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1.

INTRODUCCION

La Infección del Tracto Urinario (ITU) es considerada como una de las


patologías infecciosas más frecuentes en la consulta médica. Afectan
principalmente a las mujeres debido a que la anatomía del aparato urinario
femenino (Foxman 2000). El 50% de las mujeres desarrollan un episodio de
infección urinaria a lo largo de su vida y su presentación más común es
durante el embarazo (More 2014).

Los microorganismos que se encuentran con mayor frecuencia en el tracto


urinario y que producen infección son bacterias gramnegativas tales como
Escherichia coli, uropatógeno con más predominancia, seguido de
Klebsiella pneumoniae, Proteus mirabilis y Pseudomonas aeruginosa
(Brooks 2010).

Una ITU es tratada inicialmente con una terapia empírica, hasta obtener
resultados de urocultivo y sensibilidad antimicrobiana. Este tratamiento
empírico se basa en el conocimiento de los gérmenes más frecuentes y la
sensibilidad antibiótica conocida o reportada en la bibliografía; sin embargo,
esta es variable en cada población, van de acuerdo a los manejos
antibióticos previos y a los recursos de la zona (Guía 2010).

SE RECOMIENDA QUE LA ANTIBIOTICOTERAPIA EMPÍRICA SE


INDIQUE DE ACUERDO AL MAPA MICROBIOLÓGICO DE CADA
INSTITUCIÓN.

Dentro de los antibióticos para el tratamiento de las infecciones urinarias se


encuentran las Quinolonas. Las quinolonas son hidrofílicas y penetran
dentro de los organismos Gram negativos por medio de canales acuosos
(porinas) de la membrana celular externa, producen acción bactericida
rápida y en relación directa con la concentración de la misma en el sitio de
la infección. Con el propósito de mejorar su acción bactericida se ha
adicionado flúor a la quinolona, obteniéndose así una fluoroquinolona
(Jáuregui 2002).

Existen tres mecanismos de resistencia: la producción de mutaciones


cromosómicas que alteran la topoisomerasa del DNA bacteriano, cambios
en la permeabilidad de la membrana y desarrollo de un mecanismo eficiente
de efluvio hacia el exterior de las células (Jáuregui 2002).

Las IDSA recomiendan como primera elección de tratamiento el uso de


fluoroquinolonas en el contexto ambulatorio u hospitalario y según la OMS
la resistencia a las fluoroquinolonas, al ser uno de los antibacterianos más
utilizados en el tratamiento de las infecciones urinarias por Escherichia coli
está muy extendida (OMS 2014).

En los últimos años se han producido avances significativos en la


patogenia. Se ha observado cambios sustanciales en los patrones de
sensibilidad de los principales patógenos urinarios y que dichos patrones de
resistencia pueden tipificarse. Estos patrones de resistencia obedecen a
genotipos característicos que se expresan como fenotipos de falta de
actividad de los fármacos frente a los patógenos microbianos (Pigrau)

En el Instituto Nacional Materno Perinatal se atienden a pacientes mujeres,


que en su mayoría se encuentran en estado de gestación y que están
propensas a adquirir estas infecciones. No se han registrado estudios sobre
la incidencia de resistencia ni la caracterización de los fenotipos bacterianos
en esta institución y considerando la frecuencia de esta patología es
indispensable conocer los gérmenes locales, patrones de sensibilidad y
resistencia, para brindar mejor opción terapéutica y procurar disminuir la
presión selectiva hacia las bacterias ocasionadas por la terapia antibiótica
empírica.

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