Está en la página 1de 9

See discussions, stats, and author profiles for this publication at: https://www.researchgate.

net/publication/26602488

Los aportes de la Teoría de la Mente (ToM) a la Psicopatología del Desarrollo

Article · January 2004


Source: DOAJ

CITATIONS READS
18 1,702

1 author:

Felipe Lecannelier
University of Desarrollo
33 PUBLICATIONS   561 CITATIONS   

SEE PROFILE

All content following this page was uploaded by Felipe Lecannelier on 24 March 2014.

The user has requested enhancement of the downloaded file.


Terapia psicológica
Sociedad Chilena de Psicología
Clínica
sochpscl@entelchile.net
ISSN (Versión impresa): 0716-6184
CHILE

2004
Felipe Lecannelier A.
LOS APORTES DE LA TEORÍA DE LA MENTE (TOM) A LA PSICOPATOLOGÍA DEL
DESARROLLO
Terapia psicológica, , año/vol. 22, número 001
Sociedad Chilena de Psicología Clínica
Santiago, Chile
pp. 61-67

Red de Revistas Científicas de América Latina y el Caribe, España y Portugal

Universidad Autónoma del Estado de México

http://redalyc.uaemex.mx
Copyright 2004 by Sociedad Chilena de Psicología Clínica
TERAPIA PSICOLÓGICA ISSN 0716-6184
2004, Vol.22, Nº 1, 61-67

Los aportes de la Teoría de la Mente (ToM) a la Psicopatología del


Desarrollo
Contributions of the Theory of the Mind (ToM) to Developmental Psychopathology

Felipe Lecannelier A.
Universidad del Desarrollo, Chile*

(Rec: 26-diciembre-2003 Acep: 25-abril-2004)


En los últimos años, los procesos de cognición social han cobrado una relevancia determinante en todos aquellos enfo-
ques sobre el desarrollo cognitivo y afectivo del ser humano. Sin embargo, las aplicaciones del rol de estos procesos en
aquellos modelos de corte más bien clínicos, aunque de un potencial enorme, no han alcanzado el impacto deseado. El
presente artículo pretende ser un aporte teórico a la aplicación de la Teoría de la Mente a la psicopatología infantil y
adulta. Su objetivo consiste en mostrar que el concepto de teoría de la mente como mecanismo de regulación personal y
social, unido a otros mecanismos de autorregulación (tales como el control de la atención, o el control ejecutivo) pueden
ser de gran utilidad para ampliar el conocimiento sobre la ya naciente y prometedora Psicopatología del Desarrollo. Su
relevancia práctica radica en la formulación de estrategias terapéuticas mas específicas y centradas en el cambio de
mecanismos mentales de regulación específicos.
Palabras claves: Teoría de la Mente, psicopatología del desarrollo, apego.

In the past years, social cognition processes have gained attention from all cognitive and affective developmental
perspectives. However, the applications of these processes in clinical models, with an enormous potential, have not
produced the expected impact. The present article aims at providing a theoretical contribution of the application of the
Theory of the mind to child and adult psychopathology. Its objective is to show that the concept of a theory of the mind,
as a mechanism of individual and social regulation, in addition to other autoregulatory mechanisms (such as attention
control or executive control) can be useful to enhance knowledge of the developing and promising field of Developmental
Psychopathology. Its practical relevance rests on specific therapeutical strategies that are centered on changing mental
mechanisms that have specific regulation.
Keywords: Theory of mind, Developmental Psychopathology, Attachment.

Introducción de la psicopatología del desarrollo. Con los nuevos cono-


cimientos que están desarrollándose, tanto clínicos como
Aunque parezca extraño, este artículo empezará con investigadores, discutirán y estudiaran los niños con seve-
su conclusión. Esta conclusión se relaciona con las nuevas ros trastornos tempranos de la comunicación social, en
ideas que están emergiendo a través de un sinnúmero de es- términos de clases de genes, patrones de interacción am-
tudios sobre el desarrollo de los trastornos psicológicos des- biente-genes, mecanismos neurocognitivos subyacentes,
de la infancia hasta la edad adulta (es decir, estudios módulos y sistemas de desarrollo, descripción de múlti-
longitudinales) sobre la psicopatología y su dinámica proce- ples caminos del desarrollo que conllevan a diversos tipos
sal y ontogénica (Morrell & Murray, 2003; Nagin & de desórdenes, y los múltiples caminos evolutivos e histó-
Tremblay, 2001; Waters, Merrick, Treboux, Crowell & ricos que conducen a determinadas patologías, y así suce-
Albersheim 2000, y muchos otros). Esta idea de sivamente... El conocimiento creciente sobre el desarrollo
psicopatología es lo que implícitamente se desea defender y funcionamiento del cerebro y sus sistemas conductuales/
como el modo o el camino que podrá conducir a articular un cognitivos/afectivos asociados proveerán del mismo tipo
modelo de psicopatología más cercano a los modelos expli- de conocimiento que ha permitido a la medicina el mover-
cativos y dinámicos (que posee, por ejemplo, la medicina). se desde manifestaciones observables de las enfermeda-
Para poder aclarar de un modo más certero la intención de des hacia la explicación sobre la base de mecanismos
lo que se desea explicar, es imprescindible partir citando a una (psicopatofisiológicos)” (Baron-Cohen, Tager-Flusberg, &
de las personas que mejor han aplicado esta idea de Cohen, 2001, p. xii).
Psicopatología del Desarrollo al estudio del autismo y su es- Estos comentarios introductorios de este autor resumen,
pectro. Esta persona se llama Simon Baron-Cohen y asevera: en cierta medida, el camino por el que se piensa debe transi-
“Los avances en las ciencias del desarrollo de la con- tar la psicopatología, con el objetivo de pasar desde una
ducta y la neurociencia... lo más probable es que van a trans- psicopatología descriptiva/especulativa hacia un enfoque de
formar los sistemas de clasificación y diagnóstico. En el futu- la salud mental explicativo y basado en la evidencia.
ro, los términos diagnósticos actuales se irán desvanecien- Como esta noción de psicopatología se constituye en la
do en la medida que entendamos más sobre la ciencia epistemología y enmarque conceptual del presente artícu-
*
lo es necesario detenerse brevemente en articular un poco
Correspondencia: flecannelier@udd.cl
mas ésta visión.
62 LECANNELIER

