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LA L U C H A
COLECCIÓN HERAKLES
Biblioteca Enciclopédica de los Deportes

SERIE T — TÉCNICAS DEPORTIVAS

J. M. YRIBARREN DE ACHA
Luchador. Miembro del Consejo Directivo de la
Federación Levantina de Lucha. Diplomado en
Judo y Defensa Personal

LA LUCHA

EDITORIAL HISPANO EUROPEA


BARCELONA (ESPAÑA)
Es propiedad 1965
© Editorial Hispano Europea

Depósito Legal: B: 24173-1965 Núm. de Registro. B. 336-65

GRÁFICAS PÉREZ - Calderón de la Barca, 3 - BARCELONA


PREFACIO DEL AUTOR

Es para mí una gran satisfacción poder dar a conocer


a todos los lectores de habla española las diversas luchas
que se practican en el mundo, refundidas en un solo libro
en el cual he puesto toda mi ilusión.
Hacía falta un libro como éste que enseñase a todos
los aficionados a la lucha, no sólo las peculiaridades de
su especialidad preferida sino las de tantas otras que
forman una sola lucha con un solo ideal: vencer al con-
trario.
Todos mis conocimientos sobre las luchas que en el
mundo existen, sus pormenores, sus historias, sus técni-
cas, todo he procurado exponerlo de la forma más sencilla
con la intención de lograr que cada día sean más y me-
jores quienes practiquen las luchas y para que se bene-
ficien de las innumerables virtudes que éstas poseen.
Pero este libro no hubiese visto la luz de no haber in-
tervenido personas cuyos nombres no pueden quedar en
el anonimato, quienes con su ayuda, su aliento y su desin-
teresada colaboración, tanto me han ayudado en mi tra-
bajo.
Mi agradecimiento en primer lugar al Director de
Editorial Hispano-Europea, señor Prat, quien tan acer-
tadamente me orientó en la realización de este libro.
Igualmente, mis más sinceras gracias a don Ignacio Ji-
ménez Balgañón, Vicepresidente de la Federación Espa-
ñola de Lucha, y fanático de todo lo relacionado con la
lucha, al que tanto debe ésta en España.
A don Juan A. Caparros Benavent, Presidente de la
Federación Levantina de Lucha, por su entusiasta labor
6 LA LUCHA

en este deporte, al que ha dado un auge como nunca había


conocido.
Estoy muy agradecido a don Miguel Jiménez, asesor
técnico de la F.L.L., tercer dan del Kodokan, el hombre
que se ha entregado por entero al judo — su deporte, su
afición y su pasión —, una de las más destacadas figuras
que tiene el judo español.
Gracias, Vicente Pía, Secretario de la Federación Le-
vantina de Lucha por tu gran colaboración.
¡Cuan agradable y fácil resulta trabajar con estos com-
pañeros y verdaderos amigos!
Finalmente, muchas gracias a luchadores, a judokas,
a entrenadores, a todos, en suma.
Y al estimado lector que, tal vez por afición, quizá
por curiosidad, tiene en sus manos este libro, espero le
enseñe muchas cosas y llegue a convertirle en un judoka
más, un luchador más o un aficionado más. O simple-
mente, que su lectura le haga pasar un rato agradable.
Por lo menos, ese es mi deseo.
YRIBARREN DE ACHA
DEPORTES DE COMBATE:
JUDO, CATCH, DEFENSA PERSONAL
Y MUCHAS COSAS MAS

En primer lugar, es necesario aclarar estos conceptos,


ya que si el estimado lector no los comprende claramente,
le va a resultar a veces difícil distinguirlos.
Para el profesional de la lucha, con muchos años de
gimnasio, quizá esto le parezca innecesario, pero la rea-
lidad es muy distinta. Existen numerosas personas que ni
siquiera conocían el término «deportes de combate». Pues
bien, deportes de combate son todos los que se refieren a
luchas. Todos en uno. Deportes de combate. Así, cuando
lean que a una persona le gustan los deportes de combate,
entenderán que su afición preferida son las diversas cla-
ses de luchas. Aclarado este punto, paso a otro no menos
importante.
Algunos creen que el judo es un deporte brutal, por
tener que enfrentarse dos personas. Nada más equivocado.
El judo es el arte de la agilidad, de la suavidad. Sus prac-
ticantes emplean la suavidad frente a la violencia de su
adversario, de ahí el que niños muy pequeños lo practi-
quen sin el menor daño.
Sobre la lucha grecorromana y la lucha libre olímpica
hay una serie de ideas equivocadas, pero no ya sólo por
parte del profano de la lucha, sino también incluso por
algunos que la conocen, o creen conocerla.
Grecorromana, familiarmente llamada «greco», es una
especialidad de la lucha en la que no se permiten presas
más abajo de la cadera, ni torceduras, ni golpes en la
cabeza, ni estrangulamientos; consiste en luchar cuerpo
a cuerpo (nunca mejor aplicado este término), por lo tan-
to no es el catch ni nada parecido.
8 LA LUCHA

En la libre olímpica, casi desconocida en España, se


permiten toda clase de presas, pero sin las violencias del
catch. Es una lucha bellísima, intermedia entre la «greco»
y el catch, pero no es ninguna de las dos.
Catch, lucha libre americana, etc., ¡cuánto se habla
sobre ella y cuánta afición hay en todo el mundo! «Catch
as catch can», su nombre completo, equivale en nuestro
idioma a «libre profesional», es decir, una lucha en la
que se puede coger donde se quiera, practicada por una
serie de personas que viven de ella, convirtiéndola en pro-
fesional. La Federación Española de Lucha tiene englo-
bados a estos luchadores en su sección «Profesional». Pero
no tiene nada que ver con las demás luchas, como creen
algunos que la identifican con la libre olímpica, u otros
que la asimilan a la grecorromana.
En este libro no he querido separar totalmente cada
lucha en su sección correspondiente para que se puedan
observar mejor las similitudes que entre ellas existen; así,
al hablar de la historia de la lucha grecorromana cito nom-
bres famosos en el mundo del catch, sencillamente porque
antes lo habían sido en la lucha grecorromana. O al citar
ejercicios de entrenamiento, equiparo algunos de catch
con los de «greco», sencillamente porque son buenos para
ambos.
Del mismo modo juego con los términos «deportes de
combate», «deportistas», «arte», «ciencia», etc., porque,
aunque unas veces cite un nombre y poco después otro,
ello se debe a fin de cuentas a que el judo, valga el ejem-
plo, es un arte, pero también una ciencia. Siendo asimismo
un deporte, ¿cómo llamar a los que lo practican? Depor-
tistas, creo que es lo mejor.
Quede bien claro, por lo tanto, que todas las luchas
son hijas de una misma madre (a la que llamaremos «de-
portes de combate»), pero todas son distintas (judo, catch,
grecorromana, etc.) y se diferencian entre sí por sus re-
glamentos y sus normas, distintos y propios de cada una.
El hecho de citar en primer lugar la lucha grecorro-
mana y terminar por el «sumo» no quiere indicar orden de
DEPORTES DE COMBATE 9
preferencia ni de creación histórica, se debe simplemente a
la forma en que fue preparado este libro, estudiando pri-
mero las propiamente occidentales y teniendo en cuenta
que se empieza practicando la «greco», luego la libre olím-
pica, para terminar con el catch. Le sigue la lucha cana-
ria, ajena a las citadas anteriormente, la leonesa, la lucha
al aceite, etc., pero sin indicar preferencias ni antelación
histórica. Y finalizo el estudio con las orientales, como
igualmente pude haber empezado por ellas.
Por lo tanto, el libro queda constituido por tres blo-
ques, en los que «tanto monta» el uno como el otro. Pri-
meramente, el grupo formado por grecorromana, libre
olímpica y catch. El segundo, por numerosas luchas que
en el mundo existen, agrupando las regionales españolas
federadas con otras de diversos países. Y el tercer grupo,
formado por las dos luchas nacidas en Oriente, el judo y
el sumo.
Todas ellas tienen vida propia e independiente de las
demás, todas persiguen un mismo fin — vencer al contrin-
cante — y todas ellas pertenecen a una misma entidad
deportiva, la Federación Española de Lucha.
La sección de defensa personal es propia a todas ellas
y, aunque no se trate de una lucha de competición, valga
la frase, todos queremos saber cómo deshacernos de nues-
tro enemigo o defendernos de él, en alguna ocasión.
1

LUCHA GRECORROMANA

A) CONSIDERACIONES GENERALES
HISTORIA DE LA LUCHA

La lucha es tan antigua como la existencia del hombre


sobre la tierra. Si algún deporte ha de practicar el hom-
bre, o ha de serle de más utilidad, sin duda alguna es la
lucha. Desde los documentos más antiguos que se conser-
van vemos cómo el hombre lucha en la guerra, lucha para
sobrevivir, lucha para poder alimentarse, lucha en fin por
todo, porque a fin de cuentas la vida es lucha.
Los griegos consideraban a Hércules como el maestro
y Hermes era el dios de la lucha.
La lucha griega fue introducida en Roma a finales del
siglo xi antes de Jesucristo. Pero en esas luchas se permi-
tían toda clase de presas; era una lucha sin reglamentar,
luchar por luchar y sin atenerse a ninguna norma, ven-
ciendo el más fuerte o el que resistía más tiempo, se podía
dar puñetazos, poner zancadillas, etc.
Dos clases de luchas había que distinguir en aquella
época: la lucha en pie, «palé orthé», en la cual se tenía
que derribar al contrario, y la «culisis», en la que conti-
nuaba el combate cuando el contrario era derribado.
Pero los métodos no comenzaron a suavizarse hasta la
Edad Media.
Un país, Gran Bretaña, y un rey, Enrique VIII, lo-
graron que la lucha se propagase enormemente, hasta ha-
cerla popular. Enrique VTII, que fue un gran luchador en
su época, hizo, con su incondicional apoyo, que este de-
12 LA LUCHA

porte se popularizase enormemente, hasta ser el más pri-


vilegiado en aquellos años.
Más tarde sería Francia la gran meca de este deporte,
y allí habrían de surgir las primeras salas de lucha.
Así fue como nació la lucha grecorromana, mucho más
suave que la antigua lucha anterior a la era cristiana, sin
golpes más abajo de las caderas.
Esta lucha alcanzó rápidamente gran popularidad en
Francia, y en 1898 se celebraba en París el Primer Cam-
peonato del Mundo de Lucha Grecorromana. Un hispano-
francés, Paúl Pons, fue el vencedor.
Más tarde, esta invencible estrella de la lucha greco-
rromana fundó en París el «Gimnasio Pons», del que sal-
drían los mejores luchadores de aquella época.
En España existía, en Barcelona, el gimnasio del Ateneo
Enciclopédico Popular, que forjó en aquellos tiempos gran-
des luchadores.
Pero a medida que pasaron los años, fue decreciendo
la afición por aquella lucha que era la admiración de las
enormes masas de gente que llenaban las salas en donde
se celebraban los combates, a causa de una serie de per-
sonas desaprensivas que con sus malas artes viciaron y
corrompieron lo que en un principio había sido una lucha
noble que entusiasmaba al público.
Por eso, desde entonces este maravilloso deporte que
dignifica al hombre por recio y viril, ha quedado reducido
al campo amateur, del que han seguido saliendo las figu-
ras que luego suben al ring.
Lucha grecorromana es la que acabo de citar, pero hay
otras muchas, desde la oriental del judo, tan en boga en
la actualidad en todo el mundo, hasta luchas regionales,
de las que hay infinidad en la mayoría de los países.
Dos existen en España: la lucha leonesa que, como su
nombre indica, procede de León, y la canaria, de las islas
Canarias.
La lucha leonesa consiste en formar dos equipos o
bandos de diez a veinte hombres cada uno. El combate
comienza agarrándose al cinturón del adversario. Hay que
LUCHA GRECORROMANA 13
derribarlo. Aplicando todas sus fuerzas, cada contendiente
trata de derribar al contrario. La lucha es a tres caídas.
La lucha canaria consiste en agarrar con la mano iz-
quierda el calzón del adversario y poner la derecha en la
espalda. Los combates son a tres o a cinco caídas.
El gran maestro francés de la lucha, Louis Ballery, en
su obra «Toute la lutte», al hablar de la lucha canaria
dice textualmente: «...les indigénes de ees iles pratiquent
une lutte qui ressemble á la lutte au calecon des suisses»,
o sea: «los nativos de estas islas practican una lucha que
se parece a la lucha del calzón corto de los suizos».
Esto demuestra claramente el gran número de luchas
que existen en el mundo y el parecido que hay entre ellas,
sobre todo en cuanto al fin que persiguen: vencer al con-
trario siguiendo ciertas reglas más o menos rigurosas, se-
gún la clase de iucha.
Por último y a título de orientación para que el lector
conozca, aunque sea muy estrictamente, el amplio campo
que abarca la lucha, voy a citar el «catch as catch can»,
literalmente: «coger como se pueda», que es de origen in-
glés y que en todos los continentes atrae enormes masas
de público a los recintos donde se practica.
En ella están permitidas toda clase de presas, muy al
contrario que en la grecorromana. Esta lucha es más es-
pectacular que la grecorromana, al permitirse infinidad
de trucos que en ésta se hallan terminantemente prohi-
bidos.
Pero todas las luchas, sea la que sea, dan al que la
practica una seguridad en sí mismo, en su cuerpo, en sus
propias fuerzas, que ningún otro deporte es capaz de
lograr.

HOMBRES FUERTES DEL MUNDO

Muchas han sido las figuras que con su potencia, sus


impresionantes músculos y su agilidad han entusiasmado
a los públicos de todo el mundo. Baste recordar aquellos
14 LA LUCHA

nombres que hace más o menos años circulaban de boca


en boca con un gesto de admiración.
En todo libro de lucha grecorromana deberá citarse en
primer lugar al «Gran Pons», que tanto ha hecho por ella.
El fue el primer campeón mundial de esta lucha y era
hispano-francés, motivo mayor aún para que su nombre
destaque por encima de todos.
Italia aportó a la lucha nombres tan famosos como los
de Lancelotti y Bonetti; Bélgica a Le Marín y Le Boucher;
Holanda a Van Der Berg; Rusia al hercúleo Georges
Hackenschmidt, a Zaikine, Pytlasinsky, Padoubny, a Spoul,
el hercúleo siberiano del Club de San Petersburgo. Citemos
también al senegalés Anglio; al formidable norteamerica-
no Tommy Gribson; a los hermanos suizos Deriaz; a los
turcos, grandes luchadores en todos los tiempos, con Ma-
drali, Ahmed, Mehmet, etc.; a los japoneses Takes Yanno
y Yasniti Ono, considerados ídolos de su pueblo y conde-
corados por el emperador del Japón; el argentino АН Bar-
gach; el alemán Cari Saft; el danés Jess Petersen, cam-
peón del mundo; al hercúleo Tarkowsky, Mikailovicht y
Rolland, campeones del mundo de pesas, como el cana-
diense Douglas Hepbourn y Charles Rigoleaut; el campeón
mundial de lucha, Karadajian; el gran luchador y levan-
tador de peso español, Hércules Cortés, etc.
Nuestra patria también ha dado grandes figuras en el
campo de la lucha, como Javier Ochoa «el León Navarro»,
José Salvado, Eladio Vidal, José Ardevol, los hermanos
Huertas, etc.
En la actualidad, la lucha se encuentra en nuestro país
en un plano secundario, ya que no goza de esas figuras de
categoría mundial que son imprescindibles para que un
deporte se haga popular.
Además, la juventud actual prefiere otros deportes más
cómodos, más «bonitos», y sobre todo menos recios, ante
el temor de una lesión más difícil de producirse de lo que
la gente cree.
LUCHA GRECORROMANA 15

E L LUCHADOR «NACE», PERO TAMBIÉN «SE HACE»

Nada más erróneo que esa creencia tan extendida entre


la gente de que el luchador «nace», es decir, que ya desde
muchacho apunta unas cualidades que le llevarán al éxito
como luchador. Esto es cierto en una proporción muy pe-
queña. Un joven puede ser fuerte por naturaleza, incluso
empezar a asistir al gimnasio para ver luchar a los demás,
pero si no lleva dentro ese impulso que le atrae al ring no
será nunca nada como luchador.
Mis años de experiencia como deportista, no ya como
luchador sino como deportista en general, me han ense-
ñado que en el deporte, como en todas las actividades de
la vida, lo primero que hace falta es la vocación. Nunca
mejor que ahora para recordar unas palabras inmortales
del tan llorado como admirado doctor Gregorio Marañón,
gran médico, gran escritor, gran pensador y gran hombre.
En un libro dedicado a los médicos españoles dice textual-
mente: «...todo lo que se hace sin vocación se marchita
como una flor. Todo lo que se hace con vocación, aunque
parezca insignificante, fructifica para siempre».
Creo que con estas palabras está dicho todo. Puede ha-
ber luchadores que no sientan afición por lo que están ha-
ciendo, pero yo les invito a que abandonen la lucha y se
dediquen a algo que les guste más, porque más pronto o
más tarde fracasarán. Hay que tener afición, gran afición
diría yo, para practicar un deporte tan bello, tan viril y tan
recio, pero tan duro como es la lucha.
¿Qué duda cabe de que el mejor dotado tendrá ya desde
pequeño más facilidad para triunfar que el débil? Pero
todo consiste en proponérselo como me lo propuse yo. Os
aseguro, y me dirijo ahora a los lectores que se asoman por
curiosidad a estas páginas, que si sentís afición, si de ver-
dad queréis ser fuertes, muy fuertes, acudid sin demora a
cualquier gimnasio en donde se practique la lucha, pasad
un año entrenándoos con tesón, y luego mirad los resul-
tados; si no habéis conseguido potentes músculos, si no
1С LA LUCHA

os sentís seguros de vosotros mismos, yo me atrevo a ase-


guraros que es porque no os habéis entrenado como debíais.
No os quepa la menor duda.
Pero si habéis conseguido lo que os habíais propuesto,
seguid adelante, pensad que no habéis puesto más que la
primera piedra, pero el edificio tiene muchas y con una
sola no basta. Y os digo esto porque existen personas que
«se lo creen». En efecto, hay tipos muy curiosos. Llegan
muy callados el primer día al gimnasio, pasan los meses,
el muchacho se va robusteciendo, los músculos se le em-
piezan a marcar y de repente hay una reacción en él, tan
extraña como antideportiva. Se vuelve fanfarrón, retador,
etcétera. No. No es eso. Ese tipo tampoco llegará muy lejos.
Y ante todo, no es un verdadero deportista. El luchador tie-
ne que demostrar que por encima de todo es un deportista.
No sólo exterior sino también interiormente.
El joven que aun no habiendo sido dotado por la natu-
raleza de esas cualidades necesarias para ser luchador de-
sea serlo, debe seguir adelante sin desmayo, pero no crea
que ha triunfado por haber logrado su primera victoria, o
porque sus compañeros le alaban sus nuevos músculos. Que
mire a las grandes figuras y se dará cuenta de lo lejos que
está todavía de llegar a la meta soñada. Pero llegará.
Querer es poder, y si no ha nacido con un cuerpo dotado
para la lucha, pero él quiere conseguirlo, lo conseguirá.
Tardará tal vez más años que el bien dotado por la natu-
raleza, pero llegará, e incluso puede que más lejos que
los demás.
Al que «nace» para la lucha sólo tengo que decirle que
no desaproveche la oportunidad que le han puesto en sus
manos, y al que quiere ser luchador, que haga un examen
de conciencia y si de verdad quiere serlo que no pierda un
día más, porque será un día más que ha malogrado para
conseguir su meta. Pero los dos llegarán.
Yribarren de Acha
Dos excelentes puestas de espaldas de las que sólo podrá zafarse el
luchador caído haciendo «puente». No obstante, será muy difícil que pueda
evitar la derrota a no ser que posea un poderoso cuello y aventaje en
bastantes kilos a su contrincante, con lo que resistirá el «puente» el tiem.
po recesario para poder escapar de eu comprometida situación.
Cuando u n luchador se encuentra ya. cayendo de espaldas a la lona,
como en estas fotografías, deberá intentar con todas sus fuerzas doblarse
hacia un lado y agarrarse a su contrario; de esta manera evitará el ser
«planchado».
LUCHA GRECORROMANA 17

VERDADES Y MENTIRAS

¡Cuántas leyendas circulan por el mundo sobre la lu-


cha! ¡Cuántas verdades, pero también cuántas mentiras!
Por ejemplo, se dice que el luchador es un ser muy fuer-
te, un poderoso atleta. En efecto, es una gran verdad, pero
no todo luchador ha de pesar cien kilos ni tener cara de
«malo». Los hay bajos y delgados como corresponde a la
categoría en que militan, ya sea ésta gallo, pluma, etc.; o
de primera, segunda categoría, etc., como se llaman hoy
en día.
Se cree también que el luchador ha de tener cara de
luchador. Yo nunca supe que había caras de luchador,
supongo que entonces también las habrá de funcionario
público, de bombero, de futbolista, etc. Y si por luchador
se entiende tener tipo de bruto, nada más erróneo, porque
el bruto tendrá mucha fuerza, pero nunca inteligencia para
saber cómo y cuándo atacar o defenderse, salvo raras ex-
cepciones que no hacen más que confirmar la regla.
Se dice también que los «intelectuales», entiéndase por
ello a los estudiantes y profesiones de esta índole, no sirven
para luchadores. Gran error, porque empezando por buenos
compañeros y amigos míos que son estudiantes de medi-
cina, leyes, comercio, etc., así como profesionales de la lu-
cha que son excelentes hombres de negocios, y terminando
por el autor de estas líneas que lleva su buen montón de
años entre libros, todos demostramos que no es necesario
ser leñador o cargador para poder ser luchador, ni tampoco
«tener cara de luchador».
Y entre «nosotros» tenemos desde un artista de cine
hasta un locutor de radio; luego están equivocados quienes
creen lo contrario.
Tampoco es necesario emplear muchos años para llegar
a ser un buen luchador, porque el que vale lo demostrará
en seguida y lo mismo sucederá con el que no sirve; por lo
tanto, el primero llegará pronto a su meta y el segundo no
llegará nunca.
2
18 LA LUCHA

Todo cuanto les he contado es para evitar malas len-


guas de envidiosos y pobres de espíritu que sólo calumnian-
do quedan satisfechos. Porque ni la lucha es violenta, ni
peligrosa ni perjudicial para el cuerpo, sino todo lo con-
trario.
Lo que ocurre es que esas personas que atacan por la
espalda a la lucha tienen la enfermedad más dañina que
existe y que ninguna medicina puede curar: la envidia.
Yo les invito a ustedes, estimados lectores, a que va-
yan a un gimnasio en el que se practique la lucha, la
prueben una temporada y luego den su opinión. Estoy se-
guro de que o se quedan para siempre como parte activa
de este emocionante deporte, o se convierten en asiduos
espectadores. Y si no quieren saber más de la lucha, sean
sinceros consigo mismos y verán cómo lo que les ocurre
es que han tenido «miedo» de subir a un ring. Pero ningún
daño les ha hecho esa temporada pasada en el gimnasio.
Lo que sucede en la actualidad es que la juventud se
está haciendo cada día más cómoda ante las facilidades
que el progreso está poniendo en nuestras manos: coches,
escaleras mecánicas, ascensores, teléfono, radio, televisión,
autoservicio, etc.
El que más y el que menos apenas da un paso en todo
el día, sentado en casa, sentado en el despacho, sentado
en el cine, sentado siempre, y de ejercicio... nada.
Ni un segundo al día dedican al ejercicio físico, y sus
cuerpos se llenan de grasa, se hinchan, y algunos incluso
se sienten orgullosos de su «barriga». Están matándose ellos
mismos.
Como puede observar, estimado lector, no estoy haciendo
propaganda de la lucha; me refiero ahora al deporte en
general, a sus beneficios infinitos; es la voz de la salud que
llama a su puerta, pero usted será capaz de no escucharla.
Es ya demasiado tarde, dirá, pero nada más lejos de la
realidad, todo consiste en proponérselo. ¡Animo, pues nun-
ca es demasiado tarde!
Y ahora voy a hablar exclusivamente de la lucha greco-
rromana, pues dentro del maravilloso mundo del deporte se
LUCHA GRECORROMANA 19
encuentra la lucha grecorromana, con su virilidad, su re-
ciedumbre, su valentía.
La lucha grecorromana es un deporte muy reglamenta-
do hoy en día; el lesionarse es más difícil de lo que parece,
y más difícil todavía si se está bien preparado físicamente.
Da al que la practica una seguridad en sí mismo que
sólo los deportes de combate pueden dar, porque enfrenta
al hombre con el hombre, sin defensas, a la fuerza contra
la fuerza, a la agilidad contra la agilidad, al valor contra
el valor.
Pero yo no quiero que me tachen de fanático de este
deporte, ni de favoritismos, y menos aún que desconfíen
de mis palabras tachándome de «exagerado». No. Ni una
línea más que pueda considerarse propaganda. Les invito
a que acudan a un gimnasio, observen, y luego den su opi-
nión, pero que ésta sea sincera.
Nada más.

B) ELEMENTOS NECESARIOS PARA PRACTICAR


LA LUCHA
Voy a citar a continuación cada uno de los elementos
sin los cuales no se puede practicar la lucha grecorromana
como manda el reglamento vigente.
Son estos elementos los siguientes:
A) INDUMENTARIA. — Los concursantes deberán presen-
tarse en público con maillot de una sola pieza y llevar,
debajo, un slip de suspensión (art. 6.°).
Está permitido llevar rodilleras ligeras; pañuelo (uso
recomendado por el reglamento).
Está prohibido añadir cualquier otra cosa a esta indu-
mentaria; emplear calzado con tacones o suelas con clavos;
embadurnarse el cuerpo con materias grasas o pegajosas
(sistema tan usado por ciertos países cuyos nombres es
mejor no recordar); estar sudoroso (el reglamento indica
claramente a los arbitros tener gran cuidado para que los
20 LA LUCHA

contendientes no estén materialmente bañados en sudor, lo


que dificulta muchísimo la realización de las presas); usar
muñequeras y demás artículos semejantes; llevar sortijas,
pulseras, zapatos con hebillas; llevar calzado, calcetines o
cordones de color verde, rojo, o parecido.

B) TAPIZ. — Téngase en cuenta que en la lucha greco-


rromana se llama tapiz y no ring, como vulgarmente se co-
noce, al lugar donde se desarrollan los combates.
El tapiz deberá medir seis por seis metros de lado como
mínimo y tener diez centímetros de grueso en los encuen-
tros internacionales.
En los Campeonatos del Mundo y competiciones olímpi-
cas el tapiz deberá medir ocho por ocho metros de lado.
Para evitar todo accidente, deberá dejarse un margen
de dos metros alrededor del tapiz, formado por un reborde
del mismo grueso que éste. Las esquinas del tapiz se mar-
carán con los colores rojo y verde. En el centro del tapiz
deberá trazarse un círculo de un metro de diámetro inte-
rior y de un ancho de diez centímetros en su circunfe-
rencia.
El tapiz deberá ser montado sobre una plataforma ele-
vada (postes y cuerdas como en los rings de boxeo, están
prohibidos). La altura de la plataforma no deberá exceder
de Г10 metros (artículo 7.°).

C) SERVICIO MÉDICO. — Deberá funcionar durante toda


la competición para estar dispuesto a intervenir en caso de
accidente.
En caso de litigio sobre el diagnóstico médico, la deci-
sión definitiva será tomada por el médico jefe o por el
consejo de los tres médicos, si éste se ha constituido. En
este último caso, deberá figurar el médico del equipo del
luchador en cuestión (artículo 8.°).

D) EL ARBITRO, LOS JUECES Y EL JURADO. — En todas las


competiciones internacionales, los directivos de cada match
LUCHA GRECORROMANA 21
estarán compuestos por un presidente de tapiz, un arbitro,
tres jueces y tres miembros del jurado (artículo 10).
Está prohibido cambiar de jueces y de jurado durante
el match.
La indumentaria del arbitro y de los jueces deberá ser
blanca y llevar la insignia de su nación.
E) EL COMBATE Y LA DURACIÓN DE LOS COMBATES. — La du-
ración del match es de diez minutos, establecida en dos
períodos de cinco minutos cada uno.
Después del primer período de cinco minutos de com-
bate, se dará un descanso de un minuto (artículo 11).
Únicamente el arbitro puede, según su propia convic-
ción, parar el cronometrador y detener el combate.
Todo combate debe durar hasta la derrota del adversa-
rio.

F) VICTORIA. — Puede ser por puntos, cuando después


del tiempo reglamentario no ha habido un vencido; enton-
ces se procede al recuento de puntos y el que más tenga
ha vencido; o bien por puesta de espaldas (tocado, para
no confundir con la lucha libre), que consiste en tocar
el tapiz simultáneamente con los dos hombros y que el ar-
bitro haya contado previamente hasta dos. Después de ha-
ber contado hasta dos, el arbitro levanta la mano para
indicar que el «tocado» controlado ha sido comprobado. Así
reza actualmente el reglamento en su artículo 31, ya que
hasta ese momento no eran necesarios los dos segundos
para dar por terminado el combate; con tocar el tapiz con
ambos hombros al mismo tiempo era suficiente.
Este artículo modificado es importantísimo tenerlo en
cuenta, ya que de ahora en adelante, según mi opinión,
revoluciona en parte el plan de ataque y defensa en los
combates de lucha grecorromana.
El luchador sobre el tapiz podrá zafarse de su contrario
dando rapidísimamente una vuelta sobre su espalda, con
tal que no quede retenido por su rival durante esos dos
fatídicos segundos que le supondrían la derrota.
22 LA LUCHA

Considero esta modificación del artículo 31 un gran


acierto, ya que en adelante se evitarán ciertas victorias
«casuales», pues ha habido casos de luchadores a los que,
por un error de su contrario o por pura casualidad, se les
ha servido la victoria «en bandeja».
A partir de ahora, el luchador «casi vencedor» deberá
«retener» dos segundos a su rival con los hombros sobre el
tapiz, y desde estas sencillas páginas me atrevo a pro-
poner una posterior revisión de ese mismo párrafo del ar-
tículo 31, en el sentido de que tendría que aumentarse en
tres segundos más, o sea hasta un total de cinco segundos,
el tiempo que el luchador debería permanecer sobre el
tapiz para considerar «tocado». Ello supondría un rotundo
triunfo para el luchador que lo consiguiese sobre su con-
trincante, ya que si durante cinco segundos éste no ha sido
capaz de zafarse de la presa a que se le ha sometido, se
demuestra rotundamente la superioridad indiscutible del
adversario, quien se anotará un buen tanto en su palmares
particular, algo así como el K.O. en el boxeo. Los boxea-
dores no dicen nunca las victorias que han obtenido glo-
balmente sino que destacan las que han obtenido por K.O.
Creo que sería un acierto, pero quede bien claro que ésta
no es más que una opinión muy particular de un aficionado
entusiasta de la lucha. Y mientras no se diga lo contrario,
no hay que olvidar que para considerar «tocado» el arbitro
deberá contar hasta dos.

G) GONG. — Campana que anuncia el principio y final


de cada asalto.

H) CUIDADORES O SEGUNDOS. — Las personas que atien-


den a los luchadores al final de cada asalto.

PESOS O CATEGORÍAS

Hasta hace pocos años se dividían en pesos, al igual


que en la lucha libre, el boxeo, etc., pero en la actualidad
LUCHA GRECORROMANA 23

se h a introducido u n a modificación y se emplean catego-


rías: primera categoría, segunda categoría, etc.
A continuación expongo los pesos que se encuentran
comprendidos dentro de cada categoría:

Primera categoría: Hasta 52 kilos


Segunda categoría: » 57 »
Tercera categoría: » 63 »
Cuarta categoría: » 70 »
Quinta categoría: » 78 »
Sexta categoría: » 87 »
Séptima categoría: » 97 »
Octava categoría: Más de 97 »
Sólo a título comparativo y para orientación de los lec-
tores a quienes suponga u n a complicación el uso de «cate-
gorías», en vez de pesos como en los demás deportes, expon-
go seguidamente los «pesos» en catch:

Peso pluma: Hasta 56 kilos.


Peso gallo: De 56 a 61 kilos.
Peso ligero: De 61 a 66 kilos.
Peso semimedio: De 66 a 72 kilos.
Peso medio: De 72 a 79 kilos.
Peso semipesado: De 79 a 88 kilos.
Peso pesado: Más de 88 kilos.
Como puede observarse, en catch existen siete pesos,
mientras en lucha grecorromana hay ocho categorías o pe-
sos. Esto se debe a que el peso pesado del catch abarca dos
de las «categorías» de la lucha grecorromana (la séptima y
la octava); por lo tanto, el peso pesado, que en el catch se
inicia en los 88 kilos, sigue limitado h a s t a los 97 kilos en
la «greco», quedando libertad de este peso en adelante (más
de 97 kilos).

