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Lingüística Aplicada
Resumen realizado tomando conjuntamente los libros Lingüística Aplicada de F. Marcos Marín y J.
Sánchez Lobato y De profesión, lingüista, de Lluís Payrató.
1 Lingüística
Tanto la Lingüística como la Lingüística aplicada son la misma cosa, sólo que sus perspectivas y
objetivos son distintos.
• La lingüística es descriptiva
La Lingüística Aplicada parte de bases teóricas (tradicionales) y se interna en otras disciplinas con
objeto de solucionar problemas prácticos en los que, de manera directa o indirecta, está presente el
lenguaje humano. Así, el campo de la lingüística aplicada se resume por su interdisciplinariedad y su
finalidad práctica.
Slama-Cazacu destaca que la LA comprende los hechos de lengua seleccionados, filtrados a través
de la finalidad para la cual son considerados necesarios para la investigación.
• Es interdisciplinar
• Es científica y educativa
Dos conceptos complementarios permiten captar mejor el porqué del desarrollo que ha seguido la
LA y el porqué de su estado actual: la intersección y la comunicación.
Intersección
La intersección de los campos de análisis más tradicionales con los más novedosos ha
revolucionado el panorama lingüístico y lo ha convertido en una especie de mosaico o red de
subdisciplinas, aunque cada una con sus propias distinciones, como la psicolingüística, la
sociolingüística, la antropología lingüística, la lingüística matemática, etc.: la metodología y las técnicas
concretas de la LA difieren según la subárea en la que nos situemos. Hoy en día la LA no puede
concebirse como una simple especialidad interna (como la fonología, la sintaxis, etc.) susceptible de ser
trasladada, sino como una dimensión presente en todas las ramas de las llamadas ciencias del lenguaje.
Comunicación
La LA nace y se desarrolla en terrenos de intersección, que son al mismo tiempo zonas en las que
existen problemas de comunicación. No hay ningún problema derivado de la práctica lingüística que, en
un extremo, no pueda reducirse a una cuestión comunicativa.
Resumiendo, podemos avanzar que la LA no es sólo una rama lingüística que consiste en aplicar
teorías lingüísticas a un dominio práctico, sino que en ella deben tener cabida conceptos tales como:
teoría, práctica, aplicación, intersección y comunicación.
1. Perfil histórico de la LA
Como en cualquier otra disciplina, es imposible determinar el nacimiento de la LA, pero fue en la
década de los cuarenta en los EE.UU. cuando empezó a utilizarse este término relacionándolo con la
enseñanza y aprendizaje de segundas lenguas que, dicho sea de paso, será uno de los campos más
característicos de la LA. Pronto, el término empezará a hacer referencia a otras áreas consideradas
dispares o alejadas, pero con una gran demanda tradicional, como la elaboración de diccionarios, la
traducción, el tratamiento automatizado de textos y la enseñanza de la lengua materna. Nuevos campos
interdisciplinarios y muy demandados socialmente serán también objeto de estudio por los lingüistas
aplicados, a saber, la psicolingüística, la sociolingüística, la antropología lingüística, la lingüística
matemática, etc. Más que un nacimiento repentino se trata de un continuum de confluencias en
tradiciones diferentes. Con todo, sí que podemos destacar una fecha muy relevante en el desarrollo de la
LA: la celebración en 1964, en Nancy (Francia) del I Coloquio Internacional de Lingüística Aplicada, al
que siguieron otras como Tesalónica o Ámsterdam.
La LA tiene ante sí actualmente una amplia gama de exigencias sociales que satisfacer. La
dedicación básica del lingüista ha sido tradicionalmente la de maestro (enseñar lenguas o gramática),
combinando, en ocasiones, docencia con investigación. Pero el panorama ha cambiado sustancialmente a
remolque de las necesidades sociales, desbordando con creces el reducto tradicional de la docencia.
Hoy en día, el lingüista aplicado debería concebirse como un lingüista con una buena formación
teórica general en el campo de las ciencias del lenguaje; con unos conocimientos pertinentes y una
mínima experiencia en las diferentes esferas de la lingüística aplicada, y con una especialización
ulterior que le permitiera afrontar el desarrollo de tareas profesionales concretas. Estas tareas, derivadas
de las nuevas profesiones y oficios impuestos por las exigencias sociales y el progreso, pueden agruparse
de a siguiente manera (Payrató): lexicografía, enseñanza del español L1/L2, traducción, tratamiento
El lenguaje humano entronca con una doble vertiente que puede resumirse en los términos de
capacidad cognitiva, por una parte, y vehículo comunicativo, por otra:
Lenguaje humano como capacidad cognitiva – El lenguaje se sitúa en el mismo plano que otros
tipos de capacidades mentales y todos confluyen en el campo de la psicología cognitiva.
Lenguaje humano como vehículo comunicativo – Nos encontramos con un área de gran magnitud
que puede denominarse ciencias de la comunicación, cuyos objetivos coincidirán al menos en parte.
tecnologías. El lingüista aplicado, más que nadie, está obligado a una formación continuada si no quiere
verse relegado a una especie de aplicador mecánico de recetas o instrucciones.