Las grandes características de la psicopatología se pue- analizarán aquí contemplan lo que se conoce como “Teoría
den resumir de la siguiente manera: de la Mente” (o mentalización) en sus vertientes explícitas
a. La psicopatología es un proceso dinámico/proce- e implícitas. Es muy importante remarcar que la explica-
sal que se comprende no en términos de “categorías ción de ambos mecanismos ni siquiera alcanza para deli-
diagnósticas” sino a través de “caminos del desarrollo”. mitar de un modo ni cercanamente exhaustivo la totalidad
Esto implica que no se puede comprender un trastorno de mecanismos de regulación abordados. Esto, dado que
determinado cortando el tiempo en los momentos de- el modelo contempla un sinnúmero de otros procesos (ta-
terminados sin haber analizado el camino del desarrollo les como los mecanismos de regulación emocional, el con-
recorrido por ese individuo (Bowlby, 1988; Sroufe, 1997). trol forzado de la atención, el control ejecutivo, las tenden-
Sólo la comprensión de las trayectorias ontogénicas que cias temperamentales hacia la aproximación/evitación y
recorre cada individuo posibilitará el construir una visión mecanismos de atención conjunta).
más dinámica y completa de la psicopatología. Se explicará brevemente este enfoque de la Teoría de la
b. El principio básico que ordena todo “camino re- Mente, en sus aspectos tradicionales (es decir, como un
corrido” o por recorrer se podría englobar en el con- enfoque netamente cognitivista), en sus aspectos actuales
cepto de “transacción” (o modelo transaccional). A (como un enfoque de corte más bien clínico), y se termina-
grandes rasgos lo que se plantea es que, independiente rá buscando una posible integración de ambos modelos, de
de la normalidad o anormalidad de la persona, todo ser acuerdo al proyecto de investigación que el autor ha estado
vivo es un proceso histórico que transita en un juego desarrollando (Lecannelier, 2002a, b). Subyacente a este
transaccional constante entre genes/ambiente, factores ensayo se encuentra la idea de que una transformación len-
protectores/riesgo, adaptaciones previas/circunstancias ta y gradual se está produciendo en el enfoque de la Teoría
nuevas, etc. (Sameroff & Fiese, 2000a). de la Mente, desde los enfoques cognitivos hasta un posi-
c. Si la psicopatología se comprende como cami- ble modelo de regulación vincular.
nos del desarrollo que van fluctuando y cambiando de
acuerdo a un proceso transaccional constante, enton-
ces, una de las principales variables que determinan el La teoría de la mente cognitiva
hecho de que uno siga uno u otro camino es la existen- Antes de hablar de un modo más específico sobre este
cia de ciertos mecanismos procesales y dinámicos de enfoque, es importante aclarar que el nombre de “Teoría de
autorregulación/enfrentamiento/protección de la ad- la Mente” es tremendamente inapropiado dentro del contex-
versidad y la vida (Fonagy, 2003; Lecannelier, 2002a to de lo que se explicará. Otras personas le han llamado “lec-
b; Posner & Rothbarth, 2000). Esto es algo muy im- tura de mentes” (Whiten, 1991), “mentalización” (Fonagy
portante ya que en el fondo, si bien el ambiente y las & Target, 1997), “cognición social” (Malle, Moses &
condiciones de riesgo son tremendamente relevantes, Baldwin, 2001), “función reflexiva” (Fonagy, Steele, Steele
es el desarrollo de estos mecanismos de regulación los & Target, 1998), “maquiavelismo” (Byrne & Whiten, 1988).
que hacen la diferencia entre el transitar en el camino a. Qué es la Teoría de la Mente?
de la normalidad o en el de la psicopatología. El concepto de ToM, aunque en un principio es bastan-
d. Las relaciones tempranas no son consideradas te simple de comprender, en el fondo es una idea que re-
como generadoras determinantes de psicopatología, quiere de mayores análisis. Esto ya que por un lado se la
sino como “propensiones iniciales” que aumentan o tiende a confundir con empatía (dado que poseen una cier-
disminuyen la tendencia a la psicopatología (Fonagy, ta similitud), y por el otro lado, se lo iguala a muchos con-
Gergely, Jurist & Target, 2002; Gunnar & Cheatham, ceptos ya planteados por los psicólogos (tales como “toma
2003; Sroufe, 1997, Thompson, 2000). de perspectiva”, “interpretación”, “metacognición”, etc.).
Tal como se mencionó anteriormente, ésta vendría a Un ejemplo, para comprender lo que es la ToM se podría
ser la conclusión de lo que se pretende mostrar brevemente articular con la siguiente situación: Si yo me encuentro ha-
en este artículo. A grandes rasgos, el objetivo es delinear blando frente a un grupo de personas, y de un modo súbito
algunas ideas sobre un modelo de psicopatología del desa- un grupo de ellos se levanta y se va, de un modo automático
rrollo para comprender determinados trastornos infantiles yo voy a tratar de comprender su conducta (lo observable) a
(y a futuro, también trastornos adultos). El modelo en cues- través de hipotetizar o inferir que su conducta estuvo co-
tión pretende, por un lado, comprender determinados me- mandada por determinados estados mentales o internos
canismos de regulación/protección que permitan diferen- (como por ejemplo, “él se fue, porque se molestó con mis
ciar a aquellos niños con mayor propensión presente y fu- comentarios” (inferencia de estados emocionales); “él se fue
tura hacia la psicopatología, y por el otro, determinar que, porque creía que la conferencia había terminado” (inferen-
como se comprenderá posteriormente, el “mal uso”, “buen cia de creencias); o “él se fue porque había planificado ir a
uso” o “no uso” de estos mecanismos depende de los con- la playa” (inferencia de planes). En el fondo, me hago una
textos vinculares tempranos (Lecannelier, 2002a). Los dos teoría de la mente del otro a través del inferir o hipotetizar
mecanismos de regulación/protección principales que se una serie de estados mentales para explicarme su conducta.

