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Una panorámica del yeísmo: ¿un proceso acabado o en construcción?

Article  in  Revista Internacional de Linguistica Iberoamericana · January 2014

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Assumpció Rost Bagudanch


University of the Balearic Islands
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Assumpció Rost Bagudanch*

Una panorámica del yeísmo: ¿un proceso


acabado o en construcción?

Resumen: Este trabajo se propone revisar el estado del fenómeno yeísta en el dominio lingüís-
tico del español para ofrecer una panorámica de conjunto de sus realizaciones fonéticas y su
evolución. Para ello, se ha trabajado a partir del análisis de los datos procedentes de los atlas
lingüísticos que actualmente están publicados, lo que supone abarcar buena parte del español
de España y un área nada desdeñable del español americano. Los resultados obtenidos permiten
observar que el yeísmo no es uniforme en ninguna de las zonas estudiadas; de hecho, presenta
un grado de variación muy elevado en todas ellas, lo que permite suponer que no se trata de un
proceso finalizado, sino en plena efervescencia, que puede desembocar en soluciones de tipo
relajado, en unas regiones determinadas, o reforzado, en otras.

Palabras clave: Dialectología española, atlas lingüísticos, yeísmo, variación fonética,


cambio fonológico.

Abstract: This work constitutes a new look at the “yeísmo” phenomenon, which has usually
been treated from a regional perspective. In this investigation, a revision of the whole Spanish
domain is carried out taking as a point of departure the analysis of linguistic atlas data. Such
a method allows us to focus on results obtained from real speakers (real tokens). However,
there are geographical areas for which linguistic atlas have not been published. Nevertheless,
it is possible to examine most of the Peninsular (and Insular) Spanish domain and most areas
of American Spanish. The results prove that the phenomenon is not homogeneous in none of
the regions considered; in fact, it exhibits a high degree of variation. Our findings make clear
that there is an unfinished change process that can result in hipoarticulated sounds (relaxed
solutions) in some regions or in hiperarticulated (strengthened solutions) in others.

Keywords: Spanish dialectology, linguistic atlas, “yeísmo”, phonetic variation, sound change.

1. Introducción

Se ha hablado mucho del yeísmo como de un fenómeno propio del español que cada
vez está más extendido en los distintos territorios del dominio lingüístico, pero esto
siempre se ha hecho básicamente desde dos puntos de vista: o bien como comentario
RILI, XII (2014), 1 (23), 141-163

general en el marco de descripciones más amplias de los rasgos fonéticos dialectales del

*
Assumpció Rost Bagudanch es profesora de Lengua Española en la Universitat de les Illes Balears
(España). Es especialista en fonética y fonología españolas, así como en gramática histórica del español.
También le interesa el estudio de los fenómenos de variación. Su principal línea de investigación se
centra en los mecanismos del cambio fonético-fonológico en español para poder establecer cuáles han
sido las motivaciones intrínsecas de la transformación del sistema fonológico desde los orígenes del
idioma hasta la actualidad. Actualmente está trabajando en el análisis de un cambio en marcha: el yeísmo,
dado que puede arrojar luz sobre el proceso histórico que desembocó en la aparición del fonema /x/.
142 Assumpció Rost Bagudanch

sistema (Moreno Fernández 2010, por ejemplo), o bien como estudio de puntos concretos
del dominio lingüístico (Gómez / Molina Martos 2013). Lo que hasta el momento parece
echarse de menos es un estudio centrado en este proceso concreto, pero que pueda abarcar
la situación global en el mundo hispánico, no ya como visiones fragmentarias, muchas
veces caleidoscópicas, de la misma realidad, sino como un todo, como una panorámica
completa y nítida.
En efecto, lo que no puede negarse de ningún modo es que hay mucha información
sobre este tema, aunque disgregada en trabajos que, en unos casos, se han elaborado hace
tiempo y, en otros, se están llevando a cabo en la actualidad. Sin embargo, falta unificar
estos datos en una radiografía global. La información procedente de trabajos antiguos,
contrastada con investigaciones mucho más recientes, permite intuir la idea de un fenó-
meno vivo, de cambio en marcha en muchas zonas, entre ellas la península ibérica. Por
este motivo resulta interesante poder ofrecer una visión de conjunto lo más detallada
posible. Este es el objetivo primordial de este trabajo aunque no el único. En efecto, la
constatación de la variación y su distribución geolectal puede arrojar luz sobre varias cues-
tiones relacionadas con el fenómeno: en primer lugar, puede permitir entrever la direc-
ción del cambio en marcha. Además, puede contribuir a clarificar si, efectivamente, cabe
hablar de variantes exclusivas de determinados territorios o si las diversas realizaciones
son posibles de forma general, lo que podría resultar un argumento a favor o en contra del
policentrismo en la génesis del fenómeno yeísta y su expansión; de hecho, la existencia
de una variación importante, con unas realizaciones más o menos “compartidas” en todos
los territorios, podría apuntar a que estas soluciones son resultado de las inercias propias
de la producción articulatoria y acústica del habla.
Para ello, y antes de proseguir, deben tenerse en cuenta varias cuestiones fundamen-
tales. En primer lugar, habrá que especificar qué es el yeísmo desde un punto de vista
fonético y fonológico, sus implicaciones y sus consecuencias. Aclarar estas cuestiones es
imprescindible para poder justificar qué opciones terminológicas (y, en el fondo, concep-
tuales) se van a emplear y cuáles van a ser los criterios utilizados en la transcripción de
las variantes coexistentes. Por otra parte, será crucial establecer de qué corpus se va a
partir como fuente de los datos y con qué criterios se va a determinar qué investigaciones
forman parte del mismo.
Asimismo, va a haber que proporcionar una interpretación de los resultados obtenidos
en el corpus ya que una mera enumeración de realizaciones fonéticas, en sí misma, solo
tendría el valor de reproducir datos fácilmente localizables. Para ello, va a ser necesario
tener en cuenta conceptos de índole fonética y sociolingüística que puedan contribuir a
encuadrar la variación en un contexto de cambio. En primer lugar, es importante tener en
cuenta que la aparición de variación alofónica puede estar relacionada con cuestiones de
hipo- e hiperarticulación en términos de Lindblom (1990)1, lo que también encaja con las

1
Lindblom (1990) indica que los sonidos no son categorías cerradas e invariables sino que son maleables
e interactúan con los segmentos contiguos, de modo que su realización fonética se mueve en un continuo
entre la relajación articulatoria, fruto de la tendencia del hablante al mínimo esfuerzo motor, y la hiperar-
ticulación, destinada a garantizar la discriminación de la señal por parte del interlocutor. Esta capacidad
de los locutores de adoptar diversas estrategias para la producción de los sonidos en función de si se
hallan en un contexto en que predominan las necesidades de discriminación (casos de hiperarticulación)
o en uno en que puedan prevalecer los mecanismos dirigidos al ahorro de movimientos superfluos en la
emisión (casos de hipoarticulación) es lo que este autor denomina plasticidad.
Una panorámica del yeísmo: ¿un proceso acabado o en construcción? 143

concepciones del cambio propuestas por Ohala (1993) o Blevins (2004)2. Por otra parte, el
contacto con otros sistemas lingüísticos que posean categorías análogas en sus inventarios
también puede facilitar que determinados sonidos hayan ido adquiriendo carta de natu-
raleza en ciertas áreas (Coseriu 31978: 119-120, Trudgill 1999: 5-6 o Blevins 2004: 48).
Este estudio pretende ocuparse de todos estos aspectos y, para ello, se ha organizado
teniéndolos muy presentes. Así pues, en primer lugar, se encara el yeísmo como proceso
fonético, atendiendo a sus consecuencias a nivel fonológico y a las pautas que se han
seguido en la representación gráfica de sus realizaciones acústicas. A continuación, se
define el corpus dialectal y se argumenta su constitución. En tercer lugar, se describe la
situación del yeísmo en el dominio hispanohablante y, por último, se presentan una serie
de consideraciones finales a modo de conclusión.

