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FUENTE: LIBRO DE ING GONZALES UCE

COMPRESIBILIDAD DEL SUELO Y ASENTAMIENTO POR CONSOLIDACIÓN

9.1 RELACIONES ESFUERZO - DEFORMACIÓN - TIEMPO


Cuando se desea conocer si un material puede ser utilizado en la estructura (conjunto
de elementos soportantes) de cualquier obra civil, es necesario estudiar previamente su
comportamiento mecánico, principalmente su capacidad de resistencia y el nivel de las
deformaciones que ocurrirán durante su vida útil bajo la acción de las cargas que deberá
soportar. En este capítulo nos referiremos a esta última característica.
Así, se define a la compresibilidad como la mayor o menor capacidad de deformación
que tiene un suelo (o cualquier otro material) cuando se lo somete a una carga de compresión .
Un suelo que se deforma mucho será muy compresible y viceversa.
En efecto toda carga aplicada a un cuerpo genera un cambio en sus condiciones de
esfuerzo, el mismo que provoca deformaciones. Una masa de suelo depositada a lo largo de
períodos geológicos anteriores se encuentra actualmente en condición de equilibrio estático,
ya que estará ajustado a los esfuerzos provenientes del peso del suelo colocado por encima de
cualquier plano dado. Un esfuerzo adicional o una disminución del mismo (el peso de un relleno,
la ejecución de una excavación, el peso de un edificio, puente, presa, dique, etc.) producirá un
estado de deformaciones temporal, en condición de equilibrio no estático, en toda la zona de
influencia de los esfuerzos.
En suelos, la deformación más importante por una variación de los esfuerzos es el
movimiento total vertical (en el sentido de la profundidad), causado por la aplicación de la carga.
Puede ocurrir hacia abajo (deformación por compresión) si se tiene un aumento de los esfuerzos,
en cuyo caso se denomina asentamiento, porque la estructura colocada encima se asienta.
Puede producirse también hacia arriba (deformación por expansión) cuando disminuyen los
esfuerzos, caso en que comúnmente se la llama levantamiento. Cabe aclarar que cualquier
deformación es siempre causada por un cambio en los esfuerzos efectivos.
En la mayoría de materiales estructurales la deformación se produce simultáneamente
con la aplicación de la carga, razón por la cual para conocer su comportamiento mecánico basta
determinar sus relaciones esfuerzo – deformación, para ciertos tipos específicos de carga. El
acero estructural y el hormigón son ejemplos de esta clase de materiales. En otros, por el
contrario, la deformación se produce luego de un cierto tiempo de aplicada la carga, y por ello,
para establecer las propiedades mecánicas de estos materiales se deben conocer sus relaciones
esfuerzo – deformación – tiempo. Los suelos finos saturados son un ejemplo de esta segunda
categoría.
Las relaciones más sencillas de los tipos antes descritos son aquellas que ocurren en
materiales elásticos, en los cuales los esfuerzos y deformaciones son proporcionales e
independientes del tiempo. Conocidas las cargas es posible, por medio de métodos basados en
la Teoría de Elasticidad, determinar de forma simple esfuerzos, deformaciones y
desplazamientos en todos los puntos de miembros, tales como vigas o columnas. También es
posible calcular los esfuerzos causados por cargas superficiales en el interior de masas, por
medio de la Teoría de Mecánica del Continuo.
Debe anotarse, sin embargo, que las soluciones basadas en la Teoría de la Elasticidad
no son nada fáciles, si se exceptúan los casos más sencillos; cualquier teoría general que intente
considerar todas las variaciones que se pueden dar, se tornará muy compleja. Recuérdese que
la Teoría Elástica requiere el uso de solamente dos constantes de esfuerzo-deformación, el
Módulo de Elasticidad, E, y el Coeficiente de Poisson, , mientras que una teoría general
involucraría un gran número de relaciones desconocidas y complejas entre esfuerzo y
deformación, o entre esfuerzo-deformación-tiempo. Lo anterior es especialmente cierto para los
suelos, que generalmente muestran un limitado rango de acción elástica.

9.2 CLASES DE DEFORMACIÓN


Si se hace una corta revisión de las clases de deformación que se pueden presentar en
la generalidad de materiales estructurales, tenemos aquellas que se indican en la Tabla 9.1.
Instantánea
Por Tiempo
Retardada
Por Distorsión
Por Efecto Externo
Clases Por Cambio de Volumen
Elástica
Por Efecto Interno Plástica
Elasto - Plástica
Tabla 9.1 Clases de deformación Fuente: Autor
Si se atiende al tiempo necesario para que se produzcan, las deformaciones pueden
dividirse en instantáneas y retardadas.
 Instantáneas son aquellas que se producen simultáneamente con la aplicación de la
carga. No necesitan tiempo para manifestarse. Ejemplos de materiales en los cuales
prevalece este tipo de deformación son: acero estructural, hormigón, madera y suelos
gruesos.
 Retardadas son aquellas que requieren tiempo para producirse, por ejemplo el flujo
plástico del hormigón, flexión en algunas maderas y la deformación de los suelos finos
saturados.
Si se considera el efecto externo o sea el cambio visible que se produce, las
deformaciones pueden ocurrir por distorsión o por cambio de volumen.
 La distorsión implica un cambio de forma. En el acero estructural, hormigón y suelos
gruesos, predomina este tipo de deformación.
 La segunda clase, es el cambio de volumen. Este tipo de deformación predomina en
algunos suelos finos saturados. El conocido caso del asentamiento de la Ciudad de
México es un ejemplo a escala natural de este fenómeno.
Si se atiende al efecto interno las deformaciones pueden ser elásticas, plásticas o elasto
– plásticas.
 Una deformación elástica es aquella que se recupera cuando se suprime la causa que
la produjo. La deformación del caucho es de este tipo.
 Por el contrario la deformación plástica es aquella que luego de ocurrida se mantiene
permanente aún cuando se suprima la causa que la produjo. El ejemplo clásico de este
tipo es la deformación de la plastilina.
 En la mayoría de materiales estructurales se encuentra un rango de esfuerzos en el cual
la deformación es elástica y un rango mayor de esfuerzos en el cual la deformación ya
es plástica. Ésta es la característica de los materiales elasto – plásticos.
En los suelos gruesos la deformación prevaleciente es la elástica, mientras que en los
suelos finos prevalece la deformación elasto – plástica, con un muy pequeño rango elástico.
Se ha usado siempre la palabra prevaleciente porque en la naturaleza la deformación
en cualquier material tiene algo de las seis clases antes anotadas, pero según sus propias
características una o varias de esas clases serán más notorias en cada material. Así, en los
suelos gruesos la deformación es preponderantemente instantánea, por distorsión y elástica. En
los suelos finos la deformación es preponderantemente retardada, por cambio de volumen y
elasto – plástica.
9.3 CARACTERÍSTICAS DE LA DEFORMACIÓN EN SUELOS
El problema del asentamiento de estructuras ha sido una calamidad para los
constructores durante siglos. Muchas y valiosísimas obras de arquitectura de la Edad Media
desaparecieron ya que los excesivos asentamientos provocaron su destrucción. Solo la Torre
Inclinada de Pisa, iniciada en 1174, se hizo famosa por este defecto y todavía continúa
inclinándose. Sin embargo, los excesivos asentamientos no son patrimonio de esa época. Casi
todas las ciudades no asentadas directamente sobre roca, Quito entre ellas, tienen o han tenido
edificios y puentes agrietados o desplomados por asentamientos de gran magnitud. Otro caso
muy conocido es el suelo de la ciudad de México que ha experimentado asentamientos de varios
metros en un lapso de menos de un siglo.
Hasta comienzos del siglo pasado se atribuía vagamente los asentamientos al
aplastamiento de los suelos blandos sobre los cuales se apoyaban las estructuras. Pero en las
muestras tomadas en las vecindades de las zonas en donde se habían producido los
asentamientos, no se encontraba la deformación lateral que era de esperarse con ese
aplastamiento. Por el contrario, las primeras investigaciones comprobaron que los espesores
de algunos estratos de suelo, especialmente si éste era arcilla blanda, se habían reducido en
una magnitud igual a la del asentamiento, y que los estratos cuyos espesores habían
disminuido tenían una relación de vacíos menor que la de los mismos estratos situados fuera
de la zona cargada.
Cabe anotar que, si bien para el rango de esfuerzos que maneja la Ingeniería Civil los
suelos finos son más compresibles que lo suelos gruesos, para niveles de esfuerzos muy
elevados ambos tipos de suelo pueden tener compresibilidades semejantes.
Siendo el suelo un material multifase se ha podido establecer que su mecanismo de
deformación incluye varios fenómenos. Ellos se pueden agrupar en la forma indicada en la Tabla
9.2 y detallada a continuación.
Deformación de sólidos di
Deformación de
Deformación del agua
componentes
Deformación del aire
Causas
Disminución de Escape de agua (lento) dc
volumen de vacíos Escape de aire
Flujo plástico Reacomodo de partículas dr
Tabla 9.2 Causas de la deformación en suelos Fuente: Autor
El primer mecanismo es la deformación de cada uno de sus componentes: sólidos,
agua y aire. Para los niveles de esfuerzos que normalmente maneja la Mecánica de Suelos se
puede considerar que el agua es incompresible. No sucede lo mismo con los sólidos y su
esqueleto, que sí pueden deformarse por flexión y/o distorsión, fenómeno mayormente elástico
que tiene lugar instantáneamente y con volumen constante para los niveles de esfuerzo antes
mencionados. (La fractura de los sólidos en los puntos de contacto, fenómeno no reversible,
generalmente tiene lugar a esfuerzos relativamente altos, difícilmente alcanzables en las obras
comunes). Por las características detalladas, a este mecanismo se le denomina deformación
instantánea o inicial, y se le simboliza como di. Nótese que el aire no podrá deformarse más
allá de lo que permita el esqueleto de los sólidos y que no existirá ningún cambio en el contenido
de agua.
Sin que ninguno de los componentes se deforme, la masa de suelo sí puede hacerlo por
disminución de su volumen. Es un cambio en el espacio tridimensional, variando las distancias
entre puntos del suelo, pero manteniendo su posición relativa. El volumen que disminuirá será
obviamente el de vacíos, mientras el volumen de sólidos permanecerá invariable. Al disminuir el
volumen de vacíos los componentes que ocupan los poros (agua y aire) serán parcialmente
expulsados de los mismos. Si el suelo es muy permeable la salida de agua o aire será inmediata
y la deformación se incorporará a la antes indicada (di). Pero si el suelo es muy poco permeable,
arcilla por ejemplo, la salida será muy lenta y necesitará tiempo para producirse, a veces de
duración muy considerable (años, décadas y aún siglos). A esta segunda causa se le denomina
deformación primaria o por consolidación y se le simboliza dc.
Sin que se deformen los componentes del suelo y con o sin disminución de volumen aún
existe un tercer mecanismo por el cual puede deformarse la masa de suelo. Ello ocurre por un
deslizamiento progresivo entre partículas, que se reacomodan tendiendo a estados más
compactos, adaptándose a las nuevas condiciones de esfuerzo. Para reacomodarse, las
partículas de suelo grueso deben vencer el rozamiento en sus puntos de contacto, razón por la
cual también se le llama fricción remanente. En los suelos finos las partículas deben vencer la
adherencia y atracción eléctrica en los puntos de contacto o en su cercanía, en un fenómeno
parecido al flujo plástico de otros materiales. El reacomodo naturalmente es lento y no es
reversible, razón por la cual es parcialmente responsable de que la descompresión sea siempre
menor que la compresión. A este fenómeno se le conoce con el nombre de deformación
secundaria o retardada, y su símbolo es dr.
En definitiva, si se desea conocer la deformación total, d, que ocurrirá en un suelo cuando
está sometido a una carga, se deberá sumar las tres deformaciones antes mencionadas.
d  di  dc  dr Ec. 9.1
Donde:
d = deformación total
di = deformación instantánea
dc = deformación por consolidación
dr = deformación retardada
Caben, sin embargo, algunas puntualizaciones: en los suelos gruesos, muy
permeables, la salida de agua se produce simultáneamente con la deformación instantánea. Por
lo tanto en estos suelos se puede plantear la ecuación:
d  di  dr Ec. 9.2
Y como en la mayoría de casos dr resulta muy pequeña, en los diseños profesionales
se suele asumir:
d  di Ec. 9.3
Lo cual obviamente se puede aplicar en los casos en que dr efectivamente resulte
despreciable.
En los suelos finos saturados, muy poco permeables, la deformación instantánea
también es muy pequeña: el agua no puede salir inmediatamente, el volumen de vacíos no
disminuye y el esqueleto de los sólidos prácticamente no se deforma. En este tipo de suelos, por
tanto, se puede plantear la ecuación:
d  dc  dr Ec. 9.4
Y, como en suelos inorgánicos de compresibilidad baja a media y en algunos otros casos
dr resulta pequeña, en los diseños profesionales se suele asumir:
d  dc Ec. 9.5
Ecuación que debe aplicarse con mucho mayor cuidado ya que, por ejemplo, en los
suelos orgánicos, o en los muy micáceos o en los muy compresibles el valor de dr puede ser
significativo, a veces mayor que dc.
Como se verá en el Capítulo 10, la deformación por consolidación es preponderante en
suelos arcillosos blandos y saturados, a diferencia de la deformación de suelos finos rígidos y no
saturados (la cangahua por ejemplo) que muchas veces se asimila más a la de los suelos
gruesos, di.
En resumen, la determinación del asentamiento instantáneo se la hace generalmente
usando ecuaciones derivadas de la Teoría de Elasticidad, aplicación para la cual los principales
problemas a solucionar están relacionados con la determinación del Módulo de Elasticidad, La
Relación de Poisson y la profundidad del suelo sujeta a la influencia de las cargas. Este método
comúnmente se aplica en suelos gruesos y en suelos finos no saturados. En suelos finos
saturados se calcula el asentamiento por consolidación aplicando la Teoría de Consolidación. En
suelos muy orgánicos, muy micáceos o muy compresibles debe adicionarse la deformación
retardada, que será analizada en la curva deformación – tiempo del ensayo de consolidación,
Capítulo 10.
En lo que sigue se pondrá especial énfasis en el cálculo de los asentamientos por
consolidación, razón por la cual será necesario conocer previamente las características
generales de este fenómeno y el ensayo desarrollado para estudiarlo.

