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Unidad IV

Clase 13: La vuelta a los estudios sobre el Estado como modelo metodológico. Las
relaciones internacionales y su vínculo con el estudio del Estado.

Los dos artículos que son las lecturas de esta clase, son de Gabriel Almond. El
primer trabajo plantea el retorno de la Ciencia Política al estudio del Estado como
agente independiente, luego de que se lo integrara, perdiendo entidad como sujeto a
estudios particulares, en metodologías conductistas que se centraron en “sistemas
políticos” o “gobiernos”, de las que Almond ha sido uno de sus prolíficos autores. El
estudio del estado, su abandono y el retorno de un neoestatismo, no están ajenos a los
complejos debates que atraviesan a la Ciencia Política en el intento, hasta ahora sin
resultados, de lograr un corpus único metodológico.
El segundo de los artículos de Almond trata sobre la relación entre las políticas
internas y la influencia internacional en dichas políticas. Para ello rescata el planteo de
la teoría de la dependencia, no para sostener sus principios (Veáse Clase 10), sino para
reconocerle la incorporación de las relaciones internacionales en los estudios políticos
centrados sobre todo en el Tercer Mundo. Ante las afirmaciones de los estudios que
critican la teoría del desarrollo, contrapuesta a la de la dependencia, Almond dedica su
artículo a relativizar esas críticas que han tildado a aquella, sujetas a los estudios
comparados de los sistemas interiores, de provincianismo.

Reseña introductoria de la lectura obligatoria:

Los trabajos considerados neoestatistas, comenzaron a aparecer a fines de los


sesenta para tomar un mayor corpus metodológico dentro de la Ciencia en los años
setenta. El autor plantea la polémica sobre el estudio del Estado, donde el pluralismo, el
funcionalismo y el marxismo han sido considerados como “reduccionistas” al no
brindar explicaciones autónomas sobre aquel, mientras que el neoestatismo busca
corregir “esa falla” sustituyendo aquel enfoque. El autor propone tres interrogantes que
a su entender surgen de esta polémica:
1. ¿Es reduccionista el enfonque de las sociedades (que incluye al Estado)
en la bibliografía pluralista, funcionalista y marxista?
2. El neoestatismo ¿corrige las fallas que critican a los anteriores?

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3. ¿Aporta algún beneficio heurístico esta crítica neoestatista a la Ciencia
Social?
Almond hace un repaso crítico de diversa bibliografía reflejo a su vez, de las diferentes
metodologías de estudio, para dedicarse finalmente al intento de analizar a las
metodologías en discusión sobre el estudio del Estado. Específicamente respecto a la
polémica, trata el lugar que el funcionalismo estructural le dio a los estudios sobre el
Estado, que está referido a su incorporación como un fenómeno más de los sistemas
políticos. Entonces el Estado, los partidos políticos, los grupos de presión, la familia,
medios masivos de comunicación, la escuela y las iglesias, pasaron a conformar
sistemas interrelacionados que no reducían el quehacer político al Estado y a las
instituciones gubernamentales.
Entre los marxistas y neomarxistas, el Estado continuó siendo un objeto central de
estudio, pero el neoestatismo los ha considerado, al igual que a los funcionalistas, como
reduccionistas al momento de estudiarlo. En el caso del marxismo, la interacción del
Estado como un actor más del sistema político, era un artilugio capitalista para distraer
la atención del verdadero problema, la lucha de clases. Es que en aquella interpretación
el Estado es la herramienta de control del orden social, de una clase determinada,
utilizada por el sistema. Es a partir de estas explicaciones que puede comprenderse que
los neoestatistas acusaran de reduccionismo a estas escuelas. Unos por situar el estudio
del Estado como un factor dentro del sistema político, interactuado con los grupos de
interés, los otros por centrarlo en un lugar primordial, pero secundario, como una
herramienta de las clases dominantes en la lucha de clases.
Entre algunas de las críticas puntuales al funcionalismo estructural pluralista, desde el
neoestatismo que subraya Almod, y su forma de abordar el estudio del Estado se pueden
citar las siguientes:

