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.Ar-Narda Lepes No Me Gustan Los Nichos de Emprendedores PDF
.Ar-Narda Lepes No Me Gustan Los Nichos de Emprendedores PDF
emprendedores”
infogastronomica.com.ar/narda-lepes-no-me-gustan-los-nichos-de-emprendedores/
InfoGastronomica 15 diciembre,
2018
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Fuente: Cronista ~ Después de 17 años, volvió a abrir su propio restaurante, que con sólo
un año de vida fue incluido en los Latin America’s 50 Best 2018. Segundo capítulo de
Clase Foodie, el ciclo de entrevistas audiovisuales de Clase Ejecutiva.
Es una de las referentes de la nueva era de la cocina argentina. Forjó una carrera basada
en programas de televisión y asesoría de empresas gastronómicas. Hace un año abrió
Narda Comedor, que fue incluido en los Latin America’s 50 Best 2018. Ahora, su
militancia por la alimentación saludable apunta contra el lobby de la industria de comida
para niños. Por eso, fue la elegida para protagonizar este segundo capítulo de Clase
Foodie, el ciclo de entrevistas audiovisuales a grandes referentes y talentos emergentes
de la gastronomía, la enología, la coctelería y expresiones afines del universo sibarita.
Lejos de ser un restaurante sofisticado, el espacio que la cocinera Narda Lepes abrió en
el Bajo Belgrano -diseñado por el arquitecto Horacio Gallo-, es un refugio de las
distracciones. El objetivo aquí es uno solo: enfocarse en la comida. “Comé bien”. “Comé
en estación”.
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“Tomá agua”. “Probá cosas nuevas”, se puede ver escrito en el local, conceptos alrededor
de los cuales gira la propuesta que desembarcó hace solo un año en la calle Sucre. “Con
la apertura en 2017, la chef Narda Lepes quiso mostrar a sus compatriotas cómo se ve
una dieta saludable, al mismo tiempo que demuestra que puede deleitar al paladar
tanto como al estómago”, resumieron los jueces del Latin America’s 50 Best a la hora de
rankearla en el puesto 46°.
Emprendedora precoz, a fines de los ‘90 estuvo al frente de la cocina en los restaurantes
La Corte, Ono y Club Zen, que cerraron en 2001. Pero 17 años después decidió volver a
apostar por abrir un lugar propio. “Ahora sentía que tengo un mejor mapa de cómo
armar un restaurante para que sea un lugar al que yo iría, que me guste mostrar y que
sea comercialmente viable. Porque podés poner un lugar divino, pero si no es
comercialmente viable tenés que hacer otra cosa para vivir. Y prefiero hacer que las
cosas que hago funcionen comercialmente para, en el tiempo que me queda, hacer
otras que me gustan y que no son comerciales”, explica Lepes.
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