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Consulta Previa (Autoguardado) Finn
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Jainer Enrique Garcia
INTRODUCCIÓN
El presente capítulo trata de los deberes del Estado colombiano y los derechos de las
comunidades étnicas, consagrados especialmente en la Carta Magna y en convenios
internacionales ratificados por nuestro país, cuyo objetivo principal es que se conozcan,
se respeten y promuevan.
La Constitución Política de 1991 establece que el Estado colombiano reconoce y protege
la diversidad étnica y cultural, señalando que es su obligación y la de todas las personas,
proteger las riquezas naturales y culturales de la nación colombiana. El Estado
colombiano debe adoptar medidas acordes con las tradiciones y culturas de los pueblos
con el fin de darles a conocer sus derechos y obligaciones. Para tal efecto debe recurrir, si
fuera necesario, a traducciones escritas y a la utilización de medios de comunicación de
masas en las lenguas de dichos pueblos. Establezcamos cuáles son esos derechos y la
legislación que en el país se ha consagrado para su defensa; Desde el año de 1989, año
en que nació el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo, los pueblos
indígenas y tribales tienen el derecho a que se les consulten todas las decisiones que los
afecten de alguna manera, por ejemplo, a su territorio o su cultura, cuando se habla de
cultura se refiere a todo lo que la comunidad considere espiritual, todo el territorio en que
se hagan estas celebraciones como lagos, montes, picos etc.
El Convenio 169 es una norma internacional que Colombia se comprometió a cumplir a
través de un acto llamado ratificación. El Convenio 169 está incorporado en la ley 21 de
1991. Ese mismo año, nació la nueva Constitución Política que también exige la
participación de los pueblos indígenas y tribales y protege la diversidad cultural y étnica
de la nación.
A través de la consulta previa se protegen los derechos al territorio, a la autonomía, a la
participación, a la identidad cultural y a no ser desplazado del territorio. La consulta previa
es una garantía importante para la pervivencia de los pueblos en Colombia.
Por tratarse de una garantía tan importante, la Corte Constitucional de Colombia ha
señalado que la consulta previa es un derecho fundamental.
Si se quiere impulsar una medida, como un proyecto de exploración y explotación de
recursos, con impactos profundos o que pongan en riesgo la pervivencia de los pueblos
indígenas, se debe obtener, además, su consentimiento libre, previo e informado.
Es decir, para que el proyecto pueda avanzar, la comunidad o el pueblo afectado deben
estar de acuerdo con él.
La consulta previa es un derecho de carácter colectivo que debe responder al principio de
buena fe y debe ser realizada antes de la toma de la decisión, según los usos y
costumbres de cada pueblo.
Se realiza a través de un proceso de carácter público, especial y obligatorio en el cual se
garantiza el debido proceso (principio de oportunidad, comunicación intercultural y
bilingüismo).
Se hace de manera previa a la adopción de medidas administrativas, legislativas o a la
decisión sobre proyectos que puedan afectarles.
Durante todo el proceso se garantiza el acceso a la información, la cual debe ser dada de
manera clara, veraz y, sobre todo, oportuna
Cuando no se realiza la consulta previa o se lleva a cabo sin todas sus garantías o no se
obtiene el consentimiento en casos que tengan impactos profundos o que pongan en
riesgo la pervivencia del pueblo, es posible interponer una acción de tutela o
eventualmente reclamar este derecho en ámbitos internacionales de protección de
derechos humanos.
1.1. ANTECEDENTES
Trabajadores aborígenes” explotados:
“Los pueblos indígenas, según cifras del Departamento Administrativo Nacional de Estadística –
Dane, son 1.392.623 personas que representan el 3,43% de la población total (DANE: 2005, 34)
correspondiente a 87 pueblos identificados plenamente. Su diversidad cultural se refleja en la
existencia de más de 64 lenguas y una diversidad de dialectos que se agrupan en 13 familias
lingüísticas”
Al concentrarse en la situación de los trabajadores en el mundo, pronto la OIT se dio
cuenta de que los pueblos indígenas estaban particularmente expuestos a graves formas
de explotación laboral. Ya en 1921, la OIT comenzó a abordar la situación de los
denominados “trabajadores aborígenes” en las colonias de las potencias europeas. Se
hizo cada vez más evidente que estos pueblos necesitaban contar con una protección
especial en los casos en que se veían expulsados de sus dominios ancestrales,
convirtiéndose en trabajadores temporeros, migrantes, serviles o domésticos. Uno de los
resultados de este reconocimiento fue la adopción en 1930 del Convenio sobre el Trabajo
Forzoso de la OIT (núm. 29).
En 1945, tras la Segunda Guerra Mundial, se creó las Naciones Unidas que reemplazó la
Liga de las Naciones. La OIT ahora se convirtió en un organismo especializado de la ONU
y comenzó a ampliar su análisis de la situación de los trabajadores indígenas. En la
década de 1950, la OIT, junto con otros organismos del sistema de la ONU, comenzó a
trabajar en el Convenio de los Pueblos Indígenas y Tribales (núm. 107). Este convenio fue
adoptado en 1957 como el primer tratado internacional sobre los derechos de los pueblos
indígenas, y finalmente, fue ratificado por 27 países, principalmente en América, pero
también en el sur de Asia y en varios países de África y Europa. El convenio cubre una
amplia variedad de asuntos, incluso el empleo y la ocupación, los derechos a la tierra y la
educación en idiomas indígenas.
Desde el Convenio núm. 107 al núm. 169
Con el transcurso de los años, se hicieron evidentes algunos puntos débiles del Convenio
núm. 107, en particular la suposición subyacente de que el único futuro posible de los
pueblos indígenas y tribales yacía en su integración en el conjunto de la sociedad y que
las decisiones relativas a su desarrollo deberán estar en manos de otros. Con la creciente
participación, organización y concientización de los pueblos indígenas a nivel nacional e
internacional durante las décadas de 1960 y 1970, estos supuestos se vieron desafiados.
Eventualmente, se plantearon inquietudes referentes al enfoque del Convenio núm. 107
en el sentido de ser integracionista y se efectuaron convocatorias para revisarlo y
actualizarlo. En 1986, una Comisión de Expertos en la OIT concluyó que “el enfoque
integracionista del convenio había quedado obsoleto y que su aplicación era perjudicial en
el mundo moderno”. Se revisó el Convenio núm. 107 que finalmente fue reemplazado por
el Convenio núm. 169 que se adoptó en 1989. Este último se basa en el respeto de las
culturas y los estilos de vida de los pueblos indígenas y tribales y reconoce su derecho a
definir sus propias prioridades para el desarrollo.
En la actualidad el Convenio núm. 107 está cerrado para ratificación. Sin embargo,
continúa siendo vinculante para los países que lo ratificaron, entre ellos, Bangladesh,
India y Pakistán en el sur de Asia. En estos países, el Convenio puede todavía ser usado
como un instrumento para garantizar a los pueblos indígenas y tribales ciertos derechos
mínimos.
