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El Islam: origen y doctrina

1- Los inicios del Islam


A comienzos del siglo VII surgió en la península Arábiga el Islam, cuyo esplendor maravilló al mundo conocido y puso en peligro a la
Europa cristiana. Un pueblo que hasta entonces era desconocido, se unificó bajo la palabra de un hombre que predicaba una nueva
religión y en poco tiempo puso en jaque y conquistó a las dos grandes potencias que se disputaban el Asia Anterior: El Imperio de los
sasánidas en Persia y El Imperio Bizantino. A este último le arrebató sus posesiones en Asia y en el Norte de África, entre ellas las dos
provincias más importantes: Siria y Egipto. Posteriormente abarcó la península Ibérica, la isla de Sicilia y temporalmente, otras tierras
europeas.
Con el correr del tiempo, la influencia de este pueblo llegó hasta las fronteras de India, China, Etiopía, Sudán Occidental, Sur de
Galicia y Constantinopla. Se trataba del pueblo árabe.
2- Mahoma, el profeta de Alá
Hacia el año 570, nació Muhammad o Mahoma, que en árabe quiere decir "alabado". Pertenecía a la familia de las capas más
humildes de la tribu de los coraischitas. A la edad de seis años, aproximadamente quedó huérfano y pasó su juventud entre tristezas.
Fue en el desierto un pastor más. No mejoró su situación hasta que contrajo nupcias con Jadiya, una mujer mucho mayor que él, viuda
de un rico comerciante de la Meca.
En adelante se encargó de los negocios comerciales de su esposa realizando muchos viajes a regiones cercanas. El contacto con
otras sociedades, hizo que Mahoma fuera madurando sus propias concepciones religiosas.
Hacia el año 610, cuando Mahoma bordeaba los 40 años, inició su vida pública. Sus revelaciones se expresaron en forma de
sentencias proféticas.
Según la tradición, a Mahoma se le apareció el arcángel Gabriel para anunciarle que había sido elegido como profeta de una nueva
religión basada en el sometimiento a Alá ("Dios", en árabe). La nueva fe se denominó islam, que significa "resignación a la voluntad
divina".
Mahoma predicó en La Meca la nueva doctrina, pero en el año 622 tuvo que huir de esta ciudad y refugiarse en Medina. Este suceso,
conocido como Hégira, señala el inicio de la era musulmana o mahometana.
Mahoma
Mahoma logró convertir a los habitantes de Medina y con su apoyo, conquistó La Meca. A la muerte de Mahoma en el año 632, la
religión fundada por él tenía rasgos definidos y había logrado unir o, al menos, integrar a las comunidades árabes por primera vez en
su historia.
Las tribus de vida independiente y de costumbres y ritos religiosos tan diversos, había sido reunida en un solo conjunto como pueblo
de Alá, con un jefe supremo que era el profeta, quien recibía el poder de manos del dios venerado. Lamentablemente el profeta no
aclaró antes de morir la situación relativa a su sucesión y poco faltó para que todo concluyera con su muere. La casualidad vino a
dejar la continuación de su obra en manos del último suegro de Mahoma, Abu Bakr, quién no logró comenzar una política de
expansión del Islam, la que sí logró Omar, primero enemigo de Mahoma, y luego, su ferviente seguidor.
Abu Bakr y Omar fueron los califas o vicarios de Mahoma encargados de proseguir la obra, que tendría el desafío de la expansión y
de la conquista que se extendía con rapidez y por vastas regiones.
3- La doctrina islámica
La religión musulmana se basa en las enseñanzas de Mahoma, palabras proféticas que durante la vida de su predicador nunca fueron
escritas y solo se transmitieron en forma oral. El califa Osmán ordenó la recopilación en un texto escrito en lengua árabe. Hasta
nuestros días, este texto es el libro sagrado de los musulmanes. Es el Corán, compuesto por 114 capítulos, es un conjunto de relatos y
de mandatos que constituyen las enseñanzas del profeta, cada una de las cuales corresponde a una circunstancia particular.
La dogmática del Corán se caracteriza por su sencillez. Su base es un estricto monoteísmo, en el que se mezclan aspectos
preislámicos con rasgos del judaísmo y del cristianismo. Así, los musulmanes veneran a figuras bíblicas como Abraham, Moisés o
Jesús, que es considerado un profeta más.
La religión Islámica contiene 5 preceptos los cuales son los siguientes:
- Profesión de fe por la que se testifica que "no hay más Dios que Alá y Mahoma es su Profeta"
- Obligación de orar cinco veces al día en dirección a La Meca.
- Ayunar el primer mes al año (Ramadán).
- Dar limosna. Los creyentes musulmanes han de ayudar a los necesitados.
- Peregrinar a La Meca a lo menos una vez en su vida. Están exentos los enfermos o los físicamente discapacitados.
La mezquita es el lugar de culto y de reunión pública. Es una gran sala compuesta de pequeñas bóvedas paralelas sobre hileras de
columnas que terminan en un muro recto interrumpido por un nicho adornado, que es la marca que indica la dirección a la ciudad de
La Meca, punto al que debe dirigirse el creyente en el momento de su oración. Existe también un púlpito para el predicador, aunque en
principio el culto no exige necesariamente la existencia de un clero, pues todo musulmán puede comprender su religión por sí solo. No
obstante, con el tiempo se formó un grupo de estudiosos, los ulemas, teólogos que se consagraron a la lectura y al comentario del
Corán