Mientras que la perspectiva sociológica intenta relacionar las diferencias en los procesos
comunicativos con variables sociológicas, los enfoques antropológico y etnológico ponen mayor énfasis
en las variables culturales que inciden en el comportamiento comunicativo, es decir, la intersección
de lenguaje, por un parte, y cultura, pensamiento, visión del mundo y conducta correspondiente a la
cultura, por otra.
Comunidad de habla – colectividad unida por el hecho de compartir una variedad lingüística y unas
normas de uso.
Hecho de habla (speech event) – unidad de análisis apropiada para las tareas descriptivas y
comparativas.
La etnolingüística, en su conjunto, aborda las relaciones entre la lingüística y la visión del mundo,
la importancia que los pueblos conceden al lenguaje y a las lenguas; asimismo, aborda los problemas de
comunicación entre pueblos con lenguas diferentes y le interesa el estudio de lenguas sagradas, secretas,
míticas...
1.4.2 PSICOLINGÜÍSTICA
Es la disciplina que estudia las áreas de intersección entre los dominios tradicionales de la
psicología y la lingüística.
Dubois se interesa particularmente por los procedimientos mediante los cuales los hablantes
atribuyen una significación a su enunciado, por la “asociaciones de palabras” y por la creación de los
hábitos verbales, por los procedimientos generales de la comunicación (motivaciones del sujeto, su
personalidad, situación de la comunicación, etc.) por el aprendizaje de lenguas, etc.
Noam Chomsky postulaba la necesidad de aceptar una contribución mental de base innata para
explicar la adquisición y el conocimiento del lenguaje.
La psicolingüística también estudia los procesos en los que se produce una pérdida de la
capacidad lingüística. Nos referimos a la logopedia, terapia del habla, patología lingüística, foniatría,
etc. Uno de los rasgos más característicos de este estudio es su interdisciplinariedad: las aportaciones de
cada especialista confluyen en el diagnóstico, tratamiento y rehabilitación de las perturbaciones
lingüísticas. Los trastornos lingüísticos pueden alienarse en torno en torno a los siguientes ejes:
1.4.3 SOCIOLINGÜÍSTICA
El hombre como usuario de la lengua está constantemente ligado a los demás mediante
normas de conducta compartidas (en principio implícitas). La Sociología del lenguaje
examina, según Fishman, la interacción entre estos dos aspectos de la conducta humana: el
uso de la lengua y la organización social de la conducta. Se pone, pues, el énfasis en el
estudio de la sociedad en relación con el lenguaje, en investiga los fenómenos que
acompañan el proceso de conservación de la lengua, del cambio lingüístico, del bilingüismo
y de la planificación lingüística.
La interacción dentro de grupos sociales está condicionada por dos factores: el status,
que refleja el grado de poder del que dispone un individuo como consecuencia de su posición
en las estructuras jerarquizadas, y el rol, que hace referencia a las funciones que desarrolla en
ellas.
1.4.4 NEUROLINGÜÍSTICA
Los procesos de recepción y producción del lenguaje, al igual que las cuestiones de su
almacenamiento y de la estructura de la memoria, pueden estudiarse desde una
perspectiva fisiológica, anatómica y neurológica. Así, la recepción auditiva ha sido estudiada
tradicionalmente tanto por la medicina como por la fonética, y la recepción visual y la
producción oral y escrita han gozado siempre de un gran predicamento en logopedia. Desde
un punto de vista físico, el tratamiento y la representación del lenguaje son obra del cerebro
humano. Los dos problemas básicos que se plantean desde esta perspectiva pueden
sintetizarse en la localización de las funciones lingüísticas y en su lateralización.
Las dos áreas corticales del hemisferio izquierdo a las que tradicionalmente se ha
imputado el control de las funciones del lenguaje son la de Broca y la de Wernicke. Una
gran parte de los hallazgos actuales en los casos de afasia ha podido relacionarse con lesiones
de dichas áreas, que se traducen en un espectro de disfunciones lingüísticas.
Hemisferio izquierdo:
El área de Broca regula básicamente la programación motora del habla y, por tanto,
interviene de forma decisiva en la producción del habla oral y en la lectura en voz alta. La
zona de Wernicke se ocupa ante todo de la descodificación del lenguaje oral, de la
comprensión y de la interpretación de las señales auditivas convertidas en impulsos nerviosos
y transmitidas a través de los nervios auditivos. Por último, una tercera región, la
circunvolución angular, parece regular fundamentalmente el lenguaje escrito.
Hemisferio derecho:
No ha sido sólo uno de los campos predilectos de la psicolingüística, sino que ha sido
reconocido como uno de los problemas a que debe enfrentarse y que debe explicar la propia
teoría lingüística.
El paso siguiente en la adquisición viene motivado por los estímulos que provocan la
necesidad de una respuesta: el niño emite un sonido al azar que incita a los padres a una
respuesta; si ésta es la adecuada y satisface la necesidad del niño, éste la repetirá siempre que
desee satisfacer tal necesidad.
