Está en la página 1de 28

LA CONCILIACIÓN.

La conciliación es un mecanismo alternativo de resolución de conflictos (MARC’S),


mediante el cual las partes acuden a un tercero neutral e imparcial, llamado conciliador,
para ser asistidos en la búsqueda de una posible solución al problema que los aqueja.
Al ser un medio alternativo y extrajudicial, la conciliación evita que las partes tengan
como única opción el proceso judicial, brindándoles la ventaja de encontrar, por ellos
mismos, una solución en forma rápida, eficaz y económica.
La palabra conciliación encuentra su origen en la voz latina conciliatio, y significa
"acción y efecto de conciliar"; y conciliar proviene del latín conciliare, y significa
"componer y ajustar los ánimos que estaban contrapuestos entre si".
La conciliación puede darse tanto fuera como dentro del proceso, en esta oportunidad
nos ocuparemos solo de la conciliación al interior del proceso.
La conciliación judicial viene a ser aquel acuerdo a través del cual las partes ante la
presencia del juez deciden poner fin a su conflicto de intereses. Es obvio que las
ventajas de conciliar son mucho más beneficiosas que continuar con el proceso y
obtener una sentencia. Con la conciliación ambas partes salen ganando, en cambio, el
proceso civil siempre arroja como resultado un ganador y un perdedor.
Tengo que señalar que la conciliación ha sufrido modificaciones debido al Decreto
Legislativo Nº 1070 del 28 de julio del 2008. Producto de la dación de este Decreto
Legislativo ya no existe audiencia de conciliación dentro del proceso salvo que ambas
partes (demandante y demandado) se lo soliciten al juez, tal como lo establece el primer
párrafo del articulo 324 del C.P.C, que a la letra dice: si ambas partes lo solicitan,
puede el juez convocarla en cualquier etapa del proceso.
Esta modificación que se ha dado de la conciliación judicial, es decir, aquella que se da
dentro de un proceso, se debe tal como lo señala Pedro Zumaeta Muñoz a que no ha
tenido el éxito que se esperaba, ya que, en varias de las encuestas realizadas, se obtiene
como resultado que esta es infructuosa, por muchas razones, por ejemplo:
 a) El demandado no concurre a la audiencia
 b) El juez no es un buen conciliador
 c) La formula conciliatoria del juez no es aprobada por las partes
 d) El ambiente, es decir, el Poder Judicial no es un buen lugar para realizar
la conciliación.
 e) La ausencia de los ingredientes básicos de la conciliación: tiempo y
dedicación.
Son estas circunstancias las que provocan la poca efectividad de la conciliación judicial,
tirando por el suelo la finalidad para la que fue creada: descongestionar el órgano
jurisdiccional.
Después de haber definido a la conciliación y señalar los cambios que ha sufrido, es
preciso responder la siguiente interrogante: ¿Hasta qué momento las partes podrán
conciliar? Según el artículo 323 del C.P.C se podrá conciliar en cualquier estado del
proceso, incluso durante el trámite de segunda instancia. La norma permite que la
conciliación pueda darse incluso durante el trámite de segunda instancia, es decir, que
habiendo sido apelada la sentencia las partes aun tienen la posibilidad de autocomponer
su conflicto de intereses.
Ahora, es preciso señalar que solamente el juez va aprobar aquella conciliación que se
refiera a derechos disponibles. Entiéndase por derecho disponible aquel del cual su
titular pude disponer libremente, sin restricción alguna y cuya naturaleza es de
contenido patrimonial.
La conciliación una vez que es aprobada por el juez debe ser homologada, es decir,
equipararla a una sentencia con autoridad de cosa juzgada. Por lo tanto, ante el
incumplimiento del acuerdo conciliatorio, la parte perjudicada podrá ejecutarla como si
fuera una sentencia utilizando en este caso el Proceso Único de Ejecución.

2. PRINCIPIOS DE LA CONCILIACIÓN: 
Contenidos en la ley de conciliación Nº26872 y estos son:
 1) Equidad y Legalidad: el objetivo de la conciliación es lograr un acuerdo que
sea justo equitativo y duradero para la sapotes y que no afecte a terceros.
La legalidad está dentro de la dimensión del principio de equidad por lo cual los
acuerdos conciliatorios deben respetar el marco jurídico existente.
 2) Neutralidad: se refiere a la no existencia de vínculo alguno entre el
conciliador y uno de las partes que solicita sus servicios. En Latinoamérica sin
embargo suele suceder que a menudo se busca un tercero que existe un grado de
vinculación o confianza; padrinos, compadres, padres sacerdotes, dirigentes,
jueces de paz, etc. Y no, a un desconocido ajeno a ellos.
 3) Imparcialidad: a diferencia de la neutralidad la imparcialidad es
un estado mental que exige que el conciliador durante el desarrollo de su gestión
se mantenga al margen de prejuicios o favoritismo hacia las partes en conflictos
a través de acciones o palabras.
 4) Buena Fe y Veracidad: se entiende como la obligación que tienen las partes
representantes, asesores y todos que participen en una audiencia de conciliación
a actuar de tal forma que este mecanismo no se utilice como un instrumento de
beneficio personal. La veracidad tiene que ver con la necesidad de contar con
información fidedigna durante la audiencia conciliatoria y por lo tanto es una de
las dimensiones del principio de buena fe.
 5) Confidencialidad: se entienden por la absoluta reserva que se mantendrá
durante la audiencia de conciliación incluyendo las reuniones por separado que
de ningún modo podrán ser divulgadas ni por las partes ni por el conciliador; es
decir que no deberá trascender más allá del recinto donde se realiza la audiencia.
En consecuencia, el conciliador no podrá revelar nada de lo tratado, no podrá ser
llamado a un proceso adjudicatario, juicio, arbitraje, porque goza d esta
protección. Sin embargo, la confidencialidad no es un principio absoluto, en
tanto que pudiera haber situaciones límite que exigirán que el conciliador rompa
su deber de confidencialidad y acuda a las autoridades competentes a denunciar
casos por Ej. de violencia sexual contra menores, acciones o terceros en general,
o si el conciliador descubriera en el proceso que se va a producir un atentado a la
integridad física o psicológica de una persona.
6) Empoderamiento: el conciliador debe intervenir creando las condiciones
para que las partes en conflicto sientan que participan en iguales términos en la
discusión, expresan sus intereses y necesidades, influyen en la toma de
decisiones, presentan alternativas, evalúan las consecuencias de las posibles
soluciones y participan en el logro de la solución. Esto debido a que
frecuentemente las partes no cuentan con la misma cantidad de recurso. Estas
intervenciones tienen como límites éticos los principios de neutralidad e
imparcialidad. Si bien este principio no ha sido reconocido dentro de la ley
Nº26872, es imprescindible tomarlo en cuenta para promover
un procedimiento y solución equitativa para las partes.
7) Voluntariedad: significa que las partes son las únicas que tienen la potestad
de tomar una decisión final a favor de alguna alternativa de solución
8) Celeridad y Economía: Tiene que ver con el procedimiento conciliatorio
señalado en la ley de conciliación y su reglamento. A pesar d esta realidad, estos
principios son pertinentes únicamente a la parte procesal del procedimiento
conciliatorio señalado por la ley de conciliación, ara 10 al 15 y su reglamento,
no a la audiencia de conciliación propiamente dicha.
3. CARACTERISTICAS DE LA CONCILIACION

