se pueden generar
cambios climáticos, geológicos, ecológicos, de ahí que el inversionista tengan la opción de
acudir a los mecanismos alternos de solución de controversias, en especial referencia al
arbitraje dado que este herramienta genera claridad en las inversiones.

En efecto, las obligaciones que se contraen en el sector energético son de carácter privado,
las cuales al incumplirse se someten ante un panel arbitral especializado en esta materia, de
forma que, dentro del arbitraje se resuelven las cláusulas que se incumplieron en el contrato
energético, sin embargo, existe la posibilidad de que el conflicto también se someta

54
El arbitraje internacional de inversión en materia…

paralelamente a los tribunales nacionales mediante la vía administrativa, como es el caso de


juicio de nulidad, o bien a través del juicio de amparo en el caso mexicano.

Por otro lado, a partir de la reforma energética en 2013 en México, es posible llevar a cabo
conflictos en el sector energético a través del arbitraje internacional, dado que a causa de este
cambio legislativo y constitucional, se modificaron diversos preceptos, principalmente el
artículo 27 constitucional, y en cuanto a la legislación federal, se modificaron algunos
artículos de la ley de Petróleos Mexicanos, la ley de Comisión Federal de Electricidad, y la
ley de Hidrocarburos, los cuales señalan expresamente cuando es susceptible de someter un
conflicto por incumplimiento del contrato a través del arbitraje (ius gestioniis), o bien, cuando
se puede ejercer el ius imperii, es decir, la rescisión administrativa de un contrato por parte
de los órganos que integran el estado.

En ese sentido, a partir de la reforma energética, la ley de petróleos mexicanos ya


contempla la posibilidad de someter un conflicto por medio de arbitraje, sin embargo, la ley
en sus preceptos hace limitaciones cuando una controversia entra dentro del ámbito privado
y en qué momento se encuentra en el derecho administrativo del estado, es decir, cuando se
traten de adquisiciones, arrendamientos y servicios y obras que lleve a cabo PEMEX, su
artículo 80 dispone lo siguiente:

Artículo 80.- Todos los actos que se desarrollen dentro del procedimiento de
contratación que se regula en el presente Capítulo, hasta el momento del fallo, inclusive,
serán de naturaleza administrativa. Una vez firmado el contrato, éste y todos los actos o
aspectos que deriven del mismo serán de naturaleza privada y se regirán por la
legislación mercantil o común aplicable.

En ese orden de ideas, Petróleos Mexicanos hasta antes de la firma de los contratos por
obras y servicios, podrá rescindir administrativamente los contratos que se hayan signado
con los inversionistas, por ende, hace susceptible que se impugne dicha decisión a través del
juicio de nulidad ante los tribunales correspondientes. Sin embargo, cuando se rige por la
legislación privada se puede resolver por medio de los mecanismos alternos de solución de
controversias como es el caso del arbitraje, ya que como se mencionó en párrafos anteriores
el estado actúa como un particular que contrae obligaciones con un inversionista. En ese tenor
el artículo 81 de la ley de la materia ya prevé que los conflictos de esta naturaleza se resuelvan
a través de las soluciones alternas, si así lo establecieron en los contratos petroleros, no
obstante, se podrán resolver de igual manera si así lo consideran las partes en las instancias
del Poder Judicial de la Federación.

Cabe resaltar que el artículo 115 de la Ley de Petróleos Mexicanos ya establece


expresamente que las partes puedan acudir a los mecanismos alternos de solución de
controversias:
55
Ramirez-Matus, L & Jasso Rodriguez, A

…cuando hayan establecido expresamente cláusulas o compromisos arbitrales en base


a la legislación mercantil aplicable y los tratados internacionales de los que México sea
parte. De igual manera se podrá aplicar el derecho extranjero si así lo convinieran, si los
actos tienen efectos fuera del territorio nacional.

De manera que, la ley de hidrocarburos hace mención expresa del ius imperii del estado,
y su situación de particular frente a un inversionista con el que contrajo obligaciones
contractuales en el ámbito energético. En esa tesitura, la ley mencionada, prevé expresamente
cuando el estado puede representar su investidura de autoridad ante este tipo de relaciones
contractuales, es decir, en qué casos puede llevar a cabo la rescisión administrativa de un
contracto energético (ius imperii). Por ende, el ejecutivo federal, a través de la Comisión
Nacional de Hidrocarburos, rescindirá los contratos administrativos de conformidad con el
artículo 20 en los siguientes casos: a) que en el plazo de 180 días el contratista no inicie o
suspenda las actividades previstas para el plan de exploración o el desarrollo de la extracción,
sin causa justificada ni autorización de la Comisión Nacional de Hidrocarburos; b) que el
contratista no cumpla con los requisitos mínimos sin causa justificada; c) cuando el
contratista ceda parcial o totalmente la operación o bien, los derechos que se encuentran
estipulados en el contrato de exploración y extracción; d) que se presente un accidente grave
causado por dolo o culpa del contratista, como el daño a las instalaciones, fatalidad y perdida
de producción; e) que el contratista por más de una ocasión de manera dolosa, o bien,
injustificada remita en sus informes información falsa, incompleta, o los oculte a las
secretarías del poder ejecutivo como la Secretaría de Energía, la Secretaría de Hacienda y
Crédito Público, o a la Comisión Nacional de Hidrocarburos; f) que el contratista no ejecute
una resolución de un órgano jurisdiccional; g) finalmente, que el contratista no haga algún
pago al estado o la entrega de hidrocarburos de acuerdo a lo estipulado en el contratos de
extracción y exploración.

Sin embargo, el ius gestionis se hace presente dentro del artículo 21 de la Ley Nacional
de Hidrocarburos, donde las partes tanto el estado como el inversionista pueden someter sus
conflictos al arbitraje, cuyos contratos de exploración y extracción pueden someterse a los
mecanismos alternativos de solución de conflictos de conformidad con el título IV del Código
de Comercio y los tratados internacionales de los cuales el estado mexicano sea parte, pero
ni la comisión nacional de hidrocarburos ni los contratistas podrán aplicar leyes extranjeras.

Actualmente, el gobierno de México a través de la Comisión Federal de Electricidad ha


solicitado una serie de arbitrajes por incumplimiento de las cláusulas arbitrales por siete
gasoductos, donde se obligan a las constructoras a sufragar los gastos en casos de retrasos
ajenos a la voluntad de estos organismos. De entre los proyectos donde la Comisión Federal
de Electricidad solicitó los arbitrajes para anular algunas cláusulas se encuentran los
siguientes: a) Proyecto Tuxpan- Tula, Transportadora de Gas Natural de la Huasteca; b)
Proyecto Tula Villa-Reyes, Transportadora de Gas Natural de la Huasteca; c) Samalayuca-
56
El arbitraje internacional de inversión en materia…

Sásabe, Carso Gasoducto Norte; d) Guaymas- El oro, Gasoducto de Aguaprieta (Ienova); e)


La laguna- Aguascalientes; f) Villa de Reyes- Aguascalientes- Guadalajara; g) Sur de Texas-
Tuxpan, Infraestructura Marina del Golfo (TransCanada- IENova), demandas sometidas ante
la Corte Internacional de Arbitraje de la Cámara de Comercio Internacional de París y seis
demandas preliminares ante la Corte Internacional de Arbitraje de Londres.
Finalmente, estos son algunos ejemplos de una de las innovaciones que ha traído consigo
la aprobación de la Reforma Energética a pesar de que el caso Comissa fue un antecedente
donde se llevó a cabo el arbitraje internacional entre un inversionista vs el Estado Mexicano,
por ende, esta solución alterna ayudará a que la Comisión Federal de Electricidad y Petróleos
Mexicanos resuelvan sus diferencias por claúsulas arbitrales que no cumplan con los
requerimientos que se pactaron con el inversor, además, hay una mayor equidad en el laudo
que resuelva el conflicto por incumplimiento a alguno de los contratos en el ámbito
energético.

4. La experiencia en países latinoamericanos

En cuanto a la experiencia en Latinoamérica Fernández (2011) señala que, a la mitad del


siglo XX, los países latinoamericanos empezaron a considerar el arbitraje como un
mecanismo de solución de controversias, por ende, paulatinamente fueron dejando de lado el
recelo y rechazo que sentían por ellos. En ese orden de ideas, dichos países han optado por
redactar sus cláusulas donde vayan estipuladas las vías para acudir el arbitraje, así, queda
establecido de conformidad con los Acuerdos Internacionales de Inversión o bien, los
tratados internacionales que hayan signado los países.

En ese tenor, dentro de los casos más emblemáticos en el sector energético por parte de
países latinoamericanos que se hayan sometido a un arbitraje internacional se encuentra el
caso de Occidental Petroleum Corporation y Occidental Exploration y Production Company
c. Ecuador (caso CIADI nº.ARB/06/11), donde se le impuso al estado receptor una condena
pecuniaria cerca de 1800 millones de Dólares.