Lo antes señalado tiene estrecho vínculo con el informe de investigación, en cuanto al
origen la OIT. Fue creada en el año 1919 y reflejó la convicción de que la justicia social es
esencial para alcanzar una paz universal, siendo parte del tratado de Versalles que
terminó con la primera guerra mundial, su constitución se elaboró entre enero y abril de
1919 por una comisión del trabajo establecida por la conferencia de paz. Esta comisión
estaba compuesta por Samuel Gompers, presidente de la Federación Estadounidense del
Trabajo (AFL), estaba compuesta por representantes de nueve países: Bélgica, Cuba,
Checoslovaquia, Francia, Italia, Japón, Polonia, Reino Unido y Estados Unidos. El
resultado fue una organización tripartita, la única en su género con representantes de
gobiernos, empleadores y trabajadores en sus órganos ejecutivos.
Había un verdadero reconocimiento a la importancia de la justicia social para el logro de la
paz, en contraste con un pasado de explotación de los trabajadores en los países
industrializados en ese momento. Había también una comprensión cada vez mayor de la
interdependencia económica del mundo y de la necesidad de cooperación para obtener
igualdad en las condiciones de trabajo en los países que competían por mercados. El
preámbulo, al reflejar estas ideas establecía:
Las áreas que podrían ser mejoradas enumeradas en el Preámbulo continúan vigentes,
por ejemplo:
La OIT ha realizado aportes importantes al mundo del trabajo desde sus primeros días. La
primera Conferencia Internacional del Trabajo en Washington en octubre de 1919 adoptó
seis Convenios Internacionales del Trabajo, que se referían a las horas de trabajo en la
industria, desempleo, protección de la maternidad, trabajo nocturno de las mujeres, edad
mínima y trabajo nocturno de los menores en la industria, la OIT estableció su sede en
Ginebra en el verano de 1920 con el francés Albert Thomas como primer Presidente de la
Oficina Internacional del Trabajo, que es la secretaría permanente de la Organización.
Con gran ímpetu impulsó la adopción de 9 Convenios Internacionales del Trabajo y 10
Recomendaciones en menos de dos años.
Este primer fervor pronto fue moderado, porque algunos gobiernos pensaban que había
demasiados Convenios, el presupuesto era excesivo y los informes muy críticos. Sin
embargo, la Corte Internacional de Justicia declaró que el ámbito de acción de la OIT se
extendía también a la reglamentación de las condiciones de trabajo del sector agrícola.
En 1925 fue creado un Comité de Expertos como sistema de supervisión de la aplicación
de las normas de la OIT. El Comité, que aún existe, está compuesto por juristas
independientes responsables del análisis de los informes de los gobiernos y de presentar
cada año a la Conferencia sus propios informes.
Para intentar construir una propuesta normativa que permita reglamentar el derecho a la
consulta previa se requiere hacer un análisis cualitativo, normativo que permita incorporar
a ella las observaciones y decisiones de organismos internacionales judiciales y cuasi
judiciales y las Sentencias de la Corte Constitucional sobre la materia, es necesario verlo
a partir del enfoque incluyente de los derechos humanos que se ha desarrollado entre
otros mecanismos a partir del bloque de Constitucionalidad.
Para lo mismo, es necesario además tener en cuenta los múltiples casos en que se ha
vulnerado el derecho a la consulta previa para pueblos indígenas y tribales en Colombia,
que han sido conocidos por la Corte Constitucional y uno que además ha sido objeto de
pronunciamientos por parte de la Organización Internacional del Trabajo- OIT- en
particular por la Comisión de Expertos en Aplicación de Convenios y Recomendaciones –
CEACR.
T-428 de 1992
Así, vale recordar que mediante sentencia fundadora del precedente fue amparado el
resguardo indígena de la localidad de Cristianía que demandó la suspensión de las obras
que se adelantaban en su territorio con el objeto de ampliar una carretera de interés
nacional.
En este caso particular, existía una obra que representaba la solución a una necesidad
del interés colectivo. El problema radicaba en que éste interés general entraba a reñir con
las necesidades de la comunidad allí presente.
Recién instaurada la nueva Constitución, y gracias al auge del Estado Social de Derecho,
la Corte trató el conflicto interés colectivo vs interés minoritario de la siguiente manera:
“Para el efecto la Sala consideró, no obstante el indiscutible interés general de la obra que
se adelantaba y sin desconocer lo prevalente de dicho interés, que ninguna disposición
del ordenamiento constitucional puede interpretarse de manera que justifique “la violación
de los derechos fundamentales de unos pocos en beneficio del interés de todos”, como
quiera que “el progreso social no puede construirse sobre la base del perjuicio individual
así se trate de una minoría o incluso de una persona”, y la “protección de los derechos
fundamentales no está sometida al vaivén del interés general; ella es una norma que
encierra un valor absoluto, que no puede ser negociado o subestimado”
Adicionalmente, en esta providencia la Corte estima que las comunidades indígenas han
dejado de ser una realidad fáctica y legal para ser sujetos de derechos fundamentales; de
esta manera, serán tenidos en cuenta no solo como indivíduos, sino como una comunidad
dotada de singularidad propia, la cual goza de un reconocimiento constitucional en el
presupuesto del respeto a la diversidad étnica y cultural de la nación colombiana. Y
finalmente se establece que dicha consulta debe ser previa a la expedición de tales
licencias y, por consiguiente, actuaciones posteriores a su otorgamiento, destinadas a
suplir la carencia de la misma, carecen de valor y significación. Vale aclarar que esta
sentencia se consolidó como una de las más relevantes en la línea jurisprudencial, y es la
base de la posición mayoritaria de la Corte.[ CITATION Sen \l 3082 ]
Esa individualidad, a su vez, genera un problema que la Corte soluciona: ¿quién puede
ejercer la acción de tutela, siendo la consulta previa un derecho colectivo, para la
protección de este derecho fundamental? La respuesta, según la Corte, indica que
“tanto sus integrantes, como las Organizaciones que los agrupan, están legitimados
para instaurar las acciones correspondientes"
SITUACIÓN ACTUAL
Los indígenas acudieron a la tutela para ser tenidos en cuenta por el Estado y la
protección a su derecho a consulta previa, argumentaron que la construcción de la vía
podría afectar a sus comunidades, “pese a que el proyecto no pasa en estricto sentido
sobre su territorio titulado, aquel tiene un entorno social y ambiental que coincide con el
ámbito geográfico de desenvolvimiento de las comunidades “La Laguna Siberia” y “Las
Mercedes”, y que resultará afectado con la ejecución de las obras”.