ESTATUTOS DE LA FEDERACIÓN ESPAÑOLA DE LUCHA


(Extracto)

Todo edificio debe tener bien afirmados sus cimientos


o de lo contrario se derrumbará pronto o tarde; del mismo
24 LA LUCHA

modo es absurdo pretender llegar a destacar en un deporte


si no se conoce éste a fondo, no sólo en lo que se refiere a
ejercicios y preparación física, sino también los reglamen-
tos, estatutos y normas por los que se gobierna. Sólo con
un conocimiento total se llegará al triunfo definitivo. Por
dicha razón, voy a exponer a continuación los Estatutos de
la Federación Española de Lucha y más tarde explicaré
aquellos artículos más importantes del Reglamento vigente.
Empiezo por los Estatutos. ¿De qué le serviría al luchador
saber realizar perfectamente las presas, si no está al co-
rriente de las que han sido eliminadas del reglamento, ni
de las que han sido prohibidas, ni de los derechos y deberes
que tiene para con su entrenador o para con su Federación?
En primer lugar, téngase en cuenta que la Federación
Española de Lucha abarca las siguientes modalidades de
la lucha:
Grecorromana
Libre olímpica
Libre profesional
Canaria
Leonesa
Judo
y además aquellas otras especialidades que pudieran sur-
gir y que serían incorporadas previo estudio, reglamenta-
ción y aprobación de la Delegación Nacional de Educación
Física y Deportes.
Corresponde también a la Federación Española de Lu-
cha el crear e intervenir en la formación de personal do-
cente en materia de lucha, y en las designaciones de los
que hayan de ocuparse de enseñar este deporte. Gran labor,
acertadísima y muy competente, la que la Federación está
realizando en este aspecto, gracias a la cual el deporte de
la lucha en España aumenta día a día su número de prac-
ticantes.
La Federación Española de Lucha está formada por:
—Un Consejo Directivo (con sus distintos departamen-
tos).
LUCHA GRECORROMANA 25

—Las Federaciones Regionales.


—La Asamblea o Pleno.
El Consejo Directivo está compuesto por:
1." El Presidente de la Federación Española de Lucha.
2.° El Asesor Técnico.
3.° Los Vicepresidentes.
4.° El Secretario General.
5.° El Tesorero-Contador.
6.° Los Vocales.
Las Federaciones Regionales, por delegación de la Fede-
ración Española de Lucha, regirán en su demarcación las
distintas modalidades de lucha, teniendo como principal
misión el desarrollo, fomento y elevación de las mismas.
Estarán compuestas por:
—Un Presidente.
—Un Vicepresidente.
—Un Secretario.
—Un Tesorero.
—Los Vocales.
Muy importantes son las incompatibilidades que impo-
nen los Estatutos. Dicen textualmente:
«...Ningún miembro del Consejo Directivo de la Federa-
ción Española de Lucha ni de sus Federaciones Regionales
podrá ser a la vez directivo de un club de lucha o jefe
de la sección de lucha de alguna sociedad o club.»

REGLAMENTO INTERNACIONAL DE LUCHA GRECORROMANA


(Extracto)
La lucha grecorromana es actualmente un deporte ama-
teur, y fue precisamente cuando dejó de serlo, hace ya mu-
chos años, cuando tan viril deporte se echó a perder con las
malas artes de algunos desaprensivos; en el amateurismo,
26 LA LUCHA

y sólo en él, tiene su puesto la lucha grecorromana, prac-


ticada por unos deportistas fuertes y nobles como sus nor-
mas lo exigen.
El Comité Olímpico Internacional ha descrito así al de-
portista amateur:
«...Es amateur quien participa y siempre ha participado
en los deportes, sin ganancias materiales. Para calificarse
como amateur es necesario reunir las siguientes condi-
ciones:
A) Tener una ocupación normal que le asegure su pre-
sente y futura existencia.
B) No haber recibido nunca cantidad alguna por par-
ticipar en cualquier competición deportiva.
C) No salirse del Reglamento de la Delegación Inter-
nacional del deporte que practique.
D) No salirse de la interpretación oficial de sus Regla-
mentos.»
Respecto al pesaje, éste deberá empezar el primer día
del campeonato, de cuatro horas a tres horas antes del pri-
mer combate. Los demás días deberá empezar dos horas
antes y acabar una hora antes del primer combate.
El pesaje deberá efectuarse sin ropas y los luchadores
serán examinados antes del mismo por los médicos, quienes
podrán rehusar a todos los que puedan provocar alguna con-
taminación.
Las uñas deberán estar muy bien cortadas.
Durante el combate, en ningún momento podrá el lu-
chador abandonar la pelea.
Únicamente el entrenador y un directivo del equipo pue-
den asistir y ayudar en los cuidados dados por el médico.
Respecto a los jueces y el arbitro, éstos asumen todas
las funciones previstas en los reglamentos.
Para cada juez hacen falta:
4 paletas rojas, con nada, 1, 2, 3.
4 paletas verdes, con dada, 1, 2, 3.
1 paleta blanca.
LUCHA GRECORROMANA 27

Voy a exponer a continuación las presas consideradas


ilegales en lucha grecorromana. Son éstas:
1. Tirar de los pelos o de las orejas, pellizcarse, golpear
las partes genitales o tirar del «maillot».
2. La torsión de los dedos de los pies.
3. Pelearse, darse patadas, estrangularse, realizar o
provocar presas que puedan poner en neligro la
vida del adversario o provocar una fractura o lu-
xación de los miembros.
4. Las presas que tienen por objeto torturar al adver-
sario o hacerle sufrir para obligarle a abandonar.
5. Pisar al adversario.
6. Tocar al adversario entre las cejas y la línea de
la boca.
7. La presa de garganta.
8. Levantar al adversario que está en puente y vol-
verle a lanzar luego sobre el tapiz.
9. Retorcer los brazos a más de 90°.
10. La presa de cabeza con las dos manos.
11. Hundir el codo o la rodilla en el vientre o en el
estómago del adversario.
12. La corbata.
13. Hablar los luchadores entre sí durante el combate.
14. Sujetar al adversario por debajo de las caderas o
apretarlo con las piernas.
15. Todos los empujes, presiones o salidas por contacto
de las piernas sobre cualquier parte del cuerpo del
adversario.
16. Finalmente, está prohibido, por ejemplo, en el ata-
que durante la lucha en tierra, levantar al adver-
sario por la entrepierna con la rodilla y el muslo,
para provocar su caída.
Trata a continuación el Reglamento de las amonesta-
ciones. Dice textualmente el artículo 24: «...El arbitro
puede hacer una amonestación al luchador que comete
una falta, con el consentimiento de dos jueces o por mayo-
28 LA LUCHA

ría de votos, teniendo en cuenta los votos de los miembros


del jurado en el momento de la votación.»
Y señala el citado artículo los casos en que se deberá
aplicar la amonestación:
A) Pasividad.
B) Presas ilegales.
C) Infracción de la disciplina en el trascurso del match.
D) Violación de las reglas.
El deber del arbitro hacia el luchador que comete una
irregularidad es el siguiente:
A) Hacer cesar la irregularidad.
B) Hacer soltar la presa si ésta es peligrosa.
C) Solicitar una amonestación.
D) El luchador que comete una falta puede ser decla-
rado vencido.
Finalmente, voy a tratar de la puntuación, tan impor-
tante en este deporte, ya que numerosos combates finali-
zan su tiempo reglamentario sin vencedor ni vencido sobre
el tapiz, por lo que se ha de recurrir a los puntos que los
jueces han ido anotando durante el desarrollo del com-
bate.
Se pueden conceder uno, dos o tres puntos ateniéndose
a lo que señala el Reglamento.
UN PUNTO: El luchador que pone y mantiene a su ad-
versario en tierra, pasando por detrás de él.
El luchador que sobrepasa y mantiene al adversario.
El luchador que realiza una presa correcta y que hace
tocar el tapiz a su adversario, con el hombro o con la ca-
beza, durante la ejecución.
La amonestación contará un punto para el adversario.
Si un luchador se echa a tierra voluntariamente, bien
porque esté agotado o porque su idiosincrasia de lucha sea
ésta, hay que anotar un punto a su contrario.
Dos PUNTOS: El luchador que realiza una presa correcta
y que pone momentáneamente en peligro a su adversa-
LUCHA GRECORROMANA 29

rio (menos de cinco segundos). Los luchadores que toquen


instantáneamente el tapiz con los dos hombros deben ser
penalizados con dos puntos.
TRES PUNTOS: El luchador que mantiene a su adversario
en peligro (ángulo de los hombros con el tapiz menor de
90°) durante cinco segundos.
En este caso será el arbitro quien cuente los segundos.

VIDA DEL LUCHADOR

Ante todo el luchador debe ser un deportista, un verda-


dero deportista en el sentido más amplio de esta palabra.
Deportista en el modo de vivir, de trabajar, de expre-
sarse, deportista en el modo de acatar las órdenes o las
decisiones de sus superiores, sean éstos entrenadores, ar-
bitros, etc.
Una vida sin desórdenes de ninguna clase, sin vicios.
El deportista debe hacer vida al aire libre, ser un ena-
morado de la Naturaleza, no de las tabernas, de los tugu-
rios y demás lugares que sólo servirán para que con el
tiempo pierda su categoría de tal.
Quede por tanto bien claro que no considero deportista
al vicioso, al trasnochador y al pendenciero.
Aquí me dirijo sólo al que desea ser el mejor, física y
moralmente, al que esté dispuesto a sacrificarse en muchos
momentos por el deporte, por su deporte, porque todo lo
bueno cuesta. Vaya para él mi más sincera felicitación,
porque ha escogido el buen camino.

VIDA SOCIAL

Ante todo, el deportista — se llame luchador, gimnasta


o atleta —, debe tener un dominio absoluto sobre sí mis-
mo. Sí, ya sé que eso no es nada fácil, pero lo podéis y
lo debéis conseguir, de lo contrario, causaréis vuestra ruina
física y moral.
30 LA LUCHA

Una disciplina rígida en grado sumo es necesaria. Sin


titubeos, sin vacilaciones, hay que dominar nuestros actos
y nuestros pensamientos.
El deportista, en general, está más expuesto que nin-
gún otro ser humano a las debilidades terrenas, a placeres
y distracciones que sólo conseguirán desviarle del verda-
dero objetivo, del único objetivo que debe perseguir todo
deportista: el triunfo deportivo, pero también el triunfo
sobre nuestros instintos, a veces mucho más difícil de con-
seguir que el primero.
El deporte es el fenómeno del siglo xx; hoy en día se
habla de deporte, se discute de deporte, se practica depor-
te, pero hay muy pocos deportistas.
Porque no todos los que practican un deporte merecen
llamarse deportistas; los hay que sólo saben vanagloriarse
de sus propios triunfos, los hay que al lograr su primer
triunfo se erigen en figuras aunque después se pierdan en
el anonimato, los hay en fin que presumen de ser más po-
derosos que los demás, de ser el mejor, el más fuerte.
¡Cuántos han hecho el ridículo!
Por encima de todo, el deportista debe ser modesto. Se
le debe admirar dentro y fuera del recinto deportivo. Den-
tro, por sus triunfos logrados en buena lid ante sus ad-
versarios; fuera, por su vida sencilla, modesta, propia del
ser humano que es.
El deportista, el luchador, hace vida en sociedad, alter-
na con otras personas y debe saber comportarse. Ante
todo, nunca debe presumir de sus poderosos brazos o de
sus grandes victorias; ya saldrá a la conversación sin que
él lo adelante. Debe ser educado, fino, galante; pero nunca
grosero, arisco, donjuanesco. Ha de procurar que su pre-
sencia y su conversación agraden a los demás, y debe evi-
tar discusiones y peleas; los demás ya saben que es lucha-
dor, no es necesario que lo demuestre. Porque arme el gran
escándalo y salga vencedor nadie le va a considerar mejor
luchador, sino simplemente un fanfarrón.
Un punto muy importante es la personalidad. Todo ser
humano debe tener su personalidad propia, prescindiendo
LUCHA GRECORROMANA 31
de imitaciones como hoy se ha puesto tan de moda al
pretender imitar a ésta o aquella figura de actualidad.
¡Qué sensación de pobreza de espíritu dan esas personas!
¿Es que no están orgullosas de lo que son? No. Tienen
que recurrir a imitar a quien sea. Es absurdo.
Tened vuestra personalidad, vuestro modo peculiar de
andar, de alternar, de vestir, etc.
Además, hay que ordenar actividades e ideas. Nada de
improvisaciones. De dejarlo todo para última hora. Em-
plear para cada acto el tiempo que sea necesario, sólo el
necesario, ni más ni menos. No hacerlo rápidamente, ni
perder el tiempo repasándolo una y otra vez.
Dominio en cualquier circunstancia, en cualquier si-
tuación. Ante un accidente o ante cualquier otro espec-
táculo que pueda ser desagradable no retroceder nunca,
pero tampoco querer curiosearlo todo. Ayudar. Colaborar.
Y que cuando os pregunten vuestra identidad, una vez pa-
sados los primeros momentos del desastre, cuando se os
vaya a agradecer de la forma que sea vuestra desintere-
sada colaboración, podáis decir con la frente muy alta:
soy fulano de tal, luchador, Así. Sin más. Es suficiente.
Otro punto que creo conveniente tratar es la postura
que se debe adoptar al andar.
Al andar, la postura no debe ser encorvada, como que-
riendo demostrar modestia, o quizá tal vez pasar inadver-
tido, ¿por qué? Pero tampoco hay que mostrarse arrogante
o incluso arrollador, pretendiendo que se postren a vues-
tros pies los demás. Hay algunos que parecen querer do-
minar el mundo con su forma de andar. No. Ni lo uno ni
lo otro. Andad erguidos, firmes, con la cabeza levantada,
viriles, orgullosos de ese cuerpo fuerte y sano que tantos
sacrificios os ha costado lograr, pero sin fanfarronear, sin
arrollar.
Sed modestos, sencillos, se os admirará más todavía.
Os lo aseguro.
Quiero tratar ahora de ciertos peligros que, como ya
indiqué al principio de este capítulo, no lo son más que
de una manera esporádica.
32 LA LUCHA

Ante todo, las mujeres; sí, tal como lo estáis leyendo.


No voy a aconsejaros que huyáis de las mujeres, nada más
absurdo ni antinatural, ni que os dediquéis a la sencilla
y peligrosa profesión de conquistadores femeninos. No. Os
voy a aconsejar que tratéis a la mujer como se debe y
como se merece.
La mujer es un ser delicado e inferior a vosotros; sed
finos, amables, educados; en una palabra, sed hombres.
Me refiero, claro está, a vuestras relaciones con muje-
res, no con esos desperdicios humanos de vida fácil, que
sólo pretenden robar la salud y el dinero.
Ahuyentad de vuestra mente todo pensamiento nocivo
que en nada os ayudará, sino en preocuparos y en desvia-
ros de vuestro único ideal, el triunfo deportivo.
Casaos Jóvenes; es muy recomendable, ello evitará un
sinfín de tentaciones y al mismo tiempo ordenará vuestro
organismo.
Nunca se os ocurra ir a ciertas «casas» donde sólo in-
fecciones, enfermedades y miseria podréis obtener.
Os hablo no como moralista, ni como sacerdote, por-
que ninguna de las dos cosas soy, sino como compañero
vuestro de gimnasio y de entrenamientos. Es un consejo,
en vosotros está el tomarlo. Mi felicitación para los que
no se hagan los sordos.
En mi vida como deportista, he observado que no sólo
los luchadores y los deportistas en general toman a veces
calmantes, sino que son los propios entrenadores los que
los obligan a tomar. Yo he sido objeto en su día, hace ya
años, de esa orden, porque no se puede llamar de otra
manera.
Es una barbaridad y quienes los toman u ordenan to-
mar, sólo demuestran con ello, sean deportistas o entrena-
dores, su incompetencia.
Estos calmantes, bromuro principalmente, ejercen sobre
el organismo una acción calmante pasajera, pero luego hace
reaccionar mucho más violentamente al que los ha toma-
do, con lo que a la larga saldrá perjudicado.
Salida de un «souplesse». El luchador que lo ha ejecutado
es el que queda en este caso debajo momentáneamente, ya que
su propio impulso le h a r á rodar, por lo que al Anal de la presa
las posiciones deben quedar invertidas a lai; de la fotografía.
El luchador lanzado sufrirá en esta presa un duro castigo,
ya que será su cuerpo el que cargue con todo el peso en la caí-
da, aunque la fotografía parezca demostrar lo contrario.
I '

José Panizo. Seis años campeón de Es-


paña. Peso pesado. Perteneciente a la Fede-
ración Castellana-Centro.
Dos momentos distintos del «souplesse», presa decisiva en Lucha Gre-
corromana, ya que se requiere u n a gran habilidad p a r a poder salvarse de
ella sin ser derrotado. Técnica, valor y perfecta ejecución. Obsérvese
cómo el luchador que la realiza se a p o y a con la cabeza en el ring, por
lo q u e es sumamente importante el entrenamiento del cuello. P r e s e de
gran mérito y belleza.
No h a y q u e huir de esta presa. Algunos luchadores van dando vuel-
t a s a la lona continuamente para que no los lancen, aunque tampoco se
deberá permitir cuando nosotros no podamos responder con las mismas
a r m a s , y a que el «souplesse» s u m a unos puntos que pueden ser decisivos
si no ее contrarrestan.
El luchador de la derecha de la fotografía está materialmente derro-
tado por la perfecta presa a que le tiene sometido su contrincante. Si su
rival no comete a l g ú n error técnico, pocos segundos podrá resistir en
esa posición tan a p u r a d a , de la que saldrá vencido al agotarse y tocar
con los hombros el tapiz.
H a y que evitar en todos los casos q u e d a r en esta situación, de la que
es materialmente imposible salir, sobre todo si el contrincante le бирега
en peso.

El luchador que se encuentra arriba está descansando completamente


por lo que, si el combate no le es favorable, no se le deberá permitir
que permanezca en esa posición, ya que en ella se recuperará y p o d r á a
continuación a t a c a r de forma contundente.
El luchador que se encuentra debajo deberá esperar el movimiento de
su contrincante p a r a zafarse rapidísimemente, ya que de lo contrario de
la posición de la fotografía podría pasar a otra en la que vería acabar
el combate.
L a agilidad y el ataque en el momento oportuno es le mejor a r m a
centra este presa.
LUCHA GRECORROMANA 33

Dos aspectos más quiero tocar en este capítulo: el


tabaco y la bebida. Voy con el primero. El tabaco.
Yo no fumo. Pero no creáis que tengo nada contra el
tabaco. No. Yo sólo os doy un consejo, en vosotros está el
aceptarlo o no. Considero peligroso el fumar; perjudica
los pulmones, fatiga antes al fumador. La nicotina es un
veneno para el deportista. No fuméis.
Y la bebida. Espectáculo lamentable el que dan los be-
bedores cuando pierden el control de sus facultades. No es
que os considere en ese grado de bebedores, una copa hoy
y otra mañana irán minando el organismo. Yo no bebo.
No. Seguro que alguno de vosotros ya me está llamando
anticuado, ñoño, ridículo... y otras cosas que me callo. No.
Yo no bebo porque soy un enamorado del deporte, pero
del deporte puro, sin artimañas, sin negocios misteriosos,
y sin dinero. Sobre todo eso: sin dinero. Practico depor-
tes, he practicado casi todos los que existen, y me gustan
todos. Cada uno tiene un «algo» que agrada, cautiva y
distrae. Hay deportes que no exigen plenitud de faculta-
des para practicarlos, pero aquí me dirijo a luchadores, y
esos deportes de lucha en general exigen mucho del cuer-
po, yo diría que una entrega total, constancia, mucho
entrenamiento, plena forma física, ¿creéis que en la ta-
berna vais a encontrarla?
Dejad esas copitas, hoy una, mañana otra. Un poco de
vino en las comidas no hace daño, cerveza de acuerdo,
coñac para cuando estéis resfriados (pero no he dicho to-
marlo para no resfriaros, no nos engañemos), y nada más.
Refrescos los que queráis, a pesar de que hoy están apare-
ciendo algunos que casi me van a obligar a retractarme de
lo anteriormente dicho. Porque ese limón, naranja, etc.,
que tanto destacan a la hora de hacer la publicidad del
producto, cuando llega el momento de consumirlo no se
ve ni se nota por ningún lado.
Resumiendo: ni tabaco, ni bebidas alcohólicas; es un
consejo de un deportista a los deportistas.

i
34 LA LUCHA

VIDA DEPORTIVA

El luchador deberá hacer vida al aire libre, ello es


muy beneficioso para su forma física. Existen deportes
que le ayudarán no sólo a mantener su forma física sino
incluso a mejorarla. Son éstos:
Levantamiento de peso (Halterofilia). — La potencia,
dureza de golpe y potente musculatura que da el levanta-
miento, le ayudarán a la hora de enfrentarse con un ri-
val. Existen ciertos ejercicios de levantamiento que cuando
los domine le servirán de mucho en el ring, en el tapiz o
en el tatami.

Atletismo. — Dentro de este deporte, los saltos y los


lanzamientos le darán la agilidad necesaria; es éste un
deporte que se puede practicar en todas partes. Peso y
disco, estos dos lanzamientos los podrá hacer en la playa
o en el campo; no se persigue que supere ningún récord,
sino simplemente la distracción mientras toma el sol, luego
no es necesario que tengan lugar en una pista de atletis-
mo. El salto de altura y el de longitud también pueden ha-
cerse en cualquier lugar. Se busca con estos ejercicios la
distracción y el mantenimiento en forma. Las carreras,
alternando larga y corta distancia, rápida y lenta, darán
el fondo del que tan necesitado está el luchador que con
tanto ring, tanta pesa, tanto gimnasio en suma, llega a
olvidarse un poco del entrenamiento atlético, concreta-
mente de la carrera, tan adecuado para adquirir fondo.

Gimnasia de aparatos. — Es muy beneficiosa, aunque


quizás al peso pesado o semipesado le cueste demasiado
colgarse de la barra fija o hacer el «cristo» en las parale-
las. La considero excelente por los potentes hombros que
proporciona, por la cintura ágil y de hierro, por esos ab-
dominales a toda prueba, etc. Un poco de paralelas, de
anillas, o de barra, servirán de mucho al luchador. Los an-
LUCHA GRECORROMANA 35

teriormente citados pesos pesados y semipesados deben pro-


bar; observen que digo probar y hacer lo que buenamente
puedan, porque comprendo lo difícil que es colgarse ma-
terialmente de unas anillas con sus 80, 90 o 100 kilos, y
hacer el «cristo» como si se tratase de gimnastas consa-
grados de 50 kilos solamente.
Remo. — Es un deporte excelente por la fortaleza que
da a toda la musculatura de la espalda y preferentemen-
te a los ríñones, tan castigados por los «souplesses», tan
bellos y espectaculares, como difíciles y peligrosos para
el que es proyectado sobre el tapiz. Es uno de los deportes
más completos que existen, porque pone en juego todos los
músculos del cuerpo.
Natación. — Excelente como descongestionante de los
músculos y para adquirir fondo. Muy peligroso cuando se
acerca una competición, ya que el desgaste del agua, más
el sol y el desgaste propio de todo ejercicio, darán al lu-
chador una fatiga que le destrozaría sus energías cuando
más necesitase de ellas. Ablanda en exceso los músculos,
por lo que a los luchadores de pesos ligeros no les conviene
practicarla. Fuera de temporada de competiciones es muy
saludable, aunque sin llegar a la fatiga total.
Juegos con balón (balonmano, fútbol, baloncesto, ba-
lonvolea, etc.). — Dan flexibilidad, sirven para mantener
en forma cuando faltan días (pocos) para los combates;
sin llegar a la fatiga, distraen y conservan en buena forma.
Camping. — Sana distracción para aquel que, tras una
semana de taller u oficina, busca en el mar o la montaña
la «limpieza» de toxinas almacenadas en su organismo du-
rante toda la semana. Muy sano y económico y al alcance
de cualquier bolsillo, en España la gente no ha sabido sacar
el máximo provecho a esta distracción-deporte que tanta
salud aporta a nuestro organismo oculto toda la semana
bajo gruesas ropas que no dejan filtrarse un solo rayo
de sol.
3G LA LUCHA

TRABAJO

Sin duda, el trabajo habitual que realiza el luchador


diariamente tiene que influir, a la hora de sus entrena-
mientos, en la forma como ha de enfocarlos.
Dejando aparte a los profesionales de la lucha libre, un
luchador de grecorromana que sea cargador estará mejor
dotado para la lucha que un estudiante, y no necesitará
tanta preparación como el segundo, cuyas sesiones de en-
trenamiento habrán de ser durísimas si quiere igualar y
superar al primero.
Yo divido los trabajos u ocupaciones habituales de los
luchadores de grecorromana en tres grandes grupos:
A) Trabajos intelectuales, en los cuales incluyo a los
estudiantes, periodistas, oficinistas, y demás oficios en
que no se permanezca largo rato de pie o que no requieran
gran esfuerzo muscular para ejecutarlos.
Estos trabajadores deberán entrenarse todos los días
de la semana, alternando una sesión fuerte con otra sua-
ve, pero haciendo ejercicio físico todos los días, pues de
lo contrario sus músculos no resistirán la potencia de
sus rivales, cuyo trabajo habitual suponga un comple-
mento a sus entrenamientos. El estar sentado largos perío-
dos de tiempo no favorece en nada al organismo, sino al
contrario. Proporcionará unos kilos de grasa alrededor de
la cintura que le desorientarán a la hora de pesarse y que
nunca supondrán más fuerza, sino menos agilidad.

B) Trabajos «manuales», o sea aquellos en los que el


obrero o técnico necesita a menudo de sus fuerzas para
resolver sus tareas. Sin querer, este hombre se está entre-
nando a toda hora, ya que sus músculos se mueven. Se in-
cluyen en este grupo los obreros, mecánicos, herreros, car-
gadores, mozos de almacén, etc.
Depende de la mayor o menor actividad física que de-
sarrollen si deberán forzar o no sus entrenamientos. Un he-
LUCHA GRECORROMANA 37

rrero deberá entrenar sobre todo su cintura, hacerla más


ligera. Un dependiente apenas someterá sus músculos a
esfuerzo aunque los mantendrá en continua tensión. Repo-
so. En el gimnasio necesita adquirir, sobre todo, potencia.
Y en todos los casos, mucho ring. Es muy necesario.
C) Deportistas. Llamo así a los que son entrenadores,
profesores de gimnasia, a los que son dueños de un gim-
nasio, a los que practican además otro deporte.
Nada nuevo habré de decirles a éstos, porque ellos mis-
mos son sus propios entrenadores y conocen mejor que na-
die lo que necesitan. El poseer o tener facilidades para
entrenarse a toda hora les da grandes ventajas sobre sus
rivales deportivos.
Con estas tres categorías se abarca a todos los que
practican la lucha grecorromana. Queda, por lo tanto,
bien claro que a más actividad física habitual menos es-
fuerzo en el gimnasio, y a menos actividad física en el
trabajo habitual, más peso en el gimnasio. Pero yo creo
también que esto no es decisivo ni se llega a confirmar de
un modo rotundo a la hora de subir al tapiz. Es sólo una
opinión y un consejo muy particular. Valor y constancia
son los que darán al luchador la verdadera medida de sus
posibilidades. La cuestión de las profesiones no es más que
un accesorio, aunque consideré oportuno citarlo.

HIGIENE Y MEDICINA

Hablaré muy por encima de las más elementales no-


ciones sobre los cuidados que el individuo requiere física-
mente.
Voy a tratar primeramente de la higiene. Un deportista
deberá tener gran cuidado con su cuerpo y con su aseo
personal. Todos los días, tras el consabido entrenamiento
más o menos largo deberá ducharse con agua templada y
al final con agua fría para que el cuerpo reaccione y se
cierren sus poros para evitar todo resfriado, peligro nú-
38 LA LUCHA

mero uno de todo deportista ya que disminuye enorme-


mente sus facultades. El resfriado es muy molesto, retrasa
la puesta a punto y puede llegar a hacer perder un combate
por la debilidad que a todos los músculos del cuerpo pro-
porciona.
Tras la ducha, un buen automasaje con colonia o al-
cohol le devolverá el vigor perdido tras el sudor del entre-
namiento, y descansará sus músculos.
Evitar entrenarse en el tapiz con compañeros que ten-
gan granos en su cuerpo. Es muy fácil un contagio, con to-
das sus molestias, aparte de que en poco tiempo casi todo
el gimnasio ofrecería un lamentable aspecto. La limpieza
es muy necesaria en este deporte, ya que al estar tanto
tiempo en contacto ambos cuerpos y al abundante sudor
de éstos, todos los poros serán como aspiradores que atrae-
rán fácilmente todos los microbios El arbitro deberá ob-
servar cuidadosamente a los contendientes antes de la pe-
lea, así como el ring, ya que un simple grano de mal aspec-
to podría convertirse en epidemia para todos en pocos
días. Creo que se da poca importancia a este punto, con-
fiando demasiado en la buena voluntad de los participantes.
Grave error. He conocido casos de luchadores que han es-
tado imposibilitados hasta tres meses por lo que al prin-
cipio pareció un vulgar grano como tantos otros que ha-
bía tenido.
Las uñas deberán estar siempre bien cortadas; este
punto lo trata ya el reglamento, y observo que los arbitros
lo vigilan un poco por rutina, y otro poco porque así lo
manda el reglamento. No debería ser asi.
Otro punto que debo señalar es el de los baños de pies.
No. No se trata de higiene personal, sino de cuidado de-
portivo. Un buen baño de pies antes de un combate o des-
pués de una dura sesión de footing obra resultados magní-
ficos. Los boxeadores prestan gran atención a este punto,
¿por qué no prestarla también los luchadores?
En la ducha, ante todo, se han de mojar los brazos, lue-
go los hombros, pecho, espalda y piernas por este orden,
para facilitar la circulación de la sangre tras el entrena-
LUCHA GRECORROMANA 39

miento y evitar un choque violento del agua sobre el cue-


llo, pongo por ejemplo. Permanecer sólo el tiempo indis-
pensable en la ducha, no olvidar nunca que el agua debi-
lita y desgasta, y que el luchador necesita todas sus fuer-
zas para vencer a su rival.
Respecto a la medicina, cada luchador deberá tener
su médico particular además del propio de la Federación
a que pertenezca, ya que este último no podrá atender en
cualquier momento al luchador que se hava lesionado.
El médico no sólo podrá ayudar a ia hora de curar una
lesión o una enfermedad, sino también para resolver pro-
blemas físicos que se puedan plantear.
No confundir nunca la misión del médico con la del
entrenador o la del sacerdote. El médico cura el cuerpo, el
entrenador cuida el cuerpo, el sacerdote cura el alma. Por
lo tanto, cada problema debe ser expuesto a quien corres-
ponda resolverlo.
Normalmente, el luchador es un hombre sano de cuer-
po, pero puede estar enfermo como otro ser humano cual-
quiera; por eso necesita al médico. No os inclinéis ante la
mayor o menor verborrea del primer médico que encon-
tréis; elegid antes de decidiros por el que deba ser el
vuestro particular, porque hay muchos y muy buenos. Te-
ned en cuenta que los médicos demuestran sus aptitudes
con hechos, nunca con palabras, pues esto queda nara los
vendedores.

