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Fernando Del Paso Una Librería Con Alma
Fernando Del Paso Una Librería Con Alma
A una cuadra de la reconocida calle Colombia y muy cerca del complejo deportivo
Atanasio Girardot se encuentra la Librería Fernando del Paso, un lugar al que se accede
fácilmente. Camilo Atehortúa, historiador y librero, recibe a los visitantes con un dechado de
gentileza y sapiencia, pues conoce como ninguno los temas y autores que componen el catálogo
de libros allí exhibidos. Esto hace posible que el visitante encuentre en la librería una coherencia
ajustada al espíritu que por años ha querido transmitir el Fondo de Cultura Económica:
presentar el conocimiento en un orden apropiado, una narrativa que consienta el diálogo con el
posible lector.
Desde el ingreso, comienzan a aparecer como flores multicolores aquellos libros que han
colecciones del Fondo. Cabalmente dispuestas, pueden de inmediato ser disfrutadas por el
visitante. A cada paso, títulos y autores provocan encuentros plenos de emoción y afecto para
Olga Lucía Escobar, coordinadora del Fondo de Cultura Económica para Medellín, nos
habla de la solidaridad del barrio con la librería, que se exterioriza en el saludo diario de los
vecinos y la preocupación para que este tipo de propuesta cultural se salvaguarde en el tiempo.
La agenda cultural ofrecida antes de la pandemia germinó como una nueva posibilidad de
abrazo cultural con la comunidad y con aquellos lectores que reconocen en los libros del Fondo,
como bien se ha afirmado, el medio para “sustentar el debate público en nuestro continente”.
Otro sector de la población al cual apunta la oferta cultural es el público infantil: nuevas
generaciones de lectores que impregnarán con su espíritu y espontaneidad cada página leída;
bien sabemos la importancia de que esto pase y la librería Fernando del Paso estará atenta para
Francia Internacional por el escritor Fernando del Paso a su amigo y compañero de tertulia Juan
Rulfo. El pretexto que utiliza Fernando del Paso es una carta nunca escrita en la que deplora no
haber establecido una posible correspondencia con Rulfo; igualmente, lamenta la ruptura de lo
que otrora fuera un diálogo entre los dos escritores de horas “platicando y fumando como
chacuacos”, pero bifurcados caminos sellaron esa separación. Así, desde la radio, interactuando
con fragmentos de los cuentos Diles que no me maten y Luvina, narrados en la inconfundible
voz de Rulfo, Fernando del Paso nos ha legado un cuadro donde narra el perenne y profundo
en la memoria.
en Medellín bajo el nombre de Fernando del Paso: una manera de legar para Colombia el
compromiso de explorar la obra y vida de este autor. El lugar donde se instaló la librería del
Fondo fue en la Biblioteca Pública Piloto; allí estuvo durante un año, luego, por razones
divulgación cultural.
De los libros
América Latina. Su arribo a Colombia, como librería, se dio en el año de 1975 al inaugurar su
primera sede en Bogotá. Antes se habían fundado filiales en varias ciudades, entre ellas Buenos
Aires, Lima, Santiago y Caracas. Hoy Medellín hace parte de este circuito, uniéndonos al legado
durante décadas.
Tierra firme, Letras mexicanas, Colección Popular, La Ciencia para todos, entre muchas otras,
colman los espacios de la librería Fernando del Paso. Además, en convenio con otras editoriales,
la librería ofrece obras de autores clásicos en diferentes temas: literatura, filosofía, sociología,
historia, poesía. Destacamos el lugar que ocupa la obra de García Márquez en la exhibición pues
Visitar una librería con toda la disposición de tiempo posible, dejarse atrapar por las
portadas de los libros, las reseñas, o por fragmentos tomados al azar, abandonando el cotidiano
afán, es un placer que invitamos a sentir: para eso existen las librerías, estos espacios hechos
para la espera y para el goce que depara el encuentro con un buen libro. Estar en la librería
Fernando del Paso nos ha dado pie para soñar e imaginar un tour por las librerías y editoriales
de la ciudad, situación que puede ser posible algún día en la medida en que nuestra gente se
integre de mejor manera el libro, algo para lo cual se esta trabajando tanto desde la iniciativa
propia de cada una de las librerías, como desde los actores culturales que conforman el Plan
Municipal de Lectura. Mucho hemos avanzado al respecto, pero también mucho nos falta.
Durante todo el rato, Carolina Bedoya –quien también hace parte del equipo de la
librería– adelanta la silenciosa labor de reacomodar colecciones, esa diaria caricia que permite
disponer el escenario para que los actores, en este caso los libros, abandonen la casa original y
emprendan el viaje. Gracias al empeño y mística de esta cofradía, la librería Fernando del Paso,
afronta con denuedo la actual crisis sanitaria. Durante esta visita, vimos libros que se quedan en
nuestros sentidos. Su destino inmediato dependerá de algún lector ¿de quién exactamente?
Quizá del profesor que acaba de llegar… Lo cierto es que tenemos el privilegio de contar en uno
de nuestros barrios y con una proyección para toda la ciudad con una librería donde se pueden
adquirir tanto las obras que hacen parte de la historia crítica de nuestro continente como la de