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MATERIA:

PSICOPATOLOGIA

TEMA:
IDENTIFICAR LOS TRASTORNOS GRAVES DE LA CONDUCTA
Y SUS CRITERIOS
COMO AFECTA ESOS TRASTORNOS A LA FAMILIA

SUSTENTANTE:
ELIZABETH SEVERINO Z. LR-15-30628

MAESTRO:
ANASTACION GILBERT GUERRERO
identificar los trastornos graves de la conducta y sus
criterios.
¿Cómo identificar a un niño con un trastorno del comportamiento?

Cuando se da un caso de niño con un trastorno del comportamiento padres y


maestros se encuentran ante un niño que no obedece, que puede mostrarse
agresivo y que tiene dificultades en sus relaciones sociales. Se observa
también que:

 Se enfada frecuentemente

 Contesta de malas maneras

 Desafía con la postura y con la mirada

 No obedece o se resiste a obedecer

 Culpa a os demás de lo que hace él

 Se muestra rencoroso y vengativo

 Miente

 Se muestra cruel con compañeros, animales…

 Comete hurtos

Estos comportamientos desbordan. Que el niño conteste mal y se niegue a


obedecer genera sentimientos de malestar, de incompetencia, de pérdida de
autoridad en los educadores y éstos en un intento de recuperarse se imponen.
El educador, entonces, grita más fuerte, repite la orden de forma más severa,
amenaza, recrimina la conducta de desafío… y a partir de aquí habrá perdido
las riendas y el control de la situación; podrá gritar más fuerte, agredir o
desobedecer de forma más manifiesta, y todo ello ante la presencia de otros
hijos o alumnos. El resultado es: educadores desolados y negativismo
desafiante fortalecido
¿Cómo se diagnostican los Trastornos del comportamiento?

Un equipo de profesionales expertos, normalmente encabezado por un


psicólogo, ha de ser el responsable del diagnóstico de los trastornos del
comportamiento. Desde la familia o la escuela se puede tener una sospecha
pero el diagnóstico únicamente podrá ser llevado a cabo por un profesional
experto en salud mental.
La evaluación del niño y la familia es necesaria para diferenciar entre un
trastorno del comportamiento y las posibles conductas dentro de la normalidad,
conductas que pueden ser transitorias y que pueden experimentar los niños,
por ejemplo, en fases de cambio como es el paso de la infancia a la
adolescencia.

La última versión del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos


Mentales (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders), el DSM-5, la
herramienta con la que los profesionales cuentan a la hora de diagnosticar los
diversos trastornos mentales, cataloga los criterios diagnósticos para cada uno
de los trastornos del comportamiento.

CRITERIOS DIAGNÓSTICOS PARA EL TRASTORNO NEGATIVISTA


DESAFIANTE

Un equipo de profesionales expertos, normalmente encabezado por un


psicólogo, ha de ser el responsable del diagnóstico de los trastornos del
comportamiento. Desde la familia o la escuela se puede tener una sospecha,
pero el diagnóstico únicamente podrá ser llevado a cabo por un profesional
experto en salud mental.

La evaluación del niño y la familia es necesaria para diferenciar entre un


trastorno del comportamiento y las posibles conductas dentro de la normalidad,
conductas que pueden ser transitorias y que pueden experimentar los niños,
por ejemplo, en fases de cambio como es el paso de la infancia a la
adolescencia.
La última versión del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos
Mentales (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders), el DSM-5, la
herramienta con la que los profesionales cuentan a la hora de diagnosticar los
diversos trastornos mentales, cataloga los criterios diagnósticos para cada uno
de los trastornos del comportamiento.

1. Un patrón de enfado/ irritabilidad, discusiones/actitud desafiante o


vengativa que dura por lo menos seis meses, que se manifiesta por lo
menos con cuatro síntomas de cualquiera de las categorías siguientes y
que se exhibe durante la interacción por lo menos con un individuo que
no sea un hermano.
Enfado/irritabilidad
1. A menudo pierde la calma.
2. A menudo está susceptible o se molesta con facilidad.
3. A menudo está enfadado y resentido.
Discusiones/actitud desafiante
4. Discute a menudo con la autoridad o con los adultos, en el caso de los
niños y los adolescentes.
5. A menudo desafía activamente o rechaza satisfacer la petición por
parte de figuras de autoridad o normas.
6. A menudo molesta a los demás deliberadamente.
7. A menudo culpa a los demás por sus errores o su mal
comportamiento.
Vengativo
8. Ha sido rencoroso o vengativo por lo menos dos veces en los últimos
seis meses.

2. Este trastorno del comportamiento va asociado a un malestar en el


individuo o en otras personas de su entorno social inmediato (es decir,
familia, grupo de amigos, compañeros de trabajo) o tiene un impacto
negativo en las áreas social, educativa, profesional u otras importantes.