ALIMENTACIÓN Y VITAMINAS

Esta parte del libro es una más que, junto al masaje,


deportes complementarios y la posterior, sobre los entre-
namientos, son básicas y constituyen los pilares sobre los
que se apoyará el luchador para lograr el tan ansiado
como costoso triunfo deportivo.
No es necesario destacar las cualidades de una alimen-
tación sana y bien regulada, adaptada a cada individuo
en particular. Pero yo voy a hacer algo más, voy a sepa-
40 LA LUCHA

rar en tres partes este pequeño estudio sobre regímenes ali-


menticios. La primera tratará de los diversos alimentos y
su valor en calorías. La segunda tratará de las vitaminas.
Y la tercera de los medicamentos-alimentos. En realidad,
son una sola cosa pero vista bajo tres puntos distintos.
Y vamos con la primera. Los alimentos y sus calorías.
Los alimentos se deben tomar lentamente, pero ni tan
lentamente que hagan perder el apetito, ni tan rápidamen-
te que hagan dificultosa su digestión. Esta es la causa de
tantos enfermos del estómago, esas auténticas bolas de co-
mida sin digerir, que trastornan todo el organismo, con
molestias cuya resolución es de lo más sencillo. Hay que
comer lentamente. Masticar bien los alimentos. Ensalivar
bien esos alimentos.
La alimentación debe estar proporcionada a la persona
que los va a tomar y guardar proporción con sus necesi-
dades. He observado la prisa que tienen algunos por ha-
cerse «fuertes». Quieren poco menos que un milagro. Aquí
no hacemos milagros. Algunos quieren ser fuertes de la no-
che a la mañana. No. Hacen falta años de entrenamiento
para poder levantar ciertos pesos y para poder soportar
cierta alimentación.
Si una persona cualquiera tomase en un día la ali-
mentación de un luchador veterano, moriría de indiges-
tión. Y ellos comen así todos los días y no les pasa nada.
¿Por qué? Muy sencillo. Están preparados. Lo necesitan
y lo soportan.
Hay que establecer el régimen propio en proporción al
entrenamiento. Durante períodos de descanso, la alimen-
tación será más pobre que durante la temporada de compe-
ticiones. Cada cual deberá ser su propio dietético. El lu-
chador, como todo deportista, aparte de su propio entre-
nador, médico, masajista, etc., deberá ser él mismo quien
se vigile, quien se diga: «No, yo no tomo esto porque me
puede sentar mal».
Existe una verdadera guerra sin cuartel entre los car-
nívoros y los vegetarianos. El luchador debe estar ajeno
a esa lucha porque necesita de los dos, casi podría indicar
LUCHA GRECORROMANA 41
que debe proclamarse neutral y tomar lo que más le in-
terese de ambos, porque de los dos necesita. Los vegeta-
rianos dicen que la carne es tóxica. Los carnívoros dicen
que... Yo no me voy a meter en ese asunto. A cada cual
lo suyo, y al luchador un poco de los dos.
Existen unos alimentos que por su valor nutritivo son
básicos para el luchador y para el deportista en general.
Voy a citar sólo algunos y su valor en calorías por cien
gramos:
Leche. — Es excelente para todo el organismo, de fácil
digestión y gran riqueza en calorías. Un vaso normal viene
a tener unas 300 calorías.
Azúcar. — Una cucharada pequeña supone unas 50 ca-
lorías. Gran complemento durante los entrenamientos.
Hay que masticarla antes de tragarla, pues es muy per-
judicial tragarla entera. Acompañada de leche es un gran
complemento.
Miel. — Unas 100 calorías. Existe una papilla, que os
recomiendo si queréis engordar, a base de leche, copos de
avena y miel. Hervir la leche y añadir los copos de avena,
luego se mezcla miel y os aseguro que engordaréis a gusto
cuanto deseéis.
Chocolate. — Al igual que el azúcar se pueden tomar
pequeños trozos durante las sesiones de entrenamiento.
Unos 100 gramos vienen a tener 200 calorías.
Limón. — Yo soy un fanático del limón. Lo tomo en
cualquier momento. No sólo es alimenticio, sino también
curativo. La cura de limón es excelente para los enfermos
del hígado. Tomar de 3 a 5 limones antes de cada comida,
triturados con corteza y todo. Es la llamada cura de limón
integral.
Como es sabido, el limón era esencial para los anti-
guos navegantes, pues con él evitaban el terrible escorbuto.
Tengo en mi biblioteca un pequeño librito sobre el li-
42 LA LUCHA

món, sus infinitas aplicaciones y virtudes. Es formidable.


Ojalá pudiera copiar aunque fuese un poco de lo mucho
y bueno que contiene ese libro, pero este trabajo no me
permite extenderme en estos conceptos. Sólo os diré que
sirve como alimento, condimento, bebida, medicamento na-
tural, adelgazamiento, etc.
Un vaso de vino tinto. — Tiene 75 calorías. En las co-
midas puede tomarse, pero sin abusar, recordando que el
alcohol es peligroso y el vino lo contiene.
La sal no se debe tomar en cantidad; con la que poseen
los alimentos naturales es más que suficiente para las
necesidades humanas. Existen personas que echan gran
cantidad de sal en las comidas. Ello es muy peligroso, pues
las comidas deben ser más bien sosas. Es preferible.
Aceite. — Excelente. Gran valor alimenticio. Unas 850
calorías por cien gramos. La mantequilla posee casi tanto
valor nutritivo como el aceite.
Costillas de cerdo. '•— Tiene 450 calorías por cien gra-
mos. Un buen plato de costillas de cerdo antes de dispu-
tar un combate dará grandes energías al luchador. Las
costillas de buey tienen un valor alimenticio algo menor.
Leche concentrada. — 355 calorías. Téngase en cuenta
que al estar ya azucarada aumenta su valor alimenticio.
A continuación voy a exponer un cuadro que he tra-
zado acerca del valor alimenticio en calorías que necesita
cada persona. Según la talla, cada cual sabrá el peso ideal
y las calorías que requiere. Sin más preámbulos, paso a
exponerlo.
Por lo tanto, si se trata de un luchador cuya actividad
habitual es la de obrero en una empresa, de 1'55 de estatura
y de 19 años de edad, necesitará al día:
CUADRO DE CALORÍAS

EDAD TRABAJO
TALLA Peso ideal Calorías base de 15 a 25 de 25 e 95 de 35 a 45 Oficinas Obreros Deportistas

Г50 m. . . . 50 1.500 375 300 225 150 300 450


1'55 m. 55 1.750 438 350 263 175 350 525
1'60 m. 60'5 2.025 506 405 304 203 405 608
Г65 m. 66'5 2.325 581 465 349 233 465 698
1'70 m. 73 2.650 663 530 398 265 530 795
1'75 m. 80 3.000 750 600 450 300 600 900
1'80 m. 87'5 3.375 844 675 506 338 675 1.013
1'85 m. 95'5 3.775 944 755 576 378 755 1.133
1'90 m. 104 4.200 1.050 840 660 420 840 1.260

Este cuadro ha sido creado por el autor. -f- 25 c/c + 20 % + 15 % + 10 % + 20 % + 30 %


44 LA LUCHA

1.750 calorías por su estatura


438 » por su edad
350 » por su trabajo habitual
Total: 2.538 » diarias, a las que hay que añadir:
525 » por ser luchador
3.063

Es decir, que ese muchacho va a necesitar consumir al


día 3.0&3 calorías, sin el menor peligro de indigestión,
para superar día a día su forma física. De lo contrario,
su rendimiento será muy pobre, pues su cuerpo no podría
soportar tanto ejercicio con tan «poca» alimentación. Es
como una máquina a la que hay que echar carbón según
las necesidades; si funciona intensamente y durante mu-
cho tiempo necesitará una gran cantidad de carbón, sin
el menor peligro de reventar la caldera, pero si va des-
pacio y recorre un trayecto corto, con muy poco carbón
será suficiente. Por lo tanto, ya sabe cada luchador las
calorías que necesitará para rendir al máximo. «Buscaros»
vosotros mismos en el esquema anteriormente expuesto y
sabréis la cantidad de calorías que necesitáis al día.
Y para mayor claridad, aún voy a exponer unos cuan-
tos ejemplos más. Los alimentos en los que podéis encon-
trar esas calorías serán detallados más tarde.
Un joven de 24 años, de Г80 metros de estatura, que
practique la lucha grecorromana y cuyo trabajo habitual
sea el de estudiante, necesitará diariamente:

3.375 calorías por su estatura


844 » por su edad
338 » por su trabajo habitual
Total: 4.557 » al día, a las que hay que añadir:
1.013 » por ser luchador
5.570

Por lo tanto, ese estudiante necesitará al día 5.570 ca-


lorías sin el menor peligro para su cuerpo.
LUCHA GRECORROMANA 45

Un oficinista de 27 años, de Г70 metros de estatura,


que practique la lucha grecorromana, necesitará diaria-
mente :

2.650 calorías por su estatura


530 » por su edad
265 » por su trabajo habitual
Total: 3.445 » diarias, a las que hay que añadir:
795 » por ser luchador
4.240

Es decir, este oficinista va a consumir diariamente


4.240 calorías para lograr la forma física deseada.
Como habréis podido observar, según la estatura, cada
uno tiene, siempre siguiendo una línea horizontal, unas
calorías base ya determinadas, a las que habrá de añadir
las que le correspondan según edad y trabajo, más las que
le correspondan como luchador.
Estas cifras se han hallado siguiendo unos tantos por
ciento determinados que van en aumento o disminución
según edad y trabajo, ya según que el cuerpo humano se
encuentre en período de desarrollo o ya adolescente nece-
sitará un número determinado de calorías. De igual modo,
si es oficinista necesitará menos calorías suplementarias
que si es obrero, ya que su esfuerzo físico es muy inferior
al del segundo. Mas como luchador tendrá una cifra muy
elevada de calorías y sumadas todas se obtendrá la can-
tidad total que se debe proporcionar al cuerpo.
Si a esto añadimos ocho horas seguidas de sueño como
mínimo y nueve como máximo por las noches, y una pre-
paración óptima en el gimnasio, si no llega más pronto o
más tarde a ser un buen luchador es que no sirve.
Y ahora paso a exponer los alimentos donde se encon-
trarán esas calorías que el cuerpo necesita. Quede bien
claro que el número de calorías se considera siempre por
cien gramos; por lo tanto, a mayor ración alimenticia
mayor número de calorías se aportan al organismo.
46 LA LUCHA

Algunos dicen que no progresan físicamente. Nunca se


debe atribuir a los malos alimentos porque los alimentos
no tienen la culpa. Si un sujeto sabe el valor alimenticio
de cada uno y toma la cantidad necesaria para no en-
gordar o para superar su propio peso y no lo logra, es por
causa de enfermedad, infección, mala vida o sobreentre-
namiento, pero nunca se puede culpar de ello a la alimen-
tación. En estos casos, se ha de confiar en el médico para
descubrir el motivo, nunca tratemos de descubrirlo por
nuestra cuenta o de autodiagnosticarnos un aumento de
alimentación porque no conseguiremos más que dañarnos
nosotros mismos.

Calorías por 100 gramos;


Aceite . 845 Azúcar . . . . 405
Mantequilla . . 790 Alcachofas . 75
Avellanas . 635 C i r u e l a s . . . . 75
Costillas de cerdo 450 Leche n a t u r a l . 70
Costillas de buey . 430 Melocotones. 65
Roquefort . . 420 Vino (un vaso) . 60
Gruyere . . 400 Cerveza (un vaso). 55
Costillas de corder o . 380 L i m o n e s . . . . 45
Leche concentrada . 355 Pollo 205
Harina de trigo . 350 140
Lentejas . 335 Yoghourt 90
Miel. . . . 320 120
Pescados . 250 Tomates 20
P a n blanco . . 250 L e c h u g a . . . . 20
Judías . 115 N a r a n j a . . . . 50
Plátanos. . 100 Uva 20
P a t a t a s hervidas 95 Manzana 60
Huevos (50 gramos ca- Cerezas . . . . 80
da pieza) . . 160

Respecto a las vitaminas voy a indicar las principales


características de cada una de ellas, aunque sea muy por
encima:
Vitamina A. — Favorece el desarrollo, protege la piel
y la vista.
LUCHA GRECORROMANA 47

Los alimentos que contienen mayor cantidad de ella


son los guisantes, la mantequilla, el queso y el aceite de
hígado.
Vitamina B^ —Su ausencia aumenta los estados de fa-
tiga; es muy importante para el luchador.
Los principales alimentos son la leche, las lentejas y
los tomates.
Vitamina B2. — Es la vitamina de la longevidad. Su
carencia retrasa el crecimiento.
Los principales alimentos son la leche y el queso.
Vitamina C. — Su carencia causa una enfermedad lla-
mada escorbuto, padecida antiguamente por los navegan-
tes. Provoca una gran debilidad y hemorragias intensas.
El alimento básico para combatirla es el limón.
Vitamina D. — Llamada antirraquítica. Provoca la tu-
berculosis.
Más que alimentos es mejor recomendar baños de sol.
Vitamina E. — Es la vitamina del equilibrio sexual. Su
carencia provoca la atrofia muscular.
Los principales alimentos para combatirla son la leche
y la lechuga.
Vitamina K. — Su falta provoca hemorragias.
Tomates y espinacas son los alimentos más indicados.
Vitamina P. — Su ausencia provoca enfermedades del
hígado.
Limón, la ya indicada cura de limón integral.
Vitamina P P. — O antipelagrosa.
Sobre todo alimentación a base de hígado, levadura y
leche.
Y por último voy a hablar de los alimentos-medica-
mentos.
El luchador en concreto, el deportista en general, con-
sume tal cantidad de calorías al día que quizás algunas
veces encuentre difícil lograr tal cantidad en la alimen-
48 LA LUCHA

tación natural, en las comidas que hace todos los días.


Por eso existen estos alimentos que podríamos llamar «de
farmacia» y que son el complemento ideal. Pero no de-
bemos abusar de ellos; no es que exista ningún peligro,
al contrario, son excelentes, pero más vale no abusar ni
acostumbrarnos a ellos. Además, antes de consumirlos de-
bemos consultar a una persona competente en la materia
que nos indicará su utilidad, su dosis y precauciones a
adoptar.
En Estados Unidos, por ejemplo, existen infinidad de
ellos, excelentes en su mayoría, pero hay que tener en
cuenta que es un país muy aficionado al deporte y en par-
ticular a los deportes de pesas, que son los que más hacen
trabajar todas las regiones del cuerpo y, por lo tanto, los
que más ayuda necesitarán por todos los medios. Pero no
voy a citar productos norteamericanos ni es necesario ha-
cerlo, porque en Europa tenemos y muy buenos. En la
Alemania de Hitler, por ejemplo, el Ejército era cuidado-
samente vigilado en este aspecto y se proporcionaba estos
alimentos-medicinales a los soldados para mantenerlos
más en forma.
Hoy en día, todo país que se considere en vanguardia
debe tener estos productos en sus farmacias, pues ha lle-
gado ya el día en que no es propio de enfermos el acudir
a la farmacia, ni el darse sesiones de masaje, ni el cuidar
el cuerpo mediante el ejercicio. No. El tipo embrutecido
tiende a desaparecer; el atleta anacrónico que no cui-
daba su cuerpo, ha pasado a segundo plano con sus marcas
anticuadas para dejar paso a un tipo de atleta mucho
más completo y mucho mejor desarrollado. Los récords
han sido superados y en algunos casos doblados, el desa-
rrollo actual supera en medidas y en estética al del hom-
bre de antes, y todo ello gracias a los nuevos sistemas de
entrenamiento mucho más completos que los antiguos, a
la preparación rigurosa y la alimentación cuidada.
En España existen productos excelentes en farmacias
y en tiendas especializadas. Voy a citar tan sólo unos
cuantos que en ningún caso sustituirán a los alimentos
Panizo, el gran campeón español con barba por exigencias cinemato-
gráficas, hace uso de su gran fuerza para doblar el cuerpo de su con-
trario y ponerlo de espaldas.
Sólo si se tiene u n a g r a n fuerza es recomendable este movimiento,
pues de lo contrario puede ponerse uno mismo en posición m u y compro-
metida, si el rival sabe aprovechar nuestro propio impulso.
El cuello juega u n importante papel en esta posición, ya q u e , si es
potente, cuando nuestro atacante intente ponernos de espaldas 6e podrá
hacer «puente» en espera de mejor ocasión para salir definitivamente de
la apurada posición.

i . _ _.. < --*


Tras la posición de castigo, el luohador situado arriba obliga a do-
blar u n brazo e su contrario, con lo que inevitablemente caerá sobre uno
de t u s costados pudiendo entonces ser objeto de nuevas presas que le ha-
g a n caer de espaldas a la lona.
En este bello «souplesse», el luchador lanzado
«cae» bien y sólo una g r a n m a l a suerte podiía
hacerle perder el combate

Un excelente «puente» en el que podrá


resistí. - el tiempo que precise p a r a poder za-
farse de su contrario. Un giro de cuello, en
el momento oportuno, del luchador en «puen-
te» podrá cambiar el rumbo del combate.
LUCHA GRECORROMANA 49

naturales, limitándose a ser complementos de la alimen-


tación en períodos determinados.
Para casos de fatiga o carencia de vitamina С es muy
indicado el «Calcium Sandoz + Vitamina C», tomando
una pastilla disuelta en medio vaso de agua antes de la
comida. Con una pastilla diaria es suficiente, a no ser
que su necesidad fuese muy urgente, en cuyo caso se po­
dría aumentar la dosis sin peligro alguno.
Para casos de aumento de vitaminas en general por
estar en período de sobreentrenamientos es muy indicado
«Viterra», pastillas que contienen todas las vitaminas.
La casa Nestlé fabricaba unas pastillas de sabor a cho-
colate llamadas «Nestrovit», pero que en ciudades de exce-
sivo calor se derretían fácilmente, por lo que, al parecer,
muchas farmacias las han rechazado. Son muy agradables
de tomar, pero vuelvo a repetir que hace tiempo que no
sé nada de ellas, por lo menos en lugares calurosos.
Existen productos, como «Milo», por ejemplo, de la casa
Nestlé, que es muy recomendable; como él existen nume-
rosos en las farmacias, podéis consultar antes de com-
prarlo.
Hay alimentos que proporcionarán peso a discreción a
quien lo necesite ,y que se venden en tiendas dedicadas a
esta especialidad. Son éstos principalmente el germen de
trigo, los copos de avena, el pan integral, la levadura, etc.
Todo cuanto he dicho no son más que opiniones par-
ticulares para casos muy generales, pero cuando se trate
de un caso determinado, de falta de vitaminas, por ejem-
plo, o de debilidad en ciertas partes del cuerpo, un médico
mejor que nadie podrá daros la receta concreta y más
óptima.

C) ENTRENAMIENTOS, TÉCNICA, TÁCTICA Y MASAJE


ENTRENAMIENTOS

Llegamos aquí a la parte más importante y sin la cual


nada conseguiría el luchador, pues por muy bien alimen-
4
50 LA LUCHA

tado que estuviese, por muy buen masajista que tuviese,


por muy buena vida que se diese, si no se entrenara, si
no tuviese un entrenador que le enseñase técnica y tác-
tica, si no contase con unos compañeros con los que per-
feccionar lo que le han enseñado sus maestros en el gim-
nasio, no llegaría a nada. Es necesario entrenamiento,
entrenamiento, entrenamiento; la improvisación juega un
papel muy secundario en este deporte.
Es necesario entrenarse y entrenarse bien; voy a ex-
poner métodos, sistemas y consejos, pero en un deporte
en el que se actúa individualmente, cada luchador debe
tener su sistema propio, y el entrenador deberá preparar
a cada cual individualmente. Aunque estén concentrados,
aunque tenga que entrenar a varios a la vez en el gimna-
sio, nunca deberá decir: «¡A hacerlo todos!» No. Cada
cual lo hará de una forma distinta y algunos será mejor
que no lo hagan. Ese será el buen entrenador, el que cuide
a cada cual en particular, aunque se encuentren reunidos.
Esto no quiere decir que los tenga separados siempre y
totalmente, ya que entonces haría falta un entrenador para
cada luchador, lo cual resultaría complicadísimo y costo-
sísimo, sino que atienda a cada cual en particular. Sin
embargo, no hay duda de que se pueden hacer numerosos
ejercicios en grupo; el footing, pongo por ejemplo, se debe
realizar cuando estén concentrados, en grupo, pero el en-
trenador deberá vigilar a cada cual por separado y nunca
pretender comparar el rendimiento de varios en conjunto.
Por lo tanto, entrenamientos individuales aunque es-
tén realizándolos en conjunto, siempre individualizar,
nunca comparar preparaciones de pesos de distintas cate-
gorías; hay que tener en cuenta que según su peso, esta-
tura, categoría en que milite, edad, etc., cada individuo
necesitará determinados ejercicios y el que resulte satis-
factorio para uno puede ser peligroso para otro.
Pretender que un peso pesado corra cien metros en el
mismo tiempo que un peso pluma, es tan absurdo y peli-
groso como que en el gimnasio ese mismo peso pluma haga
un souplesse a un peso pesado.
LUCHA GRECORROMANA 51

Considero una barbaridad que en una concentración


se obligue a someterse a baños de sauna (mejor sería lla-
marlos baños de sudor) a un peso ligero, igual que a un
peso pesado, pues el sistema nervioso del primero es mu-
cho más excitable que el del segundo.
No hay que olvidar nunca que «cada cual tiene su en-
trenamiento y que existe un entrenamiento para cada
cual».

ENTRENAMIENTO PARA EL PRINCIPIANTE

El que por vez primera entra en un gimnasio con la


intención de practicar la lucha grecorromana, sea joven
o adulto, no deberá dirigirse directamente al ring, como
queriendo lograr un rápido aprendizaje para muy pronto
emular las glorias deportivas de sus ídolos. No.
A veces son los entrenadores los que tienen esa mala
costumbre, pensando que cuanto antes suba al ring antes
será luchador. No.
El principiante, sea de la edad que sea, deberá pasar
ante todo un reconocimiento médico, ya que no todos sir-
ven para la lucha. Luego deberá aprender un poco de téc-
nica del deporte que desea practicar, sólo en teoría y nada
de práctica, y comenzar a entrenarse con pesas ligeras,
muy ligeras, que se irán haciendo cada vez más pesadas
a medida que su desarrollo y edad lo necesiten.
Solamente deberá subir al ring para realizar ejercicios
de ligereza, de agilidad, pero no debe practicar presas ni
ejercicios de cuello, ya que corre el peligro de lesionarse.
Nadie, fuera de la lucha, entrena su cuello, por lo que éste
resultaría tan vulnerable como el de los demás seres hu-
manos. Lesiones y fuertes dolores son incidentes al orden
del día.
Muchos ejercicios de agilidad, flexiones, saltos, salto de
cuerda, posturas gimnásticas, ejercicios de soltura, gim-
nasia sueca, etc., constituyen la actividad recomendada.
Footing, tanto en circuito (es decir, dando vueltas a
52 LA LUCHA

paso gimnástico alrededor del ring) como al aire libre,


siempre que tenga oportunidad.
El principiante no debe creer en milagros de breves
semanas de preparación, en bíceps voluminosos como apa-
recen en las revistas con sólo diez minutos diarios, ni en
fuerza hercúlea con sólo adquirir un poco de técnica de
la lucha.
La preparación deberá ser muy suave al principio, y
al decir principio no me refiero a los primeros días ni
siquiera a las primeras semanas, sino a los primeros meses;
ello depende de las fuerzas naturales de cada principiante.
Puede oscilar entre los tres y cinco meses.
Hay algunos entrenadores — lo he observado con mis
propios ojos — que pretenden enseñar desde el primer día
de entrenamiento todas las presas al principiante, y con-
seguir que éste las haga como si de un veterano se tratase.
Exigir un souplesse a un principiante es pedir un milagro,
porque el pobre muchacho se asustará al primer revolcón
por tierra, cobrará miedo a todo y a todos, y lo más seguro
es que no vuelva a aparecer por el gimnasio.
Imagine el lector que pretenda llegar a campeón de
saltos de palanca, y que el primer día le ordenen que suba
al trampolín para aprender a saltar. Si una vez arriba le
tiran al agua de un empujón, lo más probable es que el
susto y la caída le hagan cobrar aversión al agua durante
una larga temporada.
Usted necesitará un adiestramiento, una preparación;
primero tirarse desde la orilla, luego aprender a caer, hará
unos ejercicios de cintura para flexionarse mejor y luego
se tirará con sumo cuidado hasta que vaya adquiriendo
soltura y perdiendo el lógico respeto que aquéllo le infun-
día hasta el momento.
Lo mismo ocurre en la lucha grecorromana. Gran pre-
paración física, enseñanza teórica y práctica (sin vio-
lencias ni riesgos absurdos), y cuando uno se considere
apto para realizarlo, habrá llegado su oportunidad.
En caso de ser un adolescente el principiante, podrá
LUCHA GRECORROMANA 53

practicar algunos ejercicios de cuello con precaución. Si


es un muchacho, no.
Las poleas son muy aconsejables, ya que ejercitan todo
el cuerpo con sus múltiples ejercicios y dan un nervio
enorme.
En la preparación con pesas no hay que intentar nunca
levantamientos máximos, ni realizar muchas repeticiones
de cada ejercicio, ya que se trata de principiantes. Com-
pletamente distinto sería si se tratase de expertos, en los
que el único ideal debe ser aumentar la fuerza, cosa que
sólo se conseguirá ejercitándose siempre con pesos máxi-
mos, aunque sólo puedan hacerse unas cuantas repeti-
ciones.
Pero a los principiantes, repito, pocas repeticiones y
poco peso, «soltura antes que fuerza», y «agilidad antes
que exceso de peso». Ya llegará todo a su debido tiempo.
Pasado el primer mes de aprendizaje, tanto si se trata
de un muchacho como de un adulto, y después de la debida
observación por parte del preparador, podrá ir penetrando
en los secretos de la lucha, aunque siempre lentamente.
Pocos ejercicios de ring pero bien hechos, pues mientras
no sepa hacer perfectamente un salto no podrá aprender
una caída, y así sucesivamente.
Sus facultades y sus músculos serán su mejor consejero,
ellos mejor que nadie le dirán cuándo y con qué intensidad
deberá entrenarse. Mientras su cuerpo no le pida más
peso, no lo ponga.
Al cabo de unos meses, el que el primer día no era más
que un novato se habrá convertido en un excelente alum-
no. Observad que he dicho alumno, no luchador, lo cual
quiere decir que aún le queda mucho por aprender. Recal-
co en esta parte de los entrenamientos lo de ir despacio
y con paso firme, porque considero que el peor defecto de
casi todos los principiantes es pretender ser una figura
a las veinticuatro horas. Todo llegará.
Esa ilusión por llegar es muy loable pero no hay que
malgastarla en unos cuantos días o semanas de entrena-
miento. Debe ser administrada proporcionalmente durante
51 LA LUCHA

unos años, y se habrá logrado un nuevo campeón del que


se sentirán orgullosos tanto los que fueron sus maestros
como los que fueron sus alumnos.

Fie. 1. En el suelo, inspirar al agacharse y espirar al subir hasta


quedarse en la posición indicada.
Hacer varias series de 10 a 15 repeticiones cada una. Es exce-
lente para los hombros, pectorales y brazos.
Acostumbrarse a hacerlo en adelante siempre.

FIG. 2. Ejercicio respiratorio. Inspirar al subir los brazos y es-


pirar al bajarlos.
Hacer dos serie6 de 10 repeticiones después de cada ejercicio.
No se deben subir los brazos más arriba de la altura de los hom-
bros. Las palmas de las manos mirando al suelo.
LUCHA GRECORROMANA 55

F I G . 3. Salto de comba. Se h a r á siempre al mismo ritmo. Es


m á s importante s a l t a r mucho tiempo a saltar m u y rápido.
I n s p i r a r y espirar acompasadamente durante todo el ejercicio.
Mal hecho este ejercicio puede traer malas consecuencias y si por
el contrario se hace bien se fortalecerán las piernas y se logrará
una g r a n capacidad pulmonar.

F I G . 4. Con las piernas j u n t a s y las m a n o s en las caderas, do-


blarse hacia adelante. Puede hacerse también hacia los lados.
Inspirar al comenzar el ejercicio p a r a expulsar el aire al a g a -
charse. Inspirar al subir y espirar al terminar el ejercicio.
Hacer cinco series de 10 repeticiones.
56 LA LUCHA

ENTRENAMIENTO PARA EL DEPORTISTA EN GENERAL

Quien ha practicado о practica otro deporte que no sea


la lucha tendrá innumerables ventajas sobre el que por
vez primera pisa un gimnasio para ser luchador.
Existen deportes que dan una preparación física com-
pletísima.
Pues bien, el comienzo deberá ser suave. Pocas pesas y
nada de ring las primeras semanas. Luego «hará cuello» y
aumentará de peso las barras. Su entrenador le irá ense-
ñando teóricamente una a una las presas, que también
verá hacer a sus compañeros, y cuando se crea listo para
intentarlo podrá hacerlas él mismo. Luego sólo será cues-
tión de repetir una y otra vez.
Cuando haya pasado un tiempo prudencial, deberá ir
imitando (aunque con mucho menos peso en sus barras)
los ejercicios de los «veteranos».
Se debe prestar gran atención a la preparación del cue-
llo. La potencia que vaya adquiriendo en el cuello será el
termómetro que marcará su verdadero progreso, puesto
que en los momentos decisivos de un combate habrá de
ser única y exclusivamente la fuerza de su cuello la que le
salve de la derrota, que de otro modo será segura e ine-
vitable.
En realidad, la preparación que deberá seguir este de-
portista dependerá más que nada de su entrenador y de
él mismo, ya que ellos dos son los únicos que saben si en
verdad está preparado o no para hacer tal o cual ejercicio.
LUCHA GRECORROMANA

FIG. 5. Flexiones en les paralelas. Hacer cuantas sea posible


en cuatro series. Hacerlas lentamente.
Inspirar al agacharse para expulsar el aire al subir.

FIG. 6. Ejercicio puro de fuerza. Elevar desde la altura de los


hombros la barra cargada, pero que nos permita hacer como mí-
nimo cinco repeticiones. Hacer cinco series.
Toda la íuerza debe salir de los brazos y hombros.
Es muy importante acostumbrarse a hacer este ejercicio, pues
se adquiere gran potencia.
58 LALUCHA

FIG. 7. Con las piernas separadas inclinar el cuerpo hacia los


lados.
Hacer cuatro series de diez repeticiones.

FIG. 8. En el suelo, apoyados con el cuello y los pies, elevar


desde detrás de la cabeza una pesa, que irá aumentando а medida
que se pueda, hasta la cintura.
Hacer muchas series, pero sólo cinco repeticiones en cada una.
Antes de este ejercicio acostumbrar el cuello al tapiz con flexio-
nes suaves sin peso.
LUCHA GRECORROMANA 59

ENTRENAMIENTO PARA EL LUCHADOR EXCLUSIVAMENTE

Llego ahora al punto más importante del libro, aquel


sin el cual estas páginas perderían todo o casi todo su
valor, porque no se puede concebir un libro de lucha gre-
corromana sin decir qué es lo que hay que hacer para ser
luchador. Porque por más hechos históricos que se cuen-
ten, por más anécdotas que se refieran, si no se dice cómo
hacerlo igual e incluso mejor que los personajes de sus
páginas, este libro no tendría el menor interés como obra
de divulgación ni como obra de enseñanza.
Ya he explicado la preparación que debe seguir el prin-
cipiante e incluso la que debe seguir la persona que ha
practicado ya algún deporte que no sea la lucha. Imagine-
mos ahora que esa persona está ya «a punto» para luchar.
Sus brazos son ya potentes, sus hombros resistentes, su
cintura ágil, su cuello «de acero», y se dispone a subir al
ring.
Todo cuanto haya hecho hasta ese momento le pare-
cerá poco al observar a sus rivales; nunca ha de mirarlos
como enemigos, sino como rivales deportivos. Si su prepa-
ración ha sido la adecuada dará ahora sus frutos, de lo
contrario habrá perdido lamentablemente su tiempo.
El luchador principiante ha ganado pocos minutos
después su primer combate. Un gesto de alegría invade su
rostro, es la satisfacción del triunfo.
Pero no vayamos tan aprisa, porque la realidad es que
ese combate ha sido un sueño. Mi deseo es que estos ejer-
cicios sirvan para «hacer» nuevas figuras de la lucha.
Ahora, vosotros tenéis la palabra.
Me baso en la creencia de que este luchador imaginariD
tiene una ocupación habitual y que dedica a la lucha sus
horas libres solamente. Si el lector es un profesional de
la lucha que desea aplicar algunos de estos ejercicios y que
goza de tiempo suficiente para ello, mejor aún.
Por lo tanto, divido las sesiones durante los períodos
60 LA LUCHA

de entrenamiento en dos partes. Una de madrugada, al


aire libre; y la segunda, por las tarde, en el gimnasio.
El «footing» de madrugada es excelente para lograr
ese fondo que tanto echan de menos algunos luchadores.
Da pena ver cómo se pierden combates por carencia de
fondo. Mucha grasa, mucha fuerza, pero nada de fondo.
Y todo por no hacer unos minutos diarios de «footing».
Es muy sencillo. Os abrigáis bien según la estación del
año que sea, y a correr un poco por el espacio con vegeta-
ción más cercano. Ni que decir tiene que es mucho mejor
el hacerlo en la playa o en el monte, mejor en este último
por la carencia de humedad que tanto deprime en el mar.
Un jardín o un solarium es suficiente. La cuestión es co-
rrer, saltar, respirar aire puro, ensanchar los pulmones.
Deberá hacerse alternando carreras de velocidad y de
fondo. Correr, por ejemplo, 50 metros a toda velocidad
para, sin parar, correr 100 metros lentamente, a paso gim-
nástico, y volver a correr 50 metros a toda marcha para
volver a correr 100 metros lentamente. Así varias veces.
Luego, 100 metros andando para descansar. Y vuelta a
empezar. Alternándolo con ejercicios de soltura, esto dará
a vuestro cuerpo una resistencia fantástica, aunque los
primeros días no opinéis lo mismo.
Todo esto puede resumirse de la siguiente forma: ha-
cer muchos metros alternando rápido y lento; y hacerlo
siempre al aire libre. Pensad que el resto del día lo vais a
pasar bajo techo en la mayoría de los casos, pues tanto
vuestro trabajo habitual como el entrenamiento en el gim-
nasio no os permitirán respirar aire puro.
Respecto a los ejercicios propiamente dichos, voy a di-
vidirlos en tres clases: gimnasia sueca, gimnasia de pesas
y ring.
Vamos con lo primero: gimnasia sueca.
Al llegar al gimnasio, el cuerpo, la circulación de la
sangre y el corazón no marchan al mismo ritmo de unos
minutos después, cuando hayáis levantado grandes pesos.
Conviene, por lo tanto, ir acostumbrándolos, nunca some-
terlos a un cambio brusco. Para conseguirlo, podéis hacer
LUCHA GRECORROMANA 61
unas flexiones en las poleas y ejercicios de cintura, fle-
xiones, saltos, etcétera.
Las flexiones hacia delante y hacia los lados, los saltos
estirándose mucho al saltar para extender totalmente los
músculos, relajación total con pequeños saltos a continua-
ción, descanso unos segundos, y ya podéis comenzar en
serio la parte más importante del entrenamiento.
El trabajo con pesas os aconsejo hacerlo por zonas, o
sea, por grupos musculares, pero nunca alocadamente, sin
deteneros a meditar sobre los músculos que están traba-
jando en ese momento.
Podéis comenzar por los bíceps. Músculo «delantero»
del brazo. Flexionar los brazos con la barra larga en posi-
ción de pie, inspirando al extender los brazos, o sea al ba-
jarlos, y espirar (expulsar el aire) al flexionar los brazos.
(Ver figura 9.)

