Está en la página 1de 1

La imagen de la ciudad siempre ha sido una fuente y una herramienta importante para definir las

comunidades culturales que la habitan. Los patrones de calles distintivos, así como las
escenografías de edificios en diferentes culturas y períodos, documentan las capacidades
tecnológicas, económicas y culturales de los habitantes de las ciudades. Desde la filosofía práctica
de Aristóteles hasta la visión turística actual de la ciudad, donde las reliquias del pasado
(catedrales, castillos o ayuntamientos) sirven como atractores simbólicos, la imagen heterogénea
de la ciudad revela interesantes percepciones de la historia de la civilización. Más allá de los datos
abstractos utilizados en la investigación de las ciencias económicas o sociales: número de
habitantes, ingresos, productividad, y otra información estadística: la imagen (y también los
imaginarios) de la ciudad con su alta complejidad cultural es un tema de investigación para la
historia crítica del arte que ofrece material inesperado y refrescante para un diálogo
transdisciplinario sobre la ciudad como la forma más esencial de la humanidad. cultura. Desde
principios del siglo XXI, la forma y la imagen de la ciudad han cambiado considerablemente, en
términos cuantitativos y cualitativos. El creciente número y tamaño de las megalópolis mundiales
(ciudades con más de 10 millones de habitantes), principalmente en América Latina, Asia y África,
marca una nueva época de cultura urbana con parámetros estructurales y estéticos diferentes a
los de las ciudades tradicionales de la vieja Europa. Este artículo repasa, primero, las nuevas
construcciones visuales de la megalópolis, segundo, su transformación en imágenes artísticas y
documentales (fotografía, cine, arte digital, etc.), y tercero, cómo se catalizan en imaginarios
mentales colectivos. A modo de ejemplo, examino la Ciudad de México, una megalópolis de unos
20 millones de habitantes donde fragmentos culturales del pasado prehispánico, el período
colonial y la época moderna han dejado sus huellas visuales, para constituir un collage vital; uno
que tiene muchos contrastes, así como el choque ocasional en los procesos transculturales.
Apoyado en las tendencias recientes de la Bildwissenschaft (estudios visuales), este artículo trata
de desarrollar nuevas perspectivas de investigación sobre los fenómenos críticos de principios del
siglo XXI desde el interior del mundo policéntrico e hiperurbanizado actual.

También podría gustarte