La teoría mentalista
Podemos postular que todos los hombres nacen con una capacidad especial para el
lenguaje, que éste no se aprende por medio de la imitación de la lengua de su entorno, sino
que aprenden el lenguaje por estar expuestos a él y por usarlo como medio de
comunicación social.
La teoría cognitiva
La teoría sociológica
a) Etapa prelingüística
Desde los seis meses se produce el llamado balbuceo, caracterizado por la producción
de los más diversos sonidos y su combinación. Las tesis sobre la función de esta etapa van
desde la consideración del balbuceo como una actividad lúdica hasta la consideración como
síntoma de un lenguaje incipiente, pasando por la teoría que ve en el balbuceo un
entrenamiento para posteriores emisiones articulatorias.
b) Etapa holofrástica
Se produce entre los doce y los dieciocho meses. Para el niño, una sola palabra
equivale a todo un enunciado.
d) Etapa telegráfica
En torno a los dos o tres años el niño ya es capaz de manejar pequeñas frases, lo que
demuestra su habilidad de selección y de sintaxis.
e) Adquisición definitiva
A partir de los cinco años se sitúa en una fase muy completa de dominio de la sintaxis,
de la fonología, de un número considerable de unidades léxicas y de la competencia
pragmática.
Esto explica que la enseñanza de la primera lengua debe plantearse como una ayuda a un
proceso natural, con unos objetivos que giren en torno al perfeccionamiento de las cuatro
habilidades básicas: comprensión oral y lectora, producción oral y escrita. El niño, cuando
llega a la escuela, conoce su lengua, la del medio que le pertenece, la lengua que utiliza y oye
a diario, pero ahora, en su nuevo entorno, va a conseguir, de manera graduada, el dominio
progresivo de técnicas instrumentales tales como la lectura, escritura, expresión y
comprensión oral. Y todo ello sin la práctica de la enseñanza de la gramática, sino atendiendo
prioritariamente a usar y dominar correctamente la lengua. El dominio creciente de las
destrezas hablar-entender redundará en beneficio de la lectura y la escritura.
A partir de los doce años, el niño ha acumulado una serie de experiencias lingüísticas y
hábitos de expresión y comprensión que lo han acercado a un estudio sistemático, reflexivo y
explícito de la lengua, es decir, su gramática, que le van a permitir sistematizar y
reflexionar sobre la lengua y de ampliar las perspectivas lingüístico-culturales, que van
desde el perfeccionamiento expresivo al despertar de las cualidades estéticas de la obra
literaria.
• La lengua es, ante todo, un medio de comunicación social entre los diferentes
individuos que utilizan el mismo sistema lingüístico.
Esencialmente han sido tres los postulados teóricos que han intentado explicar el
proceso del aprendizaje de las lenguas segundas:
destrezas fundamentales: oír, hablar, leer y escribir. Así pues, la enseñanza de lenguas
segundas consiste, en su dimensión cognitiva, en transmitir conocimientos y en crear la
competencia lingüística, y, en su dimensión pragmática, en el acopio y puesta en práctica de
formas de comportamientos y las cuatro destrezas antes mencionadas.
Capítulo 4 - METODOLOGÍA
En sentido estricto, no podemos hablar de una única orientación dentro del marco
teórico del estructuralismo ni de un único exponente gramatical en la corriente estructuralista,
aunque tengamos presentes los principios comunes que configuran dicho marco teórico
(estudio de los enunciados cerrados para intentar definir su estructura desde la perspectiva de
u método de análisis formal, distinción entre lengua y habla, sincronía y diacronía, etc.) y el
común punto de partida de que la gramática de una lengua no consiste en un sistema de
normas que gobiernan los elementos aislados, sino en una selección de estructuras
interdependientes y relacionadas en un todo orgánico y sistemático. Pero, en general, las
gramáticas de signo estructuralista describen una lengua utilizada en una comunidad
particular en un tiempo determinado.
Del mismo modo, podemos afirmar que no ha existido un único modelo de método
estructural asociado a la enseñanza de lenguas segundas, sino varios, que de una manera u
otra, parten de unos principios elaborados en el marco estructuralista, tales como la
• Método audio-oral
• Método global-estructural
obligada para comprender lo que, en los años sesenta, supuso la metodología global-
estructural en la enseñanza de lenguas segundas.
A este método se le puede criticar el no prestar más atención a las habilidades de leer y
escribir en la lengua objeto de estudio.
El método no descarta muchos de los criterios que sirvieron de base a los métodos
estructurales, sino que se apoya en ellos: la manifestación oral sin olvidar la forma escrita, e
introduce la práctica de recurrir a la lengua materna de los alumnos en tanto en cuanto sirva
para una mejor asimilación de los procesos gramaticales; asimismo, introduce la práctica de
la expresión escrita y, por tanto, de la lectura, de los niveles de uso del lenguaje y de la
detección de errores para eliminar las posibles interferencias que puedan producirse entre la
lengua objeto de aprendizaje y la lengua materna.