El caso citado se suscitó debido a que el gobierno ecuatoriano público un decreto de


caducidad el 15 de mayo de 2006 a través del cual se determinaba la terminación del contrato
de participación entre la empresa nacional de hidrocarburos perteneciente a ecuador y la
empresa americana, mismo que se había creado para la exploración y explotación de los
recursos petroleros en la región amazónica ecuatoriana, además, se le debían entregar todos
los bienes que se habían aportado para la inversión. El gobierno aludido se basó en una
sanción administrativa debido a que la compañía estadounidense había transmitido a un 40%
de la participación a otra compañía, con ello se habían quebrantado los compromisos que se
habían acordado en el contrato energético.

57
Ramirez-Matus, L & Jasso Rodriguez, A

En efecto, en el laudo de 12 de octubre de 2012 se había determinado que los inversores


no habían cumplido con la autorización de carácter administrativo hacia el gobierno
ecuatoriano, no obstante, el estado había tomado una medida desproporcionada en contra de
los inversionistas, en virtud de que no había un trato justo y equitativo hacia ellos, además
se consideraba un tipo de expropiación.

En ese sentido, lo interesante de este caso es que en las resoluciones se utilizan los
principios de las contrataciones entre las partes, como el principio de trato justo equitativo,
además la consideración en el exceso de las expropiaciones, como consecuencia, estos
criterios hacen que los árbitros se basen en estos principios rectores para resolver el caso
aludido.

Por otro lado, en el sector energético latinoamericano también se encuentra el caso de


CMS Gas Transmission c. Argentina (caso CIADI nº.ARB/01/8), donde el panel arbitral
condeno al estado argentino a pagar una sumatoria por 133 millones de dólares más intereses
porque se violó el principio de trato justo y equitativo en contra de la empresa americana.

En ese sentido, este asunto se originó a partir de la suspensión de la aplicación de la


fórmula de ajuste de tarifas de distribución de gas, ya que dicha decisión afectó a la empresa
CMS, en razón de que poseía un 30% de las acciones en la empresa TGN que se había creado
en argentina y que había conseguido una licencia para transportar gas. En ese tenor, la
justificación de dicha medida por parte del estado argentino se justificó en que se encontraba
en un estado de necesidad a partir de la crisis financiera que vivió el país a partir de los años
2000, asimismo, consideró como medida de emergencia la utilización de esta herramienta,
ya que este se encuentra como uno de los principios de los acuerdos bilaterales, sin embargo,
el tribunal arbitral consideró que la medida había sido totalmente desproporcionada.

Con respecto a la resolución emitida por el Comité, para efectos de saber en que se basó
unos de los principios más importantes que se alegan por los inversionistas en el arbitraje
internacional como es el principio de trato justo y equitativo se transcribe lo siguiente de los
argumentos vertidos por el Comité: ““la estabilidad del entorno jurídico y empresarial es
un elemento esencial del trato justo y equitativo.” Adicionalmente, sostuvo que este estándar
“es inseparable de la estabilidad y la previsibilidad”. Según el Tribunal, el marco jurídico
existente al tiempo de la inversión no requiere ser congelado, “pues éste siempre puede
evolucionar y ser adaptado a los cambios de las circunstancias”, pero no puede
“eliminarse…por completo cuando se han asumido compromisos específicos en sentido
contrario.”

Consecuentemente, el tribunal resuelve de conformidad a los principios generales del


derecho, es decir, el comité de arbitraje internacional se apego a lo que el tribunal arbitral
argentino ya se había fundamentado respecto al trato equitativo, como consecuencia, al llevar
58
El arbitraje internacional de inversión en materia…

a cabo el estudio de fondo, solamente se enfocó en lo que el tribunal arbitral consideró en


casos anteriores como la teoría de la imprevisión, ya que en efecto no se pueden eliminar los
compromisos pero si adecuarlos a las circunstancias económicas del país.

Del mismo modo cuando el gobierno argentino alega que se encuentra en un estado de
necesidad, el tribunal internacional de arbitraje mencionó que este argumento se debe basar
conforme las normas consuetudinarias en el derecho internacional lo que resultó que el
tribunal argentino no construyera motivos suficientes de que es un estado de necesidad, o
bien, un estado de emergencia-

Por ende, a partir del estudio de estos casos, se puede concluir que el tribunal arbitral
internacional de carácter ad hoc resuelve tanto los intereses de los inversores y el estado,
valoración que va dirigida hacia los principios generales del derecho dentro un caso, además
su función es más imparcial, debido a su carácter internacional, y resuelve conforme a
derecho, ya que su función se basa en resolver de acuerdo a las circunstancias, los principios,
y las nociones de derecho internacional.

5. Metodología

Método
El presente trabajo tiene un enfoque de carácter cualitativo, dado que busca
encontrar que tanto es el grado de importancia del arbitraje internacional tanto para los países
e inversionistas, asimismo, la experiencia que ha tenido México y los países latinoamericanos
en el ámbito energético, por ende se pretende demostrar que la justicia tradicional como la
vía administrativa que es el medio más común para nulificar recisiones administrativas de
contratos de hidrocarburos, es un medio no tan eficaz como el arbitraje internacional, dado
que este último resuelve conforme a los principios de equidad y justicia, ya que si se resuelve
por la vía tradicional representa una desventaja para los inversionistas, por no ser nacionales
de dichos estados.

Diseño
La presente investigación se basó en un diseño cualitativo no experimental, que fue
producto de una exhaustiva revisión bibliográfica respecto a los temas de arbitraje
internacional para inversionistas y estados cuando se presentan conflictos por
incumplimiento de contratos en el ámbito energético. Por ende, como señala Sampieri: El
enfoque cualitativo se selecciona cuando el propósito es examinar la forma en que los
individuos perciben y experimentan los fenómenos que los rodean, profundizando en sus
puntos de vista, interpretaciones y significados. (p.358) De igual manera Sampieri menciona:
El diseño no experimental podría definirse como la investigación que se realiza sin
manipular deliberadamente variables. Es decir, se trata de estudios en los que no hacemos
variar en forma intencional las variables independientes para ver su efecto sobre otras
59
Ramirez-Matus, L & Jasso Rodriguez, A

variables. Lo que hacemos en la investigación no experimental es observar fenómenos tal


como se dan en su contexto natural, para analizarlos (p.152)

Seguidamente, se extrajeron los cambios hechos por la reforma energética de 2013 a la


Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y demás leyes, que establecen por
primera vez de forma expresa, el arbitraje como un mecanismo alterno de solución de
controversias, asimismo se reviso bibliografía en base los países latinoamericanos que han
resuelto sus controversias en el ámbito energético, además se revisaron algunas notas
periodísticas en línea para conocer si actualmente México esta sometido a algún arbitraje
internacional.

Instrumentos
En la presente investigación se consultaron 2 revistas especializadas, 1 nota periodística,
y 13 libros especializados en la materia, que arrojaran opiniones, asimismo, el análisis de
cómo ha sido el desarrollo del arbitraje inversionista energético en el contexto
latinoamericano.
No obstante, se consulto la legislación de federal como la de petróleos mexicanos y la de
hidrocarburos, para llevar a cabo el análisis de los preceptos que establecen el arbitraje como
un mecanismo de solución de controversias.

Procedimiento
En una primera etapa se lleva a cabo la revisión bibliográfica del tema de inversión
energética y su participación ante los tribunales internacionales de arbitraje, asimismo, se
hace una revisión de los conceptos de ius imperii e ius gestionis, de donde parte la teoría de
como un órgano actúa con carácter privado y con carácter público, de ahí que cuando sea de
carácter privado los conflictos que se originen con un inversionista puedan someterse ante el
panel arbitral internacional

Posteriormente, se hace una revisión de los conceptos básicos de arbitraje inversionista y


su especialidad en el ámbito de hidrocarburos, para así llegar a la impactante reforma
energética de México en 2013 donde se desglosan la legislaciones federales y sus preceptos
que regulan el arbitraje como un mecanismo alterno de solución de controversias, asimismo
se cita un caso relevante donde la Comisión Federal de electricidad sometió siete arbitrajes
ante los tribunales internacionales de Londres y París.

Finalmente se analizan los casos más relevantes en Latinoamérica respecto al arbitraje


internacional en materia energética, como es el caso argentino y ecuatoriano.

60
El arbitraje internacional de inversión en materia…

6. Resultados

De la revisión bibliográfica, notas periodísticas, y revistas especializadas se identificó que


el gobierno mexicano a través de Comisión Federal de Electricidad empieza a someter los
conflictos a través del arbitraje internacional en lo que respecta al sector energético,
asimismo, se ha visto que los casos sometidos ante el arbitraje internacional se resuelvan más
conforme a la equidad de trato justo y equitativo.