FIG. 9 FIG. 10

De la misma manera podéis hacerlo con dos barras cor-


tas y también acostado en la banqueta. (Ver figura 10.)
Hacer de cada ejercicio cuatro series de seis (como mí-
nimo) a doce (como máximo) repeticiones, con pesos má-
ximos.
G2 LA LUCHA

A continuación, entrenar vuestros tríceps (músculo pos-


terior de los brazos).
Echados en la banqueta, coger la barra larga y flexio-
nar los brazos desde la altura de la cabeza hacia atrás,
con las palmas de las manos bastante juntas y hacia arri-
ba. (Ver figura 11.)

FIG. 11 FIG. 12

En pie se hace partiendo de la posición de la figura 12


hasta la altura de la cabeza. También se puede hacer con
barras cortas.
Un ejercicio básico para los tríceps (que actúa también
en hombros y pecho) son las flexiones en las paralelas.
Hacer series ilimitadas, doblando hasta el máximo. Expeler
el aire al subir.
Con estos ejercicios básicos quedan suficientemente en-
trenados los brazos.
Ahora les toca el turno a los antebrazos. Para ellos po-
déis utilizar los tensores de hierro. No es necesario contar
las repeticiones, ya os avisarán vuestros propios antebra-
zos al sentir el cansancio.
En caso de estar haciendo «footing», podéis usar dos
esponjas (sí, no os asustéis: dos esponjas bien secas), apre-
LUCHA GRECORROMANA 03

tándolas al máximo. Lo que al principio os parecerá una


tontería os maravillará al poco tiempo cuando comprobéis
la garra que tenéis en vuestras manos.
Con pesas, podéis entrenarlos con la barra larga pues-
ta a la altura de la cintura, brazos semiflexionados y poco
peso, primero una serie con las palmas de la mano hacia
arriba, y después hacia abajo.
Y llegamos a una parte muy importante del entrena-
miento, la preparación de los hombros y parte superior de
la espalda.

FIG. 13

Echaros sobre una plancha inclinada (ver figura 13) y


con dos barras cortas, los brazos estirados, bajarlos hasta
los hombros y volver a subirlos. Inspirar al bajar y espirar
al subir. Pesos fuertes, pero sin cargar a tope las barras.
Luego, cargar la barra larga al máximo y hacer levanta-
mientos olímpicos. Practicarlos todos. Rebajar peso, volver
a cargar la barra y así varias veces. Os dará una fuerza
impresionante. Hacer repeticiones del ejercicio de la figu-
ra 14, es decir, con la barra bastante cargada, hacer fie-
64 LA LUCHA

xiones (4 series de 12 repeticiones cada una); si observáis


que no podéis levantar el peso que habéis puesto, reducir-
lo hasta lograr hacer ese número de repeticiones.
En las espalderas o en la escalera colgada hacer flexio-
nes (4 como mínimo) varias veces.

FIG. 14

A los luchadores de grecorromana les recomiendo un


levantamiento en especial. Arrancada estilo alemán (squat),
es decir, levantar la barra muy cargada de un solo tirón
desde el suelo hasta arriba haciendo al mismo tiempo una
sentadilla. Mientras estáis levantando la barra os vais aga-
chando con las piernas muy abiertas y flexionadas. Que-
daréis con piernas y brazos abiertos, la barra sobre voso-
tros y los brazos extendidos. Esto dará gran potencia a
toda vuestra espalda y parte trasera de los hombros, así
como también a las piernas y ríñones.
Para pectorales, observar la figura 15, apoyaros en dos
sillas, banquetas, o incluso en el suelo, las manos separa-
das a la altura de los hombros, y poner los pies sobre otra
banqueta u objeto a la misma altura o más que los ante-
riores. Flexionar los brazos y extenderlos. Inspirar al bajar.
Con los brazos abiertos y distanciados de los hombros es
LUCHA GRECORROMANA G5

ejercicio útil para los pectorales, y con las palmas de las


manos juntas sirve para los tríceps (por eso lo he explica-
do al referirme a la parte superior del cuerpo).

FIG. 15

FIG. 16

Para los músculos dorsales, será muy útil que tengan


polea de dorsales en vuestro gimnasio, con ella podréis
practicar una serie de ejercicios a peso máximo que tra-
bajarán completamente vuestro cuerpo. Hacerlos primero
levantando el peso con los brazos abiertos y de frente a la
polea, y luego de espaldas.
5
GG LA LUCHA

En caso de carecer de esa polea, podéis entrenaros tam-


bién satisfactoriamente con pesas.
El primer ejercicio será cargar medianamente las ba-
rras cortas y, con el cuerpo doblado por la cintura, «lanzar»
los brazos un poco flexionados hacia atrás. Al volver a su
posición inicial, hacerlo lentamente.
El otro ejercicio consiste en cargar el máximo la barra
larga, pero solamente (mucha atención) de un lado (ver
figura 16), acercarla y separarla de vuestro cuerpo. Varias

Fie. 17

series de 8 repeticiones cada una hasta sentir un ligero


cansancio. No forzar al máximo pues os puede ocasionar
una lesión de lumbago muy molesta y de lenta curación.
Viene a continuación el entrenamiento de las piernas.
Recomiendo en especial un ejercicio que, os lo aviso
antes de comenzar, resulta pesado y antipático pero que
obrará grandes beneficios en vuestro organismo. Dará fuer-
za a las piernas, y resistencia a los ríñones, facilitará vues-
tras actividades intestinales, etcétera. No olvidarlo, por
pesado que os resulte, en vuestros entrenamientos.
Colocar la barra larga muy cargada sobre vuestras es-
paldas (ver figura 17). Con los pies un poco separados, po-
LUCHA GRECORROMANA 67

ñeros de puntillas para bajar, a continuación, a tope, y


volver a quedar de pie (no de puntillas). Así 10 veces, des-
cansar unos momentos, y otra serie. Así hasta tres series.
Inspirar al poneros de puntillas y espirar al bajar. Inspi-
rar al subir y espirar al quedar otra vez en pie. Por lo tanto,
en cada ejercicio hay dos inspiraciones y dos espiraciones.
Para los músculos abdominales, colgaros de la espalde-
ra y doblar las piernas al máximo (ver figura 18) mientras
espiráis, y bajarlas mientras inspiráis. Hacer tres series
de 12 repeticiones.

FIG. 18

A continuación, coger las barras cortas medianamente


cargadas y en posición de firmes, levantar los brazos hasta
la altura de los hombros con las palmas hacia abajo; una
vez en esa posición, colocar las palmas de las manos hacia
arriba y levantar los brazos. Mientras hacéis este ejercicio
inspirar, para espirar al bajar. Así recuperaréis la respira-
ción normal un poco fatigada de tanto ejercicio. Este ejer-
cicio servirá también de entrenamiento para vuestros hom-
bros (ver figura 19).
G8 LA LUCHA

Ejercicios para pectorales. — Echaros en la banqueta


y con las mismas barras que habéis utilizado para el ejer-
cicio anterior, e incluso con los mismos pesos, abrir y ce-
rrar los brazos al máximo, inspirando al abrirlos y espi-
rando al cerrarlos. Tres series de 12 repeticiones.

FIG. 19

Luego, echados también, con la barra larga en vuestra


cintura y brazos abiertos, dejarla caer hacia atrás lenta-
mente mientras inspiráis profundamente; es un ejercicio
excelente para toda la caja torácica. A continuación vol-
véis la barra a la posición inicial, mientras espiráis. Tres
series de 12 repeticiones.
Seguidamente, podéis hacer el ejercicio de la figura 15
si lo preferís así. También se puede sustituir este ejercicio
por flexiones echado con pesos máximos. O también, como
en la figura 20, hacerlo en el suelo. Podéis alternar una
temporada cada uno.
La cintura y oblicuos están ya bastante entrenados con
el ejercicio hecho en el ring al luchar y el trabajo de dor-
sales, abdominales, etc., pero si no os parece suficiente
podéis hacer flexiones — sin peso — en posición de firmes
con inclinaciones hacia delante y hacia los lados.
LUCHA GRECORROMANA 69

Y llegamos al cuello, esos músculos de los que nadie se


acuerda nunca y que tan importantes son para los lucha-
dores. ¡Cuántas derrotas sufren infinidad de luchadores
por no tener suficientemente entrenado su cuello! Podéis

Fia. 20

entrenaros sobre el mismo ring o sobre una colchoneta, o


en cualquier otro lugar un poco blando en el que colocaréis
una toalla, como medida preventiva. Observar la figura 21.

FIG. 21

Manos atrás, apoyados solamente por la cabeza y los pies


en el suelo, balancearos hacia delante y hacia atrás. Mu-
chas repeticiones. Luego con las manos delante (ver figu-
ra 22). Desde la posición de la figura 22, de la que debéis
partir siempre, echaros hacia atrás. Vuestro cuerpo se debe
70 LA LUCHA

acostumbrar a arquearse y entre tanto vuestro cuello irá


aumentando cada día.
Todo esto os habrá llevado poco más de una hora. In-
mediatamente después al ring, si no estáis ya en él, y
luchar, luchar sin parar, hasta sentiros agotados; después
ducharos sin perder tiempo. Atención a los resfriados que
tanto perjudican al deportista.

FIG. 22

La recomendación de luchar sin parar es para adquirir


fondo.
Todos los ejercicios con pesas deben hacerse en series
entre 6 y 12 repeticiones. De 3 a 4 series. Lenta y total-
mente cada repetición.
En el ring practicaréis cada una de las presas en el ima-
ginario combate con vuestro compañero; corregiréis de-
fectos pero sin parar, como si de un durísimo combate se
tratase.
Una vez cansados y empapados en sudor hay que dar
por terminada la sesión de entrenamiento.
El descanso entre una serie y otra en el entrenamiento
con pesas deberá ser muy breve, el suficiente para recu-
perar la respiración normal, pero nada de ponerse a char-
lar como he observado en algunos que alternan las flexio-
nes con discusiones con sus compañeros. Así ni ellos se
benefician, ni su organismo tampoco.
Un entrenamiento completo, o sea, gimnasia sueca, pe-
sas y ring, debe durar aproximadamente hora y media.
LUCHA GRECORROMANA 71

Descansar al día siguiente para recuperar fuerzas es lo


mejor. Así, con un entrenamiento alterno de gimnasio y
«footing» diario llegaréis a donde deseáis.
Luego una buena ducha, primero templada para finali-
zar con agua fría, breve sesión de automasaje y hasta
mañana.
A continuación paso a exponeros las diversas presas
que existen en la lucha grecorromana.

SOUPLESSE.

Es el deseo de todos los luchadores el poder hacer esta


presa a su rival, ya que, además de puntuar favorable-
mente, le asegura el triunfo en la mayoría de los casos.
Todos los ejercicios para desarrollar cuello que he in-
dicado en páginas anteriores, sirven precisamente para
poder zafarse de esta presa y, en último caso, resistir el
ataque del contrario sin tocar con los hombros el tapiz.
Consiste en que uno de los contendientes agarra fuer-
temente por la cintura, abrazándole materialmente, a su
contrario uniendo las manos por detrás. Una vez bien su-
jeto por la cintura, doblándose por la cintura hacia atrás,
se deja caer en la lona mientras lanza por encima suyo a
su contrario que cae sobre los hombros y queda vencido.
Requiere gran entrenamiento de cintura. Es muy fácil
contraer algún ligero lumbago al principio, pero con el
tiempo se adquirirán unos ríñones «de hierro».
El souplesse se puede hacer de diversas formas, o mejor
dicho, tiene diversas variantes, ya que no siempre se lanza
al contrario exactamente por encima de uno, sino que
puede lanzarse por uno de los costados. En dichos casos no
se debe caer sobre el cuello, sino sobre los laterales de las
piernas y antebrazos, de un lado o de otro, según los casos.
En esta presa se centra toda la atención en los entre-
namientos, ya que en cualquier momento puede uno, si
es experto en ella, hacerla a su contrincante, pero tam-
bién puede ocurrir lo contrario.
72 LA LUCHA

La flexión de cintura hacia atrás debe hacerse sin ti-


tubeos, es cuestión de segundos. La menor vacilación puede
costamos el poner en guardia al rival y que éste la evite,
o caer mal nosotros pudiendo quedar lesionados.
Esta presa se puede evitar juntando ambas manos,
uniéndose al contrario con los brazos; o uniendo las ma-
nos y colocándolas debajo de su barbilla para empujar ha-
cia atrás su cabeza.

BRAZO A LA AMERICANA.

Consiste en coger el brazo del contrincante por la par-


te superior y, rápidamente, volverse de espaldas. Luego,
con un fuerte tirón de ríñones se le hace perder el equi-
librio y caer sobre el tapiz.
Si no se alarga en seguida la pierna del lado en que nos
han hecho la presa, para sostenernos sobre el costado,
quedaremos derrotados.
Lo mejor en estos casos es afirmar bien cabeza y pies
sobre la lona y hacer el puente, que más tarde explicaré.

CADERAS EN LA CINTURA.

Consiste en apoyar la cintura en la cadera del contra-


rio, mientras con un brazo se le agarra por la cintura apre-
tándole fuertemente y con el otro se le sujeta el suyo.
A continuación, el atacante se inclina hacia delante
con rapidez — siempre hay que evitar los reflejos del con-
trario que nos pueden hacer perder no sólo la presa, sino
también el combate — y lo lanza, dándole casi una vuelta,
sobre la lona.
La manera de evitar esta presa es zafarse de ser apre-
sados por las caderas, ya que en esa posición podemos ser
lanzados sobre la lona por diversas presas.
LUCHA GRECORROMANA 73

VUELTA DE CABEZA Y CADERAS.

Consiste en sujetar con la mano derecha la muñeca del


contrincante, obligándole a apartar su brazo del cuerpo;
se adelanta la pierna derecha afirmándose muy bien sobre
los pies, y se le sujeta el cuello con el brazo izquierdo,
levantándolo sobre la cadera derecha.
Luego, mientras se dobla la pierna derecha, se lanza
uno sobre el rival para impedir que se mueva en la lona.
En esta presa hay que evitar ser levantados, sujetando
al atacante cuando éste se vuelve.

VUELTA DE CABEZA.

Nos debemos situar al lado del adversario y colocarle


las manos detrás del cuello, empujándolo hacia la lona,
bajándole la cabeza, y dejándose caer de rodillas.
La única forma de impedir esta presa consiste en apo-
yarse en el cuerpo del contrario, evitando con ello que éste
pueda agarrarnos.

BRAZO RODADO.

Hay que evitar ser sorprendidos por el contrincante con


esta presa, ya que si no se posee una fuerza hercúlea no
podremos zafarnos de ella y al cabo de unos segundos no
tendremos más remedio que ceder y tocar con los hombros
en la lona.
Si somos apresados, debemos apoyarnos en la espalda
del contrario para separarnos de él.
Si el contrario nos sujeta bien en esta presa quedare-
mos imposibilitados para cualquier movimiento que no sea
revolvernos por el ring, para quedar más pronto o más tar-
de rendidos y derrotados. Nuestro rival sabe el valor de la
presa y resistirá nuestros últimos esfuerzos, ya desespera-
dos, porque sabe que tiene la victoria en sus manos. Ade-
74 LA LUCHA

más, él estará mucho más «cómodo» que nosotros y por lo


tanto sería absurdo pretender agotarlo con nuestros de-
sesperados movimientos ya que seríamos nosotros mismos
los perjudicados.
Esta presa consiste en agarrar la muñeca derecha del
adversario con nuestra mano izquierda, dar media vuelta
para quedar de espaldas a él y tirar del brazo que tenemos
sujeto. Con nuestro brazo derecho sujetamos la parte su-
perior de su brazo libre y mediante un fuerte tirón, sin-
cronizado con una inclinación sobre nuestra pierna dere-
cha, lo lanzamos sobre la lona.
Una vez en la lona, debemos hacer toda la fuerza po-
sible con nuestras piernas para que ceda en el «puente»,
que no tiene otro remedio que hacer, mientras tenemos
apoyada nuestra espalda sobre su pecho. Es decir, que ma-
terialmente nos hemos quedado encima de él y en ese mo-
mento nuestro único objetivo será hacer presión para
«aplastar» su puente. Hay que tener sumo cuidado para
que no se nos escape y seamos nosotros los que nos pon-
gamos de espaldas.

CINTURA POR DETRÁS.

Consiste en tirar del brazo con el cual el adversario


haga menos fuerza, obligándole a dar media vuelta. Se le
levanta sobre la cadera y se le sujeta la cabeza por el mis-
mo lado en que lo tenemos apresado, para poder derribar-
lo sobre la lona y caer de costado sobre él.
Para evitar que se nos haga la presa debemos coger
siempre los brazos del adversario y echar la cabeza hacia
atrás.

PUENTE.

En realidad, el puente no es una presa, sino la manera


de evitar que, en cualquier presa, seamos derrotados por
tocar la lona con los hombros.
LUCHA GRECORROMANA 75

Consiste en arquear todo lo posible nuestro cuerpo apo-


yándose en el tapiz únicamente con la cabeza y los pies
y mantenernos en esta posición todo el tiempo necesario
hasta poder zafarnos de la presa que nos haya hecho nues-
tro contrincante.
De ahí el interés que todo luchador debe poner en en-
trenar su cuello, ya que continuamente se va a encontrar
en esta situación y si su cuello es débil nada podrá hacer,
y uno tras otro irá perdiendo los combates sin salvación
posible.
Es extraordinario el auténtico cuello «de hierro» aue
tienen algunos luchadores y verlos apoyarse en él, segun-
do tras segundo, y permanecer inmóviles, mientras su con-
trario lucha desesperadamente por «hundir» el puente sin
conseguirlo.
A continuación, con un giro rápido de cuello, atacan
al rival y lo colocan en la posición en que segundos antes
ocupaban ellos. Son verdaderos exámenes de fuerza en el
cuello.
El luchador se suele distinguir a simple vista por las
medidas poco corrientes de su cuello con respecto a los
demás hombres. La medida de su cuello supera en la ma-
yoría de los casos a la de sus brazos.
Son años y años de entrenamiento continuo, de ejerci-
cios muy duros destinados a desarrollar ese cuello que
asombrará a todos.
Si no conseguís un cuello a toda prueba no seréis nun-
ca buenos luchadores.
Ejercitad en todas las sesiones de entrenamiento vues-
tro cuello; aunque al principio sea muy desagradable, con
el tiempo lo agradeceréis.
7G LA LUCHA

HORARIO ACONSEJABLE EN PERÍODOS DE ENTRENAMIENTOS

8 h.: Levantarse.
8'15 h.: Desayuno.
8'45-9'45 h.: Footing al aire libre, ducha, automasaje.
10'15-1'15 h.: Lectura, trabajo.
Г30 h.: Comida.
2 - 3 h.: Reposo sentado.
3 - 6'30 h.: Lectura, trabajo.
6'45-8'45 h.: Gimnasio, pesas, ring, ducha, masaje.
9'15-9'45 h.: Paseo.
10 h.: Cena.
10'30-11 h.: Reposo sentado.
11 h.: Acostarse.
(Lectura y trabajo equivalen a las ocupaciones habi­
tuales, como estudiar y trabajar.)
(Este horario debe amoldarse a las ocupaciones de ca­
da cual.)
(El footing puede realizarse todos los días, a ser po-
sible.)

POSICIÓN DE PARTIDA DEL COMBATE:

Esta es la posición correcta a adoptar al dar la señal


de comienzo del combate. Cuerpos flexionados, manos un
LUCHA GRECORROMANA 77

poco abiertas, respirar de forma continuada antes de jun-


tarse ambos cuerpos en la lucha, piernas abiertas, un poco
flexionadas. Es necesario en todo momento estar muy bien
apoyados sobre el tapiz.

AGARRE INICIAL:

Algunos luchadores prefieren coger de la cintura al ad-


versario; creo que es un error, pues igual que quizá se le
arroje al tapiz, también podemos ser nosotros los lanza-
dos. Por lo tanto es preferible este agarre en el que ambos
contendientes podrán medir su fuerza.

TIRÓN DE BRAZO:

Cogiendo por el tríceps de uno de sus brazos, arrojarlo


al tapiz, por el lado en que se le ha hecho la presa, me-
diante una vuelta de su cuerpo sobre sí mismo.
Es verdaderamente un «tirón» de su brazo que le hará
caer en posición muy comprometida.
78 LA LUCHA

PROYECCIÓN DE ESPALDA:

El luchador que se encuentra debajo deberá dejar a su


contrincante que se «suba» lo más posible sobre sus es-
paldas y en el momento preciso, con la fuerza de los rí-
ñones en especial, de la espalda en general, se le proyec-
tará a nuestro antojo. Si su peso es muy superior no se
deberá hacer esto, sino zafarse cuanto antes para evitar
que nos «planche».
LUCHA GRECORROMANA 79

BARRIDO DE BRAZO:

El brazo del contrincante del lado en que nos encon-


tremos servirá de apoyo para colocar el nuestro y elevar
su cuerpo para que caiga de espaldas.

PROYECCIÓN DE CADERA:

Bien sujeto el contrincante por la axila y el hombro se


le hará doblar poco a poco su cuerpo hasta girar y caer de
espaldas o al menos de costado.
Es necesario tener bien firmes los pies en la lona o de
lo contrario giraremos nosotros también con él.
80 LA LUCHA

COGIDA DE BRAZO Y CINTURA:

Posición típica de la lucha grecorromana, de defensa


del caído en el tapiz y de castigo también.
Si se está bien apoyado en el tapiz será difícil el «des-
pegarlo» de allí.
Hay que hacer fuerza continuada a la altura del codo
hasta que doble el brazo, con lo que caerá de cara, lo que
será el comienzo de nuevas presas.

COGIDA E N TIJERA:

El luchador caído en la lona se verá imposibilitado pa-


ra salirse de la presa.
El equipo de E s p a ñ a de L u c h a Grecorromana durante su concen-
tración con motivo de los IV Juegos del Mediterráneo, celebrado* en
Ñapóles recientemente. De izquierda a derecha: José Panizo, campeón
de E s p a ñ a ; Magaña, seleccionador nacional; el autor de este libro;
Olmo, campeón de España; don Ignacio Jiménez Balgañón, vice-
presidente de la Federación Española de Lucha; Rafael Bendicho, cam-
peón de España; don Luis Blanco, tesorero de la Federación Españo-
la y Rlcart, ex presidente de la Federación Levantina de L u c h a .
LUCHA GRECORROMANA 81

Echados materialmente sobre él, aunque no apoyados,


no le permitiremos zafarse y en el momento oportuno con
una presa sobre sus hombros tocará la lona.
Si nos aventaja en peso o posee un poderoso cuello se
hará rápidamente esta presa antes de que intente hacer
«puente».

TÁCTICAS DE LUCHA

Al igual que en los demás deportes, en la lucha existen


tácticas de ataque y de defensa, según las circunstancias,
que igual valen para el grecorromanista que para el judo-
ka, aunque en algunos casos se trata de pura psicología.
Antes de comenzar el combate se deberá tener muy en
cuenta el peso y la agilidad del contrincante. Por regla
general, a mayor peso menor agilidad, pero cuando esta
regla no se cumple en el rival, deberá poseer una técnica
muy elevada para vencer.
Si superamos a nuestro adversario en peso de varios
kilos se deberá buscar la lucha cuerpo a cuerpo, ya que de
esta forma saldrá perdiendo tanto en las presas como en
las caídas.
Si es él quien nos supera de forma destacada en peso,
se hará lucha a distancia para atacar solamente cuando
le tengamos apropiadamente para aplicarle la presa.
Si nuestro adversario es un luchador de gran agilidad
es preferible la lucha cuerpo a cuerpo sin permitirle un
momento de descanso, para tratar de agotarlo, siendo
nuestros desplazamientos los menos posibles. Nunca co-
meter la imprudencia de dejarle controlar el combate con
sus ataques esporádicos y su gran movilidad sobre el cua-
drilátero, ya que lograría poneros nerviosos al no tener la
misma agilidad que él y no poder responder adecuada-
mente a sus ataques.
Si se desconoce por completo la identidad de vuestro
rival procurad en los primeros minutos «estudiarlo», ver
cómo reacciona, intentando descubrir su «talón de Aqui-
les», para luego ir al ataque.
б
82 LA LUCHA

Si el desarrollo del combate es netamente favorable a


nosotros por un gran margen de puntos, es preferible lu-
char a la defensiva, aun sabiendo que con ello vamos a
perder algún punto, a seguir atacando y correr el riesgo
de perder. Para ello dejaremos que nos ataquen, situándo-
nos siempre a distancia del contrincante, para «ver venir
su presa».
Por inferior que se considere a nuestro adversario no
por ello deberemos dar el combate por ganado. Siempre
debemos estar bien atentos a nuestro rival, dándole en
todo momento la cara y moviéndonos siempre preparados
para defendernos o atacar.
Nada ni nadie deberá distraernos durante el tiempo
que dure el combate.
Una lesión, por pequeña que sea, tiene una importan-
cia decisiva en el combate. Nuestro rival se aprovechará
de nuestro punto débil para lanzar todo su ataque a ese
lado. Por ello es muy importante preparar el cuerpo antes
del combate con unos ejercicios de calentamiento: unas
flexiones de las diversas masas musculares será suficiente.
Si el lugar del combate es muy frío o húmedo, la fase de
calentamiento será más dura, y se permanecerá abrigado
hasta el momento de subir al cuadrilátero.
Si la lesión existe ya antes del combate y tiene poca
importancia, será preferible no llevar venda o algo seme-
jante, si dicha lesión lo permite, para no llamar la aten-
ción del contrincante, que no debe saber que tenemos un
punto débil.
Por regla general los combates tienen dos fases: una
primera de estudio de las características del contrario, que
dura los primeros minutos, a no ser que uno de ellos bus-
que la victoria por la vía rápida, y una segunda de ataque
mutuo, en la que aquel luchador que se considere teórica-
mente más fuerte, deberá marcar la pauta a seguir, mien-
tras el teóricamente inferior tiene que aprovechar las
oportunidades que los fallos de su rival le proporcionen.
Siempre que nuestro rival muestre síntomas de cansan-
cio, el ataque será ininterrumpido por nuestra parte para
LUCHA GRECORROMANA 83

terminar el combate cuanto antes o para evitar que se re-


cupere con una táctica defensiva.
El conocimiento del Reglamento es fundamental para
saber en todo momento aproximadamente la puntua-
ción, favorable o no, y marcar de esta manera la pauta a
seguir durante los próximos minutos.

M A N T E N I M I E N T O Y CONSERVACIÓN

Los ejercicios que voy a citar a continuación de nada


sirven para quien esté en el comienzo de este deporte. Son
solamente para aquellos que ya son luchadores y que, por
una lesión ya superada o por hallarse en un período de
relativo reposo físico, en lugar de pasar horas enteras en-
trenándose realizan solamente aquellos ejercicios que no
suponen una gran fatiga ni un cansancio igual al de sus
habituales sesiones de entrenamiento.
Repito una vez más que son ejercicios complementarios
para luchadores, nunca para principiantes ni ajenos a este
deporte. Aunque sin duda una persona corriente sentiría
una total extenuación al hacerlos, cuando para un lucha-
dor apenas supone sudar unas gotas.
Primeramente, cintura. Sesiones de cintura sin peso,
flexiones, esto servirá como calentamiento previo. No des-
cubro nada nuevo. Hacer los ejercicios normales. Los que
hace todo el mundo. Que puedan descansar los ríñones de
los esfuerzos del ring.
Entrenamiento en paralelas, muchas flexiones en series
de pocas repeticiones, no fatigar el músculo. Con estos
ejercicios se debe pretender poner a punto el cuerpo, nun-
ca agotarlo.
Flexiones en la barra fija, pocas repeticiones, muchas
series, excelente para los hombros.
A continuación, en la escalera (horizontal e inclinada)
hacer cuantos ejercicios sepáis para brazos, hombros, dor-
sales, etc. Nunca fatigaros. Adquirir elasticidad al mismo
tiempo que potencia.
84 LA LUCHA

Para poner a punto los músculos pectorales, hacer fle-


xiones con los pies juntos sobre una silla y las manos abier-
tas bastante separadas en el suelo. Es suficiente con este
ejercicio.
Luego subir al ring y realizar saltos, diversos saltos,
nada de combates, pero sí, en cambio, un poco de «footing»
alrededor del ring, o sea corretear (porque no creo conve-
niente llamarlo correr) lentamente mientras dais vueltas
sin esforzaros demasiado.
Y por último, cuello. Hacer cada día lo que el propio
cuello «os pida». El primer día sin pesas, luego usar las
barras más ligeras del gimnasio. Es excelente, mientras
estáis en posición de puente, lanzarlas más atrás de vues-
tra cabeza y volver a colocarla en la posición inicial, es
decir, sobre vuestros hombros.
Flexiones de cuello de delante hacia atrás y un poco de
«footing» al aire libre harán el resto.
No creo oportuno usar la cuerda para saltar, pues ex-
cita demasiado el corazón y no es conveniente en los pri-
meros días de entrenamiento. No olvidar que estáis en fase
de mantenimiento, no de preparación de torneo.
Las vísperas de combate se debe guardar un reposo ab-
soluto, ausencia total de pesas y casi nada de ring.
En este momento, lo único que debe preocupar al lu-
chador es su peso corporal, engordar o reducir según cada
caso, para presentarse en las condiciones debidas.

HORARIO ACONSEJABLE DURANTE EL PERÍODO DE MANTENIMIENTO

9 h.: Levantarse.
10- 11 h.: Footing al aire libre, ducha.
1Г30 - 12'30 h.: Reposo acostado, masaje.
1 h.: Comida.
l'30-2'30 h.: Reposo sentado.
4'30-5'30 h.: Gimnasio, ring, ducha.
6-9 h.: Distracciones y paseo.
9 h.: Cena.
9'30-10'30 h.: Reposo sentado.
10'30 h.: Acostarse.
LUCHA GRECORROMANA 85

(Válido para concentraciones y puesta a punto de com-


peticiones.)

HORARIO PARA VÍSPERA DE COMBATE

Libertad de horario, amoldándolo a la hora del com-


bate.
Sobrealimentación.
Descanso sin límite.

