La época de las revoluciones burguesas (1780-1848)
La doble revolución: dentro de una sociedad predominantemente rural
con sociedades profundamente jerarquizadas en una Europa donde aún la mayoría de las naciones estaba dominada por monarquías absolutas, las transformaciones comenzaron en dos países rivales, dominantes en el occidente europeo: Inglaterra y Francia. Constituyeron dos procesos diferentes pero por su carácter paralelo y por sentar las bases del mundo contemporáneo fueron definidos por el historiador Hobsbawn como “la doble revolución”. Esta doble revolución ocurrió en regiones muy restringidas de Europa, sin embargo sus resultados alcanzaron dimensiones mundiales. La división entre “países avanzados” y “países atrasados” encontró allí sus antecedentes más inmediatos. Estas revoluciones permitieron el ascenso de la sociedad burguesa y dieron origen a otros grupos sociales que pondrían en tela de juicio los fundamentos de su dominación. El ciclo se cierra en 1848 (el año de la última revolución burguesa) y en el que Karl Marx publicaba el Manifiesto Comunista.
La revolución Industrial en Inglaterra
Decir que “estalló” la revolución industrial significa que entre 1780 y 1790 comenzó a registrarse un aceleramiento del crecimiento económico. La capacidad productiva superaba límites y obstáculos y parecía capaz de una ilimitada multiplicación de hombres, bienes y servicios. Implicó cambios cualitativos: las transformaciones se producían en y a través de una economía capitalista. El capitalismo es un sistema de producción pero también de relaciones sociales, ya que su principal característica es el trabajo proletario, es decir, de quienes venden su fuerza de trabajo a cambio de un salario. Para que esto ocurra debe haber un presupuesto: quienes venden su fuerza de trabajo no tienen otra forma de subsistencia porque han perdido (a diferencia de los artesanos o de los campesinos) la propiedad de los medios de producción. Por lo tanto la principal característica del capitalismo es la separación entre los productores directos, la fuerza de trabajo y la concentración de los medios de producción en manos de otra clase social, la burguesía. El proceso de constitución del capitalismo comienza en el siglo XIV con la crisis feudal; en el siglo XVI el desarrollo del sistema domiciliario rural; en el siglo XVII la crisis que desintegró las antiguas formas de producción y en Inglaterra las revoluciones que introdujeron reformas políticas. Pero fue en el siglo XVIII que la Revolución Industrial afirmó el desarrollo de las relaciones capitalistas, en la medida que la aparición de la fábrica terminó por afirmar la separación entre trabajo y medios de producción. Los orígenes de la Revolución