Las características más saltantes de la conciliación son: citado por óscar peña
Gonzales (2010).
 Es un acto jurídico a través del cual las partes recurren a un tercero para que
les ayude a resolver un conflicto.
 Requiere la existencia de un tercero; este no decide, se limita a señalar el
camino posible de solución de conflictos, pues las partes se avendrán o no a las
soluciones que ellos mismos estimen conveniente.
 Es un mecanismo alternativo de solución de conflictos Ya que las partes
pueden optar por la conciliación, por el arbitraje o por ir al poder judicial.
 La oralidad e inmediación Están siempre presentes, pues el conciliador
estará al lado de las partes que han solicitado su actualización, las que realizaran
sin intermediarios. Es inimaginable un proceso conciliador con escritos que van
y vienen, pues la casi totalidad de negociación se efectivizan mejor sin la
presencia de documento alguno o de formalidad especifica.
 Es extraproceso, es decir se fuera de un proceso judicial.
 Es voluntaria. La conciliación es un acto voluntario, porque acuden
libremente a un centro de conciliación para que les ayude un conflicto de
intereses.
 Es confidencial, porque tanto el conciliador como las partes deben guardar
absoluta reserva de todo lo sostenido o propuesto.
 No constituye acto jurisdiccional. El artículo 4 de la ley ha determinado que
la conciliación extrajudicial tiene un carácter no jurisdiccional. Este sentido se
establece una distancia de la conciliación regulada en el código procesal civil, en
la cual necesariamente existe participación de los órganos judiciales. En la
conciliación extrajudicial se observa la actuación de fórmulas compositivas a
través de la gestión que realizan los conciliadores designados por las partes de
común acuerdo o seleccionados por los centros de conciliación.

 Es más, la actuación de estos conciliadores en un conflicto no le otorga


carácter jurisdiccional al procedimiento encaminado, porque el conciliador toma
intervención por la voluntad directa de las partes y no por voluntad del estado.
Cabe resaltar, finalmente, que la sétima disposición complementaria, transitoria
y final de la ley, establece que el procedimiento de conciliación creado en la
presente ley, se realiza de modo independiente de aquel que regula el código
procesal civil.

 Es personalísima, el acto conciliatorio es eminentemente personal.


Excepcionalmente, y en la aplicación del artículo 14 de la ley, se admite la
representación para los casos allí señalados.

 Fomenta una cultura de paz sustentada en la autonomía de la voluntad de las


partes.

 Propicia la solución al conflicto con ayuda de un conciliador.

 Tiene carácter obligatorio para los casos de derechos disponibles. son estos
los que tienen un contenido patrimonial (es decía, son susceptibles de ser
valorados económicamente).

4. ÉTICA DEL CONCILIADOR.

a) IMPARCIALIDAD. - implicar el compromiso del conciliador de colaborar


con las dos partes en la consecución de una solución concertada en beneficio de
ambas actuando libre de prejuicios y aceptación tal como son. Ante cualquier
inclinación negativa o positiva respecto a alguna de las partes, el conciliador
tiene la obligación de inhibirse del conocimiento de la conciliación. Cuando
alguna de las partes intente involucrar al conciliador mediante el establecimiento
de alianzas que pretendan hacer ejercer presión sobre el o hacer sentir a la otra
parte su vinculación con "alguien" capaz de hacerlo, el conciliador debe
responder reafirmando su rol y valorando su posición frente a las dos partes.

b) NEUTRALIDAD. - alude a la no existencia de relación alguna entre las


partes y el conciliador, evitando así el surgimiento de un conflicto de intereses
que afecte en alguna medida la función desempeñada por el conciliador. De
existir dicha situación el conciliador "mutuo propio" o a pedido de parte debe
inhibirse de la conducción de la conciliación. Sin embargo, si a pesar de conocer
las partes tal circunstancia, las partes aceptan su permanencia en la dilección de
la gestión del conflicto, es posible que el conciliador prosiga a cargo de la
conciliación. Téngase en consideración que las diferencias existentes entre las
sociedades individualistas y las sociedades colectivistas condicionan la
pertinencia de la excepción tratada en el presente numeral.

