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juego de la oferta y la demanda es un proceso apasionante que


marca el movimiento de los mercados con base en movimientos
de mercados reales o creados artificialmente para provocar una
reacción en el consumo.

Cuando un producto escasea tiende a aumentar de precio porque


la demanda está por encima de la oferta y el consumidor se
muestra dispuesto a pagar más por adquirirlo. Por el contrario,
cuando un producto abunda en exceso, tiende a bajar de precio,
porque el consumidor solo demandará la cantidad que necesita y
no requerirá más de eso, a menos que sea provocado por la
oferta de un precio más bajo.

Hay teóricos de la economía que presentan como mercado ideal a


aquel que se rige por el libre juego de la oferta y la demanda, sin
la intervención directa del Estado. Pero esa teoría tiene sus
riesgos, pues la falta de controles podría provocar especulaciones
hacia arriba o hacia abajo en perjuicio de los consumidores y del
mercado.

La intervención del Estado como regulador se torna


imprescindible, más cuando se trata de la responsabilidad de
preservar un mercado ordenado donde ganen los productores y
comerciantes, pero que a la vez los consumidores no resulten
explotados.

Hay ocasiones en que el Estado debe intervenir directa o


indirectamente para provocar precios topes en determinados
productos, que eviten excesos en su valor en perjuicio de otros
sectores.

Por ejemplo, los combustibles. El Estado es el que fija sus valores


de venta en el precio máximo, no así en su precio mínimo, pues
puede darse el caso de que un detallista decida sacrificar parte de
sus márgenes de ganancia y venderlo un poco más barato, pero
nunca más alto.
Eso generalmente no ocurre porque los actores del mercado
(detallistas de gasolina) no tienen márgenes tan elevados,
además de que entienden que lo igual no es ventaja y todos
venden al precio tope fijado por la autoridad.

Pero también puede pasar a la inversa, que el Estado intervenga


para que un determinado producto no se venda por debajo de sus
niveles de costos y así evitar la quiebra de los productores.

En esos casos, lo que se hace no es fijar un precio mínimo, sino


controlar el abastecimiento de ese bien en el mercado, a los fines
de que nunca haya una abundancia que supere la capacidad de
demanda de los consumidores.

Por ejemplo, la producción de arroz en el país se calcula con base


en el consumo promedio anual, para que no se registren
excedentes y así el precio se mantiene en un nivel equilibrado,
que no resulte exageradamente alto para los consumidores, pero
que tampoco se coloque muy bajo al punto que pueda afectar la
rentabilidad y permanencia de los productores.

En el caso del arroz, su oferta interna proviene de un sector


productor que no tiene la capacidad para competir en
productividad y precio con otras naciones como China, donde ese
es de tan bajo costo, que podría importarse y colocarse en el
mercado local a un precio muy por debajo del que se vende el
cereal producido en las fincas de República Dominicana.

El problema es que desplazar a los productores locales sería


afectar a miles de familias que viven del cultivo, cosecha y
comercialización de arroz nacional, además de que abastecer al
país de arroz importado implicaría buscar los dólares para
comprarlo fuera y luego venderlo aquí.

Esa situación, en un ambiente donde la producción local y


generación interna de divisas es limitada, provocaría un aumento
de la tasa de cambio, porque habría una sobredemanda de
dólares en el mercado frente a una baja oferta de divisas que
presionaría su cotización y afectaría la inflación.

Como se puede apreciar, la intervención de los Estados en el


ordenamiento de los mercados no es negativa y por lo general se
torna necesaria, especialmente en la producción y
comercialización de determinados bienes y servicios que son
imprescindibles para la población y que no pueden ser colocados
a precios que sobrepasen la capacidad de consumo.

Entre esos servicios está el de energía eléctrica, cuya tarifa se


mantiene congelada por parte del Gobierno para evitar pérdidas
extraordinarias al Estado y excesos de costos a los
consumidores.

https://www.eldinero.com.do/14716/oferta-demanda-e-intervencion-del-estado/

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