TERAPIA PSICOLÓGICA 2004, Vol.22, Nº1, 61-67


LOS APORTES DE LA TEORÍA DE LA MENTE (ToM) A LA PSICOPATOLOGÍA DEL DESARROLLO 63

Entonces, esta capacidad o mecanismo automático (táci- Como se mencionará posteriormente, si bien la ToM se
to) de atribuir estados mentales a los otros (y a uno mismo) desarrolla plenamente a los 4 años, las diferencias indivi-
para poder comprender y predecir su conducta, es lo que se duales y la especialización o disociación de este mecanis-
llama ToM (Astington, 1993; Astington & Olson, 1995; mo en la edad adolescente y adulta proporciona índices
Riviere & Núñez, 1996). Esta capacidad es algo que todos muy claros de que el proceso es bastante mas complejo de
(o casi todos) realizamos cotidianamente cada vez que la lo que se pensaba (Fonagy, Gergely, Jurist & Target, 2002).
conducta de los otros o la de uno mismo se desvía de los c. ¿Cuáles son las funciones de la ToM?
parámetros canónicos de nuestra experiencia (es decir, de lo La psicología cognitiva ha permitido, a su vez, compren-
que habitualmente esperamos de los otros y de uno mismo, der el sinnúmero de funciones que esta importante habilidad
y bajo determinados contextos). Por eso, mucha gente tien- posee. Estas se pueden resumir en los siguientes postulados:
de a llamarle a este enfoque “Psicología Popular”, ya que ° La ToM me permite poder comprender y predecir la
somos psicólogos natos, o mejor dicho es la habilidad de “ser conducta de los otros. La conducta se hace regular y cohe-
psicólogos naturales” la que nos permite anticipar, compren- rente al atribuirle estados mentales a sus rasgos observa-
der y predecir la conducta de los otros y lo de uno mismo bles (Premack & Woodruff, 1978).
(Dennett, 1978). Es esta habilidad la que se encuentra a la ° La ToM me permite engañar y mentir a los otros. El enga-
base de la adaptación social y personal. ño y la mentira suponen que yo quiero influir no en la conducta
b. ¿Cómo se desarolla la ToM? del otro, sino en su mente (Chandler, Fritz & Hala, 1989).
El enfoque de la ToM nace en primatología a fines de ° La ToM me permite “jugar con la realidad”. Es decir,
los años setenta (Premack & Woodruff, 1978), pero rápida- que puedo pasar de la ficción a la realidad, e incluso con-
mente se extiende a la psicología cognitiva, que es el lugar fundir las dos (Fonagy & Target, 1997).
en donde ha crecido y madurado (Astington, 1993; Gopnik, ° La ToM me permite una mejor comunicación con los
1993; Gopnik & Meltzoff, 1997; Leslie, 1987; Perner, 1991; otros, y una mayor adaptación social y contextual. Esto
Riviere & Núñez, 1996; Whiten, 1991, Wimmer & Perner, ya que se infiere mejor el significado intencional de la pa-
1983 y otros). Más de 15 años de investigaciones sobre este labra y la situación (Dunn & Brown, 1994).
proceso han permitido no solo delimitar cómo se desarrolla Tal como se mencionó, el enfoque de la ToM ha encon-
este proceso (que es lo que se articulará ahora) sino las fun- trado su nicho preferentemente dentro de la tradición
ciones adaptativas que posee (que se desarrollará de un modo cognitiva. Esto ha generado dos consecuencias un poco
muy breve posteriormente). indeseables para los que nos interesa también un aspecto
A grandes rasgos, la progresión ontogénica de la teo- más clínico y de salud mental: (1) La ToM ha sido conside-
ría de la mente es la siguiente: rada una teoría meramente cognitiva, algo así como una
° 0-8 meses: Se desarrollan los precursores afectivos e especie de módulo innato (lo que implica que sus compo-
intersubjetivos de la ToM, considerados como una capaci- nentes subjetivos no son muy considerados); (2) La ToM
dad innata del bebé para coordinarse e imitar afectivamente ha sido solo estudiada dentro de sus aspectos normativos
a los otros (Gergely & Watson, 1999; Hobson, 1993; (lo que implica que no ha habido un interés por las impor-
Meltzoff & Moore, 1977; Stern, 1985, 1994; Trevarthen, tantes y evidentes diferencias individuales en el desarrollo
1993; Trevarthen & Aitken, 2001;Tronick, 1989). de este mecanismo). Estas dos razones han generado que
° 9 meses: Se produce lo que se llama la “revolución la aplicación de este importante mecanismo haya sido poco
mental de los 9 meses, en donde se empiezan a observar considerado dentro de los ámbitos más bien clínicos (más
los índices claros de atribución de mente e intencionalidad. allá del estudio del autismo y otros trastornos del desarro-
Estos índices se observan a través de habilidades tales llo). Aún así, desde hace poco una emergente tendencia se
como la atención conjunta (Carpenter, Nagell & ha observado (Corcoran, 2000).
Tomassello, 1998; Tomassello, 1999) la referencia social
(Campos & Sternberg, 1981), la capacidad de bromear La Teoría de la Mente Clínica
(teasing) (Reddy, 1991).
° 18 meses: Se observan los procesos de simulación de La tendencia de aplicar el enfoque de la ToM a pobla-
escenarios hipotéticos (Astington, 1993; Harris, 1989; ciones clínicas es algo extremadamente reciente (Corcoran,
Leslie, 1987; Perner, 1991). 2000). Esto significa que son bastante escasos los estudios
° 24 meses: Atribución de emociones y deseos en los que pretenden relacionar ToM a determinados trastornos
otros y en uno mismo (Bartsch & Wellman, 1995; Harris, en la infancia. No es la intención de este artículo hacer un
1989; Repacholi & Gopnik, 1997). repaso exhaustivo de esos estudios, sino que utilizar algu-
° 36 meses: Inferencia de las características de la mente nos de ellos para plantear un problema de investigación y
(Baron-Cohen & Cross, 1992). teórico muy interesante, al que pretendo proponer un esbo-
° Desde los 48 meses: Desarrollo cuasi-completo del zo de solución posteriormente.
“equipo” de la ToM (Wellman, 1990; Yirmiya, Erel, El sentido común clínico nos diría que, de un modo
Shaked & Solomonica-Levi, 1998). obvio, a mayor trastorno de conducta o trastorno psicoló-