c) MANEJO DE ASIMETRIAS DE PODER. - por lo general el conciliador


percibe la relación de dependencia entre las partes que determina una posición
de dominio de una respecto a la otra, basada en la presencia, relación intima,
autoridad, experiencia, recursos, información, etc. Para compensar la situación
antedicha, el conciliador puede recurrir a la reunión privada para instruir a las
partes sobre las consecuencias de una gestión confrontativa o a terceros para que
acompañen a la parte disminuida respaldando a esta con su presencia.
5. MATERIAS CONCILIABLES:
En Familia:
•Alimentos a favor de los hijos
• Alimentos a favor del conviviente
•Reducción o aumento de pensión de alimentos
• Exoneración de alimentos de mayor de edad
• Prorrateo de alimentos
• Tenencia de hijos
• Se puede conciliar alimentos, tenencia y régimen de visitas a favor de un
menor
extranjero domiciliado en el Perú.
Mayores de 14 años que solicitan gastos de embarazo, tenencia y alimentos: a
partir del nacimiento del hijo, conforme al art. 46° del Código Civil.
• Menor de 14 años de edad que solicita gastos de embarazo: representado por
uno de sus padres.
En Civil:
•Resolución de Contrato
•Incumplimiento de contrato
•Otorgamiento de escritura pública
•Rectificación de áreas y linderos
•Ofrecimiento de pago
•Desalojo
•División y partición
•Indemnización
•Retracto
• Petición de Herencia
•Interdicto de retener y recobrar
•Obligación de dar suma de dinero
•Obligación de dar, hacer y no hacer
6. VENTAJAS DE LA CONCILIACION EXTRAJUDICIAL
Se ha dividido en cuatro grupos: citado por óscar peña Gonzales (2010).
Para las partes:
 Las partes son absolutamente libres de conciliar o no. De ahí que los
conciliadores dependan de las partes para formalizar el acuerdo o el acta de
conciliación.
 Es la flexibilidad que tienen las partes ya que la conciliación dispone de un
procedimiento flexible que puede ser modificado si hay acuerdo entre las partes.
 La conciliación es un asunto de interés nacional que sirve para propiciar una
cultura de paz entre todos los peruanos, preservando de esta manera las mutuas
relaciones entre la colectividad.
 La mayor ventaja que produce la conciliación es un sensible aumento del
protagonismo de las partes, lo que aumenta la responsabilidad de las partes.
 Ahorra dinero a las partes, toda vez que resulta más económico que los
procesos formales, porque generalmente los honorarios se abonan por consulta y
no en relación de los capitales en juego. Además, se produce un ahorro del 100%
en lo que es a las tasas judiciales.
 En que las partes acuden a motu proprio, es decir, voluntariamente a un
centro de conciliación para que un tercero llamado conciliador les ayude a
resolver un conflicto de interese.
 Manteniendo los derechos, ya que al someter un conflicto a conciliación no
me está renunciando a la posibilidad de llevarlo después a la justicia estatal; esto
no sucede cuando se pata un arbitraje.
 La brevedad y disponibilidad del proceso; como sabemos; la duración de un
proceso de conciliación se mide por lo general en horas o a lo sumo, en días.
 Permite cambiar la mentalidad, modo de pensar y actuar de las partes; esto se
refleja en el cambio de conceptos: problemas por proyectos de solución,
competencia por cooperación, discusión por dialogo, siendo los mismos
afectados por los que se resuelven su conflicto de intereses.
 La conciliación permite la satisfacción de ambas partes. Esto hace que no hay
un ganador y un perdedor como en los procesos judiciales, sino que ambas
partes resulten ganadoras.
 Promueven una cultura de paz dentro de la comunidad, logrando que los
miembros de esta alcancen la justicia, evitando un largo un largo engorroso
proceso judicial.
 Facilita a las partes aprendan a dialogar entre sí.
 Fomenta la productividad en la comunidad, ya que si llega a un acuerdo
tendrán mucho tiempo para hacer sus cosas cotidianas.
 Es de fácil acceso para las partes, ya que no requiere del patrocinio de un
abogado, ni el pago de las costas del proceso a cargo de la parte que pierde
litigio.
Para el conciliador:
 Constituye una nueva fuente de trabajo no solo para los abogados, sino para
todos los aquellos que tengan interés en ejercer esta función, toda vez que se
requiere ser conciliador no se requiere ser abogado.
Para los abogados:
 Aumenta las posibilidades de trabajo de los abogados entre otras razones
porque es obligatorio que en todo centro de conciliación haya un abogado, el
mismo que ejercerá la función, el mismo que ejercerá la función de supervisor
de la legalidad de los acuerdos.
 Los abogados pueden asesorar a las partes en una audiencia, sobre todo en
temas jurídicos.
 Va a permitir percibir sus honorarios de manera rápida y con menor desgaste
personal.
 El abogado va a poder atender cantidad de casos disponiendo de más tiempo
para otros casos, lo cual, como es obvio, va a repercutir en el aumento de sus
ingresos económicos.
 Evita el desgaste personal y profesional.
 Evita los riesgos que presenta el litigio (por haber omitido una cuestión
formal).
Para el estado y el sistema de administración de justicia
 Las ventajas que la aplicación de la conciliación extrajudicial traería para el
estado (sistema de justicia) en consistir en que este tendrá una carga menos que
poder conocer, si es que las partes llegan a un acuerdo.
 Busca la eficacia de la administración de justicia, al descongestionar la
jurisdiccional.
 Asimismo, permite ahorrar dinero en infraestructura y personal al estado.
 Promueve la solidificación de la democracia mediante la cultura de paz.
ALLANAMIENTO Y RECONOCIMIENTO
Viene hacer un acto jurídico procesal que importa la sumisión expresa a las pretensiones
formuladas por la parte contraria en la demanda o en la reconvención.
El Código Procesal Civil contempla esta figura en el titulo XI como un capítulo especial
en las formas especiales de conclusión del proceso. Art. 130 del Código Procesal Civil
dispone:
El demandado puede expresamente allanarse o reconocer la demanda legalizando su
firma ante el Auxiliar Jurisdiccional.
Es así pues quien se allana, se somete a la pretensión planteada en su contra,
abandonando, en consecuencia, toda oposición o defensa posible.
En el predomina la decisión de no defenderse, la voluntad de que se resuelva conforme
a la pretensión, prescindiendo o no de su fundamentación.
La renuncia al derecho de contradicción (D° del demandado) reviste el allanamiento de
la calidad de acto procesal de disposición que, además es de carácter unilateral, al
perfeccionarse sin necesidad de consentimiento en la parte contraria.
Pero no siempre el allanamiento significa que el sujeto que lo hace, reconozca que le
corresponda o que sea de su cargo las obligaciones contenidas en la pretensión o
derivadas de ellas, sino en ocasiones que puedan representar una simple subordinación a
las pretensiones dirigidas en su contra, cumpliendo así los deberes emergentes de ella,
pero por cuestiones prácticas o de utilidad, no porque este convencido del fundamento
invocado o de acuerdo con su legitimidad. Esto sucede por ejemplo cuando un litigio es
de garantía sumamente alto, siendo más conveniente para uno satisfacer la pretensión
que afrontar los gastos que implica el desarrollo de un proceso.
Lo mismo ocurre en razón de la admisión total o parcial de los hechos, ya que el sujeto
procesal que se allana si bien puede someterse a la pretensión, puede no aceptar a los
hechos expuestos por la otra parte.
2. ¿Allanamiento a la demanda o a la Pretensión?
El Art. 330 del Código Procesal Civil establece que el demandado puede allanarse a la
demanda, receptando una terminología común mente aceptada pero carente de
precisión.
El demandado no se allana a la demanda, acto procesal complejo que inclusive pueden
contener enunciados erróneos, falsos o lesivos del honor del demandado, sino que se
somete a la presión contenida en la demanda.
Areal hace una interesante distinción de lo que se domina “allanamiento a la pretensión
procesal” y “allanamiento a la pretensión material “pues en su opinión, pues el primero
consiste en la conformidad del demandado con la petición contenida en la demanda,
mientras que el segundo consiste en la sumisión de la exigencia del reclamante.
De lo expresado se deduce que habrá allanamiento cuando el sujeto manifiesta su
conformidad respecto de la pretensión que se le opone, renunciando a toda oposición sin
que sea necesario para configurar dicho instituto jurídico la aceptación de los hechos o
de los fundamentos jurídicos en lo que la contraparte afirma se basa su reclamo o
petitorio.
Después de tener en cuenta lo anteriormente manifestado veremos algunas definiciones
de allanamiento en la Doctrina Jurídica.
Para Alcalá Zamora “Es el reconocimiento y su comisión de la parte atacada a la
pretensión litigiosa contra ella dirigida”.
Según F. Guillen “Es una renuncia a la resistencia a la pretensión”.
Rigante manifiesta que es el acto por el cual una parte reconoce la legitimidad de las
pretensiones deducidas por la otra; es decir se aviene a las pretensiones deducidas por la
contraparte quitando de esa forma, los obstáculos que dieron nacimiento motivo del
proceso.
Gold Schmidt: Es reconocer la alegación jurídica formulada por el demandante.
Pietro Castro: Es una manifestación de conformidad con la petición contenida en la
demanda hecha por el demandado al contestar a ella o en otro momento.
Acá es de vital importancia tener en cuenta que el allanamiento es un acto procesal, pero
solo porque únicamente puede realizarse en el proceso y no fuera de él.
3. El Objeto del Allanamiento
El allanamiento solamente puede tener por objeto relaciones jurídicas disponibles), es
decir aquellas que sean transigibles o renunciables y en general, en aquellas en que no
estuviere comprometido el orden público; en tales casos, el allanamiento carecerá de
efectos y continuará el proceso según su estado.
Deben agregarse aquellos casos en que se pretende en la demanda una condena de
prestación imposible o contraria a las buenas costumbres.
4. Requisitos para el Allanamiento
Los requisitos del allanamiento son los siguientes:
a) Debe ser Expreso
Esto quiere decir que el allanamiento no es presumible, sino que, todo lo
contrario, es decir el allanamiento tiene que ser explícito, preciso y
categórico; esto quiere decir que de la declaración que se haga se
desprende la voluntad de someterse a la pretensión planteada por el
demandado.
En cuanto a los términos en que se tiene que expresar el allanamiento,
tienen que ser claros y precisos "empleándose fórmulas precisas que no
dejen lugar a dudas".
Es pues coincidiendo con Lino Palacios habrá allanamiento expreso
"cuando el demandado manifiesta, sin lugar a dudas, su conformidad con