9.4 CONSOLIDACIÓN
Es una deformación elastoplástica que ocasiona la disminución gradual del
volumen del suelo, acompañada de un lento escape de agua y transferencia de esfuerzos.
El escape de agua ocurre en todos los suelos, pero solo en los suelos finos, arcillas sobre
todo, necesita tiempo para producirse debido a su baja permeabilidad. En tales casos se necesita
predecir:
a) El asentamiento total de la estructura que se apoya en un suelo de este tipo.
b) La velocidad a la cual se producirá este asentamiento.
El primer tema será tratado en el presente capítulo, y el segundo en el capítulo
siguiente.
En todo caso, debe tenerse muy claro que consolidación y compresibilidad no se
refieren al mismo proceso, pues la compresibilidad implica un cierto nivel de deformación
provocada por un esfuerzo (relación esfuerzo - deformación), mientras que la consolidación
atiende al proceso de deformación en el transcurso del tiempo (relación esfuerzo - deformación
- tiempo).

9.5 CONSIDERACIONES PARA LA SIMPLIFICACIÓN DE LA TEORÍA DE


CONSOLIDACIÓN
La consolidación es un fenómeno que ocurre en las tres dimensiones del espacio. Esta
característica hace que el análisis completo del fenómeno sea demasiado complejo y de difícil
aplicación práctica, razón por la cual Terzaghi desarrolló, en principio, la Teoría de Consolidación
Unidimensional (Capìtulo 10) que analiza el fenómeno en una sola dimensión, aquella
correspondiente a la profundidad del suelo.
El fenómeno tridimensional es preponderantemente unidimensional en los siguientes
casos:
9.5.1 Profundidad desde el punto de aplicación de la carga

Fig. 9.1 Profundidad desde el punto de aplicación de la carga Fuente: Autor


Ocurre cuando la profundidad, z, a la que se analiza el fenómeno es relativamente
grande comparada con las dimensiones del cimiento, especialmente su ancho, B. Figura 9.1. En
ese caso las deformaciones en las direcciones x e y son pequeñas confrontadas con aquella que
se produce en la dirección z.
9.5.2 Dimensión del área cargada
Se da cuando el área de carga tiene dimensiones bastantes superiores respecto a la
profundidad del estrato que se consolida. Prevalecen las deformaciones en la dirección z.

Fig. 9.2 Dimensión del área cargada Fuente: Autor


9.5.3 Estrato compresible confinado
Ocurre cuando el estrato compresible está confinado por estratos menos compresibles
que restringen el movimiento en las direcciones x e y, pero no pueden hacerlo en dirección de la
profundidad, z.

Fig. 9.3 Estrato comprensible confinado Fuente: Autor


9.5.4 Estrato con lentes de suelos permeables

Fig. 9.4 Suelo compresible con lentes permeables Fuente: Autor

Existe cuando el estrato compresible tiene lentes (estratos de poco espesor) de suelos
mucho más permeables. En ese caso el suelo drena y se deforma rápidamente en las
direcciones x e y, porque el agua escapa fácilmente, pero no puede hacerlo de la misma forma
en dirección, z. Recuérdese que consolidación es un proceso lento que necesita tiempo para
producirse.
En la práctica, se suele tener con bastante frecuencia algunos de los casos antes
descritos o una combinación de los mismos, razón por la cual la teoría de Consolidación
Unidimensional es generalmente aplicable. Los resultados obtenidos a lo largo de los años
precedentes confirman esta conclusión.

9.6 ENSAYO DE CONSOLIDACIÓN UNIDIMENSIONAL


Fue desarrollado por Terzaghi alrededor de 1925 y perfeccionado en la década de 1930
por Casagrande y otros. Llamado también ensayo Edométrico o de Compresión Confinada,
se realiza en un aparato especialmente diseñado para este efecto, de donde obtiene el nombre
de Consolidómetro o Edómetro, Figura 9.5. Etimológicamente edómetro quiere decir medidor
de hinchamiento,
pues ese fue su
primer uso. El
nombre proviene de
la palabra griega
oidos que significa
entumecimiento o
hinchazón, que es
también la raíz de la
palabra edema
utilizada en
Medicina.
El ensayo
de consolidación
reproduce en
laboratorio el
comportamiento del
suelo cuando existe
una condición de
deformación lateral
impedida.
Esencialmente
Figura 9.5 Consolidómetro Fuente: Autor consiste en someter
una muestra a una
carga de compresión, trasmitida mediante un sistema de pesas y palancas. La muestra tiene
forma cilíndrica aplanada, con un área, A, mayor que su altura H, lo cual favorece el avance más
rápido de la prueba (que siempre requiere de tiempo), y minimiza la influencia del rozamiento
entre el anillo y la muestra. Para esos efectos la relación diámetro – altura no debe ser inferior a
2.5, pero tampoco debe ser mayor que 6 para evitar que posibles inflexiones modifiquen la
estructura de la probeta.
La muestra se confina con un anillo de bronce mucho más rígido que el suelo a probarse,
que tiene la finalidad de impedir la deformación lateral y solamente la permite en sentido vertical,
materializando así el proceso unidimensional. Internamente el anillo debe tener una superficie
lisa y pulida que reduzca la fricción lateral, Figura 9.6.
Sobre y bajo la muestra se colocan piedras porosas saturadas que dan paso al libre flujo
del agua, también en sentido vertical. Sobre la piedra porosa superior se sitúa una placa de carga
provista de su respectiva rótula para favorecer la distribución uniforme de la carga en toda el área
que la soporta, A. Un marco rígido trasmite la carga a la placa y por medio de ésta a la muestra.
Figuras 9.6 y 9.7.
Figura 9.6 Esquema del Ensayo de consolidación Fuente: Autor

