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La raza aria, también denominada Indoeuropea, ha sido uno de los puntos de referencia

para describir y analizar el comportamiento social en el ámbito Político-Religioso. Dícese


que a lo largo de la historia esta raza se le considera una de las mejores por excelencia
(Algunos lo citan de manera discriminativa como Hitler en sus discursos de la solución
final) pero más por ser la mejor, se le atribuiría perfectamente por ser reconocida como la
matriarca de lo que serían las masas de convergencia multicultural ya que de esta
particularidad racial originada en el sistema montañoso de Asia central “El Pamir” se
ramificó de la estirpe varias culturas y antiquísimas civilizaciones que hoy día
consideramos las creadoras de la contemporánea civilización. Unas fijaron su mirada al
viejo continente: Europa, y el resto a Asia meridional. Entre esas culturas podemos destacar
la de los Eslavos y los Germanos; Las civilizaciones Persa y meda, y con mayor punto de
interés acorde a una obra textual llamada “La Ciudad Antigua” de Fustel de Coulanges se
citaran El Pueblo Romano, Griego (Jonios, Aqueos, Eolios y Dorios: Los helenos) y en
algunas instancias al pueblo indio. Todo ello por ser culturas hermanas o de un paralelo
familiar que poseen aspectos en común a pesar de la gran distancia geográfica como
folclórica. Dichos aspectos en el ámbito ya mencionado se le pueden apuntar con el dedo al
croquis de la Unidad familiar; La vida y de la misma después de la muerte; A quien rendirle
culto; El modo de gobernar y de organizar a una sociedad de manera equitativa y en otras
circunstancias erróneamente. Pero… ¿Aún permanece el ADN de sus costumbres en
nuestros actuales comportamientos para vivir organizadamente como una sociedad civil?;
¿Quizás se están repitiendo algunas falencias que impiden el derecho a la igualdad, la
tolerancia o al libre pensamiento? A continuación se tratará minuciosamente los rasgos que
nos pone a comparar un estrecho apretón de manos entre el pasado y un presente en
constante reflexión.

Teniendo en cuenta que ya leído el libro, se puede comprender problemáticas y acciones