el reclamo contenido en la pretensión aviniéndose a satisfacerlo o
haciéndolo simultáneamente en el mismo acto"; de esto se desprende que
si hay silencio por parte del demandado no se produce allanamiento.
La base legal en la cual se encuentra inmersa esta característica está
prevista en la primera parte del Art. 330 del Código Procesal Civil.
b) Debe ser Incondicional
Esta viene a ser un requisito unánimemente reconocido al allanamiento,
ya que el allanamiento no puede someterse a condición alguna ya que por
sí solo implica la petición de absolución y por ende es una rendición
incondicional del demandado.
De lo dicho somos de la idea que el allanamiento tiene que ser un acto
puro y no sujetarse a condición alguna, no debiendo contener reservas,
limitaciones, ni repartos procesales; ya que si esto ocurre dicho acto se
desnaturaliza.
Mas claramente si el sujeto que pretende allanarse formula determinadas
condiciones, no estaríamos ante un allanamiento, sino más bien habría un
planteamiento de transacción o de conciliación.
Ya que estamos hablando del carácter incondicional del allanamiento, es
de aclarar que el pedido de exoneración de costos y costas integrado a la
declaración expresa del allanamiento, no supone condición alguna ya que
esto está contemplado en la ley (Art. 413 CPC) siempre y cuando se
produzca en el plazo para contestar la demanda.
c) Oportuno
Este requisito se plasma en el primer párrafo del Art. 331 del CPC. Es
decir, el demandado puede allanarse a la pretensión en cualquier estado
del proceso previo a la sentencia.
Acá se reitera que la oportunidad a que hace referencia dicho numeral
tiene que ver con el límite temporal máximo para que sea eficaz el
allanamiento, porque, a efecto tan solo de la exoneración de costos y
costas, puede el sujeto allanarse a la pretensión dentro del plazo para
contestar la demanda.
d) Debe ser Total
Al respecto Fornaciari dice que "el allanamiento debe ser congruente con
la forma en que ha quedado trabada la relación procesal" de esto decimos
que habrá allanamiento total en la medida en que exista concordancia
entre la pretensión del actor y lo manifestado en cuanto a satisfacerla.
Es así pues que el allanamiento será eficaz en la medida que comprenda
la integridad de la pretensión del actor.
Si hubiere acumulación objetiva de pretensiones, podrá haber
allanamiento total y por ende eficaz si cumple los demás requisitos, con
relación a una de ellas, en la medida en que la comprenda plenamente;
respecto a las restantes, las mismas mantendrán incolumidad.
Si el allanamiento es total, el juez expide de manera inmediata la
sentencia. Si fuese parcial, el proceso sigue su curso en razón a las
pretensiones que no comprenden el allanamiento del demandado.
e) Debe estar legalizada:
Mediante firma del que se allana ante el Auxiliar Judicial.
Este requisito se plasma en el Art. 332 del CPC el cual prevé los casos
que generan la declaración judicial de improcedencia del allanamiento;
las cuales son:
 El demandado no tiene capacidad para disponer del derecho de
conflicto.
 El apoderado o representante del demandado carece de facultad
para allanarse
 Los hechos admitidos requieren ser probados por otros medios,
además de la declaración de parte.
 El conflicto de intereses afecta el orden público o las buenas
costumbres.
 El conflicto de intereses comprende derechos indisponibles.
 Habiendo litisconsorcio necesario, el allanamiento no proviene de
todos los demandados.
 Presume la existencia de dolo o fraude procesal.
 Se advierte que la sentencia a dictarse va a surtir efecto frente a
tercero no emplazado.
 El demandado es el Estado u otra persona de Derecho Público
salvo que su representante tenga autorización expresa.
5. Sujetos del Allanamiento
El allanamiento proviene del sujeto procesal contra quien se ejercita alguna pretensión
sea como demandado o como actor reconvenido, el denunciado, el sucesor procesal y en
fin todo aquel que actúe como parte en un proceso. También tienen la potestad de
allanarse las personas susceptibles de comparecer por sí mismas a un proceso
(relacionados con los derechos que en él se hacen valer) o sus representantes siempre y
cuando estén autorizados para hacerlo.
En el litisconsorcio voluntario, el allanamiento de un litisconsorte solamente produce
efectos respecto de él, debiendo continuar el proceso con los restantes. Pero el juez no
podrá dictar una sentencia parcial habrá una sola sentencia dictada una vez sustanciado
el proceso.
En el litisconsorcio necesario el allanamiento debe provenir de todos los litisconsortes,
por lo tanto, no puede haber allanamiento parcial.
6. Efectos del Allanamiento
El allanamiento como acto unilateral de disposición que es, se perfecciona sólo con la
declaración de voluntad de quien lo realiza, sin que se precise el consentimiento de la
contraparte. En consecuencia, producido el allanamiento y no encontrándose ninguna
causal de improcedencia (Art. 332 CPC), se afecta el estado de controversia, el mismo
que desaparece, correspondiendo la excepción inmediata de sentencia "producido el
allanamiento, el demandado que lo formula renuncia a toda oposición y se somete a lo
pretendido por el actor. En este sentido, extingue el estado de controversia."
Es así pues que realizado el allanamiento, quien lo hizo abdicó a su derecho de
contradicción, sometiéndose a la pretensión planteada por el demandante.
Admitida la procedencia del allanamiento, ello no significa la extinción de la pretensión
de lo contrario, se mantiene intacta claro teniendo una mayor consistencia ya que no
existe oposición.
Ya que está eliminado el estado de controversia entre las partes al haberse dado el
allanamiento por parte de una de ellas, es imprescindible la emisión de una sentencia
para que se logren los efectos que desea el actor de la pretensión, siendo tanto así que la
relación procesal no se extingue si no hay sentencia, la cual no exime al demandante de
probar los hechos en que basa su pretensión, pudiendo desestimarse la demanda si no se
logra acreditar aquellos.
Lo expuesto nos lleva a observar que sucede con el derecho de acción. Si recordamos
que este ha sido concebido como derecho cívico o derecho a pedir tutela jurisdiccional
efectiva, vemos que ninguna afectación a podido sufrir, ya que no hay abdicación
alguna a obtener tutela jurídica del Estado que tendrá la forma de una sentencia que
haga mérito del derecho subjetivo sobre el que ya no hay controversia. Ejemplo: que,
formulado el allanamiento, el juez no dicta sentencia pese a que todo el acto contiene
los requisitos que hacen a su eficacia.
Ninguna duda puede caber que, en el ejercicio del derecho de acción, puede solicitarse
el dictado de tal resolución; y esa facultad le corresponde a ambas partes
7. El Allanamiento y la Sentencia
Tal como reiteradamente expusiéramos, el allanamiento no exime al juez de dictar
sentencia; pensamos que la extinción del estado de controversia no puede hacer
desaparecer la necesidad del dictado de una sentencia. Al actor le interesa la declaración
de certeza y la eventual condena; le interesa en fin la obtención de cosa juzgada, que
únicamente regenera con el dictado de la sentencia.
Si tal como vimos, con el acto de allanarse la pretensión cobra nueva fuerza, su
acogimiento deberá hacerse en la sentencia, la cual debe ser plena y congruente con la
forma en que quedó trabada la relación procesal.
8. Apelabilidad de la Sentencia
Nada impide que la sentencia expedida como consecuencia inmediata del allanamiento,
sea objeto de impugnación.
Esto puede parecer discutible si se tiene en cuenta que difícilmente existirá agravio para
el sujeto procesal que renunció a su derecho de oponerse a la pretensión de la parte
contraria y se sometió a ella, así como también parece no haberlo en relación a quien
planteó la pretensión que resultó finalmente acogida por el juez en la sentencia
respectiva.
Nos parece una concepción discutible; sin embargo si nos detenemos a pensar que el
fallo que se expide conforme al derecho normativo ciñéndose estrictamente al contenido
de la pretensión puede no favorecerle al actor o al demandado; entonces es posible
encontrar algún fundamento para la apelación de la sentencia; sin embargo en nuestra
opinión una vez interpuesto el recurso de apelación debe ser éste rechazado por no
reunir los requisitos de ley, por no existir agravio alguno y carecer aquel de todo
sustento lógico o jurídico.
9. Exoneración de Costos y Costas en el Allanamiento
Según el artículo 410 del CPC establece lo que son las costas.
"Artículo 410.- Las costas están constituidas por las tasas judiciales, los honorarios de
los órganos de auxilio judicial y los demás gastos judiciales realizados en el proceso."
De igual manera el artículo 411 del CPC establece lo que son los costos.
"Artículo 411.- Son costos del proceso el honorario del Abogado de la parte vencedora,
más un cinco por ciento destinado al Colegio de Abogados del Distrito Judicial
respectivo para su Fondo Mutual y para cubrir los honorarios de los Abogados en los
casos de Auxilio Judicial."
Este es un efecto de allanamiento que merece una especial mención.
Como hemos apreciado el que se allana se somete a la pretensión formulada en su
contra, lo cual implica considerarlo como la parte vencida en el juicio (siempre y
cuando así lo considere el magistrado en la sentencia) ya que aun declarado procedente
el allanamiento; el juez resuelve conforme al derecho positivo no teniendo que coincidir
con la pretensión del actor.
Entonces analizando el primer párrafo del Art. 412 del CPC, el cual establece:
"El reembolso de los costos y costas del proceso no requiere ser demandado y es de
cargo de la parte vencida, salvo declaración judicial expresa y motivada de su
exoneración."
Del caso decimos que en el caso del allanamiento total el principio de condena de costos
y costas defiende al litigante que legítimamente busca y obtiene a través del proceso la
actuación de la ley. Si el allanamiento fuese parcial y se desestiman pretensiones no
contenidas en él, entonces los costos y costas se refieren a pretensiones acogidas para el
vencedor (objeto del allanamiento) correspondiendo su pago al vencido (Art. 412. 3er.
Párrafo).
También, además de la exoneración del pago de costos y costas por declaración judicial,
existe otra excepción a la regla general, la cual es la exoneración de pago de costos y
costas de quien se allana dentro del plazo para contestar la demanda (Art. 413). Esta
exoneración estimula la pronta conclusión del proceso. Es decir, los costos y costas los
soporta quien se allana, pero si se reconoce oportunamente las pretensiones del
adversario allanándose a satisfacerlos no se impondrán costas al vencido.