Terminología: hebreos, judíos, israelitas


La tradición se remonta a Abraham, llamado el primer hebreo (del hebreo ‫עִ ב ְִרי‬, ivrí: «el que viene del otro lado»), por haber venido a la
tierra de Canaán desde Mesopotamia siguiendo el llamado de Dios (Génesis), hace unos 4000 años.
Origen y expansión del judaísmo. Javier Gómez. Doce tribus de Israel
Las raíces del judaísmo se hallan íntimamente ligadas a los comienzos del monoteísmo, en la Edad del Bronce. Fue en aquella época
cuando algunas tribus se diferenciaron por el culto a un solo dios y donde podría asentarse las bases de las que mucho después
serían las tres religiones monoteístas más difundidas por todo el mundo: el judaísmo, la más antigua de todas ellas, el cristianismo,
que podría considerarse una escisión de la primera, y el islamismo.
Es la tradición bíblica la que marca los comienzos de aquella religión monoteísta. Según esta tradición fue Abraham, el primer
patriarca, quien consiguió que Dios designara a su pueblo como el «elegido». De él, de Yahvev, recibió la orden divina de partir hacia
Canaán, la tierra prometida. Partió así Abraham de su tierra natal, Ur, en Caldea, hacia Mesopotamia, pero sus descendientes, su
pueblo, azotado por el hambre, se vio empujado al delta del Nilo, a la tierra de Gosén, donde fueron esclavizados por el faraón de
Egipto.
La figura de Moisés, hacia el año 1200 a.C., emergió para salvar a su pueblo y conducirlo nuevamente, a través del desierto, hasta la
tierra que Yahvev le había prometido al padre de todos los judíos, Abraham. Ungido y elegido por Dios como lider y legislador de su
pueblo, condujo a los israelitas a través del Mar Rojo durante 40 años, pero castigado por sus dudas, Moisés se vio impedido de entrar
en Canaán. Su sucesor, Josué, tras apoderarse de Jericó, cuyas murallas derribó, consiguió finalmente asentar a su pueblo en las
tierras agrícolas destinadas.
Canaán, hasta entonces habitada por pueblos semíticos, fue sometida bajo el gobierno de reyes hebreos. La tierra prometida fue
repartida entre las doce tribus que provenían de los doce hijos de Jacob, nieto del patriarca original, Abraham y su vez, las doce tribus
se agruparon en dos reinos, el de Judá (compuesta básicamente por las tribus de Judá, Benjamín y parte de la de Leví), y el de Israel
(formada por las restantes tribus). Distintas monarquías estuvieron en el poder, con especial mención a sus reyes más conocidos,
Saúl, David y Salomón, época en la que fue construido por primera vez el templo de Salomón en Jerusalén.
A la muerte de Salomón, sin embargo, los reinos se separaron e incluso se enfrentaron, quedando Israel al norte y Judea al sur. Aun
cuando los judíos habían constituido un reino fuerte, no fueron capaces de resistir la invasión de los asirios, comandados por Sargón
II, primero (en el reino de Israel) y luego de los babilonios (comandados por Nabucodonosor) en el sureño reino de Judea en el año
586 a.C.
Buena parte de los judíos fueron deportados hacia Babilonia donde fueron nuevamente esclavizados en lo que podría considerarse la
primera diáspora. El inicial templo de Jerusalén fue derruido, y los judíos, durante su exilio escribieron su primer texto religioso, el
conocido como «Talmud de Babilonia«, frente al «Talmud de Jerusalén» escrito por los que aún habían quedado en tierra judaíca.
A los babilonios lo siguieron los persas, sus vencedores, época en que muchos de los judíos inicialmente esclavizados por los
babilonios, volvieron a su tierra natal para reconstruir y levantar el segundo Templo en Jerusalén sobre las ruinas del anterior. Sin
embargo, y aún bajo dominio persa, las tierras de Israel y Judea, hubieron de vivir una nueva invasión la de los griegos, que derrotaron
a los persas.
No fue sino hasta la rebelión de Judas el Macabeo, hacia el 170 a.C. cuando el antiguo reino de Israel quedó bajo dominio judío con el
gobierno de la dinastía de los Hasmoneos.
El último paso de aquel trágico pasado fue hacia el año 6 cuando Roma se anexionó Judea y la convirtió en provincia del Imperio.
Nuevas rebeliones internas asolaron el reino desde el año 66 y fue finalmente cuatro años después, en el año 70, cuando Vespasiano
sofocó aquellas luchas intestinas con la quema de Jerusalén y la nueva destrucción del Templo.
Muchos de aquellos judíos fueron nuevamente exiliados o deportados como esclavos por todo el Imperio Romano en lo que debería
considerarse como una nueva diáspora lo que favoreció la implantación de muchas comunidades judías tanto a lo largo y ancho del
Imperio Romano como del Sasánida. Fueron más de 100 años de florecimiento y expansión de la cultura judía hasta que en el año
200 el rabí Yehudá codificó la ley judía en la Mishná, la que fuera primera parte del libro conocido como el Talmud.
Fueron todos estos siglos de trágicos exilios, de largos periodos de deportación y migración masiva de judíos fuera de Israel. Aquella
reubicación, fuera voluntaria u obligada, se conoció como diáspora en alusión al estado vital de todos aquellos que habitan por
obligación fuera de su tierra natal, sin tierra propia. Aquella diaspora producto de sucesivas invasiones, llevó a los judíos a asentarse
por buena parte de los continentes europeos y asiáticos, por Asia Menor, por Grecia, por Italia, e incluso años después, en España.
Aquella expansión geográfica, los lazos que unían a aquellas comunidades por todo el mundo, tanto culturales como religiosos, los
convirtió en comerciantes de éxito, lo que a su vez, (el éxito comercial y su apatria) los llevó a ser mal tolerados e incluso hostigados
por unos y otros reinos a lo largo de los siglos.
Fueron perseguidos en los primeros siglos de expansión del Islam en Asia Menor. En España fueron obligados a convertirse al
cristianismo so pena de ser expulsados, como así hicieron con muchos en el año 1492 de los reinos de Castilla y Aragón, e incluso
hubieron de asentarse en tierras turcas. No hay que olvidar tampoco la trágica persecución que sufrieron en la Alemania nazi y en
otros países europeos en pleno siglo XX, ni su nueva diáspora en esa última época por media Europa antes de finalmente volver a sus
tierras originales en 1948 donde volvieron a establecer nuevamente un Estado judío de Israel tras declararse independientes.

