Está en la página 1de 8

En el presente ensayo, se analiza la obra “El arte de la Guerra”, del autor

chino Sun Tzu, desde el punto de vista de la administración contemporánea,


se pretende dar a conocer la aplicación de las teorías vistas en clase y su
aplicación en el “arte de la guerra” aplicando cada concepto en el ámbito
profesional. Se busca analizar la importancia del autor oriental, en las
estrategias aplicadas a la administración.

La obra consiste en exponer de manera clara, sencilla y fluida las


conclusiones del autor sobre el manejo de la organización militar. Se
plantean estrategias poderosas en las que se abordan problemas militares,
visto desde la administración estas estrategias también pueden ser usadas.

En las empresas de la actualidad, se evidencia una competencia constante


y agresiva, cada decisión que se toma tiene consecuencias y de ser mal
tomada puede llevar a la quiebra, el mundo globalizado nos enfrenta a una
competencia más grande, pues cada usuario no solo está en la disposición
de escoger productos nacionales sino también internacionales, esto le da
vigencia al concepto del autor, quien plantea en el primer capítulo, que la
guerra es de vital importancia para el estado; es el dominio de la vida o de
la muerte, el camino hacia la supervivencia o la pérdida del Imperio. Esto se
evidencia hoy en día con las grandes empresas que inician “guerras” con
otras por controlar el dominio de un mercado. En muchos casos perder la
“guerra” significa cerrar la empresa.

Otro aspecto importante abordado por el autor es la premisa en que “El arte
de la guerra se basa en el engaño”, esto se puede ver en varios ámbitos y
tiene varios puntos de vista, pues hacerle creer al rival o a la competencia
que se está fracasando puede ser ventajoso, pues te quita de la mira y te da
más tiempo y rango de operación ante tu rival. Atacar al enemigo cuando
está desordenado, prepararse contra él cuando se está seguro de ganar y
evitarle durante un tiempo cuando es más fuerte. Si tu oponente tiene un
temperamento colérico, intenta irritarle. Si es arrogante, trata de fomentar su
egoísmo. Si las tropas enemigas se hallan bien preparadas tras una
reorganización, intenta desordenarlas. Si están unidas, siembra la disensión
entre sus filas. Ataca al enemigo cuando no está preparado, y aparece
cuando no te espera. Estas son las claves de la victoria para el estratega.

En el capítulo siguiente, cuyo nombre es “Sobre la iniciación de las


acciones”, Sun Tzu nos señala que “Una vez comenzada la batalla, aunque
estés ganando…si mantienes tu ejército durante mucho tiempo en
campaña, tus suministros se agotarán”. (Tzu, 2001, pág. 5) Ello sigue
siendo válido hoy en día, cualquier obra de administración nos señala como
elemental la planeación de los recursos a emplear, para ello sugieren la
elaboración de diversos tipos de esquemas presupuestales, solo por citar
algún autor actual nos referimos al norteamericano Koontz, quien señala
que “La planeación incluye seleccionar proyectos y objetivos, y decidir sobre
las acciones necesarias para lograrlos…cierra la brecha entre dónde
estamos y dónde queremos ir” (Koontz & Weirich, 2008, pág. 106). Es de
vital, subrayar la importancia que se sigue dando a la planeación, en la
organización militar de la vieja China y la que se le sigue dando en las
organizaciones del mundo moderno.

Para ahondar en el tema anterior, nos encontramos que el autor nos


menciona que “…lo más importante en una operación militar es la victoria y
no la persistencia” (Tzu, 2001, pág. 6) En su opinión la victoria es el
objetivo, en ello coincidirá con la mayoría de los estrategas actuales de la
casi totalidad de las empresas, donde para ellos lo vital serán las utilidades
que arroje su organización.