TRANSACCIÓN JUDICIAL

1. Conceptos
- Carnelutti, citado por Hinostroza Márquez, sostiene que la "transacción es no
sólo un contrato, sino un contrato bilateral, mediante el que cada uno de los
contratantes dispone de la propia situación jurídica". Afirma para que medie
transacción se exige que cada una de las partes dé o prometa y, a su vez,
retenga algo (aliquid datum, aliquid retentum), por lo que los límites de la
transacción son justamente la renuncia (total) a la pretensión propia y el
reconocimiento (también total) de la pretensión ajena. La transacción se
halla, pues, en medio de estas dos figuras.

- Fonaciari, citado por Hinostroza Márquez, expresa que la transacción es un


contrato, que si bien puede extinguir obligaciones, tendrá por finalidad
principal dirimir controversias. Señala, además, que habrá transacción
cuando exista un estado de controversia al que las partes, mediante la
concreción de un acto jurídico de naturaleza contractual, pondrán fin
haciéndose concesiones recíprocas. Concluye afirmando que, en su esencia,
la transacción será siempre un contrato, sea que se produzca en el ámbito del
proceso o fuera de él.
- Nuestro Código Civil define esta figura en su artículo 1302:
Artículo 1302.- «Por la transacción las partes, haciéndose concesiones
recíprocas, deciden sobre algún asunto dudoso o litigioso, evitando el
pleito que podría promoverse o finalizando el que está iniciado. Con las
concesiones recíprocas, también se pueden crear, regular, modificar o
extinguir relaciones diversas de aquellas que han constituido objeto de
controversia entre las partes. La transacción tiene valor de cosa juzgada».
Como se desprende de la lectura de la norma transcrita, nuestro ordenamiento
jurídico adopta un concepto restringido de transacción, pues cuando utiliza este
término se refiere a un medio extintivo de obligaciones, y no lo emplea en su
acepción más amplia, esto es, como un negocio o acuerdo entre las partes.
Consiste en un acuerdo mediante el cual las partes se hacen concesiones
reciprocas sobre algún asunto dudoso o litigioso (acto jurídico bilateral)
haciendo innecesaria la intervención judicial que podría promoverse, o
finalizando la ya iniciada. Mediante las concesiones reciprocas también se
pueden crear, regular, modificar o extinguir relaciones distintas de aquellas que
han constituido el objeto de la controversia de las partes.
De la lectura del artículo 1302° se destacan 4 características esenciales de la
transacción:
1. hay concesiones recíprocas por ambas partes que deciden sobre algún
asunto dudoso o litigioso
2. se busca con ello evitar un futuro litigio o proceso que podría suscitarse o
culminar el que se encuentre iniciado
3. con dichas concesiones recíprocas se puede crear, regular, modificar o
extinguir relaciones diversas de aquellas que han constituido objeto de
controversia entre las partes.
4. tiene valor de cosa juzgada.

