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2. PRINCIPIOS DE LA CONCILIACIÓN:
Contenidos en la ley de conciliación Nº26872 y estos son:
1) Equidad y Legalidad: el objetivo de la conciliación es lograr un acuerdo que
sea justo equitativo y duradero para la sapotes y que no afecte a terceros.
La legalidad está dentro de la dimensión del principio de equidad por lo cual los
acuerdos conciliatorios deben respetar el marco jurídico existente.
2) Neutralidad: se refiere a la no existencia de vínculo alguno entre el
conciliador y uno de las partes que solicita sus servicios. En Latinoamérica sin
embargo suele suceder que a menudo se busca un tercero que existe un grado de
vinculación o confianza; padrinos, compadres, padres sacerdotes, dirigentes,
jueces de paz, etc. Y no, a un desconocido ajeno a ellos.
3) Imparcialidad: a diferencia de la neutralidad la imparcialidad es
un estado mental que exige que el conciliador durante el desarrollo de su gestión
se mantenga al margen de prejuicios o favoritismo hacia las partes en conflictos
a través de acciones o palabras.
4) Buena Fe y Veracidad: se entiende como la obligación que tienen las partes
representantes, asesores y todos que participen en una audiencia de conciliación
a actuar de tal forma que este mecanismo no se utilice como un instrumento de
beneficio personal. La veracidad tiene que ver con la necesidad de contar con
información fidedigna durante la audiencia conciliatoria y por lo tanto es una de
las dimensiones del principio de buena fe.
5) Confidencialidad: se entienden por la absoluta reserva que se mantendrá
durante la audiencia de conciliación incluyendo las reuniones por separado que
de ningún modo podrán ser divulgadas ni por las partes ni por el conciliador; es
decir que no deberá trascender más allá del recinto donde se realiza la audiencia.
En consecuencia, el conciliador no podrá revelar nada de lo tratado, no podrá ser
llamado a un proceso adjudicatario, juicio, arbitraje, porque goza d esta
protección. Sin embargo, la confidencialidad no es un principio absoluto, en
tanto que pudiera haber situaciones límite que exigirán que el conciliador rompa
su deber de confidencialidad y acuda a las autoridades competentes a denunciar
casos por Ej. de violencia sexual contra menores, acciones o terceros en general,
o si el conciliador descubriera en el proceso que se va a producir un atentado a la
integridad física o psicológica de una persona.
6) Empoderamiento: el conciliador debe intervenir creando las condiciones
para que las partes en conflicto sientan que participan en iguales términos en la
discusión, expresan sus intereses y necesidades, influyen en la toma de
decisiones, presentan alternativas, evalúan las consecuencias de las posibles
soluciones y participan en el logro de la solución. Esto debido a que
frecuentemente las partes no cuentan con la misma cantidad de recurso. Estas
intervenciones tienen como límites éticos los principios de neutralidad e
imparcialidad. Si bien este principio no ha sido reconocido dentro de la ley
Nº26872, es imprescindible tomarlo en cuenta para promover
un procedimiento y solución equitativa para las partes.
7) Voluntariedad: significa que las partes son las únicas que tienen la potestad
de tomar una decisión final a favor de alguna alternativa de solución
8) Celeridad y Economía: Tiene que ver con el procedimiento conciliatorio
señalado en la ley de conciliación y su reglamento. A pesar d esta realidad, estos
principios son pertinentes únicamente a la parte procesal del procedimiento
conciliatorio señalado por la ley de conciliación, ara 10 al 15 y su reglamento,
no a la audiencia de conciliación propiamente dicha.
3. CARACTERISTICAS DE LA CONCILIACION
Las características más saltantes de la conciliación son: citado por óscar peña
Gonzales (2010).
Es un acto jurídico a través del cual las partes recurren a un tercero para que
les ayude a resolver un conflicto.
Requiere la existencia de un tercero; este no decide, se limita a señalar el
camino posible de solución de conflictos, pues las partes se avendrán o no a las
soluciones que ellos mismos estimen conveniente.
Es un mecanismo alternativo de solución de conflictos Ya que las partes
pueden optar por la conciliación, por el arbitraje o por ir al poder judicial.
La oralidad e inmediación Están siempre presentes, pues el conciliador
estará al lado de las partes que han solicitado su actualización, las que realizaran
sin intermediarios. Es inimaginable un proceso conciliador con escritos que van
y vienen, pues la casi totalidad de negociación se efectivizan mejor sin la
presencia de documento alguno o de formalidad especifica.
Es extraproceso, es decir se fuera de un proceso judicial.
Es voluntaria. La conciliación es un acto voluntario, porque acuden
libremente a un centro de conciliación para que les ayude un conflicto de
intereses.
Es confidencial, porque tanto el conciliador como las partes deben guardar
absoluta reserva de todo lo sostenido o propuesto.