SOBREENTRENAMIENTO

Parece absurdo a simple vista que quien se entrega a


un deporte pueda excederse en su entrenamiento y fati-
garse mermando considerablemente sus facultades.
Y ocurre muy a menudo. El deportista, el luchador en
este caso, por exceso de ejercicio, por excesivos y prolon-
gados esfuerzos, se siente agotado y rinde cada vez menos.
Es como una curva ascendente al principio, a más ejercicio
más rendimiento, pero de repente esa línea comienza a
descender y el luchador se muestra cansado, distraído, abu-
rrido y rinde menos. Ese es el punto de fatiga. Ahí debe
dejar de entrenarse y tomarse un período de descanso, sin
que por ello vea mermada su forma física, sino al contrario.
Es un caso que se da con frecuencia en los principian-
tes. La ilusión de mejorar una marca, de ser «campeón»
cuanto antes, les lleva a superarse a sí mismos, a hacer
más y mejor que sus ídolos y pronto viene el desaliento.
Ojalá sirvan estas líneas de aviso para esos inconscien-
tes, porque lo que ellos buscan con ese esfuerzo en algunos
casos ha provocado la muerte.
Para que sirva de «termómetro» vuestro síntoma post-
entrenatorio, voy a daros unas aclaraciones sobre lo que
es cada cosa, y así vosotros mismos sabréis cuando hay que
parar y tomarse una temporada de descanso, la que nece-
sitéis, sin regatear días. Pensad que un campeón no se hace
8G LA LUCHA

en unas semanas ni en unos meses. Es labor de tiempo,


de constancia, no de esporádicos impulsos.
Fatiga. — Disminución del rendimiento habitual. Sen-
sación de malestar. Decaimiento. Excesivo esfuerzo. Con un
ligero descanso desaparece rápidamente.
Surmenage. — Estado de fatiga continuo por no poder
el cuerpo eliminar los desechos por el excesivo y prolon-
gado esfuerzo. Es la fatiga llevada a sus últimas conse-
cuencias. Período de reposo prolongado. Es un estado muy
peligroso.
Sobreentrenamiento crónico. — Cuando un individuo
realiza un esfuerzo demasiado agotador (exceso de pesas
o de ring, pongo por ejemplo) sin tener los períodos de re-
poso que necesita.
Es muy grave. Provoca trastornos internos, nerviosos
incluso. Disminución de peso sin causas aparentes. Falta
de apetito. Mal color en la piel. Decaimiento agudo.
Agotamiento. — Cuando al sobreentrenamiento hay que
añadir una alimentación pobre, o sea carente de las calo-
rías necesarias para ese organismo.
Es gravísimo. Puede provocar enfermedades incurables
o taras para el resto de su vida.
El primer aviso que nos da nuestro organismo es una
ligera sensación de malestar. Entonces quiere decir que
hemos llegado al tope del entrenamiento. Todo cuanto ha-
gamos a partir de ese momento se hará contra nosotros
mismos y seremos los únicos perjudicados.
Para evitar estos tropiezos voy a daros unos consejos
cuyos resultados, buenos o malos, según los casos, yo co-
nozco por experiencia.
No entrenaros todos los días. Es preferible que lo hagáis
cuatro o cinco días seguidos a la semana y descansar el
resto. Practicar las pesas, pero sin llegar a agotaros. Pensad
que si abusáis de ellas, a la hora de subir al ring vuestros
músculos estarán demasiado rígidos y carecerán de esa
grasa superflua que expulsaréis al sudar durante el com-
bate.
LUCHA GRECORROMANA 87

En América les da por entrenarse duramente dos o tres


días seguidos, hasta el cansancio total, y luego descansan
el resto de la semana. No me gusta ese sistema, ya que el
músculo goza de demasiado tiempo de descanso.
El método tal vez mejor es aquel que se practica al-
terno, dos horas o más; pero alterno, no olvidarlo, así el
músculo que es sometido a un duro esfuerzo un día tiene
todo el día siguiente para reponerse y al mismo tiempo no
se descongestiona.
Habréis observado que en ningún sistema se dice «en-
trenamiento diario». Tened en cuenta que el músculo nece-
sita su descanso y si no se lo dais un día u otro se «que-
mará», es decir, lo destrozaréis.
¿Cuál es el mejor de todos los sistemas? Eso lo debe
decir vuestro propio cuerpo. Unos necesitarán descansos
de varios días para recuperarse. Muy bien. Entrenaros tres
o cuatro días seguidos, sin llegar al agotamiento, y des-
cansar el resto de la semana.
Otros preferirán entrenarse a días altemos. Magnífico.
Realizar sesiones de dos horas a días alternos.
Y no olvidéis «dar vacaciones» a vuestro cuerpo cada
dos meses, por lo menos una semana; o después de una
competición que haya durado como mínimo tres días.
¿Cuál practico yo? Yo los he hecho todos y he llegado a
la conclusión de que debe ser uno mismo quien se dicte su
propio sistema, según responda su organismo, pero sin ol-
vidar que más de cinco días a la semana, e incluso cinco,
es excesivo. Además, no esperéis que con el entrenamiento
vais a lograrlo todo. El gimnasio, el ring, no es más que
una parte de un todo que está compuesto además de ali-
mentación, baños de sol (¡qué gran fuente de salud es el
sol!), reposo, masaje, vida metódica, ausencia absoluta de
vicios, etc. Sólo así mereceréis ser llamados deportistas y
llegaréis a ser lo que deseáis.
No olvidéis nunca la célebre frase: «Mens sana in cor-
pore sano». El deportista, en este caso el luchador, debe
estar ajeno totalmente a toda preocupación de carácter fi-
siológico o moral.
88 LA LUCHA

MASAJE

Es sumamente importante el masaje. Un buen masaje


todas las semanas, dado por las manos de un experto, obra
resultados altamente beneficiosos en el organismo.
No hay que confundir masaje y automasaje. El primero
lo debe dar un diplomado que tendrá grandes conocimien-
tos de la materia; después de haberse sometido a esta
sesión de masaje el luchador gozará de un optimismo y
un relajamiento enormes. El automasaje nos lo damos no-
sotros mismos con nuestras propias manos después de cada
sesión de entrenamiento. Con colonia o alcohol, como ya
indiqué anteriormente, friccionaremos cada parte de nues-
tro cuerpo y con un suave amasado de abajo arriba enro-
jeceremos la piel; esto servirá como ayuda para recuperar
las fuerzas perdidas en el entrenamiento.
Muchas personas creen que el masaje se debe dar a los
enfermos, nada más equivocado. Son las personas sanas
las que también necesitan el masaje para superarse o para
sobreponerse de un gran esfuerzo. El masaje a las personas
sanas se llama masaje deportivo.
Pero el masaje no es ninguna palabra nueva, en Egipto,
China, India, etc., ya lo aplicaban los sacerdotes y mujeres
adiestradas.
Existen diversas clases de masaje:
Estimulante. — Para poner en acción un músculo que
se encuentre en reposo. Del reposo no puede, o mejor dicho
no debe, pasar violentamente a la acción.
Tonificante. — Cuando, a consecuencia de una lesión
o de una inactividad prolongada, los músculos están atro-
fiados, una sesión de masaje enérgica les harán recuperar
su «forma» perdida.
Revulsivo. —• Por medio de un masaje prolongado sobre
determinada parte del cuerpo se provoca un aflujo de san-
gre. Es enorme el bienestar que se obtiene con una fricción
general.
LUCHA GRECORROMANA 89
Eliminador. — Cuando el trabajo físico es muy intenso,
la eliminación de los desechos no puede resistir su ritmo,
por lo que quedan retenidos en el músculo hasta un día o
dos después. Ello exige un período de reposo.
Calmante. — Es un masaje suave sobre regiones dolo-
ridas para cortar el dolor.
Para finalizar, quiero dar unas ideas, aunque sólo sean
superficiales, sobre los diversos masajes.
El sentido del masaje deberá ser de abajo hacia arriba
y de dentro hacia fuera.
El masaje rápido es excitante y, por lo tanto, sirve para
estimular y acelerar la circulación.
El masaje lento es calmante.
La duración depende del masaje que se aplique; en
general, acciones lentas y cortas son calmantes, y acciones
rápidas y cortas son estimulantes. Las acciones prolongadas
son excitantes.
Nunca deberá concentrarse el masaje en un área redu-
cidísima del cuerpo, aunque sea un masaje local, ya que
cuanto más se supere la zona a tratar más activo será.
Por último, baste decir que el masaje es una de las par-
tes necesarias e insustituibles en toda preparación depor-
tiva por sus excelentes resultados.
90 LA LUCHA

AUTOMASAJE
Tanto antes como después de cada entrenamiento se debe
dar el interesado una breve sesión para preparar los músculos,
en el primer caso, y para ablandarlos en el segundo. Repro-
ducimos a título de ilustración algunos movimientos básicos (1):

Amasar con ambas manos Presionar con ambas manos


los dorsales de abajo arriba

Cogerse los músculos amasándolos Aplicar los puños presionando


para distenderlos de abajo arriba
(l) De la obra «Régimen y Ejercicio», de M. Rouet, de esta misma co-
lección.
LUCHA GRECORROMANA 91

Coger con ambas manos estas rozas fácilmente invadidas por la grasa
y amasarlas para eliminarla
92 LA LUCHA

Aplicar siempre las manos ejerciendo presión sobre los músculos


en movimiento de abajo arriba
2

LUCHA UBRE

I. LUCHA LIBRE OLÍMPICA

Se trata de una lucha bellísima que está adquiriendo


gran número de adeptos en todo el mundo.
Tiene una gran ventaja sobre la lucha grecorromana: el
poder agarrar al adversario por debajo de las caderas, con
lo cual se presta a hacer un mayor número de presas. Es
muy parecida al popular catch, pero carece de ciertas pre-
sas más llamativas que prácticas que se utilizan en el catch.
Para la práctica de la lucha libre olímpica se requieren
unas facultades fantásticas; el hecho de utilizar todo el
cuerpo y poder ser atacado en todo él obliga a poseer una
agilidad felina, pues de lo contrario la derrota es inmediata.
Su reglamento es muy parecido al de la lucha grecorro-
mana. Ejemplo claro de ello es que los arbitros de «greco»,
como cariñosamente se llama a la lucha grecorromana, son
los mismos que los de libre olímpica, ya que su única dife-
rencia es una serie de presas que en greco están prohi-
bidas.
Según mi modesta opinión, guiándome por los combates
que llevo vistos de grecorromana, libre olímpica y catch, y
observando las reacciones del público, creo que a éste — que
a fin de cuentas es quien manda, pues con sus aplausos o
censuras llena los recintos deportivos con los consiguientes
beneficios deportivos, morales y económicos — le atrae más
el catch por lo que de violento tiene. Esos golpes tan espec-
taculares (y no tan dolorosos) hacen vibrar de emoción
al público, y del mismo modo, en la libre olímpica, esa
94 LA LUCHA

agilidad unida a la fuerza de los contendientes entusiasma


a los públicos. Es lástima que actualmente en España ape-
nas la conozcan unos cuantos, pero estoy seguro de que
tendrá una rapidísima difusión con el impulso que la Fede-
ración Española de Lucha le va a dar en breve. Estos que-
ridos compañeros en las tareas federativas sabrán darle
el impulso debido para bien del deporte español. Ellos se lo
merecen todo por su formidable trabajo, y la lucha libre
olímpica alcanzará el puesto que le corresponde dentro
del deporte español.
Y siguiendo con la psicología de los públicos, continúo
opinando que desean lo espectacular, tal vez porque la lu-
cha, sea la que sea, es ante todo, junto con otros deportes,
un deporte-espectáculo y la gente quiere aplaudir, silbar,
emocionarse en suma, como lo hacen todos los públicos del
mundo con esta clase de lucha.
Ahí creo que radica el fallo de la lucha grecorromana
y el motivo de que no sea lo popular que debiera después
de tantos siglos de existencia: el hecho de ser tan lenta en
algunos momentos del combate, el permanecer largo rato
inmóviles o casi inmóviles los contendientes en una presa,
lo cual demuestra la perfección con que ésta es ejecutada
y es muy de admirar, pero al público eso no le gusta. Y al
público hay que agradarle y ofrecerle lo que quiere. Y lo
que quiere es catch, es libre olímpica, con su emoción, su
rapidez, su tremenda acción.
La lucha libre olímpica goza de grandes masas de afi-
cionados en todo el mundo y estoy seguro de que muy pron-
to las tendrá también en España.
Respecto a los pesos, véanse las páginas dedicadas a la
«greco», junto con su Reglamento, figura también el de la
libre olímpica; a fin de cuentas son muy parecidas, aunque
no iguales.
No voy ahora a citar indumentaria, tapiz, servicio mé-
dico, arbitro, jurado, duración de los combates, etc., por-
que sería repetir lo que he dicho en las páginas de la lucha
grecorromana. Me limitaré a señalar las presas ilegales
que se indican en la página 36 del Reglamento Interna-
LUCHA LIBRE 95
cional de Lucha Grecorromana y Libre Olímpica editado
por la Federación Española de Lucha. Son éstas:
«...la tijera con la pierna sobre la cabeza o sobre el
cuerpo».
«...no es necesario, en la ejecución de algunas presas
con el pie, acompañar al adversario en el suelo».
«...está prohibido agarrar al adversario por el maillot
así como agarrarse al tapiz».
A estas indicaciones del Reglamento de la Federación
Española de Lucha hay que añadir cuantas indica el ar-
tículo 22 y que ya han sido señaladas en las páginas refe-
rentes a la lucha grecorromana al hablar de presas ilegales
y citar sus diferentes apartados.
Respecto a sus orígenes es difícil señalarlos con preci-
sión. Ni desciende de la lucha grecorromana, ni tampoco
del catch. Quizás no sea más que el puente de transición
entre ambas luchas disminuyendo la dureza del catch para
aumentar la acción de la «greco».
En resumen, se trata de una lucha espectacular y bellí-
sima que demuestra cómo la fuerza no está reñida con la
agilidad. Sus musculosos practicantes, carentes de esos vien-
tres voluminosos a que nos tiene acostumbrado el catch,
son el ejemplo más claro de ello.

II. LUCHA LIBRE PROFESIONAL


U N POCO DE HISTORIA

Las luchas han existido siempre. El ser humano, para


subsistir, ha necesitado enfrentarse unas veces con los ani-
males y otras con sus propios semejantes.
Para ello era necesario una preparación, un adiestra-
miento que le permitiese afrontar esas situaciones con el
mayor éxito.
En los primeros tiempos, la propia naturaleza enseñó al
hombre a medir sus fuerzas con las fieras más temibles.
96 LA LUCHA

Pasaron los siglos, y los medios de vida más cómodos han


ido transformando el cuerpo de aquellos primitivos seres
humanos hasta llegar a la actualidad con todos sus ade-
lantos, sus comodidades, su vida más fácil. Ello ha hecho
que el hombre, por lo menos en una proporción bastante
elevada, abandonase el cuidado de su cuerpo.
Pero aunque siempre hayan existido luchas, aunque el
hombre se haya enfrentado a lo largo de toda la historia
contra el hombre, las luchas han tenido diversas raíces. La
lucha en sí ha nacido con el hombre, pero cada lucha ha
tenido su diferente cuna.
La lucha libre profesional — el «catch», como se la co-
noce en todo el mundo — ha arrastrado consigo a enormes
masas de público que gustan de admirar a esos colosos que
sobre un ring hacen gala de su fantástica fuerza.
En cierto libro sobre catch, de un autor muy famoso
en el mundo de la lucha, he observado un error que, por
considerarlo bastante generalizado, paso a aclarar segui-
damente. Se dice en él que la lucha libre olímpica y el
catch son lo mismo. No. Eso es un grave error. Las dos son
libres, pero una es olímpica, amateur, con ciertas prohibi-
ciones en cuanto a presas; la otra es el catch, profesional,
agarrarse donde se pueda, libre absolutamente. Son muy
parecidas, pero no son iguales.
Existe un país — Brasil — donde se tiene verdadera
admiración por el catch (y voy a llamarlo catch para evi-
tar errores, además de que lo considero más fácil de asi-
milar para la mayoría de los lectores que la denominación
de libre profesional, su verdadero nombre en España). En
Brasil se le considera deporte nacional y hay una frase
muy popular que dice: «En cada tres "cuadras" hay una
academia de catch».
Otros países de Sudamérica — Venezuela, por ejemplo —
sienten también gran afición por el catch. Lo mismo ocu-
rre en Estados Unidos — con su famoso Madison Square
Garden de Nueva York, mudo testigo de tantas hazañas
deportivas, donde se celebran importantísimas veladas de
catch —; en Buenos Aires, con el Luna Park, etc.
FIG. 1
FIG. 3

Fio. 4
LUCHA LIBRE 97

Dando un ligero repaso a la Historia, hallaremos mu-


chos pueblos que destacaron en la lucha.
Entre ellos figuran los egipcios, quienes ya en el año
1.800 a. de J. C, practicaban la lucha; los japoneses con
su mundialmente famoso jiu-jitsu; los persas, reconocidos
como luchadores excelentes a lo largo de muchos siglos.
En Grecia existían innumerables gimnasios; la preocupa-
ción de los griegos por el cuerpo fue absoluta, continua-
mente se celebraban en público concursos de belleza mas-
culinas y femeninas en los que se mostraban al público los
cuerpos completamente desnudos de los atletas más des-
tacados. A los doce años, los niños iban ya a entrenarse y
Jenofonte creía que la gran astucia griega se debía a la
práctica de la lucha. Y la lista sería interminable.
Los países que más famosos luchadores han dado, no
solamente al catch sino a la lucha en general, han sido
Suiza, Japón, Inglaterra, Francia, Alemania, Dinamarca,
Estados Unidos, Canadá, Suecia, Noruega, Turquía, Rusia
y Persia.

VERDADES Y MENTIRAS SOBRE EL CATCH

Mucho se comenta sobre el catch o lucha libre profe-


sional, pero muy pocos son los que en realidad podrían
hablar de ello.
Gran parte del público que acude a los recintos donde
se celebran estos combates sólo sabe gritar y protestar, sin
comprender muchas veces por qué lo hace ni saber lo que
quiere.
«¡Tongo!», grita la mayoría, como reclamando ese di-
nero que acaban de dejar en las taquillas, al observar lo
que ellos consideran una estafa o algo parecido. Y yo les
pregunto: ¿Qué entienden por «tongo»?
Si creen que «tongo» es quejarse el luchador de un gol-
pe que ha recibido, acaso ellos, estimado lector, se quejan
de un simple arañazo, y eso no es «tongo»; en cambio,
7
98 LA LUCHA

esos golpes que los luchadores se dan tienen que serlo.


Si creen que «tongo» es retorcer un brazo o una pierna,
acaso lo que muchos desean es que los luchadores se rom-
pan en cada presa los brazos y las piernas.
Si creen que «tongo» son esos golpes de antebrazo, tal
vez ellos no se quejarían si les dieran uno de esos golpes
con una décima parte de la fuerza con que los conten-
dientes se lo dan. ¿O acaso lo que quieren es que se los
den más fuertes, para poder paralizarle el corazón al con-
trincante?
Si creen que son «tongo» esos golpes en la nuca, acaso
ese público exigente desea que los golpes se los den con
toda la fuerza que los luchadores tienen para que «mate»
a su contrario.
Resumiendo: ese público que grita «tongo» no va a ver
una exhibición entre dos seres dotados por la naturaleza
de una gran fuerza y admirar su fuerza y su agilidad. No,
lo que quiere es ver romper brazos, piernas, partir la cabeza
y morir sobre el ring. Eso es. Morir. Muchas muertes, cuan-
tas más mejor, ¿no es cierto?
Quien piensa así creo que ha nacido con varios siglos
de retraso, porque en tiempos de los romanos, en aquellos
circos donde los gladiadores morían por docenas mientras
el entusiasmado público pedía a gritos su sangre, se hu-
biera sentido a sus anchas.
Y si de lo que se queja es de que los luchadores hacen
«tongo» al simular que les estrangulan o que no pueden ya
doblar un brazo, es que desea que los estrangulen de ver-
dad o les rompan el brazo.
Estimado lector, cuando vaya a ver una demostración
de catch, siéntase predispuesto a admirar fuerza, agilidad,
destreza, presas, zafaduras, etcétera, pero no sangre y rotu-
ras de miembros, como el público a que me refiero.
Hay que pensar que esos luchadores son también seres
humanos, que probablemente tienen una familia, y que estas
exhibiciones son su medio de ganarse la vida. Si de veras se
rompiesen la cabeza en un combate, al cabo de pocos meses
no quedarían luchadores en el mundo. ¿Qué haríamos en-
LUCHA LIBRE 99
tonces? ¿Ir a presenciar otro deporte para volver a gritar,
y así eliminar uno a uno todos los deportes? Me parece una
perspectiva muy macabra.
La lucha, como todo deporte, tiene su reglamento, y en el
catch lo que los luchadores quieren demostrar concreta-
mente al público es su fuerza, su agilidad, su habilidad en
las presas, y nada más. Pero, por favor, ¿no creen los que
gritan «tongo» al ver que no se han roto un brazo o no le
han partido el hígado al contrario, que sacan las cosas de
su sitio...?
Otra cosa es el verdadero espectáculo circense que se
desarrolla alrededor de algunos luchadores de catch. Por
ejemplo, los nombres. Conozco por dentro el mundo de la
lucha, el del catch en este caso, y eso de que a un tal Is-
mael se le llame León o que el Tigre de X se llame Vicente,
resulta ridículo. Al público sólo risa le causan esos nombres
y esas melenas e indumentarias que exhiben en el ring al-
gunos luchadores que, por lo general, a la hora de luchar
suelen ser los peores.
Cada uno tiene su nombre, su estilo de lucha, ¿para qué
cambiarlo?
Pero en esto, como en tantos otros aspectos de la vida,
el que vale lo demuestra y así, quien es buen luchador gusta
al público con disfraz o sin él, llamándose Pantera, Cosaco,
Carlos o Manolo. Y quien no vale, aunque digan que viene
de la India (pongo por ejemplo) o que es el mejor del mun-
do, el público se deja engañar el primer día pero ya no va
más a verlo. De eso pueden estar seguros los organizadores.
Sería mucho más interesante que cada cual airease su
técnica, su verdadero nombre y su origen, y celebrar tor-
neos regionales, nacionales e internacionales (con nativos,
no con prefabricados). Al público le gustaría y le inte-
resaría más. Defendería a «sus luchadores», a los de su
región, sin caretas, sin ritos extraños, sin nombres miste-
riosos.
Pero, en fin, el que es mal luchador necesita enmasca-
rarse para llamar la atención y lo seguirá haciendo. Menos
mal que el que vale seguirá siendo el mejor, a fin de cuentas.
100 LA LUCHA

Y será a quien seguirá viendo y aplaudiendo el público, a


pesar de llamarse José.

ELEMENTOS NECESARIOS PARA PRACTICARLO

Simplemente, ese ring tan conocido de todos los aficio-


nados a la lucha, como el del boxeo, con el suelo de lona y
las «cuerdas» alrededor, sujetas en cuatro postes que hay
en las cuatro esquinas, los «rincones» como se los llama.
Por lo demás, un arbitro completamente uniformado de
blanco. Los «segundos» o ayudantes de cada luchador, que
le acompañan hasta el ring y le dan masaje durante los
descansos de los asaltos. Y el locutor, que con su micrófono
sube al ring a presentar a los luchadores y a dar el resulta-
do final del combate.
En la mesa directiva, el jurado, compuesto por el secre-
tario, que lleva el control del combate y anota resultados
e incidencias, etc.; el cronometrador, que con su cronó-
metro irá indicando el tiempo que transcurre; un miembro
de la Federación, como representante de ésta en la velada;
y un médico, para atender a los luchadores en cuanto lo
precisen.
El luchador deberá presentarse en el ring con las uñas
de las manos bien recortadas y, como única indumentaria,
un calzón corto bien ceñido al cuerpo y botas reglamen-
tarias.
El llevar careta, rodilleras, ir enmascarado, etcétera de-
berá ser observado por el arbitro antes del combate, por si
hay alguna anormalidad que redunde en perjuicio del otro
luchador, lo que en todo momento deberá indicar a la mesa
del jurado.

PESOS

Existen diversos pesos o categorías dentro de las cuales


deberá amoldarse cada luchador. Antes de cada combate se-
rán pesados los luchadores para saber en qué categoría pue-
LUCHA LIBRE 101

den luchar; no obstante, por ser el catch ante todo un es-


pectáculo, muy a menudo los combates son «a pesos libres»,
es decir, que cada cual podrá luchar con el peso que tenga
sin amoldarse a ninguna regla oficial.
Pero dejando aparte el espectáclo en sí y limitándome a
la parte puramente deportiva, voy a señalar los pesos que
se aplican en las competiciones de carácter oficial. Son
éstos:
Peso pluma: Hasta 56 kilos.
Peso gallo: De 56 a 61 kilos.
Peso ligero: De 61 a 66 kilos.
Peso semimedio: De 66 a 72 kilos.
Peso medio: De 72 a 79 kilos.
Peso semipesado: De 79 a 88 kilos.
Peso pesado: Más de 88 kilos.

VIDA DEL LUCHADOR DE CATCH

El profesional puede encontrarse en dos situaciones:


que se dedique exclusivamente a luchar, o que además ten-
ga un trabajo habitual como complemento y medio de vida.
En cuanto a los primeros, los que únicamente se consa-
gran a la lucha, esos tienen todas las ventajas con respecto
a los segundos, ya que no hay nada que entorpezca su pre-
paración y puesta a punto. Su vida deberá ser metódica, es-
tablecerse un plan ordenado de vida, dando preferencia a
los entrenamientos, practicar algún deporte complementario
como el levantamiento de pesos, remo, ciclismo, que servi-
rán para darle fondo y potencia, que tanto le ayudarán lue-
go en el ring, al mismo tiempo que le evitan la monotonía
de unos entrenamientos siempre iguales.
Mucha alimentación, con bastante grasa la anterior a
los combates, descansar un mínimo de ocho horas diarias
y, desde luego, entrenamiento, mucho entrenamiento. Des-
pués de una temporada larga de combates casi ininte-
rrumpidos, un descanso absoluto de un mes, por ejemplo,
convendrá al organismo.
102 LA LUCHA

Los luchadores que aparte de sus compromisos oficiales


tienen otros asuntos no deberán olvidar nunca su entrena-
miento, por breve que éste sea; en todo deporte es necesa-
rio entrenarse, y más aún en un deporte-espectáculo como
es el catch en que es necesaria una excelente forma física
en todo momento.
Si dos son sus actividades, la lucha y su otra ocupación,
deberá repartir el tiempo entre las dos pero sin olvidar a
ninguna de ellas ni dar preferencia a una sobre la otra.
Por lo que a la lucha respecta, entrenamientos a base
de mucho ring y muchas pesas.

ALIMENTACIÓN

Me remito ahora a repetir cuanto he indicado al hablar


de la lucha grecorromana; en sus páginas correspondientes
a alimentación y vitaminas se encuentran todos los datos
necesarios sobre este aspecto de la preparación de un lu-
chador.
Recuerdo únicamente que el catcher necesitará por lo
general más calorías en su alimentación que un luchador
de grecorromana, que suele ser más joven.
El luchador de catch deberá limitar el consumo de ali-
mentos grasos a sus necesidades.
Cuando está en vísperas de un combate, no debe preo-
cuparse de la cantidad de grasas, que será ilimitada; en
adelante deberá reducirla a medida que no desee aumentar
de peso.
Cuando el combate sea por pesos y uno de ellos se en-
cuentre fuera del límite, hay que reducir esos gramos de
exceso de peso mediante ejercicio, nunca eliminando ali-
mentación, ya que en el ejercicio con descanso se recuperan
las fuerzas perdidas, pero con reducción de alimentación
se tendrá una sensación de decaimiento difícil de superar.
El sol será en todo momento el complemento ideal de
vuestra preparación; digo sol y no salitre, por lo tanto, unos
LUCHA L I B R E 103
baños de sol en la playa, sin excesos, no quiere decir darse
largos baños en el mar que tanto agotan.
Una preparación de «footing» en el monte es siempre
más recomendable que en el mar.
Los que vivan en lugares en que el sol no aparece con
frecuencia para tomarlo en el mar o la montaña, deben ha-
cer «footing» bien abrigados al aire libre; no importa la
temperatura que haga, vosotros no tendréis frío con ese
paso ligero y esa respiración exagerada que tanto bien re-
portarán a vuestro organismo. Rocky Marciano, el famoso
campeón mundial de boxeo, llegó a entrenarse en el monte
totalmente nevado y con bajísimas temperaturas equipado
con un grueso jersey de cuello cerrado, recio pantalón de
entrenamiento, y botas ligeras. Y como él, infinidad de ca-
sos en todos los deportes y en todos los países fríos del
mundo.
Más daño harán al organismo el salitre del mar y el baño
de sol prolongado que el frío.

ENTRENAMIENTOS

En este punto no podré seguir el método utilizado al ha-


blar de la lucha grecorromana, en que indicaba métodos
distintos para principiantes, para avanzados, para otra cla-
se de deportistas, etcétera.
Aquí ya todos saben más o menos de lucha, ya todos lle-
van su buena temporada, quizá muchos años, de lucha, y
ya conocen lo que es. Por lo tanto, están preparados; han
pasado al catch. Bienvenidos sean. Sólo me permitiré unas
indicaciones generales que ellos estoy seguro ya conocerán y
luego explicaré las presas. La práctica de las diversas pre-
sas será la que les convierta en buenos luchadores, lo demás
es «llover sobre mojado», como vulgarmente se dice, porque
nada les voy a enseñar repitiendo las series, pesos a em-
plear, etc., que indicaba al hablar de la «greco».
Primeramente «footing» todos los días, a poder ser un
poco y al aire libre, a primera hora de la mañana mejor.
104 LA LUCHA

En segundo lugar, un poco de gimnasia diaria, primero


sueca, luego pesas y después en el ring, corregir presas, per-
feccionarlas, etcétera. Unos días durará más, otros apenas
unos minutos, pero siempre algo.
Y finalmente, ducha templada con impresión final fría
y automasaje.
Eso os mantendrá en forma estupenda en todo momento.
Los luchadores de catch deberán amoldar sus entrena-
mientos a los combates a celebrar, cuanto más cerca esté el
próximo combate más suave deberá ser su preparación En
el lapso de tiempo en que no tengan ningún combate de-
berán forzar la preparación con fuertes ejercicios de pesas y
mucho ring.
La víspera de un combate nada de ring ni pesas, un buen
paseo será suficiente.
Por exceso de combates, viajes, entrenamientos, etcétera,
el catcher sufrirá en algunos momentos un decaimiento o
una delgadez, raros en él, y quizá le falten algunos comba-
tes por celebrar antes de acabar la temporada. Pues bien,
deberá reducir al mínimo su preparación y una vez termi-
nados sus compromisos profesionales tomarse un mes o más
de descanso absoluto. Los kilos perdidos se recuperarán so-
los, e incluso algunos más que luego, al reanudar sus entre-
namientos, irán desapareciendo.
El exceso de entrenamiento, el sobreentrenamiento, pue-
de ser gravísimo, y por lo tanto se le debe prestar la aten-
ción que se merece.
Y paso seguidamente a exponer las diversas «llaves» que
existen en catch:

CABEZA

ENTRADA CLÁSICA. — Situados los dos luchadores en el


centro del ring, ambos tratan de sujetar a su contrario por
el cuello pasándole las manos tras el mismo; uno de ellos
colocará su antebrazo sobre el codo del contrario para
hacer palanca hacia abajo y obligarle a soltar su cuello.
LUCHA LIBRE 105
TOMA DE CABEZA. — Entonces el luchador que ha hecho
palanca con su antebrazo gira hacia dentro de forma que
sujeta el cuello del adversario contra su costado, presio-
nando fuertemente sobre la mandíbula para que el dolor
le obligue a abandonar.
DEFENSA DE LA TOMA DE CABEZA. — El luchador ha logrado
coger la cabeza de su contrario, pero entonces éste, colo-
cando su pie derecho tras el cuerpo del contrario, hace que
éste se balancee aprovechando entonces para levantarle
y derribarlo.
SOUPLESSE. — Consiste en doblar la cabeza del contrario
sujetándosela muy bien por el cuello y doblarle hasta que
toque con ella contra el suelo, quedando atontado unos mo-
mentos que se aprovecharán para vencerlo. (No confundir
con la presa que se aplica en la lucha grecorromana, que no
se parece en nada a ésta.)