La Corte Constitucional revisó la tutela y concluyó que el Ministerio del Interior lesionó el
debido proceso de esas comunidades indígenas al no tenerlas en cuenta para dar visto
bueno a la ejecución de las obras.
Así las cosas, la Corte ordenó al Ministerio del Interior que en 48 horas inicie el trámite
para expedir la certificación sobre la presencia de grupos tribales y asegure la
participación de las comunidades étnicas que se encuentren en los municipios de Caldono
y Piendamó, para establecer cuáles de ellas presentan un impacto relacionado con el
territorio que amerite un proceso de consulta previa en el marco de las obras del proyecto
vial “Segunda Calzada Popayán-Santander de Quilichao”.
“Es imperioso que acuda a análisis geográficos que excedan la cartografía física y se
orienten por la geografía social, para establecer si existen territorios ancestrales
afectados. Para ello, es imprescindible contar con la participación de las comunidades
étnicas aledañas a los proyectos y obras, que para este caso concreto son aquellas que
se encuentran asentadas en municipio de Caldono y, en él, en las veredas que son
atravesadas por la Vía Panamericana”, dice el resuelve de la sentencia.
Hay que precisar que el resguardo indígena “La Laguna Siberia”, fue creado por el Incora
el 21 de junio de 1994, que agrupa a 2.000 personas distribuidas en 620 familias
asentadas en los municipios de Caldono y Piendamó. Actualmente cuenta con 10.522
hectáreas en las veredas de Cabuyal, Panamericana, La Buitrera, Pescador, Potrerillo y
Puente Real, mismas que son atravesadas por la Vía Panamericana.
Mientras que los miembros del resguardo indígena “Las Mercedes” , se asientan en varias
veredas, entre las que se encuentran Monterilla y el Pital que, al igual que las veredas en
que se ubica “La Laguna Siberia”, están atravesadas por la vía Panamericana.
Concluyendo con estos detalles podemos observar el peligro que abarca una deficiente
aplicación con respecto a la acción de consulta previa en estos territorios ya que no se
toman en cuenta estas comunidades y sus territorios quedan desprotegidos. (Sentencia T-
208/19)
2. OBJETIVO GENERAL
Analizar la protección de las minorías étnicas (indígenas) en el país con respecto a
la consulta previa en sus territorios.
1.1 OBJETIVOS ESPECIFICOS
Comparar a lo largo del tiempo que tan grande ha sido el avance jurisprudencial
de la consulta previa en el territorio colombiano.
JUSTIFICACION
La consulta previa es el derecho fundamental que tienen los pueblos indígenas y los
demás grupos étnicos, de poder decidir sobre medidas (legislativas y administrativas) o
cuando se vayan a realizar proyectos, obras o actividades dentro de sus territorios,
buscando de esta manera proteger su integridad cultural, social, económica y garantizar el
derecho a la participación.
Se fundamenta la consulta previa en el derecho que tienen los pueblos de decidir sus
propias prioridades en lo que atañe al proceso de desarrollo, en la medida en que éste
afecte a sus vidas, creencias, instituciones o bienestar espiritual y a las tierras que ocupan
o utilizan de alguna manera. De controlar, en la medida de lo posible, su propio desarrollo
económico, social y cultural.
Además, en el derecho de dichos pueblos de participar en la formulación, aplicación y
evaluación de los planes y programas de desarrollo nacional y regional susceptibles
de afectarles directamente.
La consulta previa ha sido dicha por la Corte Constitucional en derecho fundamental.
Por esa razón la consulta no se “negocia”, pues se trata de un proceso de
profundización de la democracia deliberativa, que toma en cuenta las distintas culturas
y ancestralidad de los grupos étnicos, y parte del respeto a su autonomía, pues si la
Constitución del 91 defiende el carácter pluriétnico de nuestro estado, ello no puede
tener otra consecuencia que respetar visiones distintas del “desarrollo” y del
“progreso”, que se contrapongan o interpelen a la visión “occidental”.
La consulta previa se puede entender como el mecanismo imprescindible para
encontrar el equilibrio y conciliar el conflicto jurídico que se presenta entre el interés
general del Estado y los derechos colectivos de los pueblos indígenas. Ahora bien, la
tarea de probar la legitimidad de las intervenciones de los Estados en relación al
interés general del conjunto de su ciudadanía no es en absoluto sencilla, acaso nunca
definitiva. No obstante lo anterior, aún en el caso de poder comprobarse la adecuación
de la actuación estatal al mencionado bien común, o bien suponiendo dicha
adecuación suficiente, queda por determinarse el valor de preponderancia que
suponen los derechos colectivos de los grupos étnicos, en cada caso, en relación al
bien común del conjunto de la ciudadanía y, eventualmente, de otros grupos de
interés, por ende es de gran importancia lograr un mecanismo efectivo que no pase
por encima de las comunidades involucradas, que sea eficaz y que abarque las
necesidades de estas. Al analizar la importancia de este tema, del contexto social,
cultural y político de la consulta previa, encontramos su influencia en las comunidades
indígenas frente a la invasión y violación de derechos por parte de las entidades
estatales/ empresas y nos preguntamos si la normatividad creada para evitar estas
violaciones y vulneración de derechos se hace efectiva en nuestro país. Para ello se
hace necesario un análisis histórico sustancial y procesal de la consulta previa con
miras a enfocarnos en un contexto delimitado en el cual respondernos si es efectivo
este derecho o no, para esto estudiaremos los principios de la consulta, el proceso,
sus etapas de ejecución y su problemática frente a estas comunidades.
Para James Anaya relator de la ONU sobre derechos de los Pueblos Indígenas en la
conferencia del 10 de abril en la Universidad Diego Portales de Chile (2014), “la consulta
previa es un “mecanismo que instrumentaliza el derecho a la libre determinación de los
pueblos indígenas”. Además, desde el punto de vista interno de los pueblos, la cantidad
de consultas previas en su territorio los está desbordando. En palabras de Cayetano
Torres, indígena arhuaco (2013) “se volvió consultitis, otra pandemia social,
procedimientos que usurpan los espacios y tiempos culturales. Parece que fuera otra
forma de exterminio de los pueblos”. Para los pueblos de la Sierra, sigue Cayetano, “la
consulta parece que estuviera formulada para que el indígena diga sí o sí; se trata de
visiones irreconciliables, para occidente “la forma de seguirle haciendo daño a la tierra”,
pero para los indígenas, “la tierra es la madre”.
Los análisis sobre consulta previa deben comprender este carácter doble del derecho y
contemplar su conexión con los demás derechos de los pueblos étnicos, en particular los
derechos al territorio, la autonomía y libre determinación, y la identidad e integridad
cultural. Sin embargo, en Colombia los debates parecen haberse cerrado en la consulta
previa y en sus dificultades intrínsecas. Este enfoque conduce a una tendencia a analizar,
discutir y regular la consulta previa no en función de su capacidad de garantizar otros
derechos, sino en términos procesales y burocráticos.