Fig. 9.7 Esquema del Consolidómetro Fuente: Juárez y Rico, 1977


La muestra se talla con dimensiones tales que ajuste perfectamente dentro del anillo, de
manera que el área interior del anillo corresponde al área A, de la probeta. En contacto con el
marco de carga se coloca un medidor de deformaciones verticales apoyado en un puente fijo,
que mide cualquier descenso del marco, que corresponderá a una deformación vertical de la
probeta.
La rigidez de todo el conjunto garantiza que las medidas que se toman correspondan
solamente a la deformación del suelo y al esfuerzo que la provoca. Equipos más modernos no
necesitan de tal cuidado, pues las medidas de esfuerzo y deformación se hacen directamente en
la probeta mediante transductores. Luego de colocada la probeta dentro del anillo y de armado
el equipo descrito, se lo coloca en un recipiente conocido como la cazuela de consolidación, el
cual se llena de agua para garantizar que durante todo el ensayo la muestra permanezca
saturada. Al sumergir la muestra se coloca una carga de contacto de 0.02 a 0.05 kg/cm² que
evite su hinchamiento. Si el suelo tiene propiedades expansivas se deberá aumentar el valor de
esta carga de contacto para evitar la expansión.
Existen dos tipos de consolidómetro. El de anillo fijo llamado así porque el anillo
metálico y la probeta colocada en su interior se apoyan en la base de la cazuela y ésta, a su vez
en la base fija del consolidómetro, Figura 9.6. El segundo es el de anillo flotante, porque en la
cazuela se apoya la piedra porosa, sobre ésta el anillo con la probeta y sobre ella la segunda
piedra porosa. Queda así el anillo sin apoyo directo, justificando su nombre, Figura 9.7. Este
segundo dispositivo presenta la ventaja de reducir los problemas generados por la fricción lateral
en el anillo y por tanto, la diferencia de esfuerzos que se produce entre las caras superior e
inferior de la muestra. Otro modo de evitar este problema consiste en forrar el interior del anillo
con teflón o untar las paredes con grasa de silicona.
Para comenzar el ensayo se aplica a la probeta al primer estado de carga. Si la carga
aplicada es P, el esfuerzo total que dará lugar a la iniciación del proceso es:
 P
 
A
El mismo que durante la aplicación de la carga se irá transformando gradualmente en
esfuerzo efectivo, hasta llegar al final a  = (Ver capítulo 10). Simultáneamente con la
aplicación de la carga, se pone en marcha un cronómetro que mida el tiempo transcurrido desde
ese instante. En unos períodos previamente establecidos se toman las correspondientes lecturas
del defórmetro, que generalmente tienen una apreciación muy alta, del orden de 0.01 mm o más.
La deformación irá aumentando conforme avance el tiempo, hasta que finalmente se llega a una
lectura constante cuando la velocidad de deformación se reduce a cero, lo cual indica que el
suelo ya no se deformará más bajo la carga aplicada. Se obtendrá al final un conjunto de pares
de valores que representarán el incremento de las deformaciones en función del tiempo, o sea
la relación deformación – tiempo (consolidación). En la Tabla 9.3 se proporciona un ejemplo de
los intervalos de tiempo en los cuales se debería tomar las lecturas del defórmetro.
Tiempo mm
0s 0 min 
15 s 0.25 min 
30 s 0.50 min 
45 s 0.75 min 
60 s 1 min 
2 min 
4 min 
8 min 8
15 min 
30 min 
60 min 1h 
2h 
4h 
… ...
24 h n
Tabla 9.3 Ensayo de Consolidación: Relación Deformación - Tiempo Fuente: Autor
La práctica común indica que para cada etapa de carga las deformaciones deben ser
leídas hasta un tiempo de 24 horas, pasado el cual se entenderá que la lectura del defórmetro
se ha estabilizado. Ello es aceptable para la mayoría de suelos finos, salvo cuando se desea
estudiar detenidamente la consolidación secundaria (ver 9.7).
El paso siguiente es aumentar la carga P, con lo cual también aumentará el esfuerzo y
por consiguiente las deformaciones. Se pone en marcha el cronómetro y se repite la adquisición
de datos para los tiempos antes establecidos.
El procedimiento anotado se repetirá tantas veces como etapas de carga se haya
planificado realizar. A continuación se ejecutan etapas de descarga disminuyendo la carga P,
en intervalos semejantes a los que se utilizaron en las etapas de carga. Las lecturas del
defórmetro en la descarga no necesitan ser tan frecuentes como en la carga, pero deberán ser
medidas hasta que en cada etapa de descarga la velocidad de deformación vuelva a ser cero.
Para un suelo común es recomendable realizar por lo menos seis etapas de carga y tres a
cuatro de descarga.
En cada etapa se resta la lectura inicial del defórmetro de la final y se obtiene la
deformación total, (H), que ha tenido lugar al terminar la consolidación bajo cada incremento
de esfuerzo. Finalmente se tendrá otro conjunto de pares de valores que relacionan el esfuerzo
aplicado en cada etapa con la deformación máxima producida en esa etapa, o sea una relación
esfuerzo – deformación (compresibilidad). En la Tabla 9.4 se proporciona un ejemplo de los
esfuerzos que normalmente se aplican en el ensayo. Nótese que por lo general, la carga aplicada
en un cierto incremento es el doble de la anterior con el objeto de reducir el tiempo de ejecución
del ensayo, pero al mismo tiempo, para no afectar la estructura original del suelo y la que va
adquiriendo en el transcurso del ensayo.
Esfuerzo 
(kg/cm²) mm)
0.5 H
1.0 H
2.0 H
4.0 H
8.0 H
16.0 H
4.0 H
1.0 H8
0.5 H
Tabla 9.4 Ensayo de Consolidación: Relación Esfuerzo - Deformación Fuente: Autor
Si el suelo es muy blando en la primera etapa de carga puede aplicarse un esfuerzo más
bajo, 0.25 kg/cm² o aun 0.1 kg/cm². A cambio no será necesario llegar a esfuerzos tan altos como
8 o 16 kg/cm². Si el suelo es más duro se puede comenzar en 1.0 kg/cm² y llegar a 32 kg/cm² en
la última etapa de carga. Debe tenerse en cuenta que si la carga inicial es demasiado baja puede
no ser suficiente para iniciar la salida del agua, especialmente en suelos muy poco permeables.
En una investigación pueden necesitarse más etapas de carga y descarga, incrementado etapas
de carga en los rangos de esfuerzos en donde se aprecie un cambio notable en el
comportamiento del suelo. En definitiva, se debe planificar el número de etapas y los esfuerzos
a aplicarse en cada una de ellas, antes de iniciar el ensayo y de conformidad con los
requerimientos de cada proyecto particular. Es el Ingeniero el que debe realizar este trabajo y no
el Laboratorista.

Fig. 9.8 Edómetro de Rowe Fuente: Jiménez, 1975


Entre las principales limitaciones del aparato descrito se pueden mencionar: la existencia
de la fricción lateral antes mencionada y la consiguiente distribución no uniforme de los
esfuerzos; la imposibilidad de controlar el drenaje y la inexistencia de un dispositivo medidor de
las presiones intersticiales; la imposibilidad de aplicar esfuerzos crecientes continuos, dado que
la carga por escalones puede ocasionar efectos de impacto en la probeta, muy perjudicial en
suelos sensibles. (Capítulo 12).
Para evitar esos inconvenientes en los trabajos de investigación se utiliza el edómetro
de Rowe, cuyas principales característica se muestran en la Figura 9.8.

9.7 CURVAS DE CONSOLIDACIÓN


Si en un sistema de ejes coordenados se representan todos los pares de valores
deformación - tiempo se obtiene lo que se conoce como las Curvas de Consolidación.
Obsérvese que para un cierto suelo se tendrá una curva por cada estado de carga al que haya
sido sometido. Para una correcta interpretación se estableció que lo más conveniente es hacer
la representación en papel semilogarítmico, con una escala horizontal logarítmica en la que se
representa el tiempo, por ejemplo en minutos, y una escala vertical aritmética en la que se
materializan las lecturas del defórmetro (en mm comúnmente). Se colocan las lecturas iniciales
en la parte superior del gráfico y las subsiguientes hacia abajo, estableciendo previamente el
rango de variación con el objeto de elegir la escala apropiada. Téngase presente que la primera
lectura, correspondiente al tiempo cero, no podrá ser representada por el carácter logarítmico de
la escala horizontal.
Si el suelo bajo análisis cumple con la Teoría de Consolidación (Ver Capítulo 10) la curva
tiene la forma característica de S alargada e invertida, que se indica en la Figura 9.9. Un análisis
detallado de las características de esta curva se hará en el siguiente capítulo, pero una rápida
inspección de la misma permite observar que tiene un primer tramo con curvatura muy
semejante a la de una parábola, cóncava hacia abajo, seguida por una línea recta muy inclinada
(segundo tramo), luego otra parte curva, cóncava hacia arriba (tercer tramo), y finalmente otra
línea muy semejante a una recta, que tiene una ligera inclinación respecto a la horizontal (cuarto
tramo). Adviértase que en el segundo tramo existirá un punto de inflexión de las dos curvas de
distinta concavidad.

Fig. 9.9 Curva de Consolidación Típica Fuente: Autor


La curva puede tener algunas irregularidades en su parte inicial debido a factores
relacionados con: deformaciones propias del aparato; cierre de fisuras en suelos fisurados;
compresión de burbujas gaseosas. Al conjunto de estos factores se le suele llamar
consolidación inicial y debe ser considerado para la correcta evaluación de las características
de la curva.
Luego del análisis teórico que se detalla en el Capítulo 10, Terzaghi concluyó que en la
primera parte de la curva las deformaciones corresponden preponderantemente al fenómeno de
consolidación propiamente dicho, mientras que en las últimas deformaciones tiene predominante
influencia el reajuste plástico de la estructura del suelo, es decir la deformación retardada.
Se divide entonces la curva de consolidación en dos zonas:
a) Zona de Consolidación Primaria, aquella en la que prevalece el fenómeno de
consolidación.
b) Zona de Consolidación Secundaria, aquella en la cual el efecto preponderante es
el reacomodo plástico de las partículas.
Las dos zonas están separadas verticalmente por el llamado t 100 (tiempo para el cual se
ha producido casi el 100% del fenómeno de consolidación) que se determina mediante el método
detallado a continuación:
1. Prolónguese hacia abajo la recta representativa del segundo tramo de la Curva de
Consolidación. Dicha recta pasará por el punto de inflexión antes mencionado.
2. Prolónguese hacia atrás la recta representativa del cuarto tramo.
3. La intersección de las dos rectas, proyectada al eje horizontal proporcionará el valor
del tiempo para el 100% de consolidación.
La determinación de este tiempo es muy importante porque permite, por ejemplo,
conocer el momento en que se puede agregar el siguiente incremento de carga, sin esperar las
24 horas indicadas por la norma.

