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Eliminación.

Algunos pacientes reciben una preparación intestinal (p. ej., un catártico o


enema) si la cirugía es del sistema GI inferior o de los órganos abdominales
inferiores La manipulación en la parte del tracto GI durante la intervención
produce ausencia de peristaltismo durante 24 horas y a veces durante más
tiempo. Un intestino vacío reduce el riesgo de lesión intestinal y minimiza la
contaminación de la herida quirúrgica en el caso de que se corte o abra
accidentalmente el intestino o si se va a realizar una cirugía de colon. La
preparación del intestino y la vejiga. Se debe instruir al paciente para vaciar la
vejiga justo antes de ir al quirófano y de la administración de los medicamentos
preoperatorios. Una vejiga vacía reduce la incomodidad durante el
procedimiento y reduce el riesgo de incontinencia durante la intervención. Si el
paciente no puede orinar, hay que registrar esta información en la lista de
comprobación preoperatoria.
Los enemas previos a la intervención quirúrgica ya no son habituales, pero
pueden ordenarse enemas de limpieza si se planifica una intervención
intestinal. Después de la intervención que afecta a los intestinos, la peristalsis
no suele volver durante 24 a 48 horas. Antes de la intervención puede
ordenarse un sondaje rápido con catéter recto o uno permanente. Puede
ordenarse una sonda de Foley para asegurarse de que la vejiga permanezca
vacía. Esto ayuda a evitar una lesión inadvertida de la vejiga, en especial
durante la intervención quirúrgica pélvica. Si el paciente no tiene una sonda, es
importante vaciar la vejiga antes de recibir medicamentos preoperatorios.
El equilibrio hidroelectrolítico del organismo requiere un volumen determinado
de agua y cantidades definidas de electrólitos El líquido corporal (agua,
electrólitos) contenido en 60% o 70% del peso corporal, actúa como
intermediario del organismo para que se efectúen reacciones químicas, como
conservador de células sanas, proporcionando agua y electrólitos para las
secreciones y excreciones
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los factores de riesgo que el paciente puede sufrir en caso de alteración


de los mismos:
 Retraso del vaciamiento gástrico: Aumenta el riesgo de reflujo e
indigestión
Intervención: Posicionar al paciente con el cabecero de la cama elevado al
menos 45 grados. Reducir el tamaño de las comidas de acuerdo con la dieta
prescrita.
 Disminución de la función renal con disminución del flujo
sanguíneo a los riñones: Aumento del riesgo de shock cuando se
produce una pérdida hemática aumento del riesgo de desequilibrio de
líquidos y electrólitos
Intervención: Determinar antes de la cirugía la diuresis basal durante 24 horas
en los pacientes hospitalizados
 la vejiga llena: la vejiga debe permanecer vacía: previene cierta lesión
de la vejiga, en especial durante la intervención quirúrgica pélvica. Si el
paciente no tiene una sonda, es importante vaciar la vejiga antes de
recibir medicamentos preoperatorios.
Intervención: Vigilar frecuencia y características de la eliminación, Puede
ordenarse una sonda de Foley para asegurarse de que la vejiga
permanezca vacía.

 Intestinos llenos: en este caso pueden ordenarse enemas de limpieza


Los enemas ayudan a evitar el estreñimiento postoperatorio y la
contaminación de la zona quirúrgica (durante la intervención) por las
heces.
Intervención: seguir ayuno en pacientes hospitalizados, aplicación de
enemas.:

Otras intervenciones de enfermería:


Prevención de la incontinencia intestinal y urinaria.
.. Los enemas y catárticos como la solución electrolítica de polietilenglicol
limpian el tracto gastrointestinal para prevenir la incontinencia intraoperatoria y
el estreñimiento postoperatorio. La prescripción del cirujano suele leerse
«administrar enemas hasta que esté limpio». Esto significa que se administren
enemas hasta que no aparezca ningún material fecal sólido. Sin embargo, la
administración de una gran cantidad de enemas en un corto período de tiempo
puede provocar serios desequilibrios hidroelectrolíticos. La mayoría de los
centros limitan el número de enemas s (generalmente a tres) que pueden
administrarse sucesivamente (generalmente a tres) que pueden administrarse
sucesivamente.
Puede ser necesario el sondaje directo si en la exploración se detecta que la
vejiga está muy llena, o la colocación de una sonda permanente si la cirugía es
larga o la incisión se encuentra en la parte inferior del abdomen.
Bibliografía

Bibliografía
Audrey Berman, B. K. (2008). Fundamentos de Enfermería conceptos,
procesos y practicas (octava ed., Vol. 1). España: PEARSON
EDUCACIÓN S.A. pag:
: (Gómez, E. R. (2009). Fundamentos de enfermería: ciencia, metodología y
tecnología. México, D.F: El Manual Moderno. PAG 439)
Potter, P. A. (2013). fundamento de enfermeria 8va edicion . España:
ELSEVIER. PAG 1263

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