Para Cayetano, la “única forma de respetar la identidad cultural es que los territorios
indígenas estén blindados, ahí están las cabeceras de los ríos”, porque “el territorio es el
envoltorio natural y cultural de los pueblos”. Solo así, con decisiones a priori y generales
sobre autonomía territorial, ordenamiento territorial y definición de límites claros para
proyectos de aprovechamiento de recursos en territorios étnicos, con base en el respeto a
la identidad étnica y cultural se podría, según varios representantes del movimiento
indígena, resolver el problema de la consulta previa.
Esta incorporación de los tratados sobre derechos humanos que hace la Constitución y
este nivel jerárquico dado por la Corte Constitucional, adquiere mucha importancia no sólo
porque refuerza las obligaciones internacionales del Estado sino porque permite que los
jueces nacionales apliquen directamente las normas internacionales en sus decisiones.
Frente a éste último punto, es necesario mencionar el carácter autoejecutable de los
tratados internacionales de derechos humanos, es decir, que no necesitan de una norma
que los regule para ser invocados ante los tribunales nacionales cuando: a) establece un
derecho de modo claro y b) contiene los elementos necesarios para que un juez los
aplique directamente.[CITATION Ale \l 3082 ].
También es necesario decir que los lineamientos jurisprudenciales que señalan los
organismos judiciales, y la doctrina internacional de los organismos cuasijudiciales (no
tienen el carácter de juez) y de control y vigilancia son obligatorios cuando se refieren a
Colombia y son un parámetro para la legislación y la aplicación e interpretación del
derecho a nivel interno cuando se refieren a otros países, estos elementos han sido
tenidos en cuenta en el desarrollo del presente trabajo. Este escrito consta de tres
capítulos, el primero dedicado al estado del arte en materia internacional y nacional que
debe ser tenido en cuenta para una propuesta legislativa en materia de consulta previa
para pueblos indígenas y tribales y el mismo recoge las obligaciones del Estado
colombiano sobre la materia, los pronunciamientos de los órganos de vigilancia y control
de los tratados, la recientemente aprobada Declaración de Naciones Unidas sobre
Pueblos Indígenas, los documentos del Foro Permanente sobren Asuntos Indígenas, así
como los informes especiales y la jurisprudencia del Sistema Interamericano de
Protección (tanto la Comisión Interamericana como la Corte Interamericana); en ellos se
refleja el avance del derecho de los pueblos indígenas y tribales hacia la búsqueda del
consentimiento previo, libre e informado que deben buscar los Estados en los procesos de
consulta previa; muchas de estas discusiones han sido sistematizadas y adecuadas por la
Corte Constitucional en las múltiples sentencias que han tratado sobre este derecho, se
denota un avance desde los primeros reconocimientos con el advenimiento de la nueva
constitución más centrados sobre la especial relación de los grupos étnicos con su
territorio; hasta las más recientes en las que incluso ha declarado la inconstitucionalidad
de normas por no haber sido consultadas como en los casos de la Ley Forestal y el
Estatuto de Desarrollo Rural.
MARCO TEORICO
De igual manera Salinas afirma “Este derecho fundamental está conformado por otros
dos derechos fundamentales, como son el de preservar su integridad étnica y el de la
participación”
A partir de lo antes señalado todos estos conceptos anteriores son criterios aplicables al
procedimiento de consulta previa, que, a falta de una normatividad aplicable debido al
vacío normativo, se ha desarrollado jurisprudencialmente por parte de la Corte
Constitucional estableciendo los criterios procedimentales de carácter previo y consultivo
en la toma de medidas administrativas o legislativas por parte del Estado Colombiano, con
base en lo
establecido en el Convenio 169.
El tema de la consulta previa es de gran importancia política, social y económica para los
pueblos indígenas. Sin embargo, los ordenamientos jurídicos nacionales e internacionales
referentes al tema, se caracterizan por la dispersión en los conceptos y la normativa,
además, hay una notable escasez de sistematización de los estándares, lo cual
desencadena en la no protección de los derechos de las poblaciones indígenas y demás
grupos étnicos.
Cabe resaltar que, aunque la corte constitucional y la misma OIT definen que este
procedimiento debe ser de carácter obligatorio en los casos previstos (normatividad
existente), los grupos étnicos como las comunidades indígenas en ejercicio de este
derecho no pueden ir en contra de proyectos que fomenten el desarrollo dentro de su
territorio y estos no deben atentar contra su integridad socio-cultural. A pesar que la
consulta se constituyó como derecho fundamental la corte constitucional enuncia que
ninguna población tiene la facultad de vetar el desarrollo de los proyectos.
DERECHO COMPARADO
El derecho de Consulta previa en Latinoamérica es practicado y ejecutado con base en la
interpretación normativa de cada país, procedimientos que se han materializado a través
de proyectos de Ley, acuerdos, etc. A pesar de ello en la actualidad hay un afligido
panorama dentro de los pueblos y comunidades indígenas respecto al goce efectivo del
derecho fundamental de Consulta previa, que en algunos casos no es reconocido como
un derecho legítimo por parte de las autoridades estatales.
Perú
Perú fue uno de los primeros países en suscribir y ratificar instrumentos internacionales
como el Convenio 169 de la OIT y la Declaración de las Naciones Unidas sobre Pueblos
Indígenas. Sin embargo, en la práctica no se han materializado todos estos derechos y
principios en las políticas públicas y normativa interna, en particular el derecho a la
consulta previa, libre e informada. [ CITATION Car12 \l 3082 ]
A partir de los sucesos violentos de Bagua del 5 de junio de 2009, que conllevaron a la
protesta de organizaciones indígenas amazónicas por la aprobación de decretos
legislativos sin que medie Consulta que afectaban el derecho a la tierra de estas
comunidades, el Estado decidió tratar el tema de la ley de consulta previa, libre e
informada y se presentó un proyecto de ley [CITATION Car12 \l 3082 ]
Bolivia
Ecuador y Bolivia
Es a partir de la participación en una esfera de democracia deliberativa, es decir del
diálogo intercultural que se pretende construir una propuesta normativa de consulta
previa para pueblos indígenas y tribales en Colombia por lo mismo, se considera
importante
hacer el recorrido teórico por el pluralismo, el multiculturalismo, el pos colonialismo, el
de colonialismo, y la interculturalidad; analizaremos las transformaciones que se han
presentado en otras constituciones de países en Latinoamérica como, por ejemplo:
Ecuador y Bolivia, principalmente, en este recorrido conceptual encontramos como se va
evolucionando en las corrientes de pensamiento y en los discursos, que hoy día tienen
representaciones concretas en estas dos cartas constitucionales.