9.8 CURVA DE COMPRESIBILIDAD


Si en otro sistema de ejes coordenados se representan los pares de valores esfuerzo –
deformación, se obtiene la llamada Curva de Compresibilidad. Todo suelo tendrá una sola
Curva de Compresibilidad independientemente de los estados de carga a que haya sido
sometido.
Terzaghi propuso una representación con base en la relación de vacíos que se expresa
como una función del esfuerzo efectivo, (e - ’). Esta forma sin dejar de ser, en esencia, una
curva esfuerzo – deformación, permite una mejor comprensión del mecanismo del proceso.

9.8.1 Curva de Compresibilidad (Relación e - ’): Forma Semilogarítmica


En abscisas (no en ordenadas como en otras curvas esfuerzo - deformación) se
representan los esfuerzos efectivos en unidades apropiadas, Kg/cm² por ejemplo. Se verá
posteriormente que es conveniente realizar esta representación en escala semilogarítmica. En
el eje vertical, que tiene escala aritmética, se representa la relación de vacíos, e, cuyas
variaciones son representativas de las deformaciones ocurridas en el suelo. En efecto, la
deformación en un suelo fino implica una disminución del volumen (Numeral 9.2) cuyo valor,
conforme se mencionó en el Capítulo 2, es igual a la suma de volumen de sólidos más volumen
de vacíos, siendo en consecuencia obvio que el que se deforma es el volumen de vacíos. Si ello
ocurre variará simultáneamente la relación de vacíos (e = Vv/Vs). Obsérvese que tampoco se
tiene una representación gráfica para la relación de vacíos correspondiente a esfuerzo cero, por
el carácter logarítmico de la escala horizontal, Figura 9.10.
Para determinar la relación de vacíos inicial, eo, se procede de la siguiente manera:

Vvo
eo 
VS
Fig. 9.10 Curva de Compresibilidad Típica: Forma Semilogarítmica Fuente: Autor
Como el suelo está confinado: A * Hvo
eo 
A * Hs
Ho  HS
eo  Ec. 9.6
HS
Ecuaciones en las cuales:
eo = Relación de vacíos al inicio del ensayo
Vv0 = Volumen de vacíos inicial
A = Área de la muestra, igual al área interna del anillo
V = Altura de vacíos inicial
Hs = Altura de sólidos de la muestra
H0 = Altura inicial de la muestra, igual a la altura del anillo
Por otro lado:
Ws Ws
S  ;Vs  A * Hs 
Vs S
De donde: Ws
Hs 
S *A Ec. 9.7
Ws = Peso de los sólidos de la muestra, igual a su peso seco (obtenido al pesar
toda la probeta luego de extraída del consolidómetro y secada al horno).
 s  = Peso unitario de los sólidos
Las restantes relaciones de vacíos se calculan a partir de las deformaciones obtenidas
en cada etapa de carga:
Hi  Hs
ei  Ec. 9.8
Hs
En la que:
H i  H (i 1)  H i Ec. 9.9
ei = Relación de vacíos para el incremento de carga i.
i = Altura de la muestra, para el incremento de carga i.
Si se escoge unas apropiadas escalas horizontal y vertical, y si el suelo cumple con la
Teoría de Consolidación (Ver Capítulo 10), la curva tiene la forma típica mostrada en la Figura
9.10.
Se distinguen en esa curva tres diferentes zonas, a saber:
a) Zona de Recompresión
b) Zona Virgen o de Compresión, y
c) Zona de Descompresión.
La Zona de Recompresión se caracteriza por tener una pequeña pendiente y una ligera
curvatura cóncava hacia abajo, curvatura que aumenta conforme se acerca a la transición a la
segunda zona, pasando de un comportamiento elástico no lineal a uno elasto – plástico.
La Zona Virgen tiene una pendiente mayor que la anterior y coincide bastante bien con
una línea recta, por lo menos hasta esfuerzos efectivos del orden de 600 Kg/cm2. Las dos zonas
antes indicadas ocurren durante la etapa de carga.
La Zona de Descompresión ocurre en la etapa de descarga, posee generalmente una
pendiente menor y puede tener una ligera curvatura cóncava hacia arriba o tender hacia una
línea recta, que es aproximadamente paralela a la línea representativa de la Zona de
Recompresión.
9.8.1.1Ensayo Cíclico
Para entender las causas del comportamiento antes descrito y los nombres asignados a
las dos primeras zonas, Terzaghi realizó un ensayo cíclico, es decir, con varias etapas de carga
y descarga, incrementado en cada ciclo la carga máxima a la cual se llegaba finalmente. Los
resultados obtenidos se presentan en la Figura 9.11. Si se hace caso omiso de algunos factores
secundarios y se analiza el gráfico obtenido, se observa que en cada ciclo posterior, la primera
zona de baja pendiente avanza hasta esfuerzos semejantes al máximo del ciclo anterior. Esto
quiere decir que el suelo se deforma poco debido a que está siendo sometido a esfuerzos
que ya experimentó (en el ciclo anterior). Cuando se superan esos valores y el suelo está bajo
la influencia de esfuerzos que experimenta por primera vez, entonces la pendiente es mucho
mayor, o sea que existe mayor deformación. En definitiva, en la primera zona el suelo se está
recomprimiendo, y se deforma menos (Zona de Recompresión), mientras que en la segunda
experimenta unos nuevos esfuerzos, y consiguientemente se deforma más (Zona Virgen o de
Compresión).