2. Un “cajón de sastre” llamado yeísmo

A todo esto, puede parecer que la explicación de qué se entiende por yeísmo resulte
poco menos que una obviedad: no suele haber discrepancias si se afirma que el yeísmo
es el fenómeno de confusión entre la consonante lateral palatal y una consonante palatal
no lateral, tradicionalmente caracterizada como “fricativa”3: “este fenómeno consiste en
la fusión de los segmentos /ʎ/ e /ʝ/, que eliminan sus diferencias, de modo que palabras
como callado y cayado se realizan de la misma forma: [kaˈʝað̞o]” (RAE 2011: 220). De
hecho, la falta de discriminación entre estos dos fonemas ha llevado habitualmente a una
igualación de ambos, lo que ha significado la pérdida progresiva de /ʎ/ en buena parte del
territorio de habla española: “the great majority of speakers in Spain under the age of fifty
or so have merged this phoneme with /ʝ/ and do not distinguish between, for instance,
pollo ‘chicken’ and poyo ‘stone bench’, both pronounced [póʝo]” (Hualde 2005: 180). En
este sentido, Quilis (1999: 314-15) habla directamente de desfonologización de /ʎ/ debido
a un proceso de lenición por el que la lengua “pierde su contacto con la parte central y
anterior del paladar y sobreviene la articulación central”.
Llegados a este punto, resulta crucial dilucidar qué naturaleza tiene el elemento triun-
fante, y para ello no hay una sola respuesta correcta. En efecto, se han podido distinguir
diversos alófonos, que pueden clasificarse en cuatro grandes grupos en función de sus
características articulatorias y acústicas: fricativos si existe fricción en la salida del aire
entre los articuladores, africados en los casos en que se combina una primera fase de oclu-
sión y otra posterior de fricción, oclusivos si presentan solamente la fase de cierre de los
articuladores seguida por la explosión generada por la abertura brusca de estos órganos y,
finalmente, aquellos que responden a sonidos de tipo periódico: aproximantes4 o, incluso,
semiconsonánticos.

2
Tanto Ohala (1993) como Blevins (2004) remarcan que la existencia de variación alofónica supone el
paso previo indispensable para el inicio de todo proceso de cambio, que posteriormente se extiende a
otros individuos de la comunidad de habla a través del proceso de percepción de la señal. La reinterpre-
tación del estímulo percibido puede resultar determinante para llegar a un reanálisis que, con el tiempo,
llevaría a la modificación del sistema.
3
Navarro Tomás (211982) o RAE (1973) son dos ejemplos que cabría citar.
4
Se entienden como aproximantes aquellos sonidos en los que los órganos articulatorios se acercan sin
llegar a la obstrucción pero, a la vez, permitiendo que el aire fluya sin generar turbulencias. Acústica-
144 Assumpció Rost Bagudanch

Como ya se ha advertido, en buena parte de la bibliografía se ha tendido a reconocer


que la lateral perdía terreno frente a la variante fricativa palatal central. De hecho, a partir
de estudios acústicos, se ha comprobado que, al menos en extensas áreas del dominio
lingüístico del español, el segmento más habitual responde a un sonido con estructura
formántica, de tipo periódico por lo tanto, lo que contradice su supuesta naturaleza frica-
tiva. En efecto, como argumentan Martínez Celdrán / Fernández Planas (2007), se trata
más bien de una consonante de tipo aproximante palatal (véase el ejemplo de la figura 1).
Siguiendo el criterio de estos autores, aquí se va a transcribir como [ʝ ̞]5.

FIGURA 1
Ejemplo de alófono aproximante palatal en la secuencia ella dice.

mente, se caracterizan por presentar estructura formántica, al igual que las vocales, las laterales o las
nasales. En cambio, en las consonantes fricativas, la aproximación de los articuladores es mayor, de
modo que el aire genera fricción, lo que acústicamente se traduce en la aparición de energía dispersa
o ruido (Quilis 1999, Hualde 2005 o Martínez Celdrán / Fernández Planas 2007 para un mayor detalle
explicativo). En parte de la bibliografía referente a dialectología o gramática histórica se había hablado
de la existencia de consonantes fricativas sonoras que presentaban características bastante diferentes de
las fricativas sordas. Se ha demostrado fonéticamente que estas supuestas fricativas sonoras se corres-
ponden en realidad con segmentos aproximantes, cuyas propiedades articulatorias y acústicas poco o
nada tienen que ver con los sonidos fricativos.
5
Es importante notar que la realización aproximante palatal no se corresponde con [j], símbolo empleado
para la semiconsonante palatal, ni con [ʝ], fricativa. El recurso al diacrítico [ ̞ ] ‘más bajo’ permite reflejar
más fielmente la realidad de este elemento, plenamente consonántico pero no fricativo. En este sentido,
atender a criterios fonéticos (articulatorios y acústicos) y emplear técnicas de análisis acústico hacen
posible una mayor exactitud terminológica y gráfica, lo que contribuye a evitar confusiones y ambigüe-
dades (Rost 2013).
Una panorámica del yeísmo: ¿un proceso acabado o en construcción? 145

Obsérvense las diferencias, tanto en el espectrograma como en el oscilograma, entre


[ʝ ̞], aproximante, y [θ], fricativa. No obstante, además de esta posibilidad, existen otras.
Al entrar a analizar las realizaciones de naturaleza fricativa, entra en juego un término
bastante conocido: el de rehilamiento. Quilis (1999: 314) explica que las variantes rehi-
ladas corresponden a la fricativa prepalatal sonora [ʒ] o sorda [ʃ], según el caso, que se
conocen “en la filología española” con este término. Navarro Tomás (1934: 274) carac-
terizaba el rehilamiento como una vibración intensa con que se articulaban una serie
de sonidos, lo que puede asimilarse sin dificultad a la idea de fricción. Ciertamente, los
lingüistas que han tendido a emplear el Alfabeto Fonético Internacional (AFI) como
sistema de representación gráfica de los sonidos han considerado los alófonos rehilados
como fricativos prepalatales6.
Por otra parte, se han notado también manifestaciones acústicas particularmente
intensas que responden a segmentos de tipo africado o, incluso, oclusivo. Asimismo, se
han atestiguado otras extraordinariamente relajadas: por un lado, sonidos cuyo grado de
abertura los aleja decididamente de la categoría de las consonantes (semiconsonantes o,
incluso, vocales, en algunos repertorios) y, por otro, casos bastante frecuentes de elisión,
fruto de una lenición que ha llegado al extremo.
Así pues, si algo puede destacarse al hablar del yeísmo como fenómeno es que
presenta una gran diversidad de realizaciones fonéticas, muy distintas entre sí. De hecho,
se podría establecer la existencia de un continuum en función del grado de constricción
que presentan tales variantes fonéticas, desde los ejemplos de elisión hasta los de mani-
festaciones de tipo oclusivo7. Varios estudios han venido a señalar que la aparición de
estas variantes responde, hasta cierto punto, a distribución complementaria: tras pausa
o nasal, por ejemplo, serían más habituales las de tipo africado u oclusivo, mientras que
las fricativas o aproximantes concurrirían en posición intervocálica (Martínez Celdrán /
Fernández Planas 2007, Fernández Trinidad 2010 o Martín Butragueño en Gómez / Molina
2013: 169-206). Sin embargo, también se ha demostrado que este comportamiento no
siempre es sistemático y que, en parte, depende de la variación intralocutor (Rost 2011).
De todas formas, habitualmente esta inmensa variedad en las realizaciones fonéticas
se ha señalado en relación con diferentes áreas dialectales, de modo que se sobreentiende,
más o menos explícitamente, que se trata de alófonos en parte privativos de ciertas zonas.
No obstante, hay estudios que permiten apreciar que estas mismas variantes se dan a nivel
de un mismo informante, incluso en habla de laboratorio (Rost 2011).
Otro aspecto a tener en cuenta, estrechamente vinculado con el extraordinario
volumen de alófonos detectados para el yeísmo, es el de la representación gráfica de tales
manifestaciones fonéticas: aquí se ha optado por emplear el AFI, siguiendo los trabajos
más recientes en dialectología y los criterios contenidos en Martínez Celdrán / Fernández
Planas (2007: 62), que han sido empleados por autores de solvencia contrastada (Martín
Butragueño en Gómez / Molina Martos 2013: 169-206, por ejemplo). Para la unificación
de la representación gráfica de los sonidos hallados, se ha seguido Rost (2013).


6
Quilis (1999), Moreno Fernández (2004), Hualde (2005) o Martínez Celdrán / Fernández Planas (2007)
son algunos ejemplos de ello.