Tabla 1
Concentrado de Casos de arbitraje internacional, 2019
Inversionista vs Tribunal de Principio
Estado Arbitraje Argumento sustentado
Internacional
Occidental CIADI Los Principio de
petroleum inversionistas no trato justo y
Corporation cumplieron con la equitativo
vs Ecuador autorización Medida
administrativa equivalente a la
para transmitir sus expropiación
derechos, pero el
estado no llevó a
cabo un trato justo
equitativo, además
expropio sus
bienes
CMS Gas CIADI A pesar de que Principio de
Transmission c. los argumentos no trato justo
Argentina eran suficientes el equitativo
tribunal le
concedió la razón a Estado de
CMS Gas necesidad o Estado
Transmission dado de Emergencia
que las tarifas se
podían adaptar a
las circunstancias
económicas del
país

61
Ramirez-Matus, L & Jasso Rodriguez, A

Iberdrola CIADI El tribunal Medida de


Energía arbitral desestimo expropiación
c. Guatemala el argumento
debido a que la
empresa española
no motivo
suficientemente
los actos de
reducción de tarifa
eléctrica por parte
de Guatemala
como una medida
de expropiación

Por ende, los argumentos en los laudos van enfocados conforme a los principios generales
del derecho que se violentan, dependiendo de las circunstancias del caso concreto que se
presenten ante los tribunales de arbitraje internacional.

7. Conclusiones

Finalmente se concluye que el arbitraje internacional en materia energética es una


solución alterna eficaz y es la opción más favorable para los inversionistas debido a que, el
panel ad hoc que se constituye para llevar a cabo la solución, adecua sus funciones de manera
imparcial, lo que lleva a que analizar de una forma más detalladas las soluciones que ya
vienen de los países y se consideren los principios que rigen la justicia alternativa
internacional, como es el caso de un principio justo equitativo y una medida de expropiación.

En ese sentido, el principio que comúnmente sustentan los inversores ante los tribunales
de arbitraje internacional es el principio relativo al trato justo y equitativo. De ahí que los
tribunales arbitrales resuelvan las diferencias en base a las normas consuetudinarias y los
principios generales del derecho, y los inversores busquen sus soluciones a través de esta vía
alterna voluntariamente.

El arbitraje puede considerarse como un triunfo del reconocimiento de la autonomía


de la voluntad, en la medida en que son los particulares quienes eligen el lugar donde se
resolverá la controversia, el o los árbitros encargados de la decisión, la ley que será
aplicada y el alcance de las decisiones que puede adoptar el tribunal. (Madalena y
Montoya, 2018, p.75)

Sin embargo, a partir de la reforma energética en México, las diferencias que se susciten
después de la firma del contrato de hidrocarburos es posible someterlos ante los tribunales
62
El arbitraje internacional de inversión en materia…

arbitrales internacionales, como es el caso de Comisión Federal de Electricidad donde se


mencionó los litigios que tiene ante el arbitraje internacional de Londres y París. Por ende,
la nulidad administrativa pasa a ser la última opción que los inversionistas pretendan ejercer,
no obstante, en caso de escoger la vía de solución alternativa es necesario plasmarlo dentro
de las cláusulas arbitrales.

Por ende, el estado deja a un lado su ius imperii para someterse a un nuevo mecanismo de
solución de controversias como el arbitraje, donde el ius gestionis se encuentra presente para
la solución de conflictos ante el arbitraje internacional.

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Investigaciones jurídicas.
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Ramirez-Matus, L & Jasso Rodriguez, A

González Campo. Derecho Internacional Privado, Derecho Constitucional y Varia.


(pp.1563-1592) Eurolex y Universidad Autónoma de Madrid, Madrid.

64
Tutela penal nicaragüense de la Propiedad Industrial con énfasis en el delito de fraude
sobre patente, modelo de utilidad o diseño industrial
Nicaraguan Criminal protection of the Industrial property, with emphasis on the crime of
patent fraud, utility model or industrial design

Jessica Alexandra Flores Páiz1


Universidad Politécnica de Nicaragua

RESUMEN

El artículo se centró en analizar un mecanismo de tutela, desde la norma jurídico penal sustantiva, con la
que cuentan los titulares de bienes inmateriales, particularmente, los titulares de patentes de invención, modelos
de utilidad y de diseños industriales, como medida coercitiva de mayor rigurosidad para perseguir y castigar
a los infractores de sus derechos exclusivos con penas que incluye la privación de libertad, para ello se utilizó
en la elaboración de este trabajo investigativo el método teórico-documental a través de instrumentos como la
exploración y análisis documental de una serie de fuentes primarias y secundarias del conocimiento, mediante
lo cual se evidenció por un lado que los delitos contra la Propiedad Industrial presentan características similares
que son perfectamente deducibles del propio precepto normativo y por otro lado, se determinó la protección de
la Propiedad Industrial desde la norma jurídico penal sustantiva, como una herramienta a conocer y aplicar por
los titulares de Derechos de Propiedad Industrial en la resolución de sus controversias en esta materia.

Palabras clave: Derecho Penal, Invención, Propiedad Industrial, Patente, Registro

ABSTRACT

The article was focused on analyzing a mechanism of guardianship, from the substantive criminal legal rule,
which has holders of intangible property, particular holders of patents of inventions, utility models and
industrial designs, such as more rigorous coercive measures to prosecute and punish violators of their exclusive
rights with penalties including privation of freedom, to do this research it was used theoretical and documentary
method by mean of explorations and documentary analysis of primary and secondary sources of knowledge,
through it was evidenced in one hand crime against industrial property have similar characteristics and are
perfectly deductible from the very normative provision and on the other hand, the protection of Industrial
Property was determined from the substantive criminal legal rule, as a tool to be known and applied by the
holders of Industrial Property Rights in the resolution of their disputes in this matter.

Keyword Criminal Law, Invention, Industrial Property, Patent, Registration

1
Abogada y Notaria Pública de la República de Nicaragua. Docente de Derecho de Propiedad Intelectual y Propiedad
Industrial en UPOLI Managua. Licenciada en Comunicación Social por la UCA-Managua (2012). Licenciada en Derecho
por la UNAN-León (2015). Master en Derecho Penal y Derecho Procesal Penal por la UNAN-León (2019)
Tutela penal nicaragüense de la Propiedad Industrial

1. Introducción

El auge de las creaciones intelectuales especialmente de aplicación industrial como


actividad meramente empresarial, así como las manifestaciones propias de la libre
concurrencia en el mercado que ha incrementado la rivalidad entre las empresas que
convergen en la oferta de productos y servicios a nivel nacional como Internacional, y la
necesidad de sus creadores o titulares de proteger tales bienes inmateriales o innovaciones
comercializables ha puesto de manifiesto la importancia del acto del registro que le confiere
al titular un monopolio de explotación por un tiempo determinado, asimismo una serie de
Derechos de exclusividad sobre su propiedad, entre ellos la oportunidad de perseguir y
castigar a quienes violenten sus Derechos ante las autoridades competentes.

De tal manera que, para constituir tales bienes inmateriales como Propiedad Industrial
mediante el acto de registro, en principio debemos entender qué es el Derecho de Propiedad
Industrial.
La Propiedad Industrial es el conjunto de derechos que sirven para proteger
a las personas físicas o morales que desean reservar sus creaciones (patentes,
modelos de utilidad, diseños industriales), distinguir sus productos o servicios
de otros de su misma especie o clase (marcas, denominaciones de origen),
proteger la originalidad de sus avisos comercial conservar la privacidad de sus
secretos industriales o comerciales, distinguir la identidad de sus
establecimientos comerciales respecto de otros dedicados al mismo giro,
proteger el procedimiento para la obtención de nuevas variedades vegetales y
de biotecnología, y que les proporcione también derecho a enajenar dichos
bienes inmateriales y a perseguir a los que infrinjan tales derechos ante las
autoridades competentes. (Viñamata, 2007, p. 181 y s)

Por tanto, la Propiedad Industrial que es una de las ramas que conforman la Propiedad
Intelectual no podría considerarse bajo ese título en tanto no sea protegida por la entidad
correspondiente a la luz de un vasto marco jurídico sobre la materia, en ese sentido Sherwood
(1995) manifiesta: “Cuando los productos de la mente reciben protección pública, se puede
usar apropiadamente el concepto de propiedad intelectual. Constituye en algún sentido
equívoco hablar de omitir proteger la propiedad intelectual. Si no hay protección, no hay
propiedad intelectual” (p.24).