Fig. 9.11 Ensayo Cíclico Fuente: Autor


Por otro lado, se observa que la línea recta representativa de la Zona Virgen es única
para el suelo, pues su prolongación prácticamente coincide con la misma zona en cada ciclo. En
cambio, las Zonas de Descompresión de los diferentes ciclos son casi paralelas y con pendientes
similares a las respectivas Zonas de Recompresión, formando entre ellas fajas de histéresis en
cada ciclo. Se confirma así que una ligera curvatura cóncava hacia abajo en el gráfico
semilogarítmico siempre significa recompresión.
Finalmente se aprecia que el valor de esfuerzo para el cual el suelo pasa de la primera
zona a la segunda está representado por un punto ubicado ligeramente encima de la curva. En
las cercanías de ese punto la Curva de Compresibilidad aumenta rápidamente de curvatura hasta
que llega a la recta representativa de la Zona Virgen. El conocimiento del valor de ese esfuerzo
resulta realmente importante, pues constituye el punto que separa el rango de esfuerzos para
los cuales el suelo fino se deforma poco, del rango en que lo hace con mucha mayor intensidad
9.8.1.2 Esfuerzo de Preconsolidación
En la Curva de Compresibilidad de la Figura 9.10 se aprecia el quiebre existente
entre las dos primeras zonas; el valor de esfuerzo para el que ello ocurre se denomina Esfuerzo
de Preconsolidación, ’p. Se lo define como el máximo esfuerzo al cual el suelo ha estado
sometido durante su vida geológica. A través de la misma un suelo puede haber sido
preconsolidado por muchas causas, las más comunes de las cuales se mencionan a
continuación:
 Peso de una sobrecarga de tierra anteriormente existente, removida por erosión,
deslizamiento u otro evento geológico o antrópico.
 Peso de glaciares de edades pasadas.
 Fuerzas tectónicas debidas a movimientos de la corteza terrestre.
 Cargas de estructuras ya demolidas. Es anecdótico el caso de la Catedral de la ciudad
de México, cuyo desigual asentamiento se origina en el hecho de que parte de la misma
se asienta sobre un suelo no consolidado (mayor asentamiento bajo la carga del edificio
mencionado), mientras que otra parte se asienta sobre un suelo preconsolidado por el
peso de una antigua pirámide azteca, cuyos vestigios aún pueden ser observados a un
costado de la misma.
 Cambios acusados en el nivel freático.
 Esfuerzos provocados por la tensión capilar generada, en la mayoría de casos, por la
desecación del suelo.
 Esfuerzos generados por fuerzas de filtración sostenidas, actuando hacia abajo.
 Cambio de las ligaduras físico – químicas entre las partículas de arcilla o por los
esfuerzos que se producen por la expansión o contracción de los granos durante esos
cambios.
 Lixiviación que remueve las sales o las altas concentraciones de cationes, especialmente
en arcillas depositadas en agua salada.
Con base en las observaciones realizadas en el ensayo cíclico, Casagrande propuso un
método expeditivo para determinar el esfuerzo de preconsolidación. El método propone los
siguientes pasos (Ver Figura 9.12):
1. En la Curva de Compresibilidad, escójase visualmente el punto de máxima curvatura,
A (correspondiente al punto de mínimo radio de curvatura).
2. Por ese punto trácese una tangente a la curva (B) y una línea horizontal (C).
3. Trácese la bisectriz del ángulo formado por la tangente y la horizontal (D).
4. Prolónguese hacia arriba y hacia atrás la recta respectiva de la Zona Virgen.
5. La intersección entre la prolongación y la bisectriz (E), proyectada al eje horizontal,
representa el valor del Esfuerzo de Preconsolidación, ’p.
Considerando la dificultad de individualizar el punto de máxima curvatura, es útil
comparar el valor de ’p obtenido con sus posibles límites superior e inferior:
6. El primero puede ser encontrado en la intersección de la recta representativa de la
Zona de Recompresión y la recta de la Zona Virgen.
7. El segundo es el punto M, Figura 9.12, en el cual se inicia la recta de la Zona Virgen.
Fig. 9.12 Determinación del Esfuerzo de Preconsolidación Fuente: Autor
El hecho de que la Curva de Compresibilidad se representa a partir de las deformaciones
finales obtenidas luego de 24 horas para cada estado de carga (tiempo usualmente mayor al t 100
del fin de la consolidación primaria), implica que se está considerando algo de la consolidación
secundaria. Ello lleva a subvalorar ’p en un 10%.
Cabe anotar, sin embargo, que la determinación del esfuerzo de preconsolidación a partir
del método de Casagrande no es exacta. El método tiene utilidad si el valor obtenido es
interpretado como un estimativo dentro de un rango de valores más probables.
Un método alternativo planteado por Schmertman, 1953, consiste en realizar el ensayo
de consolidación en la muestra inalterada y repetirlo con una muestra remoldeada del mismo
suelo. Si se representa la diferencia de ordenadas, e, de ambos ensayos, Figura 9.15, esta
diferencia tiene un máximo que corresponde aproximadamente al Esfuerzo de Preconsolidación.
Se comprende la importancia de conocer ’p si se considera que el buen diseño de una
estructura debe incluir, entre otras, las medidas para que su asentamiento no sea mayor de
ciertos valores permisibles, dependientes de las características de la estructura. Para que esa
premisa se cumpla, el esfuerzo que la subestructura trasmita al suelo no debería ser mayor que
el esfuerzo de preconsolidación, procedimiento con el cual se garantiza que el rango de
esfuerzos aplicado se ubica en la Zona de Preconsolidación y que, por consiguiente, las
deformaciones verticales serán pequeñas.
Por otro lado, no basta garantizar que las deformaciones sean pequeñas, sino que se
debe conocer su verdadero valor para compararlos con los permisibles antes anotados. Como
en cualquier otro material estructural, el cálculo de las deformaciones requiere el conocimiento
previo de unos ciertos módulos. La determinación de los mismos se detalla en los siguientes
numerales.
9.8.1.3 Índice de Compresibilidad
Su símbolo es CC y se define como la pendiente de la curva de compresibilidad en la
Zona Virgen, expresado en valor absoluto. Al igual que los otros dos índices que se definirán a
continuación, es adimensional.
e Ec. 9.10
CC 
 log  '
Como la Zona Virgen está formada por una línea recta, su pendiente es
constante. Pero la inclinación de esta recta siempre es mayor que 90 º (Ver Figura 9.10), es decir
que el valor de la pendiente es negativo, lo cual físicamente no tiene ningún significado. Ello hace
necesario expresarla como valor absoluto. Debe anotarse, sin embargo, que se ha encontrado
que en suelos muy sensibles y muy plásticos CC es variable: tiene valores más altos para
esfuerzos que apenas sobrepasan el Esfuerzo de Preconsolidación y valores menores conforme
los esfuerzos aumentan respecto al de Preconsolidación. (Ver Numeral 9.12 y Figura 9.21).
El Índice de Compresibilidad es una medida directa de la compresibilidad de un suelo
fino: a mayor Índice la pendiente de la Zona Virgen es mayor y por consiguiente el suelo será
más compresible.
En general los valores de CC para suelos arcillosos comunes tienden a estar en el rango
de 0.2 a 0.8 y para turbas entre 5 y 15.
En todo caso, la determinación de este valor es muy necesaria, y como no siempre se
dispone del ensayo de consolidación, los investigadores han tratado de encontrar relaciones
aproximadas entre este parámetro y varias propiedades físicas del suelo.
Basándose en la premisa de la muy estrecha relación entre compresibilidad y plasticidad
(Ver Capítulo 4), Skempton estableció para arcillas remoldeadas de diferentes partes del mundo:
CC  0.007(wL  10) Ec. 9.11
En la que wL esta expresado como porcentaje. La ecuación tiene una dispersión de 
30% y es válida hasta para suelos medianamente sensibles. Terzaghi y Peck (1967) encontraron
que para arcillas inalteradas y normalmente consolidadas de sensibilidad baja a media, el valor
era un 30% mayor con lo cual:
CC  0.009(wL  10) Ec. 9.12
Ecuación que no debe utilizarse cuando la sensibilidad del suelo sea mayor a 4 y en
ningún caso si la sensibilidad es mayor a 8 (Ver Capítulo 12).
Sowers (1972) encontró que para suelos de baja plasticidad:
CC  0.75(e  a) Ec. 9.13
En donde e es la relación de vacíos del suelo inalterado y a una constante que oscila
entre 0.2 para rocas porosas y 0.8 para suelos muy micáceos.
Con base en ensayos realizados en varias arcillas naturales, Rendón-Herrero (1983)
propusieron la relación:
2.38
 1  e0 
C C  0.141G S
1 .2
  Ec. 9.14
 GS 
En la que e0 es la relación de vacíos del suelo inalterado y Gs es el peso unitario relativo
de los sólidos.
Nagaraj y Murty (1985) propusieron la relación:
w 
CC  0.2343 L  * GS
 100  Ec. 9.15
Un estudio realizado en 1976 sobre 700 arcillas por Azzouz y otros demostró que la
correlación con la relación de vacíos inicial, e0, es mucho más confiable que aquella expresada
en términos de Límite Líquido. Las dos expresiones más conocidas son:

CC  0.40e0  0.25 Ec. 9.16


CC  0.01wN  5 Ec. 9.17
En la cual wN es la humedad natural. Estas ecuaciones tienen un rango de confiabilidad
del ± 30% y no son aplicables en arcillas orgánicas o muy sensibles.
Para arcillas blandas y normalmente consolidadas varios investigadores han encontrado
que las mejores relaciones son las establecidas en función de la humedad natural. Helenelund
para suelos arcillosos y limosos de Finlandia ha encontrado que:
3
CC  0.85wN 2 Ec. 9.18
En la que la humedad natural debe estar expresada en tanto por uno. El error probable
de esta ecuación es ± 30%.
Para la turba se ha determinado que:
C C  wN Ec. 9.19
En realidad el coeficiente que multiplica a la humedad, también expresada en tanto por
uno, puede oscilar entre 0.75 y 1.1 (MacFarlane, 1969).

Tabla 9.5 Valores aproximado de CC Fuente: Adaptado de Bowles, 1982


En suelos españoles (Jiménez Salas, 1975) para suelos Normalmente Consolidados
o ligeramente Preconsolidados (Ver Numeral 9.9) se han fijado las siguientes rectas de
regresión:

CC  0.0097wL  16.4 Ec. 9.20

CC  0.99 * wN Ec. 9.21


1.315

El hecho de que exista mejor correlación entre C C y la humedad que entre CC y el límite
líquido, revela otra vez la importancia que en aquel valor tienen los cambios de estructura que
se producen en el suelo.
El resumen de éstas y otras relaciones y su validez se exponen en la Tabla 9.5 adaptada de la
existente en el libro “Propiedades Físicas y Geotécnicas de los Suelos” de Joseph Bowles (1982).
9.8.1.4 Índice de Recompresión
Su símbolo es CR y se define como la pendiente de la curva de compresibilidad en la
Zona de Recompresión, expresado en valor absoluto.
e
CR 
 log  ' Ec. 9.22
Nótese que la ecuación es la misma, variando solamente el rango en que tiene validez.
Dado que la curvatura de esta zona es relativamente pequeña, se comete poco error si se
reemplaza por una recta representativa y se obtiene una pendiente también constante. Siempre
se utilizará el valor absoluto, pues todas las pendientes son mayores que 90 º.
El Índice de Recompresión es igualmente una medida directa de la Compresibilidad de
un suelo fino, válido siempre que los esfuerzos a los cuales se someta al suelo estén en el rango
de la Zona de Recompresión.
Su valor es generalmente del orden del 10% del Índice de Compresibilidad, aún cuando
en los suelos ecuatorianos se ha podido comprobar que puede oscilar entre el 3% y el 20%.
Según Leonards (1976) los valores típicos de CR se encuentran en el intervalo 0.015 – 0.035;
valores fuera del intervalo 0.005 – 0.050 deben considerarse sospechosos.
El valor de CR puede ser determinado más exactamente si se realiza un ciclo de
descarga- recarga en el intervalo de esfuerzos que corresponda a la suma del peso propio del
suelo más el incremento generado por la carga aplicada al suelo.
9.8.1.5 Índice de Descompresión
Se lo representa con el símbolo CS y se define como la pendiente de la curva de
compresibilidad en la Zona de Descompresión, expresado en valor absoluto.
e
CS 
 log  ' Ec. 9.23
La ecuación sigue siendo la misma, válida en la Zona de descarga. Como la forma de
ésta es recta o con una curvatura relativamente plana, se puede tener también una pendiente
constante.
El valor del Índice de Descompresión es, por lo general, similar al del Índice de
Recompresión, aceptando el paralelismo aproximado entre las líneas representativas de esas
dos zonas, indicado en 9.8.1. En la mayoría de casos el valor oscila entre el 10 y 25% del Índice
de Compresibilidad (Laad, 1971). En fangos (arcillas muy blandas) suele variar entre 1/12 y 1/20
de CC (Jiménez Salas, 1975).
Nagaraj y Murty (1985) propusieron la expresión:
w  Ec. 9.24
C S  0.0463 L  * Gs
 100 
Algunas arcillas fuertemente preconsolidadas (con bajo Índice de Liquidez) presentan un
Índice de Descompresión muy elevado (la arcilla de Taranto por ejemplo: Lancellota, 1991).
En la Tabla 9.6 se presenta valores de los Índices de Compresibilidad y Descompresión
de algunos suelos norteamericanos.

Límite Límite Índice de Índice de


Suelo
Líquido Plástico Compresión, CC Descompresión, CS
Arcilla azul de Bostón 41 20 0.35 0.07
Arcilla de Chicago 60 20 0.40 0.07
Arcilla de Fuerte Gordon, 51 26 0.12 --
Georgia
Arcilla de Nueva Orleans 80 25 0.30 0.05
Arcilla de Montana 60 28 0.21 0.05

Tabla 9.6 Índices de Compresibilidad y de Descompresión de algunos suelos norteamericanos Fuente: Das, 2001
Cuando en un suelo preconsolidado se realiza el ensayo de consolidación y se dibuja la
curva de compresibilidad en su forma semilogarítmica, la Zona de Recompresión evidenciará
que el suelo ya estuvo antes sometido a ese nivel de esfuerzos, y que en su historia geológica
tuvo un hinchamiento ocasionado por la desaparición de las causas que motivaron la
preconsolidación. Entonces, como ya se dijo, un incremento de esfuerzos menores al de
preconsolidación producirá deformaciones relativamente pequeñas.
En un suelo normalmente consolidado, en cambio, cualquier incremento de cargas
provocará esfuerzos mayores al de preconsolidación, y el comportamiento estará dado por las
características de la Zona Virgen, con asentamientos mucho mayores.