2. Contenido de la transacción
Artículo 1303 del Código Civil
La transacción debe contener la renuncia de las partes a cualquier acción
que tenga una contra otra sobre el objeto de dicha transacción.
“... De análisis del artículo mil trescientos tres del Código
Civil se tiene que dicha norma exige, la renuncia de las partes
a cualquier posibilidad de iniciar alguna acción a su
contraparte, con respecto al objeto sobre el que transa (sic
-léase transige-), condición que tiene repercusiones procesales
y el requisito que establece no es de carácter AD
SOLEMNITATEM...” (Casación Nro. 646-98 / Lambayeque,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-10-2000,
págs. 6421-6422).
3. Objeto
a. Constituye objeto de la transacción la situación o relación jurídica
sustantiva materia de controversia.
b. La transacción debe recaer sobre un objeto cierto. Este tiene que ser,
además, real o posible, es decir, que exista al tiempo de su
celebración o que sea susceptible de existir en el futuro. El objeto de
la transacción debe ser también lícito, esto es, no tiene que ser
indisponible, ni estar fuera del comercio, ni ser contrario al orden
público o a las buenas costumbres. Por último, debe ser determinado
o determinable.
c. El artículo 1305 del Código Civil establece que “sólo los derechos
patrimoniales pueden ser objeto de transacción”.
El Código Civil agrega, en su artículo 1306, que “se puede transigir sobre la
responsabilidad civil que provenga de delito”.

4. Efectos de la transacción:

La transacción produce diversos efectos, siendo los principales:

- Es obligatoria o vinculante.
- Es extintiva.
- Tiene efecto declarativo.
- Tiene valor de cosa juzgada.

- Es obligatoria o vinculante: Por su razón de carácter contractual, la


transacción crea para las partes una regla a la cual deben someterse como a la
ley misma, en mérito al adagio que “el contrato es ley entre las partes”.
- Es extintiva: Precisamente por el efecto extintivo que posee la transacción,
las partes no pueden hacer valer luego los derechos renunciados por ese acto,
si lo hicieran, serían rechazados por una excepción de transacción, que
impide renovar una pretensión ya aniquilada por la virtualidad del convenio
celebrado.
- Tiene efecto declarativo: La transacción no tiene efectos traslativos de
derechos sino declarativos. Esto significa que cuando uno de los contratantes
reconoce el derecho del otro, no es que esté considerando que se lo está
transmitiendo, sino que ese derecho ha existido desde antes y directamente
en cabeza de quien lo tiene luego de la transacción.
- Tiene valor de cosa juzgada: La parte final del artículo 1302° de nuestro
actual Código Civil le otorga tal condición a la transacción, aspecto sobre el
que regresaremos más adelante cuando tratemos específicamente sobre la
vinculación de la transacción con la cosa juzgada y su posibilidad de
proponerse como excepción en ese sentido.
5. Requisitos
Las partes deben tener plena capacidad de goce y de ejercicio, o estar
debidamente autorizadas por autoridad judicial competente.
Es bilateral y onerosa. Las partes se hacen concesiones reciprocas sobre
asuntos dudosos o litigiosos (presentes o futuros).
La renuncia de las partes a cualquier acción que tenga una contra la otra
sobre el objeto de dicha transacción.
Debe hacerse por escrito, bajo sanción de nulidad y contener los mismos
elementos del acto jurídico (Art. 140º C.C.).
Sólo los derechos patrimoniales pueden ser objeto de transacción.
La transacción es indivisible. La nulidad de una de las estipulaciones
determina la nulidad de la transacción.

6. Clases de transacción

La transacción como acuerdo de voluntades admite dos clases: judicial y


extrajudicial.

A) La Transacción Judicial

Es aquella llevada a cabo dentro de un proceso judicial, en pleno litigio o


controversia puesta en conocimiento del órgano jurisdiccional para decidir
sobre el conflicto sin esperar la sentencia. Esta transacción, por lo tanto, debe
ser homologada (aprobada, confirmada) por el juez que conoce la causa
concluyéndose el asunto litigioso. Así lo dispone el Art. 1312º C.C. al
prescribir: “La transacción judicial se ejecuta de la misma manera que la
sentencia y la extrajudicial, en la vía ejecutiva.” y el Art. 337º del C.P.C: "El
Juez aprueba la transacción siempre que contenga concesiones recíprocas,
verse sobre derechos patrimoniales y no afecte el orden público o las buenas
costumbres, y declara concluido el proceso si alcanza la totalidad de las
pretensiones propuestas. (...)."

B) La Transacción Extrajudicial

Es aquella producida antes o fuera del litigio judicial, precisamente, su


importancia radica para evitar el pleito a promoverse. En gestión paralela al
pleito puede darse la posibilidad de una transacción extrajudicial, si
producida extra proceso, abandonan posteriormente el litigio o también se
presentan mutuos desistimientos.

En la transacción judicial hay homologación del juez que conoce su causa


(litigio) y en la transacción extrajudicial no hay homologación del juez (extra
proceso) pero los efectos son idénticos, siendo iguales las reglas. La
transacción extrajudicial es un título ejecutivo (Art. 688º C.P.C.) y se
promueve a través del Proceso Único de Ejecución (Decreto Legislativo
1069º).

7. Oportunidad de la transacción
Como se dijera, la transacción extrajudicial es la que acontece fuera del
proceso. Ahora bien, puede tener lugar antes de su inicio, cuando las partes
deciden sobre algún asunto dudoso o litigioso evitando el pleito que podría
promoverse, o durante su trámite, transigiendo los interesados fuera del
juicio, es decir, sin intervención del Juez. Para este último supuesto -siempre
que el acuerdo transaccional se incorpore a los autos- y para la transacción
judicial es de aplicación el artículo 334 del Código Procesal Civil, referido a
la oportunidad de la transacción, que establece lo siguiente: “En cualquier
estado del proceso las partes pueden transigir su conflicto de intereses,
incluso durante el trámite del recurso de casación y aún cuando la causa esté
al voto o en discordia”.
Se puede apreciar que la transacción podrá llevarse a cabo hasta antes que
quede firme la sentencia. Una vez producida tal situación no procede su
realización. El eventual acuerdo al que lleguen las partes, posterior al fallo
final, no afecta su inmutabilidad (influyendo tan sólo en su cumplimiento) y
no tendrá, por lo demás, la calidad de transacción (art. 339 del C.P.C.).

8. Formalidad de la transacción
La transacción es un contrato solemne que reviste las siguientes
formalidades:
Debe ser realizada por las partes (que tengan plena capacidad dispositiva
sobre el objeto de la transacción) o quienes en su nombre tengan facultad
expresa para hacerlo, pudiendo actuar los últimos individual o
conjuntamente (primera parte del art. 335 del C.P.C. y último párrafo del art.
68 del C.P.C.). Los representantes de ausentes o incapaces pueden transigir
con aprobación del Juez, quien para este efecto oirá al Ministerio Público y
al consejo de familia cuando lo haya y lo estime conveniente (art. 1307 del
C.C.). Los Poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial, el Ministerio Público,
los órganos constitucionales autónomos, los Gobiernos Regionales y Locales
y las universidades, sólo pueden transigir previa aprobación expresa de la
autoridad o funcionario competente (primer párrafo del art. 336 del C.P.C.).
Debe hacerse por escrito, bajo sanción de nulidad, o por petición al Juez que
conoce el litigio (art. 1304 del C.C.). Asimismo, los intervinientes tienen que
precisar su contenido y legalizar sus firmas ante el Secretario respectivo
(última parte del primer párrafo del art. 335 del C.P.C.).
En caso de haber proceso abierto y los litigantes transigieran fuera de éste
(transacción extrajudicial), presentarán el documento que contiene la
transacción (convirtiéndose así en transacción judicial), legalizando sus
firmas ante el Secretario respectivo en el escrito en que la acompañan,
requisito que no será necesario cuando la transacción conste en escritura
pública o documento con firma legalizada (de acuerdo a lo dispuesto en el
segundo párrafo del art. 335 del C.P.C.).

