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Actualizaciones en RCP 2018

Dra. Rinna Romero

MÉDICO CIRUJANO. UNIVERSIDAD DEL ZULIA

MEDICO ANESTESIÓLOGO. DIVISIÓN DE ESTUDIOS PARA GRADUADOS


DE LUZ.

PROFESOR COLABORADOR AL POSGRADO DE ANESTESIOLOGÍA SAHUM


INTRODUCCION

Una de las situaciones más temidas para cualquier proveedor de salud es


un paciente en parada cardiaca o cardiorrespiratoria. La importancia para el
personal de salud de manejar el tema salta a la vista, debido a que en un
colapso circulatorio los órganos más tempranamente afectados son el cerebro y
corazón. El daño producido a estos órganos, especialmente al cerebro,
determinan el pronóstico del paciente que ha sufrido un PCR.

El paro cardiorrespiratorio (PCR) desde un punto de vista fisiopatológico implica


un colapso en la perfusión tisular o Detención de la circulación c y La magnitud
del daño producido dependerá de la condición previa del paciente, del Umbral
de isquemia y del tiempo que tome el retornar a la circulación normal.

La detención de la circulación significa un abrupto corte en el aporte de O2 y


glucosa a las células de los diferentes tejidos. El aporte de O2 depende de la
mantención de un adecuado flujo tisular, directamente relacionado al gasto
cardiaco, y de un nivel de Hb que actúe como transportador del O2.

En el caso del PCR el problema surge mayoritariamente de la inexistencia de


gasto cardíaco más que de un déficit en la saturación con O2 de la Hb. Pese a
que la consecuencia final es la misma, ya que una detención de la circulación
lleva a una detención de la ventilación y viceversa, el hecho de que el fenómeno
circulatorio sea mucho más frecuente nos lleva a priorizar este aspecto en las
medidas de reanimación.

El tiempo que el flujo sanguíneo esté detenido o muy disminuido determina en


gran parte el pronóstico que tendrá el evento para el paciente.

Visto de esta manera, para nosotros médicos, enfermeras, paramédicos, y


proveedores de salud en general resulta evidente que el gran objetivo de las
medidas de reanimación será el restablecimiento lo más pronto posible de un
gasto cardiaco normal, acorde con las necesidades de perfusión tisular.

Y esto por qué?

Porque la duración de la isquemia es el determinante en el daño y muerte


celular, especialmente a nivel encefálico
La relación entre metabolismo cerebral y flujo sanguíneo a través de la barrera
hematoencefálica es un proceso dinámico altamente integrado, la interrupción
del flujo sanguíneo al cerebro resulta en una alteración rápida del metabolismo y
las diversas funciones cerebrales.

No hay aspecto del metabolismo neuronal que esté libre del efecto de la
isquemia, si bien los factores neuroquímicos determinantes del daño neuronal
irreversible no se conocen totalmente.

El fallo en la producción energética, la acidosis láctica, el aumento del calcio


citosólico, el exceso de radicales libres y el acúmulo extracelular de
neurotransmisores, con la consecuente activación de receptores y estimulación
neuronal en circunstancias de fallo de aporte de oxígeno y glucosa, parecen ser
pasos importantes en los procesos que conducen a la muerte neuronal.

Estos mecanismos conducirían a un daño secundario de la microcirculación


cerebral, por edema y lesión endotelial, formación de agregados celulares
intravasculares y alteraciones de la permeabilidad y reactividad vascular, por lo
tanto manejar las técnicas de reanimación se hace imprescindible para el
profesional de la salud dentro y fuera del hospital.

Es tanta la importancia del tema que existen un comité científicos evaluadores


como el International Liaison Committee on Resuscitation (ILCOR) que en el
año 2015 inició un proceso de evaluación continua de evidencias (ECE).

Este proceso está diseñado para permitir el análisis rápido de estudios


publicados con revisión por pares sobre reanimación, así como el desarrollo de
las declaraciones del Consenso Internacional sobre reanimación cardiopulmonar
(RCP) y atención cardiovascular de emergencia (ACE) con Recomendaciones
de Tratamiento (CoSTR).

El objetivo de la evaluación continua de evidencias es acortar el tiempo


transcurrido entre la publicación de evidencia relacionada con la reanimación y
su incorporación en las recomendaciones de las guías de los consejos miembros
de ILCOR, como la American Heart Association (AHA). En función de las
declaraciones del resumen anual de las CoSTR de ILCOR, el comité de ACE de
la AHA publica actualizaciones detalladas de las guías de RCP y ACE de forma
anual.

Las revisiones sistemáticas por parte de ILCOR se realizan para dar respuesta a
preguntas específicas acerca de la reanimación, que los expertos del grupo de
trabajo de ILCOR priorizan. El objeto de la pregunta cuya revisión era prioritaria
este año era el uso de fármacos antiarrítmicos para el tratamiento de la
fibrilación ventricular (FV) o de la taquicardia ventricular sin pulso (TV sin pulso)
refractaria a las descargas durante un paro cardíaco o inmediatamente después
de uno. En primer lugar, los grupos de trabajo de soporte vital avanzado y de
pediatría de ILCOR analizaron y debatieron los estudios ya identificados y
analizados por los revisores sistemáticos.

Los grupos de redacción de SVCA/ACLS y SVAP/PALS de la AHA analizaron


minuciosamente las recomendaciones del consenso ILCOR para determinar
cuáles eran adecuadas en vista de la estructura y los recursos de los sistemas
de reanimación extrahospitalarios e intrahospitalarios, así como de los recursos
y la formación de los reanimadores legos y de los profesionales de la salud que
emplean las guías de la AHA. Cada recomendación de estrategias clínicas,
intervenciones, tratamientos o pruebas de ACE de la AHA se relacionó con una
clase de recomendación (Clase) y con un nivel de evidencia (LOE), según la
nomenclatura más reciente aprobada por la AHA y el American College of
Cardiology.

Hablemos un poco de estas clases y nivel de evidencia para poder entender


referencias futuras

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