Cuando entre dos lenguas hay elementos parecidos, es necesario que el análisis
contrastivo destaque tales similitudes desde la lengua nativa; sin embargo, cuando los
elementos contrastados de L1 y L2 son diferentes, hay que enseñarlos desde la segunda, sin
atender a la estructura de la lengua nativa (L1).
La meta del análisis contrastivo de dos lenguas es construir una nueva gramática,
que vendría a ser la suma de las diferencias entre la gramática de la lengua nativa y de
la lengua segunda.
Según R.J. di Pietro hay que tener en cuenta, a la hora de entender y aplicar el análisis
contrastivo, los universales lingüísticos, puesto que la gramática de las lenguas individuales
debe contribuir, de alguna forma, a la teoría gramatical de todas las lenguas.
El análisis de errores
Es una técnica complementaria del análisis contrastivo que permite comprobar los
resultados de la enseñanza y, por tanto, los conocimientos que ha alcanzado el aprendiz. Es,
por tanto, un procedimiento de verificación.
Así como un niño comete múltiples errores hasta llegar a un grado aceptable de
competencia, lo mismo le puede ocurrir al estudiante de L2 y diríamos que es bueno que le
ocurra si con ello estimulamos sus deseos de comunicarse.
Capítulo 5 – Técnicas
La enseñanza, en general, requiere una presentación y una praxis para llevarla a cabo.
Ha de tener presente las macro-micro estrategias y los ejercicios. Las macro-estrategias
responden a una metodología global de la enseñanza, por ejemplo, “la metodología
audiovisual”. Por micro-estrategias podemos entender: el trabajo en grupo, las técnicas de la
creatividad, las técnicas de simulación y las técnicas activas.
En tercer lugar, hemos de tener en cuenta los ejercicios (en verdad, todo en una clase de
lenguas es ejercicio, destinado a que los alumnos ejerzan su competencia de la comunicación
en lengua segunda o algún aspecto de su competencia) en los que las estrategias enumeradas
con anterioridad se van a materializar.
Los sonidos, en la articulación oral del lenguaje, constituyen la base de todo proceso de
pronunciación, proceso que ya es discriminatorio en sí mismo entre todos los usuarios de los
diferentes sistemas lingüísticos. Llegar a dominar la pronunciación (discriminar los sonidos)
de una lengua segunda implica la adquisición de dos destrezas íntimamente relacionadas: la
comprensión la producción de los distintos sonidos que intervienen en la cadena hablada.
Todos conocemos que las lenguas, por mínima que sea nuestra experiencia, no
observan una perfecta correspondencia entre los sonidos y las letras que componen el
alfabeto y representan aproximadamente cada uno de los sonidos producidos en la cadena
hablada. Esta correspondencia de sonidos y letras no es la misma en la diferentes lenguas, en
la que razones histórico-culturales han podido llevar, como en el caso del inglés, a una
enorme dispersión de correspondencias gráfico-fonológicas.
Es necesario poseer unos conocimientos teóricos muy precisos del sistema fonológico
de la lengua objeto de enseñanza/aprendizaje. El conocimiento del sistema fonológico de la
lengua objeto de enseñanza permita un diagnóstico preciso de los errores de pronunciación en
que incurren los alumnos y, por tanto, permite precisar cuáles sean los ejercicios más
adecuados en cada caso para corregir dichos fallos.
No todos los sonidos ofrecen el mismo grado de dificultad de pronunciación para unos
hablantes que para otros, al igual que la entonación de las frases. Cada hablante se acerca a
una lengua segunda tanto desde sus estructuras mentales como desde los hábitos que ha ido
constituyendo las realizaciones particulares de los sonidos de la lengua materna. El profesor,
por tanto, debe enfocar la enseñanza teniendo en cuenta las realizaciones diferenciadas de los
sonidos de la lengua materna y de la lengua objeto de aprendizaje, con el fin de que éstos
puedan ser mejor discriminados.
presentación de “pares mínimos” de palabras en que aparezcan los sonidos que queremos
enseñar: 1 paño, 2 baño. Una variante de este ejercicio consiste en pronunciar seguidas dos
palabras próximas fónicamente con el fin de que los alumnos digan si son iguales o distintas:
1 deja – teja; 2 paso – pazo. El paso siguiente consistirá en que los alumnos utilicen los
sonidos asimilados en un contexto de comunicación para que comprueben por sí mismos que
la diferenciación de los mismo repercute semánticamente en el uso real de la lengua. Después
de la práctica de los sonidos a partir de la palabra, se ha de pasar a imbricarlos en contextos
lingüísticos más amplios, por ejemplo, en los diálogos.
La comprensión oral
La expresión oral
El inicio de la enseñanza de la expresión oral tendrá lugar tan pronto como el alumno
haya comprendido el significado de los primeros elementos del lenguaje; para ello
utilizaremos diálogos cortos, auténticos y que llamen la atención del alumno no sólo por el
tema, sino también por la forma atractiva de presentarlos.