que seguramente el ritmo civil retoma a veces desconociendo la identidad autóctona de ello
en nuestros antepasados Greco-latinos con sus hábitos tan cuestionados, estudiados y hasta
a veces filosofados. Científicamente no se concretado sobre el gran misterio de lo que hay
detrás del dinamismo del viaje sin retorno de los mortales es decir, después de que fallece
un individuo. ¿Qué es lo que hay posteriormente al marchitarse una vida? ¿Acaso hay otra
vida en la ultratumba, reencarnación o solamente fue existencia convertida en huesos
polvorientos? ¿Ese interrogante nos tendrá para siempre en incertidumbre? Lo cierto en ello
es lo inevitable para cualquier ser humano y cualquier ser vivo es la muerte. Sin embargo
para muchos habitantes del antaño esta manifestación lamentable <<en otros contextos>>
es algo de oportunidad para demostrar- según la creencia de los antiguos Greco-Latinos-, la
importancia que estos tenían a pesar de su ausencia en lo terrenal. Evidentemente en la
escena del respeto por el fallecido en el presente no es muy ajeno a la herencia romana etc.
Aún sobreviven las ideas del alma que erra fuera de su resguardo constituido de huesos y
carne en descomposición, todo porque el relato popular asegura que se debe a que tiene una
pena. Realmente se le daba culto a los muertos, a cuerpos que tuvieron vida, como si estos
fueran dioses a quien recurrir para sus beneficios. Razonablemente el romano o griego se
estaba tomando la molestia de modelar una creencia más tangible como por ejemplo adorar
al sol, el aire y el agua entre otros que acompañado a su culto se les tenía un altar (Fuego
consagrado) cuyo objetivo era no dejar apagar la llama y mantenerla más viva. Si ésta se
desvanecía no era digno de la familia. Acorde a la familia en ella se constituía como
miembro al altar y enseguida al hombre (Patern) quien en ese entonces era de mayor
superioridad y autoridad que la mujer -esta discriminación aún se refleja en la vida
cotidiana citando como ejemplo al sueldo del trabajo-; y por último los sepulcros donde
reposaban los restos de sus antepasados. En la actualidad las familias tienen sus propias
religiones, costumbres, tradiciones y sus respectivas reglas; y pues la verdad las cosas están
cambiando. Aunque se note percepción de que la cabeza de una familia sea un masculino se
evidencian excepciones en el que la mujer en muchos casos por ser madre soltera toma la
responsabilidad de llevar a cabo su desempeño como líder de hogar. Si un romano de
costumbres de la época de julio cesar observase esto quedaría desconcertado de esto
inusual, para ellos claro aunque en Esparta la mujer si se tenía en cuenta debido a que la
espartana procreaba hombres de verdad. La realidad es que aunque se presenten similitudes
de los hábitos mediterráneos hay testimonios que lo contradicen. El matrimonio ya no se
hace como parte de un negocio pactado para intereses religiosos como tradicionales. Éste se
hace por simpatía, por amor; Un divorcio no se manifiesta por esterilidad, se hace por
diferencias no arregladas ni comprendidas al igual que la adopción, que se realiza por no
lograr procrear hijos y no para llenar el vacío de un ego para una tradición por decirlo así
MACHISTA ni mucho menos para emancipar a éste el derecho de sus orígenes.
Estrechamente lo que juega en rol en muchas familias es el derecho de propiedad y de
sucesión. Un hecho que roma nos hereda para poder mantener las cosas materiales como las
tradicionales, pero debido a la codicia y la ambición estos derechos parece que fueran
incentivos hacia el conflicto en una unidad familiar numerosa ¿o acaso no se ve estas
situaciones en el ritmo social?
Ahora nos desviamos a la parte de gobierno y sociedad. En primera instancia ponemos el
análisis en como de se dividía a la población: Los patricios y Los plebeyos. Los primeros
mencionados eran los privilegiados que en casos ocupaban cargos como magistrados; Los
segundos eran catalogados como personas sin derecho a ser escuchados, sin tener
participación ciudadana y de ser solo parte de clase obrera. Estos no estaban tan lejanos de
los llamados clientes (servidores extranjeros). La plebe hace pensarnos de que es muy
parecida a lo que hoy llamamos discriminación social, una realidad que sobrevive como
esfinge. …y a pesar de que con la aristocracia se reemplazó la monarquía siempre
permaneció el sentimiento de la corrupción y la compra de conciencia. Con base a ello los
tiranos (entre ellos Magistrados y senadores) tomaron poder y absolutismo echando al
precipicio a la tan famosa táctica griega de hacer voto. La democracia. No obstante el
pueblo siempre grita cuando sus autoridades no los escuchan. En la historia podemos
corroborar que aglomeraciones suprimidas por el mal gobierno se sublevaban en contra de
la desigualdad y la falta de beneficios para ellos. La toma de la bastilla de parís, La
independencia de Latinoamérica, El apartheid y el muro de Berlín entre muchos más casos,
son las que demuestran que las sociedades discriminadamente denominadas del inframundo
o tercermundistas buscan aniquilar los ideales tiranos (véase WHY POVERTY). Y es por
esto que la plebe logra asignarse como parte de la población, la urbe, una fatria, una curia,
como ciudadanos ¡por fin reconocidos como civiles! Junto a la cooperación de las 12 tablas
del derecho privado y al código de solón de la Helena Grecia con las mismas características
de equidad social.
La concepción de nuevas ciudades en el imperio iba acompañadas de un rito llamado
fundación. Esta costumbre se ha ido rescatando en lo conocido sobre las conquistas de las
tierras nuevas del occidente descubiertas por europeos de varias naciones costeras
(importará quienes fueron los primeros. ¿Vikingos o Cristóbal colón?). La Roma
conquistadora cubrió bajo su poder a un territorio similar que el de Alejandro magno y
también con ello sus costumbres. Sin embargo la civilización romana carecía de
originalidad. Ellos adoptaron muchas tradiciones de sus vecinos del este. El imperio afronto
buenas y malas condiciones a la hora de conquistar a los helenos: La aristocracia Griega
estaba a favor de los romanos y los plebeyos griegos a favor de lo autóctono pues estos
contaban con sentido de pertenencia. Por otro lado cuando el cartaginés Aníbal llegó a
Italia éste se vio apoyado por la ciudadanía menos favorecida de Roma, pista clave de que
los plebeyos estaban cansados de la tiranía que cada ciudad ejercía. Los de clase alta en
Roma nunca dejaron su patriotismo a pesar de las amenazas de Aníbal. La religión aunque
ausente por un tiempo debido a la pérdida de poder en la política llega pisando fuerte con
un ideal más generalizado y monoteísta: Un único Dios. Constantino adopta esta nueva
religión cuyo representante era Jesús, fue reconocida como la verdadera ante el imperio
reemplazando el paganismo. Allí en Roma se comprendió posteriormente que no se puede
comparar un ser humano como un ser supremo y omnipotente. ¿A veces pensamos que sin
religión no hay ley? Un Romano, Griego e Indio de antaño no dudaría en decir sí. En la
actual Roma reside un Estado pontificio llamado El Vaticano y como sabemos el papa
desde allí aconseja y propone ideales para la sociedad en cuanto a mejorar la humanidad es
decir, tiene participación a la política a pesar de no hacer parte de ella. ¿Quién iba a creer
en ese entonces que la religión más perseguida por Roma fuera la que los iba a conquistar?

Es muy difícil saber que en un futuro como vayan a reaccionar las masas ante una
percepción desalentadora por parte de los gobiernos. Y también es dudoso sobre la
permanencia de la religión en nuestras vidas. Hay mucha gente que va perdiendo la fe en
estas creencias. Quizás desaparezcan, nadie sabe. Lo que se sabe es que aún se notan
escenarios de desigualdad; democracia sublimizada en algo parecido a monarquía
(Venezuela madurista) y corrupción. Roma así como Grecia en algunos aspectos nos dejan
el legado del derecho de las cuales otros derechos se derivan de ello. En el transcurso de la
humanidad se aprendió mucho de ellos; se reflexionó sobre las problemáticas que se
presentaban al gobernar y cuáles eran sus errores e incluso del comportamiento
antropológico de estas civilizaciones. Queda decir que ahora nosotros como civilización
universal dejemos una huella positiva y fructífera para las próximas generaciones. Que sean
ellas las que juzguen si nuestras modalidades heredadas por los antepasados del mare
nostrum, funcionaron o no. ¿El bien común en la cuerda floja?...

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