9.8.2 Curva De Compresibilidad (Relación e - ’): Forma Aritmética


Es un gráfico similar al realizado en el numeral anterior, salvo que en el eje de las
abscisas se utiliza una escala aritmética para materializar los esfuerzos, con lo cual la curva
obtenida es la verdadera representación del fenómeno en estudio.
En Mecánica de Materiales la pendiente de la curva esfuerzo – deformación de un
material ensayado en laboratorio o en el campo es siempre una medida de su compresibilidad (o
de su rigidez que es la propiedad contraria). En la Figura 9.13 se observa que tanto en la etapa
de carga como en la descarga se tiene una línea curva, razón por la cual la pendiente no es
constante, sino que es variable en función de la magnitud del esfuerzo aplicado. Para obtenerla
se debe derivar la ecuación que relaciona los esfuerzos con la relación de vacíos, conforme se
indica en la Ecuación 9.25. A cambio, la curva sí puede ser representada partiendo y llegando a
esfuerzo cero.
En la práctica común se suele dividir la curva, tanto en su zona de carga como en la de
descarga, en el número de tramos que sean necesarios para que en cada tramo la curva pueda
ser sustituida por una recta equivalente. Se puede definir entonces un módulo secante en vez
de tangente, con los incrementos correspondientes a los puntos extremos de cada tramo. Se
define así el Coeficiente de compresibilidad, av, con la expresión que consta en la Ecuación
9.26, y constituye un promedio de todos los valores tangentes en el tramo considerado. De
acuerdo con la Ecuación 9.26, este coeficiente se expresa en unidades de longitud elevada al
cuadrado, sobre unidades de fuerza: cm²/kg, por ejemplo.
.

Fig. 9.13 Curva de compresibilidad Típica: Forma Aritmética Fuente: Autor


Es evidente que en esta representación no se pueden distinguir fácilmente las Zonas de
Recompresión y Virgen, ni tampoco el valor del Esfuerzo de Preconsolidación

de
av  Ec. 9.25
d'
e Ec. 9.26
av 
'
El Coeficiente de compresibilidad también es una medida directa de la compresibilidad
de un suelo fino, válido en el rango de cada uno de los tramos en los que se haya dividido la
Curva de Compresibilidad.
9.8.3 Curva de Compresibilidad (Relación ’ - )

Fig. 9.14 Ensayo de Consolidación: Curva Esfuerzo - Deformación Fuente: Sowers, 1972
En trabajos de Ingeniería la forma más usual de representar la Curva de Compresibilidad
consiste en expresar la deformación vertical unitaria () como una función del esfuerzo efectivo,
es decir la conocida relación esfuerzo – deformación, (’- ), Figura 9.14, en donde:

  H / H Ec. 9.27
Definición en la cual:
H = Deformación total producida en una etapa de carga
H = Espesor inicial de la muestra
Considerando que, como no existe movimiento lateral, la deformación vertical es igual a
la deformación volumétrica:
  H / H  V / V Ec. 9.28
Ahora puede definirse el Coeficiente de Compresibilidad Volumétrica, mV, como
d
mV 
d ' Ec. 9.29
El cual indica el cambio de volumen por unidad de volumen y por unidad de incremento
en el esfuerzo efectivo. Tiene unidades del inverso de un esfuerzo (L 2/F) y, según puede
observarse en la Figura 9.14, no es constante sino que depende del rango de esfuerzos para el
cual es calculado.
La Ecuación 9.29 es el recíproco del Módulo de Elasticidad que comúnmente se utiliza
para expresar la relación esfuerzo – deformación en otros materiales estructurales. Ello a causa
de que la representación gráfica se hace en ejes coordenados invertidos, con las deformaciones
en ordenadas y los esfuerzos en abscisas. Debe anotarse sin embargo, que en suelos a este
valor recíproco no se lo puede llamar simplemente E, debido a la condición confinada en que se
lo obtiene (sin permitir deformación lateral). Por esa razón se denomina Módulo de Deformación
Edométrico (EM).
1
EM 
mV Ec. 9.30

9.9 CLASIFICACIÓN DE LOS SUELOS DE ACUERDO CON EL ESFUERZO


DE PRECONSOLIDACIÓN
Si se ejecutan ensayos de consolidación en varias muestras y se compara el esfuerzo
actual por peso propio del suelo del cual provienen (total: ov = H, o efectivo: ov’ = ’ * H),
con el esfuerzo de preconsolidación obtenido en los ensayos, se pueden tener los tres casos que
se detallan a continuación.
9.9.1 Suelo Preconsolidado
Es aquel en el cual el Esfuerzo de Preconsolidación es mayor que el esfuerzo actual por
peso propio ´pov’. Este suelo en algún momento anterior de su vida geológica fue sometido
a cargas mayores que las que recibe actualmente en el terreno, y por tanto se ha consolidado
bajo la acción de esas cargas. Se presenta menos compresible porque ya se deformó
anteriormente y más resistente porque al mismo tiempo que se deformó, aumentaron los
esfuerzos efectivos y por consiguiente la resistencia al corte, que es función de aquellos. Unas
cargas de preconsolidación muy altas pueden llegar a producir por compresión y cementación
materiales que vuelven a ser roca. En suma, éste es un suelo que presenta condiciones
favorables para el diseño y construcción de Obras Civiles. La cangahua de la Sierra ecuatoriana
es un ejemplo de suelo Preconsolidado. Los suelos residuales que no han estado sujetos a una
intensa meteorización y conservan algunas características de la roca madre, también exhiben
algún grado de preconsolidación.
El parámetro que se utiliza para evaluar esta propiedad se denomina Relación de
Preconsolidación, OCR, siglas de su nombre en idioma Inglés (Over consolidation ratio). Se lo
define como:
 p'
OCR  Ec. 9.31
 OV '
En los suelos Preconsolidados:
OCR > 1
Cuanto mayor sea el valor de OCR, más preconsolidado será el suelo y mejores
características poseerá. Un OCR = 5 o más corresponde a un suelo altamente preconsolidado.
9.9.2 Suelo Normalmente Consolidado
Si el Esfuerzo de Preconsolidación es igual al esfuerzo actual por peso propio
´pov’se dice que el suelo es Normalmente Consolidado y se lo simboliza NC. Es un suelo
que solo se ha consolidado para su propio peso, o sea que ha experimentado anteriormente el
mismo esfuerzo que actualmente soporta. Se tratará entonces de un suelo más compresible
(cualquier incremento de esfuerzo caerá en la Zona Virgen, en la que se tienen mayores
deformaciones), menos resistente y probablemente con una vida geológica más reciente, es
decir un suelo “joven”. Es, por tanto, un suelo que presenta condiciones desfavorables para los
objetivos de la Ingeniería Civil. Los aluviales finos recientes de cualquier ciudad costanera o
algunos depósitos lacustres son ejemplos de este tipo de suelos. El subsuelo de gran parte de
las ciudades de Guayaquil y México pertenece a esta clase.
En los suelos Normalmente Consolidados:
OCR = 1

9.9.3 Suelo Subconsolidado


Es aquel en el cual el Esfuerzo de Preconsolidación es menor que el esfuerzo actual por
peso propio ´pov’. Este suelo no se ha consolidado ni siquiera para su peso propio actual,
de manera que se puede esperar que siga deformándose en lo posterior, sin que se le coloque
ninguna carga adicional. Consecuentemente es un suelo muy compresible y también tendrá baja
resistencia. Se puede concluir que su vida geológica ha sido corta (suelo “muy joven”), pues no
ha tenido ni siquiera el tiempo suficiente para que se consolide por su propio peso. En definitiva,
es el suelo más desfavorable para la ejecución de Obras Civiles, por las deficientes propiedades
mecánicas que presenta. Los rellenos artificiales realizados recientemente con suelos finos no
compactados son el ejemplo típico de estos suelos; es conocido el hecho de que las obras
colocadas sobre los mismos (calles, canchas) se asientan con el paso del tiempo. Una estructura
pesada colocada sin los debidos cuidados tiene un alto grado de probabilidad de falla.
Recuérdese el ejemplo de la Figura 8.12.
En los suelos Subconsolidados:
OCR < 1