 Que tanto el funcionalismo estructural pluralista como el marxismo manejan al


Estado como una variable dependiente, ya sea entre grupos de interés como en la
lucha de clases.
 Que el funcionalismo estructural pluralista no tomaba seriamente el rol de los
gobiernos como actor independiente.
 Que el pluralismo, en sus versiones centradas en el estudio de los grupos de
interés, ignoran los actores públicos y las instituciones, y colocan a los
gobiernos como “cajas registradoras que suma y promedia las preferencias y el
poder político de los actores de la sociedad”
 Que de esta manera no es posible caracterizar al Estado como actor autónomo
capaz de manipular o incluso reestructurar su propia sociedad.

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 Que los pluralistas “reducen las instituciones estatales a individuos que
desempeñan roles no limitados por imperativos y restricciones institucionales”

El autor realiza una crítica a esta postura de los neoestatistas al sostener que no han
revisado toda la diversidad de la bibliografía pluralista estructuralista funcionalista, ni
en perspectiva de los debates históricos sobre el estudio del Estado, ni en la sustancia
de los mismos. Sobre la historia del lugar del Estado en los estudios políticos concluye
basándose en autores como David Truman que: “No es posible, so pena de incurrir en
distorsiones, afirmar que aquellos capítulos que describen la interacción de grupos con
el gobierno simplemente reflejan los modelos de arena política o caja registradora.
Funcionarios, congresistas y jueces están dotados de autoridad y de poder discrecional”
El mayor argumento en defensa del pluralismo y del estructural funcionalismo puede
sintetizarse en que es innegable la interacción de las diversas formas de organización de
las sociedades en las definiciones políticas de los gobiernos que detentan el poder
estatal. Es un modelo “bidireccional” entre influencias del Estado sobre la sociedad y
las de esta sobre el Estado. Por lo tanto el autor desbroza al pluralismo del estructural
funcionalismo y el marxismo y sostiene que por la influencia bidireccional, el
pluralismo queda afuera de la crítica que lo coloca como reduccionista respecto a los
estudios sobre el Estado. Hasta aquí podríamos ubicar los argumentos para responder a
la primera, del conjunto de tres preguntas, que el autor formula al comienzo de su
análisis.

Sobre el marxismo en particular, acepta la crítica neoestatista sobre el lugar que este da
a los estudios del Estado, ya que esta visión de análisis lo comprende a una acción de
herramienta de los sectores dominantes en la lucha de clases. Es decir, que tanto los
estudios del marxismo como de los neomarxismo sobre el Estado pueden ser aceptados
tal como lo proponen los neoestatistas, es decir reduccionistas. No obstante, el autor
incluye opiniones sobre existencia de similitud, tanto en tiempos como en contenidos
entre el surgimiento del neoestatismo y neomarxismo.

La discusión del lugar del Estado en los estudios políticos, es ideológico también.
Desconocer al Estado y situarse en sistemas políticos que degradan su peso estructural,
o centrar todos los análisis en grupos de interés, sistemas y en costos y beneficios de la
acción política individual o grupal, es desconocer la crítica marxista, que no deja de ser
concreta, de ubicarlo como herramienta de la clase dominante del sistema capitalista. A
su vez darle solo este lugar, el de herramienta de la clase dominante en el sistema, sin
interpelar las posibles interacciones con grupos sociales de clases y subclases fuera del
Estado con este, es desconocer otra cuestión concreta.

Sobre los argumentos del autor para responder las dos preguntas restantes de su trilogía,
que se problematiza al final de clase, concluye que no es posible afirmar que el
neoestatismo corrija fallas de las metodologías que critica. Aunque sostiene que han
hecho un aporte heurístico para el desarrollo de la ciencia, más no sea por su intento sin
sustento de polemizar con las corrientes mencionadas.