La comprensión escrita
La expresión escrita
En la enseñanza de una lengua segunda conviene tener presente que, al igual que en la
lengua materna, la enseñanza de la expresión escrita debe seguir a la expresión oral. Sobre
todo para principiantes, el uso de la escritura tiene que apuntar fundamentalmente a
reforzar lo practicado oralmente. La enseñanza de la expresión escrita persigue unos
objetivos que le son propios: la comunicación a través del medio escrito. Entre las diferentes
modalidades de escritura sobresalen las cartas, por su valor comunicativo, al permitir la
función epistolar una gran variedad de funciones (felicitar, excusarse, pedir información, etc.)
y la composición o redacción.
• Ofrecer una serie de dibujos que sirvan para sugerir a los alumnos ideas que
tengan que exponer por escrito.
• Entregar por escrito u oralmente una serie de instrucciones para que los
alumnos las desarrollen.
En lo que se refiere a la Morfología, la capacidad del ordenador para generar los más
complicados paradigmas a partir de las reglas morfológicas introducidas por el programador
es innegable. Los sistemas de corrección de textos se basan en ellas.
LEXICOGRAFÍA
ÍNDICE
I. Introducción
II. El diccionario
III. 1. La macroestructura
III. 2. La microestructura
III. 2. 1. La definición.
III.2. 2. Las remisiones
I. Introducción
José Polo (recopiladores): Lengua y diccionarios. Estudios ofrecidos a Manuel Seco, Madrid,
Arco/Libros S. L. (págs. 235-239).
II. El diccionario
En general, el diccionario es una lista ordenada de palabras a las que sigue una serie
de informaciones de distintos tipos.
Como en todos los campos del saber, también en Lexicografía se emplea una
terminología específica que resulta imprescindible conocer y que iremos viendo a lo largo del
tema.
TIPOS DE DICCIONARIOS
4 Sobre estos aspectos, ver el epígrafe “Elementos necesarios para la redacción”, en Marcos
Marín, Francisco y Jesús Sánchez Lobato (1988): Lingüística Aplicada, Madrid, Síntesis, 1.ª
reimpr., 1991 (págs. 120, 121).
5 Cabrera, Luis (1992): Diccionario de Aztequismos, México, ed. Colofón.
6 Cejador y Frauca (1929): Vocabulario medieval castellano, Madrid, reimpr. 1971, 1990.
generales
de palabras (lengua)
especializados
monolingües
generales
de cosas (enciclop.)
especializados
plurilingües
bilingües de lenguas muertas
heteroglosos bilingües de lenguas vivas
multilingües
Por supuesto, éste es un cuadro muy esquemático, porque los tipos de diccionarios
que existen son casi infinitos.
Otro tipo de diccionario muy útil es el de valencias verbales, que indica las reglas de
combinación de los verbos con sus respectivos complementos. Tanto el Diccionario de
Dudas de Manuel Seco como el Diccionario del español actual (DEA) aportan datos de este
tipo que resultan utilísimos8.
Seco, Manuel; Olimpia Andrés y Gabino Ramos (1999): Diccionario del español actual, 2
vols., Madrid, Aguilar.
9 Real Academia Española (2001): Diccionario de la Lengua Española, 22.ª ed., Madrid,
semasiológico; pero podemos encontrar también diccionarios que parten de conceptos afines,
de palabras relacionadas conceptualmente, para indicar el término que les corresponde, como
suele ocurrir en los diccionarios ideológicos. Hablaremos entonces de un criterio
onomasiológico. Como ejemplo ilustrativo, es muy original e interesante la estructura del
Diccionario ideológico de la lengua española, del académico Julio Casares 11, que contiene,
además de una parte sinóptica, constituida por grades esquemas en los que se distribuye el
léxico, una parte onomasiológica, que el autor denomina analógica, y una semasiológica, que
denomina alfabética. Así, en la onomasiológica, encontramos una serie de palabras agrupadas
en una columna presidida por la voz representante de la idea general, escrita en versalitas y
negrita: BELLEZA belleza, hermosura, beldad, guapura, morbidez, curiosidad, lindeza,
lindura, venustidad, venustez, belleza ideal, belleza artística, primor, atractivo, encanto,
amenidad, graciosidad, preciosidad, primavera, excelencia, sublimidad, divinidad (…) 12
La letra negrita con que se destacan algunos términos significa que estos son, a su
vez, cabeza de sus respectivas columnas.
Volviendo a la clasificación general que hemos visto antes, recordemos que los
diccionarios monolingües se clasifican en dos tipos: los que definen palabras, también
llamados nominales o de lengua, y los que describen objetos (o, más rigurosamente,
conceptos), denominados enciclopédicos.
