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UNIVERSIDAD CENTRAL DEL ECUADOR

Teoría de las Relaciones Internacionales


Estudiante: Dennys Jiménez
La política estadounidense hacia Venezuela durante los gobiernos de Obama y Trump

Le falta hacer explícita una introducción al ensayo. Por otro lado, habría que trabajar mucho en
la redacción, que suele ser confusa en no pocos párrafos.

El sociólogo y diplomático Venezolano Jorge Arturo Reyes, en su texto que trata sobre la
diplomacia coercitiva de los Estados Unidos hacia Venezuela, menciona que “Pese a los
evidentes matices existentes entre las administraciones Obama y Trump en diversos aspectos
de su política exterior, el empleo de medidas coercitivas unilaterales, es y ha sido, una
herramienta recurrente en la política exterior de los Estados Unidos” (Reyes, 2020, p. 122).

Identifica Reyes junto a María Cristina Rosas que, para el caso venezolano de los últimos seis
años, un perfil sancionalista ¿existe esta palabra? caracteriza a las políticas dirigidas desde
Washington a ese país (Reyes, 2020), pues dirá al respecto “las sanciones estadounidenses
estaban aplicándose desde diciembre de 2014, momento en el cual el Congreso de los Estados
Unidos aprobó la Ley 113- 278: Ley Pública de Defensa de los Derechos Humanos y la
Sociedad Civil en Venezuela. (Reyes, 2020, p. 131)

A esta ley le seguiría “la orden ejecutiva Nro 13692 de marzo de 2015, conocida como Decreto
Obama, que definió a Venezuela como una “amenaza inusual y extraordinaria” para la
seguridad nacional y la política exterior de EE.UU.” (REDH-Cuba, 2019), Se sumarían a estas
medidas, ya en la administración de Trump “La orden Ejecutiva Nro 13808 mediante la cual
impuso un conjunto de medidas coercitivas y unilaterales contra la economía y las finanzas de
la República Bolivariana de Venezuela”. (REDH-Cuba, 2019). Y cerraría el circulo con el
congelamiento de los activos de PDVSA… y la imposición del Gobierno interino de Juanna
Guaidóo.

En el siguiente ensayo se procura describir las características de tales leyes, desde una
perspectiva de relaciones internacionales que no toma solamente el factor económico como el
centro de atención, en tanto causa, sino también, y esto en relación tripartita, el político y
cultural, pues de acuerdo a Javier Couso Permuy (2020)” son múltiples factores los que
influyen, entre los que destacan la formulación y puesta en marcha de una integración
regional” (p. 9) Los que preocupan a Estados Unidos que arremete contra esta nación
sudamericana.

En la propuesta teórica-crítica que plantea Marcelo Gullo para entender las relaciones
internacionales desde una perspectiva periférica sudamericana, deslindada de la visión
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hegemónica, anglosajona, que serían para el autor “teorías venidas de afuera, alejadas de las
particularidades de los principales problemas de la región” (Figueiredo, 2018, p. 22), Gullo
(2018) nos dice que “Uno de los problemas fundamentales de las relaciones internacionales es
el de la identificación de los actores, dado que los comportamientos, los sistemas, las
estructuras, los procesos de interacción, no pueden ser correctamente analizados si previamente
los actores no son claramente identificados” (p. 44)

Entonces Gullo nos propone, mientras nos explica el origen de las relaciones internacionales,
que se encuentran en las relaciones que se producen entre las tribus: , éestas en tanto primera
unidad política, dos tipos ideales para ubicar a los actores cuyo origen, insiste, está en la
formación de la tribus nómades y sedentarias, estas son “las unidades políticas con asiento
territorial (UPCAT)” (Gullo, 2018, p, 48) y “las unidades políticas sin asiento territorial
(UPSAT)” (Gullo, 2018, p, 48). Estos “dos grandes tipos ideales (…), tomando distintas
formas a través de la historia, llegan hasta el presente: las UPCAT y las UPSAT” (Gullo, 2018,
p. 48)

Las relaciones que mantienen y se dan entre estos dos actores Gullo (2018) las describe así:

Las UPCAT más fuertes tratarán de someter a las más débiles y ambas, fuertes y débiles,
sufrirán el ataque de las unidades políticas sin asiento territorial (UPSAT), que estarán en un
principio interesadas, primordialmente, en el saqueo de las riquezas y el sometimiento –pero sin
la pretensión del dominio efectivo formal del territorio– de las UPCAT. Comenzó, entonces, el
ominoso juego entre la dominación y la liberación, que continúa hasta nuestros días. (p. 48)