TERAPIA PSICOLÓGICA 2004, Vol.22, Nº1, 61-67


64 LECANNELIER

gico, menor capacidad de ToM. Sin embargo, afortunadamente afectada por ambas). Esto plantea la pregunta si todo desa-
no siempre se confirma el principio construccionista en con- rrollo de la ToM es adaptativo (y en qué contextos).
tra de la idea de que a los investigadores solo les gusta confir- Por ende, estos estudio revelan que:
mar y distorsionar los datos para su propia conveniencia. ° La ToM explícita puede ser usada para “hacer el bien”
En términos simples, los pocos estudios han confirma- como para “hacer el mal” (el lado oscuro de la ToM).
do lo siguiente: ° La ToM explícita no permite diferenciar niños con
° Los niños “bullying” 1 tienden a tener un mayor de- trastornos y niños normales.
sarrollo de la ToM cognitiva (explícita). Se hipotetiza que ° La ToM implícita tiende a estar más disminuida en el
es justamente su mayor capacidad para engañar, manipular caso de los niños con trastornos psicológicos.
y controlar a los otros lo que se deriva del hecho de que ° No todo uso desarrollado de la ToM posee consecuen-
estos niños son tremendamente hábiles en nunca ser reco- cias beneficiosas para la gente.
nocidos como los maltratadores, y en infundir un total con- ° No todo trastorno puede explicarse solamente en base
trol sobre los otros (Smorti, 1999; Smith & Miron-Wilson, a una mayor o menor capacidad de la ToM (otros mecanis-
1998; Sutton, Smith & Swettenham, 1999). mos se deben de considerar).
° Los niños con “trastornos de conducta” tienden a te- Entonces, esto obliga a plantear ciertas preguntas fun-
ner igual desarrollo de la ToM cognitiva que los niños nor- damentales:
males, pero estos niños tienden a usar esta capacidad más ° ¿Qué es lo que hace que una persona use su ToM para
en contextos antisociales que prosociales (Happé & Frith, hacer el bien o para hacer el mal?
1999). Es decir, poseen una Teoría de la Mente “intacta”, ° ¿Qué es lo que hace que un niño desarrolle más su
pero tienen una Teoría de la Mente “malvada”. ToM explícita o implícita?
° Los niños con problemas de conducta tienden a desa- ° ¿Cuáles son los criterios que permiten delimitar cuando
rrollar una igual o mayor capacidad de ToM cognitiva, pero el uso de la ToM es beneficioso o no? (cuándo generan
tienden a tener mayores dificultades para inferir estados más o menos sufrimiento).
emocionales en un contexto social (lo que se podría referir Con estas preguntas, paso a articular brevemente unas
como ToM implícita). Este tipo de Teoría de la Mente se ideas de un modelo de ToM.
puede comprender como la capacidad de leer los estados
emocionales a través de sus acciones y expresiones facia-
Un modelo de Psicopatología del Desarrollo:
les (Baron-Cohen,Wheelwright, Hill, Raste & Plumb,
2001). Así mismo, la variable de “control ejecutivo” era la
Mentalización, apego y autorregulación
mas diferenciadora entre estos niños y los normales, lo que A mi parecer uno de los grandes problemas de los estu-
indica que la ToM no actúa sola, sino en conjunción con dios entre ToM y psicopatología mencionados anteriormente
otros mecanismos (Hughes, Dunn & White, 1998; Hughes, es que son estudios que carecen de un fundamento nuclear
White, Zarpen & Dunn, 2000). organizador que permita ordenar, interpretar y significar estos
° La capacidad de inferir emociones en la edad pre- datos de un modo más coherente. Sin este fundamento, los
escolar se correlaciona negativamente con la tendencia a datos se podrían decir que “quedan volando” en el vacío, sin
presentar conductas agresivas en la edad escolar. Es decir, un suelo teórico y conceptual firme que los sustente.
que la ToM implícita en edades tempranas predice conduc- Uno de los posibles “lugares” más importantes para
tas agresivas en edades posteriores (Denham & cols., 2002). proporcionar estos fundamentos radica en nuestro pasado
° Los niños pre-escolares que poseen un mayor desarro- evolutivo. Es decir, que somos seres evolutivos por esen-
llo de la ToM (explícita e implícita) tienden a verse más afec- cia. Dentro de este legado filogenético, se ha planteado úl-
tados por la crítica, frente a los niños con menor desarrollo timamente que el “valor evolutivo agregado” que diferen-
de la ToM (Cutting & Dunn, 2002). Por otra parte, se sabe cia a los seres humanos del resto de las otras especies es el
que un número importante de niños bullying tienden a tener haber desarrollado un tipo de vínculo afectivo entre los
una alta autoestima (Olweus, 1993). La razón de esto radica congéneres que posibilita la emergencia y desarrollo de
en el hecho de que al poseer la capacidad de leer las inten- todas las habilidades que identificamos como esencialmente
ciones a los demás, uno lee las buenas y las malas (y se ve humanas (Belsky, 1999; Bowlby, 1988; Corballis & Lea,
1999; Jones, Martín & Pilbeam, 1992; Lecannelier, 2000;
1
Los niños bullying (o matones) se refieren a aquellos niños que tienden a Suomi, 1999; Trevarthen & Aitken, 2001, y otros) Se en-
maltratar de un modo sistemático y permanente a otros niños de su mis-
ma edad (o nivel de desarrollo) (Tattum & Lane, 1988). El bullying se ha tiende que el vínculo que se produce entre cría y cuidador
constituido durante las últimas décadas en una problemática social, da- se convierte, en este contexto, en el espacio nuclear de la
das las consecuencias desastrosas que sufren las víctimas de estos ata- evolución y desarrollo de la mente 2
ques (y dada la continuidad de la conducta violenta de los abusadores, a 2
través de todo el ciclo vital). El enfoque predominante considera a las No deja de ser interesante mencionar que la otra gran “habilidad” que se
víctimas, los matones y los testigos dentro de una dinámica familiar y plantea que nos diferencia del resto de las especies es justamente la
educacional que opera en diversos niveles (Lecannelier, 2001b). capacidad de intencionalidad o lectura de mentes (Tomassello, 1999;
Bogdan, 2000; y otros).