3. Los comportamientos no aparecen exclusivamente en el transcurso de


un trastorno psicótico, un trastorno por consumo de sustancias, un
trastorno depresivo o uno bipolar. Además, no se cumplen los criterios
de un trastorno de desregulación perturbador del estado de ánimo.
Nota: Se debe considerar la persistencia y la frecuencia de estos
comportamientos para distinguir los que se consideren dentro de los
límites normales, de los sintomáticos. En los niños de menos de cinco
años el comportamiento debe aparecer casi todos los días durante un
periodo de seis meses por lo menos, a menos que se observe otra cosa
(Criterio A8). En los niños de cinco años o más, el comportamiento debe
aparecer por lo menos una vez por semana durante al menos seis
meses, a menos que se observe otra cosa (Criterio A8). Si bien estos
criterios de frecuencia se consideran el grado mínimo orientativo para
definir los síntomas, también se deben tener en cuenta otros factores,
por ejemplo, si la frecuencia y la intensidad de los comportamientos
rebasan los límites de lo normal para el grado de desarrollo del
individuo, su sexo y su cultura.

En el diagnóstico es necesario especificar si se trata de un Trastorno específico


del Aprendizaje con dificultades en la lectura, con dificultad en la expresión
escrita o con dificultad matemática. En el mismo diagnóstico se especificará
también la gravedad actual, indicando si se trata de leve (el niño presenta
algunas dificultades y puede compensarlas o funcionar bien si recibe
adaptación adecuada), moderado (presenta dificultades notables y precisa de
una enseñanza intensiva y especializada) o grave (presenta dificultades graves
que precisan de una enseñanza constante e intensiva individualizada y
especializada durante la mayor parte de los años escolares).

CRITERIOS DIAGNÓSTICOS PARA EL TRASTORNO DE LA CONDUCTA

1. Un patrón repetitivo y persistente de comportamiento en el que no se


respetan los derechos básicos de otros, las normas o reglas sociales
propias de la edad, lo que se manifiesta por la presencia en los doce
últimos meses de por lo menos tres de los quince criterios siguientes en
cualquier de las categorías siguientes, existiendo por lo menos uno en
los últimos seis meses:
Agresión a personas y animales (criterios 1-7), destrucción de la
propiedad (criterios 8 y 9), engaño o robo (criterios 10-12) e
incumplimiento grave de normas (criterios 13-15):
1. A menudo acosa, amenaza o intimada a otros.
2. A menudo inicia peleas.
3. Ha usado un arma que puede provocar serios daños a terceros (p. ej.,
un bastón, un ladrillo, una botella rota, un cuchillo, un arma).
4. Ha ejercido la crueldad física contra personas.
5. Ha ejercido la crueldad física contra animales.
6. Ha robado enfrentándose a una víctima (p. ej., atraco, robo de un
monedero, extorsión, atraco a mano armada).
7. Ha violado sexualmente a alguien.
8. Ha prendido fuego deliberadamente con la intención de provocar
daños graves.
9. Ha destruido deliberadamente la propiedad de alguien (pero no por
medio del fuego).
10. Ha invadido la casa, edificio o automóvil de alguien.
11. A menudo miente para obtener objetos o favores, o para evitar
obligaciones (p. ej. “engaña” a otros).
12. Ha robado objetos de valor no triviales sin enfrentarse a la víctima (p.
ej., hurto en una tienda sin violencia ni invasión; falsificación).
13. A menudo sale por la noche a pesar de la prohibición de sus padres,
empezando antes de los 13 años.
14. Ha pasado una noche fuera de casa sin permiso mientras vivía con
sus padres o en un hogar de acogida, por lo menos dos veces o una vez
sí estuvo ausente durante un tiempo prolongado.
15. A menudo falta en la escuela, empezando antes de los 13 años.

2. El trastorno del comportamiento provoca un malestar clínicamente


significativo en las áreas social, académica o laboral.

3. Si la edad del individuo es de 18 años o más, no se cumplen los criterios


de trastorno de la personalidad antisocial.

En el mismo diagnóstico se deberá especificar el tipo (Tipo de inicio infantil


Tipo de inicio adolescente o Tipo de inicio no especificado) y si se da con
emociones prosociales limitadas, falta de remordimientos o culpabilidad, si se
muestra insensible, carente de empatía, despreocupado por su rendimiento o
con afecto superficial o deficiente.

Los padres que advierten síntomas de trastorno del comportamiento en sus


hijos pequeños o adolescentes deberán acudir a un profesional para procurar
una evaluación y un tratamiento lo más precoz posible, decisión clave para
prevenir la aparición e incidencia de problemas en el futuro.