Al respecto, nuestro ordenamiento jurídico nacional regula y protege el Derecho de


Propiedad Industrial a través de las siguientes leyes especiales: Ley No. 380 Ley de Marcas
y otros signos distintivos, Ley No. 354 Ley de Patentes de Invención, modelo de utilidad y
diseños industriales, Ley No. 318 Ley de Protección de las obtenciones vegetales, Ley No.
324 Ley de Protección a los esquemas de trazados de circuitos integrados, y sus respectivos

66
Flores Páiz, J

reglamentos2; todas ellas surgen como producto de la modernización y mejoras legislativas


en cumplimiento de los Acuerdos o Tratados y Convenios Internacionales suscritos por
Nicaragua, así como el cumplimiento de los Acuerdos ratificados a nivel centroamericano
con el resto de países de la Región, apuntando a la regulación y protección armonizada e
integral de la Propiedad Industrial en miras del desarrollo comercial a nivel Centroamericano
y mundial, asimismo en respuesta de las situaciones acaecidas producto de la inminente era
electrónica o digital cuyas esferas de actuación trasciende la territorialidad nacional, entre
los Instrumentos que podemos mencionar se encuentran el Convenio de la Unión de París
para la protección de la Propiedad Industrial del año 1883 que fue uno de los primeros
Tratados en el cual se reconoce la importancia de la Propiedad Intelectual a nivel mundial y
que es uno de los Instrumentos administrados por la Organización Mundial de la Propiedad
Intelectual OMPI, asimismo los Acuerdos sobre los Derechos de Propiedad Intelectual
relacionados con el Comercio ADPIC incorporados en la suscripción del Acuerdo de la
creación de la Organización Mundial del Comercio OMC de 1994.

Sin embargo, la trascendencia de la Propiedad Industrial en el ámbito económico o


empresarial en Nicaragua y a nivel mundial, así como el aparejado incremento de usos
comerciales ilícitos o competencia desleal por parte de terceros, motivó que se estableciera
un mecanismo de tutela más efectivo y riguroso para prevenir, frenar y castigar a quienes
violentaran los Derechos exclusivos de los titulares registrales de Propiedad Industrial, de tal
manera el legislador reformó las cláusulas penales establecidas en las leyes especiales antes
mencionadas incluyendo en el código penal nicaragüense del 2008 los delitos contra la
Propiedad Industrial, los cuales se encuentran regulados dentro del título VI sobre los Delitos
contra el patrimonio y el orden socioeconómico.

Los Delitos contra la Propiedad Industrial se encuentran recogidos en el Capítulo X, los


cuales se desarrollan de la siguiente manera: art. 252 CP Fraude sobre patente, modelo de
utilidad o diseño industrial, art. Art. 253 CP Violación a los derechos de patente, modelo de
utilidad o diseño industrial, art. 254 CP Delitos contra el derecho de obtentor, art. 255 CP
Utilización comercial ilícita de marcas y otros signos distintivos, art. 256 CP Violación de
derechos derivados de la titularidad de esquemas de trazado o topografías de circuitos
integrados, art. 257 CP Publicación de sentencias.
2. Elementos típicos comunes en los delitos contra la propiedad industrial
De los tipos penales puntualizados en el párrafo que antecede se desprenden de manera
expresa o tácita exigencias típicas comunes de los cuales podemos mencionar: fines
comerciales o industriales, previa inscripción registral del título, conocimiento del registro
por parte del infractor y falta de consentimiento o autorización del titular del Derecho
registrado, y que paso a citar a continuación:

2
Hasta la fecha se han efectuado algunas reformas y adiciones parciales a las leyes y reglamentos en
mención.
67
Tutela penal nicaragüense de la Propiedad Industrial

2.1) Fines comerciales o industriales: De los presupuestos típicos expresados en estos


delitos se deduce que estos actos descritos se introducen al tráfico mercantil. El legislador
incluye verbos rectores comunes para describir el núcleo de cada conducta típica en estos
delitos como son: venta, distribución, importación, exportación, comercialización, además
de establecer la finalidad comercial directamente en el art. 255 CP Utilización comercial
ilícita de marcas y otros signos distintivos. Inciso c) La utilización con fines comerciales de
envases, envolturas, o embalajes que lleven una marca registrada o signo distintivo […].

Por su parte la doctrina española refiere que “el fin industrial o el destino a la explotación
o introducción en el comercio, ámbito o tráfico mercantil de los elementos u objetos
amparados por derechos de propiedad industrial resulta, pues, condición de la intervención
penal tanto como los es de la tutela mercantil y administrativa” (Tirado, 2016, p.12).

2.2) Previa inscripción registral del título: La protección penal se otorga únicamente a
los títulos de Propiedad Industrial debidamente inscritos en el registro de la Propiedad
Intelectual RPI dependencia del Ministerio de Fomento, Industria y Comercio MIFIC-
Nicaragua conforme a lo establecido en la ley de la materia. A como Mapelli (2001) refiere
respecto a lo dispuesto en la legislación penal española sobre esta materia: “no existirían
delitos contra la propiedad industrial ni su protección penal sin el requisito registral que le
confiere ese carácter” (p. 126).

2.3) Conocimiento del Registro por parte del infractor (sujeto activo): Este requisito
exige que el autor del delito actúe con conocimiento del registro del título de Propiedad
Industrial lo cual podríamos suponerlo de dos maneras: primero, por la publicidad que se
deriva del propio acto del registro, y segundo, por lo descrito en las conductas típicas que
indican el conocimiento, y el dolo o voluntad, por parte del sujeto activo al realizar los actos
prohibidos en la norma penal […]. (Flores, 2019, p.24)

2.4) Falta de autorización del titular del Derecho registrado: Los tipos penales
relativos a la Propiedad Industrial refieren uniformemente y de manera literal que quien
realice los actos o conductas típicas sin autorización escrita del titular del derecho comete el
ilícito penal, de tal manera que si existiese autorización por parte del propietario entonces la
conducta sería atípica. (Flores, 2019, pp.24-26)

3. Análisis de los elementos del delito art. 252 cp fraude sobre patente, modelo de
utilidad o diseño industrial

En este apartado se analizan los elementos que conforman la estructura y contenido de


uno de los delitos relativos a la Propiedad Industrial desde la perspectiva de la Teoría general
del delito la cual según manifiesta Luzón (2017) se puede resumir en la siguiente estructura
68
Flores Páiz, J

básica: Acción, Tipicidad, Antijuricidad y Culpabilidad, “El delito será, pues, la acción
típica, antijurídica y culpable” (p. 163). Sin embargo algunos autores añaden un quinto
elemento: la punibilidad.

3.1 Parte positiva del tipo (Elementos Objetivos):

3.1.1 El bien jurídico protegido en el tipo penal base de esta investigación es el Derecho
de uso o explotación exclusiva de la Patente de invención, modelo de utilidad o diseño
industrial por parte del titular registral por un tiempo determinado, lo cual se corresponde
con la doctrina mayoritaria española, así como con lo establecido en el precepto legal del
CP/2008 que literalmente cita que cometerá este delito: “quien sin autorización escrita del
titular del Derecho realice cualquiera de los siguientes actos […]”. Es deducible que el
legislador pretende proteger el derecho exclusivo del propietario de este bien inmaterial, y
por ende prohibir a terceros el uso de su patente de invención, modelo de utilidad o diseño
industrial.

3.1.2 Acción o conducta típica: La acción o conducta típica es la concreta conducta,


activa u omisiva, descrita por el tipo penal, y este último es el supuesto de hecho
abstracto descrito en la norma jurídico penal, y que se analizo a continuación:

a) Análisis de las conductas típicas:

Partiendo del significado de Fraude que se define en el diccionario de la lengua española


de la Real Academia Española RAE en sentido general es la acción contraria a la verdad y la
rectitud, o engaño que perjudica a la persona contra quien se comete, analizaremos las
conductas típicas que integran los dos apartados del delito Fraude sobre patente, modelo de
utilidad o diseño industrial (Art. 252 CP).

El inciso a) incrimina penalmente la siguiente conducta típica: Hacer parecer como


producto patentado, protegido por modelo de utilidad o diseño industrial, aquellos que no lo
estén.

A como lo ha definido la RAE se entiende por la palabra “parecer” a tener determinada


apariencia o aspecto. De esta definición podemos determinar dos puntos esenciales: uno, que
por la acción o conducta típica nos encontramos con un delito de mera conducta activa que
no exige un resultado distinto de la misma conducta para consumar el delito, sobre estos
delitos Luzón (2017) manifiesta: “En los delitos de mera conducta el tipo sólo requiere una
determinada conducta, activa o pasiva, sin necesidad de un ulterior resultado distinto de
aquella” (p. 227), y dos, que por el bien jurídico protegido y el modo de afectación del bien
jurídico se trata de un delito de lesión, el mismo autor Luzón (2017) refiere: “Los delitos de
lesión suponen ya la efectiva lesión o menoscabo del bien jurídico” (p. 232), por tanto con
69
Tutela penal nicaragüense de la Propiedad Industrial

este acto o conducta el sujeto activo lesiona el bien jurídico protegido con el solo hecho de
dar la apariencia de determinado(s) producto(s) como un producto que ha sido debidamente
patentado, protegido por modelo de utilidad o diseño industrial.

El inciso b) incrimina penalmente la siguiente conducta típica: invocar ante tercera


persona, sin ser titular de una patente, modelo de utilidad o diseño industrial o sin gozar ya
de estos privilegios, como si disfrutara de tal titularidad y privilegios.