En el capítulo tres, el autor nos dice que “La victoria completa se produce
cuando el ejército no lucha, la ciudad no es asediada, la destrucción no se
prolonga durante mucho tiempo y en cada caso el enemigo es vencido por
el empleo de la estrategia” (Tzu, 2001, pág. 8). Aquí es importante señalar
lo vital que es la estrategia para este viejo autor, mismo que ha sido
ratificado y profundizado por personajes contemporáneos como Michael
Porter, Henry Mintzberg y Fred R. David entre otros teóricos relevantes en
la administración.

En otra parte de su obra, hace unas buenas reflexiones sobre estrategia y


planeación, de hecho señala que “…un ejército victorioso gana primero y
entabla la batalla después; un ejército derrotado lucha primero e intenta
obtener la victoria después. Esta es la diferencia entre los que tienen
estrategia y los que no tienen planes premeditados”. (Tzu, 2001, pág. 11).
En esta frase, el autor se adelanta 2,400 años a sus predecesores, es una
expresión que firmaría cualquiera de los autores contemporáneos
previamente señalados, incluyendo a los estudiantes del Doctorado en
Administración de la Universidad del Sur. Como ejemplo para reforzar lo
anterior, podemos mencionar que “…el propósito de cada plan y de todos
los planes…consiste en promover el logro de los objetivos de la
organización…la eficiencia de un plan se mide por cuánto contribuye al
propósito y a los objetivos, compensando los costo…” (Koontz & Weirich,
2008, pág. 626). Esta afirmación confirma la pertinencia de la obra del
pensador oriental, en el mundo del siglo XXI.

En otro capítulo, nos expresa que “Gobernar sobre muchas personas como
si fueran poco es cuestión de dividirlas en grupos o sectores: es
organización” (Tzu, 2001, pág. 12). Esta afirmación es tan moderna como la
administración misma, es tan poderosamente actual como lo es el mundo
de la estrategia empresarial, la organización es incluso una de las partes del
proceso administrativo, solo para precisar el uso que le damos a este
concepto en la educación de los administradores.

Líneas adelante, Sun Tzu nos indica lo que para su punto de vista es la
competencia y la visión de los competidores, pues señala que “…lo que
impulsa a tus adversarios a venir hacia ti por propia decisión es la
perspectiva de ganar. Lo que desanima a los adversarios… es la
probabilidad de sufrir daños” (Tzu, 2001, pág. 14). Ello coincide con lo que
en su momento señalan personajes como Warren Buffet en una conferencia
ante estudiantes del MBA en Harvard, respecto a “…construir un cerco de
protección alrededor de tu empresa, como un castillo medieval, que te
proteja de la competencia y que entre más alimañas y cocodrilos tenga el
foso que rodea al castillo, mayor será la fortaleza de la empresa y menos se
animaran las empresas enemigas a enfrentarles (Boyett, 1999, pág. 63).
Solo para contextuar la importancia mundial de Buffet, diremos que es
considerado el mejor estratega del mundo de los negocios bursátiles, a la
vez que se le ubica como uno de los cinco hombres más ricos del mundo.

En el tema subsecuente, nos arroja una de las más grandes verdades que
se trata de transmitir a los estudiantes de administración y es lo que tiene
que ver con el liderazgo y la visión del director de la empresa, cuando
señala que “La dificultad de la lucha armada es hacer cercanas las
distancias largas y convertir los problemas en ventajas” (Tzu, 2001, pág.
18). Esto se puede complementar con lo que señala Koontz, quien dice que
“Los gerentes de compañías empresariales necesitan identificar y hacer
frente a la innovación y a la adversidad, tomando riesgos y respondiendo
con rapidez, así como absorber importantes retrocesos. Los gerentes más
efectivos parecen deleitarse con el ritmo alocado y a veces caótico y lo
encuentran desafiante y estimulante…” (Koontz & Weirich, 2008, pág. 520).