TERAPIA PSICOLÓGICA 2004, Vol.22, Nº1, 61-67


LOS APORTES DE LA TEORÍA DE LA MENTE (ToM) A LA PSICOPATOLOGÍA DEL DESARROLLO 65

Entonces, es el apego lo que nos podría dar el funda- que podría ser que los estilos seguros tiendan a hacer un
mento que necesitamos para darle una mayor coherencia a uso equilibrado de su ToM explícita e implícita (no así los
las posibles relaciones entre ToM, psicopatología y meca- estilos evitantes y ambivalentes).
nismos reguladores/protectores. ° Los niños que tienen padres que suelen usar el enga-
¿Cuáles son las evidencias que se poseen al respecto? ño y la mentira para controlarlos, suelen utilizar las mis-
a. Evidencias directas. mas estrategias para controlar y relacionarse con sus pares
Peter Fonagy y su equipo del University College London (que es una estrategia de engaño para poder controlar y
y Anna Freud Centre llevan ya más de una década elabo- predecir la conducta de los otros). Esta es una evidencia
rando las posibles relaciones entre ToM y Apego. A gran- que se puede presentar a favor del hecho de porqué ciertos
des rasgos, ellos han evidenciado lo siguiente (Fonagy, niños usan la ToM para engañar y otros para comunicarse
Steele, Moran, Steele & Higgitt, 1991; Fonagy, Steele, y relacionarse con los otros.
Steele, Leigh, Kennedy, Matón & Target, 1997; Fonagy, ° Los niños que tienen una mayor capacidad de ToM
Steele, Steele & Holder, 1997; Fonagy & Target, 1997; explícita e implícita tienden a evaluar tanto las claves
Fonagy, Target & Gergely, 2000; Fonagy, Gergely, Jurist contextuales como el uso adecuado de sus conductas y es-
& Target, 2002; Fonagy, 2000, 2003). trategias de regulación emocional.
° Los padres que poseen un moderada a alta capacidad De todo esto, se desprende que los estudios de ToM
de Función Reflexiva (FR) tendían a tener 3 o 4 veces más aplicados a la clínica podrían verse mejorados si se adicio-
probabilidad de tener niños con apego seguro. na una variable que posibilite el ordenar y explicar una se-
° Los niños con apego seguro tendían a desarrollar más rie de datos desconectados que han proporcionado los en-
y precozmente la ToM. foques de ToM. La variable “apego” podría ser, más que
° Los niños que tenían padres con moderada a alta FR, un mecanismo, un contexto que permita comprender, tanto
tendían a desarrollar más y mas precozmente la ToM. las diferencias individuales del desarrollo de la ToM como
° Existe una relación aditiva, en el sentido de que los su buen o mal uso. Al parecer, el apego sería el contexto
niños que tenían una relación segura con ambos padres para la formación y desarrollo de este y otros mecanismos
(87%) pasaban más los tests de ToM frente a los que tenían reguladores de la experiencia.
una relación segura con uno de los padres (63%), y con
ninguno de los padres (50%).
Conclusiones
° Existe una relación significativa entre capacidad de
mentalización y determinados trastornos en la edad adulta, ta- Como conclusión, de acuerdo a todo lo planteado ante-
les como personalidades borderline, violencia extrema y otros. riormente, y siendo coherente con un modelo de
Por lo tanto, el modelo simplificado que plantea Fonagy psicopatología del desarrollo, se puede afirmar lo siguiente:
consiste en que los padres que han desarrollado una habili- La interacción de las variables constitucionales junto
dad moderada a alta de Función Reflexiva, tienden a tener con las experiencias tempranas de apego tempranas sien-
niños con apego más seguro, los que a su vez tienden a desa- tan una “propensión inicial” para el mayor o menor desa-
rrollar una mayor habilidad de ToM. Los padres, al mentalizar rrollo de ciertos mecanismos de regulación/protección. El
la conducta de sus hijos, permiten a éstos poder verse refle- apego influye en la tendencia a la adaptación a través de la
jados en las actitudes, conversaciones y expresiones facia- puesta en funcionamiento de estos mecanismos de regula-
les, como seres con mente (Lecannelier, 2001a, b). ción bio-psico-social. En el fondo, el legado de los víncu-
b. Evidencias indirectas (Patricia Crittenden). los tempranos reside justamente en que los cuidadores, en
Patricia Crittenden es una investigadora de la Univer- el contexto de interacciones afectivas reguladoras de estrés,
sidad de Miami que ha elaborado lo que ella llama un “Mo- le “enseñarían implícitamente” a sus hijos ciertos meca-
delo dinámico-maduracional” para comprender las trayec- nismos de enfrentamiento de la adversidad posterior. La
torias ontogenéticas del apego (Crittenden, 1995; 2002).3 complejidad de la conducta de apego de los padres reside
Relacionado al argumento que se desea plantear en este en el hecho de que son variados los mecanismos de regula-
artículo, de su modelo se desprende lo siguiente: ción que van desarrollando los seres humanos (y operan en
° Los diversos estilos de apego tienden a realizar un diversos niveles). Así, existen mecanismos de interpreta-
uso diferencial de las cogniciones y las emociones. Así, los ción social (ToM), de control ejecutivo, de control de la
estilos evitantes suelen usar las cogniciones, pero no así atención, de regulación afectiva, etc.
las emociones, y lo contrario en el caso de los estilos Cuando los niños han desarrollado un patrón vincular
ambivalentes. Los estilos seguros tienden a hacer un uso generador de un buen desarrollo de estos mecanismos tien-
balanceado de ambas informaciones. De esto se desprende den a ser más eficaces y flexibles en adaptarse a las com-
3
Dado que el modelo de Patricia Crittenden es bastante complejo y plejidades sociales y personales crecientes que demanda la
completo, sólo me referiré a los hallazgos que se relacionan al argu- vida. No es que los niños no sufran, sino que el sufrimiento
mento que se desea plantear en este artículo. Para un resumen muy
completo ver Crittenden (2002).
tienden a regularlo de un modo progresivo. Por el contra-