En este ominoso juego de la dominación y liberación que constituiría las relaciones


internacionales, para el caso de reflexión que ocupa el presente ensayo, podemos identificar a
los estados, venezolano y estadounidense como UPCATs, esto sin más, corriendo el riego de
criticar tal encaje conceptual, pues “El concepto de UPCAT comprende a cualquier
colectividad política organizada que posea el dominio efectivo de un territorio” (Gullo, 2018,
p. 48). Y en este sentido, se enmarcarían las “políticas” sancionalistas, que en tanto
restricciones reciben para el caso analizado, durante estos últimos seis años, el UPCAT
venezolano del Estado estadounidense, que, sin embargo, y de acuerdo Mark Weisbrot y
Jeffrey Sachs (2019),

la mayor parte del impacto (…) no se ha producido en el Gobierno, sino en la


población civil. Las sanciones redujeron la ingesta calórica de la población,
aumentaron las enfermedades y la mortalidad (tanto para adultos como para
menores) y desplazaron a millones de venezolanos que huyeron del país como
producto del empeoramiento de la depresión económica y la hiperinflación. Las
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sanciones agudizaron la crisis económica de Venezuela e hicieron casi imposible


estabilizar la economía, lo que contribuyó aún más a un mayor número de muertes.
Todos estos impactos perjudicaron de manera desproporcionada a los venezolanos
más pobres y más vulnerables. (p. 1)

Los autores mencionados Mark Weisbrot y Jeffrey Sachs, se refieren netamente a las sanciones
económicas que se impusieron en los años 2017 y 2019, para con Venezuela desde la Casa
Blanca, dirigidas como vemos en su relato a afectar a la sociedad civil; aclaramos esto
simplemente para no caer en el carácter economicista, en tanto causa, que, a primera impresión,
parecerían mostrarnos los autores sobre las políticas aquí analizadas. Esto recordando un poco
al respecto de lo dicho antes con Javier Couso Permuy, de que, entre otros múltiples factores,
estaría en la preocupación de Estado Unidos con Venezuela, la “puesta en marcha de una
integración regional” (Permuy, 2020, p. 9). Ni tampoco, siguiendo lo dicho con Permuy, una
lucha solamente por recursos.

Esta alusión de Permuy, sobre la posibilidad de integración regional que habita en América
Latina, en la cual Venezuela, figura como un bastión clave, la podemos integrar con Yekuana
Martínez y Luis Delgado, en el campo de disputa internacional, que es la intención de este
trabajo, donde una recomposición geopolítica se estaría cocinando, que deviene
necesariamente, en el ascenso de otros actores como son China y Rusia, en el declive del actual
hegemóon que es Estados Unidos.

Los autores al respecto exponen que, a partir del acercamiento dado, en los años 90 del siglo
pasado entre China y Rusia, el temor de perder protagonismo en Eurasia, al cual tienen como
“el principal campo de juego del planeta” (Martínez & Delgado, 2020, p. 110), por parte de la
Casa Blanca y “geoestrategas estadounidenses como Zbigniew Brzezinski, aumento, por lo
cual consideran que “la Casa Blanca Debe asegurarse de que ningún Estado o combinación de
Estados obtenga la capacidad de expulsar a los Estados Unidos de dicha región o de limitar
significativamente su decisivo papel de árbitro”. (Martínez & Delgado, 2020, p. 110). Este
temor, por parte de Estados Unidos no sería exagerado según Martínez & Delgado (2020), pues
dicen los autores que en el acercamiento que busca consumarse entre estas dos potencias.

Debe destacarse el proyecto geoestratégico más relevante que impulsa hoy China
con el respaldo de Rusia, la iniciativa de “La Franja y la Ruta”, una propuesta de
construir una ruta de la Seda y la Ruta Marítima de la Seda del Siglo XXI (…) La
iniciativa, cuyo contenido principal es la coordinación de políticas, la conectividad
de instalaciones, el comercio sin barreras, la integración financiera y la unión de la
voluntad de los pueblos (Martínez & Delgado, 2020, p. 113).
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Este proyecto cubriría a “los países y regiones del este, sudeste, sur, oeste y centro de Asia,
África nororiental, así como Europa central y oriental” (Martínez & Delgado, 2020, p. 113).
Darían cuenta de que. “Estamos en presencia de enormes movimientos de placas tectónicas que
cambiaran la fisonomía política planetaria en las próximas décadas” Martínez & Delgado,
2020, p. 113). Es en este marco, contexto y panorama de lucha internacional en el que debemos
situar el ataque de Estados Unidos hacia Venezuela a través de la diplomacia coercitiva.

