Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Sin embargo, el arranque de estas iniciativas no ha despejado todas las dudas y todavía son
muchos los que apuestan por una implantación a largo plazo, que sólo podría acelerarse si to-
dos y cada uno de los eslabones de la cadena de suministros están dispuestos a apoyar e in-
vertir en esta tecnología, que requiere como punto de partida unas infraestructuras inexis-
tentes (arcos de lectura, software, instalación de tags) y que no parece que puede ser renta-
ble a escala de unidad, ni siquiera en le más largo plazo. Sin una importante masa crítica que
implique a fabricantes, operadores y distribución comercial, la calidad y velocidad de proceso
de la información que puede aportar esta tecnología estaría desaprovechada y obligaría, ade-
más, a mantener otras de forma paralela (código de barras) lo que no abarataría los costes,
más bien los multiplicaría.
Y es, precisamente, el coste el que tiene la llave para que RFID sea una realidad, no sola-
mente decorativa y fascinante, sino rentable.Aunque el precio de los chips o etiquetas de iden-
tificación, denominadas tags (etiqueta en inglés), ha descendido de manera drástica –el pro-
yecto de Pascual podría llevarse a cabo con tags a 0,05 euros la unidad- las inversiones nece-
sarias son millonarias. Solamente una utilización multiusuario a lo largo de la cadena o una reu-
tilización una vez concluida la labor del tag, puede favorecer economías de escala, seguramen-
te con la implantación de modelos normalizados o sistemas pool.Y todo ello solventando lo
que parecen problemas menores como la liberación del ancho de banda que la dirección Ge-
neral de Comunicaciones anuncia para enero de 2007.
Lo cierto es que todos los actores de la más y más. RFID puede ofrecer información
cadena reconocen que la distribución comer- más nu m e ro s a , rica, instantánea y re ferida a
cial tiene la llave de la implantación unive r s a l muchos productos (unidades, cajas, palets, ca-
de esta tecnología si puede aportarle sufi- rro s , etc.) de una sola ve z , sin necesidad de
cientes beneficios y retornos rápidos de in- un contacto, visión cercana o directa sobre el
ve r s i ó n , ya que reúne en un punto final a pro- tag, a dife rencia de los lectores actuales; es
ducto, d i s t r i b u i d o res y usuarios. Si es así, el capaz de identificar cada unidad, masivamen-
c e rr a j e ro debe ser precisamente Wal-Mart, te, en un solo evento lector; permite una tra-
compañía que por sí sola suma 1,8 millones zabilidad total; puede asociarse a elementos
de empleados y 315.000 millones de dólares móviles de transporte; permite ahorros de
de facturación, algo así como el PIB del 24º personal, interacción con otros sistemas y
país del Mundo. puede utilizarse como canal interactivo con
los clientes en el punto de ve n t a , lo que ha
Las enormes ventajas de RFID están en un sugerido cierta intromisión en la “intimidad”
lado de la balanza y son tantas que la inclinan del comprador que podría conve rtirse en una
C o rreos sirve a 19 millones de domicilios bits. Hasta ahora el índice mayoritario de lec-
y dos millones de empresas cada día, dispone tura es del 100 por 100, aunque se ha com-
de 11.000 vehículos y mu eve 5.300 millones p robado que si sube el número de tags por
de envíos al año. Con estas cifras, la fiabilidad lectura disminuye hasta el 95/98 por 100. Asi-
es un reto cada día. Ese es el objetivo que mismo, esta experiencia denota que todav í a
mu eve QRFID, basado en la experiencia de existen problemas de lectura si el tag cae
cuatro años con tecnología activa, aunque fi- perpendicular a la antena o si está pegado al
nalmente se ha optado por la tecnología de metal.
tags pasivos –sin batería-, ya que es más es-
tandarizada y barata (0,20 euros/tag), aunque
menos potente.