TIJERA DE CABEZA. — Normalmente, el luchador más ágil


será quien la aplique sobre su rival. Este luchador saltará
106 LA LUCHA

hasta apresar entre sus piernas el cuello de su contrario,


haciendo gran presión sobre éste para asfixiarlo. Material-
mente, se quedará colgado del cuello del luchador de mayor
peso.
COW-BOY. — También aquí suele ser el luchador más ágil
el que rápidamente, para no dar tiempo a reaccionar a su
contrario, cuando se encuentran de pie uno frente al otro,
saltará para colocar sus pies sobre los muslos del luchador
más pesado mientras se agarra al cuello de éste. Por el peso
desnivelado caerán con ventaja para el que ha aplicado la
presa.
VUELTA MEDIO MUNDO. — Estando de pie, uno de ellos coge
el brazo de su contrario y colocando por debajo el suyo hace
palanca llegando hasta el cuello de su oponente, forzándole
a dar media vuelta o giro para soltarse, pudiendo quedarse
de espaldas.

FIG. 24
CUELLO
ESTRANGULAMIENTO ATRÁS. — E s ЯШУ COnOCÍda РОГ tOdOS.
Consiste en situarse detrás del contrario y oprimir con todas
LUCHA LIBRE 107
sus fuerzas el cuello con el brazo que será sujetado por la
muñeca о la mano por el otro brazo.
ESTRANGULAMIENTO DE COSTADO. — Al pretender zafarse el
luchador estrangulado, el contrario le oprimirá por el cos-
tado haciendo presión con la cabeza sobre la de su rival.
ESTRANGULAMIENTO DELANTERO. — Lo mismo que los ante-
riores, pero por delante. Sujetar el cuello del contrario
oprimiendo su cabeza contra el estómago propio, y el an-
tagonista no se podrá mover.
Aunque se sujete el cuello del contrario con un solo
brazo, la otra mano deberá agarrar fuertemente a ésta
para que no se suelte y para hacer presión.

FIG. 25
BRAZO
SUJECIÓN TRASERA. — Girando rápidamente alrededor del
contrario cogerle las manos y sujetárselas atrás fuerte-
mente, entrelazándolas con las propias.
CLÁSICA DE BRAZO. — Cogiendo por detrás el brazo del
contrario hacer palanca con el propio hasta derribar a su
108 LA LUCHA

rival a causa del dolor fortísimo y la zafadura imposible


en esa postura.

FIG. 26

FIG. 27
LUCHA LIBRE 109

CLÁSICA CON ZANCADILLA. — Es la misma que la anterior,


pero con la diferencia de que, p a r a asegurar la caída del
contrario, se le zancadillea a la altura de la pantorrilla.

VUELTA DE MUÑECA. — Muy popular, todo el mundo la sabe


hacer e incluso casi sin darse cuenta la hacen. Consiste en
retorcer el brazo del contrario simplemente manteniendo
el brazo atacado estirado para que el fuerte dolor se con-
centre en el hombro.

INMOVILIZACIÓN DE COLUMNA. — Sujetar, si se puede, por


detrás esta vez, los dos brazos del contrario, manteniéndo-
los estirados y cuando la distancia de ambos luchadores lo
permita, el situado detrás (o sea el atacante) colocará la
planta del pie sobre la espalda del contrario con lo que
éste no podrá hacer ya nada y se verá obligado a aban-
donar.

PALANCA CON PRESIÓN DE HOMBRO. — Frente a frente am-


bos luchadores, se coloca bajo la axila propia el brazo del
contrario, mientras se hace palanca con nuestro brazo apo-
yándose en su hombro.

PALANCA CON PRESIÓN DE HOMBRO Y CODO. — Cargándose


materialmente el brazo del contrario sobre nuestras espal-
das, bien extendido, se le sujetará fuertemente a la altura
de la muñeca y se h a r á palanca obligándole a abandonar
ante el peligro de rotura del brazo.

PALANCA INMOVILIZADA. — Plantándose ante el rival, se le


coloca su brazo bajo nuestra axila, se le oprime fuerte-
mente entre nuestro costado y nuestro brazo y se le r e -
tuerce un poco.

HAMMER LOOK. — Estirando el brazo del contrario y si-


tuándonos tras su brazo estirado, se le sujeta con una
mano (la más separada de su cuerpo) y con la otra se
hace presión sobre su hombro.
но LA LUCHA

Ante el fuerte dolor el contrario se irá agachando, pu-


diendo entonces sustituir el brazo que hace presión sobre
el hombro por una pierna.
DOBLE NELSON. — Se le sujetan los brazos a la altura de
los hombros por la espalda, colocando nuestros brazos en-
tre sus ya estirados y levantados brazos y su cabeza. El
contrario quedará inmóvil de pie y con los brazos en alto.
RETENCIÓN DE CABEZA. — Derribado en el suelo el con-
trario, se le coloca una rodilla sobre su cuello mientras se
le retiene un brazo, colocándole de espaldas.

CONTRAGOLPE. — En esta llave el luchador apresado po-


drá doblar sus piernas y lanzarlas juntas contra la bar-
billa de su rival.

Fio. 28

AMERICANA. — El contrario se encuentra en el suelo.


Entonces el otro luchador coge el brazo más cercano de
su rival (el del lado donde se encuentre), lo aprieta contra
sí mientras coloca sus pies en el costado y debajo de la
oreja de su rival, estira su cuerpo y arrastra el brazo de
su rival. Este queda inmóvil, de espaldas, e indefenso.
LUCHA LIBRE 111

HAMMER LOOK JAPONÉS. — Igual que la «americana», pe-


ro colocando las piernas sobre el cuello de su contrario.
INSENSIBILIZADOR. — Siempre en la posición anterior, so-
bre la lona el contrario, el otro luchador se pone de rodi-
llas sobre el brazo del contrario y sujetándole con las ma-
nos deja caer todo su peso sobre el bíceps y antebrazo anu-
lando toda la potencia de este brazo.

CINTURA

VOLANTÍN FRANCÉS. — Tras sujetar el brazo del contrario


colocado sobre la espalda del otro luchador, éste se incli-
nará mientras fuerza al contrario a caer sobre sus espal-
das y a continuación al suelo, o sea dando una voltereta
sobre la espalda del otro luchador para caer sobre el ring.

VOLANTÍN FRANCÉS DE ESPALDA. — La misma que la ante-


rior pero lanzando al contrario de espalda; es decir, su
espalda se apoyará sobre la del otro luchador. Este caso
es ya más difícil, pues requiere una gran fuerza y mala
colocación del contrario.

PIERNA

CLÁSICA. — Con un luchador sobre la lona el otro lo


aprovechará para cogerle una pierna y retorcérsela, colo-
cando su propia pierna a la altura del muslo por detrás.
CORBETTIANA. — Siempre teniendo en cuenta que un lu-
chador está en la lona, el otro unirá sus piernas a la altura
de la cintura por la pantorrilla, obligándole a abandonar.

INDIANA: colocar una de las piernas del luchador caído


por debajo de la otra, que estará semidoblada, y apretar
la pierna semidoblada sobre su cuerpo.
112 LA LUCHA

ZANCADILLA DE FRENTE. — El luchador más ágil, por lo


general, aprovecha que su contrario tiene un poco abiertas
las piernas para situarse bajo él mientras se sujeta a su
cintura, con lo que éste pierde el equilibrio y cae hacia
delante, momento que aprovecha su rival para sentarse
sobre sus piernas y doblar las de su contrario.
LANGOSTA. — Se aprovecha una mala postura de su con-
trario y le empuja, con lo que caerá al suelo; entonces su
contrario saltará sobre él y le cogerá las piernas doblán-
doselas.

Fio. 29

PALANCA DE PIERNA. — Estando en la lona el contrario,


consiste en pisarle un pie mientras se le coge la otra pier-
na y se abre y levanta apoyándose con todas sus fuerzas,
repartiendo su peso entre ambas piernas que adquirirán
un ángulo de 45 grados, con lo que el dolor será tan in-
tenso que no tendrá otra posibilidad que abandonar.
TACKLE EN PIE. — Excelente para el luchador más ágil,
ya que el luchador pesado difícilmente podrá realizarla.
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Dos momentos de un combate de lucha canaria.


(Fotos procedentes de la revista Lucha Canaria)
Un momento de un combate de lucha al
aceite, disputado al aire libre por dos desta-
cados luchadores turcos.

(Foto procedente de la
revista World Sports)
LUCHA LIBRE 113
Estando ambos luchadores en pie, el más ágil da un
gran salto mientras con una pierna golpea el mentón de
su contrario que si no queda fuera de combate sí al menos
lo suficientemente atontado como para, aprovechándose de
la situación, vencerle con otra presa.
Esta magnífica presa es muy utilizada en la lucha Sa-
vate francesa, en Karaté también hay una muy parecida,
y en el boxeo-lucha que se practica en Thailandia (golpes
de pies y manos con guantes en las últimas y vendas en
los pies) también tiene su analogía.

CANDADO. — Con un luchador sobre la lona, el otro coge-


rá las piernas de éste, pero si el luchador en el suelo es
rápido, podrá efectuar este «candado» abriendo ligeramente
sus piernas, aprisionando la cabeza del atacante y estran-
gulándole, con lo que caerá de cabeza al suelo y abando-
nará o quedará de espaldas.

AUSTRALIANA. — Un luchador sobre la lona, el otro semi-


arrodillado coloca el brazo del tendido en el suelo por de-
bajo de su pierna semiflexionada, pasando su brazo de-
recho por debajo del antebrazo, y se sujetan las manos.
Entonces el luchador semiarrodillado se lanza por encima
del luchador caído, sin soltarlo, y gira sobre su cuerpo apo-
yándose en la lona con la cabeza, saliendo a continuación
despedido el luchador que estaba caído en la lona, como
si estuviese pegado a su rival.

INDIANA (de pierna, no confundir con la otra del mismo


nombre). — Un luchador caído, el otro de pie, éste coloca
un pie entre los de su contrario caído, con el otro pie los
presiona para castigar a su rival, y aprovecha la ocasión
para cogerle los brazos y doblarle las muñecas.
Estas son las presas básicas del catch, ya sólo quedan
variaciones de éstas, modificaciones que con el tiempo van
apareciendo, como por ejemplo:
A) Cuando un luchador está en la lona, en vez de le-
8
114 LA LUCHA

vantarle una pierna mientras se le pisa la otra para que


abandone ante el ángulo de 45 grados que tiene el cuerpo,
se hace lo mismo, pero se le van separando las dos piernas
en el suelo, mientras el que lo ejecuta en vez de estar en
pie, está de rodillas.
B) En la entrada clásica, al coger del cuello al con-
trario, se le dobla y al agacharse el contrincante se le da
un golpe en la nuca.
C) Al estar en pie uno frente al otro, el más fuerte
oprime por la cintura al otro pretendiendo asfixiarlo.
En fin, serían innumerables, pero los propios luchado-
res son quienes en definitiva dirán si son mejores o peores
que las que ya sabían.
3

VARIEDADES TÍPICAS

1. LUCHA CANARIA
En las páginas de este libro en que estudio la lucha
grecorromana he citado la lucha canaria. No obstante, voy
a hablar algo más ahora de ella, lo que me permitan mis
apuntes costosamente tomados de lo poco que hay escrito
sobre la misma.
En primer lugar, he de destacar que los numerosos ca-
narios residentes en Venezuela, la más fuerte representa-
ción española en ese país hispanoamericano, se llevaron
con ellos no sólo su esperanza de prosperidad, sino tam-
bién sus costumbres y su lucha, la lucha canaria. Y allí se
practica lo mismo que en las Islas Canarias.
Los antecedentes de esta lucha son muy remotos. La
Historia Canaria habla de una lucha cuerpo a cuerpo en la
que los canarios llaman la atención por la habilidad que
muestran en ella frente a los castellanos. En el Poema de
Viana de finales del siglo xvi se habla también de esta
lucha.
Y la lucha canaria sigue en nuestros días apasionando
en las Islas Canarias como hace cuatro o cinco siglos.
Esta lucha consiste en agarrar con la mano izquierda
el calzón del adversario mientras la mano derecha se pone
en la espalda, juntos hombro con hombro. Los combates
son a tres o cinco caídas.
Significado de las principales palabras usadas en este
deporte:
116 LA LUCHA

Terrero: es el lugar donde se celebra el combate. Es


un círculo de once metros de diámetro, cubierto de arena
o serrín para aminorar las caídas.

Equipos: son dos, cada uno de ellos formado por doce


luchadores con un capitán al frente. El capitán de cada
equipo es quien resolverá con el arbitro toda duda a lo lar-
go del combate.

Agarrada: es el tiempo que dura el combate (un máxi-


mo de tres minutos). Se luchan dos «agarradas» de tres
minutos cada una, y si quedan empatados a uno se realiza
una nueva «agarrada» hasta que uno de los luchadores
es eliminado.

Ropa de brega: está formada por:


1.—Una camisa de sport de manga corta, de 80 centí-
metros de largo, de tejido muy resistente, con las
mangas muy anchas.
2.—Pantalones semicortos (hasta la rodilla), que luego
serán arremangados hasta la ingle con una abertu-
ra de 75 mm. entre el muslo y la vuelta para que
el contrincante pueda agarrarse debidamente.
3.—Pantalones de punto.
4.—Se deberá luchar completamente descalzo.

Posición de partida: en primer lugar se dan la mano,


como señal de amistad, en el centro del «terrero», ha-
ciendo a continuación los siguientes movimientos:
1.—Agarrar con la mano izquierda la doblez del panta-
lón del contrario (parte derecha).
2.—Dar un paso adelante con la pierna derecha, do-
blando un poco la rodilla.
3.—Inclinarse hacia delante por la cintura hasta coin-
cidir con los hombros del rival, colocando la parte
derecha de su cabeza en la derecha de su contrin-
cante.
VARIEDADES TÍPICAS 117

4.—Unir las palmas de sus manos derechas h a s t a tocar


el suelo con la p u n t a de sus dedos.
5.—Rápidamente colocar la mano derecha en la espal-
da del contrario (pasándola por debajo del sobaco
izquierdo) y agarrarse fuertemente.
6.—El arbitro comprueba la posición de partida, hace
sonar el silbato y el combate comienza.
Si alguno de los contendientes no se encuentra en
posición correcta de partida, se tiene que corregir
y hasta que el arbitro no lo estime correcto no co-
menzará el combate, la «agarrada».

Caso de que cayesen ambos luchadores al mismo tiem-


po al suelo, se consideraría nulo.
Las principales «presas» de este tipo de lucha, la m a -
yoría de ellas de nombres indiscutiblemente canarios, son
las siguientes:

Cangos:
Derecho, por dentro.
Por dentro girado.
Derecho por fuera.
Izquierdo, por dentro.
Por dentro girado.
Chascón.

Cogidas:
De corva.
De muslo.
Tobillo derecho por dentro.
Tobillo izquierdo por fuera.
Tobillo derecho por fuera.
De muslo y levantada.
De muslo, levantada y remolino.
Tobillo izquierdo por dentro con la mano izquierda.
Virada.
Atravesada.
Chascona.
Revoleadas.
Luchas a lo zurdo.
118 LA LUCHA

Según mis últimas noticias, parece ser que en Andalu-


cía existen algunos aficionados que practican una lucha
semejante, aunque no igual, a la lucha canaria. El citarlos
dentro del estudio de la lucha canaria no quiere decir que
practiquen la lucha canaria, sino simplemente a título
anecdótico y como muestra de la semejanza, unas veces en
los medios, otras veces en los fines, que los practicantes
de la lucha, sea la que sea, tienen entre sí.
La lucha canaria goza de buen número de practicantes
en las Islas Canarias, que la están manteniendo cual fuego
sagrado porque sencillamente se lo merece, por ser viril y
muy noble.

2.—LUCHA LEONESA
Se cree que nació en Riaño (León).
Consiste en formar dos equipos de diez a veinte lucha-
dores por cada parte.
Primeramente se sortean los participantes para saber
quienes han de luchar entre sí. Uno a uno se van elimi-
nando hasta que queda uno solo, que es el vencedor.
Esta lucha consiste en coger con las manos el cinturón
del contrincante. Tiene que derribar a su contrario y se
dará por vencedor a aquel que logre las dos mejores caídas
de su contrario de las tres de que consta el combate.
El único requisito de esta lucha es que se debe estar
cogido con las manos al cinto del adversario; por lo demás
se permite toda clase de medios para lograr derribar al
contrario.
La indumentaria de estos luchadores consiste en un
pantalón corto y un cinturón de cuero de cinco centíme-
tros de ancho lo suficientemente flojo para que el contra-
rio pueda meter las manos y asirlo bien para derribarlo.
Por lo demás, poco se conoce esta lucha fuera de sus
límites regionales, como sucede con otras. No obstante, goza
de gran afición entre los leoneses. Observando esta lucha
VARIEDADES TÍPICAS 119
le viene a uno a la memoria aquellas luchas de épocas re-
motas que entre los habitantes del reino asturiano-leonés
se realizaban como distracción o como medio de resolver
una disputa. Quizás allí se encuentre la verdadera cuna de
esta lucha tan noble como curiosa.

3.—LUCHA AL ACEITE
Esta lucha al aceite, completamente desconocida en
nuestro país, goza de gran expectación en Turquía, donde
miles de personas acuden al lugar del torneo para pre-
senciarla.
Todo buen aficionado a la lucha sabe que Turquía es
un gran país de luchadores. En Turquía se practican todas
las modalidades de la lucha, y en este caso la «lucha del
aceite» es patrimonio de este pueblo de hombres fuertes.
Durante muchos siglos los turcos se han reunido alre-
dedor de unas grandes calderas de cobre llenas de aceite.
En ellas se cubrían todo su cuerpo de este aceite que tan
120 LA LUCHA

difícil hará lograr una buena presa por lo resbaladizo.


Conviene recordar aquí la prohibición tajante que existe
en la lucha grecorromana de untarse el cuerpo con cual-
quier sustancia, precisamente para evitar dificultades al
sujetar al rival. El arbitro de la lucha grecorromana tiene
orden contundente en este sentido: vigilar para que los lu-
chadores estén siempre libres de grasa, sudor, etc. Pero
ésta es una lucha diferente y precisamente lo que sus prac-
ticantes quieren es impedir el ser agarrados.
Como indumentaria, torso desnudo y unos pantalones
de piel de cabra hasta la pantorrilla, que también son un-
tados de aceite.
La lucha tiene lugar a pleno sol y en grandes exten-
siones de terreno.
Los torneos duran tres días, pero aunque parezcan in-
terminables no es así. Minuto tras minuto se van elimi-
nando sobre la hierba hasta trescientos luchadores por pa-
rejas, de los cuales saldrá un vencedor, un verdadero «hé-
roe».
La gran cuna de donde salen los más grandes lucha-
dores y soldados que Turquía tiene y ha tenido es Anato-
lia, esa vasta región de Asia Menor, donde la vida del cul-
tivador, al aire y al sol, fuertemente alimentado a base de
cordero, fruta y sobre todo de «Ayran», una especie de
manteca líquida, hace de estos hombres formidables lucha-
dores.
A veces, la lucha no se desarrolla sobre la hierba, sino
sobre esteras de cerda o de caucho.
El que llega a ser un gran campeón, un día cualquiera
se encuentra ante la tribuna, donde una bandera turca
ondea al viento su color rojo, color de lucha y de sangre,
y en esa tribuna es coronado como campeón nacional. El
lugar se llama Edirna. Los testigos son millares de entu-
siasmados ciudadanos turcos.
Estos luchadores se reúnen en las tabernas del país,
donde los muchachos, que algún día llegarán a ser como
sus ídolos de ahora, escuchan leyendas fabulosas de fan-
tásticos luchadores de otros tiempos que se comieron una
VARIEDADES TÍPICAS 121
oveja entera en una comida o que arrastraron un buey
por las calles. Pero en estas tabernas el luchador se abs-
tendrá de probar el alcohol (cosa fundamental para todo
buen deportista, y en este caso para los luchadores).
Y el muchacho se hará mayor y llegará a ser luchador
y asistirá como practicante, ya no como espectador, al
campo del soldado, el «Ermeydani», donde más de cien mil
personas le aplaudirán por su fuerza y su valor en la lu-
cha. Y puede que resulte vencedor y entonces regresará a
su tierra victorioso y será festejado como un ídolo. Sólo uno
tendrá la dicha de ser el vencedor, pero otros lucirán me-
dallas y también serán festejados. Y aun en el caso de sa-
lir derrotados, serán felicitados por los suyos, porque en
el Campo del Soldado, el «Ermeydani», tan importante es
luchar bien como ganar. He aquí la máxima que todo lu-
chador debe tener siempre en su memoria.
El verdadero deportista debe tener siempre presente que
lo más importante es ser un digno contrincante, pero el
resultado final es lo que menos le debe importar. No hay
que olvidar nunca que el deporte no es más que un medio,
no un fin. Pretende hacer hombres perfectos física y mo-
ralmente para la grandeza de su patria. Como lo hace este
gran pueblo de verdaderos y grandes luchadores que es el
turco.
4. LUCHA A LA CUERDA
Esta vez, el mudo testigo del combate no será un ring
ni un tatami, sino algo muy distinto a todo esto. Simple-
mente, cualquier espacio llano y largo donde dos equipos
que se formarán entre los que deseen participar tirarán,
cada equipo hacia su lado, de una larga cuerda, hasta que
uno de ellos logre quedarse con ella.
La cuerda, gruesa y resistente, deberá tener 10 centí-
metros de diámetro, y se dejará un espacio de cuerda libre
en el centro de tres metros y medio.
Cada jugador dispone de 1'20 metros para moverse.
Con un esfuerzo continuado, los de un bando tratarán
122 LA LUCHA

de agotar a los rivales para que éstos suelten la cuerda,


así ellos irán recuperando la cuerda hasta que toda la cuer-
da haya pasado una línea que se pintará en el suelo divi-
diendo los dos campos.
Se proclamará vencedor a aquel que de tres intentos
gane dos.
Es un juego muy saludable, practicado por numerosos
pueblos, que no entraña ningún peligro y que hace aportar
toda su potencia a los que lo practican.

5.—LUCHA ISLANDESA (GLIMA)


Es muy parecida a la lucha suiza. En ella, agarrados
los luchadores a los resistentes calzones de su contrin-
cante, tratan de derribarse, echándose zancadillas, for-
cejeando, para poder ganar de esta manera el combate.
4

LUCHAS ORIENTALES

DEPORTE, TÉCNICA Y ESTRATEGIA

Los nombres bajo los cuales se explican entre nosotros


las luchas orientales son muchos e inducen a confusión.
Por ello hemos querido iniciar este capítulo con un cuadro
sinóptico, que permite diferenciar entre el deporte básico,
la técnica y las formas o modos.

JIU-JITSU .. . Es el deporte básico y la/ Arte defensivo


fuente del actual judo.
AI-KIDO .... . Es un jiu-jitsu superior.
NIT-JUTSU Técnica de los desplazamien- \
tos silenciosos. / JUDO
TAI-JUTSU . Arte del cuerpo.
TCHEN-SOü Técnica del puño.
YAWARA .. .. Métodos de la flexibilidad.
TORITE Presas de mano.
SUMO . Lucha en que impera lal
fuerza.

KENDO Arte del sable. Artes marciales


KYUDO Tiro con arco.
KARATE Arte de golpear a mano des-
nuda sobre puntos vitales del^
cuerpo. Independientes
KIAI Grito guerrero que produce! del judo
un efecto sorprendente en el|
contrincante.
124 LA LUCHA

Las fuentes que forman el primer recuadro son las más im-
portantes en que se basó Jigoro Kano para formar el actual
deporte del judo, infinitamente más técnico y menos violento
que ellos, que son milenarios. El judo es de muy reciente crea-
ción.
Quede bien claro para los profanos en la materia que ni el
judo es jiu-jitsu ni éste es aquél. El jiu-jitsu, al igual que el
nit-jutsu, por ejemplo, han ofrecido la materia prima que de-
bidamente ordenada y perfeccionada ha permitido formar el
judo.
El sumo, tratado más extensamente en sus páginas corres-
pondientes, es una lucha de gigantes. Grandes masas humanas
de pesos fabulosos se enfrentan para derribarse mutuamente.
Violenta lucha que entusiasma a los japoneses.
La acupuntura es la influencia china sobre el jiu-jitsu. Son
golpes secos con la punta de los dedos o el canto de las manos
con los que se puede llegar a matar a una persona.
El kqnat-sou consiste en volver a la vida a personas desma-
yadas o estranguladas mediante presiones en ciertos puntos del
cuerpo.
El kwampo es el arte de volver en sí. Junto a éste hemos
de mencionar los kuatsu, técnicas de reanimación que produ-
cen efectos casi instantáneos y realmente notables.
El karaté es la modalidad que está «de moda» en la actua-
lidad. En algunos países no se acepta su práctica. Sus golpes
son mortales. Algunas leyendas remontan el karaté hasta el
Bodhai-Dharma, fundador del budismo Zen.
Esta palabra está compuesta de kara (vacía) y té (mano),
es decir, combate con las manos vacías. Su práctica diaria
hace a quien lo practique realmente temible.
Los accesorios que utilizan para entrenarse son curiosísi-
mos. El makiwara es una tabla de madera de la altura de una
persona clavada en el suelo y almohadillada; en ella se prac-
tican cuantos golpes existen dados con pies y manos.
El sunatawara es un saco parecido al que se utiliza en el
boxeo para entrenar los brazos.
Sunanokame es una bombona cuya abertura permite poder
cogerla bien con la punta de los dedos. Sirve para fortalecer
los dedos
Také-maki es un manojo de bambú de la altura de un
hombre para entrenar las puntas de los dedos, las muñecas y
los antebrazos.
Lo demás es igual a un gimnasio cualquiera del mundo.
Tensores de goma para desarrollar fuerza muscular, poleas,
pesas con barras cortas y largas, etc.
El karaté es un arte de defensa personal de resultados con-
tundentes, que impresiona a quien lo ve y que le mueve desde
ese día a ser un karatéman más como sus compañeros.
LUCHAS 3RIENTALES 125

El tchen-sou, o técnica del puño, es el «boxeo» chino. Está


muy extendido por el continente asiático, principalmente en
China.
El kyudo consiste en clavar una flecha en un blanco que se
encuentra a sesenta metros del tirador. Pero lo curioso de esta
práctica está en que no se debe lanzar la flecha con toda la
fuerza sino que se debe lograr el centro del equilibrio y sólo
así se dará en el blanco.
Una vez logrado ese «punto» clave que nos permitirá acer-
tar en el blanco todos los disparos, habremos llegado al Hará
o centro de la fuerza y el equilibrio.

1. EL JUDO

UN POCO DE HISTORIA

Según u n a leyenda japonesa, cierto japonés observó una


vez a los árboles durante la tempestad. Y vio cómo los
más resistentes, por lo menos los más fuertes en aparien-
cia, caían destrozados ante la irresistible fuerza del viento.
En cambio, comprobó cómo la flexibilidad del sauce hacía
que éste se inclinase ante el viento para luego volver a su
posición normal sin haber sufrido destrozo alguno. Esto
le enseñó que no era precisamente con la fuerza como m e -
jor se combatía, sino todo lo contrario.
El judo es, por lo tanto, el arte de la flexibilidad o de
la agilidad. JU significa agilidad, y DO, arte.
Este principio echó por tierra cuanto hasta entonces se
creía. A la fuerza ya no se respondía con la fuerza, sino
aprovechando esa misma fuerza. El débil ya no sería ven-
cido por un Hércules si sabía aprovechar la fuerza de este
Hércules en su favor.
A lo largo de tantos años esta teoría h a «invadido» p a -
cíficamente el mundo porque era lógico que un deporte
como éste, que sólo bien puede reportar al organismo h u -
mano, tuviese el éxito que h a tenido. Hoy en día, la gran
mayoría de los países son ya practicantes apasionados de
126 LA LUCHA

este medio de defensa, porque de varias formas se le puede


llamar: deporte, medio de defensa, actividad, etc.
Pero el judo no ha venido solo. Ha tenido numerosas
ramificaciones que no me atrevo a considerar como des-
cendientes del judo, ni siquiera como hermanas suyas. Qui-
zás lo mejor sea considerarlas primas hermanas, pues to-
das han salido de un mismo tronco, todas son semejantes,
pero todas son distintas.

QUIÉN ES JIGORO KANO

Jigoro Kano es el hombre a quien el judo debe cuanto


ha sido y es en la actualidad. Es el hombre que de aquel
antiguo Jiu-Jitsu lleno de violencias y de brusquedades lo-
gró «crear» un arte, el judo, que se ha convertido en de-
porte, en arte de defensa personal.
Jigoro Kano nació el año 1860 en Mikatsé, provincia de
Hyogo, en el Japón. Procedía de una familia de funcio-
narios.
Cursó sus estudios de Ciencias Políticas en la Univer-
sidad de Tokio, consagrándose más tarde a la enseñanza.
Practicaba el Jiu-Jitsu pero quedó asombrado al obser-
var que en los distintos lugares en que lo practicaba, en
las ciudades donde residió, sus sistemas eran completa-
mente diferentes, e intentó unificarlos. Esta labor, que
sólo un gran hombre podía llevar a cabo, fue el comienzo
de la vida del judo.
En 1882 fundó el Kodokan, o escuela de Judo, hoy en
día bellísimo edificio, verdadera Universidad del Judo mun-
dial. Allí asisten los «avanzados» del mundo entero para
progresar o para aprender lo que en sus países respecti-
vos quizás ya nunca llegasen a alcanzar. El obtener un
«Grado» en el Kodokan es la gran aspiración de todo ju-
doka. Allí aprendería el gigantón holandés Geesink las en-
señanzas que años después lograrían el milagro: conseguir
para Europa lo que durante toda la historia había sido pa-
trimonio exclusivo del Japón.
LUCHAS ORIENTALES 127
Fines que Jigoro Kano señaló al Judo:
«SEI RYOKU ZEN YO». (Mejor empleo de la energía o má-
ximo rendimiento con mínimo esfuerzo.)
«Ji ТА KYO EI». (Amistad y armonía entre todos los pue-
blos.)

E L E M E N T O S NECESARIOS PARA PRACTICARLO

Tatami.—Es el lugar donde se practica este deporte.


Es una especie de ring sobre el que se practican los diver-
sos ejercicios, compuesto de una materia ni muy sólida ni
muy blanda para que los judokas puedan caerse sin lesio-
narse. Sobre esa superficie acolchada va extendida una lo-
na muy tensa.
Sus dimensiones son 10 X 10 metros como máximo de
superficie para luchar, o 6 X 8 metros como mínimo. Alre-
dedor del tatami deberá haber unas colchonetas para evi-
tar lesiones en caso de caerse fuera del tatami.
Kimono.—Es el traje de una tela especial que se uti-
liza para ejercitarse en la práctica del judo. Consta de dos
piezas: chaqueta cruzada por delante con mangas hasta
los antebrazos, y pantalón hasta más abajo de la rodilla,
sin botones ni nada semejante, que se ata con una cinta.
Cinturón.—Indica la categoría de los contendientes se-
gún el color que tenga. Se ata cruzándolo por la espalda
y anudándolo al frente de una forma muy especial.
Pies.—Deberán ir descalzos.

ORGANISMOS DEL JUDO

Existe la International Judo Federation, con sede en


Tokio. La Unión Europea de Judo está domiciliada en Pa-
rís. En España existe un Departamento Nacional de Judo,
afecto a la Federación Española de Lucha. Su sede está en
Madrid.
128 LA LUCHA

EXTRACTO DE LAS REGLAS INTERNACIONALES DE


COMPETICIÓN DE LA UNION EUROPEA DE JUDO
Artículo 1.° El lugar de competición (tatami) deberá ser
una plataforma cuadrada de 10 por 10 metros de ancho recu-
bierta de materias que amortigüen el golpe.
Artículo 2.° El judoka deberá llevar como uniforme obli-
gatorio el clásico judogui, con un cinturón del color que le
corresponda según su graduación.
Artículo 3.° Los competidores deberán llevar las uñas cor-
tas y no podrán llevar ningún objeto metálico consigo.
Artículo 4.° Los competidores deberán estar de pie o de
rodillas, uno frente al otro en el tatami, se saludarán haciendo
la inclinación correspondiente, y a la voz de «ayime» comen-
zarán el combate.
Artículo 5.° Al terminar el combate, los luchadores debe-
rán volver a su posición inicial y a las órdenes del arbitro
saludarse de nuevo.
Artículo 7.° El resultado del combate se decidirá según
ippon (victoria por puntos).
Artículo 10. El tiempo del combate deberá ser entre tres y
veinte minutos, según se fije previamente a la celebración del
mismo.
Artículo 13. Se considera nula toda técnica aplicada cuan-
do algún luchador se encuentre fuera de la superficie de com-
bate.
Artículo 14. Se considerará válida toda técnica aplicada
mientras el luchador que la aplica esté dentro del tatami y
más de la mitad del cuerpo de su contrario dentro también
del tatami.
Artículo 16. Las decisiones arbitrales son definitivas e ina-
pelables.
Artículo 17. Deberá haber un arbitro y dos jueces. No obs-
tante, puede efectuarse el combate con el arbitro solo, o con
éste y un juez.
Artículo 26. La decisión final del arbitro prevalecerá sobre
la de los demás.
Artículo 28. El arbitro puede descalificar directamente al
luchador en caso de Infracción muy grave.
Risei Kano, descendiente directo de Jigoro K a n o , creador del judo,
en su despacho del Kodokan de Tokio, de donde es presidente.
H e aquí una fotocopia de uno de los diplomas
que el Kodokan concede a quienes logran apro-
b a r el examen de capacitación para ascender de
grado.