JESÚS DE NAZARET FUE EL PRINCIPAL DIFUSOR DEL CRISTIANISMO


El origen del cristianismo y sus creencias más importantes. Cristianismo
La cruz es el símbolo del cristianismo
El cristianismo es la religión con más seguidores en todo el mundo. Se basa en las enseñanzas y milagros de Jesús de Nazaret, quien
también es conocido como Cristo. En el cristianismo, Jesús es el hijo de Dios, una persona que ya profetizaba el Antiguo Testamento,
y que murió en la cruz sacrificándose por el resto de seres humanos. Jesús enseño el cristianismo a sus apóstoles, que fueron los que
predicaron su palabra por el resto del mundo, expandiéndolo. Ahora bien, el cristianismo ya desde esta parte comenzó a tener
variaciones.
A través de uno de sus apóstoles, Pablo de Tarso, el cristianismo llegó al Imperio Romano, estando prácticamente en cada rincón para
el 300 d.C. El emperador Constantino I el Grande fue quien la reconoció como religión legal, haciendo que tuviese más fuerza para
poder llegar a más personas.
Así llegó a convertirse en la religión oficial del Imperio con el Edicto de Tesalónica, decretado por Teodosio en el año 380. Poco a poco
fue calando también en los pueblos bárbaros, que tendrían una gran importancia durante la Edad Media.
Las creencias del cristianismo
Jesús de Nazaret y la Biblia, las dos figuras más importantes del cristianismo en la tierra
Entre las distintas variaciones hay ciertos puntos que confluyen y son comunes. Estas son:
Dios es uno y al mismo tiempo tres: Padre, Hijo y Espíritu Santo
Dios creó el mundo y al hombre a su imagen y semejanza, y que es quien conserva el universo.
Jesucristo fue la persona que reveló la verdadera naturaleza de Dios, como su padre y padre de todos
Dios está presente desde el origen de los hombres, cuidando de ellos y dando vida eterna a todos aquellos que buscan la
salvación mediante las buenas obras.
La Biblia es el libro más importante del cristianismo, pues recoge el Nuevo Testamento y el Antiguo Testamento. Aunque sí
es cierto que su contenido se adapta según la iglesia. La Biblia ha ido modificándose a lo largo de los años, como en el
Concilio de Trento, por ejemplo.

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