7
Se hace referencia, principalmente, al tipo de sonidos que Martínez Celdrán / Fernández Planas (2007:
58 y ss.) denominan oclusivas palatales de doble articulación porque no responden a las características
propias de las consonantes africadas. De todos modos, Quilis (1999: 297) contempla el alófono oclusivo
palatal [ɟ] como una posible realización fonética de /ʝ/.
146 Assumpció Rost Bagudanch

3. Una búsqueda a nivel dialectal: metodología empleada

Los datos empleados para este trabajo podían haber presentado orígenes muy diversos,
puesto que la bibliografía sobre el tema, como se ha comentado, es muy extensa. Sin
embargo, se ha preferido acudir a aquellos que suponen una investigación directa sobre
el área geográfica objeto de estudio y cuyos resultados se desprenden de encuestas reali-
zadas a los hablantes. En este sentido, por lo tanto, se ha considerado que los atlas lingüís-
ticos regionales suponían una base de datos óptima por varios motivos. El principal es
que, por su vinculación a una zona concreta, permiten un trabajo más detallado y apegado
al terreno que los atlas lingüísticos de gran dominio8, aunque se podría llegar a cuestionar
qué se entiende por “regional” y “gran dominio”, teniendo en cuenta el territorio que
abarcan algunos de ellos. Por otra parte, este tipo de atlas presentan la ventaja de que, en
general, son los más recientes, especialmente los referentes a los territorios del centro y
sur de América. El ALPI, en este sentido, ofrece información más histórica que actual,
además de que, en esencia, presenta vocación de atlas de gran dominio, que no era lo que
se perseguía aquí9. De este modo, el corpus de partida se nutre de las obras contenidas en
la tabla 1.

TABLA 1
Obras que constituyen el corpus a partir del cual se han obtenido los datos para
este trabajo.

Obra (título abreviado) Referencia bibliográfica


ALPR Navarro Tomás (1948)
ALESuCh Araya (1973)
ALEICan Alvar (1975)
Atlas Lingüístico de Castilla y León Alvar (1983a)
ALEANR Alvar (1983b)
ALEC Flórez (1983)
Atlas Lingüístico de México Lope Blanch (1990)
ALEA Alvar (2001c)
ALECant Alvar (2001d)
ADDU Thun / Elizaincín (2000)
El español en la República Dominicana… Alvar (2000a)
El español en el Sur de Estados Unidos… Alvar (2000b)
El español en Paraguay… Alvar (2001a)
El español en Venezuela… Alvar (2001b)
ALECMan García Mouton / Moreno Fernández (2003)
Cartografía lingüística de Extremadura González Salgado (2005-2010)

8
Véase Alvar (2001d: 8) para una justificación sobre esta cuestión.
9
Para una revisión de los atlas hispánicos y sus vicisitudes, véase García Mouton (2006).
Una panorámica del yeísmo: ¿un proceso acabado o en construcción? 147

ALECoRi Quesada Pacheco (2010a)


Fonética del español en Guatemala… Utgård (2006)
ALN Rosales Solís (2008)
ALAC Giraldo Gallego / Hareide / Quesada
Pacheco (2012)

Como se puede advertir, en este inventario se encuentran trabajos que tradicional-


mente no se cuentan en la categoría de los atlas lingüísticos; sin embargo, se trata de obras
cuya metodología de trabajo es exactamente la misma que en estos y que forman parte
de proyectos de elaboración de atlas lingüísticos mayores. Se incluirían en estos casos
Alvar (2000a, 2000b, 2001a, 2001b), que formarían parte del futuro Atlas Lingüístico
y Etnográfico de Hispanoamérica, o Utgård (2006), que haría lo propio con el Atlas
Lingüístico de América Central10. Además, en algún caso ha habido que recurrir a obras
complementarias para poder dilucidar el valor exacto de las transcripciones fonéticas
incluidas en los mapas, que no encontraban una explicación satisfactoria en la introduc-
ción del atlas en cuestión: esto ocurre básicamente en los atlas centroamericanos, que se
han complementado con Quesada Pacheco (2010b).
Esta amalgama de obras presenta en sí misma un problema de base, que no es otro
que la falta de homogeneidad de los datos y encuestas. La heterogeneidad viene dada,
en gran parte, por la época en la que se realizaron, que se extiende desde principios del
siglo xx hasta la actualidad. Evidentemente, ni los métodos en la recogida de los datos
ni el enfoque que se ha dado a los diferentes proyectos han permanecido inalterables a lo
largo de tantos años. Sin embargo, la presencia de los alófonos recogidos se ha entendido
que es lo suficientemente representativa de la situación de la lengua española, incluso en
nuestros días.
En todos los atlas se han consultado los mapas correspondientes a voces en las que
se encontraría el fonema /ʎ/, mucho más numerosos en los atlas peninsulares, en el de
México, el de Colombia, el de Chile y en Alvar (2000a, 2000b, 2001a, 2001b). En el resto,
la cantidad de láminas que pueden revelar casos de yeísmo es más escasa: normalmente se
reduce a dos, la propia de la voz amarillo y la del sintagma las rodillas.
Los datos que se han hallado se han situado gráficamente en tres mapas, correspon-
dientes a la península ibérica e Islas Canarias, América Central (incluye el sur de Estados
Unidos, México y las Antillas además de los países del istmo) y América del Sur. Debido
a la densidad de los datos, se ha optado por mostrar las diversas variantes agrupadas según
su modo de articulación. En este sentido, es importante detallar los criterios que se han
seguido para la presentación de los resultados y, en definitiva, qué clase de alófonos se
incluye en cada uno de los grupos que se han establecido, a saber, realizaciones de tipo
aproximante, fricativo, africado y oclusivo, amén de los casos de elisión.
Así, hablamos de un primer grupo de soluciones constituido por aquellas variantes
que presentan estructura formántica y que, en consecuencia, pertenecen (acústicamente


10
Otra dificultad que es importante no menoscabar ha sido obtener estas obras para proceder a su consulta
por problemas en los circuitos de distribución. Por otra parte, como se sabe, hay extensas zonas en las
que los atlas correspondientes se están elaborando actualmente o que, por el momento, son un proyecto,
por lo que ha sido imposible tener acceso a los datos de todos los territorios de habla hispánica. En este
sentido, baste consultar Kovacci (2003) o García Mouton (2006) para forjarse una idea de ello.
148 Assumpció Rost Bagudanch

hablando) al grupo de los sonidos periódicos. En él se incluirían, por lo tanto, desde


soluciones relajadas que deben considerarse semiconsonánticas o vocálicas más que
propiamente consonánticas (en la medida de lo posible, se han señalado en el gráfico)
hasta las de tipo consonántico aproximante fricativizado pasando por las propiamente
aproximantes.
En segundo lugar, se contemplan aquellas realizaciones cuyas propiedades acústicas
permiten asimilarlas a la categoría de las consonantes fricativas. Entran aquí tanto las
fricativas prepalatales sordas y sonoras como aquellas en las que, pese a predominar la
naturaleza fricativa, incorporan rasgos de tipo aproximante.
Un tercer grupo es el formado por las variantes que presentan dos fases en su reali-
zación, es decir, las africadas. Aparte se consideran las denominadas oclusivas de doble
articulación, que tradicionalmente se habían identificado con las africadas pese a no
compartir las propiedades típicas de este tipo de sonidos. Así pues, estas y los alófonos
propiamente oclusivos constituyen el cuarto conjunto de sonidos.

4. Las soluciones yeístas

El escrutinio del corpus ha arrojado una cantidad de datos muy importante, de hecho,
se han podido atestiguar una cincuentena de alófonos. Cabe indicar que se han consultado
todos los mapas correspondientes a términos que incluían el fonema /ʎ/ y se han inventa-
riado todas las soluciones que aparecían en ellos. En caso de diferentes realizaciones, se
han tenido en cuenta las diversas variantes. Para exponer esta información de forma cohe-
rente y clara, se ha optado por dividir las áreas estudiadas en tres grandes zonas, como se
ha especificado anteriormente. En cada caso, la descripción de los fonos documentados
se realiza de norte a sur y, salvo alguna excepción muy concreta, se inicia con los sonidos
periódicos para acabar con los oclusivos. Ello permite sistematizar en cierta medida la
explicación.

4.1 El español de España

La revisión de los atlas dialectales peninsulares demuestra la existencia de una gran


variación en la realización fonética del yeísmo. Como se acaba de comentar, en primer
lugar, se van a detallar las variantes septentrionales y, posteriormente, las meridionales. El
resumen gráfico de los datos se ofrece en la figura 2. No se han tomado en consideración
los territorios bilingües ni aquellos en los que, a tenor de los datos de los atlas, la distin-
ción se conserva. También aparecen en blanco las áreas de las que no se tienen datos. Las
zonas en las que las soluciones fricativas coexisten con las aproximantes se han señalado
con un sombreado de rayas anchas.
Una panorámica del yeísmo: ¿un proceso acabado o en construcción? 149

FIGURA 2
Mapa-resumen de las realizaciones fonéticas más relevantes del yeísmo para el
español de España.

