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actores de socialización digital en jóvenes

By  ADMIN  |  Published: OCTOBER 25, 2019


Por Javier de Rivera

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Presentamos aquí el estudio Factores de socialización digital juvenil, realizado por el
grupo Cibersomosaguas UCM (2019), que esperamos sea de interés para quienes se preguntan por el
impacto de las redes sociales en los/as jóvenes.
El objetivo del estudio es saber qué factores sociales influyen más en la aparición de comportamientos
problemáticos relacionados con el uso de las redes sociales. En otras palabras, por qué algunos/as
jóvenes  desarrollan pseudoadicciones y otros problemas relacionados con el uso de la tecnología, y otros/as
hacen un uso moderado y–por decirlo de modo sencillo–más “adaptativo”.
El marco teórico de la investigación se aleja de la perspectiva psicologicista que entiende este tipo de
problemas como una psicopatología individual (adicciones, enganche, etc.), así como del “buenrollismo” pro-
tecnológico que niega la gavedad de los comportamientos digitales problemáticos. Paradógicamente, ambos
extremos coinciden en responsabilizar al individuo del uso que hace de la tecnología, invisibilizando el efecto
de las condiciones sociales (y técnicas) sobre nuestras vidas.

Desde la sociología entendemos las redes digitales como entornos de interacción que son a la vez sociales
y tecnológicos. No son simples herramientas, por eso, la respuesta no consiste solo en “aprender a hacer un
buen uso” de ellas de forma individual. Tenemos que entender que su impacto sobre nuestras vidas y
nuestras relaciones depende de factores externos que nos condicionan, y sobre los que solo podemos influir
desde una perspectiva colectiva y social.
¿Y cuáles son estos factores?
En la investigación defininos 3 factores o tipos de variables que condicionan el uso y la influencia de la
tecnología en la vida de los/as jóvenes:

1) Factores de diferenciación clásicos, como la clase social, el nivel adquisitivo, grado de formación, etc.
Concretamente, en el estudio utilizamos las variables de “capital económico”, “capital cultural” y “capital social”
(relacional) de las familias, basándonos para ello en el modelo del sociólogo Pierre Bourdieu.
2) Factores sociotecnológicos derivados del diseño y el funcionamiento de las aplicaciones. Su impacto
sobre el usuarios es muy directo. Por ejemplo, en el estudio vemos que las redes en las que prima la imagen
(como Instagram) favorecen los estereotipos de género y la sexualización, mientras que en las que prima el
texto y el hipervínculo (como Twitter) facilitan la superación de estos estereotipos.
3) Nuevos factores de diferenciación social, derivados directamente de las prácticas tecnológicas. Aquí
incluímos los estilos de aprendizaje de conocimientos digitales y el nivel de mediación activa, es decir, de
acompañamiento adulto del que disponen los/as jóvenes al acercarse a la tecnología, y que depende
principalmente de padres/madres.
Metodología:
Antes de analizar la influencia de estos factores sobre la incidencia de comportamientos problemáticos,
debemos definir cuáles son esos comportamientos, para lo cual realizamos una investigación previa, en la
que  definimos 5 tipos de usos problemáticos (ver más abajo).
Desde ahí, recurrimos al Método Delphi, que consiste en seleccionar un panel de expertos/as a los que
encuestar de forma sistemática para saber su opinión sobre la influencia de los factores sociales ya descritos
sobre el desarrollo de comportamientos problemáticos.

Para aumentar la representatividad, en vez de uno, seleccionamos 6 paneles formados por varios tipos de
expertos/as. Tres de paneles estaban compuestos por académicos especializados en tres áreas diferentes
(juventud, educación y tecnología), había un panel de profesionales de la tecnología, uno formado por jóvenes
de entre 18 y 20 años, y otro por padres/madres.

