Está en la página 1de 2

Límites, hábitos de Sueño y manejo de alteraciones

Adaptación y Recopilación
Ps. Silvia Orellana

1.- Tratar de prevenir las dificultades

El niño (a) muestra resistencia a acostarse por diferentes motivos (miedo a la


oscuridad, miedo a no despertarse, por sentir inseguridad cuando está solo, por preferir
la compañía y la atención de los padres,...), siempre recurriendo a excusas y/o a
conductas manipuladoras. Mientras el niño va consiguiendo alargar el momento, va
consiguiendo dosis suplementarias de atención y retrasando la angustia que le produce
la separación.

Es conveniente e idóneo prevenir este problema antes de que se produzca, y la


forma de hacerlo es no flexibilizar en el momento de ir a la cama. Si esto ya se ha
convertido en un problema habrá que establecer todo un plan:

- Decidir y señalar en qué momento y lugar preciso el niño(a) debe acostarse


(recuerde que esta decisión la toman los adultos, no los niños y eso les brinda seguridad
y protección).
- Establecer, en los momentos previos al acostarse, rituales que den seguridad al niño
(es decir, hacer cosas que vayamos repitiendo cada día y que le vayan mentalizando de
que se acerca la hora de dormir: leer un cuento, coger su muñeco preferido,...) pero
sabiendo cómo poner punto y final y no dejar que también se alarguen
incansablemente.
- Evitar actividades o juegos demasiado excitantes y activos en los momentos previos
de acostarse.
- En ocasiones, sería conveniente ofrecer alguna pequeña recompensa por haber
cooperado en el momento de acostarse.

2.- Pesadillas o despertar a media noche

Estas pueden ser provocados si su niño(a) llega a estar muy cansado. Se cita en
la literatura la importancia de las rutinas, como forma de crear un reflejo condicionado
en el niño que lo predisponga al sueño sin conflictos.

- Nuevamente asegúrese que su niño(a) vaya a la cama siempre a la misma hora, y lo


suficientemente temprano como para que él o ella pueda dormir lo suficiente. Los niños
más pequeños pueden volver a necesitar tomar una siesta durante el día.
- Permitir dormir con luz tenue para que su niño(a) esté menos confundido por las
sombras y se segurise. Manejar esta situación sólo por algunos días, ya que podría
alterar el hábito de conciliación de sueño.
- Diga cosas relajantes, mantener la calma y no sobreempatizar con él trasladándolo a
su cama. En ese caso es mejor que lo acompañe en su propio dormitorio. No transar con
pasarse a la cama de los padres, aunque el niño insista o los adultos estén muy
cansados.
- Conforte, tranquilice y acurrúquese con su niño(a) Sostenga a su niño(a) o su mano
si el hacerlo parece que ayuda a que se sienta mejor.
- Transmitirle una visión de muerdo positiva y segura, aún en la oscuridad y reforzar si
logra dormir solo aunque sea unas horas, recalcándolo como un logro personal. Si Ud. lo
acoge en su cama, el mensaje para el niño es de “es peligroso que duermas solo” o “no
eres capaz de hacerlo” lo que reforzará la conducta evitativa de irse a la cama.
- Durante el día ayude a su niño(a) a hablar acerca de los malos sueños
- Evite que su niño(a) vea o escuche programas de televisión (noticias) o películas de
terror
- Deje la puerta del cuarto abierta (nunca cierre la puerta de un niño(a) que está con
miedo
- Déle un objeto “de seguridad” o un juguete para que se conforte
- No pase mucho tiempo buscando “los monstruos” o dandole explicaciones en el
momento de la pesadilla

Los ocasionales malos sueños son normales en todas las edades a partir de los 6
meses de edad. Las pesadillas a menudo se relacionan con etapas del desarrollo del
niño(a): los niños pequeños pueden soñar que se están separando de sus padres; los de
edad pre-escolar pueden soñar acerca de monstruos o de la oscuridad; los niños en edad
escolar pueden soñar acerca de la muerte o de peligros reales. Las pesadillas
usualmente suceden durante el último tercio del sueño, durante la etapa REM del sueño
(cuando soñamos).

Terrores Nocturnos

- Trate de ayudar a su niño(a) a regresar a su sueño normal. Usted no podrá


despertarlo(a), así que no intente hacerlo. Sacudir o gritar a su niño(a) puede causar
que él o ella se enoje más.
- Proteja a su niño(a) de hacerse daño. Durante un terror nocturno, el niño(a) puede
caerse de las escaleras, tropezarse con la pared, o romper una ventana. Trate
gentilmente de dirigir a su niño(a) de regreso a su cama.
- Prepare a las personas que cuidan a su niño(a) acerca de estos episodios. Explíqueles
qué es un terror nocturno y lo qué deben de hacer si ocurre uno.
- Por varias noches, note cuántos minutos pasa desde el tiempo en que su niño(a) se
duerme hasta cuando ocurre uno de los terrores nocturnos. Empiece a despertar a su
niño(a) 15 minutos antes del tiempo en que se espera va a ocurrir un episodio de terror
nocturno. Mantenga a su niño(a) completamente despierto y fuera de la cama por 5
minutos. Continué despertando a su niño(a) de esta manera por siete noches
consecutivas. Si los terrores nocturnos regresan cuando usted cesa de despertar a su
niño(a), continué despertándolo mientras lo necesita.

Referencias:

Aldana A. , Samudio D. , Irala E., Rodas N. “Trastornos del sueño: prevalencia en población pediátrica en edad
preescolar y escolar de área urbana”, PEDIATRÍA, Órgano Oficial de la Sociedad Paraguaya de Pediatría,
Volumen 33 - Número 1 ( 2006)
Cincinnati Children's Hospital Medical Center, 2005 “Nightmares and Night Terrors”
http://www.cincinnatichildrens.org
Estivill, E. “Duermete Nino” Coleccion Autoayuda , 2004
http://www .psicologoinfantil.com

También podría gustarte