9. Homologación de la transacción
“La transacción ha de ser contrastada como acto de disposición de las partes
[bilateral] sobre el proceso y sobre sus pretensiones” (LORCA
NAVARRETE, 2000: 208).
Homologar la transacción representa el acto realizado por el Juez mediante el
cual aprueba, confirma o solemniza lo convenido por las partes.
“La homologación de la transacción judicial la realiza el órgano judicial que
esté conociendo del proceso transaccionado” (LORCA NAVARRETE,
2000: 209).
“La resolución que acepta la transacción es una resolución integrativa con
efecto de definitiva...” (FALCON, 1978: 249). “... El auto homologatorio
tiene por finalidad inmediata la creación de un título ejecutorio y por
finalidad mediata poner fin al litigio extinguiendo la relación procesal”
(FORNACIARI, 1988, Tomo II: 91).
El artículo 337 del Código Procesal Civil trata lo concerniente a la
homologación de la transacción en los siguientes términos:
“El Juez aprueba la transacción siempre que contenga concesiones
recíprocas, verse sobre derechos patrimoniales y no afecte el orden público o
las buenas costumbres, y declara concluido el proceso si alcanza a la
totalidad de las pretensiones propuestas. Queda sin efecto toda decisión
sobre el fondo que no se encuentre firme.
La transacción que pone fin al proceso tiene la autoridad de la cosa juzgada.
El incumplimiento de la transacción no autoriza al perjudicado a solicitar la
resolución de ésta.
Si la transacción recae sobre alguna de las pretensiones propuestas o se
relaciona con alguna de las personas, el proceso continuará respecto de las
pretensiones o personas no comprendidas en ella. En este último caso, se
tendrá en cuenta lo normado sobre intervención de terceros.
Con la transacción judicial no se puede crear, regular, modificar o extinguir
relaciones materiales ajenas al proceso”.
Es la aprobación judicial de la transacción, siempre y cuando cumpla con los
siguientes requisitos:

- Que contenga concesiones recíprocas.


- Que verse sobre derechos disponibles patrimoniales.
- Que no afecte el orden público ni las buenas costumbres.
- Si la transacción es total, entonces se concluye el proceso. Tiene
calidad de sentencia con autoridad de cosa juzgada.
- Si la transacción es parcial, continúa el proceso.
- Si hay una sentencia consentida o ejecutoriada, y las partes se
ponen de acuerdo para cumplir lo dispuesto en ella, ya no se está
frente a una transacción, sino frente a un acto jurídico. Ejemplo;
condonación, novación, establecimiento de plazos o condiciones.
10. Acuerdo sobre costas y costos
Por mandato del artículo 415 -primer párrafo- del Código Procesal Civil, las
partes deben convenir sobre el reembolso de las costas y costos cuando el
proceso concluye por transacción. Dicho acuerdo no es oponible para
quienes no participan del mismo, quienes se someten a las reglas generales.
De omitirse el acuerdo sobre el reembolso de las costas y costos, se entiende
que cada parte asume las propias (art. 415 -in fine- del C.P.C.).

11. Transacción Y Acto Jurídico Posterior A La Sentencia


El convenio que realicen las partes en momento posterior al pronunciamiento
de una sentencia que queda firme, regulando o modificando el cumplimiento
del fallo definitivo, no configura una transacción y, se deja en claro, no altera
lo resuelto, incidiendo tan sólo en su consumación material o ejecución.
Precisamente el artículo 339 del Código Procesal Civil trata sobre el acto
jurídico posterior a la sentencia estableciendo que: “Aunque hubiera
consentida o ejecutoriada, las partes pueden acordar condonar la obligación
que ésta contiene, novarla, prorrogar el plazo para su , convenir una dación
en pago y, en general, celebrar cualquier acto jurídico destinado a regular o
modificar el cumplimiento de la sentencia. Sin embargo, dicho acto jurídico
no tiene la calidad de transacción ni produce los efectos de ésta”.
EL ABANDONO DEL PROCESO

1. CONCEPTO

Se ha establecido mediante el artículo 346° del Código Procesal Civil, la regulación


de esta figura como una forma especial de conclusión del proceso. El abandono
supone la caducidad de la instancia y el cese voluntario del trámite procesal durante
los lapsos que la ley determina.

La Casación N° 4955-2007- La Libertad, ha definido al abandono del proceso de la


siguiente forma:

Es una conclusión especial del proceso que extingue la relación procesal que
se produce después de un período de tiempo en virtud de la inactividad de
las partes; y, por ser una figura especial que pone fin al proceso, la
declaración de ella solo está prevista en forma específica e inequívoca en la
Ley Procesal.

Maurino (1991) establece que:

El abandono procesal también es conocido como la perención de la


instancia, y ésta a su vez es definida como la conclusión anticipada del
proceso por haber transcurrido el tiempo establecido legalmente, sin
actividad procesal idónea para impulsarlo hacia el final; siempre que no
medie una causal de improcedencia o de un óbice suspensivo. (p. 07)

De igual manera, Alsina refiere:

El proceso se extingue, entonces, por el solo transcurso del tiempo, cuando


los litigantes no instan su prosecución dentro de los plazos establecidos por
la ley. Este modo anormal de extinción se designa con el nombre de
perención o caducidad de la instancia. (pp. 424 – 425)

2. NATURALEZA JURÍDICA

El fundamento de la naturaleza jurídica del abandono recae a partir de lo establecido


por el artículo IV del Título Preliminar del Código Procesal Civil, que prescribe:

Art. IV.- Principios de iniciativa de parte y de conducta procesal

El proceso se promueve solo a iniciativa de parte, la que invocará interés y


legitimidad para obrar. No requieren invocaros el Ministerio Público, el
procurador oficioso ni quien defiende intereses difusos (...)

Es por ello que, ante la no iniciativa de alguna de las partes, se entiende entre
demandante y demandando, el proceso no va a ser promovido, y es por ello que, se
puede hacer uso de esta institución jurídica.