Sobre el punto anterior, vale la pena reconocer la enorme visión del general
Chino, pues sus comentarios versan de hace más de dos siglos y coinciden
en muchos puntos que desvelan a los managers o directivos de toda clase
de empresas, desde los pequeños changarros hasta las grandes
corporaciones multinacionales, ello ha llevado a los teóricos de la
administración a tratar de encontrar alternativas viables para estos
personajes que de diversas maneras gobiernan las sociedades de nuestro
siglo.

En páginas posteriores, el autor hace mención que “…los generales que


conocen las variables posibles para aprovechar el terreno saben cómo
manejar las fuerzas armadas” (Tzu, 2001, pág. 22). Ello me gustaría
contrastarlo con la siguiente afirmación de Koontz, quien afirma lo siguiente
“…La estrategia, por otra parte se refiere a la dirección en la que los
recursos humanos y materiales serán aplicados para incrementar la
oportunidad de alcanzar los objetivos seleccionados” (Koontz & Weirich,
2008, pág. 131).  En ambos casos hay elementos muy interesantes y de
alguna manera similares, desde la perspectiva siempre subjetiva de este y
cualquier ensayo, parecen demasiado hermanados, sobre todo si
consideramos que entre uno y otro hay un abismo de más de dos mil
cuatrocientos años.

Un aspecto relevante para el administrador moderno y para el teórico de la


administración actual, es lo que tiene que ver con la estrategia empleada
para realizar el trabajo cotidiano y que arroje los mejores frutos para la
organización, por ello es pertinente mencionar lo que Sun Tzu nos comunica
cuando afirma que “…el enemigo que actúa aisladamente, que carece de
estrategia y que toma a la ligera a sus adversarios, inevitablemente acabará
siendo derrotado…” (Tzu, 2001, pág. 27). Esto puede complementarse con
lo que se expresa a continuación “los profesores de la universidad de
Harvard Gary Hamel y C.K. Prahalad, citados por Koontz (2008) quienes
analizaron compañías que lograron liderazgo global, ellos encontraron que
“…esas empresas tenían la obsesión de ganar, no solo el más alto nivel,
sino en toda la organización, esta obsesión se llama intención estratégica…”
(Koontz & Weirich, 2008, pág. 135). Ambas son posiciones hermanas y
complementarias, con muchos elementos de cercanía conceptual. La
organización del siglo veintiuno, tiene rasgos comunes con sus similares del
siglo cinco antes de nuestra era, para un administrador actual esta cercanía
no es algo en lo que usualmente piense.

Para continuar con la exposición de hallazgos interesantes, pero ahora en


materia del manejo de los recursos humanos o del personal que hace
posible la vida misma de las organizaciones, incluso desde una perspectiva
del conductismo dos mil años antes de Iván Pavlov o de Watson, va la
siguiente cita “Mira por tus soldados como miras por un recién nacido; así
estarán dispuestos a seguirte hasta los valles más profundos; cuida de tus
soldados como cuidas de tus queridos hijos, y morirán gustosamente
contigo…las recompensas no deben usarse solas, ni debe confiarse solo en
castigos…” (Tzu, 2001, pág. 30).

El punto de vista anterior, se pude analizar de forma actual con la siguiente


perspectiva de un teórico actual, quien afirma que “…los empleados
también tienen necesidades y objetivos que son especialmente importantes
para ellos. A partir de la función de dirigir, los administradores ayudan a las
personas a ver que pueden satisfacer sus propias necesidades y utilizar su
potencial…Así los administradores deben entender los roles asumidos por
las personas y las individualidades y personalidades de la gente”. (Koontz &
Weirich, 2008, pág. 412). En esta tesitura también se inscribe lo señalado
por el autor mexicano, egresado del Tecnológico de Monterrey, Luigi
Valdés, quien al respecto menciona que “…la imagen del capataz que
controlaba a los trabajadores se vuelve obsoleta; el padre de familia
autoritario y castigador ya no es efectivo, el maestro que educaba bajo la
premisa “la letra con sangre entra” es cosa del pasado. El látigo tiene que
concederle el lugar a la razón, a la inteligencia y al convencimiento; la
ignorancia al conocimiento y la represión a la libertad…” (Valdes, 2002, pág.
25). Si comparamos las expresiones del viejo autor oriental contra los
modernos y occidentales pensadores señalados, tendríamos que coincidir
en que para los tres es una preocupación nodal el manejo de los recursos
humanos, solo que ahora se observa una tendencia a buscar la mejoría en
el individuo como premisa para buscar el logro de objetivos empresariales,
mientras que para el autor de origen chino, el trato no debía rebasar la
esfera de lo formal y desde el enfoque militar.