Este es el que Risei Kano concedió a Miguel


Jiménez, 'Лет Dan desde ese momento.

Es curioso que el texto esté escrito e n j a p o n é s


y en el idioma del judoka a q u i e n se le otorga,
en este caso un español.
P a r t e de u n a de les salas del Kodokan de Tokio, dunde judokas
de todo el mundo perfeccionan sus conocimientos. Estudiar en el Ko-
dokan cz el -¿gran sueños de todo j u d o k a .
E n la foto superior, Kotan:, 9.и D a n , enseñando a uno de los alum-
nos del K o d o k a n . En la foto inferior, I n o k u m a , campeón del J a p ó n
y uno de los mejores j u d o k a s del mundo en la actualidad, dando cla-
se en el K o d o k a n ante la atenta m i r a d a de sus alumnos.
LUCHAS ORIENTALES 129

REGLAMENTO INTERNO DEL DEPARTAMENTO


NACIONAL DE JUDO
(Principales artículos)
Artículo 1.° El Departamento Nacional de Judo dará cuen-
ta de su actuación a la Federación Española de Lucha.
El Departamento Nacional de Judo tendrá su domicilio en
la Federación Española de Lucha.
Artículo 2.° Son fines del Departamento Nacional de Judo
como delegado de la Federación Española de Lucha:
A) Dirigir técnica y administrativamente el judo en Es-
paña.
E) Fomentar, intervenir y disciplinar la práctica del judo
para la formación de la juventud.
K) Impulsar la práctica del judo por afición y prohibir
toda actuación profesional.
Artículo 4.° El jefe del Departamento Nacional de Judo
será nombrado por la Delegación Nacional de Educación Fí-
sica y Deportes a propuesta del presidente de la Federación
Española de Lucha.
Artículo 28. El Departamento Nacional de Judo resolverá
las controversias y diferencias que surjan entre sociedades,
clubs, gimnasios y judokas, siempre que se refieran al campo
del judo; y en recurso de alzada la Federación Española de
Lucha decidirá la cuestión.

HIGIENE, MASAJE Y ALIMENTACIÓN DEL JUDOKA

Nada nuevo voy a decir aquí puesto que ya en las p á -


ginas en que hablo de la lucha grecorromana o en las de
lucha libre, cito estos apartados con toda amplitud. Sólo
debo destacar que el judoka, a diferencia del grecorroma-
nista o del profesional de la lucha, no busca con su adies-
tramiento p a r a este deporte el obtener brazos musculosos
o unas poderosas piernas, sino que su finalidad es muy
distinta. Se t r a t a aquí de obtener flexibilidad y agilidad
para, aprovechando la fuerza del contrario, lanzarlo sobre
el tatami.
Por lo tanto, respecto a la alimentación, no es necesa-
9
130 LA LUCHA

rio que consuma las cantidades de vitaminas de un pro-


fesional de la lucha, puesto que, a la fuerza del contrario,
repito una vez más, no opondrá su fuerza sino su agilidad
o habilidad.
Respecto a higiene y masaje, el necesario para cada
situación, lo común y ordinario en todos los deportes, fase
de calentamiento antes de actuar, mucha limpieza y auto-
masaje después de la ducha.

Los CINTURONES

Los cintos, cinturones о grados — como se quieran lla­


mar— son numerosos en judo. El principiante será cintu-
rón blanco, signo indudable de su grado de «novato» de
este apasionante deporte. Así dará comienzo a una serie
de estudios que le llevarán, después de varios años y de
numerosos exámenes, al grado de cinturón negro, máxima
aspiración de todo judoka. Incluso una vez en este nivel
seguirá ascendiendo tras exámenes cada vez más exigen-
tes dentro de esa escala de «Dan» que lleva desde el primer
«Dan» hasta el décimo, la gran ilusión soñada por to-
dos pero lograda por... ojalá sea por usted. En esta vida
todo consiste en proponerse un objetivo. Fe en el triunfo,
confianza en sí mismo y voluntad de hierro pueden obrar
el milagro.
Cuadro de graduaciones en judo:
Cinturón blanco o Roko Kyu (principiante).
Cinturón amarillo o Go Kyu.
Cinturón naranja o Yo Kyu.
Cinturón verde o San Kyu.
Cinturón azul o Ni Kyu.
Cinturón marrón o Ichi Kyu.
Cinturón negro:
Primer Dan: Sho Dan.
Segundo Dan: Ni Dan.
Tercer Dan: San Dan.
Cuarto Dan: Si Dan.
LUCHAS ORIENTALES 131

Quinto Dan: Go Dan.


Sexto Dan: Roku Dan.
Cinturón rojo y blanco:
Séptimo Dan: Jichi Dan.
Octavo Dan: Nichi Dan.
Noveno Dan: Ku Dan.
Cinturón rojo:
Décimo Dan: Ju Dan.
CATEGORÍAS Y PESOS

En reciente reunión de la Unión Europea de Judo, se h a


acordado modificar las actuales categorías que existen en
el judo que, a partir de la nueva temporada, serán como
sigue:
Pesos ligeros: Menos de 63 kilos.
Pesos semimedios: De 63 a 70 kilos.
Pesos medios: De 70 a 80 kilos.
Pesos pesados: De 80 a 93 kilos.
Pesos superpesados: Más de 93 kilos.

LAS TÉCNICAS EN EL JUDO

NAGE WAZA T A C H I WAZA T E WAZA (arte de las llaves de


( a r t e d a la p r o - (arte de la pro- mano)
yección) yección en pie) K O S H I WAZA (arte de l a s llaves
de c a d e r a )
A S H I WAZA ( a r t e de las llaves
de pie)
S U T E M I WAZA MA S U T E M I WAZA <arte de ti-
(arte de l a pro- r a r s e de espalda)
yección t u m b a - YOKO S U T E M I WAZA (arte de
do) tirarse de costado)

KATAME WAZA OSAE WAZA (ar-


( a r t e d e la in- t e de sujetar)
movilización. SHTME WAZA
(arte de e s t r a n -
•gular)
К W A N S E TSU
WAZA ( a r t e de
torsión de las es-
trangulaciones)
132 LA LUCHA

YUBISAKIATE <con la punta de


los dedos)
KOBUSHIATE (con el puño)
TEGATANATE (con el borde de
la mano)
ATEMI WAZA UDE ATE (ata- H I J I ATE (con el codo)
(arte de la per- que con el bra- HIZA GASHIRA ATE (con la ro-
secución) zo) dilla)
SEKITO ATE {con la punta del
pie)
ASHI ATE (ata- KAKATO ATE (con el talón)
que con el pie)

DICCIONARIO JAPONÉS-ESPAÑOL

Voy a indicar a continuación las palabras más usuales


en el judo, las cuales son imprescindibles para compren-
der perfectamente la marcha del combate. No voy a re-
cargarlo con numerosas palabras de movimientos y téc-
nicas, proyecciones, etc., que lo harían demasiado largo, me
limito a aquellas que se presentan en cualquier momento
y cuyo desconocimiento o mala interpretación podrían pro-
vocar algún error lamentable para la buena marcha de
las competiciones.
En algunos lugares existe la mala costumbre de ense-
ñar todo en español desde un principio a los futuros ju-
dokas y, cuando ha pasado cierto tiempo se encuentran
los ya entonces destacados judokas con la necesidad de
aprender una serie de palabras muy difíciles para noso-
tros. Además, considero que si a este bello deporte se le
priva de sus palabras japonesas y pronunciadas en japo-
nés, es como si intentásemos quitarle el saludo oriental
para implantar el nuestro occidental, o sustituir la actual
indumentaria por una semejante pero «a la europea».
Precisamente es este ambiente y estos actos orientales
los que dan al judo una belleza y un atractivo deliciosos, y
los que, junto a lo sano y práctico que resulta para el cuer-
po, han hecho de él el deporte de más rápido progreso en
el mundo en los últimos años. Así lo demuestran las 500.000
LUCHAS ORIENTALES 133

licencias existentes ya en Francia y la atracción que tiene


en la actualidad para la juventud española.
Y paso a exponer las palabras más usuales en este de-
porte; primero en su idioma original, y a continuación su
significado en español.

Jiu-jitsu Arte de la flexibilidad.


Judo Camino de la flexibilidad.
Kodokan Escuela donde se aprende este
arte.
Judoka El que practica el judo.
Dojo Sala de entrenamiento.
Tatami Lugar de forma rectangular en
donde se practica este deporte.
Dan El grado superior.
Kyu El grado inferior.
Roko Kyu Principiante.
Ju Dan Décimo Dan (la máxima jerar-
quía que se puede ser en el
judo).
Shizenta'i Postura del judoka antes de
empezar el combate.
Kata Los movimientos básicos del
judo.
Randori Los movimientos libres.
Sen ."• . . Iniciativa.
Hajime Empiecen.
Sen-sen-no-sen . . . . Iniciativa superior.
Ato-no-sen Iniciativa en defensa.
Ippon Punto.
Waza-ari Ventaja conseguida (95 % de
punto).
Waza-ari-awa-sate-ippon . Victoria por dos ventajas.
Kake Ataque.
Waza Técnica.
Tori Quien hace el movimiento.
Uke Quien sufre el movimiento.
Break (palabra inglesa) . . Suéltense.
Sonó mama No se muevan.
Joshi Continúen.
Nagé-waza Proyección.
Ukemi Forma de amortiguar el golpe al
caerse.
Katamé-waza Presa.
Shimé-waza Estrangulamiento,
134 LA LUCHA

Sore-Maode (stop) . . . Paren.


Hikiwake Combate nulo.
Time (en japonés Yikán) . Tiempo.
Jusei gachí Vencedor por superioridad.
Hansohu т а г е Derrotado por violar una norma
del reglamento (viene a ser la
descalificación de otro de-
porte).
Osaé-waza Inmovilización.
Atemi-waza Ataque a los puntos vitales.
Kansetsu-waza Desarticulación.
Hantei Decisión.
Fusen sho Incomparecencia.
Maitta! Estoy vencido, abandono.
Toketa Cesen la inmovilización.
Katame-no-taka . . . . Las formas de control.
Goshi Cadera.
Ashi Pie.
Te Mano.
Tai-otoshi 1.0 de brazo.
Ukl-otoshi 2.° de brazo.
Hizi-otoshi 3.° de brazo.
Sukui-nagé 4.° de brazo.
Mochiage-otoshi . . . 5.° de brazo.
Kata-seci 1.° de hombro.
Seci-nage 2.°6 de hombro.
Kata-guruma 3. de hombro.
Uki-goshi í.o de cadera.
Kubi-nage 2.° de cadera.
Tsuri-goshi 3.° de cadera.
Koshi-guruma 4.° de cadera.
Harai-goshi 5.° de cadera.
Hane-goshi 6.° de cadera.
Ushiro-goshi 7.° de cadera.
Tsuri-komogoshi . . . . 8.° de cadera.
Utsurl-goshi 9.° de cadera.
Uchi-mata 10.° de cadera.
O-soto-gari í.o de pierna.
De-ashi-barai 2.° de pierna.
Hiza-guruma 3.° de pierna.
Ko-soto-gake 4.° de pierna.
O-uchi-gari 5.° de pierna.
Ko-uchi-gari 6.° de pierna.
Okuri-ashi-barai . . . . 7.° de pierna.
LUCHAS ORIENTALES 135

VIDA DEL JUDOKA

El judoka, ya sea cinturón negro ; ya sea un simple


cinturón blanco o principiante, debe, como todo deportista,
someterse a un plan de vida preconcebido si desea llegar
a ser «alguien» en el deporte que tiene sus preferencias.
Aquí, como en todos los deportes, los hay que lo saben
todo, los que creen tener la clave para ser unos campeones
sin seguir ningún plan de vida metódico. Yo les felicito
si es así, aunque estoy seguro de que se están engañando
ellos mismos porque este deporte requiere como todos una
gran atención y un concienzudo entrenamiento.
El judoka puede encontrarse en edad escolar; ello no
es obstáculo para que después de sus habituales clases, a
última hora de la tarde, pueda entrenarse todos los días.
Luego una ducha, y a descansar hasta el día siguiente.
Su vida deberá verse privada de todo vicio. Insisto
nuevamente en la nocividad del tabaco, especialmente en
lo que a los deportistas se refiere.
Trasnochar es pésimo. A todos —se llamen judokas,
grecorromanistas, profesionales, como si se trata de atle-
tas o de futbolistas-1- les recomendaría lo mismo. Nada
de tabaco, nada de trasnochar, cuidado con la bebida, y
que ésta tenga poco grado de alcohol. No se trata de nor-
mas especiales para cada deporte, sino de normas gene-
rales para toda persona sana y deportista en el sentido
más elevado de esta palabra.
El judoka debe preocuparse principalmente de mante-
ner su flexibilidad; esa cintura ágil y elástica, junto con
rápidos reflejos, le darán la clave del éxito. Pero eso sólo
se logra con entrenamiento y constancia; ese es el camino
difícil, pero el que consigue el premio del éxito al final; el
otro, el del vicio, es muy fácil y lo puede seguir cualquiera.
Vuestra vida social y vuestra vida deportiva, aun sien-
do dos vidas distintas, deben ir unidas. En sociedad de-
béis demostrar que sois verdaderos deportistas, y en el de-
porte hacer gala de vuestra educación.
136 LA LUCHA
No sé qué puede resultar más desagradable, si un judoka
hablando groseramente en una competición, o un judoka
fanfarroneando públicamente de ser cinturón marrón (val-
ga el ejemplo).
Modestia y educación, ahí tenéis dos cualidades que
deben imperar en vuestros actos. Y un judoka, o sea una
persona que pretende ser y asimilar las técnicas de unos
caballeros como son los japoneses, no deberá nunca apren-
der una presa antes de saber hacer ese delicioso saludo
antes del combate, muestra de lo que de noble y bello
está enseñando el Japón al mundo a través de ese arte
o deporte que es el judo.
SI el judo es nobleza frente a la agresión, suavidad fren-
te a la violencia, el judoka deberá ser noble ante el ene-
migo, ágil frente a la violencia.
¡Cuánto nos enseña el judo, dentro y fuera del tatami,
en cuanto a educación y caballerosidad!
Por algo ha llegado a ser lo que es hoy mundialmente,
una bella muestra de un no menos bello país, el Japón.

KUMI KATA
Consiste en la forma de coger el judogui, uniforme para
practicar el judo. Hay diversos sitios básicos para agarrar
el judogui; voy a indicar aquí los principales, dividiéndo-
los en secciones o partes de éste.
CUELLO Parte delantera, derecha e iz-
quierda.
Parte trasera.
Parte lateral, derecha e iz-
quierda.
CINTURA Parte delantera.
Parte trasera.
Parte lateral, derecha e iz-
quierda.
PANTALÓN Frente de la boca.
Parte lateral, derecha e iz-
quierda.
LUCHAS ORIENTALES 137
MANGAS Hombro, derecho e izquierdo.
En el medio de la manga, dere-
cha e izquierda.
Puño, derecho e izquierdo.

FIG. 1 Fio. 2

PROGRAMA PARA LOS DIVERSOS CINTURONES

Desde el primer día en que una persona entra en la


sala para aprender judo, recibirá una serie de explicacio-
nes de las diversas técnicas que varían en cada categoría
o cinturón.
Cuando ya sepa las necesarias para ser cinturón ama-
rillo, sufrirá un examen, y si es aprobado, quedará confir-
mado en dicha categoría. Y así comenzará las enseñanzas
para ascender sucesivamente a los grados siguientes.
138 LA LUCHA

PROGRAMA PARA SER:


CINTURÓN AMARILLO 5 movimientos de pierna.
4 movimientos de cadera.
2 movimientos de hombro.
1 Sutemi.
5 inmovilizaciones.
3 estrangulaciones.
1 posición de Armlock.
CINTURÓN NARANJA 6 movimientos de pierna.
8 movimientos de cadera.
3 movimientos de hombro.
4 Sutemis.
3 movimientos de brazo.
9 inmovilizaciones.
7 estrangulaciones.
2 posiciones de Armlock.
CINTURÓN VERDE 7 movimientos de pierna.
10 movimientos de cadera.
3 movimientos de hombro.
10 Sutemis.
3 movimientos de brazo.
9 inmovilizaciones.
12 estrangulaciones.
4 posiciones de Armlock.
CINTURÓN AZUL. 7 movimientos de pierna.
10 movimientos de cadera
3 movimientos de hombro.
10 Sutemis.
3 movimientos de brazo.
9 inmoviUzaciones.
12 estrangulaciones.
5 posiciones de Armlock.
CINTURÓN MARRÓN 7 movimientos de pierna.
10 movimientos de cadera.
4 movimientos de hombro.
10 Sutemis.
3 movimientos de brazo.
9 inmovilizaciones.
6 posiciones de Armlock.
12 estrangulaciones.
Movimiento a la izquierda.
Contras.
Combinaciones.
Nage No Kata.
LUCHAS ORIENTALES 139

CINTURÓN NEGRO:
7 movimientos de pierna 1." O-soto-gari.
2." De-ashi-harai.
3.° Hiza-guruma.
4." Ko-soto-gake.
5.° O-uchi-gari.
0
б. Ko-uchi-gari.
7." Okuri-ashi-harai.
10 movimientos de cadera l.° Uki-goshi.
2." Kubi-nage.
3.o Tsuri-goshi.
4.o Koshi-guruma.
5." Harai-goshi.
6.o Hane-goshi.
7." Ushiro-goshi.
8." Tsuri-komogoshi.
9.° Utsuri-goshi.
10.° Uchi-mata.
4 movimientos de hombro Í.o Ippon-seoe-nage.
2." Morote-seoe-nage.
3.° Kata-guruma.
4.° Ippon-seoe-otoshi.
3 movimientos de brazo Í.o Tai-otoshi.
2." Uki-otoshi.
3.» Hizi-otoshi.
10 Sutemis Í.o Tomoe-nage.
2:> Koyo-tomoe.
3.» Maki-tomoe.
4.° Makkomi.
0
б. Yoko-gake.
6.0 Toni-otoshi.
7.o Sumi-gaeshi.
8.o Uki-waza.
9." Kan-basami.
10." Yoko-otoshi.
9 inmovilizaciones Í.o Hon-gesha-gatame.
2.» Kata-gatame.
3.° Kami-shio-gatame.
4.° Kuzure-kami-shlo-gatame
5.» Ushiro-gesha-gatame.
6/' Yoko-shio-gatame.
7.° Mune-gatame.
8." Tate-shio-gatame.
9.° Kuzure-gesa-gatame.
140 LA LUCHA

12 estrangulaciones I.» Kata-juji-jime.


2.° Giaku-juji-jime.
3.° Yoko-juji-jime.
4.° Hadaka-jime.
5.° Okuri-eri-jime.
6.° Kata-ha-jime.
7.o Hadaka-ha-jime.
8.o Ebi-garami.
9.o Tomoe-jime.
lo.0 Eri-jime.
ll.o Kensui-jime.
12.o Kata-jime.
Luxaciones de brazo:
Primera posición . 1.a Ude-hishigl-juji-gatame.
2.aa Ude-garani.
3. Ude-hishigl.
4.a Yoko-hiza-gatame.
Segunda posición. 1.a Kami-ude-hishigi-juji-
gatame.
2.aa Yoko-ude-hishigi.
3. Kami-hiza-gatami.
Tercera posición l. a -3. a Uda-hishigi-kenkawaza.
2.aa-3.a Giaku-juji.
3. Shimi-garami.
4.a Hiza-gatame (dos formas).
Cuarta posición l.a-4.a Hara-gatame.
2.aa-4.aa Ashi-gatame.
3.a-4. Ude-garami-kenkawaza.
4. Oten-gatame.
Quinta posición . l. a -5. a Kesa-garami.
2.a-5.a Kuzure-kami-shiho-
garami.
3.aa-5.aa Giaku-kara-garami.
4. -5. Mune-garami.
Sexta posición 1.aa Giaku-tekubi.
2.a Hizi-makkomi.
3.a Kuzure-hizi-makkomi.
4. Kannuki-gatame.
5.a Ude-hishigi-hiza-gatame,
LUCHAS ORIENTALES 141

ENTRENAMIENTOS

Al decir «entrenamientos» no crea, estimado lector, que


voy a dedicarme a explicar uno por uno cuantos movimien-
tos existen en judo; esta no es una clase de judo sino sim-
plemente la puerta de entrada al judo, la introducción al
judo para todo principiante o el manual para el veterano.
Además, los libros nunca han sustituido a la práctica, el
libro debe ser siempre el orientador, el guía, el informador
teórico, pero nunca el judoka rival que en sus manos ha-
rá de contrincante.
Paso por tanto a exponer las directrices de lo que de-
berá ser vuestra preparación de judo, estad seguros que si
de verdad aprendéis cuanto os digo en estas páginas te-
néis ya un buen camino recorrido, pero el que os falta sólo
sobre el tatami podréis aprenderlo. En este deporte, lo im-
portante son «las horas de vuelo» (valga la frase) para
llegar a ser una figura, porque por mucho que yo os diga
sobre el Uki Otoshi, Maki Tomoe o Hiza Guruma nunca
lo haríais perfectamente mientras no lo practicaseis.
Este libro, como todos los que se han escrito y se escri-
ban en el futuro sobre deportes de lucha, servirá para
prepararos teóricamente. La parte práctica, es decir las
caídas, las presas, etc., sólo la asimilaréis sobre el esce-
nario del combate, se llame ring, tapiz o tatami.
El judo, como deporte que es, necesita una gimnasia
previa, unos ejercicios que os pondrán en plena forma
para la hora del combate. Mucha atención. Nada de pesas
ni ejercicios violentos cuando se aproxime un combate, aquí
es necesaria una flexibilidad total; por lo tanto, poleas li-
geras y ejercicios de cintura.
Lagartijas en el suelo, o sea manos abiertas apoyadas
en el suelo, con separación de los hombros, el cuerpo rí-
gido, flexionar una y otra vez hasta diez, y así tres o cua-
tro series descansando poco tiempo entre ellas.
Un ejercicio muy importante consiste en arrodillarse en
142 LA LUCHA

el tatami y, con las manos al frente, ir inclinándose hacia


atrás lentamente hasta tocar con la cabeza el tatami.
Los ejercicios de caídas, hacia delante, hacia atrás y
hacia el costado, hay que realizarlos perfectamente.
1." Hacia delante: consiste en formar un círculo con
el cuerpo. Adelantar la pierna derecha semiflexionada y
la mano del mismo lado apoyarla con los dedos juntos
hacia adentro. Inclinarse poco a poco, doblados por la
cintura. El mismo cuerpo tenderá a caerse hacia delante.
La colocación de la palma de la mano hacia dentro es
simplemente para no romperse la muñeca. Al principio,
debe hacerse lo más lentamente posible, con el tiempo irá
saliendo mucho más rápido.
2.° Caída hacia atrás: Retrasando un poco el pie iz-
quierdo, las manos hacia delante, doblaros por la cintura
y rodillas, pero como el impulso lo lleváis hacia atrás, el
cuerpo caerá en la misma dirección.
3.° Caída de costado: Adelantar pierna y brazo dere-
cho y rápidamente «golpear» con ese brazo derecho el
tatami.
Para prepararse para las caídas violentas de frente,
arrojaros a la lona con el cuerpo bien estirado; al caer hay
que abrir los brazos. Retener la respiración en ese mo-
mento.
El mejor sistema de entrenamiento habitual, me refiero
a temporadas en que no hay competiciones próximas, pue-
de ser el siguiente:
A. Ejercicios de calentamiento: saltos, cuerda, flexio-
nes de cintura.
B. Poleas (ligeras, sólo unos minutos)
С Entrenamiento de cintura y abdominales: tabla
completa (consultar lucha grecorromana).
D Ejercicios de pesas: cargar fuerte la barra, pero
efectuar pocas repeticiones (ocho aproximadamente) y
tres series, con pequeños intervalos de descanso entre ellas.
Cuando sean vísperas, eliminar todo peso y semejantes.
Reducir al mínimo los ejercicios para consagrarse al ta-
LUCHAS ORIENTALES 143
tami, con ello lograréis la ansiada victoria. Esta prepa-
ración no es más que un complemento, pero la repetición de
las llaves será la que os dé esa victoria.
El «footing» al aire libre será muy beneficioso y si po-
déis realizar unos kilómetros en bicicleta (sin forzar), le-
vantar peso muerto, o incluso un poco de remo os será muy
beneficioso.
No olvidar nunca que son los ríñones más que ninguna
otra parte del cuerpo lo que debéis cuidar más. Un ju-
doka con una débil cintura nunca llegará muy lejos.

FIG. A-l
144 LA LUCHA

FIG. A-3
FIGS. A-l, 2 y 3. Con la cabeza sobre el tatami o tapiz ir doblando el
cuerpo hasta que deis la vuelta. Hacerlo lentamente para corregir los defec-
tos en la caída. Sirve para adquirir una gran flexibilidad en la cintura.

FIG. B-l
Flexiones con los brazos bastante abiertos (a la altura de los hombros
aproximadamente). Fortalece el pecho, hombros y brazos. Inspirar al aga-
charse y espirar al subir.

FIG. C-l
Acostumbrarse a levantarse desde esa posición, lo que ayudará a fortale-
cer el cuello. Constantemente queda el judoka en esta comprometida postura,
de la que saldrá derrotado si su agilidad y técnica no son muy depuradas.
Foto de gran valor histórico por
cuanto representa para el j u d o español.
R a k u , quien en el a ñ o 1908 trajo el
judo a nuestro pais. Obsérvese su cu-
riosa indumentaria.
Sato, 5.0 D e n , foto de
la izquierda, e I s a m u Is-
hii, 5.0 D a n , foto de la
derecha, campeones uni-
versitarios del J a r o n , eje-
cutando una llave con
perfección absoluta.
Isamu Ishii, del Japón, y Roux, de Francia,
demostrando cómo se ejecuta una estrangulación.
иЛ
...... ,.,- . * \
;
';Г-—^'*^—1 W j

1
1^ ЩГ
J
1

1
iuái Jbdf**4L

Sutemi о sacrificio. Se necesita un g r a n conocimiento del judo p a r a


realizar este ejercicio con éxito, ya que, como su nombre indica, sa-
crificamos nuestro propio equilibrio para desequilibrar al contrario,
por lo q u e el menor error supondría nuestra propia derrota.
LUCHAS ORIENTALES 145

Fio. D - l

Fie. D-2

Situados sobre el t a t a m i en la posición D - l ir Inclinándose h a c i a atrás


h a s t a tocar con la cabeza el tapiz. Fortalece enormemente riñones y cintura
en general.

10
146 LA LUCHA

FIG. E-l

FIG. E-2
E-I es la posición inicial al dar la voltereta. Obsérvese que la mano de-
recha tiene la palma hacia dentro; es para evitar una rotura de muñeca.
Ir doblando el cuerpo hasta que por el propio peso gire. Hacerlo hasta can-
saros. Es fundamental este ejercicio, sin el cual nunca se sabrán realizar con
perfección muchas caídas.
LUCHAS ORIENTALES

Fio. F-l

FIO. F-2
Puestos en pie en la posición F-l, caeros de espaldas para quedar en la
posición F-2. Obsérvese que el pie derecho está más adelantado que el iz-
quierdo.
148 LA LUCHA

Fia. G-l

Fia. G-2
Caída de costado. Al tocar la lona se golpea fuertemente ésta сор la mano
del lado sobre el que se cae.
LUCHAS ORIENTALES 149

FIG. H-l

FIG. H-2
Caída de frente. Puestos sobre el tatami en la posición H-l caerse de fren-
te. No doblar las rodillas ni los brazos para parar el golpe, ya que sólo se
conseguiría con ello una grave lesión. En judo no existe nada rígido, duro,
sino todo ¡o contrario; agilidad y flexibilidad.
150 LA LUCHA

INMOVILIZICIONES

Es vital para un judoka saber realizar perfectamente


las inmovilizaciones, ya que con cualquiera de ellas puede
ganar el combate. Consiste en coger al adversario de for-
ma que no pueda zafarse al tenerle detenidos los puntos
vitales.
Las principales son:
A. Caído el contrario de espaldas en el tatami, el otro
judoka se apoya de costado en el adversario mientras con
el brazo derecho le rodea el cuello. El judoka en el suelo
intentará moverse, pero su contrincante, haciendo fuer-
za con sus piernas sobre el contrario y sin soltarle el cue-
llo, le inmovilizará.
B. El rival está sobre el tatami. Su contrincante se
colocará tras su cabeza y, arrodillado, «abrazará» con sus
manos el cuerpo del otro judoka a la altura de la cintura
pegándose a su cuerpo.
C. Igual que la anterior, pero desde un costado y pa-
sando un brazo por entre las piernas del adversario. Abra-
zar fuertemente el cuerpo del contrario para impedirle
zafarse.
D. Existen variantes de todas éstas pero se fundan
en la misma base. Lo principal es unirse fuertemente al
cuerpo del judoka que está en el suelo y sujetarle bien
con la espalda sobre el tatami; así, cualquier intento de
zafarse le será imposible.

ESTRANGULACIONES

Consisten en hacer perder el conocimiento al adversario


por estrangulamiento, bien sea éste respiratorio, nervioso
o sanguíneo.
La base es oprimir con todas nuestras fuerzas el cue-
llo del adversario, con los brazos o con las piernas, logran-
do el desvanecimiento de éste.
LUCHAS ORIENTALES 151

La más usual consiste en entrecruzar ambos lados del


judogui, о sea cogiendo su parte derecha con nuestra ma­
no derecha su parte izquierda con nuestra mano izquier­
da. Al cruzarlas, quedará «estrangulado» materialmente.

LANZAMIENTOS

Consiste en que, a consecuencia de nuestro ataque, el


adversario caiga de espaldas al suelo y quede derrotado.
Sería larguísimo explicar uno a uno cuantos lanza-
mientos existen en el judo, pero sí en cambio hay que des-
tacar la base fundamental sobre la que se apoya todo el
judo. No olvidemos que la fuerza no se vence con la fuerza
propia, sino sabiendo aprovechar la del adversario o ata-
cante. Esto, junto con el desequilibrio, o sea, la pérdida de
la base de sustentación de su cuerpo, darán el resultado
apetecido.
Una persona se apoya sobre sus dos pies, éstos deben
estar semiabiertos para repartir su peso por igual sobre
ambos y avanzará o retrasará uno de ellos cuando su equi-
librio lo necesite, pero nosotros debemos desequilibrarle
atacando la parte que no tenga apoyo. Si él adelanta un
pie, nosotros golpearemos ese pie a la altura del tobillo,
mientras le empujamos o proyectamos sobre ese lado; el
atacado no podrá entonces utilizar ese pie, por lo que
caerá irremediablemente al suelo.
Se puede colocar uno de nuestros pies entre los del ata-
cante, enganchando su pie desequilibrado, siempre coor-
dinando el movimiento de nuestro pie con el de nuestras
manos que, fuertemente sujetas al judogui del adversario,
le proyectarán sobre el mismo lado. Siempre debe lanzarse
al adversario sobre la parte que haya perdido la base de
sustentación, o sea, el equilibrio.
152 LA LUCHA

SUTEMIS

Caso distinto son los sutemis o sacrificios en los que,


como su nombre indica, sacrificamos nuestro propio equi-
librio para que lo pierda el contrincante. Siempre aprove-
chando el impulso del contrario, hay que hacerle perder
el equilibrio, proyectándolo sobre nosotros mismos, de for-
ma que, aun perdiendo el equilibrio ambos, nuestro rival
será quien quede en posición comprometida.
Por ejemplo, si él nos ataca, sujetándole bien por los
hombros nos arrojamos de espaldas al suelo, y el contrin-
cante nos seguirá. Cuando nosotros estemos ya de espal-
das en el suelo, aprovechando nuestro propio impulso, co-
locaremos nuestro pie derecho sobre la cintura del adver-
sario que saldrá despedido por su propia fuerza y caerá
también de espaldas sobre el suelo. Nosotros seguimos aga-
rrados a él; por lo tanto, siguiendo el arco que describimos
quedaremos encima.