Así, debemos comenzar con el primer territorio norteño del que disponemos atlas,
el área cántabra. El ALECant muestra que [ʝ ̞] ha ganado terreno a [ʎ] en la mayor parte
de la región salvo la zona sur, en la que perviviría la distinción. Esta aproximante, en
determinados puntos, puede presentar un grado de abertura considerable y, de hecho,
también se rastrea una variante semiconsonántica. No se detectan soluciones de tipo frica-
tivo en esta región pero sí africadas. Se documentan ejemplos de [d͡ ʒ] en Potes y Penilla
de Toranzo (llovizna y lloviznar) y otros de [t͡ ʃ] (en los mismos casos) en Villaverde de
Trucios, Matienzo, San Miguel de Aras y Ramales de la Victoria. Como puede observarse,
esta clase de variantes solo han podido advertirse en posición inicial.
En Castilla y León, el atlas indica que la mayor parte del territorio es distinguidora. De
hecho, circunscribe los casos de confusión a puntos más o menos aislados. [ʝ ̞], que sería la
variante yeísta predominante, se da en La Vecilla (León), Zamora y Vadillo de la Guareña
(Zamora), Salamanca y Villaseo de los Reyes (Salamanca), la parte norte de Palencia,
Valladolid, Ataquines (Valladolid), Zorita de los Molinos, Ávila, El Tiemblo, Lanzahita
y Candeleda (Ávila), Burgos, Villafruela y Moradillo de Roa (Burgos), Fuentesoto,
Sepúlveda, Revenga y Espinar (Segovia) y una amplia zona del centro y sur de Soria. En
las provincias de Salamanca, Ávila, Segovia, Palencia y Soria, se detecta una solución
aproximante fricativizada. Por otra parte, en Ciruela (Soria), se advierte un caso (llana),
de fricativa bilabiodental sorda [ɸ]. En lo referente a soluciones de tipo africado, la más
habitual en esta comunidad es la palatal sorda [t͡ ʃ], rastreable en el norte y oeste de León
150 Assumpció Rost Bagudanch

y en el noroeste de Zamora, áreas de influencia leonesa. El equivalente sonoro también se


ha detectado, especialmente en la franja central del territorio, en puntos concretos de las
provincias de Zamora, Palencia, Valladolid, Ávila y Burgos. En dos localidades del sur
de Ávila (Candeleda y El Tiemblo) se aprecia una solución africada palatal sonora con
fricación prolongada [d͡ ʒː]. Además, en el norte de León (San Emiliano y Palacios de Sil),
aparece un alófono dentoalveolar sordo [t͡ s], muy probablemente por influjo del leonés.
Finalmente, en Hermisende (Zamora), se señala la elisión de la palatal.
En el ALEANR, los casos de [ʝ ̞] se limitan a Cervera del Río Alhama (La Rioja),
Montalbán y Masegoso (Teruel). En la primera de estas tres localidades, además, también
se ha hallado una aproximante tendente a africada palatal [ʝd͡ʒ̞] y una tendente a lateral
palatal [ʝʎ̞]. En ninguna de las tres comunidades analizadas en este atlas se atestiguan
realizaciones de tipo fricativo pero, como ya ocurriera en Cantabria, sí se da la variante
africada palatal sonora en Masegoso (Teruel) y Cervera del Río Alhama (La Rioja). En
estos puntos, [d͡ ʒ] aparece sistemáticamente en posición inicial. También es posible apre-
ciar en el mismo contexto una variante oclusiva de doble articulación [ɟ͡ʝ ̞] en Puebla de
Castro (Huesca). Por otra parte, se aprecia elisión de la consonante en Vera de Bidasoa y
Lecároz (al norte de Navarra).
En el español meridional peninsular, los territorios de los que tenemos noticia por los
atlas son Castilla La Mancha, Extremadura, Andalucía y las Islas Canarias11. El ALECMan
pone de manifiesto que la confusión es prácticamente general en esta comunidad. La
opción dominante es la aproximante palatal; sin embargo, no es la única. En efecto,
dentro de la categoría de los sonidos periódicos, se documenta una serie de realizaciones
aproximantes con diverso grado de abertura hasta llegar a la semiconsonante. Asimismo,
se ha localizado una variante tendente a lateral palatal [ʝʎ̞] en la zona de Guadalajara.
Además, se da también una aproximante adelantada bastante frecuente en Toledo, otra
fricativizada [ʝʒ̞] en puntos de Guadalajara, Albacete, Toledo y Ciudad Real; y una solu-
ción tendente a africada [ʝd͡ʒ̞] también detectable en Guadalajara y Ciudad Real. Además
de la gran cantidad de alófonos que corresponden a sonidos periódicos, también se apre-
cian otros de tipo fricativo. Así, en Checa (Guadalajara), en buena parte del centro de la
provincia de Toledo y en el oeste y sureste de Ciudad Real, se puede rastrear sin dificultad
la presencia de una fricativa prepalatal sonora [ʒ]. Por último, es importante tener en
cuenta que también se detecta una fricativa velar [x] en Molina de Aragón (Guadalajara)
y Villahermosa (Ciudad Real).
Las opciones en cuanto a soluciones africadas se reducen a tres: [d͡ ʒ], [t͡ʃ] y una variante
que supone un punto intermedio entre fricativa y africada pero en la que predomina esta
última naturaleza [d͡ ʒʒ]. La más frecuente es la primera de ellas, bastante abundante en
Toledo y Ciudad Real, así como en el sur de Albacete. También se documenta en puntos
de Guadalajara y Cuenca. La solución sorda resulta mucho más minoritaria: se ates-
tigua en Casar de Talamanca (Guadalajara), Mejorada (Toledo) y Retuerta del Bullaque
(Ciudad Real). La tercera se advierte en localidades aisladas de Toledo, Ciudad Real y


11
Debe comentarse que existen trabajos muy valiosos sobre el habla de la Comunidad de Madrid: García
Mouton / Molina Martos (2009: 183) consignan la existencia de las variantes “[y] fricativa, [ŷ] afri-
cada, [ž] prepalatal rehilada, [ʝ] semiconsonante” en medios rurales de esta región. En García Mouton /
Molina Martos (2012), trabajo en el que se certifica el avance del yeísmo respecto a los resultados del
ALPI a partir de los datos del Atlas Dialectal de Madrid (inédito, hasta donde se ha podido saber) y del
ALECMan, no se ofrecen las realizaciones fonéticas que presenta este fenómeno.
Una panorámica del yeísmo: ¿un proceso acabado o en construcción? 151

Guadalajara. En Cabezarados (Ciudad Real), se ha hallado también una variante oclusiva


palatal de doble articulación [ɟ͡ʝ ̞].
En Extremadura, el grado de variación no es tan alto. Se pueden atestiguar dos solu-
ciones de tipo aproximante: [ʝ ̞], la más habitual, y una fricativizada [ʝʒ̞], esta última detec-
tada en el área fronteriza entre Badajoz y Andalucía. Asimismo, se da un elemento fricativo
muy fuerte, también propio de determinadas localidades de Badajoz (Almendrales, Cheles,
Malcocinado, Retamal de Llerena, Benquerencia de la Serena y Zarza-Capilla). La frica-
tiva prepalatal sonora se advierte en Baterno y Cheles (Badajoz). Además, se rastrea un
sonido “palatal fricativo sonoro (sonido extremadamente rehilado)”, también en puntos
del este y del oeste de esta provincia. En lo que respecta a soluciones africadas, se aprecia
un sonido africado palatal [d͡ ʝ] en puntos del suroeste de Cáceres y en buena parte del
norte de Badajoz, así como en Malcocinado y Calera de León (al sur de la provincia).
También se detectan [t͡ ʃ] en Eljas (Cáceres) y [d͡ʒ] en el oeste y buena parte del cuadrante
sureste de Badajoz. Un hallazgo interesantísimo es el de la realización [x] en Fuente del
Maestre (Badajoz) en voces como gavilla.
El ALEA permite comprobar que la realización mayoritaria en toda Andalucía es la
aproximante palatal sonora, aunque también se advierte un número importante de variantes
de esta. En efecto, es bastante común un alófono con un grado de abertura mayor, a
medio camino entre [ʝ ̞] e [i]. Tampoco son extraños los casos de aproximante fricativi-
zada y su equivalente ensordecida. Se ha documentado un único caso de una aproximante
tendente a africada alveolar sorda en la palabra gavilla [gaβ̞iʝt͡s̞ a] (en Villacarrillo, Jaén).
Asimismo, se ha observado una solución aproximante tendente a africada alveolar sonora
en Valsequillo (Córdoba) y en Sevilla capital: llave [ʝd͡z̞ aβ̞e]. Por otra parte, aparece una
variante “con tendencia a la asibilación” en Los Molares (Sevilla). Finalmente, se ates-
tigua una aproximante prepalatal sonora en Ronda (Málaga).
En lo que se refiere a soluciones de tipo fricativo, el ALEA permite rastrear hasta
siete variantes. Como era esperable, se documenta [ʒ] y su equivalente ensordecido [ʒ ̥]
en puntos de la mitad norte de la región (aunque la prepalatal sonora también se halla en
localidades aisladas de Cádiz, Málaga, Granada y Almería). Asimismo, se encuentra una
variante “muy rehilada y sin labialización” [ʒː]. También se da una realización descrita
como “corono-alveolar plana sonora con rehilamiento”, observable de modo puntual en
prácticamente todas las provincias y de la que existe una variante sorda. Por último, es
interesante notar la presencia de casos de [s] y [z], en Córdoba (Cuenca), Almería (Felix)
y Sevilla (Villafranca y los Palacios y Los Molares) (llar y (las) llamas).
Los alófonos africados tampoco son extraños a este territorio. De hecho, se pueden
apreciar tres: [d͡ z̲ ], [d͡ ʒ] y [d͡ʒː]. El primero se halla en puntos de Huelva, Sevilla, Córdoba,
Jaén y norte de Granada. El segundo resulta particularmente frecuente en el norte de
Huelva (área limítrofe con Badajoz), en el sur de Sevilla, el sur de Jaén y el norte de
Granada, aunque puede rastrearse en puntos concretos de todas las provincias. El tercero
aparece en el norte de Huelva, el sur de Sevilla, sur de Jaén, centro de Granada y en Castil
de Campos (Córdoba), Riogordo e Igualejo (Málaga) y Jerez de la Frontera (Cádiz). Por
último, es importante señalar que se detecta una oclusiva palatal de doble articulación [ɟ͡ʝ
̞] en Cañete de las Torres (Córdoba).
En lo que respecta a las Islas Canarias, se aprecian tres alófonos de tipo aproximante:
[ʝ ̞], el más frecuente de los tres; [ʝi̯̞ ] o, lo que viene a ser lo mismo, una aproximante con
grado de abertura mayor que la prototípica; y la aproximante fricativizada [ʝʒ̞], mucho
152 Assumpció Rost Bagudanch