En otro apartado, ahora enfocado al renacer organizacional, que hoy es


algo muy estudiado y analizado, este autor señala que “…la ira puede
convertirse en alegría, y la cólera puede convertirse en placer, pero un
pueblo destruido no puede hacérsele renacer, y la muerte no puede
convertirse en vida. En consecuencia, ninguna organización empresarial
puede revivir si no logramos reconstruirla a tiempo” (Tzu, 2001, pág. 34). En
la actualidad lo anterior tiene tanta vigencia que hasta se inventó una
corriente administrativa que se llama reingeniería, que tiene como principal
objetivo el salvar a aquellas organizaciones que de no hacer algo están
condenadas a la muerte o a sobrevivir con pérdidas económicas cada vez
de mayor envergadura, así un autor moderno nos señala que “En la
reingeniería paramos de cabeza el modelo industrial. Decimos que para
hacer frente a las demandas contemporáneas de calidad, servicio,
flexibilidad y bajo costo, los procesos deben ser sencillos. La necesidad de
sencillez produce consecuencias enormes en cuanto a la manera de diseñar
los procesos y de darles forma a las organizaciones”. (Champy, 2004, pág.
54).

Se hace una referencia sobre el actuar con inteligencia en una organización


usando la herramienta o procedimiento adecuado, y Champy insiste en la
indudable necesidad de utilizar la sencillez para el diseño de dichos
procedimiento o herramientas para lograr los objetivos en las
organizaciones, pero de inicio para evitar que se mueran, por haber
descuidado sus mercados o haber extraviado su avance, a causa de
impactos externos e incluso a errores en la estrategia de la propia empresa.
Es decir que nuestro viejo pensador chino, nos abrió puertas que han
mirado más allá, gracias a sus aportaciones precedentes.

Antes como ahora, las organizaciones deben conocer la situación de los


adversarios, para saber qué hacen, por ello se gasta mucho dinero en
espionaje de la competencia, ya sea a través de empresas de marketing o
de encuestas a los clientes, es relevante conocer lo que está pasando con
mi competencia y la forma en que ellos ven a nuestra organización, las
escuelas de administración tratan de enseñar diversas técnicas para
comprender el mercado y a los competidores, ello no era ajeno a Sun Tzu,
quien sobre el tema menciona “Siempre que vayas a atacar y a combatir,
debes conocer primero los talentos de los servidores del enemigo, y así
puedes enfrentarte a ellos según sus capacidades…es esencial para un
gobernante conocer las cinco clases de espionaje, y este conocimiento
depende de los agentes dobles; así pues, éstos deben ser bien tratados”
(Tzu, 2001, pág. 40).

Lo anterior se puede contextuar con lo que señala un pensador de la


administración moderna, de origen latinoamericano, que al respecto nos
dice“…el desempeño de la función recibe muchas influencias exteriores, por
ejemplo, considérese una relación entre jefe y subordinado en que el
primero pretende asignar una función de investigación al segundo. Las
empresas solo empiezan a operar  cuando las personas encargadas de
desempeñar papeles específicos y realizar actividades requeridas ocupan
sus posiciones respectivas…” (Chiavenato, 2009, pág. 222). El uso
inteligente de los recursos es sin duda alguna, el aspecto que marca la
diferencia entre el éxito o el fracaso de una empresa, ya que el saber utilizar
las capacidades y competencias de estos recursos, nos permitirá como
menciona Chiavenato, optimizar nuestra funcionalidad, así se trate de
investigar al contrario o de desarrollar nuestro trabajo cotidiano dentro de la
organización.