Chiovenda (1925) establece en cuanto a la naturaleza jurídica del abandono lo


siguiente:

La inactividad debe ser inactividad de parte (no importa si es voluntaria o


involuntaria), no de juez, puesto que, si la simple inactividad del juez
pudiese producir la caducidad, sería remitir al árbitro de los órganos del
estado de la cesación del proceso. Por lo tanto, debe decirse que la actividad
de los órganos jurisdiccionales, basta para mantener en vida al proceso, pero
su inactividad no basta para hacerlo desaparecer. (p. 385)

3. Teorías de la presunción del abandono de la instancia

3.1. Teoría subjetiva de la presunción del abandono de la instancia

Dentro de los defensores de esta doctrina, destaca Duque (2000) que establece:
El fundamento de la caducidad de la instancia reside en el hecho que
la inactividad de los sujetos procesales implica la presunción de
abandono del litigio. Siguiendo este criterio, si las partes no proceden
a impulsar el proceso es porque han renunciado tácitamente a él. La
presunción en cuestión tiene carácter de absoluta, vale decir, es una
iure et de iure. (p.470)

3.2. Teoría objetiva de la inactividad procesal

Hinostroza (1998) establece que:

El fundamento de la caducidad de la instancia consiste en el hecho


objetivo de la falta de actividad procesal que está ocurriendo durante
un lapso dilatado de tiempo. Así en razón de la pasividad absoluta de
los sujetos a quienes corresponde estimular el desarrollo del proceso,
el Estado juzga convenientemente eximir a los órganos
jurisdiccionales del deber de administra justicia, esto, es de dar
solución a los conflictos de intereses o incertidumbres jurídicas. (p.
213)

3.3. Teoría del interés público

De igual manera, Hinostroza (1998) señala:

Desde este punto de vista, la caducidad de instancia es una figura


encaminada a evitar la prolongación de los juicios imputable al
desinterés de quienes conforman la relación procesal, en aras de la no
perpetuación del conflicto (y, por ende, de sus secuelas negativas no
solo para los interesados directamente sino también para la sociedad
en su conjunto) y del favorecimiento de la seguridad jurídica. (p. 213)

3.4. Teorías mixtas

Duque (2000) afirma que se desplazan dos fundamentos para las presentes teorías:
el fundamento de carácter objetivo y subjetivo.

a) El fundamento de carácter objetivo: referido a la inactividad procesal


prolongada de las partes del proceso.
b) El fundamento de carácter subjetivo: Está referido a que estos
fundamentos son: i) presunción de desistimiento tácito de la instancia e ii)
interés público no se dilaten para toda la eternidad los procesos.

Se refiere que en cuanto al fundamento esencial de esta institución es de


doble carácter: subjetivo y objetivo. El fundamento subjetivo del abandono
en que las partes tienen al proceso, una presunción de que su voluntad es
dejarlo extinguir sin que se llegue normalmente a su término mediante la
dictación de la sentencia definitiva.

4. Requisitos para la aplicación del abandono del proceso

En el artículo 346 del Código Procesal Civil, se pueden entender ciertos requisitos
que la norma procesal ha establecido, para que esta figura pueda aplicarse y presente
plena validez. A continuación, se detallan los siguientes.

4.1. Inactividad de las partes

Hinostroza (1998) refiere que:

Teniendo en cuenta que el impulso del proceso les corresponde a las


partes, es decir, a los sujetos interesados en que se resuelva el
conflicto de intereses, el hecho de que ellos dejen de realizar
determinados actos procesales por el tiempo que establece la ley
implica un desinterés, el mismo que es sancionado por la ley.

El impulso de parte es concordante con el principio de iniciativa de parte a la que


hace referencia el artículo IV del título Preliminar del Código Procesal Civil, que
no debe ser entendida únicamente como la facultad de interponer la demanda sino
también de actuar durante toda la secuela del proceso y activarla en su calidad de
interesado.

4.2. Transcurso del tiempo

Nuestra norma procesal señala el plazo legal que debe transcurrir para la
declaración del abandono, que puede ser de oficio o a petición de parte, es de
cuatro meses. Este empieza a transcurrir desde el día siguiente en que tiene lugar
el último acto de impulso procesal, el que para dicho efecto puede ser hábil o no y
en el cual se incluye los días feriados o no laborales. En ese sentido, el plazo final
se cumple en el mes de vencimiento y en el día de éste correspondiente a la fecha
del mes inicial. Si el mes de vencimiento faltara tal día, el plazo se cumple en el
último día de dicho mes.

El abandono opera sólo por el transcurso del tiempo contado desde la última


actuación procesal o desde la notificación de la última resolución. Si no consta en
autos el cargo de notificación no puede el juez declarar el abandono del proceso,
toda vez que las resoluciones judiciales sólo producen efectos en virtud de la
notificación hecha con arreglo al Código Procesal Civil. (Hinostroza, 1998, p.
220)

4.3. Solicitud de parte, tercero legitimado o de oficio

De la lectura del artículo 346 del Código Procesal Civil se advierte claramente
quiénes serían los sujetos legitimados para solicitar ante el juez la declaración de
abandono.

Hinostroza (1988) sostiene:

Sin embargo, consideramos que el abandono debe ser a pedido


únicamente del demandando ya que esta falta de seguridad afecta
únicamente a quien se ha visto involucrado en un proceso judicial y
este se ha visto afectado por la paralización en su accionar. En tal
sentido, la norma debería decir: El abandono podrá hacerse valer sólo
por el demandado, durante todo el proceso y hasta antes que se haya
dictado sentencia en primera instancia. (p. 217)

4.4. Resolución que lo declare

El actuar de los magistrados se realiza a través de las resoluciones judiciales a las


que hace referencia el artículo 121 del Código Procesal Civil.

La declaración del juez, a la que hace referencia la norma correspondiente al


abandono debe concordarse con la antes mencionada, y toda vez que el abandono
constituye una forma de conclusión especial del proceso, resulta necesario que el
juez dicte un auto, mediante el cual advierta el trascurso del tiempo y declare que
el proceso ha caído en abandono por falta de impulso de las partes (Hinostroza,
1998).
CONCLUSIONES

 El abandono constituye una de las formas anormales de conclusión del


proceso surgido como consecuencia de la inactividad o inacción de las partes
en el proceso durante determinado lapso de tiempo que determina la
perención de la instancia.
 La figura del abandono debería ser solo a solicitud de parte demandada, toda
vez que es el sujeto quien directamente se habría beneficiado por dicha
declaración judicial y se evita la zozobra en el tiempo de inacción del proceso
por parte de su demandante.
 El abandono pone fin al proceso, es decir, lo concluye sin afectar la
pretensión. Sin embargo, su declaración dista de la finalidad propia del
proceso judicial, es decir, resolver un conflicto de intereses.
 La transacción es un contrato cuya función esencial consiste en poner término
a un litigio o a una incertidumbre jurídica, evitando en este último caso un
posible pleito, para ello las partes que lo celebran deben efectuar concesiones
mutuas o recíprocas que revelan el carácter oneroso de dicho acto jurídico.
 La transacción judicial o extrajudicial son medios de defensa amparados en el
derecho de contradicción. La transacción es homologada por el Juez para su
validez.
 El demandado se allana a la pretensión no a la demanda.
 El allanamiento y Reconocimiento son figuras procesales semejantes, que se
plantean en cualquier estado del proceso, previo a la sentencia.
 El allanamiento solo conviene con la pretensión. El reconocimiento además
de convenir, admite la verdad de los hechos y el derecho invocado.
 La inclusión del allanamiento y reconocimiento como formas especiales de
conclusión del proceso obedece solo a cuestiones de técnica legislativa en vez
de razones de fondo, ya que su realización no extingue el proceso, sino que
traen como consecuencia inmediata la expedición de sentencia que será la que
ponga término al proceso.

También podría gustarte