Para comprender la diferencia entre unos y otros, es imprescindible tener muy clara la
diferencia entre signo lingüístico (significante + significado) y realidad extralingüística (o
referente, o cosa). Mientras que los diccionarios de lengua deben ocuparse de los signos
lingüísticos, las enciclopedias ofrecen información sobre el conjunto de cosas que existen en
una civilización y que son designadas por la lengua. El diccionario codifica el conocimiento
de una lengua; la enciclopedia recoge el conocimiento sobre el mundo real. Por lo tanto,
mientras el discurso de un diccionario es metalingüístico (la lengua sobre la lengua), el de la
enciclopedia es didáctico, independientemente de la lengua que emplee para su explicación.
Por eso, el diccionario de lengua no se puede traducir a otro idioma, ya que no existe una
equivalencia forzosa entre los signos lingüísticos de las distintas lenguas, pero la
enciclopedia sí admite esa traducción, puesto que se trata de un discurso acerca del mundo,
de la realidad extralingüística más o menos común a todos. Por lo mismo, la definición de la
enciclopedia no es una auténtica definición, puesto que se hace por referencia a la cosa que el
signo denota, es referencial, constituye una explicación del mundo. La palabra-entrada no es
aquí un signo lingüístico, sino más bien el objeto descrito, y más precisamente, su
representación conceptual. Dicho de otro modo, el diccionario se basa en el conocimiento
lingüístico, mientras que la enciclopedia se basa en el conocimiento cultural.
Sin embargo, las cosas no son tan sencillas y el problema surge en cuanto intentamos
distinguir entre conocimiento lingüístico y conocimiento cultural, porque no tenemos más
remedio que admitir que el primero se basa en gran parte en el segundo.
Para aclarar este aspecto, veamos la definición del mamífero gato que ofrecen tres
diccionarios de distinto tipo.
gato. (del lat. cattus) m. Mamífero carnívoro de la familia de los Félidos, digitígrado,
doméstico, de unos cinco decímetros de largo desde la cabeza hasta el arranque de la
cola, que por sí sola mide dos decímetros aproximadamente. Tiene cabeza redonda,
lengua muy áspera, patas cortas y pelaje espeso, suave, de color blanco, gris, pardo,
rojizo o negro. Es muy útil en las casas como cazador de ratones. || 2. (…)
No se puede negar que tanto el lector del DRAE como, en menor medida, el del DEA,
obtienen con esta definición una idea más que aproximada sobre lo que es un gato, pero lo
que sí es más discutible es si esta definición es propia de un diccionario de palabras o de un
diccionario de cosas.
gato. Mamífero doméstico (Felis catus) del orden Carnívoros y de la familia Felidae,
de unos 50 cm de longitud y unos 25 cm de cola, con uñas fuertes y retráctiles, y color
y diseño muy variables, según las razas criadas por el hombre. Fue un animal sagrado
para los egipcios y es muy apreciado como animal de compañía.
se debe proponer la imagen «completa» del objeto, sino la imagen «suficiente»" 14, con
frecuencia encontramos definiciones que, lejos de limitarse a una significación «suficiente»
de la palabra (significante + significado) definida, ofrecen toda una proliferación de detalles
sobre la cosa-nombrada por esa palabra. Y es que hay que tener en cuenta la dificultad con
que muchas veces se encuentra el lexicógrafo a la hora de diferenciar signo y objeto y, como
13 Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales (2002): Diccionario esencial de las
ciencias, Madrid, Espasa.
14 “Problemas formales de la definición lexicográfica”, en: Seco, Manuel (2003): Estudios de
lexicografía española, 2.ª ed. corregida y aumentada, Madrid, Gredos (págs. 25-46) (cit. en
pág. 44).
Este problema, que afecta de manera especial a los llamados diccionarios de lengua,
queda considerablemente mitigado en la confección de los diccionarios enciclopédicos, que
son un producto intermedio entre el diccionario de lengua y la enciclopedia. El diccionario
enciclopédico debería conjugar las características de un diccionario y las de una enciclopedia,
para lo cual debería ofrecer, siempre que fuera posible, una definición del signo, seguida de
una descripción del objeto, o lo que es lo mismo, un conjunto formado por los rasgos
pertinentes que definan realmente la palabra-entrada, seguidos por los no pertinentes, aunque
característicos, en la definición de cada entrada.
Dentro del texto que es el diccionario, hay que distinguir dos grandes bloques: la
macroestructura y la microestructura15.
III. 1. La macroestructura
III. 2. La microestructura
15Sigo el artículo de Manuel Seco citado antes, fundamental para el estudio de la definición
lexicográfica.
Tomemos como ejemplo el siguiente artículo del DRAE para analizar los elementos
que lo integran:
jeremíaco, ca o jeremiaco, ca. (De Jeremías, profeta hebreo del s. VII a. de C., por
alus. a sus célebres trenos o lamentaciones). adj. Que gime o se lamenta con exceso.
U.t.c.s.
Conviene aclarar antes de seguir que el conjunto formado por la palabra que se va a
definir y su definición se denomina artículo, o artículo lexicográfico y la palabra o voz que
se define es el lema, o entrada, o palabra-entrada.