Conforme se define en el diccionario de la RAE la palabra invocar proviene del latín


invocare que significa llamar en solicitud de ayuda de manera formal o ritual. Asimismo,
acogerse a una ley, costumbre, o razón. Partiendo del significado de invocar, se puede deducir
que el sujeto activo realiza el acto de invocar o llamar en solicitud de ayuda ante tercera
persona mostrándose como si fuera el titular, o de haberlo sido como si aún gozara de tal
titularidad con el fin de recibir alguna ventaja exclusiva o especial o de seguir gozando de
tales ventajas producto de la concesión del título de patente, modelo de utilidad o diseño
industrial.

Por la acción o conducta realizada, al igual que el inciso anterior, se trata de un delito de
mera conducta activa que no exige un resultado distinto de la propia conducta, y que lesiona
el bien jurídico protegido con la realización del acto de invocar ante tercera persona sin ser
titular de una patente, modelo de utilidad o diseño industrial o sin gozar ya de estos
privilegios, como si disfrutara de tal titularidad y privilegios.

b) Relación de causalidad e imputación objetiva (relación acción y resultado):

Cabe precisar que la conducta o acción típica para ser penalmente relevante requiere la
producción de un resultado surgiendo así la problemática acerca de la relación causal entre
acción y resultado, y relación de imputación objetiva entre el resultado y la acción, y siendo
que se enmarco a este tipo penal como un delito de mera actividad es necesario comprender
respecto de la determinación de la relación de causalidad, a como lo ha manifestado
Gimbernat (1991) quien señala:

“… a diferencia de los delitos de resultado, en los delitos de actividad el


resultado siempre tiene lugar simultáneamente con la actividad desplegada
por el agente, y por ello, la constatación de la relación de causalidad entre
acción y modificación del mundo exterior, que en estos delitos, exactamente
igual que en los de resultado, es un elemento del tipo […]” (p. 116).

Por otro lado, en referencia a la determinación de la relación de imputación objetiva Luzón


(2017) menciona a un sector de la doctrina que plantea un primer nivel de la imputación
objetiva antes de la imputación del resultado que es la imputación de la conducta o
70
Flores Páiz, J

comportamiento. “... más importante cuantitativamente será la cuestión del encaje de la


propia conducta en el fin de la norma típica” (Luzón, 2017, p. 308).

b) Fases de realización de la acción o conducta típica (Iter Criminis):

Respecto a las fases externas de la realización del hecho típico cabe detallar que en el
delito que se analiza no se tipifica la fase preparatoria (actos preparatorios punibles: La
conspiración, la proposición y la provocación para delinquir establecidos en el art. 31 y 32
CP) ya que se ciñe al sistema de numerus clausus en el que se ha establecido, por regla
general, que estos actos preparatorios sólo serán sancionados en los casos especiales
expresamente previsto en la ley. Por tanto, interesa conocer la fase ejecutiva compuesta por
actos ejecutivos en la que el sujeto da inicio a la ejecución o realización del correspondiente
delito, de forma que practica alguno o todos los actos de la conducta típica respectiva.
Del análisis de las conductas típicas que conforman el delito de Fraude sobre patente,
modelo de utilidad o diseño industrial, y siendo que es un delito de mera conducta activa, se
trata de un tipo penal en el que la consumación existe desde el momento en que se realiza la
actividad o conducta típica. Al respecto Orts y González (2004) refieren: “En los delitos de
mera actividad y de omisión propia, la consumación existe desde el momento que se realiza
toda la conducta o se deja de hacer la conducta prescrita, sin necesidad evidentemente de
exigir un resultado, pues éste no lo requiere el tipo” (p. 93).

Sin embargo, se plantea si en el delito que nos ocupa aplican las fases anteriores a la
consumación conocidas como formas imperfectas de ejecución, ya que una vez comenzada
la ejecución del hecho delictivo, éste puede quedar en fase de tentativa (tentativa inacabada)
o frustración (tentativa acabada) si no se realizan todos los actos ejecutivos necesarios. Tales
formas imperfectas de ejecución se encuentran reguladas en el art. 28 CP: “… b) Hay
frustración cuando la persona, con la voluntad de realizar un delito, practica todos los actos
de ejecución que objetivamente deberían producir el resultado, y sin embargo éste no se
produce por causas independientes o ajenas a la voluntad del sujeto, c) Hay tentativa cuando
el sujeto, con la voluntad de realizar un delito, da principio a su ejecución directamente por
hechos exteriores, pero sólo ejecuta parte de los actos que objetivamente pueden producir
la consumación, por cualquier causa que no sea el propio y voluntario desistimiento”.

Sobre este punto Canizales (2016) afirma: “no se concibe la tentativa o frustración en los
delitos imprudentes o en aquellos delitos que con un solo acto se consuman” (p. 112). Sin
embargo, agrega la posibilidad de considerar un delito a nivel de tentativa cuando el delito
pueda ser ejecutado por conductas fraccionadas, lo que implica que el delito no signifique
una única actividad, y que permita que la ejecución se pueda realizar en varios actos
(Canizales, 2016).

71
Tutela penal nicaragüense de la Propiedad Industrial

Por su parte, Luzón (2017) coincide con el planteamiento antes expuesto al aseverar que
en los delitos de mera conducta no cabe la frustración (tentativa acabada), puesto que en
cuanto se lleva a cabo toda la actividad ya se ha consumado el delito, sin embargo difiere
respecto a la tentativa (inacabada), ya que según el jurista español en los delitos de mera
actividad si cabe, y no sólo en los compuestos de varios actos, sino también en los de un solo
acto. Luzón (2017) refiere: “...la tentativa comienza ya cuando el autor se dispone
inmediatamente a realizar el primer acto típico” (p. 227).
Tomándose en consideración los planteamientos antes mencionados se puede concluir que
en el delito que se analiza no caben las formas imperfectas de ejecución de tentativa y
frustración, ya que el delito se consuma con la realización de un solo acto o conducta típica.

3.1.3. Los sujetos del delito: El sujeto activo (autor material o intelectual) en este delito
puede ser cualquier persona natural o jurídica, puesto que es un delito común que no requiere
cualificación en el autor. Por otro lado, el sujeto pasivo es el titular del bien jurídico
protegido, es decir, el titular registral o propietario de la patente de invención, modelo de
utilidad o diseño industrial que puede ser una persona natural o jurídica.

a) Autoría y participación (Codelincuencia): Para la determinación del grado de


responsabilidad penal de cada uno de los intervinientes en la comisión del hecho delictivo se
aplican las reglas generales sobre autoría y participación de conformidad a los arts. 41 al 45
CP3, incluyendo a estas reglas, los particulares que cometan el delito en el seno de una
persona jurídica.

En cualquiera de las conductas típicas que componen este delito pueden intervenir uno o
varios sujetos (pluralidad de sujetos), por lo que es necesario determinar la contribución de
cada uno de ellos en la acción o conducta típica, de tal manera, que para tal fin primero se
debe diferenciar entre autores y partícipes tomando como punto de partida lo establecido en
nuestro CP, en los artículos mencionados en el párrafo que antecede, y el planteamiento de
la Teoría del dominio del hecho, que es la Teoría que acoge nuestro sistema penal
nicaragüense.
De acuerdo con esta teoría, autor de un delito es aquel sujeto que tenga el
dominio del hecho, aquel que pueda decidir los aspectos esenciales de la
ejecución del hecho. Se abandona el criterio objetivo formal para adoptar un
criterio material que explique más satisfactoriamente los distintos supuestos
de autoría y participación. De acuerdo con esta teoría, el control del hecho se

3
Art. 41 CP: Son penalmente responsables de los delitos y faltas los autores y los partícipes. Autores pueden
ser directos, intelectuales, coautores o mediatos. Y son partícipes los inductores, cooperadores necesarios,
cómplices […]

72
Flores Páiz, J

realiza a través del dominio de la acción, del dominio de la voluntad o del


dominio funcional, según los casos. (Díaz y Martínez, 2016, p. 96)

3.1.4 El objeto material o inmaterial: es la cosa mueble o inmueble sobre la que recae la
conducta o acción típica, sería la invención patentada que puede consistir en un nuevo
producto o en un nuevo mecanismo o procedimiento, asimismo el modelo de utilidad o diseño
industrial este último comprende los dibujos y modelos industriales.

Para un mayor entendimiento de las figuras jurídicas patentes de invención, modelos de


utilidad y diseño industrial es necesario conocer su definición legal y doctrinaria.

La ley No. 354 Ley de patentes de invención, modelo de utilidad y diseños


industriales en su art. 3 establece los siguientes conceptos: Patente: derecho
exclusivo reconocido por el Estado, con respecto a una invención cuyos
efectos y alcances están determinados por esta Ley; Modelo de Utilidad:
invención constituida por una forma, configuración o disposición de
elementos de algún objeto, o de una parte del mismo, que le proporcione
algún efecto técnico en su fabricación, funcionamiento o uso; Diseño
Industrial: aspecto particular de un producto que resulte de sus
características de, entre otros, forma, línea, configuración, color, material u
ornamentación, y que comprende todos los dibujos y modelos industriales.