más residual ya que solo se documenta en Santa Cruz de la Palma (La Palma), Tiagua
(Lanzarote) y Caleta del Sebo (Gran Sol). También es posible rastrear casos de [d͡ ʒ] en
puntos de La Palma, Gomera, Gran Canaria, Fuerteventura y Lanzarote.

4.2 El español de América Central y el Caribe

En lo referente al área centroamericana, hay que destacar que, en general, se pueden


reconocer alófonos de distinta tipología en todos los países que disponen de repertorios.
En la figura 3 se muestran los distintos grupos de sonidos de forma global. Una primera
revisión rápida revela que, en toda esta zona, los fonos de tipo periódico, especialmente
relajados, con menor tensión articulatoria, son habituales. La realización aproximante
palatal tampoco resulta extraña y las elisiones suponen una de las opciones preferidas por
los hablantes. Sin embargo, también se advierte la presencia de variantes de tipo fricativo,
africado y oclusivo de diversa naturaleza.

FIGURA 3
Mapa-resumen de las realizaciones fonéticas del yeísmo más relevantes para el
español de América Central y el Caribe.

En el sur de Estados Unidos, Alvar (2000b) explica que la realización más habitual
corresponde a un sonido de tipo semiconsonántico, muy poco tenso, pese a que existe un
polimorfismo bastante marcado. La aproximante palatal aparece en Poyrás (Louisiana),
Tucson (Arizona), en buena parte de Texas, en el centro y sur de Nuevo México, así como
en San Luis y Los Rincones (Colorado). Entre [j] e [ʝ ̞], se da toda una serie de sonidos
Una panorámica del yeísmo: ¿un proceso acabado o en construcción? 153

intermedios en puntos más o menos aislados de este territorio12. Además, se detectan


algunos casos muy aislados de una aproximante ligeramente rehilada en Texas (en
Benavides) y Nuevo México (en Bueyeros). Por otra parte, los resultados de las encuestas
permiten advertir ejemplos más o menos aislados de [d͡ ʒ] en Texas (San Antonio, Goliad,
San Diego, La Rosita, Benavides, Ríos, Río Grande) y en Nuevo México (Tierra Amarilla,
Taos, Bueyeros, Cuba, Las Vegas, La Mesilla). Asimismo, la pérdida de la consonante se
documenta en Nuevo México y en Lousiana de forma habitual, aunque también se da en
ciertos puntos de Texas, Colorado y Arizona.
En lo que respecta a México, la variación es importantísima. Solo en cuanto a alófonos
de tipo aproximante, se distinguen hasta siete posibles realizaciones: [ʝ ̞] (quizás la más
general), sonidos aproximantes con diversos grados de abertura (se diferencia entre
abiertas, muy abiertas y extraordinariamente abiertas) y aproximantes fricativizadas (con
diferente nivel de fricción, aunque en todas prima la naturaleza aproximante: [ʝʒ̞], [ʝ(ʒ)̞])
y, entre ellas, una variante ensordecida [ʝʒ̞ ̥]. Todas son generales a todo el territorio. Por
otra parte, también se pueden hallar ejemplos de tipo fricativo: una prepalatal sonora [ʒ],
otra con una articulación secundaria semiconsonántica [ʒʲ], amén de la solución ensorde-
cida [ʒ ̥]. Estas variantes se reparten por el centro-sur del país así como en puntos más o
menos aislados del norte13. Otros alófonos corresponden a opciones de tipo africado: [dʝ͡]
se da en puntos dispersos de todo el país, su equivalente ensordecido, en cambio, solo
en Sayula (Jalisco) y [dʝ͡ʲ], en Tuxtepec y Ciudad Valles (San Luis Potosí). Además, se
encuentra [d͡ ʒ]14, una variante relajada [d͡ ʒ] bastante general en todo el territorio y su equi-
valente ensordecida, atestiguada en Molango (Hidalgo). Por último, existen casos de una
solución que podría equipararse con una oclusiva de doble articulación [ɟ͡ʝ ̞], junto con su
correspondiente variante ensordecida y otra en la que se pueden llegar a percibir rasgos de
tipo semiconsonántico. La elisión sería otra opción común a la práctica totalidad del país.
Fronterizos con México, Belice y Guatemala se comportan de forma similar aunque los
atlas consultados no permiten entrever el mismo nivel de variación. En efecto, del ALEB
se desprende que [ʝ ̞] es la solución preponderante, ya que se encuentra como respuesta
mayoritaria en la práctica totalidad de los puntos de encuesta. Sin embargo, también se
dan casos de elisión en determinados municipios, solución que se revela como dominante
en San Ignacio (en el oeste del país). Asimismo, se han advertido algunos ejemplos de [j]
en Orange Walk y San Felipe (al norte). Guatemala, por el contrario, prefiere la elisión
aunque el registro de ocurrencias de semiconsonante palatal tampoco resulta baladí 15.
Solo en dos puntos se registra polifonía entre [ʝ ̞], [j] y la elisión: Quetzaltenango y Zacapa
(oeste y este, respectivamente).
Estas mismas variantes son las documentadas en El Salvador, área en la que el atlas
correspondiente (APES) indica que [j] es la realización más habitual, seguida por [ʝ ̞] y
la elisión. La alternancia entre la semiconsonante y la consonante solo se halla en tres
puntos: en Metapán (donde parece ser propia de mujeres mayores), en Ahuachapán (entre

12
Alvar (2000b) consigna una realización aproximante con rasgos vocálicos, una aproximante relajada e,
incluso, un sonido de tipo más netamente vocálico con un elemento consonántico relajado.
13
Sabinas, Monclova y Torreón (Coahuila) o Los Mochis (Sinaloa).
14
En Tlaxiaco (Oaxaca), Pachuca (Hidalgo) y San Juan Evangelista, Orizaba y Huatusco (Veracruz).
15
Utgård, en Quesada Pacheco (2010: 76), remite a Herrera Peña para explicar que la elisión está en retro-
ceso por influencia de los medios mexicanos, debido a los cuales los jóvenes tienden a pronunciar la
aproximante.
154 Assumpció Rost Bagudanch