En efecto, de acuerdo a Martínez y Delgado (2020) para Rusia y China, “Venezuela no solo
reviste importancia como proveedor de petróleo u otras materias primas, sino también en
términos geopolíticos como un aliado confiable en América Latina y el Caribe. Como la
posibilidad de garantizar la extensión de la Nueva Franja y Ruta de la Seda en el hemisferio
occidental”. (p. 117). Frente a esto Estados Unidos desplegaría su vieja lógica un tanto
retocada, esto significa que, “la nueva Doctrina Monroe es: “América para los
norteamericanos, no para chinos y rusos”. Esta guerra tibia intensificada sobre todo a partir de
2014, intenta frenar la consolidación del polo de poder Euroasiático, capaz de contrapesar la
hegemonía occidental en el mundo y, en lo específico, en nuestro continente”. (Martínez &
Delgado, 2020, p. 116)

Esta doctrina se refiere a nuestro continente americano, debido a que “el continente
latinoamericano y caribeño (…) ha dado golpes contundentes durante las últimas décadas
contra el neoliberalismo y contra las pretensiones de recolonización por medio del ALCA”
(Martínez & Delgado, 2020, p. 115). Un movimiento popular periférico, del cual, “Hoy, China
y Rusia son los mayores aliados (…) que en algunos países se constituyó en Gobiernos que
avanzan en la construcción de espacios integradores como el ALBA-TCP o Petrocaribe”
(Martínez & Delgado, 2020, p. 116-117)

Ahora dicho esto, pasaremos a revisar las medidas coercitivas de Estados Unidos hacia
Venezuela, propuestas para este trabajo, que muestran sin duda una escalada de agresividad
que va desde la sanción al bloqueo, en una guerra no declarada. (Reyes, 2020)

Nos ubicamos para ello en el año 2014 cuando “el Congreso de los Estados Unidos aprobó la
Ley 113- 278: Ley Pública de Defensa de los Derechos Humanos y la Sociedad Civil en
Venezuela. (Reyes, 2020, p. 131). “Este instrumento jurídico dicta la línea de acción para la
política del gobierno de los EEUU hacia Venezuela y establece la hoja de ruta para que otros
Estados, bajo su influencia adopten medidas coercitivas unilaterales en su contra”. (MMPRE,
2018). Este instrumento dará pie para que en marzo de 2015 se decrete una “Orden Ejecutiva
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Nro 13692 (…) conocida como Decreto Obama, que definió a Venezuela como una “amenaza
inusual y extraordinaria” para la seguridad nacional y la política exterior de EE.UU” (REDH-
Cuba, 2019)

Esta orden, de acuerdo al Ministerio del Poder Popular para Relaciones Exteriores de
Venezuela, MMPRE (2018) permite enmarcar y fundamentar legalmente todas las acciones
que desarrolla desde entonces EEUU contra Venezuela", la misma que será renovada el año
siguiente. Estas medidas coercitivas que para Reyes (2020) “son cada vez más un recurso de
empleo frecuente por parte del Gobierno estadounidense y se orientan a evitar su declive como
potencia mundial” (p. 124), se intensificaran con el gobierno de Donald Trump, quien,
“Siguiendo el guion intervencionista de la mayoría de los Gobiernos estadounidenses–pero con
desparpajo y sin cortinas “políticamente correctas”–, (García & Zúñiga, 2020, p. 19), y con una
perspectiva proteccionista, va a dictar en agosto de 2017, “medidas coercitivas y unilaterales
contra la economía y las finanzas de la República Bolivariana de Venezuela.” (REDH-Cuba,
2019). Estas medidas perseguirían:

las operaciones financieras desde o hacia Venezuela, y prohíbe al sistema financiero


internacional participar en cualquier operación de compra, venta, negociación o renegociación
de deuda soberana de Venezuela, así como cualquier operación relacionada con la deuda de la
compañía petrolera nacional, PDVSA. El decreto también negó a filiales de PDVSA -como la
empresa CITGO con sede en EEUU- repatriar dividendos o utilidades hacia el Estado
venezolano.

Estas medidas en conjunto con las dictadas en los próximos años, tendrían un impacto, como
ya se mencionó antes con Weisbrot & Sachs (2019) no “en el Gobierno, sino en la población
civil (…), aumentaron las enfermedades y la mortalidad (…) y desplazaron a millones de
venezolanos que huyeron del país como producto del empeoramiento de la depresión
económica y la hiperinflación”. (p. 1).