LLAVES

Pueden ser de tres clases: Armlocks o llaves de brazo;


Necklocks o llaves de cuello, y Leglocks o llaves de pierna.
Las llaves de brazo consisten en inmovilizar el brazo
del contrario. Ello se puede conseguir de diversas formas,
no olvidando nunca que, o bien se le inmoviliza estando en
pie al colocarle el brazo rígido sujetándoselo a la altura
del tríceps, es decir por la parte de atrás, con lo que el
menor esfuerzo por nuestra parte supondría su rotura, o
bien se le retiene en el suelo, al hacerle una inmovilización
sujetándole fuertemente con el nuestro para que no pueda
zafarse.
Las llaves de cuello, por entrañar grave peligro para
el que la sufre, sólo deben ser aprendidas por judokas ya
diestros en este arte. Consisten en oprimir el cuello del
adversario contra nuestro cuerpo para inmovilizarle me-
LUCHAS ORIENTALES 153

diante nuestra presión sobre la carótida, lo que provoca el


desvanecimiento.
Las llaves de pierna o leglocks, consisten en hacer
abandonar al adversario.
Aprisionada su pierna, o ambas, bajo nuestras axilas,
la presión provoca un fuerte dolor que le obliga al abando-
no. El menor movimiento brusco provocaría una luxación.

PRINCIPALES PRESAS EN EL JUDO

О soto garl Hiza guruma


154 LA LUCHA

Vi

Uki goshi

Tai otoshl
LUCHAS ORIENTALES 155
156 LA LUCHA

Uchi m a t a

Mochiegi otoshi
LUCHAS ORIENTALES 157

Tomoe nage

Maki tomoe
158 LA LUCHA

Soto maki komi

Toko otoshi
LUCHAS ORIENTALES 159

2. EL SUMO
Sus orígenes se remontan probablemente al siglo x. Las
innumerables leyendas que sobre el sumo existen nos ha-
blan más de sus invencibles héroes que de sus orígenes
nada concretos.
Ya en el siglo x parece ser que existió Hajikami, el cual,
según la leyenda, nunca fue vencido.
En el siglo xvi Akashi Shiganosuke fue el primer cam-
peón oficial de este duro deporte. Parece ser que pesaba
nada menos que 180 kilos.
Pero el más fuerte de todos vendría años después, al-
rededor de 1749. Se llamaba Tanizake Kajinosuke, que sig-
nifica «el viento del valle», y luchó durante ocho años lo-
grando 183 victorias, 25 combates nulos y 12 derrotas en
los 220 combates que disputó. Además, logró establecer el
récord de 66 victorias consecutivas, récord que, según pa-
rece, no pudo ser superado hasta el año 1943 por Fuía-
bayana.
Parece ser que pesaba 155 kilos y medía 1'87 metros,
dándose el caso curioso de morir el año 1795 de gripe,
enfermedad muy peligrosa en aquel tiempo.
El sumo es, en realidad, «una lucha de gigantes» por-
que tales son los que la practican, enormes seres de 160 ki-
logramos en adelante y que miden más de Г90 metros de
estatura.
Pero el que se presenten ante el público con sus volu-
minosos vientres no quiere decir que siempre hayan sido
así. En un principio, se adiestran en la técnica y las prác-
ticas de velocidad y su peso es muy inferior, pero luego,
cuando tengan ya la agilidad necesaria, gracias a una so-
brealimentación que pone a prueba a los mejores estóma-
gos, a base principalmente de sopa de pescado y de cer-
veza, adquirirán ese enorme peso.
El arbitro lleva el clásico quimono. Los contendientes se
presentan ante el público ccn un cinturón-pantalón con
las plumas de gallo,
160 LA LUCHA

Todo consiste en lograr que su rival salga de un círculo


de dos metros de diámetro dentro del cual están los dos
«sumotoris».
Después de saludarse, se retiran a sus respectivos rin-
cones y practican un rito rarísimo. Toman un poco de sal
para poder conciliarse con los dioses, y la lanzan al «ring».
Y así varias veces.
A continuación, se lanzan el uno contra el otro y co-
mienzan a golpearse el cráneo. Se aprisionan por la cin-
tura y tratan mutuamente de lanzar a su rival fuera del
círculo.
Odachi, el sumotori más gordo de estos tiempos, pesaba
casi 200 kilos y medía Г92 metros.
Los actuales campeones de esta modalidad de la lucha,
a la que tan aficionados son los japoneses, son en la ac­
tualidad Chiyonoyama, Wakanohana, Asashio y Tochi-
nisiki.

¿EXISTEN OTRAS LUCHAS?


¿Cuántas? ¡Quién lo sabe! Las principales están fede-
radas; otras, aunque no lo estén, son lo suficientemente
conocidas como para poder hablar de ellas, aunque tan
sólo sea de pasada; pero algunas apenas pasan las fron-
teras de una región, de un núcleo urbano, quizá sólo de un
pueblo. Por ello es casi imposible poder citarlas todas.
Antiguamente existía entre los vascos una lucha de la
cual apenas existen documentos que sepan definirla cla-
ramente.
En Francia hay una lucha, la Savate; en Suiza la ya
citada «du calecon» o del calzón corto; la India tiene una
lucha terriblemente vigorosa; en el Japón existen varias;
en China hay una llamada Tchuen-Sou; en fin, sería in-
terminable la lista y casi nulas las enseñanzas que saca-
ríamos de ellas, porque las más importantes, o por lo me-
nos las más en boga en la actualidad, ya han sido citadas
y no quiero cansar al estimado lector con nombres que
nada o casi nada le dirían.
Momento histórico para el judo europeo. Geesink, del equipo holandés,
acaba de proclamarse campeón del mundo, ante el asombro general. El Japón
acaba de perder el cetro mundial por vez primera en su historia, un título
que los japoneses consideraban como algo exclusivo suyo. El formidable
Geesink —en la actualidad 6.0 Dan— ha visto hecho realidad el sueño que
tantos años de sacrificios y de privaciones le ha costado.
Un luchador de Sumo dispuesto para
la lucha. Es de destacar su curiosa
indumentaria, destinada, según parece,
a atemorizar a su contrincante.

(Foto procedente de la
revista JUDOj
5

DEFENSA PERSONAL

EL ARTE DE DEFENDERSE
La defensa personal se basa en unos principios fun-
damentales que no se pueden interpretar liberalmente
sino que hay que someterse a ellos estrictamente. Así, cuan-
do nos encontremos ante un «enemigo» no debemos gol-
pear a ciegas sin mirar cómo ni dónde, sino, muy al
contrario, conservar el control de nuestros nervios y «estu-
diar», a medida que la pelea se desarrolla, el punto clave
de nuestro próximo golpe. El atolondrado y el nervioso
poco pueden hacer en defensa personal si no saben domi-
nar sus nervios, y para eso está la labor del gimnasio,
donde con el tiempo y la experiencia se irán corrigiendo
defectos.
Ante todo hay que saber cuáles son esos «puntos»; unos
son mortales, un golpe contundente en ellos provocará la
muerte instantánea, otros desvanecerán momentáneamen-
te a quien los recibe, otros simplemente mermarán las fa-
cultades del atacante.
El buen luchador no es ni el fanfarrón que va haciendo
alarde ante sus conocidos de sus conocimientos de defensa
personal, ni el que se ensaña con su víctima. Ante todo
hay que devolver el ataque que nos han hecho o pretendido
hacer, pero nunca vengarse y recrearse con la víctima.
Si, por ejemplo, un hombre pretende robarnos la car-
tera, bastará con que le apliquemos un certero golpe en
el brazo para que pierda las ganas de llevarse nuestra
cartera. Y si quiere darnos una patada, pongo por ejemplo,
и
162 LA LUCHA

será suficiente un adecuado golpe con la p u n t a de los de-


dos en el estómago p a r a que el dolor le h a g a retorcerse
en el suelo.
Estos ejemplos, como tantos otros que se podrían expo-
ner, demuestran la superioridad de quien sabe defensa
personal sobre las demás personas.
Un consejo importantísimo antes de seguir adelante. Si
alguna vez os encontráis en la necesidad de utilizar vues-
tros conocimientos de defensa personal, actuad con extre-
ma precaución, ya que un deseo exagerado de venganza
ante la agresión leve que os h a n hecho, o un enfado pasa-
jero ante u n a broma un poco pesada que os hayan gas-
tado, puede terminar fatalmente al golpear a vuestro
«contrincante» con un poco más de fuerza de la debida
o errar unos milímetros el lugar del golpe, y pasar con
ello de un golpe doloroso de castigo, como era vuestra i n -
tención, a un golpe mortal con sus terribles consecuencias.
Control, absoluto control de vuestros movimientos, lo demás
— venganza, excitación, apasionamiento, etc. — no os t r a e -
rán más que disgustos.

PUNTOS SENSIBLES DEL CUERPO


PUNTOS SENSIBLES DE LA CABEZA (ver figura 1):
De frente:
Cúspide o cumbre de la nariz (1).
Base de la nariz (2).
Mentón (3).
Nuez de Adán (4).
Tráquea (5).
Ojos (6).
De lado:
Sien (7).
Parte anterior del lóbulo de la oreja (8).
Mejilla (9).
Mandíbula inferior (10).
Carótida (ID.
Detrás (ver figura 3):
Base del cerebelo (12).
Ligamentos del esternocleidomastoideo (13).
Ligamentos del trapecio (14).
DEFENSA PERSONAL

PUNTOS SENSIBLES DE LOS BRAZOS (ver figuras 2 y 3):


Antebrazo:
Nervio radial (15).
Muñeca:
Nervio medio (16).
Manos:
Ligamentos interóseos dorsales (17).

FlG. 1

PUNTOS SENSIBLES DEL CUERPO (ver figuras 2 y 3):


De frente:
Clavículas (18).
Axilas (19).
Corazón (20).
Plexo solar (21).
Pliegues inguinales (22).
Testículos (23).
De espalda:
Quinta vértebra dorsal (24).
Séptima vértebra dorsal (25).
Primera vértebra lumbar (26).
Ríñones (27).
Cuarta vértebra lumbar (28).
Bordes laterales del sacro (29).
De costado:
En la «falsa costilla» (30).
Nervios internos del brazo hasta el epitrócleo (31).
164 LA LUCHA

PUNTOS SENSIBLES DE LAS PIERNAS (ver figuras 2 y 3):


De frente:
Tendón rotuliano (32).
Base de los dedos de los pies (33).

Fia. 2 FIG. 3

De costado:
Cara interior de la tibia (34).
Tobillo (35).
Detrás:
Hueco poplíteo en la rodilla (36).
Base de la pantorrilla (37).
Tendón de Aquiles (38).
DEFENSA PERSONAL 165

COMO APLICAR LA DEFENSA PERSONAL


Cuando os encontréis en el inevitable trance de utilizar
vuestros conocimientos de defensa personal debéis tener
presentes unos cuantos detalles que deben quedar bien cla-
ros antes de seguir adelante.
1.° Cuando os encontréis ante el ya inevitable ataque
de vuestro adversario, no pretendáis recordar ni repasar
cuanto habéis aprendido hasta la fecha sobre defensa per-
sonal, ni queráis aplicarlo todo a la vez en una sola llave
que en ese momento os parece haber «inventado». En esta
vida no todo consiste en saber muchas cosas, sino en tener
ideas claras de las que se sepan. Unos conceptos claros
sobre el modo de actuar os serán más útiles en ese mo-
mento que el haber leído toda la bibliografía existente so-
bre defensa personal.
2.° Manteneros un poco inclinados hacia delante, las
manos tensas, como dispuestas al ataque. Agachad un poco
la cara para evitar sorpresas desagradables que puedan
causar vuestra derrota.
3.° Conservad la serenidad, nada de atacar a ciegas,
actuad más bien lentamente, pero dominando vosotros el
curso del combate. Demostrad serenidad ante el nerviosis-
mo del contrario.
4.° Hasta el último momento debéis evitar la pelea,
pero una vez sea imposible evitarla, actuad sin contempla-
ciones, sin titubeos, no olvidando que vuestras indecisio-
nes serán aprovechadas por vuestro enemigo.
5.° Vuestros golpes deben ser de «acero». Nada de blan-
denguerías, como si os diera pena golpear a vuestro rival;
golpes secos, con todas vuestras fuerzas en cada uno de
ellos. Un solo golpe bien aplicado en su lugar exacto y con
toda vuestra energía, hará más daño que diez dados con
titubeos.
6.° La boca siempre cerrada, respirar por la nariz Un
golpe en vuestro mentón podría cortaros la lengua si tu-
vieseis la boca abierta en ese momento.
166 LA LUCHA

7.° Las piernas un poco abiertas, ello os proporcionará


un punto de apoyo mucho más sólido. Si uno de vuestros
pies está mal situado, caeréis al suelo como una pluma.
8.° Por último, poned toda vuestra atención en lo que
estáis haciendo, sin distraeros ni retirar jamás la vista de
vuestro contrincante.

D E F E N S A CONTRA LOS ATAQUES DE FRENTE

A-l. El adversario intenta estrangularnos.


Nos agarraremos fuertemente a sus ropas a la altura de
sus hombros, dando un salto y colocando los pies en sus
muslos. Por nuestro propio peso, el atacante caerá hacia
nosotros. Nos mantendremos en dicha postura y él rodará
por encima nuestro hasta caer de cara contra el suelo.

A-l
DEFENSA P E R S O N A L 167
A-2. El adversario intenta estrangularnos con una sola
mano.
Con nuestra mano del mismo lado que la suya que nos
sujeta agarraremos su muñeca mientras con la otra apre-
tamos su hombro de forma que él sienta un dolor muy
fuerte, a la vez que en cualquier momento podemos rom-
per su brazo al hacer palanca.

A-3. El adversario nos estrangula con las dos manos.


Coger sus dedos meñiques y separárselos lentamente,
tendrá que soltar sin remedio.
LA LUCHA

A-4. El adversario apoya su mano (es indiferente la


que sea) sobre nuestro pecho (para empujarnos, para dar-
nos un golpe con la otra, etc.).
DEFENSA PERSONAL 169

Con las dos manos oprimiremos la suya contra nuestro


pecho, mientras inclinamos el cuerpo ligeramente hacia
delante; su mano se verá doblada por la muñeca teniendo
que soltar si no quiere verla partida.

A-5. El adversario intenta ahogarnos apretando con


todas sus fuerzas nuestra cintura.
Con las dos manos le doblaremos la cabeza al máximo
hacia un lado (una mano se deberá apoyar detrás de su
cabeza mientras la otra se coloca delante de forma que le
tape nariz y boca). Al sentirse asfixiado soltará.

D E F E N S A CONTRA LOS ATAQUES DE COSTADO

B-l. El adversario intenta estrangularnos de lado con


sus dos brazos.
Nos colocaremos muy cerca de él, mientras abrimos
nuestras piernas de forma que, una vez bien colocados, le
«abracemos» con una mano por su cintura y le empujemos
hacia nosotros, con lo que perderá el equilibrio.
170 LA LUCHA

B-l

Б-2 B-3
DEFENSA PERSONAL 171
B-2. El adversario nos «abraza» para ahogarnos bajo
su axila.
Se le coge la mano que nos abraza y la hacemos girar
hasta que abra su brazo y nos zafemos de la presa.
B-3. Igual que la anterior, pero suponiendo que la ma-
no que nos aprieta esté sujeta por su otra mano.
Difícilmente se podría aplicar la anterior. Entonces, con
la mano que esté junto a su cuerpo le taparemos la cara,
mientras abrimos un poco nuestras piernas para afirmar-
nos en el suelo, y con la otra mano le agarraremos por la
pierna, con lo que le levantaremos.
172 LA LUCHA

DEFENSA CONTRA LOS ATAQUES POR DETRÁS

C-l. El adversario intenta estrangulamos con sus dos


manos desde atrás.
Con nuestras manos le cogeremos sus dedos meñiques y
se los abriremos hasta que suelte.

C-2. El adversario nos estrangula por detrás y al que-


rer soltarnos de su presa se agarra fuertemente a nosotros
para que no nos movamos.
Sujetarle sus brazos e inclinarnos hacia delante para
que caiga al suelo por delante nuestro.
C-3. El adversario nos agarra desde atrás, pasando sus
manos por debajo de nuestros hombros y cogiéndonos por
el cuello.
DEFENSA PERSONAL 173

Pasaremos nuestras piernas detrás de su cuerpo, con lo


que quedará a merced nuestra, y cogiéndole por los muslos
caerá sentado en el suelo.
174 LA LUCHA

C-4. El adversario nos agarra por las ropas para no


dejarnos marchar.
Una de las piernas del atacante estará más adelantada
que la otra; con nuestra pierna del mismo lado le daremos
materialmente «una coz» en su rodilla, un solo golpe seco.

DEFENSA LUCHANDO EN EL SUELO

D-l. En el supuesto de que el adversario nos haya


derribado intentará ahogarnos con sus manos en nues-
tro cuello.
Doblar las piernas para colocarlas en su cintura y hacer
toda la fuerza posible para separaros de él.

D-l

D-2. Caídos en el suelo, os está ahogando.


Colocarle vuestros dedos en sus ojos. En cuanto los sien-
ta soltará. Puede ocurrir que, por cualquier motivo, no
podáis acercarlos a sus ojos; entonces, con la punta de los
dedos bien juntos, darle un golpe en la tráquea que le de-
jará sin respiración.
DEFENSA P E R S O N A L 175

D2

D-3. Esta vez os tiene cogido, pero desde atrás, por lo


que apenas si le veis.
Cogeros a sus muñecas y doblar las piernas hasta suje-
tarle por el cuello. Si vuestro atacante pesa poco caerá de
cabeza al suelo por encima vuestro, pero si es más corpu-
lento que vosotros cruzad los pies para asfixiarle con la
presión de vuestras piernas sobre su cuello.
176 LA LUCHA

D-3

DEFENSA CONTRA GOLPES

E-l. El adversario nos va a dar una patada.


Coger su pie y doblárselo hacia el lado que lleva el im-
pulso. Perderá el equilibrio.
DEFENSA PERSONAL 177

E-2. El adversario pretende darnos un rodillazo en el


vientre.
Cogerle la pierna y levantársela, mientras le empujamos
con la otra mano hacia atrás. Caerá de espaldas.

E-2

E-3. El adversario nos va a empujar.


Cogerle la cabeza y agachársela para que choque con
nuestra pierna que ya habremos levantado un poco. De
su nariz manará abundante sangre.
E-4. El adversario está ante nosotros ofendiéndonos.
Acercaros lo más disimuladamente posible a él y, aga-
chando un poco la cabeza, cogerle la suya por detrás para
que su nariz choque contra nuestra frente.
E-5. El adversario nos coge por el pelo.
Agarrad su mano y doblársela hasta que suelte.
12
178 LA LUCHA

E-6. E! adversario nos va a dar un puñetazo.


Mantenerse siempre a distancia para tener unas déci-
mas de segundo más para esquivarlo. Con un brazo se le
para el golpe desviándolo, mientras con el otro le golpea-
mos nosotros.

E-7. El adversario intenta golpearnos con un bastón.


Desviar el °:olpe, empujando la mano atacante hacia
nuestro lado. Mientras, tenemos tiempo para agarrárselo
con ambas manos y retorcérselo hasta que suelte el bastón.

E-8. El adversario nos quiere apuñalar.


En todas las situaciones en que nuestro atacante lleve
arma blanca, lo más urgente es conseguir que suelte el
arma, ya que el menor rasguño puede suponer nuestra de-
rrota si nos ha alcanzado en algún punto vital. Por eso,
toda nuestra atención estará centrada en el arma —sea
cuchillo, navaja, puñal, etc.— y en el momento de atacar-
nos agarraremos con ambas manos su muñeca y la retor-
ceremos para que suelte el arma. Luego, se aplicará cual-
quiera de las llaves ya explicadas, según la posición en que
quede.
DEFENSA PERSONAL 179

DEFENSA CONTRA ARMAS DE FUEGO

F-l. Aquí se ha de generalizar. A un atacante con


arma de fuego, al igual que antes con los de arma blanca,
lo más urgente es quitarle el arma, luego ya vendrá lo de-
más. Por lo tanto, no se puede actuar con la despreocupa-

F-l

ción de quien es atacado por una persona desarmada.


Tanto si quedamos de frente o de espaldas a él, esta-
remos pendientes de sus movimientos y en cuanto llegue el
momento oportuno desviaremos el arma de nuestro cuerpo
con un brazo, para que el disparo no nos alcance. Luego
se le da un golpe, en la tráquea o en la nuca, según se pue-
da lo uno o lo otro, para atontarlo (si el golpe en la nuca
es demasiado fuerte, se le mata en el acto).
180 LA LUCHA

DEFENSA CONTRA ANIMALES

G-l. El atacante más corriente es el perro, pero se pue-


den dar también casos con otros animales. Tampoco es
cuestión de explicar la defensa contra un león ni contra

G-l
DEFENSA PERSONAL 181
un elefante, por eso voy a explicar la defensa contra los
animales más corrientes.
Si un animal nos muerde (o intenta mordernos) le gol-
pearemos violentamente en el hocico.
Si nos encontramos en el suelo, se le deberá sujetar el
hocico (precaución indispensable, ya que su mordisco será
el que nos inocule la rabia u otras enfermedades) y con
nuestras piernas sobre el centro de su cuerpo se le hace la
«tijera» a estilo catch, que anteriormente he explicado al
hablar de defensa contra un atacante estando en el suelo.
Al apretar nuestras piernas, el animal se sentirá semi-
asfixiado y soltará.

RETENCIÓN DE PERSONAS

H-l. Ahora el caso es distinto. Se trata de la persona


a quien hemos apresado y queremos retener, pero ésta sé
resiste y pretende escaparse. Entre dos tenemos sujetado a

H-l
182 LA LUCHA

un individuo y éste quiere soltarse. Le cogemos cada uno


por una mano, se las separamos, y sujetándonos los dos
amigos por nuestros brazos (como si fuéramos del brazo),
colocamos los brazos del agresor sobre nuestros hombros
y se los inclinamos hacia abajo procurando que estén ex-
tendidos con las palmas hacia arriba.

H-2. Estamos solos. Se quiere escapar. Le cogemos la


mano, se la doblamos y la colocamos en su espalda. Se le
retuerce la palma de la mano. No podrá moverse.

H-3. Si por un descuido el detenido intenta huir y para


ello recurre a golpearnos.
Entonces le cogeremos la mano con la que intenta gol-
pearnos y la pasaremos por encima de nuestro hombro y
con Та palma de su mano hacia arriba le doblaremos el
brazo hacia abajo, con lo que no podrá moverse o de lo con-
trario él mismo rompería su brazo.
DEFENSA PERSONAL

H-4. Cuando no queda otra solución que reducirlo apre-


tándole las manos en la espalda para que no intente nada.
Se le doblará el brazo por el codo, levantándolo a conti-
nuación y pegándoselo a su espalda. (Es el sistema más
usado por la policía.)
ÍNDICE

PREFACIO DEL AUTOR

DEPORTES DE COMBATE: JUDO, CATCH, DEFENSA PERSONAL, ETC.

1. LUCHA GRECORROMANA
A) CONSIDERACIONES GENERALES, 11. — Historia de la
lucha, 11. — Hombres fuertes del mundo, 13. —
El luchador «nace», pero también «se hace», 15.
Verdades y mentiras, 17.
B) ELEMENTOS NECESARIOS PARA PRACTICAR LA LUCHA, 19.
Pesos o categorías, 22. — Estatutos de la Federa-
ción Española de Lucha (Extracto), 23. — R e -
glamento Internacional de Lucha Grecorromana
(Extracto), 25. — Vida del luchador, 29. — Vida
social, 29. — Vida deportiva, 34. — Trabajo, 36. —
Higiene y medicina, 37. — Alimentación y vita-
minas, 39.
O ENTRENAMIENTOS, TÉCNICA, TÁCTICA Y MASAJE, 49. —
Entrenamientos, 49. — P a r a el principiante, 51. —
P a r a el deportista en general, 56. — P a r a el lu-
chador exclusivamente, 59. — Horario aconsejable
en períodos de entrenamientos, 76. — Tácticas de
lucha, 81. — Mantenimiento y conservación, 83.
Horario aconsejable d u r a n t e el período de m a n -
tenimiento, 84. — Horario p a r a víspera de com-
bate, 85. — Sobreentrenamiento, 85. — Masaje, 88.
2. LUCHA LIBRE
I. LUCHA LIBRE OLÍMPICA, 93.
II. LUCHA LIBRE PROFESIONAL, 95. — Un poco de h i s t o -
ria, 95. — Verdades y mentiras sobre el catch, 97.
Elementos necesarios para practicarlo, 100. —
Pesos, 100. — Vida del luchador de catch, 101. —
Entrenamientos, 103.
VARIEDADES TÍPICAS
1. Lucha canaria, 115. — 2. Lucha leonesa, 118. —
3. Lucha al aceite, 119. — 4. Lucha a la cuerda, 121. —
5. Lucha islandesa (Glima), 122.
LUCHAS ORIENTALES
DEPORTE, TÉCNICA Y ESTRATEGIA, 123.
1. EL JUDO, 125. — Un poco de historia, 125. — Quién
es Jigoro Kano, 126. — Elementos necesarios para
la práctica, 127. — Organismos del judo, 127. —
Extracto de las reglas internacionales de compe-
tición de la Unión Europea de Judo, 128. — Re-
glamento interno del Departamento Nacional de
Judo, 129. — Higiene, masaje y alimentación del
judoka, 129. — Los cinturones, 130. — Categorías
y pesos, 131. — Las técnicas en el judo, 131. —
Diccionario japonés-español, .132. — Vida del ju-
doka, 135. — Programa para los diversos cintu-
rones, 137. — Entrenamientos, 141. — Inmoviliza-
ciones, 150. — Estrangulaciones, 150. — Lanza-
mientos, 151. — Sutemis, 152. — Llaves, 152.
Principales presas en el judo, 153.
2. EL SUMO, 159. — ¿Existen otras luchas?, 160.
DEFENSA PERSONAL
EL ARTE DE DEFENDERSE, 161.
PUNTOS SENSIBLES DEL CUERPO, 162.
CÓMO APLICAR LA DEFENSA PERSONAL,165. — Defensa con-
tra los ataques de frente, 166. — Defensa contra los
ataques de costado, 169. — Defensa contra los ataques
por detrás, 172. — Defensa luchando en el suelo, 174.
Defensa contra golpes, 176. — Defensa contra armas
de fuego, 179. — Defensa contra animales, 180. —
Retención de personas, 181.
JMYríbarren

aucha
técnica deportiva
y arte defensivo

b—W

ш todos los tipos de


lucha, occidentales
y orientales:
adiestramiento
ypráctica
LA LUCHA

Todas las modalidades de la lucha, con


sus peculiaridades y su técnica se encuen-
tran en este libro que abarca desde la lucha
grecorromana tradicional y las más moder-
nas técnicas de lucha libre a las tácticas de-
fensivas basadas en las artes marciales acu-
muladas durante siglos en Extremo Oriente.
Constituye la obra de Yribarren de Acha
un manual práctico en el que los luchado-
res de cualquier modalidad podrán hallar
datos y orientaciones sumamente útiles para
la práctica de su deporte favorito, comen-
zando por la preparación atlética necesaria
para ponerse en debida forma hasta llegar
a la ejecución de las presas y golpes más
eficaces en lucha de exhibición, de concurse
o defensiva.
Centrado el interés del libro en los tipos
de lucha más conocidos y practicados, que
el autor explica en sus facetas fundamentales
de preparación, técnica y ejecución, se des-
criben también en la obra una serie de va-
riedades exóticas o poco conocidas de la
lucha, así como unas tablas de resultados
que sitúan al lector en el plano de estas
competiciones de habilidad y fuerza.
Colección Herakles
Técnicas Deportivas
1. Cómo jugar al hockey y su arbitraje,
por Gian Singh.
2. Los Campeones de tenis en acción, por
Louis T. Stanley.
3. La técnica del ciclismo, por Giuseppe
Ambrosini.
4. El baloncesto, por Forrest Anderson y
T. Micoleau.
5. Técnicas del atletismo, por J. P. Mor-
tensen y J. M. Cooper.
6. Técnica v espíritu del camping, por E.
Genovés Guillen.
7. La escalada en roca, por Agustín Faue.
8. La Natación, por M. Berlioux.
Historia y Anécdota
1. Deportes de invierno, por Alfonso Se-
galas.
2. Historia de los juegos olímpicos, por
Bill Henry.
3. Los ases del volante, por George
Monhkouse.
4. Motos en ruta, por G. S. Davison.
5. La conquista del aire y del espacio, por
Mario Lleget.
6. Las grandes regatas, por J% Peytel.
7. La conquista de las profundidades, por
A. Ribera y M. Lleget.
8. Los colosos del boxeo, por Nat Fiéis'
cher.
Caza y Vida de los Animales
1. La caza en el. bosque, por R. Villatte
des Prugnes.
2. Cacerías en la India y Ceilán, por Gor-
don Graham.
3. Grandes' cacerías en América, por
Townsend Wehelen.
4. Caza mayor en Asia y África, por
Townsend Wehelen.
5. Mongaso, por John Alfred Jordán.
6. Fauna y caza de montaña (tomo I),
por C. Chavane.
7. Fauna y caza de montaña (tomo II),
por C. Chavane.
8. Safan, por Martin Johnson.
9. Bill de los elefantes, por coronel J. H.
Williams.
10. Dispares en la jungla, por Jean Fraisse.
11. Devoradores de hombres, por John
Taylor.
12. En la jungla de Gabon, por P Weité.
( SALUD, FUERZA, HABILIDAD, ^
FORMA ATLETICA
Selección de Obras de Cultura Rsica .

1—FUERZA, AGILIDAD Y BELLEZA ATLETICA, por M. Rouet.


4.° edición. La obra más sobresaliente editada en Europa sobre el
método de cultura física de fuerza.
2—CULTURA FÍSICA DE FUERZA, por M. Fallón.
Método para el desarrollo muscular aplicable a otros deportes,
tales como: atletismo, natación, ciclismo, fútbol, baloncesto, bo-
xeo, etc.
3. —CULTURA FÍSICA, por Marcel Rouet, 3.a edición.
Describe el método del autor de gimnasia de conservación me-
diante la práctica de diez minutos de ejercicios diarios. En rústica.
4. — BELLEZA Y AGILIDAD, por Mag Vincelot.
Método de la autora, destacada profesora de cultura física france-
sa, para adquirir y conservar la línea femenina, la agilidad y la
fortaleza deportiva mediante un cuarto de hora de gimnasia diaria.
5. — DEFENSA Y ATAQUE, por Rocky Marciano y Charles Goldman.
El imbatido ex campeón del mundo de tocias las categorías y su
preparador reflejan en esta obra su experiencia en orden a alcan-
zar y conservar la forma atlética y exponen sus conocimientos
técnicos y tácticos sobre el boxeo.
6. RÉGIMEN Y EJERCICIO, por Marcet Rouet.
Ttdiado completo sobre ei régimen alimenticio que conviene se-
guir para alcanzar salud y fortaleza, para conservar la íonna alicii-
ca y para prolongar la juventud. Combina e. régimen con el ejerci-
cio, adaptándolos al temperamento y condiciones de cada persona.
7. —JUDO, MANUAL PRACTICO, 3.a edición, por Robert Lasserre.
Exposición de los secretos del judo por un «cinturón negro» y
prestigioso preparador.
8. — ATEMIS Y JIU JITSU, por Robert Lasserre, 3.a edición.
Método completo sobre las técnicas secretas de defensa personal,
con descripción de todos los atemis. Primera versión europea
sobre este arte oriental.
9.—JUDO KATAS, por Caries Yerkow, 4.a edicón.
Describe la técnica de los katas y enseña gráficamente las princi-
pales presas del Judo.
10. — YOGA, por M. J. Kirschner, 5.a edición.
Primera versión sobre las prácticas hindúes del yoga aplicable a
los occidentales. Completo estudio sobre 1г. relajación y la respi-
ración. Comprende un programa completo de ejercicios y enseña
el arte de conservar la forma y la juventud por medio del dominio
de sí mismo.
11. —GIMNASIA PARA TODOS, por M. Pérez Carrillo.
Tratado sobre todos los métodos: Gimnasia educativa, de mante-
nimiento o conservación, de aplicación, de habilidad o atlética,
culturista, correctiva; juegos y deportes; higiene, lesiones, masaje
y alimentación.
12. — KARATE-DO, por Robert Lasserre. 2.a edición.
Tácticas v técnicas de ataque deportivo.
1 3 — KIAI y KUATSU, por Robert Lasserre.
Técnicas secretas de reanimación. 1

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