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El segundo de los artículos que comprenden esta clase está referido, tal como
titula su trabajo, a la relación o vínculo, entre la política nacional y la internacional. Los
argumentos del autor para desarticular las críticas a los estudios de política comparada,
que no estudiarían las interconexiones entre la política internacional y la doméstica, está
en línea, obviamente, con su postura general sobre la metodología de la ciencia.
Realiza la crítica a los seguidores de la teoría de la dependencia, porque su supuesto
determinismo circunscribe a la sumisión a la política interna, ante las condiciones,
estructuras o mandatos de la política internacional. No obstante, rescata a esta escuela
por haber puesto en un plano de mayor discusión la influencia externa en la política
doméstica. A los críticos de la metodología política comparada, para contrarrestar sus
críticas sobre el provincianismo de los estudios comparados, les señala el mismo hilo
argumentativo que cuando defendía al pluralismo ante las críticas de los neoestatistas.
Es decir que los estudios comparados no descuidan, aunque puedan estar retrasados en
sus estudios, la interacción entre lo nacional y lo internacional.
Para demostrarlo citará un grupo de trabajos a los que considera de una tradición menor
en las Ciencias Políticas. Los críticos sobre la falta de estudios sobre las influencias
externas en la política doméstica, ajenos a la centralidad y al determinismo que Almond
adjudica a la teoría de la dependencia, Almond los rebatirá con trabajos que para él
constituyen una “tradición menor”. Podría acordarse entonces, que si quienes han
tomado en cuenta la interacción internacional en los estudios políticos de determinados
países son parte de una escuela menor, las críticas podrían no ser tan desacertadas.
Los argumentos de Almond sobre esta interrelación entre lo nacional y lo internacional
en los estudios de esta tradición menor, abarcan una enumeración de trabajos históricos
del siglo XIX, cita a Seeley y Hintze; de politólogos que la habrían estudiado entre
guerras, a los que no menciona, con los trabajos de mediados de la década de 1960, de
los que cita sus autores, todos estadounidenses, y cuyos contenidos han sido sobre
diferentes grupos y su relación con la política exterior de su país.

Entre los trabajos más recientes, aparte de los propios, Almond cita uno cuya autoría
corresponde a Peter Gouverich, y que rescata como el más riguroso en el estudio del
vínculo de la política nacional con la internacional. Este autor, señala el carácter
circular de la “causalidad en la interacción nacional-internacional”. En este trabajo se
toman en cuenta como son influidas las políticas domésticas de los gobiernos, a partir
de contextos internacionales económicos; de seguridad; ideológicos y por la religión. A

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su vez analiza la relación entre el efecto del comercio internacional y las guerras sobre
la política doméstica. El apartado sobre la ley Seeley-Hintze, está problematizado al
final de la clase pero no escapa a los dichos y discusiones conceptuales vistas en esta y
en clases anteriores. La tradición iniciada por estos historiadores, alberga diferentes
métodos que la continúan. Entre los mencionados y que constituyen apartados en el
trabajo se encuentran los siguientes:

Los métodos investigativos que se refieren a la seguridad internacional:

1) La guerra la constitución del Estado: Abarcan investigaciones sobre el efecto de las


guerras y de las presiones internacionales en la constitución del Estado. Algunos
trabajos se concentran en demostrar que la constitución de los Estado monárquicos
centralizados, estuvieron dirigidos a la represión interior y una vez logrado esto
amenazar países menos desarrollados. Otros estudios parten de afirmar que fueron
los conflictos externos los que llevaron a la centralización burocrática y represiva
que finalmente funcionó hacia el interior.
2) La guerra y el gasto público: En estos estudios la guerra implica para la
conformación de los Estados, de manera similar al apartado anterior pero
desagregada, la necesidad de generar ingresos para el Estado que se convierten es
gasto público, legitimando tributos centrales, por la guerra misma.
3) La guerra y las ocupaciones: En este apartado son los ejércitos de ocupación, el
ejemplo son los ejércitos napoleónicos y los de la Santa Alianza, los que exportan
Constituciones y códigos que constituyen el andamiaje de los Estados ocupados.

