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ADVIENTO 01

¡Estén siempre despiertos!

Este primer domingo de Adviento pone el acento en la venida escatológica de Cristo.


Es el cumplimiento de la promesa «hecha a la casa de Israel». Aquel día en que
estamos llamados a «poseer el reino eterno» (oración colecta), lo esperamos en la
tensión de «nuestra vida mortal» y el anhelo de «descubrir el valor de los bienes
eternos» Esta tensión nos reclama la actitud del evangelio de hoy: «Tengan cuidado,
(...) estén siempre despiertos». Es necesario que estemos preparados para el
encuentro con el Señor que no se restringe al ámbito personal (a pesar de que no lo
podemos olvidar) sino que abarca el encuentro del Pueblo de Dios con su Señor. Por
eso hemos de ampliar nuestra perspectiva a todo el mundo: hacer crecer el amor entre
todos los hombres, para que «se presenten santos e irreprensibles» el día que Jesús
«vuelva acompañado de todos sus santos» Ésta es la ruta del Señor, sus caminos, por
los que él mismo nos ha de encaminar, de instruir, porque es él quien nos salva. Esto
implica nuestra apuesta de confianza en el Señor, el nacimiento de la esperanza: «A ti,
Señor, levanto mi alma: Dios mío, en ti confío, no quede yo defraudado. Los que
esperan en ti no quedan defraudados».

MONICIÓN GENERAL
Hermanos y hermanas reciban un fraterno saludo franciscano de paz y bien. Hoy, primer domingo de
Adviento, empieza la Iglesia un nuevo año litúrgico. Con la primera venida de Cristo, su muerte y
resurrección, y por medio de nuestro bautismo, hemos entrado en la etapa final de nuestro caminar hacia
Dios, etapa que no se consumará hasta la venida final de Cristo. Su venida en gloria nos sorprenderá a
todos, por eso, debemos estar siempre listos para cuando El venga. Estemos atentos a Dios quien viene
ahora a nosotros, a través de su Palabra y Eucaristía, con el fin de prepararnos para la segunda venida
de Jesús. Nos ponemos de pie para iniciar nuestra Eucaristía.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso, aviva en tus fieles, al comenzar el Adviento, el deseo de salir al
encuentro de Cristo, que viene, acompañados por las buenas obras, para que,
colocados un día a su derecha, merezcan poseer el reino eterno. Por nuestro Señor
Jesucristo.

PRIMERA LECTURA
Monición. La primera lectura está tomada del profeta Isaías. Isaías ve que todos los pueblos vendrán a
Sión, que simboliza la Iglesia actual, para que escuchen la enseñanza del Señor y obedezcan su Palabra.
Si caminamos a la 1uz del Señor, nos realizaremos como fruto del Señor y habrá paz universal.
Escuchemos.

Lectura del libro de Isaías 2,1-5

Visión de Isaías, hijo de Amós, acerca de Judá y de Jerusalén: Al final de los días
estará firmemente establecido el monte de la casa del Señor en la cumbre de las
montañas, se elevará por encima de las colinas. Hacia él confluirán todas las
naciones, caminarán pueblos numerosos. Dirán: «Vengan, subamos al monte del
Señor, a la casa del Dios de Jacob: él nos instruirá en sus caminos y marcharemos por
sus sendas; porque de Sión saldrá la Ley, de Jerusalén, la Palabra del Señor». Será el
árbitro de las naciones, el juez de pueblos numerosos. De las espadas forjarán arados,
de las lanzas, podaderas. No alzará la espada pueblo contra pueblo, no se adiestrarán
para la guerra. ¡Ven, casa de Jacob, caminemos a la luz del Señor!
Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL 121

R: Vamos alegres a la casa del Señor.

¡Qué alegría cuando me dijeron: «Vamos a la casa del Señor»! Ya están pisando
nuestros pies tus umbrales, Jerusalén. R/.

Allá suben las tribus, las tribus del Señor, según la costumbre de Israel, a celebrar el
nombre del Señor; en ella están los tribunales de justicia, en el palacio de David. R/.