los hombres jóvenes) y en Sonsonate (entre mujeres jóvenes), tres localidades de la región
occidental salvadoreña.
Honduras presenta como solución preponderante la transcrita en el ALPH como [j],
aunque en Quesada Pacheco (2010b: 128), su autor explica que “el alófono aproximante
palatal es el que más pronuncian los informantes”. La elisión solo aparece documentada
entre mujeres mayores en La Esperanza (en el suroeste). A diferencia de los tres territorios
antes mencionados, en Honduras se atestiguan también casos de la realización africada
palatal [d͡ ʒ], que constituyen el total de las respuestas obtenidas en Trujillo, el 75 % de las
de Choluteca y La Ceiba, además de resultar presente en Roatán, Comayagua y la capital
(en la zona central del país).
En lo que respecta a Nicaragua, se notan 3 alófonos: aproximante, semiconsonante y
elisión. Esta última representa la opción más extendida, desde el norte del país hasta el
Pacífico, salvo en la costa pacífica central, donde se detecta también [j], y en la costa atlán-
tica, en la que no se puede hablar de regularidad en las variantes detectadas (polifonía).
Para Costa Rica, los datos del ALECoRi muestran que la opción más frecuente es [ʝ ]̞ ; la
elisión se documenta, en distinta proporción, en el área noroeste del país y en algunos puntos
del nordeste y el sur16. No se advierten otras soluciones, aunque Quesada Pacheco / Vargas
(en Quesada Pacheco 2010b: 155-176) señalan la existencia de un alófono [j].
El análisis de los mapas propios de Panamá permite observar la presencia de cuatro
variantes: [ʝ ̞] y [j], comunes a otros países de la zona; [d͡ʒ], también detectada en Honduras,
y una fricativa prepalatal sorda [ʃ] en Cerro Punta (oeste del país), donde se ha advertido
entre hombres mayores. Las dos primeras suponen las variantes más frecuentes, especial-
mente la semiconsonante, que resulta la predominante en casi toda la región.
Los datos correspondientes a las Antillas se limitan a la República Dominicana y
Puerto Rico17. En la isla portorriqueña, el ALPR atestigua cinco realizaciones fonéticas
diversas. Tres de ellas entrarían en el grupo de los sonidos periódicos: [ʝ ̞] (la solución
más frecuente), una variante fricativizada (en Rosario Alto, Barros, San Juan, Caguas y
Tomás de Castro) y otra también fricativizada pero ensordecida (Comería, Peña Pobre,
Naguabo y Fajardo, todos ellos puntos de la zona oriental). Por otra parte, existe una solu-
ción africada palatal [d͡ ʒ] detectada en Duey (en el oeste) y, por otra, un alófono que se
podría equiparar con la oclusiva palatal de doble articulación a tenor de la transcripción
que se ofrece (en Trujillo-Alto y Patillas, en el este). Es importante hacer notar que la
transcripción presentada en este atlas no tiene una descripción en su prólogo, por lo que
los valores de los símbolos empleados han sido inferidos a partir de la comparación con
los de otros atlas consultados.
Por su parte, en la República Dominicana, Alvar (2000a) indica que la aproximante
palatal es la solución más extendida, aunque también matiza que el grado de polimorfismo
es muy importante y que se pueden documentar fácilmente variantes semiconsonánticas,
que se advierten claramente en Santiago de los Caballeros y San Juan de la Maguana,

16
Se atestigua en La Cruz, Liberia, Santa Cruz, Nicoya, Bagaces, Cañas y Las Juntas (en la provincia de
Guanacaste), en Los Chiles (Alajuela), Puntarenas, Ciudad Cortés y Quepos (Puntarenas), Guápiles y
Bribrí (Limón) y Tierra Blanca (Cartago).
17
Montero Bernal (en Gómez / Molina Martos 2013: 113-140), con datos procedentes del todavía no publi-
cado Atlas Lingüístico de Cuba, muestra que, pese a que la opción predominante en este país es [ʝ ]̞ ,
también se encuentran otras de tipo africado y oclusivo, amén de la solución semiconsonántica [j] y
algunos casos de elisión.
Una panorámica del yeísmo: ¿un proceso acabado o en construcción? 155

en el extremo oriental. También es posible hallar el alófono fricativo prepalatal [ʒ] en


Santiago de los Caballeros, Cotuí, Baní y San Pedro de Macorís (en el centro-sur, los tres
primeros, y el este, el último). Asimismo, en Santiago de los Caballeros, Cotuí, Samaná,
Higüey y San Pedro Macorís, también se encuentran ocurrencias de africada palatal [d͡ ʒ]
en contexto inicial o tras nasal. Por otra parte, se especifica que la elisión no resulta rara,
especialmente ante vocal palatal /i/.

4.3 El español de América del Sur

Como se sabe, el yeísmo está bastante extendido en América del Sur, sin embargo, no
siempre adopta la misma forma. De hecho, se puede evocar sin dificultad el rehilamiento
que se suele asociar a determinadas zonas de países como Argentina. Así, es interesante
comprobar el alcance de la variación en esta área del continente. Desafortunadamente, no
existen atlas u obras análogas para todo este territorio, así que vamos a centrarnos sola-
mente en aquellos que sí lo poseen. En la figura 4 se presenta una síntesis gráfica de los
resultados hallados. Solo se han tomado en consideración aquellos territorios de los que
se tiene información a partir de los atlas lingüísticos.

FIGURA 4
Mapa-resumen de las soluciones yeístas más relevantes para el español de América
del Sur.
156 Assumpció Rost Bagudanch

En Venezuela, Alvar (2001b) muestra que la realización aproximante es la mayoritaria


salvo en posición inicial. No obstante, también se documenta una variante fricativizada
[ʝʒ̞], bastante frecuente en la mitad norte del país y una fricativizada ensordecida, menos
habitual18. Además, igual que en otras zonas caribeñas, se atestiguan soluciones con un
grado de abertura mayor que [ʝ ̞], como [ʝʲ̞] o [i̯ ]. Por otra parte, hay casos de debilitamiento
consonántico, así como otros de elisión, en El Tigre (Anzuátegui), Cumaná (Sucre) y
Adícora (Falcón). Pese a lo que habitualmente se había señalado, las encuestas demues-
tran que existen soluciones con diversos grados de fricativización, sin ser plenamente
fricativas. De todos modos, la revisión de los textos transcritos en esta obra sí permite
encontrar casos en que se ha optado por la prepalatal sonora [ʒ]. Otras manifestaciones
fonéticas posibles responden a sonidos de tipo africado, [d͡ ʒ] o [d͡ʝ]; la primera, en Mérida,
la Cruz de Taratara (Falcón) y Chabasquén (Portuguesa); la segunda, en todo el territorio
venezolano. Además, se encuentra un alófono africado ensordecido [d͡ ̥ ʝ] en Maracaibo,
Encontrados, Urumaco, Dolores y Caracas.
El ALEC dibuja una situación de polimorfismo clara para Colombia. Una de las
opciones más extendidas es precisamente [ʝ ̞], que se da en la práctica totalidad de las
provincias encuestadas. Las realizaciones con distintos grados de abertura incluyen [j], [jʝ ]̞ ,
[ʝʲ ]̞ y la equivalente ensordecida, presente en Sevilla y Cartago (Valle del Cauca). De todas
maneras, también aparecen manifestaciones a medio camino entre lateral y aproximante:
[ʎʝ ̞] en Florida (Valle del Cauca), Ortega (Tolima) y Herrán (Norte de Santander) e [ʝʎ̞]
en Neiva (Huila). Por otra parte, se aprecian formas fricativizadas en localidades de las
provincias de Antioquia, Meta, Norte de Santander, Risalda y Tolima; así como otra con
tendencia africada en la de Caldas.
Sí se hallan ocurrencias de fricativa prepalatal sonora [ʒ] en esta región, aunque no de
forma sistemática (en puntos de Norte de Santander, Antioquia, Tolima y Meta), y de una
variante con tendencia a aproximante [ʒʝ ̞], atestiguada en Cocorná (al sur de Antioquia).
En lo referente a alófonos africados, se puede documentar [d͡ ʒ] en localidades puntuales
de Magdalena, César, Norte de Santander, Antioquia, Chocó, Risaralda, Caldas, Tolima,
Valle del Cauca y Cauca, así como [d͡ ʝ] en Santa Fe de Antioquia. La elisión de la conso-
nante resulta una opción frecuente en toda la zona occidental del país.
En Bolivia, Quilis / Quilis-Sanz (2003: 788), en un artículo que toma como punto de
partida los materiales obtenidos con las encuestas realizadas para el Atlas Lingüístico y
Etnográfico de Hispanoamérica (ALEH), indican que únicamente se detectan casos de
aproximante palatal en Potosí y que estos solamente suponen el 40 % de las respuestas
logradas. Sin embargo, no especifican más.
Alvar (2001a) recuerda la existencia de hablantes yeístas en Paraguay, hablantes que
se inclinarían mayoritariamente por la realización [ʝ ̞]. La confusión en contexto intervo-
cálico parece generalizada en esta zona. También se detectan ejemplos de una realización
relajada de la aproximante en Guazú, Asunción, Coacupé y Encarnación. En cuanto a
posibles variantes rehiladas, se afirma que puede aparecer [ʒ] tras fricativa alveolar; no
obstante, los resultados de las encuestas no permiten identificar ninguna ocurrencia. Es
importante recordar que, en este país, así como en el norte de Argentina, existen africadas
palatales del tipo [d͡ ʝ] que algunos hablantes emplean como alófono evolucionado de la

En Alta Gracia Osorio (Guárica), Arismendi (Barinas), Upata, Mariño (Ciudad Bolívar), Caracas,
18

Acarigua (Portuguesa), Aragua de Maturín (Monagas) y Adícora (Falcón).