En la doctrina, diversos autores en el estudio de la Propiedad Industrial han desarrollado


y conceptualizado tales figuras jurídicas.

Viñamata (2007) define las patentes de la siguiente manera: “Debemos


entender la patente como un derecho subjetivo que concede al titular la
explotación exclusiva de su invento, con determinadas limitaciones, como la
territorialidad y la temporalidad” (p. 232); por su parte, Bendaña (1999)
define los modelos de utilidad: “Es toda forma, configuración o disposición
de elementos de algún artefacto, herramienta, instrumento, mecanismo u otro
objeto, o de alguna parte del mismo, que permita un mejor o diferente
funcionamiento, utilización o fabricación del objeto que lo incorpora, o que
le proporciona alguna utilidad, ventaja o efecto técnico que antes no tenia”
(p. 289); asimismo este último autor Bendaña (1999) define el diseño
industrial: “Como un conjunto de líneas o de colores, una forma plástica o
una combinación de ambos que, aplicados a un producto industrial o de
artesanía, le den una apariencia particular y pueda servir de tipo o modelo
para su fabricación [...]” (p. 295).

73
Tutela penal nicaragüense de la Propiedad Industrial

3.1.5 El delito de Fraude sobre patente, modelo de utilidad o diseño industrial con
elementos normativos del tipo: tomando como base diferenciadora los conceptos de Ley
penal en blanco y tipos con elementos normativos, de los cuales en el primer caso algunos
autores coinciden que son normas penales estructuralmente incompletas que contienen las
consecuencias jurídicas, no así todo o parte del presupuesto o supuesto de hecho, el cual debe
completarse mediante otra norma extrapenal a la que se remiten (Luzón, 2017) (Orts y
González, 2004), y en el segundo caso, autores como Luzón (2007) refiere: “que en los
elementos normativos del tipo hay una remisión parcial interpretativa a una norma
extrapenal, o sea para interpretar mediante ésta el alcance de un elemento típico que ya ha
establecido la propia ley penal” (p.20), de ello se puede concluir que al igual que en la
legislación penal española, y a como Díaz y García Conlledo (2009) en su estudio de los
delitos contra la propiedad intelectual e industrial precisa:

“es preferible decir que los tipos que nos ocupan están plagados de
elementos con una gran carga normativa y coincidentes con los que recoge
la legislación sobre propiedad intelectual e industrial (empezando por el
propio concepto de obra literaria, artística o científica, patente o modelo de
utilidad, modelo o dibujo industrial o artístico, topografía de un producto
semiconductor […]” ( p. 98).

En definitiva se trata de un delito, como todos los delitos relativos a la Propiedad


Industrial, que contiene elementos meramente normativos del tipo ya que es estructuralmente
completo, es decir, describe las conductas típicas y sus consecuencias jurídicas, por lo que
“... no es precisa una remisión normativa para completar las descripciones típicas, lo que
no excluye en absoluto la remisión a las leyes sectoriales con fines meramente
interpretativos, esto es, para conocer el significado y alcance de los elementos normativos
contenidos en las descripciones típicas” (Flores, 2019, p. 21).

3.2 Parte positiva del tipo (Elemento Subjetivo)

3.2.1 Delito puramente doloso: El delito objeto de este estudio presenta únicamente el
elemento subjetivo denominado en la doctrina jurídico penal como Dolo, ya que el legislador
no estableció en el precepto que se analiza la modalidad imprudente, por tanto, en este punto
se rige bajo el sistema que acoge el código penal nicaragüense de numerus clausus, lo cual
se encuentra establecido en el art. 22 CP: “Delitos y faltas dolosas e imprudentes: cuando la
ley tipifica una conducta lo hace a título de dolo, salvo que expresamente establezca la
responsabilidad por imprudencia”.
Por otro lado, si se toma en cuenta la doctrina mayoritaria respecto a la legislación penal
española coincidente en que los delitos contra la Propiedad Industrial en general son
exclusivamente dolosos y no permiten la incriminación a título de imprudencia, ello por la
finalidad comercial o industrial de estos delitos, y en especial porque el CP español al igual
74
Flores Páiz, J

que el CP nicaragüense, en estos delitos relativos a la Propiedad Industrial, no se castigan


estas conductas en su modalidad imprudente. Luzón (2017) en este mismo sentido considera
lo siguiente: “los elementos subjetivos del injusto son incompatibles con su comisión
imprudente, pues los ánimos específicos implican o presuponen ya el dolo” (p. 319).

3.2.2 Modalidad en dolo directo: Existe dolo directo cuando de forma consciente y
querida, la intención del sujeto se dirige directamente al resultado propuesto, bien como un
fin o bien asumiendo el resultado como una consecuencia necesaria del acto. (Orts y
González, 2004, p. 120), y existiría el dolo eventual cuando el autor se representa como
probables las consecuencias de su comportamiento y, no obstante, decide actuar
asumiendolas. (Orts y González, 2004, p. 120), por tanto, en base a tales referencias, el delito
objeto de este estudio requiere dolo directo ya que en las conductas típicas descritas se
evidencia la intencionalidad, además del conocimiento técnico o sobre la materia de parte del
sujeto activo, puesto que, haciendo énfasis en el primer inciso, no se puede hacer parecer
como producto patentado (aquél que no lo esté) sin que el sujeto conozca todo lo relativo a
la patente de invención, título que es otorgado por el Estado mediante un procedimiento
complejo, exigente y detallado de registro en la instancia correspondiente y respecto a lo
dispuesto en la ley especial de la materia; lo mismo ocurre con los productos protegidos por
modelo de utilidad o el diseño industrial.

Por otra parte, el segundo inciso supone dos modalidades: 1) el sujeto activo sin serlo
aparente ser propietario legítimo de cualquiera de esos títulos, 2) el sujeto activo aparente
seguir siendo titular de tales Derechos cuando ya no gozaré de ellos, en consecuencia, las dos
modalidades indican que el sujeto activo tiene pleno conocimiento de la importancia de la
registrabilidad, y de los Derechos y privilegios que este acto le otorga al titular. (Flores,
2019, p. 26)

3.2.3 Error de tipo y error de prohibición: (Exclusión del dolo): Sí cabe la posibilidad del
error en el delito objeto de este estudio, ya sea error de tipo o error de prohibición; el primero,
implica el desconocimiento, por parte del sujeto activo, de los elementos objetivos del tipo
penal y la ausencia de voluntad de lesionar el bien jurídico protegido y el segundo,
denominado error de prohibición, en el cual sí existe el dolo en la conducta con relación al
tipo penal, pero actúa erróneamente en relación a la antijuricidad de la conducta, ya que el
sujeto activo cree que su actuar es lícito y permitido por la ley o ni siquiera se plantea la
licitud o ilicitud de su conducta. (Canizalez, 2016, pp.98 y 106)

Sin embargo considero que es más probable que se diera el primero, y menos probable el
segundo, debido al conocimiento del registro por parte del sujeto activo, así como la cualidad
notoria de ser personas que se dedican a la industria o comercio.

75
Tutela penal nicaragüense de la Propiedad Industrial

3.3 Parte negativa del tipo

3.3.1 Causas de atipicidad (Contrario a la tipicidad):

Será atípica la conducta cuando no reúne todas y cada una de las características, requisitos
o elementos exigidos en la norma penal y que hemos venido estudiando en este apartado
respecto a la estructura y contenido del delito de Fraude sobre patente, modelo de utilidad o
diseño industrial, por tanto, la conducta realizada debe encajar o subsumirse a todo lo descrito
en la norma. Por ejemplo, será atípica una conducta de Fraude sobre una patente de invención
si el titular o los cotitulares de ese título de Propiedad Industrial autorice o conceda, de
manera escrita, a tercera persona una licencia de uso.