TERAPIA PSICOLÓGICA 2004, Vol.22, Nº1, 61-67


66 LECANNELIER

rio, si los niños han desarrollado historias de apego social cognition predicts young children´s sensitivity to criticism.
Journal of Child and Psychiatry, 43(7), 849-860.
inhibidoras del desarrollo de estos mecanismos, la vida en
Denham, S.; A. Caverly, S.; Schmidt, M.; Blair, K.; DeMulder, E.; Caal,
sociedad se torna más demandante, estresante, lo que obli- S.; Hamada, H. & Mason, T. (2002). Preschool understanding of
ga a la puesta en funcionamiento de ciertas estrategias emotions: Contributions to classroom anger and aggression. Journal
relacionales y conductuales para poder organizar la vida hu- of Child and Psychiatry, 43(7), 901-916.
Dennett, D. (1978). The intentional stance. Cambridge: MIT Press.
mana (hiperactividad, violencia, depresión y alejamiento, etc).
Dunn, J. & Brown, J. (1994). Affect expression in the family, children´s
De este modelo se deriva tanto, una noción clínica/expli- understanding of emotions, and their interactions with others. Merrill-
cativa para comprender la psicopatología (de la que desgra- Palmer Quaterly, 40, 120-137.
ciadamente no hay tiempo de explicitar), así como un mode- Fonagy, P. (2000). Attachment, reflective function, conduct disorders and
violence. Paper presentado en la American Academy of Child and
lo empírico que valide y complejize esta noción clínica.
Adolescent Psychiatry, Puerto Vallarta, Mexico.
Por lo tanto, y ahora sí termino con la conclusión, ésta es Fonagy, P. (2003). The development of psychopathology from infancy to
la idea a la que yo adhiero de lo que debe ser y será la adulthood: The mysterious unfolding of disturbance in time. Infant
psicopatología, es decir, una Psicopatología del Desarrollo. Mental Health Journal, 24(3), 212-239.
Fonagy, P.; Steele, H.; Moran, G.; Steele, M. & Higgitt, A. (1991). The
capacity for understanding mental states: The reflective self in parent
Referencias and child and its significance for security of attachment. Infant Mental
Health Journal, 13, 200-217.
Astington, J.W. (1993). El descubrimiento infantil de la mente. Madrid: Fonagy, P.; Steele, M.; Steele, H.; Leigh, T.; Kennedy, R.; Mattoon, G. &
Ediciones Morata. Target, M. (1995). Attachment, the reflective self, and borderline states:
Astington, J.W. & Olson, D. (1995). The cognitive revolution in children´s The predictive specificity of the Adult Attachment Interview and
understanding of mind. Human development, 38, 179-189. pathological emotional development. En S. Goldberg, R. Muir y J. Kerr
Baron-Cohen, S. & Cross, P. (1992). Reading the eyes: Evidence for the (eds), (1995) Attachment theory: Social, developmental and clinical
role of perception in the development of a theory of mind. Mind and perspectives. New York: Analytic Press.
Language, 6, 173-186. Fonagy, P.; Steele, H.; Steele, M. & Holder, J. (1997). Attachment and
Baron-Cohen, S.; Tager-Flusberg, H. & Cohen, D.J. (2000). Understanding theory of mind: Overlapping construct? ACPP Ocasional papers (14).
other minds: Perspectives from autism and developmental cognitive Fonagy, P. & Target, M. (1996). Playing with reality I: Theory of mind
neuroscience. Oxford: Oxford University Press. and the normal development of psychic reality. International Journal
Baron-Cohen, S.; Wheelwright, S.; Hill, J.; Raste, Y. & Plumb, I. (2001). of Psycho-Analysis, 77, 217-234.
The “Reading the Mind in the Eyes” test revised versión: A study with Fonagy, P. & Target, M. (1997). Attachment and reflective function: Their
normals adults, and adults with Asperger Síndrome or High-functioning role in self-organization. Development and Psychopathology, 9, 679-
autism. Journal of Child and Psychiatry, 42 (2), 241-251. 700.
