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El caso fortuito y la fuerza mayor

Un caso fortuito existe cuando el suceso que impide el cumplimiento de la obligación,


no era previsible usando de una diligencia normal, pero, de haberse podido evitar, se
habría evitado.

Doctrinalmente, en Derecho, el caso fortuito es el escalón posterior a la fuerza mayor,


que es aquel evento que no pudo ser previsto ni que, de haberlo sido, podría haberse
evitado. La ley habitualmente les da un tratamiento similar, e incluso a veces confunde
ambos casos, pero existen diferencias.

La fuerza mayor o causa mayor, es un hecho que no se puede evitar y tampoco se


puede prever. Tiene gran importancia, en derecho, a la hora de establecer la
responsabilidad por los daños.

Entre las causas que rompen o interfieren el nexo causal merece especia mención el
caso fortuito y la fuerza mayor. Conforme al artículo 1105 del Código Civil nadie
responderá de aquellos sucesos que no hubieran podido preverse o que previstos
fueran inevitables, y estas causas externas son el caso fortuito y la fuerza mayor.
Cuando concurre caso fortuito o fuerza mayor se rompe el nexo causal, por cuanto la
acción u omisión humana no es la causa apropiada para la producción del daño, por
cuanto la causa del daño viene dada por una fuerza mayor o un caso fortuito.

En ambos casos se tratará de un acontecimiento que no se podrá imputar al sujeto y


que es inevitable o imprevisible. Ahora bien, ambos conceptos se han de distinguir, así
por el grado de evitabilidad del suceso: criterio subjetivo, el caso fortuito es un suceso
que no pudo preverse, pero de haberse previsto se hubiera podido evitar; y la fuerza
mayor es un suceso inevitable, aunque se hubiera previsto. En cuanto al criterio
objetivo, el caso fortuito se produce en el círculo interno de la obligación, mientras que
la fuerza mayor es un suceso totalmente extraño a la actividad ordinaria, ajeno al
círculo de la obligación; aunque, en ambos casos, se tratará de un suceso imprevisible o
inevitable.

La fuerza mayor ha de consistir en una fuerza superior a todo control y previsión, y


para ponderar su concurrencia habrá de estarse a la normal y razonable previsión que
las circunstancias exijan adoptar en cada supuesto concreto, o inevitabilidad en una
posibilidad de orden práctico.

La carga de la prueba de una situación de caso fortuito o fuerza mayor corresponde a


quien la opone como causa de exoneración de responsabilidad, la imprevisibilidad y la
inevitabilidad exige una prueba cumplida de parte de quien la alega.
Los supuestos de caso fortuito y fuerza mayor rompen la relación de causalidad, pues
se trata de acontecimientos que no se pueden imputar al sujeto por ser inevitables o
imprevisibles.

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