Por otra parte, el Método Delphi se basa en la búsqueda de consenso entre los/as expertos/as, por lo que a
pesar de ser una muestra relativamente pequeña (143 en este caso), la validez de los resultados se consolida
cuando se consigue un alto concenso. Además, también hay que tener en cuenta que las personas son
seleccionadas por saber o tener experiencia directa sobre el asunto a analizar (en el informe se explica la
metodología en detalle).
Los 5 tipos de comportamientos problemáticos ligados a la
tecnología:
1) Sobreidentificación: cuando prestamos demasiada atención e importancia a lo que sucede en redes
sociales, distorsionando nuestra percepción de la realidad. Algunos ejemplos serían la sugestionabilidad para
creerse bulos (a veces sobre temas serios) o “vivir para los likes”.
2) Sobreexposición: cuando publicamos demasiado y nos exponemos en exceso, poniendo en peligro
nuestra privacidad y buscándonos problemas innecesarios. El clásico ejemplo de las fotos comprometedoras
de las que podemos arrepentirnos.
3) Usos evasivos: la tecnología y las redes como una forma de escapar a nuestra realidad inmediata o a
nuestras obligaciones sociales, personales y laborales. En jóvenes se relaciona con la desconcentración en
los estudios y la pérdida excesiva de tiempo online, ya sea con juegos, consumiendo vídeos o chateando
(aunque ésta última sería la menos nociva, porque al menos se está relacionando).
4) Autocuantificación, entendida como la obsesión por medir patrones corporales como el peso y el ejercicio
realizado con la ayuda de dispositivos. Esta es una práctica en auge, pero aún no parece que afecte de forma
llamativa en los jóvenes.
5) El aislamiento que se produce entre jóvenes con dificultad para acceder y usar redes. Afecta gravemente
a los sectores de población más desfavorecidos, dificultando aún más su éxito social.
Las conclusiones:
La principal conclusión es que las tecnologías digitales generan nuevos ejes de diferenciación, es decir, que
tienden a incrementar las diferencias sociales ya existentes. Asimismo, encontramos que los nuevos factores
de diferenciación (aprendizaje y mediación) son más determinantes que los clásicos, como nivel económico y
cultural.

Obviamente ambos tipos de factores están muy relacionados: en las familias ricas y con alto nivel educativo
es más fácil que padres y madres tengan más tiempo y capacidad para acompañar (mediación activa) a sus
hijos en sus usos digitales, así como de proveerles más oportunidades para entender y usar la tecnología. 
Asimismo, estas familias también cuentan con más oportunidades para que sus hijos/as aprenden, No
obstante, esta relación no evita que, según los/as expertos/as, los nuevos factores sean los verdaderamente
claves.

En cierto sentido, este resultado nos devuelve la esperanza en las posibilidades de la EDUCACIÓN
PÚBLICA para favorecer una sociedad más igualitaria, incluso en la era digital. Sin embargo, para cunplir
este objetivo necesitamos currículos educativos dotados de una perspectica crítica, como por ejemplola guía
de Alfabetización digital crítica de la asociación Ondula.
Otro resultado clave del estudio es que una de las mejores formas de prevenir el desarrollo de
comportamientos digitales problemáticos es Ampliar el abanico de aficiones y entretenimientos que no
estén relacionados con los medios digitales. En vez de buscar una App para todo, tenemos formentar las
actividades que no impliquen del uso de tecnología digital. De ese modo evitamos crear hábitos de
dependencia hacia las “prácticas prefiguradas” que están inscritas en el diseño de cualquier programa
informático.
Aplicado a la educación, esto significa que es un error confundir la educación digital con la introducción
masiva de dispositivos en las escuelas o el uso indiscriminado de aplicaciones para mediar en la docencia. 
Para decirlo más claro: la educación digtial no es hacer los deberes en una tablet, sino contar con un
docente que sepa explicar cómo funcionan los sistemas que dan servicio a esa tablet, y nos enseñe a
reflexionar sobre su impacto en el mundo.
Junto a esta cuestión, las otras dos más importantes para prevenir comportamientos digitales problemáticos
son:

 Que exista una buena comunicación entre padres/madres e hijos/as sobre los usos que hacen
de la tecnología.  No es necesario saber del tema, pero sí escuchar lo que los jóvenes tienen que
decir de su experiencia, una actitud comunicativa que también debería mejorar la influencia de otros
adultos de referencia, como profesores y orientadores.
 Introducir en las aulas mayor formación sobre el funcionamiento y uso responsablede las
tecnologías digitales. Este es uno de los datos del estudio que reafirman la importancia de la escuela
en la educación digital; y en especial de la escuela pública, si no queremos que las oportunidades
sean solo para las familias ricas.
En conclusión, para prevenir los usos problemáticos de la tecnología entre los/as jóvenes, necesitamos
un sistema público de educación que refuerce la capacidad de los profesionales
docentes, principlamente en dos aspectos: a) comunicarse más con sus estudiantes para comprender mejor
sus necesidades específicas, y b) transmitirles los conocimientos complejos que necesitan para lidiar con los
retos que supone vivir en una sociedad digital.
Autoría:
El estudio que presentamos en este post fue realizado por Ángel Gordo López, Javier de Rivera, Celia Díaz-
Catalán y Albert García Arnau, del grupo de investigación de Cibersomosaguas UCM.

La investigación fue encargada por el Centro Reina Sofía sobre adolescencia y juventud de la  Fundación de
Ayuda contra la Drogadicción, que a su vez canaliza la financiación del Banco Santander y la Fundación
Telefónica. Estas dos últimas entidades solo han participado con dinero y su logo en el informe.

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