Deseen la paz a Jerusalén: «Vivan seguros los que te aman, haya paz dentro de tus
muros, seguridad en tus palacios». R/.

Por mis hermanos y compañeros, voy a decir: «La paz contigo». Por la casa del Señor,
nuestro Dios, e deseo todo bien. R/.

SEGUNDA LECTURA
Monición. Nosotros los cristianos vivimos una vida de tensiones; vivimos en la presente vida de pecado y
oscuridad y también en la nueva época de gracia y luz. San Pablo nos exhorta a despertar del sueño
porque nuestra salvación está más cerca que cuando empezamos a creer. Pongamos atención a cómo
debemos vivir ahora.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 13,11-14ª

Hermanos: Dense cuenta del momento en que viven; ya es hora de que despierten del
sueño, porque ahora nuestra salvación está más cerca que cuando empezamos a
creer. La noche está avanzada, se acerca el día: dejemos las obras de las tinieblas y
revistámonos con las armas de la luz. Conduzcámonos como en pleno día, con
dignidad. Nada de comilonas y borracheras, nada de lujuria y desenfreno, nada de
riñas ni envidias. Al contrario, revístanse del Señor Jesucristo.
Palabra de Dios.

EVANGELIO
Monición. La lectura del Evangelio está tomada del discurso de Jesús sobre el fin de los tiempos en san
Mateo. El momento del juicio final es desconocido. El final vendrá súbitamente como vino el diluvio en
tiempo de Noé. Cristo nos advierte que debemos estar preparados para su llegada en todo momento.
Antes de la proclamación del Evangelio, cantemos el Aleluya.

Antífona de Aleluya.
«Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación»

Lectura del santo evangelio según san Mateo 24,37-44

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Cuando venga el Hijo del hombre,
pasará como en tiempo de Noé». Antes del diluvio, la gente comía y bebía y se
casaba, hasta el día en que Noé entró en el arca; y cuando menos lo esperaban llegó
el diluvio y se los llevó a todos; lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del hombre.
Dos hombres estarán en el campo: a uno se lo llevarán y a otro lo dejarán; dos
mujeres estarán moliendo: a una se la llevarán y a otra la dejarán. Estén, pues,
vigilantes, porque no saben qué día vendrá su Señor. Entiendan bien que si el dueño
de casa supiera a qué hora de la noche va a llegar el ladrón estaría vigilando y no la
dejaría saltar su casa. Por eso, también ustedes estén preparados, porque a la hora
que menos piensen vendrá el Hijo del hombre.
Palabra del Señor.

PETICIONES

Hermanos y hermanas comenzamos el Adviento con la llamada a subir al monte del


Señor, a preparar nuestro corazón para ver a Dios hecho hombre, le pedimos al Padre
que nos despierte de nuestro letargo, diciendo:

R: Ven, Señor, Jesús.

1. Por el Papa Francisco, los obispos y sacerdotes, para que no se cansen de


predicar la Palabra de Dios y celebrar los sacramentos. Roguemos al Señor.
2. Por todos los hombres de la tierra, para que escuchen la llamada de la venida
de Cristo y dispongan su corazón para el momento que llega. Roguemos al
Señor.
3. Por todos los que viven alejados de su patria, para que puedan pronto volver a
ella y vivir en paz y concordia con sus compatriotas. Roguemos al Señor.
4. Por los enfermos para que Cristo, que viene, se detenga en su dolor y los libre
del yugo de la enfermedad. Roguemos al Señor.
5. Por las familias cristianas para en este tiempo de Adviento promuevan el amor
entre ellos y hacia los más próximos. Roguemos al Señor.

Padre, llena de misericordia los corazones de tus fieles para que, este Adviento
que hoy comienza, lo puedan culminar con el corazón rebosante de tu Amor. Te
lo pedimos por Jesucristo Nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Acepta, Señor, este pan y este vino, escogidos de entre los bienes que hemos recibido
de ti, y concédenos que esta eucaristía, que nos permites celebrar ahora en nuestra
vida mortal, sea para nosotros prenda de salvación eterna. Por Jesucristo nuestro
Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, que fructifique en nosotros la celebración de estos sacramentos, con los que tú
nos enseñas, ya en nuestra vida mortal, a descubrir el valor de los bienes eternos y a
poner en ellos nuestro corazón. Por Jesucristo nuestro Señor.