3.3.2 Causas de justificación de la acción o conducta típica (Ausencia de antijuricidad):

La antijuricidad significa la contrariedad de un hecho o conducta típica con el Derecho en


su conjunto. Sobre la antijuricidad Luzón (2017) la clasifica en sentido formal y material:

En sentido formal la antijuricidad es una relación entre la acción o conducta


y el Derecho, concretamente la contrariedad a Derecho de la conducta. La
acción es antijurídica si es contraria a las normas jurídicas y por tanto es
prohibida y desvalorada por las mismas. Y en sentido material Luzón Peña
hace referencia a Von Liszt desde quien se suele considerar que el
fundamento material de la antijuricidad es la dañosidad o nocividad social de
la acción, lo que a su vez sólo sucede si ésta afecta, o sea, lesiona o pone en
peligro algún bien jurídico; por ello generalmente se define antijuricidad
material como lesión o puesta en peligro de algún bien jurídico. (p. 239)

Entiéndase entonces que las conductas típicas antes analizadas del delito Fraude sobre
patente, modelo de utilidad o diseño industrial además de típicas, son antijurídicas, puesto
que lesionan un bien jurídico protegido por la norma jurídico penal que es el Derecho de uso
o explotación exclusiva de la Patente de invención, modelo de utilidad o diseño industrial
por parte del titular registral, y por ende son contrarias al Derecho, sin embargo, pueden
ocurrir causas de justificación que excluyen tal antijuricidad. El Jurisconsulto Luzón (2017)
explica:

“…Aunque sí hay de entrada afectación del bien jurídico, relevancia


jurídica e indicio de injusto, en el caso concreto por haber una colisión de
intereses, la ponderación de intereses hace que resulte no desvalorada y por
ello se autorice la conducta (en principio) típica si está requerida para
salvaguardar intereses jurídicos preponderantes o al menos equivalentes”. ( p.
241)
76
Flores Páiz, J

En el art. 34 CP de las Eximentes de la responsabilidad penal se encuentran establecidas


las causas de justificación o supuestos de ausencia de la antijuricidad, que mencionamos a
continuación: Legítima defensa, estado de necesidad justificante, y actúe en cumplimiento
de un deber jurídico o en el ejercicio legítimo de un derecho, oficio o cargo, tales supuestos
solamente pueden ser aplicables si concurren los requisitos exigidos en la norma. Para el
delito que nos ocupa, es a mi consideración poco probable o nula la posibilidad de que surja
alguna causa o supuesto de justificación.

3.3.3 Causas de inculpabilidad (Ausencia de culpabilidad):

Para determinar la culpabilidad de una persona por la comisión de una conducta típica, y
antijurídica tenemos que establecer lo siguiente: “… primero su imputabilidad; después
atribuirle el hecho bien como doloso o en su defecto como imprudente4; y por último,
comprobar que le era exigible actuar conforme a Derecho” (Orts y González, 2004, p. 125).

Entiéndase como Imputabilidad a la capacidad de entender, valorar y


actuar consecuentemente. Por tanto, en primer lugar, requiere la capacidad de
entender y valorar la naturaleza e ilicitud del hecho realizado. En segundo
término, precisa también la capacidad de poder actuar según esa apreciación,
valoración o comprensión. Así pues, hace referencia a las capacidades físicas,
biológicas, psíquicas y psicosociales de una persona en el momento de
cometer el hecho. (Orts y González, 2004, p. 119)

Si falta alguna de estas tres etapas entonces no existirá culpabilidad, y por ende no podrá
imponerse pena alguna.

Por tanto, es necesario analizar si en la comisión de las conductas típicas del delito que
nos ocupa existen causas de inimputabilidad que excluya la imputabilidad y en consecuencia
la culpabilidad del autor, entre ellas podemos mencionar: Las anomalías o alteraciones
psíquicas; estado de intoxicación plena; alteraciones en la percepción y minoría de edad
establecidas en el art. 33 y 34 numeral 1, 2 y 3 del CP.

En la siguiente etapa de análisis resulta necesario determinar una exclusión del dolo por
error de tipo o error de prohibición, y el caso fortuito. El error ya fue abordado en el apartado
III numeral 3.2.3 de la investigación. Cabe reiterar, que a mi consideración es improbable un
caso fortuito y un error de prohibición en el delito de Fraude sobre patente, modelo de utilidad
y diseños industriales.

4
Véase Apartado III numeral 3.2 de este documento.

77
Tutela penal nicaragüense de la Propiedad Industrial

Finalmente, en la tercera etapa de análisis de las causas de inculpabilidad se encuentran


las causas de inexigibilidad que son: El estado de necesidad excusante; la fuerza irresistible;
el miedo insuperable; exigibilidad genérica y la obediencia debida. Todas ellas contenidas en
el art. 34 CP numerales 5, 6, 8, 10 y 11.

En definitiva, del análisis total de las conductas típicas del delito objeto de este estudio y
los supuestos de causas de inculpabilidad, difícilmente podemos aplicar tales supuestos a este
delito precisamente por su naturaleza puramente dolosa, excepto en el caso de darse un error
de tipo, o tratarse de una minoría de edad en el autor, por ejemplo.

3.3.4 Punibilidad, Consecuencias jurídicas y Problemas concursales:


Los vocablos punibles y punibilidad hacen referencia a la pena como consecuencia
jurídica. Y con la punibilidad, es decir con la posibilidad de aplicar una pena a quien realiza
la conducta típica, antijurídica y culpable, se completa lo que en la doctrina se ha denominado
teoría general del delito, puesto que un delito sin punibilidad no tendría razón de ser.

En tal sentido, el delito que se analiza, como el resto de delitos contra la Propiedad
Industrial, presenta una penalidad mixta alternativa combinada con una cumulativa: “será
sancionado con noventa a trescientos días multas o prisión de uno a dos años e inhabilitación
especial por el mismo período para ejercer cargo, profesión, oficio, industria o comercio
relacionado con la conducta delictiva…”.

Cabe mencionar entre las reglas especiales de aplicación de la pena la posibilidad del
Concurso de delitos. En el delito “Fraude sobre patente, modelo de utilidad o diseño
industrial” podría concurrir en concurso medial con el delito de estafa cuando el sujeto activo
al realizar una de las conductas típicas descritas en el tipo penal que nos ocupa viola otro
precepto legal, y esa infracción es un medio necesario para cometer otra infracción, por ende,
lesiona más de un bien jurídico tutelado que en el caso de la estafa sería el patrimonio.

A modo de ejemplo, “X” ofrece a “Y” una cantidad de productos para la salud simulando
que su invención le pertenece y ha sido formalmente patentado, con el objetivo de engañar y
venderle a “Y” tales productos. En este supuesto, se cometen dos delitos, el fraude sobre
patente puesto que “X” ofrece un producto aparentando que ha sido patentado, y el delito de
estafa, al engañar y venderle a “Y” haciéndole creer que son productos con determinadas
características y requerimientos legales para su distribución.

78
Flores Páiz, J

4. Conclusiones

A través de este estudio sobre la tutela penal de la Propiedad Industrial y el análisis


realizado del delito de Fraude sobre patente, modelo de utilidad o diseño industrial se puede
concluir lo siguiente:

1. Se ha logrado mostrar un panorama general acerca del Derecho de Propiedad


Industrial como una de las ramas del Derecho de Propiedad Intelectual, y de tal
manera introducir el estudio más específico de la tutela que hace nuestro código
penal vigente sobre estos Derechos de Propiedad Industrial.
2. Se ha establecido la importancia del acto de registro de los bienes inmateriales
para gozar y dar cabida a la protección penal de tales bienes inmateriales
constituidos en Derechos de Propiedad Intelectual e Industrial.
3. Se ha presentado, por un lado, como principal motivación para el análisis de la
tutela penal de la Propiedad Industrial el auge de las creaciones intelectuales en
las actividades o actos de comercios de las empresas, y por otro lado, se ha
determinado, como principal problemática en este entorno la creciente
criminalidad por la utilización comercial ilícita, y fraudulenta de tales bienes
inmateriales por parte de terceros que trae como consecuencia un perjuicio al
titular registral a quien le corresponde la explotación exclusiva de su propiedad.
4. Del análisis del delito de Fraude sobre patente, modelo de utilidad o diseño
industrial se ha logrado conocer de manera global la estructura del tipo y las
conductas ilícitas en las que puede incurrir un tercero infractor, así como el castigo
que le impone la norma jurídico penal.
5. Del estudio general de los elementos típicos comunes de todos los delitos relativos
a la Propiedad Industrial se ha evidenciado que nos encontramos con delitos que
presentan características similares que son perfectamente deducibles del propio
precepto normativo.
6. En definitiva, el estudio muestra la protección de la Propiedad Industrial desde la
norma jurídico penal sustantiva, como una herramienta a conocer y aplicar por los
titulares de Derechos de Propiedad Industrial; mecanismo poco promovido en la
práctica empresarial nicaragüense puesto que hasta la actualidad no existe la
cultura de resolver conflictos de esta naturaleza en la vía jurisdiccional penal.

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Directrices Editoriales
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REVISTA CIENCIA JURÍDICA Y POLÍTICA (CJP)


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presentarla de acuerdo a su criterio.

Se aceptarán trabajos originales e inéditos escritos sobre todas las disciplinas objeto de la
revista. El idioma oficial de CJP es el español. Se considerarán inéditos aquellos trabajos que
ya hayan sido publicados en otros idiomas y se traduzcan por primera vez al español. Los
autores deberán informar si de manera previa o simultánea han sometido sus colaboraciones
a otra revista, así como informar si tal colaboración fue aceptada primero en otra publicación.

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Concejos y miembros de la revista

Concejo científico editorial: Este consejo está compuesto por miembros honoríficos en el
ámbito de las ciencias jurídicas y políticas, entre ellos se encuentran docentes e
investigadores de índole nacional e internacional que poseen una larga y reconocida
trayectoria en el área académica y científica. Este es el máximo órgano a nivel jerárquico de
la revista, su principal función es asesorar permanentemente todo lo relacionado al
funcionamiento de la misma.