III. 2. 1. La definición.
Para que una definición responda a las normas lexicográficas debe cumplir algunas
condiciones básicas. En primer lugar, por constituir un predicado de la palabra-entrada, debe
estar redactada con una frase equivalente a ella en el plano gramatical y debe admitir, al
menos en teoría, la prueba de la conmutación. Es decir, la definición debe poder sustituir al
lema, puesto que se trata de un proceso sinonímico o de equivalencia.
Por ejemplo, las dos acepciones que integran la definición de peaje que ofrece el
DRAE pueden sustituir sin dificultad al lema correspondiente:
con. prep. Denota el medio, modo o instrumento que sirve para hacer algo.
¡ea! interj. U. para denotar alguna resolución de la voluntad, o para animar, estimular
o excitar. U. t. repetida.
tieso, sa. adj. Duro, firme, rígido. || (…) 3. Afectadamente grave, estirado y
circunspecto.
Las definiciones de muchos adjetivos que empiezan por clichés del tipo de «Dícese
de», «Aplícase a», etc. ni cumplen la ley de la sinonimia ni respetan la identidad de categoría
gramatical. De hecho, la última edición del DRAE ha dado un paso importante en la
corrección de muchos de los innumerables casos de este tipo que contenía.
Es más que probable que quien se topa en su búsqueda con una definición de estas
características prosiga sus investigaciones consultando el significado de esos sinónimos,
sobre todo si no le resultan del todo familiares. Pero, aparte de estos envíos indirectos, el
diccionario ofrece generalmente un sistema de referencias directas, destacado
tipográficamente con negrita o precedido de alguna abreviatura, mediante el que advierte
explícitamente de la necesidad de acudir a otro artículo, a la vez que aporta una información
metalingüística concreta. Las remisiones directas comúnmente utilizadas en lexicografía son
de tres tipos16:
F0
BE Véase (V.): mediante esta indicación, se envía a otro artículo en el que se encuentra
la definición buscada o, más frecuentemente, se amplía la información sobre la misma.
16 No nos vamos a ocupar aquí de remisiones directas como las que indican abreviatura,
símbolo o siglas, muy frecuentes en diccionarios científicos, pero mucho menos utilizadas en
los diccionarios de lengua.
carenada. V. escama ~.
F0
BE Sinónimos o equivalentes: se remite a otro artículo cuyo lema difiere formalmente
del buscado, pero cuyo significado se considera equivalente y que ofrece la definición que
corresponde a ambos.
alabar. (Del lat. alapari, jactarse, de alapa, bofetada.) tr. Elogiar, celebrar con
palabras.
F0
BE Variantes. Cuando una palabra tiene dos formas gráficas muy parecidas, se
denominan variantes. Como hemos visto antes en el caso de jeremíaco/ jeremiaco, cuando las
variantes se diferencian únicamente por la acentuación, o incluso cuando la proximidad de
sus significantes es tal que deben ocupar puestos contiguos en el diccionario, se sitúan en el
mismo artículo, teniendo en cuenta que la que figura en primer lugar es la preferida. En
cambio, cuando cada una encabeza un artículo, se sobreentiende que la Academia prefiere la
que lleva la definición, aunque acepte ambas formas:
judo. m. yudo.
Tanto los envíos con véase, como los correspondientes a sinónimos y variantes,
remiten de un artículo a otro del diccionario, pero el mensaje que transmite cada uno es
diferente. Mientras que el véase tiene un sentido eminentemente práctico de envíar al artículo
en el que se encuentra el significado que buscamos, las referencias de sinónimos y variantes
aportan, además, dos informaciones de carácter metalingüístico: la equivalencia de
contenido, semántica, entre dos o más palabras y la preferencia normativa sobre el uso de una
u otra. En el caso de las variantes, se agrega además una información ortográfica.
Podríamos decir que estas remisiones son los caminos que el diccionario señala al
lector para facilitarle el recorrido por sus páginas, de ahí la importancia de su trazado.
BIBLIOGRAFÍA BÁSICA
HAENSCH, Günther y Carlos OMEÑACA (2004): Los diccionarios del español en el siglo
XXI, Salamanca, Ediciones Universidad de Salamanca.
MARTÍNEZ DE SOUSA, José (2004): Ortografía y ortotipografía del español actual, Gijón,
ed. Trea S. L.
SECO, Manuel (2003): Estudios de lexicografía española, 2.ª ed. corregida y aumentada,
Madrid, Gredos.
Se puede encontrar una Bibliografía temática de la lexicografía muy completa en: http://
www.udc.es/grupos/lexicografia.
DICCIONARIOS
MOLINER, María (1966-67): Diccionario de uso del español, 2 vols., Madrid, Gredos; 2.ª
ed. 1998 (libro y CD-ROM).
REAL ACADEMIA ESPAÑOLA: Banco de datos (CORDE) [en línea]. Corpus diacrónico del
español. http://www.rae.es F
F 0 3 C 0 3 E
REAL ACADEMIA ESPAÑOLA: Banco de datos (CREA) [en línea]. Corpus de referencia del
español actual. F http://www.rae.es
0 3 C F 0 3 E
SECO, Manuel (1998): Diccionario de dudas y dificultades de la lengua española, 10.ª ed. revisada y
puesta al día, Madrid, Espasa Calpe.