Belsky, J. (1999). Modern evolutionary theory and patterns of attachment. Fonagy, P.; Steele, M.; Steele, H. & Target, M. (1998). Reflective function
En J. Cassidy & Ph.R. Shaver (eds), Handbook of attachment. Theory, manual for application to Adult Attachment Interview. London:
research and clinical applications. New York: Guilford Press. University College London.
Bowlby, J. (1988). Una Base Segura. Aplicaciones clínicas de una teoría Fonagy, P.; Target, M. & Gergely, G. (2000). Attachment and borderline
del apego. Buenos Aires: Editorial Paidós. personality disorder. A Theory and some evidence. The Psychiatric
Byrne, R. & Whiten, A. (eds) (1988). Machiavellian intelligence: Social Clinics of North America, 23(1), 103-122.
expertise and the evolution of intellect in monkey, apes and humans. Fonagy, P.; Gergely, G.; Jurist, E.L. & Target, M (2002). Affect regulation,
Oxford: Oxford University Press. mentalization and the development of the self. Londres: Other Press.
Campos, J. & Sternberg, C.R. (1981). Perception, appraisal and emotion: Gergely, G. & Watson, J. (1999). Early social-emotional development:
The onset of social referencing. En M.E. Lamb & L.R. Sherrod (eds), Contingency perception and the social biofeedback model. En P. Rochat
Infant social cognition. Hillsdale, NJ: Lawrence Erlbaum. (Ed), (1999) Early social cognition: Understanding others in the first
Carpenter, M.; Nagell, & Tomasello, M. (1998). Social cognition, joint months of life. Hillsdale, New Jersey: Erlbaum.
attention, and communicative competence from 9 to 15 months of age. Gopnik, A. (1993). How we know our minds: The illusion of first-person
Monograph of the Society for Research in Child Development, 63(4),(se- knowledge about intentionality, Behavioral and Brain Science, 16, 1-
rial N°255). 14.
Chandler, M.J. Fritz, A.S. & Hala, S.M. (1989). Small scale deceit: Gopnik, A.; Meltzoff, A. (1997). Words, thoughts, and theories.
Deception as a marker of 2-3-, and 4-year olds´ early theories of mind. Cambridge: MIT Press.
Child Development, 60, 1263-1277. Gunnar, M.; & Cheatham, C. (2003). Brain and behavior interface: Stress
Corballis, M.C. & Lea, S.E.G. (1999). The descent of mind. Psychological an the developing brain. Infant Mental Health Journal, 24(3), 195-
perspectives on hominid evolution. Oxford: Oxford University Press. 211.
Corcoran, R. (2000). Theory of mind in other clinical conditions: is a Happé, F. & Frith, U. (1999) Theory of mind and social impairment in
selective “theory of mind” deficit exclusive to autism?. En S. Baron- children with conduct disorder. British Journal of Developmental
Cohen, H. Tager-Flusberg & D.J. Cohen (eds), (2000). Understanding Psychology, 14, 385-398.
other minds: Perspectives from autism and developmental cognitive Harris, P. (1989). Los niños y las emociones. Buenos Aires: Alianza Edi-
neuroscience. Oxford: Oxford University Press. tores.
Crittenden, P.M. (1995). Attachment and Psychopathology En S. Goldberg, Hughes, C.; Dunn, J. & White, A. (1998). Trick or treat? Uneven
R. Muir & J. Kerr (Eds.), (1995). John Bowlby’s Attachment Theory: understanding of mind and emotion and executive dysfunction in “hard
Historical, Clinical, and Social significance. New York: The Analytic to manage” preschoolers. Journal of Child and Psychiatry, 39(7), 981-
Press. 994.
Crittenden, P. (2002). Nuevas implicaciones clínicas de la teoría del ape- Hughes, C.; White, A.; Sharpen, J. & Dunn, J. (2000). Antisocial, angry,
go. Valencia: Promolibro. and unsympathetic: “Hard to manage” preschoolers´ peer problems and
Cutting, A.L. & Dunn, J. (2002). The cost of understanding other people: possible cognitive influences. Journal of Child and Psychiatry, 41(1),
169-179.