Una panorámica del yeísmo: ¿un proceso acabado o en construcción? 157

lateral palatal (Florida, San Antonio Diez Leguas, Curuguaté y Ciudad del Este). Por otra
parte, también se advierte que puede aparecer [d͡ ʒ] tras consonante fricativa alveolar (en
Florida y San Antonio Diez Leguas). Estas soluciones se dan habitualmente en posición
inicial absoluta, en casos como lluvia o llovizna pero también pueden encontrarse en
contexto interior.
El ADDU muestra que, en Uruguay, las realizaciones de tipo fricativo son gene-
rales en todo el país19. De hecho, subraya que la variación entre [ʒ] y [ʃ], al igual que
en Argentina, tiene que ver con el avance del cambio: las generaciones jóvenes tienden
al ensordecimiento. Sin embargo, no son estas las únicas soluciones fricativas halladas,
sino que también se dan cinco más: por una parte, una variante ensordecida [ʒ ̥] en Las
Piedras (Canelones) y Cerro Chato (Durazno); por otra, se documenta una “predorso-pre-
palatal sonora” [ʑ] y su equivalente sorda [ɕ]20. Asimismo, se encuentra [ç], “dorso-pa-
latal”, en Sarandí de Navarro (Río Negro), Constitución (Salto) y Durazno (Durazno).
Especialmente en contexto inicial, se detectan casos de africadas: [d͡ ʝ] en Rivera (Rivera),
[d͡ ʒ] en Los Cerrillos (Canelones) y Montevideo. Las formas correspondientes a sonidos
de tipo periódico resultan a todas luces minoritarias y coexisten con restos de distin-
ción. Entre las primeras, destaca como más habitual [ʝ ̞], aunque también se dan casos
de pronunciación relajada [ʝ] (en Trinidad, Mansilla/Las Guachas, Sarandí de Navarro,
Lascano) y de una articulación en dos fases [dj] (en Montevideo, en la zona de Capurro):
fallecido ([fadjesido])21.
En Chile, los datos procedentes del ALESuCh para las provincias de Cautín, Valdivia,
Osorno, Llanquihue y Chiloé muestran un comportamiento uniforme: en todos los mapas
consultados, el segmento que nos interesa se transcribe invariablemente como una apro-
ximante palatal y no se consigna más variación22.

5. El significado de los datos

A la vista de estos datos, se pueden destacar algunas cuestiones interesantes. La


primera de ellas es la existencia de diferencias importantes en la extensión del yeísmo
en función de la fecha de elaboración de los materiales, especialmente si se comparan

19
Se ha tomado en consideración la modalidad de respuestas en un intento de homogeneizar los datos con
el resto de atlas lingüísticos. De todos modos, no dejan de ser interesantes los resultados obtenidos a
través de conversación más o menos espontánea y su contraste con los derivados de corpus de lectura.
20
[ʑ] se rastrea en Sequeira (Artigas), Mansilla/Las Guachas, Campichuelo (en Argentina), Trinidad (Flores),
Paysandú, El Eucalipto (Paysandú), Masoller/Tranqueras, Cerrillada (Rivera), Sarandí de Navarro (Río
Negro), Lascano (Rocha), Salto, Constitución, Biassini/Rincón de Valentín (Salto), Mercedes (Soriano),
Tacuarembó, Ansina, Las Circas/Las Toscas/Caraguatá (Tacuarembó). [ɕ] se da en Rincón de Pacheco,
Sequeira (Artigas), Mansilla/Las Guachas (en la vecina Argentina), Paraje Vejigas, Ombúes de Bentan-
cour (Canelones), Río Branco (Cerro Largo), Durazno (Durazno), Paysandú, El Eucalipto (Paysandú),
Vichadero (Rivera), Salto, Constitución, Biassini/Rincón de Valentín (Salto), Mercedes (Soriano),
Tacuarembó, Curtina, San Gregorio de Polanco (Tacuarembó), Montevideo Rivera. Se entienden como
variantes anteriores de [ʒ] y [ʃ].
21
Las realizaciones de tipo aproximante y lateral son más frecuentes en estilos de habla cuidados (por
ejemplo, en casos de lectura) (ADDU, tomo I, fascículo A.1: 97 y ss.).
22
Sin embargo, Wagner / Rosales (2003), con los materiales inéditos del Atlas Lingüístico y Etnográfico de
Chile, consignan la presencia en el país de cinco variantes diferentes además de la aproximante (la más
frecuente en todo el país): [ʝ i̭̞ ], [ʝ ʒ̞ ], [dʒ͡], [dʒ͡ː] y [d̥ʒ͡].
158 Assumpció Rost Bagudanch

con bibliografía más reciente. Este es un fenómeno notablemente claro si se toma en


consideración el español de España. Los últimos repertorios elaborados, el ALECMan
(2003) y la Cartografía lingüística de Extremadura (2005-2010), muestran que la confu-
sión tiende a ser general en buena parte de los territorios que describen; además, permiten
advertir que esta pérdida de la distinción no supone una única solución sustitutoria, sino
una enorme riqueza en las soluciones que han tomado el lugar de /ʎ/. Por el contrario, el
Atlas lingüístico de Castilla y León o el ALEANR23 coinciden en mostrar un fenómeno
casi residual, propio de determinadas localidades pero que no se sitúa en áreas extensas
y, si lo hace, ello se relaciona inevitablemente con el contacto con otras variantes lingüís-
ticas presentes en esas mismas regiones (leonés y aragonés). Sin embargo, la consulta de
RAE (1973: 24, nota 24), una obra que no es precisamente sospechosa de dar pábulo a
innovaciones no asentadas, indica que la confusión tiende a generalizarse en casi todo el
territorio.
Ciertamente, hay que tener en cuenta que las soluciones presentes en los atlas dan
cuenta, preferentemente, de la lengua propia de zonas rurales y con hablantes poco culti-
vados en aras de retratar los usos más característicos de los puntos de encuesta; en cambio,
se suele entender que el yeísmo es un proceso que emana de los núcleos urbanos hacia el
campo24. En este sentido, estos atlas retratan la realidad sociolingüística de la época en
que fueron realizados; de hecho, las variantes yeístas pueden documentarse sin problemas
en casi todas las capitales de provincia de Castilla y León; no así en Aragón, Navarra o
La Rioja.
Precisamente, llama la atención la presencia bastante notable de yeísmo en el área
cántabra (en la que se halla un notable polimorfismo). La publicación de esta obra tiene
lugar en 2001, pese a que el proyecto se inicia en una época más temprana que para
el ALEANR o el atlas castellanoleonés. En el mismo periodo se produce el ALEA, que
también recoge la extraordinaria variación andaluza. En este caso, hay que tener en cuenta
que se trata de un habla meridional, que en la tradición de la filología hispánica se solía
considerar como la cuna de la confusión yeísta. Curiosamente, el español canario docu-
mentado en el ALEICan (1975) parece ser básicamente distinguidor, lo que supone una
situación radicalmente distinta a la actual. Esto solo puede entenderse si se tiene en cuenta
que este es el atlas regional más antiguo de que dispone el español de España.
A todo esto, la idea que se desprende de estas observaciones generales es que el fenó-
meno en sí se ha extendido de forma fulgurante en territorios en los que, tradicionalmente,
se había documentado la distinción. Los resultados de las encuestas realizadas para los
trabajos que conforman el corpus, además de permitir atestiguar el yeísmo en la práctica
totalidad del dominio lingüístico (cuando menos, el analizado aquí), evidencia que la
pérdida de la lateral palatal no implica la existencia de una solución triunfadora única. Ni
siquiera en un mismo territorio (o incluso en un mismo hablante). La figura 5 quiere ser
una síntesis de los datos encontrados.

23
Ambos atlas se inscriben en un periodo que se extiende entre 1979, momento de inicio de los trabajos y
1983, momento de su publicación.
24
Moreno Fernández (2004: 988) o García Mouton / Molina Fernández (2009), por ejemplo.
Una panorámica del yeísmo: ¿un proceso acabado o en construcción? 159

FIGURA 5
Esquema que resume las realizaciones yeístas obtenidas en los diversos atlas
lingüísticos consultados.

