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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA


UNIVERSIDAD CATÓLICA “CECILIO ACOSTA”
FACULTAD DE FILOSOFÍA Y TEOLOGÍA
PROGRAMA DE TEOLOGÍA ESPIRITUAL

IDENTIFICACIÓN DE LA “TEOLOGÍA ESPIRITUAL”


¿HAY CABIDA PARA LA ESPIRITUALIDAD HOY?
Evaluación I: Resumen

AUTOR
Abg. Luis Alfonso Chacín Chacín
PROFESOR
Rev. M.Sc. Ponç Antoni Capell Capell

MARACAIBO, NOVIEMBRE 2020


Teología Espiritual y Teología Dogmática. La relación no se reduce a la
valoración que la teología puede tener de la espiritualidad −reconocer que no hay
teología sin espiritualidad, no se trata de aceptar la yuxtaposición entre teología y
espiritualidad−. Tampoco, la relación es de dependencia o de plena subordinación,
porque dentro de la unidad de la Teología debe funcionar una dependencia
interdisciplinar, pero en todas las direcciones.
Es necesario hacer la distinción del objeto (material y formal), método y fuentes
de la Teología Espiritual. El objeto material, común a toda teología, es la
existencia cristiana; mientras que el objeto formal es la vida cristiana en cuanto
que es asumida, apropiada y vivida por cada uno. De modo que la teología
espiritual es la “teología de la experiencia cristiana”, es el rostro subjetivo de la
teología dogmática.
En cuánto al método, se ha llegado a aceptar el método integral, es decir,
inductivo y deductivo. Es inductivo porque se mueve en el plano de la experiencia
espiritual; es deductivo, porque tal experiencia está fundamentada en la
objetividad de la obra de Cristo. Y, en cuanto a las fuentes empleadas son,
principalmente, la Palabra de Dios; la Iglesia como mediación y como comunión de
vida; la liturgia; los sacramentos; la historia vivida del pueblo cristiano; los
documentos eclesiásticos; la historia de salvación del cristiano; la experiencia
personal; las experiencias interiores extraordinarias; las formas de compromiso
cristiano; y, la realidad del que sufre y del pobre.
Teología Espiritual y Teología Moral. Ambas tienen en común que se refieren
a la vida concreta y al lado práctico de la experiencia cristiana. Sin embargo,
ambas pueden diferenciarse por su objeto formal y por su método de estudio.
En cuanto a su objeto, la teología moral tiene la estructura de la acción y las
leyes que la regulan, es la relación correcta con Dios; en cambio, la teología
espiritual, cuenta con la evolución existencial de la vida cristiana, estudia la
resonancia que la relación con Dios tiene en la conciencia y su desarrollo. Por otro
lado, en cuanto al método, la teología espiritual no puede prescindir de la
experiencia ni la de los que llegaron a la plenitud; la teología moral es más
racional, parte de los principios y sus leyes son universales.
Definición de Teología Espiritual. Es parte de de la teología que estudia
sistemáticamente, a base de la revelación y de la experiencia cualificada, la
realización del misterio de Cristo en la vida del cristiano y de la Iglesia, que se
desarrolla bajo la acción del Espíritu Santo y la colaboración humana, hasta llegar
a la santidad.
Búsqueda actual de espiritualidad. Es muy común que a los nuevos
movimientos eclesiales el acento a la espiritualidad, al mismo tiempo que los
teólogos de la liberación, que, para éstos últimos, la espiritualidad debe ser
atendida.
Por otro lado, nos encontramos con el fenómeno de los nuevos movimientos
religiosos que han surgido de las religiones autóctonas del tercer mundo o dentro
de las grandes religiones del Hinduismo, Budismo y del Islam. También cabe
resaltar las ‘sectas’ formadas dentro del cristianismo (Testigos de Jehová,
Adventista, Bautista...); el ocultismo que traspasa las fronteras de lo religioso y
comprende fenómenos como el espiritismo, la astrología, la adivinación, entre
otros. Y, una de las formas más difundidas de los nuevos movimientos religiosos
es la conocida con el nombre New Age o Nueva Era.
En este sentido, se van buscando iniciativas de búsquedas o fomento de
espiritualidad, presentando cursos de formación permanente, experiencias de
monasterios, experiencias misioneras, con el fin de acrecentar la espiritualidad de
la colectividad.
Por otro lado, a la espiritualidad se la han realizado varias críticas, entre las
más comunes son: el término espiritualidad es rechazado por ser ambiguo,
negativo y por su contenido demasiado religioso; manipulación desde la
espiritualidad, donde se puede alimentar una involución y también revolución;
perdida de su credibilidad por los planteamientos anacrónicos; la formación de una
espiritualidad para un cristianismo de élite; desconfianza de la espiritualidad como
creadora de unidad de la persona; es inactual y alienante; se acusa a los
espirituales de narcisismo individual y comunitario; tiende a producirse la
sensación de hartura espiritual, no se respeta el ritmo propio del desarrollo
espiritual de las personas; existe el peligro de la ideologización, privatización y los
partidismos desde la espiritualidad; también aparece como carácter de sentido
práctico. La respuesta global de estas críticas es que puede caerse en todas esas,
pero el error o está en la espiritualidad en sí, sino en la defectuosa forma que uno
tiene de entender o vivir la espiritualidad, porque, en ese caso, puede tenerlos
todos.
¿Qué entendemos por espiritualidad? Es la estructuración de una persona
adulta en la fe, según su propia inteligencia, su vocación y sus carismas por un
lado, y las leyes del universal misterio por otro; es decir, la espiritualidad es el
resultado de la integración de las actitudes, comportamientos y relaciones de la
persona; no como una programación que responde a un deseo o a una aspiración.
Por tanto, es la misma identidad del cristiano la que incluye la espiritualidad, no
viceversa. Hoy en día, se exige que la espiritualidad resalte en las siguientes
características:
1. Ha de ser integradora de la persona.
2. Debe ser una experiencia personal de la fe.
3. Debe ser vivida en el Espíritu.
4. Se desarrolla contando con la vida y con el mundo.
5. Debe ser gratificante y gozosa.
6. Debe ser de diálogo, y al mismo tiempo, definida.
7. Realista.
8. Fraterna y Apostólica.
9. Eclesial.
10. Profundamente afectiva.
11. Entraña la relación con Dios Trino.
12. Pascual, que afronte la cruz.

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