SECO, Manuel; Olimpia ANDRÉS y Gabino RAMOS (1999): Diccionario del español actual, 2
vols., Madrid, Aguilar.
Neurolingüística
Ampliación del tema con un extracto del capítulo 17, epígrafe 7, de la Historia de la
Lingüística, de Jiří Černý 17.
En 1874 se descubrió otro centro del lenguaje cuando Carl Wernicke demostró que la
lesión del lóbulo temporal izquierdo ocasionaba una afasia de otro tipo, ya que el enfermo
producía el lenguaje gramaticalmente correcto, pero empleaba gran cantidad de expresiones
deícticas (que señalan o remiten, como los pronombres, por ejemplo) sin remitir a nada; su
enunciado estaba lleno de “muletillas” pero prácticamente ninguna información. Así se
localizó el denominado centro del lenguaje de Wernicke.
Sin embargo, en los últimos tiempos se ha demostrado que ciertas habilidades del
habla están localizadas también en el hemisferio derecho. Por eso se ha propuesto el nuevo
modelo de lateralización, según el cual las funciones lingüísticas están representadas en los
dos hemisferios, aunque mucho más en el izquierdo. Si un niño pequeño sufre una lesión en
el hemisferio izquierdo, el derecho es capaz de ir asumiendo paulatinamente la regulación de
todas las actividades del lenguaje.
Hasta ahora, la lingüística sirvió por lo general a los neurólogos como ciencia auxiliar
para alcanzar sus objetivos prácticos, por lo que suele hablarse de la lingüística clínica. Su
objetivo principal es la terapéutica del lenguaje, es decir, la reeducación de las habilidades de
hablar en las personas afectadas neurológicamente. En algunos casos esporádicos, los
lingüistas ayudaron a determinar la diagnosis de los pacientes, contribuyendo de esta manera
a la curación de la enfermedad.
Sea como sea, una mejor cooperación de los lingüistas con los neurólogos es deseable
y recomendable, ya que los lingüistas podrían aprovechar numerosos resultados de la
neurología y la neurolingüística con fines lingüísticos. Así, por ejemplo, mediante algunos
casos descritos en la medicina podrían conocer mejor sobre qué fundamento fisiológico se
Las afasias
No sorprende, por lo tanto, que en la práctica nos encontremos con frecuencia con
afasias. Las afasias pueden ser motivadas por distintos factores, tener distintas formas y
diferir considerablemente en cuanto a las consecuencias que tienen para el afectado. Las
afasias ocupan un lugar importante entre todas las perturbaciones del lenguaje. Son los
defectos provocados por una lesión de alguna parte del cerebro, que ha podido ser provocada
por heridas de guerra, por un accidente de tráfico o incluso por un simple golpe en la cabeza,
pero también por una inflamación, un tumor o una intervención quirúrgica para eliminarlo,
entre otras causas.
El tipo y la extensión de la afasia dependen sobre todo del lugar en que se produce y
de su extensión, pero también de la edad del enfermo, de su inteligencia y de sus habilidades
lingüísticas anteriores. En las personas adultas una lesión relativamente pequeña puede
ocasionar una afasia permanente, mientras que en los niños pequeños incluso una alteración
patológica total del hemisferio izquierdo puede pasar sin graves consecuencias, ya que el
hemisferio derecho es capaz de encargarse de sustituir su labor de regulación.
Por lo que se refiere a las consecuencias para los afectados por los trastornos del
lenguaje, hay una extensa escala que comprende desde las más leves, que apenas ejercen
influencia negativa sobre la vida del afectado, como puede ser un leve defecto de
pronunciación, hasta las de mayor gravedad, que pueden desembocar en la desintegración
total de la personalidad e incluso la muerte.
En los casos de las lesiones repentinas, por el contrario, pueden aparecer los llamados
restos verbales, es decir, se conservan solo una o algunas palabras que suelen tener relación
con el accidente que causó la lesión. El enfermo las utiliza prácticamente en cualquier
situación, aunque variando la entonación.
Junto a las afasias, hay otras enfermedades descritas en la medicina con interés para la
lingüística. Por ejemplo, un médico esquizofrénico creó nada menos que dieciséis lenguas
artificiales, algunas de las cuales tenían hasta 10 000 palabras, una gramática bien elaborada
y su escritura especial. Su huida de la realidad era tan perfecta que incluso elaboró los mapas
de los territorios en que se encontraban las naciones correspondientes, y describió las
estructuras de los “estados” respectivos. Muy interesante también es el caso de un afásico que
En definitiva, podemos suponer que en el futuro los lingüistas colaborarán más que
ahora en la solución de los problemas que afronta la neurolingüística, lo que indudablemente
sería provechoso no solo para la neurología y la neurolingüística, sino también para la propia
lingüística.