Flora Davis Resumen Online Gratuito escrito por RamTalks
La comunicacion verbal resultaria incompleta e insuficiente para
transmitir el mensaje al receptor si no estuviese acompanada por la comunicacion no verbal. Mientras que la comunicacion verbal puede verse influenciada por los intereses de la persona, todo lo que engloba la comunicacion no verbal (gestos, mirada, expresiones, etc.) es muy dificil de ser manipulado por el locutor, ya que estos movimientos acontecen en un tiempo practicamente imperceptible para la mente consciente.
Solo analizandolo en peliculas pasadas a plano lento, el experto
en cinesis podra captar y percibir la comunicacion no verbal que esta teniendo lugar en ese momento.
Segun dichos especialistas, algunos de estos patrones de
conducta vienen marcados desde una etapa muy temprana, ya que su distincion acorde al sexo se hace mas pronunciada a medida que el nino crece y desarrolla sus habilidades. Este fenomeno provoca que los hombres y las mujeres actuen, se muevan y comuniquen de forma distinta, tanto dentro de una cultura como entre todas ellas. Se han realizado multitud de estudios acerca de los comportamientos durante el galanteo, fenómeno que se da en la mayoría de las situaciones entre dos o más personas de diverso sexo, a pesar de que no sea de una manera consciente. Analizando diversas filmografías, los rasgos comunes más característicos que se marcan en este libro «La comunicación no verbal» son un aumento del brillo en mirada, labios inferiores más pronunciados y una reducción de la flacidez en las líneas del rostro. Mostrar las palmas de las manos es otro gesto propio del galanteo, ya que está asociado como una apertura afectiva y una muestra de confianza hacia la otra persona. Los especialistas en cinesis han llegado a la conclusión de que gran parte de la base de las comunicaciones humanas se desarrolla a un nivel subconsciente, en el que la única influencia directa que encontramos son las palabras. Birdwhistell descubrió que la cinesis puede descomponerse en kine (movimientos apenas perceptibles) y kinemas (movimientos portadores de sentido cuando se tratan en conjunto). Estas normas de comunicación humana son tan complejas que no pueden ser analizadas a simple vista, sino que tienen que ser transcritas mediante un sistema taquigráfico. Gracias a este sistema, se ha corroborado que el movimiento del cuerpo humano es muy repetitivo.
Asimismo, otro de los descubrimientos importantes expone el libro «La
comunicación no verbal» es que el comportamiento no verbal no siempre reafirma lo que las palabras dicen, sino que puede contradecir lo que se está expresando verbalmente. El doctor Birdwhistell considera que nosotros adquirimos una parte significativa de nuestro aspecto físico, explicándose así por qué algunas personas de cierta región se parecen tanto y por qué el marido y la mujer convergen físicamente tras muchos años de matrimonio.
En este aspecto, los etólogos han estudiado, analizado y comparado los
sistemas de comunicación de los hombres y los animales, encontrando ciertas similitudes entre los gestos de ambos grupos. Según parece, todos los animales salvajes se saludan entre sí, especialmente los simios, quienes lo hacen de manera muy similar a la de los hombres. Aunque existen saludos diferentes entre unas culturas y otras, el saludo sigue siendo universal a toda la humanidad.
Secuencia de actos de la comunicación no verbal
El rostro humano permite analizar multitud de gestos, mezclándose
armónicamente unos con otros. Los investigadores han mostrado especial interés en averiguar los gestos que delatan a una persona cuando miente. Así como hay ciertas personas a las que no se les nota aparentemente bien cuándo mienten, otras incurren continuamente en gestos que muestran claramente cuándo lo hacen.
La mirada fija y sostenida es una forma de amenaza para muchos
animales, entre ellos incluido el hombre. En todas las culturas, la mirada fija es desaprobada, aunque algunas son más estrictas que otras. Esto es debido posiblemente a que el contacto ocular nos hace sentir abiertos, expuestos y vulnerables. Existen pruebas de que, cuando una persona mira algo que le agrada, las pupilas se dilatan. Las manos son otro punto importante a la hora de tener en cuenta dentro de la comunicación no verbal. A pesar de que la mayoría de las personas son conscientes del movimiento de manos de los demás, lo ignoran, dando por sentado que se tratan de gestos sin sentido. Sin embargo, los ademanes comunican, ya sea para esclarecer un mensaje poco cohesionado o para revelar emociones de manera involuntaria. Cada cultura atribuye un significado preestablecido a cada repertorio de emblemas.
La burbuja es un espacio personal en el que el individuo se siente
incómodo cuando otra persona irrumpe en él sin su consentimiento previo. En cada cultura, existe una diferente distancia de cada microespacio. Por ejemplo, para los norteamericanos, esta es de 70 cm. aproximadamente, mientras que a los latinoamericanos les gusta colocarse más cerca. Esto puede crear conflictos cuando se encuentren frente a frente, pero no se trata de un problema real, puesto que los norteamericanos tienen una cultura de no contacto.
La postura es un gran indicador de la comunicación no verbal. Albert
Scheflen descubrió que, con sorprendente frecuencia, las personas imitan las actitudes corporales de los demás. A este fenómeno se le denomina posturas congruentes. Por ello, normalmente, cuando dos personas comparten un punto de vista, adoptan la misma postura. También descubrió que la mayoría de las personas parten de un repertorio de posturas muy limitado y cambian de posición según frecuencias predecibles. En centros de investigación se considera que los problemas psicológicos personales llegan a incrustarse en la estructura corporal, y que ésta constituye además un refuerzo del estado emocional de dicha persona.
El olfato también toma un rol decisivo en la comunicación no verbal. En
gran parte de las culturas occidentales, se tienden a rechazar los olores corporales humanos mediante perfumes y otros elementos. Esto podría suponer una ventaja, puesto que no estaríamos preparados a prestar tanta atención a los olores con las grandes aglomeraciones a las que nos exponemos habitualmente.