No constituye acto jurisdiccional. El artículo 4 de la ley ha determinado que
la conciliación extrajudicial tiene un carácter no jurisdiccional. Este sentido se
establece una distancia de la conciliación regulada en el código procesal civil, en
la cual necesariamente existe participación de los órganos judiciales. En la
conciliación extrajudicial se observa la actuación de fórmulas compositivas a
través de la gestión que realizan los conciliadores designados por las partes de
común acuerdo o seleccionados por los centros de conciliación.
Tiene carácter obligatorio para los casos de derechos disponibles. son estos
los que tienen un contenido patrimonial (es decía, son susceptibles de ser
valorados económicamente).
TRANSACCIÓN JUDICIAL
1. Conceptos
- Carnelutti, citado por Hinostroza Márquez, sostiene que la "transacción es no
sólo un contrato, sino un contrato bilateral, mediante el que cada uno de los
contratantes dispone de la propia situación jurídica". Afirma para que medie
transacción se exige que cada una de las partes dé o prometa y, a su vez,
retenga algo (aliquid datum, aliquid retentum), por lo que los límites de la
transacción son justamente la renuncia (total) a la pretensión propia y el
reconocimiento (también total) de la pretensión ajena. La transacción se
halla, pues, en medio de estas dos figuras.
2. Contenido de la transacción
Artículo 1303 del Código Civil
La transacción debe contener la renuncia de las partes a cualquier acción
que tenga una contra otra sobre el objeto de dicha transacción.
“... De análisis del artículo mil trescientos tres del Código
Civil se tiene que dicha norma exige, la renuncia de las partes
a cualquier posibilidad de iniciar alguna acción a su
contraparte, con respecto al objeto sobre el que transa (sic
-léase transige-), condición que tiene repercusiones procesales
y el requisito que establece no es de carácter AD
SOLEMNITATEM...” (Casación Nro. 646-98 / Lambayeque,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-10-2000,
págs. 6421-6422).
3. Objeto
a. Constituye objeto de la transacción la situación o relación jurídica
sustantiva materia de controversia.
b. La transacción debe recaer sobre un objeto cierto. Este tiene que ser,
además, real o posible, es decir, que exista al tiempo de su
celebración o que sea susceptible de existir en el futuro. El objeto de
la transacción debe ser también lícito, esto es, no tiene que ser
indisponible, ni estar fuera del comercio, ni ser contrario al orden
público o a las buenas costumbres. Por último, debe ser determinado
o determinable.
c. El artículo 1305 del Código Civil establece que “sólo los derechos
patrimoniales pueden ser objeto de transacción”.
El Código Civil agrega, en su artículo 1306, que “se puede transigir sobre la
responsabilidad civil que provenga de delito”.
4. Efectos de la transacción:
- Es obligatoria o vinculante.
- Es extintiva.
- Tiene efecto declarativo.
- Tiene valor de cosa juzgada.
6. Clases de transacción
A) La Transacción Judicial
B) La Transacción Extrajudicial
7. Oportunidad de la transacción
Como se dijera, la transacción extrajudicial es la que acontece fuera del
proceso. Ahora bien, puede tener lugar antes de su inicio, cuando las partes
deciden sobre algún asunto dudoso o litigioso evitando el pleito que podría
promoverse, o durante su trámite, transigiendo los interesados fuera del
juicio, es decir, sin intervención del Juez. Para este último supuesto -siempre
que el acuerdo transaccional se incorpore a los autos- y para la transacción
judicial es de aplicación el artículo 334 del Código Procesal Civil, referido a
la oportunidad de la transacción, que establece lo siguiente: “En cualquier
estado del proceso las partes pueden transigir su conflicto de intereses,
incluso durante el trámite del recurso de casación y aún cuando la causa esté
al voto o en discordia”.
Se puede apreciar que la transacción podrá llevarse a cabo hasta antes que
quede firme la sentencia. Una vez producida tal situación no procede su
realización. El eventual acuerdo al que lleguen las partes, posterior al fallo
final, no afecta su inmutabilidad (influyendo tan sólo en su cumplimiento) y
no tendrá, por lo demás, la calidad de transacción (art. 339 del C.P.C.).
8. Formalidad de la transacción
La transacción es un contrato solemne que reviste las siguientes
formalidades:
Debe ser realizada por las partes (que tengan plena capacidad dispositiva
sobre el objeto de la transacción) o quienes en su nombre tengan facultad
expresa para hacerlo, pudiendo actuar los últimos individual o
conjuntamente (primera parte del art. 335 del C.P.C. y último párrafo del art.
68 del C.P.C.). Los representantes de ausentes o incapaces pueden transigir
con aprobación del Juez, quien para este efecto oirá al Ministerio Público y
al consejo de familia cuando lo haya y lo estime conveniente (art. 1307 del
C.C.). Los Poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial, el Ministerio Público,
los órganos constitucionales autónomos, los Gobiernos Regionales y Locales
y las universidades, sólo pueden transigir previa aprobación expresa de la
autoridad o funcionario competente (primer párrafo del art. 336 del C.P.C.).