El pluralismo
Al referirse al pluralismo, se debe tener en cuenta que este tiene diferentes
acepciones tanto en lo político, en el Estado y con respecto al derecho, entre otras; para
este análisis es importante pasar por los tres, puesto que nos da cuenta de la
emergencia de grupos al interior de la sociedad, que para este escrito se refiere a la
emergencia de los grupos étnicos (pueblos indígenas y afrodescendientes) a partir de la
Constitución de 1991, el reconocimiento además de ser un Estado social y democrático
de derecho; y el desarrollo que estos derechos han traído para el orden jurídico interno.
En el sentido político, para el pluralismo hay diferentes grupos al interior de la sociedad,
que deben tener ciertas características importantes [ CITATION Alm99 \l 3082 ] voluntarios,
asociaciones múltiples, no hay identidades exclusivas, el pluralismo es una interpretación
de la sociedad. La sociedad está compuesta por asociaciones que contribuyen a las
identidades diversas, el concepto más importante es diversidad o pluralidad.
Esta pluralidad emerge en parte porque el interés por el Estado “fue cayendo en des uso
en la corriente general de las ciencias políticas, vinieron a sustituirlo términos tales como
gobierno y, más adelante sistema político” [ CITATION Alm99 \l 3082 ], y es aquí donde
surge la
teoría de los sistemas políticos, que incluyo nuevas instituciones extras y para legales
como los partidos políticos, los grupos de presión, los medios de comunicación y otros
actores sociales, que en nuestro caso sería los grupos étnicos (indígenas y afros), entre
otros. Por tanto, la mirada a partir de los sistemas políticos no es una mirada
reduccionista del que hacer político del Estado y de las instituciones gubernamentales, la
teoría de los sistemas políticos nació a partir de una mirada realista que reconoció el
carácter procesal de la política, y que además examinó las instituciones de acuerdo al
papel que estas desempeñan[ CITATION Alm99 \l 3082 ]
Pluralismo Jurídico
Multiculturalismo
Estas reflexiones frente a los derechos de los grupos étnicos dentro del Estado liberal, ha
llevado incluso a pensar que se debe transcender de la lógica del autoreconocimiento y
reconocimiento de los otros, en particular del Estado a la del multiculturalismo como
derecho, es un planteamiento introducido por Borrero que busca transcender las
relaciones humanas construidas a partir de la comunicación, puesto que una vez que con
nuestra realidad vamos avanzando y transformando nuestras relaciones, esto evoluciona
en un Estado Nacional que a su vez exige: “La existencia del multiculturalismo en un
Estado de derecho requiere que las distintas formas de vida no se asuman como
fundamentalistas, pues una posición de tal índole negaría de suyo la misma coexistencia
simultánea de distintas tradiciones” [CITATION Bor02 \l 3082 ]. Acude para esta propuesta a
la
tolerancia y a partir de allí, busca que el mismo Estado liberal sea el que reconozca el
multiculturalismo como derecho.
Por tanto, el multiculturalismo como derecho debe ser concedido por el Estado Liberal y
esto conlleva en algunos casos a que los derechos fundamentales que el Estado
reconoce a todos los individuos nacidos en su territorio, deben ceder tanto en lo particular
como en lo colectivo (interés general); frente a los derechos e intereses colectivos de
pueblos indígenas y tribales, como una expresión de lo multicultural.
Asumido el multiculturalismo como parte de nuestro desarrollo como estado nacional, se
presentan las relaciones que admiten el reconocimiento recíproco de las diferencias
culturales, para sustituirlas, asimilarlas o transformarlas, como la base para los cambios
culturales y la producción de identidades propias, colectivas y recíprocas, estos cambios
que son conocidos como interculturalidad. Es importante recordar que estos cambios no
se producen de manera pacífica, sino que se corresponden a otro tipo de conflictos
políticos, en nuestro caso entre los mismos grupos étnicos especialmente entre afros e
indígenas por reconocimiento político o sobre el territorio, e incluso por espacios de
participación.
Los debates centrales en América Latina han orbitado sobre el denominado discurso de
la limpieza de sangre y la colonialidad del poder. En lo que tiene que ver con la limpieza
de sangre, parten de el y de su hegemonía en el S XVI con la expansión comercial de
España que coincide con el comienzo de la colonización europea, acompañada por el
cristianismo frente a lo que Mignolo ha dicho sobre la división de las poblaciones, que:
“funcionó como una taxonomía étnica y religiosa” [CITATION Cas05 \l 3082 ] y por tanto
dentro del imaginario de la blancura. Mientras que cuando se habla de la colonialidad del
poder se
hace referencia a la forma como fueron sometidas las poblaciones a partir de la llegada a
América y como esto obedeció a una forma de dominación.
Continuo a estas reflexiones de la forma como se impuso en América el punto cero del
conocimiento europeo y como a partir de este se quiso crear una nueva imagen de
hombre, lo que posibilito el ejercicio del poder por parte de los colonizadores; y como
estas relaciones no han cambiado entre centros (Europa) y periferias (tercer mundo), se
han transformado a partir de nuevos conceptos como el de la industrialización y el
desarrollo, que no se han detenido desde la denominada conquista y posterior
colonización, incluso hoy toman otros nombres y hacen parte de la agenda internacional
como el desarrollo sostenible, la biodiversidad, la conservación del ambiente, y la
renovada importancia a los sistemas no occidentales de conocimiento, a partir de
conceptos como el desarrollo del capital humano, en clave de conocimiento: “la
posibilidad de convertir el conocimiento humano en fuerza productiva, sustituyendo al
trabajo físico y a las máquinas, se transforma en la clave del desarrollo
sostenible”[CITATION Cas05 \l 3082 ]
Por su puesto, esta corriente ha tenido críticas también entre quienes se han propuesto
bloquear la idea del colonialismo a partir de la negación del mismo, tomando como punto
de partida las independencias y a partir de ellas también crear un punto cero, es decir
desconociendo todo lo anterior; algunas de estas provienen del marxismo y buscan como
objetivo político el anticapitalismo, se centran en la lucha de clases y no es relevante ni
reconocida la lucha étnico-racial; y por el contrario valora el mestizaje, como una
manifestación más del colonialismo. [CITATION San10 \l 3082 ]
Para el segundo aspecto, que observamos es el elemento práctico para entender la visión
de desarrollo implícita dentro de un ejercicio de Consulta, se consideró como categoría de
análisis el desarrollo sostenible, teniendo en cuenta los distintos intereses que se
concentran en el territorio y que son presentados dentro de un espacio de Consulta.
La primera, por tanto, acuña un concepto más genérico de red, abarcando más tipos de
situaciones, pues lo aplicaría toda clase de relaciones entre actores públicos y privados.
La segunda, por su parte, utiliza un concepto de red más restringido que sólo engloba una
forma específica de interacción entre actores públicos y privados: aquella basada en una
coordinación no jerárquica.