Pese a las discrepancias propias del momento de recogida de los datos, lo que sí
parece fuera de duda es la existencia de múltiples variantes en todas las zonas analizadas.
Es decir, la revisión de los atlas pone de manifiesto que el yeísmo no presenta tendencias
unívocas en los distintos territorios de habla española, no es monolítico. Es más, esta
variación se da incluso a nivel idiolectal, como indican algunas de las obras consultadas
(ADDU, sin ir más lejos). En el punto 2 de este trabajo se planteaba la idea de un continuum
de tensión creciente, desde las realizaciones más relajadas, con menor tensión articula-
toria (soluciones aproximantes con grado de abertura diverso y, por supuesto, elisiones),
hasta las más tensas (sonidos de tipo africado y oclusivo). La situación recogida en los
atlas no hace más que corroborarla y hace patente que este panorama de variación es
detectable en todas las áreas estudiadas, como puede observarse en la figura anterior. Esto
apunta a un gran dinamismo en el fenómeno, que puede adoptar direcciones opuestas en
su evolución pero que, en cualquier caso, no parece estático ni, en muchos casos, estable.
Atendiendo a Moreno Fernández (2004), el cambio en marcha se encuentra en su fase
tercera en la mayor parte de los territorios: una vez se ha alcanzado el predominio defini-
tivo de la aproximante, esta variante triunfadora puede ser producida con puntos y modos
de articulación ligeramente diferentes, lo que implica la existencia de variación dentro de
la opción no distinguidora. No obstante, en algunos, todavía no se ha llegado a este punto
(en Bolivia, por ejemplo).
160 Assumpció Rost Bagudanch

Cierto es que existe una serie de realizaciones que se entienden como mayoritarias,
pero estas variantes deben contextualizarse en análisis que tengan en cuenta aspectos
sociolingüísticos, como la edad, el nivel sociocultural o el sexo para poder concluir su
verdadero valor. En este sentido, los atlas más recientes incorporan este tipo de estudios:
se trata de atlas pluridimensionales que aportan una información valiosísima acerca de las
tendencias que presenta el proceso yeísta. Así, por ejemplo, el ADDU revela que la prefe-
rencia por las soluciones fricativas es general en todo Uruguay pero que las generaciones
jóvenes, en especial de clase alta, optan por la realización [ʃ] frente a [ʒ], con lo que se
constata el ensordecimiento progresivo del ʒeísmo. En general, se podría defender que, en
este caso, se da un proceso de tensión creciente desde [ʝ ̞] hasta [ʃ], que puede africarse en
posición inicial o tras una consonante nasal.
En las zonas caribeñas, en cambio, este tipo de opciones no se advierten. Es más, en el
área centroamericana las variantes predominantes dejan adivinar una inclinación por las
realizaciones menos tensas de ese continuo. De hecho, es precisamente en esta zona en la
que se atestiguan más ocurrencias de elisión: Utgård (2006) y el ALN indican claramente
que esta es la opción general en Guatemala y Nicaragua; en El Salvador, la preferida no
es la consonante aproximante, sino la semiconsonante, igual que en Honduras y Panamá.
En el país salvadoreño, además, las encuestas revelan que [j] es la solución predomi-
nante entre los jóvenes, que habitualmente no caen en la elisión. Este mismo fenómeno se
observa en Costa Rica, donde la elisión se da preferentemente entre hablantes mayores,
con lo que parece una opción más o menos en recesión.
¿Adónde lleva toda esta información? Simplemente, permite clarificar que la evolu-
ción del yeísmo presenta dos direcciones contrapuestas: o bien hacia la simplificación
de la articulación por la vía del menor esfuerzo articulatorio, o bien hacia un aumento
en la tensión por la vía del refuerzo, que asegura la discriminación. La primera parece la
escogida en el sur de Estados Unidos, México, América Central y el Caribe en general; la
segunda, en las zonas próximas a Argentina (desde donde irradiaría el fenómeno). En este
último caso, se pueden aducir, además, razones de contacto lingüístico con otros sistemas
que poseen las fricativas palatales en su inventario (portugués e italiano, principalmente),
lo que sin duda habrá favorecido su extensión.
¿Y en España? La situación en la península reproduce, quizás a pequeña escala, lo
observado en América. Realmente, si se quisiera simplificar mucho, se podría decir que
las hablas meridionales muestran una propensión más marcada hacia la adopción de solu-
ciones fricativas y africadas; sin embargo, los datos del ALECant, por ejemplo, permiten
encontrar también variantes africadas en el norte, y lo mismo sucede en Castilla y León.
El principal problema para aventurar qué dirección puede tomar el yeísmo peninsular
radica en las fechas en las que se realizaron las encuestas en buena parte de las obras
seleccionadas, como se ha comentado antes. Lo que parece indudable es que se tiende
hacia una situación de distribución complementaria similar a la de las oclusivas sonoras:
tras pausa o nasal, es fácil hallar variantes africadas y oclusivas mientras que, en el resto
de contextos, coexisten las de tipo periódico y fricativo. Estas últimas, además, aparecen
de forma particularmente sistemática tras sibilantes (Rost 2011).
Otra cuestión que se desprende de la revisión del corpus es que las soluciones encon-
tradas no resultan privativas de una zona concreta, sino que, muy al contrario, es posible
rastrear variantes de prácticamente todos los tipos de sonido (periódico, fricativo, africado,
oclusivo y elisión) en casi todas las áreas tomadas en consideración. Parece, pues, que el
Una panorámica del yeísmo: ¿un proceso acabado o en construcción? 161

cambio no se da por un efecto irradiador, sino por los condicionantes del propio sistema
en cuanto a producción y percepción fonético-fonológica (Gómez / Molina Martos 2013:
8): puede que tomara un impulso importante en las hablas andaluzas pero, a la luz de la
distribución de las soluciones, no parece que pueda hablarse de un único foco desde el
que estas variantes se hayan extendido. Tal como indican Lindblom (1990), Ohala (1993)
o Blevins (2004), es precisamente esta variación, debida a requerimientos inherentes al
mismo sistema y organizada en un eje de hiper- a hipoarticulación, la que motivaría, en
parte, el cambio lingüístico25: el receptor de la señal se encuentra ante la posibilidad de
elegir entre diversos alófonos, con lo que puede acabar identificando la forma fonológica
con un fono diferente del de quien proporcionó el input, o, simplemente, puede recate-
gorizar el estímulo en caso de recibir uno de difícil clasificación a nivel fonológico (las
realizaciones fricativizadas, por ejemplo, se prestarían a ello ya que su interpretación
puede no ser unívoca y prestarse a confusión)26.

6. Conclusiones

La revisión del corpus del que se ha partido permite poner de manifiesto que el yeísmo
dista mucho de ser un fenómeno homogéneo, incluso dentro de una misma área geográ-
fica. De hecho, los datos obtenidos demuestran que es un proceso vivo y dinámico, que se
encuentra en plena evolución, una evolución que parece seguir dos vías contrapuestas: la
relajación articulatoria, por un lado, y el refuerzo, por el otro. En ello intervienen, además,
factores de índole sociolingüística y de contacto de lenguas, que permiten entender la
segunda de las dos tendencias.
El español de España parece no haber decidido de forma clara a cuál de estas dos
direcciones ha de adscribirse, aunque sería algo atrevido realizar esta valoración única-
mente a partir de los datos de los atlas regionales peninsulares debido a que los datos,
como se ha comentado ya, no son lo suficientemente recientes.
Pese a ello, son importantes para demostrar que, incluso en épocas en las que la confu-
sión no estaba tan extendida, se da una extraordinaria variación. Esta diversidad de solu-
ciones, que se ha podido documentar en prácticamente todo el corpus, refuerza la idea de
que el avance del yeísmo no puede achacarse, al menos exclusivamente, a la influencia
de un punto de origen sobre el resto de los territorios, sino que existen mecanismos de
naturaleza puramente fonético-fonológica que permiten explicarla y entenderla.
Por último, parece conveniente reclamar una actualización de los datos referentes al
español de España. En los últimos años se han llevado a cabo trabajos muy interesantes

25
La idea de “requerimientos del sistema” no debe interpretarse en un sentido teleológico sino que se hace
referencia a las limitaciones propias de la producción de la cadena hablada. Como se indicaba más arriba,
ha de garantizarse la discriminación del output (algo que, en definitiva, determina el éxito en la comuni-
cación), lo que se logra con el control motor de la articulación, aunque sin menoscabar la tendencia a la
economía de gestos. De ello deriva la idea de plasticidad, ya expuesta en la nota 1. En consecuencia, se
contempla la existencia de dos fuerzas complementarias, aparentemente contrapuestas, que serían las que
explicarían los fenómenos de relajación o de refuerzo subyacentes en la variación fonética (Lindblom
1990).
26
Blevins (2004: 32-44).
162 Assumpció Rost Bagudanch

en este sentido pero quizás no estaría de más un estudio general del yeísmo peninsular e
insular con los métodos que caracterizan los últimos repertorios publicados.

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