Director: Es la persona preside el consejo científico editorial, además es el encargado de


seleccionar las secciones de los números en coordinación con el editor. Dentro de sus
principales funciones esta coordinar la visibilidad de la revista en el ámbito internacional y
establecer las relaciones con instituciones universitarias, miembros de la academia y otros
investigadores que se relacionen a la defunción del conocimiento científico. Otra de las
funciones del director es gestionar artículos e invitar a nuevos miembro a integrar el consejo
científico editorial de la revista.

Editor: Es el encargado de coordinar y aplicar todas las gestiones operativas que constituyen
el proceso de publicación de la revista en conjunto con los actores técnicos, estas funciones
están encaminadas en:

- Diseñar la política editorial


- Apoyar en la asignación de árbitros
- Realizar convocatorias para la postulación de artículos
- Promocionar la revista en eventos, conferencias y espacios de difusión
- Sugerir bases de datos para la indexación de la revista
- Coordina el trabajo técnico de preparación de cada número de la revista.
- Sostener comunicaciones con autores y autoras con la finalidad de dirigir el proceso
editorial hasta la aprobación y publicación de cada trabajo.
- Funge secretario del Consejo Editorial y dirige comunicaciones a sus miembros o a
cualquier otra persona en esta calidad por indicaciones del director.
- Es el encargado de ejecutar todo el proceso editorial y sus faces con previa
autorización del director y el consejo científico editorial.

El editor estará facultado en solicitar la colaboración de los miembros del comité de


redacción para el cumplimiento de las funciones referidas.

Pares revisores: Son expertos en la materia encargados de realizar la evaluación de los


artículos que les sean referidos por el editor, de conformidad a los instrumentos y criterios
de medición.

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Comité de redacción: Son las personas encargadas de colaborar en cualquier tarea
encaminada a la adecuación del número en cuestiones de forma, citación y ortografía, apoyan
directamente al editor en la gestión de ratificar el número antes de su publicación.

Traductores: Apoyan con la traducción de todo material de trabajo de la revista en idioma


inglés.

Diseñador: Se encarga de la elaboración de la portada, logos, convocatoria y toda la parte


estética de la revista.

Diagramadora: Es la persona que se encarga de unificar la información remitida por el


editor e implementa el formato de la revista en cuanto a forma, también entre sus funciones
esta la actualización del portal Open Journal Sistems (OJS).

Proceso de gestión editorial

Da inicio cuando el autor o autora envían el artículo y su hoja de vida a la revista CJP a traves
de la plataforma Open Journal Sistems (OJS) o al contacto del director o editor, de lo cual el
autor recibirá un acuse del recibido por parte de la plataforma o los funcionarios ya
mencionados. Posteriormente que ya se encuentre notificado el recibido sobre la postulación
del artículo, se dará inicio a las fases de revisión que consisten en:

Revisión editorial previa: Esta revisión podrá ser realizada por el editor o los coeditores
bajo el visto bueno del director de la revista. Los criterios a evaluar estarán enfocados en:

a. Calidad del contenido y aporte al conocimiento científico.


b. El contenido del artículo deberá coincidir con alguna de las líneas de investigación
planteadas por la revista.
c. La estructura y contenido del artículo deberán de estar adecuadas a lo que establece
el sistema de citación American Psychological Association (APA)

En el caso de que el artículo postulado no cumpla con ninguno de los criterios de evaluación
referidos, el editor notificara al autor sobre la no aceptación del mismo, en caso contrario el
artículo pasara automáticamente a la siguiente etapa. Todo este proceso deberá ser realizado
por los autores del comité editorial en el plazo de 72 horas, mismo que podrá ser extendido
por disposición del director en casos excepcionales.

Revisión por pares: En esta fase se procede a la evaluación del artículo bajo la siguiente
metodología: Primero el editor remitirá el artículo bajo el anonimato, esto significa que dos
árbitros o más evaluaran el trabajo bajo la técnica del doble ciego. Esta evaluación no deberá
de exceder el plazo de 15 días y deberá de estar fundamentada de acuerdo al instrumento de
85
evaluación que el editor proporcione y por consiguiente en las directrices editoriales. En el
caso de que la evaluación sea positiva, negativa o incluya modificaciones para la aceptación,
los árbitros remitirán los resultados al editor quien tendrá la tarea de comunicar los hallazgos
detectados a los autores.

Revisión editorial posterior: En esta etapa el editor revisara si el autor cumplió con las
observaciones sugeridas por los pares arbitrales, dado el cumplimiento de lo anterior se
procederá a notificar la aceptación del artículo y se adjuntara la constancia del mismo, de
igual forma se le notificara al autor la tentativa fecha y el numero en que se publicara su obra.

Traducción: El comité editorial remite los títulos, resúmenes y palabras claves al Centro de
idiomas de la UPOLI, con la finalidad de corroborar o modificar la información enviada por
los autores en cuanto a la traducción al inglés de los acápites mencionados.

Diagramación: Se trata del proceso estético del número que será publicado en cuanto a su
entrega física y su publicación en la plataforma Open Journal Sistems (OJS).

Revisión final (Editorial): En esta etapa se ratifica por parte del Director y el editor la
revisión final del número y dictaminan que está apto para ser publicado.

Publicación: Es la etapa final del proceso de gestión editorial.

Derechos: El envío del original supone que el autor cede a CJP los derechos de reproducción
una vez admitida su publicación.

Correspondencia: Los autores deberán enviar sus aportaciones a la siguiente dirección:


Escuela de Ciencias Jurídicas y Políticas, Costado Sur Villa Rubén Darío, Código postal
3595, Managua, Nicaragua. Dirección Electrónica (E-Mail): derecho@upoli.edu.ni.
Teléfonos: (505)- 22499231.

Canje: Se acepta canje de publicaciones, previa solicitud.


Políticas de la Revista CJP

Política de acceso abierto: Esta revista proporciona un acceso abierto a su contenido, basado
en el principio de que ofrecer al público un acceso libre a las investigaciones ayuda a un
mayor intercambio global del conocimiento.

Envíos en línea: Se realizará mediante el otorgamiento de un nombre de usuario/a y


contraseña. Es necesario registrarse e iniciar sesión para poder enviar artículos en línea y para
comprobar el estado de los envíos actuales.

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Lista preliminar para la preparación de envíos

Como parte del proceso de envíos, los autores/as están obligados a comprobar que su envío
cumpla todos los elementos que se muestran a continuación. Se devolverán a los autores/as
aquellos envíos que no cumplan estas directrices.

1. El envío no ha sido publicado previamente ni se ha sometido a consideración por


ninguna otra revista (o se ha proporcionado una explicación al respecto en los
Comentarios al editor/a).
2. El archivo de envío está en formato Open Office, Microsoft Word, RTF o
WordPerfect.
3. Siempre que sea posible, se proporcionan direcciones URL para las referencias.
4. El texto tiene un interlineado sencillo, un tamaño fuente de 12 puntos, se utiliza
cursiva en lugar de subrayado (excepto en las direcciones URL), y todas las
ilustraciones, figuras y tablas se encuentran colocadas en los lugares del texto
apropiados, en vez de al final.
5. El número de páginas será de entre 15 y 20 incluyendo figuras y tablas, referencias,
etc.
6. Las referencias se numerarán correlativamente en orden alfabético y tamaño 12. El
estilo de la Asociación Americana de Psicología (APA-6ª Edición) se empleará para
la organización y redacción de las referencias bibliográficas.
Consultarhttp://online.upaep.mx/
7. LPC/online/apa/APAimp.pdf.
8. El texto reúne las condiciones estilísticas y bibliográficas incluidas en Pautas para el
autor/a, en Acerca de la revista.
9. En el caso de enviar el texto a la sección de evaluación por pares, se siguen las
instrucciones establecidas por la CJP, la que determinará la publicación o no de la
colaboración.

Declaración de privacidad: Los nombres y las direcciones de correo electrónico


introducidos en esta revista se usarán exclusivamente para los fines establecidos en ella y no
se proporcionarán a terceros o para su uso con otros fines.

Revista Ciencia Jurídica y Política, es una publicación semestral editada por la Universidad
Politécnica de Nicaragua (UPOLI), a través de la Escuela de Ciencias Jurídicas y Políticas
dentro del Programa de Investigación Jurídica-Política. Sur Villa Rubén Darío, Aptdo. 3595,
Managua, Nicaragua. Tel (505) 22499231. www.upoli.edu.ni y derecho@upoli.edu.ni.
Director: Oscar Castillo Guido. Editor: Roberto Guerrero

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Revista Ciencia Jurídica y Política, Año 4, No. 7, Enero- Junio 2018, es una publicación semestral editada por la
Universidad Politécnica de Nicaragua (UPOLI), a través de la Escuela de Ciencias Jurídicas y Políticas dentro del
Programa de Investigación Jurídica-Política.

Sur Villa Rubén Darío, Aptdo. 3595, Managua, Nicaragua.


Tel (505) 22499231
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Director: Oscar Castillo Guido
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