Sin embargo es importante tener en cuenta que parte de las debilidades de esta
estructura son las condiciones de gobernabilidad bajo las cuales opera, según [ CITATION
Bas101 \l 3082 ]aunque desde el discurso oficial se habla de los Consejos como el
resultado del “reconocimiento” de las estructuras comunitarias preexistentes entre los
pobladores del Pacífico, en realidad los consejos comunitarios se constituyen en una
figura de autoridad nueva entre estas comunidades. Ello, en virtud de que en la historia de
las comunidades negras no existe un registro de formas tradicionales de autoridad en el
manejo de los espacios colectivos o en el control social, que potencie estas nuevas
formas de gobierno.
En tal sentido, el bajo nivel de reconocimiento de los consejos entre las comunidades, el
cual redunda a su vez en una débil gobernabilidad de los mismos, encuentra su
explicación en el origen del consejos como una invención derivada de la Ley 70, donde el
consejo aparece como una proyección del cabildo indígena, y el territorio colectivo, como
el espejo del resguardo.
Según los autores, se puede interpretar que la clave del ejercicio de gobernanza está en
el cómo se da la participación y en los instrumentos que se utilizan para la toma de las
decisiones que les atañen o que inciden para el cambio de vida de las comunidades.
Son las condiciones del ecosistema y sus usos los elementos determinantes para
construir una visión, no obstante, también es fundamental tener en cuenta la misma
escasez de los recursos para la supervivencia.
Cuando los recursos naturales pasan hacer una mercancía de alto valor y con ello
emergen otro tipo de relaciones comerciales en los territorios, se introducen otra serie de
categorías que explícitamente fundamentan y determinan los procesos de planeación y el
ordenamiento de los territorios.
El nuevo orden de las cosas, pone a las comunidades en una dicotomía: por un lado, se
presenta la posibilidad de salir de las condiciones de pobreza representada en la falta de
acceso a servicios básicos; por otro lado, está el salvaguardar los ecosistemas que
poseen. Se construyen entonces nuevos paradigmas. En un sistema universal y
homogéneo, existe un permanente proceso interactivo entre los sistemas ambientales y
los sistemas humanos. Pero es un proceso que solo será viable y perdurable en la medida
que se produzca la integración co-evolutiva entre medio ambiente – desarrollo y economía
–ecología.[ CITATION Jim031 \l 3082 ]
Las comunidades rurales en los países pobres han sido foco central de intervención por
parte de agencias de desarrollo, cuya dinámica de recuperación ancestral para la
conservación y definición de los usos dentro de sus territorios, sustenta la base de su
desarrollo. La tendencia mundial de apoyar a los países en desarrollo, radica en el
reconocer el grado de dependencia que las comunidades pobres tienen del medio
ambiente, que se constituye en su medio de vida, ya que su economía se basa en su
aprovechamiento.[ CITATION Glo101 \l 3082 ]
Podríamos hacer referencia a lo que se conoce como indígenas de América que, como su
propio nombre indica, es un término que se emplea para referirse a los pobladores
originarios de aquel continente, así como a todo el conjunto de sus descendientes. En
concreto, a los descendientes que han apostado por mantener su cultura, su forma de
vida o incluso sus tradiciones ancestrales.
A partir de esto, se puede mencionar que la identidad para los pueblos indígenas en una
construcción que se crea no sólo a partir del hombre sino a través de la colectividad y de
la importancia que ésta representa para el desarrollo y la pervivencia de las comunidades
étnicas. Esta identidad logra que el individuo realice una autorreflexión y se cuestione
acerca de sus capacidades y habilidades; sin embargo, el individuo no está solo, sino que
convive con otros. [ CITATION Mer101 \l 3082 ]
Es por eso que se hace necesario hablar de identidad colectiva como subcategoría de la
identidad, ya que hace parte de un sentimiento de pertenencia cultural que surge con la
importancia de identificar al “otro” o a los “otros”. De acuerdo con lo anterior, la identidad
colectiva actúa como un factor que une a un grupo en específico y lo hace diferente y
único ante los demás, haciendo que se reconozca plenamente su cultura, su pensar y su
sentir. Se pretende integrar los conceptos y romper con el círculo que conduce de una
identidad separada en la dispersión a una identidad integrada en la homogeneización, es
entonces cuando puede abordarse la identidad en su aspecto relacional, lo que significa
“plantear la cuestión del otro como constitutiva de la identidad” [ CITATION Str91 \l 3082 ]La
identidad colectiva se puede entender como una construcción del Yo frente al Otro. Se
construye mediante las relaciones que se establecen entre los diferentes miembros de un
grupo que comparten características similares, espacios, cultura y pensamientos. Ahora
bien, coincidiendo a partir de Ivonne Flores y Kelsen en que la identidad se forja con una
serie de normas ajustadas a una comunidad en su espacio, se puede definir entonces al
territorio como una entidad política significativa. Tiene identidad, extensión, exclusividad y
límite. Es por eso, que otra de las categorías centrales en esta investigación es el
territorio. Es por eso que partimos de lo expuesto en el libro Autonomía Indígena del
Chocó, el cual menciona que “el territorio (“Drua”, en lengua Embera) no es una realidad
externa al sujeto, sino que éste y aquel forman una misma realidad, al compartir la
esencia fundante”. [ CITATION Flo07 \l 3082 ] Sabiendo esto, es necesario realizar una
contextualización sobre el concepto de territorio para los pueblos indígenas colombianos y
las implicaciones que se han tejido alrededor de él. Es importante destacar lo que
menciona Ángel Libardo Herreño: “la construcción del territorio en las comunidades
étnicas colombianas ha significado al mismo tiempo un proceso de afirmación política
frente a la institucionalidad y un proceso de diferenciación frente a otros grupos sociales,
que empieza con la delimitación de un dominio territorial en el cual pueden ejercer
soberanía, poder y autonomía” dando a entender claramente que para los pueblos
indígenas el territorio no significa un bien comercial ni de producción sino una
construcción social en donde se desarrolla su cosmovisión, su cultura y su identidad como
pueblo indígena.
Artículo 1
2. A los efectos del presente Convenio, el término [ semitribal ] comprende los grupos y
personas que, aunque próximos a perder sus características tribales, no están aún
integrados en la colectividad nacional.
3. Las poblaciones indígenas y otras poblaciones tribales o semitribales mencionadas en
los párrafos 1 y 2 del presente artículo se designan en los artículos siguientes con las
palabras las poblaciones en cuestión.
Artículo 2
Artículo 3
2. Se deberá velar por que tales medidas especiales de protección: a) no se utilicen para
crear o prolongar un estado de segregación; y b) se apliquen solamente mientras exista la
necesidad de una protección especial y en la medida en que la protección sea necesaria.