Debe hacerse por escrito, bajo sanción de nulidad, o por petición al Juez que
conoce el litigio (art. 1304 del C.C.). Asimismo, los intervinientes tienen que
precisar su contenido y legalizar sus firmas ante el Secretario respectivo
(última parte del primer párrafo del art. 335 del C.P.C.).
En caso de haber proceso abierto y los litigantes transigieran fuera de éste
(transacción extrajudicial), presentarán el documento que contiene la
transacción (convirtiéndose así en transacción judicial), legalizando sus
firmas ante el Secretario respectivo en el escrito en que la acompañan,
requisito que no será necesario cuando la transacción conste en escritura
pública o documento con firma legalizada (de acuerdo a lo dispuesto en el
segundo párrafo del art. 335 del C.P.C.).
9. Homologación de la transacción
“La transacción ha de ser contrastada como acto de disposición de las partes
[bilateral] sobre el proceso y sobre sus pretensiones” (LORCA
NAVARRETE, 2000: 208).
Homologar la transacción representa el acto realizado por el Juez mediante el
cual aprueba, confirma o solemniza lo convenido por las partes.
“La homologación de la transacción judicial la realiza el órgano judicial que
esté conociendo del proceso transaccionado” (LORCA NAVARRETE,
2000: 209).
“La resolución que acepta la transacción es una resolución integrativa con
efecto de definitiva...” (FALCON, 1978: 249). “... El auto homologatorio
tiene por finalidad inmediata la creación de un título ejecutorio y por
finalidad mediata poner fin al litigio extinguiendo la relación procesal”
(FORNACIARI, 1988, Tomo II: 91).
El artículo 337 del Código Procesal Civil trata lo concerniente a la
homologación de la transacción en los siguientes términos:
“El Juez aprueba la transacción siempre que contenga concesiones
recíprocas, verse sobre derechos patrimoniales y no afecte el orden público o
las buenas costumbres, y declara concluido el proceso si alcanza a la
totalidad de las pretensiones propuestas. Queda sin efecto toda decisión
sobre el fondo que no se encuentre firme.
La transacción que pone fin al proceso tiene la autoridad de la cosa juzgada.
El incumplimiento de la transacción no autoriza al perjudicado a solicitar la
resolución de ésta.
Si la transacción recae sobre alguna de las pretensiones propuestas o se
relaciona con alguna de las personas, el proceso continuará respecto de las
pretensiones o personas no comprendidas en ella. En este último caso, se
tendrá en cuenta lo normado sobre intervención de terceros.
Con la transacción judicial no se puede crear, regular, modificar o extinguir
relaciones materiales ajenas al proceso”.
Es la aprobación judicial de la transacción, siempre y cuando cumpla con los
siguientes requisitos:
1. CONCEPTO
Es una conclusión especial del proceso que extingue la relación procesal que
se produce después de un período de tiempo en virtud de la inactividad de
las partes; y, por ser una figura especial que pone fin al proceso, la
declaración de ella solo está prevista en forma específica e inequívoca en la
Ley Procesal.
2. NATURALEZA JURÍDICA
Es por ello que, ante la no iniciativa de alguna de las partes, se entiende entre
demandante y demandando, el proceso no va a ser promovido, y es por ello que, se
puede hacer uso de esta institución jurídica.
Dentro de los defensores de esta doctrina, destaca Duque (2000) que establece:
El fundamento de la caducidad de la instancia reside en el hecho que
la inactividad de los sujetos procesales implica la presunción de
abandono del litigio. Siguiendo este criterio, si las partes no proceden
a impulsar el proceso es porque han renunciado tácitamente a él. La
presunción en cuestión tiene carácter de absoluta, vale decir, es una
iure et de iure. (p.470)
Duque (2000) afirma que se desplazan dos fundamentos para las presentes teorías:
el fundamento de carácter objetivo y subjetivo.
En el artículo 346 del Código Procesal Civil, se pueden entender ciertos requisitos
que la norma procesal ha establecido, para que esta figura pueda aplicarse y presente
plena validez. A continuación, se detallan los siguientes.
Nuestra norma procesal señala el plazo legal que debe transcurrir para la
declaración del abandono, que puede ser de oficio o a petición de parte, es de
cuatro meses. Este empieza a transcurrir desde el día siguiente en que tiene lugar
el último acto de impulso procesal, el que para dicho efecto puede ser hábil o no y
en el cual se incluye los días feriados o no laborales. En ese sentido, el plazo final
se cumple en el mes de vencimiento y en el día de éste correspondiente a la fecha
del mes inicial. Si el mes de vencimiento faltara tal día, el plazo se cumple en el
último día de dicho mes.
De la lectura del artículo 346 del Código Procesal Civil se advierte claramente
quiénes serían los sujetos legitimados para solicitar ante el juez la declaración de
abandono.