TERAPIA PSICOLÓGICA 2004, Vol.22, Nº1, 61-67


LOS APORTES DE LA TEORÍA DE LA MENTE (ToM) A LA PSICOPATOLOGÍA DEL DESARROLLO 67

Hobson, P. (1993). El Autismo y el Desarrollo de la Mente. Madrid: Alianza Ph.R. Shaver (eds), Handbook of attachment. Theory, research and
Editores. clinical applications. Nueva York: Guilford Press.
Jones, S.; Martín, R. & Pilbeam, D. (eds) (1992). The Cambridge enci- Sutton, J.; Smith, P.K. y Swettenham, J. (1999). Bullying and Theory of
clopedia of human evolution. Cambridge: University Press. Mind: A Critique of the “Social Skills Deficit” view of Anti-Social
Lecannelier, F. (2000). Conocimiento y realidad: Una perspectiva evolu- Behavior. Social Development, 8, 117-127.
tiva. Tesis para optar al grado de Magíster en Epistemología, Facultad Thompson, R.A. (2000). The legacy of early attachment. Child
de Ciencias Sociales, Universidad de Chile, Santiago de Chile. Development, 71(1), 145-152.
Lecannelier, F. (2001b). Estudio exploratorio sobre la relación entre el Tomasello, M. (1999). The cultural origins of human cognition. Nueva
maltrato entre iguales por abuso de poder y los vínculos de apego con York: Harvard University Press.
los padres y pares. Investigación para obtener suficiencia investigado- Trevarthen, C. (1993). The self born in intersubjectivity: The Psychology
ra, doctorado de Psicología del Desarrollo, Universidad Autónoma de of infant comunication. En U. Neisser (ed), (1993). The Perceived Self:
Madrid. Ecological and Interpersonal Sources of Self-Knowledge. New York:
Lecannelier, F. (2001b). Apego, teoría de la mente y desarrollo del sí- Cambridge University Press.
mismo. Revista de Terapia Psicológica, 20(36), 95-110. Trevarthen, C. & Aitken, K. (2001). Infant intersubjectivity: Theory,
Lecannelier, F. (2002a). El legado de los vínculos tempranos: Apego y research and clinical applications. Journal of Child Psychology and
autorregulación. Revista Chilena de Psiconálisis,19(2), 191-201. Psychiatry, 42(1), 3-48.
Lecannelier, F. (2002b). Apego y autorregulación en el desarrollo huma- Tronick, E.Z. (1989). Emotions and emotional communication in infants.
no. Revista Persona & Sociedad, vol. XVI, 99-110. American Psychologist, 44, 112-119.
Leslie, A.M. (1987). Pretence and representation: the origin of a theory of Waters, E.; Merrick, S.; Treboux, D.; Crowell, J. & Albersheim, L. (2000).
mind. Psychological Review, 94, 84-106. Attachment security in infancy and early adulthood: A twenty-year
Malle, B.; Moses, L.J. & Baldwin, D.A. (eds) (2001). Intentions and longitudinal study. Child Development, 71(3), 684-698.
intentionality. Foundations of social cognition. Londres: MIT Press. Wellman, H.M. (1990). The child´s theory of mind. Cambridge: Bradford
Meltzoof, A., & Moore, M.J. (1977). Imitation of facial and manual Books/MIT Press.
gestures by human neonates. Science, 198, 75-78. Whiten, A. (1991). Natural theories of mind: Evolution, development and
Morrell, J. & Murray, L. (2003). Parenting and the development of conduct simulation of everyday Mindreading. Oxford: Basil Blackwell.
disorder and hyperactive symptoms in childhood: A prospective Wimmer, H. & Perner, J. (1983). Beliefs about beliefs: Representation
longitudinal study from 2 months to 8 years. Journal of Child and the constraining function of wrong beliefs in young children´s
Psychology and Psychiatry, 44(4), 489-508. understanding of deception. Cognition, 13, 103-128.
Nagin, D.S. & Tremblay, R.E. (2001). Parental and early childhood Yirmiya, N.; Erel, O.; Shaked, M. & Solomonica-Levi, D. (1998). Meta-
predictors of persistent physical aggressión in boys from kindergarten analyses comparing theory of mind abilities of individuals with autism,
to high school. Archives General Psychiatry, 58, 389-394. individuals with mental retardation, and normally developing
Olweus, D. (1993). Bullying at school: What we know and we can do. individuals. Psychological Bulletin, 124, 283-307.
Oxford: Blackwells.
Perner, J. (1991). Understanding the representational mind. Londres: MIT
Press/Bradford Book.
Posner, M.I. & Rothbart, M.K. (2000). Developing mechanisms of self-
regulation. Development & Psychopathology, 12, 427-441.
Premack, D. & Woodruff, G. (1978). Does the chimpanzee have a theory
of mind? Behavioral and Brain Science, 1, 515-516.
Reddy, V. (1991). Playing with other´s expectations: Teasing and mucking
about in the first year. En A. Whiten, (1991). Natural theories of mind:
Evolution, development and simulation of everyday mindreading.
Oxford: Basil Blackwell.
Repacholi, B.M. & Gopnik, A. (1997). Early reasoning about desires:
Evidence from 14 and 18 months-olds. Developmental Psychology,
33(1), 448-455.
Riviere, A. & Núñez, M. (1996). La Mirada Mental. Buenos Aires: Aigle
Editores.
Sameroff, A.J. & Fiese, B.H. (2000a). Models of development and
developmental risk. En Ch. Zeanah (ed), Handbook of Infant Mental
Health, (2000) Nueva Nueva York: The Guilford Press.
Sameroff, A.J. & Fiese, B.H. (2000b). Transactional regulation: The
developmental ecology of early intervention. En Shonkoff, J.P. &
Meisels, S.J. (ed), (2000) Handbook of early childhood intervention.
Londres: Cambridge University Press.
Smith, P.K. & Myron-Wilson, R. (1998). Parenting and school bullying.
Clinical Child Psychology and Psychiatry, 3, 405-417.
Smorti, A. (1999). Theory of mind in bullying: A methodological
reassessment. (online). Disponible: www.gold.ac.uk/tmr/reports/
aim2_firenze1.html.
Sroufe, A. (1997). Psychopathology as outcome of development.
Development & Psychopathology, 9, 251-268.
Stern, D. (1985). El Mundo Interpersonal del Infante. Barcelona: Edito-
rial Piadó s.
Stern, D. (1994). One way to build a clinically relevant baby. Infant Men-
tal Health Journal, 15 (1), 9-25.
Suomi, S.J.S. (1999). Attachment in Rhesus monkeys. En J. Cassidy &

TERAPIA PSICOLÓGICA 2004, Vol.22, Nº1, 61-67

View publication stats

También podría gustarte