Artículo 4
Al aplicar las disposiciones del presente Convenio relativas a la integración de las
poblaciones en cuestión se deberá: a) tomar debidamente en consideración los valores
culturales y religiosos y las formas de control social propias de dichas poblaciones, así
como la naturaleza de los problemas que se les plantean, tanto colectiva como
individualmente, cuando se hallan expuestas a cambios de orden social y económico; b)
tener presente el peligro que puede resultar del quebrantamiento de los valores y de las
instituciones de dichas poblaciones, a menos que puedan ser reemplazados
adecuadamente y con el consentimiento de los grupos interesados; c) tratar de allanar las
dificultades de la adaptación de dichas poblaciones a nuevas condiciones de vida y de
trabajo.
Artículo 5
Artículo 6 El mejoramiento de las condiciones de vida y de trabajo, así como del nivel
educativo de las poblaciones en cuestión, deberá ser objeto de alta prioridad en los
planes globales de desarrollo económico de las regiones en que ellas habiten. Los
proyectos especiales de desarrollo económico que tengan lugar en tales regiones deberán
también ser concebidos de suerte que favorezcan dicho mejoramiento.
3. La aplicación de los párrafos precedentes de este artículo no deberá impedir que los
miembros de dichas poblaciones ejerzan, con arreglo a su capacidad individual, los
derechos reconocidos a todos los ciudadanos de la nación, ni que asuman las
obligaciones correspondientes.
Convenio Constitutivo del Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de América
Latina y el Caribe, ratificado por la (Ley 145 de 1994 ). El objeto del en adelante
denominado "Fondo Indígena", es el de establecer un mecanismo destinado a apoyar los
procesos de autodesarrollo de pueblos, comunidades y organizaciones indígenas de la
América Latina y del Caribe, en adelante denominados "Pueblos Indígenas".
Se entenderá por la expresión "Pueblos Indígenas" a los pueblos indígenas que
descienden de poblaciones que habitaban en el país o en una región geográfica a la que
pertenece el país en la época de la conquista o la colonización o del establecimiento de
las actuales fronteras estatales y que, cualquiera que sea su situación jurídica, conservan
todas sus propias instituciones sociales, económicas, culturales y políticas, o parte de
ellas. Además, la conciencia de su identidad indígena deberá considerarse un criterio
fundamental para determinar los grupos a los que se aplican las disposiciones del
presente Convenio Constitutivo. [ CITATION htt3 \l 3082 ]
tierras baldías en las zonas rurales ribereñas de los ríos (Art 22, 38 y 58).
(Decreto 1320 de 1998 ): “Por el cual se reglamenta la consulta previa con las
comunidades indígenas y negras para la explotación de los recursos naturales
dentro de su territorio
(Decreto 200 de 2003 ) por el cual se determinan los objetivos y la estructura del
Ministerio del Interior y de Justicia y se establece que le corresponde a la
Dirección de Étnicas, coordinar interinstitucionalmente la realización de la consulta
previa
(Directiva Presidencial N° 1 de 2010 ): Garantía del derecho fundamental a la
Consulta Previa de los grupos étnicos nacionales.
(Directiva presidencial No 10 de 2013 ): Por medio de la cual se establece la guía
para la realización de la consulta previa
(Sentencia T-428 de 1992 ): Resguardo indígena de Cristiania (Jardín, Antioquia).
Caso Troncal del Café. Para el efecto la Sala consideró, no obstante el indiscutible
interés general de la obra que se adelantaba y sin desconocer lo prevalente de
dicho interés, que ninguna disposición del ordenamiento constitucional puede
interpretarse de manera que justifique “la violación de los derechos fundamentales
de unos pocos en beneficio del interés de todos”, como quiera que “el progreso
social no puede construirse sobre la base del perjuicio individual así se trate de
una minoría o incluso de una persona”, y la “protección de los derechos
fundamentales no está sometida al vaivén del interés general; ella es una norma
que encierra un valor absoluto, que no puede ser negociado o subestimado”.
(Sentencia SU-039 de 1997 ):Pueblo indígena U’wa. Caso Bloque Samoré, SU-
039 de 1997 Caso Uwa en Contra de la Sociedad Occidental de Colombia, Inc. y
el Ministerio del Medio Ambiente, por no llevar a cabo el proceso de Consulta
Previa, ya que se tomo una reunión realizada con el Ministerio de Medio Ambiente,
el Ministerio de Minas y Energía, Ecopetrol y la Occidental de Colombia INC, como
un proceso de consulta previa. De acuerdo a la Corte Constitucional, lo que se
busca con la Consulta Previa es.: - Que la comunidad tenga un conocimiento
pleno sobre los proyectos destinados a explorar o explotar los recursos naturales
en los territorios que ocupan o les pertenecen, los mecanismos, procedimientos y
actividades requeridos para ponerlos en ejecución. - Que igualmente la comunidad
sea enterada e ilustrada sobre la manera como la ejecución de los referidos
proyectos - Que se le dé la oportunidad para que libremente y sin interferencias
extrañas pueda, mediante la convocación de sus integrantes o representantes,
valorar conscientemente las ventajas y desventajas del proyecto sobre la
comunidad y sus miembros, ser oída en relación con las inquietudes y
pretensiones que presente - Cuando no sea posible el acuerdo o la concertación,
la decisión de la autoridad debe estar desprovista de arbitrariedad y de
autoritarismo; en consecuencia debe ser objetiva, razonable y proporcionada a la
finalidad constitucional que le exige al Estado la protección de la identidad social,
cultural y económica de la comunidad indígenas.
(Sentencia T129 de 2011 ) Acción de tutela ejercida por Oscar Carupia Domicó y
otros, a nombre de los resguardos Chidima-Tolo y Pescadito pertenecientes a la
etnia Embera-Katío, por la construcción de la carretera, el proyecto de
interconexión eléctrica entre Colombia y Panamá, la concesión minera en el
municipio de Acandi, entre otras situaciones que no fueron consultadas
debidamente con los miembros de estos resguardos En la consulta previa se debe
buscar el consentimiento libre e informado de las comunidades étnicas frente a las
medidas que puedan afectar directamente sus intereses. Tal consentimiento es
además indispensable cuando las medidas, entre otros casos extremos, “(i)
impliquen el traslado o desplazamiento de las comunidades por la obra o el
proyecto; (ii) estén relacionados con el almacenamiento o vertimiento de desechos
tóxicos en las tierras étnicas; y/o (iii) representen un alto impacto social, cultural y
ambiental en una comunidad étnica, que conlleve a poner en riesgo la existencia
de la misma, entre otros”. En estos casos, dada la gravedad de sus posibles
consecuencias, el deber de las autoridades de llevar a cabo procesos de
concertación con las comunidades étnicas se refuerza, sin que ello signifique en
modo alguno que se dote a las comunidades de un poder de veto.
