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Cuando Dios creo el huerto del Edén, era el mejor lugar para vivir, mejor que el socialismo o el

capitalismo, la comida caía de los árboles, no había dolor, nadie moría, pero había una cosa
que teníamos prohibida, el Señor había prohibido comer del árbol del conocimiento del bien y
del mal. Ahora, cuando yo he estado a dieta, se me antojan aquellas cosas que antes no se me
atojaban, cuando estoy ayunando parece que toda la comida del mundo se me atraviesa en mi
camino.

La gente, los humanos, somos irascibles; no entendemos cuando se trata de salirnos con la
nuestra, lo hacemos a como dé lugar.

Ahora, ¿qué le dijo la serpiente a Eva? Si comes de ese árbol, serás como Dios.

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