9.10 CURVA DE COMPRESIBILIDAD EN EL SITIO, CORRECCIÓN DE


SCHMERTMAN
Existen numerosas razones por las cuales la curva edométrica obtenida en laboratorio
no representa fielmente el comportamiento real del suelo.
La razón más importante radica en la alteración que se produce tanto en la toma de la
muestra como en la preparación previa al ensayo, básicamente por la variación de esfuerzos y,
por consiguiente, de la estructura del suelo. Téngase presente que la muestra ha experimentado
una descarga al momento de extraerla del sitio, lo cual hace variar su relación esfuerzo –
deformación y la presión intersticial en el agua de los poros. La técnica para obtener mejores
muestras inalteradas es compleja y consiste, en esencia, en cortar una porción de suelo
utilizando instrumentos afilados y protegerla inmediatamente introduciéndola en recipientes
herméticos para su transporte al laboratorio.
Otra razón que puede también ser importante es la diferencia de temperatura entre el
terreno y el laboratorio.
Un suelo en la naturaleza se encuentra soportando un cierto esfuerzo efectivo. Si se
toma una muestra inalterada del mismo y se la somete a un ensayo de consolidación debería
presentar la zona de quiebre brusco de la pendiente que se vio en el ensayo cíclico, ya que
hasta llegar al Esfuerzo de Preconsolidación el suelo estará en la Zona de Recompresión. En la
Figura 9.15 se presenta las Curvas de Compresibilidad de un suelo inalterado y del mismo
remoldeado. Se observa que en la muestra inalterada el quiebre no está bien marcado y
prácticamente no existe en la muestra remoldeada. Comparándola con el ensayo cíclico se llega
a concluir que la diferencia que existe entre la verdadera Curva de Compresibilidad del suelo y
la obtenida en laboratorio se debe a la alteración de la muestra. Cuanto mayor sea esta última
mayor será la diferencia, y en ese sentido, la curva del suelo remoldeado representa el mayor
grado de alteración. El ensayo en suelos remoldeados siempre produce curvas tipo virgen, aún
cuando las diferencias solo afectan a la rama de carga, pues en la de descarga las dos curvas
son muy semejantes.
Schmertman, 1953, con base en trabajos realizados por Rutledge resume los efectos de
la alteración de la siguiente manera:
 Disminuye la relación de vacíos para un esfuerzo vertical dado.
 Dificulta el establecimiento del esfuerzo de preconsolidación.
 Disminuye el valor de la pendiente de la recta de la Zona Virgen.
Por otro lado no se debe olvidar que las sobrecargas naturales han actuado durante largo
tiempo, mientras que las de laboratorio se aplican por pequeños períodos.
Fig. 9.15 Curvas de Compresibilidad y corrección de Schmertman en suelos preconsolidados Fuente: Adaptado
de Jiménez, 1975
En fin se comprueba que la línea recta
representativa de la Zona Virgen in situ tiene una
pendiente algo mayor y se ubica hacia la derecha de la
obtenida en el laboratorio.
Schmertman encontró que tanto la curva de
laboratorio como la del suelo in situ, y aún la del mismo
suelo completamente remoldeado o en varios grados de
remoldeo, concurren a un solo punto que corresponde en
promedio a un 42% del valor inicial de la relación de
vacíos.
Con base en las observaciones antes descritas,
Schmertman propuso la siguiente corrección para la
Curva de Compresibilidad de suelos normalmente
consolidados, Figura 9.16.
 En el diagrama e-log 'representar el punto A cuyas coordenadas son la
relación de vacíos in situ, (e0), y el esfuerzo efectivo del suelo también in situ, que en este caso
es igual al Esfuerzo de Preconsolidación, ov’´p,
 Mediante una línea recta unir el punto A con el punto de la Curva de
Compresibilidad de laboratorio correspondiente a
Fig. 9.16 Corrección de Schmertman en suelos
0.42 e0. Esta línea representa la Curva de
normalmente consolidados Fuente: Jiménez, 1975
Compresibilidad in situ y su pendiente el valor
Índice de Compresibilidad in situ.
En los suelos normalmente consolidados el punto A se encuentra siempre a la derecha
de la recta de la Zona Virgen, hecho que ya se había mencionado antes.
Si el suelo es preconsolidado, en algunos casos el punto A pudiera estar situado a la
izquierda. La corrección de Schmertman consiste en lo siguiente (Figura 9.15):
 Por el punto correspondiente a las condiciones iniciales ( ov’, e0) trazar una paralela a
la recta representativa de la Zona de Descompresión hasta que corte la abscisa
correspondiente al Esfuerzo de Preconsolidación.
 Desde ese punto de corte trazar una recta que lo una con el punto de la Curva de
Compresibilidad de laboratorio correspondiente a 0.42 e0.
 La Curva de Compresibilidad in situ,es la formada por los dos segmentos de recta antes
construidos.
En general con la corrección de Schmertman se tiene un incremento del Índice de
Compresibilidad del orden de 15 ± 5 %.

9.11 ASENTAMIENTO TOTAL POR CONSOLIDACIÓN DE UN SUELO FINO


Corresponde a la deformación por consolidación, dc, mencionada en 9.3; ya se vio que
toda deformación de un suelo implica el asentamiento de la obra que se construye sobre el
mismo. La palabra total hace referencia a que el asentamiento se calcula para cuando haya
transcurrido el tiempo necesario (Ver capítulo 10) para que el fenómeno ocurra en su totalidad.
Es, pues, el asentamiento máximo que se tendrá a causa del fenómeno de consolidación.
9.11.1 Área Cargada de Extensión Infinita
En la Figura 9.17 se presenta un estrato de suelo fino saturado que tiene un área muy
grande y espesor H. Sobre el mismo se coloca una estructura que provoca el incremento de
esfuerzo vertical total en una capa de espesor elemental dz localizada a la profundidad z.
Tras la finalización del proceso de consolidación, el incremento de esfuerzo efectivo vertical '
habrá provocado en el suelo un asentamiento H.

Como la deformación del suelo fino implica cambio de volumen (Ver 9.2), en el Diagrama
de Fases de este suelo (Figura 9.18) el asentamiento antes mencionado habrá generado una
disminución del volumen de vacíos, e. En ese Diagrama de Fases se puede expresar la
reducción del volumen por unidad de
volumen como:
V e

V 1  eo

Fig. 9.17 Asentamiento Total por Consolidación de un Suelo Fino Fuente: Craig, 1976
Se estableció en la Ec. 9.28 que la reducción de volumen por unidad de volumen es igual
a la reducción de espesor por unidad de espesor (deformación unitaria), es decir el asentamiento
por unidad de profundidad.
V H e
  
V H 1  eo

Fig. 9.18 Diagrama de Fases en el Proceso de Consolidación Fuente: Autor

Por proporción el asentamiento diferencial dH de la capa de espesor dz estará dado


por:
e
dH  dz Ec. 9.32
1  e0

Como:
de e
d  y aV 
1  e0  '
Entonces:
d de 1
mV   *
 d ' d ' 1  e0
O sea 
aV Ec. 9.33
mV 
1  e0
Reemplazando en la Ecuación 9.32:

aV *  '
dH  * dz , o
1  e0

dH  mV *  '*dz
Y el asentamiento total de la capa de espesor H será:
H
H   mv *  ' * dz
0

Si mV y ’ se asumen constantes con la profundidad se tiene:


H  mV *  '*H Ec. 9.34
Si se integra directamente la Ec. 9.32 y se asume e constante en la profundidad H:
e Ec. 9.35
H  *H
 1 eo
Ecuaciones en las cuales:
e  e0  e f
   Ec. 9.36
H = asentamiento total por consolidación (antes llamado dc)
mV = coeficiente de compresibilidad volumétrica
’ = incremento de esfuerzo efectivo
H = espesor inicial del estrato que se consolida
e = disminución de la relación de vacíos del suelo
eo = relación de vacíos inicial (antes de colocar la carga)
ef = relación de vacíos final (después de transcurrido el tiempo necesario para que
se produzca la totalidad de la consolidación).
Entonces, para calcular el asentamiento mediante la Ecuación 9.34 se debe antes
conocer: el espesor del estrato, H, lo cual se hace generalmente mediante perforaciones
exploratorias; el valor del esfuerzo trasmitido por la estructura ('en laFigura 9.17), que se lo
puede obtener conociendo las condiciones de carga y el área en que actuará la misma; y el
coeficiente mV determinado con base en la Ecuación 9.33.
Alternativamente se puede aplicar la Ecuación 9.35. Para valorar eo y ef se utiliza la
Curva de Compresibilidad en la forma que se indica en la Figura 9.19. En ella ov’ es el esfuerzo
efectivo por peso propio que tenía el suelo antes de colocar la carga. Determinado ese valor se
lo representa en abscisas y se traza una vertical por dicho punto hasta la intersección con la
Curva de Compresibilidad, sea en la Zona de Recompresión o en la Zona Virgen. Por el punto
de intersección, se traza una línea horizontal hasta que cruce al eje vertical; el cruce proporciona
gráficamente el valor de eo.

Fig. 9.19 Cálculo del asentamiento: Determinación de e0 y ef Fuente: Autor

Para establecer ef, determinado ya el valor de 'en la forma indicada en el párrafo


anterior, se calcula el esfuerzo final que actúa sobre el suelo, f, que es igual a la suma del
esfuerzo inicial por peso propio más el esfuerzo trasmitido por la estructura.
 f   ov '  ' Ec. 9.37
Igualmente el valor de f‘ se representa en abscisas y se traza una vertical por ese punto,
hasta la intersección con la Curva de Compresibilidad, en la Zona de Recompresión o en la Zona
Virgen. Por el nuevo punto de intersección se traza una línea horizontal hasta que cruce al eje
vertical; este último cruce proporciona gráficamente el valor de ef.
Por otro lado si en la Ecuación 9.10 se despeja e:

f 
e  CC *  log   CC * log  f  log  ov '  CC * log  
  ov ' 
Y este valor se reemplaza en la Ecuación 9.35
f 
CC * log  H
  ov ' 
H 
1  e0
O lo que es lo mismo: C *H f 
H  C * log  
1  e0   ov '    Ec. 9.38
Ecuación con la cual se puede realizar un cálculo aproximado del asentamiento en caso
que no se disponga de la Curva de Compresibilidad; Cc puede ser evaluado con una de las
fórmulas aproximadas que se indican en la Tabla 9.5. Sin embargo la Ecuación 9.38 presupone
que tanto ov’ como f se encuentran ubicados en la Zona Virgen. Si ambos esfuerzos estuvieran
ubicados en la Zona de Recompresión la ecuación correcta es:

Cr * H f 
H  * log  
1  e0   ov '  Ec. 9.39
Si ov’ cae en la Zona de Recompresión y f en la Zona Virgen, el asentamiento se puede
calcular en dos etapas, utilizando el Esfuerzo de Preconsolidación, p´:

Cr * H   p' 
H 1  * log  
1  e0   ov ' 
  
Cc * H  f 
H 2   log   Ec. 9.40
1  e0  '
 p 
El asentamiento total es igual a la suma de esos dos asentamientos parciales.
H  H1  H 2   Ec. 9.41
Finalmente, para justificar la afirmación previa a la Ecuación 9.30, es interesante
comparar la ecuación para el cálculo del asentamiento con aquella con la cual se determina la
deformación de materiales elásticos, basada en la ley de Hooke. En efecto, la primera es:

H  mV *  '*H
y la segunda:
PL L
 
AE E
Son evidentes las analogías:
’ con unidades: F/ L²)
H con L (unidades: L)
H con (unidades: L)
mV con1/E (unidades: L²/F)
El coeficiente mV es análogo con el inverso de E (con la restricción indicada en 9.8.2)
porque mV es una medida directa de la compresibilidad del suelo mientras que E es una medida
directa de la rigidez del material elástico, o sea la propiedad inversa de la compresibilidad.
En la Tabla 9.7 se proporcionan valores corrientes del Coeficiente de Compresibilidad
Volumétrica según Kogler y Scheidig.
mv
Material
(en 10-³ cm² / kg)
Turba 1000 - 200
Arcilla blanda 200 - 25
Arcilla media 25 - 12,5
Arcilla compacta a dura 12,5 - 6,7
Arena suelta 10 - 5
Arena densa 2 - 1,3
Tabla 9.7 Valores del Coeficiente de Compresibilidad Volumétrica Fuente: Márquez, 1982
9.11.2 Área Cargada de Extensión Finita
Cuando las dimensiones del área cargada son pequeñas en comparación con el espesor
de la capa de suelo, la consolidación que se produce bajo la cimentación será tridimensional.
Análisis realizados por Skempton y Bjerrum (1957) indican que las deformaciones laterales
durante la consolidación son alrededor del 15% de las deformaciones verticales. Es todavía
razonable, por tanto, suponer que durante la consolidación el suelo experimenta únicamente una
deformación vertical.
Para hacer compatible la Teoría de Consolidación (Capítulo 10) con el cálculo de
asentamientos en áreas cargadas de extensión finita, se debe dividir la zona sometida a
esfuerzos en una serie de subcapas y calcular el incremento de esfuerzo vertical (') en el
plano medio de cada subcapa, asumiendo que éste se mantiene constante en ella. De esta
manera puede calcularse el asentamiento por consolidación de cada subcapa, y el asentamiento
total de la cimentación, que será la suma de los asentamientos de las subcapas.
Para una cimentación cuadrada, la profundidad del suelo que es sometida al incremento
de esfuerzos corresponde aproximadamente a tres veces el ancho de la cimentación. Para una
cimentación corrida la profundidad corresponde a casi ocho veces el ancho de la cimentación. Si
el estrato se divide en seis a ocho subcapas, equivale a tomar como espesor de la subcapa la
mitad de la cimentación cuadrada o el ancho total de la cimentación corrida. Una conocida
especificación a este respecto recomienda un espesor variable de la subcapa, mayor conforme
se aleje de la cimentación, siguiendo la recomendación: B/3, B/3, 2B/3, B, B, ..........
En este caso, por compatibilidad con las condiciones de frontera impuestas (Capítulo
10), el exceso de presión inicial en el agua, uE, será menor al incremento del esfuerzo vertical
total, razónpor lo cual la consolidación final será claramente inferior a la que se predice con
el ensayo de consolidación, en el cual para un elemento saturado uE =Capítulo 10). Se
debe, por tanto, afectar al resultado obtenido con un factor , que depende de la forma del área
cargada, de la profundidad de la subcapa y de las características de la presión intersticial del
suelo dadas por el parámetro A, de presión intersticial de Skempton (ver Capítulo 12). Los valores
de  fueron calculados por Skempton, Bjerrum y Scott,1963 (Berry, 1993) y constan en la Figura
9.20.
La ecuación final será entonces:
Ec. 9.42 H T   * Hi
En donde:
HT = Asentamiento total por consolidación
Hi = Asentamiento de cada subcapa

,
Fig. 9.20 Valores del Coeficiente de Asentamiento,  Fuente: Berry, 1993
9.12 INFLUENCIA DE LA CONSOLIDACIÓN EN LA ESTRUCTURA DEL
SUELO
El avance del proceso de consolidación implica un rompimiento gradual de la estructura
del suelo. En ese sentido la forma de la Curva de Compresibilidad refleja los cambios que ocurren
en la muestra. Si se observa la Figura 9.10 se puede apreciar que los cambios de la estructura
son pequeños hasta llegar al Esfuerzo de Preconsolidación. Ese comportamiento es obvio ya
que el suelo estaba acostumbrado a esfuerzos de esa magnitud y ha alcanzado su estado de
equilibrio para los mismos. A partir de aquel esfuerzo, en cambio, la estructura experimenta
nuevos y significativos cambios.
Por otro lado, en suelos sensibles o muy sensibles, puede darse un verdadero colapso
de la estructura, lo cual se refleja en una pendiente muy fuerte en la parte inicial de la Zona
Virgen, Figura 9.21. Para valores mayores se produce un punto de inflexión y a continuación la
pendiente disminuye gradualmente, lo cual significa que CC no es constante. En la Figura 9.21
también se indica la corrección para este caso.
En el caso de un suelo completamente remoldeado, éste pierde la totalidad de sus
características estructurales. Si en esas circunstancias se hace un ensayo de consolidación, las
partículas que antes del remoldeo tendían a formar una estructura dispersa se ven forzadas a
juntarse, lo cual da lugar a una Curva de Compresibilidad de menor pendiente y sin quiebres
visibles, Figura 9.15, razón por la que no puede ser utilizada por sí sola para la determinación
del Esfuerzo de Preconsolidación. De lo dicho se concluye que la precisión en la determinación
del Esfuerzo de Preconsolidación (Numeral 9.8.1.2) depende mucho del grado de alteración de
la muestra ensayada. Un parámetro para establecer ese grado en una muestra de suelo
normalmente consolidado se denomina relación de remoldeo y se define como:
 p'
Rd    Ec. 9.43
En donde:
 ov '
 p’= Valor del Esfuerzo de Preconsolidación obtenido en laboratorio mediante el
método de Casagrande u otro. 
 ov’ = Valor del esfuerzo efectivo por peso propio, determinado in situ con base en la
columna actual de suelo.

Fig. 9.21 Curva de Compresibilidad en suelos finos muy sensibles Fuente: Bowles,
1982
Para suelos normalmente consolidados dicha relación debe valer 1, por lo cual un R d igual a 1
significa una muestra de óptima calidad. Según Bowles, 1982, un R d menor que 0.5 indica una
muestra de muy mala calidad.

9.13 EJERCICIO DE APLICACIÓN


1. Sobre un terreno cuyo subsuelo se muestra en la Figura 9.22 se ha colocado un relleno
de 4.6 m de altura, en una extensa área. En el estrato arcilloso se ha efectuado un ensayo de
consolidación cuyos resultados esfuerzo – deformación se exponen en la Tabla 9.8. Suponiendo
despreciable el asentamiento de los estratos arenosos y sin realizar ninguna corrección, calcular
el asentamiento total por consolidación que se producirá en el estrato arcilloso, a causa del peso
del relleno.

Fig. 9.22 Ejercicio Nº1: Esquema del subsuelo y Tabla 9.8 Ejercicio Nº1: Ensayo de Consolidación,
del relleno colocado Fuente: Autor resultados esfuerzo – deformación Fuente: Autor

 e
kg/cm² --
0,025 1,92
0,25 1,89
0,50 1,84
1,00 1,65
2,00 1,38
4,00 1,10
2,00 1,14
1,00 1,18
Para calcular el asentamiento total aplicando la Ecuación 9.35 se debe
conocer previamente el espesor del estrato, que de acuerdo con la 0,50 1,22
Figura 9.22 es 4.2 m. También es necesario conocer e0 y ef para lo cual se requiere la Curva de
Compresibilidad. Se debe comenzar, por tanto, representando esa curva y calculando los
diferentes parámetros que de ella se obtienen.
1.1 Dibujo de la Curva de Compresibilidad
Con los datos de la Tabla 9.8 se ha dibujado la curva que consta en la Figura 9.23. En
la misma se procede a aplicar el método de Casagrande para establecer el Esfuerzo de
Preconsolidación y se obtiene:

Fig. 9.23 Ejercicio Nº1: Curva de Compresibilidad Fuente: Autor

 ´p = 0,68 Kg/cm²

El Índice de Recompresión es:


CR = - [(1,92 – 1.89)/ (log 0,025 – log 0,25)] = - [0,03/(-1)] = 0,03
El Índice de Compresibilidad es:
CC = - [(1,65 – 1.38)/ (log 1 – log 2)] = - [0,27/(-0,301)] = 0,90
El Índice de Descompresión es:
CS = - [(1,22 – 1.10)/ (log 0,5 – log 4)] = - [0,12/(-0,903)] = 0,133
El valor del Índice de Compresibilidad indica que el suelo es muy compresible, y las
diferencias entre los ïndices de Recompresión y Descompresión hacen ver que también es muy
sensible.
1.2 Cálculo del esfuerzo y relación de vacíos iniciales
Se hará para el centro del estrato arcilloso, representativo de todo el estrato. Con el
método del Capítulo 8:
ov’ = ov – uo
ov = 1.75 * 0,9 + 1,88 * 4,3 + 1,65 * 2,1 = 13,12 t/m²
uo = 1,00 * (4,3+2,1) = 6,4 t/m²
ov’ = 13,12 – 6,4 = 6,72 t/m² = 0,67 Kg/cm² (esfuerzo inicial)
Obsérvese que este valor es muy semejante al Esfuerzo de Peconsolidación, por lo cual
se concluye que el suelo es normalmente consolidado (NC) y que, por consiguiente, sus
deformaciones serán grandes.
OCR = 0,68 / 0,67 = 1,015
El valor del esfuerzo inicial se representa en abscisas en la Figura 9.23 y siguiendo el
método indicado en 9.11.1, se obtiene en ordenadas:
eo = 1,79
1.3 Cálculo del esfuerzo y relación de vacíos finales
La carga sobre el suelo proviene del relleno cuyo peso genera un esfuerzo:
= 2,1 t/m3 * 4,6 m = 9,66 t/m² = 0,97 Kg/cm²
Se puede considerar que este esfuerzo no disminuye hasta la profundidad de análisis,
debido a la gran extensión del área cargada comparada con el espesor del estrato involucrado.
Por lo tanto el esfuerzo final es:
f = ov’ + = 6,72 + 9,66 = 16,38 t/m² = 1,64 Kg/cm²
El valor del esfuerzo final se representa en abscisas en la Figura 9.23, y siguiendo el
método ya indicado se obtiene en ordenadas:
ef = 1,46
1.4 Cálculo del asentamiento total
Con los datos obtenidos se procede al cálculo del asentamiento total:
H = (e* H) / (1 + eo) = (1,79 – 1,46) * 4,2 / (1 + 1,79) = 0,33 * 4,2 / 2,79
H = 0,50 m = 50 cm.
El valor obtenido es alto y refleja la elevada compresibilidad que tiene el suelo analizado. Cabe
aclarar, sin embargo, que este asentamiento se producirá en un largo tiempo.

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