IV. Conclusiones
Este trabajo, nos muestra muchas de las características interesantes que
tiene para el administrador actual, el punto de vista del general de origen
chino Sun Tzu, su fluidez, su frescura y sobre todo su profunda mirada
sobre la estrategia en la actividad de las organizaciones; por su profesión, el
autor oriental tiene una visión militar y para él todo se refiere a la
organización del ejército, para nosotros el enfoque es por el lado de las
organizaciones empresariales, aunque la esencia es similar, pues en todos
los casos hablamos de agrupaciones de personas, sometidas a sus propias
dinámicas y exigencias.
Referente al tema de la ética, podemos concluir que para este autor, no
tiene una gran relevancia, pues según él la finalidad es lo que cuenta, es
decir lo relevante es la victoria; sin embargo, en una sociedad como la
actual, donde la problemática derivada del mal manejo de los recursos de
todo tipo nos ha llevado a una encrucijada tal que debemos replantearnos
seriamente cambiar esta premisa (el éxito económico sobre todo), pues el
planeta está cada vez más contaminado y los recursos se agotan, entonces
las consideraciones éticas deben ser diferentes a las que en su momento
plantea Sun Tzu; ahora la ética y la responsabilidad ambiental y social
deben ser elementales.

Por otro lado, no hay sino que coincidir con el autor chino, sobre temas
como la necesidad de la planeación y del cuidado en el manejo de los
recursos, para lograr los mejores resultados, para él como militar el
resultado esperado es la victoria del ejército y para el administrador actual
será la obtención de utilidades y por supuesto el logro de objetivos de la
empresa, usando las estrategias adecuadas.

Su manejo conceptual de la estrategia es notable, esto lo lleva a hacer


observaciones sobre temas como el manejo de los recursos humanos (en
su caso, los soldados) para sacar de ellos el mejor provecho, de los
recursos materiales, así como del conocimiento, en ello coincide con
autores como Michael Porter, Fred R. David, Koontz, Chiavenato, etc. Pues
todos ellos han abordado en diferentes aspectos y de diversas maneras, los
temas iniciados por el estratega chino, no haciendo sino profundizar y
complementar sus observaciones iniciales.

Otro tema vital es el liderazgo, mismo que es tratado con gran variedad de
matices, donde por citar algunos aspectos relevantes podemos hablar de su
insistencia en la capacidad del líder para realizar cambios en la estrategia,
según el ambiente, adicionalmente del deber que tiene el líder de conocer la
forma de pensar de sus subalternos y de sus enemigos, para poder dirigir
bien a los primeros y usar la estrategia adecuada para prevalecer sobre los
segundos, por mis más de 20 años de experiencia administrativa, puedo
afirmar que esta verdad vale oro por sí misma.

Dado que los recursos que maneja el estratega o el líder empresarial


moderno, son escasos, siempre es bueno contar con teorías o ideas que
nos ayuden a planear la mejor forma de aplicarlos en beneficio de la
empresa para la que prestamos nuestros servicios, ya que intrínsecamente
si la compañía prospera existen más probabilidades de que el personal que
labore ahí tenga la misma suerte y que al país le vaya mejor. Podemos
iconcluir que sí se aplican los principios de Sun Tzu y de sus sucesores,
acompañados de un trabajo serio y responsable, que analice los factores
externos e internos de la empresa, para elegir las estrategias que mejor se
adapten a nuestra situación particular, se tienen mayores posibilidades de
triunfar en las actividades emprendidas dentro de una organización en pleno
siglo XXI, por ello la actualidad de este autor en la visión de la
administración moderna.

También podría gustarte