Desde Fundación Adana, los trastornos del comportamiento son


diagnosticados por un equipo conjunto de psicólogos y psiquiatras
especializados. En la misma fundación se lleva a cabo el proceso diagnóstico
completo mediante una historia detallada del comportamiento del niño por parte
de los padres y maestros, observaciones clínicas del comportamiento del niño y
un examen psicológico completo. Al finalizar el proceso de diagnóstico las
familias reciben un Plan Terapéutico individualizado y se les proporciona los
recursos necesarios para llevarlo a cabo.

*Información extraída American Psychiatric Association (2014). Manual


Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5), 5ª Ed. Madrid:
Editoral Médica Panamericana
Para saber más sobre el DSM-5

Criterios diagnósticos para el Trastorno de la conducta

Las últimas investigaciones establecen que las


líneas de intervención para un tratamiento  efectivo de los trastornos del
comportamiento incluyen: entrenamiento de padres, programas de
entrenamiento en habilidades sociales con el niño o joven, programas
escolares y programas comunitarios.
Los expertos señalan también que la implicación de la propia familia es
fundamental para conseguir resultados satisfactorios en el tratamiento.
Los problemas de comportamiento pueden empeorar o mejorar en función de
las estrategias que utilicemos y para que el tratamiento sea efectivo, se debe
iniciar en forma temprana.
Desde Fundación Adana se ofrece un tratamiento multidisciplinar y
multimodal que puede incluir:

 Asesoramiento y pautas a la familia. El profesional de referencia del


niño acompaña a las familias ofreciéndoles pautas y herramientas
encaminadas a aprender a manejar el comportamiento del hijo y mejorar
así el clima familiar. Ante algunos casos se ofrece la posibilidad de que
el profesional se desplace al domicilio familiar para la observación y
posterior intervención de las dificultades.

 Asesoramiento y pautas a la escuela. El mismo profesional se dirige a


la escuela para ofrecer un servicio de ayuda diseñado de forma
individualizada para cada caso, detallando un plan de actuación a
desarrollar desde la escuela, con intervenciones eficaces y específicas
ante los problemas de comportamiento que puedan darse en la escuela.
Si es necesario se llevan a cabo sesiones de observación directa en la
escuela.

 Grupos de Autocontrol. Los niños acuden en grupo para recibir un


entrenamiento en habilidades sociales y desarrollo de conductas
prosociales, encaminado a aumentar la flexibilidad y la tolerancia a la
frustración con el fin de reducir el comportamiento oposicionista, mejorar
la conducta y la relación con sus iguales y educadores (padres y
maestros).

 Reeducaciones conductuales. Cuando el niño presenta dificultades


académicas, además de sus dificultades conductuales, conviene llevar a
cabo un trabajo reeducativo encaminado a la mejora de su conducta
ante la tarea escolar. En estas reeducaciones se trabaja, además del
comportamiento, las competencias para el aprendizaje, estrategias de
estudio y organización. Los profesionales encargados de llevar a cabo
esta reeducación son expertos en niños y jóvenes con trastornos de la
conducta y el manejo del comportamiento difícil.

 Detección, diagnóstico y tratamiento precoz de los problemas de


comportamiento: En Adana se ofrece la actividad del Grupo
Terapéutico Precoz con el objetivo de que el niño aprenda, en edades
muy tempranas, comportamientos de adaptación y evitar complicaciones
potenciales minimizando los efectos negativos.

 Consulta y seguimiento psiquiátrico: en caso necesario el niño o


joven es supervisado por el equipo de psiquiatría de la fundación.

Como afecta esos trastornos a la familia.


Otro de los factores que influye en la valoración de la existencia de un trastorno
de conducta en los hijos es el estilo educativo de las familias y, las habilidades
que esta tiene para afrontar las conductas problemáticas.
El grado de tolerancia de los padres puede ser muy variable: algunos padres
son capaces de justificar una serie de comportamientos destructivos, agresivos
e inadecuados como “algo normal en los niños”. Otros son incapaces de
aceptar un mínimo desafío del niño pequeño hacia las normas de convivencia y
las figuras de autoridad y recurren inmediatamente a buscar la ayuda de los
profesionales
Las conductas antisociales que surgen de manera aislada no suelen tener
significación clínica ni social para la mayoría de los niños. El problema surge
cuando estas conductas se mantienen en el tiempo, se intensifican más allá de
los límites de la edad, y tienen consecuencias negativas en el desarrollo del
niño y del adolescente por la relevancia social y legal que puedan tener.
No todos los comportamientos perturbadores son similares ni tienen la misma
intensidad. Las conductas englobadas en estas categorías son muy dispares:
agresión física o verbal, desobediencia, absentismo escolar, consumo de
drogas o robos. Muchos investigadores consideran que existe un continuo en
cuanto a intensidad, severidad, frecuencia y cronicidad de las conductas
incluidas dentro del trastorno del comportamiento perturbador

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