De este modo, y en la escalada de agresividad dirigida desde UPCT de Estados Unidos hacia el
gobierno de Venezuela de Nicolás Maduro y a su la población civil, Weisbrot & Sachs (2019)
dirán que. “Incluso más severas y destructivas que las amplias sanciones económicas de agosto
de 2017 fueron las sanciones impuestas por una orden ejecutiva el 28 de enero de 2019”,
(Weisbrot & Sachs, 2019, p. 1), “Orden Ejecutiva Nro 13857 (…) que establece el bloqueo –
congelamiento de los activos de PDVSA (CITGO) en EEUU. (REDH-Cuba, 2019) y las
órdenes ejecutivas posteriores de este año; junto con el reconocimiento de un Gobierno
paralelo” (Weisbrot & Sachs, 2019, p. 1)
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La confesión del reconocimiento de la Casa Blanca de “la imposición de un gobierno paralelo


en Venezuela. (…) quedo reseñado en el documento Fact Sheet: U.S. Actions on Venezuela
publicado por el Departamento de Estado” (Vielma, 2020, p. 95). Con esta última mención y
tomando en cuenta en este trabajo, que, para referirse a este asunto de la imposición de Juan
Guaido como presidente interino, se necesitaría dedicar todo un tema de estudio, el siguiente
ensayo va llegando a su fin y a manera de conclusión recurre al escrito emitido a manera de
información por el Gobierno Bolivariano de Venezuela en el año de 2018, a través de MPPRE,
Donde señala en su apartado “Venezuela en la Mira Imperial” que:

El siguiente informe recoge argumentos y hechos que demuestran el agravamiento de la política


de hostilidad y agresión por parte de los Estados Unidos de Norteamérica hacia la República
Bolivariana de Venezuela. Esta política se expresa mediante la adopción una legislación que
promueve desde el año 2015 la aplicación de medidas coercitivas unilaterales (sanciones)
contra la economía venezolana. Estas medidas, violatorias del Derecho Público Internacional y
de los derechos humanos del pueblo venezolano, están dirigidas a perturbar la estabilidad
económica y política de nuestra democracia, dentro de un plan que pretende el derrocamiento
del Gobierno Constitucional del Presidente Nicolás Maduro, la toma de control de nuestros
recursos económicos, y se inserta en la estrategia de recolonización de América Latina y el
Caribe, mediante la reimposición de la Doctrina Monroe en el continente. Las sanciones de
EEUU contra un país pequeño como Venezuela constituyen un bloqueo inhumano contra
nuestro pueblo una grosera violación a nuestra soberanía y un crimen internacional de lesa
humanidad. (MPPRE, 2018)

Le falta una conclusión al trabajo: lo cortas muy abruptamente!!!!


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Bibliografía:

-Figuereido, E, (2018). “Prólogo” en: Relaciones Internacionales. Una Teoría Critica Desde la
Periferia Sudamericana pp. 19- 23

-García, G & Zúñiga, T, (2020). “Introducción. Latinoamérica resituada. El lugar del chavismo
en la nueva geopolítica mundial” en: Venezuela, vórtice de la guerra del siglo XXI, pp. 15-30
-Gullo, M, (2018). “Introducción” en: Una Teoría Critica Desde la Periferia Sudamericana, pp.
24- 28

-Gullo, M, (2018). Capítulo 1. “Los problemas básicos de las relaciones internacionales como
disciplina de estudio” en: Una Teoría Critica Desde la Periferia Sudamericana pp. 29-50

-MPPRE, (2018). “Sanciones y Bloqueo. Crimen de Lesa Humanidad contra Venezuela”.


Recuperado de: http://mppre.gob.ve/wp-
content/uploads/2018/10/Reporte_Venezuela_Sanciones.pdf

-Martínez, Y., & Delgado, L, (2020). “La guerra tibia de la seda y la alianza de China y Rusia
con Venezuela” en: Venezuela, vórtice de la guerra del siglo XXI, pp. 109-119

-Permuy, J, (2019). “Prologo” en: Venezuela, vórtice de la guerra del siglo XXI, pp. 9-13

-REDH-Cuba, (2019). “Impactos del bloqueo económico y las medidas coercitivas unilaterales.
Crimen de lesa humanidad contra Venezuela”. Recuperado de: https://redh-
cuba.org/2019/03/impactos-del-bloqueo-economico-y-las-medidas-coercitivas-unilaterales-
crimen-de-lesa-humanidad-contra-venezuela/

-Reyes, J, (2020). “Explorando al agresor: la diplomacia coercitiva de los Estados Unidos y el


caso Venezuela” en: Venezuela, vórtice de la guerra del siglo XXI, pp. 121-149

-Vielma, F, (2020). “Darth Vader returns. Definiciones sobre la acción estadounidense en el


asedio a Venezuela” en: Venezuela, vórtice de la guerra del siglo XXI, pp. 89-107
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-Weisbrot, M & Sachs, J, (2019). “Sanciones económicas como castigo divino colectivo: El
caso de Venezuela”. Center for Economic and Policy Researc.

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