EL PAN DE CADA DÍA


Lunes: Is 2,1-5; Sal 121; Mt 8,5-11
Martes: Eclo 44,1.10-15; Sal 23; Mc 10,17-21 Todos los santos de la Orden Franciscana
Miércoles: Rom 10,9-18; Sal 18; Mt 4,18-22 San Andrés. Apóstol. Fiesta.
Jueves: Is 26,1-6; Sal 117; Mt 7,21.24-27
Viernes: Is 29,17-24; Sal 26; Mt 9,27-31
Sábado: Is 30,18-26; Sal 146; Mt 9,35-10,1.6-8

ACTIVIDADES DE LA SEMANA
Día: 27 de Noviembre
11:00am Misa de cierre de fiestas patronales 2016. AFCSJT
06:00pm Aniversario de la Legión de María.
Día: 28 de Noviembre
08:00pm Aniversario de la 16° Cuadrilla AFCSJT.
Día: 29 de Noviembre
06:00pm Entronización de la Virgen Purísima
Días: 29 de Noviembre – 03 de Diciembre
08:00pm Novena en honor a la Virgen Purísima.

TIEMPO DE ADVIENTO

Bendición de la Corona
La tierra, Señor, se alegra estos días y tu Iglesia desborda de gozo ante tu Hijo, el Señor, que
se avecina como luz esplendorosa, para iluminar a los que yacemos en las tinieblas de la
ignorancia, del dolor y del pecado. Lleno de esperanza en su venida, tu pueblo ha preparado
esta corona con ramos y la ha adornado con cirios. Ahora, pues, que comenzamos el tiempo de
preparación para la venida de tu Hijo, te pedimos, Señor, que mientras se acrecienta cada día
el esplendor de esta corona con nuevas luces, nos ilumines a nosotros con el esplendor de
aquel que, por ser la luz del mundo, iluminará todas las oscuridades. Y la bendición de Dios
todopoderoso Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre esta corona.

Oración para encender el primer cirio.


Encendemos, Señor, esta luz, como aquel que enciende su lámpara para salir, en la noche, al
encuentro del amigo que ya viene. En esta primer semana de Adviento queremos levantarnos
para esperarte preparados, para recibirte con alegría. Muchas sombras nos envuelven. Muchos
halagos nos adormecen. Queremos estar despiertos y vigilantes, porque tú traes la luz más
clara, la paz más profunda y la alegría más verdadera. ¡Ven, Señor Jesús! (Se enciende el
cirio)
SAN ANDRÉS.
30 de Noviembre

Nació en Betsaida y tuvo el honor y el privilegio de haber sido el primer discípulo que tuvo
Jesús, junto con San Juan el evangelista. Los dos eran discípulos de Juan Bautista, y este al
ver pasar a Jesús (cuando volvía el desierto después de su ayuno y sus tentaciones) exclamó:
"He ahí el cordero de Dios". Andrés se emocionó al oír semejante elogio y se fue detrás de
Jesús, Jesús se volvió y les dijo: "¿Qué buscan?". Ellos le dijeron: "Señor: ¿dónde vives?".
Jesús les respondió: "Venga y verán". Y se fueron y pasaron con Él aquella tarde. Esa llamada
cambió su vida para siempre. San Andrés se fue luego donde su hermano Simón y le dijo:
"Hemos encontrado al Salvador del mundo" y lo llevó a donde Jesús quien encontró en el gran
San Pedro a un entrañable amigo y al fundador de su Iglesia. El día del milagro de la
multiplicación de los panes, fue San Andrés el que llevó a Jesús el muchacho que tenía los
cinco panes. El santo presenció la mayoría de los milagros que hizo Jesús y escuchó, uno por
uno, sus maravillosos sermones, viviendo junto a él por tres años. La tradición coloca su
martirio el 30 de noviembre del año 63, bajo el imperio de Nerón.

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