Las que se refieren a la economía internacional y el desarrollo político nacional:

1) El momento de la industrialización: Define tendencias políticas y económicas de los


Estados que buscan un desarrollo industrial. Puntualiza políticas proteccionistas en
aquellos que pretendan desarrollo, y se podría incorporar, el autor no lo hace, a
aquellos Estados que aceptaron la División Internacional del Trabajo. En estos
últimos, un perfil exportador de materias primas e importador de bienes
manufacturados también perfila sistemas tributarios y constitutivos de los Estados.
2) Las crisis económicas internacionales ya la política nacional: Estudia cómo
repercuten y que políticas adoptan los Estados antes las crisis sistémicas en
diferentes países.

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Las que se refieren a las influencias internacionales en la política interna:

1) Las revoluciones sociales: Se refiere a estudios de los procesos revolucionarios que


abarcan más que la explicación marxista de la lucha de clases. Es la incorporación
del imperialismo y sus guerras, Lenin, el que desestructura a determinados Estados y
genera las condiciones revolucionarios. Aunque hay que incorporar en estos
estudios, los liderazgos políticos, como los hechos históricos han demostrado
respecto de Lenin, Mao o Fidel Castro.
2) Las crisis políticas: Estos estudios tratan sobre cómo determinadas crisis externas
habilitan cambios sin alcanzar el grado de revoluciones que implican cambios
sistémicos. Algunos ejemplos son la Tercera República francesa, luego de la derrota
contra los prusianos y la Comuna de París; la República de Weimar, luego de la
derrota alemana; el cardenismo en México, luego de la crisis de 1930, la
restauración Meiji en Japón, luego de los diferentes avasallamientos militares de las
potencias industriales.
3) Consociacionalismo y corporativismo democrático: El primero de los conceptos de
refiere a los casos en que las políticas internas son adoptadas en base de acuerdos
entre las elites, en algunos casos expresadas en partidos políticos. El segundo se
refiere a la negociación de las políticas públicas, sobre todo a las económicas, entre
diferentes grupos de interés, dirigentes de partidos y funcionarios de gobierno.

Problemas de la lectura obligatoria

 Almond plantea el abandono del estudio del Estado por parte de las
Ciencias Políticas. Esto sucedió entre los años cincuenta y sesenta,
resurgiendo su estudio en los setenta. Tomando en cuenta diferentes
artículos que pertenecen a distintas metodologías analizados en las clases
precedentes, ¿es posible reconstruir los enfoques argumentales de esas
corrientes metodológicas sobre el estudio del Estado?
 En punto del primer texto, Almond parece querer igualar a los neoestatistas
con el marxismo clásico cuando afirma que la polémica entre aquellos y el
análisis marxista, parece notarse una polémica interna del marxismo en
general. ¿Explica el autor sus argumentos para afirmar esto? ¿Qué definiciones

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neoestatistas menciona sobre el estudio del Estado y cómo argumenta para
afirmar que no hay aportes novedosos en esta corriente?
 En el segundo texto, inversamente al planteo de las influencias de las
políticas externas sobre la internas, Almond ejemplifica la influencia de
políticas internas por sobre las externas con el caso de la polémica entre el
presidente de E.E.U.U., Wilson, y el senador Lodge, sobre el tratado de
Versalles y la Sociedad de las Naciones. En este caso se pondría el acento en
la actitud política que Almond, considera aislacionista de los Estados
Unidos. Sin embargo, esto pareciera dejar de lado las intervenciones de este
país en Centro América y su política panamericanista. ¿Acaso este país era
aislacionista en los asuntos europeos e intervencionista en su continente? ¿Puede
relacionarse la posición que pretende ver a este país como aislacionista, con las
críticas de la teoría de la dependencia?
 El desarrollo mayor en este artículo en defensa de los estudios de la relación
entre política interna y externa, está referido a una tradición iniciada por
los historiadores Seeley y Hintze. Almond replica una ley de estos últimos y
utiliza los argumentos y ejemplos de Hintze para sostener esa ley.
Argumenta, al menos en dos casos, sobre la aplicabilidad de esta ley, tanto para
alguno de los casos citados, como para otros procesos políticos de diferentes
países que determines.

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