Marco Jurídico
Internacionales
indígenas
HIPOTESIS
Para intentar construir una propuesta normativa que permita reglamentar el derecho a la
consulta previa se requiere hacer un análisis cualitativo, normativo que permita incorporar
a ella las observaciones y decisiones de organismos internacionales judiciales y cuasi
judiciales y las Sentencias de la Corte Constitucional sobre la materia, es necesario verlo
a partir del enfoque incluyente de los derechos humanos que se ha desarrollado entre
otros mecanismos a partir del bloque de Constitucionalidad.
Para lo mismo, es necesario además tener en cuenta los múltiples casos en que se ha
vulnerado el derecho a la consulta previa para pueblos indígenas y tribales en Colombia,
que han sido conocidos por la Corte Constitucional y uno que además ha sido objeto de
pronunciamientos por parte de la Organización Internacional del Trabajo- OIT- en
particular por la Comisión de Expertos en Aplicación de Convenios y Recomendaciones –
CEACR-, el caso del pueblo EmberáKatío y Dobida del Norte del Choco, en este caso la
Corte Constitucional a través de la revisión de un fallo de tutela [CITATION T1211 \l 3082 ]
exhorto a las instancias pertinentes para que reglamenten el derecho a la consulta previa
para pueblos indígenas y tribales.
Esta incorporación de los tratados sobre derechos humanos que hace la Constitución y
este nivel jerárquico dado por la Corte Constitucional, adquiere mucha importancia no sólo
porque refuerza las obligaciones internacionales del Estado sino porque permite que los
jueces nacionales apliquen directamente las normas internacionales en sus decisiones.
Frente a éste último punto, es necesario mencionar el carácter autoejecutable de los
tratados internacionales de derechos humanos, es decir, que no necesitan de una norma
que los regule para ser invocados ante los tribunales nacionales cuando a) establece un
derecho de modo claro y b) contiene los elementos necesarios para que un juez los
aplique directamente.
También es necesario decir que los lineamientos jurisprudenciales que señalan los
organismos judiciales, y la doctrina internacional de los organismos cuasijudiciales (no
tienen el carácter de juez) y de control y vigilancia son obligatorios cuando se refieren a
Colombia y son un parámetro para la legislación y la aplicación e interpretación del
derecho a nivel interno cuando se refieren a otros países, estos elementos han sido
tenidos en cuenta en el desarrollo del presente trabajo.
Este escrito consta de tres capítulos, el primero dedicado al estado del arte en materia
internacional y nacional que debe ser tenido en cuenta para una propuesta legislativa en
materia de consulta previa para pueblos indígenas y tribales y el mismo recoge las
obligaciones del Estado colombiano sobre la materia, los pronunciamientos de los
órganos de vigilancia y control de los tratados, la recientemente aprobada Declaración de
Naciones Unidas sobre Pueblos Indígenas, los documentos del Foro Permanente sobre
Asuntos Indígenas, así como los informes especiales y la jurisprudencia del Sistema
Interamericano de Protección (tanto la Comisión Interamericana como la Corte
Interamericana); en ellos se refleja el avance del derecho de los pueblos indígenas y
tribales hacia la búsqueda del consentimiento previo, libre e informado que deben buscar
los Estados en los procesos de consulta previa; muchas de estas discusiones han sido
sistematizadas y adecuadas por la Corte Constitucional en las múltiples sentencias que
han tratado sobre este derecho, se denota un avance desde los primeros reconocimientos
con el advenimiento de la nueva constitución más centrados sobre la especial relación de
los grupos étnicos con su territorio; hasta las más recientes en las que incluso ha
declarado la inconstitucionalidad de normas por no haber sido consultadas como en los
casos de la Ley Forestal y el Estatuto de Desarrollo Rural.
Sin dejar de lado los pronunciamientos producidos a partir del seguimiento a la Sentencia
T025 de 2004, por medio de la cual se declaro el estado de cosas inconstitucional en
materia de desplazamiento forzado, por en el cual se emitieron los Autos 04 y 05 de 2009,
en los que se refirió de manera expresa a los pueblos indígenas y las comunidades
afrodescendientes, sus riesgos de extinción, su especial relación con el territorio, los
riesgos vinculados y subyacentes asociados al conflicto armado y los mecanismos para el
despojo del territorio, entre otras, estas afirmaciones han sido reproducidas por la CEACR
de la OT, que en sus observaciones de 2010 se refirió de manera expresa a ellos de
manera positiva y a la espera que el Estado Colombiano realice acciones frente a los
riesgos identificados por la Corte. Esta misma instancia solicito a Colombia que se
reglamente el derecho a la consulta previa de manera acorde con el Convenio 169 de
1989 y de manera participativa y consultada con los pueblos afectados. Para ilustrar la
necesidad de esta reglamentación se reseña y analiza el caso de los Emberás del Norte
del Choco que fue objeto del pronunciamiento por parte de la Corte Constitucional en la
Sentencia T129 de 2011.
Frente a esto último, lo cierto es que todavía no contamos con una reglamentación del
derecho a la consulta previa que tenga en cuenta los instrumentos internacionales, las
recomendaciones y la jurisprudencia de la Corte Constitucional; se han producido varios
borradores por parte del Ministerio del Interior en busca de la reglamentación, pero estos
deben ser consultados con los pueblos interesados y presentados al Congreso de la
República para que mediante el trámite de ley estatutaria.
CONCLUSIONES
Ahora bien, para responder a la pregunta de investigación propuesta debe indicarse que
las faltas de reglamentación sobre los lineamientos de la consulta previa en Colombia han
permitido que la esencia de la Consulta Previa se pierda por completo y que lo que en
principio se planteó como un mecanismo de participación efectiva, hoy sea un mecanismo
de presión hacia el gobierno y las empresas privadas en cumplimiento de Proyectos de
Interés Estratégico Precisamente no tener definidas reglas claras sobre cuáles son los
proyectos, y medidas legislativas y administrativas que realmente pueden afectar la
identidad cultural, social y económica de las comunidades indígenas, se ha permitido que
la consulta previa se extienda de forma injustificada a proyectos que no alteran de
ninguna forma a las comunidades.
Así mismo el desarrollo que ha dado a este mecanismo por la Corte Constitucional al no
tener una reglamentación interna adecuada, se ha basado netamente en las disposiciones
de carácter internacional que son apenas las bases de la consulta a nivel general, pero no
han entrado específicamente a regular la materia.
Por lo tanto, resulta absolutamente necesario que se expida una Ley estatutaria que
reglamente todos los aspectos relativos a la Consulta previa, ya que esta podrá definir la
afectación que puede tener determinado proyecto o medida sobre las comunidades, y
realmente definir los proyectos que deben ser objeto de consulta precia, con el fin de que
este mecanismo conserve su esencia, y no sea un mecanismo de presión como hoy en
día.
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